8/13/2019 Vila Matas-george Perec en Su Laberinto
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GEORGE PEREC EN SU LABERINTO.
Todava no alinean a Perec al lado de Proust
y de Cline en el gran canon de la literaturafrancesa del siglo pasado. Est demasiado
vivo. Todava hoy genera ideas, quizs
incluso las genera ms que antes, y mueve
a los espritus. Adems, l no quera ser
importante, hua de toda la parafernalia de
lo solemne. Todava hoy, cualquier lnea
suya da trabajo feliz a sus lectores. Es
como si estuviera dicindoles todo el rato
que abran puertas, bajen escaleras,
interroguen a todo aquello que les parezca
que ha dejado de sorprenderles para
siempre. Perec es un genio. Tiene una
pgina deTentativas de agotar un lugar
parisinoque puede perfectamente resumir
su mundo: est sentado en un caf de la
plaza de Saint-Sulpice y se dispone a
inventariar todo lo que ve all (es decir, se
prepara para agotar todo aquello que tiene
delante, o al lado, en cualquier parte) y nos
previene de que no est interesado en las
estatuas de los cuatro grandes oradores
cristianos de la plaza (Bossuet, Fnelon,
Flchier y Massillon) porque ya han sido
suficientemente registradas y fotografiadas;
quiere, en cambio, ocuparse de lo que
generalmente no se anota, lo que no se
nota, lo que no tiene importancia, lo que
pasa cuando no pasa nada, salvo tiempo,
gente, autos y nubes.
Experto en esquivar la grandeza, fue un
maestro del arte de la atencin a lo
minsculo. En ese descenso al territorio de
lo pequeo reside paradjicamente su
grandeza, que tambin se apoya en otra
paradoja, su afn de que perdure el vaco
de la vida: Escribir es tratar
meticulosamente de retener algo, de hacer
que algo de todo esto sobreviva: arrancar
algunos pedazos precisos al vaco que se
forma, dejar en alguna parte, un surco, una
huella, una marca, o un par de signos.
visual de su literatura, se ha sumado a la
fiesta y promete servir muy pronto crepesde Perec, y tambin Perec Decrep, un
cocktail nuevo. El casco antiguo de A Corua
se ha vuelto nico, tan impar como el seor
del manillar cromado. Y hasta se ha visto
reforzado en su rebelda por la calma tensa
que ha venido a sustituir a la potente
tempestad de los pasados das. Como si se
esperara un acontecimiento.
Recorr ayer la exposicin en compaa de
Hermes Salceda y Alberto Ruiz de
Samaniego. A Hermes (que ha colaborado
en la zona dedicada a OuLiPo dentro de la
muestra y tradujo no hace mucho con
Marisol Arbus el perecquiano Qu pequeo
ciclomotor de manillar cromado en el fondo
del patio?) le parece que hay que ir a la
Fundacin a centrarse en el ojo de Perec, en
las cosas que l miraba y en la forma que
tena de hacerlo: Uno de los aciertos de la
exposicin es la continua presencia de textos
perecquianos que en algunas piezas permite
apreciar el aspecto visual de la forma de
escribir de este autor, y en otras el traslado
de las tcnicas de escritura al lenguaje visual
y viceversa: listas, trampantojos, letanas,
heterogramas...
Alberto Ruiz de Samaniego es director de la
Fundacin, comisario de la exposicin y
autor de una interesante obra ensaystica
que parece fundada por la Orden de Maurice
Blanchot. Ha destacado en la Seoane por la
osada de sus magnficas y originales
propuestas, que se rebelan contra una
supuesta grisura de la provincia. Pienso
ahora en su muestra sobre Michelangelo
Antonioni como pintor, en la de Fritz Lang
como escultor, y en esa inquietante
muestra,Atlantikwall, impresionante
recorrido por los bunkers nazis anclados en
el norte de Europa.
