Post on 28-Jun-2022
1
ORDEN DE LA B. V. MARÍA DE LA MERCED
LECTIO DIVINA MERCEDARIA
ÁREA DE VIDA RELIGIOSA Curia general
2
LECTIO DIVINA MERCEDARIA
Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced
Organizado por: Secretariado general de Vida Religiosa
Responsable: P. Fr. Juan Carlos Saavedra Lucho
Colaboradores: P. Fr. Alfredo Quintero Campoy
P. Fr. Werlen Silva
Curia general, Roma 17 enero del 2016.
3
Remembranza para una meditación El Descenso de la Virgen a Barcelona Un dulce éxtasis apoderóse con suavidad de Nolasco, y vió lo que parecíale increíble. Vio bajar del cielo, rodeada de ángeles, a la misma Virgen María, vestida de blanco. Vio que se le llegaba, que le ofrecía un niveo escapulario y le decía: “Yo soy la Redentora de los cautivos; yo te bendigo a ti para que fundes mi Orden, cuyo fin será la redención de los cautivos cristianos. Toma mi escapulario: él será tu escudo y él guardará a mis hijos”. Así diciendo, la celestial visión, entre músicas y resplandores, tornóse al cielo, de donde había venido. Como queda en la boca el sabor dulce, después de tragar la miel, así, después de desaparecer la Virgen María, quedó en el alma de Nolasco la dulzura del recuerdo.
MANUEL SANCHO, Flores mercedarias, 1918.
Beato mercedario de Aragón
4
5
ÍNDICE
REMEMBRANZA PARA UNA MEDITACIÓN 3
PRESENTACIÓN 7
MOTIVAZIONE INIZIALE 9
A LEITURA ORANTE DA BÍBLIA 13
1. Bíblia na nossa vida 17
2. San Pedro Nolasco, modelo de fe al servicio de la fe 21
3. Deus Pai de toda Consolação 27
4. Generosidad 33
5. La misericordia en san Pedro Nolasco como expresión fecunda de su fe 37
6. Colaboración 43
7. La bienaventurada Virgen María de la Merced 47
EPÍLOGO
O Canto de Maria (Lc 1,46-56) 51
6
7
LECTIO DIVINA MERCEDARIA
PRESENTACIÓN
«Es necesario, pues, que todos los clérigos, sobre todo los sacerdotes de Cristo y los demás que como
los diáconos y catequistas se dedican legítimamente al ministerio de la palabra, se sumerjan en las
Escrituras con asidua lectura y con estudio diligente, para que ninguno de ellos resulte "predicador
vacío y superfluo de la palabra de Dios que no la escucha en su interior", puesto que debe comunicar a
los fieles que se le han confiado, sobre todo en la Sagrada Liturgia, las inmensas riquezas de la palabra
divina. De igual forma el Santo Concilio exhorta con vehemencia a todos los cristianos en particular a
los religiosos, a que aprendan "el sublime conocimiento de Jesucristo", con la lectura frecuente de las
divinas Escrituras. "Porque el desconocimiento de las Escrituras es desconocimiento de Cristo".
Lléguense, pues, gustosamente, al mismo sagrado texto, ya por la Sagrada Liturgia, llena del lenguaje
de Dios, ya por la lectura espiritual, ya por instituciones aptas para ello, y por otros medios, que con la
aprobación o el cuidado de los Pastores de la Iglesia se difunden ahora laudablemente por todas
partes. Pero no olviden que debe acompañar la oración a la lectura de la Sagrada Escritura para que se
entable diálogo entre Dios y el hombre; porque "a El hablamos cuando oramos, y a El oímos cuando
leemos las palabras divinas».
CONCILIO VATICANO II, Constitución dogmática Dei Verbum, 25.
Hermanos: el Capítulo general del 2010 entre una de sus iniciativas para el Área de Vida Religiosa
encomendaba la tarea de consolidar una propuesta de Lectio divina mercedaria, que nos ayude a
contemplar la acción misericordiosa de Dios en nuestra Vida consagrada. Sabemos que las vías de
la Verdad, de la Belleza y del Espíritu nos conducen a buen puerto. Es así que después de un tiempo
y espacio en lo que ha significado esta seleccción de temas, lo compartimos con cada uno de
ustedes para ser utilizados en los momentos oportunos de oración y contemplación del misterio de
Dios.
Sabemos que hay varias maneras de acercarse, observar, mirar, leer o profundizar el texto sagrado,
quizás desde una mirada simple, como a veces es el reflejo y la expresión de las personas que se
acercan con un sentido popular a la Palabra de Dios, la cual toma vida por excelencia; o de repente
hasta la mirada de aquellos teólogos o exégetas donde la palabra divina es también un lugar para el
estudio y profundización de la fe. Por tal motivo, pensamos que estos textos pueden ser un
complemento de nuestra vida espiritual, en la medida que podamos interiorizar la Palabra de Dios
en nuestro camino de evangelización.
Así pues, les presento estos temas de meditación, gracias a la colaboración de los PP. Alfredo
Quintero Campoy y Werlen Silva, religiosos de las Provincias de México y Brasil, a quienes les
solicité su apoyo y colaboración. Gracias a ellos, entendidos en el tema bíblico, se pudo delinear
estas reflexiones que hoy los ponemos a su consideración para que puedan ser usados en su
experiencia de oración personal y comunitaria; pero que a la vez, sean enriquecidos para seguir
complemenatndo nuestros propósitos futuros; es decir, en vista a tener textos de Lectio divina que
sirvan en nuestras casas de formación y en la formación permanente de los religiosos.
8
Cabe señalar que entre ellos hay uno que ha sido recopilado de una edición proveniente de la
editorial Verbo Divino en cuanto concierne el tema sobre nuestra Madre de la Merced. Para la
motivación inicial, he tomado las palabras del extinto Cardenal Carlo María Martini quien nos
presentaba la necesaria profundización de la palabra divina en nuestras vidas. El momento de
iluminación, el epílogo y algunas fichas las he conservado en la lengua del autor para que no se
pierda el sentido preliminar y sustancial de las frases plasmadas en cada relato; de esa manera,
puede ser accesible a nuestros lectores en las diversas lenguas que se usa en la Orden.
Estamos seguros que en este Año de la Misericordia serán de provecho para cada uno de ustedes,
así como para toda la Familia Mercedaria que se prepara en estos años a la celebración del Jubileo
de los 800 años de misión redentora de nuestra Orden de la Merced. Que la figura de nuestro
fundador san Pedro Nolasco sea también un motivo para fortalecer nuestro carisma y que la Virgen
de la Merced, Nuestra Madre redentora, nos acompañe en estos caminos de profundización de la fe
en el Dios Uno y Trino, considerando como eje y motor de nuestra vida consagrada a Cristo
Redentor.
Que el Espíritu santo mueva nuestros corazones para asimilar la lectura espiritual, la meditación,
oración y acción de gracias a Dios. ¡Que Cristo Redentor, Nuestra Madre de la Merced y san Pedro
Nolasco los bendigan y acompañen siempre!.
P. Fr. Juan Carlos Saavedra Lucho, O. de M.
Consejero general del Área de Vida Religiosa
9
Motivazione iniziale
«Ci spiegava le Scritture« (Lc 24,32)1
Card. Carlo Maria Martini
PREMESSA
Volendo formulare un’icona di partenza (penso a) Gesù che speiga le Scritture ai discepoli di
Emmaus. Propongo tuttavia di vederla dalla parte di chi ascolta, di coloro che stanno «col volto
triste... stolti e tardi di cuore nel credere». ‘E la situazione di chi, mentre ode la spiegazione delle
Scritture e gli si riscalda il cuore (ma non se ne rende subito conto), perscepisce tutte le resitenze
del cuore tardo a credere. Non deve essere stato facile per Gesù convincere i due interlocutori, se
c’è voluto un lungo cammino, la sosta della mensa e lo spezzare il pane prima di arrivare
all’apertura deglo occhi. La penetrazione del senso delle Scritture comprta un processo lento e
progressivo, un processo che dura quanto il cammino di un pomeriggio fino a sera, simbolo del
cammino di una vita. Un cammino lungo, che tuttora stiamo percorrendo, fino al momento in cui i
nostri si apriranno nella visione del’agnello che spezza il pane alla mensa del Regno.
ALCUNE CONSTATAZIONI PERSONALI
1. La Bibbia sempre più bella e sempre più difficile
Una prima constatazione è che quanto più conosco e frequento la Scrittura, tanto più mi appare
bella e tanto più mi appare brutta. Mi dispiace usare l’aggettivo «brutta» per una realtà di fronte alla
quale vivo un rapporto devoto di figliolanza; anche una madre, col tempo, può mostrare delle
fattezze meno attraenti, pur rimanendo ugualmente amabile.
In altre parole voglio dire che quanto piùu la Scrittura, con il passare degli anni, mi si rivela nei suoi
aspetti capaci di far risplendere la luce del Cristo in mezzo a noi, tanto più mi pesano le sue
durezze, le sue pagine faticose da leggere e da accettare, e sopratutto difficili da inquadrare
nell’orizonte del Cristo unile e misericordioso.
Cerco di precisare meglio. Vi sono tante pagine della Scrittura che mi rivelano ogni giorno di più la
loro ricchezza, la loro capacità di far risuonare la voce di Gesù e di mediare lèincontro con luiu.
Sono in particolare le pagine dei vangeli: penso in modo speciale alle beatitudine e all’insieme del
Discorso della montagna, alle parabole, sopratutto quelle della misericordia, ai gesti di amore e di
perdono, alla maestà sovrana e sovrumana che emerge dai racconti della Passione. Penso inoltre a
tanti passi di Paolo in cui egli sprime con forza il primato del Vangelo sulla legge e della grazia sul
peccato.
2. Più cammini verso Emmaus
Una seconda constatazione di carattere personale è che col crescere della familiarità con la Scrittura
cresce anche il bisogno di distinguere meglio i diversi livelli di rapporto col testo biblico.
1 Della Relazione alla XLIII Assemblea Generale della CEI, Roma 20 maggio 1997.
10
Voglio dire che nell’avvicinamento alla Scrittura e in essa al Signore Gesù Cristo si percorrono
necessariamente diversi e successivi cammini, i quali si susseguono su piani differenti, senza che
uno costituisca mai del tutto i precedenti. ‘E come se a Emmaus si arrivasse non per una strada sola,
bensì mediante itinerari molteplici.
Distinguerei schematicamente tre momenti o modi di approccio al testo.
- Anzitutto l’approccio filiologico ed esegetico, oggi accesibile a tutti in forme semplici grazie ai
numerosi sussidi di ogni tipo (commenti, lessici, introduzioni, atlanti, enciclopedie, compact disc,
ecc.). In questo stadio uno prende coscienza del fatto che il testo è di una ricchezza straordinaria, di
una grande efficacia anche umana e letteraria, mai adeguadamente esplorada.
- Mentre cresce la familiarità con gli aspetti testuali della pagina biblica emerge sempre più il
bisogno di cogliere il senso, il messaggio e di confrontarlo col proprio mondo di significati. Il testo
rimane un necessario punto di partenza e di riferimento, ma scatena una reazione di riflessioni,
domande, analisi, risposte che nutrono lo spirito e riscaldadno il cuore: è il momento in cui Gesù,
nel cammino verso Emmaus, nos soltanto richiama le Scritture, ma le collega, ne dà la direzione, ne
svela il senso unitario.
- Viene infine il momento in cui il testo sempre più si sfuma nella sua precisione e obiettività,
comincia a perdere in qualche modo la sua consistenza materiale, per divenire la trasparenza della
persona del Signore, del mistero del regno, l’anticipo della visione celeste, il luogo della preghiera e
della contemplazione.
Ho così descritto i tre tempi clasicci della lectio divina - lectio, meditatio e contemplatio -. Non
intendo dire che non vi siano altri modi di impostare la lectio divina (la bibliografia sul tema è assai
ricca e varia); intendo affermare che i diversi momenti di una lectio, comunque si definiscano, nel
corso del cammino spirituale cambiano di rilievo e di peso, fino a lasciare il posto a un incontro col
Signore nel quale il testo appare un poco sullo sfondo, perchàe prevale in primo piano la presenza
spirituale del Risorto.
Ogni approccio pastorale alle Scritture dovrebbe tener presente e favorire tale cammino, senza
insistere sulla ripetitivitàa di uno stesso schema. Occorre tener conto del dinamismo di una
preghiera che parte dalla Bibbia (e dei ritorni indietro, delle ricadute, delle perdite di quota).
Perciò l’incontro con Cristo mediato dalla Bibblia è un’avventura alla fine molto personale, una
lotta un po’ solitaria con l’Angelo, un cammino con lo Spirito, rispetto al quale le iniziative possono
al massimo suggerire alcune coordinate, alcune piste di lavoro, alcuni modelli, come si fa ad
esempio nella Scuola della Parola.
3. El Libro e il Calice
Una terza constatazione personale: a mano a mano che cresce la familiarità con la Scrittura cresce
anche il senso della sua integrazione con e presenza costante in tutto l’agire della Chiesa, superando
i compartimenti stagni e i dualismi (Scrittura – Tradizione, Scrittura – Sacramenti) e le paure dei
fondamentalismi e degli estremismi (biblicismo, gnosticismo ecc.).
Mi pare si possa sprimerlo con l’icona proposta dar card. Angelo Guiseppe Roncalli, Patriarca di
Venezia. 'E l'‘mmagine dell’alpha e dell’omega, o del Libro e del Calice:
11
«Il Libro sacro – la citazione mi viene da uno dei contributi delle Conferenze – è come l’alpha delle
attività del Vescovo e dei suoi sacerdoti. L’omega, vogliate concedermi questa immagine apocalittica,
è rappresentato dal Calice bendetto nel nostro altare quotidiano. Nel Libro la voce di Cristo sempre
risonante nei nostri cuori: nel Calice il Sangue di Cristo presente a grazia, a propiziazione, a salute
nostra, della Santa Chiesa e del mondo. Le due realtà vanno insieme: la parola di Gesù el il Sangue di
Gesù. Fra l’una e l’altra seguono tutte le lettere dell’alfabeto... e che non vale se non in quanto è
sostenuto dalle’due lettere terminali: cioè la parola di Gesù sempre risuonante in tutti i toni della santa
Chiesa dal Libro sacro: e il sangue di Gesù nel divino sacrificio, sorgente perenne di grazie e
benedizioni» (ANGELO RONCALLI, La Sacra Scrittura e S. Lorenzo Giustiniani, Lettera pastorale
1956).
