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Jug UNIVERSIDAD DE JAÉN
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Trabajo Fin de Grado
EL IMPACTO DE LA PERCEPCIÓN DE EXCLUSIÓN
SOCIAL EN LA SALUD MENTAL
Alumno: Elena María Chacón Gámiz
Tutor: Prof. D. Esther López Zafra
Dpto: Psicología
Julio, 2016
Mes, Año
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Exclusión social y salud mental
2
RESUMEN
La actual situación de nuestro país, principalmente a nivel económico, es la causante de
que multitud de personas vivan en situaciones de precariedad, lo cual hace que estén o
se sientan excluidas socialmente y los problemas que puede causar.
Este estudio se basa en buscar como la percepción de exclusión social puede conllevar
al desarrollo de trastornos de salud mental, haciendo especial hincapié en el trastorno
del estado de ánimo o depresión. Además de analizar como diferentes variables
sociodemográficas como el sexo, la edad, la situación laboral o las personas con las que
viven, pueden influir tanto en la percepción de exclusión social como en la depresión.
Los resultados de nuestro trabajo muestran que existe una correlación entre la
percepción de exclusión social y el nivel de depresión, también se estudia comoalgunas
variables sociodemográficas como el sexo, la edad, la situación laboral o con quien
comparte la vivienda influyen en ambos conceptos.
PALABRAS CLAVE: Crisis económica, exclusión social, trastorno, salud mental,
depresión, variables sociodemográficas
ABSTRACT
The current situation in our country, especially the economic situation, is the reason
why there are many people livinges in precarious situations, makinges the feeling
excluded of society and suffering from problems that it can cause.This study focuses is
the perception of social exclusion can go to mental health disorders, with particular
emphasis on mood disorder or depression. In addition to analyzing how different
sociodemographic variables such as age, employment status or people with whom they
live , they can influence in social exclusion and depression.
The results of our study show that there is a correlation between the perception of social
exclusion and the level of depression, in addition, in this proyect study that the
sociodemographic variables such as sex, age, employment status or people with whom
the live, can influence to social exclusion and depression.
KEYWORDS:Economic situation,social exclusion, disorder, mental health, depression,
sociodemographic variables.
Exclusión social y salud mental
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INDICE
I. RESUMEN………………………………………………..2
1.1 Abstract…………………………………………….2
II. INTRODUCCIÓN
2.1 Introducción………………………………………...4
2.2 Conceptos teóricos básicos………………………... 6
2.3 Objetivos…………………………………………...16
2.4 Hipótesis……………………………………………16
III. MÉTODO
3.1 Participantes………………………………………..17
3.2 Procedimiento………………………………….…..18
3.3 Instrumento………………………………………...18
IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN……………………..........20
V. CONCLUSIÓN…………………………………………....28
5.1 Aplicaciones……………………………………….30
5.2 Limitaciones……………………………………….31
5.3 Futuro………………………………………………31
VI. REFERENCIAS……………………………………….......32
Exclusión social y salud mental
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INTRODUCCIÓN
El término de exclusión social es un fenómeno muy común en la actualidad, es una dura
realidad que no se da de forma aislada sólo en nuestro país, sino en la mayor parte de las
sociedades de distintas partes del mundo.
Normalmente, se asocia a la falta de ingresos o trabajo en los hogares, lo que ha
provocado, que las condiciones de vida empeoren puesto que este grupo de personas
desempleadas no se pueden integrar tanto a nivel social, laboral o cultural al resto de la
sociedad. Ésta situación acarrea problemas graves en la persona, llegando a extremos
como enfermedades de salud mental e incluso la muerte.
Como ejemplo de esto, la Universidad de Granada junto con la Escuela Andaluza de
Salud Pública (EASP), han realizado un estudio en el cual demuestran que las personas
que han sufrido un desahucio de su hogar o vivienda habitual ya sea esta de su
propiedad o en alquiler, presentan peor salud mental y física en comparación al resto de
la población en general. Citado en Bolivar, Bernal, Mateo, et. al. (2016)
Según el estudio de Bolivar, Bernal, Mateo et. al.(2016) esta situación económica,
multiplica por 13 las probabilidades de tener una mala salud y percibirlo así, siendo este
porcentaje mayor en las mujeres (80.9%) con respecto a los hombres (57%)
Respecto a la salud física, incrementa hasta 3 veces la posibilidad de padecer una
enfermedad cardiovascular, y casi dos veces la del tabaquismo, mientras que en salud
mental, predominan la depresión y la ansiedad.
Otro ejemplo sobre el mismo tema, es un estudio publicado en mayo de este mismo año,
en el cual Cáritas advierte que existe un riesgo muy alto de que aumente la exclusión
social, según las conclusiones del informe “Análisis y perspectivas 2016” realizado por
la Fundación de Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada (FOESSA) , ya
que los ingresos en los hogares han disminuido notablemente desde el comienzo de la
crisis económica, con una reducción de los mismos mayor al 10%Esto se debe a cuatro
factores principales según el estudio de FOESSA (Fomento de estudios sociales y de
sociología aplicada,2016):
Exclusión social y salud mental
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1. Las diferencias entre la parte norte y sur del país, no sólo se mantienen sino que
se agravan.
2. Los indicadores de desempleo mejoran muy levemente; no lo hacen al ritmo
necesario para que disminuya el nivel de pobreza y desigualdad.
3. Las diferencias entre las distintas Comunidades Autónomas ya citadas
anteriormente, provocarán una salida de la crisis de manera desigual.
4. Hay menor perspectiva de salida con respecto a 2009, por esto, se cree que
aumentará la exclusión social a pesar del crecimiento económico de estos años.
Sin embargo, la exclusión social no es solo un resultado de problemas de tipo
económico o financiero sino que implica muchos más componentes psicosociales a
tener en cuenta.
Este término afecta también a nivel social, una persona puede sentirse aislada en su
ámbito laboral, en el colegio en el caso de los niños, en relación a su entorno y
amistades. Este tipo de exclusión se caracteriza por la desvinculación con sus iguales, la
persona tiene una red social muy escasa, en otras palabras, no está integrada en su
ámbito familiar ni en la comunidad a la que pertenece.
Otra forma de exclusión es la personal, que se caracteriza por el aislamiento y falta de
comunicación e integración con los demás, basado principalmente en la pérdida de
confianza, identidad, reciprocidad, interacción con los demás, etc.
Todas las formas de exclusión social se producen en la sociedad en la que vivimos,
pudiendo llegar a situaciones extremas, como que la persona desarrolle algún trastorno
mental o incluso el suicidio. Por esto, el estudio en este tema es fundamental, para poder
prevenir este tipo de situaciones de exclusión social y conocer cómo afectan en la salud
mental de las personas implicadas.
