Tema 2. Crisis del Antiguo Régimen: 1788-1833.
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ÍNDICE 1.- introducción, Antiguo Régimen y nuevas ideologías.
2.-La crisis del reinado de Carlos IV (1788-1808).
2.1.- Introducción: Antiguo Régimen y Nuevas Ideologías. 2.2.- La política exterior, 1788-1898.
2.3. Crisis económica, política y social.
3.- La guerra de Independencia, 1808-1814: Causas, desarrollo y consecuencias.
3.1. Orígenes y causas.
3.2. La España de Napoleón.
3.3. La España no ocupada.
3.4. La guerra.
4. Las cortes de Cádiz: Constitución, composición y obra legislativa.
4.1. Convocatoria, grupos y desarrollo de los hechos.
4.2. La obra legislativa de las Cortes de Cádiz.
4.3. La Constitución de 1812.
5. El reinado de Fernando VII, 1814-1833: Liberales y absolutistas.
5.1. El Sexenio absolutista, 1814–1820.
5.2. El trienio liberal, 1820-1823.
5.3. La Década absolutista o Década Ominosa (1823–1833).
6. El proceso de emancipación de las colonias españolas de América (1810–1824).
6.1. Las causas de la independencia.
6.2. Las etapas de la Independencia de América.
6.3. Consecuencias de la independencia americana.
7. Extremadura, 1789-1833.
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El Antiguo Régimen (así llamado el período anterior a la revolución francesa) tenía unas
características bien reconocibles:
1. En lo económico, la tierra era principal fuente de riqueza y pervivía el régimen señorial de
origen medieval, con la mayoría de la propiedad controlada por la nobleza y la Iglesia y vinculada
o amayorazgada a favor de nobles, clero e instituciones (municipios, principalmente). Muchas
explotaciones estaban sometidas a cargas y normas de explotación que dificultaban una
economía competitiva, a pesar del avance de la privatización de tierras a favor de la burguesía
agraria y del retroceso de la servidumbre, sustituida por arrendamientos a colonos, foros y
contratos enfitéuticos. El minifundismo de subsistencia predominaba en el norte y el
latifundismo extensivo, destinado al mercado predominaba en el sur, con abundancia de
jornaleros. El comercio y la artesanía crecieron en el siglo XVIII,
fortaleciendo el poder económico de la burguesía en las ciudades, pero sin
llegar a dominar la economía nacional, con un mercado interno escaso y
reducido muchas veces a mercados y ferias, o lastrado por malas
comunicaciones, aduanas internas y escaso poder adquisitivo del pueblo llano.
2. En el sistema político absolutista del Antiguo Régimen, el Rey ejercía una
soberanía de origen divino, a pesar de las reformas del s. XVIII que
centralizaron, uniformizaron y racionalizaron la administración, aunque el
Despotismo Ilustrado no llegó a transformar realmente el sistema político, económico y social.
Rousseau
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3. La sociedad estamental tenía dos estamentos privilegiados ( Nobleza y Clero) y uno no
privilegiado o pueblo llano (Burgesía, clases populares urbanas, campesinado, arrendatarios,
jornaleros, etc.). El pueblo llano sostenía al Estado con sus impuestos, a la Iglesia con el
diezmo, a la nobleza con sus rentas y cargas señoriales (territoriales y jurisdiccionales), pero no
disfrutaba de poder político, ya que los cargos y empleos relevantes eran monopolizados por la
nobleza y el clero.
La Ilustración y las ideas de Montesquieu, Voltaire y Rousseau, referentes a la democratización
política, igualdad social, preocupación por la educación y las ciencias, encontrará adeptos en
España y enorme difusión a traves de las Sociedades de Amigos del País. Sus propuestas
reformistas chocarán con la oposición de nobleza y clero, pero sentarán las bases del Liberalismo
decimonónico y sus propuestas: Sistema político
parlamentario democrático, una Constitución que
determine los derechos y deberes de los ciudadanos, la
igualdad jurídica de todos ante la ley, la soberanía
nacional ejercida por el pueblo a través del sufragio, la
división de poderes (Legislativo, judicial y ejecutivo) y
su independencia.
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2.1.- La política exterior, 1788-1808.
En 1788 muere Carlos III y le sucede su hijo Carlos IV, que gobernará entre 1788 y 1808. La
figura de Manuel Godoy (joven militar ilustrado y amante de la reina María Luisa), como favorito o
primer ministro marcarán el reinado. En 1789 −al año siguiente de llegar al poder Carlos IV−, se
inició la Revolución Francesa y España se alinea con las potencias absolutistas, El ilustrado Conde
de Floridablanca (Secretario del Despacho) desencadena el llamado “pánico de Floridablanca”, al
imponer un “cordón sanitario” consistente en el cierre de fronteras para evitar la llegada de
propaganda y libros franceses, y prohíbe viajar o estudiar en Francia, cierra las Sociedades de
Amigos del País por su vinculación a ideas ilustradas, y censura la publicación de periódicos
políticos.
En 1792 destituyen a Luis XVI y se elige una nueva
Asamblea, la Convención, mientras en España el Conde
de Aranda sustituye a Floridablanca como Secretario
del Despacho e intenta negociar con Francia, pero la
radicalización de la revolución provoca la ruptura de
negociaciones. El 2 de septiembre de 1792, Godoy
sustituye a Aranda como Secretario de Despacho, y
gobernará España hasta 1808, salvo entre 1798-1800.
El guillotinamiento de Luis XVI y Mª Antonieta en enero
de 1793, da lugar a que la I Coalición (G.B., Austria, Holanda, España…) declare la guerra a Francia
(Guerra de la Convención o Guerra de los Pirineos, 1792–1795). El General Ricardos invade el sur
de Francia, pero en 1794 Francia invade Cataluña y País Vasco, y en julio de 1795 se firma la Paz
de Basilea, que reconoce la victoria francesa: Francia devuelve Cataluña y el País Vasco a cambio
de la mitad de la isla de Santo Domingo (Haití) y de un tratado comercial. Desde la Paz de
Guillotinamiento Luis. XVI.
Familia Carlos IV
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Basilea (1795) España se aliará con Francia contra la rivalidad marítima inglesa, y se firma el
Primer Tratado de San Ildefonso. La Armada británica derrota a la española en el Cabo de San
Vicente (feb. 1797), diezmando nuestra flota y desprotegiendo el comercio con América, y los
ingleses ocuparon Menorca hasta 1802.
En 1799, Napoleón Bonaparte tomó el poder en Francia (poder absoluto como Primer Cónsul),
y Godoy será su gran aliado, firmando en 1800 el Segundo Tratado de San Ildefonso, En 1802
España desencadena la Guerra de las Naranjas contra
Portugal, ocupando Olivenza, mientras los británicos
ocupan Menorca antes de firmar la Paz de Amiens con
Francia En 1804, Napoleón, ya emperador, declaró la
guerra a la 3ª Coalición (1804–1806) e intentó invadir
Gran Bretaña, para lo que necesitaba distraer a la flota
inglesa, pero en Trafalgar (21-X-1805) el Almirante
Nelson destruye a la flota franco-española. La flota
inglesa, dividida en dos columnas paralelas, atacó
perpendicularmente a la línea formada por Villeneuve,
lo que le permitió cortar la línea de batalla enemiga y
rodear a varios de los mayores buques, mientras
Villeneuve intentó huir a Cádiz, Los españoles, Churruca y
Gravina, advirtieron del error de intentar virar en redondo
con viento flojo. La potencia de fuego hispano-francesa era
superior, pero la cadencia inglesa era mejor, y al virar la
armada de Villeneuve permitió ser batida por los laterales.
Dumanair desobedeció órdenes y huyó con 4 barcos. Nelson
recibe un disparo en la cubierta del Victory y muere a las
pocas horas. A pesar del heroísmo de barcos como el
Bucentaure, la Redoutable, el Santísima Trinidad, o el
Santa Ana y el Neptuno, los errores de Villeneuve hicieron
inevitable la derrota
1.3. Crisis económica, política y social.
Muchas de las reformas ideadas por Godoy e inspiradas en los Ilustrados del siglo XVIII chocan
con los intereses de los grupos más conservadores: Ley agraria, liberación de precios. La crisis
económica era inevitable, por el aumento de la población, el encarecimiento de la tierra ante la
mayor demanda de explotaciones y productos agrícolas, las malas cosechas de algunos años, y por
la falta de reformas de un sistema productivo anticuado. El desempleo, la miseria y, como en
muchas otras ocasiones, la subida exagerada de precios de los productos de primera necesidad,
se dispararon.
A esta crisis productiva, típica del Antiguo Régimen, se unió la crisis de la Hacienda: Desde 1793
se habían iniciado las emisiones de Vales Reales (Títulos Deuda), pero pronto aumentaron su tipo
de interés, primero, y después se devaluaron al colocar demasiados en el mercado, provocando la
bancarrota del Estado en 1804. En 1798 Godoy ordenó la primera Desamortización de bienes de
Beneficencia eclesiástica y de los jesuitas expulsados, para pagar la Deuda, beneficiando a la
burguesía como compradores de estos bienes a precios muy asequibles, e incluso canjeándolos por
Vales Reales devaluados. Esta medida desamortizadora, lógicamente, provocó la oposición de la
Iglesia, y no solucionó los problemas económicos del Estado.
Nelson, herido en la cubierta del Victory.
Mapa batalla Trafalgar (Video)
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Diversos grupos sociales coincidían en su descontento con la monarquía de Carlos IV y el gobierno
de Godoy: La Iglesia por la desamortización de 1798; la nobleza más conservadora por su oposición
a toda reforma y al “advenedizo” Godoy; el pueblo llano empobrecido y manipulado por los nobles y
fernandinos; los grupos progresistas que deseaban reformas liberales y llegarán a apoyar la
llegada de Napoleón.
A la crisis económica, hacendística y social, se unirá la crisis política, ya que la derogación en 1789
de la Ley Sálica, aunque no se hizo oficial, inició una lucha por el poder entre partidarios de Carlos
IV y los de su hijo, Fernando, que aprovechará Napoleón en su beneficio. El desastre de Trafalgar
y la firma del Tratado de Fontaniebleau, agudizo la crisis económica por los gastos ocasionados
por el ejército francés y por el bloqueo inglés al comercio español con América, y desencadenó la
lucha final por el poder entre Carlos IV y Fernando VII.
