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LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y DE LA COMUNICACIÓN (TIC), UN NUEVO PARADIGMA DE LA ENSEÑANZA Y DEL APRENDIZAJE
Gallardo, R.1
1UVM, Venezuela Correo: rgallardo128@hotmail.com
PALABRAS CLAVE
Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) – paradigma – enseñanza - aprendizaje
RESUMEN
El propósito de este ensayo es presentar una revisión de algunos tópicos vinculados con el uso de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) en la educación; desarrollo tecnológico que nos sitúa en un nuevo paradigma de la enseñanza y del aprendizaje. Esta revisión sintetizada de tópicos hace referencia a los diferentes entornos de aprendizaje y los posibles aspectos capaces de imponer un cambio sustancial o de fomentar un proceso intencionado de cambio que soporte una innovación enmarcada en el rol fundamental y vinculante del docente, del estudiante y del objeto de conocimiento como factores fundamentales en todo proceso educativo. Puntualizando, que en este contexto de recursos tecnológicos, informáticos y de comunicación, juega un rol importante la trama de relaciones entre el docente, el estudiante y el saber -triada didáctica- a que se somete el proceso enseñanza-aprendizaje. Por consiguiente, se plantean las perspectivas de la enseñanza y el aprendizaje de manera conjunta con la velocidad con que se genera la información, para llegar a la conclusión que esta información demanda de toda nuestra capacidad y potencialidad para aprender a desaprender, es decir, atreverse a hacer las cosa de un modo distinto para desarrollar habilidades que permitan interactuar con la velocidad del cambio, la innovación, la complejidad y la incertidumbre. Finalmente, es preciso resaltar que el título del presente ensayo al estar estrechamente vinculado con la sociedad del conocimiento, se hace necesario reseñar el deslinde entre la sociedad de la información y la sociedad del conocimiento por ser ésta última un producto derivado de las TIC.
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Introducción
En esta era digital,
caracterizada por los paradigmas de la
comunicación y el conocimiento, se
intuye que las personas están
sometidas a una elevada presión por
la complejidad asociada con el manejo
de la información que se produce en
todos los contextos de la actuación
humana; lo cual influye en todos los
subsistemas, niveles y modalidades
del sistema educativo. Por tal razón, la
intención del presente trabajo es ofrecer
una revisión sintetizada de tópicos que
hacen referencia a los diferentes
entornos de aprendizaje y de recursos
tecnológicos contenidos en: Las
Tecnologías de la Información y de la
Comunicación (TIC), un nuevo
paradigma de la enseñanza y del
aprendizaje.
Interpretándose de esta manera,
que las nuevas tecnologías han
evolucionado, desde la aparición de
las primeras computadoras, hasta
poner a nuestro alcance multitud de
recursos digitales de uso personal,
sucediéndose con una rapidez
inusitada -en el tiempo- los progresos
tecnológicos. Este nuevo desarrollo
tecnológico abre camino a un nuevo
paradigma de enseñanza y de
aprendizaje que da lugar a nuevas
metodologías y roles en la trama de
relaciones entre el docente, el
estudiante y el cambio de reglas a la
que se somete el nuevo saber.
En consecuencia, con la
denominación de Tecnologías de la
Información y de la Comunicación
(TIC), se reseñará sus características
y potencialidades, además de su
aplicabilidad al desarrollo curricular
para el sector educativo.
Considerando estos aspectos, se
plantea la transformación de los
escenarios educativos tradicionales, y
cómo la incorporación de las TIC a la
educación formal e institucional es a
menudo justificada, reclamada o
promovida, según los casos, con el
argumento de su potencial
contribución a la mejora del
aprendizaje y de la calidad de la
enseñanza.
