Enhemeroteca-paginas.mundodeportivo.com/./EMD01/HEM/1963/... · 2004. 9. 4. · Cloe la sirenita,...

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C!MA PAQINA ,L MVNDO DEPORTYVO Lunes, 1 ie abrD ‘

snlmjca y sus trucos, como asíque me caigo!», que fue, en ciertomoflo, una refundición mejorada de«El hombre mosca». En las primerasSe ha servido ahora de la sincronización de efectos sonoros y de md-Sica a tono con lo que se escuchabaen el cine en la época en que fue-rop realizadas, elementos con losque juega, asimismo, en la últimaparte del montaje, con diálogos brevta doblados al castellano. Más que

Producida por Walt Disney yrealizada por su equipoDistylbuida por Rey Soria Films

,

«Pinocho», de Walt Disney, secuela como de rondón en estacrónica de estrenos, por la queya hubo de pasar hace ahoraunos veinte años —fue produqia en 1940—; pero con gusto laacogemos en ella, puesto quetambién así hemos vuelto a veresta obra grande disneyana, queahora vuelve a estar llamada ahacer las delicigs de la gente me-nuda, a popularizar otra vez susalegres nómeros musicales y djvertir a los adultos que se dedicmi a pí-estare atención.‘ . «Finocho» no ha pasa& ni

como obra artisticg ni comocuento imaginativo al que el cineotorgó espectacularidad. n todocaso fue Disney quien, al cabodel tieApo, se çetuvo y ya nosiguió mucho más adelante enlos dibujos animados. Al igualque «Blanca Nieves y los sieteenanttos)), «Pinocho» llegó cuan-do el creador de la «SinfoníasToutas ya habla dejado en los«cortos» su exuberante ingenio ycomo una necesidad de desarrolío que no logró borrar ni la gracia ni el mérito de sus obi-aó breves. Pero fue cou su versión ci-nematográfica de cuentos clásicosy otras invenciones y nuevas fantasías que Disney —ademas e

Pirector:Dsniel Mann

Iptérpretes:Rosalind RussellMximilian SchellJack HaweipRfchard Beymer

Producción:Columbia

Dislribuida por:tnterpeninsular Films

5 5 5

Da puro simbólico, el titulo ¿EVjerciclo para cinco dedos» as cpricheso, aunque ctáa como anzuelo pro-metedor de una obra de intenclÓne Ingenjo que, cci rtalidad, sólo esuna comedia doméstica con probleVilas originados por la idiosincrasia--muy 4lstnta— de una esposa queáe taqto querer cultivar su espírituresulta c.tUei y de un marido quena<çió paletq pero ha podido costearctór.tqs lujos y comodidades a la fa-Plilia. cops . tE&dta, además, por unii_Q de tp»mb que no consigueancQptgar a ól mismo —y muchooíeío p la atmósfera que se re»..pira erí VtE hogar d verano, en elqu» Mtdn todo» .de paso»— y unadolesc.nte ce poco peso que se vi-no del interoado lrayénóose a unpreceptor vités, n»cio en Alema-tija y que ezisefia francés, pero envoz muy baja porqile tiene coníple

Director;Vicepte idinnelli

Intérpretes:Kirk DouglasEdward G, RobinsonCyd Cliarisse

Producción:M-G-M

Distribuida por Metro GoldwynMayer

se,Minelli ha llevado a la panta

Ila el mundo del cine, como yalo hiciera en «Cautivos del Mql»—de algunos e cuyos planos sesirve para ambientar unas horasde adecuación con un estilo enuna sala de doblaje— haciendouna interpretación muy personaldel medio ambiente, de los tiposque pululan en él y del climamoral del mismo, casi siempredeterminado por el histerismo, lavanidad, el egocentrismo y —enel fonc’o— la inseguridad dequienes se asientan sobre pedes

retener el interés de los «niñosgrandes» que Ya se afeitaban elbigote o peinaban canas— logróhacerse entender mejor que osauténticos niños.