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3.1.- Orígenes y causas, 1788-1808.
La revolución francesa y las guerras napoleónicas, resumidas más arriba, son la primera causa
directa y origen de esta guerra, entre 1789-1806, pero la derrota de Trafalgar, el Decreto de
Berlín, y e Tratado de Fontaniebleau, desencadenarán un crisis interna en España que forma parte
de las causas internas desde 1807.
2-Decreto de Berlín y Tratado de Fontaniebleau. Por el Decreto de Berlín de 1806 Napoleón
prohibía el comercio con Gran Bretaña para obligarles a firmar una paz favorable a Napoleón, pero
necesitaba someter a aquellos países aliados de los británicos y que no respetaban el Decreto:
Dinamarca, Grecia o Portugal. Por el Tratado de Fontaniebleau entre España y Francia en 1807,
España permitía que un ejército francés atravesase hacia Portugal, dejasen guarniciones en
España, y después dividir Portugal entre Carlos I de Borbón (Lusitania septentrional entre el Miño
y el Duero), la ex reina de Etruria y hermana de
Napoleón (Elisa Bonaparte, que gobernaría entre
el Duero y Tajo), y para Godoy (Rey de los
Algarves) la zona sur del Alentejo y Algarve. En
pocos días las tropas de Junot tomaron Lisboa,
pero en España se acantonan más de 100.000
hombres al mando de Junot y Murat. Este
último (Duque de Berg y cuñado de Napoleón)
fue nombrado en febrero de 1808
Lugarteniente del Emperador en España, y
dirigió sus tropas hacia Madrid.
3-El Motín de Aranjuez (17-19 de marzo de 1808) se presentó como una rebelión popular, aunque
en realidad fue organizado por los partidarios de Fernando VII y protagonizado por grupos
organizados de 4-6 hombres armados de palos que recorren Aranjuez capitaneados por supuestos
líderes del pueblo (“El tío Pedro”, «el tío Coleto», «el aragonés» o «el extremeño»), que eran los
nombres en clave del Conde de Montijo y otros nobles, que pagaron a los agitadores y organizaron
la revuelta. Godoy había ordenado al General Castaños formar un ejército para enfrentarse a los
franceses, y ante el peligro de revuelta había preparado la huida de la familia real hacia Sevilla,
pero, no le dio tiempo, y su casa fue asaltada y él apresado, a pesar de esconderse en un arcón.
Carlos IV fue obligado a firmar la destitución de Godoy y a abdicar, 2 días después, en su hijo
Fernando, que el 23 de marzo entró a caballo en Madrid por la puerta de Toledo, aclamado por el
Motín Aranjuez.
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pueblo, mientras Murat entraba por la puerta de Chamartín, también aclamado por los que creían
que venía en apoyo de Fernando (24 años), que reinará 2 meses.
4-Dos de mayo de 1808 y Abdicaciones de Bayona (5-6 de mayo de 1808). Carlos IV pidió la
ayuda de Napoleón por su abdicación, y el Emperador invitó a Fernando VII y Carlos IV a Bayona
(llegaron el 20 y 30 de abril). Ante la
imposibilidad de acuerdo, Napoleón consiguió la
abdicación de Fernando VII (No sin antes
amenazarle de muerte) a favor de su padre,
quien al día firmó el acuerdo de abdicación a
favor de Napoleón siempre y cuando éste
respetase la integridad de España y las Indias,
y la confesionalidad católica del estado, y
entregase cediese Navarra Fernando VII y el
territorio francés de Chambord a Carlos IV.
Fernando, su hermano Carlos Mª Isidro y su tío
Antonio Pascual, fueron recluidos en el castillo
de Valençay hasta 1814, y Napoleón proclamó
rey de España a su hermano José I Bonaparte.
Mientras tanto se produce la rebelión del DOS
DE MAYO en Madrid, contra la presencia de
tropas francesas, el traslado de los miembros
de la familia real a Francia, y las noticias sobre
la reclusión de los reyes en Bayona. Los
madrileños, acaudillados por los capitanes Luis
Daoiz y Pedro Velarde, se levantan contra el
ejército francés. Grupos de madrileños empiezan a manifestarse y enfrentarse a soldados
franceses por la mañana, y se amotinan frente al Palacio Real para impedir que se lleven al infante
Francisco de Paula, el menor de los hijos de Carlos IV, a Francia. Por la tarde se suman las
guarniciones dirigidas por Daoiz y Velarde, y provocan la respuesta de Murat, que restablece el
orden y reprime la revuelta fusilando a centenares de madrileños como escarmiento («Los
fusilamientos del 3 de mayo» o «Fusilamientos de la Moncloa» de Goya). El 4 de mayo el resto de
la familia real partirá hacia Bayona, con el Infante Antonio Pascual, tío de Fernando, que presidía
la Junta de Gobierno –que había gobernado desde el 10 de abril hasta el 4 de mayo.
Para muchos este es el inicio de la guerra, con la extensión de la rebelión por toda España, la
creación de las Juntas Locales, Provinciales (Junta Suprema de Extremadura en junio), y la Junta
Suprema Central (presidida por Floridablanca), opuesta a la
Junta de Gobierno y al Consejo de Castilla (dirigidos por el
mariscal francés MURAT). Esta guerra hay que
entenderla, en primer lugar, como un conflicto europeo en
el que Napoleón debe atender a varios puntos de conflicto
y en el que la rebelión española dificultará el bloqueo
continental a Gran Bretaña y servirá de ejemplo a otros
pueblos europeos en la lucha contra Napoleón (Prusia,
Rusia), por lo que la contienda sufrirá vaivenes en función
de los éxitos y fracasos napoleónicos en Europa. En
segundo lugar, fue una guerra nacional y popular, pero
Abdicación de Bayona. Declaración de Carlos IV.
Así pues, por un tratado firmado y ratificado, he cedido
a mi aliado y caro amigo el Emperador de los franceses
todos mis derechos sobre España e Indias; habiendo
pactado que la corona de las Españas e Indias ha de ser
siempre independiente e íntegra, cual ha sido y estado
bajo mi soberanía, y también que nuestra sagrada religión
ha de ser no solamente la dominante en España, sino
también la única que ha de observarse en todos los
dominios de esta monarquía. Tendréis lo entendido y así
lo comunicaréis a los demás consejos, a los tribunales del
reino, jefes de las provincias tanto militares como civiles y
eclesiásticas, y a todas las justicias de mis pueblos, a fin
de que este último acto de mi soberanía sea notorio a
todos en mis dominios de España e Indias, y de que
conmováis y concurran a que se lleven a debido efecto las
disposiciones de mi caro amigo el emperador Napoleón,
dirigidas a conservar la paz, amistad y unión entre Francia
y España, evitando desórdenes y movimientos populares,
cuyos efectos son siempre el estrago, la desolación de las
familias, y la ruina de todos. Dado en Bayona en el palacio
imperial llamado del Gobierno a 8 de mayo de 1808.
Yo el Rey. Al Gobernador interino de mi consejo de
Castilla.
Abdicaciones de Bayona.
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inicialmente no revolucionaria, ya que el ideario inicial de los rebeldes se basaba en la defensa de
la religión, la monarquía, y la sociedad tradicional, convirtiendo a la Iglesia en uno de los motores
del levantamiento, en contra de la ideología de una minoría liberal que emergerá poco a poco y
protagonizará la auténtica revolución política en Cádiz (Cortes de Cádiz y Constitución de 1812).
3.2. La España de Napoleón.
Con el apoyo de españoles "afrancesados" que
colaboraron con él, José Bonaparte gobernará la
parte dominada por los franceses. El "Estatuto de
Bayona", una especie de Constitución otorgada con
aires liberales que servirá de base legal para
introducir reformas ilustradas-liberales que acaben
progresivamente con el Antiguo Régimen, definía el
Estado como confesional-católico, el Gobierno
presidido por el Rey se apoyaba en el Consejo de
Estado, reconocía derechos individuales
(Inviolabilidad del domicilio, libertad personal,
derechos del detenido, abolición del tormento……)),, el
Poder Judicial sería independiente, y reservaba
amplios poderes para el Rey y las Cortes
Estamentales.
Los “afrancesados” apoyaron las reformas del Estatuto y juraron fidelidad a José I. La mayoría
eran muy instruidos, aristócratas (duques de Híjar o Conde de Santa Coloma), clérigos, altos
funcionarios (ministros como Cabarrús o Mazarredo), funcionarios de provincias e intelectuales
(José Mª Blanco White, Meléndez Valdés o Leandro Fernández de Moratín), o artistas como Goya.
Ideológicamente estaban próximos a los liberales moderados jovellanistas, partidarios de
acuerdos entre liberales y absolutistas y contrarios a una revolución. El pueblo les consideró
traidores, y al finalizar la guerra muchos se exiliaron o sufrieron
cárcel o fusilamiento.
José I decreta la abolición del régimen señorial y la desvinculación
sus bienes, la desamortización de bienes eclesiásticos y la
supresión de aduanas internas. Suprimió los mayorazgos, gremios
e Inquisición, y dividió el territorio en provincias como después
Javier de Burgos en 1833 (La provincia del Tajo y Alagón se
asemeja a la actual de Cáceres). Creó la Junta de Instrucción
Pública para desarrollar la educación, y se enfrentó a su hermano
cuando éste no le permitió convocar Cortes Generales y cuando en
1810 el Emperador planeo incorporar a Francia los territorios al
norte del Ebro. José I sufrió el escarnio de la propaganda
enemiga.
3.3. La España no ocupada.
El vacío de poder provocado por los levantamientos populares, las abdicaciones de Bayona, y el
secuestro del gobierno oficial, en la España sublevada, provocó la aparición de las Juntas locales
(vecinos más significados, como nobles, eclesiásticos, militares, ilustrados burgueses) que
lideraron el levantamiento anti francés y ocuparon el vacío de poder provocado por los
levantamientos populares, las abdicaciones de Bayona, y el secuestro del gobierno oficial. En
Septiembre de 1808, los delegados de las Juntas Provinciales, reunidos en Aranjuez,
Mapa provincial de José I
José I.
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constituyeron la Junta Central Suprema (34 miembros presididos por Floridablanca), que rechazó
la renuncia de Fernando VII al trono, asumió la Soberanía Nacional y la dirección de la guerra, y
negoció la ayuda inglesa (El Consejo de Castilla ya había declarado nulas las abdicaciones de
Bayona en Agosto).