Exclusión social y salud mental
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CONCEPTOS TEÓRICOS BÁSICOS DEL TRABAJO
Para comenzar, daremos una breve explicación de los conceptos en los que nos basamos
para llevar a cabo este trabajo fin de grado.
Exclusión social
En primer lugar, trataremos el término exclusión social, no existe acuerdo en la
literatura para definirlo, por eso, ésta definición depende de la tradición de cada autor.
Según el resumen de Makez,Fernández y Pérez-Sales (2009), existen dos tradiciones
fundamentales. Por un lado, la tradición francesa recopila los principios que trató
Durkheim (1897), sobre temas como la cohesión social, importancia de valores y
normas colectivas, riesgo de alienación y la anomia. Por otro lado, la tradición
angloamericana prioriza en los principios de desigualdad social y privación relativa y se
centra en el acceso desigual de la renta, a los bienes básicos, a los servicios públicos y a
los derechos ciudadanos. Por ello, podemos señalar que ésta tradición se basa más en lo
material que la francesa. En esta tradición destaca como autor, Levitas (1998), citado
en Makez,Fernández y Pérez-Sales (2009)quién señala tres enfoques diferentes:
1. RED (Discurso redistributivo), defiende que la exclusión es consecuencia de la
pobreza, esta es la postura de Townsed (1979)
2. SID (Discurso sobre la integración social) considera que el elemento clave es la
inclusión en la fuerza de trabajo. En consecuencia postula, que las personas
excluidas son las que están sin trabajo o que corren el riesgo de engrosar las filas
de los desempleados.
3. MUD (Discurso moral) pone el énfasis en las causas morales y culturales de la
pobreza. El problema fundamental sería el de la dependencia y sus
consecuencias para el orden social. C
C
En la actualidad como ya hemos dicho anteriormente, no existe acuerdo ni consenso
para dar una definición al término de exclusión social, por esto, que diferentes autores
den la suya propia en función del elemento que enfatice sobre los demás y su tradición
en el estudio. Así, por ejemplo Gordon et al. (2000)Consideranla exclusión social como
“una ausencia o negación de acceso a los tipos de relaciones, costumbres y actividades
sociales en las que participan la gran mayoría de personas en una sociedad”…en su
acepción actual, la exclusión social con frecuencia se considera más un “proceso” que
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un “estado” refiriéndose a un enfoque más personal e individual de la persona (Makez,
Fernández y Pérez-Sales, 2009).
Por otro lado, otros autores han centrado la definición en el ámbito material como es el
caso de Jehoel-Gijsbers y Vrooman (2007, p. 77), para quien, “La exclusión social se
concibe como un concepto multidimensional. Se operacionaliza como una combinación
de privación material, insuficiente acceso a los derechos sociales, un grado bajo de
participación social y una ausencia de integración normativa”
Pese a todas estas discrepancias para llegar a consenso, existen cuestiones e intereses
comunes en la definición de exclusión social. Así, podríamos decir, que la exclusión
social es la privación de una persona en todos sus ámbitos, personal, material, social;
provocando en éste malestar general y, llegado al extremo, podría ocasionar algunos
trastornos de salud mental, como el que nos ocupa en este trabajo: la depresión que
desarrollaremos más adelante.
Tras las nociones básicas y la definición de exclusión social, veremos las principales
características de la misma formuladas por Jehoel-Gijsbers y Vrooman (2007)
Estas características ayudan a delimitar el concepto y desempeñan funciones de
diagnóstico.
1. Proceso y estado: implica que exclusión social es dinámica como proceso a
través del cual se excluye a las personas. Sin embargo, Silver (1994: 545) señala
que, en muchas ocasiones, la exclusión puede reflejar el resultadode un
desarrollo histórico concreto, implicando un elemento estática, referido al estado
de “estar socialmente excluido”
2. Carácter relativo: No hay un punto de corte para delimitar lo que es exclusión
social y lo que no; esto, se podría evaluar de manera relativa en función de las
circunstancias personales de cada uno dentro de su contexto sociohistórico.
3. Multidimensionalidad: la exclusión social se da en varias dimensiones, no solo
en el poder adquisitivo, también puede influir el contexto sociocultural, la edad,
la enfermedad. Es decir, no sólo se está excluido por la falta de recursos
económicos, por ser pobre, si no que pueden influir muchos más factores.
Exclusión social y salud mental
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4. Vertiente relacional/ sociocultural: la exclusión social también está influida por
la ausencia de recursos inmateriales más relacionados con la interacción entre
las personas, (Ausencia de solidaridad, de vínculos sociales, de participación
social, discriminación) son otros factores que pueden incrementar la exclusión.
5. Génesis de la exclusión:en las personas varían el nivel de control que pueden
tener sobre la exclusión social.
La toxicomanía, el abandono de los estudios, pueden ser buenos predictores de
la exclusión social.
En resumen, estas características dan lugar a una serie de elementos fundamentales
definitorios y característicos de la exclusión social, que dará lugar a las dimensiones
consideradas en la medición de exclusión social y que Jehoel-Gijsbers (2007) resume
en:
A. Situación económica
1. La privación material: Las necesidades básicas ni los bienes materiales
estarían cubiertos, esto daría lugar a un “estilo de vida privación “, se
caracteriza por ser problemático ya que se tendrían muchas deudas.
2. Privación al acceso de derechos sociales como podrían ser las listas de espera
en la salud, la educación, insuficiente de seguridad, carencia en la asistencia…
B. Sociocultural exclusión
1. Insuficiente integración social: La persona no participa dentro de sus redes
sociales ya sean formales o informales, por tanto su apoyo social sería
insuficiente lo que le provocaría aislamiento social.
2. Insuficiente integración cultural: La persona no cumple las normas ni valores
sociales que se asocian a una ciudadanía social activa.
Una vez desarrollado el concepto y características de la exclusión social, tendríamos
que analizar de qué forma puede medirse la exclusión social.
En Europa se establece un marco común para interpretar los indicadores de desigualdad,
pobreza y exclusión social (Yago y Losa, 2015), este análisis permite establecer marcos
comparativos entre países de la UE y lo que más importante, establecer estrategias
comunes (e.g. ESTRATEGIA EUROPA 2020).
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En la ESTRATEGIA EUROPA, aparece la TASA AROPE (Tasa de riesgo de pobreza
y/o exclusión social, siendo las situaciones de privación social las más propicias a la
exclusión social, sobre todo cuando coexisten en más de un contexto. Dicha tasa sirve
de indicador para las personas en situaciones de riesgo, que cumplen una de las tres
dimensiones como mínimo:
1) Personas con riesgo de pobreza (por debajo del umbral de la pobreza);
2)Personas que padecen una privación material acentuada.