Por tanto, se hace necesario
abordar esta idea de calidad que
implica cambiar para acometer
transformaciones profundas que
afectan a actitudes, a aspectos
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organizativos y al trabajo docente en
aras de hacer un esfuerzo consciente,
conceptualizado en el aprender a
desaprender, cuyo propósito consiste
en decodificar y revisar patrones
establecidos que, al abandonar
espacios de comodidad intelectual,
emergen proyectos de cambio con
fines innovadores en el campo
educativo. En este sentido, Tack
(1983) expresa: Las innovaciones
referidas a los fines crean nuevas
posibilidades pedagógicas y hacen
alcanzables nuevas finalidades de
formación y educación, es decir,
concebir las TIC como una innovación
imbricada en un proceso intencional
de cambio educativo.
Finalmente, después de este
recorrido tecnológico se plantea el
deslinde de las expresiones sociedad
de la información -que incluye las TIC-
y sociedad del conocimiento, usadas
común e indistintamente cuando cada
una de ellas contiene un significado
diferenciado, el cual se cree necesario
describirlo para su debida
comprensión.
Las Tecnologías de la Información
y de la Comunicación (TIC), un
nuevo paradigma de la enseñanza
y del aprendizaje
En la actualidad, el desarrollo
de los medios ha adquirido una
especie de envergadura resumida en
las siglas TIC que hacen referencia al
conjunto de avances tecnológicos que
nos proporcionan la informática, las
telecomunicaciones y las tecnologías
audiovisuales que comprenden los
desarrollos relacionados con
herramientas como computadores,
internet, telefonía, los mass media,
wikis, blog, videoconferencia, chat,
foro, aula virtual, entre otros. Esta
realidad virtual que ofrece cada vez un
mayor contenido educativo y cultural
constituye un entorno pedagógico-
digital; razones suficientes para que
se puedan considerar a las TIC como
potentes medios y recursos didácticos
dentro de los procesos de enseñanza
y de aprendizaje.
En esta exponencial
consideración, el entorno pedagógico-
digital juega un papel decisivo en la
gestión y adquisición del conocimiento
porque al planificar el tratamiento que
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se hace en ellas de los contenidos, su
utilización estaría cargada de
objetivos que persiguen la finalidad
previamente definida de proporcionar
unos aprendizajes determinados. El
desarrollo acelerado de estas
tecnologías está suponiendo retos en
el acto planificador para la educación,
la enseñanza y para el aprendizaje.
Tal vez lo más relevante sea que nos
encontremos con una nueva
generación de estudiantes que no han
tenido que acceder al aprendizaje de
estas tecnologías, sino que han
nacido con ellas y que se enfrentan al
conocimiento desde postulados
diferentes a los del pasado. Ello
supone un desafío enorme para
aquellos profesores y estudiantes no
usuarios de estas TIC.
Tal suposición nos remite a
Prensky (2001), quien explica las
situaciones anteriores -de profesores
y estudiantes- a partir de la metáfora
de los Nativos digitales (comunidad de
jóvenes y niños usuarios de las TIC) y
los Inmigrantes digitales (la
comunidad de adultos y jóvenes no
usuarios de las TIC), contextualizados
en esta era de revolución tecnológica.
Ilustrando de esta manera, que los
nativos digitales son los niños que han
crecido rodeados de monitores,
teclados y ratones informáticos, que
tienen uno o varios computadores en
su casa desde muy pequeños, que
usan teléfono celular desde que
entraron al primer o tercer grado de
primaria y que pasan más de 20 horas
a la semana frente a una pantalla de
videojuegos; su forma de aprender es
mediante tutoriales interactivos. Es
decir, utilizan estos dispositivos con
destreza y sin esfuerzo, en su vida
privada, fuera de la escuela, liceo o
universidad, aunque ningún profesor
ni curso de instrucción formal les haya
enseñado a hacerlo.
Al contrario, los inmigrantes
digitales tuvieron una infancia
analógica, sin monitores ni teclados ni
teléfonos celulares. Sus dispositivos
culturales fueron -y siguen siendo-
productos tangibles: los libros, los
cuadernos, las bibliotecas, los discos
de acetato o de vinilo y las películas
de celuloide o de video. Su forma de
aprender a usarlos es sobre todo a
partir de la enseñanza formal, es decir,
al procesamiento serial, empleando
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todos sus recursos cognitivos para
resolver un solo problema a la vez. En
cambio, los nativos digitales han
desarrollado la destreza de gestionar
varias tareas al mismo tiempo, de
manera simultánea o casi simultánea;
los recursos cognitivos saltan de uno a
otro plano sin olvidar el conjunto.
