VENEZUELA, SU EVOLUCION. DESARROLLO
AGRICOLA. SITUACION EN EL PRESENTE.
El proceso de estructuración de la agricultura en Venezuela, desde sus comienzos hasta el presente, está intimamente ligado -no podíaser de otra manera- al proceso de estructuración del país, de 10que es hoynuestra nación. Me refiero, claro, desde el momento en que la conquistade nuestras tierras, mediante la creación de ciudades e inicios de la explotación de la tierra, abandona aquel periodo y comienza a abrirse caminohacia el colonial. Existían, es cierto, en la época pre colonial, elementosmuy claros que en determinados sitios demostraban Ja existencia de unaexplotación de carácter agrícola del suelo. En 10que hoy son tierras deBarinas, en tierras del Zulia, en tierras centrales y del oriente, mil añosantes de la era cristiana y más de mil en algunas otras regiones, se cultivaba el maíz, la yuca y una variedad de tubérculos, también el algodónpara hilar que, unidos a la caza, aseguraban el mantenimiento físico delhombre. Y más o menos en idénticas condiciones continuó la vida dequienes poblaban nuestras tierras hasta la llegada del conquistador. Fuebajo la acción de éste, superado el período inicial de conquista, cuandose inicia una agricultura intencionalmente organizada en 10que es hoy elterritorio que ocupa Venezuela.
Agricultura que se cumple al principio más por necesidad quepor propia vocación colonizadora. Porque el conquistador, apenas ponesu pie en tierras de América, su impulso es guiado más por el logro deriqueza fácil que por la creación de cualquierotra por perdurable que fuese. Méjico, Colombia, Perú le habían abierto los ojos de la codicia. El oro
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colombiano, también el de Méjico tímidamente acompañado por la plataen sus comienzos, y la plata del Perú encerrada en el enorme vientre delPotosí, eran los señuelos que movían al conquistador. La pasión por eloro fue el primer gran impulso que lo movió en las tierras de la actual Venezuela, la pasión por ese milenario "Dorado" que se hacía más lejano amedida que la conquista avanzaba tierra adentro, en cuya búsqueda selanzó también Inglaterra a su frente el inglés Walter Raleigh, esa pasióndesmedida que llevó al conquistador a la realización de empresas casi increibles, fue el único incentivo que le movió durante un primer y largoperíodo. Y si la agricultura se inicia en aquellos asentamientos en fechasmuy cercanas al comienzo de la conquista, no fue con la intención muydefinida y cierta de crear riqueza propia para un futuro mejor. La intención fue otra. Se trataba, sobre todo, de dar a la conquista la estabilidadindispensable para que ésta pudiese alcanzar los metales que se suponíaescondidos y continuaba escondiendo la tierra en sus entrañas.
La ausencia de metales y la imposibilidad de alcanzar el mito deEl Dorado, unidos a la necesidad de dar fisonomía y transformar nuestrastierras en elemento productor, obligó a la corona española a iniciar enellas un proceso de colonización distinto a la acción que se cumplía durante la conquista. Surgieron, como paso inicial, los Welser. En momentos en que aún no estaba claramente definida la necesidad de colonizaren la verdadera acepción de la palabra. Los Welser constituyen un primerintento, una primera acometida donde el impulso de la conquista prevalecía todavía sobre el de la colonización. Pero ya más adelante, en laépoca de Felipe V, el contrato con la CompañíaGuipuzcoana señaló unrumbo distinto en la trayectoria que marcaba el inicio de una racionalagricultura en tierras de la hoy Venezuela. Agricultura que, repito, habíaya comenzado a vivir y a cuya sombra comenzaba a formarse una nuevaclase en esa la futura Capitanía General de Venezuela. Una nueva clasesocial estable y firme, la de los blancos criollos, quienes habían emprendido acciones de cierta envergadura para una explotación comercial dela agricultura que le permitiese asegurarse un nivel de vida cada vez másalto. Fue esa la época en que comienza a formarse dentro de esa clase deblancos criollos un grupo de ricas familias venezolanas ligadas intimamente a la corona en sus comienzos, apartándose cada día más de esa corona a medida que su riqueza aumentaba, hasta comprometerse poste-
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rionnente en la causa de la independencia en momentos en que la corona,aplicando impuestos y reclamando contribuciones, frenaba su impulsooriginal.
La presencia de la Compañía Guipuzcoana constituyó, por variadas circunstancias, un paso cierto hacia la formación de una agricultura cada vez más productiva. Sus nuevos métodos y la importación demás avanzados equipos para la época convirtió en sus comienzos a estaCompañía en la más directa competidora de la actividad agrícola de losblancos criollos. De allí el que éstos, aprovechando difíciles momentosque vivía la corona española, propugnaron y apoyaron la célebre rebeliónde Juan Francisco de León en Panaquire, quien al frente de una densa masa humana constituida por esclavos y otras clases depauperadas, despuésde tomar la región de Panaquire, se dirigieron hacia Caracas entrandotriunfantes en la capital el 19 de abril de 1749 para imponer condiciones.Condiciones que fueron aceptadas pero no cumplidas, 10 que obligó denuevo a Juan Francisco de León a iniciar un segundo movimiento de carácter reivindicador, el cual no tuvo la suerte del primero pues para aquelmomento la situación interna de España permitía una vigilancia más eficaz sobre nuestras tierras y también porque no pocos de los blancos criollos habían invertido dinero en la propia Compañía Guipuzcoana.
Mucho se ha escrito acerca de la acción benéfica de la CompañíaGuipuzcoana, que con sus métodos y equipos tuvo en el desarrollo denuestra agricultura importancia decisiva. Hoy, muchos dudan sobre esecarácter que para nuestra agricultura significó el monopolio de dichacompañia. Mas, sea cual fuese el1ímite de ese impulso 10cierto es queal inicio de la segunda mitad del siglo XVIII Venezuela, con todas las limitaciones que para su desarrollo había tenido y tenía aún, ocupaba puesto de primera importancia en la zona del Caribe como productor agropecuario, particularmente en materia de cultivos. Es ese el momento cuando el terrateniente criollo, el blanco criollo, en tímido enfrentamiento ala corona española inicia la defensa de sus intereses. El cual se convertirápronto en pugna abierta para liberar al blanco criollo tanto de las excesivas cargas impuestas por la corona como del carácter monopolista desu comercio exterior. Situación esta que explica el desarrollo en nuestrascostas del comercio clandestino, del contrabando, auspiciado por los
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blancos criollos y realizado en condiciones de libertad de comercio através de las islas francesas e inglesas del Caribe. Comercio clandestinoque alcanza firmes proporciones y permite que a nuestras tierras, hechoeste que se había iniciado durante los años de la Guipuzcoana, lleguenobras de Enciclopedistas y Filósofos de la Ilustración, las cuales alimentarían y fortalecerían doctrinariamente el germen libertador que daba vida nueva a nuestros blancos criollos.
El impulso que cobra la agricultura en Venezuela a partir de lasegunda mitad del siglo XVIII hasta comienzos del siglo XIX se ve detenido al iniciar sus años este siglo por un hecho de primordial importancia tanto para nosotros como para la vida del continente latinoamericano:la lucha por su independencia. A comienzos del ochocientos la para entonces Capitanía General de Venezuela, y casi al mismo tiempo la mayoría de las regiones colonizadas de habla hispana, se comprometen en unalucha sangrienta que culminaría con la conquista de su independenciadel poder español. Y si aniquiladora fue esa lucha para los países hermanos, mucho más lo fue para Venezuela por haberse comprometido en unaempresa que lejos de detenerse en nuestras fronteras debería culminar en1824 con la batalla de Ayacucho, en el Perú, sellando así la definitiva libertad de cinco naciones. Noble empresa esta que siempre nos enorgullece pero que como contrapartida, además de reducir de manera ciertanuestras clases dirigentes, al finalizar la guerra de independencia impidióuna reorganización de las fuerzas productivas del país, la de la agriculturacomo la de única importancia. Fue después de separarse Venezuela de laGran Colombia en 1830, bajo el primer gobierno del general José Antonio Páez a la sombra de cuya espada se agrupan los restos de nuestrasélites dirigentes en curiosa mezcla con la casta militar, cuando Vcnezuelaintenta iniciar la organización de su economía mediante la afirmación delsistema latifundista implantado desde la colonia y reafirmado luego porlos blancos criollos durante el siglo XVIII.
Nada fácil le fue a Venezuela acometer esa tarea. Vivir bajo elimperio del ejercicio pleno de las libertades públicas para un país en formación que venía de cerrar tras sí tres siglos de coloniaje, para un puebloque no había alcanzado -no podía alcanzarlo- el nivel cultural indispensable al ejercicio de esas libertades, era tarea superior a sus posibilidades.