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Sus padres, judos polacos que emigraron a
Francia, murieron muy jvenes, su madre
en Auschwitz. Esto condiciona posiblemente
su visin de la literatura que, aparte de un
juego, es tambin una lucha trgica contra
el olvido. Y al lado de esto, como una
emocin aadida, ese frenes encantado,
esa pulsin por agotarlo todo. Creo que
para comprender el providencial papel que
en la historia ms reciente de la literatura
juega su obra conviene que viajemos hasta
el contexto de la crisis de la gran literatura
narrativa del siglo pasado. Terminada la
poca de las grandes novelas exhaustivas y
extenuantes (las de Joyce, Proust, Thomas
Mann o Robert Musil especialmente), laliteratura narrativa se encontr en un
callejn sin salida: mientras los ingleses,
por ejemplo, mirando como siempre por
encima del hombro, se refugiaron en los
grandes modelos narrativos, que son
extraordinarios, de sus siglos XVIII y XIX,
los franceses se inclinaron por las formas
experimentales (auge del Nouveau Roman
y posteriormente Tel Quel), formas que no
llegaron a cuajar, pero terminaron por
crear las condiciones para la aparicin de
un autntico artista contemporneo, Perec,
Georges Perec, que se alz contra las
pretensiones de los nostlgicos y, girando
la espalda a lo supuestamente importante,
se ocup de lo pequeo: Cuntos gestos
hacen falta para marcar un nmero de
telfono? Por qu?
Ahora, transformado en un catlogo
exhaustivo de gestos -que es lo que, a fin
de cuentas, podra ser esta sorprendente y
brillante muestra perecquiana que acaba de
inaugurase en A Corua-, el autor de Las
cosas y de La vida instrucciones de usose
encuentra ante la hipottica oportunidad
tarda y extraa de pasear por parajes
gallegos inesperados por los que sin duda
cruza todas las noches, sin yelmo ni
proteccin alguna, con un pequeo
ciclomotor de manillar cromado,contagiando de euforia inesperada a todo el
Pere (t) c -el ttulo de la exposicin juega
con el verdadero apellido del escritor,
Peretz, y con la expresin latina que
significa lo dems, que en singular podra
servir como referencia a la inmersin del
escritor en mundos ms o menos ajenos a la
literatura- incluye una seleccin de fondos
de la Association Georges Perec y una serie
de obras realizadas por artistas nacionales e
internacionales. A lo largo del asombroso
itinerario por el laberinto perecquiano, el
espectador se encuentra con manuscritos y
fragmentos de las principales obras literarias
de Perec, a los que se suman algunas de sus
famosas listas y enumeraciones, una
seleccin de los bocetos preparatorios que, amodo de story board, dibujaba para
planificar libros como La vida instrucciones
de uso. Entre otras sorpresas, el visitante
encontrar un cuadro que quizs crey algn
da que no exista: el que est en la portada
de El gabinete de un aficionadoy que slo se
vio en la edicin espaola de Anagrama; es
una pintura de Isabelle Vernay-Levque, que
ha cedido el cuadro por primera vez en su
historia.
Ya slo La Vida, instrucciones de
usocontiene mil referencias al arte de la
pintura. Hay tambin pelculas, mticas para
los perecquianos, como El hombre que
duerme, y la que realiz sobre Ellis Island y
la emigracin europea de principios del siglo
pasado a Estados Unidos.
Si algo claro tiene el visitante que recorre
esta exposicin es que acabar agotado
antes de agotar la infinita, laberntica,
ilimitada muestra de cmo trabajaba uno de
los ms grandes artistas del siglo pasado. Y
lo que en cambio ignora aunque ahora va a
enterarse- es que si visita la toilette
femenina, podra esperarle una sorpresa de
rdago, diablica para ser ms preciso,
aunque no sigo, porque, adems, no sabra
explicarla, quizs porque pertenece a la
estirpe de lo que no se nota.
8/13/2019 Vila Matas-george Perec en Su Laberinto
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barrio viejo de la ciudad de A Corua. Hasta
un bar prximo a la Fundacin Luis Seoane,
donde se presenta la gran exposicin
dedicada a la dimensin
Enrique Vila-Matas
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