La Iglesia da mucha importancia al Nacimiento de san Juan Bautista. En la liturgia se celebra como...

Post on 03-Feb-2015

5 views 0 download

Transcript of La Iglesia da mucha importancia al Nacimiento de san Juan Bautista. En la liturgia se celebra como...

La Iglesia da mucha importancia al Nacimiento de san Juan Bautista. En la liturgia se celebra como solemnidad como las grandes fiestas. Por lo tanto, si es día de domingo, se le prefiere a la liturgia del domingo.

San Juan Bautista es al único santo a quien la Iglesia celebra el día del nacimiento, además del de Jesucristo y la Virgen María. A los demás santos normalmente se les celebra en el día de su muerte, que es el día de nacer para el cielo, o en otra circunstancia importante como el día en que han sido declarados santos.

Durante muchos años habían suplicado el poder tener un hijo, ya que entre los israelitas se daba una importancia especial al hecho de tener un hijo, por lo que llevaba en sí la esperanza de que de su linaje pudiera venir el Mesías o Salvador.

Los padres de san Juan eran Isabel y Zacarías.

Eran ya ancianos, cuando Zacarías, que era sacerdote, debía entrar al templo para hacer una oración en nombre de todo el pueblo. Allí se le apareció el arcángel san Gabriel para anunciarle de parte de Dios que iban a tener un hijo. Zacarías dudó y por eso quedó mudo hasta el día del nacimiento.

A los seis meses de nuevo el arcángel san Gabriel anunciaba a María el nacimiento de otro hijo, que iba a ser al mismo tiempo Hijo de Dios.

Junto con esa gran noticia le informó que su prima Isabel estaba ya de seis meses de embarazo. María corrió presurosa para ayudarla en aquellos tres últimos meses.

El encuentro de María e Isabel estuvo plagado de gracias de Dios, y el niño Juan, que estaba en el vientre de su madre, “saltó de alegría” sintiendo que estaba presente el otro Niño divino, Jesús, que comenzaba en esos días su presencia en el mundo.

Por eso la Iglesia cree que Juan Bautista fue santificado en el vientre de su madre, de modo que cuando nació ya no estaba bajo la ley del pecado. Y por eso la Iglesia nos invita a celebrarlo con la alegría de aquella familia y amistades, precisamente seis meses antes de la Navidad.

Digamos a María:

Y salta el pequeño Juan en el seno de Isabel.

Automático

Duerme en el tuyo Jesús, todos se salvan por Él.

Duerme en el tuyo Jesús,

Hacer Click

Había que poner al niño un nombre. Como solía hacerse, sobre todo si el padre era ya mayor, querían que se llamase Zacarías; pero Dios le había escogido un nombre: se llamaría Juan, que significa: “misericordia de Dios”.

En verdad Dios había derramado su misericordia sobre aquellos padres, Zacarías e Isabel. Pero también derramaría su misericordia sobre los que aceptasen el mensaje que predicaría el Bautista.

La admiración de aquella gente nos hace ver que por encima de las expectativas humanas hay un designio de Dios.

Cada uno de nosotros ha de mostrar en su vida el designo de

Dios.

En ese momento Zacarías deja de estar mudo y comienza a alabar al Señor con un canto hermoso, que la Iglesia recita en los Laudes.

Juan se fue al desierto para prepararse a la misión que Dios le había confiado de preparar los caminos para la venida del Salvador.

Seguramente sería enseñado en unas comunidades religiosas que vivían por el desierto.

Hasta que comenzó a predicar el camino de penitencia y arrepentimiento de los pecados.

Decía así:

Preparad los

caminos del Señor,

Automático

haced rectos sus senderos.

CLICK

San Juan predicaba a todos: a ricos y pobres, a sabios e ignorantes. Todos podían llegar a la salvación.

También predicaba a Herodes, cuando tuvo la oportunidad. Le decía que no debía convivir con la esposa de su hermano.

Logró que Juan Bautista fuera apresado.

Esto le ocasionó un odio por parte de Herodías, la que no debía ser mujer de Herodes.

San Juan Bautista fue metido en la cárcel, aunque seguía recibiendo a sus discípulos y adoctrinándoles en la espera del Mesías.

No se contentó aquella mala mujer con ello y se confabuló con su hija para lograr la muerte del Bautista. Esto sería en ocasión de la fiesta organizada por Herodes en su cumpleaños. La muchacha bailaría para el rey y los comensales.

Tanto le gustó a Herodes que la prometió, con juramento, darla cualquier cosa que pidiere.

Ella se puso de acuerdo con su madre, Herodías, y pidió la cabeza de Juan Bautista.

Herodes se disgustó, porque estimaba al Bautista. Pero había hecho un juramento ante tantos invitados y mandó traer la cabeza de Juan.

De esta manera san Juan Bautista fue mártir de su deber.

El aparente fracaso de san Juan Bautista se convertiría en la gloria que hoy celebramos.

A san Juan le llamamos Bautista, porque bautizaba con agua a los que venían arrepentidos.

Aunque este bautismo tiene un significado más profundo.

San Juan anunció otro bautismo en el Espíritu que haría el Mesías. Esta era la gran misericordia

de Dios hacia nosotros, que somos pecadores.

Todos debemos ser un poco como san Juan Bautista: anunciadores de la salvación de Dios y de su gran misericordia. Sobre todo ser fieles a la

vocación que Dios ha trazado para cada uno. Como san Juan, ser testigos de la Verdad.

Jesús un día hizo el mayor elogio que puede hacerse por una persona. Dijo que “entre los nacidos de mujer no hay ninguno mayor que Juan Bautista”.

Nosotros también seremos grandes ante Dios si somos responsables en nuestros actos y los hacemos por la gloria de Dios y el bien de los demás.

Terminemos recordando la vocación de san Juan Bautista:

Preparen el camino del Señor.

Automático

Conviértanse, porque se acerca el Reino de los cielos. Allanen los senderos del Señor.

Conviértanse, porque se acerca el Reino de los cielos. Allanen los senderos del Señor.

Juan Bautista predicaba en el desierto, y todo el pueblo acudía hacia él.

Confesaban sus pecados y él les bautizaba en el río Jordán.

pidió a su pueblo la conversión.

Una voz que clama en el desierto:

Conviértanse, porque se acerca el Reino de los cielos. Allanen los senderos del Señor.

AMÉN