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El apetito del caudillo y de la casta militar, cuyo prestigio provenía de lapropia guerra de independencia, condujo a Venezuela, salvo en escasosperíodos de su vida republicana, a luchas internas no menos sangrientasmuchas de ellas que la propia lucha por su independencia. Fue sólo al término de la Guerra Federal, mediante el Pacto de Coche, bajo el inmediatodominio de Guzmán Blanco y de su Despotismo Ilustrado, cuando elpaís comienza a vivir una etapa de cierta tranquilidad, la cual le permitiríainiciar aunque en forma tímida una reorganización de su actividad agropecuaria. La construcción de ferrocarriles, del telégrafo, el incremento
de las relaciones internacionales, contribuyeron de manera directa a afi
nar el rumbo de esa empresa.
La posterior dictadura de Cipriano Castro -1899-1908-, dadassus características particulares, enturbia el intento de reorganización dela actividad agropecuaria en el país iniciado bajo el Despotismo Ilustradode Guzmán Blanco. Y la de su sucesor Juan Vicente Gómez, quien asumeel mando en 1908, en nada modifica el carácter de nuestra agricultura, lacual continuaba sometida al sistema de explotación latifundista, firmemente asegurado ahora por el dominio político del dictador. Para los añosanteriores a la primera guerra mundial la economía de nuestro país 10caracterizaba como país agropecuario, el sistema latifundista único ejede la explotación de la tierra, sin que en su actividad económica se vislumbrase un intento de modificar esa condición abriendo caminos haciaotras actividades productoras. El presupuesto nacional oscilaba para esaépoca entre ochenta y ciento veinte millones de bolívares obtenidos mediante la aplicación del impuesto indirecto, equilibrándose la balanza depagos y la balanza comercial con la venta al exterior de productos de latierra que aseguraban el pago de los productos manufacturados indispensables a la vida cotidiana adquiridos de los países industrializados. Paraaquellos años, fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, Venezueladisfrutó, en una cautelosa acepción de la palabra, de los altos precios delcacao en los mercados internacionales y casi a continuación de los decafé, situación esta de breve permanencia debido a la posterior caída enlos mercados internacionales del precio de ambos productos. Al términode la primera guerra mundial Venezuela continuaba atada, como se hadicho, a sistemas primitivos de explotación, lo que obligaba a gran parte
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de su población a mantener un nivel de vida que apenas le permitía alcanzar los requerimientos indispensables a su supervivencia.
Los años finales de la década de 1910 Ylos posteriores de la década de 1920 al 30 originan profundos cambios en la vida económica ysocial de Venezuela. Cambios originados por la aparición de una nuevariqueza, escondida ésta en el interior de la tierra, cuya explotación constituiría en pocos años el eje fundamental de la vida económica del país:el petróleo. Desde los años finales del siglo XIX se hablaba de la existencia de petróleo en Venezuela, habiéndose iniciado en el Estado Táchiraprimerizos intentos de explotación emprendiéndose también a comienzos del presente siglo un rastreo efectivo de la existencia de ese hidrocarburo. Lo que permitió que volviesen los ojos hacia nuestro país los dosgrandes consorcios que mantenían para la época el control de la explotación y comercialización de ese producto a escala internacional: laRoyal Deutch Shell capitaneada por Sir Henry Deterding, y la StandardOil Company de Estados Unidos capitaneada por John D. Rockefeller.De manera vertiginosa y mediante contratos que aseguraban la casi totalidad del beneficio para los citados consorcios internacionales. Venezuela comenzó a producir petróleo a escala comercial. Casi de inmediatolas columnas de aceite negro que emergiendo de los pozos Zumaque 1,La Rosa, y más adelante el reventón de los Barrosos 2 al dispararse hacialo alto abrieron a Venezuela el camino que le conduciría al cabo de unbreve lapso a la condición de segundo productor y primer exportador depetróleo en el mundo.
Pese a que la cuota parte de los beneficios de la explotación delpetróleo que recibía Venezuela de los consorcios internacionales era increiblemente baja. esa explotación del petróleo ocasionaría de inmediato un cambio estructural en su economía. Los ingresos por concepto deexploración y explotación. aunque mínimos. comienzan a superar lostodavía menores por otros conceptos que durante largos años habían asegurado la supervivencia de Venezuela como nación. Los trabajadores delcampo. en busca de mejores salarios, comienzan a abandonarlo paraacercarse a los centros de explotación petrolera o a los que se crearen porefectos directos o indirectos de ésta, lo que origina un inmediato descenso en la producción agrícola nacional. Para el año de 1935. fin de la
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dictadura de Juan Vicente Gómez, la producción agrícola nacional estaba caracterizada por un marcado descenso en el cultivo y comercialización de aquellos productos de la tierra que hasta la aparición del petróleo le habían asegurado al país una vida cierta aunque en extremo precaria. El café y el cacao, por el ya señalado descenso en el precio de estosbienes en los mercados internacionales; también el añil, el tabaco, las pieles, y todos aquellos productos agropecuarios cuya explotación comienzaa declinar de manera evidente.
El término de la dictadura de Gómez abre una nueva etapa en lavida económica y social del país. A la sombra del relativo respeto de determinadas libertades públicas que establecería el gobierno de EleazarLópez Contreras, sucesor de Gómez, se inicia público debate sobre algunos de los grandes problemas económicos y sociales que obstaculizan eldesarrollo del país y la diversificación de sus fuentes de producción. Seseñalaentonces la necesidad de comenzar un proceso de industrialización y de modificar las formas de producción en el campo. Se tomaron,es cierto, algunas medidas tendientes a establecer el crédito agropecuario y a mejorar los sistemas de producción. Perono se atacó la raíz del problema. El sistema de producción latifundista y su complemento el minifundio continuaron como eje de la actividad agrícola nacional. Fue sólodurante el gobierno que sucedió al de López Contreras, el gobierno deIsaías Medina Angarita, cuando se inicia una reactivación de la actividadagrícola del país, cuando comienzan a existir algunas pequeñas industrias de transformación y cuando se dictan las primeras medidas legalesencaminadas a lograr un cambio en las condiciones de producción en elcampo, medidas que estaban contenidas en la Ley de Reforma Agraria,primera ley sobre la materia que proporcionaba al Estado las herramientas indispensables para atacar al latifundio e implantarun régimen humano y efectivo de explotación de la tierra.
Durante los años de la segunda guerra mundial, el desarrollo dela técnica y de los medios internacionales de comunicación, unidos en elcaso de Venezuela a las ventajas económicas que le proporcionaba la explotación de su petróleo a pesar del monopolismo extorsionador de lostrust internacionales, le permitieron al país la posibilidad de incrementarsu producción agropecuaria y de iniciar un intento más cierto de indus-
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trialización. Sin embargo, las relaciones de producción en el campo, queobstaculizaban un verdadero impulso en la actividad agrícola, no fueronmodificadas. La Ley de Reforma Agraria del gobierno de Medina Angarita, casi de inmediato a su promulgación, fue derogada y aprobada otrabajo el período del gobierno provisional, orientada ésta hacia la legalización del minifundio. Ley que sufrió a su vez posteriores modificaciones que no afectaron en esencia la orientación antes señalada. En 1960,bajo el gobierno de Rómulo Betancourt, se aprueba una nueva ley agraria, la cual continúa vigente. Esta nueva ley, en lo que se refiere a la relación latifundio-minifundio, no modifica substancialmente los principiosque en ese aspecto contenía la legislación agraria aprobada después de laderogación de la ley promulgada por el gobierno de Medina Angarita.Pero el correr de la historia, a espaldas de la ausencia de una más justay racional reforma agraria, contribuiría en el terreno de los hechos a queen las relaciones de producción en el campo, particularmente en materiade cultivos, ocurrieran importantes cambios orientados a la sustituciónde importaciones. Son los años en que comienza a aparecer la empresaagrícola. Con la presencia del empresario en el campo se intensifica lautilización de la máquina, la mecanización en la producción, la utilización de nuevos sistemas de cultivos, de fertilizantes, herbicidas, plaguicidas, de métodos de inseminación, etc. Lentamente, la agricultura comienzaa ser rentable, caracterizándose esa actividad a fines de la década de los80 por la presencia de tres elementos claramente diferenciados. Uno, ellatifundio, que aún pervive, particularmente en el centro oriente del paísyen el Sur. Dos, el minifundio, que estructuralmente acompaña al latifundio y que también aparece en otras formas cuando es consecuenciadelsistema de propiedad creado por la aplicación mecánica de la Ley de Reforma Agraria. Y tres, la empresa privada, que cada día amplía su campode actividad haciéndose más y más rentable. Situación esta determinadapor la presencia de los tres elementos antes mencionados que no tienencarácter definitivo, pues lentamente el desamparado minifundista creadopor la reforma agraria pasa a convertirse en obrero del empresario agrícola y su tierra a engrosar las nuevas propiedades empresariales. Dentrode este panorama general también existen otros sistemas de explotaciónde la tierra que se denominan la pequeña explotación, la cual produce unexcedente a su autoabastecimiento que penetra en el proceso de comercialización de productos del campo.