Atendiendo estas
consideraciones digitales, cabe
señalar de nuevo que vivimos una
revolución tecnológica que afecta a la
educación. En consecuencia, al
pensar en el nuevo ser de la
educación, éste no puede estar ajeno
a los avances tecnológicos del mundo
exterior. Por tanto, la institución
educativa debe estar presta en la
adaptación a esos cambios o
innovaciones tecnológicas, que
condicionan nuevas formas de
enseñar y de aprender y de las que los
integrantes –ejecutores de este
proceso- no se pueden mantener al
margen. Quizá, a los profesores (as)
de mayor edad o “inmigrantes
digitales” les puede costar integrar las
nuevas tecnologías en su tarea
curricular, no obstante, la mayor
dificultad no está en la edad sino en la
actitud; a quienes se muestren reacios
ante las nuevas tecnologías, cabe
responder que, al asumir la función de
mediadores, su valor depende del uso
que se haga para que convierta cada
novedad en prioridad eficaz en la
dirección del tren de la innovación.
En esta dirección, el desafío de
la innovación es cómo transformar las
TIC en conocimiento a través de un
nuevo paradigma de la enseñanza
como mediación entre el estudiante y
la cultura que tome en cuenta la
diversidad de contextos y de
aprendices, y del aprendizaje; como
diálogo que implique reflexión,
interacción e interactividad entre los
sujetos pedagógicos, el objeto de
conocimiento y el contexto
sociocultural: una triada didáctica
inserta en un entorno pedagógico-
digital que, frente a la gran cantidad de
información digitalizada disponible,
debe desarrollar nuevas capacidades
cognitivas para transformarla en
conocimiento. Todo este desafío
innovador se inscribe en esta reflexión
paradigmática que tiene como
explicación su propia conformación de
estrategias y el reconocimiento tácito
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de otras maneras de conocer que
impliquen algunos cambios
importantes en el desarrollo curricular
mediante la disponibilidad de las TIC.
Asimismo, bajo diferentes
maneras de conocer y con una visión
focalizada en el aprender a
desaprender se dispondrá de nuevos
recursos que puedan permitir nuevas
formas de hacer las cosas en el
escenario curricular. Antes el profesor
daba sus clases magistrales con el
apoyo de la pizarra y los estudiantes
presentaban sus trabajos y exámenes
escritos a mano o multigrafiados;
ahora el profesor puede dar sus clases
magistrales con PowerPoint o con
presentación Prezi, los estudiantes
presentan sus trabajos en Word y a
veces los exámenes son pruebas
objetivas ante un computador o una
laptop. Sin embargo, la disponibilidad
de las TIC por parte de los profesores
y de los estudiantes no suponen, ni
mucho menos, el fin de los
aprendizajes basados en la
memorización racional y comprensiva
y la reproducción de los contenidos, ni
la consolidación de los planteamientos
socio-constructivistas del aprendizaje,
a pesar de las magníficas
funcionalidades que ofrecen para la
expresión personal y la construcción
personalizada del conocimiento.
Muy a propósito en la sociedad
del conocimiento, el aprendizaje se ha
convertido en el quehacer y en el
compromiso para transformar de
todos los seres humanos. De hecho, la
capacidad de aprender a
desaprender, hoy se plantea como
una de las competencias esenciales
para sobrevivir al dejar de hacer lo
mismo de la misma manera. Schulman
(1999) destaca muy bien el dinámico y
simultáneo proceso de aprender a
desaprender cuando indica que:
Ahora entendemos el aprendizaje
como un proceso dual en el cual,
inicialmente, las creencias y los
entendimientos interiores deben salir y
solamente entonces algo que está
afuera puede entrar. Es decir,
encontrar o descubrir que sí existen
otros caminos que permiten llegar al
mismo lugar, dejando las limitaciones
que comúnmente se tienen, por otras
que aún no se han experimentado -
curricularmente- en el campo
educativo.
