Universidad Central de Venezuela
República Bolivariana de Venezuela
Facultad de Humanidades y educación
Escuela de Educación
Diseño Producción y Evolución
de Medios Instruccionales
Profesor: Realizado por:
Ángel Alvarado Betancourt Dayana
García Ivanna
Paredes Marian
Caracas, 08 de Noviembre de 2011
Esta es la historia de un estudiante universitario llamado Manuel,
el tenía 20 años de edad y cursaba el cuarto año de la carrera de
educación en la UCV. Manuel era un estudiante seguro, inteligente,
innovador y una de sus metas al graduarse era contribuir a que la
situación actual educativa de Venezuela mejorara en un 100%.
Un día leyendo el periódico, Manuel se enteró que la empresa
tecnológica educativa más reconocida en Venezuela había inventado una
máquina del tiempo con fines netamente educativos, y estaban realizando
un concurso para enviar a tres estudiantes de educación al pasado para
que aprendieran de la época antigua y trajeran observaciones y reportes
que ayudaran a mejorar la situación actual en Venezuela. Manuel sin
dudarlo rápidamente ingreso a internet para obtener toda la información y
así poder participar en dicho concurso. Los requisitos eran: ser mayor de
18 años, tener un promedio de 18 puntos o más, ser estudiante activo de
una universidad venezolana y presentar una serie de pruebas académicas
y psicológicas.
Manuel se inscribió y realizó las pruebas necesarias y a las dos
semanas le dieron la grata noticia que fue seleccionado como finalista
para viajar al pasado dentro de 10 días. Pasaron los días y Manuel junto a
dos estudiantes más fue enviado al año 1952, el viaje fue algo confuso,
duró un poco más de una hora y fue algo pesado, sin embargo, a llegar
inmediatamente fueron asignados a sus respectivas universidades, la
UCV, ULA y la LUZ. A Manuel lo ubicaron en la UCV, lo primero que leyó
al llegar fue un periódico de la época donde decía que el presidente actual
era Marcos Pérez Jiménez, al ir a la universidad detalló que aún no existía
ni el aula magna, ni la biblioteca central ni la plaza cubierta, además los
estudiantes eran sumamente críticos del gobierno y estaban haciendo
manifestaciones en todas las escuelas. Manuel, al pasar los días se dio
cuenta que el gobierno no se enfocaba en la educación, además que todo
era manual y obsoleto para él, ya que no existía ese avance
tecnológico al que él estaba tan acostumbrado a utilizar, por lo tanto no
existía esa facilidad de obtener la información.
A Manuel solo le quedaba un día para seguir descubriendo y
aprendiendo cosas del pasado, así que decidió salir a dar un paseo por
caracas para saber cómo era todo en esa época y observó las diferencias
de vestimenta comparadas con las que él estaba acostumbrado a ver,
habían menos carros, menos edificios, las personas eran más amables,
el país estaba relativamente más unido y la economía en Venezuela no
estaba tan mal, los precios eran un poco más accesibles que ahora.
Manuel al día siguiente regreso a su época y entregó todos sus informes y
opiniones a la empresa tecnológica educativa. Por otro lado, habían traído
a un estudiante del año 1952 a nuestra época en una especie de
intercambio, la idea era exactamente igual en cuanto a las experiencias,
pero en este caso, se trataba de una observación sobre el proceso
adaptativo que este estudiante experimentaba con los avances
de nuestra época, el tiempo fue el mismo que el de Manuel, sólo tres
días, y durante su retorno el no recordaría lo sucedido a fin de no alterar
ningún proceso en el pasado.
Este estudiante de nombre José, encontró en su estadía muchos
cambios los cuales no podía creer, asombrado por todo ello, dedico cada
minuto de su permanencia en indagar por todos aquellos aspectos que
desconocía en la actualidad. La primera impresión fue una ciudad
bastante poblada, muy descuidada… esto lo desconcertó y deprimió. No
imaginó que la ciudad donde habitaba fuese la misma que veían sus ojos.
Por otra parte le causo mucho asombro ver la evolución de la TV y la
radio, ver cosas tan pequeñas y con una tecnología de punta. Le parecían
graciosas las pantallas LCD, no podía creer que la televisión podía
transmitir imágenes en algo tan delgado, tampoco imaginó poder tocar un
celular y que su pantalla realizara movimientos de acuerdo a como se
movían sus dedos, también dar un paseo en el metro de caracas fue una
experiencia emocionante, no imaginó que todas estas cosas algún día
llegaran a suceder.
Un paseo por la Universidad Central de Venezuela que en su
época, es su casa de estudio, lo lleno de orgullo, al ver que el espíritu
innovador que se respiraba era el mismo de años atrás, lleno de vida en
sus pasillos y sus escuelas, una que otras modificaciones y creaciones,
pero sintiéndose parte de ella. Era un hecho para José que los
estudiantes habían evolucionado de la misma manera que lo hacía la
tecnología, que se apropiaban de ella para su provecho, que se
adaptaban con tanta facilidad a todo eso que para el resultaba extraño y
ajeno. Y aun más sorprende le resulto ver como esas evoluciones
tecnológicas podían ser incorporadas dentro de un aula de clase para ser
parte del proceso educativo, que servían de puente para facilitar el acceso
a un sin fin de información y apoyo al docente, que por cierto, los
dominaba en su totalidad. José no se veía como esos estudiantes, que
operaban cada una de esos “aparatos” con tanta facilidad. Sin embargo
no tardo mucho en reconocer que todo ello correspondía a procesos de
adaptación que se daban con el tiempo en la misma medida que la
evolución iba tomando paso, y que en su misma época se colocaba en
marcha. Pasados los tres días José cumplió con su tarea, fue enviado al
pasado pero en su retorno no recordaría lo sucedido, aun así manifestó
que fue una grandiosa experiencia y que no se arrepentiría de ello. Dando
las gracias y visiblemente emocionado emprendió el regreso.
Para Manuel, que fue uno de los que observó las reacciones de
José en su viaje al presente, no hubo mucho problema en reconocer
cada uno de los elementos que encontró en su viaje al pasado, ya que él
había estudiado en la actualidad como fue ese proceso y la evolución de
cada uno de los medios. Pero la experiencia fue enriquecedora, y acertó
que para entender el presente es necesario echar un vistazo al pasado.
Esto nos dará las respuestas de lo que hoy en día somos y lo que en un
futuro seremos. Para José, a pesar de haber sido un viaje bastante
extraño, aprendió que con las acciones que realizamos en nuestro
presente vamos moldeando el futuro, el hombre en su afán de buscar las
comodidades en los diferentes ámbitos perfecciona lo que diseña, hace
innovaciones buscando beneficios a la humanidad y con el pasar de los
años, se sigue evolucionando a un ritmo acelerado.