Tiempos Modernos. La contemporaneidad de un clásico
Por Sandra Buccafusca1
Introducción
Este trabajo fue escrito para ser presentado en un Seminario de Teoría Marxista y consecuentemente sebasaba en el análisis de algunas de las que considerábamos las categorías nodales del marxismo, talescomo valor, enajenación y plusvalía. Sin embargo, tiempo después y probablemente por la influencia quefue produciendo en quien escribe la lectura de bibliografía sociohistórica sobre todo del siglo XVIII yXIX europeos creímos interesante e incluso necesario poder articular aquellos componentes teórico con elmarco histórico contemporáneo a Karl Marx.
Este marco histórico podría resumirse del siguiente modo: la sociedad europea occidental es una sociedaden crisis producto de la descomposición de un sistema antiguo y por el arribo de un orden nuevo que logratrastocar todos los imaginarios sociales, todas las identidades. Es en este contexto en el que aparecennuevos conflictos, nuevos actores y nuevas preguntas. Algunas de ellas serán respondidas por Marx que,entendemos, lo que pretendía develar era el origen del misterio máximo de la sociedad burguesa, aquelloque la Economía Política de Adam Smith y David Ricardo daban por supuesto sin explicarlo: la propiedadprivada.
Pero la pretensión de Marx no era formular una “teoría económica alternativa” sino indagar la lógicaprofunda de funcionamiento del conjunto de la sociedad, explicando por qué el pobre produce riqueza ylas cosas valen más que el hombre y “la miseria resulta de la naturaleza del modo de trabajo dominante”.Es que estaba viviendo y sintiendo la industrialización.
Así es que desde la perspectiva presentada, hemos estructurado este trabajo a partir de dos ejes temáticos.El primero, relacionado con el contexto histórico contemporáneo a Karl Marx, no tiene como objetivoanalizar los acontecimientos específicos sino dar cuenta de la voluntad de acción política que promovía elautor con su escritura. Dicho de otro modo, presentaremos un Marx político que entiende la escrituracomo una forma o alternativa que se traduce en acción. El segundo eje reconoce a partir de condiciones ycaracterísticas sociohistóricas algunas de las principales categorías desarrolladas en “El Capital” en elproceso inicial de la Primera Revolución Industrial en Inglaterra.
El criterio adoptado para desarrollar el escrito fue articular de manera simultánea el marco históricocontemporáneo a Marx y su obra: “El Capital”. Si bien esto puede confundir la desagregación por ejestemáticos creemos que puede hacer mucho más rico el análisis puesto que entendemos, se hace evidente elimpacto del contexto histórico sobre la producción teórica del autor.
Finalmente se concluye con unas breves reflexiones referidas a la naturalización de ciertas prácticasacadémicas en relación con la lectura de los clásicos.
1 Socióloga. Profesora Adjunta de la Cátedra Historia Social Contemporánea de la Carrera de Relaciones del Trabajode la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
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I
“Todo lo que existe merece perecer”.Palabras de Mefistófeles en el Fausto de Goethe
Fue en junio de 1847 cuando la Liga de los Justos se transformó en la Liga de los Comunistas. Entre susfines se propuso terminar con el dominio de la burguesía, establecer la dirección del proletariado y, enperspectiva, llegar a la sociedad sin clases.
A instancias de Marx y Engels la Liga de los Justos cambió su lema “todos los hombres son hermanos”por “Proletarios de todos los países, uníos”. Esta transformación fue un acontecimiento decisivo, ya quepor un lado reflejaba el proceso de maduración teórica que había tenido la Liga en su seno y por otro,porque se constituyó en la primera organización internacional del proletariado dando inicio a lavinculación directa del marxismo con el movimiento obrero.
Pretendemos además arrogarle una trascendencia distinta a este hecho. Creemos que lo que denota es queKarl Marx no pensaba elaborar un complejo desarrollo conceptual para limitarlo al campo abstracto de lateoría sino, muy por el contrario, el objetivo fundamental fue su aplicación al ámbito político, másespecíficamente al de la acción política. La propuesta marxista, se funda en la necesidad del crecimientocuantitativo desde un crecimiento cualitativo, que permita la formación de vanguardias revolucionarias, laorganización política legal del movimiento obrero y la delimitación de estrategias y tácticas políticas paraque dicho movimiento llegue a la toma del poder.
Sabemos que nuestra opinión no es original. Ya Engels en el sepelio de Marx, el 17 de marzo de 1883,pronunciaba las siguientes palabras: “(...) Marx era, antes que nada, un revolucionario, su misión en lavida era contribuir, de una manera u otra, a la supresión de la sociedad capitalistas y las institucionesestatales que esta había producido, contribuir a la libertad del proletariado moderno (...). La lucha era suelemento”.2 A este pensamiento nos aferramos para vincular la contemporaneidad histórica de Marx y eldesarrollo de su pensamiento.
Desde el punto de vista presentado es que consideramos al “Manifiesto” como el primer documentoprogramático del llamado comunismo científico, encargado a Marx y Engels por el segundo Congreso dela Liga en 1947, en vísperas de la Revolución del ‘48. Creemos que con la aparición del Manifiestotermina la etapa de formación del marxismo.3 En él se realiza una exposición completa de las basesmarxistas bajo premisas fundamentales, que resumimos en los siguientes tópicos:
ü La producción económica y la estructura social determinada por ella constituyen elfundamento de la historia política e intelectual de una época histórica.
ü La historia se vertebra a partir de la lucha de clases entre explotadores y explotados.ü Las contradicciones entre burguesía y proletariado han llegado a un punto tal que dicho
proletariado no puede liberarse sin liberar a toda la humanidad.
Marx y Engels resumieron a través del Manifiesto todos, o casi todos los conocimientos científicos yexperiencias prácticas recopilados y elaborados por ellos desde 1843, ofreciendo una exposición
2 Erich Fromm. “Marx y su concepto del hombre”, Fondo de Cultura Económica, México, 1984. Pag. 2683 No adherimos a la tan divulgada fragmentación ente un primer y último Marx, ya que si bien es preciso reconocer que en supensamiento hay cambios sustanciales esto no remitiría a una fractura teórica, sino más bien, a un crecimiento conceptual que lolleva a profundizar categorías, incluso al punto de modificarlas en su totalidad. Sin embargo, nuestra lectura reconoce líneas decontinuidad desde sus primeros escritos hasta el inconcluso Capital.
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sistemática de los fundamentos de su teoría, de la filosofía, la economía política, la doctrina de la lucha declases y el socialismo científico.
Al comienzo del Manifiesto afirman que toda historia lo es de la lucha de clases, fundamentan lainevitabilidad del hundimiento del capitalismo y muestran el camino hacia una nueva sociedad. Caminoque debe ser marcado y transitado por el proletariado, considerándolo actor privilegiado para latransformación revolucionaria de la sociedad. Es en este sentido que el modelo marxista puede pensarsecomo una nueva concepción del mundo.
En otros parágrafos muestran el papel histórico del partido comunista y del proletariado que debe devenirde clase en sí en clase para sí. Esta transformación solo puede producirse a partir de la adquisición deconciencia de clase, del derrocamiento del dominio de la burguesía y finalmente con la conquista delpoder político por el proletariado.
Se plantea que la misión histórica de la clase obrera, además de la conquista del poder, es la construcciónprimero del socialismo y luego del comunismo; régimen social que dará a la humanidad un ordenamientoen el cual, sobre la base del trabajo creador de todos los miembros de la sociedad, imperarán la paz, lalibertad y la felicidad de todos los pueblos.
