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UN MUNDO DE PALABRAS
ESCRITAS,
¿POSIBILIDAD DE INCLUSIÓN O
REALIDAD DE EXCLUSIÓN?
Experiencia de la lectoescritura con adultos ciudadanos y ciudadanas
habitantes de calle – CCHC
Lesley Geovana Rico1
Si hay algo que vuele tan lejos en el mundo es la palabra. Literalmente vuela, porque el
sonido que lanzamos al viento se monta en el aire y va de mi boca al oído tuyo, donde
se cuela misteriosamente para tocar otros miles de palabras que duermen en tu cerebro
vistiendo pensamientos, adornando recuerdos, descifrando olores y sabores, tacto,
deseos… Luego tomas ese pájaro inquieto que movió emociones, que despertó otras
palabras dormidas en la profunda intimidad y vuelves a reconstruir mi palabra para
enviarla a la tuya al viento, rumbo a otro corazón y a otro oído.
Francisco Cajiao2
Introducción
Pensar a la escuela como un proceso, antes que como un escenario, es
una alternativa que permite dar una mirada distinta a las necesidades educativas
de una sociedad que, sin ser la nuestra una excepción, requiere alimentarse de
una verdad que día a día se hace viva fuera de los muros de un sistema que en
gran parte ha sido pensado para un sector amplio pero no totalizador de la
1 Licenciada en Educación Especial – Corporación Universitaria Iberoamericana. Candidata a Magister en
Educación con mención en currículo y comunidad educativa - Universidad de Chile – ILAE. 2 Cajiao, Francisco. Presentación. En: ¿POR
QUÉ LEER Y ESCRIBIR? Selección de Silvia Castrillón.
Alcaldía Mayor de Bogotá – SED - IDCT. Bogotá. 2006
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población que la necesita como instrumento de emancipación y transformación
social.
La mirada actual de la escuela (en cuanto proceso y escenario) evidencia
necesidades educativas que desbordan los muros de un sistema de carácter tanto
oficial como privado, que a pesar de sus esfuerzos por ampliar la cobertura, aún
no logra integrar (por multiplicidad de razones) al conjunto de la población. Este
panorama permitió la oportunidad de adelantar un ejercicio de inclusión, en donde
se propuso que las palabras y la escritura se convirtieran en protagonistas de una
actividad didáctica de lecto-escritura, que puede permitir o no, de acuerdo a la
intencionalidad con la cual se utilice, que adultos en condición de vulnerabilidad
social encuentren una nueva frontera de interrelación con una ciudad que
cotidianamente no habitan con mucha libertad.
La experiencia durante el año 2008 se desarrolló el Convenio de Asociación
3300/07 dirigido a hombres y mujeres ciudadanos y ciudadanas habitantes calle
(CCHC) y personas ubicadas en zonas de alto deterioro urbano en ocho
localidades de la Ciudad de Bogotá3, con el objeto de fortalecer, a través de la
formación e inclusión procesos de desarrollo humano, social y participativos como
alternativa de recuperación de hábitos ocupacionales, construcción de
competencias y habilidades laborales y productivas, desarrollo personal y
generación de ingresos viable para la población.
En la apuesta de formación integral de ciudadanos, se planteó un
componente de enfoque lectoescritor para potencializar habilidades de
comunicación y mantener relaciones positivas con pares que permitieran mayor
desenvolvimiento a nivel social, ocupacional y/o laboral y, así forjar mejores
condiciones de vida que les permitiera el acceso al consumo de bienes culturales
y a la información para participar con decisión, con la intencionalidad de rehacer el
3 Convenio 3300/07 Suscrito entre la Secretaria Distrital de Integración Social – S.D.I.S. y la Corporación
Razón Pública – C.R.P. Bogotá - Colombia. Localidades de Suba, Kennedy, Antonio Nariño, Puente Aranda,
Chapinero, Mártires, Teusaquillo y Barrios Unidos.