Ante la dimessión que damosa los recuerdos del pagado, a ve-ces sufrimqs un desencanto alvolver a ver, al cabo de lo años,un espectáculo que nos cautivó.Aunque el cine técnicamente haevolucionado bastante en losveintitrés años transcurridos cus-de que Disney produjo «Pino-cho», esta sensación de desencan1:0 no la hemos experimentado alvolver a ver este cuento, ni he-mos echado de menos el seopio,el sonido estereofónico ni lascalidades del Technicolor, encuya utilización y administraciónWalt Disney ya se caracterizócomo un adelantado. Ningunaimpresión negativa nos ha pro-ducido, ni siquiera por prejuiciosde tiempo, y si, en cambio, lasiruy positivas de volver a encontrar a los compañeros de «Pinocho»: Pepito el Gril1o Gepetto,Cloe la sirenita, Fígaro el gato, elRada Azul y Colilla, con el gigante Strómboli, el Ogro, el Honrado Juan y su atláte.re, los fantoches que hacen el «coco» paraque si hay por ahí algún pequeño que no se porte bien —cosaque pongo en duda —vea comole pueden escarmentar.

jo de huérfano y triste» recuerdosde la infancia, para los cuales seatreve a buscar urgentes remediosde cariño.

Daniel Mann ha conservado casirítegramente la arquitectura de estaobra teatral que repite el tema dela neurastenia colectiva en formasmd» o menos demostrativas, cual mo-tigo de ironía y diversión, sip ex-cluir la pretensión de una moraleja que es iná» bien up cortar por19 sano cudo los caprichos, lasrebeldías y las afectuosidades po-dna nderivac en males mayores.Comedia, pues, de fáciles ge9ur»osargumentales, equidistantes de lahumorada y qel folletín, DanielMann le ha dado el tono más di»-creto, decansánclola en la personalidad de su principal intérprete, Ro-.salicsd Russell, y lo más válido quehay en elia es la forma con que laactriz matiza un personaje qq en-ira de lleno en su especialidad, se-cun4ada por unos buenos comedian-tes que defienden casi heroicamenteunos papeles de naturaleza desaira.da, aunque tal vez en ese desairedei marido, el preceptor y el hijo,encuentren algunos tantos motivosde regocijo como a lo que puedendar lugar los delIrante.5 reuinamien.tos de la cursi señora de la casa.

L. C.

tales lqecos, de ppel. Interpgetacicin personal —hemos escrito—pero, como suya —que ha vividocon intensidad y en ppsÍció privilegiada el ambiente...... válida yplenamente admísible como efereacia, aunque se adivine que enla reproducción se le ha ido —apropósjto-. la roano, no para caeren falsedades funcanientales sinoacentuando los rasgos de unamáscara tras la cual se ocultanel egoísmo y el afán de supervivencia con un orgullo que no esmás que pobreza de espíritu. Esel ambiente de los ídolos rotos,de los monstruos sagrados y delas nueva.» estatuas de yeso, quee sus mejores morento aicnzaron Cotización en los mercadósinternacionales del. cine; pero Mi-nelli ha penetrado en sus vencuetos, sin detenerse —como losfotógrafos ce las revistas ilustradas— en la antesala de sus

Director:Robert Aldriqh

Intérpretes:Stewart QmnngerPien AngeliStanley BakerA.nouk Aimóe

Producción:Titanus

Distribuida por Filniax

.1’’Una vez más, el cine italiano

ha puesto en movimiento su diépunitivo espectapular para la realización de una peilcula bíbliça,género que nació en aquellos es-tudios y encontró en ellos fon-mullamos y ángulos ce interógeneralizaos más tarde don1e-quiera que se hayan producidofIlms históricos o colosalistas. Sinembargo, art este. caso no ha Sidoun director italiano quien ha eiiipuñado la batuta sino el amencano Robert Aldrich; pro losconceptos de los productores de realizador no se muestran tandistantes como para que, unidos,no puecan alcanzar la meta prGpuesta, puesto ‘ que unos y otrohan ido al encuentro d.l grénpb1ico mediante la realizaciónla realización de un espectáruletotalmente volcado haéip. afuera,en el cual lo. histórico es caña-mazo, apuntamiento, referencia, ylo atrayente reside en la penipecia, en la accióp que busca rnovación de motivos espectaculares e ipspresionisjas.

