social que se encuentra más que aludido. re-presentado en la novela. Esto nosignifica hablar del texto en términos de" realidad" como " contexto de causalidad" sino. más bien. de facticidad. esdecir. de la remisión a algunos estadosy procesos realmente acaecidos en unmomento del pasado. La coincidenciade puntos de vista del narrador y de losotros personajes' (Pedro. Fernando)descarta cualquier matiz de ambigüedad porque hasta la voz que disiente. lade Susy. finalmente deja abierta la posibilidad de un re-encuentro.
La re-presentación o el reflejo no sonen sí mismos valores literarios pero siubicamos la recepción del texto en suscoordenadas histórico-sociales y reconocemos una coyuntura -en la que losmedios masivos jugaron un rol de grantrascendencia- marcada por una desinformac ión en la que confluyeron tresaspectos: la creencia del emisor de quesus enunciados eran verdaderos (error).la pretensión del emisor de hacerlos pasar por verdaderos (mentira) y la censura. encontrar un texto literario que ficcionaliza la facticidad o la hace posibley provee una historia ind ividual hechade "recortes". como una pieza arqueológica. reconstruida. no es nada desdeñable. sobre todo para muchos que to davía están juntando sus piezas paravolver a empezar.
Ana María Zubieta
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CULTURA ENOPOSICION
Asistimos a la publicación de un libroespecial. Ya sus autores. desde el prólogo. reconocen que la obra fue encarga·da en un principio por la editorial Salvat. que se desentendió luego del compromiso al tomar nota de su conten idoy confirmar que las elucubraciones deFernando Savater y de Luis Antonio deVillena habían llegado demasiado lejos.Pero lejos.. . ¿para quién ? Obviamente.para los responsables de la casa editorade fascículos. Las páginas alusivas al
& Fernando Savater y Luis Antonio de Villena . Heterodoxias y contracultura. Mo ntesinos .Barcelona. 1982.
~SEÑAS
consumo de drogas. tratado sin mojiga tería. a calzón quitado como prefierendecir sus autores. y la referencia alOpus Dei. aun sin mención exp resa dela estrecha relación de Man uel Salvatcon la herencia hecha iglesia de Escribáde Balaguer. eran temas vedados parala línea editorial de la empresa cata lana. que prefir ió escapar a sus ob ligaciones de contrato y eludir el choque fron tal con la moral y las buenas costumbres. Así, pues. parece ser que inclusopara hablar de inconform ismo - prev ioencargo- hace falta apretarse la fajadel recato y con los aires de un cirujanoen trance llevar hasta la mesa de operaciones la heterodoxia para. una vez allí.
bisturí en ristre . realizar una autopsiadistanciada. sin apasionamientos nipreferencias. no fuéramos a sacudir laira de los verdugos o. lo que es aún peor. resucitar al finado. De esta suerte. ellibro que comentamos se ha convertido-antes de su multiplicación en la imprenta- en objeto de lesa -mo ral paralas buenas conciencias. cuando su intención. en todo momento. fue precisamente el cuestionamiento de esa misma moral. incluso bajo la forma de reflex ión histórica.
La editorial Montesinos. nada afectada por el sarampión de una moralinaque se intenta camuflar a golpe de títu los "marginales". dec idió pub licar laobra como parte de una colección divulgativa que comprende los más variados temas : desde el helenismo hasta lasemiótica. pasando por los siemprecuestionables métodos de esco larización. Se trata de un loable esfue rzo poracercar al lector asuntos importantesque aún inciden en lo contemporáneo yque. en el caso concreto de la hete rodoxia y la contracultura. se hilvana n conun estilo asequible. oportuno para elpúblico hacia quien supuestamente seorienta la colección - pero en el cualseñálese. Savater ve por momentosmermada su capac idad excepc ionalpara el ensayo. Pese a ello . el filósofo sedesenvuelve con soltura en las distintasépocas de lo ofic ial y lo oficioso e irrumpe en el zaguán de la historia para desempolvar los recuerdos (la actua l pasión por las referencias sin fundamentohacen más meritoria la introspección) Ypresentárnoslos en un contexto dondelas heterodox ias se enlizan en el tiempocomo respuestas a la intransigencia delos amos del poder- cuya cerrazón. pa-
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radójicamente, hunde muchas vecessus raíces en una ya desechada acti tudtambién heterodoxa. Parafraseando aCioran : " Los más feroces mqursidoresse reclutan entre mártir es a los que nose les cortó a t iempo la cabeza"
La oposic ión al sistem a de turno-cada siglo tiene su dueño - entrañamucho más que una mconícr rmdad acicalada por los tint es del esnobismo.Como afirma Savater en su aproximación a la ortodoxia religiosa. generadora siempre de hereJÍas " oponerse alas creencias religiosas vigentes encualquier época supono rechazar elsentido del mundo aceptado por la mayoría y poner en t la d JU IC10 la legitimación imperante del ord n polinco eincluso de las costumbr coudumas" .
