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R-DCA-0903-2018
CONTRALORIA GENERAL DE LA REPUBLICA. División de Contratación
Administrativa. San José, a las catorce horas y cuarenta y cuatro minutos del catorce de
setiembre de dos mil dieciocho.---------------------------------------------------------------------------------
Recursos de objeción interpuestos por la empresas SEGURIDAD Y VIGILANCIA SEVIN
LTDA., CONSORCIO VMA-TOTAL SEGURIDAD, CONSORCIO DE INFORMACIÓN Y
SEGURIDAD; SEGURIDAD ALFA S.A. y AGENCIA VALVERDE HUERTAS SOCIEDAD
ANÓNIMA (AVAHUER S.A.), contra el cartel de la Licitación Pública No. 2018LN-000010-
000100001, promovida por el Instituto Nacional de Seguros, para la contratación de
“SERVICIOS DE SEGURIDAD POR DEMANDA PARA EL GRUPO INS”.------------------------
RESULTANDO
I.-Que las empresas SEGURIDAD Y VIGILANCIA SEVIN LTDA., AGENCIA VALVERDE
HUERTAS SOCIEDAD ANÓNIMA (AVAHUER S.A.), CONSORCIO VMA-TOTAL
SEGURIDAD, CONSORCIO DE INFORMACIÓN Y SEGURIDAD y SEGURIDAD ALFA
S.A., presentaron en tiempo, recursos de objeción en contra del cartel de la licitación pública
de referencia.---------------------------------------------------------------------------------------------------------
II.- Que mediante auto de fecha cinco de setiembre de dos mil dieciocho, esta Contraloría
General concedió audiencia especial al INS a efecto que se refiriera en forma amplia y bien
fundamentada a los argumentos de las empresas recurrentes, solicitando a su vez, la
remisión del cartel definitivo, y en caso de ser necesario, modificar el plazo de apertura de
ofertas. Dicha audiencia fue atendida por el INS, mediante oficio PROV-04786-2018 de
fecha 12 de setiembre de 2018, indicando que incorpora el razonamiento aportado por la
unidad técnica a saber, Unidad de Seguridad y Vigilancia adscrita a la Subdirección de
Servicios Generales, emitida mediante oficio SDSERV-03357-2018 del 10 de setiembre del
2018, remitiendo a su vez la última versión del cartel.----------------------------------------------------
III.-Que en la presente resolución se han observado las disposiciones legales respectivas.---
CONSIDERANDO
I. Sobre el fondo de los recursos presentados. i) Recurso de SEGURIDAD Y
VIGILANCIA SEVIN LTDA 1) Sobre el grado de escolaridad requerido para los
oficiales de seguridad. La objetante indica que el cartel solicita para los oficiales que sean
ubicados dentro de las instalaciones de Oficinas Centrales, Red de Servicios de Salud (en
algunos edificios), Hospital del Trauma y el Museo del Jade, contar con los requisitos tanto
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para nacionales como extranjeros con el grado de noveno año de colegio de secundaria.
Considera que esta disposición cartelaria como requisito para los agentes de seguridad
deviene innecesario y contrario a la realidad, ya que la ley 8395 de servicios de seguridad
privada establece en el artículo 14 como requisito, haber aprobado al menos el Segundo
Ciclo de Enseñanza General Básica (6to grado de escuela). Dada la naturaleza del servicio
y las funciones detalladas en el cartel para los agentes de seguridad, no se justifica
técnicamente solicitar un grado académico mayor como requisito, ya que las funciones
solicitadas según las especificaciones técnicas las puede realizar cualquier agente de
seguridad que cuente con todo lo requerido según Ley 8395. Agrega, que los oficiales de
seguridad en su mayoría no cuentan con un título de noveno año, por lo que se incurriría en
discriminación hacia ellos, al negarles la posibilidad de desempeñarse en el puesto de
trabajo para el que cumplen con los requisitos necesarios, siendo que el Código de Trabajo
indica en el Artículo 408: “Todas las personas, sin discriminación alguna, gozarán de las
mismas oportunidades para obtener empleo y deberán ser consideradas elegibles en el
ramo de su especialidad, siempre y cuando reúnan los requisitos formales solicitados por la
persona empleadora o que estén establecidos mediante ley o reglamento.” Por lo que
propone una nueva redacción de cláusula de la siguiente forma: “3. Para los oficiales que
sean ubicados dentro de las instalaciones de Oficinas Centrales, Red de Servicios de
Salud (en algunos edificios), Hospital del Trauma y el Museo del Jade. • Contar con los
requisitos tanto para nacionales como extranjeros. • Segundo ciclo de enseñanza general
Básica. • Deberá someterse a una entrevista previa por parte de la Unidad de Vigilancia del
INS para verificar sus datos y conocer si su perfil es el idóneo para el puesto. Esto debe
hacerse al menos con tres días hábiles de anticipación al inicio del servicio.” La
Administración señala que la Unidad Técnica mediante oficio SDSERV-03357-2018 del 10
de setiembre del 2018 indicó “(…) La Administración es quien conoce su necesidad y fija la
manera en que debe ser atendida. Obviamente se tiene conciencia de que cuanto más altos
sean los requisitos que se fijen, mayor será el costo, pero ese es un costo que el oferente
debe cuantificar debidamente y estimar en su oferta. En consecuencia rechazamos la
insinuación de que estamos promoviendo un trato no igualitario para los oficiales de
seguridad, en su lugar estamos promoviendo un perfil más alto y robusto para los oficiales
de seguridad, aspecto que claramente le generaría la oportunidad de ganar un mejor
salario. Por tanto, sí se justifica la solicitud del grado académico que estamos solicitando.
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Adicionalmente, hay oficiales de seguridad con bachiller en educación media e inclusive una
carrera universitaria, lo que menciona la Ley 8395 es un requisito mínimo. Finalmente, para
los puestos donde estamos solicitando dicha escolaridad, son los más sensibles, primero
que nada por el trato al cliente, la redacción en bitácoras e inclusive el acceso a equipo
tecnológico (Computadoras)…” Es importante considerar, que el artículo 14 de la Ley de
Regulación de los Servicios de Seguridad Privados, establece que los agentes de seguridad
deben cumplir con una serie de requisitos, entre ellos, “haber aprobado, al menos, el
Segundo Ciclo de Enseñanza General Básica”, ergo se logra constatar que el requisito legal
se define como una condición mínima que debe ostentar el agente de seguridad y por
consiguiente, no existe en el pliego de condiciones ninguna violación al ordenamiento
jurídico, ni logra acreditar el recurrente que con este se limite la participación a los
eventuales oferentes. Criterio de la División: El artículo 14 de la Ley de Regulación de los
Servicios de Seguridad Privados, No.8395, establece los requisitos que deben cumplir los
agentes de seguridad sujetos a la aplicación de dicha ley, entre los cuales el inciso b) indica,
“Haber aprobado, al menos, el Segundo Ciclo de Enseñanza General Básica” (subrayado
agregado). Por su parte el punto 3 de las Condiciones Técnicas del cartel de la presente
licitación, solicita que el personal del contratista deberá cumplir entre otras cosas: “3. Para
los oficiales que sean ubicados dentro de las instalaciones de Oficinas Centrales, Red de
Servicios de Salud (en algunos edificios), Hospital del Trauma y el Museo del Jade. -Contar
con los requisitos tanto para nacionales como extranjeros. -Noveno año de Colegio de
Secundaria. -Deberá someterse a una entrevista previa por parte de la Unidad de Vigilancia
del INS para verificar sus datos y conocer si su perfil es el idóneo para el puesto. Esto debe
hacerse al menos con tres días hábiles de anticipación al inicio del servicio”. Como puede
observarse, la disposición cartelaria solicita un grado de escolaridad mayor al mínimo
requerido en la Ley 8395 para los agentes de seguridad, razón por la cual la empresa
objetante considera que el requisito del cartel se contrapone con la ley. Ahora bien, ya este
órgano contralor se ha pronunciado respecto al artículo 14 inciso b) de la Ley No. 8395, en
el sentido de constituir la aprobación del Segundo Ciclo de Enseñanza General Básica
(sexto grado de educación primaria), un requisito mínimo que deben cumplir los oficiales de
seguridad privada que presten sus servicios, pero sin que exista impedimento para que la
Administración licitante disponga en el pliego de condiciones un requerimiento superior a
éste, en el tanto explique en forma motivada que dicho aspecto le genera un valor agregado
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de especial trascendencia al servicio que se desea contratar. En ese sentido, pueden verse
las resoluciones R-DCA-0146-2015, de las catorce horas veintiocho minutos del veintitrés
de febrero del dos mil quince, R-DCA-0865-2016 de las trece horas cuarenta y seis minutos
del veinticuatro de octubre de dos mil dieciséis, R-DCA-0327-2017 de las diez horas con
cincuenta minutos del veintitrés de mayo del dos mil diecisiete y R-DCA-0532-2018 de las
catorce horas cuarenta y un minutos del seis de junio del dos mil dieciocho en las que se ha
externado la posición indicada. En el caso bajo análisis los argumentos esgrimidos por la
Administración (sea que para los puestos donde se solicita dicha escolaridad, son los más
sensibles, como trato al cliente, la redacción en bitácoras e inclusive el acceso a equipo
tecnológico como computadoras) pareciera que no justifican solicitar un requisito de
escolaridad mayor al mínimo establecido en el artículo 14 de la Ley 8395, ya que no
desarrolla con amplitud la necesidad de contar con ese perfil de agente en esos puestos, y
sobre todo la explicación del por qué estos puestos se consideran los más sensibles,
destacando las labores que desarrollarían los agentes en estos, diferentes a los destacados
en otros puestos que no llegaren a catalogarse como sensibles, toda vez que el solo hecho
de manifestar que se requiere este requisito por razones de trato al cliente, redacción de
bitácoras y acceso e equipo tecnológico no vincula con claridad estas actividades con el
perfil solicitado. Es por ello que la Administración deberá justificar con mayor detalle la
necesidad de requerir este perfil laboral, motivo por el cual se declara parcialmente con
lugar el recurso en este extremo. Lo anterior, constituye una tesis de principio, sin perjuicio
que la Administración pueda justificar y abonar razones en otros supuestos donde concurran
circunstancias distintas que motiven superar el mínimo de formación académica dispuesto
legalmente y siempre y cuando ese incremento de los mínimos sea proporcionado y
razonable y no desnaturalice el objeto contractual, ni incorpore exigencias desmedidas que
pudieran encarecer sin razón las ofertas presentadas. ii) Recurso de CONSORCIO VMA-
TOTAL SEGURIDAD 1) Sobre los Programas sostenibilidad ambiental. La objetante
señala que el Anexo de Especificaciones del Cartel, establece la sección IV. Cuadro de
Calificación (Tabla para Valoración de Ofertas), punto D. Programas sostenibilidad
ambiental (10 puntos máximo). Explica que se otorgará puntaje a las empresas que formen
parte del programa Bandera Azul Ecológica de Costa Rica y cuenten con algún galardón o
posean certificación de Carbono neutral según el siguiente detalle: 5 Puntos Contar con
galardón en programa Bandera Azul. 5 Puntos Contar con Certificación de Carbono Neutral,
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por lo que se está incorporando al sistema de evaluación un programa de sostenibilidad
ambiental según el cual se está otorgando un puntaje de 10% a las empresas oferentes que
cuenten con galardón al programa de bandera azul y certificados de carbono neutral, todo lo
cual va en contra de los principios de eficiencia y eficacia, que van conforme a lo dispuesto
con los principios de proporcionalidad y razonabilidad, según los cuales la definición de los
criterios de evaluación deberán ser conformes al objeto contractual y en ese sentido, debe
de tenerse en cuenta que el objeto de la presente contratación es la de oficiales de
seguridad, es decir que el servicio dispuesto para la Institución, será seguridad de las
personas y de los bienes que resguardan, no requiriendo para ello que el servicio tenga que
ser directamente consecuente con políticas verdes o ecológicas del País, ni tan siquiera se
considera la actividad como una actividad que tiene injerencia directa con el medio ambiente
impactándolo, por lo que en caso de que se quisiera incentivar una práctica o programas de
sostenibilidad ambiental, podrá hacerlo, pero, en primer lugar, debió de hacer los estudios
técnicos correspondientes para determinar el impacto de los servicios de seguridad sobre el
medio o bien qué labores específicas y directamente relacionadas con el tema de seguridad,
tiene afectación en el medio ambiente, como para determinar en el sistema de evaluación
un parámetro de puntos que otorga un beneficio, o ventaja no consecuente con el objeto
contractual, a las empresas que cuenten con un galardón o certificación de carbono neutral,
esto además sin especificar como se obtienen estos certificados o galardones o que entes
públicos deben de expedirlo. En el caso, entonces que se quiera abordar una política de
sostenibilidad ambiental y el INS desea otorgar un beneficio a empresas que se han
preocupado por el tema ambiental en sus oficinas centrales o en su práctica comercial,
entonces pudo haber otorgado puntos adicionales, pero solo en caso de empate, ya que de
lo contrario estaría siendo una práctica que limita la libre participación de empresas, que por
el giro comercial de seguridad, que es la contratación de personal de seguridad para
puestos de vigilancia en la Institución, el cumplimiento con programas de sostenibilidad
ambiental, es casi innecesario por el leve impacto en el medio ambiente. Indica que debe de
valorarse si es viable la aplicación de estos criterios a la debida satisfacción del interés
público, y por ende debe de valorarse mediante un estudio técnico que lo ampare, que
determine si en la ejecución del objeto contractual es conveniente realizar una compra con
base en estos criterios sustentables, estudio que se omite en esta licitación, ya que al
tratarse de servicios de vigilancia, claramente estos criterios sustentables no se ajustan a la
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necesidad del objeto contractual, por lo que sin este estudio previo se contraviene la
seguridad jurídica que debe imperar en toda contratación administrativa. La Administración
señala que la Unidad Técnica mediante oficio SDSERV-03357-2018 del 10 de setiembre del
2018 indicó “(…) Debe tenerse en cuenta que NINGUNA actividad es ajena a las buenas
políticas ambientales. Los buenos hábitos ambientales permean todas las actividades
humanas y su observación y atención son responsabilidad de toda persona física y jurídica.