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La situación aquí descrita de las fuerzas productivas en el sectorde la actividad agrícola vive en proceso de constante modificación. Yenrelación con la producción, evidencia un progresivo aumento en términos generales de los más variados renglones: leche, pollo, carne, sorgo,maíz, arroz, hortalizas, entre otros. Sin embargo, no puede afirmarse quese trata de un sólido crecimiento de todos y cada uno de los renglones queconstituyen la economía del campo, pues debido a circunstancias de orden interno y también de orden internacional, todavía nuestra agriculturano ha alcanzado el nivel necesario para cubrir un completo autoabastecimiento. Una permanente oscilación de los precios que rigen el mercado, asimismo las condiciones de la naturaleza, también la ausencia de unaclara y definida orientación oficial en su política económica, han contribuido a esa permanente oscilación en la producción de los diferentesrenglones agrícolas, expresada en muchas ocasiones en forma de ciclosalternativos de subproducción y de sobreproducción. Se comentan a continuación casos demostrativos de cuanto aquí decimos.
Es bien sabido que el maíz es el principal producto de la dietanacional, del cual se estima un consumo anual de SO kilogramos por persona. Sin embargo, este cultivo no ha respondido en relación con los requerimientos debido, entre otros factores, a la diversificación de su uso.Esta situación en la producción de maíz constituye una de las pruebas dela ineficiencia de la reforma agraria, por cuanto es el principal productodel sector campesino, además de que su siembra se realiza en toda la extensión de la geografía venezolana. A finales de la década de los sesentahasta mediados de la siguiente la producción anual de maíz oscila entrelos sao millones y los 700 millones de kilogramos, cifra que se eleva hasta los 848 millones de kilogramos en 1979, para luego presentar en la década de los 80 una contracción en sus primeros años la cual va superándose en las siguientes cosechas hasta sobrepasar los 1.000 millones dekilogramos en 1986, alcanzando en 1988 más de 1.200 millones de kilogramos. Estas oscilaciones en la producción determina que en los añosde contracción de la misma se haya tenido que recurrir a las importaciones debido, como se ha dicho, a una producción deficitaria por losincrementos habidos en la demanda y por la reducción de la superficiesembrada.
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Análisis parecidos respecto a los totales producidos se puedenhacer con el arroz, la caraota, la carne de vacuno y muchos otros productos. Algunos de los citados han mantenido su producción, con ligerasoscilaciones, más o menos en los mismos niveles. Otros han declinadode manera ostensible, como en el caso de la caraota cuyas cosechas hanvariado en los últimos quince años entre 15.000 y 32.000 toneladas anuales.
Una de las pocas excepciones que se puede presentar en la revisión de los distintos productos es la leche, cuyo crecimiento ha sido sostenido, registrándose incrementos ininterrumpidos desde 1970 a 1988, período en el cual pasa de 805 millones de litros a 1.715 millones de litrosanuales. De todas formas son insuficientes los umbrales de producciónpor lo que las importaciones del producto son crecientes. Se ha estadotratando de fortalecer la producción de leche mediante una mayor utilización de un rebaño con razas que respondan a las condiciones tropicalesnacionales, como son el ganado Carora y el Limonero zuliano, o el de unmestizaje importado, además de acentuar la aplicación de las diferentesmedidas sanitarias, de alimentación apropiada, de capacitación de recursos humanos, etc.
Cabe destacar que, en general, el subsector agrícola vegetalcompuesto por los diversos rubros: cereales, leguminosas, textiles yoleaginosas, raíces y tubérculos, frutas y hortalizas, café, cacao, caña deazúcar, tabaco y otros, está representado, con distintos matices, en las diferentes regiones del país. La caña de azúcar, por ejemplo, se cultiva enlos valles que ofrecen buenos suelos, posibilidades de riego y buen drenaje, clima con período seco durante la zafra, altas temperaturas diurnasy bajas nocturnas, además de la utilización de fertilizantes en el momentooportuno. Es un cultivo que mantuvo un ritmo creciente y sostenido enla producción hasta 1977 (cerca de 4.500.000 toneladas anuales) cuandoempezó a declinar, abriéndose una brecha entre la producción y el creciente consumo que ha determinado importaciones obligadas durantevarios años, hasta que empezó a recuperarse a mediados de la década delos 80 superando ligeramente los 8 millones de toneladas para 1987. Para1989 y siguientes habrá déficit por cambio en los microclimas de losvalles, a menos que se reestructure la política azucarera.
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El ajonjolí es uno de los renglones que acusó mayor crecimientoen la década de los sesenta, llegando el país al autoabastecimiento y enlos dos primeros afios de la siguiente década se llegó a exportar. Luego,en los años siguientes, la producción muestra grandes oscilaciones debido en parte a condiciones climáticas adversas en algunos años, lo cualha obligado a recurrir a las importaciones. Es así como su producción haoscilado en las décadas del 70 y del 80 entre las 40.000 toneladas y las82.000 toneladas anuales. El estímulo a la producción de ajonjolí es partede la política de oleaginosas dirigida a su utilización en la producción deaceites comestibles, al igual que en el caso del maní y el girasol. No esexcluyente, desde luego, el que se tenga que recurrir a las importacionescomo complemento de la producción nacional deficitaria de oleaginosasen general. El cultivo del algodón en los últimos afios ocupa grandes extensiones en los Estados Barinas, Guárico y Portuguesa lo que significaun desplazamiento de las áreas cultivadas del centro y de otras entidadesfederales. Los niveles de producción desde fines de la década de los setenta y en la de los ochenta han oscilado entre las 36.000 y las 84.000toneladas por afio, lo que revela un incremento en los rendimientos unitarios debido a un mejoruso de la técnica. También, entre las oleaginosasel coco ocupa lugar preferencial por ser una de las fuentes de materiaprima usada desde hace mucho tiempo. Sin embargo, la curva de su producción se mantiene entre las décadas de los 70 y los 80, con ligerasoscilaciones, entre las 154.000 y 178.000 toneladas anuales. Elnemátodoque produce el "Anillo rojo" y otras plagas amenazan con destruir lasplantaciones que existen en el territorio nacional.
El arroz junto al maíz son los cereales que se producen en mayorcantidad en el país y, sumados al trigo, que se importa, representan lamáxima contribución a la alimentación del venezolano. Se consumen enforma directa, después de cierta elaboración, o como alimentos concentrados para animales que posteriormente se convertirán en carne, huevoso leche. A partir de 1976 el sorgo ocupa lugar importante en el rubro cereales, llegándose a producir en 1980 cerca de 600.000 toneladas, cifraésta que luego decrece en cerca del 50% para 1983, a partir del cual comienza a crecer nuevamente hasta sobrepasar las 800.000 toneladas en1988.
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El café y el cacao constituyen los cultivos permanentes de mayorsignificación en el país. El segundo se ha mantenido como producto deexportación desde la colonia, aun cuando su importancia relativa ha disminuido considerablemente. En las dos últimas décadas la producción haoscilado entre las 11.000 y 20.000 toneladas por año, más del 50% deltotal se exporta a distintos países europeos, a Estados Unidos y Japón.El café, por su parte, se ha exportado desde el siglo XIX; su producciónen las tres últimas décadas oscila entre las 40.000 y 73.000 toneladasanuales, de las cuales se han enviado al exterior importantes cantidadesa diversos países europeos, y fundamentalmente a Estados Unidos.
La papa y la yuca son, dentro del rubro de raíces y tubérculos, losproductos a los cuales se dedica la mayor superficie; la producción depapa en los últimos años varía entre las 70.000 y las 215.000 toneladasanuales. Y la producción de yuca suele oscilar entre las 300.000 y 400.00toneladas anuales.