Marx y Engels llegaron a la conclusión de que sin una organización politicopartidaria de la clase obrerano puede haber progreso, ni en la lucha por el derrocamiento de la burguesía y la conquista del poderpolítico del proletariado, ni en la construcción del socialismo. Para lograr estos objetivos entendían queera de suma importancia la función que debía cumplir el partido político, entendiéndolo como lavanguardia organizada y conciente de la masa proletaria. Porque como dice el Manifiesto “los comunistastienen sobre el resto del proletariado la ventaja de su clara visión de las condiciones, de la marcha y de losresultados generales del movimiento proletario”4
Al llegar a este punto en que estamos en presencia del primer documento maduro del marxismo espertinente explicar el contexto histórico dentro del que fue concebido. Pensamos en una especie derelación recíproca y necesaria por la cual el contexto afecta directamente sobre el pensamiento, al mismotiempo que éste produce las condiciones teóricas para la transformación histórica.
4 Marx y Engels. “Obras escogidas” tomo 14. Editorial Ciencias del Hombre, Buenos Aires, 1975
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II
“La revolución social del siglo XIX no puede sacar poesía de su pasado, sinosolamente del porvenir. (...) debe dejar que los muertos entierren a sus muertos, para
cobrar conciencia de su propio contenido (...)”K. Marx. El Dieciocho Brumario
Para que se produjera el surgimiento del marxismo fueron necesarias premisas históricas objetivas ysubjetivas. En este sentido, cabe recordar la serie de revoluciones burguesas, que abarca la de Inglaterra de1648, la emancipación norteamericana de 1776 y la Revolución Francesa de 1789.
Posteriormente en Alemania, entre 1845 y 1846, se produce una situación económica compleja debido ados malas cosechas generaron una crisis en la agricultura que se sumaba al estancamiento y retroceso de laproducción en distintas ramas de la industria. Asimismo, en Inglaterra durante 1847 se produce tambiénuna crisis económica con proyección continental, que se perfila como el comienzo de una crisis cíclicainternacional. Nuevamente en Alemania se intensifica la miseria entre los sectores populares debido alincremento del desempleo, produciéndose en Berlín y en otras ciudades acciones espontáneas deresistencia de la población trabajadora. Estos estallidos no pasan inadvertidos para Marx que entiende queexpresan la potencial capacidad de movilización y de reacción del movimiento popular.
Así es que, junto con Engels se vuelca a la tarea de elaborar una política revolucionaria basada en suspropios conocimientos científicos y en definir la posición del joven movimiento obrero en relación con larevolución burguesa.
Continuando con el contexto histórico observamos que, luego de la publicación del Manifiesto Comunistase sucedieron una serie de acontecimientos que conmocionaron a la totalidad de la sociedad europea. Nosreferimos a las revoluciones llamadas liberales que tuvieron lugar entre los años 1848 y 1849 que si biense originaron en Francia, lograron expandirse por todo el continente.
¿Qué inició este proceso de acciones contra los regímenes existentes y por qué nos detenemos en el año‘48? Las causas hay que buscarlas en la agudización de las contradicciones entre el absolutismo feudal yel capitalismo. En este sentido, nos detendremos en el ’48, porque creemos que en la base de lasrevoluciones que se desencadenan a partir de ese año aparece un poderoso factor social. La lucha seemprende contra el egoísmo de las clases dirigentes, ya se tratara de una estructura de tipo feudal como enEuropa Central o como en Francia en la cual existía una alta burguesía que se negaba desde 1830 acompartir el poder.
Si bien obedecieron a motivos económicos y políticos al igual que las de 1789 y 1830, la particularidadfue que participó un nuevo actor político: el proletariado. Pero paradójicamente, lo más significativo de lasllamadas revoluciones liberales es que a partir de la derrota que sufre el movimiento obrero se generan lascondiciones que permiten su transformación, no solo a través de cambios al interior de su organización,sino en lo que se refiere a su ideología y metodología de acción. Dichos cambios no pueden ser más que elproducto de la influencia del pensamiento marxista sobre las ideas del movimiento obrero: lostrabajadores ya no solo exigirían mejores condiciones de vida sino un nuevo orden social.
Engels se refiere a los acontecimientos del ’48 en los siguientes términos: “su posición intermedia entrelos grandes capitalistas, comerciantes e industriales, la burguesía propiamente dicha, y la clase trabajadorao proletaria determina su carácter distintivo. Aspira a la posición de la burguesía, pero el menor revés de
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fortuna precipita a los individuos de esta clase en el proletariado.”5 A lo que se refiere Engels es a que elsentimiento más importante que animaba a la burguesía era el temor a la proletarización. Por tanto, latendencia que intentaban era forzar la unificación de los mercados, hasta entonces divididos por feudos,puentes y aduanas interiores para constituir un solo mercado, una sola moneda y un mismo sistema depesas y medidas. Dicho de otro modo, dar paso a una racionalidad burguesa más avanzada.
A partir del triunfo de la burguesía en el ’48, esta profundiza su inserción en las esferas de poder paragenerar esa racionalidad a la que se hizo referencia. Operativamente el proyecto burgués se tradujo en elintento de derrocar las monarquías absolutas y en terminar con la propiedad feudal de la tierra. Pero sibien ya fue dicho, lo que particulariza estas revoluciones y que al mismo tiempo las diferencia de laRevolución Francesa, entendida como revolución burguesa es que participa de manera más definida elproletariado a pesar de que no logra que sus acciones cuajen en un movimiento organizado yconsecuentemente tampoco logra asumir la dirección del proceso.
Marx y Engels reconocen esta incapacidad del movimiento obrero, y en cierta medida su desarticulación.Precisamente lo que intentan hacer al conformar la Liga de los Comunistas es superar este obstáculo apartir de demostrar que una revolución no es una catástrofe sino el resultado natural de un momento de lalucha de clases y más profundamente, el choque entre fuerzas productivas y relaciones de producción.
Sin embargo, no hay que confundir la idea marxista de revolución pensando que es un hecho simplementenormal en el curso histórico, sino que por el contrario, la revolución es el motor de la historia, que no seproduce en cualquier momento sino cuando llegan a su punto máximo una serie de contradiccionesobjetivas y subjetivas. Justamente esta falta de contradicciones extremas será lo que haga fallar lasrevoluciones del ’48. Porque si bien su impulso estaba dado por la oposición de intereses entre laburguesía y el absolutismo, mechados con restos feudales, el proletariado se encontraba aún disperso y porende incapacitado para desempeñar el rol principal.
La causa profunda del fracaso obrero radicaba entonces en el hecho de que si bien estas revolucionesfueron acompañadas por una voluntad unánime del proletariado, sobrevinieron en un período en que laestructura económica y social contenía residuos de las formas absolutistas del Antiguo Régimen, lo cualno permitió a la totalidad del proletariado formar un frente común contra la burguesía. Desde estaperspectiva Marx señala que lo que faltó en este período fue la alianza con el campesinado y con lapequeña burguesía urbana.
No obstante dichas revoluciones no deben considerarse inútiles porque logran quebrar el régimen feudalmonárquico posibilitando así la afirmación y desarrollo del capitalismo, preparando el terreno para elulterior desarrollo de la conciencia de clase y la organización de la clase obrera.
El período 18481849 puede entenderse entonces, como un interregno en el cual el espíritu revolucionariode la democracia burguesa iba desapareciendo al mismo tiempo que el desarrollo del proletariadosocialista dependiente del desarrollo del capitalismo no había logrado madurar. Dicho de otro modo, loviejo agonizaba mientras que lo nuevo no estaba maduro para nacer.