Nadie puede aducir válidamente que la buena gestión ambiental es cosa de otros; por otra
parte, no se considera que la inclusión de estos criterios en el texto del cartel, sean
contrarios a los principios generales que rigen para la contratación administrativa, no
importa cuál sea el objeto contractual. Desde el punto de vista técnico, consideramos que el
contar con personal de seguridad sensibilizado con el ambiente, permitirá unir más sinergias
que contribuyan a nuestros programas de responsabilidad y sostenibilidad internos. De una
u otra forma el servicio que nos vayan a brindar se relaciona con el apagar luces, cerrar
tubos y realizar reportes sobre equipos encendidos. Sin dejar de lado que durante su
jornada laboral, traen residuos y es importante que conozcan sobre el reciclaje. Con lo
anterior, nos ayudan con el ahorro de energía y no se afectan mayormente los recursos
naturales. Es importante que como institución pública debemos ir más allá en estos temas,
apoyar y concientizar a todas las personas para cuidar el ambiente. Por tanto, nuestro
criterio es que el servicio sí tiene injerencia directa en nuestras políticas sostenibles…”
Criterio de la División. El sistema de evaluación constituye dentro del cartel de una
contratación, el mecanismo por medio del cual la Administración mediante factores
previamente definidos y ponderables, analiza las ofertas de los competidores en igualdad de
condiciones, otorgando puntaje a cada uno de estos elementos de acuerdo con la
evaluación que se asigne a cada uno de ellos dentro de las ofertas. Este sistema de
evaluación para ser impugnable por medio del recurso de objeción, implica por parte del
recurrente, la obligación de acreditar que los factores incorporados en este no cumplen con
las características propias de dicho mecanismo a saber, proporcionado, pertinente,
trascendente y aplicable, visto que de entrada el sistema de evaluación no limita la
participación por no tratarse justamente de condiciones de admisibilidad. Bajo este orden de
ideas, en nuestra resolución R-DCA-210-2013 del 22 de abril del 2013, este Despacho
señaló sobre el tema: “(…) Sobre este aspecto deben considerar los objetantes como primer
orden, que la Administración goza de una total discrecionalidad para definir los factores de
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ponderación dentro un sistema de evaluación, debiendo observarse únicamente que los
factores incorporados en el mecanismo resultante cumplan con cuatro reglas esenciales:
proporcionados, pertinentes, trascendentes y que el sistema como tal resulte aplicable. El
primero de ellos refiere al equilibrio o proporcionalidad que debe existir entre cada uno de
los factores a evaluar, de manera que cada uno tenga su justo peso dentro del sistema de
evaluación. El segundo y tercero corresponden respectivamente, a que los factores a
evaluar deben ser pertinentes, es decir, que guarden relación con el objeto contractual y
trascendentes o sea, que estos factores represente elementos que ofrezcan un valor
agregado a la calificación. Finalmente, tenemos la aplicabilidad, que consiste en que este
sistema de evaluación debe resultar aplicable por igual a las ofertas, pues puede ser que
cumpliendo con los tres puntos anteriores, el sistema al momento de desarrollarlo o
“correrlo” resulte de imposible aplicación. La anterior referencia es importante, por cuanto
para tener por cuestionado algunos o todos los elementos del sistema de evaluación de un
concurso, el objetante debe demostrar con claridad que ellos resultan contrarios a alguno de
los cuatro puntos brevemente referenciados (…)" Ahora, si bien la definición del sistema de
evaluación es parte de las facultades discrecionales con las que cuenta la Administración,
también es cierto que esta definición debe enmarcarse dentro de los supuestos antes
explicados y asimismo, dentro de los límites del principio de legalidad y lo estipulado en el
artículo 16 de la Ley General de la Administración Pública. Analizando todo lo anterior para
el caso en concreto, resulta totalmente claro que la Administración licitante, dentro de su
actuar discrecional puede definir un sistema de evaluación en el cual se incluyan criterios
sustentables, no obstante es también claro que al decidir incluir estos criterios, los mismos
deben cumplir las disposiciones normativas relacionados con los mismos y sobre todo,
otorgar un valor agregado de frente al proceso. Asimismo, es claro que los criterios
sustentables que se elijan por parte de la Administración deben resultar posibles de cumplir
de frente al objeto contractual que se licita, en el sentido que parecería incongruente
establecer ciertos criterios o certificaciones ambientales que no son propias por el tipo de
objeto o actividad y que en consecuencia sean de imposible incumplimiento para los
oferentes. En este orden, en punto a los criterios de evaluación definidos en el pliego de
condiciones (certificación de Bandera Azul y de Carbono Neutral) no ha demostrado la
Administración de qué forma estos certificados no sólo son posibles de acreditar para una
actividad como la de servicios de seguridad sino además, por qué en concreto son estos los
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que deben requerirse. Tómese en cuenta que si bien este Despacho no desconoce la
posibilidad para la Administración de definir incluso como factores de evaluación criterios
sustentables, ello no puede ser de manera antojadiza o injustificada, en el sentido que no
exista claridad para la Administración por qué ha sido requerido un requisito de esta
naturaleza en particular, como parece ser en este caso, especialmente ante una ausencia
de explicación de cómo se vincula la exigencia de estos requisitos con el tema de prestación
de servicios de seguridad. A lo anterior, debe sumársele que esta Contraloría General de la
República, en casos anteriores respecto a la incorporación de criterios sustentables como
evaluación ha dicho, por ejemplo en la resolución R-DCA-211-2016 de las ocho horas con
cuarenta y cinco minutos del siete de marzo del dos mil dieciséis: "(...) A su vez, dicha
Normativa Técnica establece en el punto 5.3 lo siguiente: “5.3. Facultades y deberes de las
administraciones contratantes en las compras públicas. Si bien es cierto resulta discrecional
para cada Administración contratante determinar cuál(es) criterio(s) sustentable(s) utilizará y
el porcentaje de evaluación por asignar a este(os), cuando la administración contratante
promueva una contratación sustentable, debe considerar y acatar las siguientes pautas: (…)
4. Los criterios sustentables deben ajustarse al estudio preliminar de mercado que sustenta
la decisión inicial. De esta forma, se garantiza que los criterios solicitados puedan ser
satisfechos en el mercado estudiado.” Como puede observarse, dicha normativa técnica
establece la obligación para la Administración de realizar un estudio preliminar de mercado
que sustente la decisión inicial en caso de incorporar criterios sustentables en las compras
públicas, requisito que según estima la empresa recurrente, el Ministerio no cumplió en este
caso. Sin embargo, la Administración explica que en julio del 2015 realizó un estudio en
coordinación con el CEGESI para la incorporación de los criterios de sustentabilidad en el
convenio marco objeto de análisis, y como respaldo de lo dicho aportó copia de ese estudio
(ver folios 176 al 186 del expediente de la objeción). De esta manera, se tiene por
acreditado que la Administración sí realizó un estudio de previo a dar inicio a la licitación.
Por lo tanto, lo procedente es declarar sin lugar el recurso de objeción en este aspecto. (...)".
A todo lo anterior, debe agregársele que la Normativa Técnica para la Aplicación de
Criterios Sustentables en las Compras Públicas y Guía para la Implementación en su anexo
4 Instrucciones para Completar la MECS" indica: "(...) Estos criterios deben tener
trascendencia en relación con el objeto contractual, la cual será determinada desde las
actuaciones previas a la contratación (estudios de mercado y precios), para su aplicación
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tanto en la tramitación del procedimiento, ejecución contractual y disposición del bien (...)".
Ahora bien, de lo anterior puede concluirse que para la inclusión de los criterios
sustentables, la Administración debe realizar estudios de mercado anteriores que justifiquen
la inclusión de estos factores en el cartel de un objeto de contratación determinado, sin que
el INS haya podido demostrar la existencia de estos, limitándose a responder que ninguna
actividad es ajena a las buenas políticas ambientales y que los buenos hábitos ambientales
permean todas las actividades humanas y su observación y atención son responsabilidad de
toda persona física y jurídica. Efectivamente la inclusión de hábitos ambientales puede ser
considerada en cualquier actividad, no obstante, también es cierto que para ello es exigida
la fundamentación en punto a la necesidad y oportunidad de estos criterios sustentables con
estudios previos, para lo cual la Administración no ha logrado demostrar su existencia. Así
las cosas, considera esta Contraloría General de la República que debe esa Administración
realizar los estudios pertinentes que justifiquen la permanencia de estos criterios y
concretamente estos en particular que ha solicitado, e incorporarlos en el respectivo
expediente, sin perjuicio claro está, que estos estudios conduzcan a la incorporación de
otros criterios para lo cual deberá promoverse la modificación respectiva al cartel, por lo que
se declara parcialmente con lugar el recurso en este extremo. iii. Recurso de
CONSORCIO DE INFORMACIÓN Y SEGURIDAD. 1. Sobre el Sistema de Información y
Control de Recorridos. La objetante señala que el cartel en el apartado VI.REQUISITOS
TÉCNICOS PARA EL OFERENTE, PUNTO K. requiere un Sistema de Información y Control
de Recorridos (Plataforma de seguridad), lo que considera un sistema muy exclusivo, ya
que es como requisito de admisibilidad y en una etapa de recepción de ofertas, limita a los
oferentes que actualmente no lo tienen. Solicita que el cartel no limite a que la presentación
de dicho sistema sea junto con las ofertas, si no que sea requerido al futuro adjudicatario
que brindará el servicio con dicho sistema. Señala que la aplicación se instalará una vez
adjudicado el contrato, que no es posible que actualmente todos los oferentes lo tengan,
siendo que es un sistema alternativo y no indispensable para prestar los servicios de
seguridad. Señala que sí existe un sistema de control de recorrido, que opera en tiempo real
como lo solicita el cartel, sistema que se ha venido incorporando en diferentes licitaciones,
pero el error recae en solicitar que adicionalmente el sistema pueda visualizar la hoja de
vida de todo el personal, la planilla etc, esto viene siendo una aplicación diferente, no puede
un oferente contar actualmente con un sistema integrado en una sola aplicación, aplicación
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que es meramente de uso en un contrato del INS. El sistema de recorridos por sí solo no
posee dicha aplicación, lo que solicitan es un extra, que solo podrá o debe tener obligación
de instalar una vez adjudicados, no en proceso de oferente. Además, solicita el cartel en la
página 20, que el sistema se debe presentar 2 días hábiles después de la apertura de
ofertas, reiterando que este es un sistema que aún no tiene el oferente, porque no posee
contrato con el INS, y no va a adquirir dicha aplicación solo para presentar una oferta, la
aplicación debe solicitarse una vez adjudicado el servicio. Indica que lo mismo sucede en el
punto F. donde solicita la cantidad de 15 vehículos, pues no todos los oferentes cuentan con
estos activos, por cuanto no los requieren en los contratos vigentes de seguridad, lo que se
puede demandar en esta etapa receptiva de ofertas es el compromiso por parte del oferente
que en caso de ser adjudicatarios procederá a adquirir ya sea por compra u arrendamiento
dichos vehículos. Considera que cae en error el pliego cartelario en solicitar tanto
requerimiento en una etapa enteramente de recepción de ofertas, limitando así la
participación de la mayor cantidad de oferentes, ya que si lo que quiere la Administración es
comprobar la capacidad operativa de la organización, considera que con la experiencia que
ya solicitan por medio de referencias comerciales, pueden corroborar que el participante
está en entera capacidad de dar servicios de dicha magnitud. La Administración señala
que la Unidad Técnica mediante oficio SDSERV-03357-2018 del 10 de setiembre del 2018
indicó: “(…) El requerimiento cartelario se alinea con la finalidad pública del cartel, por
cuanto dicha plataforma de seguridad nos va permitir en la ejecución una gestión más
ordenada y ágil. No consideramos que se limite con ello a los oferentes, por cuanto en el
mercado se conoce que existen muchas plataformas de seguridad similares con más o
menos información de la que requerimos. Se solicita en esa etapa porque deseamos
verificar si la poseen con la información que solicitamos, para empezar a trabajar con ella
desde el inicio del contrato…” Adicionalmente indica que sobre el requerimiento de contar
con (15) quince vehículos inscritos a su nombre o arrendados para la operación y
supervisión de los servicios que preste al I.N.S. y sus subsidiarias: “(…) No consideramos
que los requerimientos solicitados en esta etapa limite la participación de oferentes, la
magnitud del servicio requerido, debe exigir que quien participe cumpla con lo solicitado