La referencia de las licencio-sas ciudades de Sodoma y Gomo

L. C. rna parecía de muy especial opon-

llywood, lo ha ido a buscar aRoma, aludiendo con una inorda.. cidad que no excluye la elegancia al baratillo de las glorias endesuso en el cine americano que,agarrándose a una tabla de sal-vación, se hacen tributarias ieproductor europeo con ideas pro-pias, para el cual cuenta menosun estilo que un pian económico.

«Dos semanas en otra ciudad,es la película del temor y de linseguridad en el mundo del cine.Para conducirnos hasta él. Vm-cente Mínelli se ha servido deuna historia novelesca que escomo el anuncio de la resurreecióñ de un prestigio muerto, unhombre anulado partienCo de unfracaso sentimental, de una de-rrota moral antes que profesional. El tema se repite en la fantasía como en la realidad delcine, con ja sola diferencia deque Minnelli —auxiliado por elguión— lo corta en el justo momento en que se abre paso a laesperanza y los tonos turbios oviolentos se disuelven en rosa.

Como siempre ea Minnelli, valemás el modo de contar que locontado; lo que sugiere que loexpuesto. Es decir, Minnelli me-jora el libreto al ponerlo en pan-talla, y aunque generalmente esló historia lo que parece atraer,en torios los casos sus asuntostienen el superior atractivo decómo os los presenta, cu cómonos edvuelve én ellos la brillan-lez de la realización, su estilodIlecto, claro y eIegante sin Sa-<idas de tono cuando el argumeato le obliga a forzar la notaemocional. Porque en Minnellisiempre se ve cine, también ve-molí a la americana —que es losuyo— cuando lleva las cámarasa la Roma nocturna, en una pa-sajera concesión al clisé universal de la vida alegre romana.

Kirk Douglas y Edward O. Ro-binson son los intérpretes básicos de esta película cuyos personajes tienen que descioblarse pro-fesionalmente interpretando ex-pniencias que ellos —en plenotriunfo— no han tenido ocasiónde conocer personalmente, lo queno les impkle infpndir auténticolatido a sus respectivos tipos.Dahlia Lavi es la figura prometedora del reparto, secundada porGeorge Hamilton, Cyd Charissey Rossna Schiaffino.

El ecope y la fotografía en co-ion constittlyen un brillante en-voltario eapecta iii

1410115 GOT

turiismo en un motnentn en queparte del cine que se pí u.i ctaha dejaço de ser de limítausonesy• de esplicaciones qufemisticas;hasta cabe en lo posible que seesperase ile ella un etour de fon-ce» de atrevimientos y escabro-sidades. Peno el qtractivo populardel film se ha buscado por- otrolado, despuéó de pasar ---comoera poco menos que inexcusable—. poi’ la exhibicióp de lasbellas esclavas reunidas a su torno por la reina de Sodoma y Go-mprra, ¡sraseptadas en ligerosatuepdos que realzap sus graejasanatómicas y . recuerdan lás con-ceícPpes cje los moiistas de lostears de gánero aere. Es unintera que radica crí las ver-tjents argumentales, çon la am-biçjóp, la doblez, el guito a lamrte y a la disipación, £ntea la honestidad del pueblo lía.maslo del Señpr y que al contamipars n las peçaG’oras Sodomay Gomorra atrae la cólera deJehov. Un interés, añadimos,yoloado en el formalismo, en laesp.ectagulanidaø de batallas, la-cIia a muerte, y n la inqndación de las que habían de segpara las hebreos, tierras ile asen-tam . iguto y en la destrucción déoç1oma y Gomorra en sucesiónd- efectos técnicos ya explotados.