Quizá porque la burocr cla octusié s
tica - como "1 I P ns dor espa1'101- ha ido plan r y modulo dI todalas restant s burocr CI y u clasesacerdotal p jo rurn do d lo rnodemos san dn n s CI ntihco, r" tí IICO ofinanciero . la r le 16n conun ú I ndouno dios c ntros d poi ' rmc m C·
t ivo en la aoci d d cont mpo: n Ysus escriba s si n m CI ndo ,,1 resqu .mor de lOS h r I a ca turntnudosleer entrelln aa. cu ndo no oh IIn dospaseante s d I tr cho m ocul to d lavida .
Lo gol iard os - lOt I ctuetes y tu diantes d la Ed d M di . au rr doplacer d la vid y m nI d I cu rpo yla cultura - . los inqUISidor . prot tantes. utopista s ci nt lücos. hlósofo . marxistas. freudiano , Junto SQCI dadessecretas . mayo del 68 y n cronahsmas. terminan por compon r un cuadrode la ortodoxia contrapunl oada siernpre por el no existen cial quo habla de lazarandeada tray ectoll a dol hombro desde que Galileo soltara en entred ós esablasfemia de la contrariedad: EPPUf simuo ve.
El MIII/eus Mallelicafum . deliran temanual de ant ibru jería ideado por 10 5
inquisidores dom inicos Sprenger y Kra·mero ha sufrido algunas reformas al filode los años. pero su esencia. connnentede postulados incontrovert ibles. siguelozana en nuestros días Ha camb iadoel estilo y la burda cruzada a la Quemade herejes ha devenido en sofist icadocontrol de la disidencia. donde Inclusoel sistema se aviene a ciertas manifestaciones heterodoxas para acabar Integrándolas a ese extra"o código que la
cibernética se dispone a pregonar conla frialdad del mecano . ya en pleno umbral de la inte ligencia artificial.
Este. así lo pensamos. podría ser unode los mensajes de Savater o. al menos.una conclusión tácita de la lectura de suórbita mental alrededor de la heterodoxia en la historia. Es al final de su estudio cuando el filósofo se enfrenta a untipo de heterodoxia que comienza a extenderse a finales de los años sesentaen el mundo industrial izado y cuya motivación se origina en la marginalidadsocial de dist intos grupos que con susvind icaciones alborotan la parcialidaddel sistema. " A partir de los años sesenta . el rechazo del sistema político enlas democracias post -industriales deOccidente ha venido de grupos minori tarios cuyo principal mot ivo de uniónno es tanto económico como el com part ir una lacra o marginación social.Pero es que. además. las implicacionespolítico-económicas de estas reivindicacion es son muy directas .. ."
La segunda parte del libro está dedi cada a la contracultura. que se presentacomo una de las manifestaciones contra el sistema más impresionantes delactual siglo. Quizá por ello no hubieraestado de más englobarla en el aparta do de las heterodoxias. aún a riesgo derestar espacio en beneficio de una mayor coherencia temática. Por que locierto es que De Vill ana encara mov imientos y prot agon istas ya reseñadospor Savatar en el capítulo correspon diente. cediendo lugar a una redundan cia que en ocasiones podría incitar allector al salto de pág ina. Por encima deeste lapsus de sintonización entre auto res. el tratamiento ocurre con ameni dad desde las primeras pág inas dondeya se plantea lo equívoco del térm inocontracultura . " Procede de la traduc ción literal del inglés counter-cutture.cuyo sentido más exacto. sin embargo.sería cultura en opos ición. O sea. noalgo contra la cultura o adverso a ella.sino un mov imiento cultural enfrentadocon el sistema establecido y con los valores sociales dom inantes en ese mundo: en una palabra con la NORMA entend ida como incuestionable o inamovible . Por lo que la contracultura seríamejor entendida si la llamásemos cultura marginal. nueva cultura o. al menos.con esa expresión tan española . de tan to sabor linguís tico propio. de cultura ala contra ... " Pese a la sugerencia de
conceptos afines y mucho más exactos.De Villena seguirá util izando durantetodo su discurso el de contracultura.suponemos que por razones de merafuncionalidad.
