9. el acto humano

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9. NATURALEZA Y ESTRUCTURA DEL ACTO MORAL

EL ACTO HUMANO

EL ACTO HUMANO

9. NATURALEZA Y ESTRUCTURA DEL ACTO MORAL

• 1. LA UNIDAD DE LA VIDA MORAL• 2. LOS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LOS

ACTOS MORALES• 3. LOS IMPEDIMENTOS DEL ACTO MORAL

1. LA UNIDAD DE LA VIDA MORAL

• 1.1. ACTOS HUMANOS Y VIDA MORAL• 1.2. LA ELECCIÓN FUNDAMENTAL Y LA VIDA

MORAL

1.1. ACTOS HUMANOS Y VIDA MORAL

¿ QUÉ ES EL ACTO

HUMANO?Son aquellas acciones internas y externas en las que el hombre actúa por su voluntad, a propuesta del entendimiento y previa la deliberación anterior.

Requisitos

CONOCIMIENTO VOLUNTAD

ELÍCITOS INTERNOS

IMPERADOSEXTERNOS

VOLUNTAD

ADVERTENCIA

CONSENTIMIENTO

Unido a esto está el problema de la responsabilidad

Una persona puede hacer un acto malo y no ser responsable

¿Cuándo? Por recordar ¿cuándo un acto humano es

pecado mortal?

CRITERIOS

El acto exterior es expresión del acto interior

El pecado está en el interior (lo dijo Jesús)

La persona es responsable de los efecto negativos aun no previsto que se siguen de una acción que hubiera podido y debido evitar

Eso se llama ignorancia culpable

PROPIEDADES DEL ACTO HUMANO

Responsabilidad Mérito

DIVISIÓN DEL ACTO

HUMANO

BUENO MALO

1.2. LA ELECCIÓN FUNDAMENTAL Y LA VIDA MORAL

• Al hablar de la libertad hablábamos de que hay momentos clave para la vida de una persona: boda, ordenación, un momento de conversión…

• Muchas elecciones posteriores dependen de ese momento

• Para renovar la moral muchos optaron por tolerar ciertas acciones concretas, para centrarse en la opción fundamental

La opción fundamental y los actos concretos (VS II,

III, 75ss)• “Sin embargo, algunos autores proponen una revisión

mucho más radical de la relación entre persona y actos.

• Hablan de una libertad fundamental, más profunda y diversa de la libertad de elección, sin cuya consideración no se podrían comprender ni valorar correctamente los actos humanos.

• Según estos autores, la función clave en la vida moral habría que atribuirla a una opción fundamental, actuada por aquella libertad fundamental mediante la cual la persona decide globalmente sobre sí misma, no a través de una elección determinada y consciente a nivel reflejo, sino en forma transcendental y atemática.”

• Los actos particulares derivados de esta opción constituirían solamente unas tentativas parciales y nunca resolutivas para expresarla, serían solamente signos o síntomas de ella.

• Objeto inmediato de estos actos -se dice- no es el Bien absoluto (ante el cual la libertad de la persona se expresaría a nivel transcendental), sino que son los bienes particulares (llamados también categoriales).

• Ahora bien, según la opinión de algunos teólogos, ninguno de estos bienes, parciales por su naturaleza, podría determinar la libertad del hombre como persona en su totalidad, aunque el hombre solamente pueda expresar la propia opción fundamental mediante la realización o el rechazo de aquéllos.

• De esta manera, se llega a introducir una distinción entre la opción fundamental y las elecciones deliberadas de un comportamiento concreto;

• una distinción que en algunos autores asume la forma de una disociación,

• en cuanto circunscriben expresamente el bien y el mal moral a la dimensión transcendental propia de la opción fundamental,

• calificando como rectas o equivocadas las elecciones de comportamientos particulares intramundanos, es decir, referidos a las relaciones del hombre consigo mismo, con los demás y con el mundo de las cosas.

• De este modo, parece delinearse dentro del comportamiento humano una escisión entre dos niveles de moralidad:

• por una parte el orden del bien y del mal, que depende de la voluntad, y, por otra, los comportamientos determinados,

• los cuales son juzgados como moralmente rectos o equivocados haciéndolo depender sólo de un cálculo técnico de la proporción entre bienes y males premorales o físicos, que siguen efectivamente a la acción.