Las derrotas obligaron a la Junta a refugiarse en Cádiz, y allí publica el decreto del 22-V-1809
proponiendo crear Cortes Constituyentes para marzo de 1810, pero las disputas por esta
convocatoria y las derrotas, obligaron a su disolución el 29 de enero de 1810 a favor de un Consejo
de Regencia (Gobierno provisional de 5 miembros muy conservadores), que mantendrá la
convocatoria de Cortes por la presión popular y de las Juntas americanas.
Durante el período habrá varias tendencias políticas en la España no ocupada: Los liberales
moderados o Jovellanistas (Floridablanca y Jovellanos), partidarios de Fernando VII y de una
soberanía Real; los Liberales radicales (burgueses, intelectuales) partidarios de amplias reformas
y de una monarquía constitucional fernandina; y los absolutistas o serviles partidarios del
absolutismo con Fernando VII, el catolicismo ortodoxo, y el rechazo de las reformas liberales.
Todos estaban contra los invasores franceses de José I y los españoles afrancesados, y serán
apoyados por una rebelión popular y por unos 12.000 exiliados huidos de la “España francesa” e
instalados en Cádiz.
3.4. La guerra.(Video)
El levantamiento popular madrileño del 2 de mayo se
extiende por toda España e inicia The Peninsular War
(según la historiografía inglesa) o la Guerra de
Independencia según los españoles (También llamada la
«guerra del francés» –en Cataluña– o «la francesada»
en el resto de España), dentro de las guerras
napoleónicas, y el conflicto civil entre españoles
(patriotas contra afrancesados ). La guerra dividirá el
territorio en una España napoleónica gobernada por
José I y otra “liberada” gobernada por la Junta Central
Suprema. Sus causas hay que buscarlas en los intereses
napoleónicos y la alianza España-Francia que lleva al
Tratado de Fontaniebleau, pero también en la
decadencia española de finales del XVIII (crisis política y económica) y su dependencia de
Francia.
Primera fase (mayo–octubre de 1808): El avance
francés y la batalla de Bailén.
En junio de 1808, un ejército francés de 170.000
hombres se despliega en abanico por la península,
pero la resistencia de las Juntas, la reorganización
del Ejército español (El de Castilla del General
Cuesta; el de Galicia del General Joaquín Blake; el
de Aragón del General Palafox, y el de Andalucía
del General Castaños), y la resistencia de Zaragoza
(Palafox y Agustina de Aragón) y Girona (Álvarez
de Castro), dificultó el avance francés.
El mariscal Dupont conquistó el centro de Castilla Despliegue tropas napoleónicas.
Fusilamientos 2 mayo.
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pero en Bailen (Jaén) fue derrotado el 19–22 de julio por el General Castaños. Ante esta primera
gran derrota en Europa y la rendición de 20.000 soldados (Napoleón calificó a Dupont de estúpido
y cobarde), los franceses fueron abandonaron Portugal (Derrota de Vimeiro y Tratado de Cintra),
José I abandonó Madrid hacia Vitoria, y las tropas francesas retrocedieron hasta el Ebro. En
Octubre Napoleón sólo controlaba el País Vasco, Navarra y parte de Girona.
Segunda Fase (Octubre 1808-1812): La ocupación napoleónica.
En noviembre de 1808 Napoleón llega a España con sus principales
generales y un ejército de 250.000 hombres (la Grand Armé), venciendo en
Tudela, Burgos y Somosierra. En un mes liquida al ejército español y entra
en Madrid (2 dic.1808) con José Bonaparte, mientras la Junta Central huye
a Sevilla y más tarde a Cádiz. Napoleón dictó 4 decretos reformistas antes
de marcharse a finales de 1808: abolición de los derechos feudales, de la
Inquisición, reducción de los conventos y nacionalización de sus bienes.
Desde comienzos de 1809 los franceses aparentemente dominan toda
España, pero se inicia una típica guerra de desgaste durante tres años
(1809–1811) entre franceses, guerrillas y un ejército español de apenas
100.000 soldados. Las guerrillas protagonizan desde 1809 «la petite guerre», con grupos de 100
hombres o menos, formados por antiguos soldados (Espoz y Mina, Porlier), voluntarios civiles (El
Estudiante, Don Julián Sánchez), campesinos (El Empecinado), bandoleros indultados por defender
la patria, y curas (El Cura Merino). Con ideologías distintas: El absolutista Cura Merino se rebeló
en Villoviado (Burgos) al obligarle a servir como acemilero pero defendió el absolutismo en el
Trienio Liberal (1820–23) y en la 1ª Guerra Carlista,
mientras «El Empecinado», lidero las guerrillas el Duero,
para después liderar a los liberales con Riego en el Trienio
hasta ser ahorcado por los absolutistas en 1823. Los
guerrilleros atacaban por sorpresa, aprovechando el
conocimiento de terreno y el apoyo de la población,
destruían pequeñas guarniciones, caravanas de
abastecimiento y soldados rezagados, dificultando las
comunicaciones entre Madrid y París (40 días), obligando a
los franceses a mantener muchos efectivos en la península.
En 1811 se integraron en el ejército franco británico
liderado por Wellington.
En 1810 el general Massena atacar Portugal, donde había desembarcado un ejército británico de
12.000 hombres al mando de Arthur Wellesley (Duque de Wellington), tomando Ciudad Rodrigo y
Almeida, pero se estancó ante las defensas de Torres Vedras (Fortificaciones y accidentes
naturales defendidos 30.000 ingleses y 30.000 portugueses a
lo largo de 47 Km.) y la táctica anglo-lusa de destrucción de
puentes, barcas y transbordadores en el Duero-Tajo.
El general Soult conquistó Andalucía y sitió Cádiz en febrero
de1810 con 20.000 soldados, pero fracasó ante la flota
hispano-británica, y el ejército del duque de Alburquerque que
llegó a Cádiz un día antes que los franceses y voló el puente de
Zuazo en el río Santi Petri. A pesar de la resistencia de Cádiz,
Gerona o Valencia, a finales de 1810 sólo zonas de Portugal
Grabados Goya
Cura Merino
Grabados Goya
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(Lisboa), Galicia y la España insular, estaban completamente libres de franceses.
Tercera fase (1812-1813): Derrota francesa y retirada.
Debido a la campaña de Rusia Napoleón retira a sus mejores tropas de España (50.000 soldados),
e ingleses y españoles atacarán. En Julio de 1812 Wellington
desembarca en Lisboa y avanza hacia Badajoz (Victoria de Albuera)
con tropas portuguesas, españolas, inglesas y guerrilleros, ocupando
Extremadura, Ciudad Rodrigo y Salamanca (Victoria de los Arapiles el
22 de julio). El 13 de agosto de 1812 libera Madrid y José I huye a
Valencia protegido por el General Suchet, mientras Soult levanta el
cerco de Cádiz y se retira de Andalucía. Los franceses recuperan
Madrid (3-XI-1812) y Wellington se retira a Salamanca. En julio de
1813 Wellington reúne un ejército con 52.000 británicos, 20.000
españoles y 32.000 portugueses, para recuperar Madrid y avanzar
hacia el norte, donde vence en Vitoria y San Marcial. José I y su corte
a abandonan España y en diciembre de 1813 Napoleón firma el tratado de ValenÇay, después de la
derrota napoleónica de Leipzig contra la 7ª Coalición, devolviendo la corona a Fernando VII.
El balance de la guerra.
La Guerra de la Independencia provocó más de 300.000 muertos de una población de 11.000.000,
multitud de heridos, destrucciones y saqueos, hambre y epidemias por la ruina agrícola y
ganadera, paralización industrial y aumento de la Deuda Pública. Los británicos destacan la
actuación militar de Wellington, pero olvidan la participación portuguesa y española, y destrucción
intencionada de infraestructuras industriales y artesanales, para reducir una futura competencia
a sus manufacturas. El exilio de 10.000 españoles afrancesados (Decreto 30-V-1814) nos priva de
ciudadanos muy capacitados, y la guerra nos lea la costumbre de resolver nuestros conflictos
violentamente (guerras civiles y golpes de Estado), y el protagonismo de los militares da lugar a la
aparición del pretorianismo (Participación de los militares en política). La guerrilla popular fue una
auténtica escuela de rebelión colectiva, utilizada tanto por liberales como por absolutistas a lo
largo del siglo XIX. En lo positivo cabe destacar las Cortes de Cádiz: Primera Constitución
española e inicio de las reformas que suponen la transición del absolutismo al liberalismo.
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4.1. Convocatoria, grupos y desarrollo de los hechos.
El 22 de mayo de 1809 la Junta Central convoca
Cortes el 22 de mayo de 1809 para satisfacer los
deseos del sector progresista de las Juntas y
elaborar una Constitución, pero las disputas en la
propia Junta Central −desacreditada por las derrotas
militares− provocan la sustitución de la Junta por una
Regencia de 5 miembros muy conservadores (Pedro
Quevedo y Quintano, obispo de Orense, Saavedra,
Castaños, Escaño y Lardizábal) el 31-I-1810. A pesar
de su rechazo a las Cortes democráticas, ante la
creación de Juntas locales en América, la Regencia
mantuvo la convocatoria a Cortes, decretando una
«Consulta al país» (a las instituciones más
representativas: civiles y eclesiásticas, profesores de universidades, destacados ilustrados, etc.)
Mapa guerra
Wellington.
Tema 2. Crisis del Antiguo Régimen: 1788-1833.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 10
sobre las reformas que debían emprenderse, la forma de reunir las Cortes y los temas a tratar en
ellas, bajo supervisión de una Comisión presidida por Jovellanos.
