Oración a la Guadalupana Virgen María de Guadalupe, Madre del verdadero Dios por quien se vive. En San Juan Diego, el más pequeño de tus hijos, Tú dices hoy a los pueblos de América Latina: ‘¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No estás por ventura en mi regazo?’ Por eso nosotros con profundo agradecimiento reconocemos a través de los siglos todas las muestras de tu amor maternal, tu constante auxilio, compasión y defensa de los moradores de nuestras tierras, de los pobres y sencillos de corazón. Con esta certeza filial, acudimos a ti, para pedirte, que así como ayer vuelvas a darnos a tu Divino Hijo, porque sólo en el encuentro con Él se renueva la existencia personal y se abre el camino para la edificación de una sociedad justa y fraterna. A ti, ‘Misionera Celeste del Nuevo Mundo’, que eres el rostro mestizo de América y luminosamente manifiestas su identidad, unidad y originalidad, confiamos el destino de nuestros Pueblos. A ti, Pedagoga del Evangelio de Cristo, Estrella de la Nueva Evangelización, consagramos la labor misionera del Pueblo de Dios peregrino en América Latina.
¡Oh Dulce Señora!, ¡Oh Madre Nuestra!, ¡Oh siempre Virgen María! ¡Tu presencia nos hace hermanos! Acoge con amor esta súplica de tus hijos y bendice esta amada tierra tuya con los dones de la reconciliación y la paz. Amén.
Preparado por:
La Comisión de Liturgia de la Parroquia La Sagrada Familia de Corozal
Referencias:
www.corazones.org
Virgen de Guadalupe
Emperatriz de las Américas 12 de diciembre
Un poco de Historia… De mañana, un sábado 12 de diciembre de 1531, un indio llamado Juan Diego iba de camino a la Ciudad de México a tomar sus clases de catecismo. Cuando pasaba por un monte llamado Tepeyac escuchó que alguien decía: “Juanito, Juan Dieguito”. Juan subió al tope del monte para ver quién le llamaba y allí encontró a la Virgencita. Luego de varias apariciones de la Guadalupana, Juan Diego acudió al Obispo para contarle de su Señora; pero no le creyó. Al día siguiente, volvió donde el Obispo con unas rosas hermosas, aun sabiendo que ese no era el tiempo de la cosecha de rosas, cuando dejó caer las rosas frete al obispo como prueba de lo que decía, apareció una imagen de la virgen impresa en el ayate de Juan Diego.
Morenita Embarazada Esta joven doncella mexicana está embarazada de pocos meses, así lo indica el lazo negro que ajusta su cintura (utilizado por las indígenas para indicar su estado de gestación), el ligero abultamiento debajo de éste y la intensidad de los resplandores solares que aumenta a la altura del vientre.
Juan Pablo II y la Guadalupana
En sus cuatro visitas a México, Juan Pablo II visitó el Tepeyac y honró con profundo amor a la Virgen de Guadalupe a quien encomendó el continente Americano y su nueva evangelización. En la basílica, Juan Pablo II beatificó al indio Juan Diego el 6 de mayo de 1990.
"Confiamos a Santa María de Guadalupe, Patrona de México y de todo el continente, el destino de los pueblos americanos y de su nueva evangelización" (S.S. Juan Pablo II)