• Y esto hasta el punto de que un comportamiento concreto, incluso elegido libremente, es considerado como un proceso simplemente físico, y no según los criterios propios de un acto humano.

• El resultado al que se llega es el de reservar la calificación propiamente moral de la persona a la opción fundamental, sustrayéndola -o atenuándola- a la elección de los actos particulares y de los comportamientos concretos.

• VS67. (…) dichas teorías son contrarias a la misma enseñanza bíblica, que concibe la opción fundamental como una verdadera y propia elección de la libertad y vincula profundamente esta elección a los actos particulares.

• Mediante la elección fundamental, el hombre es capaz de orientar su vida y -con la ayuda de la gracia- tender a su fin siguiendo la llamada divina.

• Pero esta capacidad se ejerce de hecho en las elecciones particulares de actos determinados, mediante los cuales el hombre se conforma deliberadamente con la voluntad, la sabiduría y la ley de Dios.

Por tanto, se afirma que la llamada opción fundamental, en la medida en que se diferencia de una intención genérica y, por ello, no determinada todavía en una forma vinculante de la libertad, se actúa siempre mediante elecciones conscientes y libres.

Precisamente por esto, la opción fundamental es revocada cuando el hombre compromete su libertad en elecciones conscientes de sentido contrario, en materia moral grave.

• La moralidad no puede ser juzgada si se prescinde de la conformidad u oposición de la elección deliberada de un comportamiento concreto respecto a la dignidad y a la vocación integral de la persona humana.

• Toda elección implica siempre una referencia de la voluntad deliberada a los bienes y a los males, indicados por la ley natural como bienes que hay que conseguir y males que hay que evitar.

• En el caso de los preceptos morales positivos, la prudencia ha de jugar siempre el papel de verificar su incumbencia en una determinada situación, por ejemplo, teniendo en cuenta otros deberes quizás más importantes o urgentes.

• Pero los preceptos morales negativos, es decir, los que prohiben algunos actos o comportamientos concretos como intrínsecamente malos, no admiten ninguna excepción legítima;

• no dejan ningún espacio moralmente aceptable para la creatividad de alguna determinación contraria.

• Una vez reconocida concretamente la especie moral de una acción prohibida por una norma universal, el acto moralmente bueno es sólo aquel que obedece a la ley moral y se abstiene de la acción que dicha ley prohíbe.

Consecuencialismo y proporcionalismo (VS II, IV,

74ss)• “Este «teleologismo», como método de

reencuentro de la norma moral, puede, entonces, ser llamado -según terminologías y enfoques tomados de diferentes corrientes de pensamiento- «consecuencialismo» o «proporcionalismo».

• El primero pretende obtener los criterios de la rectitud de un obrar determinado sólo del cálculo de las consecuencias que se prevé pueden derivarse de la ejecución de una decisión.

El segundo, ponderando entre sí los valores y los bienes que persiguen, se centra más bien en la proporción reconocida entre los efectos buenos o malos, en vista del bien mayor o del mal menor, que sean efectivamente posibles en una situación determinada.

• Las teorías éticas teleológicas (proporcionalismo, consecuencialismo), aun reconociendo que los valores morales son señalados por la razón y la revelación, no admiten que se pueda formular una prohibición absoluta de comportamientos determinados que, en cualquier circunstancia y cultura, contrasten con aquellos valores.”

• “…semejantes teorías no son fieles a la doctrina de la Iglesia, en cuanto creen poder justificar, como moralmente buenas, elecciones deliberadas de comportamientos contrarios a los mandamientos de la ley divina y natural.

• …la consideración de estas consecuencias -así como de las intenciones- no es suficiente para valorar la calidad moral de una elección concreta.

• La ponderación de los bienes y los males, previsibles como consecuencia de una acción, no es un método adecuado para determinar si la elección de aquel comportamiento concreto es, según su especie o en sí misma, moralmente buena o mala, lícita o ilícita.

• Las consecuencias previsibles pertenecen a aquellas circunstancias del acto que, aunque puedan modificar la gravedad de una acción mala, no pueden cambiar, sin embargo, la especie moral.

