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  • Alexander Fleming 20 aos insuperables en tu preparacin

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    GUA 1 - CIENCIAS

    Tres veces volv a ver sus vivos ojos, y tres veces hall que me vean; ya no fui mo, fui del amor slo

    1766.- Su padre Juan de Dios Melgar y Sanabria se casa con Mara Domnguez y Perero (ocho hijos). Al enviudar se casa por segunda vez, con quien sera la madre de Melgar, Andrea Valdivieso y Gallegos (once hijos) 1790.- Nace Mariano Melgar el 10 de agosto porque ese da se festejaba el santoral de su segundo nombre que corresponde al de San Lorenzo. La leyenda de su infancia es hiperblica: A los tres aos saba leer y a los seis lea el griego y el latn. 1796.- El obispo Pedro Jos Chvez de la Rosa nombr capelln a Melgar en el valle de Majes cuando tena 6 aos. Al ao siguiente nacera Mara de los santos Corrales. 1798.- Recibe su primera tonsura (corte de cabello) y los hbitos con fines sacerdotales. 1800.- A los diez aos comenz a traducir algunos versos de Cicern. Mientras estudiaba filosofa en el Colegio San Francisco. 1807.- Con 17 aos ingresa al Seminario Conciliar de San Jernimo, con el propsito de seguir la vocacin sacerdotal, y estudia Teologa. Se enseaba los cursos de: idiomas, gramtica, filosofa, matemtica y fsica astronmica. Y es aqu donde traducira a Virgilio del mismo que recibe influencia para escribir versos de matiz neoclsico. 1811.- Gana una beca para estudiar en el Seminario de San Jernimo, luego asciende como profesor de Retrica, Latinidad, Gramtica, Fsica particular y general, tica y Metafsica, Aritmtica y lgebra, Geometra y Trigonometra. Por estos aos conoce a su primer amor y primer decepcin, Manuelita Paredes Guillen hija de Mariano Paredes, en cuya casa se reunan a conversar de literatura. De esta poca data el poema Sepa la cruel Melisa. El conocer a su joven prima Mara de los Santos Corrales a quien melgar la inmortalizara con el seudnimo de Silvia y enamorarse perdidamente de ella y no ser correspondido hace que desista de los hbitos. 1813.- Melgar deja sbitamente el Seminario Conciliar de San Jernimo. Sus padres le persuaden viajar a Lima y estudiar en la UNMSM para optar el ttulo de abogado, todo esto con la finalidad de

    alejarlo de Silvia; inicialmente pretendi viajar por mar yendo hasta el puerto de Quilca, es aqu donde ve por primera vez el mar y embelesado por tan grandiosa creacin escribi Oda al autor del mar, al no encontrar barco alguno se regresa a Arequipa. En Lima (ciudad que viva en una conflagracin revolucionaria) hizo suya las ideas liberales y publica en el diario El investigador su fbula El ruiseor y el calesero. 1814.- El regreso a Arequipa significa angustia y decepcin: Su musa Silvia, la que tuvo belleza y no corazn, aleccionado muy bien por sus padres haba olvidado al amante. Melgar se dirige a Majes para no recordar, para olvidar...; y el espritu patritico, emancipador lleg a este valle y sin dudarlo se sum al movimiento libertario de los hermanos Jos, Vicente y Mariano ngulo surgido en el Cusco contra la tirana espaola y se une en Chuquibamba al ejrcito dirigido por Mateo Pumacahua quien lo nombr Auditor de Guerra. 1815.- En las inmediaciones de Ayaviri, en Umachiri pueblo de Puno, Melgar luch con los espaoles por la libertad del Per. Los patriotas fueron derrotados por el ejrcito realista comandado por Juan Ramrez. Melgar es capturado entre los pocos sobrevivientes para ser fusilado en la madrugada siguiente, a los 24 aos de edad.

    MELGAR, MELISA, FILIS y SILVIA"

    No era por cierto el nico sentimiento que animaba a Melgar en aquel tiempo. Como todos los jvenes de su edad, y ms con la afinada sensibilidad de que en todos sus actos dio muestra, Melgar tuvo tambin por entonces su primera inquietud amorosa. A pesar de vestir el traje oficial del Seminario y de haber recibido una tempransima tonsura a los ocho aos y las rdenes menores a los veinte, cada vez estaba ms claro que no tena verdadera vocacin sacerdotal y que su ordenacin en realidad era un deseo de su padre y no suyo. Aunque en este caso, y tal vez ms que en otros, la leyenda que rodea a Melgar ha tenido, como es de suponer, viva ocasin para manifestarse, parece lo cierto que ese primer amor puede fijarse en 1810. Los datos autobiogrficos que l mismo nos ha dado en su muy difundida Carta a Silvia tienen desde luego un adorno potico y no se pueden tomar literalmente, pero el proceso que nos cuenta es perfectamente verosmil. Ante todo nos dice que hasta los veinte aos no haba sentido el fuego del amor:

    veinte veces el Sol repas el cielo y otras veces la tierra sus delicias

    mostr en la primavera, desde el punto en que comenz el curso de mi vida, pero,

    "instante fatal!", todo cambi desde que vio y fue mirado por la joven a la que da el nombre literario de "Melisa":

    Tres veces volv a ver sus vivos ojos,

    y tres veces hall que me vean; ya no fui mo, fui del amor slo.

    Aunque con reticencias, y entre ciertas cortinas elusivas, revela que su amor le hizo deliberar consigo mismo: y en calma bien tranquila resolv en largo tiempo deshacerme de otros deseos, que antes me movan; lo que se puede interpretar como que fue entonces cuando desisti de la ordenacin sacerdotal a que se haba ido preparando.

    SABAS QUE:

    :

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    No es posible, sin duda, guiarse estrictamente por las frases de un verso, sujetas siempre a las imaginaciones del poeta o a artificios retricos, pero puede pensarse que fue as a fines de 1810 o al comenzar 1811 cuando Melgar comprendi definitivamente que careca de verdadera vocacin y que estaba llamado a discurrir por caminos humanos. As lo expresa claramente su hermano Jos Fabio Melgar, quien en sus "Noticias biogrficas" de 1865 afirma que Mariano "abri entonces su corazn a su respetable padre, y le declar que no estaba dispuesto a recibir las rdenes sagradas que se trataba de conferirle"; despojndose de "los hbitos clericales", pero sin abandonar por eso "el estudio de su religin" . Esta ltima aclaracin es evidente. Lo cierto es que no slo continu de catedrtico en el Seminario, sino que fue precisamente entonces cuando se le entreg la direccin del nuevo curso de filosofa. Lo cierto es tambin que, a pesar de su decisin, se mantuvo tan invariable su adhesin a la Iglesia que en un documento de principios de 1813 aparece con el cargo administrativo de "Notario del Santo Tribunal de la Inquisicin". Melgar llega a declarar que pens casarse:

    (a ligarme con lazos de Himeneo mi sensibilidad al fin me inclina);

    pero las coqueteras amorosas y los estudiados desvos de "Melisa" no le permitieron avanzar. En sus versos se queja del juego de las miradas, del amor que se le ofreca y se alejaba, de la falta de integridad de corazn que el poeta anhelaba. Y al cabo de seis meses: seis meses no dur ni durar pudo una pasin tan mal correspondida, se retir para olvidarla, sin atender despus cuando ella intent encender de nuevo la llama que apagu viendo su orgullo. Es posible que a esta poca se deba el irnico soneto de Melgar A la mujer, si es que por su fcil alarde conceptista no es preferible considerarlo como un juego retrico:

    No naci la mujer para querida,

    por esquiva, por falsa y por mudable; y porque es bella, dbil, miserable,

    no naci para ser aborrecida. No naci para verse sometida,

    porque tiene carcter indomable; y pues prudencia en ella nunca es dable

    no naci para ser obedecida. Porque es flaca no puede ser soltera, porque es infiel no puede ser casada,

    por mudable no es fcil que bien quiera. Si no es, pues, para amar o ser amada,

    sola o casada, sbdita o primera, la mujer no ha nacido para nada.