desde antes de ser adjudicado. Adicionalmente, no todos vehículos son de 4 ruedas,
también se solicitaron motos, pero además estos pueden ser alquilados…” Al respecto, la
cláusula impugnada (apartado VI. Requisitos técnicos para el oferente, inciso F), pretende
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determinar el cumplimiento de las eventuales ofertas que se sometan a concurso de forma
tal que se verifique que al momento de emitir la orden de inicio el servicio será ejecutado en
estricto apego los requerimientos cartelarios, dado que al tratarse de un servicio de vital
importancia para la Institución, se requiere que cuente con todos los insumos y equipos
desde la presentación de la oferta, aspecto que de ninguna manera limita la participación de
potenciales oferentes. Criterio de la División: Del argumento expuesto se tiene que la
objetante no solicita la eliminación de los requisitos relacionados con el Sistema de
Información y Control de Recorridos y con los quince vehículos inscritos a su nombre o
arrendados para la operación y supervisión de los servicios que preste al I.N.S. y sus
subsidiarias, sino que lo que solicita que los mismos sean requeridos al adjudicatario, lo
anterior por cuanto considera que solicitarlos en etapa de presentación de ofertas limita la
participación de una mayor cantidad de oferentes y provoca incurrir en gastos innecesarios
a los potenciales oferentes. En relación con el sistema de información y control de
recorridos debe indicarse que por el tipo de información que requiere el sistema (hojas de
vida, rotaciones, horas extras) no logra comprender este Despacho la exigencia del mismo
desde la presentación de las ofertas, ya que la Administración no expone el valor real de
contar con tal información en esa etapa –siendo que algunos de estos requisitos han sido
solicitados se incorporen en la aplicación exclusivamente para el INS- sobre todo porque se
trata de aspectos que la Administración deberá verificar en ejecución, sin que exista una
justificación real de obligar a los potenciales oferentes a incurrir en gastos excesivos. En
este orden, no observa este Despacho en la atención de la audiencia por parte de la
Administración, una justificación razonable, clara y detallada para exigir este requisito a los
oferentes, bastando en criterio de este Despacho el compromiso de estos de tenerla o
desarrollarla en caso de una adjudicación, especialmente por los mayores costos que si
bien no demostrados, podría representar para un oferente que al final no resulte
seleccionado. Por otra parte, en relación con el requerimiento de contar con una de cantidad
de 15 vehículos propios o arrendados, al igual que en el punto anterior lleva razón la
objetante ya que la Administración no ha explicado las razones o justificaciones por las
cuales requiere que esa cantidad de vehículos quede demostrada como de propiedad o
arrendamiento de cada oferente al momento de ofertar, pudiendo considerarse igual que el
punto anterior, el compromiso de tenerlos a disposición en el evento de la adjudicación,
sobre todo por cuanto igualmente este requisito puede someter a los oferentes a elevados
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gastos, y a las expensas de una adjudicación, de ahí que si bien este Despacho no
cuestiona la exigencia de ambos requisitos, estimamos que es un aspecto que puede ser
verificado y trasladado a la fase de ejecución su verificación, claro está sin que ello implique
que los oferentes al momento de estructurar su oferta no deban prever estos gastos. Por lo
expuesto se declara con lugar el recurso en este extremo, ante la ausencia de una
motivación adecuada por parte de la Administración para sostener la exigencia de
demostrar el requisito para los oferentes. 2. Sobre la escolaridad requerida para los
oficiales de seguridad. Señala la objetante que el cartel está exigiendo escolaridad de
TERCER CICLO DE ENSEÑANZA GENERAL BÁSICA para los oficiales de seguridad que
sean ubicados dentro de las instalaciones de Oficinas Centrales, Red de Servicios de Salud,
Hospital del trauma y el Museo de Jade siendo la mayoría de los puestos de la contratación,
dicho requerimiento sobrepasa lo establecido en la Ley número 8395 "Ley de Servicios
Privados de Seguridad" donde en los artículos 14 y 15 se establecen los requisitos que
deben cumplir tanto los agentes de seguridad privada como todo el personal responsable de
los aspectos de organización, operación, dirección, y supervisión, respecto al grado de
escolaridad, artículos que establecen el segundo ciclo de la Enseñanza General Básica, por
lo que el solicitar este grado de escolaridad violenta el principio de igualdad y establece una
discriminación no fundamentada en la contratación administrativa, para personal capacitado
y con experiencia y con la escolaridad exigida por la ley. Señala que el servicio con oficiales
con el nivel académico solicitado es más oneroso, debido a que con este título de educación
esperan un salario superior al mínimo de ley, por lo que es más costoso para la
administración y no representa ningún beneficio. Mantener este requisito, podría llevar a
declarar infructuoso o desierto el concurso. Considera que el hecho que un oficial tenga
noveno año no implica que tenga mayores capacidades para realizar sus funciones de
seguridad privada, el grado académico no aporta nada en seguridad, más bien se priva la
administración de tener personal de seguridad de gran trayectoria y experiencia que
cumplen con la escolaridad de ley, siendo lo más conveniente solicitar personal con
Segundo Ciclo de la Enseñanza de General Básica como lo indica la Ley, además de lograr
mayor participación de oferentes. La Administración indica que “(…) La Administración es
quien conoce su necesidad y fija la manera en que debe ser atendida. Obviamente se tiene
conciencia de que cuanto más altos sean los requisitos que se fijen, mayor será el costo,
pero ese es un costo que el oferente debe cuantificar debidamente y estimar en su oferta.
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En consecuencia rechazamos la insinuación de que estamos promoviendo un trato no
igualitario para los oficiales de seguridad, en su lugar estamos promoviendo un perfil más
alto y robusto para los oficiales de seguridad, aspecto que claramente le generaría la
oportunidad de ganar un mejor salario. Por tanto, sí se justifica la solicitud del grado
académico que estamos solicitando. Adicionalmente, hay oficiales de seguridad con
bachiller en educación media e inclusive una carrera universitaria, lo que menciona la ley
8395 es un requisito mínimo. Finalmente, para los puestos donde estamos solicitando dicha
escolaridad, son los más sensibles, primero que nada por el trato al cliente, la redacción en
bitácoras e inclusive el uso de equipo tecnológico (Computadoras)…” Se reitera, que el
artículo 14 de la Ley de Regulación de los Servicios de Seguridad Privados, establece que
los agentes de seguridad deben cumplir con una serie de requisitos, entre ellos, “haber
aprobado, al menos, el Segundo Ciclo de Enseñanza General Básica”, ergo se logra
constatar que el requisito legal se define como una condición mínima que debe ostentar el
agente de seguridad y por consiguiente, no existe en el pliego de condiciones ninguna
violación al ordenamiento jurídico, ni logra acreditar el recurrente que con este se limite la
participación a lo eventuales oferentes. Criterio de la División: Este punto fue abordado en
el punto 1 del recurso presentado por la empresa SEGURIDAD Y VIGILANCIA SEVIN
LTDA, razón por la que se remite a lo resuelto en el Considerando I. de la presente
resolución, y por las mismas razones se declara parcialmente con lugar el recurso en este
extremo. 3. Sobre la orden de inicio del contrato. Señala la objetante que el cartel señala
que existe la posibilidad que si el contrato actual con el que cuenta la Administración ya no
esté vigente para cuando se dicte el acto de adjudicación, se pedirá al nuevo contratista
Orden de inicio de 1 día Hábil, lo que considera que esa situación no es posible, mucho
menos hablando de un contrato por demanda y con una magnitud como es dar seguridad a
todo el país. Se estima el contrato en 274 oficiales de seguridad, por lo que no es posible
que en un plazo tan corto una empresa pueda realizar su proceso de contratación,
capacitación del personal y logística de una contratación como esta. Solicita se amplíe el
plazo por lo menos a 15 días hábiles una vez notificada la orden de compra. La
Administración indica que el cartel en el apartado IV. Condiciones generales formales para
el adjudicatario, punto B, estipula: “(…) Con respecto al inicio del contrato, actualmente está
vigente la Licitación Pública N°2014LN-114001-UL, para este servicio, por lo que el inicio del
servicio contratado mediante la presente licitación estará supeditado a la finalización del
14
mismo o resolución del contrato actual, previa comunicación de inicio del mismo por parte
de la Administración al Adjudicatario. En caso que no esté vigente el contrato actual al
momento de la vigencia del nuevo contrato el inicio se dará un día hábil posterior a que sea
notificada la Orden de Compra, Pedido u oficio que remita la Administración al Adjudicatario
informando el inicio respectivo. Por lo tanto, el plazo de entrega, así como el régimen de
responsabilidad de las partes correrá a partir de dicho inicio, aún y cuando el contratista no
haga retiro de dicha documentación…” Adicionalmente señala, que dicha disposición
responde a la previsión que debe tomar la Administración en procura de que la prestación
del servicio no se vea afectada, puesto que al tratarse de un servicio de especial naturaleza,
su ausencia, puede provocar daños graves en los bienes institucionales y las personas
(funcionarios, paciente y clientes) que se encuentren presentes en las edificaciones objeto
del contrato, por lo que estima que el contenido de la cláusula debe mantenerse invariable,
dado que las condiciones y requisitos cartelarios se orientan a la disponibilidad del servicio
en el momento que el Instituto así lo requiera, puesto que precisamente se busca que los
oferentes sean empresas serias, con experiencia y capacidad de respuesta. Criterio de la
División: Sobre este punto debe indicarse que la Administración está llamada a tener
claridad de las condiciones en las que se encuentra el contrato que tiene en ejecución y por
ende de la finalización del mismo. No parece razonable que la Administración pretenda dar
orden de inicio para un servicio que debe cubrir la totalidad del país con un día hábil
después de la comunicación de la adjudicación, esto por cuanto es lógico que este tipo de
contratos requieren una logística y coordinación previa para la distribución del personal,
aspectos que necesariamente requieren un plazo mayor y en este sentido se le recuerda a
la Administración su obligación de conocer los plazos tanto del contrato que tiene en
ejecución como del que promueve, esto con el fin de contar con el tiempo suficiente que le
permita una debida coordinación, por lo que deberá tomar la medidas necesarias para cubrir
la necesidad en el eventual caso de que el contrato con el que cuenta llegue a su
finalización y el que promueve no haya entrado en ejecución. En ese sentido deberá esa
Administración otorgar un plazo prudencial y razonable para la labor de coordinación del
futuro adjudicatario tomando en cuenta la cobertura del procedimiento que promueve, por lo
que se declara parcialmente con lugar el recurso en este extremo, al no fundamentarse
por parte del recurrente la necesidad de exigir un plazo de quince días hábiles. 4. Sobre las
jornadas laborales. Señala la objetante que en varios ítems, solicita el cartel jornadas de
15
doce horas que se cubran con un solo oficial, lo cual indica no puede ser ya que es
contradictorio con el Código de Trabajo en el artículo 136 que no permite este tipo de
jornada. La jornada diaria no puede excederse de las 8 horas para un total de 48 horas
semanales. La Administración indica que en la resolución R-DCA-120-2009 de las nueve
horas del dieciséis de marzo de dos mil nueve, la Contraloría General de la República
indicó: “… conviene señalar que en criterio de este órgano contralor las jornadas requeridas
por el PIMA no resultan ilegales, en la medida que no superan las 12 horas diarias que
como máximo dispone el artículo 140 del Código de Trabajo y que en todo caso no se
excede tampoco el límite de 48 horas semanales, así como que se reconocerá el pago de
horas extraordinarias en forma diaria…” De lo anterior se extrae que se aceptan las
jornadas extraordinarias en tanto no superen las 12 horas diarias como máximo y éstas se
reconozcan en forma diaria…” Asimismo, en resolución R-DCA-301-2016 la Contraloría
General de la República, reiteró la posición asumida indicando que: “ha aceptado la
posibilidad de ofertar jornadas extraordinarias siempre y cuando no superen las 12 horas
diarias que como máximo establece la legislación laboral y se cuente con la debida rotación
de los empleados. Eso sí, corresponde a la Administración en la etapa de ejecución
contractual ejercer los debidos controles para verificar y acreditar que se dé el respeto
absoluto al límite máximo de horas diarias de la prestación del trabajo,-que en modo alguno
puede superar las 12 horas diarias-, y que se dé la rotación del personal…”. Tomando en
consideración que el ordenamiento reconoce la posibilidad de laborar hasta un máximo de
12 horas diarias y dado que dichos turnos convienen al Instituto en virtud de los horarios de