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En otras palabras, aprender a
desaprender es atreverse a hacer las
cosas de un modo con la intención de
generar la mejor estrategia para
acertar en el proceso de cambio
educativo.
En efecto, es atrevernos a
diseñar el currículo de un modo
distinto al tradicional. En
consecuencia, la idea de
incorporación de las TIC a la
educación exige pensar previamente
cuáles son los objetivos y los retos de
la educación al diseñar un modelo
pedagógico con el que se pueda
contribuir de manera más directa a
mejorar su calidad. Ante este reto es
importante considerar el propósito
que señala la OEI (2008) en su
proyecto colectivo iberoamericano
sobre el diseño de los nuevos
currículos y la práctica de la
enseñanza y del aprendizaje:
…fortalecer estas
iniciativas y promover al mismo tiempo la reflexión colectiva y el apoyo a las experiencias innovadoras en este campo. Repensar las implicaciones de la incorporación de la escuela a las TIC y de la entrada de las TIC en la escuela es tan importante
como propiciar el desarrollo y la difusión de experiencias innovadoras que muestran la forma en que los nuevos entornos virtuales de aprendizaje pueden ser útiles en las aulas reales (p. 7).
De acuerdo a lo antes
citado, es imprescindible
establecer la relación de las TIC
con el desarrollo en los
estudiantes de su capacidad para
aprender a desaprender, para
buscar información de forma
selectiva, para tener una posición
crítica ante la información
disponible en la red, para
fomentar los encuentros
personales entre los iguales y no
solo los virtuales, para ayudar a
comprender la realidad
multicultural. Ya lo había
sentenciado Morín (2011): Los
analfabetas del siglo XXI no serán
los que no sepan leer ni escribir,
sino los que no puedan aprender,
desaprender y reaprender.
Interpretándose de esta manera,
la configuración de un nuevo
escenario para aprender a
desaprender y continuar la espiral
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curricular que nos convierte en
eternos aprendices del aprender.
De este modo, la tarea
principal, es lograr que los
estudiantes mejoren sus
aprendizajes con la utilización de
las TIC. Pero ello supone
configurar un nuevo escenario
curricular en la trama de
relaciones entre los profesores,
los estudiantes y los contenidos
de la enseñanza -triada didáctica-
y hacerlo también en la
evaluación de todo el proceso de
enseñanza y de aprendizaje.
En este sentido, al atender las
nuevas configuraciones en torno al
diseño de evaluación, se debe
accionar un mecanismo anticipador
sobre los resultados de los procesos
de enseñanza y aprendizaje desde
una perspectiva didáctica e
innovadora en favor de los
estudiantes. Para el logro de esta
nueva configuración evaluativa se
requiere de una estrategia de
actualización en el conocimiento con
la consideración de que, aun cuando
es difícil cambiar la forma de
enseñar, aún más, es modificar el
sistema habitual utilizado para la
evaluación. Por ello, es vital la
formación de los profesores para
que dispongan de las competencias
necesarias que les permita
incorporar de forma natural las TIC
en su práctica pedagógica de tal
forma que se constituyan en la
variable fundamental para garantizar
el éxito del esfuerzo a emprender en
esta nueva sociedad de la
información, también llamada -
indistintamente por algunos autores-
sociedad del conocimiento.
Con respecto a la
generalización anterior, que
comúnmente se hace de las
expresiones sociedad de la
información y sociedad del
conocimiento, es preciso
comprender y deslindar el
significado que cada una de ellas
contiene. En torno a esta inquietud
se considera pertinente describirlas
para diferenciar su significado,
apreciando para ello las definiciones
que hace Carrascosa (2000):
Sociedad de la información
…sistema de comunicación
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accesible, económica, abierta y global que trasciende las fronteras políticas y culturales y configura crecientemente a la sociedad como una red que interconecta cada vez más a los hombres ofreciendo procedimientos rápidos y baratos de diseminación y difusión de datas e información (p.11).