3) Personas con baja intensidad de trabajo en el hogar
De estas tres dimensiones, se obtienen los siguientes componentes:
1. Población con privación material severa (PMS):
Personas que no cumplen al menos cuatro de los nueve ítems de consumo básico que
aparecen definidos a nivel europeo, como podrían ser (cumplir con los pagos de la
hipoteca, alquiler o pago a plazos; poder mantener el hogar a una temperatura óptima,
poder irse de vacaciones; poder comer carne, pescado, o proteína equivalente cada dos
días; poder afrontas gastos imprevistos, tener en casa electrodomésticos como lavadora
y televisor; tener coche).
2. Población con Baja Intensidad de Trabajo en el Hogar (BITH):
Personas con una edad máxima de 59 años, en los que en sus hogares, las personas
adultas han trabajado menos del 20% del total de su potencial de trabajo durante el año
anterior al de la entrevista
En segundo lugar, y como ya habíamos indicado previamente, haremos referencia a la
salud mental, centrándonos en el trastorno depresivo. Puesto que la exclusión social
puede tener consecuencias psicológicas severas en la persona.
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Depresión
La depresión, como otros trastornos mentales, es la suma y resultado de la interacción
entre los factores social, psicológico y biológico. Las personas que sufren circunstancias
vitales adversas (desempleo, muerte de una persona cercana, problemas familiares,
sociales, médicos, traumas psicológicos y por supuesto, la privación en todos los
niveles), tiene mayor probabilidad de sufrir ésta patología. Además, la misma puede
generar estrés y disfunción, por la que la persona formaría parte de un círculo vicioso,
donde unos factores incrementan a los otros.
Es este el motivo, por el que queremos comprobar como este trastorno de salud mental
puede afectar a la exclusión social y viceversa.
En primer lugar, realizaremos un acercamiento a este trastorno a través de los criterios
diagnósticos más utilizados por los psicólogos. Según los criterios del DSM-V; la
depresión se basa en los siguientes criterios:
Trastorno depresivo mayor (DSM-5):
A. Cinco (o más) de los siguientes síntomas han estado presentes durante el mismo período de
2 semanas, que representan un cambio respecto a la anterior, por lo menos uno de los
síntomas debe ser
1) Estado de ánimo depresivo o
2) Pérdida de interés o placer
1. Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día según lo indica el
propio sujeto (por ejemplo, se siente triste, vacío, sin esperanza) o la observación
realizada por otros (por ejemplo, parece lloroso).
(Nota: En los niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable.)
2. Marcada disminución del interés o placer en todas o casi todas las actividades, la
mayor parte del día, casi cada día (según refiere el propio sujeto u observan).
3. Pérdida de peso significativa sin hacer dieta o ganancia de peso (por ejemplo, un
cambio de más del 5% del peso corporal en un mes), o disminución o aumento del
apetito casi todos los días.
(Nota: En niños hay que valorar el fracaso para hacer la ganancia de peso esperada)
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4. Insomnio o hipersomnia casi todos los días.
5. Agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por los demás,
no meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido).
6. Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.
7. Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que pueden ser
delirantes) casi cada día (no sólo remordimiento o culpa por estar enfermo).
8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada día
(ya sea una atribución subjetiva o una observación ajena).
9. Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación suicida
recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para
suicidarse.
B. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro en las áreas
sociales, ocupacionales, u otras importantes del funcionamiento.
C. El episodio no es atribuible a los efectos fisiológicos de una sustancia o a otra enfermedad
médica.
D. La aparición del episodio depresivo mayor no se explica mejor por un trastorno
esquizoafectivo, esquizofrenia, trastorno esquizofreniforme, trastorno delirante, u
otro del espectro esquizofrénico especificadas y no especificadas y otros trastornos
psicóticos.
E. Nunca ha habido un episodio maníaco o un episodio de hipomanía. Nota: Esta
exclusión no es aplicable si todos los episodios maníacos o hipomanía son inducidos
por sustancias o son atribuibles a los efectos fisiológicos de otra enfermedad médica
Una vez conocidos los criterios diagnósticos del trastorno, profundizaremos en el
conocimiento del mismo a través de su definición y características.
Según la OMS, (2004) la depresión es un problema de salud mental habitual,
(Dowd,2004) Es un trastorno que afecta a nivel global, se estima que unas 350 millones
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de personas pueden padecerlo. Concretamente en España, afecta al 4-5% de la
población, y el riesgo de sufrir un episodio a lo largo de la vida, duplica la cifra, entre
mujeres y hombres (16,5% vs 8,9%).Datos aportados por la “Estrategia de Salud Mental
del Sistema Nacional de Salud”, nos muestran como España presenta la tasa más
elevada de síntomas en edad avanzada. Siendo, en 2013un total de 1.868.173 la
población afectada por dicha enfermedad.
Si este trastorno no tiene diagnóstico y tratamiento adecuado, puede acentuarse y en el
peor de los casos, llegar al suicido. Esto ocurre cada año con más de 800 000 personas,
siendo la segunda causa de muerte en un rango de edad comprendido entre los 15 y los
29 años.
Como podemos ver en el artículo de Galaz Sanchez, Olivas-Peñuñum y Luzania-Soto
(2012) este trastorno tiene una prevalencia actual entre el 15 y el 25%, afectando
principalmente a adolescentes y adultos mayores.Además, encontramos como Bernando
(2000) sitúa la prevalencia de este trastorno en la población general entre el 9 y el 20%,
y, aunque sólo la mitad de estos pacientes estén recibiendo tratamiento especializado,
entre el 20 y 25% que acuden a los servicios de un médico de familia, lo hacen por
algún tipo de problema psiquiátrico.
Por otra parte, con respecto al género su frecuencia mayor en mujeres que en hombres.
Así, el sexo femenino es más proclive a padecer trastornos de ansiedad y el estado de
ánimo, mientras que en el predominan los trastornos relacionados con la personalidad
antisocial y de abuso de sustancias. Excepto en la depresión bipolar que la tasa del
trastorno esta equilibrada.
Estas diferencias de género, se han estudiadodesde cuatro niveles (Gupta y Prothrow-
Stith, 1999), basado fundamentalmente en el modelo biomédico; para el cual las
diferencias son provocadas por factores genéticos, hormonales, anatómicos o
fisiológicos. Dando especial importancia a los segundos, a los factores hormonales, bajo
la creencia de que existen trastornos el síndrome premenstrual, la depresión postparto o
considerando la menopausia como una “patología” en el género femenino.