La decisión sobre la convocatoria de Cortes fue compleja y varió según quien dominase la Junta
Suprema y después la Regencia. Al principio se barajó convocar unas Cortes con tres brazos
(nobiliar, clerical y pueblo llano), como en el Antiguo Régimen, pero al final la Convocatoria
contemplaba unas Cortes unicamerales y un sistema de elección complejo: Sufragio universal
masculino e indirecto, por circunscripciones, en el que podrían votar los varones mayores de edad
con domicilio propio y a razón de 1diutado por cada 50.000 habitantes, pero con muchas
excepciones: Las ciudades con derecho a representación en Cortes tendrían sus propios
representantes, también habría algunos diputados de la Junta, en América la forma de elcción
sería más propia del antiguo Régimen, y los diputados que no pudiesen ser elegidos en sus distritos
por, culpa de la guerra, serían elegidos por emigrados de esas provincias asentados en Cádiz, y
además se elegía a un número considerable de diputados suplentes que sustituirían a los elegidos
en sus distritos que no pudiesen desplazarse a Cádiz. Muchos burgueses liberales, funcionarios
ilustrados e intelectuales de ciudades controladas por Napoleón, huyeron a Cádiz. Las Cortes se
reunieron por primera vez en Cádiz, en la Isla de León, el 24 de septiembre de 1810, y según el
historiador M. Tuñón de Lara, la mayoría de los diputados pertenecían al Estado (150
profesionales liberales y funcionarios, 60 abogados, 55 funcionarios públicos), completados con
97 clérigos, 37 militares, 8 títulos nobiliarios. La baja representación de la Alta Nobleza y Alto
Clero, así como de campesinos, o la ausencia de mujeres que todavía carecían de derechos
políticos, explican el talante liberal y moderado a la vez.
Pronto surgieron tres grandes tendencias:
a) Los Liberales (innovadores) partidarios de reformas revolucionarias y simpatizantes de la
Revolución Francesa, de la soberanía nacional, cortes unicamerales democráticas, Constitución
liberal, libertad de imprenta, abolición de la Inquisición e «igualdad de los españoles de ambos
hemisferios». Destacan Agustín Argüelles (gran orador, jefe de los liberales, protagonista de la
Constitución de 1837), Muñoz Torrero (sacerdote, rector de la Universidad de Salamanca y
miembro de la comisión que elaboró la Constitución de 1812), y Pérez de Castro. Contaron con el
apoyo de la prensa gaditana y dominaron los debates de las Cortes.
b) Los Jovellanistas (renovadores), más moderados, partidários del parlamentarismo británico, del
mantenimiento de algunas leyes tradicionales
hispanas, división de poderes sui generis (poder
ejecutivo para el Rey, Legislativo para Cortes
estamentales y judicial para el Poder Judicial).
c) Los Absolutistas («serviles» o «inmovilistas»)
defienden el absolutismo y el Antiguo Régimen: El
obispo de Orense D. Pedro de Quevedo y
Quintano, Ostolaza, Inguanzo…
Las Cortes funcionarán desde el 24-IX-1810 hasta
la primavera de 1814, primero en el edificio del
teatro de Cádiz, después en la Isla de León (actual
San Fernando), y desde 1811, al acabar la epidemia
de fiebre amarilla, en la Iglesia de San Felipe Neri.
Muñoz Torrero pronuncia el discurso inaugural ante 100 diputados de los 300 que finalmente se
incorporarán, e inmediatamente adoptan los siguientes acuerdos:
Tema 2. Crisis del Antiguo Régimen: 1788-1833.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 11
1. Las Cortes se proclaman Asamblea Nacional.
2. Adoptan la Soberanía Nacional: El poder reside en el conjunto de los ciudadanos, que lo
ejercen mediante el sufragio y lo ceden temporalmente a los representantes en Cortes, que
son meros representantes de la nación. Según Sánchez Agesta establecen los fundamentos del
nuevo régimen político
3. Reconocen a Fernando VII como rey constitucional, declarando nula la abdicación de Bayona.
4. Suprimen la división de las Cortes en 3 brazos (nobleza, clero y Estado llano) y adoptan la
forma de Asamblea unicameral.
5. Exigen juramento de fidelidad a las Cortes y a las leyes emanadas de ellas.
6. La Soberanía Nacional implicaba un nuevo concepto de nación hecha por ciudadanos en la que
tenían cabida, en igualdad de condiciones, los territorios americanos.
La labor de las Cortes fue inmensa, destacando dos grupos de tareas: La elaboración de la
Constitución de 1812, y la promulgación de varios decretos que reforman aspectos esenciales de
la política y la sociedad españolas, para sustituir las estructuras políticas, económicas y sociales
del Antiguo Régimen por las de un Estado Liberal.
4.2. La obra legislativa de las Cortes de Cádiz.
Junto a la Constitución de Cádiz se promulgan una serie de leyes que dan forma al nuevo sistema
social y económico. El decreto de libertad de imprenta, que suprimía la censura para los escritos
políticos, no así para los religiosos, inaugura una legislación liberal inspirada en los principios de la
revolución francesa. A este decreto le seguirán otros muchos que afectarán a la economía, la
propiedad, las instituciones, etc..
Entre las leyes de naturaleza económica, inspiradas en las ideas de Jovellanos para modernizar la
economía, destacan:
1. Decreto del 8 de junio de 1813 sobre libertad de producción, que permitía a cualquier
ciudadano crear fábricas sin permisos especiales y abolía los gremios, dando paso a las
relaciones de producción liberal-capitalistas.
2. La Ley agrícola, basada en el “Informe sobre la Ley agraria” de Jovellanos, establecía la
libertad de cultivos, la liberalización de precios agrícolas, y el libre cercamiento de las
propiedades a imagen de las leyes de Enclosures británicas.
3. Decreto de abolición del Honrado Concejo de la Mesta y sus privilegios, reconociendo el
derecho de los pueblos a acotar sus tierras comunales.
4. Decreto del 6 de agosto de 1811 aboliendo los Señoríos (nobiliarios y eclesiásticos), acabando
con el control territorial de los señores y sus privilegios (tribunales especiales, nombramiento
de las autoridades municipales o el cobro de rentas señoriales), y prohibiendo el uso de los
términos señor y vasallo. La oposición de los señores provocó que el art. 5 distinguiese entre
señoríos jurisdiccionales (el señor tenía derechos sobre las tierras y administraba justicia,
nombraba y controlar a los cargos municipales, y ejercía el orden público) y señoríos
territoriales o solariegos (el señor solo goza de derechos sobre la tierra), y que el Decreto
sólo aboliese los Señoríos Jurisdiccionales, mientras que los territoriales se transformaban en
propiedad particular de los señores. El campesinado y los municipios deseaban la disolución de
todos los señoríos y que sus bienes pasasen a repartirse entre municipios y campesinos, pero
se impuso la interpretación de la nobleza terrateniente que consideraba de su propiedad las
tierras vinculadas a señoríos, aunque el decreto les obligaba a demostrar sus derechos
entregando los títulos de propiedad, pero la nobleza se negó, y los jueces –como demostró
Moxó–, daban la razón sistemáticamente a los antiguos señores y les concedían no sólo la
propiedad de la tierra de los antiguos señoríos solariegos, sino también la consideración de las
Tema 2. Crisis del Antiguo Régimen: 1788-1833.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 12
viejas rentas señoriales como contratos de obligado cumplimiento aunque se suprimiese el
señorío.
5. El decreto del 13 de septiembre de 1813 abolirá los mayorazgos.
6. El decreto de 4 de enero de 1813 aprobaba la desamortización (expropiación) de las tierras de
los Conventos con menos de 12 individuos profesos, y la venta y reparto de baldíos de
comunales y realengo. Por este decreto la mitad de las tierras comunales de cada
Ayuntamiento se vendería al mejor postor y la otra mitad se daría en reparto gratuito a los
soldados del ejército contra el francés como recompensa. Según A. Miguel Bernal, el reparto
de tierras no se llevó a cabo por la complejidad de los trámites y, sobre todo, por la aspiración
de los grandes de que las tierras fueran vendidas (no repartidas).
La Iglesias se vio afectada por varios decretos gaditanos, como el de la abolición de los señoríos
de 6 de agosto de 1811, la expropiación de tierras de los Conventos con menos de 12 miembros del
4 de enero de 1813, la no devolución de los bienes expropiados de los
conventos incautados por José I una vez liberados, y , sobre todo, la
abolición de la Inquisición el 12 de enero de 1813, tras duros debates, al
considerarla un obstáculo a la libertad de pensamiento y el desarrollo de las
ciencias.
Los gobernantes gaditanos, además, reordenaron la administración
territorial, sustituyendo las Intendencias borbónicas por provincias.
Según Miguel Artola, con estos decretos se puso fin a las instituciones
feudales: La Inquisición, los señoríos jurisdiccionales y el vasallaje, los
gremios. Se implantó –al menos a nivel teórico– el liberalismo económico
favorable a la burguesía liberal. Sin embargo, también se produce la ruptura ideológica entre
burguesía y pueblo llano por tener intereses distintos, y muchas reformas gaditanas no fueron
conocidas por la inmensa mayoría de la población, que desconocía el proceso revolucionarios de
Cádiz u obedecía a la influencia del clero provinciano, en lo referente a defensa del catolicismo y
la monarquía.
4.3. La Constitución de 1812.
Una constitución es la Ley fundamental de un Estado redactada por los diputados y aprobada por
los ciudadanos en referéndum, que recoge los derechos políticos de los ciudadanos, la separación
de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), la organización del estado, el tipo de soberanía, el
sistema político (monarquía, república federal, estado unitario, etc.), las funciones de
instituciones y autoridades, la organización y dependencia de las fuerzas armadas, y el control de
la constitucionalidad de las leyes. La Constitución de 1812 fue elaborada por una comisión de las
Cortes, presidida por Sanz Romanillos, secretario de la Junta de Bayona y traductor del Estatuto
de Bayona. Fue aprobada por los diputados el día 19 de marzo de 1812, día de San José, de ahí el
sobrenombre de la «Pepa», y no fue sometida a referéndum popular por las especiales
circunstancias del momento. Es la Constitución más extensa de las habidas en España (348
artículos, divididos en 10 títulos) al regular la mayor parte de la organización política (elecciones,
organización de ayuntamientos y diputaciones...), que las posteriores dejarán para un desarrollo
futuro mediante leyes orgánicas. Se divide en Títulos, destacando los siguientes: 1. El Preámbulo señala que "la nación española está representada por las Cortes españolas que se da a sí
misma la Constitución”.
2. El Titulo I («España») hace referencia a la unidad de España y reconoce la Soberanía Nacional (Art.3):
«La soberanía reside en la nación y pertenece a ésta el derecho de establecer sus leyes fundamentales»
y no al rey como en épocas pasadas.
Argüelles.
Tema 2. Crisis del Antiguo Régimen: 1788-1833.
