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Xochimilco: universo diverso
México es un país rico en diversidad cultural y
natural. Considerado país megadiverso, por su
privilegiada posición geográfica tiene una gran
variedad de climas que permiten la existencia
de diversos ecosistemas con una enorme biodi-
versidad. Su relieve también es muy variado y
favorece la creación de paisajes excepcionales.
La diversidad natural siempre ha coexisti-
do con la dimensión cultural del hombre. Una
Xochimilco: diversidad Y MIXTURA PATRIMONIAL*
Marco Antonio Velasco López**
educación
PATRIMONIAL
Xochimilco es retrato vivo de las riquezas culturales y natura-
les que, provenientes del pasado, permanecen vigentes y constituyen
un patrimonio antiquísimo; riquezas que se renuevan constantemente
pero que, también, corren el riesgo de desaparecer. La educación pa-
trimonial puede ser una herramienta fundamental para guiar y pro-
mover acciones orientadas a su conocimiento, rescate y preservación.
no podría explicarse sin la otra y en ocasiones
ambos elementos se conjugan y producen una
exorbitante riqueza para quien goza de admi-
rarla.
Aquí descubrieron su destino y su contradicción:
elegir no un suelo para su suelo sino un suelo que,
sin hipérbole, debieron fabricar a mano, fragmen-
to a fragmento para sustentarse en él y de él.1
Es de suponer que la mayor parte de la ri-
queza natural y cultural del pueblo mexicano se
encuentra apartada de la urbe; de aquellos edi-
ficios enormes que no permiten apreciar el ho-
rizonte; de ese estresante ruido que enferma los
oídos y las mentes; de aquella nube habitual de
1 Héctor Luna de la Vega, Xochimilco: acendrada mexicanidad, México, Instituto Politécnico Nacional, 1991, p. 6.
* Este trabajo forma parte de la redacción preliminar de la tesis de licenciatura del autor, “Taller de Educación Patrimonial para niños de 10 a 12 años de los Barrios de Xochimilco, D.F.”, Colegio de Pedagogía, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.
** Miembro del Taller de Educación No Formal: Educación Patri-monial del Colegio de Pedagogía.
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ters
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Educación PATRIMONIAL
contaminación que pinta nuestro cielo de gris;
del interminable ir y venir de los automóviles
y de la desmedida ambición del ser humano.
Aunque, para asombro de muchos, el Distrito
Federal concentra cinco de los 31 sitios declara-
dos patrimonio de la humanidad por la UNESCO
en México: el Centro Histórico de la Ciudad de
México, la Casa Estudio Luis Barragán, el cam-
pus de la Universidad Nacional Autónoma de
México, y, también, el Camino Real de Tierra
Adentro y Xochimilco, este último, ejemplo de
patrimonio mixto: cultural y natural.
En este escenario, la zona lacustre central se
ha consolidado desde tiempos ancestrales como
un punto representativo de las culturas prehis-
pánicas; destaca el imponente señorío mexica,
fundador de Tenochtitlán. Numerosos pueblos
quedaron subyugados por el dominio mexica,
entre los cuales se encontraban los xochimilcas.
Durante años el valle del Anáhuac fue la mora-
da de tan imponente civilización, que se convir-
tió en el eje de toda Mesoamérica hasta el ad-
venimiento de la invasión española, que marcó
el destino de estas familias indígenas transfor-
mando drástica y violentamente la cosmogonía
de todas las culturas que habitaban esta región
del continente americano. Aunque de cierta for-
ma el valle de México continuó siendo un punto
importante en los años siguientes y constituye
hasta nuestros días el núcleo de nuestro país.
En la actualidad el Distrito Federal alberga
8 851 080 habitantes,2 lo cual representa 7.88 por
ciento del total de la población de la República
Mexicana, y cuenta con 16 delegaciones:3
2 Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Disponible en: www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx?e=9 [consultado: 9/2/13].
3 Ciudad de México. df.gob.mx. El portal ciudadano del Distrito Fe-deral. Disponible en: www.df.gob.mx/index.php/delegaciones. [consultado: 9/2/13].
Álvaro
ObregónAzcapotzalco
Benito JuárezCuajimalpa de
Morelos
Coyoacán Cuauhtémoc
Gustavo A.