Esta idea en la actualidad está totalmente desvinculada a la realidad y en desuso, puesto
que se ha comprobado que la menopausia no es un trastorno mental, si no, simplemente
un período en la vida de la mujer en el que la mujer deja de menstruar con regularidad.
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Con respecto, al modelo psicosocial, se fundamenta en que las diferencias se definen
por variables como personalidad, afrontamiento, autoeficacia y la información e
interpretación de signos y síntomas.
Debemos de resaltar que estas diferencias de género no se dan en todo el ciclo vital,
puesto que en la infancia no se dan diferencias en las tasas de depresión entre niños y
niñas, o son los niños los que las tienen más elevadas. Para las mujeres la edad de
inicio suele ser en la adolescencia, las mujeres presentan más depresión a lo largo de
todo el ciclo vital, surgiendo en la adolescencia y manteniéndose durante su vida adulta
(Sweeting y West, 2003).
Haciendo referencia a la edad, la edad de inicio de la depresión es cada vez más
temprana, pudiendo establecerse entre los 15 y 19 años, la cual se mantiene de forma
elevada hasta los 40 años en los hombres y los 50 en las mujeres, y alcanza un pico
máximo de incidencia en las mujeres en edades posteriores (Wu y Anthony, 2000).
Para concluir con este acercamiento hacía el término del trastorno del estado de ánimo
depresión, diremos que los principales patrones definitorios según Pérez, M. y García
J.M. (2001) son:
1. Síntomas afectivos, se caracterizan porque la persona tienen un humor bajo,
desanimo, tristeza, pensamientos negativos…
2. Síntomas cognitivos; la persona tiene pensamientos negativos sobre tres
ámbitos; el mismo, el futuro y el mundo que le rodea; caracterizado por una baja
autoestima, desesperanza generalizada y sentimiento de culpabilidad.
3. Síntomas físicos: Relacionados con el apetito, el sueño; lentitud al realizar
movimientos motores, en general falta de energía para realizar cualquier tipo de
actividad.
4. Síntomas conductuales; la persona se aísla y deja de realizar actividades
sociales, laborales, de ocio.
Y definiendo el trastorno según Beck, autor del instrumento utilizado en este estudio.
Beck definió la depresión, como: “un estado anormal del organismo manifestado por
signos y síntomas de ánimo subjetivo bajo, actitudes nihilistas y pesimistas, pérdida de
la espontaneidad y signos vegetativos específicos.”(Beck, 1991)
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Ya conocido el trastorno, sus principales características y su definición, podríamos
hablar de la prevención del mismo y sus principales tratamientos.
Como ya hemos visto anteriormente, la depresión es un trastorno de salud mental muy
cotidiano, la mayor parte de las personas se centran en su existencia una vez que
aparecen los síntomas, por esto, creemos necesario destacar algunas claves para la
prevención de la misma.
Algunas claves para prevenir la depresión podrían ser:
1. Evitar el estrés prolongado
2. Estar vinculados a grupos de pertenencia, donde existen vínculos con otras
personas, por lo que nos sentimos seguros.
3. Evitar situaciones de violencia tanto psicológica como física, lo cual puedellevar
a desligarse de su grupo de pertenencia y en un extremo a la exclusión social.
4. Encontrar sentido a nuestras actividades diarias y nuestros proyectos de vida.
5. Buscar actividades donde predomine el placer o los aspectos positivos de las
mismas para nuestro tiempo de ocio y diversión.
Los factores mencionados anteriormente, son aquellos en los que tenemos algún tipo de
control y podemos modificar, sin embargo, existen otros que no están a nuestro alcance,
como podrían ser la pérdida de un familiar querido, enfermedad, un desahucio; si esta
situación de tristeza se prolonga durante mucho tiempo, puede servirnos como señal de
alerta para pedir ayuda antes de que dicho trastorno se cronifique.
Ya conocidas algunas técnicas de prevención, destacamos los tratamientos más
utilizados en la actualidad para paliar los trastornos del estado de ánimo.
En primer lugar, encontramos los tratamientos farmacológicos, cuya eficacia ha sido
demostrada en numerosas ocasiones.
Entre estos debemos distinguir entre los antidepresivos clásicos o de primera
generación, entre los que destacan los antidepresivos tricíclicos (imipramina,
amitriptilina). Citado en Quitkin, Rabkin, Gerald, Davis y Klein, (2000)
Por otro lado, encontramos los antidepresivos de segunda generación, entre los que
figuran los inhibidores reversibles de la Mao, de los que podemos destacar
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(moclobemida, mirtazapina, nefazodona, venlafaxina) teniendo la ventaja con respecto a
los antidepresivos de primera generación que su efecto es reversible. (véase en Sáiz y
Montes, 2000).
En segundo lugar, encontramos los tratamientos psicológicos más utilizados para el
tratamiento de nuestro trastorno, como podrían ser la Terapia de Conducta, la Terapia
Cognitivo-Conductual y la Psicoterapia Interpesonal(Pérez y García ,2001)
La Terapia de Conducta se basa en los principios de condicionamiento, tratando de
eliminar las conductas negativas y reforzando las positivas.
Peter M. Lewinsohn et. al. 1985 desarrollaron tres técnicas dentro del propio
tratamiento:
1) Programa de Actividades Agradables: Con el que se pretende cambiar las
interacciones del propio paciente a través de un conjunto de estrategias como
pueden ser la relajación, toma de decisiones, solución de problemas,
comunicación y el manejo del tiempo.
2) Entrenamiento en Habilidades Sociales: Este programa tiene como objetivo
mejorar tres tipos de conductas:
a. Aserción negativa (Estas conductas se caracterizan porque la persona es libre
de exponer sus derechos y actuar en consecuencia de ellos, a la vez de ser
considerado por el resto)
b. Aserción positiva (Expresar sentimientos positivos hacia otros)
c. Habilidades conversacionales (Inicio y cierre de una conversación de manera
apropiada, realizar preguntas y dar opiniones)
3) Curso para el Afrontamiento de la Depresión: Tratamiento psicoeducativo.
Además dicho tratamiento posee otras tres técnicas como son:
4) Terapia de Autocontrol (Rehm, 1977) la cual concluye que la depresión se
determina por déficits específicos en el manejo de la conducta de uno mismo.
5) Terapia de Solución de Problemas (Nezu, 1987) Relaciona la depresión con la
ineficacia a la hora de resolver problemas, por ello, se basa en darle y enseñar al
paciente las técnicas necesarias para resolver un conflicto de manera adecuada.
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6) Terapia Conductual de Pareja (Beach y O’Leary, 1992; Jacobson, Dobson,
Fruzzetti, Schmaling ySalusky, 1991).