El tomate es uno de los productos hortícolas más apreciados.Mantiene una producción creciente que oscila, en las décadas de los 60y 70, entre las 50.000 y 135.000 toneladas por año y luego a fines de ladécada de los 80 sobrepasa las 140.000 Tm anuales. Yen cuanto a lasfrutas el cambur es la de mayor consumo en el país, constituyendo juntocon el plátano pilar esencial en la alimentación de las mayorías populares. La producción de cambur en las dos últimas décadas oscila entre800.000 y 1.000.000 de Tm anuales de la cual la mayor parte se consume en el mercado interno y el resto se exporta, aun cuando, al igual queotras frutas, el cambur tiene grandes posibilidades de penetrar definitivamente mercados foráneos. La producción de plátano gira alrededor delas 400.000 toneladas anuales. En general, el total nacional de frutas satisface el mercado doméstico, destacándose el crecimiento de la producción de naranjas, pifias y lechozas, así como la incorporación de nuevosrenglones en espacial la uva.
El subsector agrícola animal comprende la ganadería bovina,caprina, ovina y equina, la producción de leche, de aves, de huevos deconsumo y fértiles, la cunicultura y la apicultura. Conforma el más altovalor del producto agrícola, en el cual se destaca la incidencia de la carne
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de bovino que ocupa el primer lugar en el valor de los bienes agropecuarios del país, seguido de la leche. En las dos últimas décadas la producción nacional de bovinos ha oscilado entre 1.200.000 y 1.760.000 cabezas al año. Aunque debe señalarse que una gran proporción del ganadobeneficiado proviene de otros países, tanto de forma legal como ilegal.Por su parte, los precios de la carne se caracterizan por una tendenciacreciente que cada día la alejan más de los consumidores como fuenteproteínica.
Para los años 70 y 80 la producción anual de ganado porcinooscila entre los 800.000 y 2.500.000 cabezas. Para igual período laproducción de ganado caprino registra variaciones entre las 400.000 y628.000 cabezas por año. La producción de aves ha variado entre 88 millones y 225 millones de cabezas anuales. Cabe destacar la expansión delas unidades de explotación dedicadas a estos fines, así como también laproducción de huevos que se ha movido, en el período señalado de las dosúltimas décadas, entre los 1.500 y 2.500 millones de unidades por año,unidos a una cifra que oscila por año entre 200 y 300 millones de unidadesorientadas a la reproducción.
En cuanto a los recursos pesqueros es Venezuela un país privilegiado. Su extensa costa bañada por el Caribe al Norte y el Atlántico alEste, sirve de asiento a una gran riqueza ictiológica. Además, los numerosos ríos que atraviesan su interior contribuyen al desarrollo de la pesca.y esta, como actividad económica ha ido evolucionando de manera continua, mas no con la intensidad que permiten sus recursos. La producciónpesquera en la década de los setenta oscila entre 140.000 y 200.000 toneladas anuales, incrementándose en la década de los 80 en aproximadamente más de 100.000 toneladas en algunos años. Es importante señalarla repoblación de truchas en los estados andinos con el fin de diversificar la producción. Siempre se ha consumido buena parte de la producción pesquera en el mercado interno. Sin embargo, en los últimos años,el incentivo de los precios internacionales del pescado ha incidido en eldesabastecimiento nacional, especialmente en el de los productos de altacalidad como el pargo, el mero y algunos mariscos.
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Con respecto a la riqueza forestal debe señalarseque más de lamitad del territorio nacional está ocupado por bosques, 480.000 km",siendo menos del 20% de dominio particular y la mayor proporción propiedad del Estado. La producción de maderas se clasifica en finas, durasy blandas. De las primeras se beneficiaron en la primera mitad de la década de los setenta y por año entre 30.000 y 39.000 m",de las segundas,entre 75.000 y 109.000 m", y de las tercerasentre 300.000 y 400.000 m".A partir de 1975 se registra una contracción que obedece a la suspensiónde las actividades extractivas en las áreas forestalesmás importantes a finde proteger y defender este recurso natural, cubriéndose por medio deimportaciones el déficit en el mercado interno. En 1977 se reactiva laproducción, la cual decreceligeramenteese año y el siguiente, para luegoalcanzar en 1979 las cifras dc 20.000 m" de maderas finas, 100.000 m"de maderas duras y 300.000 m" de maderas blandas. Para 1984 se destacauna alta producción de maderas finas cercana a los 80.000 m" y unadisminución en la producción dc maderas duras y blandas que alcanzaron22.340 y 18.991 m", respectivamente. Al año siguiente las cifras de maderas duras y blandas se mantienen aproximadamente en los mismosniveles en tanto que las de finas se reducen en cerca de la mitad. Tambiénse explotan otros productos forestales como el balatá, el chicle o pendarey la sarrapia, pero en cantidades no significativas.
La importancia de la actividad agrícola, la cual se desprende deeste análisis de su producción, también puede ser medida a través de suparticipación en el producto territorial bruto así como en el insumo demano de obra. En efecto, el alto rango de significación económica de laagricultura puede cuantificarse en la medida en que participa en la formación del PTB, la cual oscila durante la década del 70 entre e15 y el 7%en los diferentes años. En términos de producto agrícola, o sea el valortotal de lo producido por los agricultores, ello representa cifras que oscilanentre4.000 y 6.000 millones de bolívares anuales (a precios constantes),lo que explica en la década señalada, en buena parte, el bajo nivel deingresos de los agricultores. A partir de 1980 -a precios constantes de1978- el valor de la producción sobrepasó los 13.000 millones de bolívares, en 1983los 14.000 millones de bolívares, alcanzando en 198710s17.000 millones de bolívares. Cifras que se dan en el entendido que aprecios corrientes no se puede establecer estas comparaciones debido a
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los cambios en los precios de los productos. Sin embargo, el análisis global que hemos hecho revela un crecimiento en el sector de la agriculturanacional, medible a través del valor de lo producido, de los volúmenesde productos para el mercado interno, y de una mayor adecuación a losrequerimientos nutricionales de la población así como una mayor participación en los mercados foráneos. Situación que a partir de 1989, comose verá más adelante, adquiere un carácter negativo.
Respecto a la masa trabajadora, para 1980 la agricultura ocupaunas 700.000 personas, lo que refleja, como se verá, cierto grado de incorporación de técnicas modernas. En efecto, la población agrícola haoscilado en las tres últimas décadas entre 600.000 y 800.000 personas,en tanto que la población total en ese mismo período se ha incrementadoen más de 9 millones de habitantes. Lo que significa que, más o menos,igual número de agricultores tiene que alimentar a una población creciente que sobrepasa los 18.000.000 de habitantes. En este caso sin tomaren cuenta las importaciones de alimentos de consumo directo y de materias primas para la agroindustria.
Es importante señalar que al comienzo de la década de los 80,bajo el gobierno de Luis Herrera Campins, se devalúa nuestra moneda.Esta devaluación, como débil contrapartida junto a los numerosos aspectos negativos de la citada medida, le amplió a Venezuela la posibilidad de colocar sus productos agropecuarios e industriales en los mercados internacionales. Situación esta que, en busca de un autoabastecimiento nacional cierto, llevó al gobierno de Jaime Lusinchi a tomar medidas de apoyo a los cultivos y a la cría. Se inyectó dinero en el campoy, ante los primeros síntomas de aumento en la producción, se llegó ahablar de "milagro agrícola". Es a fines de la década de los años 80, hasta1988 cuando se conocen las limitaciones del llamado "milagro agrícola",pero también sus beneficios ciertos. Venezuela comienza a percibir laposibilidad de cierto autoabastecimicnto mediante un aumento de la producción y, al mismo tiempo, la posibilidad de concurrir con líneas fuertes de su producción al mercado exterior. La situación creada en nuestrasfronteras terrestres y marítimas por la exportación irregular de nuestrosproductos, la cual amerita ser corregida, demuestra también la posibilidad de regularización del comercio internacional en renglones de nuestraproducción agropecuaria de manera positiva para el país.
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Tal es la situación de nuestra agricultura para fmes de la décadade los ochenta. Las cifras de producción agrícola que he presentado paralos principales renglones, correspondientes a 1988, demuestran el progreso y desarrollo alcanzado en el campo en materia de producción y productividad, progreso que además de expresar incremento en los volúmenes, se expresaen la diversificación, en la tecnificación, en el crecimientode la frontera agrícola, en el rendimiento del agricultor y también en cierta humanización del campo. Tales son los aspectos positivos de ese proceso. El cual, a su vez, no oculta sus aspectos negativos pues, dado elgrado elevado de desarrollo técnico alcanzado por la humanidad y dadala enorme extensión de nuestro territorio y las posibilidades económicasque nos proporciona el petróleo, los esfuerzos hechos en nuestro país para aumentar la actividad, en especial de bienes agrícolas, nunca ha marchado a la altura de las posibilidades que por sus características naturalesofrece el territorio nacional y el esfuerzo de quienes lo pueblan, tampocoa la altura de los recursos que la explotación del petróleo le ha proporcionado.