MaderoIztacalco
IztapalapaLa Magdalena
Contreras
Miguel
HidalgoMilpa Alta
Tláhuac Tlalpan
Venustiano
CarranzaXochimilco
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Los barrios que ocupan la cabecera son los si-
guientes: San Juan Bautista Tlaltentli, La Con-
cepción Tlacoapa, La Asunción Colhuacatzinco,
San Diego de Alcalá Tlalcozpan, La Guadalupi-
ta Xochitenco, La Santísima Trinidad Chililico,
San Lorencito Tlaltecpan, San Esteban Mártir
Tecpanpan, San Francisco de Asís Caltongo, San
Cristóbal Xallan, Santa Crucita Analco, Belem de
Acampa, Nuestra Señora de los Dolores Xaltocan,
San Pedro Apóstol Tlalnáhuac, El Rosario Ne-
pantlatlaca, San Marcos Evangelista Tlaltepetlal-
pan, San Antonio de Padua Molotla.5
5 Rodolfo Cordero López, Xochimilco, tradiciones y costumbres, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2012, p. 18.
Xochimilco: diversidad Y MIXTURA PATRIMONIAL
El patrimonio cultural y natural que hace
único a Xochimilco, lo revelan como una de las
delegaciones de mayor tradición en el Distri-
to Federal. Es sin lugar a dudas la representa-
ción de un pasado que lucha por sobrevivir en
un mundo globalizado, y que hoy se muestra
disminuido por la depredación humana, el des-
conocimiento y desvalorización de sus costum-
bres y tradiciones y por la falta de amor a la tie-
rra. Por ello, es necesario desarrollar estrategias
de educación patrimonial para los habitantes de
esta región, principalmente la población infantil,
promoviendo acciones educativas pertinentes
que estén destinadas a preservar el patrimonio
de nuestros ancestros, mediante el conocimien-
to, valoración y apropiación de nuestra cultu-
ra, lo cual engrandecerá y consolidará nuestra
identidad como mexicanos.
Ubicación geográfica de la delegación Xochimilco
El área que define a esta delegación se localiza
al sureste del Distrito Federal, colindando con
las delegaciones de Coyoacán, Iztapalapa, Tlá-
huac, Milpa Alta y Tlalpan. Abarca una superfi-
cie continental de 118.13 kilómetros cuadrados,4
que representa 7.95 por ciento de la superficie
total de esta entidad federativa.
La extensión territorial de Xochimilco está
compuesta por 14 pueblos y 17 barrios, donde se
hallan la zona chinampera y el centro histórico
de esta delegación, así como también numerosas
colonias y algunos fraccionamientos que com-
plementan este espacio. Para el presente trabajo
únicamente se abordará como espacio físico la
zona de barrios de esta localidad.
4 Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Disponible en:www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx?e =9#S [consultado: 9/2/13].
