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El CamaroncitoDormilón

Andrés Díaz Marreroilustraciones: Israel De Jesús

Editorial Sendero

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©Editorial Sendero,1983-2009

Camaroncito se encuentra durmiendo.Suena el reloj despertadorPero, Camaroncito sigue durmiendo.

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¡Levántate! Tienes que ir a la escuela.—Pero si yo fui el año pasado.—Camaroncito, ¡Camaroncito, levántate! ¡Vamos, arriba!, ¡épale, dormilón despierta!

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¡No sé por qué tengo que volver a la escuela!—Es el primer día de clases y debes llegartemprano.

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La escuela, ¡jum!Lo que me gusta es jugar y dormir.Me gustan más las vacaciones.

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¡Épale! Allá viene tía buruquena.Y viene hacia acá…

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—¡Hola Camaroncito!—¡Hola tía!—¿Como tú estás?—Yo estoy bien, tía. ¿Y usted?—¿Qué cómo está Manuel? Pues, de lo más bien.

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—¡No, tía! No es eso lo que le he preguntado…—¿Para el colmado? Sí, camaroncito, para allávoy.¡Qué inteligente eres, sobrino! Dime, ¿cómo lohas adivinado?—¡Tía cada día está usted más sorda!—¿Gorda? No, no. Lo que pasa es que elcascarón me queda un poquito ajustado...

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—¡Ay, tía usted todo lo entiende al revés!—Sí, Si…Nos veremos después.—¡Adiós, Camaroncito! Oye, ¿no deberías estaren la escuela?—Estoy haciéndole al maestro un mandado.

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—¡Ah!, que vas a buscar a los niños que aún nohan llegado. ¡Qué bueno eres! ¡Siempreayudando a los demás! Si sigues así prontollegarás a ser maestro…

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¡Aja!, Lo que yo quería! Un lugar tranquilito paradescansar. Mmmm… ¡Me ha dado sueño!

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Y se queda dormido…

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—¡Vamos niños!, ¡Ligerito! ¡Todos a sus casas!Hay crecida del río. ¡Todos a guarecerse! ¡Haycrecida del río! ¡A sus casas! ¡Todos a suscasas!¡Hay peligro! ¡A guarecerse todos!

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Camaroncito dormía profundamente.

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El río crecía y el viento soplaba…

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—¡Auxilio! ¡Socorro! ¡Ay!, ¡Ay! ¡Estoy en el aguasalada! Esta debe ser la salida del río al mar.

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¡Un hambriento martinete lo había visto!

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—¡Te agarré camarón!,por ser vago y dormilón.Y aunque tú me causes penaservirás para mi cena.—Déjeme don Martineteque soy flaco y sin filete,puro casco y carne poca.¡Se lastimará la boca!—¡Eso lo veremos!

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—¡Suélteme por favor!—¡Eso jamás! ¿Cómo pretendes que pase hambreteniendo tan sabrosa comida? ¡Y con lo que a míme gustan los camarones!

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—¡Señor Martinete usted es un zoquete!—¡Cómo te atreves!—¡Qué cara tan fea tienes pajaraco colorado!¡Tonto, morón y alocado!

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¡Ya verá usted, señor don Juey,ya verá como lo agarro!¡Le voy a picar el casco!¡Quédese quieto, don Juey,que en un minuto lo agarro!

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Don Martinete, enfadado, suelta a Camaroncito ycorre tras el juey.

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Don Juey se esconde en una cueva.La cueva tiene otra salida. Don Juey sale porella sin que don Martinete se dé cuenta.

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—¡Ya saldrá usted, señor Juey! ¡Ya saldráusted! Le advierto, señor Juey, que no tengoprisa;que puedo esperar aquí toda la mañana, la tardey la noche… Es más, puedo esperarlo por variosdías. Si señor, ¡Ya tendrá usted que salir!

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—¡Qué susto!¡De la que me salvé!

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Al otro día…Doña Guabina, la maestra, se reune con elprincipal y los estudiantes. Camaroncito estáacompañado por su madre.—No volveré a mentir. Prometo que iré a laescuela y que seré un buen estudiante. —dijocamaroncito.

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—¡Bravo! ¡Bravo! ¡Qué bien. ¡Qué bien!Cantemos una canción para celebrarlo.

(Todos cantando)

—El señor Martinete quiso comer camarón,pero el Juey muy hábilmenteuna trampa le tendió.Y aquel pobre martinete sin camarón se quedó,esperando y esperandopor un juey que no volvió