Post on 16-Apr-2017
MANEJO INTEGRAL DE LA BRUCELOSIS EN HATOS LECHEROS
Luna-Martínez, J.E.
Introducción.
Lamentablemente la brucelosis continua siendo una de las principales limitantes zoosanitarias
que aquejan a la pecuaria nacional, no sólo porque es un problema de salud animal en si
mismo, sino porque se traduce en pérdidas en la productividad de los animales por
disminución en la producción láctea, ganancia diaria baja de peso y pérdida de reemplazos por
abortos, así como impacto en los parámetros reproductivos que evalúan la eficiencia. Junto
con la leptospirosis es la principal causa de abortos de origen bacteriano en las explotaciones
lecheras. Por otro lado la brucelosis constituye la principal zoonosis de México, pues
anualmente se registran alrededor de 3,000 casos nuevos de esta enfermedad en población
humana, cuyo origen es invariablemente la brucelosis animal. Incluso en algunos años se han
registrado hasta 30 defunciones, teniendo a la brucelosis como causa primaria.
La brucelosis es una enfermedad infecciosa y contagiosa de la mayoría de los mamíferos
domésticos y silvestres. Es producida por bacterias del género Brucella spp. y que se
caracteriza, tradicionalmente, por manifestar problemas reproductivos en la mayoría de las
especies, desarrollando un cuadro clínico crónico, que con el tiempo puede pasar, incluso,
inadvertido.
La enfermedad, cuando afecta a especies domésticas de interés económico, causa importantes
pérdidas. Se menciona que el aborto en el último tercio de la gestación en hembras jóvenes
(primer y segundo parto) es el signo más evidente. Sin embargo no la única manifestación,
pues frecuentemente las infecciones del aparato reproductor ocasionan infertilidad (en machos
y en hembras) e infecciones secundarias oportunistas (metritis). Asimismo, al ser una
infección intracelular, compromete el funcionamiento normal del sistema inmunológico,
predisponiendo a los animales que la padecen a otras enfermedades.
Jesús Eduardo Luna-Martínez, MVZ.,MCV. Consultor Privado, Programas de Salud Animal en RumiantesOte. 257 Mz. 25 N° 55, Iztacalco, 08500, D.F.Eduardo.Luna@Medscape.com, elunamar@netscape.com
Cobran especial interés los bovinos, los caprinos y los ovinos, pues de ellos se obtienen una
gran cantidad de productos para consumo humano. Por lo que las leches crudas de dudosa
procedencia y los productos derivados de ellas como quesos, cremas, helados, representan un
serio foco de infección de esta enfermedad.
La brucelosis, puede degenerar en enfermedad crónica en los pacientes humanos, que de no
ser diagnosticada y atendida adecuadamente, puede ser muy grave, e incluso fatal, por lo que
es muy importante que el público consumidor exija que los productos lácteos que consume
provengan de establos que están participando en el control de la Brucelosis, mediante la
exigencia de sus constancias de participación, o en su defecto, se consuman exclusivamente
productos pasteurizados o hervidos adecuadamente
La brucelosis debería estar ya controlada en nuestro país. Se conocen con mucha precisión su
etiología, patogenia y formas de prevención y control; sin embargo todavía afecta anualmente
a cerca del 8 % de la población ganadera del país, encontrando regiones con más del 30 % de
los hatos regionales afectados, con las consiguientes pérdidas económicas para los
productores.
La infección invariablemente llega a un hato limpio de fuera, sea a través del ingreso de
vaquillas o vacas portadoras, introducción de machos infectados, aplicación de prácticas de
inseminación artificial inadecuadas, por alimento procedente de una unidad de producción
afectada, o, lo más paradójico, por contaminación iatrogénica de los Médicos Veterinarios.
Se transmite de animal a animal por el contacto directo con las descargas vaginales, no sólo
del aborto, sino más frecuentemente de las del parto normal de vacas infectadas o portadoras,
también se elimina la bacteria por orina y por leche. Siendo esta última vía la más crítica en la
transmisión de la enfermedad a las crías.
Impacto.