    No hay constancia efectiva del nombre de esa primera amada de Melgar. La tradicin constante en Arequipa, difundida por estudiosos de Melgar como Ladislao Cabrera Valdez, Francisco Mostajo y muchos ms, han sealado el nombre de Manuela Paredes, hija del doctor Mariano Paredes, nacida en 1797 y casada ms tarde con Nazario Julio Rospigliosi. Las "Noticias biogrficas" dan de ella una imagen poco favorable, y el propio Melgar la llama una vez "la prfida Melisa" y en su dolida composicin "Sepa la cruel Melisa" cree que por sus burlas puede llegar a aborrecerla:

    no me encanta una esquiva,

    a m no me cautiva quien me hace padecer;

    pero puede haberse tratado slo de una coquetera juvenil y no de los crueles artificios que, en su cario herido, le atribuye el poeta. Puede haber tambin mucho de ficcin literaria. Por lo menos el nombre de "Melisa" era comn entonces en las poesas amatorias de los autores espaoles y de sus seguidores hispanoamericanos de la poca. Ya el agustino fray Diego Gonzlez (1733-1794), en las glogas de su supuesto pastor Delio, cantaba a una "Melisa" que se ha credo que fue una seorita gaditana. Juan Bautista Arriaza (1770-1837), bien conocido por Melgar, en su idilio IV, Aglauro y Melisa, llama a una zagala de ese nombre: "Ven a tu amante, ven,

    dulce Melisa". El clsico recuerdo de las glogas pastoriles se una as, en esos aos de valoracin del "hombre sensible" frente a las frialdades del "hombre racional", a lo que era en Europa y Amrica un anticipo del romanticismo. Del mismo carcter parece haber sido otra vaga figura femenina que recuerda Melgar en su Elega IV:

    otro primor del gusto,

    otra pastora bella, con mil caricias quiso hacerme suyo.

    Puede haber sido la que l llama con el nombre potico de "Filis", aprendido tal vez en el ciclo anacrentico de La paloma de Filis, de Juan Melndez Valds (1754-1817), el gran maestro de la poesa lrica espaola en esa poca de transicin de un siglo a otro, y al mismo tiempo de evolucin de un gusto a otro. Melgar, que iba a tratar a menudo el mismo tema de las palomas y las trtolas, aunque mezclado con las "urpi" indgenas, habla de "Filis" con discreta irona:

    Por no s qu capricho

    Filis jur olvidarme. Pasados pocos das

    hizo otra vez las paces. Pero fue tan gustoso aquel feliz instante,

    que le digo mil veces: Filis, vuelve a olvidarme, con tal que a pocos das

    vuelvas a hacer las paces".

    No puede saberse ms de estos inciertos e imprecisos ensayos amorosos. Lo importante es que, como Romeo, enamorado primero de Rosalina hasta caer envuelto en su dramtico amor por Julieta, as tambin Melgar, luego de estas breves zozobras transitorias, se sinti al fin rendido por la que iba a ser, definitivamente, la pasin de su vida. Y desde entonces dedic la parte ms constante y el caudal ms valioso y representativo de su obra a Mara Santos Corrales y Salazar, la "Silvia" de sus versos. Tambin "Silvia" era nombre potico habitual. El mismo Arriaza, en su idilio III, Los ecos, se queja, como lo iba a hacer despus Melgar: Ya Silvia me ha olvidado y no me quiere; en su composicin Silvia se lamenta de que "la hermosa Silvia" no diera un rayo de esperanza "a una pasin tan firme y duradera como la suya"; y en La despedida de Silvia, escrita a imitacin de La partenza de Metastasio, parece anunciar las horas finales de Melgar. En esos versos, que ms de una vez han sido errneamente atribuidos al poeta arequipeo, Arriaza canta con sonoridad:

    Ya lleg el instante fiero,

    Silvia, de mi despedida, pues ya anuncia la partida con estrpito el can...

    Pero la "Silvia" de Melgar no fue una ficcin potica, sino una mujer de carne y hueso, y adems tena con l una relacin de parentesco si no muy prxima, no tampoco lejana. Segn los datos consignados por el cannigo doctor Santiago Martnez, ella era nieta de Mara Sanabria, quien cas en 1731 con Ignacio Corrales y era hija de Francisco Sanabria y de Antonia Laguna, y hermana por lo tanto de Josefa Sanabria, la abuela paterna de Mariano Melgar. Los padres de la amada y del poeta (Jos Corrales y Sanabria y Juan de Dios Melgar y Sanabria, respectivamente) eran as primos hermanos. Es lgico suponer, por tal razn, que Melgar conoci y trat desde su infancia a quien iba a marcarle tan profundas huellas en su vida. Tal vez en esos primeros aos slo observ a su prima con una mirada indiferente, porque era siete aos mayor que ella y en esos tiempos de la infancia las diferencias en la edad asumen una proporcin extraordinaria. En efecto, Mariano Melgar haba nacido en 1790, y Mara Santos Corrales y Salazar vino al mundo en 1797, el 1 de noviembre, o sea, el da de Todos los Santos, por lo que se la bautiz con ese nombre. As consta de la partida que se guarda en los Libros del Sagrario de Arequipa:

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    "Ao del Seor de 1797. En tres de noviembre yo don Juan Jos Cceres, teniente de cura de esta Santa Iglesia Catedral de Arequipa, puse leo y crisma a una criatura de dos das de nacida, a quien puse por nombre Mara Santos, hija legtima de don Jos Corrales y doa Manuela Salazar. Fue su madrina doa Petronila Salazar, a quien advert su obligacin y parentesco espiritual, y lo firm. Ldo. Mathias Banda". La familia Corrales viva en una sencilla casa situada al extremo occidental de la ciudad, al otro lado del ro Chili. Como la calle donde vivan los Melgar era la puerta de entrada y de salida de quienes llegaban de la sierra o partan hacia ella, el lugar donde habitaban los Corrales era en cambio la iniciacin del camino a la costa. Por all pasaron Bolvar y Sucre en los das intensos y entusiasmados de la Emancipacin, y por esa calle, llamada del Beaterio, entraban los comerciantes y viajeros que traan, en su corazn y en sus pupilas el ambiente del mar. Cuando a los veinte aos de su edad Melgar empez a sentirse envuelto en el amor a Mara Santos, ella era por lo tanto slo una nia de trece aos. No es mucho as lo que pueda haber puesto por su parte, de aceptacin o de rechazo. Pero para los amores de un poeta basta su propio impulso, porque con lo que siente o lo que suea, lo que cree percibir o lo que imagina, tiene elementos suficientes para desarrollar todo un drama amoroso. En todo caso, el doloroso proceso de esa pasin, la historia de mi amor, toda mi historia al menos como Melgar la vea o la crea est reflejado en su noble Carta a Silvia, romance endecaslabo en 522 versos asonantes, que por la temprana y trgica muerte del poeta es posible que nunca pusiera en manos de su amada. En ese poema, Melgar cuenta con qu caracteres imprecisos empez a crecer su amor por "Silvia". Se hallaba todava atrado por "Melisa", y no hubiera llegado a desprenderse de sta si los desdenes y las burlas no lo hubieran herido vivamente en su orgullo. Melgar se encontr libre, pero a su transitoria libertad sigui inmediatamente un nuevo y profundo cautiverio:

    As que libertad ninguna tuve.

    De unas a otras cadenas en un da pas, y fui tuyo luego que fui mo.

    Al principio parece que uno y otra slo se hablaron con los ojos. El poeta se senta tmido, y la edad de ella era demasiado corta para que se diera cuenta de las desazones que causaba. Pero a poco, "una respuesta ambigua de sus labios" fue suficiente acicate para que el poeta percibiera que su pasin arda y que por horas este fuego se aumentaba. Desde ese instante ya la pasin no tuvo lmites. Como Romeo en el drama de Shakespeare, o como Calisto que pierde su propio nombre en el amor por la rubia Melibea, as tambin Melgar cuenta que ver a "Silvia" era su gloria y dejar de mirarla era perder la dicha. Siete veces llen la luna hermosa su blanca redondez, sin que "Silvia" pronunciara palabras de aceptacin; hasta que de pronto, en la realidad o en el anhelo del poeta, el amor fue correspondido. "Consegu al cabo que me amase Silvia", dice en la Elega V. "Mas con todo ya supe que me amabas", repite en la Carta a Silvia; para aclarar que su amor era puro, lejos del bajo querer con que el amante quiere, procura, gime, clama y llora, por fin consigue, y al momento olvida. Esta correspondencia en el amor parece no haber sido slo una satisfaccin imaginaria, sino una halagadora y al menos transitoria realidad. La corta edad de "Silvia" puede disminuirla, pero no negarla por completo, porque, fuera de que en las lides amorosas las fechas y la lgica no siempre cuentan mucho, la transmisin de los datos familiares y las repetidas expresiones de Melgar no permiten dudas al respecto: Juramos ser yo suyo y ella ma, dice en el yarav "Todo mi afecto puse en una ingrata"; y aunque esto puede ser una exageracin apasionada, el hermano del poeta Jos Fabio Melgar, en sus "Noticias biogrficas" de 1865, cuando haca cincuenta aos que Mariano Melgar haba muerto y cuando la reciente viudez de "Silvia" poda haberlo llevado a diluir en el olvido ese amor juvenil, dice concretamente que ella "fue digna de la pasin de Melgar, y supo amarlo". De no ser as, no se explicaran las rotundas palabras de Melgar en el soneto A Silvia, pero pronto esta dulce relacin, y estos afectos evidentemente compartidos, empezaron a resquebrajarse y a nublarse, hasta producir el final absoluto.