Por otro lado, la Terapia Cognitivo-Conductual; fue creada por Aaron Beck a finales de
los años 50 (Beck, 1991) Dicho tratamiento se basa en modificar la triada cognitiva del
paciente (pensamientos negativos sobre sí mismo, el mundo y el futuro que le depara)
debidos a ciertos esquemas depresógenos y a errores lógicos en el procesamiento de la
información (distorsiones cognitivas) Estos cambios, pueden ayudar al paciente a
cambiar la forma en cómo piensa (“cognitivo”) y cómo actúa (“conductual”), lo cual
puede llevarlo a sentirse mejor.
Por último, mencionar otro tratamiento psicológico utilizado para paliar la depresión,
como es la Psicoterapia Interpersonal. Este tratamiento trabaja sobre cuatro áreas de la
depresión como pueden ser, el duelo, los conflictos interpersonales, el cambio de rol y
los déficits en habilidades sociales. (Véase en Klerman, Weissman, Rounsaville y
Chevron, 1984)
OBJETIVOS
El objetivo de este trabajo es comprobar si existe relación entre la exclusión social y la
depresión. Además, haremos hincapié en cómo pueden influir las variables
sociodemográficas en la misma.
HIPÓTESIS
En función de todo lo trabajado en la introducción, establecemos las siguientes hipótesis
en función de la encuesta realizada, las cuales se podrían sintetizar en las siguientes:
H1. Se producirá relación entre exclusión y depresión
A través de esta primera hipótesis se buscará comprobar si existe relaciónpositiva entre
ambos términos, esto es, mayor exclusión, mayor depresión. Además, creemos que la
exclusión social mantiene una relación predictiva sobre la depresión.
H2. Se producirán diferencias en función del género
En esta segunda hipótesis se intenta comprobar si se producen diferencias en depresióny
exclusión social en función del género. Esta hipótesis deriva de su relevancia en
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numerosos estudios, por lo que se tiene en cuenta aparte de otras variables
sociodemográficas.
H3. Se producirán diferencias en función de variables sociodemográficas
Como última hipótesis, analizaremos la relevancia e influencia de otras variables
sociodemográficas incluidas en nuestro cuestionario: edad, situación laboraly con quien
comparte la vivienda.
MÉTODO
PARTICIPANTES
Participaron un total de 315 personas de forma voluntaria, de las cuales 21 cuestionarios
fueron eliminados, debido a ser extranjeros temporalmente en España (9 casos) o
cuestionarios con un porcentaje superior al 3% de ítems sin contestar (12 casos).
Finalmente, la muestra estuvo formada por 294 participantes todos españoles y
procedentes de distintas regiones del sur de España (mayoritariamente Andalucía,
Castilla-La Mancha, Extremadura y Madrid). De estos participantes el 46.6% eran
hombres (n= 137). La edad media fue de 33.71 (sd= 14.29) con un rango de edades de
18 a 60 años.
En cuanto a sus características sociodemográficas, el 66,9% cuenta con estudios
elementares (7 personas no cuenta con estudios, 92 han completado estudios primarios,
y 97 con estudios secundarios) el 33.1% restante contaban con estudios universitarios.
Respecto a su situación laboral el 33% trabaja (9), el 39,5% eran estudiantes, 22
personas realizan trabajos domésticos no remunerados (7.5%) mientras que 8 personas
son pensionistas (2.7%) y 51 se encontraban en paro (17.4%), de los cuales 44 habían
trabajado con anterioridad (15% de la muestra). La mayoría de la muestra vive en
familia (2016; 73.5%) seguido de los que viven con amigos (29; 9,9%) en pareja (17;
5.8%), sola/o o con hijos (12; 4.1%), solos (11: 3.7%) 2 que afirman vivir en la calle y 7
personas en otras circunstancias.
Para concluir, en referencia a la religión, el 79.9% afirmaron ser católicos (235),
mientras que el 19% afirmó no seguir ninguna religión (56), y el 1% restante se
distribuyó entre 2 personas testigo de Jehová y 1 otro sin especificar.
Exclusión social y salud mental
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PROCEDIMIENTO
La participación en el estudio fue voluntaria, rellenando el cuestionario de manera
individual, para el acceso de la muestra se usó el procedimiento incidental y bola de
nieve, esto quiere decir, que se accedió a los participantes al azar y estos a su vez
repartieron los cuestionarios entre otras personas para que lo completaran.
Los mismos, tardaron una media de 12 minutos en cumplimentar las diferentes escalas.
INSTRUMENTO
Exclusión social:
Para medir exclusión social utilizamos el instrumento propuesto por Vrooman y Hoff
(2013) en el que se obtiene un índice global de exclusión social compuesto por 15
ítems. Este índice se compone de cuatro dimensiones teóricas representadas por tres o
cuatro ítems cada una: Participación social limitada, falta de integración normativa,
acceso inadecuado a los derechos sociales básicos y deprivación material. Los análisis
de correlación no lineal canónica identifican una única dimensión en nuestros datos
(consistente con la propuesta de Vrooman y Hoff, 2013) por lo que indicamos que las
dimensiones teóricas, pero en este estudio reportamos solo el valor de alfa total de la
escala (0.71) por tanto, la fiabilidad del instrumento a nivel global es alta.
Depresión:
Para medir depresión utilizamos el cuestionario de Beck (BDI-II), creado en 1996 por
Beck, Steer y Brown. Posteriormente el test ha sido adaptado al español por Sanz y
Vázquez, de la Guía y Hernández, siendo la fecha de la última revisión del test en su
adaptación española en 2011.
Es el instrumento de autoinforme más utilizado internacionalmente para cuantificar los
síntomas depresivos en poblaciones normales y clínicas, tanto en la práctica profesional
como en la investigadora. Dicho instrumento mide la presencia y severidad de la
depresión en adultos y adolescentes mayores de 13 años. Consta de 21 ítems de tipo
Likert (0-3) Ejemplo de un ítem de nuestro cuestionario:
Exclusión social y salud mental
19
Retirada social:
0. No he perdido el interés por los demás
1. Estoy menos interesado/a en los demás que antes
2. He perdido gran parte del interés por los demás
3. He perdido todo interés por los demás
La puntuaciónmínima en el test es 0, mientras que la máxima es 63. Se han establecido
puntos de corte que permiten clasificar a los evaluados en uno de los siguientes cuatro
grupos: 0-13, mínima depresión; 14-19, depresión leve; 20-28, depresión moderada; y
29-63, depresión grave.