En las hembras gestantes se manifiesta como aborto en el último tercio de gestación quedando
con secuelas de infertilidad, propensión a retención placentaria, metritis, mastitis posterior y
una baja hasta del 30% en la producción láctea. Además la vaca regularmente puede abortar
una vez y mantenerse sin otra manifestación clínica aparente y parir normalmente en
ocasiones posteriores, sin embargo elimina la Brucella durante mucho tiempo pudiendo
infectar a las vaquillas destinadas al reemplazo.
Asimismo la enfermedad puede manifestarse como problemas articulares, que sólo son
visibles por claudicaciones no muy severas o inflamaciones en las articulaciones.
A todo lo anterior hay que añadir que la brucelosis es contagiosa a otras especies domésticas
que convivan con los bovinos en las explotaciones (cabras, borregos, cerdos, perros, etc.),
siendo riesgos potenciales de contagio posterior para animales nuevos.
Pérdidas Lácteas
Se ha calculado que las vacas infectadas en fase crónica pueden tener hasta 25-30 % de
reducción en su producción láctea comparándola con la curva esperada de producción
(normalmente calculada en una lactancia anterior.
Por ejemplo, se tiene un establo de 100 vacas con una producción promedio por vaca de 20
lts./día por animal. Esto suma aproximadamente 2,000 litros totales diarios. Si normalmente
producir un litro nos costara $ 2.30, estaremos gastando $ 4,600.00 por día. Ahora bien
suponiendo que el establo se infecta con una vaca portadora, en un período de dos a seis meses
se corre el riesgo de que cerca del 50 % del hato se infecte (50 vacas = 1,000 litros) si se
reduce la producción en un 30 % (-300 litros) sólo se producirán 700 litros, pero al mismo
costo total ($ 4,600.00), en virtud de que los animales no presentan, salvo el mencionado
aborto, y sólo en algunos casos, signos reconocibles de enfermedad.
Ahora bien, cuando se vende el producto, estaremos dejando de percibir el faltante de los 300
litros no producidos. Es decir si el litro se vende a $ 3.00, dejamos de percibir $ 900.00 más $
807.00 que invertimos inútilmente en alimentar y manejar ganado enfermo. Total $ 2,071.00
diarios de pérdidas, que al año (lactación a 305 días) sumarían $ 631,747.00. Que sumado a las
pérdidas por mastitis, retenciones placentarias y sus tratamientos, metritis, pérdida de
becerros; acumula un gran capital que podría ahorrarse.
Control.
Comúnmente se habla de los programas de control de brucelosis como algo muy general y
acorde a grandes extensiones. Es un hecho que para los administradores de una campaña
nacional en una región, el control implica la instrumentación de una serie de medidas
tendientes a disminuir la prevalencia e incidencia de la enfermedad a nivel de esa región. Sin
embargo las estrategias implementadas no necesariamente resuelven el problema en los hatos
específicos, en virtud de tratarse de particularidades que la Campaña, al ser tan general, no
puede abordar en una Norma Oficial Mexicana o en su defecto en un manual de
procedimientos generales; sin embargo, cuando una explotación ha sido confirmada como
infectada por brucelosis, el ganadero, y más particularmente, el médico veterinario
responsable del hato afectado, se encuentra ante la necesidad de resolver un problema
específico, y con el que se puedan ver resultados, en el menor plazo posible.
De ahí que sea necesario desarrollar un plan de manejo especial para el hato afectado por
brucelosis.
Manejo de Hato Afectado
La definición de esta estrategia sería “el arte” de controlar y manejar la situación de la
enfermedad, en una explotación pecuaria, una vez que se confirma su presencia. Implica la
aplicación creativa, objetiva y concreta de medidas de control y erradicación de la
enfermedad.
Esto significa:
- un diagnóstico eficiente y por lo tanto confiable
- medidas de identificación individual y manejo diferenciado de reactores,
- esquemas de profilaxis y de bioseguridad,
Y no solamente, como comúnmente se maneja la aplicación del esquema tradicional de
“prueba - sacrificio”.
Obviamente esto exige conocimiento mutuo y confianza entre el Médico Veterinario y el
Productor y el encargado del manejo del hato; y este punto aunque sencillo de escribir, es,
probablemente, el más complicado, pues implica que el productor sienta que las
recomendaciones que hace el profesional van encaminadas a la eliminación de la enfermedad
y a resolver un problema que muchas veces no es percibido por el productor.