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3. El Título II («Los españoles») recoge una declaración de derechos del ciudadano: igualdad ante la ley,
libertad de pensamiento, de imprenta, inviolabilidad del domicilio; reconoce la propiedad privada y la
igualdad entre territorios peninsulares y colonias americanas; y contempla los deberes de los ciudadanos
(Defensa de la patria con las armas en la mano, obligación de atender a los gastos del Estado). El
catolicismo será la única del Estado, como concesión a los absolutistas. 4. En el Título III («de las Cortes» el más amplío de toda la constitución), el Título IV («del Rey») y Título
V («de los Tribunales y la administración de Justicia»), resumen la forma del sistema político y
administrativo. Reconoce a Fernando VII como Jefe del Estado constitucional y la división de poderes
según la teoría de Montesquieu:
a. El Rey ejercerá el poder ejecutivo, con derecho de veto sobre las leyes; las Cortes ejercerán el
poder legislativo junto con el Rey; y el Judicial corresponde a los tribunales. El rey (Art. 4) no
recibe el poder de la "gracia de Dios" pero sí de la "gracia de Dios y de la Constitución". Debía hacer
cumplir las leyes, nombra y cesa a los ministros y es el
jefe del ejército y de la diplomacia, y participa en el
Poder legislativo, ya que podía presentar propuestas de
ley a las Cortes y poseía el derecho de veto suspensivo
(no absoluto) durante dos veces. El rey gobernaría con
7 ministros o secretarios de estado y de despacho
(Estado, Ultramar, Marina, Península e Islas
adyacentes, Gobernación, Gracia y Justicia) y el Consejo
de Castilla se sustituiría por el Ministerio de
Gobernación.
b. Decreta el sufragio universal masculino e indirecto (Los
varones mayores de 25 años eligen a los compromisarios locales, estos a los del partido judicial, y
estos a los provinciales, quienes eligen a los diputados). Los candidatos debían demostrar ser
propietarios, lo que excluía a asalariados y campesinos sin tierras, y los diputados eran elegidos por
2 años y gozaban de inviolabilidad en el desempeño de sus funciones.
c. Las Cortes eran unicamerales y debían reunirse anualmente (al menos durante 3 meses) y habría una
Diputación permanente cuando las Cortes no estuviesen reunidas. Elaborarían las leyes, aprobaban
los presupuestos y los Tratados Internacionales, tenían el mando del Ejército y el control sobre el
Rey.
d. El poder judicial correspondía a los Tribunales y debía respetar el estado de derecho, los códigos
únicos en materia civil, criminal y comercial, y se garantizaba la inamovilidad de los jueces y las
garantías procesales de los ciudadanos.
5. El Título VI trata del «Gobierno de las Provincias y los ayuntamientos». En los ayuntamientos los
alcaldes serían elegidos por sufragio indirecto. En las Provincias habría un jefe Superior Político
nombrado por el rey (precedente del Gobernador Civil) y una Audiencia y una delegación de Hacienda.
6. El Titulo VII establecía la igualdad fiscal de los ciudadanos, derogaba las exenciones, privilegios fiscales
y aduanas internas, y proponía crear una Caja única y un impuesto único proporcional a la capacidad
económica de cada español (Única Contribución propuesta por Ensenada en el siglo XVIII). Se reconocía
la Propiedad Privada y la ideología librecambista impregna los apartados económicos de la constitución.
7. El Título VIII (Fuerzas Armadas) reforzaba el ejército regular imponiendo el servicio militar
obligatorio y crea la milicia nacional formada por todos los ciudadanos propietarios para la defensa del
sistema constitucional y la expulsión de los franceses.
8. El Titulo IX (Instrucción Pública) establece que a partir de 1830 todos los españoles deberían saber
leer y escribir. El Art. 366 ordenaba construir escuelas de primeras letras en todos los pueblos de la
Monarquía, para enseñar a los niños a leer, escribir y contar, y el catecismo de la religión católica.
9. El Título X (Observancia de la propia Constitución) establecía que no podrían introducirse enmiendas en
el plazo de 8 años.
Grabado Goya.
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En resumen, la Constitución de 1812 es deudora de la francesa de 1791. Según Sánchez Agesta
(“Historia del Constitucionalismo español”) es una Constitución cerrada, ya que intenta regularlo
todo y deja pocas posibilidades para que gobierne una ideología contraria a sus principios,
mientras que una constitución abierta permite adaptarse a todo tipo de políticas (liberales y
conservadoras). Artola y Jover dicen que el mimetismo con la Constitución francesa es más formal
que real. Estuvo en vigor dos años, un mes y catorce días. Fernando VII la derogó en 1814 y los
liberales la restablecieron en el Trienio Liberal (1820-1823) y en 1836 tras el Motín de la Granja,
y sirvió de modelo para otras en Iberoamérica, Portugal, Polonia, Piamonte…
Como conclusión de este período podemos decir que entre 1808 y 1814 España sufrirá unas
consecuencias demográficas y económicas relacionadas con la guerra que retrasarán su desarrollo
poblacional y económico. La táctica de guerra total provoca enormes destrucciones de
infraestructuras, grandes pérdidas agrícolas, el colapso comercial, la bancarrota hacendística, el
primer gran exilio político español y el desmoronamiento del imperio colonial. En lo positivo, se
intentará eliminar el Antiguo Régimen y se elabora la primera Constitución.
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El reinado de Fernando VII se divide en tres etapas: Sexenio Absolutista
(1814–1820), Trienio Liberal o Trienio Constitucional (1820–1823), y
Década final o «década ominosa» (1823–1833). Intentó mantener el
Antiguo Régimen frente al liberalismo de las Cortes de Cádiz y sólo después
de su muerte (1833) se impuso el liberalismo.
5.1. El Sexenio absolutista, 1814–1820.
Fernando VII abandona su residencia del castillo de Valencay y regresa a
España en marzo de 1814, después de la firma del Tratado de Valençay en
diciembre de 1813, por el que Napoleón le reconoce como Rey. La Regencia
intentó que Fernando VII fuese directamente de Cataluña a Madrid para jurar la Constitución de
1812 y aceptar la legislación gaditana; pero los absolutistas (nobleza y clero) se movilizaron para
mostrar al Rey su apoyo y el del pueblo, que le apodaba “El Deseado”, y
para que éste se dirigiese de Cataluña a Zaragoza y a Valencia, donde
le recibieron 69 diputados absolutistas (1/3 parte del total) que le
entregaron el “Manifiesto de los Persas” (abril, 1814): Pedía la
anulación de los decretos de las Cortes de Cádiz, la defensa del
Antiguo Régimen y la convocatoria de nuevas Cortes. El general Elio,
jefe del ejército de Levante, se ofreció para restituir el absolutismo,
mientras Eguía, capitán general de Castilla la Nueva, ocupó Madrid y
detuvo a los miembros de la Regencia y diputados liberales. Fernando
VII aceptó la propuesta absolutista y se puso al frente de un Golpe de
Estado ratificado por el Real Decreto de 4 de mayo de 1814, que
invalida y decreta «nulos y de ningún valor ni efecto» la Constitución y
los decretos de las Cortes de Cádiz. Prometió convocar Cortes (tardó 6 años en hacerlo) y anunció
la vuelta al absolutismo. El 10 de mayo de 1814 entró en Madrid y el pueblo le recibe al grito de
“¡Viva el Rey! ¡Muera la constitución! “.
Este golpe de estado se vio favorecido por la situación internacional, ya que en Europa, tras la
derrota de Napoleón (1814), se reúne el Congreso de Viena (1814–1815) liderado por el canciller
austriaco Metternich, Prusia y el Zar Alejandro I de Rusia, que imponen la Restauración
Espoz y Mina
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absolutista, el antiliberalismo, la Santa Alianza (septiembre, 1815) y el derecho de intervención
militar en cualquier país para frenar el avance del liberalismo.
Fernando VII no fue un hombre inteligente y no entendió la grave problemática del país.
Encarceló a los regentes Agar y Ciscar (elegidos por las Cortes y que habían ejercido la
presidencia del país entre 1812 y 1814), y a los principales liberales (51 detenidos o asesinados)
que no se exiliaron. La Restauración del Antiguo Régimen fue total: Restablecimiento de los
privilegios de la Mesta –tan perjudiciales para la agricultura–; del Régimen señorial (1814) para
que los señores recuperen sus privilegios y exenciones (incluido el de no pagar impuestos), tierras,
edificios y derechos; restableció la Inquisición, que inició la persecución de los liberales y sus
publicaciones; y derogó la desamortización de Godoy, aunque no devolvió los bienes a la Iglesia, ya
que la mayoría estaban en manos de latifundistas afectos al gobierno.
Anulo la libertad de prensa y cerró varias universidades y periódicos, al tiempo que derogaba los
decretos económicos gaditanos, restableciendo el sistema fiscal del Antiguo Régimen, aunque el
ministro de Hacienda, Martín de Garay, intentó crear la única contribución, pero repartida por
poblaciones (no por personas), hasta que dimitió en 1817. La reducción de ingresos impidió la
reconstrucción posbélica y la financiación de la guerra en Hispanoamérica. La situación económica
era lamentable. Según Joseph Fontana la quiebra económica se debió a:
–La decadencia de la agricultura, por los 5 años de guerra y la crisis económica mundial.
–La restitución de los poderes de la nobleza y de la Mesta que provocó el malestar campesino.
–El inicio de la emancipación de las colonias americanas que nos privó del mercado americano para
equilibrar la balanza comercial.
–La quiebra financiera: 850 millones de reales de gastos frente a sólo 650 millones de reales de
ingresos y 12.000 millones de deuda pública.
La oposición al absolutismo de Fernando VII no tardó en manifestarse. La burguesía liberal y las
clases medias urbanas reclaman la vuelta al régimen constitucional y muchos campesinos rechazan
volver a pagar rentas y tributos señoriales. Aparecen sociedades secretas entre la burguesía
urbana: Los masones (5-6.000 afiliados) liberales exaltados que desean cambiar el orden político,
social y religioso; los Comuneros (60.000 afiliados) de una extracción social inferior, pero muy
participativos en actos públicos; y los Anilleros o liberales moderados partidarios de la
Constitución de Cádiz.; la Masonería, compuesta por científicos, liberales, intelectuales y
burgueses.
