Post on 06-Jun-2015
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APORTES DE LOS ESTUDIOS CULTURALES A LA
SOCIOLOGÍA
Los Estudios Culturales surgen en Inglaterra a mediados del siglo XX (en el
período de la postguerra).
Era notable para la época que la cultura de masas surgía como una amenaza
contra la cultura heredada de la ilustración, debido al impulso que recibía de la
industrialización que recientemente tocaba los ámbitos artísticos, cambiando la visión
clásica del arte (lectura y apreciación de los clásicos de la literatura, pintura, etc.) por
una apreciación cultural vinculada a lo popular.
Así, los aspectos culturales reservados para las élites pasan a ser un
“ornamento no rentable” en la nueva cultura de masas emergente que, de la mano de
investigadores como: Stuart Hall, Dave Morley, Richard Hoggart, Raymond Williams,
Edward Thompson y otros; alejan a la cultura de la visión literaria y elevan la cultura
popular a objeto de investigación científica.
Actualmente, los estudios culturales son un campo transdisciplinario que
agrupa ciencias y tendencias bajo diferentes conceptos de cultura, en la cual, se
indaga sobre las artes, las creencias, instituciones sociales y las actividades culturales
en general. Además que, han sido un punto de conexión entre saberes diferenciados,
tales como: antropología, semiótica, lingüística, psicología, semiología, y desde luego
la sociología.
La sociología es una de las ciencias que más se ha beneficiado del intercambio
bidireccional de enriquecimiento teórico-práctico con los estudios culturales. Dicho
intercambio de contenido mutuo ha servido para iniciar una tradición sociológica o un
tipo de sociología basada en la reflexión sobre la producción y las prácticas culturales
manifiestas, analizando, por ejemplo, las instituciones, medios y audiencias que
participan en el proceso de comunicación (específicamente temáticas como: el género,
la identidad nacional, la raza, la cultura popular, la audiencia, identidades políticas,
entre muchas otras).
Por otro lado, tal y como afirma Raymond Williams, aunque la sociología de la
cultura ya tiene un camino andado, es aún un área de la sociología subdesarrollada,
es decir, no es un tema que históricamente haya ocupado una asignación prioritaria,
de manera que gusta de calificarla de “estudios periféricos de la sociología”.
Es esta interacción entre estudios culturales y sociología, que da vida a la
sociología cultural que, como veremos se crea por el impulso de la visión aportada por
los estudios culturales a enfoques sociológicos limitados en sus explicaciones. Así
sucedió en el momento en que los estudios culturales se dan a la tarea de rebatir los
paradigmas funcionalistas que dominaban nuestra ciencia y proporcionaban
explicaciones comunicacionales que atribuían al poder persuasivo de los medios una
omnipotencia tal, que obstaculizaban el desarrollo de los conocimientos sociales en el
área de la comunicación y cultura.
De tal modo, la herencia sociológica positivista que influenció los primeros
estudios de masas (Mass Communication research) se ven en tela de juicio. Las
teorías como la de la aguja hipodérmica y la visión de la sociedad como meras ratas
de laboratorio son desmontadas y luego de esa época de estancamiento en la idea
hegemonía comunicacional del medio, se abre paso un paradigma de la sociedad
como agente reflexivo aportado justamente por los estudios culturales.
Con base en la idea de que la sociedad no está compuesta por “idiotas
culturales”, sino que, en efecto, los grupos culturales que la componen piensan e
interactúan con el medio, emergen nuevos enfoques que desconcentran el estudio
cultural en el medio dando poder a las audiencias. El nuevo paradigma propone que
las audiencias no sólo son consumidoras de un mensaje sino que al a vez son
productoras de significado.
Por tanto, los medios lo que pueden hacer es reproducir un mensaje preferente
o proponer agendas temáticas, pero se sabe ahora que su poder de influir en las
audiencias está mediado por un contexto que supone un proceso activo de
decodificación-interpretación con base en las configuraciones intrínsecas de un grupo
social (verbigracia: clase social, género, contexto político, contexto familiar, etc.), cuyo
resultado es una percepción selectiva de un mensaje polisémico por naturaleza que,
como ya se ha mencionado, está supeditado al contexto.
De este modo, las premisas básicas de los estudios culturales son integradas a
la sociología: no existe una lectura unívoca del mensajes sino lecturas, no existe una
sola forma de descodificar el mensaje ni tampoco una sola audiencia, la audiencia
posee sus propias prácticas de resistencia frente a los medios, todo mensaje es
polisémico por tanto hay una codificación propia de cada grupo social, la realidad se
presenta siempre encodificada, existe un intercambio simbólico bidireccional entre el
medio y las audiencias, etc.
En otro orden de ideas, la sociología también se ha beneficiado en una forma
general de los estudios culturales al aumentar su campo de conocimiento con el
desarrollo de investigaciones que ofrecen información sistemática sobre culturas
populares, medios masivos de comunicación, comportamientos, hábitos, gustos,
necesidades de las audiencias, entre otros.
También es menester reconocer que los estudios culturales han dotado a la
sociología de una conciencia sobre sus propias características culturales debido a que
ha hecho evidente el cúmulo de presupuestos incorporados a su propia práctica
cultural como ciencia. Es decir, el bagaje teórico, metodológico, ideológico y en
general, todas las prenociones que definen los criterios de cientificidad de la sociología
son claramente visibles ahora como un producto cultural forjado de hechos sociales
precedentes, legado de un cuerpo de significados encarnados en las instituciones
culturales de carácter científico.
En síntesis, los estudios culturales se han nutrido de reflexiones, objetos y
métodos de diversas disciplinas e intereses cognitivos y su naturaleza la ha
compartido con la sociología aportando sus ideas cuando nuestra ciencia se
encontraba en un momento marcado por la fe ciega en los efectos de los mensajes
emitidos por el medio en los receptores, para desembocar en una visión de la
sociedad como agente reflexivo dando paso a una sociología cultural amplía,
alimentada por saberes específicos que se enlazan con el propósito de repensar las
tareas culturales, los significados, los sentidos, el entorno simbólico y las prácticas
culturales que preservan el orden social.