Objetivo:
Controlar, reducir y eliminar la brucelosis del hato; así como el prevenir su transmisión dentro
y fuera de la explotación; al tiempo que se aumenta la inmunidad específica del hato.
Teniendo como objetivo subsiguiente el prevenir la reintroducción de la enfermedad dentro
del hato una vez que ésta se ha eliminado.
Plan de Acción
Uno de los primeros pasos en la eliminación de la brucelosis de un hato es desarrollar y
escribir un plan de hato, es decir, un escrito donde consignamos “el cómo” lograremos el
objetivo.
Este documento requiere ser breve, sencillo y claro. Y práctico y específico para cada hato.
No debe ser una lista de “buenos deseos”, y tampoco una cátedra de epidemiología, y
obviamente debe ser un plan actualizable conforme se avance en el control de la enfermedad.
Para realizarlo es necesario hacer una serie de consideraciones previas relacionadas con la
historia natural de la brucelosis:
- Consideraciones del Agente: Período de incubación y contagiosidad. La brucelosis es
una enfermedad cuyo período de incubación es muy variable. Bajo condiciones
experimentales se han logrado infectar animales en menos de siete días, pero se han
llegado a encontrar animales que no son sero-reactores sino hasta 7 meses posteriores a
la exposición al agente causal.
- Consideraciones del ambiente: Fin zootécnico de la explotación, lo que determina las
prácticas de manejo y la intensidad de producción. Tamaño del hato y densidad
poblacional. Características de la organización social para la producción.
- Consideraciones del hospedador: Estado fisiológico, número promedio de partos o
edad de los animales, estado nutricional.
Finalmente será necesario considerar el posible origen de la infección, para ello es de mucha
utilidad preguntarle al encargado de donde creé que vino la infección; el conocimiento
empírico no debe ser desdeñable. Asimismo se debe conocer la historia previa de abortos u
otros problemas reproductivos. Y si se cuenta con registros de producción considerar los
índices de servicios por concepción, días vacíos o abiertos, intervalo entre partos, etc.
Para lo anterior es posible basarse en el uso de esquemas o cuestionarios de evaluación que
ayudan a tomar decisiones.
Otro punto fundamental es conocer el status de vacunación, considerando tipo y dosis de
vacuna empleada. Sobre este particular comentaremos adelante.
Del mismo modo hay que hacer algunas consideraciones de la zona en la que se encuentra el
hato infectado como son las prácticas de compraventa de animales, relación comercial y de
préstamo de animales con otros hatos.
Elementos del Plan de Hato
Cabe mencionar que no existen “recetas” ni modelos generales para el plan de manejo del hato
infectado, ya que cada caso debe considerarse individualmente, sin embargo, los puntos
básicos que debe incluir el plan de hato son:
- Muestreo serológico
- Manejo de Reemplazos
- Manejo de la Crianza
- Manejo del Hato
- Inmunidad de hato
Cada uno de acuerdo a las especificaciones de manejo cotidiano que se hacen en cada hato y
conforme a las particularidades de cada región.
De manera general podríamos decir que:
- Muestreo serológico
El muestreo serológico tendrá que calendarizarse de acuerdo al grado de afectación del hato,
es decir, si hablamos de un hato con positividad y abortos los muestreos tendrán que ser lo
mas continuo posibles para identificar a los infectados y contagiantes, en cambio en un hato
donde ya no hay urgencia por abortos y se tiene un esquema de medicina preventiva basado en
bioseguridad y vacunación los muestreos pueden espaciarse o canalizarse a un sector del hato
(vaquillas, recién paridas, añejas, etc.,)
- Manejo de Reemplazos
Se sabe que la fuente más frecuente de infección es un animal externo, por lo tanto el
monitoreo de los animales elegidos como reemplazos es fundamental.
El riesgo de brucelosis es directamente proporcional al número de ingresos de nuevos
animales, por lo tanto el riesgo también está asociado a la fuente de los reemplazos y a la
historia de muestreo serológico y vacunaciones del hato de origen de esos reemplazos. Por lo
tanto se recomienda la separación, aislamiento y reprueba de todo animal nuevo, pues no es
recomendable introducir animales que no estén vacunados. Incluso es recomendable realizarlo
AUN EN PRESENCIA DE DOCUMENTOS OFICIALES O NO, QUE AVALEN LA
SERONEGATIVIDAD DE LOS ANIMALES. Lamentablemente la experiencia nos ha dado
sorpresas desagradables. Por otro lado, con el objeto de no diseminar la enfermedad a otros
hatos, se recomienda que no salga ningún animal cuyo destino no sea rastro.
