Post on 13-Apr-2017
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Julián Guzmán – 201012985
Teoría – Unidad Forma
Ensayo Final
2014-‐10
El Origen de la Forma
El diseño arquitectónico es algo que, por raro que parezca, no es igual para
todos los arquitectos. En un grupo de arquitectos recién graduados de la misma
escuela, es posible encontrar que aunque todos hayan tenido la misma formación
durante unos cuantos años, todos proyectan de manera diferente. Puede que sea la
experiencia autobiográfica, referentes observados por cada uno o simplemente un
detalle personal durante la planeación, pero se generan diferentes opiniones
arquitectónicas respecto a un mismo tema. Es por eso que a lo largo de este ensayo
se explicará por qué, aunque hayan maneras comunes de proyectar, cada
individuo genera una visión diferente que la de su colega, sin importar su crianza,
contexto o educación. Es entonces donde se argumentará que el origen de la forma
está en cada uno de nosotros, en lo que cada individuo es por sí mismo y en lo que
ese individuo se ha convertido (experiencias, vivencias y opiniones que nos aíslan
del común generador proyectual). Jhon Hendrix, autor del libro Architectural
Forms and Philosophical Structures, sostiene que la mejor forma de proyectar es
usando lo que nos hace “romper límites” (Hendrix, Architectural Forms and
Philosophical Structures, 2003), lo que para cada individuo será distinto. Junto con
los demás autores trabajados durante el semestre, se identificará y se mostrará
por qué el origen de la forma está en lo que cada uno de nosotros crea conveniente
en un momento y situación en específico.
Jhon Shannon Hendrix es un profesor de Historia de la Arquitectura en la
Universidad de Lincoln, Reino Unido (Hendrix, Art and Architecture Theory, 2006).
Hendrix ha escrito gran cantidad de libros sobre la teoría de la arquitectura, entre
ellos, Architectural Forms and Philosophical Structures. En este libro, a partir del
análisis detallado de la forma en arquitectura como resultado de estructuras
filosóficas y epistemológicas, Jhon Hendrix describe la relación que existe entre
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diferentes expresiones artísticas con el pensamiento social y cultural de diferentes
épocas a lo largo de la historia.
Durante el capítulo 12 del libro “Georges Bataille and Frederick Kiesler”, el
autor define las teorías filosóficas que desarrollarán una nueva idea de forma en
arquitectura, forma que se deberá representar en la relación del cuerpo con el
entorno espacial y temporal (Hendrix, Architectural Forms and Philosophical
Structures, 2003). Las opiniones de Bataille y Kiesler, analizadas desde el agudo
punto de vista de Hendrix, servirán como un argumento fuerte para involucrar
totalmente al individuo durante el proceso proyectual arquitectónico.
Hendrix manifiesta la idea de éxtasis, lo que será el motor de el capítulo
completo: el éxtasis es cualquier cosa que nos lleva más allá de lo cotidiano y de lo
ordinario, es cualquier manifiesto de nuestro interior hacia el exterior que nos
lleva a sobrepasar los límites de lo normal y lo lógico. Se convierte entonces en ese
grupo de situaciones y opiniones que están clasificadas en lo “ridículo” y en lo “no
real”, las cuales nos sacan de nuestros límites y nos llevan a una zona de confort
interna (que puede que saque a los demás de su propia zona de confort y los
incomode). Tanto para Bataille como para Kiesler, para alcanzar el éxtasis se debe
trascender el límite entre lo real y lo no-‐real, buscar más allá de lo que existe en lo
no racional y quebrantar los marcos de lo tradicional.
Es entonces donde Hendrix será en autor por excelencia con el argumento
principal: cada uno de nosotros considera situaciones que nos “trascienden el
límite de lo real”, que nos generan incandescencia y que nos hacen vivir como una
llama (Hendrix, Architectural Forms and Philosophical Structures, 2003), pero que
serán diferentes entre una y otra persona. Para los autores que analiza Hendrix en
este capítulo, el origen de la forma parte de ese sentimiento que nace de hacer algo
que nos guste apasionadamente, que nos haga sentir como una llama y que nos
haga trascender los límites de lo cotidiano. Ese sentimiento será el motor
modelador y proyectual de los espacios que creemos, y por ende, serán espacios
verdaderos y extasiados. Sin embargo, ¿todos tenemos la misma forma de alcanzar
el éxtasis? No, cada uno es excitado y estimulado por cosas diferentes. Esto se debe
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a que cada individuo es un conjunto de situaciones, experiencias, enseñanzas que
lo moldean y que lo convierten en lo que es hoy.