Mapa del Distrito Federal con las 16 delegaciones que lo forman
M d l Di i F d l l
Xochimilco
Azcapotzalco
V. Carranza
Iztacalco
Coyoacán
Tlalpan
Tlahuac
Milpa Alta
Iztapalapa
Cuauhtém
oc
Gustavo A. Madero
Miguel Hidalgo
BenitoJuárezÁlvaro
Obregón
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Educación PATRIMONIAL
Los catorce pueblos que ocupan la parte alta (zona
de montañas) y baja de la jurisdicción son: Santa
María Tepepan, Santa Cruz Xochitepec, Santiago
Apóstol Tepalcatlalpan, San Lucas Xochimanca,
San Mateo Xalpan, San Francisco de Asís Tlalne-
pantla, San Andrés Apóstol Ahuayucan, Santa Ce-
cilia Tepetlapa, San Lorenzo Atemoaya, Santa
María Nativitas Zacapan, Santa Cruz Acalpixcan,
San Gregorio Atlapulco, San Luis Tlaxialtemalco
y Santiago Apóstol Tulyehualco.6
Tendencia demográfica en Xochimilco
El número de habitantes que residen en esta de-
marcación es de 415 007, lo cual representa 4.68
por ciento de la población del Distrito Federal
y 0.36 por ciento de la población total en Méxi-
co. La cantidad de mujeres en esta delegación es
de 209 702, mayor que la población de hombres,
que es de 205 305, y entre ambos conforman
101 124 hogares.7
6 Idem.7 Instituto Nacional de Estadística y Geografía, op. cit.
De acuerdo con cifras de 2010, Xochimilco
cuenta con 137 escuelas de preescolar, que ese
año tuvieron 7022 alumnos egresados de ese ni-
vel; 135 escuelas primarias, con 7245 alumnos
graduados; 52 secundarias, con un total de 6627
alumnos egresados; 17 de bachillerato, con 3071
estudiantes con estudios terminados; 15 escue-
las de formación para el trabajo, así como 72 bi-
bliotecas públicas.8
Entre las actividades que se desarrollan prin-
cipalmente en la zona centro de Xochimilco es-
tán el turismo, con paseos en trajineras a través
de sus canales; la comercialización de diversos
productos como frutas, legumbres, semillas, ar-
tesanías, y alimentos preparados; y el trabajo
de la tierra, aunque esta práctica se ha venido
perdiendo debido a que es una labor extenuante
y poco redituable. En los años recientes, asocia-
ciones independientes como Ecatl –rescate eco-
lógico de Xochimilco–, y algunas cooperativas
promotoras del resguardo de esta zona cultural
y natural, han intervenido mediante acciones
8 Idem.
Shutterstock
Entre los principales atractivos turísticos de Xochimilco se encuentran los canales donde se puede navegar a bordo de una de las más de 200 embarcaciones llamadas trajineras
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Xochimilco: diversidad Y MIXTURA PATRIMONIAL
dignas de reconocerse, para rescatar y resaltar
la esencia que tiene este enigmático lugar.
Xochimilco: mítico jardín de flores
Xochimilco, heredero de una ferviente religio-
sidad que muestra expresiones idiosincráticas
en cada una de sus festividades; testimonio vi-
vo de saberes, creencias y pensamientos que co-
existen con el deleite de sabores, colores, soni-
dos y aromas que se desprenden del júbilo y la
algarabía de sus pobladores; fruto de un proce-
so de aculturación que transformó la cosmogo-
nía de nuestros antepasados y que hoy prevale-
ce gracias al esfuerzo de muchas generaciones.
Morada de ilustres personajes, como el poe-
ta y escritor Fernando Celada Miranda; Quirino
Mendoza y Cortés, músico y compositor, autor
del tema “Cielito lindo”, huapango tradicional
que sin lugar a dudas forma parte de la iden-
tidad cultural del mexicano; Guadalupe Inclán
Ramírez, delegada en Xochimilco en el año de
1947; y del artista Francisco Goitia, entre otros
nombres que enaltecen algunos sitios represen-
tativos de tan emblemático lugar.
Hablar sobre Xochimilco es contemplar su
pasado, presente y futuro; es atestiguar cada una
de sus calles, callejones, templos, atrios, plazas,
mercados y chinampas; es recorrer sus pueblos,
colonias y barrios; es convivir con sus habitantes
que aún se muestran deseosos de continuar por
este viaje a través de sus apantles.
La riqueza cultural y natural que se halla en
este sitio se desvanece poco a poco y propicia
una lucha constante por conservar su esencia. A
pesar de los esfuerzos por mantener vivos sus
valores, paulatinamente los procesos globali-
zantes y el avance de la mancha urbana van de-
bilitando las defensas que protegen la memoria
de nuestros macehualtin.
El amor por la tierra y el sentimiento de
apego a nuestras raíces, hoy son cosas del pa-
sado. Modelos de indolencia y depreciación
forman parte de nuestro acontecer diario alte-
rando principalmente el entorno de los más jó-
venes, futuras promesas en cuyas manos yace
el destino de las sementeras de flores. Por ello
es preciso recordar de dónde venimos y hacia
dónde vamos, siempre en busca de un mejor fu-
turo para hacer de nuestro presente un modelo
ejemplar de un pasado próximo, pues “Un pue-
blo que deja perder sus tradiciones, usos y cos-
tumbre, está destinado a perder su identidad y
su cultura”.9
Por eso es necesario rescatar y conservar las
tradiciones y costumbres, la tierra y el agua que
nos representan ante el mundo, que son valores
propios de nuestro legado. Defender nuestra
identidad no sólo es ejercer un derecho huma-
no, es también la obligación de participar acti-
vamente en los procesos de transmisión y pro-
ducción de conocimiento, construyendo nuevos
modelos formativos con base en estrategias pe-
dagógicas.