- Manejo de la Crianza
Cuando los reemplazos tienen su origen en la recría propia de la explotación se debe tomar en
cuenta el fenómeno del “silencio inmunológico”, y que se refiere al hecho de que durante el
período de incubación de la enfermedad es muy difícil confiar en los resultados del
diagnóstico serológico. Se sabe que alrededor del 20 % de las hijas de madres reactoras
pueden permanecer seronegativas desde el nacimiento hasta que están por parir, que es cuando
manifiestan un aborto o algún otro problema reproductivo y se tornan seropositivas,
independientemente de que hayan sido vacunadas cuando becerras. De ahí que, como es
prácticamente imposible identificar a ese 20 %, se haga necesario hacer el seguimiento de
hijas de reactoras.
En general se tiene mayor control de los partos cuando existe una calendarización de
empadres, esto permite tener fechas probables de parto, lo que a su vez facilita la separación y,
en su caso, segregación en parideros individuales, de las madres a parir (como ya se mencionó,
es el momento del parto el punto crítico para la transmisión de la infección aún en ausencia de
aborto).
Por otro lado se recomienda que todas aquellas hembras que tengan antecedentes de aborto o
de problemas reporductivos, sean sometidas a muestreo serológico a fin de obtener un
resultado negativo antes de entrar al empadre; en caso contrario no incluirlas.
Una vez que la hembra ha parido, hay que considerar un período de restricción de recién
paridas antes de reingresarlas al hato, pues se sabe que la eliminación crítica de Brucella spp.
dura 30 días posteriores al parto.
- Manejo del Hato
El control de la brucelosis, y de muchas otras infecciones persistentes en un hato se facilita
aun más, si existe la práctica frecuente de lotificar al hato en grupos: sea por número de
gestación, nivel de productividad, o cualquier forma de división natural entre los animales.
Con ello, además de tener un mejor control de la información del hato en general, se reduce la
exposición al agente causal de la brucelosis, es un hecho que el dividir al hato en dos lotes
iguales significa la reducción de la exposición relativa a la infección en 50 %.
De ahí que una recomendación obvia, pero no siempre presente es la de separar vacas secas y
vacas en producción.
Asimismo observar algunas prácticas básicas de saneamiento como lo es el ordeñar a las
positivas al final de la línea, lo que necesariamente implica el lavar y desinfectar las mamilas y
el equipo después de cada ordeño.
Un punto especial, y merecedor de un capítulo exclusivo es el de lavado y desinfección. Dado
que el objetivo del presente trabajo es hacer recomendaciones de carácter general sobre el
manejo del hato infectado, sólo nos limitaremos a resaltar la importancia de este
procedimiento básico de saneamiento anotando que, mientras no se establezca un programa
riguroso de lavado riguroso y desinfección después de la eliminación de la totalidad de los
reactores, no podremos tener la certeza de que la infección realmente ha desaparecido y se
considere eliminada. Es sabido que la Brucella bajo determinadas condiciones de humedad y
temperatura ambientales puede persistir en el ambiente hasta por varios meses, tanto en las
instalaciones, como en los bebederos y aguajes. Por lo que uno no puede estar seguro de la
completa eliminación del riesgo de re-contagio a la introducción de animales para repoblación
de hatos sino hasta que se garantice la eliminación del agente en el medio.