jlna scenogafía a la alturahabitual çnl colosalismo italianoy un reparto de notables, muyextenso, han sido jugados porRobert Alclnich en. panjalia pa-no.rámica y technicolor. StewartGranger está siempre en «héroe»

bíblico, en su papel de Lot, con-ductor de los hejreos; como unpersonaje de leyenda al que ve-mos como un dibujo, por la su-perficie. Los demás personajessirven a las conveniencias nove-leseas y también como en unanovelación de la historia. PierAngeli (la mujer de Lot). AnoukAimée (la reina), Rossana Podes-tá y Claudia Moni (las hiiaá ceLot), con Stanley Baker muyentonado en su papel de principa traidor, llenan las partes principales del largo reparto.

L. C.

EN COMEDiA

“El crmen se paga”Director:

Gerard OunlIntérpretes:

Edwige FeuillereGabrielle FerzettiMichéle MorganAnnie GiraidotDanielle DarríeuxRichard Todó

Producción:Transwirld-CosmOs

Distri buida por:Radio Films

5 55

Gçirard Ouri —que es también co-autor del guión— ha engarzado enun tltio genérico cuatro historie-tas con las que trata de demostrarque Sl crimen no e5 rentable, nocompensa, y que quien a hierro rna-la a bierro muere. Son como cuatronoyelas cortas desarroll»das en di»-tintas épocas; la primera en la Ve-necia del siglo XV; la segunda ene dltimo cuarto fiel siglo pasado;la tercera Inmediatamente antes dela guerra europea y la última ennuestros dias. Estas tres últimastienen a Paris por escenario y entodas ellas se raspira una atmósferatipicamnte francesa al través delos conflictos planteados.

En çLa máscara», el episodio ve-neciano, Ouri ha montado en su-ténticos esçénariOs —si bien resumiénçiolo— una de aquellas historiasde amorios secretos que el cine ita-liano trajo con insistencia a la pan.talla antes de que abrieran brechaen su,» fila» los realizadores necrrealistas. Ourl po lla puesto en él máque oficio y como el episodio no esnuy extenso y está servido por unosIntérpretes como Etlwige Feuillere,Gabrielle Fer»ettl y Rossana Schiaffino, se sigue con una atención engran parte determinada por la am-bien(açión.

«El caso Hugues» es como una cróflica de escándalo de la época y parapuntualizar mSs este carácter el realizador se ha servido en la narrativacje ijustraiones que desplazan laaqtuación de los intérpretes. La intervención de éstos, al igual que el

asunto, nos recuerda la densidad dela novelística y del cine francés queabordaro ncuestiones de bonos Enuci episodio con pátima y Miché,eMorgan aparecen bien encajadaen él.

«El caso Fenayrou» es el rns ti-pico en la cinematografla del pais;pero el eménage» no es a tres. sinoa cuatro y lo dirige la mente compljcada de una mujer retorcida, queAnnie Girardot lnterpreta con el ar.te que sabe poner —artlstieamen.te— en las malas artes, secundadapor Plerr Brasseur, Christian litar-quand y Paul Guers., Pero el mejor episodio es aquelen que se pone en juego una ironíacasi británica —y con un inglés en.tre los personajes—: «El hombre deja avenida», qqe e» la referencia deun crimen frustrado, cuyo autor pa-ga grstuitamene porque el truco lesale mal. Ouri nos ofrece con éllos mejores momentos de esta peli.cula en «sketch, cuyo valor radi.va e.xclueivamepte en los libreto5 yçn la correcta interpretación.

L. C.

TI VOL!