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vínculo y resignificación con la palabra, no solo oral sino escrita y formar entonces
conciencia de la necesidad de aprehender el leer y escribir, con el fin de visibilizar
y hacer realidad la inclusión en cuanto escenario responsable de generar
condiciones de respeto, aceptación, igualdad y tolerancia hacia sí mismo y hacia
los otros, más aún cuando dicha población, en el trayecto de sus vidas y por
diversas circunstancias, llegaron a formar parte de una categoría social
determinada por las dinámicas nacionales de construcción de política social -
Ciudadanas y Ciudadanos Habitantes de Calle, CCHC- que en últimas refleja los
desajustes estructurales de un Estado que en muchos casos no permite la
vivencia plena de derechos; y que aún así, durante este proceso, decidieron
reconciliarse con la sociedad imaginando la posibilidad de ser y hacer parte de
una realidad diferente, una realidad que poco a poco generara las herramientas
que les permitiese entender mejor su contexto y proyectarse dentro de él.
Gracias a una experiencia específica en el campo de la educación popular
(antes que informal) con adultos diversos, en situación de habitabilidad de calle,
ha sido posible encontrar elementos que constituyen la relación del individuo y su
ciudad, además de hacer visibles formas de exclusión propias de un sistema y sus
estructuras de reproducción simbólica.
LA IMPORTANCIA DE LA LECTURA Y LA ESCRITURA
La competitividad en adultos no alfabetizados es altamente frustrante, ya
que la sensación de temor por enfrentarse a la palabra escrita y a que se descubra
su aparente “carencia” le causa vergüenza y en ocasiones bajos niveles de
autoestima, al tiempo que se constituye una evidente condición de exclusión y
marginalidad; en tanto quien no lee y escribe no le es posible involucrarse con un
sistema de lenguaje sustentado en la palabra escrita. En la era de información y la
comunicación la palabra escrita y la lectura se constituyen en los vehículos de
acceso a un cúmulo de contenidos indispensables para la toma de decisiones, el
reconocimiento social y gran parte de este desarrollo se transmite por la escritura;
4
es así como personas que por diversos motivos, en este caso CCHC, vivencian
parcialmente un aislamiento del mundo escrito, un vacio de sentidos frente al
bombardeo permanente de mensajes codificados en palabras y en síntesis son
agredidas por el poder de estas.
En esta perspectiva se asume que el adulto analfabeto no es un ser sin
experiencia e ignorante, dado que en su diario vivir ha realizado re-conocimiento
de palabras, símbolos y/o señales que aunque no siempre es consciente de ello,
se convierte en un instrumento cognitivo que le permite orientarse en cada espacio
en que se mueve y también socializarse de una forma básica pero útil dentro de
un contexto social, creando en estos adultos otro tipo de habilidades que les
permite tener una relación un poco más acertada con el mundo, a lo cual algunos
teóricos han llamado como Analfabetismo Funcional4.
Entonces, leer, escribir, comunicar e informar se convierten en un elemento
fundamental en la vida del ser humano, de hecho, es constantemente reafirmado
como derecho esencial, una condición de ciudadanía y una necesidad básica
para la inclusión social, ya que estas competencias se convierten en un
mecanismo para superar las diferencias y las inequidades sociales, por cuanto el
acceso al lenguaje termina siendo el medio que permite acceder a bienes
culturales, es decir al capital cultural que una comunidad específica considera
legítimo y necesario para el reconocimiento del otro como par.
“El acceso al lenguaje legítimo – el dominante- es desigual. El lenguaje
legítimo es monopolizado por unos pocos. Hay monopolio sobre el mercado
4 En 1958 fue definido por la UNESCO como analfabeto al individuo que no consiguiese leer o escribir algo
simple. Veinte años después, se adoptó el concepto de analfabeto funcional: una persona que aún sabiendo
leer y escribir frases simples no posee las habilidades necesarias para desenvolverse personal y
profesionalmente. En la década de 1990 se comenzaron a divulgar índices de analfabetismo funcional
definiendo como analfabetas funcionales a las personas con menos de cuatro años de escolaridad. En: El
analfabetismo funcional entre la población adulta de América Latina. UNESCO – IIPE Buenos Aires – OEI.
Agosto 2005
5
de bienes lingüísticos (capital cultural) como hay sobre el mercado de
bienes económicos”. (Bourdieu, 1992)5
En consonancia con este autor, para la enseñanza de la lectura y escritura,
es relevante reconocer la forma en que la producción y la reproducción cultural
utilizan la palabra escrita como soporte para la instauración y mantenimiento de
los súper monopolios de la información y las telecomunicaciones, en los cuales
circulan cifras monetarias descomunales y generan nuevas formas de exclusión al
controlar actualmente al menos dos terceras partes de los contenidos culturales
que se transan por múltiples países alrededor del globo.