El germen de esa cultura "a la contra" que irrumpe en la historia en losaños sesenta. se explica por una seriede factores -alejados en el tiempo y enel espacio- cuya convergencia posibilitará el primer fogonazo en la costaoeste de los Estados Unidos. El poetaAllen Ginsberg. el teórico NormanBrown. el siquiatra Abraham Maslow oel orientalista Alan Watts. son hombrestodos ellos ligados directamente al grito juvenil californiano que luego prenderá en la mayoría de los países del hemisferio occidental. Las causas de la rebeldía son enumeradas por De Villenaaún a riesgo de caer en la parcialidad decualqu ier clasif icación histórica : " . . .lagran decepción por la política clásica(comunista o capitalista) que no habíasido capaz de evitar guerras calamitosas y terr ibles: estaba también el ger-
Allen Ginsberg
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men de la rebeldía existencia lista -queapostaba por la libertad del individuo yhabía llenado de canciones tristes y libros estupendos el París de los añoscincuenta: estaba asimismo la rebeldíade los propios beats americanos queeran los padres más inmediatos de lanueva Californ ia: y estaba aún el descubrimiento del Oriente. el saber que enotros lugares del planeta se había intentado vivir de manera diferente y queesa otra forma no era necesariamentemala'. como la mentalidad colonialistase empeñaba en demostrar."
Esta causalidad del fenómeno contracultural no nos parece demasiadoacertada. en particular en lo referente alhastío por los sistemas políticos imperantes. cuando en esa época todavía enEuropa se asistía a una enconada polémica que decantará filos y antisoviet ismos a raíz sobre todo de la amarga experiencia de Checoslovaquia en su primavera del 68 . A no ser que estuviéramos ante una minoría norteamericana.francamente intelectual, y conscientede los avatares internacionales (pocosson hoy en día los que detentan tal condición. y no sólo en Estados Unidos) ypresta a entonar el canto de rebeldía enel momento en que lo exija la injusticiapracticada allende las fronteras. Preferimos creer que esos decepcionados dela política clásica se asomaron más a laventana del establishment capitalista-concretamente estadunidense- quea la de unos países comunistas que lagran mayoría de los norteamericanosconoce aún hoy sólo por vagas referencias.
De este modo. las causas enunciadas por De Villena es probable que actuaran más. como catalizadores de unsentimiento de impotencia por trastocar el juego de un sistema que desdehacía tiempo era incapaz de ofrecer alternativas a esa asfixiante cotidianidadque el joven estadunidense sobrelleva ba sin mirar atrás. La complejidad de unmovimiento que en la beat generationencuentra su voz más refinada . deberíahaber reclamado mayor atención de DeVillena en su estudio de la contracultura. Las menciones de Rimbaud o deHesse. y las más generales del surrealismo. de los precursores románticos.de magos y místicos en una misceláneadifícil de digerir. empaña la exposiciónbien abordada en un principio por el autor y nos ofrece una visión cuarteada
• NlIt StIIIpiro : An EncJcIop«JM ofQlIOtftionsAbout M4n1c. o. c.po Pr....N_ York, 1978.
MUSICAPOR
ESCRITO
MDE
USlcAAn6nimo
lo mejor de la música no se halla enlas notas.
Str.u recue~; B thoven su Ñ ,
Ch. r' s lves
Gustav Mahler
H.y lÓlo doce natal . llIy qu lNllr·la. con cuid do .
Paul Hnd mith
los composilor I d ben IC/lb.r me·lodl• • que 101 chol rel y mand. ·dero. pued.n " lb t •
Sir Thom' l B h.m
Luku F
Un. fug. .. una pI ID mUl lc I n '.que l• • voce a enlr n una d Ir"de l. otr. Y el público 1810 unodetr'l de ouo
la música el el único arte que evocala nostalgia por el íuturo .
Ned Rorem
Componer e. como h cer I amorcon el ful uro.