Richiamando l’immagine di Roncalli voglio dire che l’integrazione Bibbia – Tradizione e Bibbia –
Sacramenti, in particolar modo Bibbia – Liturgia, oltre a essere un dato di teologia, è un vissuto
pratico, che cresce col tempo, con l’esercizio, con la grazia dello Spirito santo.
12
13
A LEITURA ORANTE DA BÍBLIA
A LEITURA DIVINA
Num primeiro olhar, a Bíblia parece uma imensa parede, onde cada tijolo contribui a seu modo para
fazer o desenho do projeto de Deus. Apesar de imensa, e feita de muitos tijolos, de muitos textos e
livros, esse imenso desenho forma uma grande unidade, do início ao fim, transparecendo o rosto de
Deus e o rosto do ser humano. Esse rosto Divino-Humano é Jesus Cristo, que de maneira discreta,
dá unidade a todas as partes e livros da Bíblia.
Quando você se aproxima um pouco mais dessa imensa parede, percebe o que de longe não era
evidente. Cada tijolo é diferente um do outro, na forma, no peso, no tamanho, na época e no
material de fabricação. Cada livro da Bíblia é diferente um do outro, no gênero literário, na língua,
no autor, no tema abordado, na mensagem, na época e lugar em que foi escrito, no objetivo, no
destinatário. Do ponto de vista literário, a Bíblia possui uma variedade imensa.
Um olhar bem de perto, o invisível se torna visível. Além de contribuir para o grande projeto, o
projeto de Deus, cada tijolo tem o seu desenho próprio. O desenho de cada tijolo nem sempre
combina com o grande desenho do projeto de Deus. Os livros da Bíblia revelam outras histórias,
revelam conflitos e situações que não são evidentes no grande desenho. O que estamos dizendo
parece confuso, mas revela a beleza da Bíblia. Tudo isso mostra que a palavra de Deus se encarnou
realmente em palavras humanas. Tornou-se igual a nossa palavra, em tudo, menos no erro e na
mentira. Na Bíblia Deus nos fala à maneira humana.
Olhando novamente de longe, revendo tudo, você descobre que essa parede não é isolada, mas faz
parte de uma construção, de uma casa. A parede da casa onde você mora, é sua casa! Nossa casa!
Olhando a Bíblia você está olhando a sua casa.
Aqui vamos aprender a olhar a Bíblia a partir da vida, do seu contexto vital. O objetivo é descobrir
o sentido do texto bíblico e transmitir para a sua vida. Aqui vamos mergulhar na leitura orante da
Bíblia, como alimento de nossa vida diária. “A palavra de Deus é alimento diário para a nossa
vida”. Você está a fim de dar esse mergulho? Então vamos lá.
A leitura orante da Bíblia é uma prática relativamente simples de ler a palavra de Deus. Tem como
objetivo ler o texto sagrado a partir da realidade de hoje e criar um ambiente comunitário e orante
de fé. Podemos dizer que é escutar Deus hoje, a partir da comunidade, da sua realidade e a partir do
texto bíblico. A lectio divina “Leitura Divina” indica uma leitura que quer alimentar a fé, a
esperança e a caridade de cada cristão.
Como toda leitura mais sistematizada da Bíblia, a lectio divina tem alguns degraus a serem
observados pelos leitores: a leitura, a meditação, a oração, e a contemplação. São quatro etapas ou
atitude permanente que devemos ter diante da palavra de Deus, tanto comunitária como individual.
Vamos subir os degraus.
A LEITURA
A leitura é o primeiro passo para conhecer e amar a palavra de Deus. É ler para ir se familiarizando
com a Bíblia, para que ela se torne nossa, capaz de expressar nossa vida e nossa história.
14
A leitura é uma atividade elementar. Ler, pronunciar bem as palavras. É um passo bem exigente.
Não pode ser feito de maneira apressada e superficial. Essa leitura servirá para um convívio com o
povo da Bíblia, para perceber como Deus agiu na vida dos pobres, nas estruturas, etc. Entrementes
ela é o ponto de partida e não é o ponto de chegada. Faz o leitor pisar no chão, para que a meditação
não seja fruto de uma fantasia, mas esteja alicerçada no texto e na realidade. Para isso é preciso uma
leitura atenta, perseverante, diária, impedindo que o texto seja manipulado e reduzido ao tamanho
de nossa idéia, e tornando-o um diálogo com Deus. Essa leitura cria no leitor uma atitude crítica,
criteriosa e respeitosa diante da Bíblia.
A leitura, quando bem feita, ajuda a superar o fundamentalismo. Quando mal feita, faz aumentá-lo.
Atenção! O fundamentalismo anula a ação de Deus e sua vontade. Distorce o sentido da Bíblia e
alimenta o moralismo, o individualismo e o espiritualismo na interpretação dela. Só é possível
superar o fundamentalismo com uma leitura atenta do texto dentro do seu contexto, onde ele foi
escrito. O objetivo da leitura é ler e estudar o texto até que se deixe ser ele mesmo, se torne espelho
de nós mesmos, e nos reflita algo da nossa própria experiência de vida e nos faça perceber aí, onde
estamos, a vida de Deus em nós. Assim, ela deixa de ser leitura e passa a ser meditação.
A MEDITAÇÃO
A leitura nos ajuda a entender o que diz o texto. A meditação nos ajuda a compreender o texto com
o coração, ou seja, a transportar o texto para a vida pessoal ou comunitária. “O que o texto diz para
mim, e para nós?”. Na meditação, o objetivo é compreender o que Deus, através desse texto, tem a
dizer hoje para mim, para a comunidade da qual participo. A meditação indica e facilita a
atualização da palavra de Deus para a nossa vida e realidade, tanto pessoal, como social e religiosa.
Para fazer uma boa meditação é necessário utilizar a mente e a razão, a fim de poder descobrir ou
desvelar o que está “oculto no texto”. Nela o leitor entra num diálogo com o texto, com Deus,
refletindo. O que há de diferente e semelhante entre o texto e a nossa vida hoje? O que a mensagem
do texto diz para mim, hoje? Pela meditação, a apalavra de Deus vai aos poucos me libertando e
aprofundando a minha experiência de Deus. Na meditação, é importante perceber que quem nos fala
é Deus. Uma meditação consciente ajudará o leitor a se tornar cada vez mais humano. Na
meditação, o coração humano adquire a dimensão do próprio Deus. Concluindo “A leitura atinge a
casca da letra e tenta atravessá-la para, na meditação, atingir o fruto do Espírito (São Jerônimo).
Continuamos subindo.
A ORAÇÃO
A atitude da oração está presente desde o começo da Lectio Divina. No início da leitura, invoca-se o
Espírito Santo. A meditação já é quase uma atitude de oração. Mas, apesar de tudo ser regado com
oração, deve existir o momento especial, próprio, para a prece. Estamos no terceiro degrau, o da
oração. Na leitura, descobrimos o que diz o texto. Na meditação, aplicamos o texto na vida. O que
diz o texto para mim e para nós? Até agora era Deus quem falava. Chegou o momento da oração: o
que o texto me faz dizer, nos faz dizer a Deus?
A atitude da oração diante da palavra de Deus deve ser como aquela de Maria que disse: “Faça- se
em mim segundo a tua palavra” (Lc 1,38). A palavra que Maria ouviu não era uma palavra da
Bíblia, mas sim uma palavra percebida nos fatos da vida, por ocasião da aparição do anjo. Maria foi
15
capaz de percebê-la, porque a meditava em seu coração ( Lc 2,19.51). Tinha um olhar e um coração
puro. Os puros percebem a ação de Deus nos fatos (Mt 5.8), fatos esses que são encarnados por
meio da oração. A oração não pode ser ingênua, mas realista. Deve nascer da experiência da nossa
pequenez e dos problemas reais da vida, o que se alcança pela meditação. Deve tornarse uma atitude
permanente de vida. A oração, provocada pela meditação, inicia por viver uma atitude de admiração
silenciosa e de adoração ao Senhor. A partir daí brota a nossa resposta à palavra de Deus. Também
é importante que nossa oração não seja ensimesmada. Mas esteja povoada pela celebração da Igreja
e de nossa comunidade. Nela refletimos o itinerário pessoal de cada pessoa na sua caminhada para
chegar até Deus e aos irmãos e irmãs. O exemplo é a oração de Jesus: Pai Nosso...Pão Nosso. Se
você ainda tem fôlego. Vamos subir mais um pouco.
A CONTEMPLAÇÃO
A contemplação é o último degrau da Lectio Divina. É o seu ponto de chegada. Mas é importante
ter a consciência de que cada vez que se chega a este patamar, devemos voltar para um novo
começo. É nesse processo que a experiência de Deus se torna dinâmica e se renova sempre. A
prática da Leitura Divina nos faz crescer no conhecimento e na experiência da palavra de Deus.
A contemplação reúne todos os degraus da Lectio Divina: leitura, meditação, oração, até você se
colocar diante de Deus. Ler e escutar a palavra. Estudar e descobrir o seu sentido, e com ele, você
se compromete a começar a meditá-la para que faça parte de sua vida e passe da cabeça para o
coração. Até aqui você transformou tudo em oração diante de Deus, como projeto de vida. Até
agora você se alimentou da palavra de Deus. Com a Palavra na mente e no coração, você começa a
ter um novo olhar para observar e avaliar a vida, os fatos, a história e a caminhada da comunidade.
Chegou o momento de olhar o mundo com o olhar de Deus. Este novo olhar é a contemplação.
Novo olhar que envolve todo o ser humano.
A contemplação nos ajuda a decifrar o mundo a partir da experiência da palavra de Deus. É uma
atitude de mergulho na realidade. Na contemplação, a mensagem se torna prática, se torna vida, ou
seja, a palavra escutada, meditada e rezada se torna vida na vida da Igreja e na vida pessoal. “E o
verbo se fez carne e habitou entre nós” (Jo 1,14). Bem, aí estão os degraus da Lectio Divina.
Ânimo e fé! Nossa meta é contemplar o ressuscitado, no qual nossa esperança se realiza. Até a
próxima pessoal.
16
17
FICHA 1
Bíblia na nossa vida
“Como posso ler a Bíblia, sem alguém que me guie?” (Cf. At. 28, 30-31).
A Leitura do Texto Bíblico
Olá, nos encontramos, mais uma vez, aqui, na página “Bíblia na nossa vida”, onde estudamos sobre
a leitura do texto sagrado. Agora é hora de darmos um passo adiante e vermos na prática a leitura
de um texto bíblico. Não se preocupe, não é complicado, vai perceber que você já lê a Bíblia dessa
forma a muito tempo, além disso, se ficar difícil, a gente explica. Nesse texto vamos aprender, na
prática, a fazer teologia bíblica. Vamos ler, com o auxilio da ciência bíblica, o texto de Marcos.
LECTIO
O evangelho de Marcos 4,26-32 compreende duas parábolas conhecidas, aqui leremos o texto
Bíblico diversas vezes para manter em evidência os elementos importantes, os paralelos, e por fim,
refletiremos sua mensagem, em um momento pessoal de contemplação, de diálogo com Jesus, que
perpassa as páginas do evangelho e chega até a nossa vida. Você está animado? Então vamos lá...
Texto de Marcos 4, 26-32.
26 E dizia Jesus:
“Acontece com o Reino de Deus o mesmo que com o homem que lançou a semente na terra:
27 ele dorme e acorda,
de noite e de dia,
mas a semente germina e cresce,
sem que ele saiba como.
28 A terra por si mesma produz fruto:
primeiro a erva,
depois as espigas e,
por fim,
a espiga cheia de grãos.
29 Quando o fruto está no ponto,
Imediatamente se lhe lança a foice,
porque a colheita chegou.
30 E dizia:
“ Com Que compararemos o Reino de Deus?
Ou com que parábola o apresentaremos?
31 é como um grão de mostarda que,
quando e semeado na terra
- é a menor de todas as sementes da terra –
32 mas,
quando é semeado,
cresce e torna-se a maior que todas as hortaliças,
e deita grandes ramos,
a tal ponto que as aves do céu se abrigam a sua sombra”.
18
Notamos que a primeira das duas parábolas é própria do Evangelho de Marcos, já a segunda
também está presente em Mateus 13,31-32 e Lucas 13,18-19. É um texto sinótico.
A Estrutura
As parábolas parecem pequenas, entretanto, a estrutura e bastante complexa, especialmente a
estrutura da primeira. Nos quatro versículos que compõem a parábola têm-se quatro protagonistas
em quatro momentos diferentes.
O primeiro protagonista é o Reino.
O segundo protagonista é o homem; que é descrito como um semeador, como alguém que coloca a
semente na terra, que depois, se desenvolve com a alternância biológica e cronológica (ele dorme e
acorda, de noite e de dia), trata-se de um homem envolvido pelo tempo.O terceiro protagonista é a
semente que germina e cresce, sem que o homem perceba.
Por fim a terra é a última protagonista, apresentada como o lugar onde a semente evolui e produz
espontaneamente.
Também podemos considerar a colheita como uma personagem importante. A colheita acontece
quando o fruto está maduro, o homem lança a foice, porque chegou a hora da colheita.
Este pequeno texto evoca muitas imaginações, basta pensar um pouco e verás que ele fala da vida
eterna, do fim dos tempos, pois a parábola segue o ritmo normal da vida humana, “acorda e levanta,
dia e noite”; segue o ritmo de uma semente que germina; de uma terra que produz; de uma foice que
colhe.