MATERIALTiempo de
Supervivenciade la Brucella spp
Exudado Uterino Hasta 10 díasPlacenta y Fetos Hasta 135 díasPasto 6 díasAgua 57 – 800 díasSuelo de Establo 4 mesesOrina 48 – 78 díasHeces 75 díasLeche 38 díasMantequilla 142 díasQueso 180 díasCarne 65 díasFuente: Bol. Epidem. Front. XVI, 5, 89
La práctica de lavado y desinfección debe considerarse después de cada parto normal, y más
aún después de un evento abortivo, independientemente del status zoosanitario o serológico de
la madre. Se sabe que un lavado enérgico puede disminuir la flora bacteriana hasta en un 99 %
en superficies lisas. Con ello, se garantiza que posteriormente se tenga una mejor eficacia con
la solución desinfectante. Con respecto a la elección de la sustancia desinfectante se deben
tomar en cuenta, entre otras consideraciones: objetivo de la desinfección superficie a
desinfectar, espectro de acción, solución a utilizar, concentración, temperatura de uso, tiempo
de reposo, riesgo de intoxicación al personal aplicador, concentraciones residuales
potencialmente tóxicas para los animales, y, de manera muy importante, las instrucciones del
laboratorio productor y las recomendaciones de dosificación, este punto merece especial
mención en virtud de que de manera errónea se modifican al libre albedrío las dosis
etiquetadas y con ello se puede estar sub dosificando generando resistencia potencial al
producto. Asimismo se tienen que evitar combinaciones de productos que no estén
específicamente recomendados, pues pueden inactivarse, sin obtener ningún efecto sinérgico.
Otra recomendación frecuente es la de alimentar a las crías con calostro pasteurizado o con
sustitutos lácteos. Al respecto existen datos contradictorios en el uso de estos productos para
evitar que las crías tengan acceso al calostro de las madres infectadas; sin embargo cuando el
nivel de infección es alto (mayor al 10 %), y la genética lo justifica se puede recomendar el
uso de calostro pasteurizado.
- Inmunidad de hato
Uno de los objetivos del manejo especial de hato afectado es incrementar la inmunidad del
hato; sin embargo este término resulta un poco ambiguo, pues pensamos que se refiere a
vacunar masivamente a todos los animales, lograr el máximo de cobertura, y con ello,
pensamos, lograr la mayor protección, sin embargo esto no es necesariamente correcto.
Método Casero para la Pasteurización del Calostro:
1. Calentar en baño María continuamente hasta alcanzar 73º a 75º C medidos con termómetro.
2. Retirar del fuego sin dejar de agitar.3. Enfriar, de preferencia con hielo, el recipiente.4. Se puede almacenar CONGELADO por 45 días.
La inmunidad de hato se puede definir como un nivel de inmunidad en la población potencialmente en riesgo, que limita la eliminación del agente y la extensión de la enfermedad, de tal manera que la infección no sea capaz de persistir en la población, aún en presencia de susceptibles.
Recordemos que la vacuna contra brucelosis se aplica sólo a hembras, sin embargo, los niveles
de cobertura y la intensidad de la vacunación debe ser tal que garantice protección a los
machos ¡aun sin vacunarlos!. Es decir, lograr la mayor protección aún en ausencia de un 100
% de cobertura vacunal poblacional. Y esto sólo se logra cuando se establece un calendario de
vacunación estratégico que garantice el 100 % de la cobertura en población susceptible, esto
es, en nuestro caso, hembras. Sabemos que en la práctica no vacunamos a la totalidad de las
hembras, pues so pretexto de que algunas están gestantes, enfermas, bajo tratamiento, no se
incluyen al momento de la vacunación del hato.
¿Qué Vacuna usar?
La vacunación, como eje de un esquema de aumento en la inmunidad de hato, constituye una
de las principales, y mejores, estrategias para el abatimiento efectivo y constante de la
enfermedad. Sin embargo no debe ser contemplada como una actividad aislada sino como
parte indispensable de los programas de control y bioseguridad. Por lo anterior conviene
mencionar que:
Las vacunas disponibles para el control de la brucelosis, la cepa 19 y la RB51, son IGUALMENTE EFICIENTES para la prevención y control de la brucelosis, pero son TOTALMENTE DIFERENTES, tanto en su estructura como en su manejo.
Por lo que aplicar la RB51 con esquemas de cepa 19 o viceversa es totalmente erróneo.
Eventualmente algunos técnicos refieren fracasos en el uso del cepa RB51 para controlar la
brucelosis, e incluso hay quien asegura que no sólo no “detiene los brotes de aborto” como lo
hacía la cepa 19, sino que el hecho de haber introducido la cepa RB51 ha incrementado los
problemas por brucelosis en los hatos. Incluso pugnan por el regreso al uso de la cepa 19.
Estas aseveraciones merecen algunas precisiones.