El Ejército, con muchos oficiales jóvenes y liberales provenientes de la guerra de independencia,
muestra su descontento con la dirección de la guerra en América y la supremacía de la oficialidad
nobiliar. Aparece el pretorianismo o implicación de los militares en política, con varios
Pronunciamientos liberales frustrados (Espoz y Mina en Pamplona en 1814; Díaz Porlier en La
Coruña en1815; Milans del Bosch en Valencia en1817; el general Lacy en Cataluña en 1817; el
coronel Vidal también en Valencia en 1819) y el exitoso de Riego en Cádiz en 1820. 5.2. El trienio liberal, 1820-1823.
Este pronunciamiento liberal inicia una oleada revolucionaria en el
Mediterráneo (Revoluciones años 20):
1. –Italia, con la Revolución de los carbonarios en el reino de las Dos Sicilias.
2. Francia, con las sublevaciones militares de las «Charbonnerie».
3. –Portugal, donde se producen insurrecciones en el norte del país.
4. –Grecia se independiza de Turquía tas una larga guerra de 1822 a 1829.
5. -La “revolución decembrista” rusa de 1825 intentó imponer el liberalismo
al morir el zar Alejandro I.
Rafael de Riego
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6. -En Serbia, Obrenovicht logró una autonomía del Imperio turco.
El triunfo de Riego se debió a dos causas:
a) Apoyo financiero de las sociedades secretas
progresistas gaditanas: El «Soberano
Capítulo» (burgueses moderados de Javier
Istúriz) y el «Taller Sublime» (liberales
exaltados de Alcalá-Galiano y Mendizábal).El
descontento de los soldados reclutados para
embarcar hacia América, y cuyo embarque se
retraso por una epidemia.El 1 de enero de
1820, Riego proclama en Cabezas de San Juan la
Constitución de Cádiz, y el día 3 lo hace el coronel
Quiroga en San Fernando y Cádiz. Inician la «Marcha
por Andalucía» durante tres meses buscando apoyos, y aunque la mayoría de sus hombres le
abandonan, el Ejército enviado para derrotarles, se rebela en Ocaña con el conde de La Bisbal
y Enrique O’Donnell, proclamando la Constitución. Aparecen Juntas Revolucionarias (Galicia,
Oviedo, Zaragoza, Barcelona y Murcia) y Fernando VII jura la Constitución de Cádiz el 9 de
marzo de 1820 para convertirse en monarca constitucional, pronunciando su célebre frase:
«marchemos juntos y yo el primero por la senda constitucional».
Los liberales, ahora en el poder, se escinden en dos facciones:
1. Doceañistas o moderados de Mtz. de la Rosa y Arguelles, procedentes de las Cortes de
Cádiz, y que representan a propietarios, grandes comerciantes e industriales, y reivindican
reformas moderadas, monarquía constitucional y sufragio censitario. Gobernaron de 1820 a
1822 con Martínez de la Rosa («Rosita la pastelera» por su espíritu conciliador), amnistiando
a los firmantes del Manifiesto de los Persas y cerrando las Sociedades patrióticas, y con la
«Ley de reforma de comunidades religiosas» (1820) cierran algunas corporaciones religiosas y
premian con cien ducados a los religiosos y monjas que desearan abandonar su orden.
2. Los Veinteañistas o exaltados de Riego, Mendizábal y Alcalá Galiano, bajo el lema
"Constitución o muerte", reivindican la Constitución de 1812, monarquía constitucional, y
Sufragio Universal masculino. Gobiernan a partir de la Revolución Exaltada de otoño de 1821
(sublevación en Zaragoza, Cádiz, la Coruña y Valencia, al mando de Riego, Espoz y Mina, otros,
pidiendo libertad, Soberanía Nacional). Buscan el apoyo popular prometiendo repartir tierras
de los ricos o apoyando a los ludditas en Alcoy (1821), pero una vez en el poder (verano de
1822) con Evaristo San Miguel, primero, y Flores Estrada, después, moderan sus actitudes y
apuestan por: liberalismo económico (abolición gremios, supresión señoríos y mayorazgos,
aunque reconoce a los señores la propiedad de las tierras y los campesinos arrendatarios
sufren la actualización de rentas), reforma fiscal con la Única Contribución sobre la
propiedad de la tierra, y moneda única en todo el Estado. Su anticlericalismo les lleva a
suprimir la Inquisición, expulsión jesuitas, reducción diezmo al 50%, y desamortización bienes
conventos y monasterios de menos de 24 frailes. Su reforma militar mejoró los sueldos de los
militares y reforzó la Milicia Nacional (120.000 hombres) para utilizarla contra sus enemigos
políticos.
Café Liberal
Tema 2. Crisis del Antiguo Régimen: 1788-1833.
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En el Trienio aparece la prensa moderna (La Avispa, El Patriota,
El Vigilante Constitucional o el Sabañón), las tertulias de las
sociedades patrióticas en los cafés como “La Fontana de oro”,
“Lorencini” y el “San Sebastián”.
El Trienio tiene que afrontar la división interna de los liberales,
la oposición absolutista y de la Santa Alianza, y la desafección
del pueblo llano. Su política económica liberal beneficia a los
compradores de bienes desamortizados o a los grandes
empresarios, pero perjudica a los que tenían contratos de
arrendamiento antiguo, a los que disfrutaban de los bienes
comunales, a los que se sentían protegidos por los gremios, etc. La oposición de absolutistas,
clero, nobleza, pequeño campesinado y ludditas de Alcoy, se suma a altercados anticlericales,
enfrentamientos entre la Guardia Real y la Milicia Nacional, y las revueltas absolutistas en el
norte que forma su propio gobierno con la Regencia de Urgell (Lérida, 1822–23): controlará la
región con un ejército de 13.000 hombres, hasta que Espoz y Mina les derrota en febrero de
1823.
El rey, con su derecho de veto, paralizó muchas leyes y conspiró con la Santa Alianza para
recuperar el poder absoluto. En el Congreso de Verona (octubre de 1822) la Santa Alianza decidió
enviar un ejército de 100.000 soldados (los Cien mil hijos de San Luis) al mando del duque de
Angulema (apoyados por 35.000 voluntarios realistas españoles), que derrotan casi sin lucha a los
liberales. El 1 de octubre de 1823, después de la batalla del Trocadero (Cádiz), Fernando VII
recobra el poder absoluto y declara nulos los actos gubernamentales del Trienio Liberal. ¡Había
fracasado el segundo intento de revolución liberal en España!, después de las Cortes de Cádiz.
5.3. La Década absolutista o Década Ominosa (1823–1833).
Desde 1823 hasta su muerte, Fernando VII gobernó como monarca absoluto, con una durísima
represión a cargo de la recién creada Policía Nacional, dirigida por el ministro de Justicia,
Calomarde, que estableció una red de información y control para garantizar el orden. Seis mil
liberales fueron ajusticiados, como Riego, otros 20.000, como Espronceda o Martínez de la Rosa,
se exiliaron a Francia e Inglaterra. El ejército francés de los Cien Mil Hijos de San Luis (45.000
soldados) permanece en España hasta 1828 para evitar una nueva revolución liberal. La Santa
Alianza impide el restablecimiento de la Inquisición, pero permite las llamadas Juntas de Fe hasta
su abolición en 1834. Calomarde también protagoniza una reforma educativa, una política
hacendística austera, restablece el diezmo y el mayorazgo, y devuelve las tierras desamortizadas
a la Iglesia, y ya en 1823 establece el Consejo de Ministros como principal institución gubernativa.
En 1825 Fernando VII nombra a Cea Bermúdez ministro de Estado y a López Ballesteros ministro
de Hacienda, alejándose del absolutismo más radical representado por los intransigentes o
apostólicos, liderados por su hermano Carlos Mª Isidro. Se establece el Reglamento de las
Escuelas de primeras letras y de Universidades (reducidas a nueve) por el ministro Calomarde, y
se adoptan medidas económicas para superar la pérdida definitiva de las colonias americanas y
recuperar los niveles productivos del siglo XVIII. La economía adolecía de un mercado interno
débil, deflación (escasez de moneda circulando, lo que favorece el trueque y dificulta el
comercio), arrendatarios que no podían pagar las rentas, pobreza generalizada que empuja a
muchos al bandolerismo. La reforma económica fiscal de López Ballesteros en 1828 sentaron las
bases del capitalismo y de la modernización económica:
Mariana Pineda
Tema 2. Crisis del Antiguo Régimen: 1788-1833.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 18
1. Creación de los Presupuestos generales del Estado con la doble partida de ingresos y gastos, y
reconociendo la Deuda Pública y la necesidad de equilibrar gastos e ingresos.
2. Mantiene muchos impuestos tradicionales (rentas provinciales), pero optimiza su recaudación.
3. El Banco de San Fernando sustituye al de San Carlos, quebrado desde 1804.
4. Promulgó el Código de comercio (1828–29), la regulación de las Sociedades Anónimas, y la ley de Bolsa
que permite crear la Bolsa de Madrid en 1831.
Este liberalismo económico no evitará que Fernando VII tenga que hacer frente a una doble
oposición de liberales (Espoz y Mina, Valdés o Torrijos) y realistas intransigentes. Liberales
lideratos por el general Torrijos desembarcan en Málaga en 1831, pero fracasan y son fusilados.
Mariana Pineda, viuda de un terrateniente de Granada, fue detenida por bordar en una bandera la
leyenda «Ley, libertad, Igualdad», y fue condenada a morir a garrote vil, convirtiéndose en una
heroína liberal. Los «realistas puros», intransigentes o
apostólicos, acusaban a Fernando de transigir demasiado con
los liberales, rebelándose en Cataluña, País Vasco o Valencia
(Guerra de los Agraviados o Malcontents, y “El Ángel
Exterminador”, en 1827): Redactan el «Manifiesto de los
realistas Puros» en 1827, pidiendo el retorno a los fueros
tradicionales y la sustitución de Fernando VII por su
hermano el infante Don Carlos María Isidro, al que proclaman
rey de España, dado que Fernando VII no tenía descendencia,
hasta que la rebelión fue sofocada militarmente.