A segunda parábola é mais simples e só tem dois protagonistas.
O primeiro é o Reino, que aparece no inicio no v.30: “Com Que compararemos o Reino de Deus?
Ou com que parábola o apresentaremos? Nessa pergunta Jesus mostra o Reino. Sua mente e seu
coração está cheio de imagens do Reino.
O segundo protagonista, e o mais analisado, é Grão de mostarda, a menor das sementes que existe.
Esse e descrito a partir de seu intenso diálogo com a terra. Quando é semeado na terra cresce como
o maior das hortaliças, se desenvolve até ter grandes ramos.
É interessante observar que na primeira parábola é protagonista uma semente genérica, na segunda
uma semente específica: um grão de mostarda.
Vejamos quais são os elementos importantes que dá dinâmica aos textos. Existem paradoxos, ou
seja, contradições com a lógica humana de ver as coisas.
A primeira contradição: a presença do homem, que lança a semente na terra, não faz nada, mas a
semente germina e cresce e o resultado e maravilhoso. A segunda contradição está na pobreza das
sementes e na riqueza dos resultados. Tudo isto está comparado ao Reino de Deus, que de acordo
com as parábolas, é algo que não se vê, entretanto, cresce.
19
MEDITATIO
Mensagem do Texto e Três Aplicações
Qual a mensagem que Jesus quer ensinar nessas duas parábolas? Qual mensagem podemos tirar
para hoje, para nossa vida? Qual experiência de Deus emana dessas parábolas? Pode-se tirar várias
mensagens, mas limito-me a uma mensagem fundamental que passa por três aplicações em nossa
vida diária de Igreja e de cristãos.
É uma mensagem de conforto e acolhimento, contra as frustrações e a impaciência. A impaciência
diz: temos semeado tanto e nada germina, queremos ver o fruto crescer rapidamente. A frustração
nasce dos resultados escassos de nosso vida diária. O acolhimento dos resultados, sejam eles quais
forem, nos ajudam a perceber que a postura do cristão, diante do fracasso, é de fé na graça de Deus
e não somente em suas próprias forças. Conforta-nos saber que a semente cresce apesar de nós.
Jesus viveu um ministério cheio de contradições, falava muito e pouco era ouvido, chamava muitos
para segui-lo, mas poucos aceitavam o chamando e o seguiam. Diante do fracasso, inclusive o
próprio, Jesus propõe a regra do Reino, que supera todos os cálculos humanos. As parábolas que
lemos trazem uma mensagem de conforto e consolação diante do fracasso e da impaciência humana
que quer fazer o Reino acontecer rapidamente, o Reino vem como a paciência da terra que de tempo
em tempo produz seus frutos, sem esperar resultados grandiosos. O Reino de Deus é como uma
semente que pouco a pouco produz seus frutos. O Reino cresce de acordo com o tempo de Deus.
ORATIO
Mãe das Mercês, que despertaste em teu servo Pedro Nolasco o desejo de imitar o Cristo Redentor,
dedicando sua vida ao serviço dos mais pobres entre os pobres, os cativos; ao preparar-nos para
celebrar o Jubileu Mercedário, pedimos-te para elevar as nossas orações ao Pai, a fonte de
misericórdia, para que sejamos capazes de contemplar o rosto de teu Filho no rosto dos cativos de
hoje e oferecer alegremente, repletos do Espírito Santo, nossas vidas como a moeda de resgate pelo
nossos irmãos que vivem privados de liberdade e sem esperança nas novas periferias de cativeiro.
Amen.
CONTEMPLATIO
Aplicações Pastorais da Mensagem de Marcos 4, 26-32.
A primeira é a Cristológica, ou seja, está ligada a Jesus. A semente semeada na terra, sepultada,
que produz muitos frutos é Jesus Crucificado e Ressuscitado. É Ele a semente que aparentemente
não produz nada, mas que de fato, se tornou um grande árvore que chega até os céus. Jesus é de fato
a semente que ao crescer tornou-se a casa da solidariedade e da fraternidade onde a humanidade se
encontra com Deus.
20
A segunda é a Eucaristia, ou seja, os Sacramentos. A semente é a Eucaristia, algo pequeno, mas
que condensa toda força capaz de transformar o mundo e os corações humanos. A Eucaristia
Semeada no coração aos pouco gera a fé, a esperança, a caridade. É a partir Dela nasce grandes
obras de extraordinário serviço ao próximo, aos pobres, aos cativos como a Ordem Mercedária que
nasceu da experiência de fé de São Pedro Nolasco. Tudo nasce da pequena semente que é a
Eucaristia.
A terceira é a Eclesiologia, ou seja, sobre a Igreja. A Igreja é uma pequena semente; um pequeno
grão de mostarda; um pequeno rebanho. A Igreja é chamada a semear o Reino de Deus em uma
sociedade que nem sempre é terra acolhedora, por outro lado, deve esperar numa atitude de fé, “de
dia e de noite”, até que a semente germine e produza frutos.
Concluído. É preciso considerar essas parábolas com realismo, cada um de nós é uma pequena
semente, um grão de mostarda e devemos esperar com Fé, sabendo que o Senhor é quem vai colher
os frutos. Lancemo-nos com a consciência de que o Reino de Deus é um refúgio para toda a
humanidade.
Caro amigo, chegamos ao fim de mais uma reflexão. Espero que você goste. Até a próxima...
21
FICHA 2
San Pedro Nolasco, modelo de fe al servicio de la fe
Nolasco, modelo de fe.
San Pedro Nolasco es para nosotros mercedarios un modelo de fe que sabe poner su vida al servicio
de la fe. Su encuentro con Jesucristo y María de la Merced lo llevan a acrecentar en su corazón la
experiencia del amor que lo hace sensible, en la misericordia, a percibir el dolor de los que sufren
privados de su libertad a causa de la fe. Esta relación tan profunda con Jesús-Redentor y María de la
Merced, hace que tenga bien despiertos sus sentidos para escuchar el grito desesperado de quienes
sufren y no se queda sin reaccionar, sino que, al contrario, considera que su vida, bienes materiales,
relaciones eclesiales-políticas, amigos, etc., deben estar al servicio y en beneficio de los cautivos.
Entiende para qué es todo lo que posee. Esta experiencia viva de Dios, que se hace posible por el
mismo espíritu de Dios que habita en él, se va incrementando cada vez más; su compromiso de fe
va aumentado día con día a tal grado que su pasión-amor por los cautivos lo lleva al extremo de
darlo todo por ellos. Pedro Nolasco es un convencido, desde la fe, de la misión que Jesús-Redentor
y María de la Merced le confían.
Pedro Nolasco es nuestra referencia fundamental de quien creyó en Dios, confió y se dejó conducir
por Él. Su alegría vivida en cada liberación alcanzada a favor de cada cautivo era una alegría
anunciada y prometida por Jesús: para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena. Cada
liberación la vivía en el gozo de recuperar para el rebaño de Dios a un hijo que estaba en situación
de privación de su vida plena. Pedro Nolasco amaba a los cautivos y ellos le amaban a Él, porque
era rostro cercano de Jesús que se hacía hermano con ellos, que sentía con ellos y que les ofrecía lo
que más deseaban su libertad para vivir plenamente su fe. Es verdad que eran privados de su
libertad porque confesaban abiertamente a Cristo y era necesario y justo ir en rescate de ellos en el
nombre de Jesucristo. De tal forma que toda liberación que promueve un mercedario se hace en
nombre de Jesucristo (esto es clave para que actué el poder de Jesús en la acción mercedaria). Él
acompaña esta obra de gran misericordia y es su espíritu de amor el que se comunica en los gestos
de todo mercedario que se acerca al cautivo para visitarlo y ofrecerle lo necesario para vivir
plenamente su dignidad como hijo de Dios.
22
La redención es necesaria hacerla presente ahí donde hay hermanos nuestros, hijos de Dios, que no
se les trata como hijos de Dios, privándoles de su libertad y donde ellos se ven en riesgo de perder
la fe porque las circunstancias les son sumamente adversas. Ellos son probados en la fe. Por eso el
mercedario tiene una gran tarea para con los cautivos.
Sin vacilación, por las razones anteriores, nosotros podemos llamar a Pedro Nolasco, “nuestro Padre
en la fe” a la manera como el pueblo de Dios llama a Abraham “nuestro padre en la fe”. Porque él
nos enseña el camino; ha recibido el encargo de Dios y de María para esta obra de misericordia; nos
da ejemplo evangélico de entregar su vida; se ha dejado conducir por el Espíritu de Dios, así lo
constatan los casi 800 años de vida de la Orden. Dios sostiene esta obra de Merced; Él nos sigue
exhortando a no perder el tiempo en la atención de sus pobres los cautivos; el Espíritu Santo
comunicado a cada uno de nosotros nos pide esa respuesta generosa en los tiempos presentes.
Hay que considerar que la prosperidad de la obra iniciada por Nolasco y la perseverancia de la
misma son la manifestación de la confianza y firmeza de lo que Dios le ha confiado a un hombre
digno de confianza como ha sido nuestro Padre Pedro Nolasco. La generosidad de Nolasco es
correspondida con la gran bendición de Dios. En Nolasco somos bendecidos por Dios, él es nuestro
fundador en el camino mercedario; Dios y María de la Merced se lo han pedido así. De Nolasco
venimos, en su espíritu redentor, que es el mismo espíritu de Jesús.
Hermanos dejémonos guiar por el espíritu de Jesús y de Nolasco, solícitos de amor por los cautivos.
De esta manera haremos que esta Orden secular sea renovada, vigorizada, ensanchada y en
crecimiento constante, abrazando cada vez a más cautivos para ponerlos en espacios de libertad y
que puedan vivir plena y dignamente como hijo de Dios.
Hoy la fe es zarandeada de muchas formas en la mayoría de los bautizados. Nuestra fidelidad a
Jesús, nuestro encuentro con Él nos hará fuertes, como quien está en roca firme, para dar nuestros
brazos a quien vacila y sostenerlos desde la roca firme de Jesús que nos sostiene a cada uno de
nosotros.
LECTIO
Jn 6, 68.
Le respondió Simón Pedro:
--Señor, ¿a quién iremos?
Tú tienes palabras de vida eterna.
El texto nos sitúa en un momento crucial y definitivo de la respuesta que deben dar los discípulos a
Jesús. Él se les ha revelado como es. Lo ha dicho muy claro, el camino de la salvación es estrecho y
el de la perdición es angosto. Algunos de los discípulos se quejan y desisten de ir detrás de él
porque saben que es exigente. Seguirlo es poner nuestra vida por su causa. Solamente quien ha
estado en íntima relación con él, que conoce y entiende este amor de Jesús, podrá disponerse a darlo
todo por la causa de Jesús y de su evangelio. Queda muy claro que la vida de Jesús es una vida en
servicio de los más desfavorecidos, de los pobres; en nuestro caso mercedario los pobres son los
cautivos.
23
El texto pone de relieve la necesidad de una experiencia íntima de Jesús que nos ayude y facilite
tener esa experiencia de su amor y que ese mismo amor nos impulse a seguirlo. A Jesús no sólo hay
que escucharlo, hay necesidad de sentirlo y experimentarlo a través de las diferentes formas como
se nos comunica.
Las palabras de Jesús están llenas de vida, no son las de un líder hueco. Jesús al comunicarnos su
palabra nos comunica su espíritu que da vida eso hace una gran diferencia y distinción con
cualquier otro líder que puede tener muchos vacíos. Por eso los oyentes de Jesús afirman: habla
como quien tiene autoridad y no como los escribas, que dicen una cosa y hacen otra. Las palabras
y gestos de Jesús dan vida, así lo experimenta el pecador, el enfermo, el endemoniado liberado, etc.
La identidad de Jesús como camino, verdad y vida la vemos ahí en sus gestos y palabras. Toda
persona que tiene un profundo y verdadero encuentro con Jesús lo quiere seguir. Así vemos a María
Magdalena, al endemoniado de gerasa, a Natanael, a Andrés, etc. El encuentro con Jesús hace brotar
en cada persona un seguimiento generoso de entregar la vida porque se nos revela y lo vemos como
el camino por donde debemos caminar y a quien seguir.
Por eso bien lo dice Pedro: a quien vamos a ir tú tienes palabras de vida eterna. Cuando nos
hemos encontrado con Jesús descubrimos que cualquier otra opción queda anulada o superada. Él es
el Hijo único de Dios a quien hay que escuchar y a quien seguir, así lo afirma el Padre: este es mi
hijo amado escúchenlo.
Nosotros hemos creído y conocido que tu eres el Hijo de Dios. La experiencia de Jesús, que se va
revelando a los discípulos, va suscitando una fe firme en el Hijo de Dios. Una vez que se ha
conocido a Jesús no cabe la posibilidad u opción de seguir a otra persona. Porque en Jesús
encontramos el camino de la vida plena, eterna y verdadera. La perseverancia cristiana se
fundamenta en esta experiencia. El encuentro con Jesús ilumina la vida de todo hombre que se
abre a Él y le da los elementos necesarios para enfrentar y superar toda prueba. Esta firmeza y
perseverancia la vemos ejemplar en el mismo Hijo de Dios, quien se encuentra constantemente en
oración con el Padre, de tal manera que cuando pasa la prueba de las tentaciones en el desierto sabe
distinguir con una claridad que le da firmeza, superando todo titubeo y respondiendo con
contundencia al enemigo: también está escrito que sólo a Dios adorarás.
La experiencia de fe que todo mercedario tiene que hacer, debe tener como fundamento y fuerza
una profunda experiencia con Jesucristo, de tal forma que esta experiencia le proporcione los
elementos necesarios para mantenerse firme en la fe y perseverancia que lo lleven a la meta final
para realizar la obra de Dios y, así enseñar este camino y forma a todo hijo de Dios. Así nos ha
enseñado Pedro Nolasco.