operación, así como ingreso y egreso de funcionarios y clientes, se solicita mantener la
cláusula invariable, siendo responsabilidad del contratista la rotación del personal según los
roles que este defina para la prestación del servicio. Criterio de la División: La objetante
considera que el requerimiento cartelario es contradictorio con lo establecido en el artículo
136 del Código de Trabajo, sin explicar dónde se encuentra la ilegalidad apuntada, por lo
que el argumento expuesto carece de la debida fundamentación y procede el rechazo de
plano del recurso en este extremo. Ahora bien, debe indicarse que el artículo 140 del
Código de Trabajo señala: “La jornada extraordinaria, sumada a la ordinaria, no podrá
exceder de doce horas, salvo que por siniestro ocurrido o riesgo inminente peligren las
personas, los establecimientos, las máquinas o instalaciones, los plantíos, los productos o
cosechas y que, sin evidente perjuicio, no puedan sustituirse los trabajadores o
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suspenderse las labores de los que están trabajando.” En ese sentido las jornadas
establecidas en el pliego de condiciones para los ítems en que requiere doce horas diurnas,
laborando un oficial las doce horas, no se torna en ilegal. Ahora bien es importante señalar
que el oferente debe en su esquema de trabajo, respetar los límites legales de las jornadas
permitidos por el Código de Trabajo y podrá utilizar horas extraordinarias en el tanto estas
sean rotativas y no se vuelvan permanentes. 5. Sobre la Resolución del contrato. Señala
la objetante que en la página 22 del cartel punto 9, indica que se dará resolución del
contrato en caso que el oficial provenga de otro centro de trabajo (interno o externo), sin
embargo, esto debe ser multado por doblar jornada, es una sanción drástica rescindir un
contrato por una situación de estas. La Administración indica que el recurrente alega que
dicha condición es drástica y que debería ser multado por doblar la jornada; no obstante, se
rechaza tal alegato puesto que como bien lo dispone el cartel, tal requerimiento tiene como
fin evitar riesgos por fatiga o cansancio que puedan afectar la prestación del servicio y que
pongan en riesgos los bienes y personas que el contratista debe resguardar. Asimismo, no
es factible disponer que esta conducta se sancione simplemente con una multa por jornada
doble, toda vez que ello contraviene la normativa laboral, aspecto que no puede ser
desconocido por la Administración y que atenta contra las políticas de sostenibilidad
institucionales. Criterio de la División: Del alegato expuesto no encuentra este Despacho
irrazonable como una posible causa del resolución contractual, el hecho que los oficiales de
seguridad a la hora de presentarse a iniciar su servicio en el I.N.S, provengan de otro centro
de trabajo (interno o externo) elevando los riesgos por fatiga o cansancio, sin que esta
condición en todo caso limite la participación o transgreda la normativa vigente, por lo que
ante la falta de fundamentación del alegato expuesto se rechaza de plano el recurso en
este extremo. Ahora bien, debe tener en cuenta la Administración que la figura de la
resolución contractual se encuentra regulada en el artículo 212 del RCA, normativa que
debe observar al efecto, la cual aplica para aquellos incumplimientos graves y no para
cualquiera, por lo que en la definición de una situación como la descrita, deberá ponderarse
esa condición. 6. Sobre las Multas. Señala la objetante que en el punto 4, se da una multa
por la no portación de implementos, sin embargo, existen implementos que no son
necesarios portar todo el tiempo por ejemplo capas, botas, la caja fuerte etc. Es necesario
se especifique los equipos que requieren según la ubicación del puesto. En el punto 8. se
multa 10% del total diario por el puesto en que se incurra en falta de dos o más marcas
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durante una jornada de trabajo en un puesto o ítem. Indica que las multas deben aplicarse
de forma proporcional y razonable, en este caso la multa debe aplicarse sobre el costo de la
jornada donde se dio el incumplimiento de la marca y no en el total diario del puesto.
Debería haber una tolerancia de al menos 5 marcas diarias, esto debido a que el oficial está
atendiendo múltiples funciones, algunas de estas de suma importancia que no debe
desatender por ir a hacer una marca. La Administración indica que al respecto, la Unidad
Usuaria manifestó: “(…) En el Punto VI Condiciones técnicas para el Adjudicatario, en los
puntos 6 y 8 se aclaran cuáles son los implementos mínimos que se le debe dotar al oficial.
Por tanto, deberán portar los implementos, excepto la capa, caja fuerte donde se requiera,
las botas de hule, el abrigo corta vientos, gorra para el sol, bloqueador y equipos reflectivos
si las condiciones del clima o situación lo sugieren...” De manera conteste con lo anterior, el
punto 8 antes indicado expresamente regula: “(…) Todos los oficiales que se destaquen en
el INS requieren armas reglamentarias 9mm, esposas, cinturón equipado con cartuchera,
con porta bastón, porta-radio y portaesposas, bastón de seguridad, carnet de la empresa
con fotografía, bitácora foliada y Equipo de radiocomunicación. Las excepciones serán
realizadas por la Unidad de Seguridad, previamente a un estudio que sustente la ausencia
de estas. En la Red de Servicios de Salud, actualmente no cuenta con oficiales armados,
sin embargo, esto podría cambiar si fuera necesario. No obstante, con una coordinación de
al menos 20 días hábiles. En los puestos que se requiera arma, deberán aportar caja fuerte
para resguardar el arma fuera de horario de trabajo. Se deberá dotar al personal de todos
los implementos necesarios para cumplir su función y que lo mantenga protegido de
las adversidades del clima. Se tomará como implementos mínimos, paraguas, jacket corta
vientos, dispositivos reflectivos y sonoros de seguridad, botas de hule, gorra para el sol,
bloqueador mangas contra radiación UV y cualquier otro que se considere necesario para
desarrollar su labores en los puestos asignados. De lo expuesto, se determina que el
contratista deberá velar porque su personal cuente con la indumentaria e implementos
requeridos para el correcto cumplimiento de su función y por tanto, se estima que a nivel
cartelario no es viable restringir el uso de dichos implementos, sino que esto corresponde a
la valoración que debe efectuar el oferente dentro de su propuesta económica, procurando
también la protección de sus agentes de seguridad. No se omite indicar que el recurrente no
comprueba cómo la cláusula le impide participar en el concurso. Asimismo, en cuanto a la
solicitud de que exista una tolerancia en la aplicación de multas por falta de marcas la
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Unidad Usuaria manifestó: “(…) El no cumplimiento de las marcas, indica claramente un
abandono al trabajo, en el tanto no se están realizando las rondas previstas y por tanto la
afectación en la seguridad de los bienes y o personas…” Criterio de la División: Sobre
este tema es importante señalar, que la Administración se encuentra plenamente habilitada
para establecer dentro de las reglas del concurso, sanciones pecuniarias para aquellos
casos en que exista incumplimiento de las obligaciones contractuales para el eventual
adjudicatario. El objetivo de incorporar estas regulaciones a nivel cartelario, indudablemente
obedece a la necesaria seguridad jurídica que todo oferente debe tener al momento de
ofertar, pues en estos casos tendrá claro de antemano las sanciones de carácter económico
a las que será objeto en caso de faltar a sus obligaciones en fase de ejecución contractual.
Ahora bien, dentro de las sanciones económicas que puede imponer la Administración, se
encuentran las previstas en los artículos 47 y 50 del Reglamento a la Ley de Contratación
Administrativa, que se refieren por su orden a las multas por defectos en la ejecución y la
cláusula penal propiamente dicha por ejecución tardía o prematura. Ambas regulaciones, si
bien son perfectamente factibles que la Administración las utilice simultáneamente, debe
tenerse claro que ello siempre debe obedecer atendiendo a la naturaleza de la contratación,
y sobre todo a las consecuencias que podría generar un eventual incumplimiento del
contrato, de manera que su uso no implique una aplicación arbitraria por parte de la
Administración. Lo anterior sin perjuicio que la Administración pueda recurrir a la ejecución
de la garantía de cumplimiento cuando se presente un incumplimiento total o grave de las
obligaciones, y desde luego también al apercibimiento o la misma inhabilitación según los
supuestos expresamente definidos en los artículos 99 y 100 de la Ley de Contratación
Administrativa. El objetivo de las multas y cláusula penal es procurar resarcir a la
Administración de una ejecución defectuosa o tardía de las obligaciones contractuales,
definiendo de antemano ese cuantum necesario, siendo claro que el objetivo de estos
mecanismos son en esencia no el obtener un rédito económico para la Administración con
su aplicación, sino más bien desincentivar el incumplimiento de los contratistas, que
conociendo las sanciones que puedan recibir, se abstengan de incurrir en los supuestos que
las activen. Ahora bien, debe indicarse que en el argumento expuesto no se logra identificar
alguna condición ilegítima de la cláusula, toda vez que por un lado, es claro el cartel y así lo
indica la Administración, en punto a los implementos que debe contar cada oficial, los cuales
utilizará atendiendo la condición en la que se encuentre, de lo cual tampoco la multa
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imponer ha sido claramente justificada en punto al por qué puede resultar desproporcionada
o irrazonable. Por otra parte, en cuanto a que la multa sea aplicaba solo respecto a la
proporción de la jornada en la que el oficial la cometió, no observa este Despacho
fundamentación alguna para arribar a esa conclusión, antes bien, parece ser un mero
requerimiento del recurrente sin mayor desarrollo, sin cuestionar y justificar igualmente en
modo alguno la desproporcionalidad en punto a la forma prevista en el cartel. Por las
razones expuestas, se rechaza de plano el recurso en este extremo. iv) Recurso de
SEGURIDAD ALFA S.A. 1) Sobre las multas. La objetante indica que el apartado que se
transcribe explica claramente que las sanciones serán consideradas por turno, lo cual es
conteste con la naturaleza jurídica del contrato de tracto sucesivo como el presente, y
establece rangos y porcentajes para la aplicación de dichas multas por llegadas tardías
acordes al tracto o proporción del contrato ejecutado en forma defectuosa, por lo que en
relación al apartado kk punto 1 señala que no tiene objeción alguna, no obstante indica que
la cláusula establece que cuando la ausencia del oficial pasa de las cinco horas se pasa de
establecer como base del cálculo para la sanción “el costo de la jornada”, a establecer que
la base del cálculo será el costo total mensual facturado para el puesto, lo cual según el
ejemplo dado por INS implica que “puesto” equivaldría al costo total de las 3 jornadas de
trabajo en un puesto de 24 horas, lo cual sería desproporcionado si se considera que las
restantes 16 horas o las otras dos jornadas no están siendo afectadas, lo cual no es
congruente con lo señalado en el punto KK). Considerando que bien podría tratarse de un
error o no (sea haber utilizado la expresión “puesto” de forma equivalente a “turno” en el
cuadro o en los demás puntos del clausulado), indica que no hay lógica en establecer como
base de cálculo de la multa, el costo del turno para las primeras 5 horas de un
incumplimiento (porque no se conoce cómo se llegó a esa conclusión), y el hecho de que
luego se pase de forma arbitraria a establecer que la base para el cálculo de la multa es otro
parámetro, sea el costo total del puesto, sea de 24 horas, 16 horas, 12 horas etc, según el
modelo propuesto de precios unitarios, hace menos creíble y razonable que existan criterios
técnicos que lo respalden. Considera que resultaría ilógico aplicar la multa de esta forma, ya
que si las multas con la determinación anticipada de un daño y un perjuicio, las mismas
tienen independencia de la cantidad de turnos que contiene un puesto, en virtud de que el
cuantum del daño debería ser de igual magnitud en todos los casos o si no es así, no consta
estudio técnico alguno en el expediente que le de validez y respaldo a los montos que
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corresponden en los distintos casos. Por ejemplo si la tardía se da en un puesto de 24 horas
el monto de la multa asciende a ¢575.000.00, si la tardía se da en un puesto de 16 horas la
multa asciende a ¢400.000.00 y si se da en un puesto de 12 horas la multa asciende a
¢337.500.00, la cuestión, es, ¿acaso el mayor o menor daño que se pueda causar, está
determinado por la cantidad de horas que se brinda el servicio, o más bien debería estar
tasado y establecido a partir de una base objetiva de imputación de daño, esto es el daño
que debe ser resarcido es idéntico en todos los casos, por qué no hay razón lógica para que
una tardía en un puesto de 24 horas tenga mayor repercusión o costo que en un puesto de
12 horas?. Ahora bien si se aplicara la multa al costo del turno los resultados serían los
siguientes. Para un turno dentro de un puesto de 24 horas: ¢76.666.66 Para un turno dentro
de un puesto de 16 horas: ¢76.666.66 Para un turno de un puesto de 12 horas: ¢76.666.66.