    Melgar, que sigui creyendo a "Silvia" y confiando en su amor, sealaba para esta separacin o ruptura tres causas, predominantemente externas. En primer lugar y quiz si aumentado por l mismo con cierta humana vanidad, el recelo de "Silvia" ante un poeta siete aos mayor que ella y que, adems de su largo tiempo de ostensible carrera religiosa, se haba ya mostrado apasionado por "Melisa" y por lo tanto poda cambiar de sentimientos. Para asegurarla, Melgar jura ser fiel al nuevo amor, cuando ella como se afirma en la Elega IV obstinada porfa que le he sido perjuro. En segundo lugar, influy en contra del poeta la muerte inesperada de la madre de "Silvia". A juzgar por los firmes acentos de su Carta y la amplitud con que insiste en el tema, que no se explicaran si se tratara slo de un recurso retrico, parece que hay que creer que en realidad la madre de Mara Santos, si no favoreca, miraba al menos con una afectuosa simpata los galanteos de Melgar. En diversos pasajes resalta l esta actitud con palabras de encomio. "Nuestro apoyo mayor", la llama;

    muerta vi a quien muri por protegerme,

    yo vi mustios aquellos mismos labios que una hora antes mi afecto defendan,

    reitera en otra parte, como sugiriendo alguna disputa familiar en la que ella hubiera salido en defensa del poeta. Y en otro momento dice con tono filial y respetuoso:

    Madre igual de los dos fue; en su ternura

    los dos perdimos una madre misma.

    Pero la causa ms profunda de la desazn creciente y del infortunio amoroso de Melgar fue, segn l, la oposicin de parientes y amigos que, en forma directa o indirecta, hicieron lo posible para frustrar el matrimonio que quera Melgar. Al menos as lo expresa concretamente el propio Melgar, quien tal vez por un engao piadoso a s mismo atribuye todo su penoso problema sentimental no a un desvo de "Silvia", sino a los engaos maliciosos e interesados de sus detractores. "Luego la envidia levant su mano", dice en la citada Elega V;

    yo perd a Silvia por injustas tramas

    que me formaron viles enemigos,

    denuncia en la Elega III; y en repetidas partes, a veces prosaicas por lo detalladamente explicativas, de su autobiogrfica Carta a Silvia, insiste en:

    el desprecio y los tiros de la envidia con que los tuyos, sin razn airados,

    me ultrajan y persiguen a porfa.

    La razn principal de estos contrastes era para Melgar su muy modesta situacin econmica, y as lo confirm su hermano Jos Fabio en las "Noticias biogrficas" de 1865. Ms que la desconfianza en su temperamento, de seguro febril y apasionado; ms que las posibles diferencias de carcter poltico, o las discrepancias de orden familiar y personal que siempre pueden ocurrir, y sobre todo en los agitados das que vivi el Per a comienzos del siglo XIX, lo que actu en contra de Melgar fue el ingrato problema material tantas veces presente del dinero. Sus padres nunca contaron con bienes, y adems haban decado en su situacin. El mismo, estudiante en el Seminario, presunto futuro sacerdote durante muchos aos, se haba desentendido de las conveniencias y galas del mundo. En vano se deca a s mismo, y se lo expresaba con vehemencia a "Silvia", que la riqueza material es uno de los bienes ms perecederos. En esos aos de exaltacin intelectual, de auge de los valores enaltecidos por la Ilustracin, Melgar pensaba que el oro era una "alhaja quebradiza" y que poda en cambio confiar en su cerebro, que haba de traerle "lo que en un testamento no hallara". As lo declara en uno de los prrafos, tal vez de menos vuelo lrico pero de ms realista sensatez, de su pormenorizada Carta a Silvia:

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    Han dicho que te traigo la miseria, porque ya la fortuna, que vacila,

    rob a mis padres y a mi anhelo niega sus bienes; Yo poseo y tendr, merced al Cielo,

    el caudal de los que aman la justicia. El sudor de mi frente ha de traerme lo que en un testamento no hallara. Pero tiemblen los mseros que tienen

    el oro, que se pierde o se disipa. Y tiemblen mucho ms, porque es el mundo

    un teatro que muda sus cortinas, y en dos momentos pasan sus actores

    de la gloria ms alta a total ruina. Adems, si la situacin monetaria del poeta era difcil, ello no poda sorprender mucho en realidad a la familia de su amada, que no solamente tena lazos de parentesco con Melgar, sino se hallaba en una condicin social equivalente y viva en una austera mediana econmica. No se puede pensar tampoco en una separacin radical entre las dos familias. No slo el parentesco ya exista, sino fue reforzado precisamente en esos aos: el 8 de febrero de 1812, Mara Josefa Melgar y Valdivieso, hermana del poeta, cas con Romualdo Corrales y Salazar, hermano de "Silvia", y uno de los testigos fue el propio Mariano Melgar. Qu pudo ser entonces lo que ocurri en la realidad? Descartada cada vez ms la posibilidad de aclarar el enigma, por la falta de cartas o de informaciones concretas al respecto, lo nico que parece seguro es que las dos familias, la del poeta y la de "Silvia", convinieron en una separacin, aun cuando fuera por un tiempo. El padre de "Silvia" pensaba tal vez que era la forma de llegar, sin mayores violencias, a la ruptura que l buscaba. Los padres de Melgar ("los mos, tan opuestos a este enlace como los tuyos", dice l mismo, quiz con cierta reaccin orgullosa) consideraban, por sus propias razones, que la conveniencia de su hijo consista en buscarse una situacin personal ms segura: la ordenacin sacerdotal que siempre haba querido don Juan de Dios, o la carrera del Derecho.

    OBRAS ELEGAS Elega I Elega II Elega III Elega IV Elega V Sepa la cruel Melisa Dejad amigos... injusticia tanta...? ODAS Al Conde de Vista Florida A la libertad A la soledad Al autor del mar Al sueo Ya lleg el dulce momento En una noche oscura y pavorosa Cumplido est en su todo el vaticinio Cuando un hroe empieza a celebrarse Se dice que Venus EPSTOLAS Carta a Silvia Vas a ver bella joven La fe de las nias se ha acabado YARAVIES 1. I 2. II 3. III 4. IV 5. V 6. VI 7. VII 8. VIII 9. IX 10. X

    FBULAS El cantero y el asno Las abejas Las cotorras y el zorro Las aves domsticas El asno cornudo La ballena y el lobo El ruiseor y el calesero Los gatos El murcilago El Sol Enfermedades de poetas y sus remedios SONETOS A Silvia A la mujer DCIMAS La cristalina corriente Oh desgraciada existencia...! CUARTETAS El alma que entre congojas Soy Argos para ver penas

    SONETO A SILVIA

    Bien puede el mundo entero conjurarse Contra mi dulce amor y mi ternura Y el odio infame y tirana dura De todo su rigor contra m armarse; Bien puede el tiempo rpido cebarse En la gracia y primor de su hermosura, Para que cual si fuese llama impura Pueda el fuego de amor en m acabarse; Bien pueda en fin la suerte vacilante, Que eleva, abate, ensalza y atropella, Alzarme o abatirme en un instante; Que al mundo, al tiempo y mi varia estrella, Ms fino cada vez y ms constante, Les dir: "Silvia es ma y yo soy de ella".

    ODA AL AUTOR DEL MAR Qu grande, qu estupenda maravilla! Asombroso crear...! El pensamiento Se abisma....Oh elemento! Oh grandeza, en que brilla Sin poderse borrar, en sumo grado, La grandeza del Dios que la ha creado!

    El mar inmenso viene todo entero, Ya parece tragarse el continente, Aviva su corriente, En eterno hervidero, Choca, vuelve a chocar, ya sobre el mundo, Mayor que el primer golpe da el segundo. Porque una pea firme le resiste, Contra ella va, la mina, la combate; Si su furor rebate, Con furor nuevo insiste, De un salto dan sus aguas en la pea Y de un salto a otro ms alto las empea En su batir de ruido el aire llena; Con un alma eternal vivir parece; Si se estrecha, si crece Susurra siempre y truena Y en las colinas que le ven temblando De una a otra el eco corre retumbando.