Las palabras de Jesús no sólo dan vida sino que indican también el camino: a quien vamos a ir, tú
tienes palabras de vida eterna. La experiencia de vida con Jesús hace descubrir a la persona que Él
es el único que puede llenar de sentido y plenitud la vida del hombre, por eso Pedro pregunta a
quien vamos a ir después de haber conocido y experimentado que Jesús es quien ha llenado su
existencia. Por la tanto, para seguir a Jesús primero hay que encontrase con él, conocerlo y
enamorarse de Él: Pedro ¿me amas?... Apacienta mis ovejas. Pastorear en el estilo y forma de
Jesús, significa amar a Jesús y mostrarlo en la entrega a su rebaño en la forma desmedida como Él
lo hizo.
24
MEDITATIO
El texto nos da la posibilidad de ver cómo hemos caminado este tiempo de consagración
mercedaria. Cuántas veces nos hemos desencantado, confundido o con qué claridad y firmeza
hemos vivido nuestra respuesta de fidelidad a quien ha derramado su espíritu en nosotros, dándonos
las gracias necesarias para cumplir las obras que nos ha confiado.
Pedro Nolasco ha superado pruebas, desencantos, dificultades. Él ha tenido muy claro que su
experiencia de Jesucristo Redentor lo ha enamorado y que la situación y grito de los cautivos le
daban la oportunidad de vivir su vida en ofrenda generosa al estilo de Jesús. Su vida de fe ha
sido enriquecida con experiencias de Dios que le han confirmado la cercanía y la solidaridad de
Dios en su vida y obra. No cabía la duda en él, por eso se atreve a fundar esta Orden el 10 de
agosto de 1218. Su fe fue firme y ello ha sido confirmado por los casi 800 años de vida e historia
de la Orden. Pedro Nolasco respondió correctamente, desde la fe, es decir, lo que el creyó e hizo,
Dios mismo lo ha confirmado con los años. La fe de Nolasco le hizo mirar con trascendencia,
con esperanza en lo que Dios mismo le estaba ofreciendo y dando a conocer aunque muchas
cosas no las viera; sin embargo en todos estos siglos se puede atestiguar lo que Dios y María de la
Merced hacen en la vitalidad y respuesta de esta Orden.
Dios nos ha llamado, nos ha elegido…sigue llamando y seguirá eligiendo a muchas personas para
que sean partícipes del carisma comunicado a Pedro Nolasco a favor de los cautivos. Una de
nuestras venas por las que se renueva la fuerza carismática comunicada a Nolasco es la Fe. Por
eso también nosotros debemos decir con el apóstol Pedro: Hemos creído y conocido que eres el
Hijo de Dios.
ORATIO
Este texto nos invita a renovar, fortalecer y vitalizar nuestra vida de comunión y cercanía con Jesús.
Él nos ha llamado, se ha fijado en nosotros. A pesar de que veamos nuestra gran pequeñez y
miseria, Dios quiere hacer su obra a través de nuestros si generoso de fidelidad y perseverancia.
Que importante se hace, desde la fe, escuchar a Jesús. Él es la palabra encarnada. En Jesucristo nos
habla el Padre: este es mi Hijo, escúchenlo. Desgraciadamente perdemos muchas oportunidades y
mucho tiempo escuchando voces que no son la voz de Dios, de ahí tanto equívocos, tantas
decepciones, tantos desánimos. Que hermoso e iluminador es escuchar la voz de Dios. En ella (la
voz de Dios) se reconforta y fortalece el alma; en ella encuentra paz el corazón del hombre. El
profeta Elías no descanso hasta escuchar la voz de Dios y en distinguir la voz de Dios de otros
ruidos.
El apóstol Pedro lo dice de una forma sonora: a quien vamos a ir, tú tienes palabras de vida
eterna. Por tanto hay que escuchar a la verdadera palabra que nos indica el sendero de la vida.
Escuchar otras palabras fuera de la palabra de Dios será encauzarnos en un desatino y en un vacío.
La única voz y palabra que puede saciarnos es la voz y palabra del Padre que se hace presente en su
hijo muy amado. Jesús lo dice: el que escucha estas palabras mías y las pone en práctica…se
parece a un hombre que construyo su casa sobre roca.
25
CONTEMPLATIO
Jesús alabada la actitud de María, la hermana de Lázaro, que le da prioridad a la escucha de la
palabra que sale de los labios de Jesús, se pone a sus pies. Deja toda actividad y todo ruido, cosa
que su hermana Martha no hace.
Pedro Nolasco ha vivido su vida de fe desde un encuentro con Jesús, ante todo escuchándolo, así
cumplió lo que el Padre pide en el monte de la transfiguración: este es mi hijo amado escúchenlo.
Desgraciadamente nos cuesta dejar los ruidos y distractores, esto nos impide tener una vida de fe
más vigorosa y más fecunda. El tiempo siempre lo podemos organizar. Jesús, el maestro, buscaba
las horas de la noche (en el tiempo de su vida pública) porque era el momento en que los demás
dejaban de hacerle ruido o demandarle tiempo y atención y se dedicaba a estar con el Padre. Jesús
también se cansaba por eso se quedaba dormido en la popa de la barca. Pretextos, si queremos
siempre los tendremos; pero si queremos vigorizar nuestra vida de fe y afianzarnos en el camino del
seguimiento de Jesús y de poderlo servir muy bien en la misión que nos confía entonces
decidiremos estar más tiempo con Él; escucharemos al Maestro; su palabra hará arder nuestro
corazón como a los discípulos de Emaús y fortaleceremos nuestra comunión con los hermanos
porque con ellos y desde ellos Jesús nos llama a ser merced para los cautivos.
26
27
FICHA 3
Deus Pai de toda Consolação
Encontro com Pedro Nolasco
Sento-me, por um momento, e penso nos meus encontros com Pedro Nolasco, pai e fundador de
nossa família Mercedária, e fico a escutar sua palavra. Comovido pelas lembranças dos encontros
que tivemos e almejando nutrir-me do fruto dessas contemplações, lembro-me de que sou discípulo
de Pedro Nolasco, que sou um mercedário. Lembro-me de um encontro, em particular, que
aconteceu há alguns anos. Estava atravessando um momento de conflito interior e durante a
contemplação da vida de Pedro Nolasco, pensava em suas virtudes e em como ele era apaixonado
pelo ser humano livre, “ser livre para libertar”. Pouco a pouco percebi que brotava, em mim, um
sentimento de consolação interior, de paz, de equilíbrio e de abertura à oração, o que, ainda, não
tinha experimentado.
Recordando aquela experiência me pergunto, por que Pedro Nolasco é capaz de iluminar, de
ordenar e de equilibrar meus sentimentos? Hoje, contemplando mais uma vez sua imagem, sou
envolvido por seu grande fascínio pela liberdade e por seu amor pelos cativos e, sua palavra, mais
uma vez, adentra meu coração, como um bálsamo. Rezemos pedindo a luz do Espírito de Santo:
Vinde Espírito Santo, enchei os corações dos vossos fiéis E acendei neles o fogo do Vosso amor.
Enviai o Vosso Espírito e tudo será criado, e renovareis a face da terra.
OREMOS: Deus, que instruístes os corações dos vossos fiéis com a Luz do Espírito Santo, Fazei
que apreciemos retamente todas as coisas, segundo o mesmo Espírito, E gozemos sempre da Sua
consolação, por Cristo Senhor Nosso. Amém!
LECTIO
Parece-me importante, neste momento em que recordamos a pessoa e a obra de São Pedro Nolasco,
escutar a Palavra de Deus tendo como pano de fundo sua experiência espiritual.
28
O texto para essa Lectio Divina elegi 2 Cor 1, 3-11, é um texto de singular importância para o
carisma mercedário, pois revela a sua origem, sua identidade carismática e sua missão2. Este texto é
muito importante particularmente, sobretudo para os tempos difíceis.
Como se sabe, em primeiro lugar, é preciso que seja feita uma leitura atenciosa com o objetivo de
conhecer a estrutura, o dinamismo interno e os temas que dele emergem. Posteriormente, na
meditação, tentar-se-á compreender a mensagem de Paulo, hoje, e sua aplicação à luz do carisma
mercedário. Vamos ler o texto3:
2 Cor 1, 3-11
3Bendito seja Deus, Pai de nosso Senhor Jesus Cristo, Pai compassivo e Deus de todo
consolo, 4
que nos consola em qualquer tribulação para que nós, por força do consolo que
recebemos de Deus, possamos consolar aos que sofrem qualquer tribulação. 5Pois, como
abundantes são nossos sofrimentos por Cristo, assim por Cristo é abundante nosso consolo. 6Pois, se sofremos tribulações, é para vosso consolo e salvação; se recebemos consolo, é
para vosso consolo, que vos dá forças para suportar o que nós suportamos. 7nossa
esperança em relação a vós é firme, pois sabemos que da mesma forma que partilhais
nossos sofrimentos, também partilhareis nosso consolo. 8Não gostaria, irmãos, que ignorásseis o que tivemos de aguentar na província da Ásia:
algo que abateu tão acima de nossas forças, que não esperávamos sair com vida. 9Dentro de nós trazíamos a sentença de morte, para que não confiássemos em nós mas em
Deus que ressuscita os mortos. 10
Ele nos livrou de tão grave perigo de morte, e continuará nos libertando. Estou seguro de
que nos livrará de novo, 11
se colaborais rezando por nós. Assim, sendo muitos os que
alcançam esse favor, serão muitos os que o agradecerão.
A Estrutura
O texto que elegemos faz parte do início da segunda epístola de São Paulo aos Coríntios, um
começo insólito porque geralmente o apóstolo inicia suas cartas louvando a Deus por algum motivo
relativo à vida da comunidade. A saudação solene é um louvor que nasce de sua experiência de
vida.
Podemos dividir o texto em sete partes:
No início, Paulo afirma que Deus é consolador (vv 3-4a), o que é indicado de formas diversas:
Pai de nosso Senhor Jesus Cristo – fazendo um paralelo a outro texto paulino – como Pai
misericordioso - fazendo paralelo ao Primeiro Testamento – como Deus de toda consolação –
característica nova para o Segundo Testamento. Essa característica aparecerá em todo o texto.
Enquanto escreve, Paulo percebe que Deus o consola.
Na segunda parte (v 4b), especifica que é a comunidade o lugar onde a consolação divina
acontece. Paulo é consolado para que - possamos consolar os que sofrem qualquer tribulação –
a graça da consolação recai sobre toda a comunidade.
A terceira parte, que compreende os (vv 5-6), é uma repetição explicativa dos versículos
anteriores. Paulo diz: 5Pois, como abundantes são nossos sofrimentos por Cristo, assim por
Cristo é abundante nosso consolo. 6Pois, se sofremos tribulações, é para vosso consolo e
2 Proêmio das constituições Amerianas de 1272.
3 Escolhemos o texto da Bíblia do Peregrino.
29
salvação; se recebemos consolo, é para vosso consolo, que vos dá forças para suportar o que
nós suportamos. O sinal de que a comunidade participa da consolação é a sua capacidade de
suportar a tribulação, com paciência, resistência e nobreza apostólica.
No (v 7), aparece a profissão de fé de Paulo: Nossa esperança em relação a vós é firme, pois
sabemos que da mesma forma que partilhais nossos sofrimentos, também partilharemos nosso
consolo. Aqui, Paulo aplica no presente, o futuro que ele, como pessoa de fé, já vive. Assim
como os que participam do sofrimento, participarão também da consolação.
Na quinta parte, (vv 8-9) ele apresenta um exemplo concreto do que significa a tribulação que
suportou quando estava na Ásia: Algo que nos abateu tão acima de nossas forças, que não
esperávamos sair com vida. O que Paulo viveu é tão dramático que me faz recordar as palavras
de Jesus no Jardim Getsêmani: - Sinto uma tristeza mortal; ficai aqui vigiando4. Paulo está
falando do sofrimento mortal que viveu após ter recebido a Sentença de morte. Aqui está
presente a força da esperança que não o deixou cair no desespero.
A sexta parte, (v.10), a força da fé se manifesta e com ela o aspecto positivo daquela
experiência dramática. A confiança inabalável em Deus que ressuscita os mortos o libertou da
morte. É essa certeza que Paulo traz dentro do seu coração.
Por fim, a sétima e última parte (v.11). A experiência pessoal, vivida por Paulo, torna-se, agora,
a base de sua pregação para a comunidade, na intenção de manter a comunidade firme na fé de
que o Senhor os libertará, a todos. A comunidade será abençoada pelo sofrimento de Paulo.
Bem, acho que você poderia ler o texto mais uma vez. Que tal?.
A palavra chave
Estamos relendo um texto denso, no aspecto teológico, e profundamente emocionante, no qual
Paulo apresenta uma teologia nova, ou pelo menos, pouco explorada na bíblia até este momento. Ao
ler o texto, percebe-se facilmente que a palavra chave é Consolação ou consolo. O termo bíblico,
presente seis vezes no nosso texto - para, klhsij – paraklesis, parakaleo5. Termo, que aparece, seja
na forma nominal, seja na forma verbal, cerca de 10 vezes na língua de Paulo, sobretudo no capítulo
7, 5-7: 5Nem sequer ao chegar a Macedônia encontrei alívio corporal, mas todo tipo de
adversidade: por fora contendas, por dentro temores. 6Mas Deus, que conforta os abatidos, nos
confortou com a chegada de Tito. 7Não só com sua chegada, mas também com o consolo que havia
recebido de vós: ele me contou sobre vossa saudade, vossa angústia, vosso afã por nós; e isso me
alegrou ainda mais. Este texto nos leva a perceber que a comunidade de Corinto viveu grandes
tribulações, sofrimentos e pre-ocupações, todavia, revela que, apesar de tudo, a comunidade
também viveu a consolação divina, concretamente. Deus é um Deus que consola e que não
abandona seus filhos quando esses chegam ao limite de suas forças.