La validez del contenido es buena al igual que la validez de constructo. Los datos sobre
la fiabilidad de las puntuaciones se basan exclusivamente en la consistencia interna. Los
coeficientes son elevados (superiores a 0.85) y similares a los obtenidos en los estudios
internacionales con la versión original del BDI-II.La fiabilidad del cuestionario de Beck
para medir la depresión en nuestro estudio es alta (0.86)
Los resultados expuestos indican que el BDI-II es un test apropiado para la medición de
la presencia y gravedad de la sintomatología depresiva en la población española, tanto
en ámbitos clínicos como de investigación
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El análisis de los resultados se realizó mediante el programa de análisis estadístico
SPSS en su versión 20, teniendo en cuenta un margen de error de 0.05%Para redactar
los resultados nos vamos a centrar en las hipótesis de estudio.
En primer lugar, señalamos la posible existencia de relación positiva entre exclusión y
depresión (H1). Para comprobar esta relación, primero realizamos un análisis de
correlación entre ambas variables comprobando la existencia de correlación
significativa entre exclusión social y depresión (r= .231; p= .000), cumpliéndose la
relación predicha. Ahora bien, para profundizar en la relación encontrada, queremos
comprobar si la exclusión social puede ser predictor de la depresión. Para ello
realizamos un análisis de regresión en el que la exclusión social sería variable
independiente, mientras que la depresión actuaría como variabledependiente.
Exclusión social y salud mental
20
Tabla 1: Regresión de la exclusión social sobre la depresión.
RR²T p
Exclusión 0.231
0.53 0.402 0.000
En esta tabla podemos observar, que si se produce una predicción, si bien la varianza
explicada no es muy alta (23%), pero resulta interesante destacar esto al ver la relación
existente entre exclusión social y depresión
Tras esto, y para ahondar sobre esta hipótesis y la propia relación predictiva
encontrada, realizamos el análisis estadístico, una ANOVA de un factor para ver si los
diferentes niveles de la percepción de exclusión social influye en los distintos niveles
de depresión, los cuales, van de 0-13, mínima depresión; 14-19, depresión leve; 20-28,
depresión moderada; y 29-63, depresión grave.
Tabla 2. Diferencias en exclusión social en función del sobre nivel de depresión
Exclusión y
diferentes niveles
de depresión
Media Desviación Típica F p
-.01 .98 4.03 .00
Como ya hemos dicho anteriormente, vemos como a mayor percepción de exclusión
social de manera general, se dan mayores niveles de depresión entre los participantes.
Podemos observar en la tabla, como la relación entre la percepción de exclusión social y
los distintos niveles de depresión es significativa (p=.00)
La siguiente gráfica representa como las personas que perciben mayor exclusión social,
tienen niveles más altos de depresión, como vemos, se da una relación proporcional, a
mayor percepción de exclusión social, encontraremos mayores niveles de depresión.
Exclusión social y salud mental
21
Gráfica 1. Dimensiones de exclusión social y distintos niveles de depresión
Vista esta relación, nos gustaría saber si hay algunas dimensiones de exclusión social de
las que medimos en nuestro cuestionario (participación social, integración de normas
derechos sociales y deprivación material) que influyen más que otras en los niveles de
depresión
Tabla 3. Percepción de exclusión social y diferentes niveles de depresión
Media Desviación
Típica
F p
Participación
social
-.05 .68 3.00 .02
Integración
normas
.01 .73 1.36 .25
Derechos
sociales
-.00 .66 .96 .43
Deprivación
material
-.02 .77 5.77 .00
Exclusión social y salud mental
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En la tabla, podemos comprobar que los resultados más obvios y significativos, son la
participación social (p=.02) y la deprivación material (p=.00), por tanto, si una persona
muestra puntuaciones altas en la percepción de estas dimensiones de exclusión social
padecería niveles más altos de depresión con respecto a las personas con menor
percepción de exclusión.
Al igual que vemos en la tabla anterior, podemos comprobar en las siguientes gráficas
como son las mismas dimensiones las que causan mayores niveles de depresión que
otras como la integración de normas (p= .25) y derechos sociales (p=0.43) , que no
influyen en los distintos niveles de la depresión. .
Gráfica 2. Dimensión de participación social influye en la depresión
Gráfica 3. Dimensión de deprivación material influye en la depresión
Exclusión social y salud mental
23
Así, como podemos observar, se encuentran diferencias muy significativas en los
distintos niveles de la depresión en función de la exclusión social percibida.
Por tanto, y tras los análisis pertinentes, podríamos afirmar que existe una relación
positiva entre exclusión y depresión (H1), siendo la exclusión social predictora de la
depresión, variando en sus distintos niveles, siendo las dimensiones de participación
social y deprivación material, las que provocan mayor nivel de depresión.
Seguidamente queremos comprobar si existen diferencias en función del género en la
exclusión social y la depresión (H2), en primer lugar para conocer estos datos,
realizamos una t de Student de muestras independientes
Tabla 4. Diferencias medias en función del género.
Sexo t p
Hombre Mujer
Media Desviación
típica
Media Desviación
típica
Depresión
7.62
6.70
8,66
6.6
-1.32
.19
Exclusión .063 1.09 -,06 .94 1.02 .31
Participació
n social
-.022 .75 -.05 .65 .417 .68
Integración
normas
.080 .77 -.07 .67 1.73 .082
Derechos
sociales
.022 .71
-.01 .67 .49 .62
Deprivación
material
-.041 .78 .05 .81 -.97 .33
Exclusión social y salud mental
24
Tras los resultados, podemos observar, que inicialmente no podemos decir que sean
muestras significativas, por tanto, nuestra hipótesis sobre diferencias de género no se
podría confirmar. Sin embargo, queremos resaltar la dimensión de integración de las
normas, puesto que muestra cierta tendencia a ser significativa (0.82), así, como
podemos observar, existiría mayor percepción de integración de las normas por parte de
los hombres que de las mujeres.
Por tanto, aunque la hipótesis dos (Se producirán diferencias en función del género) no
se confirme, puesto que no existen diferencias significativas de manera general,
podríamos decir que la dimensión de integración de las normas manifiesta cierta
tendencia a mostrar diferencias de género.
Para concluir con los análisis, pasaremos a la tercera hipótesis de nuestro estudio en la
cual predecíamos la existencia de diferencias en función de variables
sociodemográficas. En concreto, comprobaremos si se producen diferencias en función
de las variables sociodemográficas analizadas (edad, situación laboral y con quien
comparte la vivienda) para ello, realizamos un análisis de varianza ANOVA
univariante.