Una mirada al pasado
La llegada del hombre primitivo a Ixachilan
–hoy América–, proveniente del continente asiá-
tico, fue descrita por el cronista Santos Acevedo
López y de la Cruz: “Siendo siete las familias o
tribus que formaban el conjunto de los huexot-
zincas, chalcas, xochimilcas, aztecas, tlahuicas,
acolhuas y tepanecas”,10
quienes se apropiaron
del idioma náhuatl como su lengua madre, un
9 Cenobia Santa Eslava Martínez, Religiosidad y ciudadanía en Xochimilco. La fiesta de Xaltocan, p. 117.
10 Santos Acevedo López y de la Cruz, Xochimilco. Su historia. Sus leyendas, México, Ediciones Navarra (El ojo viajero), 2007, p. 34.
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Educación PATRIMONIAL
lenguaje poético y misterioso que encierra en
una palabra innumerables secretos.
“El vocablo Xochimilco está formado por la
aglutinación de tres voces etimológicas: xochitl,
flor; milli, sementera; y co, adverbio de lugar o
locativo en”.11
De acuerdo con la organización
del idioma náhuatl, consistente en la unión de
dos o más palabras, se concreta la expresión “en
la sementera de flores”; y tomando en cuenta el
ícono pictográfico representado por una figura
geométrica (rectángulo) que simboliza el medio
natural de esta zona lacustre, el cual se encuen-
tra dividido en tres partes con dos flores colo-
sales sobre éste, petroglifo que representa este
extraordinario lugar, al pluralizar la frase, la
traducción fidedigna de la palabra Xochimilco
sería “en las sementeras de flores”.
Es en Huehuetlapallan, lugar ubicado al nor-
te de México, donde aproximadamente hacia el
año de “544 (1. Tecpatl) de la era Cristiana”12
par-
ten las siete familias nahuatlacas, entre ellas la
xochimilca, precedida por la chalca, la tepaneca,
la culhua, la tlahuica, la tlaxcalteca y la mexica.
Posteriormente arriban a Aztlán, donde perma-
necen algún tiempo para después instalarse en
Chicomoztoc, en el año “6. Tecpatl (6. Pedernal)
de los años anahuaca, correspondiendo al de
1056 de la Era Cristiana”.13
Dirigidos por sus sacerdotes y siguiendo los
mandatos de sus dioses, los xochimilcas fueron
el primer grupo en partir en busca de nuevas
tierras hasta finalmente establecerse en la cuen-
ca del valle de México, tras dejar huella en cada
uno de los 81 pueblos fundados durante este
largo periodo de peregrinar. No es sino hasta
el “año de 1194, 1. Tochtli (1. Conejo) de la cuen-
ta anahuaca, fecha en que data la fundación de
11 Ibid., p. 17.12 Ibid., p. 43.13 Ibid., p. 49.
Xochimilco”,14
cuando fundan el primer asenta-
miento en el cerro de Cuahilama, ubicado en el
pueblo de Santa Cruz Acalpixcan, convencidos
y maravillados por el extenso humedal que res-
guardaba una gran variedad de flora y fauna.
Hoy en día, éstas se encuentran amenazadas
por la falta de interés de sus habitantes, a pesar
del esfuerzo de algunos por mejorar la situación
de esta demarcación. Xochimilco es un pueblo
olvidado y deformado debido a intereses parti-
culares que buscan el beneficio de unos cuantos
por el sacrificio de todos.
Veintiún tecuhtin gobernaron esta región xo-
chimilca, y cada uno desempeñó un papel pri-
mordial en la formación de sus conciudadanos,
aportando un elemento distinto que sustenta la
majestuosidad de este pueblo. Aunque algunos
cronistas difieren en este dato, ya que plantean
la idea de que únicamente fueron 19 tecuhtin los
que gobernaron este señorío.