‘4a casta uana”Dirección:

Lqjs César AmadoriIntérpretes:

Maruja DiazGarlas lstra4ixRafael AlonsoNoeI RoqueventArmand Mestral

Luis César Amadoni ha probado. cumplidamente saber doxi.1eles aprieta el zapato a esos piíblicos llamados mayoritarios, . yha hecho un cine que ha encíntrado en taquilla su más satisfactozig aprobación, siçndo éste, sindtga el aplauso que mejor suenaecl los oídos del productor y,reerpos, también en los del rea

Ilzador que ve así cumplidos losobjetivos propuestos. No le fa-flan éstos, generalmente, a CésarAmadori ni tamp.oro le fallara

por lo menos así hay que suponerlo, en el caso de ella casta iusana» que se dice basada en lafamosa opereta del mismo título,y de la que reconocemos algunosconocidísímos fragmentos musicales muy agradables, que ea-cuentran en nosotros nostálgicasnesonanciaé.

J. M. Arozamena, que ha deja-do en la prqdaccióq española unlegado que seçá necesario olvida- y superar, sj se pretendenmejprar enfpques, aun tratándose de cine exclusivamente co.mercial, lo cual no está reñidococí pn çmne igno. ha gozado delibertad absoluta para escribir«su» argumento y el guión co-creaponidiente, y no podemos de-cm que el uso que ce la mismaha hecho pueda considerarse satisfactorio, en el sentido de faltade originalidad e inspiración yen la pobreza de ingenio de losdiálogos, dpnde encontramos ocurrencias que quizás puedan sercelebradas por unos públicos pocoexigentes, pero que en nosotroscausarán un efecto totalmentecontrario.

La película, justo es conveniren ello, tiene cierta espectaculanidac’, está presentada con lujo,y abunda en peripecias más omenos, picantes y divertidas, ensituaciones equívocas de puro yo.devil, y el desarrollo es bastantemovido, por lo menos por lo querefiere al juego de los personajesinterpretados con discreción Ma-ruja Días está simpática en el pa-pel de Susana, dándole la réplicaCarlos Estrada, bastante sobrio yexpresivo. En suma, se trata ceun espectáculo para mayoríasque, probablemente, tendrá eléxito que se buscaba.

J_ SAGRIjJ

ALEXANPRA y ATLANTA

“Mujeres nieal arn”

Directos’:. Jean NegulescoIntrprete:

Hope La.ngeStepbep Boy4Suzy DarkerLouis JourdanJoan Crawford

Producción:2Oth. Cezitury-Fox

Distribuida por:As Films

e es

Jean Negulesco ha traido a Ispantalla uno de los temas n,,vess.co sentimentales en que 11 asCua» lesu preferençias su Variad ocasIo!íesy elaraspente cIfintdo en el titáIsde sta pltçulá. Estas cnijeres quese hallan o se sitúan frente al amorconstituyen un muestrario humanobastante amplio y, diverso, mecoscomplejo, en çarnbio, en cuanto asq rsgp psjcqlógicc porqpe çnellos m4 qéd estudio hay diseño,con trazádos precisos, como era nscesario para que el problema decada una ti eles protagonistas trss.Vendiera de inmediato al corazón delas qtraa mujeres, especta lora-, Ps-re éstas ha hecho la o-. .•.,,.i ‘canNegulesco, sin regatear en ella .‘s;1]

U II ii liii

11:CjflCCfl eIi;0]¿Quón era Walter?¿Un afectivo incomprendid •. o?¿un cínico

o un vulgar vividor?Vea este fiim y Ud. comprenderá porque esta

audaz obra ha permanecido, sn inferrupción, más de 5 años en un teatro deBrocidway.

A R CAD 1 A

e Cinema Cataiun

En un colosal Programa Doblesin precedentes

MARYLAND

PETIT PELAYO

DeDOS

MAXIMIUAN . SCHELLOSCAR1b2

ROSALIND RLJSSELLJACK HAWKINS

...; RICHBD BMEfl_:;_- DIRECTOR

QANiELMANN

.

¡jUN IMPACTO SENSACIONAL!!