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    Cmo es que dura aun la dbil Tierra Si todo un mar insiste en destrozarla? Quin puede sustentarla Contra esta eterna guerra? Ya debera toda deshacerse Y a este impulso en arena resolverse. Pero no: las arenas deleznables Se juegan con el mar y su bravura; La infinita llanura Era iras implacables Sale y arrasa todo... dio en la arena, Ya no es ms... besa humilde su cadena. As lo mand el ser que no quera Que el grande mar sus cultos usurpase, l mand que no pase; Si no... ya se vio un da: Alz su ley y el Rmac profanado, Sal bebi, hacia los Andes rechazado. Sabias leyes dej que obedeciera Para que al hombre sirva, no amedrente, Y humilde y obediente Desde la vez primera, No osa salir ni sabe otro camino Sino el que su autor fuerte le previno. Aunque la luna por sobre l pasando Quiera llevarse su caudal y eleve Sus aguas, porque pruebe Resistir aquel mando, No lo har... antes aumenta su muralla Y a par de su furor crece la valla. Por la exterior corriente las oleadas Vendrn ms y ms fuertes hacia dentro, Pero ellas en su centro Volvern humilladas; Una a otra han de cortarse la corriente Y servirse de grillos mutuamente. Cuando unas aguas levantando vienen Ya las otras cejando se retiran; Y como opuestas giran, Se chocan, se retienen; Las de all se alzan ms, con fuerza tanta, Que al desplomarse su furor espanta. Resuelven las arenas con su espuma Y encrespadas la playa van trepando; Poco a poco calmando Su peso las abruma; Ruedan a engrillar otra y de esta suerte Slo es para un placer su enojo fuerte. Blanca toda la orilla se presenta: Es un gusto a las olas acercarse, Seguirlas, retirarse; Y mirar cmo aumenta Su reflejo, la luz que viene dando El sol en las de atrs reverberando. A ponderar entonces nos convida Los bienes que produce todo el mundo: Cmo riega fecundo La tierra y nos da vida; Y cmo sin l fuera el continente Horroroso desierto solamente. De aqu hasta donde raya el horizonte Se ve criarse la volante nube; Se exhala, crece, sube, Y al valle, al prado, al monte Va a dar frescura y riego, y sus corrientes Sustentan y producen los vivientes.

    Por hacer sus influjos inmortales En las grandes montaas se recuestan; Y en sus senos aprestan Los inmensos caudales Que socorren al Chili miserable Y hacen al Maran tan espantable. El mar, aun al que habita algn planeta, Quiere auxiliar a donde el Sol no alcanza; All la luz avanza De estas olas inquietas Y para el que en la luna luz no viera La tierra es por su mar grande lumbrera. Pero es dado a un mortal cantar lo bienes Oh mar! Que en ti guardo providencia? De su eterna clemencia T mil tesoros tienes. Ah! Por ti al nuevo mundo pas un da el mayor bien que un Dios hacer poda. Eterno Rey del mar: solo tu ciencia Dar a tu don su precio verdadero. Yo en tanto aadir quiero Este himno a tu clemencia. "Cuando al profundo mar me haya entregado, Dispensad a tu hechura tu cuidado.

    MARCHA PATRITICA

    Ya lleg el dulce momento En que es feliz Arequipa Ya en mi suelo se disipa

    El despotismo feroz

    Ya se puede a boca llena Gritar que la patria viva Que la libertad reciba

    Que triunfe nuestra nacin Cay el monstruo detestable

    Que en nuestra cerviz sentado Trescientos aos ha hollado

    La justicia y la razn

    Y en su lugar se levanta La oliva de la victoria

    Que borrar a memoria De los siglos de opresin

    Levantad pues hijos bellos Del Per siempre oprimido

    Incrementad el partido De esta grande redencin

    Ved que el cielo nos protege y que salen los efectos

    mayores que los proyectos que el patriotismo form

    No se encuentra un hombre solo que no empue aguda espada

    y arroje a su negra nada al tirnico espaol

    Pues las heridas gloriosas

    que en el campo se reciban harn que sus nombres vivan muerto el dspota escuadrn

    Suene en fin en todas partes con las voces y los hechos

    que no vivan nuestro pechos si no logran este honor

    Viva, viva eternamente el patriotismo peruano viva el suelo americano

    viva su libertador.

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    Al mirarme, las gentes detinense, asombradas, despectivamente ren a carcajadas, mientras que yo me

    alejo lleno de majestad...

    1897.- Nacido en Arequipa el 23 de Mayo, Alberto Hidalgo tuvo una niez marcada por la tristeza y la amargura. Sus padres murieron envenenados, casi simultneamente, cuando tena apenas cuatro aos de edad, quedndose en el ms pleno desamparo, junto a sus hermanas Carmen y Mercedes, y su hermano menor, Eduardo Rafael. Por ello, en algunos escritos, recordar con mucha sinceridad y pesadumbre que en su infancia; el afecto, la casa y los parientes le fueron postizos. En ese hogar prestado y sin cario, creci el pequeo Alberto, conteniendo seguramente la rabia, por el vil despojo de la holgada hacienda de sus padres a manos de un inescrupuloso individuo, quien no contento con envenenarlos, procedi al asalto de sus bienes, sin que la justicia lo impidiera. Entonces la casa familiar era conducida por un exitoso abogado, de semblante dudoso y severo, a quien los hurfanos llamaban to y su presencia les causaba un temblor por el cuerpo. Alberto, inicialmente, lo miraba con respeto y miedo, ms con el tiempo llegara a tenerle admiracin, pues aqul slo quiso hacer de l un hombre de bien. La morada en la que crecieron los vstagos Hidalgo Lobato tena un tpico estilo lugareo, con algo de campo y ciudad. Estaba ubicada en el balneario de Tingo, de cara al poniente y llena de ventanas por donde se miraba el inmenso crepsculo mistiano. Quedaba justo en una esquina. Por una de las calles se iba a la estacin de trenes, por la otra hacia las actuales piscinas, y por cualquiera, al campo, donde el paisaje dorado era sobrecogedor, sobre todo en enero, cuando los trigales florecientes se alzaban a la vera del Chili. Tingo en ese entonces desde el cerro de Sachaca- daba la impresin de un nio asustado y perdido en medio de un trigal. En la dulce y olorosa provincia natal que no olvidar hasta su muerte, y donde El Deber era, alrededor de la primera dcada del siglo XX, el nico peridico que circulaba en varias leguas a la redonda, asiste desde muy nio a la escuela, acompaado de su hermano menor Eduardo Rafael. Luego pasar al colegio de los padres mercedarios (San Pedro Pascual), donde culminan tempranamente sus estudios secundarios, destacndose como un extraordinario recitador de versos y un vido lector. 1911.- A los doce aos, el apodo de Zonzo lo identificaba en el ambiente colegial, pues andaba con la cabeza gacha no por humildad sino por tristeza-, dedicado, a la lectura de todo cuanto en sus manos caa, sin compartir los juegos de sus compaeros. A diferencia de stos, le eran familiares, gracias a su empecinado hbito de lectura: Miguel de Cervantes, Julio Verne, el francs Lamartine, Zorrilla, Nez de Arce, Xavier de Montepn, Juan de Dios Peza, entre otros.

    1912.- Viajar por primera vez a Lima, quizs para tentar el ambiente de estudios que soaba. En la capital peruana sabr mucho ms de Eguren, Rubn Daro; oir hablar de la Primera Guerra Mundial y los alemanes, pero sobre todo de Manuel Gonzles Prada, a quien empezar a admirar. Tambin pasear por esa Lima virreinal, aristocrtica y burguesa, de preferencia por la flamante Alameda de los Descalzos, escenario de sus primeras correras amorosas. 1914.- ingresa en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de San Agustn de Arequipa, para hacerse de una profesin. Pero no bien asiste a las primeras clases, renuncia ante el fuerte llamado de la poesa. Ese mismo ao dar las primeras muestras de su autntica vocacin, al publicar con su propio peculio la revista Anunciacin, donde aparecen sus primeros poemas. Es el momento en que inicia su verdadero inters por la literatura, estableciendo mltiples contactos literarios locales, regionales, nacionales y continentales. Es tambin la poca de sus lecturas posmodernistas y el descubrimiento del poeta uruguayo, Julio Herrera y Reissig, en la revista espaola Cervantes, que diriga Francisco Villaespesa; y del poeta italiano Marinetti, tripidante y camorrista iniciador del futurismo.