Primero: efectivamente cuando se inició el uso de la cepa 19 en nuestro país había un
escenario totalmente diferente con respecto a la presencia de algunas enfermedades, que ahora
podríamos calificarlas de endémicas, tal es el caso de algunas enfermedades virales como IBR,
DVB y Leucosis; o incluso bacterianas como paratuberculosis, que pueden comprometer el
sistema inmune causando supresión, o interferencia. Es bien sabido que esas enfermedades
antes de mediados de los años 80 no estaban tan distribuidas como lo están en algunas
regiones, por lo que la probabilidad de que en un mismo animal convivan alguna (o más)
enfermedades virales con otras bacterianas, y que sean vacunados con la cepa RB51, muy
probablemente no tengamos la respuesta de protección que esperamos. Pero esto no quiere
decir que la vacuna no sea eficiente, esto ocurriría con cualquier vacuna, incluso la Cepa 19.
Por otro lado, cuando se inició el uso de la cepa 19 en su dosis “reducida”, tuvo una gran
utilidad en cuencas lecheras como la de Tizayuca, Hgo., en el centro de México, sin embargo
había algunas condiciones que lograron gran eficacia en el control de la enfermedad con la
aplicación de medidas colaterales como un programa de higiene y desinfección, manejo de la
hembra parturienta, manejo de abortos y control de ingresos. De hecho sólo ingresaban
animales importados o nacionales libres comprobados de la enfermedad, y después de pasar
por un proceso de cuarentena. Actualmente algunas de estas prácticas han caído en el desuso
en algunos de los establos de la cuenca. Y en este sentido es oportuno mencionar que los
calendarios o esquemas de vacunación tienen que ser aplicados por igual a todos los animales
de un zona endémica. La cuenca de referencia podría ser considerada un gran hato.
Por ello resulta imprescindible el entender la naturaleza de cada uno de estos biológicos.
Porque, siendo estrictos estamos lejos de disponer de la vacuna ideal. La cepa 19 es una cepa
ligeramente atenuada desarrollada a partir de un caso de aborto en una vaca Jersey de nombre
Lady Matilda, y fue aislada por el Dr. John Buck, a fines de los anos 20's. Tiene todas las
características de las brucelas lisas, incluyendo un nivel importante de virulencia. Al ser una
cepa lisa tiene integro el lipopolisacárido (LPS) que es la fracción inmunodominante mas
notoria. Y por lo tanto genera una respuesta antigénica muy importante a nivel serológico pues
desencadena la presencia de títulos postvacunales, asimismo al ser una cepa lisa conserva
también la posibilidad de producir aborto en ganado gestante (estas características fueron la
principal causa para que se desarrollara la dosis reducida de esta vacuna y se usara con gran
éxito en la vacunación de ganado adulto, incluso gestante. No obstante algunos de los
animales así vacunados permanecían seropositivos por largos periodos, no pudiendo ser
diferenciados por las pruebas serológicas de rutina y eran considerados como positivos. Esto
represnta un serio problema para unidades que son evaluadas continuamente con la prueba de
hato del “anillo en leche”, pues los animales vacunados con la cepa 19 pueden arrojar
resultados falsos positivos, y por ende, en una primera instancia, ser declarados como
infectados.
No obstante los logros obtenidos con esta cepa fueron notables en casi todos los países que la
usaron como Canada, EE.UU, Uruguay y Cuba, por ejemplo. Pero implicó la aceptación del
resultado de laboratorio, y animal con títulos positivos, haciendo los ajustes convencionales en
los puntos de corte y en los tiempos de diagnóstico, es considerado como infectado,
independientemente de su estado vacunal.
Por su parte la cepa RB51 es una mutante rugosa de la cepa 2308 de B. abortus, lograda en
laboratorio a través de varios pases en presencia de antibióticos. Al ser rugosa carece de la
cadena “O” del LPS característico de este tipo de bacterias. Y recordemos que es precisamente
esta estructura el antígeno inmunodominante y son los anticuerpos contra esta fracción los que
se detectan con las pruebas de rutina. La RB 51 al carecer de ella no genera anticuerpos
detectables, pero cabe aclarar que SI GENERA ANTICUERPOS, pero no detectables.
Asimismo es conveniente recordar que este tipo de infecciones intracelulares tienen que ser
combatidas en base a desarrollar inmunidad de tipo celular, por lo que los anticuerpos
circulantes, si bien son importantes en el contexto de la respuesta inmune, no necesariamente
indican protección.