Señala que claramente se observa que el costo de la multa es el mismo, porque los turnos
de 8 horas ordinarias tienen todos el mismo costo con independencia de que el puesto sea
de 24, 16 o 12 horas, así queda en evidencia que no hay estudio técnico alguno, ni
justificación lógica, para pasar de establecer que las multas deba de calcularse en el caso
de las tardías hasta la hora 5 por el costo del turno, para pasar luego al costo total mensual
facturado en el puesto, lo que tampoco quiere decir que esté justificado y razonado que se
aplique al costo del turno pero resulta al menos aparentemente más proporcionado y lógico
a la naturaleza jurídica del contrato. Indica que ante la falta de fundamentación, el cartel
resulta omiso, oscuro, confuso y se presta a arbitrariedad, violentándose lo preceptuado en
el artículo 41 Constitucional, 712 del Código Civil, 11 de la Ley General de la Administración
Pública, 47 y 51 del Reglamento a la Ley de Contratación Administrativa, lo cual es
indispensable para el correcto entendimiento de los alcances de ésta cláusula, pues no
sería admisible posteriormente alegar que asumimos como procedentes montos que no
tienen asidero técnico ni legal alguno, aunque en principio la intencionalidad según lo que se
describe en el punto kk) y según el ejercicio expuesto en el ejemplo; resulta ser en principio
al menos más comprensible. Ahora bien en cuanto a otros incumplimientos, también se
aplica la multa ya no sobre la base del costo del turno diario, sino que pasó a establecerlo
sobre el costo mensual del puesto, y otras sobre el costo diario total del puesto, por lo que
ocurriría exactamente lo mismo, aunque la conducta sea la misma, el costo variaría, lo cual
es totalmente ilógico, puesto que se trata de una indemnización, donde la acción resarcitoria
es la misma con independencia del puesto donde se verifique, porque se supondría que el
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daño es el mismo, esto es; la acción de omitir una anotación en bitácora en un puesto de 24
horas no es mayor a la falta de anotación en bitácora de un puesto de 12 horas, ya que con
independencia de ello el daño debería cuantificarse de igual forma, además no sería justo
que si la falta de supervisión se dio por ejemplo solo en un turno y se realizó en los otros
dos, como en el caso de los puestos de 24 horas, la multa se aplique por el costo total del
puesto, pues no ha quedado demostrado cómo el incumplimiento parcial afecta a la
totalidad del puesto. Por lo anterior acusa violación del principio de legalidad, el cual
establece que la administración pública debe fundamentar y motivar todos sus actos, que la
determinación del cuantum de multas es un acto administrativo que tiene que poder ser
revisado y cuestionado, como garantía de que no hay arbitrariedad y como un derecho del
contratista de conocer los criterios que subyacen para su estimación, en virtud de que no
podrá discutir el cuantum al momento de su imposición en caso de que proceda. Por lo
anterior considera que falta el acto administrativo mediante el cual se detalló y determinó no
solo la procedencia de incluir multas en el cartel, sino la forma y estudios técnicos que se
efectuaron para llegar a determinarlas. La Administración señala que de la revisión de la
cláusula impugnada se verifica que por error se consignó que para ausencia de más de 5
horas la multa corresponde al 25% de la facturación mensual del puesto, cuando según el
criterio técnico lo correcto es que el 25% sea aplicado a la facturación mensual del turno.
Asimismo, en el caso del ítem A, la multa será aplicada de forma proporcional al turno que
resulte afectado con la falta. Por tales motivos, se procederá con la modificación cartelaria
de mérito, para que se lea:---------------------------------------------------------------------------------------
“(…)
Falta (ausencia de oficial) Multa
Más de una hora y hasta tres horas. 15% del costo de la jornada diaria por turno,
excepto para el puesto de 24 horas.
Más de tres y hasta 5 horas. 20% del costo de la jornada diaria por turno,
excepto para el puesto de 24 horas.
Más de 5 horas 25% del costo de la jornada diaria por turno,
excepto para el puesto de 24 horas.
Nota: Para el puesto de 24 horas, al contar con tres turnos, sólo se aplicará multa en caso de ausencia de más de 5 horas para cada turno.
a. Si la ausencia de más de 5 horas se da en un turno, se cobrará un 10% del costo de la jornada diaria por el puesto.
22
b. Si la ausencia de más de 5 horas se da en dos turnos (de un mismo puesto), se cobrará un 20% del costo de la jornada diaria por el puesto.
c. Si la ausencia de más de 5 horas se da en los tres turnos (de un mismo puesto), se cobrará un 25% del costo de la jornada diaria por el puesto…”
Adicionalmente señala que, con respecto a la razonabilidad de los rubros incorporados por concepto de multa y la metodología de aplicación, indica que contrario a lo señalado por el recurrente sí existe un estudio de multas, en el cual se determina la sanción pecuniaria de conformidad con los riesgos de cada conducta, mismo que consta de forma pública en el expediente y que puede ser visualizado en el expediente administrativo, punto 8. Información Relacionada, Antecedentes, según se observa:
Adicionalmente, señala que debe considerarse que al estar frente a un servicio en el cual,
relacionado con la protección de personas y bienes que se encuentren en las instalaciones
del Instituto y sobre las cuales el adjudicatario o contratista será responsable, el
incumplimiento de las condiciones cartelarias, puede poner en riesgo el bienestar de los
mismos y por ende se estima que las sanciones deben mantenerse como indica el cartel,
con la salvedad de los puntos señalados anteriormente, siendo que en ningún caso la
Administración pretende aplicar multas por encima del límite del 25% dispuesto en la
normativa. Criterio de la División. De la respuesta de la Administración se tiene que acepta
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que existe un error material en el contenido de la cláusula y propone una modificación
atendiendo el argumento de la objetante, adicionalmente señala que en el expediente
electrónico se encuentra el estudio técnico para la imposición de las multas, y remite a la
ubicación del mismo. Ahora bien visto el documento de referencia, se tiene que el mismo es
una matriz de riesgos en razón de la ocurrencia de las faltas, mas no constituye un estudio
técnico que justifique la determinación de cada uno de los supuestos de multa y el
“quantum” asignado a cada uno. Al efecto resulta relevante citar lo indicado en la
Resolución R-DCA-262-2016, en la que este Despacho dispuso: “En este punto, resulta
relevante considerar lo indicado por la Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia al indicar que:
“(…) El Reglamento General de Contratación Administrativa no. 25038-H es claro en cuanto
establece la posibilidad de que el cartel de licitación contemple las referidas cláusulas, siempre y
cuando a la hora de estipularlas se tomen en consideración: el monto del contrato, el plazo convenido
para la ejecución o entrega total y las repercusiones de su eventual incumplimiento. De echarse de
menos un análisis de esos estos elementos, se reitera, no pude (sic) actuarse la cláusula. En lo que
interesa, la cláusula penal se incorpora con la finalidad de resarcir eventuales daños y perjuicios que
se pueden ocasionar por retrasos en la entrega de lo pactado. Por lo tanto, dentro de un marco de
razonabilidad y lógica, la Administración a la hora de incluirla y fijar su contenido (importe de la
sanción), debe contar con estudios previos que permitan determinar y cuantificar los posibles daños y
perjuicios que podría sufrir en caso de que se cumpla de forma tardía con lo pactado. Se trata
entonces de una determinación anticipada de los menoscabos económicos que pudiera causarle los
retrasos por parte de la contratista.” (Resolución No. 00416-F-S1-2013 de las catorce horas
veinticinco minutos del nueve de abril de dos mil trece). En ese sentido este Despacho ya ha indicado
lo siguiente: “(…) No debe perder de vista la Administración, que un punto sensible en la relación con
los contratistas es precisamente, la determinación a priori de los supuestos y los montos que hacen
aplicable una cláusula penal, de ahí la importancia que este aspecto quede claramente identificado
desde las bases mismas del cartel con la finalidad de dotar a esa relación contractual, de la suficiente
seguridad jurídica a efecto de evitar interpretaciones que puedan llegar a hacer nugatorio para la
Administración o lesivo para la contratista, el ejercicio de esta potestad por la primera” (ver resolución
R-DCA-250-2014 del 28 de abril de 2014). Así las cosas, resulta esencial que esa Administración
incorpore en el expediente esos estudios, a efecto que los potenciales oferentes conozcan de
antemano, las valoraciones efectuadas por la Administración que tomando en consideración entre
otras, el objeto contractual, plazo, impacto en el servicio y costo estimado del contrato, han
determinado el porcentaje que por multa y cláusula penal esta ha definido en dicho cartel y para esta
necesidad particular, no siendo procedente en criterio de este órgano, el hacer referencia a
24
lineamientos generales que no han sido elaborados a partir de las necesidades propias del presente
objeto contractual” (lo subrayado no corresponde al original). Así las cosas, la Administración
entonces debe incorporar en el expediente del procedimiento que promueve, los estudios
que justifiquen la determinación de cada uno de los supuestos de multa y el “quantum”
asignado a cada uno, ello a fin que los potenciales oferentes puedan consultarlo y conozcan
tales valoraciones efectuadas por la Administración licitante y por las cuales se llegó a
definir el porcentaje de la multa finalmente plasmado en el cartel. En consecuencia, deberán
incorporarse al expediente los análisis debidamente motivados, en los que observando lo
dispuesto en el numeral 47 del RLCA, vengan a dar soporte a las sanciones económicas
que se incorporen al cartel, en función del objeto que se licita y el procedimiento particular y
así determinar las sanciones a imponer. Por lo anterior se debe declarar con lugar este
aspecto del recurso y ordenar a la Administración que se incorporen al expediente
administrativo los análisis motivados que fundamenten las sanciones pecuniarias, todo
como reflejo de lo dispuesto en la normativa reglamentaria citada, al igual que promueva la
respectiva modificación cartelaria para la variación que ha planteado en la atención a la
audiencia especial. v) Recurso de AGENCIA VALVERDE HUERTAS SOCIEDAD
ANÓNIMA (AVAHUER S.A.), 1. Sobre las multas. Señala la objetante que el cartel en su
apartado KK., dispone en lo relacionado con las multas, indicando en el cuadro del punto 2.