Puesto que la variable edad es una variable continua, en primer lugar, categorizamos la
misma dividiendo la muestra por la mediana (33 años), así, la edad quedará codificada
en dos grupos: grupo uno (18 a 33 años) y grupo dos (34 a 60 años) e incluimos las
tres variables sociodemográficas como variables independientes en la
ecuación.Comprobamos que se no se producen efectos principales de la edad (véase
tabla 5)
Exclusión social y salud mental
25
Tabla 5. Diferencias en función de la variable edad
Media Desviación
típica
F p
18-33 .16 .13 .43 .51
34-60 .26 .15
Como ya hemos dicho, no se producen efectos principales relacionados con la variable
edad, esto quiere decir que no influye en la percepción de exclusión social, puesto que
no es una muestra significativa (p=.51)
A continuación, analizamos otras variables sociodemográficas que pueden influir en la
percepción de exclusión social, como son la situación laboral de la persona y con quien
comparte la vivienda interactuando con la variable ya analizada, la edad.
Con respecto a la situación la laboral, encontramos que al interaccionar con la edad, es
significativa la interacción situación laboral x edad (F= 0.72, p= 0.5)
Vemos, como las personas que se perciben más excluidas socialmente, son las personas
más mayores, pertenecientes al grupo dos (34-60 años) que están en paro pero han
trabajo antes (n=1.51, sd= .26)
En referencia a la variable con quien vive, encontramos que también es una interacción
significativa (F=1.22, p=0.30)que tienen relación la edad y con quien comparte la
vivienda a la vez, influyen en la percepción de exclusión social.
Encontramos que las personas jóvenes pertenecientes al grupo 1 (18-33 años) y que
viven solo con sus hijos, se siente más excluidas socialmente que el resto. (n=1.53,
sd=.67)
Una vez analizada, la variable edad, pasamos a otras como son la situación laboral y con
quien comparte la vivienda.
Exclusión social y salud mental
26
Tabla 6. Diferencias en función de la situación laboral y con quien vive.
Media Desviación típica F p
Situación
laboral
Trabaja .23.14 3. 34 .00
Jubilado (antes ha
trabajado)
-.04 .56
Pensionista (antes
no ha trabajado)
.29 .58
Parado y ha
trabajado antes
.84 .20
Parado y busca su
primer empleo
.79 .36
Estudiante -.28 .22
Trabajo
doméstico no
remunerado
-.05 .33
Otra -.89 .94
Vive con Hijos .89 .30 2.00 .07
Pareja .25 .26
Familia .05 .12
Amigos -.09 .18
Solo .33 .33
En la calle -.52 .67
Otra -.11 .51
En primer lugar, encontramos que la variable de situación laboral si es significativa con
respecto a la percepción de exclusión social (p=.00), por tanto, dependiendo de la
situación laboral en la que se encuentre la persona percibirá diferentes grados de
exclusión social.
Las mismas circunstancias se dan en la variable de que con quien comparte la vivienda,
siendo esta significativa (p=.07), esto quiere decir que en función de con quien viva la
persona percibirá diferentes grados de exclusión social.
Exclusión social y salud mental
27
También observamos que en la interacción de las dos variables explicadas en la tabla
anterior, es significativa (F=1.63, p=.12), por lo que tienen relación entre ellas y a su
vez, en la percepción de exclusión social.
En esta interacción encontramos que las personas que perciben mayor exclusión social
son las personas que trabajan y viven solo con los hijos, son ellos la principal figura
parental (n= 0.80, sd= .35), mientras que las que sienten menos percepción de exclusión
social con respecto de esta variable, serían los que trabajan por ejemplo de autónomo
categorizados en (otros) y viven con su familia (n= -.89, sd= 0.94)
Tras los análisis por separado de las interacciones entre pares de variables, observamos
como los resultados de la interacción entre las tres variables que medimos (edad,
situación laboral y con quien comparte la vivienda) es significativa (F= .34, p=0.2) así,
estas tres variables sociodemográficas influirán unas a las otras y a su vez, dependiendo
de cada persona y las características en las que se encuadre, habrá diferencias en la
percepción de exclusión social.
Comprobamos, como las personas que se sienten o perciben mayor exclusión social son
pertenecientes al grupo de edad dos, por tanto más mayores (34 a 60 años) que están
paradas pero han trabajado antes y viven con su familia (n=3.00, sd=.665).
Seguidamente, otro de los resultados a resaltar, son las personas jóvenes pertenecientes
al grupo uno de edad (18 a 33 años), que tienen trabajo y son la figura parental en su
hogar, puesto que viven solo con sus hijos (n=1.53, sd= .665)
En el otro extremo, encontramos que las persona que perciben menor exclusión social
son aquellas que su trabajo esta categorizado en otros, por ejemplo, autónomos, de
mayor edad y que viven con su familia (n= -.886, sd=.94)
Estos, estarían seguidos del grupo de jóvenes cuya ocupación es el estudio y que viven
solos (n= -643, sd= .94)
Así, tras los análisis realizados sobre las variables sociodemográficas, comprobamos
que la edad no tiene un efecto principal sobre la percepción de exclusión social
(p=p=.51), sin embargo las variables de situación laboral (p= .00) y con quien
comparte la vivienda (p= .07) sí que tienen efectos principales, por lo que son factores
Exclusión social y salud mental
28
que influyen en la percepción de la persona sobre la exclusión social. Esto hace que se
confirme nuestra tercera hipótesis de estudio.
Del mismo modo, tras las interacciones entre las variables sociodemográficas,
comprobamos que las personas que se sienten o perciben mayor exclusión social son las
personas jóvenes, pertenecientes al grupo uno (18 a 33 años) que trabajan y viven solos
con sus hijos. (n=1.53, sd= .665)
Al igual que las personas más mayores pertenecientes al grupo dos (34 a 60 años) cuya
situación laboral es de desempleados y viven con su familia. (n= -.886, sd=.94)
CONCLUSIONES
Como hemos podido comprobar en nuestro trabajo, la exclusión social es un tema de
relevancia y actualidad, debido principalmente a las circunstancias económicas del
momento, como la crisis económica, la falta de ingresos, el desempleo, lo que ha hecho
que el nivel de vida empeore, ya que estas personas no se pueden integrar a nivel social,
laboral o cultural al resto de la sociedad.
De igual manera ocurre con los factores sociales (desvinculación con sus iguales, la
persona tiene una red social muy escasa) o personales (aislamiento y falta de
comunicación e integración con los demás), todos ellos interactúan e influyen en la
exclusión social.
Por todo ello, creo que el papel fundamental del psicólogo es conocer que es la
exclusión social y los límites de qué es y qué no es exclusión social, para poder evitar
que se lleguen a situaciones extremas como el desarrollo de trastornos de salud mental,
como el estudiado en este trabajo, el trastorno del estado de ánimo.