Por ello cuando se utiliza la cepa RB51 cabe recordar que:
Aunque existen regulaciones oficiales que establecen las características que debe tener la
vacuna así como los procedimientos para garantizar la calidad del producto, es necesario
garantizar que el producto llegue en optimas condiciones al hato donde será aplicada. Por ello
el mantenimiento de la red de frío es esencial para el éxito de cualquier programa de
vacunación, de tal manera que al momento de aplicar el producto realmente se este aplicando
la cantidad y calidad que se espera.
En este sentido se debe observar y hacer consideraciones sobre la re-constatación de los lotes a
utilizar, pues si bien es cierto que todas las vacunas son evaluadas por el Laboratorio Oficial
de constatación, también lo es el hecho de que el manejo que se hace de la vacuna una vez que
sale del laboratorio no es el adecuado. Imaginemos un caso: se acepta que la vacuna tenga
cierta variación en su cuenta, sin embargo puede cumplir con la regulación adecuadamente en
una titulación mínima efectiva, pero si esta vacuna es sometida a un mal manejo, entonces la
cuenta viable cae por debajo del mínimo y por tanto no es efectiva al momento de aplicarse y,
efectivamente, en este caso, “no sirve”.
Al tratarse de una vacuna en suspensión tiende a sedimentar muy fácilmente, por lo que es
necesario que en cada "carga de jeringa" se agite el frasco, de tal manera que se garantice que
la dosis individual realmente contenga la concentración esperada.
Se sabe que la persistencia de la brucela vacunal es menor comparativamente con la cepa 19, y
esto ha sido un elemento de critica para decir que no hay tiempo suficiente para que el sistema
inmune del animal vacunado interactúe y genere una respuesta adecuada. Si bien esto es
cuestionable, en todo caso, puede subsanarse con un programa adecuado de re vacunación.
Punto muy importante es el que la vacuna sea aplicada por la vía adecuada, si bien la
experiencia del Medico de campo es vasta, y por ello puede confiar en sus técnicas, es
necesario que al aplicar la RB51 se asegure realmente que queda en el tejido subcutáneo
pellizcando la piel, tal y como dicta la técnica tradicional, pues se ha observado que en caso de
quedar intramuscular la eficacia disminuye.
Otro punto a considerar es el objetivo la vacunación.
Una de las grandes ventajas del uso de la vacuna contra brucelosis es que de manera implícita
se ha recomendado para "tratar" hatos afectados. Es bien sabido que en brotes por abortos
brucelosos se indica una vacunación generalizada para “parar” el brote. Desde los tiempos en
los que usaba la cepa 19, la dosis reducida resultó de gran utilidad para este propósito. Sin
embargo, cuando algunos técnicos utilizaron la dosis “vaca” de la cepa RB51 para atender
brotes de abortos, reportaron fallas. En contraste cuando se utiliza la dosis “becerra”, los
resultados son satisfactorios. Por ello insistimos que no se puede usar una vacuna con
referencia a otra. Ahora bien si el objetivo es prevenir la infección, dependerá de las
condiciones epidemiológicas y de manejo las que determinen que esquema recomendar.
Porque incluso puede tener varias acepciones el prevenir la infección. Las condiciones no
serán las mismas en hatos libres, pero sometidos a riesgo epidemiológico, que en hatos que
tienen cierta positividad , pero no hay evidencia de brucelosis clínica; o bien en hatos que son
libres y que son cerrados, etc. De manera general, y basado en lo observado en diferentes
regiones del país me permito poner a consideración las siguientes recomendaciones:
Tipo de Hato y zona
VACUNACIÓN REVACUNACIÓNTiempo Dosis Tiempo Dosis
Libre en zona de bajo riesgo
Becerras a los cinco meses. Becerra
Al año de edad Vaca
Libre en zona de riesgo
Becerras entre los 3 y 5 cinco meses. (Considerar Calostro)
Becerra1ª. 6 meses después de la primera.2ª. Al parto
Becerra
VacaNo libre con baja* prevalencia
Becerras entre los 3 y 5 cinco meses. (Considerar Calostro) Becerra
1ª. 6 meses después de la primera.2ª. Al parto
Becerra
BecerraNo libre con alta prevalencia*
Becerras entre los 3 y 5 cinco meses. (Considerar Calostro) Becerra
1ª. 6 meses después de la primera.2ª. Al parto3ª. Al año
Becerra
BecerraBecerra o vaca
Hato con problemas (abortos)*
Vacunación general a todas las hembras, independientemente de su antecedente vacunal con dosis becerras, y revacunar a los 6 meses con dosis becerra, aún a positivas** y gestantes.