5 Jaques Droz. “Historia General del Socialismo”. Editorial Destino, Barcelona, 1995. Pág. 5
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III
“Todo lo sólido se desvanece en el aire, todo lo sagrado es profanado, y loshombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia
y sus relaciones recíprocas”Karl Marx
El 2 de diciembre de 1851 tuvo lugar en Francia el golpe de Estado de Luis Bonaparte, quien un año mástarde será el emperador Napoleón III. Este acontecimiento tampoco pasa desapercibido para Marx, queexplica en el “Dieciocho Brumario” el período ‘48/’49 pero desde el punto de vista de ese 2 de diciembre.
Brevemente, y para no salirnos del curso original de este escrito, diremos que la clave de este texto puederesumirse en que para Marx fue la lucha de clases en Francia la que llevó al 2 de diciembre de 1851,teniendo en cuenta además que, la burguesía nacional era incapaz de seguir gobernando con métodostradicionales. Esta impotencia era acompañada por la inmadurez del proletariado, condición que si sequiere, repetía la instancia de las revoluciones del período ‘48’49.
Marx describe y analiza en su obra el atraso del campesinado, su alejamiento de la vida política y culturalde las ciudades, así como también las dos tendencias que pugnan al interior de dicho sector social:revolucionaria y conservadora.
Dice Marx en el prólogo a la segunda edición: “demuestro cómo la lucha de clases creó en Francia lascircunstancias y las condiciones que permitieron a un personaje mediocre y grotesco (refiriéndose a LuisBonaparte) representar el papel de héroe”6
Coincidiendo con Peter Stallybrass7, Marx en el Brumario comienza a pensar las clases como una unióninestable de grupos heterogéneos. Ahora bien, la pregunta es: ¿esta heterogeneidad era en realidad unamultiplicidad o una masa coagulada? “¿era un carnaval de los vivos o un sepulcro de los muertos?”. Elanálisis marxiano nos lleva a la siguiente conclusión: el proceso de diferenciación se reduce a una únicaidentidad que es reconocer las fisuras socioeconómicas entre clases, lo cual no es más que reconocer unaamenaza política y social.8. Pero lo destacable de la obra es que Marx no piensa al proletariado como unamasa pasiva sino como el nombre de un agente colectivo privilegiado que, por otra parte, necesitaconformar una alianza con el campesinado. Sólo a partir de su constitución como actor privilegiado reposala posibilidad de revertir el rumbo de la historia. Consecuentemente, ya no significará un parásito delcuerpo social sino el cuerpo del cual el resto de la sociedad es un parásito.
Quien hasta aquí haya leído, podrá preguntarse el por qué de tanta descripción del contexto históricocontemporáneo a la obra de Marx. Pues bien, el motivo ha sido expuesto al comienzo del escrito peroquizá resulte necesario volver a formularlo: Marx trata su teoría como guía para la acción política, no solopara interpretar al mundo sino para transformarlo, es por ello que desde su análisis e interpretación deacontecimientos históricos puntuales desprende categorías que van a conformar su corpus teórico.
Los escritos posteriores a 1848 confirman esto, pues pasan a primer plano las ideas políticas, losproblemas de estrategia y táctica. Para sintetizar: aplica el enfoque científico a la política, lo que
6 Karl Marx. “El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte”, Ediciones de la Comuna, Montevideo, 1995. Pag. 27 “Marx y la heterogeneidad” por Peter Stallybrass en El Ojo Mocho, primavera de 2000. Buenos Aires. Pags. 66 y 678 No nos detendremos a analizar el desarrollo que Marx realiza en el “Dieciocho Brumario” acerca del bonapartismo y dellumpenproletariado, por considerar, que si bien son categorías importantes en el conjunto de su obra, sobrepasan los objetivos delpresente trabajo.
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demuestra el profundo entrelazamiento entre teoría y práctica. Porque para los militantes, y Marx lo era, esde primordial importancia la preparación ideológica para infligir a la burguesía una derrota teórica de laque no pudiera sobreponerse.
Es en este sentido que cobra importancia la participación que tuvo Marx en la I Internacional, nacida enLondres tras el acuerdo de las dos clases obreras más importantes de entonces, la británica y la francesa.
A la cabeza de la británica se hallaba la Trade Union que solo agrupaba a obreros cualificados y por tanto,excluía a la mano de obra. Esta organización solo se preocupaba por el incremento de los derechospolíticos y sindicales y para ello practicaba una acción reformista que no llegaba a ser ni revolucionaria nisocialista. Dicho de otro modo, se mantenía dentro de los parámetros del sistema capitalista. Sin embargo,en función de dichos intereses se veía obligada a recurrir a la solidaridad internacional de los trabajadores.
En este contexto lo que Marx intenta hacer es que las masas obreras comprendan que la acción aislada,dispersa y explosiva debía ser reemplazada por una acción conciente y masiva, acción que sólo era posibleen el marco de partidos socialistas organizados.
Consecuentemente la función que Marx le otorgaba a la I Internacional era concebirla como el puntocentral de comunicación entre las variadas sociedades obreras sobre la base de dos ideas nodales, por unlado, que la emancipación de la clase obrera es obra de los propios trabajadores y por otro, que dicha claseno puede mantenerse indiferente a la conquista del poder político.
Este momento que aparece como el apogeo de Marx como activo militante durará diez años de 18641874.Su realizada vocación por la acción política no ensombrece, sin embargo, su espíritu teórico pues dichaacción se traduce en textos que van a aparecer totalmente imbuidos y determinados por la actividadpolítica. En este sentido, no debe quedar al margen ni entenderse como una casualidad que la primeraedición alemana del tomo I de “El Capital” se publique en 1867. Este es un año en que la burguesía estabaen uno de sus mejores momentos. Es el año en que Gladstone, primer ministro inglés, al cerrar lascesiones del Parlamento, felicita a sus compatriotas por el aumento de sus riquezas. Es el año en que seconcreta la expansión de Prusia en Alemania, en que Italia lucha aun por su independencia y Japón iniciael proceso de modernización.
Es el mismo año en que Estados Unidos, luego de la Guerra de Secesión, da muestras al mundo de que elsistema marcha viento en popa. Eran los tiempos en que Rockefeller fundaba la Standard Oil. Tiempos enque los llamados pioneros del capitalismo moderno, los capitanes de la industria se enorgullecían de sudenominación.
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IV
“Individuos que producen en sociedad, o sea la producción de losindividuos socialmente determinada: este es naturalmente el punto de partida”
K. Marx. “Introducción General a la Crítica de la Economía Política”
Hasta aquí hemos intentado sintetizar el profundo vínculo entre el pensamiento de Marx en relación alproceso histórico en el cual desarrolló su obra.
Por eso es preciso que en este punto realicemos un corte transversal a lo que ha sido, si se quiere, undesarrollo de la historia europea y del lugar que Marx ocupó en ella, para retrotraernos a lo que fueron losorígenes del capitalismo en función de aclarar cuales son sus características más generales, pasadas por elsedazo de categorías marxistas que se terminan de coagular en la que es –quizas la obra más importantede Marx: “El Capital”.
Y decimos que se terminan de coagular porque el autor ya las había ido esbozando en toda su obraanterior, tanto en la “Ideología Alemana” y en los “Manuscritos”, como en la “Miseria de la Filosofía”,tanto en el “Manifiesto Comunista”, como en el “Dieciocho Brumario” y en todas las notas que publicócomo periodista en distintos medios gráficos.