de dicho aparte kk, que se cargan multas o sanciones por porcentajes inciertos o indefinidos
y en otros aparte se cobran multas sobre bases muy altas, exageradas y
desproporcionadas, lo cual desalienta a la participación, pues los posibles incumplimientos
parciales o atrasos se están calculando no sobre un particular incumplimiento, sino que se
ponderan de forma desproporcionada y excesiva sobre el monto mensual del ítem en torno
al cual se generan. Refiere al criterio en cuanto a la obligación de incorporar al expediente
administrativo los estudios y justificaciones que sustenten el porcentaje fijado en las
cláusulas penales del cartel. Señala que debe existir un estudio previo de la Administración
mediante la cual se hayan determinado objetivamente estas sanciones y no lo hay,
considera que las multas tal cual se encuentran establecidas ponen en riesgo la utilidad del
contrato, ya que varias de las multas son indeterminadas y otras sobre bases muy amplias,
por ejemplo: multas sobre un monto mensual no es lo pertinente, sino sobre el puesto
específico donde se da el incumplimiento, es lo más proporcional, máxime que se trata de
un contrato que incluye más de 250 oficiales de seguridad promedio, y multar sobre todos
25
es un acto abusivo de la entidad. Indica que de proceder alguna sanción, la misma no
puede ser ajena a los principios fundamentales de razonabilidad y proporcionalidad,
teniéndose que en cuanto a tales temas la Sala Constitucional ha determinado que tanto los
actos públicos, como los privados, máxime si estos se relacionan con situaciones como la
que nos ocupan, deben regirse por los principios fundamentales de racionalidad,
proporcionalidad y justicia, derivados de los artículos 34 y 41 de la constitución política; así
como por las reglas univocas de la razón, la lógica, la conveniencia, la oportunidad, la
técnica y la justicia (artículo 16 de la Ley General de la Administración Pública). Considera
que lo operante en el caso de multas –conforme a los principios de racionalidad y
proporcionalidad- sería el cobro solo por lo que parcial y puntualmente se hubiera
incumplido y no sobre los montos totales de la contratación, sino que sobre el monto de la
actividad en la que se ha generado el atraso de cumplimiento. Indica que lo procedente
sería fijar las sanciones (multas y clausulas penales) sobre la base del monto de la labor
particular incumplida o de la facturación específica mensual de lo particular o
específicamente incumplido, pero no de la facturación total diario o mensual del ítem o
reglón de pago. La Administración señala que el alegato, es válido y aplica el criterio que
se externó para la atención del recurso de Recurso de Seguridad Alfa S.A., punto a. Criterio
de la División. Este aspecto fue abordado por este Despacho en el Considerando IV
anterior al resolver el argumento de SEGURIDAD ALFA S.A., por lo que se remite a lo
resuelto, y se declara con lugar el recurso en este extremo debiendo la Administración
incorporar al expediente los análisis debidamente motivados, en los que observando lo
dispuesto en el numeral 47 del RLCA, vengan a dar soporte a las sanciones económicas
que se incorporen al cartel, en función del objeto que se licita y el procedimiento particular y
así determinar las sanciones a imponer. 2. Sobre el personal de supervisión,
coordinadores y oficiales con noveno año: Señala la objetante que en cuanto al tema
del Personal de Supervisión, se pide injustificadamente que dicho Personal (conformado por
siete supervisores), cuente con una experiencia de o en labores de supervisión de tres
años. Además, se solicita que los coordinadores de puesto tengan dos años de experiencia
y noveno año y que los oficiales de oficinas centrales, Museo de Jade y oficinas centrales
también posean este requisito. Lo anterior considera presupone que al momento de esta
contratación los proveedores en la materia deben tener algo así como personal en banca,
en stock, “sentado”, en supuesta espera que se asigne una contratación en la que se pidan
26
oficiales o supervisores (en este caso) con experiencia previa, lo cual considera
absolutamente ilógico, pues lo real es que el personal se contrata una vez se cuente con un
contrato en firme, pedir tal requisito sería pedir el mantenimiento de una carga o costo sin
sentido alguno y aunque un porcentaje del personal que se contrate puede que por la
rotación laboral que existe en el medio cuenta con experiencia, tampoco es dable que se
retire personal con experiencia de contratos en ejecución, para cumplir con un requerimiento
que es ilógico, irracional y sin sentido o sin justificación. Adicionalmente la objetante
cuestiona el que se pida -sin justificación alguna- que los supervisores, coordinadores y
oficiales deban contar con noveno año como mínimo, cuando el numeral 14 de la Ley de
Seguridad Privada y la Contraloría han dispuesto algo diverso, siendo claro que las
condiciones académicas que se piden para los supervisores van más allá de lo que la Ley
de Regulación de los Servicios de Seguridad Privada (No. 8395) determina en sus artículos
14 y 15, así como en su transitorio ii. Indica que tales condiciones no presentan ninguna
justificante real, debida y de mérito, siendo que lo mismo sucede en cuanto al requerimiento
de los tres años de experiencia. Indica que el INS no específica en ninguna parte de su
cartel la explicación del por qué se necesitan oficiales, supervisores y coordinadores con
noveno año. A nivel de oficiales de seguridad, el noveno año no arroja ningún valor
agregado necesario para la prestación de los servicios de seguridad. Señala que la
legislación de servicios de seguridad privada estableció la necesidad de únicamente poseer
título de sexto año para prestar los servicios de seguridad, entonces se hace más que
extraño que el INS quiera variar las leyes y solicitar un requisito sin ningún justificante
válido. Considera que una solicitud de esta índole expone el buen servicio que se pueda
brindar a un contrato de esta magnitud y que al final puede desencadenar en multas,
producto de la escasez de personal con este requisito. En abono a su argumento, señala
que en el capítulo 4 del Estado de la Nación, se dedica un título en su informe llamado bajo
logro educativo en noveno año limita que más jóvenes logren terminar la secundaria, lo que
evidencia que la cantidad de jóvenes que están obteniendo este título es muy bajo, es decir,
que la mano de obra para este tipo de servicios es muy escasa y va a seguir decreciendo.
Indica que actualmente el mercado de seguridad está presentando una escasez de personal
que posean los requisitos de sexto año para trabajar. Requiere a la Administración licitante
ajustar los requisitos académicos a lo que la ley dispone y cambiar la cantidad de
experiencia mínima por algo más real y apegado al mercado, lo cual puede rondar de seis
27
meses a un año, esto debido a que no existe ninguna justificación válida para solicitar
oficiales o supervisores con noveno año, si la ley tiene establecido un mínimo de
escolaridad para prestar servicios, así como que en lugar del noveno año se solicite una
capacitación de servicio al cliente para todo el personal con base en los protocolos de la
contratada, ya que al final de cuentas el INS lo que está buscando es un buen servicio al
cliente de los oficiales, situación que no va a solucionar con el título de noveno año o una
amplia experiencia. La Administración señala que en cuanto a la escolaridad requerida, la
Unidad Usuaria manifestó: En cuanto a este alegato, es válido y aplica para este alegato el
criterio que se externó para la atención del recurso de la empresa Consorcio de Información
y Seguridad S.A., punto c. Adicionalmente señala que en cuanto a la experiencia para
supervisores, la Unidad Usuaria señaló:“(…) Consideramos que en el mercado hay muchos
colaboradores con esos requisitos inclusive muchos laboran en el contrato actual. La
experiencia en seguridad es fundamental para los intereses institucionales, pues le da las
herramientas a las personas para realizar un buen trabajo. Por tanto, consideramos que
dicho requisito debe mantenerse tanto para los supervisores como coordinadores. No es
exagerado y tampoco desproporcionado…” No se omite indicar, como se ha manifestado a
lo largo de este documento que el servicio objeto del cartel, es de naturaleza vital y de
especial cuidado para la Administración, por lo que se estima que el requisito de experiencia
para coordinadores y supervisores que desempeñan puestos de mayor responsabilidad, es
conteste con la trascendencia del servicio y por ende se debe mantener incólume dicho
requisito. Criterio de la División. La Administración en su respuesta separa el alegato
refiriéndose a los agentes de seguridad y supervisores, más el alegato de la objetante se
refiere al grado de escolaridad para ambos puestos. Ahora bien siendo que el tema del
grado de escolaridad requerido para los agentes fue abordado en el punto 1 del recurso
presentado por la empresa SEGURIDAD Y VIGILANCIA SEVIN LTDA, se remite a lo
resuelto en ese punto, haciéndolo extensivo este órgano contralor al tema de los
supervisores, pues igualmente la Administración no ha fundamentado de frente a las tareas
que en la generalidad desempeñaría este empleado, por qué razón igualmente resulta
necesario requerir el grado de noveno año aprobado, motivo por el cual al igual que en el
caso de los oficiales de seguridad, la institución deberá fundamentar las razones que exigen
requerir para el cargo de supervisor esta escolaridad solicitada. En punto al tema de los tres
años de experiencia requeridos para el supervisor, el objetante se limita a señalar que es
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una experiencia excesiva para este puesto, sin embargo no desarrolla con claridad las
razones por las cuales efectivamente esta experiencia resulta de imposible cumplimiento
para la generalidad de oferentes, o bien las razones por las cuales es desproporcionado,
motivo por el cual se rechaza de plano el recurso en este extremo. Por las razones
expuestas, se declara parcialmente con lugar el recurso en este punto. 3. Sobre la
valoración de experiencia empresa oferente: Señala la objetante que en cuanto a la
Experiencia Empresarial, el cartel requiere: ”E. Experiencia: El oferente deberá demostrar que
posee mínimo diez años de experiencia positiva e ininterrumpida, entendida ésta, como los servicios
recibidos a entera satisfacción del cliente en la prestación de servicios de seguridad. Para acreditar
dicha experiencia, deberá aportar como mínimo tres cartas de referencia de contratos ejecutados o
en ejecución dentro de los últimos 10 años contados a partir de la fecha de vencimiento para la
recepción de ofertas de esta licitación, en el caso de vencimiento para la recepción de ofertas de esta
licitación, en el caso de los contratos en ejecución deberán de tener como mínimo 2 años en la
prestación efectiva del servicio y que dichos contratos sean por más de ¢20.000.000,00 mensuales.
Las cartas de recomendación deberán haber sido emitidas como máximo 3 meses antes de la fecha
de apertura de las ofertas y no serán aceptadas referencias dadas a título personal. Adicionalmente,
deberán aportar certificación de la Dirección de Servicios de Seguridad Privados, en la cual indique la
fecha de inicio de operaciones de la empresa y la vigencia del permiso con que cuentan actualmente.
La experiencia a considerar será por contratos de similar naturaleza, entendida ésta como la de
aquellos contratos con una duración no menor de dos años en cada entidad (empresas y/o
Instituciones, no se aceptarán referencias brindadas a título personal) por concepto de servicio de
seguridad. En el caso de un mismo proveedor las cartas deben ser de diferentes contratos. Para
demostrar lo anterior, el oferente deberá presentar referencias y deberán cumplir con los siguientes
requisitos: 1. Indicar los datos de la empresa o institución que la emite, razón social, dirección, datos
de la persona que suscribe la referencia; nombre, puesto que desempeña, teléfono y correo
electrónico. 2. La referencia debe presentarse en papelería oficial de la empresa o Institución que
corresponde, no se aceptarán cartas que no sean en papelería oficial. 3. Indicar con claridad, fecha
de inicio y finalización del servicio. En el caso de que el servicio continúe prestándose al momento de
la presentación de ofertas, se tomará como "fecha de finalización", la fecha de apertura de las
ofertas. 4. Descripción del servicio, detallar el tipo de instalaciones en donde prestó o presta el
servicio. 5. Monto total contratado. 6. Indicar si existió un proceso de Apercibimiento, Sanción,
Multas, Clausula Penal. 7. Referencias del contrato: ( ) Malo, ( ) Regular, ( ) Bueno, ( ) Excelente”.