* Combinado con un esquema de manejo de hato afectado.**Se menciona que la vacuna disminuye la tasa de eliminación de brucelas patógenas al ambiente.
Hay que recordar que para bloquear la transmisión de la enfermedad, se debe vacunar un
número suficiente de susceptibles tal que en promedio cada caso primario de infección genere
menos de un caso secundario contagiado; y eso sólo se logra sosteniendo los programas de
vacunación por períodos largos.
En el caso de los bovinos se sabe que se requieren de cinco a siete años de un programa de
vacunación, de crías, revacunación, y vacunación de reemplazos considerando la situación
epidemiológica de la zona y la vida media de los bovinos en el hato.
Plan de Contingencia
Para el administrador de un programa regional o una Campaña; cuando se identifica un hato
infectado en una región es necesario garantizar que la infección no se extienda, por lo que
deberá definirse una zona de riesgo. La brucelosis es considerada una enfermedad poblacional
o de hato, por lo que los esfuerzos realizados deberán considerar a la comunidad entera
relacionada con el hato infectado. El riesgo de transmisión de la enfermedad es mayor
conforme se incrementa la concentración de ganado en un área determinada.
Por ello es necesario considerar tanto los hatos adyacentes, como la transmisibilidad de la
enfermedad, de acuerdo a las condiciones del medio. En un estudio realizado en los Estados
Unidos se demostró que los hatos localizados a menos de media milla (805 m aprox.) de un
hato infectado tenían cuatro veces más riesgo de tener brucelosis que aquellos ubicados a una
distancia mayor que media milla. Aquellos hatos que comparten cercos, y cuyos animales
pueden entrar en contacto tienen 2.5 veces más el riesgo de infectarse que aquellos que no lo
tienen.
Asimismo es necesario invariablemente considerar a los hatos adyacentes, que son aquellos
que ocupan predios que limitan con un hato conocido como afectado por brucelosis (esto
incluye hatos separados por caminos o por arroyos vadeables), o bien que limita con predios
que fueron conocidos como afectados en algún período de tiempo en los últimos 16 meses.
Con respecto a unidades más grandes, se puede definir como hatos adyacentes a todos los que
se encuentren alrededor de 1.5 kilómetros del perímetro de la cerca del hato afectado.
Por lo que cualquier esquema de control y vacunación debe tomar en cuenta a los hatos
adyacentes.
A manera de Comentario Final.
El combate a la brucelosis implica la inversión de recursos pero sobre todo de paciencia.
Existen varios ejemplos de los logros de erradicación en hatos infectados combinando las
estrategias de control. Ninguna de las cuales, por si sola, resuelva el problema. Tiene que ser
el sentido común y la habilidad del Médico responsable, junto con la experiencia del productor
los que combatan a esta enfermedad. Los análisis costo beneficio siempre salen positivos hacia
la consecución de la eliminación de la brucela con saldo a favor de los beneficios. Por lo que
esperar que una sola vacuna, o una vacunación mal dirigida y sin un calendario estratégico
resuelvan el problema. La vacunación debe ser parte indispensable pero no exclusiva de los
programas de bioseguridad y medicina preventiva para el control y erradicación de la
brucelosis. La elección de una cepa sobre otra dependerá del conocimiento que se tenga del
biológico, de las condiciones de riesgo y de la intensidad en los calendarios de vacunación.
Insistiremos que, hasta que no haya resultados contundentes de lo contrario la cepa RB51
presenta una sola pero gran ventaja sobre la cepa 19, no generar anticuerpos que interfieran
con las pruebas diagnósticas convencionales. Y eso, en términos económicos y sanitarios es
una atractiva oferta para buscar la erradicación de cualquier enfermedad.
Literatura Consultada.
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Barton, C.E.: The Management of Brucellosis Infected Herds. In Designated Brucellosis Epidemiologist Training. Ames, Ia., 1996.
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