• La razón por la que no basta la buena intención, sino que es necesaria también la recta elección de las obras, reside en el hecho de que el acto humano depende de su objeto, o sea si éste es o no es «ordenable» a Dios, al único que es «Bueno», y así realiza la perfección de la persona.”

• Así pues, hay que rechazar la tesis, característica de las teorías teleológicas y proporcionalistas, según la cual sería imposible calificar como moralmente mala según su especie -su «objeto»- la elección deliberada de algunos comportamientos o actos determinados prescindiendo de la intención por la que la elección es hecha o de la totalidad de las consecuencias previsibles de aquel acto para todas las personas interesadas.

2. LOS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LOS ACTOS MORALES

2.1. LA ADVERTENCIA EN EL ENTENDIMIENTO

2.2. LA INTERVENCIÓN DE LA VOLUNTAD 2.3. LA INTERVENCIÓN DE LA

AFECTIVIDAD: LAS PASIONES DESORDENADAS

2.4. LA GRACIA

2.1. LA ADVERTENCIA EN EL ENTENDIMIENTO A. NOCIÓN B. ADVERTENCIAL ACTUAL Y VIRTUAL C. ADVERTENCIA PLENA Y SEMIPLENA D. ADVERTENCIA DISTINTA Y CONFUSA

LA ADVERTENCIA DEL ENTENDIMIENTOPara que un acto sea moral tengo que hacerlo con advertencia no sólo intelectual sino también moral , o sea que sepa se está mal

Actual: Ahora mismo Virtual: estaba atento antes y dura (por

ejemplo me distraigo rezando el rosario) BASTA CON LA VIRTUAL PARA QUE

SEA MORAL

ADVERTENCIA PLENA O SEMIPLENA PLENA: Conozco con perfección el acto

que realizo y su valor moral, esto no implica que la advertencia sea distinta es decir un conocimiento claro y preciso de todas las implicaciones morales que conlleva lo que hago

ADVERTENCIA DISTINTA Y CONFUSA: me doy cuenta de la bondad o malicia, aunque esto no se concrete con precisión

2.2. LA INTERVENCIÓN DE LA VOLUNTAD

CONSENTIMIENTO

PERFECTO: La adhesión de la voluntad es plena, con perfecto conocimiento y aceptando sustancialmente el juicio de la inteligencia

Imperfecto

2.3. LA INTERVENCIÓN DE LA AFECTIVIDAD: LAS PASIONES DESORDENADAS

• Lo primero es proponerse un fin bueno, no sólo depende de la voluntad buena; también de la fortaleza y de la templanza

• A la hora de elegir los medios nos entra la pereza, la envidia…

• Las pasiones ordenadas se convierten en energías que colaboran con la voluntad y aumentan la capacidad de amar

2.4. LA GRACIA

• Muchas veces nos olvidamos que Dios nos ayuda

• Sin el auxilio divino, la persona no acertaría a llevar una conducta conveniente al bien de su naturaleza

• No quita nuestra libertad sino que la potencia

3. LOS IMPEDIMENTOS DEL ACTO MORAL

• 3.1. LA IGNORANCIA• 3.2. LA VIOLENCIA• 3.3. LAS PASIONES DESORDENADAS• 3.4. LAS ALTERACIONES PSÍQUICAS

IMPEDIMENTOS DEL ACTO MORAL 1. IGNORANCIA Vencible más culpabilidad según la

responsabilidad en el recurso a los medios

Invencible: No es responsable

2. VIOLENCIA El asentimiento interior nunca puede ser forzado, esa acción no será suya ¿Pero cuando la violencia es sutil, presiones amenazas, o sin más es el ambiente … un joven hoy en día cuando todos sus amigos tienen un estilo de vida anticristiano

3. PASIONES DESORDENADAS (muchas veces voluntarias in causa, pero ¿un drogadicto?)

4. ALTERACIONES PSÍQUICAS

PECADO MORTAL

MATERIA GRAVE PLENA ADVERTENCIA PERFECTO CONSENTIMIENTO

Si falta alguna de éstas es pecado venial