La música es más que la combinación de sonidos Es los coloreatambién. Veo las tonalidadelcomo un arco ins Re mayor elamar illa . Si mayor es marrón. Sibemol el azul.
Marlan McPartland
Siestuviera en mil m nos. haría quetodos Jos orltorío .. cantlr. ncon vestimenlll de época. Conexcepción. quiú. de b Cr••ción.
Sir Ernest N w m.n
Denme une li.1I de IIV nderia y yole pond~ música.
Gioac:chino R 'ni
La segunda sección lra t d Crfllldore,y componente,. y 101 lextOI refi rena la melodla. la armon! . el ntrno. locompositore• . la campo Ición y I van.guardia. Entre otro . . '01:
l.II tercera parte .. ti tula 'mplementeEJlIIC'Hfftes: trate de Jos directores deorquesta. Jos instrumente. y Jos instrumentistu. Jos conciertos. y I negociode l. música . Ejemplos:
La mejor música resulta siempre delos éxtasis de la lógica. ,
Alban Berg
Las matemáticas son música para lamente ; la música es matemáticaspara el alma .
Anónimo
No puedo concebir música que noexprese absolutamente nada.
Béla Bártok
la metáfora. y de ello resultan imágenestriviales. vulga res. anodinas. oscuras.pretens iosas e insufriblemente románticas. Ni que decirse tiene que escr ibirbien sobre música es un raro don. y hasido intentado á lo largo de la historiapor toda clase de gente : Shakespeare.Milton y Plutarco. y los antiguos griegos y egipcios. y hasta algunos compositores como Wagner. Berlioz. Schu rnann . Debussy. Copland. Bemstein.Thompson y Stravinski. no faltandotampoco las colaboraciones de algunoscríticos como Shaw. Mencken. Hune ker, Newman. Rosenfeld y Rolland. Ellibro que nos ocupa contiene citas detodos ellos. y de muchos otros que sehan atrevido a escribir sobre música ; lomás notable del asunto es que algunas
. de las citas más memorables se debena aquellos que no han tenido la músicani la crítica como profesión. Las fuentesde las citas que contiene este libro sonmúltiples: poemas. novelas. obras teatrales. cartas. diarios. biografías. historias. ensayos. entrevistas. grafitti. notasde programa. discursos. canc iones.conferencias. sermones. películas. catálogos. anécdotas. tratados políticos.filosóficos y religiosos. proverbios. máximas. aforismos. bromas. .. y citas . Ellibro lleva como epígrafe una cita deuno de los más cáusticos comentaristasde la música. el fallecido director de orquesta inglés Sir Thomas Beecham :"No hay buenos libros sobre música:'El libro editado por Shapiro se divide enocho grandes secciones. cada una subdividida a su vez en varias partes. Y fielal espíritu descriptivo con que encabecé esta nota. mencionaré esas secciones citando algunos ejemplos de las citas que contiene cada una.
La primera sección del libro se titula :La música es... la música hace ... lamúsica significa. . . He aquí algunas delas citas de esta primera parte .
issii
Luis Méndez Asensio
No dudo de que alguien haya dicho alguna vez que la música es para oírse yno para. leerse: no dudo tampoco deque alguien haya inventado esta paráfrasis : un acorde vale más que mil palabras. En todo caso. desconozco el origen de estas citas . porque creo que lasacabo de inventar. De todos modos. hablando de música por escrito. y partiéularmente de citas. resulta que hacepoco tiempo cruzó mi camino un libromuy interesante. que trata precisamente de citas respecto a la música. Lapropia introducción del libro resulta muyinstructiva: entre otras cosas.allí el editor Nat Shapiro señala el hecho de queal escribir de música solemos recurrir a
del fenómeno contracultural.Es indudable que el apremio del es
pacio y el tono exigido a la narraciónhabrán actuado como rémoras en el desempeño de la labor de De Villena; quizá por ello -ya lo dijimos anteriormente- hubiera sido más oportunoagrupar bajo un único título de heterodoxias el doble contenido del libro. Paraaquellos interesados en conocer algunade las cumbres de la cordillera del inconformismo histórico. la. guía didáctica de Montesinos puede ser un buenhallazgo. Aunque sigamos pensandoque la divulgación temática de la cultura no tiene por qué rendirse ante un número asignado de cuartillas y menos
. aún cuando la- ambición de un títulocomo el que nos ocupa reclama siempre un contenido a la altura de las circunstancias.
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