Creemos que en “El capital” se ve el reflejo de la época que marca el inicio del modo de produccióncapitalista. En él están expuestos la miseria, los problemas del trabajo del hombre, la mujer y los niños,cómo la máquina en su utilización capitalista en lugar de aliviar la tarea, provoca desocupación,intensificación del trabajo, disciplina de cuartel, monotonía e incremento del despotismo capitalista.
En el libro primero Marx describe y analiza el proceso de separación de los productores directos respectode los medios de producción, reconociendo el proceso de liquidación y diferenciación de los campesinos,de la explotación.Es por ello que decidimos, vincular algunas de las categorías marxianas expuestas en el primer tomo conel inicio de la Revolución Industrial en Inglaterra, entendiendo que a partir de una nueva situación secomienza a observar la fractura de un modo de producción a otro.
Haremos un recorte en el análisis de Marx para partir del período que va desde mediados del siglo XVIhasta fines del XVIII, en el cual sitúa a la manufactura.
El origen de la manufactura tiene un carácter dual pues reconoce que aparece de dos maneras, si se quiere,inversas. Una es la reunión de trabajadores especializados en torno de un mismo espacio: el taller. Otrapor la cual los trabajadores responden a la misma especialidad siendo utilizados por el capitalsimultáneamente. Pero así como la manufactura surge como la combinación de diferentes oficios puedetransformarse en la combinación de diferentes manufacturas.
En cualquiera de los dos sentidos lo que observa es que el obrero parcial provee con su producto tambiénparcial, la materia prima que necesita otro obrero de sus mismas características, para continuar undeterminado proceso productivo. Esta interdependencia obliga a que cada uno de ellos emplee, paraproducir el producto parcial, un determinado tiempo que es el que va a generar continuidad, uniformidad,orden y fundamentalmente “intensidad en el trabajo”, situación que no se presentaba ni en la artesanía nien la cooperación simple.
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Por otra parte, si bien pueden utilizarse máquinas, la específica del período de la manufactura va a ser el“obrero colectivo”, entendido como la combinación de obreros parciales. Lo que esto genera es laseparación, autonomización y aislamiento de las tareas del obrero en función de sus diferentes cualidades.En un mismo espacio, la materia prima se encuentra simultáneamente en sus diferentes fases deproducción.
De modo que será a partir de esta división que se desarrolla una jerarquía de la fuerza de trabajo a la quese corresponde otra jerarquía del mismo orden y en el mismo sentido pero de tipo salarial. Ahora bien,esta división del trabajo obrero va a suponer inexorablemente, la autoridad del propietario de los mediosde producción sobre la fuerza de trabajo. Esto constituye, para Marx, el punto de partida de la lucha entrecapitalistas y asalariados. Dicha lucha se expresa, en principio, en reclamos salariales que encabezan nolos proletarios sino los maestros gremiales de las principales ciudades. Pero Marx agrega que así como enla manufactura la división del trabajo supone la autoridad del capitalista sobre los obreros reducidos apartes de un mecanismo colectivo del cual es propietario, la división social del trabajo contrapone a loscapitalistas, que reconocen como única autoridad sobre ellos a la competencia y consecuentemente a lafuerza coercitiva que sobre ellos ejerce la presión de que se impongan sus propios intereses.
Ahora bien, dicha división del trabajo convierte en necesidad técnica el incremento de obreros, esto es delcapital variable. Este incremento está acompañado por un incremento del capital constante y de la materiaprima, dando por resultado que la concentración del capital y la división del trabajo son inseparables. DiceMarx “tan inseparables entre sí como lo son, en el dominio de la política, la concentración de los poderespúblicos y la división de los intereses privados”9. El obrero parcial, como si fuera una planta deinvernadero, ve mutiladas sus capacidades e impulsos productivos, así no solo es el trabajo el que sedivide sino el hombre mismo.
Por lo tanto la división del trabajo en la manufactura, genera la degradación cualitativa y cuantitativa delproceso social de producción. En este sentido se convierte en una forma capitalista, en un método paraproducir plusvalor relativo en función de producir nuevas condiciones para que el capital domine altrabajo. A partir de esto no solo la manufactura debe ser entendida como un progreso histórico sino quedebe ser reconocida como medio de explotación civilizado y moderno. No obstante la base de lamanufactura continua siendo la destreza artesanal, a pesar de que se produce, como ya fue dicho, unadegradación jerárquica de los obreros en función de sus cualificaciones. Así es que la perfección de lamanufactura consiste en “desembarazarse del espíritu, de tal manera que se puede considerar al tallercomo una máquina cuyas partes son hombres”10.
Hacia mediados del siglo XVIII se observa que principalmente en Inglaterra muchas manufacturas comoconsecuencia de la sencillez para operar ciertos mecanismos preferían emplear mano de obra de bajacalificación por no decir carente de ella.
9 Karl Marx. “El Capital”, Tomo I, Editorial Siglo XXI, España, 1999. Pág. 43810 op. cit pag. 440
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V
“Todo aquello que concentre a los hombres, aunque pueda generar algunos vicios,favorece la difusión del conocimiento y promueve a la libertad humana. Toda gran fábrica
o manufactura es por tanto una especie de asociación política que ninguna ley puedereducir al silencio y ningún magistrado puede hacer desaparecer”.
John Thalwell
Esta nueva situación impacta en la sociedad inglesa modificando su estructura. En el “proceso de larevolución” observamos que algunos grupos sociales iniciaron tendencialmente su desaparición, entreellos pequeños propietarios cultivadores, pequeños arrendatarios de carácter feudal y los pobres cottagersy squatters. Otros se fueron consolidando progresivamente, nos referimos a la burguesía industrial y a losobreros de las fábricas y otros iniciaron un proceso de sustancial reducción, tales como comerciantes yempresarios particularmente laneros.
Parafraseando a Mori: “en un cierto momento del proceso, la isla británica terminó siendo “el lugar” enel cual apareció clara y destacadamente el modo de producción capitalista”11. Por tanto no fue casual queMarx se dedicara a efectuar un estudio sistemático de Inglaterra que habría de llevarlo a comprender elcarácter, naturaleza y dinámica de su progresividad y en conjunto, las contradicciones que su evoluciónprovocaba y alimentaba, poniendo en evidencia objetiva sus rasgos típicos y determinantes de suhistoricidad.
En este sentido es que analiza la legislación fabril en Inglaterra, tanto en lo que hace al aspecto sanitariocomo al educativo. El nuevo cuerpo de leyes logra generalizar y acelerar el proceso de industrialización ycon él la concentración de capital y el imperio del sistema capitalista. La legislación burguesa destruye lasformas tradicionales de producción, la pequeña empresa y la industria domiciliaria haciendo evidentes lascontradicciones de la forma capitalista de producción y con ello el enfrentamiento entre la nueva y la viejasociedad.
Pero retomando el tema de los grupos sociales y limitándonos a aquellos que iniciaban un proceso desolidificación debemos reconocer que la vertiente que miraba “hacia arriba”12, estaba adquiriendoconciencia de clase, en términos de los reclamos que comienzan a hacer al gobierno británico paradefender intereses y reivindicaciones propios.
Tal grado de madurez era resultado de la afirmación del sistema fabril, marco objetivo que está constituidopor poderosas fuerzas externas, a saber: la amplitud del mercado disponible, el costo de la mano de obra,la relativa modestia de los capitales monetarios necesarios para montar cualquier tipo de empresaindustrial y el impulso dado por la construcción de nuevas máquinas.
En cuanto a la vertiente social que miraba “hacia abajo”13 lo que caracteriza el período es el incrementodel flujo migratorio interno que se dirige del campo a los centros urbanos como consecuencia de laexpulsión del campesinado producto de leyes de cercamiento y de la atracción ejercida por el trabajofabril.
