OBSERVA ATENTAMENTE LAS IMÁGENES La CLASE MEDIA RENACE NUEVAMENTEROMÁNTICA y REAL SIM MODA VA 1 2...

Post on 25-Jan-2016

221 views 3 download

Transcript of OBSERVA ATENTAMENTE LAS IMÁGENES La CLASE MEDIA RENACE NUEVAMENTEROMÁNTICA y REAL SIM MODA VA 1 2...

OBSERVA ATENTAMENTE LAS IMÁGENES

La CLASE

MEDIA RENACE

NUEVAMENTE

ROMÁNTICA y REAL

SIM MODA VA

1 2 3

4 5 6

7 8 9

¿LAS PALABRAS ANTERIORES SE PUEDEN ASOCIAR CON OTRAS?

¿QUÉ RELACIÓN TIENEN LAS PALABRAS ASOCIADAS?

BORROSA

3

LEAMOS ATENTAMENTE LOS SIGUENTES TEXTOS Y SEÑALA ALGUNA CARACTERÍSTICA QUE

ENCUENTRES

«Cuéntame, Musa, la historia del hombre de muchos senderos, que anduvo errante muy mucho después de Troya sagrada asolar; vio muchas ciudades de hombres y conoció su talante, y dolores sufrió sin cuento en el mar tratando de asegurar la vida y el retorno de sus compañeros. Mas no consiguió salvarlos, con mucho quererlo, pues de su propia insensatez sucumbieron víctimas, ¡locas! de Hiperión Helioslas vacas comieron, y en tal punto acabó para ellos el día del retorno. Diosa, hija de Zeus, también a nosotros, cuéntanos algún pasaje de estos sucesos.»

La Odisea, Homero.

«Ya cabalgan aprisa, ya aflojan las riendas. Al salir de Vivar, tuvieron la corneja diestra, y entrando en Burgos, tuviéronla siniestra. El Cid se encogió de hombros y meneó la cabeza: «¡Albricias, Álvar Fáñez, que si ahora nos destierran con muy gran honra tornaremos a Castiella!»

El Cantar del Mio Cid, Anónimo.

-«No soy ya hombre, pero lo he sido; mis padres fueron lombardos y ambos tuvieron a Mantua por patria. Nací sub Julio, aunque algo tarde, y vi Roma bajo el mando del buen Augusto en tiempo de los dioses falsos y engañosos. Poeta fui, y canté a aquel justo hijo de Anquises, que volvió de Troya después del incendio de la soberbia llión. Pero, ¿por qué te entregas de nuevo a tu aflicción? ¿Por qué no asciendes al delicioso monte, que es causa y principio de todo goce?-¡Oh! ¿Eres tú aquel Virgilio, aquella fuente que derrama tan ancho raudal de elocuencia?»

La Divina Comedia, Dante Alighieri.

«Ella y un hombre moreno de aquellos que las bestias curaban, vinieron en conocimiento. Éste algunas veces se venía a nuestra casa, y se iba a la mañana; otras veces de día llegaba a la puerta, en achaque de comprar huevos, y entrábase en casa. Yo al principio de su entrada, pesábame con él y habíale miedo, viendo el color y mal gesto que tenía; mas de que vi que con su venida mejoraba el comer, fuile queriendo bien, porque siempre traía pan, pedazos de carne, y en el invierno leños, a que nos calentábamos.»

Lazarillo de Tormes, Anónimo.

«Nacemos débiles y necesitamos fuerzas, desprovistos nacemos de todo y necesitamos asistencia; nacemos sin luces y necesitamos de inteligencia. Todo cuanto nos falta al nacer, y cuando necesitamos siendo adultos, se nos da por la educación.

¿Qué propósito es este? El mismo que se propone la naturaleza; esto lo hemos probado ya. Una vez que para su recíproca perfección es necesario que concurran las tres educaciones.»

Emilio o la Educación, J.J. Rousseau.

Sacudimiento extraño

que agita las ideas,

como huracán que empuja

las olas en tropel;

murmullo que en el alma

se eleva y va creciendo

como volcán que sordo

anuncia que va a arder

Rimas, G.A. Bécquer

«Arrinconado tras la puerta, apenas visible, el novato era un chico rústico, de unos quince años, más alto que ninguno de nosotros. Tenía un aire tímido y caviloso, y su cabeza, rapada a punta de tijera, parecía la de un sochantre de aldea. Aunque no era ancho de espaldas, su chaqueta de paño verde con negra botonadura debía de molestarle en las sisas, y las cortas bocamangas dejaban ver sus desnudas muñecas, curtidas a la intemperie. Surgían sus piernas, envueltas en medias azules, de unos pantalones amarillentos, rígidamente sujetos por los tirantes, y calzaba gruesos zapatos, nada lustrosos, remachados por clavos.»

Madame Bovary, Gustave Flaubert.

La necedad, el error, el pecado, la tacañería,

ocupan nuestros espíritus y trabajan nuestros cuerpos,

y alimentamos nuestros amables remordimientos,

como los mendigos nutren su miseria.

Nuestros pecados son testarudos, nuestros arrepentimientos cobardes;

nos hacemos pagar largamente nuestras confesiones,

y entramos alegremente en el camino cenagoso,

creyendo con viles lágrimas lavar todas nuestras manchas.

Las flores del mal, Charles Baudelaire.

YO SOY UN hombre sincero

De donde crece la palma.

Y antes de morirme quiero

Echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,

Y hacia todas partes voy:

Arte soy entre las artes,

En los montes, monte soy.

Versos sencillos, José Martí.

Preámbulo = sardanápalo

uno = valija

mujer = mujeres

pantalón = agua

sí = bigote

2 = tres

bastón = tal vez

después = descifrar

irritante = esmeralda

vicio = bis

octubre = periscopio

nervio =

o todo eso junto en cualquier arreglo sabroso, jabonoso, brusco o definitivo -sacado en sorteo- está vivo.

Dada manifiesto sobre el amor débil y el amor amargo. Tristán Tzara.

TABLERO DE DIRECCIÓN A su manera este libro es muchos libros, pero sobre todo es dos libros. El primero se deja leer en la forma corriente, y termina en el capítulo 56, al pie del cual hay tres vistosas estrellitas que equivalen a la palabra Fin. Por consiguiente, el lector prescindirá sin remordimientos de lo que sigue. El segundo se deja leer empezando por el capítulo 73 y siguiendo luego en el orden que se indica al pie de cada capítulo. En caso de confusión u olvido, bastará consultar la lista siguiente:

73 - 1 - 2 - 116 - 3 - 84 - 4 - 71 - 5 - 81 - 74 - 6 - 7 - 8 - 93 - 68 - 9 - 104 - 10 - 65 - 11 - 136 - 12 106 - 13 - 115 - 14 - 114 - 117 - 15 - 120 - 16 - 137 - 17 - 97 - 18 - 153 - 19 - 90 - 20 - 126 - 21 79 - 22 - 62 - 23 - 124 - 128 - 24 - 134 - 25 - 141 - 60

Rayuela, Julio Cortázar.