A Acatonalli, primer gobernante xochimilca,
se le debe el desarrollo del sistema de produc-
ción agrícola chinámitl:
El vocablo chinámitl proviene del náhuatl, que
significa tejido de cañas y varas, lo cual nos ilus-
tra al sembradío artificial construido por los xo-
chimilcas sobre el agua desde hace más de siete
siglos.15
Ese vestigio natural muestra el ingenio y no-
table habilidad de aquellos primeros pobladores
del valle de México para utilizar racionalmente
los recursos que dieron solvencia a la tradición
chinampera de esta región.
El trabajo de la tierra durante el periodo que
abarcó el señorío xochimilca, fue una actividad
primaria que se desarrolló con el propósito de
mejorar la vida de este pueblo anfibio, impulsa-
14 Ibid., p. 61.15 Héctor Luna de la Vega, op. cit., p. 12.
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Xochimilco: diversidad Y MIXTURA PATRIMONIAL
do principalmente por sus gobernantes. Tlazo-
chihuapilli, única mujer tecuhtin en poseer este
nombramiento, se preocupó especialmente de la
alimentación de su gente. No sólo se incrementó
la cantidad de los productos que se sembraban
en las chinampas, sino que se logró perfeccionar
el arte culinario creando platillos atractivos al
paladar, por ejemplo:
Crea una serie de suculentos manjares como el
necuatolli o dulce de calabaza que endulzaban
con miel virgen o con agua miel; el chileatolli o
atole con chile verde, picado o molido al molca-
jete […] ; el quiltamalli o tamal de quelite […]16
La elaboración de banquetes para dar a cono-
cer el nutritivo alimento constituye un antece-
dente antiquísimo de las mayordomías, que son
de orden popular entre los barrios y pueblos de
Xochimilco.
Bajo el gobierno de Caxtolzin, en 1352 el pue-
blo xochimilca traslada su ciudad sagrada al is-
lote de Tlilan, donde actualmente se encuentra
la parroquia de San Bernardino de Siena:
La nueva ciudad lacustre se dividió en catorce
calpultin o barrios, según los oficios que había y
que por orden podemos enunciar: chinamperos,
floricultores, agricultores –en parte alta o pue-
blo−, tejedores de tule, redes de ixtle, vara, etc.;
tlacuilos o escribanos; agoreros o adivinos; sabios
de Chililico; artífices de piedra o cerámica; alba-
ñiles, canteros, carpinteros, cesteros, músicos y
cantores. Además había tres zonas bien definidas:
el calpulli o barrio principal, el de los chinancal-
tin o barrio de producción agrícola y el de los po-
chtecas o comerciantes. Se habla de otro llamado
Ayahualtenco o barrio de pescadores. Por cues-
tiones geográficas también había tres regiones: la
de Tepetenchi o pueblos altos, la de Olac o centro
de Xochimilco y la de los Calpultin o barrios; y
16 Ibid., p. 17.
aún más, la del Tecpan o zona comercial (José Fa-
rías Galindo).17
La educación jugó un papel muy importan-
te en el desarrollo de las culturas precolombi-
nas para la formación del ciudadano indígena.
Desde pequeños eran enviados al cuicalli (casa
de canto); posteriormente asistían al telpochcalli,
donde aprendían a leer y a expresarse, y tenía
especial importancia la enseñanza de la historia;
finalmente estaba el calmecac (casa de discipli-
na), donde sólo algunos desarrollaban el arte de
la guerra o el sacerdocio. La religión mantenía
relación con la mayoría de las actividades que se
efectuaban, como la guerra, la siembra, la caza,
la pesca, etcétera, y en otras conservaba estre-
cha relación con los elementos naturales, como
el fuego, el viento, la tierra, el agua, entre otros.
El último tecuhtin que gobernó al pueblo xo-
chimilca fue Apochquiyauhtzin, quien a la lle-
gada de los españoles y bajo el proceso de evan-
gelización toma el nombre de Luis Cerón de
Alvarado, y queda como cacique de este lugar.
17 Ibid., p. 34.
En esta escena del Códice Mendocino se puede ver a la izquierda el Glifo de Xochimilco, emblema de la delegación del mismo nombre en el Distrito Federal (México)
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Educación PATRIMONIAL
Heredó gran parte de sus pertenencias al santo
patrono de Xochimilco, san Bernardino de Siena.