Se trata de propietarios de revistas, diarios, productoras, exhibidoras y
distribuidoras de películas de cine, editoriales, portales y proveedores de internet,
emisoras de radio, casas disqueras, estudios de grabación, estudios de cine y
televisión, derechos de transmisión y comercialización de video, radio y tv,
parques de diversiones, megatiendas, agencias de publicidad y márketing,
portales y proveedores de internet, agencias de noticias, transmisión de datos,
agencias de noticias, casas de espectáculo, software, video juegos, juegos, CD-
ROM, DVD, agencias de publicidad; anunciándose la progresiva reacomodación
de capitales centrados en no más de cinco mega empresas por sector, que
terminaran como gigantes del capitalismo, engulléndose a las compañías grandes
en cada segmento de los mercados (De Moraes, 2005: 66 - 71).
INDAGANDO LA ESCUELA Y LA CALLE
Es en este contexto donde las preguntas resultan imprescindibles: ¿Por qué
algunos se olvidaron de leer?, ¿influyó la condición socioeconómica para no
5 Bourdieu plantea que durante los procesos pedagógicos se dan relaciones de poder, de dominación y control
social. Estas luchas evidenciadas en la distribución de bienes materiales y culturales se materializan en formas
de capital (económico, social cultural y simbólico) que se imponen como legítimas disimulando las relaciones
de fuerza que requiere de situaciones y contextos sociales específicos, lo que define como Violencia
Simbólica. Téllez, G. Pierre Bourdieu. Conceptos básicos y construcción socioeducativa – Posfacio. Bogotá,
2002.
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aprender?, ¿en la calle las habilidades lectoescritoras no existen o no hemos
podido entenderlas?, ¿la calle suplió esta necesidad?
En la experiencia se pudo observar cómo la escuela se convirtió para
muchos CCHC en un medio de exclusión, pues no les permitía sobresalir ya que
no eran precisamente ellos los mejores estudiantes y algunos de sus maestros o
compañeros generaron frustración y bajos niveles de autoestima. Emergen
entonces preguntas acerca de la relación entre la institución de la escuela y la
determinación de sus decisiones, lo cual no quiere decir que fue entonces la
escuela o sus docentes el motor de distanciamiento y deserción, pero sí surgen
importantes interrogantes sobre la responsabilidad que le cabe a la institución
escolar con relación a la formación y a la permanencia en el proceso educativo
regular; pues parece ser relevante el papel que ocupó para que primara la
decisión en principio de deambular la calle y finalmente habitarla.
Entonces, mientras la escuela tiene la función de enseñar, de mostrar el
mundo y sus potencialidades bajo la figura de neutralidad, favorece la función de
mantener el orden social; se podría afirmar entonces, con base en los relatos de
quienes abandonaron la institución escolar, que la escuela sí es un escenario de
reproducción social, de reproducción de clases, en donde ocurren relaciones de
dominación y las condiciones sociales suelen repetirse, por lo que es posible que
el pobre continúe siendo pobre y seguramente haga parte de grupos sociales
populares y en ocasiones ni ello alcance; el estrato medio obtenga empleos
medios y se proyecten victoriosos quienes posean mayor capital social y cultural.
La escuela se constituye entonces en un escenario moldeado por las
organizaciones y los individuos quienes detentan el poder económico, político y
cultural de un estado, puesto que eminentemente la institución educativa es en
esencia herramienta de formación de ciudadanos, de individuos y es el individuo
quien determina, con base en dicha formación, las formas de acción y relación con
otras instituciones y ámbitos; y aunque los mecanismos que los individuos utilizan
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para la organización de su tiempo, para la priorización de necesidades y
finalmente para el establecimiento de objetivos y metas tienen un origen claro en
las dinámicas aprehendidas en la familia, finalmente es la academia como
institución estructural y formadora la que reproduce, solidifica y legitima las
estructuras sociales y el status quo de los sectores históricamente hegemónicos,
por ende, también hace lo propio con aquellos sectores históricamente excluidos y
se establece claramente el ejercicio de formas de violencia simbólica en la escuela
desde el poderoso hacia el desposeído, violencia que no se ejerce de forma física
y que es aceptada de forma implícita en los diversos contextos sociales por su
fuerte presencia de simbolismos y subjetivaciones, y que finalmente es asumida
tácitamente por quien es víctima de ella (Bourdieu, 1992).