11 Giorgio Mori, “la Revolución Industrial”, Editorial Crítica, Barcelona, 1987 Pag. 9412 nos estamos refiriendo a la primera generación de burgueses industriales procedentes de la pequeña propiedad terrateniente y acomerciantes audaces.13 Campesinos y obreros industriales.
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En el capítulo que Marx dedica a la acumulación originaria, explica detenidamente cual es el significadosocial de los procesos de cercamiento. Nos detendremos brevemente a describirlo, ya que da muestras decómo se fue transformando la sociedad inglesa durante la etapa inicial de la Revolución Industrial.
El cercamiento fue llamado por muchos autores una revolución de los ricos contra los pobres, y no seequivocaban ya que se trató de la expropiación de tierras por parte de la burguesía terrateniente amparadospor una legislación que expresaba sus intereses de clase. El cercamiento despojó al campesinado inglés desu medio de subsistencia al mismo tiempo que redujo la propiedad de la tierra a unos pocos pero grandesterratenientes.
Los sectores despojados entonces, no tienen más alternativa que vender su fuerza de trabajo en el mercadoa un valor depreciado como consecuencia de la gran oferta de mano de obra. Pero esta resultaba ladificultad menor ya que en general no podían ser absorbidos por la naciente manufactura convirtiéndosemuchos ex propietarios de pequeñas parcelas en mendigos, vagabundos y en el peor de los casos enladrones. Por ello es que se observa en Inglaterra ya desde el siglo XVII una dura y represiva legislaciónaplicada básicamente a la población rural expropiada por la violencia.
Así es que el robo de la propiedad de la tierra fue uno de los tantos métodos de la acumulación originaria,junto con la expoliación de bienes eclesiástico, la enajenación ilegal de tierras fiscales y de la propiedadcomunal. Dice Marx: “estos métodos conquistaron el campo para la agricultura capitalista, incorporaronel suelo al capital y crearon para la industria urbana la necesaria oferta de un proletariado enteramentelibre”.14
El sector social despojado es el que va a conformar el nuevo proletariado industrial que conviviría con eltrabajo domiciliario al que Marx denomina industria doméstica. Detengamos a analizar la significaciónque otorga a esta forma en particular.
La producción doméstica se desarrolla en las viviendas de los obreros o en pequeños talleres pero no tieneninguna semejanza con el trabajo doméstico que conformaba el artesanado urbano independiente, laeconomía autónoma del campo y fundamentalmente el hogar de la familia trabajadora. La industriadoméstica que se desarrolla con el sistema capitalista expresa una forma de explotación de fuerza detrabajo que no distingue género ni edad y que depende directamente del capital. Un capital que obtiene elabaratamiento de dicha fuerza de trabajo como consecuencia del despojo de condiciones normales ydignas de trabajo y de vida, por el trabajo excesivo y por el uso de herramientas que son propiedad delobrero. No obstante, va a aclarar Marx, esta forma de explotación tiene una limitación, si se quiere natural,que responde a la supervivencia física de la fuerza de trabajo.
Por otra parte, lo que se observa a partir de la primera Revolución Industrial es la transformación delmercado en que debía operar el obrero industrial. Este tenía un carácter fuertemente competitivo yproducía formas de alienación del trabajo derivadas del cambio en su condición como sujetos15. En elmarco del sistema distributivo de una economía capitalista, los empresarios fueron percibidos comoenemigos. El moderno proletariado industrial asumió su papel no tanto por la atracción que ejercía la rentamonetaria sino por la coerción, por la fuerza o por el miedo. “Miedo al hambre, miedo al despido o miedoa la prisión para quienes desobedecían las nuevas reglas del mundo de la industria”16, dirá Marx.
14 op. cit. pags. 91791815 Este tema se profundizará en el punto VI.16 Op. cit. pag. 114
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Es recién desde 1850 que reconoce en Inglaterra el desarrollo productivo a través de maquinarias, peroexclusivamente para fabricar herramientas mecánicas. Entre ellas cita la máquina para hacer bobinas, lahiladora y los telares continuos. Esta es la primera gran diferencia, pues aunque el hombre sigue siendo elprimer motor tiene una limitación natural que remite a los órganos corporales, para operar un númeroreducido de instrumentos de trabajo.
En este sentido en un principio la Revolución Industrial parece dejar que el obrero domine a la máquinavigilando su funcionamiento y corrigiendo con sus manos los errores que puedan producirse durante elproceso productivo. Este aspecto es el que determina que la manufactura no revolucione el modo deproducción.
Pero la máquina reemplaza al obrero a través de un mecanismo que opera al mismo tiempo con una masade herramientas, con la unión de todos los instrumentos simples puestos en movimiento por un mismomotor. De modo que el punto de partida ya no será el trabajador sino el instrumento de trabajo y en estemismo sentido sigue habiendo cooperación, del mismo modo que en la manufactura pero no comocombinatoria de tareas humanas sino como combinatoria de máquinas que ejecutan trabajos parcialescomplementarios entre sí. Por ello es que Marx asegura que es la manufactura misma la que proporcionala base natural para que se constituya el sistema de máquinas y se reorganice el proceso productivo através de la eliminación del principio subjetivo de la división del trabajo.
A partir de la gran industria será cada máquina parcial la que le brinde a la que sigue en el proceso lamateria prima. Del mismo modo que en la manufactura, todas las máquinas funcionan simultáneamente deforma tal que las diversas etapas de la producción también se encuentran en acto al mismo tiempo.
Por ello es que en el sistema de máquinas, el obrero encuentra como condición previa a él un organismode producción objetivo provocando que la máquina funcione únicamente a través de trabajo colectivo.Consecuentemente el carácter corporativo del proceso de trabajo será una necesidad técnica dependientede la naturaleza del medio de trabajo.
Pero entonces, ¿cuál es el efecto que produce al interior de las relaciones sociales la incorporación delsistema de máquinas en el proceso de producción? Marx dirá que lo que se revoluciona radicalmente sonlas relaciones capitalistas, básicamente entre el capitalista, definido por ser el propietario de los medios deproducción y el obrero definido como propietario de su fuerza de trabajo.
El obrero se encuentra a partir de la incorporación de la máquina con la siguiente paradoja. Lo quesupuestamente debiera ser la transformación del proceso productivo en pos de una mejor condición socialse convierte en realidad, en un medio para prolongar la jornada laboral. Decimos paradójicamente porquelo que se desprende del análisis objetivo es que la máquina no solo debería incrementar la productividadsino que debería hacerlo reduciendo el tiempo de trabajo necesario para la obtención de un producto. Encambio no solo genera la prolongación de la jornada laboral sino también población excedente, pues lamáquina reemplaza obreros en el proceso productivo. La máquina se convierte entonces en competidoradel obrero porque cuando éste es reemplazado como herramienta, desaparece el valor de cambio queposeía como fuerza de trabajo, como mercancía. Dice Marx: “el medio de trabajo asesina al trabajador”.Pero no solo funciona como competidor sino que se proclama como potencialmente hostil, porque elcapital la usó para reprimir las reivindicaciones y revueltas obreras.
A pie de página Marx fundamenta su afirmación recurriendo a datos de 1833 recogidos por un tal Gaskelen “The manufacturing population of Ingland”. Allí se demuestra cómo de 1861 a 1868 desaparecieron338 fábricas algodoneras, lo cual permite corroborar que la producción se concentró en un númeroreducido de capitalistas reduciendo en la misma proporción el número de personas ocupadas.