Sociedad del conocimiento el
cambio esencial no estará
originado sólo por la diseminación
del acceso a los datos o a la
información sino por la
potenciación de la capacidad de
conocer del hombre (p.13).
Con base en las definiciones
aquí expuestas, se puede
interpretar la sociedad de la
información como un estado previo
a la constitución de la sociedad del
conocimiento, cuyo aspecto
fundamental se basa en que la
utilización y aplicación de las TIC
en la mayor parte de las
actividades humanas,
representando el fundamento para
el posterior desarrollo de la
sociedad del conocimiento,
implicando de esta manera, un
cambio cualitativo en el uso y
aplicación de la información para la
generación de nuevos
conocimientos; transformación
fundamentada en la enseñanza y
en el aprendizaje.
Lógicamente, se ha podido
evidenciar que ambas sociedades
están estrechamente
interrelacionas, y de ahí la
imprecisión – de algunos autores-
de utilizarlas en forma indistinta.
Por su parte, la sociedad del
conocimiento se refiere a la
capacidad de captar información y
de otorgarle un significado. Por ello,
el cambio sustancial no radica en la
impresionante capacidad y
posibilidades que nos ofrecen las
TIC al tener en cuenta que la
información por sí misma no
produce conocimiento. Pero sin
ésta no se lograr el saber, por lo que
la sociedad de la información se
convierte en la necesaria
precursora de la sociedad del
conocimiento.
Este último señalamiento
cobra especial importancia si
consideramos que acceder al
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mundo de las nuevas TIC no es
cuestión de elección o de opción,
sino una necesidad y un derecho
que imbrica el fomento de una
actitud positiva y ciudadana en un
mundo donde la información y los
conocimientos circulen a través de
unas TIC cada vez más efectivas. Al
respecto, Tedesco (1998), señala
que el papel de la educación debe
ser definido por su capacidad para
preparar el uso consciente, crítico y
activo de las tecnologías que la
posibilitan. Entonces, cabe
considerar que alfabetizar ya no
será sólo enseñar a leer y a escribir
sino aprender a utilizar las TIC, a
saber leer en los diferentes
soportes, a saber comunicarnos en
los más diversos escenarios y, que
sólo con valorar los millones de
correos electrónicos -por citar uno
de ellos- que circulan a diario
podemos hacernos una idea del
vuelco que ha tomado esta forma de
comunicación mediante el lenguaje
escrito.
En cualquier caso, atendiendo
a las posibilidades comunicativas
que brinda el contexto tecnológico
virtual, se debe considerar la
construcción de nuevos escenarios,
vinculados a procesos de
pensamiento, acción y lenguaje en
torno a la complejidad requerida para
que la educación sea una realidad
presente en todo ciudadano a lo
largo de la vida en una sociedad del
conocimiento. De tal manera, que
este requerimiento se constituiría en
una mejora social de la personas,
gracias al pensamiento complejo
que se inserte en los procesos de
enseñanza y de aprendizaje.
En síntesis, frente a estos
escenarios, se puede decir que el
mundo de la información y el
conocimiento han experimentado un
vigoroso empuje con las TIC que, en
la medida de una adecuada
utilización, trasmiten una mayor
universalización de la información
que de igual manera acercan la
diversidad de culturas en el tiempo y
en el espacio, a la vez que son
creadoras de opinión.
Por último, es conveniente
acotar que nuestro mundo se
encuentra inmerso en una
civilización científica y tecnológica
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pero para poder difundir mejor una
cultura de la innovación es necesario
el dominio y el acceso a las TIC,
paralela a una sólida formación
cultural y ética como resultante del
vínculo entre la tecnología y el
progreso humano.
Conclusiones
El estudio y análisis realizado
sobre la revisión de algunos tópicos
vinculados con el uso de las (TIC) en
torno a concepciones pedagógicas
que sustentaron la idea de un nuevo
paradigma de la enseñanza y del
aprendizaje, permitió reflexionar
acerca de un escenario digital-
pedagógico y elaborar un cuerpo de
conclusiones.