Evidentemente para muchos, la calle terminó convirtiéndose en un espacio
de menor control social, en donde se hacen ausentes las responsabilidades
escolares, propicio para el desligamiento emocional y que sustituyó elementos
esenciales de la formación, y donde por derivación las competencias
lectoescritoras no tienen mayor utilidad. En la calle el poblador encuentra
dinámicas que facilitan lo más básico - independientemente a las estrategias con
las que esto se logra (temor, caridad o compasión, delito…) como el material
reciclable, ropa, comida, plata y hasta un alar para “cambuchar”, mientras los
medios de comunicación les informa lo necesario.
Las actuales redes de difusión de los mass media son tan extensas y
eficientes que no les resulta muy difícil acceder a radio y televisión durante unos
pocos minutos por día; permitiéndoles tener al menos un contacto con la realidad,
en donde casi nunca es necesario leer y menos escribir. Adicionalmente, el
consumo de sustancias psicoactivas (SPA) los aleja de cualquier intencionalidad
de relacionarse con la palabra escrita, puesto que implica un esfuerzo que en la
lógica de quien habita la calle, no se requiere para tener acceso a las condiciones
mínimas de la vida en la calle, por lo cual se desconectan del texto escrito y con el
paso del tiempo les resulta indiferente aprender a leerlo y escribirlo, a pesar
8
incluso, de que cualquier modo de vida urbana requiere de un entrenamiento
mínimo en la interpretación de los símbolos escritos.
Con la habitabilidad permanente en la calle, la posibilidad de restitución del
derecho a la educación disminuye y los intereses por obtener nuevos aprendizajes
desaparecen; entonces, en quien habita la calle, suele surgir un argumento que le
plantea lo innecesario de esforzarse en alfabetizarse si la calle da lo mínimo que
se necesita para subsistir.
Surgen aquí otros interrogantes: ¿Cómo muchos habitantes de calle hicieron
para aprender a movilizarse ocasionalmente en los buses sin conocer lo que dicen
sus letreros?; ¿cómo lograron leer algunas de las etiquetas de productos que
consumen?, ¿no fueron alguna vez engañados al firmar papeles que desconocían
lo que estaba escrito?, ¿cómo tramitaron sus documentos de identidad?, máxime
cuando por cada lugar que se transita las palabras absorben la vista, generan
emociones, brindan información y ubican o confunden si no se comprenden sus
sentidos.
Las respuestas pueden ser variadas y tal vez sencillas: surgen destrezas y
habilidades por la condición de defensa, subsistencia y protección; las
comunidades les han solventado sus necesidades, el Estado en el momento en
que ellos se acogen a la oferta de servicios de atención se ha encargado de
suminístrales lo necesario, desde ayudarlos a tramitar su identificación hasta
informarles acerca de sus derechos o decirles donde deben realizar los trazos que
simbolizan su firma.
LENGUAJE, ESCRITURA Y AUTONOMÍA
Para los CCHC, aunque el uso de la palabra escrita, durante su
permanencia en calle, pudo presentarles ciertos obstáculos, estos no habían sido
evidenciados por dichos ciudadanos debido a que la calle les suscitó otra
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posibilidad de desenvolvimiento en donde la lectura y la escritura no tomó un lugar
importante; pero en la perspectiva de su deseo de hacer parte activa de la
ciudadanía y ser reconocidos como tal, fue apremiante para ellos la necesidad de
superar esta barrera, ya que enfrentarse al mundo de la palabra les exige como
mínimo saber leer y escribir y la ausencia de ésta durante tiempo los limitó,
avergonzó y habitualmente les generó sentimientos de pena, depresión y/o
agresividad, pues se sentían en condición de desigualdad con otras personas.