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Entonces la máquina actúa aumentando la explotación de la fuerza de trabajo, a través de la cosificación eltiempo del obrero por el incremento de la jornada y produciendo más en menos tiempo y cambiando depersonal sin que se interrumpa el proceso de producción.
En conclusión, en la manufactura y el artesanado el trabajador se sirve de la herramienta, es un miembrodentro de un mecanismo vivo, mientras que en la fábrica, ámbito natural de la máquina, se vuelve unservidor de ella, incorporándose al proceso como un apéndice viviente de objetos inanimados que dirigenla producción. El trabajo de este tipo ataca cosificando, reprimiendo el desarrollo físico e intelectual. Lahabilidad inherente a los sujetos es desconocida, desvalorizada y subordinada por la técnica de la máquina.
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VI
“Lo que busca realmente el espíritu es la realización de su idea, pero alhacerlo, esconde ese fin a su propia visión y siente orgullo y satisfacción en estaenajenación de su propia esencia” Hegel en “La filosofía de la historia”
A partir de la modificación total de las condiciones materiales de trabajo producto del trabajo fabrilpodemos reconocer una categoría que Marx elabora antes de escribir “El Capital”. Nos estamos refiriendoa la categoría alienación17. El concepto, si se quiere desde un ámbito subjetivo y hasta psicoanalítico,implica la idea de extrañamiento, entendido como no ser uno mismo. Puede pensarse como la pertenenciaa un sistema que aparta al sujeto de su individualidad, enajenando y alterando toda posibilidad derealización de su auténtica subjetividad.
El hombre alienado no se reconoce como un factor activo de la constitución del mundo y de sí mismo, porel contrario lo experimenta y se experimenta desde una actitud pasiva, dice Erich Fromm: “como sujetoseparado del objeto”18. Marx ubica el concepto en una correspondencia directa con la realidad y a partir dedicha correspondencia adquiere un significado absolutamente concreto sustentado por los efectos delsistema económico en el que se encuentra inmerso el hombre.
Pero ¿por qué para Marx el hombre está alienado? Justamente porque el sistema de propiedad privada enlugar de ubicar a los medios de producción como simples instrumentos de los hombres en relación con lanaturaleza para desarrollar actividades productivas, los transforma en fines y a ellos subordina a toda laclase trabajadora. Dicho de otro modo, el hombre lejos de ser un fin en sí mismo, se convierte en unmedio, en un instrumento más del proceso de producción, sin que se tenga en cuenta su propia necesidadde realización como sujeto.
El proceso de enajenación se expresa en el trabajo, en la división del trabajo porque el producto obtenidose opone a él como algo ajeno, “como un poder independiente del productor”, dice Marx en losManuscritos y agrega “la realización del trabajo se manifiesta hasta tal punto como invalidación que eltrabajo es invalidado hasta morir de hambre. La objetivación constituye en tal medida una pérdida delobjeto que el trabajador se ve privado de las cosas más esenciales, no solo de la vida sino también deltrabajo”. Para Marx, la propiedad privada relega al sujeto a una condición de medio y lo obliga a realizaruna actividad extraña a su natural condición, lo que implica un carácter inhumano y por lo tanto alienante.Así se ve privado de manifestarse de acuerdo con su verdadera naturaleza y aspiraciones, e incluso estasaspiraciones las pierde de vista justamente por su condición de alienado.
Como se ha dicho el vínculo que efectúa entre alienación y realidad le permite analizar el trabajo. Untrabajo que pierde todo tipo de contenido y actividad creativa para convertirse en una función rutinariacuya única motivación es la posibilidad de subsistencia. Porque Marx no solo piensa en la alienacióncomo la relación del trabajador con el producto del trabajo sino también en relación con el acto deproducción dentro del trabajo. Aquí la actividad es sufrimiento, la fuerza se transforma en debilidad, lacreación en castración y la energía intelectual en una actividad que se vuelve contra sí mismo. Es laautoenajenación.
Por lo tanto el trabajo, en el sistema capitalista constituye una enajenación para el hombre ya que no estáconsustanciado con su esencia y con su libre creatividad sino que por el contrario, es tarea involuntaria. El
17 serán considerados sinónimos los términos alienación y enajenación.18 Erich Fromm. “Marx y su concepto del hombre”. Fondo de Cultura Económica, México, 1961.
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trabajo es impuesto y en este sentido puede pensarse como trabajo forzado. No es la satisfacción de unanecesidad sino un medio para satisfacer otras necesidades. Ahora, si ese trabajo es ajeno al obrero aalguien le pertenece, alguien es su dueño. La enajenación aparece entonces como una relación socialasimétrica entre un hombre trabajador y otro hombre que no trabaja.
La división del trabajo se funda a partir de la gran industria en el trabajo barato, en el empleo demujeres, niños y obreros no calificados. La industria así economiza medios de producción a través deldespilfarro de la fuerza de trabajo y del despojo de las condiciones normales del trabajo. Ya no es precisoaclarar que el concepto de alienación en Marx trasciende lo económico. No se trata de que el hombre gocede una mayor proporción de su producto, de la creación de su trabajo. La justa distribución no representael último fin en la búsqueda de la desalienación. Lo fundamental es la liberación del hombre de un modode producción que destruye su individualidad haciéndole perder de vista la verdadera esencia que es surealización como individuo. La actividad del hombre no puede limitarse a ser un mero productor de cosasque principalmente están destinadas a la obtención de un beneficio económico que, además, no favorece ala mayoría y por lo tanto ésta lo ve como algo extraño.
Porque si es así el trabajo enajenado ya no solo se apropia de la producción sino que le arrebata al sujetola vida, reduciéndola a la mera existencia física. De allí que para Marx la alienación aparece en todos losperíodos históricos, pero alcanza su climax en la sociedad capitalista porque al no participar en ladirección del trabajo, al actuar como empleado de la máquina a la que sirve se transforma en un obrerocosificado por su dependencia al capital.
¿Cómo desalienarse entonces? Marx va a decir que el hombre debe integrarse con los otros hombres y conla naturaleza en un proceso creativo que lo confirme como especie, condición básica para acceder a laverdadera libertad. La única manera de lograrlo será entonces abolir la propiedad privada de los medios deproducción y la realización del comunismo que permite superar el conflicto entre existencia y esencia paralograr la verdadera libertad objetiva.
En función de esta extensa conceptualización es que nos permitimos pensar a la primera generación deproletarios como sujetos alienados. ¿Por qué? Son varias las razones. En principio porque procedía, comohemos dicho, del ámbito rural, donde la medida del tiempo estaba dada por los fenómenos de lanaturaleza, donde nadie le daba órdenes directas, donde podía dejar de trabajar cuando quería, dondepodía alternar los oficios y en el último de los casos donde podía vivir aislado y al aire libre. Esteproletario, se debió enfrentar con horarios de trabajo continuados e interminables, tuvo que obedecerórdenes de un jefe y mecanismos impersonales de trabajo o, lo que es peor, sistemas de mecanismos. Tuvoque vivir en condiciones de promiscuidad y en ambientes desconocidos.
Pero además y por efecto del sistema de maquinarias que puede prescindir de la fuerza muscular, seemplean obreros de escaso desarrollo físico pero de miembros más ágiles, lo que es lo mismo que decirque se incorporan mujeres y niños como obreros. Esto produjo dos efectos, por un lado el incremento delnúmero de asalariados y por otro la disminución del trabajo doméstico. Así la maquinaria distribuye elvalor de la fuerza de trabajo del hombre, que por ende se desvaloriza, entre todo el grupo familiar. Paradecirlo en las propias palabras de Marx: “para que una familia viva, ahora son cuatro personas las quetiene que suministra al capital no solo trabajo sino también plusvalor”19. Lo que se observa entonces esque además de extenderse el material humano de explotación se extiende el grado de ella.