    1917.- A los 19 aos, despus de conocer a Valdelomar (en su famosa visita a Arequipa), publicar su primer poemario, un breve libro que titula Arenga Lrica al Emperador de Alemania, con un desmesurado prlogo de Miguel ngel Urquieta, joven narrador arequipeo que desaparecera de la escena literaria prontamente. El libro tambin contiene un envo a Cesar A. Rodrguez, un saludo de Luis Fernn Cisneros y una dedicatoria a su hermano menor, Eduardo Rafael, muerto sbitamente a los quince aos. El texto manifiesta muy prematuramente su germanofilia y su fascinacin por la belleza de la fuerza, aunque despus dijera que era antiguerrero, puesto que la guerra aniquila la razn y es el corazn quien vence al cerebro. En una carta que el propio Hidalgo difunde, el insigne Manuel Gonzlez Prada le reclamaba ms versos y por qu haba sido tan mezquino en publicar un libro tan breve, dejando con muchas ganas al lector, de continuar leyendo tan buena poesa. El grupo Colnida, dirigido por el Conde de Lemos, insurge en Lima por el ao 1916. el espritu iconoclasta, rebelde y su consigna de pater le bourgeois, de la mayora de sus integrantes sern el mejor lazo de hermandad que encontrar Hidalgo en todos ellos y el mauro escenario para exhibir su temperamento nervioso en grado superlativo y su espritu voluble, inquieto e intranquilo.

    1917.- Ha cumplido veinte aos y la consagracin literaria nacional le otorga su primera palma por Panoplia Lrica. El libro se edita en Lima, Abraham Valdelomar lo prologa con una perdurable Exgesis Esttica, donde lo llama poeta dilecto. El joven Hidalgo se declara admirador de Gonzles Prada y exhibe en sus versos un viento chocanesco, mxima egolatra e inclinaciones futuristas, sobre todo de Marinetti, a quien ya ha analizado con diligencia y por quien muestra muchas simpatas. Retorna a Arequipa en 1918, y comienza a escribir algunos textos periodsticos en una publicacin llamada La Semana, que codiriga con Miguel ngel Urquieta y donde hace famoso el seudnimo de El Divino Quechua. Ese mismo ao de 1918, lanzar un libro de poemas; Las Voces de Colores y otro en prosa: Hombres y Bestias, ambos impresos en Arequipa. Este ltimo ya da a conocer su vena libelista y panfletaria (seguidora de M. Gonzlez Prada y en parte de Federico More) con una calidad literaria que mereci el elogio de propios y ajenos, y que, desde luego, le mereci muchos enemigos. Entonces Hidalgo se proclam un escritor beligerante, porque siempre busc decir la verdad, su verdad. Este hablar sin pelos en la lengua, lo dirigir con todas sus fuerzas contra escritores y polticos, descargando su pluma con furia y acrimonia. El haber utilizado el seudnimo de El Divino Quechua fue una prueba de su inclinacin indigenista, pero ms una manifestacin de su antihispanismo.

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    En ese entonces se consider un espritu quechua, rebelde, testarudo y bravo, en diversas cartas dirigidas a escritores de Uruguay, Mxico, Chile y Argentina. Impelido por este sentimiento, viaja al interior de la sierra peruana, llegando a Puno, donde traba amistad con Emilio Vsquez, y al Cusco donde conoce a Vctor Ral Haya de la Torre, en una de sus actividades de agitador estudiantil en pro de la reforma universitaria.

    1919.- Retorna a Lima, dispuesto a establecerse; pero publicar Jardn Zoolgico, que contina su lnea panfletaria que la habr de provocar mayores antipatas. Instalado en Lima, siente que esta ciudad es pequea y muy apoltronada para su espritu agitado. Y es desde Buenos Aires que empezar a adquirir una dimensin continental como poeta y escritor. En la dcada del veinte va a asumir por completo el espritu vanguardista creativo hasta los ismos- y desarrollar su tcnica potica simplista, adhirindose a la modernidad, desde que se consideraba un poeta que usaba mquina de escribir. Al momento de su arribo en 1919- publica Joyera y al ao siguiente trabaja en la administracin de correos y como colaborador periodstico en revistas y diarios platenses. Por estos aos conoce a Elvira Martnez, una mujer extraordinaria y sensible que lleva tambin algo de poesa en las venas. Con ella se casar y compartir doce aos de su vida, hasta que muere dejndolo viudo y con un profundo malestar emotivo. 1920 y 1928.- aparecen varios libros de poesa, crtica y uno de cuentos. Son los aos ms especulativos y delirantes del poeta, el periodo de bsqueda, el experimento, la instalacin de su imperio esttico en la pgina en blanco. De ellos son testigos: Qumica del Espritu, Simplismo y Descripcin del Cielo. En la capital espaola concurre casi como un cronista a todas las peas literarias, que eran una especie de tertulias de artistas o escritores, agrupados alrededor de una figura central que goza de los atributos y reconocimiento de maestro, pontfice, apstol o jefe literario. Su paso por Pars, no ser deslumbrante. En sus tres meses de estada parisina entablar amistad con otros escritores latinoamericanos y compartir casi 40 das con Csar Vallejo. Esta relacin no se pudo establecer en el Per porque cuando el autor de Trilce llegaba a instalarse a Lima, Alberto Hidalgo preparaba su viaje a Buenos Aires.

    1930.- Est en Alemania. Visitar Berln cuando se estn dando los primeros brotes nudistas, hecho que lo impacta hasta decir que en ese pas se da la libertad ya que es el lugar de las no prohibiciones, aunque no de la libertad plena. Es tambin el momento de su importante entrevista con Vctor Ral Haya de la Torre y de su afiliacin al aprismo, porque haba encontrado en el fundador del APRA, alguien capaz de transformar Amrica.

    1931.- Vuelve al Per como militante del APRA y como candidato a una diputacin por Arequipa. Alcanz a dar un discurso en la plaza de armas de Arequipa como parte de la campaa electoral, pero a pesar de su nombrada de prestigiado escritor, no logr acumular los votos necesarios. Estos momentos polticos fueron propicios para hacer gala de su libelismo, de realizar ese verbo puro y sincero que le naca desde adentro y que volva a resurgir antiguas iras y odios. De estos instantes son sus elegas a Haya de la Torre y sus insultos a Snchez Cerro. Deca ser sincero hasta hacerse dao y reconocerse libelista, panfletario cuando escriba prosa, pues en l todo era exageracin. Luego de su derrota poltica en el Per, vuelve a Buenos Aires, dndose un tiempo para visitar Santiago de Chile y recibir el saludo de Chocano en su alojamiento, a pesar de que lo haba insultado acremente aos atrs en algunos artculos, donde muchos poetas tambin sufrieron la virulencia de sus juicios. Esto le trajo nuevos apodos en Europa, como Leautremont Criollo o Le Marat des Poetes. El responda que como crtico careca de autoridad, pues haba otros como Jorge Luis Borges, Jos Carlos Maritegui o Luis Alberto Snchez, que haban nacido para ser los grandes crticos de Amrica.