El lenguaje en sus formas oral, gestual y escrita, es el principal medio de
comunicación para el ser humano, pues posibilita el intercambio de información y
experiencias en el medio en que se relaciona y a medida que él crece adquiere
diversos conocimientos a nivel cognitivo, social y emocional, y lo cual le permite
desarrollarse integralmente. El lenguaje oral es un proceso social y cultural que se
da en la interrelación con los otros y por imitación a partir del relacionamiento
social e instintivo y no necesita ser enseñado formalmente, lo único necesario es
exponer al ser humano a hablantes en su lengua materna. Para el sujeto, como
ser social, es casi imposible no percibir el lenguaje, es decir, no aprender a hablar;
pero el lenguaje escrito, a diferencia del lenguaje oral, no es natural sino arbitrario,
requiere de la enseñanza (de la intervención de otro ser humano, como en la
escuela) y no basta sólo con la exposición a un entorno lectoescritor 6. Pese a la
dificultad que pueda presentarse durante su adquisición, la escritura se convierte
en un instrumento de expresión indispensable en la vida de cada individuo;
generalmente inicia con el garabateo y luego el reconocimiento de las letras,
imágenes o palabras hasta llegar a realizar abstracciones y simbolizaciones, es
decir, adquirir el complejo proceso de la lectura y escritura.
Saber leer no se limita a descifrar códigos o símbolos, es la posibilidad de
otorgar sentido y significación a las palabras, lo que permite apropiarse mejor del
mundo y aumentar la capacidad de entenderlo, disfrutarlo, criticarlo y contribuir a
6 http://www.jel-aprendizaje.com/. Pearson, Rufina. Diferencias entre el lenguaje oral y escrito. 2000
10
transformarlo. El ejercicio de la lecto-escritura fomenta independencia y
autoestima, establece el escenario adecuado para crear historias propias y ser
capaces de escribirlas de acuerdo a sus posibilidades; desarrollar las
competencias básicas de comunicación, tales como, hablar, escuchar,
comprender lo que se lee y poder explicarlo en sus propias palabras, y así
construir textos que expresen acertadamente su integralidad como sujeto histórico.
Leer y escribir es un proceso permanente en la vida de las personas,
debido a que en nuestra sociedad, constantemente se debe interlocutar por medio
de la palabra y relacionarse con los otros y con el entorno, para desenvolverse
eficientemente en diversos contextos; pero son los primeros años de vida de un
niño o niña los que marcarán por siempre el resto de su vida, dado que cualquier
tipo de aprendizaje temprano y adecuado, es el que le permitirá una formación
cultural e intelectual a futuro.
Cuando un infante no ha aprendido a leer y a escribir, no siente la
necesidad ni la obligación de hacerlo, pero al momento de descubrir el maravilloso
mundo de la palabra y relacionarse con ella, accede a otras posibilidades de
comunicación, de relación y de socialización, y es precisamente allí cuando se
abre una puerta de entrada a la sociedad; en principio lo hace a partir del juego, ya
que es éste el primer proceso de aprendizaje por medio de la diversión e imitación,
lo que posteriormente hará con el apoyo de la escuela y la familia y le permitirá la
construcción de las representaciones necesarias para vivir en sociedad.
Esta situación difiere para aquellos que van creciendo y abandonan esta
opción de conectarse con el mundo a través de la palabra escrita. Para gran parte
de los CCHC la realidad va tornándose más difícil debido a que el uso de la misma
determina su inclusión o exclusión. No se desenvuelve igual una persona que
conoce y utiliza la lectura y la escritura, que quien no lo ha hecho en la vida o su
aproximación ha sido mínima, toda vez que las desigualdades incrementan en
términos de acceso a las actividades culturales, la generación de ingresos
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económicos, la vinculación laboral, la posibilidad de asociación y agremiación,
entre otros; entonces las oportunidades de relacionarse asertivamente se limitan,
debido a que el individuo se encuentra inscrito en un medio social marcado por la
cultura, inmerso en un mundo del lenguaje oral y escrito donde las palabras son
invenciones del hombre para rotular y a la vez reconocerse.