19 Karl Marx, “El Capital” Tomo I, vol. 2 pags. 481 y 482
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Las consecuencias que se producen en el obrero de los principios de la industrialización son casi crueles,Engels va a hablar de degradación moral, pues se siente una especie de tratante de esclavos ya que no solovende su fuerza de trabajo sino la de toda su familia.
Es claro entonces que si bien en promedio su salario podía ser superior a lo que percibía en su abandonadacondición de campesino se vio sumergido en una situación nueva para la que no había sido socializado.Por ello es que estos obreros adquirieron conciencia no tanto por su ser como clase sino como resultado desu propia condición de obrero y por lo que Marx denominó “devastación intelectual”. El ámbito deprotección que había internalizado y que constituía su horizonte moral y político desaparecía en la vida dela fábrica.
Nos permitimos inferir que, el concepto de alienación destruye la separación que muchos autores hanrealizado entre un joven y un viejo Marx, porque es este concepto el que va a convertirse en un puntocentral de su pensamiento desde los “Manuscritos económicofilosóficos” escritos en 1844 hasta laredacción de “El Capital” y particularmente al capítulo primero en el que se refiere al carácter fetichista dela mercancía.
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VII
“ligeras fracturas y fisuras en la dura corteza de la sociedad europea,bastaron sin embargo para poner de manifiesto el abismo que se expandía por
debajo”K. Marx
Por todo lo expresado, la Revolución Industrial que tuvo lugar en Inglaterra en las últimas décadas delsiglo XVIII se convirtió en uno de los acontecimientos más destacados de la historia debido a que permitióel ascenso y solidificación del modo de producción capitalista y de la burguesía industrial que sinembargo, no va a constituirse más que en agente involuntario de ella. En el Manifiesto Marx y Engels serefieren a esta burguesía como la clase que logró destruir las relaciones feudales, patriarcales e idílicas.
Son Engels y Mills los primeros en hablar de revolución industrial, pero la expresión es introducida porMarx para caracterizar sobre todo los orígenes y la naturaleza del capitalismo moderno. La fuerza detrabajo convertida en mercancía, y el divorcio entre propiedad y trabajo cierran definitivamente una épocaque correspondía a una sociedad dominada por formas de producción y de propiedad de naturaleza feudal,en las que la división del trabajo y el intercambio estaban poco desarrollados.
No quedan dudas entonces que dicha revolución expresa un cambio histórico a partir del reconocimientodel modo de producción capitalista. Sin embargo no son pocos los autores que piensan este momento nocomo una ruptura sino como continuidad de una situación que no surge por generación espontánea a partirde la incorporación industrial de la lanzadera volante.
Dicho esto, ese preciso aclarar el por qué. El factory system puede ser concebido como el producto lento yporque no subterráneo de la tecnología al mismo tiempo que un desarrollo molecular de las relacionessociales en general. Particularmente la Inglaterra del siglo XVIII hacía tiempo podía considerarsecapitalista debido a que se observaba la separación progresiva entre el productor directo y los medios deproducción de tal modo que esas relaciones de producción impulsaron el desarrollo de las fuerzasproductivas hasta conducirlas hasta el umbral de la maquinización.
Como en cualquier acontecimiento histórico y más aun revolucionario están presentes muchos elementosde continuidad, característicos de períodos precedentes y una compleja conexión entre ellos y muchoselementos nuevos que son los que van a terminar determinando el cambio.
Aunque parezca una paradoja, este análisis no se desentiende totalmente de entender la revoluciónindustrial como una ruptura porque, ciertamente, en adelante será la industria y determinada producción laque determine el rango y la influencia de las demás. De lo cual se desprende que en el diseño marxiano lamanufactura, puede ser pensada como la forma característica originaria de la producción capitalista en elperíodo que va de la mitad del siglo XVI hasta el último tercio del XVIII.
En su primer estadio se coordinaban en un taller las actividades de un gran número de artesanos y obrerosno cualificados bajo la dirección de un capitalista. Más tarde evolucionó hacia la cooperación de operariosde la misma especialidad, cuyo anterior ámbito laboral quedaba ahora desintegrado, aislado eindependizado, con el fin de abaratar la producción, al limitar a cada uno de los obreros a sermanipuladores de una parte limitada del proceso de producción total.
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Es en este sentido que creemos que la manufactura lleva consigo los estigmas del modo de produccióncapitalista en el cual la aparición de la máquina provoca una ruptura que aunque tenga lugar en el cursodel mismo, es una ruptura en si misma.
Evidentemente por lo expuesto, la Revolución Industrial produjo cambios pero no solo en cuanto alprogreso técnico que significó la aparición de nuevas herramientas sino además en cuanto a la dislocaciónque acompañó a los sujetos, potenciada por las políticas liberales y burguesas impuestas desde un Estadoque hace su aparición en el siglo XVII como resultado de las relaciones de producción implantadas por elsistema capitalista.
Al consolidar la burguesía su poder económico, conquistó el poder político y desarrolló el estadomoderno, con todo su ordenamiento jurídico ideado para preservar el sistema de producción implantado.De acuerdo al materialismo histórico, el estado es un elemento de la superesetructura, determinada por lainfraestructura económicosocial, y tiene por objeto legalizar las relaciones de dominación que ejerce laburguesía respecto del proletariado.
Marx entiende que las ideas de una época son las ideas de la clase dominante, en consecuencia, el estadoburgués tiene la función de asegurar no solo las relaciones de producción y la propiedad privada sino la dedesarrollar la cultura y la educación burguesas.
En este sentido es que entendemos que la Revolución Industrial fue la instauración y legitimación de unnuevo modo de producción, junto con la incorporación de un nuevo modelo filosófico que inaugura unperíodo materialista que creía que todos los problemas tenían una solución económica. Este estado es elque establece una economía de tipo mercantil que cambia el eje de atención de la sociedad. El problemade la subsistencia es reemplazado por el de la ganancia que no está ya garantizada por el Estado sino quedepende del nivel de precios que determine el mercado. Supuestamente este mercado se autorregula,dirige los precios y organiza toda la vida económica.
Cabe aclarar que si bien en este período estamos refiriéndonos a la segunda mitad del siglo XVIII laconcentración de capital, producto de la maquinización convivía con la institución prevaleciente que era ladel propietario terrateniente, lo cual producía que la renta de la tierra debilitara, y en un punto retrasara, laaparición de las relaciones de producción capitalista. Lo que es preciso enunciar es que en este período lapresencia del pequeño campesino había sufrido una sustancial disminución por no decir su desaparición yaque casi el 90% de la tierra y por tanto de la economía rural estaba en manos de los arrendatarios.20
20 Giorgio Mori, “La revolución industrial”, Editorial Crítica, Barcelona, 1987.
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VIII
“Esta sociedad burguesa moderna, que ha hecho surgir tan potentes medios deproducción y de cambio, se asemeja al mago que ya no es capaz de dominar las potencias
infernales que ha desencadenado con sus conjuros” Manifiesto Comunista
Hasta aquí hemos visto cómo la maquinaria al apropiarse del trabajo no solo del obrero sino también de sufamilia aumenta el material humano susceptible de ser explotado y como además, incrementa la jornadalaboral. Dicho de otro modo, como explota más intensamente la fuerza de trabajo.