    El gesto de Jos Santos Chocano cambi la opinin de Hidalgo respecto del autor de Oro de Indias, y al momento de morir le escribe un artculo reivindicatorio. Instalado ya en su domicilio de la calle Cerrito 484 en Buenos Aires, tiene una breve participacin poltica en la vida del pas. 1933.- Aparece Actitud de los Aos, uno de sus libros ms intensos, lleno de amor y poesa, provocada por la prolongada agona y posterior muerte de su joven esposa, Elvira Martnez de Hidalgo. Su viudez la sentira hondamente, pues desde aquel 6 de junio, tena una marca profunda de tristeza y angustia. 1947.- Cuando cumple cincuenta aos, realiza una visita relmpago al Per, invitado por sus compaeros apristas, quienes lo reciben enfervorizados, en momentos que emerge el odriismo. Hidalgo retornar rpidamente a su labor literaria en Buenos Aires, publicado al ao siguiente, Poesa de Cmara. La dcada del cincuenta servir para depararnos otra sorpresa. Hidalgo iniciar una temtica nunca vista en su obra, donde su patria, el Per, ser el personaje. 1954.- Su sentimiento nacionalista especialmente sus ideas polticas van a dar un serio viraje. A raz de las declaraciones de Haya de la Torre, al salir de su cautiverio en la embajada de Colombia, se ve impelido a renunciar al APRA. Los motivos de dicha resolucin los explicar en un folleto aparecido ese mismo ao. 1957.- Publica una novela: Aqu est el Anticristo, que confirma sus no muy buenos dotes como narrador, pero que reafirma su gran facilidad para el panfleto. La aparicin del libro le trajo muchos problemas con la Iglesia Catlica de Argentina, que lo excomulga a travs de una declaracin del Obispo de Buenos Aires. Pero en contraparte a la excomunin catlica, su egolatra contumaz se vio muy satisfecha, cuando un grupo de escritores, entre los que se encontraba la poeta chilena Gabriela Mistral, lo proponen como candidato al Premio Nobel de Literatura 1957. Al ao siguiente se descobra de los catlicos y de los ataques de los apristas, publicando Odas en Contra, que vuelve a demostrar su capacidad para la diatriba. Esta vez sern sus vctimas: Papas, dictadores y polticos (incluido Haya de la Torre). Con casi 65 aos a cuestas, se le ve dando discursos, conferencias y lecturas de poemas, que con entusiasmo organizaban los jvenes poetas del momento. Son muy recordadas sus correras por los techos san marquinos para huir de las rechiflas y proyectiles lanzados por los furibundos apristas. Otro incidente de grata recordacin, es el de haber organizado un viaje a Ancn, con el viejo Hidalgo a la cabeza, con la nica intencin de orinar en el mar de los ricos. Alejandro Romualdo lo llamar Hidalgo de la Mancha, al verlo correr, ya enjuto y anciano, esquivando piedras y tomates que los jvenes hayistas le lanzaban con denuedo. Una institucin que registra su presencia en Lima es la Sociedad Peruana de Escritores que l fundar en agosto de 1964 y que lo declar su presidente vitalicio. Bordeaba ya los 70 aos, cuando empieza a adquirir una idea de la muerte y a sentir sus zarpazos. Pero esto no impide que se dedique con mucho entusiasmo al nico gnero literario que no haba cultivado: el teatro. 1967.- Est llegando casi al final de su vida y como presintiendo su muerte, prepara su Antologa Personal, que aparecer en Julio. Antes, en marzo, obtendr el suculento premio de medio milln de pesos, que le otorga la Sociedad Argentina de Escritores (de la que era miembro) por su obra potica, en un concurso promovido por la Fundacin de la Poesa Argentina. Ambas entidades le tributarn un especial homenaje, al momento de su deceso, resaltando sus valores literarios. Ese mismo aos es propuesto por segunda vez como candidato al Nobel de Literatura, que ganara el escritor guatemalteco Miguel ngel Asturias. La municipalidad provincial de Arequipa se encargara de darlo a conocer y a la vez de organizar un comit pro candidatura de Alberto Hidalgo al Premio Nobel de Literatura de 1967.

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    Los regidores de Accin Popular, la Democracia Cristiana y el Frente de Liberacin Nacional, firmaron y apoyaron por unanimidad el acuerdo. En una carta de abril de 1966, que puede considerarse su testamento poltico y que permite apreciar su espritu rebelde y acorde con la poca, manifiesta que tena muchos deseos de escribir un canto a los guerrilleros que comandaba Ernesto Che Guevara (por quien ha de sentir especial aprecio y de quien le lamentar su muerte en Bolivia). En su lecho de enfermo an tena ganas de servir con sus poemas, y lo poco que le restaba de vida, a los ideales que impulsaban a aquellos muchachos. Campana al Vuelo, un poema interrumpido por su muerte, expresa su admiracin por la accin emprendida en Amrica, en busca de su liberacin. Alberto Hidalgo puso punto final a su copiosa obra y frtil biografa un 12 de noviembre de 1967, a los 70 aos de edad, en Buenos Aires, donde vivi ms de medio siglo. Antes de expirar pidi a su compaera Mara Elisa, que lo devuelva a Arequipa para dormir eternamente en su suelo. 1973.- En un pequeo atad, su cadver sera trado a Arequipa y depositado en un mausoleo construido por sus hermanas Carmen y Mercedes, en el cementerio general de La Apacheta. Tambin llegaron los libros de su biblioteca personal, algunos retratos que le hicieran amigos pintores y que an se los puede observar en la biblioteca municipal de Arequipa. Alberto Hidalgo El genio del desprecio, frecuent la bohemia del Palais Concert, junto con su amigo Abraham Valdelomar. Posteriormente colabor en la revista Amauta. Poeta, libelista o panfletario, fue tambin cuentista y dramaturgo. Escribi veintitrs libros de poesa, trece de prosa y siete de teatro. Sera necesario conocer el significado de la palabra libelo. Segn el diccionario, el libelo (en la primera de sus acepciones) es un escrito infamatorio contra hombres y cosas. Hidalgo no se content con escribir libelos, sino que introdujo en sus cuentos y poemas las caractersticas de este gnero. Hidalgo tuvo un ego desmesurado y no vamos a indagar en ello, que es tarea de los psicoanalistas. nicamente indicaremos algunas facetas o componentes de su personalidad: era homofbico y racista. De lo primero tenemos una muestra en los ataques a Jos de la Riva Agero y Vctor Ral Haya de la Torre. De lo segundo es revelador el libelo dedicado a Clemente Palma. Adems, era antisemita. As lo demuestran sus colaboraciones en el diario Crisol, donde lo expresa con sus ataques obsesivos a Jorge Luis Borges. Era arbitrario. No extraa, entonces, que se ubicara en posiciones ideolgicas inconciliables (como el socialismo y el fascismo) solamente para llamar la atencin, escandalizar, o zanjar cuentas contra alguien. Estas actitudes lamentablemente han opacado las innegables virtudes de algunos poemarios suyos, como Poesa inexpugnable. Emple palabras duras e injustificadas contra Victoria Ocampo y la revista Sur. Del gran erudito mexicano Alfonso Reyes dijo que era un coleccionista de sonrisas. Proclamaba acerca de s mismo que, junto con Chocano, Vallejo y Eguren, era uno de los mejores poetas del Per. No dudaba en compararse con Pietro Aretino y hasta con Dante por su facilidad y contundencia para componer libelos. Hidalgo incluso escribi un poema libelista contra Po XII.

    OBRAS:

    PROSA

    1. Hombres y Bestias. 1918.

    2. Jardn Zoolgico. 1919.

    3. Muertos, Heridos y Contusos.

    4. Espaa no Existe.

    5. ndice de la Nueva Poesa Americana. 1926.

    6. Los Sapos y otras Personas. 1927.

    7. Diario de mi Sentimiento. 1937.

    8. Tratado de Potica. 1944.

    9. El Universo est Cerca. 1945.

    10. Aqu est el Anticristo.

    11. Por qu renunci al APRA. 1954.

    12. Manifiesto al Pueblo Peruano. 1959.

    13. Haya de la Torre en su vspera.

    TEATRO

    1. La Vida es de Todos. 1965.

    2. Tragicomedia de Juanita y Julio Csar.

    3. Su Excelencia el Buey. 1965

    4. La Tierra ser Cielo.

    5. La Mquina de Cspedes.

    6. Tawantinsuyo.

    7. Volcndida.

    POESA

    1. Arenga lrica al emperador de Alemania

    2. Voces de colores

    3. Descripcin del cielo

    4. Joyera

    5. Poesa de cmara

    6. Poesa inexpugnable.

    7. Simplismo

    8. Carta al Per

    9. Patria completa

    10. Historia peruana y verdadera

    11. Oda a Stalin

    12. Qumica del espritu

    13. Antologa personal

    SER HECHO A MANO

    El aire almacenado en los textos de fsica y de qumica como me satisface me enamora Ese es el aire que respiro. La luz para la memoria de los siglos en la pintura establecida por los colores siempre insomnes es la luz con que veo. El calor irradiado de los libelos y dems hogueras resplandecientes de odio equitativo es el calor que me circunda Mujeres de escultura y natacin a la existencia incorporadas de tanto presentirlas pueblan de jbilo mis ansias Si alguien pudiera escamotearme el suelo debajo de los pies mi cuerpo quedara bien parado le da levitacin la poesa. Si desnudo la msica me viste si cansado los libros me transfieren si mudo el verso me declama Aire luz y calor placer y suelo vestuario movimiento y habla con herramientas de ala y ptalo me los hago a medida de mi ser El hombre es un acto manual.