En 1829 Fernando VII se casa con su 4ª esposa (María Cristina de Nápoles, su sobrina), con quien
tuvo dos hijas: Isabel –futura reina de España– y Luisa Fernanda. En marzo de 1830, Fernando
publicó la Pragmática Sanción –redactada y aprobada en las Cortes de 1789 pero nunca publicada–
que anulaba la Ley Sálica y permitía la sucesión femenina: “si el Rey no tuviera hijo varón,
heredará el Reino la hija mayor”. Ante las presiones absolutistas y a instancias de la reina,
recupera la Ley Sálica el 18 de septiembre de 1832, pero el 31 de diciembre vuelve a decretar la
Pragmática Sanción y obliga a Carlos Mª Isidro a abandonar España en marzo de 1833. Fernando
VII fallece el 29 de Septiembre de 1833, sucediéndole su hija de 2 años, Isabel. 666--- PPPRRROOOCCCEEESSSOOO DDDEEE EEEMMMAAANNNCCCIIIPPPAAACCCIIIÓÓÓNNN DDDEEE LLLAAASSS CCCOOOLLLOOONNNIIIAAASSS EEESSSPPPAAAÑÑÑOOOLLLAAASSS DDDEEE AAAMMMÉÉÉRRRIIICCCAAA,,,
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El proceso de independencia fue largo (1808-1825) y complejo, liderado por los criollos, mientras
que indígenas y masas populares combatieron indistintamente en el bando español y en el criollo.
Los Virreinatos de Nueva España y Perú fueron los más conservadores, fieles a España, y los
últimos en independizarse, mientras que Nueva Granada y Río de la Plata, creados en el siglo
XVIII, fueron los motores de la independencia con Simón Bolívar y José San Martín.
6.1. Las causas de la independencia.
Las causas que explican los movimientos de liberación americana son básicamente dos:
1.- El malestar de los Criollos. La minoría criolla, nacidos en América de los descendientes de
antiguos inmigrantes españoles, representaban 10–15% de la población. Eran dueños de las
grandes plantaciones (café, azúcar, tabaco), de empresas comerciales e industriales enriquecidas
gracias a la subida general de los precios, y eran una burguesía bien formada académicamente, que
aspiraba a controlar la política y la administración de sus territorios, a lograr la igualdad de
impuestos con la Península, e imponer el comercio contra el monopolio castellano de Sevilla y Cádiz.
Los criollos participantes en las Sociedades de Amigos del País, creen que las reformas
Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros.
Tema 2. Crisis del Antiguo Régimen: 1788-1833.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 19
económicas necesarias en América chocaban con los intereses de España. Los altos cargos
administrativos (Virreyes, Capitanes Generales) eran ocupados por españoles, provocando su
descontento.
2.- El apoyo ingles y de EE.UU. El ejemplo de la Independencia de Estados Unidos influirá
notablemente en los criollos, mientras los ingleses, desde la alianza franco-española en el Primer
Tratado de San Ildefonso (1796), Inglaterra apoyo a los independentistas con un primer intento
que fracasó en Venezuela. Después de la derrota española de Trafalgar (1805), las colonias
americanas quedan aisladas de España y su comercio paso a depender de Gran Bretaña y EE.UU.
Durante la Guerra de Independencia española (1808–1813), Gran Bretaña mantuvo un doble juego:
Con Wellington nos ayudan a luchar contra Napoleón, pero extiende su comercio por América.
Después, ingleses y estadounidenses, venderán barcos y armas a los insurrectos
hispanoamericanos
A estas dos causas principales hay que unir
otras más concretas:
a) La Ilustración. A América llegan las ideas de
Locke (teórico de la Revolución Inglesa del
siglo XVII), los textos de los ilustrados
franceses (Voltaire, Montesquieu y Rousseau) y
los principios de la revolución francesa de 1789
y la independencia de EE.UU, que difunden las
idea de libertad, autodeterminación, y
soberanía nacional.
b) La tradición foral y las teorías de Francisco
Suárez (teólogo y jurista español de la 2ª
mitad del XVI), que sostiene el derecho del
pueblo a reclamar la soberanía cuando el
príncipe no puede gobernar, como sucede con
Fernando VII durante la Guerra de
Independencia, lo que lleva a las Juntas a
reclamar el autogobierno.
c) El malestar de la Iglesia americana y de los
criollos por la expulsión de los jesuitas de
América por Carlos III (Unos 2.500 jesuitas
eran hijos de familias criollas), y por la desamortización de Carlos IV. Aparece una literatura
americanista, como la "Carta a los españoles americanos" del jesuita peruano Juan Pablo Vizcardo,
que incita a la insurrección independentista americana.
d) Parte del pueblo llano (Clases bajas, indígenas, mestizos, esclavos…), con escasa formación,
empobrecidos, serán captados por las promesas independentistas, que sus líderes (Bolívar, San
Martín) no tuviesen una ideología igualitaria, sino todo lo contrario, dada su pertenencia a la élite
social y económica, que les llevará a defender el liderazgo de la clase criolla hasta hoy.
6.2. Las etapas de la Independencia de América.
Según M. Hernández Sánchez-Barba, pueden establecerse 2 etapas:
1º Etapa: De 1808 a 1814.
En 1808 los colonos no reconocen a José I como Rey y crean Juntas Populares realistas (Fieles a
España y a Fernando VII en Perú Y Nueva España) o independentistas ( reclaman la soberanía en
Tema 2. Crisis del Antiguo Régimen: 1788-1833.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 20
Nueva Granada y Rio de la Plata). La Junta Central española no reconoce a esta juntas y sólo les
concede una pequeña representación en las Cortes de Cádiz. En 1809 Simón Bolívar crea la Junta
Central Suprema Gubernativa (enero de 1809), reivindicando la igualdad de derechos entre
América y España, y después muchas Juntas declaran la autonomía o la independencia respecto de
la metrópoli, expulsan a los Virreyes o Capitanes Generales españoles, se organizan política y
militarmente, y solicitan ayuda militar a Inglaterra y Estados Unidos.
En 1810 la Junta de Buenos Aires proclamo la independencia de la República del Rio de la Plata, lo
mismo que hizo en Chile Bernardo O'Higgins (hijo de un irlandés antiguo Virrey de Perú). La
primera independencia efectiva será la de Paraguay en 1811, seguida de Uruguay en 1813. En el
virreinato del Perú el virrey Abascal derrota a los independentistas, pero en el virreinato de
Nueva Granada y Venezuela la oligarquía criolla tomó la iniciativa con Simón Bolívar
(Terrateniente y dueño de miles de esclavos), proclamando la I República de Venezuela en 1810.
En el virreinato de Nueva España (México) se rebelan los campesinos liderados por el cura
Hidalgo, primero, y el cura José María Morelos, después, declarando la independencia y la
abolición de la esclavitud en 1813 en el Congreso Nacional de Chilpancingo, hasta su derrota en
1815.
2ª Etapa: De 1814 a 1824.
En 1814, Fernando VII envía un ejército de 10.000 hombres que restablecen la situación,
encarcelando a unos (Miranda, Nariño) y obligando a otros a marchar al exilio (O'Higgins, Bolívar).
Sólo Paraguay (1811) y la Provincia de la Plata (Argentina, 1816) resisten y mantienen la
independencia, pero la ayuda británica y norteamericana reactiva la revuelta independista desde
Argentina y Paraguay, con una larga guerra de 7 años, y con José de San Martín y Simón Bolívar
como principales líderes.
José de San Martín (1778–1850), militar e hijo de un oficial del
ejército español destinado en América, participó en la Guerra de
independencia española y en las sociedades secretas gaditanas, hasta
que en 1812 regresó a Argentina. En 1817 atraviesa los Andes con 5.200
hombres para apoyar al chileno O'Higgins, venciendo a los españoles en
Chacabuco y declarando la independencia de Chile, con O'Higgins como
Jefe de gobierno con una constitución de carácter dictatorial. En 1821
conquista de Perú con un ejército de 4.500 hombres y el apoyo de una
armada anglo-estadounidense, y declara la independencia de Perú con
San Martín como Protector.
Simón Bolívar (1783–1830), hijo de un terrateniente criollo y una española, dueño de miles de
esclavos, estudió en París, y fue nombrado «Libertador» en 1813 por el Ayuntamiento de Caracas.
En 1819 cruzó los Andes y venció en Boyacá (agosto de 1819), creando la República de la Gran
Colombia en el Congreso de Angostura (dic. de 1819). En 1821 Bolívar incorpora Venezuela a la
Gran Colombia y se proclama Presidente al vencer en Carabobo, manteniendo este Estado unido
hasta 1830. En 1822 Antonio José Sucre, lugarteniente de Bolívar, logra la victoria de Pichincha, y
se produce la entrevista de Guayaquil entre Bolívar y San Martín, para acordar si Ecuador se
incorporaría a la Gran Colombia, como deseaba Bolívar, o a Perú, como quería San Martín.
Finalmente Ecuador se incorporó a la Gran Colombia y San Martín abandonó su cargo de Protector
de Perú y se retiró a Bruselas, donde vivió modestamente hasta su muerte en 1850. Bolívar y
Sucre finalizan la conquista de Perú y Bolivia tras las batallas de Junín (ag. 1824) y Ayacucho (dic.
de 1824) y surgen dos nuevos países: Perú y Bolivia (en honor de Bolívar).
San Martín
Tema 2. Crisis del Antiguo Régimen: 1788-1833.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 21
Uruguay, independiente desde 1813, se divide entre Argentina y Brasil
en 1820, después de la derrota de su líder Artigas por el ejército
argentino, hasta que en 1828 se reunifica en la nueva República de
Uruguay.
En México, en 1821 Agustín Iturbide declara la independencia con el
llamado Plan de Iguala, reconocida por el nuevo Virrey de México (Juan
O'Donojú) en el Tratado de Córdoba, y un Congreso Constituyente
proclamó Emperador a Iturbide, con el nombre de Agustín I. Inmediatamente disolvió el
Congreso para gobernar dictatorialmente, pero fue depuesto en 1823 por el general Santa Ana,
que proclamó la República, e Iturbide fue detenido y fusilado en 1824.
En América Central, la Capitanía General de Guatemala (El Salvador, Honduras, Nicaragua y
Costa Rica) se independiza en 1821, incorporándose al México independiente de Agustín Iturbide,
para después formar el Estado de las Provincias Unidas de Centro América entre 1823 y 1839.