Al revisar las importantes
aportaciones de las TIC a la
educación, y a la par del desafío de
cómo transformar la información en
conocimiento, ineludiblemente,
estamos ante la presencia de un
nuevo paradigma de la enseñanza y
del aprendizaje. Sucede, pues, que el
desarrollo tecnológico actual nos está
situando en un nuevo paradigma de
enseñanza que da lugar a nuevas
metodologías y nuevos roles
docentes, configurando un nuevo
enfoque de la profesionalidad
docente más centrada ahora en el
diseño curricular y en la
administración de entornos de
aprendizaje, en la investigación sobre
la práctica, en la creación y
prescripción de recursos, en la
orientación y el asesoramiento, en la
dinamización de grupos, en la
evaluación formativa y en la
motivación de los estudiantes, que en
la transmisión de información y en la
calificación de resultados.
Atendiendo estas exigencias
de cambio metodológico –
justificación de todo nuevo
paradigma-, es imperativo concebir el
aprendizaje como un proceso
complejo por la multiplicidad de
factores que intervienen para que el
aprendiz incorpore los nuevos
contenidos y así garantizar su
transferencia de manera constructiva,
reflexiva, interactiva y crítica en y
ante el nuevo entorno de aprendizaje.
De igual manera, con el mismo rigor,
concebir la enseñanza como una
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práctica social de complejos procesos
adaptativos para que alguien
construya significados y atribuya
sentido a lo que aprenda dentro del
contexto. Por tanto, para la
efectividad ética del acto de enseñar,
el profesor -en función de su
competencia- debe crear un soporte
tecnológico para que el otro sujeto
pedagógico, llámese estudiante,
incorpore los saberes y se produzca
el proceso de aprendizaje en el nuevo
entorno pedagógico-digital.
Esto hace presuponer que, para
aprender y enseñar con las TIC y
adquirir las competencias
tecnológicas antes planteadas, se
requiere que el aprender a
desaprender se constituya en
propósito de los sujetos pedagógicos,
acción que no implica olvidar todos los
conocimientos y experiencias
adquiridas, sino por el contrario
ampliar el bagaje cultural con
aspectos nuevos o renovados, que
ahora se demanda con mayor
trascendencia en esta sociedad del
conocimiento. Esta sociedad, por su
estrecha interrelación con las TIC,
está presionando con fuerza en todos
los subsistemas y niveles educativos
para que las instituciones -en aras de
la innovación- se adapten al nuevo
entorno tecnológico, que supone un
replanteamiento de la visión y la
misión, de sus objetivos, de los
sistemas de organización, de la
metodología a implementar, de los
planes de estudios, de la investigación
que se realiza y de las competencias
que deben poseer las personas
comprometidas con los procesos de
enseñanza y de aprendizaje.
En definitiva, es oportuno
señalar que con la pretensión de este
nuevo paradigma todo esto no se
conseguirá de hoy para mañana; pero
con independencia de la mayor o
menor actitud favorable al cambio por
parte de profesores y estudiantes y
con la simple introducción y
disponibilidad de las TIC en la mayoría
de los institutos educativos se
generará una esperanzadora mejora
de los procesos de enseñanza y de
aprendizaje que -seguramente-
encaminará a los sujetos
pedagógicos, por medio de sus
habilidades intelectuales, a
transformar la información en
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conocimiento útil y adecuado,
llegando así a una verdadera sociedad
del conocimiento. Ahora bien, si
además, con relación a las funciones
pertinentes, se cuenta con la
implementación de una adecuada
política educativa por parte de las
instancias rectoras de la educación,
este proceso de transformación será
más expedito y satisfactorio.
Referencias
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sociedad del conocimiento y del
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[http://www.marcprensky.com/writin
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14]
Schulman, L. (1999). “Taking
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Magazine of Higher Learning. July
/August 1999. Volume 31, Number
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Tack, A. (1983). Innovaciones entre
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Educación Tubigen: Instituto de
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Tedesco, J. (1998). Los fenómenos
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en la sociedad del conocimiento y
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