    SABAS QUE:

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    TEN PRESENTE

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    Lo que anda en ti contigo tan entre todas partes que lo dices y es cosa como de malas artes que se amontona y

    forma casi como una obra En el ltimo cuarto del siglo XX, Don Pepe ha sido el vivo resplandor de la poesa en Arequipa. Su barbado rostro lo encontr en todas las actividades culturales y en las presentaciones de libros de los jvenes aedas que inician su creacin literaria en nuestra ciudad. La vastedad de su obra potica (cerca de 20 ttulos) es una prueba del diario afn por pervivir entre los versos de la literatura peruana. El reconocimiento y valoracin de su escritura ha sido paulatino y el acercamiento de las nuevas generaciones a su persona ha sido casi obligatorio a la par que reconfortante. Esta entrega maravillosa del barbado y ya anciano vate ha sido calificada de plenamente humana, impregnada del avatar del hombre moderno y de un lenguaje aprisionado entre lo barroco y lo clasicista. La conversacin disparatada y casi monolgica que me ofreci desde su hogar a la vera del Chili, fue producto de una interrupcin a su siesta vespertina combinada con la solucin de un crucigrama. En ella podemos percibir una visin ms cercana de quien no ha hecho ms que frutar versos desde lo recndito de su sensible ser hasta convertirse en un verde y hmedo ramaje cobijado entre sillares y estremecido por nevadas o temblores. 1928.- Jos Ruiz Rosas naci en Huacho (Lima) el 14 de mayo, pero vive en Arequipa desde 1949. Se cas con Teresa Cateriano Docarmo, teniendo cuatro hijos y a la fecha cuatro nietos. 1945.- Postul a la facultad de Qumica en la UNMSM. 1947.- Postul a la facultad Periodismo a la Universidad Catlica. 1949.- Postul a la facultad Educacin en San Agustn, pese a que su padre hubiera preferido que estudiara qumica o farmacia para conducir el pequeo negocio familiar. Don Pepe, como lo llaman sus amigos, gan los juegos florales universitarios y desde entonces no ha dejado de escribir y animar la vida cultural de la ciudad blanca. 1951.- Public Sonetaje y en 1968 Urbe. 1953.- Durante muchos aos Ruiz Rosas estuvo tras el mostrador de una surtida librera llamada Trilce, ubicada muy cerca de la plaza de Armas. 1990.- La Universidad de Arequipa public su obra bajo el ttulo de Poesa Reunida. Ha sido, adems, director de la filial arequipea del INC. Cuando su pequeo hijo Alonso enferm de una apendicitis comenz a inventarle adivinanzas en verso para entretener su convalecencia. ltimamente estos bellsimos y sesudos Enigmas han

    sido reeditados por Antares. La poesa de Pepe Ruiz Rosas es clsica, por la hondura de sus temas: la muerte, el amor, la distancia, la soledad, y por el pulcro uso del idioma castellano. Sin embargo su singular voz logra siempre arrancarle conceptos nuevos a las palabras y dejar la marca de una mirada inteligente y vigilante. 1. Cul era su visin de esa Arequipa que a usted lo recibe desde la perspectiva de la literatura, con qu personajes, con qu poetas se relaciona? Vine el ao 49, sin haber conocido antes a literatos arequipeos sino por lecturas, por libros, por antologas; me interes la calidad de esos poetas, no los busqu, no estaba en busca de relacionarme. He sido un poco arisco, quiz solitario. Es despus cuando abrimos la librera que fui conocindolos porque iban por ah, por ejemplo don Csar Atahualpa Rodrguez. 2. Hay alguna revista o peridico, en Arequipa, donde publica su primer texto? En un peridico, en "El Pueblo", publicaba de vez en cuando poemas con un seudnimo: ngel Robledo. Despus publique en la revista Homo", de tres poetas: scar Valdivia, Ana Mara Portugal y Tonny Ramrez (ah y de Jos Limache, este ltimo, me olvidaba); en el nmero 4 me pidieron unos poemas y los publicaron, pero no hubo nmero 5 porque la revista quebr. Como despedida editaron Urbe-Retorno a Tiempos. 3. Al final en la dcada del 60 usted publica La noche vaca y Urbe. El significado de Urbe, tiene algo que ver con la ciudad o simplemente es un motivo? No, no, no es justamente relativo a la ciudad porque los poemas que contiene son de ese carcter, de lo que uno vive o ve en la ciudad; escriba bastante de esos poemas, apareci uno en la revista Hombre y Mundo, que no est en el libro; y al mismo tiempo que "Urbe", hubo un librito pequeo, Retorno a Tiempos, que fue un contacto con los poetas de ac, porque dos aos seguidos, 67 y 68, yo estuve estudiando educacin, hubo concursos organizados por la FUA, entonces mand sendos libros de poemas, uno escrito en ese tiempo y otro que escrib a los 19 aos cuando estaba en Lima para ser de la misma edad de los que concursaban y no parecer tantos aos mayor. El 67 gan el 1 y 2 premios con los poemas de ese ao y con los que escrib en el 48; y el 68 gan el 1 premio con Retorno a Tiempos, y ese mismo ao gan el 1 premio de cuento con Empleado no se necesita, que ms o menos habla de cuando yo buscaba trabajo sin experiencia; eso me hizo ir ganando amigos porque ya me hice conocido como poeta. Antes de eso no, era comerciante de libros, era empleado. No apareca en los crculos literarios. 4. En ese momento usted considera ya que define su expresin potica por el estilo que ms o menos ya fue perfeccionando con los aos? S, me parece que s. Porque al mismo tiempo que lo interno, el sentimiento mo, va el otro sentimiento, el de ver todo el contorno; ambas cosas estn siempre en los poemas, a veces hasta en los de amor que no son muchos... En los aos 70, el tema del que es quizs el libro ms celebrado de toda su obra, La Sola Palabra, gira hacia la misma poesa. 5. Esto es por una necesidad expresiva o simplemente porque usted quera explicar esa experiencia con la poesa? Por eso mismo, por lo segundo, porque me he considerado siempre poeta, no me he relacionado, pero he considerado que lo que tengo que hacer, y lo que ms deseo hacer, son poemas. Esto es leerlos tambin, todo lo que sea posible, en espaol, y escribirlos. Puede quiz pensarse en lo que dijo Martn Adn: Poesa no dice nada / Poesa se est callada / Escuchando a su propia voz. Porque cada poeta tambin tiene bastante amor propio, que le sirve a s mismo, a veces se cree un depsito de grandezas o de muchos sentimientos, lo que tenemos todos.

    SABAS QUE:

    :

    ENTREVISTA

    :

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    Lo que hace el poeta es buscar la forma de decirlo mejor, de hacer algo que sea agradable dentro de lo que escribe, a veces tambin ciertas cosas pueden ser malas. 6. Usted ha tratado temas poticos especficos: Urpi, por ejemplo, de la paz; y El Elogio a la danza sobre la danza. Cmo logra concentrar toda su potica en esos temas? Sobre la paz porque son tantos aos oyendo, viendo la guerra desde el colegio, en el primer ao fuimos a una marcha, en la ciudad de Huacho donde estudi la segundaria (debido a que soy asmtico), porque empez la guerra con Ecuador, ao 41 o 42. Delante de la marcha del colegio estaba un obispo que fue desde Lima; y yo pensaba que seguro en Guayaquil, en Quito, estaran haciendo las mismas marchas, antiblicas, y tambin presididas por un obispo adelante. 7. Pero usted ha mencionado tambin la soledad, la soledad es muy honda, la de cada uno: Yo tengo familia, amor, esposa, hijos, pero a veces la soledad es muy intensa, se siente, y sobre eso tambin se escribe porque es algo que est con uno, es una especie de compaera. Viene a suplir algunas compaas que no tengo. Yo voy a muchas actividades que hay ac pero no soy tan sociable, soy ms bien algo soledoso, algo prioritariamente cohibido, tambin debe de ser timidez y si se habla de la soledad, digo, se habla de la poesa. 8. En el texto Vecino de la Muerte hay al final del libro una pgina donde se coloca una craneografa, creo que sera: Una calavera, y todo ese poemario tambin tiene un tema especfico, la muerte. Es un dilogo con la muerte Ese libro, "Vecino de la muerte", lo escrib en Tacna. Yo trabaj en Tacna de empleado en la universidad que ahora es Jorge Basadre. Y aunque viajaba cuatro veces al mes no me senta muy bien, entonces escrib bastante de esos poemas en Tacna y los ltimos en el hospital donde fui operado. Ese crneo que se ve es el mo, tiene una raya de una cada que tuve a causa de la epilepsia, un testimonio un poco irnico porque dice estar cerca de la muerte, caerse. Y tambin hay una foto en la que estoy con un maletn, eso fue en Camiara (en la frontera entre Moquegua y Tacna) donde haba que esperar (de venida) un par de horas por la inspeccin del contrabando. La muerte no slo nos espera a todos sino que con las enfermedades nos acosa y nos amenaza tambin. Hay que esperarla, pues. 9. Hay un libro curioso, Enigmas. Si uno mira toda su produccin, se pregunta, este librito qu hace metido ah? Empec a escribirlo porque uno de mis hijos estaba enfermo en una clnica, iba a ser operado de las amgdalas, yo iba a visitarlo; me permitan estar ah hasta tarde y era aburrido para l y para m estar ah. l no poda casi hablar, entonces se me ocurri hacerle algunos enigmas a ver si lo solucionaba pues estaba ah echado. Fui haciendo bastante. Bueno, son 100 enigmas que publiqu en Tacna en el ao 82 y despus otros cien en Arequipa, todos los mand a Cuba, a un concurso. Aos despus, public los dos libros juntos, 200 enigmas. En Lima, Benavides de Antares, Artes y Letras public los 200 enigmas en un bello librito; esa es la historia de mi libro de poemas pequeitos que no lo parecen pero que son, y que tienen una caracterstica en relacin a los dems libros, de no llevar la respuesta. 10. En la antologa: Poesa Reunida, Usted cree que ah est la base esencial de su obra potica? Es probable, porque yo hice esa antologa con Alonso (Ruiz Rosas), que fue editada ac. Mi hija que viva en Alemania trabajando de traductora, de intrprete y estaba en ese momento en Espaa, don para ese libro 500 dlares, y luego este libro sali bajo el sello de la UNSA. Ese libro es mo, emocionalmente, pero tiene la cartula con grabados de Miguel ngel Espinoza Salas y de Ramiro Pareja. Le dijeron a Espinoza Salas en una reunin en la casa de Juan Carpio Muoz que deseaban hacer unos grabados para un libro mo, que se llama "Llaqui Urpi", que quiere decir paloma triste; e hicieron grabados de esa paloma, esa paloma entre sillares que ve en el grabado en la pared. Es por la matanza de la paloma de la paz y