Siguiendo este hilo conductor, si cada ser humano debe diseñar sintiendo lo
que le gusta y lo exalta positivamente; y, por el otro lado, cada ser humano tiene
diferentes elementos estimuladores, cada uno de las creaciones humanas (en este
caso arquitectónicas) serán totalmente diferentes en su resultado final. Entonces,
cada proyecto arquitectónico tendrá elementos únicos de su proyectista que, si se
analiza la obra detalladamente, se podrá encontrar lo que según Bataille y Kiesler
será el orgasmo del diseñador.
Sin embargo, es necesario revisar opiniones diferentes para sostener la idea
de un origen formal interior. Otro del los autores estudiados durante el curso fue
Jacques Lucan, profesor en la Escuela Politécnica Federal de Lausanne, cuyo
trabajo en la teoría de la arquitectura ha sido consignado en varias publicaciones
(Lucan, École Polytechnique Fédérale de Lausanne, 2014). Composition, Non-‐
Composition es una de ellas, en la cual a lo largo de diversos capítulos manifiesta lo
que para diferentes autores es la manera correcta de proyectar. Lucan no se
amarra a un solo método proyectista, sino que a lo largo de todo el libro se
plantean incluso posiciones contradictorias sobre cómo el arquitecto debe diseñar,
qué cosas debe tener en cuenta para empezar su proceso creativo y qué es lo
correcto y lo incorrecto para cada autor.
Compositional Hierarchy and Inteliligibitlity es el quinto capítulo de la obra
de Lucan, en la cual habla sobre las posiciones de arquitectos franceses
pertenecientes a la Escuela de Bellas Artes con respecto al proceso de componer
un conjunto arquitectónico. Las visiones de Garnier, Labrouste, Durand y Reynaud
son exploradas a lo largo del capítulo y son compartidas y comparadas para el
mejor análisis del lector. Se plantea la idea del conjunto como entidad
arquitectónica, considerando la intuición y la idea como catalizadores del proceso
creativo que son a priori, es decir, vienen antes de cualquier razonamiento
cognitivo.
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A lo largo del capítulo 5 se entiende que el arquitecto debe ser capaz de
combinar las partes y someterlas a una visión de conjunto, y su criterio de unión es
dado por una idea generadora que surge de lo profundo de su interior. Es
entonces, otra visión que argumenta planteada en el principio de este documento:
el arquitecto, como ordenador y articulador de entes que buscan un conjunto, pone
de sí mismo para aglomerar entidades según se lo va ordenando su propia
intuición. Según el capítulo, la intuición es nutrida y beneficiada por un
conocimiento y experiencia previa granada por lidiar anteriormente con
programas similares. Para Durand, uno de los autores citados en este capítulo 5, la
intuición es algo con lo que nacemos, un hábito de enfocar nuestros pensamientos
hacia una meta específica, y genera una “idea” que se hace previamente al proceso
de pensamiento.
Esto quiere decir que, antes de someter a la mente a cualquier tipo de
razonamiento programático que responda una serie de variables del lugar y del
programa, es necesario entender que primero la intuición del arquitecto es la que
manipula todo este juego de variables y lo convierte en un conjunto que, además
de ser útil, tiene factores que Hendrix llamaría “heterogéneos”.
Otro de los capítulos de Composition, Non-‐Composition que apoya la idea
principal de Hendrix es el capítulo 17: Composition and Picturesque. Jacques Lucan
hace una reflexión sobre la composición y lo pintoresco, y se enfatiza en lo que
dejará lo pintoresco como legado y su gran contribución Inglesa a la estética
europea (Lucan, Composition, Non-Composition , 2012). Se plantea la indea de la
práctica de lo pintoresco como centro de atención, entendiendo lo sensorial y lo
abstracto como eje compositivo del proceso proyectual.