Señala que el hecho que se pida que la experiencia es en cuanto a contratos por servicios
recibidos a entera satisfacción, lo considera lógico, lo malo y limitante, señala para una libre
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y amplia participación es que adicionalmente se pida que las notas para demostrar esa
experiencia no digan simple y claramente que el servicio se recibió o recibe a satisfacción,
sino que se pida que indiquen sí fue malo, regular, bueno o excelente; así como que se
indique sí tuvo multas, sanciones o similares. Señala que puede que un proveedor tenga
como recibido a satisfacción un servicio o contrato en el que normal y lógicamente ha
habido multas o sanciones, pero que fue recibido a satisfacción; o bien que un servicio o
contrato se tenga como recibido a satisfacción pero que por apreciación subjetiva y ambigua
de quien emite la nota de experiencia o referencia, se indica que el servicio pese a ser
satisfactorio, fue solamente regular o bueno, lo cierto es que no se justifica el por qué (razón
de ser) y el para qué (cómo se usará esa información), en cuanto a la valoración de la
experiencia, lo cual genera absoluta inconsistencia en el cartel e incerteza para una debida
y clara participación. Solicita se cambie el cartel y se eliminen las dos condiciones
cuestionadas, por injustificadas, inciertas, ambiguas e innecesarias, siendo que baste con la
indicación de los proveedores que recomiendan y emiten las cartas de que los servicios se
recibieron o reciben a satisfacción. La Administración señala que el objetante solicita se
modifique el cartel de forma que en la valoración de la experiencia únicamente se valore
como requisito de admisibilidad la experiencia demostrada en cartas de recomendación en
que se indique que el objeto ha sido recibido a satisfacción, indistintamente de si se
presentaron sanciones, multas y sin que se realice una evaluación del servicio prestado
(malo, regular, bueno, excelente). Se rechaza lo requerido por el recurrente, ya que se
considera que el requisito cuestionado permitirá a la Administración acreditar la calidad del
servicio prestado en los anteriores contratos sometidos a valoración y que de ninguna
manera limitan la participación de los eventuales oferentes, siendo que por el contrario,
pretenden establecer la oferta que mejor se ajuste a las necesidades institucionales de cara
a la prestación de un servicio de vital importancia, del cual la Administración debe asegurar
la calidad del servicio. Criterio de la División. En el presente caso, la Administración no es
clara en definir cuál es el objetivo que procura con la calificación del servicio como bueno,
malo o regular, a pesar de haberse tenido como satisfactorio por el cliente que acredita esa
experiencia, explicando la Administración únicamente que eso le permitirá conocer de mejor
manera el servicio brindado. No obstante, este Despacho estima que si no se delimita bien
en el cartel con que objeto es requerida esa información, podría caerse en el absurdo que
un servicio acreditado por un cliente como satisfactorio presentado por un oferente –
30
presupuesto básico para tener como positiva la experiencia- pero calificado como malo o
regular, podría además de generar un contrasentido por la razón de satisfacción, causar una
condición en que ese oferente desconozca qué valoración realizará la Administración de esa
calificación que pese a ser definida como satisfactoria, en la subsiguiente calificación que se
exige, no se vislumbra esa característica. Es por ello que si la Administración como parece
evidenciarse de la respuesta brindada en la audiencia especial, desconoce la razón de
exigir la calificación del servicio satisfactorio como excelente, bueno, regular o malo, deberá
entonces suprimir esta condición del cartel, no obstante si para la licitante esta valoración
adicional le reporta un interés particular o valor agregado a la condición de satisfacción del
servicio, deberá entonces regular en la misma cláusula, el resultado o efecto que ocasionará
en la valoración de experiencia positiva y satisfactoria, la categorización de excelente,
bueno, regular y malo, según corresponda a cada uno, ello para que sea de conocimiento
de los potenciales proveedores. Motivo por el cual se declara parcialmente con lugar el
recurso en este extremo. 4. Sobre la tenencia de vehículos por los oferentes. Señala la
objetante en cuanto a este punto, que el cartel señala: “f. El oferente debe contar como mínimo
con (15) quince vehículos inscritos a su nombre o arrendados para la operación y supervisión de los
servicios que preste al I.N.S. y sus subsidiarias, por lo menos ocho de ellos deberán ser vehículos de
cuatro ruedas (automóviles) y siete motocicletas con motor mínimo 200cc todos ellos con menos de
cinco años de antigüedad para garantizarnos su adecuado funcionamiento y servicio, para lo cual se
considerará como referencia la fecha de apertura de ofertas. El oferente debe indicar las
características, marca, año, modelo, color, tracción, número de placa de cada uno de los vehículos,
aportar copia de la certificación con un mes de emitida a la apertura del presente proceso del registro
de la propiedad si son de la empresa o bien de arrendamiento si son alquilados, además deben
presentar copia de la tarjeta de circulación y el documento de revisión vehicular como prueba de que
cuentan con los permisos al día (vigentes). Estos vehículos no deben ser dedicados exclusivamente
a la supervisión de los puestos del INS y sus subsidiarias. Finalmente, en caso que los vehículos
sean alquilados deben presentar copia del contrato de arrendamiento.” Señala que según lo
anterior todos los oferentes, sin ser adjudicatarios, sin contar con algo seguro, deben tener
al momento de oferta 15 vehículos expresamente apartados y dispuestos para contratar con
el INS, es decir, contra toda lógica, razón de ser, conveniencia y oportunidad, se pide hacer
una inversión o asumir un compromiso de arriendo o similar, para presentar tal requisito,
cuando apenas sí se cuenta con un expectativa en torno a la contratación de interés, es
claro que tal requisito debe de ser sólo para el oferente adjudicatario y que, para la etapa de
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oferta, no es dable que se pidan condiciones injustificadas y tan agravadas, lo pertinente es
que se pida un compromiso por parte de los oferentes de que se contará con todo ese
equipo y con el equipo necesario en caso de resultar como adjudicatario en firme
(contratista). Se trata de una inversión muy onerosa para realizarla sin contar con ninguna
seguridad, con ninguna adjudicación firme a favor y las empresas con recursos medios o
bajos, no pueden realizar esa inversión sin sentido ni lógica alguna. Además, cómo se van a
requerir 15 vehículos si el mismo cartel indica que se requieren un promedio de 7
supervisores, que al final de cuentas son los que van a andar en los vehículos, he aquí
donde encontramos una inconsistencia de criterios. La Administración señala que aplica
para este alegato el criterio que se externó para la atención del recurso de la empresa
Consorcio de Información y Seguridad S.A., punto b. Criterio de la División. Este
argumento fue abordado al resolver el recurso de la empresa Consorcio de Información y
Seguridad S.A. en el que se indicó que en relación con el requerimiento de contar con una
de cantidad de 15 vehículos propios o arrendados lleva razón la objetante al considerar que
tal requisito debe ser para el adjudicatario, ya que la Administración no expone las razones
o justificaciones por las cuales requiere acreditar desde oferta la cantidad de vehículos
indicada, siendo que se limita a señalar que requiere contar con todos los insumos y
equipos desde la presentación de la oferta, por lo anterior se declara con lugar el recurso
en este extremo. 5. Sobre la doble valoración de las frecuencias de radio. Señala la
objetante que otro punto de objeción es que se valora doblemente las frecuencias de radio,
por una parte, como una condición de “admisibilidad”, según el aparte VI. Requisitos
técnicos para el oferente, punto b., en concordancia con el aspecto de “Evaluación” que se
consigna en el punto IV.c. de frecuencias de radio propias o alquiladas, por una parte, se
piden cuatro frecuencias, como un requisito de admisibilidad y por la otra, se piden cinco o
más frecuencias, según el puntaje que se quiera obtener, para poder obtener puntos de
calificación. Situación doble y ambivalente que no presenta razón de ser, ni justificación, no
justificándose ese pedimento doble y agravado en cuanto a las frecuencias. Considera que
la tenencia de frecuencias de radios se pide de forma doble o duplicada, lo cual no es dable.
Adicionalmente señala que tampoco hay una justificante debida del por qué valorar de forma
tan gravosa el tema de las frecuencias de radio, ya que lo importante es contar con ellas.
Finalmente señala que se debe considerar que las frecuencias de radio son propias de cada
empresa, por ende no se pueden alquilar o rentar a ninguna organización, por ende, solicita
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la eliminación del alquiler de frecuencias de dicho cartel. La Administración señala que el
requisito de admisibilidad dispuesto en el pliego de condiciones es un mínimo de 4
frecuencias de radio, condición primordial para que el oferente pueda eventualmente ser
elegible dentro del concurso. Por otro lado, en la cláusula de evaluación expresamente de
indica: “C. Frecuencias de radio propias o alquiladas (10 puntos máximo): Con la finalidad
de obtener una mejor comunicación, herramienta esencial en el servicio de Seguridad, se
asignará un máximo de 10 puntos al Oferente que posea frecuencias con canales directos,
propias o alquiladas, según la siguiente tabla, adicionales al mínimo requerido en el Aparte
VI. Requisitos Técnicos para el oferente, Inciso B…” Es claro que no existe ninguna
contradicción en el cartel, puesto que únicamente se calificará las frecuencias de radio que
superen la cantidad mínima requerida como requisito de admisibilidad. Criterio de la
División. La objetante considera que existe una doble valoración sobre el tema de las
frecuencias de radio, ya que son requeridas como requisito de admisibilidad y como factor
de evaluación. Al respecto debe indicarse que existe una clara diferencia entre los requisitos
de admisibilidad exigidos al oferente y los factores a ponderar en el sistema de evaluación,
ya que el primero supone la exclusión de la oferta debido a su incumplimiento y el segundo
la consecuencia que acarrea es la no obtención de los puntos asignados, razón por la que
no encuentra fundamento este Despacho en el argumento de la objetante siendo que lo que
se limita a indicar es que no es dable que la tenencia de frecuencias de radios se pida de
forma doble o duplicada. En el cartel de la contratación se hace referencia como
admisibilidad a 4 frecuencias y sobre exceso es que se asigna puntaje por lo que esa
duplicidad que alega el recurrente no es tal, y por esa razón se debe rechazar de plano su
alegato. Consideración de oficio: En el presente caso, la Administración ha establecido en
su cartel, el otorgar puntaje sobre la mayor cantidad de frecuencias de radio requeridas
como mínimo en admisibilidad, sin embargo debe tomar en cuenta la Administración, que el
tema de las frecuencias de radio se encuentra regulado en la Ley No. 8642, Ley General de
Telecomunicaciones No. 8642, en el sentido que todo aquel que utilice el espectro
radioeléctrico debe contar con un título habilitante para ello, de forma tal que las empresas
de seguridad que requieran servirse de este espectro para la debida labor de comunicación
entre sus operadores, debe contar con esta habilitación otorgada por el Poder Ejecutivo. De
donde se infiere que este título habilitante deviene en una condición legal que debe ser
demostrada, por lo que no comprende este Despacho por qué razón una condición que de
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suyo debe ser cumplida por los oferentes, se puntué en el sistema de evaluación, siendo
que los factores que se incorporen en este deben corresponder a elementos que otorguen
una ventaja comparativa, por lo que carece de sentido otorgar puntos a un oferente por el
cumplimiento de un requisito de carácter legal, pues este por sí mismo debe ser cumplido
incluso si no está previsto en el cartel a texto expreso. Por esta razón, la Administración
deberá eliminar del pliego, el factor de ponderación que corresponde a frecuencias de radio,
por no considerarlo este Despacho como pertinente y trascendente, siendo que como se
indicó, corresponde al cumplimiento de un requisito legal. Por otra parte, en la resolución R-
DCA-434-2016 del 27 de junio 2016 este Despacho señaló: “Conforme a la normativa
esbozada se llega a la conclusión que para utilizar el espectro radioeléctrico, se debe contar con una
habilitación particular que asigne el uso de determinada frecuencia, sin que la omisión de requerirse
expresamente en el cartel de una contratación, sea motivo suficiente para obviar su cumplimiento,
toda vez que esta obligación viene impuesto por una norma de rango legal y de orden público. Sobre
el particular, este Despacho en la resolución R-DCA-385-2016 del 9 de mayo del 2016, señaló en lo
conducente, lo siguiente: “(…) los servicios inalámbricos, ondas electromagnéticas, o espectro
radioeléctrico, según su conformación interdependiente, son bienes de dominio público que
únicamente podrán ser explotados por particulares de mediar concesión conferida por el Estado por
un determinado período de tiempo, de tal suerte que están fuera del comercio de los hombres tanto la
apropiación inicial o directa del bien, como el ejercicio del comercio una vez obtenida una concesión,
es decir, quedan prohibidos los contratos derivados respecto de una concesión existente. Es decir,
quien sea titular de una concesión no podrá arrendarla o prestarla total o parcialmente, y por ello los
contratos de alquiler no son aptos para cumplir con los requerimientos de una licitación pública en la
cual su objeto contractual requiera de un sistema de radiocomunicación que haga uso del espectro
radioeléctrico (…)”. Es en virtud de lo anterior, que una primera conclusión a la que llega este
Despacho, es que cuando en un objeto contractual como el que nos ocupa, se requiera contar con
radiocomunicación, es claro que de principio el prestador de ese servicio debe contar con un
concesión otorgada por el Poder Ejecutivo para poder explotar esa franja del espectro
electromagnético, con independencia como se indicó, de si el cartel lo exige o no. Sobre este tema,
conviene señalar lo señalado por este mismo Despacho en una oportunidad anterior: “(...) Se tiene
que el cartel al momento de requerir lo concerniente a la comunicación vía radio no definió los
términos en que se debía cumplir con la titularidad de la concesión mediante la cual es posible
realizar este tipo de comunicaciones. No obstante, también se observa como a través de la Ley No.
8642 Ley General de Telecomunicaciones en su artículo 11 se señala al respecto lo siguiente:
“…Dicha concesión habilitará a su titular para la operación y explotación de la red...”, con lo cual se
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tiene que sí existe una obligación a nivel legal en lo que respecta a la titularidad de una concesión y
su uso. A su vez, se aprecia que la norma se refiere al titular de la concesión, de forma que el uso de
la concesión se encuentra reservado para el titular de la misma; por lo que para efectos del
cumplimiento del requisito cartelario resultaba necesaria la titularidad de la concesión conforme el
procedimiento de ley (...).” (Resolución No. R-DCA-633-2015 de las catorce horas diez minutos del
diecinueve de agosto del dos mil quince). Lo anterior es fundamental y adyacente al caso que se
discute, pues es evidente según lo delineado que por mandato legal todo oferente se encuentra en la
obligación de ser el titular de la concesión de radiocomunicación para poder ofertar, lo cual no ocurre
en el caso de la actual adjudicataria, Corporación Celulares y Más de la Cruz S.A, toda vez que no
cuenta con esa titularidad para la explotación de la concesión de frecuencia de radio, siendo que ello
se verifica en la propia respuesta a la audiencia inicial, donde señala que la comunicación que
requiere el cartel puede darse por otros medios que no requieren título habilitante sin mayor
fundamentación de su parte, y confirmando esa ausencia de titularidad en la concesión.” Por esta
razón sin perjuicio de lo ya indicado, no asiste motivo además para solicitar que la
frecuencia de radio pueda ser alquilada como se indica en la cláusula cartelaria en cuestión,
siendo más bien que el oferente debe acreditar la titularidad de la concesión que ostente al
tratarse el espectro de un bien demanial del Estado. 6. Sobre el requerimiento de un
armero calificado. Señala la objetante que el cartel solicita: ”J. Armero Certificado: el armero
debe ser parte de la planilla regular de la empresa y contar como mínimo con seis meses de laborar
para la misma y para demostrarlo debe presentar copia de dichas planillas de la Caja Costarricense
del Seguro Social o en caso de subcontratación aportar el respectivo contrato de trabajo con el que
se confirme su condición. Además, el oferente debe aportar copia de la certificación otorgada por el
Ministerio de Seguridad Pública o bien por una entidad privada autorizada por ese despacho, en la
cual se indique que el personal propuesto cuenta con como mínimo un año de estar inscrito como
armero. El costo de este armero debe totalizarlo el oferente al momento de la oferta como parte de
los gastos de operación.” Considera que al igual que con la generalidad de los aspectos
objetados, no se vislumbra el por qué y el para qué del requerimiento cartelario agravado y
limitante del “armero calificado”, de la forma que se pide. Señala que hay una dualidad e
incerteza, así como contradicción en cuanto al requisito que se cuestiona, lo cual determina
como improcedente ya que si las empresas cuentan con un número de armas, no son una
armería como para tener un armero calificado de planta o de todo el tiempo, pues la revisión
y control de las armas presenta procesos de control internos de la empresa y se puede
contar con los servicios outsourcing del armero calificado, lo cual considera como una
opción del todo válida y procedente y la cual parece estar medio inmersa en el cartel
35
cuestionado, pues -por una parte- se requiere de un armero empleado de la empresa con
seis meses de labores y de inmediato, se acepta una subcontratación, lo cual puede
importar un contrato de servicios profesionales o técnicos, con una persona individual o por
una empresa, pero extrañamente se habla de subcontratación, en la cual no media relación
laboral, y se pide que se aporte en esa hipótesis un contrato de trabajo, cuando en materia
de subcontrataciones como en el caso de interés no se pactan contratos de trabajo, pues
entonces no sería una subcontratación de servicios, tampoco se dice sí debe tener ese
subcontrato alguna vigencia o no, lo importante es que se cuente con un armero debido.