En efecto, el estudio de la situación presente del país, a mediados de 1989, caracterizada por una inflación galopante, por niveles especulativos fuera de control y por medidas económicas cuyos resultadosinmediatos conducen a incrementar aquellos, obliga a indagar sobre losefectos y correctivos de la inflación en el sector agropecuario, entre otros,a los cuales se puede llegar por dos vías. Una respondiendo de forma inmediata y a luz de la teoría económica sobre la incidencia de la inflaciónen el campo, los grados que alcanza y las posibles medidas para enfrentarlos impactos negativos. La otra vía es la de ubicarse en el sector, y auncuando sea con visión a vuelo de pájaro penetrar el campo, ver al hombrerealizando la actividad llamada agricultura, tratar de dirigirse a sus orígenes para comprender su evolución a través del tiempo hasta llegar alpresente como producto de ese pasado. Y también, tratar de mirar en eltiempo por venir, para presentar aun cuando sea de modo preliminar uncuadro prospectivo.
Escojo el segundo camino para transitar, por cuanto la cienciaeconómica no es solo la ciencia de los números, de la moneda, delcomercio de mercancías, de su elaboración. No. Es en esencia la ciencia
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del hombre. Porque es éste en última instancia no sólo el sujeto sino elobjeto de la misma. Y porque la ciencia geográfica no solamente estudiala tierra como tal sino el fenómeno de interacción del hombre con suentorno. En este sentido es muy útil recordar que en la evolución de lasociedades en todos los tiempos, ha sido muy relevante el papel que juegala agricultura. El estudio de esta actividad permite explicaren buena parte el comportamiento del hombre como grupo humano, y profundizar enel estado simbiótico en que se ha desenvuelto la relación Hombre-Medio.Desde el paso del nomadismo al sedentarismo y del inicio del proceso dedomesticación de las plantas, el hombre registra en sí que puede garantizar su existencia y darle valores más permanentes en la misma medidaen que pone la tierra a su disposición. Mas, por su parte, la naturaleza seencargará de enseñarle al hombre que también este depende de ella, delclima, del relieve, de la calidad de los suelos, de la presencia de las aguas.y como cada día, en todas las partes del globo se incorporan más hombresa esta relación que a partir del año cero cuenta con un recorrido de cercade dos mil años pero que existe desde que el hombre inició aquel proceso,esta actividad económica denominada agricultura no sólo mantiene suvigencia, sino que ocupa la mayor proporción de las tierras emergidas,ocupa también la mayor proporción de la población trabajadora, e insume una gran parte del capital dedicado a producir bienes.
En este proceso es, desde luego, vital la presencia de la tierra como naturaleza, a través de sus diferentes manifestaciones y como éstasafectan a la actividad agrícola, porque aquella constituye su propio asiento. La temperatura, la humedad, la precipitación pluvial, la radiación solar y las interrelaciones entre todos estos elementos y su acción en lossuelos, son decisivos en la selección y logro de los diferentes cultivos. Escierto, y bien lo sabemos, que en la medida que la agricultura se tecnifica se debilita tal dependencia. En el presente se ha llegado, incluso, y lodigo a título de ejemplo, a reemplazar la tierra por el capital en los cultivos hidropónicos, aun cuando su proporción en la producción total decosechas es insignificante. Pero la verdad es que la expresión en el paisaje de la relación señalada al comienzo es reveladora no sólo del fenómeno de interacción, sino también de los grados culturales donde lacarga del pasado está presente y donde toda esa herencia constituye parael agricultor una de sus mayores riquezas. Por supuesto no sucede igual
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con los agricultores de los países desarrollados, quienes ya no tienen quehacer rogativas a las nubes para poder sembrar.
En cuanto a la tierra como sujeto económico, a pesar que en laactualidad ha perdido en su posición relativa al considerársela como unfactor más dentro del proceso productivo, es innegable que dadas lasnuevas magnitudes en la variable población y en los requerimientos dealimentos, su posición como tal sujeto económico, medido a través de larenta y el valor, tiende a repuntar. De ahí que tengan una gran significación las formas de tenencia de la misma.
La unidad de explotación, como la forma más conspícua de tenencia de la tierra en la cual se realiza la actividad agrícola, es definitoriade una serie de realidades vinculadas con los tipos de empresas agrícolaque la integran, con las ventajas y desventajas que representan tanto laespecialización como la diversificación de esta actividad, y que contribuyen a definir la magnitud de aquella. Pero no debe perderse de vistaque la superficie, a pesar de ser el indicador de uso más generalizado, norefleja por sí sola todo lo que se gesta en una unidad de explotación. Deahí que debamos examinar a ésta en conjunto con el medio, con el valorde las cosechas, con el valor comercial de las tierras y de los equipos, conla gestión administrativa y, por sobre todo, en las formas como repercuteel desarrollo de esta actividad y sus logros en el hombre que la practica.Por las razones señaladas puede decirse que la agricultura como actividad económica obedece a determinados patrones teóricos, pero está,además, marcadamente influida por las condiciones ambientales, auncuando, como se ha dicho, la aplicación de la técnica atempera esta situación. Debido a ello es que para penetrar la problemática agrícola, ymedir los efectos de la inflación, sea fundamental el conocimiento delmercado de los factores de la producción: tierra, capital, trabajo, administración y Estado, a través del estudio del comportamiento de cada unode ellos en particular y en forma interrelacionada. Análisis que forzosamente tiene que hacerse dentro del contexto histórico de la dinámicasocial, en el cual el juego de los intereses de las clases dominantes sondecisivos para la relación de cada uno de esos factores en la definicióny aplicación de las políticas agrarias. Desde luego que estos estudios,además de realizarse desde un ángulo teórico y lógico, deben ser puestosen término de situaciones reales. empíricamente verificables.
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Desde otros aspectos de la agricultura, hay que tratar de preverlas variadas situaciones que dependen en alto grado de la condición dela tierra como naturaleza. Es igualmente fundamental analizar la participación del hombre como agente que utiliza el suelo en función de producir cosechas y que, simultáneamente, actúa como agente modificadoro creador de paisajes. Ambito para el análisis que se amplía y complicamás, por cuanto hay que agregar el estudio del comportamiento delhombre actuante en el paisaje rural, en condición de consumidor y comodemandante de insumos para realizar la actividad agrícola.
Desde esta perspectiva, consideramos muy importante la investigación sobre el hombre en el espacio rural, actuando por medio de unaorganización que tiene características propias y variadas expresiones,manifestadas a través de múltiples combinaciones que se establecenentre el hombre agricultor y la tierra, que pueden ser objeto de mediciónmediante el uso de técnicas apropiadas y las cuales tienen su expresióngeográfica en el paisaje agrario.
La situación señalada, como se sabe, se presenta en todos lospaíses desarrollados, así como en los no desarrollados. Pero, mientras enlos primeros la participación de la técnica es determinante en la realización de la operación agrícola, en los segundos es evidente la acentuadadependencia de la naturaleza, a excepción de casos particulares de empresarios progresistas y de aquellos otros donde la presencia de las transnacionales en dichos países no desarrollados ocupan el proceso productivo agrícola incorporando la técnica.
En los países desarrollados la mayor parte de los agricultores yadejaron de mirar el cielo. Cuentan con eficientes sistemas de riego. Elpronóstico del tiempo, por otra parte, les es transmitido a diario y conprevisiones futuras, de modo que saben exactamente cuándo deben sembrar, cuándo fumigar, cuándo fertilizar y cuándo cosechar. Las lluvias seutilizan entonces como riego complementario, pero nunca como el principal que es distribuido a través de los canales correspondientes. Empresas de servicios se encargan de fumigar desde el aire, lanzar al surco lasemilla o el abono en la fecha precisa que corresponde; o preparan latierra con poderosas máquinas; o recogen la leche en camiones cisternas
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o la carne en amplias cavas. Un gran ganadero, por ejemplo, sólo necesitaun número mínimo de empleados para poner las pezoneras y recoger laleche. Es la agricultura en su máxima expresión de tecnificación y deconsecución de elevados niveles de productividad. Desde luego que junto a estas se desarrollan otras unidades de explotación de magnitudesconsiderablemente menores. Pero también muy eficientes y donde lafamilia agricultora obtiene ingresos suficientes para tener una vida confortable. En otras importantes áreas del planeta, en los países que eransocialistas, el proceso agrícola, como se sabe, atendía a rígidos planespreviamente elaborados, bajo el control del Estado que era dueño de losmedios de producción, siendo el agricultor engranaje fundamental dentro del sistema y en el cual su participación y sus niveles de vida secorrespondían con una concepción de ésta distinta a la que tienen losagricultores de las áreas capitalistas.