Vejamos mais um texto paulino onde a consolação aparece como tema central. Em Col 1,24: Agora
me alegro de padecer por vós, de completar, a favor de seu corpo que é a igreja, o que falta aos
sofrimentos de Cristo. Paulo, aqui, não usa a palavra consolação, todavia expressa uma consolação
concreta que está vivendo. Mas, utiliza o termo grego avntanaplhrw/ ta. u`sterh,mata –
antanaplero ta usteramata, ou seja, completar o que ainda falta aos sofrimentos de Cristo. Paulo
4 Marcos 14, 34.
5 A utilização de alguns textos bíblicos na língua grega, idioma da Bíblia no Segundo Testamento, e do hebraico,
idioma do Primeiro Testamento, é de caráter pedagógico e quer somente mostrar ao leitor, que para ler o texto bíblico
com mais segurança, ou seja, sem fazer afirmações fundamentalistas é preciso, primeiro, entender que o texto bíblico
que temos presente é uma tradução do hebraico ou do grego, e que muitas vezes a tradução não consegue expressar o
que, na verdade, está escrito nos códices antigos da Bíblia.
30
está Com-crucificado com Cristo, pelo seu corpo que é a Igreja e vive a consolação profunda que
vem de Deus.
Vem-me, agora, uma iluminação interior. Você compreende a beleza do sofrimento que é vivido em
comunhão profunda com Cristo. Tal sofrimento é a certeza de que a esperança jamais acabará para
a Igreja e para a pessoa de fé.
Três afirmativas teologicas
O texto de 2 Cor 1,3-11, que estamos estudando, sugere três afirmações teológico-pastorais
importantes.
PRIMEIRA: O nosso Deus é um Deus que Consola - 3Bendito seja Deus, Pai de nosso Senhor Jesus
Cristo, Pai compassivo e Deus de todo consolo. O divino, a nosso favor, é de consolação e conforto
e nunca de julgamento e destruição. O que recorda as palavras do profeta Isaías 40, 1 - `~k,(yhel{a/
rm:ßayO yMi_[; Wmßx]n: Wmïx]n: - nahamû nahamû ‘ammî yomar ’elohêkem – consolai,
consolai meu povo, diz o vosso Deus. Deus é a nossa paz, nosso tesouro, a nossa felicidade é, nada
mais que, um atributo da consolação divina.
SEGUNDA: Na vida de discípulos e missionários de Cristo, somos muitas vezes atribulados e
afligidos. A palavra chave de nosso texto – consolação – aparece 10 vezes; a palavra aflição e
tribulação aparecem 3 vezes (v 4.6), isso quer dizer, que a teologia do texto, não é da morte, mas da
esperança na Ressurreição (v 9). O que verdadeiramente importa é a consolação de Deus para nós,
seus discípulos-missionários e para os outros, nossos irmãos (as).
TERCEIRA: A consolação que Paulo vive não é somente para si, mas para toda a comunidade. A
consolação faz parte da obra pastoral da Igreja que deve ser a portadora do Espírito de Deus, e,
portanto, deve realizar a obra do Espírito. Ou seja, consolar os aflitos e atribulados em seus
sofrimentos físicos e espirituais. Deve ser a voz dos injustiçados e empobrecidos e ação na
libertação dos cativos.
MEDITATIO
Consolação a partir do Carisma Mercedário
Na segunda parte da lectio divina, na meditação, vamos tentar responder a alguns questionamentos
que brotam do texto: Em que consiste a consolação que nos fala Paulo? Em que consiste a
consolação Mercedária?.
As temáticas da Consolação e da Liberdade aparecem, no proêmio das Constituições Amerianas
de 12726, como fundamento da vocação Mercedária:
Como Deus, Pai de Misericórdia e de toda consolação e dador de alento em toda
tribulação, por sua grande misericórdia, enviou a este mundo seu Filho, Jesus Cristo, não
só para visitar todo gênero humano – que aqui se achava como num cárcere, cativo, em
poder do diabo e do inferno – mas também para visitar e livrar a todos os amigos que
6Regra e Constituições da Ordem da Bem Aventurada Maria das Mercês. Cúria geral, Roma 1986, pp. 9-11.
31
aguardavam nesse cárcere, em poder do citado inimigo, a fim de introduzi-los na sua
glória. ...
A estrutura do proêmio é simples; tudo está fundamentado na obra de São Pedro Nolasco, vejamos:
Como Deus, Pai de Misericórdia,
Deus de toda consolação,
E dador de alento em toda tribulação,
Por sua grande misericórdia enviou seu filho a este mundo,
Para:
a. Visitar a todo gênero humano que se achava como num cárcere, cativo...
b. Visitar e libertar a todos os amigos que aguardavam nesse cárcere,
c. Para introduzi-los na glória (ressurreição).
O fundamento da vocação mercedária é - hw"hy> -YHWH que no Êxodo 34,6-7, é apresentado
como: O Deus compassivo e clemente, paciente, misericordioso e fiel, que conserva a misericórdia
até a milésima geração. Essa é a identidade de YHWH. Essa é, também, a plataforma onde está
alicerçado o carisma mercedário. Vejamos os pontos de encontro entre o proêmio mercedário e o
texto paulino:
- Misericórdia, termo que expressa um movimento que impulsiona o envolvimento de
compaixão com a dor e o sofrimento do irmão cativo do pecado e das injustiças, fruto do egoísmo e
da ganância do poder.
- Consolação, movimento interior, que faz com que a pessoa seja capaz de sair de si para
confortar o irmão que vive uma tribulação moral, afetiva, social, política e também espiritual,
realidade, que, às vezes, pode afastá-lo de Deus e da Igreja.
- Alento, que é devolver ao irmão cativo a força recriadora de Deus.
ORATIO
Livres para Libertar7
Se o povo grita desde a sua agonia,
onde escondes tua vida, mercedário?
não sabes o abecedário
da ordem de Nolasco e de Maria?.
O Carisma não é apenas teoria;
se o homem é para o homem carcerário,
és para o outro solidário?
e comungas seu cálice a cada dia?.
És, já és livre para libertar?
és cativo do seu desamor?
Aprende de Nolasco e do mar!.
Agarra dos outros a dor,
Põe-te na beira do seu caminhar
adentra no Cristo Redentor!.
7 LUIS GARCIA DIAZ, Poesias dos Corazones Mercedários, p. 127. Tradução: Padre Mateo Alonso Perez.
32
CONTEMPLATIO
Aplicações Pastorais
A consolação, em geral, acontece de três modos e atinge o ser humano total, em todos os níveis de
sua vida natural e sobrenatural. A consolação abrange toda a vida da pessoa: intelectual, afetiva e
espiritual. Vejamos como nossa pastoral mercedária pode atuar para ser uma presença libertadora
de Deus.
A consolação intelectual pode ser percebida como uma inspiração que vem à mente e dá sentido ao
sofrimento, fazendo a pessoa entender que todo sofrimento vivido em Cristo o leva à Salvação.
Também se compreende que o amor de Deus abraça o ser humano e lhe dá compreensão de sua fé.
Faz com que ele entenda o mistério da vida de Cristo. Lembro-me de Santo Agostinho que buscava
a Deus e, quando o encontrou, entrou em êxtase, aclamando que agora havia entendido a beleza
desse mistério. "Tarde te amei, ó beleza tão antiga e tão nova, tarde te amei! Eis que estavas dentro
e eu fora. Estavas comigo e não eu contigo. Exalaste perfume e respirei. Agora anelo por ti.
Provei-te, e tenho fome e sede. Tocaste-me e ardi por tua paz."8. A pastoral mercedária pode ajudar
o fiel a experimentar a força do amor gratuito de Deus no ensino profundo da a palavra.
A consolação afetiva é um fruto que se sente no coração. Experimenta-se, sente-se uma consolação
intelectual particularmente intensa, uma paz profunda em meio às situações dolorosas. A
consolação do coração é fundamental para que as escolhas, ou seja, o discernimento seja sincero e
não sentimentalista. O carisma Mercedário nos oferece um suporte psicológico ao afirmar que a
obra da liberdade só é realizada por pessoas livres, livres para libertar. Paulo exorta dizendo: O
próprio Senhor nosso Jesus Cristo e Deus nosso Pai, que vos amou e vos favoreceu com um
consolo perdurável e uma esperança magnífica, vos dê ânimo e vos fortaleça para todo tipo de
palavra e boas obras.(2 Ts 16-17). A pastoral Mercedária é presença consoladora de Deus para os
encarcerados, para os doentes, para os empobrecidos. É uma visita libertadora de Deus.
A consolação espiritual é muito importante, porque eleva o ser humano a uma realidade
sobrenatural e o liberta das cadeias da consciência negativa sobre Deus e sobre a existência humana.
Toca profundamente a sua alma e, ao mesmo tempo, responde aos questionamentos mais profundos
de seu ser. Aqui, recordo as palavras de Jó ao contestar as acusações de seus amigos: Eu sei que
está vivo o meu - laeGO - gœ°¢l - Vingador-Redentor9 e que no fim se levantará sobre o pó. (Jó
19,25). Jó espera e deseja a consolação de Deus antes de morrer ou depois da morte, ou ressuscitará
para recebê-la. A pastoral mercedária anuncia a misericórdia de Deus, liberta o ser humano das
experiências negativas da fé, aprofundando a vivência do amor-ágape, especialmente para com os
carentes de fé, os pobres de espírito.
Quero concluir trazendo outra experiência de Paulo, quando revela o que significa ser consolado
espiritualmente: Combati o bom combate, terminei a corrida, mantive a fé (2 Tim 4,7). Sem dúvida,
guardar a fé e a confiança é a grande missão e motivação do mercedário, ainda que seja em vasos de
barro (2 Cor 4,7ª).
8 Confissões de Santo Agostinho.
9 O vingador é uma instituição jurídica antiga. Um membro da família está obrigado a vingar seu próximo, em caso de assassinato,
matando o culpado Cf. Dt 19,6-12. O ato e a obrigação de vingar baseiam-se em laços de solidariedade. Deus assume a função em
relação a Israel. O ato de vingança deve provar a inocência da vítima. O latim traduziu o termo hebraico gœ°¢l por redentor = a
resgatador, e passou para nossas línguas. Bíblia do Peregrino, pp 1097.
33
FICHA 4
Generosidad
Ser testigos de la Fe.
Siguiendo la reflexión planteada desde el secretariado de vida religiosa y teniendo en consideración
la memoria y la celebración de san Pedro Nolasco en vistas a las fiestas jubilares de los 800 años de
nuestra Orden, es importante abrirnos a la luz del espíritu para meditar sobre la Generosidad.
Es hermoso y valioso ver los gestos tenidos por Jesús durante su vida terrena hacia los más
necesitados; ya el programa de vida que Jesús plantea en la sinagoga de Nazaret, al iniciar su vida
pública, trayendo a la memoria el texto de Isaías 61,1 comunica implícitamente el tema de la
generosidad, al decir: …para anunciar la buena nueva a los pobres, la liberación a los cautivos.
Estos elementos implican un darse no sólo de lo que se tiene y posee, sino una generosidad que
estará marcada como Jesús lo dirá: no hay amor más grande que dar la vida por los amigos (Jn
15,13).
En este sentido el espíritu de la Merced, recibido como gracia del Espíritu Santo por san Pedro
Nolasco, nos impulsa en la fidelidad e identidad mercedaria a ser generosos desde nuestra propia
vida. La alegría de darnos está implícita en el mismo gesto de la entrega generosa. Jesús nos da esa
clave: les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes (Jn 15,11). Es decir, hay una actuación
viva del Espíritu de Dios en nosotros cuando estamos siendo gesto de entrega generosa.
Esa es la gran riqueza misteriosa de nuestra vocación y consagración. Por lo tanto, Jesucristo
Redentor y san Pedro Nolasco nos invitan a tomar conciencia desde nuestra respuesta vocacional,
que quiere seguir siendo un si al Señor, que no hay otra vía que la generosidad, mirando desde la
fe a los bienes de arriba. Es importante que nuestra vida de fe nos vaya abriendo, a cada uno, a esta
34
solicitud del Señor, lo que la voluntad divina nos va pidiendo. Así lo han vivido los grandes
referentes y pilares de la fe: María (la Madre de Jesús y Madre nuestra), Abraham, Moisés, san
Pedro Nolasco… Ellos han partido desde una fe amplia, arriesgada a caminar por los caminos
trazados por el Señor y siempre confiados hasta donde Dios los quisiera llevar. Estos ejemplos nos
invitan a renovar nuestro compromiso de ser testigos de la fe. Esta vida de fe exige una profunda
experiencia de Dios, una experiencia profunda humana que nos haga ver nuestra pequeñez ante el
gran misterio de Dios.
Si nosotros queremos ser fecundos en nuestra vida consagrada, en nuestra vida de fe, en nuestra
Orden, el camino exigido para lograr esto es el camino de la generosidad. Hay que darnos, sin
esperar nada a cambio, hay que darnos gratuitamente, Dios hará que las cosas vayan dando su fruto.
Este es el secreto planteado por Jesús en las parábolas del Reino: se siembra la semilla y sin que se
sepa va dando sus tallos, sus hojas y sus frutos… (Mc 4,26) va actuando la gracia en las obras que
brotan desde el querer de Dios y en las cuales nosotros somos simples colaboradores e
instrumentos. La obra es de Dios.
LECTIO
Los textos referidos sobre la generosidad en los evangelios son muchos, variados, densos y con
mucha riqueza, no podemos referirnos a todos y debemos elegir uno, por eso proponemos el
siguiente:
Jn 15,13
No hay amor más grande que el dar la vida por sus amigos
Este versículo está situado dentro del capítulo 15 del evangelio de Juan, cuyo texto es de un amplio
significado teológico y exegético.
El amor está ligado a la generosidad. Se resalta y valora la vida, sobre todo la vida de los demás. En
este caso los mercedarios debemos valorar la vida de los cautivos como ya el mismo Jesús lo hace y
como san Pedro Nolasco, fiel seguidor de Jesús lo hace también.
Valorar la vida de los demás pero no como personas ajenas sino como amigos. Es un amor de filos
o filon, de amigos o de amistad. Estos nos lleva a una relación donde se van abriendo los
sentimientos de amistad, de sentirnos en conexión , donde no somos indiferentes, donde sentimos al
otro como parte importante de nuestra vida.