EL RELATO CIUDADANO
Reconstruyendo los relatos de los adultos participantes de la experiencia
educativa7 acerca de las razones o motivaciones que los distanciaron del
aprendizaje de la lectura y la escritura durante su infancia y adolescencia se
deducen varios aspectos como la dificultad o falta en el acceso al sistema
educativo y/o la deserción del mismo -“En ese tiempo los cupos en los colegios
distritales eran muy pocos, teníamos que hacer largas filas para pedirlo, por
ejemplo a mí un amigo me estaba cuidando el puesto y cuando yo llegue me di
cuenta que él prefirió vender el suyo y el mío por 80 centavos y no esperar más”-,
también el desinterés de hacer parte de la escuela, por no ser lo suficientemente
seductora, vista está en algunos casos como ente de control y regulación social:
“Allá solo ponían normas y reglas, yo no podía hacer lo que quisiera y eso me
aburrió, pues yo quería otras cosas”. La repitencia en los primeros grados
escolares, en donde se está fomentando el proceso lectoescritor en muchas
ocasiones desencadena sentimientos de frustración que, aunados a entornos
familiares donde el apoyo es insuficiente o nulo en el proceso educativo y en
algunos casos familias disfuncionales en donde el trámite de conflictos se da de
forma violenta, terminan por alejar por completo al individuo de la posibilidad de
integrar ámbitos académicos incluso informales -“Hice primero de primaria tres
veces y por eso me salí, en mi casa me decían que yo era como muy bruto y no
aprendía nada” , “es mejor irse de la casa”.
7 Las expresiones señaladas en comillas y cursiva fueron proporcionadas por algunos de los participantes del
proceso lectoescritor durante el ciclo de formación.
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Las difíciles condiciones socioeconómicas, el acceso insuficiente al sistema
educativo y la pobreza absoluta que les obligó a iniciar vínculos laborales a
temprana edad, como lo relata uno de los entrevistados: “No había ni pa´l bus”, “la
escuela quedaba lejos y era mejor ayudar a buscar la plática diaria”; y a esto se
suman los contextos originados por la situación de orden público y el conflicto
armado del país, que traen consigo fenómenos de desplazamiento forzado masivo
hacia ciudades como Bogotá en donde se asientan familias enteras que nunca
logran vincularse a procesos de inicio o continuidad de la escolarización. Estas
situaciones se entremezclan con unas ya existentes en sectores poblacionales
densos, vulnerables y de extrema pobreza; en donde fenómenos como el
consumo a muy temprana edad de sustancias psicoactivas legales e ilegales, las
dinámicas de mercado causadas por el tráfico de las mismas y la configuración de
entornos socio culturales que fomentan prácticas de mal uso del tiempo libre y
asociación con actividades delincuenciales: “Es más bacana la plata fácil, que ir a
la escuela a que me jodan”, “Empecé a consumir bazuco y pegante desde muy
chino y eso me gusto más que estudiar”.
Todo ello les llevó a algunos de los ciudadanos(as) habitantes de calle a la
búsqueda de otra alternativa en la vida, que no necesariamente estuvo ligada a
retomar sus estudios, debido a que, como bien ellos y ellas lo manifestaron, las
condiciones económicas eran precarias; muchas veces el hambre estaba presente
y la pobreza se hace inminente, sus familias numerosas y en su mayoría de los
casos los padres se encontraban estaban ausentes y la opción de estudiar no
ocupaba un lugar relevante dentro de las necesidades a resolver.
INCLUSIÓN Y ALFABETIZACIÓN
Debido a las características particulares de la población beneficiaria
(personas adultas ex – habitantes de calle o en condiciones de fragilidad)8 la base
8 Además cuentan con pocas o nulas redes sociales, presentan altos niveles de conflictividad lo que dificulta
las relaciones con sus pares y en algunos casos con bajos niveles de autoestima, usuarios reiterados de los
servicios que presta el Distrito y la mayoría de ellos con antecedentes disciplinarios, quienes poseen escasas
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del proceso fue la educación popular, toda vez que permite la aplicación de
metodologías diversas orientadas a la formación de personas críticas y reflexivas
que cuentan con un saber propio y válido ante la sociedad; entendiendo por
educación popular “aquella que siendo no formal y aplicada a sectores sociales
históricamente excluidos y marginados, promueve la construcción de ciudadanía
activa y crítica, a partir de un verdadero diálogo de saberes establecido entre
todos los participantes del acto pedagógico. Es decir, es una propuesta
pedagógica que se separa de las metodologías tradicionales en las cuales existe,
por un lado, un sujeto activo y conocedor (iluminado), y por el otro, un grupo de
personas pasivas e ignorantes (a-lumnos) que deben recibir o asimilar
(memorizar) un cúmulo de saberes socialmente aprobados, reduciendo el acto
pedagógico a una simple transmisión de conocimientos, los cuales tienen la
pretensión de científicos”9.