Además de la señalada agricultura altamente tecnificada de lospaíses de economías desarrolladas dentro del sistema capitalista, y de laagricultura también tecnificada que era parte de la planificación estatalen los países socialistas, aparece en los países no desarrollados de laórbita capitalista, particularmente en los latinoamericanos, una variedadde formas de realizar la actividad agrícola, entre las que se destacan consigno negativo continuo en el tiempo y por sus efectos nefastos muydefinidos el latifundio y el minifundio. También aparecen, a raíz del proceso de industrialización iniciado en dichos países, nuevas formas deexplotación ajustadas a los requerimientos de este proceso.
En el caso venezolano, por ejemplo, se registran las características de una agricultura dependiente, y dentro de ella se observa que lavariable espacial, particularmente en el desarrollo agrícola no sólo hasido mimetizada, sino que también ha sido desdeñada a favor de las otrasvariables; pues las tierras agrícolas, si bien en su mayoría no son óptimas,pueden soportar una agricultura capaz de satisfacer las necesidades delmercado interno y de colocar excedentes en mercados foráneos. Sin embargo, el agro venezolano se encuentra en situación de minusvalía frentea los demás sectores a pesar de su condición de generador de alimentos,de productor de materia prima para la industria y de fuente de ocupaciónde un sector importante de la población. Por cuanto, y como se ha dicho,
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razones de tipo estructural obstaculizan la fluidez en la relación Naturaleza-Agricultura. Razones estructurales que descansan fundamentalmente en la deformación hipertrofiada que la explotación del petroleoha ocasionado en la economía nacional, con la subsiguiente distorsión delas otras fuentes de producción, la agricultura básicamente, y con elencadenamiento definitivo del fisco a la renta minera.
No debe olvidarse que más o menos cerca del 60% de los alimentos que se consumen en el país es importado y que del 40% restanteque se produce en el campo venezolano, gran parte de los insumas sontambién importados. Acá se siembra buena parte con semilla importada,los tractores, las cosechadoras y sus correspondientes repuestos son importados, los vehículos que usan los agricultores o son importados o sonensamblados en el país con altos componentes importados. En consecuencia si todos esos insumas, así como los fertilizantes, alimentosconcentrados y otros, alcanzan precios astronómicos, los productosdeberían tener precios tan elevados que registren esa elevación de losprecios de los materiales utilizados. El resultado sería unos bienes deconsumo, unos alimentos, que no podrían ser adquiridos por las grandesmayorías. Y por si fuera poco al agricultor no le llega el beneficio quepodría derivarse de unos altos precios de sus productos, pues como biense sabe, la mayor parte de esos beneficios queda en manos de las roscasdistribuidoras yen la última etapa del proceso productivo. o sea, el minorista, quien a su vez le agrega un nuevo valor al producto también enniveles especulativos. Quedan, siempre así favorecidas las minorías detentadoras del capital en contra de los intereses de las grandes mayorías.Esto es así porque si se fuera a vender los alimentos -como se estáintentando- en base a precios liberados definidos por el libre juego de laoferta y la demanda, llegando inclusive como se ha señalado a alcanzarlos precios del mercado internacional, los consumidores en su mayoríano podrán adquirir ningún tipo de alimento, a menos que ellos a su vezdevenguen salarios o sueldos a niveles similares a los que rigen en lospaíses desarrollados. En síntesis, se trata de la relegación de los interesesde la comunidad venezolana frente a los intereses del grupo minoritariodueño del capital. Igual sucede con las medidas que se han aplicado enotros sectores de la economía. Así se revela, en 1989, inclusive en loscasos que dichas medidas han sido rectificadas, como es el ejemplo de la
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reducción de las tasas de interés para los créditos hipotecarios o, másexactamente, de la absorción del diferencial entre el 15%, y el otro 15%o 18% subsidiado entre el Estado y la Banca Hipotecaria. Hasta en estarectificación, al incorporar a los beneficiarios de créditos hipotecariospara años anteriores al 84, sobre una base de dichos créditos de un millóny medio de bolívares, si bien crece el sector protegido de la clase media,se favorece a las personas de elevados ingresos. Es dar la espalda a la mayoría del pueblo venezolano.
Es así como hoy están abiertas grandes interrogantes sobre elfuturo de nuestra economía y de nuestra agricultura en particular.
En términos generales, como bien se sabe, una devaluación dela moneda va acompañada de la apertura de los mercados externos, puescon menos divisas se puede adquirir mayor cantidad de productos. Peroesta verdad general no puede aplicarse a todo el sector agrícola, muchomenos en forma aislada, y sin estudiar como funcionan los diferentesmercados de los factores de la producción en los sectores que dejamosasentados al comienzo de este trabajo. Y entre estos mercados de factoresel financiero es uno cuyos efectos negativos o positivos sobre el sectorse puede medir en forma global. Es decir, si la agricultura cuenta concapital suficiente, de manera oportuna, a bajo interés, con plazo muertocuando lo requiera, la agricultura será una actividad rentable, si a ello seagrega la solución a las medidas sociales de protección al campesino,podría hablarse de paz social en el sector.
Pero, si las tasas deinterés para la agricultura pueden llegar hastael 25% y 28% en algunos casos, en otros, pocos, cereales y oleaginosasal 15%, puede afirmarse que se le ha dado un golpe bajo el campo venezolano. Golpe que le afecta a los órganos más nobles por estar acompañado de un alza en los insumas que necesitan los agricultores paraproducir sus bienes. Esto significa que, por una parte, la agricultura noresiste las altas tasas de interés y, por la otra, en la medida que requierede mayor cantidad de insumas cuyos precios han sido liberados, en otraspalabras aumentados escandalosamente, en esa misma medida tambiéndejará de ser competitiva.
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Desde luego que existe diferencia entre los diferentes subsectares de la agricultura, por ejemplo: El caso del algodón que cuenta conuna distribuidora CANCA) que ha demostrado ocuparse de vender elproducto, de facilitarle a los productores los tractores, demás tipos demaquinarias ylos correspondientes repuestos. Si a ello se agrega que hoyen día se puede vender a un buen precio el producto, ello significa que,por ahora no debe haberdesabastecimiento del mismo. La carne, siempreque su producción se haga en forma extensiva, es decir, a base de grancantidad de tierra, resiste cualquier embate porque prácticamente norequiere fertilizantes y otros insumas. Pero la leche, si se realiza enexplotaciones en forma intensiva. alimentando las vacas con concentrados, no resiste la situación. Tan obvio es que no es negocio, que la matanza de vientres del rebaño en diferentes zonas del país, es el signo máselocuente de lo que venimos hablando. Inclusive algunos productores dealto rendimiento en materia de leche, en el presente ycomo consecuenciadel alza de los precios en los concentrados están sufriendo una pérdidadiaria cercana a los Bs. 10.000,00. El sector azucarero en peores condiciones no podría estar. El caso de la fruta cuando estas son producto decultivo permanente que reclama pocos insumas, por ejemplo fertilizantes y mano de obra, puede resultar conveniente su exportación.
Mas si se trata de frutas producto de cultivos transitorios los cuales reclaman muchos insumas, en el caso de ser producidas también podrían exportarse por cuanto su elevado costo no les permitiría participardel mercado interno, en cambio sí en el exterior. Otra consecuencia de esta situación es el desabastecimiento doméstico.
Se cumpliría en los últimos casos señalados de la fruta parte delobjetivo de la multiplicación de exportaciones, que es una de las justificaciones del llamado paquete de medidas económicas. Pero esta situación no deja de ser sólo un aspecto parcial de ese objetivo de exportaciónel cual en la práctica es completamente vulnerable..Y, por el contrario,contribuye a incrementar la inflación simultáneamente con la recesión.En fin, sólo siembran los agricultores poseedores de alto nivel de capital,que cuentan con maquinarias, con las posibilidades de conseguir los repuestos, al igual que otros insumas. Y, desde luego, también quedarán enel campo aquellos pequeños productores trabajando sólo con fines desubsistencia.