Así lo dice Jesús, ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando… ya nos lo llamo siervos
sino amigos (Jn 15,14). Nuestra disposición va muy relacionada con la generosidad. Se es amigo de
Jesús desde hacer lo que él nos manda (disposición) y se demuestra esta disposición en la
generosidad de entregar nuestra vidas en esa relación profunda que se desarrolla de amistad. Por lo
tanto nuestra relación con los cautivos no debe ser una relación a distancia sino cercana y concreta,
donde se visita y libera (Proemio de las Constituciones de 1272) y sólo ahí y así se podrá manifestar
la generosidad.
La generosidad en este sentido supera la utopía, es decir se hace gesto cercano y concreto: denles
ustedes de comer…Señor no traemos aquí más que 5 panes y dos pescados y que es esto para tanta
35
gente?... (Lc 9,13). Jesús nos invita a ser generosos compartiendo, alguien que no comparte no
puede ser generoso y su status es un status de ideas pero no de compromiso.
MEDITATIO
Pongamos delante de Jesús: ¿cuál es el estado de nuestro corazón? ¿Qué tanto espacio le damos a
la voluntad divina en nuestro corazón como para que Dios pueda actuar en nosotros y ser
generosos? ¿Qué tan frío puede estar nuestro corazón, qué tan indiferente? ¿Qué tan duro en la falta
de fe?.
El amor verdadero es profundo, nos transforma interiormente, busca felicidad, plenitud, lleva a
sacrificarse por amor en una experiencia de felicidad porque nos lleva al bien de quien se ama y al
bien común.
¿Qué tantos talentos tengo y los he multiplicado desde la generosidad fecunda o han ido
desapareciendo desde la esterilidad del egoísmo, flojera y falta de compartir?
Dios ya nos bendice en su amor que constantemente derrama en su espíritu en nosotros de muchas
formas pero ¿qué tanto esta dinámica de vida se multiplica desde la generosidad o queda ahí entre
las piedras sin echar raíces y por la tanto sin crecer y producir permanentemente?.
ORATIO
Hay que dejar que el Espíritu Santo, que es el amor del Padre y del Hijo, penetre nuestros
corazones, como penetro los corazones de los discípulos de Emáus que sentieron arder sus
corazones ante la voz y palabra que Jesús resucitado les comunicaba y que fue capaz de vencer su
incredulidad, sus resistencias y retomar desde esta experiencia la vida de la comunidad como
testigos de la experiencia de Jesús resucitado. El amor de Jesús que por el Espíritu Santo quiere
actuar en nuestro corazones, que nos pide abrirnos a esta gracia, nos irá llevando no sólo a una
renovación y vitalidad desde la fe sino a una disposición de darlo todo a favor de los demás. Desde
esta experiencia podremos ir entendiendo la entrega de Jesús y de san Pedro Nolasco. Nuestros
modelos redentores.
CONTEMPLATIO
El texto de Juan nos invita a renovarnos, a abrirnos a la acción del Espíritu Santo como aconteció en
los discípulos de Emaús. Dejaron que Jesús caminara con ellos. Los hizo regresarse de un camino,
de un destino impulsado por la desesperanza a un camino de la comunidad de los testigos de la
resurrección de Jesús, llenos de esperanza.
Analicemos cuáles son nuestros caminos, que tanto se han acercado o alejado del camino de la
comunidad que es testigo de la fe. En la comunidad, Jesús nos invita a ser generosos. Sólo así el
espíritu de Cristo Redentor y el ejemplo de san pedro Nolasco seguirán vivos contagiando vida y
libertad a los cautivos. Viviendo una vida gozosa en el espíritu de Jesús.
36
37
FICHA 5
La misericordia en san Pedro Nolasco
como expresión fecunda de su fe
Fe y Obras.
La vida de fe de san Pedro Nolasco se nos revela como una fe viva y de sentidos abiertos. ¿Por qué
de sentidos abiertos? Él sabe escuchar la voz de Dios que se hace presente en los cautivos=los
últimos. Entiende que de ellos es el Reino de los Cielos (los últimos serán primeros). Este escuchar
a Dios, desde su fe, le hace disponible para atender a sus hermanos que sufren cautividad. Siente sus
dolores, su privación de libertad, sus angustias…los mira como el rostro vivo de Dios. Esta mirada
de fe lo lleva a extender sus manos de ayuda y rescate hacia quien quiere salir de su cautividad,
liberarse de toda opresión. Su corazón no encuentra paz hasta que ve que ha respondido
generosamente a este Dios que le ha confiado obra de tan gran misericordia.
San Pedro Nolasco es un hombre de fidelidad a Jesucristo, quien lo ha llamado y elegido para que
vaya y de fruto y su fruto permanezca. La obra de Nolasco en la Merced es una obra de
trascendencia porque brota de la fuerza del Espíritu de Dios, comunicado a Nolasco desde su
bautismo y confirmado con la vocación especial de atención a los cautivos privados de libertad a
causa de su fe. Él es servidor de Jesucristo y de los cautivos. Así entiende su vida y así la desgasta
totalmente a favor de ellos.
San Pedro Nolasco nos enseña “primero” a escuchar a Dios; “segundo” a obedecerlo haciendo
lo que Él nos dice y, sólo así dando fruto. En las bodas de Caná, la Virgen María dice a los
servidores: hagan lo que Él les diga. El secreto del éxito, de trascendencia, de abundantes frutos de
nuestra vida de fe y consagración está en obedecer a Jesucristo como lo hizo nuestro Padre san
Pedro Nolasco. Nosotros queremos muchas veces que nuestros proyectos den fruto abundante y
38
muchas veces vemos proyectos frustrados porque no parten desde una fe obediente al proyecto del
Padre. Nosotros que hemos decido responder al llamado de Dios, de tomar este camino de
consagración, estamos invitados, en la manera ejemplar de Nolasco, a obedecer, desde la fe, al
proyecto de Dios.
Ahí está una de las claves para entender la trascendencia de la Orden en casi 800 años de historia.
Es una obra y presencia que ha brotado de la voluntad divina encarnada en un hombre de fe
disponible totalmente a la acción del Espíritu Santo en él. Haciendo, desde la fe, lo que Dios le
pedía. Por eso su gran sabiduría de tomarse de la mano de la Virgen María, la mujer excelsa que dio
vida en su vientre al Hijo de Dios, obedeciendo desde la fe a este plan revelador y misterioso de fe
que implica absoluta confianza y entrega. San Pedro Nolasco ha permitido actuar a Dios en toda su
persona, llevándolo hasta los cautivos y redimiéndolos. Por eso esta obra y Orden han permanecido
porque ha brotado del querer de Dios y pasado por un hombre de fe (fiel) que busco hacer la
voluntad de Dios. He ahí porque la Orden a lo largo de la historia ha seguido dando frutos de
misericordia y redención.
Si queremos que nuestra Orden siga dando frutos de redención, entonces debemos renovar nuestra
fidelidad, obediencia y generosidad a la voluntad de Dios para que sea Dios quien haga su obra en
nosotros a favor de los cautivos y así se cumpla Su proyecto de misericordia para quienes lo
necesitan, como son los cautivos.
LECTIO
Mt 25, 40.
Y respondiendo el Rey les dirá:
De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis
a uno de estos mis hermanos más pequeños,
a mí me lo hicisteis.
El texto de Mateo nos sitúa en un marco central de la experiencia teológica de la comunidad de fe.
No se puede afirmar la comunidad cristiana como tal sino tiene una fuerte sensibilidad de
compasión a sus hermanos los últimos. Jesús va a hacer referencia constante a los últimos; son ellos
los que le interesan de una forma prioritaria, aquellos a los que las personas seguras, arrogantes y
soberbias desprecian o a las que el mundo desprecia. Por eso con razón alude san Pablo aquella
expresión:
1Co 4,9: Porque considero que a nosotros los apóstoles, Dios nos ha exhibido en último lugar,
como a condenados a muerte; porque hemos llegado a ser espectáculo para el mundo, para los
ángeles y para los hombres. Nosotros somos insensatos por causa de Cristo; vosotros sois sensatos
en Cristo. Nosotros somos débiles; vosotros fuertes. Vosotros sois distinguidos, pero nosotros
despreciados.
Hasta la hora presente sufrimos hambre y sed, nos falta ropa, andamos heridos de golpes y
sin dónde morar. Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos. Cuando somos insultados,
39
bendecimos; cuando somos perseguidos, lo soportamos; cuando somos difamados, procuramos ser
amistosos. Hemos venido a ser hasta ahora como el desperdicio del mundo, el desecho de todos
…. Jesús se hizo último para tomar desde esa posición a todos. Asume la cruz para redimirnos; vive
el sufrimiento para que recibiéramos amor; se hace pobre para enriquecernos…
Mirar y socorrer a los últimos: los pobres, cautivos, encarcelados, enfermos, forasteros, sin ropa ;
nos significa vaciarnos, darnos y entregarnos. Esa es la descripción que hace el apóstol san Pablo en
el texto a los Corintios antes referido. Los apóstoles se han hecho últimos para que los demás
recibieran todo el amor de Dios de manera multiforme, es decir, de diferentes maneras. Siempre
renunciando a ellos mismos para que esa renuncia significase entrega concreta de amor a los demás.
El texto nos deja claro que el evangelio anunciado por Jesús tiene como destinatarios a los pobres,
ciegos, cautivos, oprimidos, enfermos… a ellos se les anuncia y comunica la gracia de Dios a través
de la kenosis (=vaciamiento de sí mismo) de Jesús, de los apóstoles y todos los que seguiremos a
Jesús en el transcurso de la historia cristiana. Seguir a Jesús y asumir su evangelio nos obliga a
desprendernos de lo nuestro y de nosotros mismos. Este es el camino mercedario del cuarto voto.
Este es el culmen de la respuesta vocacional mercedaria.
Estos últimos son nuestros hermanos. No se trata de cualquier persona. Jesús ubica a los últimos
como nuestros hermanos. Él mismo los llama hermanos y Él mismo nos dice: les dejo un
mandamiento nuevo, ámense los unos a los otros como hermanos. Cuando la historia humana tenga
que rendir cuentas a Dios no podrá decir que no tuvo la oportunidad de salvarse desde la
experiencia solidaria y redentora con los pobres porque Jesús mismo lo asevera: a los pobres
siempre los tendrán con ustedes.
Los pobres son los destinatarios de Jesús, de su evangelio; ellos son los destinatarios de todos los
colaboradores de Jesús a lo largo de la historia. Pero su realidad siempre exigirá darlo todo. Son
pocos los que se atreven a hacer este camino de darlo todo. Este es el camino angosto. Donde hay
que privarse de todo en ocasiones y situaciones inesperadas pero que siempre revelan la
disponibilidad del convencido del evangelio. Es el paso de la retórica a lo concreto, de hacer vida el
evangelio. Es el paso que pocos dan, es el paso que ha dado Nolasco.
¿Por qué la fuerza de la fraternidad en la palabra hermano de este texto de Mateto 25, 40? Porque
cuando nosotros realmente sentimos al otro como hermano es cuando se hace posible que el amor
esté vivo y se haga gesto cercano hacia el otro. Mientras no sea un realidad la fraternidad con el
otro, será siempre difícil hacerse gesto de amor y redención ante las necesidades del otro. Si no hay
fraternidad seguiremos siendo indiferentes, no nos cuestionará ni nos preocupará mucho la realidad
de necesidad del otro. Sólo cuando sintamos al otro como hermano se hará posible acercarnos a
tender la mano de caridad, de misericordia.
¿Por qué las obras de misericordia agradan a Dios? Porque todo gesto de misericordia brota de un
amor compasivo, es decir, un amor que siente la realidad del otro y que hace algo concreto y eficaz
para remediar la necesidad del otro. Pero sobre todo porque brota del amor hacia donde hace falta
amor podríamos decir: brota de Dios (porque el amor caracteriza a Dios) para llevar a Dios donde
hace falta. Podríamos afirmar que la misericordia en su forma multifacética es el rostro de Dios=
Conmigo lo hicisteis. Podemos decir que la misericordia es el vehículo que hace viva la presencia
amorosa de Dios.
Por lo tanto san Pedro Nolasco se ubica en el camino de aquellos que siguieron fielmente a Jesús,
agradando al Padre, porque agrado a Dios llevando misericordia a los cautivos, llevando ese amor
40
del que los cautivos estaban sedientos, un amor de redención y de libertad. Por eso el Padre dice de
Jesús en su bautismo: este es mi hijo amado en quien tengo mis complacencias y, por eso, Jesús
dice en el evangelio de Juan: ustedes serán mis discípulos si hacen lo que yo les mando y lo que yo
les mando es que se amen los unos a los otros como yo los he amado.
San Pedro Nolasco ha amado a los cautivos como a sus hermanos porque Jesús así lo hizo primero
desde la cruz, viviendo plenamente su amor redentor y es ese Jesús Redentor a quien Nolasco quiso
seguir fielmente y que quiere que nosotros mercedarios sigamos fielmente en estos tiempos
modernos.
Bien nos recordará san Juan en sus cartas: si decimos que amamos a Dios a quien no vemos y no
amamos al prójimo a quien vemos somos unos mentirosos. Por tanto afirmamos que el amor se hace
concreto en la verdad de los gestos de la misericordia.
MEDITATIO
El texto nos invita a meditar en tres expresiones importantes: 1) ¿Quiénes son los últimos para
Dios?; 2) Los últimos son nuestros hermanos; 3) Lo que hacemos o no hacemos a los últimos es a
Dios a quien se lo hacemos o dejamos de hacer.