La principal motivación de este estudio es la de conocer o comprobar si existe relación
entre la percepción de exclusión social y depresión, además, queremos conocer si ambas
se ven influenciadas por variables sociodemográficas como el sexo, la edad, la situación
laboral y con quien comparte la vivienda. Esto se llevó a cabo a través de dos
cuestionarios, uno propuesto por Vrooman y Hoff (2013) en el que se obtiene un índice
global de exclusión social; el otro, el cuestionario de Beck (BDI-II)para medir
depresión. Ambos cuestionarios se le aplicó a una muestra de 315 personas cuya
participación en el estudio fue voluntaria.
Exclusión social y salud mental
29
En primer lugar, como ya hemos mencionado anteriormente, se analiza a través de una
correlación la posible existencia de relación positiva entre exclusión y depresión, la cual
es positiva, y a través de una regresión si la exclusión social puede ser un predictor de la
depresión, teniendo una relación predictiva del 23%, por tanto, la percepción de
exclusión social conlleva mayores niveles de depresión.
A esta conclusión podemos llegar, puesto que tras los análisis estadísticos pertinentes,
una ANOVA, comprobamos que dos de las dimensiones que medimos de exclusión
social; participación social(p=.02) y la deprivación material (p=.00) son significativas y
provocan mayores niveles de depresión que el resto de dimensiones, la integración de
normas (p= .25) y derechos sociales (p=0.43)
Para continuar con nuestras hipótesis formuladas, en segundo lugar, analizamos, si
existen diferencias en función del género tanto en la exclusión social como en
depresión, a través de una t de Student de muestras independientes.
Inicialmente no podemos decir que esa relación sea significativa, pero si comprobamos
que en la dimensión de integración de las normas se manifiesta cierta tendencia a cierta
tendencia a ser significativa (0.82) y mostrar diferencias de género; el hecho de que no
existan diferencias de género de manera significativa nos sorprendió puesto que en la
literatura hay numerosos estudios que muestran una diferencia clara en función del sexo
en los trastornos del estado de ánimo.
Puestos a concluir con nuestras hipótesis, realizamos un análisis de varianza ANOVA
univariante, en el que comprobaremos si existen diferencias en función de algunas
variables sociodemográficas, como son, la edad, la situación laboral y con quien
comparte la vivienda.
Tras realizar los análisis, evidenciamos que la edad no es un factor determinante que
influya en la percepción de exclusión social, no es una muestra significativa (p=.51), sin
embargo las variables de situación laboral (p= .00) y con quien comparte la vivienda
(p= .07) sí que lo son, por lo que son factores que influyen en la percepción de la
persona sobre la exclusión social.
Si profundizamos en dichas variables, los resultados muestran, que las personas que se
sienten más excluidas socialmente son las personas jóvenes, pertenecientes al grupo uno
(18 a 33 años) que trabajan y viven solos con sus hijos. (n=1.53, sd= .665)
Exclusión social y salud mental
30
La lógica de este resultado es abrumadora, pues es muy difícil conciliar la vida laboral y
familiar al mismo tiempo, reduciendo en gran medida nuestro tiempo para relacionarnos
e interactuar con nuestros iguales, por esto, nos encontramos con personas vulnerables
o que están excluidas socialmente.
Al igual que las personas más mayores pertenecientes al grupo dos (34 a 60 años) cuya
situación laboral es de desempleados y viven con su familia. Las múltiples
preocupaciones a nivel económico, los llevan a aislarse de su contexto social,
sintiéndose aislados y desprotegidos. (n=3.00, sd=.665).
Frente a estos resultados, la principal propuesta hacia el tema podría ser trabajar y
profundizar más en la exclusión social, puesto que es de vital importancia ante la
igualdad. Además, consideramos fundamental la prevención e intervención ante
situaciones extremas como el desarrollo de trastornos del estado de ánimo.
Aplicaciones
Todo lo conocido hasta el momento sobre la exclusión social y el impacto que tiene
sobre la salud mental, nos hace ver que es un tema fundamental a tratar en todos los
ámbitos (exclusión social, económica, laboral, escolar, personal…) tras conocer este
concepto, se puede llegar a la conclusión de que la exclusión social es un proceso en el
cual la persona carece de satisfacer sus necesidades básicas (vivienda, educación,
acceso a la sanidad, participación en la sociedad)
El objetivo de este estudio es tomar conciencia y conocer características que influyen en
la exclusión social, así como poder proponer programas de prevención (concienciación,
estrategias para evitar la exclusión) como de intervención sobre los trastornos del estado
de ánimo y de la propia exclusión social. Con esto, se pretende integrar a la persona en
su contexto habitual donde prime la igualdad.
Limitaciones del trabajo
En este estudio, encontramos como limitación principal la muestra de los participantes
en el mismo. Las encuestas de nuestro estudio son realizadas por todo tipo de personas,
no tienen que cumplir la condición de sentirse excluidas socialmente, esto hace que los
resultados sean positivos e interesantes, puesto que se confirman nuestras hipótesis
sobre la percepción de exclusión social y depresión.
Exclusión social y salud mental
31
Sin embargo, si la encuesta de nuestro estudio se aplicara exclusivamente a personas
vulnerables o realmente excluidas, el resultado sería más esclarecedor y los resultados
más evidentes.
Futuro
Tras los resultados obtenidos en nuestro estudio, es fundamental seguir trabajando en la
exclusión social, como ya hemos dicho anteriormente, para intentar prevenir las
situaciones extremas que provoca, por ejemplo, el desarrollo de trastornos de salud
mental de las personas afectadas. Para ello, creo que sería adecuado realizar estudios
posteriores en los que se analicen en profundidad otras variables sociodemográficas que
pueden influir en la percepción de exclusión social
Además, sería bueno, proponer programas tanto de prevención como de intervención
para estas personas. Los programas de prevención, podrían basarse en educación sobre
la exclusión social y cómo podemos erradicarla. Los programas de intervención se
podrían llevar a cabo a través de varias vertientes. Por un lado, deberíamos trabajar en
el trastorno del estado de ánimo, para reducir su malestar y mejorar su bienestar y
calidad de vida, ya sea de manera individual o grupal con las personas que lo padecen.
Por otro, creo que sería necesaria la intervención con respecto a las personas que se
sienten excluidas socialmente a través de programas de integración social
independientemente del ámbito que afecte, ya sea económico, cultural, en educación,
social, individual… Con el objetivo de que mediante nuestros programas la persona se
integre en la sociedad y pueda llevar una vida normal. La intervención profesional debe
realizarse desde una perspectiva globalizadora, intradisciplinar e interdisciplinar, dando
una respuesta efectiva a las situaciones complejas.
Exclusión social y salud mental
32
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