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Además es importante señalar que los elevados precios a los.uales se están vendiendo los productos agrícolas en las ciudades, jueganm papel en contrario, pues si para obtener una determinada cantidad deiinero X en años pasados el productor necesitaba cultivar 150 hectáreas,por ejemplo, hoy en día, esa misma cantidad de dinero X a los preciosespeculativos urbanos puede obtenerla el agricultor sembrando, quizás,unas 25 hectáreas. Se mantiene cada vez más vigente la necesidad detasas bajas para la agricultura, fijas, crédito oportuno, insumo a preciosasequibles para el agricultor, también oportunamente, y sinceración delos precios. Esto último, desde luego, no significa liberación de preciosal simple juego de la oferta y la demanda. En una economía monopólicay oligopólica como la nuestra donde las denominadas "roscas" del sectorcontrolan los canales de distribución, sigue siendo indispensable la presencia de un Estado eficiente y regulador, lo cual no quiere decir paternalista.
La consecuencia de lo señalado hasta ahora, en 1989, ha comenzado a sentirse, todavía no con gran fuerza. Muchos agricultores estántratando de defenderse, tratando de permanecer en lo suyo, a lo que handedicado y dedican sus vidas, la tierra, los animales, las plantas. Expresión de esta defensa, son los diferentes comunicados a la prensa nacional,según los cuales numerosas asociaciones de productores en diferenteslugares del país han protestado la elevación de las tasas de interés, sosteniendo que sólo pagarán c1S,5% de interés. Otros agricultores dedicadosa la producción de cultivos transitorios, maíz, cereales, hortalizas, entreotros, han dispuesto no sembrar este año. Las lluvias se aproximan y latierra no está preparada para recibirla y hacer germinar la semilla. No esdifícil pronosticar altos niveles de desabastecimiento de muchos productos agrícolas para los próximos años. Y que no se diga que el problemase resuelve con importación, con la agricultura de puerto. Pues ello nosólo reclama elevadas cantidades de dólares, -que bien mermadas estánnuestras reservas- sino que también significa acabar con la agricultura,con el retomo a la tierra iniciado hace poco tiempo, con la diversificaciónen la producción, con el incremento en la producción de muchos de susrubros. Se tratará, en fin, de un retroceso a lejanos años.
Mientras tanto se abren nuevas oportunidades al uso de esastierras y al trabajo de sus hombres. Colombia, Estados Unidos, cjempli-
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fican esta situación. Frente a un Estado ausente, frente a las espaldas delsector financiero, frente al lleno total de sus arcas, el agricultor puede sertentado, lamentablemente, por oscuras y negativas oportunidades detrabajo. Colombia en la década de los 60 participaba en el negocio delnarcotráfico a muy escasos niveles, en la siguiente, la de los 70, su participación aumenta a un ritmo moderado, para luego irrumpir en la épocade los 80 con gran fuerza, tanto en la producción como en la distribución.Ciertos sectores marginales que eran intermediarios en el proceso, hoyen día se han convertido en localidades completas donde no entran lasFuerzas Armadas. En Estados Unidos hace pocos años en ocasión de lacrisis general y de sus efectos en el sector agrícola, muchas de sus tierrasy muchos de sus hombres comienzan a participar en este negocio fatal,hasta el punto de estar ese país autoabastecido de la droga. Un grupo deinvestigadores venezolanos están trabajando sobre esta hipótesis.
Los venezolanos debemos estar alertas y participar todos en latoma de conciencia sobre la situación que está viviendo nuestro país,pues Venezuela se nos esta yendo de las manos. Se trata como lo ha sefíalado el propio Presidente de la República de "un cambio de estructuras del país, a través de una crisis creada pero gobernable, dominable,pues la que se veía venirno era controlable". Se persigue restringir la demanda de los productos, por una parte, pero por la otra hay una inflacióncontínua que se trata de ocultar, en tanto el proceso de acumulación se havenido deteniendo desde algún tiempo. Y siendo, como se sabe la realidad de nuestro mercado, que no es producto de las fuerzas productivasinternas, sino de la renta petrolera, estamos viviendo el proceso de cambio de una estructura a otra. Pareciera como si la Venezuela petrolerapretendiera con esta liberación de precios y con esta liberación de aduanay con el decreto de liberación de exportaciones, cambiar su naturalezaamarrada hace cerca de ocho decenios a la renta petrolera, por tanto esepregonado crecimiento sin inflación, no pasa de ser una entelequia, porcuanto el crecimiento será sólo del sector financiero, del bancario, entanto que la inflación será en todos los demás sectores.
De un estado proteccionista se pretende pasar a una economíaneoliberal, sin medir con exactitud los alcances de este tránsito. El paquete de medidas económicas está presente en las respuestas que ha dado
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la colectividad. De ahí que sea necesario plantear la búsqueda de salidas,dentro de esta crisis estructural entretejida con hilos coyunturales. Es asícomo desde algún tiempo estamos viendo conformarse otra Venezuelaen la acera de enfrente. Un sólo ejemplo entre los muchos por todos conocidos sirve para ilustrar la situación. Hace poco tiempo un grupo dejóvenes asaltó a una distribuidora de útiles escolares. Saqueo de cuadernos, que luego fueron repartidos a estudiantes en diversos puntos de laciudad. Fue la tarde de papel y del lápiz, pero lo lamentable es que esepapel y ese lápiz lleguen a manos de estudiantes como producto de unsaqueo.
Ahora no deseo que mis ideas se tomen sólo con la carga de dolorque ellas encierran. Deseo que sean tomadas como una posición en defensa de Venezuela y de quienes en ella habitamos. Porque todavía estamos a tiempo de detener la crecida del río. Aunque haya ésta comenzado, debe abrírsele cauces rápidamente, impedirle que arrastre a nuestraVenezuela, para que surja otra, esa la que he llamado de la acera de enfrente, que ha venido conformándose sigilosamente. Podemos participaral menos en la reestructuración y fortalecimiento de uno de sus principales pilares, el sector que, como se sabe, produce los alimentos, lamateria prima para la agro-industria y que ocupa la mayor parte de lapoblación económicamente activa. La agricultura no puede, entonces,quedar al descampado. Es por sí misma el substrato de la seguridadalimentaria, el substrato de la garantía de formación de un pueblo sanoy el substrato, también, de una importante fuente de ingresos.
Está latiendo con gran fuerza el corazón de la Venezuela agrícola. También como un sólo cerebro pensante, la gente de mayor experiencia en la problemática agrícola se está ocupando del problema.Hay que preparar una especie de carta de intención del sector a modo decontra oferta de la carta de intención del Fondo Monetario, en la cualprácticamente se ignora a este sector. El 2R de febrero de 1989 cuandose suscribió por parte de Venezuela y el Fondo Monetario la carta de intención, se suscribió también la cana de pobreza del venezolano.
En efecto en la citada carta de intención del Fondo Monetario, ala actividad agrícola con nombre y apellido agricultura en un documento de 52 páginas se le cita sólo4veces. Y de forma indirecta, de modo
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que se puede sacar por deducción, se cita unas cuatro veces más. Esto ensi es ya demostrativo de la posición de minusvalía en que se le colocafrente a otros sectores económicos, hacia los cuales van orientadas lasreformas estructurales, en materia cambiarla, fiscal, comercial y financiera, a los fines de conseguir por estas vías restablecer los equilibriosfundamentales y promover el desarrollo de nuestra economía. ¿Es, acaso, posible promover el desarrollo desestimando la agricultura? Es tanobvio el NO que no hace falta explicaciones. Y me imagino que la Comunidad Financiera Internacional tendrá que haberse hecho la mismapregunta cuando le ha sido solicitado su apoyo como proveedora de flujos financieros
Me he hecho también la misma pregunta cuando estudié las políticas a mediano plazo, dirigidas "al fortalecimiento del ahorro interno,a la promoción de la inversión extranjera y a la diversificación de la economía". Mas me pregunto ¿Quién puede ahorraren esta situación? Desde luego me refiero al 80% de la población que vive en condiciones depobreza. O sea, quienes y cuántos pueden ahorrar del 10% siguientecuyos ingresos sobrepasan ligeramente los Bs. 20.000,00 mensuales.Queda, todos sabemos, sólo un 10% que puede ahorrar y de hecho nonecesita hacerlo porque son los propios dueños del capital. La expansiónde la inversión privada y el crecimiento económico estimado "entre e14%y 5% a mediano plazo para el sector no petrolero", no sólo no se ha iniciado sino que muy difícilmente se puede producir. No hay sólo quemirar al sector de la construcción, los hombres de brazos cruzados conexpresión de baldíos, los suelos, y los materiales en sus puestos de origen.Igual en cualquier otro sector de la producción. No se visualiza hasta hoyla expansión en el sector privado, lo cual se une a la paralización del sector público. La tasa de inflación promedio sobrepasa al 35% previsto yse ve con angustia que para este año de 1989 puede sobrepasarlos nivelesdel "exilio". Como en efecto sobrepasó el 80%.