Por lo anterior y desde la mirada de la realidad social de los CCHC, el ciclo
de lectoescritura se basó en el método psico-social de Paulo Freire, denominado
Palabra Generadora10; método ante todo reflexivo y dialógico que posibilita al
participante deliberar acerca de su realidad, comunicarse con otros, conocer
distintos intereses y opiniones, valorar lo que se posee y disponerse a intentar
cambiar aquello con lo que no se está de acuerdo. Aprender desde su experiencia,
historia y entorno, permitiendo la construcción de significados a través del
intercambio social, por ende no se trata de conocer letras, vocales, silabas o de
repetir palabras, sino de generar procesos desde la vida cotidiana, que para ellos
condiciones económicas y poca credibilidad, debido a su reincidencia en la condición de habitabilidad en
calle y/o al consumo de spa.
9 ___________ Documento Enfoque “Mínimos Vitales e Indicadores de Progresividad: instrumentos para la
construcción de Planes de Desarrollo con enfoque en Derechos Humanos” marzo 2007
10
Freire es quien crea el movimiento de educación popular en Brasil en 1962. Con él busca sacar al hombre
analfabeto de su situación de inconsciencia, de pasividad y falta de criticidad. Su proyecto educativo, que
parte de la praxis, apunta a crear humanización, a liberar al hombre de todo aquello que no lo deja ser
verdaderamente persona. El proceso de alfabetizarse se ve como la conquista que hace el hombre de su
palabra, lo que conlleva la conciencia del derecho de decir la palabra: "... el aprendizaje y profundización de
la propia palabra, la palabra de aquellos que no les es permitido expresarse, la palabra de los oprimidos que
sólo a través de ella pueden liberarse y enfrentar críticamente el proceso dialéctico de su historización".
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sean importantes, ya que el entorno inmediato permite interiorizar y posibilitar el
aprendizaje básico. A partir de lo que el grupo hace, sabe, vive y siente, es decir,
desde sus contextos y realidades, es que surgen las palabras generadoras, los
significados, las nuevas palabras y el vocabulario.
Es posible concluir que este proceso de formación permitió ratificar la
necesidad de la palabra oral y escrita como escenario de relación consigo mismo,
con el otro, con el entorno y con la sociedad, en donde el reconocimiento, la
igualdad, la aceptación y el respeto surgen gracias a la utilización del lenguaje y la
posibilidad del ser humano en comunicarse. La iniciativa permitió a los CCHC
incursionar de manera más oportuna en espacios sociales, laborales y políticos;
ante todo cuando los participantes de esta apuesta formativa, durante años,
habían vivido en condiciones permanentes de vulnerabilidad social y de exclusión
- entendida está como forma de distanciamiento con el otro y con la sociedad, por
exposición a factores de riesgo como frágiles relaciones afectivas, pautas de
crianza débiles, maltrato en el hogar o en la escuela, deserción escolar, relaciones
tempranas con sustancia psicoactivas, pobreza, dificultades económicas, no
acceso a oportunidades y además, en su condición de habitabilidad en calle
rechazo, señalamiento, temor y marginalidad por parte de las comunidades.
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Revista Colombiana de Sociología. Vol. VII Nº 1, 2002
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Castrillón. Alcaldía Mayor de Bogotá – SED - IDCT. Bogotá. 2006
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Bogotá. 2005
15
____Diccionario de la Lengua Española. Vigésima segunda edición
____ Documento Enfoque “Mínimos Vitales e Indicadores de Progresividad:
instrumentos para la construcción de Planes de Desarrollo con enfoque en
Derechos Humanos” marzo 2007
____Guía para el portafolio de mejores prácticas sobre los métodos de
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IDEP, No somos vulnerables “Escuela y niñez en situación de
vulnerabilidad” Bogotá, 2006
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Téllez, G. Pierre Bourdieu. Conceptos básicos y construcción socioeducativa
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América Latina. Buenos Aires – OEI. Agosto 2005
Zuluaga, O y otros. Pedagogía, Didáctica y Enseñanza. Revista Educación y
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