El pueblo xochimilca idolatró a 16 dioses
tutelares, ente los cuales se encuentran la Ci-
huacóatl (mujer serpiente) o Quilaztli, que era
la diosa de la fecundidad; Xochiquetzalli (flor
bella), diosa de la vegetación y diosa terrestre;
Centéotl (diosa del maíz) que, como su nombre
lo indica, representaba a este importante ele-
mento natural de las culturas mesoamericanas;
Xochipilli (flor tierna) era el dios de las flores y
de la belleza; y Atláuac (vigilante del agua) era
el dios de los canales.
Jacques Soustelle muestra la preponderancia
de la diosa terrestre cuando narra la relación
que existía entre ésta y algunas actividades ha-
bituales como el tejido y el bordado:
Xochiquetzalli, flor pluma preciosa, se considera
que vive en los cielos superiores, en Tamoanchan,
paraíso del oeste; y por muchos motivos se le
identifica como Tonacacíhuatl, diosa de los na-
cimientos, la vieja madre de la pareja primordial
[…] Se le atribuye, como a Tlazoltéotl, el invento
del tejido, del bordado y preside como diosa del
amor y del placer.18
En el ámbito social, el pueblo xochimilca se
desarrolló hasta consolidarse bajo una sólida
estructura política que caracterizó a la mayoría
de las culturas prehispánicas. Con la llegada de
los conquistadores españoles y la caída del im-
perio mexica en 1521, las transformaciones se
fueron suscitando poco a poco hasta dar paso a
una nueva época. El proceso de aculturación se
vio influenciado principalmente por la religión
profesada por los franciscanos.
La obra de los ilustres franciscanos comienza en
Xochimilco en abril de 1525, cuando llevando
su labor evangelizadora por los alrededores del
Anáhuac, se quedaron en la ciudad lacustre
del sureste, que tenía más de diez mil indígenas
y de los cuales se bautizaron y se casaron más de
tres mil parejas… (José Farías Galindo).19
18 Ibid., p. 48.19 Ibid., p. 66.
Una de las tantas actividades que se desarrollan en el centro de Xochimilco es la comerciali-zación de artesanía.
Shutterstock
54 CORREO del MAESTRO núm. 213 febrero 2014
Xochimilco: diversidad Y MIXTURA PATRIMONIAL
Fray Pedro de Gante, fray Martín de Valen-
cia, fray Toribio de Benavente (Motolinia), fray
Francisco de Soto, fray Bernardino de Sahagún,
son algunos de los frailes franciscanos que se
establecieron en este territorio. A iniciativa de
la orden franciscana se comienza a construir en
1535 la nave principal de la parroquia de San
Bernardino de Siena, monumento histórico re-
presentativo de la cultura xochimilca; y es hasta
1590 cuando se culminan los trabajos de cons-
trucción.
Esta iglesia parroquial es una de las primeras
joyas arquitectónicas que data de los principios
de la época colonial en el siglo XVI en la Nueva
España, declarada monumento el 15 de febrero
de 1932.20
El 20 de mayo se celebran las festividades co-
rrespondientes a este santo patrono del pueblo
xochimilca.
Otro acontecimiento que marcó la vida de los
habitantes de esta región fue el nombramiento
de Xochimilco como “Noble Ciudad” por los
servicios prestados a la corona española, efec-
tuado por voluntad del rey de España el 4 de
marzo de 1559.
Casi cuatro siglos después, durante el perio-
do revolucionario, Xochimilco seguiría siendo
testigo de la historia de nuestro país, en ocasión
del encuentro entre Emiliano Zapata y Francis-
co Villa:
A los ocho de la mañana del día 4 de diciembre
de 1914 el general Francisco Villa baja de su carro
especial, estacionado en Tacuba, acompañado del
general Roque González Garza y de su escolta,
compuesta por ciento cincuenta hombres de ca-
ballería; toma camino a Xochimilco, rodeando la
ciudad de México hasta la garita de San Antonio
Abad, para seguir por la calzada de Tlalpan has-
20 Santos Acevedo López y de la Cruz, op. cit., p. 202.
ta el pequeño pueblo de San Lorenzo Huipulco y
posteriormente tomar la calzada de Tepepan a la
ciudad de Xochimilco.21
Durante el desarrollo posrevolucionario, Xo-
chimilco se mantuvo al margen de las trasfor-
maciones que se daban en el país, conservando
aquella tradición y esencia milenaria casi intac-
tas, dignas de ser preservadas y reconocidas
ante los pueblos del mundo. Habrían de pasar
varios decenios más para que, el 11 de diciem-
bre de 1987, alcanzara el reconocimiento de Pa-
trimonio de la Humanidad, que si bien enorgu-
llece, exige, también, responsabilidad respecto a
su cuidado y preservación.
Los criterios para declarar [Patrimonio de la
Humanidad] a Xochimilco fueron: ser la mani-
festación de un intercambio de influencias con-
siderable durante el periodo prehispánico y co-
lonial en las actividades agrícolas, destacando la
creación de sementeras para la siembra de flores
en la cuenca de México, el desarrollo de la arqui-
tectura colonial, expresada principalmente en el
arte monumental que constituye esta Parroquia
de San Bernardino de Siena, en donde hoy cele-
bramos este aniversario, construida en el siglo XVI
y el diseño paisajístico de chinampas y ahuejotes
(Criterio II).22
Los 17 barrios de Xochimilco
La división en barrios es una característica so-
cial del Xochimilco prehispánico que continúa
vigente hasta nuestros días, con las transfor-
maciones propias del paso del tiempo (México
colonial, independiente, reformista, etcétera).
21 Héctor Luna de la Vega, op. cit., p. 124.22 Ciro Caraballo Perichi (coord.), Xochimilco. Un proceso de ges-
tión participativa, México, UNESCO, 2006.
55CORREO del MAESTRO núm. 213 febrero 2014
Educación PATRIMONIAL
Los barrios, a pesar de todo, aún mantienen una
esencia propia y conforman un espacio singular
dentro de esta demarcación.
Los barrios de Xochimilco poseen una larga
tradición desde la conformación de los calpultin
hasta la consolidación de los 17 barrios que co-
nocemos ahora. El número y la variedad de estos
barrios explican la abundancia de fiestas patro-
nales, fiestas populares, peregrinaciones, cultos
religiosos y cultos a la naturaleza; se dice que Xo-
chimilco tiene festividades los 365 días del año.
La muestra más representativa de toda esta
diversidad se halla en el sentido religioso de
este pueblo, como el culto a la Virgen de los Do-
lores, el Niñopan, la fiesta de san Bernardino de
Siena, entre otros; y en su exuberante entorno,
que guarda las ancestrales chinampas, producto
del esfuerzo y dedicación del hombre por en-
contrar un equilibrio con la naturaleza.
Un ejemplo de esa diversidad son los nom-
bres de los barrios que todavía mantienen ras-
gos prehispánicos convenidos con los peninsu-
lares, y en los que contrastan las dos culturas
existentes en estos calpultin, si bien prevalece la
española sobre la indígena; aunque las personas
que poblamos esta zona recurrimos habitual-
mente al nombre prehispánico anteponiéndolo
al español como es el caso de Caltongo o Xal-
tocan.
Xochimilco y sus barrios gozan, pues, de
una gran historia heredada de nuestros ances-
tros. Es aquí donde se relacionan básicamente
los acontecimientos más importantes referen-
tes a esta delegación. Rescatar las raíces de este
pueblo y conservar lo que aún vive entre noso-
tros y que simboliza un encuentro entre pasa-
do, presente y futuro, significaría un gran logro
para todos.
Nombre en náhuatl Nombre en español
Colhuacatzinco La Asunción de María
Tlacoapan La Purísima Concepción de María
Tlateuhchi San Juan Bautista
Tlalnahuac San Pedro Apóstol
Tlaltepetlalpan San Marcos Evangelista
Nepantlatlaca El Rosario
Molotla San Antonio de Padua
Xaltocan Nuestra Señora de los Dolores
Acampa Nuestra Señora de Belem
Analco Santa Crucita
Xallan San Cristóbal
Caltongo San Francisco de Asís
Tecpanpan San Esteban
Chililico La Santísima Trinidad
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