Considerando que los edificios no están sujetos a un orden dominante, tal
como lo menciona el capítulo, sino que están sujetos a la actitud sensorial de quien
es capaz de proyectar lo pintoresco. Concebir un jardín (Lucan, Composition, Non-
Composition , 2012) es un proceso que pide a gritos una ruptura de límites, de lo
convencional, ya que lo que se quiere hacer es tratar de evocar al individuo una
experiencia única que “lo hará vivir como una llama”. Es lo mismo con la
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arquitectura: la parte sensorial de cada arquitecto es la encargada de hacer sentir
lo imposible en lo posible, poniendo detalles personales en cada una de sus obras.
Aunque los capítulos mostrados anteriormente de Composition, Non-‐
Composition defienden la idea del diseño único y subjetivo, no son las únicas
opiniones consignadas a lo largo del libro. Por ejemplo, el capítulo Composition and
Juxtaposition muestra opiniones de Viollet Le Duc que no están de acuerdo con
proyectar de forma tan sensorial. Para Viollet Le Duc (Lucan, Composition, Non-
Composition , 2012), la disposición simétrica y la lógica son piezas clave para la
composición. La simetría, axialidad y orden son el punto base del proceso de
diseño (claro está que la simetría puede dar comienzo a la yuxtaposición); a
diferencia de lo que se hablaba de Hendrix al principio, que la base del diseño es el
sentimiento no-‐real humano.
El capítulo dedicado a Viollet Le Duc plantea un proceso proyectual en
donde se desarrollan las ideas de composición y yuxtaposición. Componer es
entender la totalidad del proyecto, respondiendo a un programa general y total.
Yuxtaponer es arreglar cada uno de los elementos del programa teniendo en
cuenta la razón, generando un nuevo orden donde cada elemento es independiente
y físicamente se le da la importancia que se le fue asignado.
La razón, el orden y la simetría son elementos que están dentro de lo para
Hendrix es lo “lógico y lo homogéneo” (Hendrix, Architectural Forms and
Philosophical Structures, 2003). Este tipo de elementos son los que no nos dejan
traspasar los límites de lo racional y nos mantienen el lo cotidiano y lo “real”,
siendo real cualquier cosa que no nos genere el más mínimo cambio de actitud.
Viollet Le Duc es un enemigo de lo que Bataille y Kiesler argumentan, ya que él
considera el origen de la forma está en estudiar lo externo, analizarlo
racionalmente y entregarlo para servir. Servir de la misma manera que se ha hecho
siempre, que puede que “responda” a lo que se pide, pero no “mejora” lo que se
tiene.
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Queda por decir que Jhon Hendrix, junto con autores citados en
Composition, Non-‐Composition, entienden que cada proyecto arquitectónico no se
componen en responder lo que ya está, sino que también admiten que el mismo
proyectista está involucrado durante el proceso. Es necesario entender que la
manera en que el proyectista se involucra personalmente con el proyecto es lo que
diferencia un proyecto “homogéneo”, como lo llamaría Hendrix, con uno el cual nos
“haga sentir vivos como una llama” (Hendrix, Architectural Forms and Philosophical
Structures, 2003). Es casi imposible que un arquitecto no se involucre
personalmente en su proyecto, entonces, es mejor que ya que lo va a hacer, lo haga
de tal forma que le demuestre al resto del mundo lo que a él le genera éxtasis y
orgasmos.
Bibliografía
Hendrix, J. (2003). Architectural Forms and Philosophical Structures. New York, New York: Peter Lang Publishing. Hendrix, J. (1 de Enero de 2006). Art and Architecture Theory. Recuperado el 23 de Mayo de 2014, de Art and Architecture Theory: http://johnhendrix-‐artarchitecturetheory.com/ Lucan, J. (3 de Enero de 2014). École Polytechnique Fédérale de Lausanne. Recuperado el 23 de Mayo de 2014, de École Polytechnique Fédérale de Lausanne: http://people.epfl.ch/cgi-‐bin/people/?id=105709&op=bio&lang=en&cvlang=en Lucan, J. (2012). Composition, Non-‐Composition . París: Routledge.