Por otra parte vimos que según Marx la maquinaria debe abaratar las mercancías y reducir la parte de lajornada de trabajo que el obrero necesita para sí, incrementando la parte que cede gratis al capitalista. Peroaquí aparece una dificultad que explica, en cierta forma, una característica fundamental del modo deproducción capitalista. Todos estos deber ser no son, y no son porque el proceso de trabajo entendidocomo una forma histórica es un proceso de trabajo productivo, pero no sólo limitado a la producción demercancía, sino esencialmente a la producción de plusvalor.
El trabajo se estructura bajo la forma del tiempo, por ello es que el capitalista no compra trabajo sinotiempo sobre el cual se produce la plusvalía.
Marx desagrega esta categoría en función de pertenecer a diferentes etapas del desarrollo del capital enplusvalor absoluto y plusvalor relativo. En cuanto al primero su producción responde a que lascondiciones de trabajo se transformen en capital y los obreros en asalariados, que los productosreconozcan un único sentido ser mercancías, que el proceso productivo se defina por ser un proceso en elcual el capital controle y consuma la fuerza de trabajo para finalizar en la prolongación del proceso detrabajo traducido en la extensión de la jornada laboral más allá del límite del tiempo de trabajo necesariopara la subsistencia del obrero. Este proceso no es exclusivo del modo de producción capitalista ya que seobservan en los distintos modos de explotación que están presentes en la historia antes de que intervengael capital. La diferencia nodal radica en que en el capitalismo la extracción de plusvalor no se produce porcoerción directa sino por la venta de la fuerza voluntaria que aparenta ser voluntaria.
En cuanto al plusvalor relativo presupone la producción de plusvalor absoluto y remite exclusivamente almodo de producción capitalista. Su finalidad es el incremento del plusvalor a través de la reducción deltiempo de trabajo necesario, sin tener en cuenta los límites de la jornada laboral. De tal modo lamaquinaria se convierte en un medio de producción de plusvalor. Así es como en definitiva analiza el pasodel medio para la producción de herramienta a máquina. Lo que hace es incorporar el elemento históricoque resulta imprescindible para reconocer la diferencia. La máquina como promotora de la revoluciónindustrial reemplaza al hombre que de manipular una única herramienta se convierte en un mecanismo quetrabaja con una masa de herramientas iguales o diferentes a la que estaba acostumbrado a utilizar. Elresultado entonces es que la maquinaria aumenta el plusvalor que acrecienta la riqueza del capitalista ydisminuye de manera constante el número de trabajadores para la producción de bienes de primeranecesidad.
Por último la conclusión a la que llega Marx luego de su largo desarrollo y análisis del modo deproducción capitalista, es francamente angustiante porque el obrero productivo, dentro del sistemacapitalista no produce para sí sino para el capital. Así se enfrenta a una realidad que lo disminuye comosujeto ya que se ve inserto en una estructura inhumana de producción por la cual su trabajo deja de ser lacanalización subjetiva de su identidad y de su realización como sujeto.
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De este modo el vínculo que se establece entre el capital y el proletario se produce por violencia, unaviolencia que lo enfrenta a no ser para poder ser solo una posibilidad de subsistencia. El obrero consumidopor el capital como una mercancía se observa a si mismo, si tiene conciencia de su posición y condicióndentro del sistema, animalizado porque debe descartar la rebeldía y el enfretamiento como acto y comopotencia.
Lo que otorga identidad al sujeto es justamente lo que no posee. La posibilidad de existencia socialdepende de la capacidad de compra y venta. Lo que el capitalismo olvida o pretende olvidar es que lafuerza de trabajo, debe ser entendida como una categoría histórica y que no es mercancía sino sereshumanos que se ven obligados a venderse para no morir.
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Breves reflexiones finales
Dos cuestiones nos planteamos luego de concluido este escrito, que es menester aclarar no deben leersecomo conclusiones de lo expuesto sino más bien como una actitud reflexiva que surge del conocimientoformal.
La primera cuestión es una pregunta referida a la contemporaneidad de los clásicos y la segunda, hacereferencia a las múltiples maneras de leer la obra de Marx. En el primer caso damos por supuesto que nosomos contemporáneos a los clásicos, entendiendo por clásicos a los grandes pensadores que han dejadomarcas, en el más puro sentido derridiano. Marcas que se traducen en enunciaciones convertidas enverdades universales que las inmuniza al paso del tiempo y a la transformación de las condicionesparticulares e históricas que les dieron origen. Los clásicos son creadores, más que constructores de teoría.Teoría que puede ser apoyada, discutida y hasta refutada pero nunca ignorada. Teorías que puedenprovocar un derrame casi eterno de nuevas teorías que se desprenden de la original, de la clásica.
Desde esta perspectiva es casi imposible negar la contemporaneidad del pensamiento marxista, pues sibien es innegable que muchas de sus intenciones y evaluaciones en relación con el sistema capitalistaparecen haberse resuelto de un modo totalmente opuesto a como Marx lo preveía y esto dicho a la luz dela historia reciente es indudable que las categorías marxianas siguen formando parte inevitable delanálisis del capitalismo.
En cuanto a la segunda cuestión, la que se refiere a los diferentes modos de leer a Marx, debemosreconocer que lo que hemos hecho en el trabajo fue una lectura académica, institucional y por ello tiene unsesgo de injusticia en el contenido del relato. Porque mientras se escriben estas líneas, mientras en otrosniveles de la academia, se escriben hojas y hojas y se debaten ideas, hay una realidad que parecedesfigurarse tras la máscara de categorías abstractas. Es la realidad de muchos trabajadores, desocupadosy excluidos (esos que Marx llamaría seguramente lumpenproletariado) que luchan ya no por permanecer opor incorporarse al mercado sino por no morir en el intento. La pregunta que surge entonces es, ¿esta erala manera en que Marx pretendía que se abordara su obra? La respuesta es terminantemente negativa. Latan mentada objetividad para leer sus textos (y tal vez cualquier otro) nos lleva a perder sentido acerca dela intima conexión con la realidad que motivó a Marx para que su obra fuera una herramienta deliberación y concientización de las condiciones inhumanas que el capitalismo imponía a los sujetos.
Por lo tanto este modo aparentemente objetivo e institucionalizado es un fracaso si no buscamosconectarlo con un mundo que profundiza cada vez más las injusticias que bien pudieron haber surgido conla Revolución Industrial pero que no pueden revertirse si exclusivamente nos limitamos a leer e interpretarconcienzudamente “El Capital”. La tarea pendiente entonces es poner en acto todo lo que la abstracciónmarxista potencia.
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Bibliografía utilizada
v Abendroth, Wolfang. “Historia social del movimiento obrero europeo”. Editorial Siglo XXI.Madrid. 1974
v Berman, Marshall. “Todo lo sólido se desvanece en el aire”. Editorial Siglo XXI. Madrid.1998
v Droz, Jacques. “Historia General del Socialismo”. Editorial Destino. Barcelona. 1995v Fromm, Erich. “Marx y su concepto del hombre”. Fondo de Cultura Económica. México.
1984.v Hobsbawm, Eric. “La era de la revolución, 17891848”. Editorial Crítica. Buenos Aires, 1997.v Mandel, Ernest. “El lugar del marxismo en la historia”. Editorial Hispánica. (sin más datos)v Marx, Karl. “El Capital”. Editorial Siglo XXI. España. 1999v Marx, Karl. “El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte”. Ediciones de la Comuna.
Montevideo. 1995v Marx, Karl. “Introducción General a la Crítica de la economía política”. Editorial Siglo XXI.
México. 1991v Marx y Engels. “Obras Escogidas”. Editorial Ciencias del Hombre. Buenos Aires. 1975v Mori, Giorgio. “La Revolución Industrial”. Editorial Crítica. Barcelona, 1987
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