Continuación de estreno des-pués de ocho semanas triuntales, del film más admiradoy discutido de la presente

temporada

fl .Los esirenos del Domingo de Resurrecciou

(P40 APTO)

La subyugadora C. C. luce suportentosa belleza y su granarte en un film lleno de acción

y colorido

AUTORIZADAS SOLO PARA MAYORES

Festivos, matinal a las 10

EN ALCAZAR, BORRAS

“El Muno Cómico de Harold Lloyd”zá fuera del cine zio se le mostrótan adversa como a otros— y élmismo ha desempolvado su. antigupelículas de do parts y algunasotras que actualmente consideraría-mos de mediano metraje, para componer con planos y Secuencias de va-rias de ella5 una especie de antología de su estilo festivo. Con ello seha quitado la espina de ese posibleolvido, puesto que este montaje deviejas situaciones ha sido general-mente bien recibido y admirado enel Festival de Canne5 como en lassalas de proyecciÓn abirtas al pblico mundo adelaAte. Y ha hechomés: evidepciar cómo los realiza-dores e intérpretes cómicos de estahora beben la inspiración en lostrucos de los eviejos» y aunque noe5 frecuente que se atrevan a en-trar en los dominios del genial Cha-plin, con la ayuda de los bilvanadores de «gage» entran a saco en lo.que fue del dominio de Keaton o deLloyd. Pero ningún maestro puedesentirse dolido de txi eralumnosaventajados.

un celuloide rancio, «El mundo có- reuniones mundanas. Y para sermico de Harold Lloyd» es un clásico más exacto —dentro de la posiblede la comicidad americana, refundi- eactitud en medida humana— esedo para alegrar las pajarits.s agrandes y chicos y, al propio tiem- mundo, que antaño estuvo casipo, tal vez para demostrar también exclusivamente radicado en Ho-cómo el ;ine pudo encontrarse a.sí mismo con el poder del ingenio KURSAALy de la mímica puestos al servicio __________

de la má3 pura ingenuidad.

Productor e intérprete:Harold Lloyd

Distribuida por:Columbia Films

e • *

Harold Lloyd —«El» o «Gafitas»,gún los apodos que estaba de mo-da ponerles a los mimos ele la pan-talla— fue un actor cómico a caralimpia que conoció el éxito en losmomento5 de plenitud del cine mu-do y en los primeros años del par-lante. Contemporáneo de BuaterKeaton y de Larcy Semon —ePamlinas» y «Tomasín», respectivamente—, di.stinguióse por una comicidadsi no mejor que la de Heaton siinés optimista, y a todas luces su-erjqr a la de Semon; una comicidad que tuvo la finura «cíe presencia» del «señorío», porque, . en sutiempo, Harold fue ufi poco el pisa-‘verde del cine cómico americano,

. que era una versión rotundamenteQpuesta a ‘la del paria. creado por

. Chaplin, aunque en el fondo a Char-lot como a los personajes de «Ga.fitas» les movía la mi.snia ingenuidad e igual deseo de contribuir ahace felice5 a los demás.

Harold Lloyd no es el único actor cómico de aquellos tiempos quese ha eclipsado y al cual se ha te-nido en un olvido casi completo,del que tan sólo se ha salvado Char-les Chplln. Pero Lloyd no se ha iesignado con su Suerte —que qui

Lucas COT

. EN F3M1NA

“PINOCHO”

“Sodiua y Çaiuxra”

En «El mundo cómico de HaroldLloyd» hay un poco de todo cuantoestuvo en su estflo y ormó prtede su momento estelar: planos cd-pidos a manera de introducción asu modo de hacer; secúeicias depelículas mudas y Otros de cintassonoras en la5 cuales el diálogo nópasó de ser complementario de su

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Y

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de un fi1m5 .efl su género, l más espectcu1ar,e más colorista, el más atrevidoCARROLL BAXE

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“1.;OS semanas en otra ciudad”

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Pos Imperios en lucha por una mu . jer..,.la más hermosa de su tiempo

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