Sobre estos tres elementos que el texto de Mt 25,40 nos sitúa, se hace necesario analizar en
profundidad nuestro profesión de fe desde el compromiso del amor. Es decir profesamos amar a
Dios pero ¿nuestros gestos concretos revelan realmente si lo amamos?. Por ejemplo cuando
decimos: ¡¡¡ a como nos fastidia este hermano viejito, apestoso; este jóven inmaduro, inexperto,
imprudente; este enfermo que me quita mi tiempo; hay como me desespero cuando escucho hablar a
éste, siempre repite lo mismo; que flojera tener que ir a la cárcel, se lleva mucho tiempo y ¿para
qué? Si son culpables, ni sus familiares los van a ver; este siempre me pide ayuda, quiere que le
comparta pero esto es mío, ha sido mi ahorro; es lo único que tengo…!!!.
Es importante distinguir: los últimos que son el rostro de Dios siempre tienen necesidad y el amor
es el único camino que hace posible compartirles aunque sea lo único que tengamos, dice Pedro al
mendigo de la puerta hermosa del Templo de Jerusalén: no tengo oro ni plata pero lo que tengo te
lo doy: en nombre de Jesús levántate y camina. Este texto nos da la clave: lo que tengo te lo doy en
el nombre de Jesús. Nuestro dar se convierte en un dar responsable desde la fe ante la necesidad
verdadera de los demás haciéndolo en nombre de Jesús. Todo lo que hagamos en la caridad, ante la
necesidad verdadera de los demás, hagámoslo en nombre de Jesús. Este es un amor de
trascendencia. Nuestro amor muchas veces no trasciende porque nos hace falta hacerlo en nombre
de Jesús. Por lo tanto el amor es gestación de misericordia ante quien pasa necesidad, en el amor
verdadero se manifiesta el compromiso ante la necesidad del otro.
San Pedro Nolasco fue un hombre probado en el amor. Un amor que fue cada vez más pleno en él.
Este amor fue fortaleciéndose en él desde el encuentro con Jesucristo y con los cautivos. Por lo
tanto era un hombre sensible en la fe, en el amor y ante las necesidades de los demás.
41
A este punto podemos afirmar algo muy duro: si en nosotros no hay amor, por lo tanto, no
podemos vivir nuestra fraternidad y se nos hace imposible contemplar y palpar-sentir el rostro de
Dios. Sin este amor es difícil que seamos referencia de fraternidad hacia los demás y que
podamos ser referencia de Dios ante un mundo cada vez más vacío de Dios. De ahí que el amor y
la misericordia sean el camino para redimir al hombre moderno.
ORATIO
Oremos ante Jesús sacramentado. Él es la cabeza; es el Maestro, siempre nos enseña y sobre todo
nos dice que él es el camino. Él nos enseña a amar. Es lo primero que hace entre los hombres. El
mundo moría en soledad y abandono sin la encarnación redentora de Jesús. La presencia de Jesús
ha venido a darle luz a un mundo que caminaba en obscuridad y sombras de muerte. Jesús es una
vida hecha camino de amor abierto a todos los sedientos de este amor. Se pierden de este amor los
arrogantes, los que se justifican a si mismos, diciendo que Jesús solo les quita tiempo, les pide
renunciar a lo suyo y a los suyos, es decir, Jesús nunca tendrá cabida e los egoístas; en los que sólo
piensan en ellos mismos.
La oración de Jesús abre siempre el espacio al compartir; es decir, en la oración del Padre
nuestro nos revela a su Padre, también como Padre de nosotros porque a nosotros Jesús nos
considera sus hermanos, ahí vemos la gran fuerza de la fraternidad; en la oración del Getsemaní
renuncia a si mismo cuando dice: si quieres aparta de mi este cáliz pero que no se haga como yo
quiero sino como quieres tu Padre Amado; en la Transfiguración les revela a sus discípulos su
verdadera identidad; en la oración de la multiplicación de los panes enseña que Él es la referencia
central del compartir, donde todo se multiplica.
Un mundo egoísta jamás crecerá. Solo se crece desde Jesús que nos enseña como elemento central
de su doctrina EL COMPARTIR. Compartiendo, la humanidad crece, la comunidad se hace
fecunda, el individuo da vida.
Quien vive en el amor al prójimo, extremamente necesitado, puede palpar-sentir la presencia de
Dios y contemplar su rostro.
CONTEMPLATIO
Revisemos nuestra fraternidad. A que distancia vivo del otro, día a día, a causa de mis egoístas
justificaciones, de no tener tiempo, por no darme espacios para el encuentro, para la convivencia. Si
hay necesidad de pedir perdón, hagámoslo con el compromiso de atender lo que no hemos querido
atender en nuestros hermanos.
42
Demos gracias a Dios por la oportunidad de poder sentirlo presente en los demás, sobre todo
cuando sus necesidades extremas nos hacen posible contemplar su rostro. Pero aprovechemos estas
oportunidades, no las dejemos ir porque no se volverán a repetir.
Nuestras obras de caridad son potencialmente reveladoras del rostros de Jesús y si son obras
inspiradas en Jesús entonces se revela también el rostro amoroso del Padre y el mundo y las
personas son convierten en moradas vitales de Dios (vendremos y haremos en él nuestra morada).
43
FICHA 6
Colaboración
Somos amigos de Jesús.
Para poder colaborar mejor en la obra de Dios, a ejemplo de san Pedro Nolasco, es necesario
considerar la necesidad de desarrollar una relación profunda de amistad con Dios. Los amigos de
Dios son a quienes Él se les va revelando y van conociendo su voluntad. Nosotros decimos que se
haga la voluntad de Dios pero hacemos muy poco para fortalecer nuestra amistad con Él, para
acercarnos a Él. En esto, es interesante ver que los discípulos que más estuvieron cerca de Jesús
(Pedro, Juan, Santiago y Andrés) son quienes mejor nos hablan de él y lo identifican, como es el
caso de Simón Pedro: Tu éres el Mesías - el Hijo de Dios -… a quien vamos a ir, tú tienes palabras
de vida eterna…tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia…me amas más que éstos…
En esto último, lo que Jesús le pide al Pedro, según el texto griego, es un amor profundo de amigos.
Los amigos verdaderos se aman con amor de fidelidad, de lealtad, de verdadera amistad.
Éstos nunca se abandonan; se podrá tener un resbalón, podrá haber una equivocación pero es más
fuerte el amor de amigos que les hace superar cualquier quebranto para mantener con vitalidad su
relación de amigos. Jesús podrá tener un gran amor, aprecio hacia el discípulo amado Juan pero con
Pedro tiene una amistad profunda y desarrollada. Al Maestro lo vemos en la casa de Pedro en
Cafarnaúm curando a su suegra, es a quien le dice las fallas y aciertos que tendrá en su vida(a
Pedro), lo conoce muy bien; así lo que quiere, así como es confía en el Él porque sabe que es su
amigo y que cualquier cosa se podrá superar y llegar a la meta de lo confiado.
Entre nosotros, cuando se desarrolla una amistad con alguien y, en la medida en que ésta se va
fortaleciendo es cuando mejor colaboración hay entre amigos. El espacio de la amistad nos
permite desarollarnos mejor con toda la fuerza de nuestras potencialidades y capacidades.
Esa es una de las claves más importantes para llevar a cabo una colaboración en la obra de
Dios y entre nosotros. Las actitudes que hemos reflexionado sobre el servicio y generosidad no
44
pueden lograrse con abundantes frutos sino fortalecemos nuestra amistad con Dios para poder
concretar nuestro compromiso con Él y también si no fortalecemos nuestra amistad entre nosotros.
LECTIO
Jn 15,14
Ustedes son mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Este texto nos pone de frente a valorar nuestra verdadera amistad con Jesús. No el que me diga
Señor Señor entrará al reino de los cielos sino el que cumpla la voluntad de mi padre que está en
los cielos. Para Jesús nuestra amistad y relación con él no se basa en los rollos o en las fintas
superficiales de lo que le digamos sino en que realmente asumamos un compromiso de obediencia y
disposición a lo que Él y el Padre nos piden. Siempre en el envío de Dios, sea de un patriarca, de
un profeta o de los discípulos de Jesús está lo siguiente:
ve, yo te mando le dice Dios a Abraham, a Moisés, a Jeremías…vayan y anuncien el evangelio…yo
estaré con ustedes.
Lo importante en esta obediencia de fe a Dios, es que Él se compromete a acompañarnos en esta
aventura, jamás estamos sólos, el camina con nosotros pero también nosotros debemos permanecer
unidos y fieles a Él.
MEDITATIO
La amistad con Jesucristo la medimos desde la manera en que vamos obedeciéndolo, nos dejamos
conducir por él desde la fe. Por eso la Virgen María agrada a Dios, cuando responde al Ángel, aquí
está la esclava del Señor, hágase en mi según su palabra. María no dice a ver si puedo, voy a ver,
mañana te digo…; Ella responde inmediatamente al querer concreto de Dios que inesperadamente
se le da a conocer pero a quien se abre con confianza porque el Ángel Gabriel le dice, no temas, has
encontrado gracia ante el Señor…el Señor está contigo. El hágase de María nos invita a nosotros a
responder inmediatamente y generosamente, llenos de confianza, a la obra de Dios.
Hermanos ¿cuántas veces hemos hecho esperar a Dios en lo que nos pide? lo único que hacemos
muchas veces es que la obra de Dios se retrase o no se lleve a cabo porque muchas veces nos ha
faltado disposición, generosidad y colaboración para corresponder a la confianza divina y los
muchos dones y talentos con los que Él nos ha favorecido. Las personas generosas son las que
hacen posible que la historia de la salvación se vaya plasmando día a día. Esta historia de salvación
se sigue haciendo hoy a través de nuestra Orden, porque el Espíritu de Dios se sigue manifestando y
guiándonos en esta obra de gran misericordia.
ORATIO
Es necesario orar al Espíritu Santo para que renueve y vigorice nuestro interior. Él es el amor del
Padre y del Hijo, Él nos puede ayudar a fortalecer nuestra amistad con Dios, una amistad de amor
45
que nos disponga generosamente a decirle al Señor: aquí estoy para hacer tu voluntad, hágase en
mi según tu palabra, dame lo que me pides y pídeme lo que quieras… Hay que dejarnos abrazar por
el amor de Dios, sintamos su dulce presencia. Abramos nuestro corazón a Él, dejemos que nos
hable y también hablémosle nosotros. María le abre su corazón al Ángel Gabriel, le expresa sus
dudas y una vez que tiene claras las cosas como Dios se las concede, se confía en él y le dice hágase
en mi según tu palabra.
CONTEMPLATIO
Veamos queridos hermanos todos los signos que Dios nos ha dado y nos sigue dando del amor que
Él nos tiene. En qué momentos hemos sentido su ternura, su cercanía. Veamos cuánto y cómo nos
ama. El hijo pródigo sintió el abrazo del Padre sin reclamos; Pedro sintió la mirada amorosa de
Jesús y se soltó a llorar, al buen ladrón le dijo hoy estarás conmigo en el paraíso. Jesús nos sigue
llamando a seguirlo en un camino de amistad donde permitamos que su espíritu permita la
renovación de nuestra consagración diciéndolo Señor te quiero seguir a donde me lleves y hacer lo
que me pides, confío en ti.
46
47
FICHA 7
La bienaventurada Virgen María de la Merced10
Compromiso y redención
«María, tú te interesas siempre con maternal amor por los hermanos de tu Hijo que se encuentran en
necesidad, a fin de que, rotas las cadenas de toda esclavitud, gocen de plena libertad de cuerpo y de
alma» (paráfrasis del prefacio).
La palabra «merced» significa en el título atribuido a María «liberación»: dedica un poco de tu
tiempo a orar para que caigan las cadenas actuales de esclavitud que tú mismo puedes enumerar.
Para la lectura espiritual
Jesús no quiere liberar a un tipo particular de hombre especificado por la clase social o por su
nación, sino al hombre como tal, al hombre en su totalidad, en su pleno valor humano. Quiere
liberar además lo más profundo que hay en el hombre, lo mpas decisivo en su destino: la relación
con Dios. Cuando se niega a comprometerse con las «cosas del César», lo hace porque su misión es
dar a Dios «lo que es de Dios». El objetivo de su compromiso concierne, por tanto, a las relaciones
del hombre como tal con Dios, o sea, de todo lo que es el hombre con todo lo que hay en Dios, sin
ninguna restricción particular.
El nombre «Jesús» pone ya de manifiesto el tipo de liberación al que dedicará su vida: «Le pondrás
por nombre Jesús, porque salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1,21): se trata de una salvación
espiritual. Esta indicación parece inspirada además por la afirmación del Sal 129,8, según la cual
Dios «rescatará a Israel de todas sus culpas». El origen divino de la concepción del niño, ligada al
nombre Emmanuel, «Dios con nosotros» (Mt 1,23), ilumina su misión, que es divina. Podríamos
aclarar esta relación con estas palabras: si el niño es de origen divino por su concepción virginal,
10
Lectio divina para la vida diaria, El leccionario mariano, vol 8, a cura de Luigi di Cándido (ed.), Verbo Divino,
Navarra 2010, pp. 239-246 (Para seguir el esquema de trabajo, algunos textos fueron cambiados de su lugar inicial).
48
significa que no debe realizar una tarea accesible a cualquier hombre, como la reconquista política
de la independencia de Israel, sino una obra de Dios, el único que puede liberar a los hombres de
sus culpas (J. GALOT, Gesù liberatore, Cristologia 2, Florencia, 1978, 58s, passim; edición
española: Jesús, liberador, Centro de Estudios de Teología Espiritual, Madrid 1982).
LECTIO
Primera lectura: Judit 15,8-10; 16,13s.
Hay una palabra que se repite en el fragmento: la palabra «bendición». Bendición a Judit porque
Dios ha manifestado su poder a través de ella. Judit está en el centro de una historia simbólica
donde la fuerza y el coraje se encuentran en el hecho de conducir al pueblo a la victoria divina a
través de la muerte del enemigo. Esta mujer desarrolla una función profética ante los suyos respecto
a los jefes y a todo el pueblo: es capaz de ver el sentido profundo de las cosas. Israel siente miedo
frente al rey enemigo, que quiere conquistarlo y ser reconocido como un dios, y se olvida de lo que
Yhwh ha hecho por él. Pero aquí aparece Judit, mujer piadosa y sabia en la fidelidad a Dios, que es
capaz de ver a lo lejos y revela a los ancianos lo que está sucediendo. Invita a la fe –que es capaz de
aceptar lo que Dios quiere- y colabora en su plan de salvación llevando adelante, con su debilidad,
el proyecto divino tras haber rezado al que salva de verdad. Judit, que sabe actuar con inteligencia,
lleva a cabo su parte y crea las condiciones para que el pueblo realice la suya y derrote al ejército
adversario.