En el sector petrolero debido a circunstancias lamentables comoel caso del incendio de la plataforma en el Mar del Norte, y de los dañossufridos por un voluminoso tanquero en un puerto de Alaska, aparte delos serios problemas de contaminación de las aguas, tienen un efectopositivo en los precios del hidrocarburo en los países productores. De ahí
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que las estimaciones de elevación de los precios de realización del petróleo, puedan ser correctas pues parece que siempre hay un tanquero quese hunde, una guerra donde mueren miles de personas, un canal que secierra, todo esto representa lógicamente aumento en los precios de nuestras exportaciones petroleras. En cambio el crecimiento en forma significativa en las exportaciones no tradicionales no aparece en forma tannítida. Para la agricultura, por ejemplo, debe tomarse muy en cuenta paraesta salida de las exportaciones de sus productos dos asuntos esenciales.Uno, se debe garantizar el abastecimiento interno como una primera opción. Y, segundo, debemos de exportar sólo aquellos productos en loscuales tengamos ventajas comparativas, productos estos que están favorecidos por nuestra tropicalidad. No es así el caso del azúcar, por ejemplo. Las nuevas realidades han modificado los maravillosos microclimas que existían en nuestro valles azucareros, además del cambio en eluso de la tierra de fines agrícolas a fines urbanos. En fin ya la sacarosano tiene el ambiente más apropiado para formarse en la caña. Mal, entonces, podemos mantener la idea de ser exportadores de azúcar.
No es un secreto que la carta de intención conduce por todos loscaminos al fortalecimiento de las áreas financieras, bancaria en especial,y la comercial. Pero esa intención positiva de compensar la caída del salario real como consecuencia de los ajustes de los precios no se ha cumplido. Por el contrario el trabajador está viendo con rabia y con dolor,como se ha venido encogiendo su salario real. Y el sector agrícola enparticular, ha visto o estáviendo también con rabia y con dolor como estásiendo despojado de los apoyos con que antes contaba. Está viendo comolos subsidios están siendo extraídos de la agricultura para pasarlos a losconsumidores urbanos a través del pago de parte de las deudas hipotecarias. Pero también está viendo, como a la postre, estos subsidios si bienfavorecen a ciertos sectores de la población, también incluyen a quienesno lo necesitan. Es decir, nuevamente son favorecidos los que tienen demasiado. Es un cambio de golpe de timón, siempre a favor de los mismosde siempre.
Para la agricultura se anuncia la limitación del subsidio a los fertilizantes y la reducción del mismo para los próximos tres años. Insumoeste indispensable al agricultor. Y en la misma medida que el precio del
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fertilizante sube, al igual que los precios de los otros insumos, alimentosconcentrados, fungicidas, plaguicidas, maquinarias, repuestos, entreotros, en esa misma medida en que aumentan los precios de los insumos,repito, en esa misma medida tendrían que aumentar los precios de losproductos agrícolas, de consumo directo o indirecto, lo cual los colocaríacomo he señalado antes, en situación de inaccesibles frente a ese 80% dela población que vive en pobreza. A menos que esta población devenguesalarios iguales a los que reciben los trabajadores en países desarrollados,y como por otra parte, simultáneamente, ha comenzado a aplicarse aumento en los precios de los servicios de agua, luz, aseo urbano, teléfono,el venezolano tendrá que escoger entre hablar por teléfono, ver televisióny que le boten la basura, o escoger comer. Siendo como lo es esta disyuntiva irreal, es decir, que el hombre tiene que escoger, y siendo también los alimentos de demanda inelástica, es imperiosa la medida de revisar las tasas de interés. El diferencial del 7% por debajo de la tasa delos préstamos bancarios para actividades comerciales, no es más que uneufemismo, por varias razones: primero porque muy pocos renglones,apenas cuatro, están favorecidos con la tasa del 15%, segundo porque esetal 15% para el caso de muy pocos cereales y oleaginosas, se convierteen un 22% al agregarle la comisión del servicio y el valor del seguro y porúltimo, por si fuera poco, cuando el agricultor acude a los bancos, no esprecisamente la diligencia lo que caracteriza su gestión a lo cual se agregageneralmente nuevas comisiones con nombres que ni siquiera se entienden.
Por su parte los precios de la cesta básica subieron un 100% porahora, pero por si fuera poco esos productos apenas aparecen comomuestras en el mercado venezolano. Mientras el nacional hace largascolas desde la madrugada para adquirir 1 Kg. de harina pan, 1/2 Kg. deleche y 1/4 de café, camiones de gran tonelaje o pequeñas embarcacionestienen ocupados sus espacio rumbo a los países limítrofes.
Además siendo nuestra economía como lo es, desde luego quecon excepción del sector petrolero, una economía importadora, resultaque mientras el venezolano hace duros esfuerzos por producir, el verdadero venezolano, me refiero, pues sabemos muy bien que no mereceeste calificativo quienes endeudaron nuestro país llenando las arcas de
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bancos extranjeros, y dejando a cambio algunos cementerios de maquinarias, el inicio de algunas determinadas grandes obras, las compañíasfantasmas y tantos otros medios utilizados para desangrar a Venezuela,me hacen sentir estas situaciones como dije al principio que se nos estáyendo nuestro país de las manos, y es aquí donde surge el llamado alEstado para que revise las políticas que está llevando a cabo.
Desde luego que me estoy refiriendo a un Estado orientador, aun Estado consciente de que no puede ser el único que coloque en minusvalía al sector agrícola, pues como se sabe en todos los países desarrollados el Estado ayuda a la agricultura sin necesidad de convertirseen padre de la misma, un Estado que esté claro en que esos flujos decapital fresco por parte de organismos internacionales en las condicionesseñaladas, tienen un costo social más elevado que los beneficios quereportan. Un Estado que no puede pretender que regresen al país esosdineros mal habidos. Yo pertenezco a aquellas personas que piensan quenadie engaña a nadie yque en nuestro país con la población relativamentebaja, yo diría que más que menos se conoce quienes han sido y/o son losdetentadores de este beneficio de servir al Estado como si fuera una hacienda propia. La corrupción sin castigo es más grave que la inflación,no sólo por su efecto desmoralizador, sino también porque substrae lasfuentes de financiamiento para el desarrollo del país. O porque distorsiona estas, inventando necesidades, comprometiendo al país, comprometiendo sus recursos, hipotecando al venezolano, tan sólo para queunos cuantos del sector público y del sector privado continúen acumulando riquezas en el exterior. La creación de un Instituto Nacional de laPobreza parece ser además de un reconocimiento a la realidad, pareceser, repito, expresión de una institucionalización de esta realidad. Nodebemos pasar por alto que en Venezuela las tendencias fatales y loserrores, adquieren con la repetición y la costumbre tanta fuerza como laque emana de las leyes.
Por tanto ese conjunto de medidas de política sectorial que incluye a la actividad agropecuaria en el puesto número 6, podría revertirsecolocándola en uno de los primeros puestos, pues ella en sí misma esfuente generadora de apoyo de las otras actividades. Con lo cual podríareducirse en buena parte los efectos inflacionarios ya que la inflación es,
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por si misma una de las características del mundo capitalista, aun cuando,bien sabemos, que en los países desarrollados ésta siempre se mantienecontrolada a un dígito bajo.
Hay que evitar a toda costa el desabastecimiento, la seguridadalimentaria tal como lo dije al comienzo, es la prioridad número uno delEstado. Alimento, salud, vivienda y educación, forman el substrato esencial para el desarrollo de cualquier país. Y Venezuela no es la excepción,de ahí que si para el Fondo Monetario Internacional es lo esencial solucionar los ajustes de la balanza de pagos, para Venezuela el problema esmucho más complejo. Es la propia vida del venezolano en condicionesdignas. Es el recrear la nueva vida de Venezuela, es detener su caída.
Las recetas de ese organismo internacional al ser aplicadas a laagricultura, detienen su marcha, mas aun amenazan con desaparecerlaporque a la agricultura no se le puede tratar con un recetario. Porque laagricultura no sólo es hombre, no sólo es tierra, no sólo son bosques,cultivos o animales por separados, son todos juntos en un proceso deinteracción que tal como se realiza en su mayor proporción en Venezuelay demás países subdesarrollados, es una actividad muy azarienta, sometida al enfrentamiento con la naturaleza y a la búsqueda del equilibrio deesta relación.
Es preciso que todos los venezolanos contribuyamos a hacer unpaís, a crear a Venezuela. Yo estoy segura que todos sus pobladorespensamos que si Venezuela no existiera la habríamos creado para podernacer de élla.
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