Finalmente señala que en nuestra legislación de seguridad privada no existe algún artículo o
bien procedimiento de inscripción de armeros para las empresas de seguridad, de ahí que le
resulta inverosímil dicha solicitud. La Administración señala que (…) La solicitud es clara,
el armero debe estar certificado. Esta certificación no necesariamente debe ser del
Ministerio de Seguridad. Lo que se busca es que sea una persona con el expertiz necesario
para poder realizar la actividad. Por tanto, la lógica es que deben estar activos y
capacitados para tal fin. Debe permanecer invariable…” Criterio de la División. De la
lectura de cláusula se entiende que se contemplan dos posibilidades para el cumplimiento
del requisito, una que el armero forme parte de la planilla de la empresa, en cuyo caso este
debe tener un mínimo de seis meses laborando para la empresa; o bien puede ser
subcontratado por el oferente para lo cual debe presentar el contrato que así lo demuestre,
por lo que la incongruencia apuntada por la objetante no es de recibo. Ahora bien, en el
caso particular, no comprende este Despacho la relevancia que reviste para la
Administración, el que los oferentes cuenten con un armero para el momento de la
presentación de ofertas, pues este empleado no se encuentra directamente vinculado al
servicio último que se presta, sea los servicios de seguridad y vigilancia, y aún más la
Administración ha sido absolutamente omisa y limitada en brindar una respuesta lógica y
técnicamente sostenible en punto a la necesidad no sólo de contar con estos servicios
dentro del contrato, sino además, demostrarse desde el momento mismo de ofertas, motivo
por el cual ante la falta de respuesta de la Administración, se impone declarar con lugar el
recurso en este extremo. 7. Sobre la valoración de certificaciones de bandera azul y
carbono neutralidad. Señala la objetante que el cartel dispone que se otorgarán a las
empresas que formen parte del Programa Bandera Azul Ecológica de Costa Rica y cuenten
con algún galardón o posean certificación de Carbono Neutral según el siguiente detalle: “5
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puntos Contra con un galardón en programa Bandera Azul. 5 puntos Contra con
Certificación de Carbono Neutral.” Considera que tal asignación de puntaje es impropia,
toda vez que a la fecha prácticamente no existen empresas de seguridad con galardón de
bandera azul, o con certificación de carbono neutralidad, no teniendo sentido dar puntaje a
algo que no es pertinente. Refiere a dos direcciones de internet dónde se puede verificar lo
indicado. Indica que si lo que quiere el INS es otorgar puntuaciones adicionales a empresas
que posean ciertos criterios diferenciadores, ya sea a nivel de ambiente o bien a nivel de
procesos, su solicitud es intercambiar esta puntuación por la solicitud de sistemas de
gestión ISOS 9001 y 14001, acreditados por entes nacionales, en donde si hay empresas
de seguridad que cuentan con los mismos. La Administración señala que aplica el criterio
que se externó para la atención del recurso de la empresa Consorcio VMA-Total Seguridad,
punto a. Criterio de la División. El argumento expuesto ya fue abordado con ocasión del
recurso del CONSORCIO VMA-TOTAL SEGURIDAD, por lo que se remite a lo resuelto en
el punto indicado y en esa condición se declara parcialmente con lugar el recurso en este
extremo. 8. Sobre el sistema de información y control de recorridos (plataforma de
seguridad). Señala la objetante que dicho requerimiento al igual que con el equipo
automotor pedido, el INS solicita un sistema muy robusto, muy particular, exclusivo y
especializado, de alto costo, para que lo tengan todos los oferentes, pese a que tal inversión
tan onerosa no es dable hacerla en una etapa inicial de contratación. Además de que piden
que dos días luego de la entrega de las ofertas se agende la presentación del sistema, es
decir, al momento de oferta debe contarse con un sistema informático especial y
particularizado, de alto costo en cuanto a su construcción y para cuyo desarrollo se
requiere, además de una alta inversión, un debido tiempo y un estudio de los requerimientos
específicos y especiales del INS, no siendo ello, de ninguna forma, ni justificado, ni dable, ni
posible salvo que se busque beneficiar a alguna empresa que ya tenga dicho sistema,
considera que este debe ser un requisito del adjudicatario/contratista y nunca de todos los
oferentes, además, es necesario que una vez adjudicado, se brinde un plazo prudencial de
implementación del sistema al proveedor, el cual deberá de ser acordado entre las partes.
La Administración señala que aplica el criterio que se externó para la atención del recurso
de la empresa Consorcio de Información y Seguridad S.A., punto a. Criterio de la División.
El argumento expuesto ya fue abordado con ocasión del recurso del Consorcio de
Información y Seguridad S.A. por lo que se remite a lo resuelto en el punto 1 del
37
Considerando iii indicado y sobre esa base se declara con lugar el recurso en este
extremo. 9. Sobre los cambios de personal. Señala la objetante que el cartel apunta: “b.
el INS y sus subsidiarias a través de la unidad de seguridad del INS, de conformidad con la
descripción del requerimiento se reserva el derecho de pedir cambios de personal en el momento que
lo crea conveniente por una o más faltas u omisiones que cometa el mismo, asimismo quien sustituya
deberá tener la misma preparación que el ofrecido inicialmente, lo cual debe ser aprobado
previamente por el INS (…)” Indica que sí bien es cierto, el INS puede pedir un cambio de
personal, también y conforme a los derechos fundamentales de debido proceso y de
defensa, debe mediar una causa justificada (fundamento y motivo), por escrito y enviada al
proveedor, donde indique el porqué de la salida del personal y debe de brindar un tiempo
prudencial de 10 hábiles para su movimiento, de igual manera se debe de permitir realizar el
debido proceso sancionatorio para los oficiales. Además, solicita que todos los movimientos
pedidos por el INS, se encuentren debidamente documentados utilizando el artículo 81 del
Código de Trabajo. La Administración señala que la competencia recurrida, se apega a lo
normado en el artículo 102 de la Ley de Contratación Administrativa, que estatuye: “La
Administración debe disponer las medidas necesarias para garantizar que se cumpla con el
objeto de la contratación”, por lo que, en caso que por la actuación de uno de los agentes de
seguridad, el servicio se vea afectado, el Instituto requiere mantener esta prerrogativa,
tomando en consideración que el interés público que impera es la prestación del servicio de
seguridad de forma continua y bajo los parámetros de calidad dispuesto en el cartel. Sobre
lo requerido en relación con la tramitación de procedimientos disciplinarios y el apego al
Código de Trabajo, es menester señalar que el Instituto no tendrá relación laboral con
ninguno de los agentes de seguridad que presten el servicio por cuenta del contratista,
siendo éste su patrono y quien en caso de determinar la necesidad de aplicar algún régimen
sancionatorio deberá adoptar las medidas que la normativa laboral establece, de manera tal
que la obligación del contratista es sustituir al colaborador que haya designado por otro que
cumpla con los requerimientos cartelarios, siendo que la resolución o decisión sobre la
relación contractual es absoluta y exclusivamente de competencia del contratista. Criterio
de la División. El argumento de la objetante se basa en la necesidad de definir que
aquellos cambios de personal se den mediante un acto motivado, aspecto que este
Despacho prohija, pues si bien es cierto se reconoce la prerrogativa de la Administración
para solicitarlos, estos no pueden ser antojadizos, sino que deben ser producto de
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situaciones plenamente justificadas, al igual que el plazo previsto para esa sustitución, el
cual debe ser razonable y en atención a la necesidad del servicio, motivo por el cual se
declara con lugar el recurso en este extremo. 10. Sobre las situaciones de robos.
Señala la objetante que el pliego de condiciones dispone: “n. el adjudicatario será responsable
de la pérdida, hurto, extravío y daños a los muebles e inmuebles, cuando se demuestre de manera
fehaciente que haya responsabilidad de sus oficiales, ya sea por participación o por omisión,
indolencia, descuido o cualquier circunstancia similar.” Indica que en este punto no se señala el
procedimiento para “demostrar fehacientemente” la responsabilidad en los casos señalados,
generándose incerteza y falta de seguridad, lo cual limita a una más libre, amplia y debida
participación. La Administración señala que el recurrente arguye que no se establece un
procedimiento para demostrar la responsabilidad del contratista en los casos en que se
verifique la pérdida, extravío, hurto y daños a los muebles e inmuebles. Carece de razón el
recurrente, toda vez que la normativa en materia de contratación administrativa claramente
dispone los procedimientos sancionatorios, ejecución de garantías y/o cobro de daños y
perjuicios, motivo por el cual no es necesario transcribir en el cartel dichos procedimientos;
puesto que ante la ausencia de una regulación cartelaria resulta aplicable la Ley y el
Reglamento de Contratación Administrativa así como las normas conexas, siendo que de
conformidad con la Constitución Política nadie puede alegar desconocimiento de la ley.
Criterio de la División. La Administración en su respuesta manifiesta que los
procedimientos sancionatorios se encuentran claramente establecidos en la normativa de
contratación administrativa, sin embargo tome en cuenta que los procedimientos definidos
corresponden a figuras de resolución contractual, rescisión, o incluso la misma imposición
de multas que en suma se basan en mera constatación, sin que este Despacho encuentre
definido algún tipo de procedimiento para implementar en el caso de situaciones como las
cobijadas por la cláusula, dado que en la pérdida o sustracción de activos pueden surgir
cantidades de situaciones que pueden ya sea eximir o confirmar la responsabilidad de un
contratista, sin que la Administración establezca algún proceso, protocolo o mecanismo así
sea sumario, para establecer esa responsabilidad, motivo por el cual esta definición deberá
ser incorporada en el cartel a efecto de evitar la incerteza y diversidad que provoca el no
contarse con un mecanismo definido lo cual redunda en beneficio para ambas partes de la
relación. Sin bien la omisión de este proceso no impide por sí mismo la participación de
oferentes, valora este Despacho que en fase de ejecución la ausencia de este sí podría
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ocasionar tratamientos diferenciados y hasta inconsecuentes, de ahí la importancia de una
regulación previa sobre el tema. Por esta razón se declara con lugar el recurso en este
extremo. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------
POR TANTO
De conformidad con lo expuesto y con fundamento en lo que disponen los artículos 182, 183
y 184 de la Constitución Política, 81 de la Ley de Contratación Administrativa y 178 y 180 de
su Reglamento, se resuelve: 1) Declarar parcialmente con lugar, los recursos de
objeción presentados por SEGURIDAD Y VIGILANCIA SEVIN LTDA., CONSORCIO DE
INFORMACIÓN Y SEGURIDAD, AGENCIA VALVERDE HUERTAS SOCIEDAD
ANÓNIMA (AVAHUER S.A.), y CONSORCIO VMA-TOTAL SEGURIDAD. 2) Declarar con
lugar, el recurso de objeción presentado por SEGURIDAD ALFA S.A., todos contra el cartel
de la Licitación Pública No. 2018LN-000010-000100001, promovida por el Instituto
Nacional de Seguros, para la contratación de “SERVICIOS DE SEGURIDAD POR
DEMANDA PARA EL GRUPO INS”. 4) Se da por agotada la vía administrativa.
NOTIFIQUESE. -----------------------------------------------------------------------------------------------------
Edgar Herrera Loaiza Andrea Serrano Rodríguez Gerente Asociado Fiscalizadora
ASR/svc NI: 22314,22387, 22388, 22389, 22390, 22393, 24476. NN: 13239-2018(DCA-3317) Ci: Archivo central G: 2018002864-1