Judit no tiene hijos, sino que vive su maternidad en la soledad por su pueblo; no vive nada para ella,
sino que todo es por su pueblo, y usa su feminidad como servicio. Su capacidad de penetrar en el
corazón humano es profunda y audaz para asumir posiciones y papeles por el bien del pueblo, sin
renegar de su especificidad. La victoria de Israel es la victoria de Dios. Y el epílogo es la gran fiesta
y la alabanza porque Dios ha salido vencedor. Esto es lo que canta Judit (16,13s.), la heroína que
merece la visita del sumo sacerdote Joaquín y del consejo de ancianos y que merece asimismo
palabras de bendición. Se trata de un honor para Israel, porque ha hecho «un gran bien» a su pueblo
(15,8-10). La verdadera victoria consiste en que ahora Israel es nuevamente capaz de creer y
nuevamente capaz de abrir la boca para cantar las alabanzas de Dios.
Evangelio: Jn 19,25-27
María estuvo al lado de su hijo desde el nacimiento, y al final se quedó bajo la cruz para compartir
la dolorosa pasión y muerte de Jesús. Éste pronuncia en aquel momento de supremo dolor sus
últimas palabras, que son casi una oración como consumación de la obra redentora (cf. Jn 19,28-
30), palabras dirigidas a su madre y al discípulo que amaba: una y otro son testigos íntimos,
discípulos fieles, puesto que todos los demás habían huido (cf. Mt 26,56), tal vez por miedo a
comprometerse, por miedo a la cruz.
María desafía el juicio de la gente, la posición de la religiosidad oficial, y se pone de parte del
condenado, del revolucionario. Y allí, en aquel lugar de mala fama, frecuentado sólo por la muerte,
se cumple para María el coronamiento de su vocación: la maternidad universal. María estaba sola en
la anunciación y ahora está también sola a los pies de la cruz. Si en la anunciación había
pronunciado pocas palabras, casi un monosílabo, «fiat», en el Calvario María asiente en silencio. El
camino desde Nazaret a Jerusalén la ha llevado desde la fe obediente a la fe de ofrenda.
49
La Virgen es la Iglesia naciente que debe acoger a cada hombre que se convierte en hijo de Dios en
virtud de la fe en su hijo Jesús. Y María nos lleva a todos en el corazón: no puede olvidarse de los
cristianos. Ahora bien, el mandato es más fuerte respecto a cada discípulo de Cristo, a cada
creyente: «Aquí tienes a tu madre». El cristiano debe mirar a María, aprender de ella, de su escucha,
de su silencio, de su fortaleza, de su maternidad. Y debe llevarla en su corazón, en su camino de fe.
Jesús vino a la tierra sirviéndose de una madre, de un padre. La deja constituyendo la familia de la
Iglesia. Y nosotros, debemos ser unos hijos dignos.
MEDITATIO
Judit liberó al pueblo del asedio de Holofernes. Era viuda, pero no una mujer indefensa. Tiene su
prpia estabilidad, su seguridad, una decisiónque no le pueden venir más que de una relación viva
con Dios. Por eso puede usar con tanta libertad y audacia su ser mujer, porque se sabe custodiada
por Dios, con el que vive en una intimidad profunda, esponsal, tal como nos revela su oración (Jdt
9,1-14).
Judit no tiene hijos; sin embargo, habla de su pueblo y de su gente con palabras y acentos típicos de
una madre (cf. 16, 4.11). Implica a los otros en la alegría de su victoria (15,12s) no sólo en la
oración, sino también en la fiesta. Pone en juego todas las posibilidades de su propio ser femenino
y, aun estando privada de la esponsalidad y de la maternidad, va más allá de la carne en una
apertura que la abre tanto en dirección al misterio de Dios como en dirección al misterio de su
pueblo.
María es la nueva Judit que con su «sí» liberó a la humanidad del antiguo adversario, la serpiente, y
procuró la salvación a toda la Iglesia. También supo orar a Dios y proclamar su grandeza por las
obras realizadas en favor de Israel. Tras haber dedicado todo su ser a la obra de su hijo, está unida a
él y a su misión de salvación de una manera indisoluble: Cristo es el redentor del mundo, y su
madre es corredentora. Desde el día en que tuvo lugar el drama del Calvario, María no cesa de vivir
su materna solicitud hacia nosotros ni de interceder incesantemente. Su hijo la entregó al morir a
todos nosostros, y no existe relación más fuerte que la que se da entre una madre y su hijo. Ahora
bien, esto lleva consigo una reciprocidad inevitable: somos hijos y debemos tenerla entre los seres
más queridos, como hizo el apóstol Juan. Nosotros estamos llamados también a ser padres y
madres, a genera la vida, a acogerla, a protegerla, a defenderla. Sobre todo, mirando a María y
dejándonos educar por ella, que nos repite que estemos allí donde Cristo sigue siendo crucificado en
los hermanos, y que nos recomienda enjugar las lágrimas y llevar energías de amor allí donde el
odio siembra la deseperación, la muerte, la soledad, la indiferencia. Entonces volveremos a perfilar
las relaciones madre-hijo en un mundo que las ha alterado, que las ha desenfocado, traicionando así
el proyecto del Creador.
ORATIO
«Tú eres la gloria de Jerusalén, tú el orgullo de Israel, tú el honor de nuestra raza” (Jdt 15,9). En
efecto, tú, María, te adheriste con todo tu ser al designio de Dios, que te quiso unir de manera
indisoluble a la misión redentora del Hijo. Desde el árbol de la cruz junto al que estuviste presente y
del que participaste ha madurado el fruto de nuestra libertad.
50
Que tu ejemplo y tu intercesión nos hagan también a nosotros, como a ti, generosos y solícitos en el
obrar en favor del rescate de toda esclavotud. Te presentamos en particular a tu corazón de madre a
los jóvenes víctimas de la droga, a las prostitutas, a los prisioneros, a los que mueren a causa del
sida, a los que explotan a los pequeños. Que cada uno le pueda llegar pronto el momento de la
readquirida libertad del cuerpo y del espíritu.
CONTEMPLATIO
Su hijo la llama «mujer» desde la cruz: con ello quiere indicar la mujer por excelencia, la única
mijer elegida para ser la madre de los elegidos.
«Oh mujer -le dice-, nueva Eva, he aquí a tu hijo: él y todos los fieles que él representa son hijos
tuyos. Juan es mi discípulo, mi predilecto: recibe en su persona a todos los cristianos, porque Juan
ocupa el lugar de todos ellos y todos ellos son, como Juan, mis discípulos y mis predilectos».
Esto es lo que quiere hacer ver el Salvador a su santa madre. Y lo que me parece más digno de
señalar es el hecho de que les dirige estas palabras desde la cruz. Desde la cruz nos da la vida y nos
regenera a la gracia el Hijo de Dios, en virtud de su sangre derramada por nosotros. Y también
desde la cruz nos muestra a María, virgen purísima, que es madre de Juan y de sus fieles.
Y así veo al nuevo Adán, que, al regenerarnos con su muerte, asocia a la nueva Eva, María, su
madre, a la misteriosa generación de los hijos del Nuevo Testamento (B. BOSSUET, Oeuvres
aratoires, vol. I).
51
EPÍLOGO
O Canto de Maria (Lc 1,46-56)
A profecia sempre fez parte da tradição israelita. O profeta é alguém que faz uma profunda
experiência de Deus e, a partir dessa experiência, transmite com fidelidade a palavra que ouvirá do
próprio Deus. É alguém que pronuncia a palavra que ouve antecipadamente como amigo, por isso
pode e deve dizê-la. O profeta se apresenta como embaixador e mensageiro de Deus sobre a terra.
Maria faz parte da escola dos profetas e profetisas por isso ela canta a ação libertadora de Deus para
os pequenos. Assim, pode-se dizer que a profecia pronunciada por Maria brotou de sua experiência
e de seu encontro com Deus. Encontro que é expresso no canto do Magnificat. Neste ensaio o
intento é delinear algumas palavras acerca da citação de Maria como profetiza do Reino.
O Magnificat está essencialmente estruturado em duas partes: (1,46-50) e (1,51-55). A primeira
parte é uma espécie de canto pessoal, recolhimento, agradecimento a Deus pelos dons que ele lhe
concedeu. Neste trecho, Maria em tom de louvor, agradece a Deus ao descobrir e explicitar aquilo
que seu amor lhe tem dado. Vejamos o texto:
Minha alma engrandece o Senhor
e meu espírito exulta em Deus meu Salvador (1,46-47),
Este vínculo define a identidade de Maria. Narra a essência de sua vida. Sua identidade aparece em
dois termos fundamentais para a Antropologia Bíblica. Alma (Psique) e espírito (pneuma). Maria é
alma, dimensão psicológica do seu sentimento, aberto à grandeza de Deus. Alma que deseja
encontrar-se com Ele com único objetivo: cumprir a vontade de Deus. Ela também é espírito. O
Espírito expressa a dimensão divina presente na pessoa humana. É a essência da vida convertida em
alegria, em felicidade plena, pois sabe que Deus existe e salva os seres humanos.
O versículo proclama que Maria está totalmente entregue a Deus. Não existe barreira alguma,
cessaram os medos. Deus a chamou para viver em liberdade e é justamente por ser livre que ela
canta os dons que recebeu. Sua experiência de Deus é tão profunda que sua profecia começa com o
hino à grandeza divina.
Porque olhou para a humilhação de sua serva.
Sim! Doravante as gerações todas me chamarão de
bem aventurada.
Pois o todo-poderoso fez grandes coisas em meu favor.
Seu nome é santo
e a sua misericórdia perdura de geração em geração
para aqueles que o temem (1,48-49).
Esses versículos são os mais belos e expressivos do canto de Maria, pois demonstram seu
reconhecimento pessoal. Maria tem razão para glorificar a Deus e se alegrar porque Ele mesmo
olhou para ela. Reconhecendo a sua humildade, Deus a engrandeceu com o seu olhar. O olhar
divino sobre Maria recorda o olhar de Iahweh para os hebreus no Egito, casa da escravidão, e os
liberta (Ex 3-3).
52
Maria sabe que o olhar de Deus está sobre ela e isso lhe basta. Ele tem visitado sua pequenez e a
acompanha em seu caminhar, fortalece-a. A partir de agora não estará na solidão, pois Deus se faz
presente em sua vida de maneira perpétua.
Em seu agradecimento, Maria continua afirmando que o poderoso fez grandes coisas na sua vida.
Essas palavras ratificam e completam o valor ativo e criador do olhar de Deus. Maria canta o louvor
à libertação que Deus realizou em sua vida. Por isso se apresenta como Bem-aventurada (1.48),
como a primeira dos amados e por Deus redimido.
Maria, a profetiza do Reino (Lc 1,51-55)
Na primeira parte do Magnificat vimos como o olhar de Deus libertou Maria e realizou nela sua
vontade. Agora vejamos como Maria responde ao olhar divino. Ao ser libertada pelo Senhor, Maria
se descobre libertadora e por isso canta. Ela não vive na opressão, não suporta a exclusão, e eleva
sua voz com o grito de libertação, abrindo sua experiência para todo o universo.
Agiu com a força de seu braço,
dispersou os homens de coração orgulhoso,
depôs poderosos de seus tronos
e o oprimido exaltou.
Cumulou de bens os famintos
e despediu ricos de mãos vazias (Lc 1,51-53).
Deus olhou para Maria. Agora ela volta os seus olhos para o mundo e proclama que, através dos
olhos dela, Deus enxerga o mundo e realiza a obra da libertação. Isso significa que o olhar de Deus
dirigido a Maria não é privilégio pessoal dela. Ao contrário, Deus enxerga a humanidade toda que
sofre. Essa é a grande obra de Maria: ser canal de graças e de libertação. Por meio de Maria, Deus
olha os pequenos, os famintos e os oprimidos da terra e faz chegar a todos os seres humanos a
palavra de Deus encarnada no seio virginal da serva do Senhor.
a) Aos famintos, Deus quer saciar, cumulá-los de bens, suscitar para eles um mundo de abundância
e alegria partilhado de maneira que os bens da terra sejam símbolo da bênção de Deus.
b) Aos oprimidos, Deus os eleva, dando-lhes liberdade para se expressarem, rompendo assim as
cadeias que os aprisionam. Ele deseja que a vida seja libertada e que todos procurem ser
plenamente livres. Ao elevar os oprimidos Deus possibilita-lhes o encontro com o amor divino.
c) Diante dos soberbos estão os humilhados, ou seja, aqueles que não podem se expressar, pois não
têm autoridade ou poder para pensar, para falar, para mostrar-se como humano. Pois bem, ao
dispersar os soberbos, Deus cria espaço de vida para os humilhados.
Esses são os três níveis que, de acordo com a profecia de Maria, Deus suscita uma transformação
social. Ao perceber que Deus olhava para ela, Maria sentiu que Deus queria o mesmo para todos os
pequenos da terra. Por isso suas palavras proféticas expressam a nova criação de Deus que Ele
desejou para os seres humanos. Esta profecia de Maria marca o nascimento de um tempo novo de
liberdade e justiça, de Mercê redentora e de justiça fraternal para o mundo. No canto do Magnificat,
Maria, a mercê de Deus, revela o olhar mercedário de Deus para os cativos.
53
LECTIO DIVINA MERCEDARIA
Se terminó de redactar el
17 de enero del 2016.
Día de la Confirmación de la Orden de la Merced.
«Año de María de la Merced»
Roma - Italia