6.3. Consecuencias de la independencia americana.
En 1825, el Imperio Ultramarino español quedo reducido a las Grandes Antillas (Cuba y Puerto
Rico), más las islas de Asia y Oceanía (Filipinas, Marianas y Carolinas), que continuaron siendo
españolas hasta el desastre de 1898. España perdió sus colonias, y con ellas sus impuestos y
beneficios comerciales, dejando la economía y la Hacienda
española al borde de la quiebra.
Principales consecuencias para los nuevos países
americanos:
a) Fracaso de los intentos de unidad. No cuajo el
proyecto de unidad bolivariana o la creación de unos
Estados Unidos hispanoamericanos, ya que Colombia,
Venezuela, Bolivia, Perú y Ecuador se convirtieron en
estados independientes en 1830. La Federación del Centro de América en 1821 se disgregó en
Guatemala, Nicaragua, Honduras, Costa Rica y Panamá. En el sur, en los años 30, se consolidan
como países independientes Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile.
b) El caudillismo dictatorial será la forma de gobierno más extendida, con O'Higgins en Chile
entre 1818 y 1823, José Gaspar Rodríguez en Paraguay entre 1811 y 1840, Iturbide como el
emperador Agustín I (1821–1823) y Santa Ana (1823-1854) en México, Juan Manuel Rosas
(1835–1852) en Argentina, Juan José Flores en Ecuador (1831–1845), y Uruguay tendrán que
hacer frente a la llamada guerra Grande (1839–52) entre el partido Colorado (Conservador) y
el Blanco (liberal).
c) Conflictos sociales. Los Criollos (terratenientes, funcionarios y burguesía urbana)
monopolizaron el poder y las riquezas, e impusieron la exención de impuestos, sometiendo a los
indios, negros y clases pobres, provocando revueltas constantes, como la de México entre
1840 y 1850 en los estados de Oaxaca y Chiapas.
d) Dependencia de Gran Bretaña y Estados Unidos, que dominarán el comercio sudamericano,
convirtiendo a estos países en un amplío mercado para su industria e influyendo en sus leyes y
sus gobiernos. Estados Unidos compró Florida a España por 5 millones de dólares en 1819 y se
impone la doctrina Monroe (presidente de EE.UU), que en un discurso ante el Congreso en
1823 acuñó la frase "América para los americanos" y declaró que la intervención de cualquier
potencia extranjera en América era una manifestación de enemistad hacia los Estados Unidos.
Esta doctrina fue esgrimida en varias ocasiones en el Siglo XIX, como en la Guerra con México
(1847–48), por la que EE.UU ocupa el 50% del territorio mexicano (Nuevo México, Arizona,
Bolívar
Tema 2. Crisis del Antiguo Régimen: 1788-1833.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 22
California, Utah, Nevada y parte de Colorado), o en los intentos de anexión de Cuba, República
Dominicana, Uruguay, Panamá y Nicaragua (entre 1853 y 1860).
777... EEEXXXTTTRRREEEMMMAAADDDUUURRRAAA,,, 111777888999---111888333333... Godoy y la legislación ilustrada sobre el reparto de tierras.
Carlos III, y después Godoy, intentaron reducir los efectos negativos de los privilegios de la Mesta
sobre la agricultura y ya desde 1750 el arrendamiento de tierras municipales
baldías a cambio de una pequeña renta a los campesinos, lo que serviría además
para financiar las contribuciones que el Estado exigía a los Ayuntamientos.
Estos repartos fueron también impulsados por Campomanes, así como las
colonizaciones con Olavide, respondiendo a las recomendaciones recogidas en
diversos informes y memoriales elevados al Consejo de Castilla y a las Cortes
(Vicente Pamo, en 1764), que solicitaban limitar los privilegios de los
ganados trashumantes y mejorar el reparto de la tierra. Las Reales
Provisiones de 1766 y 1770 favorecieron la extensión de cultivos entre
grupos desfavorecidos a costa de los baldíos (tierras no cultivadas),
permitiendo un aumento sustancial de las dehesas boyales de cada
localidad. A Godoy se debe el Real Decreto de 28 de abril de 1793, que pretendía aumentar la
producción repartiendo baldíos y tierras reservadas la ganadería mesteña y riberiega, declarando
de pasto y labor todas las dehesas de Extremadura. Este Decreto logró aumentar las tierras de
cultivo en Extremadura justo cuando una gran crisis de subsistencia asolaba la región, pero
también consiguió inquietar a las oligarquías que controlaban la Extremadura de finales del
Antiguo Régimen.
La frontera: tensiones con Portugal.
En cumplimiento del Tratado de San Ildefonso de 1800 y de Aranjuez-Madrid de 1801 con
Napoleón, que obligaba a España a atacar a Portugal si los portugueses no rompían su alianza con Gran
Bretaña y cerraban sus puertos al comercio ingles, España atacó Portugal desde Extremadura con un
ejército de 30.000 hombres. La Guerra de las Naranjas duró dieciocho días entre mayo y junio de
1801 duró dos semanas en 1801. España ocupó numerosas
poblaciones en el Alentejo, pero por el Tratado de Badajoz Portugal
aceptaba el bloqueo contra Gran Bretaña y España devolvía todos los
terrenos conquistados con la excepción de Olivenza.
La Guerra de la Independencia.
E 1807 Napoleón decidió invadir Portugal por las mismas razones
que en 1801. El Tratado de Fontaniebleau le permitía atravesar
España y atacar Portugal por la frontera salmantina-cacereña. En
1808 inicia la Guerra de Independencia, y hasta 1814 lucharán en
Extremadura el ejército francés contra el inglés y el español, en una
sucesión de ofensivas de uno y otro bando. Se pueden distinguir dos
fases en el desarrollo del conflicto:
a) Entre los años 1808 y 1811 dominaron los franceses tras el caos inicial producido por las revueltas
urbanas, ya que línea defensiva anglo-española en el Tajo dirigida por el General Cuesta fue
retrocediendo ante el empuje del ejército francés del mariscal Soult. Los anglo-españoles son
derrotados en Medellín, Talavera y Evora, y vencieron al final del período en la batalla de La Albuera.
Retrato de Meléndez Valdés (1754-1817), por
Francisco de Goya.
Napoleón y Godoy (1808), Museo
Municipal, Madrid
Tema 2. Crisis del Antiguo Régimen: 1788-1833.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 23
b) En 1812 cambio el signo de la contienda, cuando Napoleón retiró numerosas tropas destinadas
a la Invasión de Rusia. Wellington atacó desde Portugal, uniéndose a los españoles, y ocupó
Extremadura, venció en Los Arapiles (Salamanca), y se dirigió a Madrid. En el verano de 1813 toda
España había sido liberada..
Al inicio de la guerra, las oligarquías locales
organizaron la defensa contra la Invasión
francesa e instituyeron la Junta Suprema de
Extremadura, financiaron un ejército con los
presupuestos municipales, y posteriormente
enviaron diputados a las Cortes de Cádiz. Pero
el poder oficial lo representó José l Bonaparte,
como rey de España, que dividió Extremadura
dos entidades administrativas distintas por
primera vez: Cáceres y Badajoz. Plasencia,
como el resto, sufrió la pérdida de vidas,
múltiples humillaciones, la práctica devastación
de su agricultura y ganadería, y la ruina
económica de sus habitantes y del
Ayuntamiento que tuvo que aportar la cantidad
de 1. 434.489 reales en concepto de
contribuciones a las tropas imperiales.
La aportación extremeña a las Cortes de Cádiz.
En plena Guerra de la Independencia, el
contagio de los valores de la Revolución
francesa se manifestó en el deseo de elaborar
un código de derechos y deberes de los
ciudadanos que convirtiera el absolutismo
español en un régimen de monarquía constitucional. Se convocaron cortes constituyentes en Cádiz
en 1810 y se asignó a Extremadura un cupo de doce representantes: Uno designado por la Junta
Suprema, dos elegidos por las ciudades de Mérida y Badajoz, que habían tenido representación en las
anteriores Cortes de 1789, y tres elegidos en el resto. Esto levantó recelos entre ciudades
poderosas como Plasencia o Trujillo, que se sintieron discriminadas. Aunque varios de estos
diputados procedían del clero, pronto mostraron sus inclinaciones liberales. Destacaron Diego
Muñoz Torrero, Francisco Fernández Golfín y José María Calatrava, muy activos en las discusiones
sobre la soberanía nacional, el reconocimiento de Fernando VII como legítimo rey de España, la
libertad de imprenta, la abolición de la Inquisición y la reforma del Ejército.
El final del absolutismo
El reconocimiento de Fernando VII no eximió a todos los que habían apoyado el liberalismo
extremeño de la represión vivida durante el Sexenio Absolutista (1814-1820. Las figuras más
destacadas de las Cortes de Cádiz tuvieron que vivir el destierro, especialmente en Portugal.
Como en otros lugares, en Extremadura las sociedades patrióticas fueron configurando las bases
sociales que condujeron a la implantación del liberalismo español del siglo XIX. Así, se fueron
perfilando en la región dos tipos de milicias:
Tema 2. Crisis del Antiguo Régimen: 1788-1833.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 24
a) La urbana, propia de las ciudades importantes. El liberalismo caló hondo entre los sectores
relativamente acomodados, que defendían los valores de la Constitución de 1812 y una reforma
agraria que acabara con el poder de las ordenes militares, la Iglesia y los bienes concejiles.
b) La rural, más asociada al sentimiento absolutista como garante de la tradición. En materia
agraria se asociaba al mantenimiento de los usos comunales en los pueblos y era bien vista por la
aristocracia de la región.
El Trienio Liberal (1820-1823) restauró las reformas de Cádiz. En Extremadura, como en el resto de
España, se produjo la división entre liberales radicales y moderados, por un lado, y partidarios de la
tradición absolutista, por otro. El perfil de las milicias se hizo más patente en ese momento y
constituyó un precedente de las guerras carlistas.
La restauración del absolutismo durante la Década Ominosa (1823-1833) significó, para los
liberales, la vuelta al destierro y la represión física e ideológica; para los absolutistas, hizo patente
la división entre los defensores a ultranza del absolutismo más conservador y los sectores más mode-
rados proclives a ciertas reformas de signo liberal.
ACTIVIDADES:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/memoria-de-espana/memoria-espana-sombra-
revolucion/3286058/ (1789-1808).
http://www.rtve.es/alacarta/videos/memoria-de-espana/memoria-espana-vivan-caenas/3288172/
(1808-1833).
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