    para esa paloma es el ltimo verso: Paloma de la paz triste y herida". Muy expresivamente, lo que yo opino est dentro de ese ltimo verso. 11. Cmo las nuevas generaciones de poetas se han ido acercando hacia usted, desde qu ao? Por ejemplo, cuando en el ao 75 usted llega al INC, hay una situacin que para nosotros -por lo menos para esta generacin- es importante, esa faceta de la promocin cultural. De tal manera que los jvenes han ido acercndose como usted cuenta hasta hoy. S pues, es agradable, es decir, eso est en oposicin a lo que yo, como dije al comienzo, no buscaba relacionarme. Yo no soy tan sociable. Y eso es perjudicial a la larga. Ahora algunos poetas publican su primer libro, y me dicen que yo sea el que haga el prlogo. Lo hago muy contento. Se debe ayudar y se debe dar a conocer al pblico lo que se escribe, para eso se publica. Hablar de lo que est saliendo es importante, tengo obras de autores conocidos, pero mayormente de autores jvenes, y los tengo guardados, tengo copias de casi todos, en orden alfabtico. Mis opiniones sobre la poesa son una forma de colaborar con sta. Y si se pudiera decir que yo fui un colaborador en esa actividad, me alegra. El nombre de la librera era de poesa para eso, para atraer, era "Trilce", sigo pensando que "Trilce" significa triste y dulce, o sea Vallejo uni ambas palabras. 12. Qu expectativa tena en la poesa cuando era joven, qu era lo que usted miraba en este oficio? Mi expectativa era ser un buen poeta. He ledo ha bastantes poetas desde muchacho. Existe un sentimiento de emulacin y de tener tambin xito. Eso le dije a mi seora cuando nos conocimos, que era poeta, no estudiante y no pensaba en una profesin, sino que era poeta. Estuvimos enamorados y nos casamos, ella no esperaba otra cosa porque saba que la profesin de un poeta es hacer poemas y al mismo tiempo era la de no tener recursos. 13. Qu poetas tena como modelo cuando usted era joven? Vallejo lo era siempre, desde que sal del colegio. Apenas llegu a Lima, vi en la librera esos libros conocidos, Vallejo, Hidalgo, Martn Adn, toda esa poca del 46, 47, 50 y compraba tambin libros de los notables poetas espaoles y de Amrica. Siempre he guardado libros en mi biblioteca, ahora tenemos una buena biblioteca de poesa arequipea, peruana y universal. Digo "tenemos" porque mi familia contribuye mucho con eso. Es una manera de honrar a los poetas ms importantes, a los que me han impresionado. 14. En el caso de esta distincin, de repente imprecisa, entre poeta de la lengua y poeta de la vida, dicen que usted tiene preferencia fundamentalmente por el trabajo del poema en la lengua, o sea, jugar con ella, recrearse. Pero creo que esto no impide tambin que la lengua refleje la vida, creo que esas son preferencias. Usted qu cree? Bien dicho. En la poesa, el uso de la palabra debe lograr la pureza, la propiedad de cada palabra con relacin a lo que ests sintiendo y que sea agradable, porque tambin se pueden decir muchas imgenes en prosa. El poeta debe tratar de perfeccionar su oficio, su profesin. Su casa del poeta Jos Ruiz Rosas queda en la calle Villalba, casi frente al ro Chili. Es una casa colonial tpicamente arequipea. De sillar, con patio empedrado y flores, y una de sus habitaciones de bveda alta est destinada a su biblioteca. Literalmente llena de libros hasta el techo, con pasillos formados por estantes y un escritorio con algunos (decenas, cientos, miles?) de libros por leer o de plena lectura. En ese otro mundo hablamos las dos veces y las dos veces perdi una carta de su hija Mara Teresa. las dos veces estaba sentado sobre la carta tantas veces buscada. La primera vez que hablamos fue para pedirle, por favor, que me acompaara en la presentacin de mi primer libro y que le hiciera un comentario.

    LO ULTIMITO DE DON PEPE:

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  • Alexander Fleming 20 aos insuperables en tu preparacin

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    GUA 1 - CIENCIAS

    Su gentileza de aceptar la propuesta fue el inicio de la amistad. Algunos aos despus lo volv a visitar en su laberntica biblioteca para una entrevista periodstica y tuve la suerte de leer casi diez tomos de poesa indita, cuidadosamente encuadernada con tapas como las de las tesis universitarias (mientras yo lea l buscaba la carta perdida). Algunas veces, en esa actitud tan juvenil que lo caracteriza, nos "escapbamos" a comer ceviche, rocoto relleno y bebernos algunas cervezas junto a otros poetas rebozantes de juventud y sed (Rolando Luque y Luzgardo Medina) y disfrutbamos tanto de la comida como de la conversacin que "se nos haca tarde". En una oportunidad los tres tuvimos que recorrer de regreso las calles que nos llevaron a un restaurante en busca de la mquina de escribir de Don Pepe, que qued olvidada por ah. He encontrado esta foto en internet y, s, as pone los ojos cuando algo lo maravilla y a quin no lo maravilla un rocoto relleno? Tiene ms de veinte libros publicados, varios de ellos en ediciones europeas o mexicanas (donde gano un premio de la Univesidad Autnoma con ese memorable "Elogio a la danza") y otro tanto de ediciones "no venales" con no ms de cincuenta ejemplares editados entre amigos, casi a mano, que los jvenes fotocopiaban con fervor. Las ltimas veces que lo vi en Arequipa fue en los homenajes que le hacen. Tiene la barba ms grande y mejor cuidada, el pelo blanqusimo, camina con ms cuidado y guarda la elegancia, caballerosidad, cultura y buen humor que lo convirti para muchos jvenes en una imagen viviente de poeta, de poesa, de hermano mayor. De l aprendimos eso de que la fama no nos sirve y que no hay nada ms ntimo que la poesa, que la humildad debe estar siempre en una mano y el corazn en la otra. Acaban de hacerle otro homenaje incorporndolo a la Academia Peruana de la Lengua.

    OBRAS:

    1951 Sonetaje, Arequipa

    1966 Esa noche vaca

    1967 Retorno a tiempos, Arequipa

    1968 Urbe

    1976 La sola palabra

    1980 Elogio de la danza

    1976 Arakn

    1978 Tienda de ultramar

    1982 Dilogo a solas

    1985 Vecino de la muerte

    1989 La eterna

    1992 Poesa Reunida (antologa)

    1991 Variaciones ungarticas

    1992 Silvas

    1994 Si desde ti te vivo

    1994 Imgenes

    1995 Navega poesa

    1997 Segundo libro de estigmas

    2000 La primera slaba

    2001 Proximidades

    2001 El juego

    2000 Pasiones

    2001 Estrato

    2002 Hatojos

    YO TENGO UN SOL OPACO

    Yo tengo un sol opaco en la mirada puesto a secarse all como una estopa y me ciega de veras, porque abundan marginadas estrellas en los prpados

    que concurren a diario entre la sombra, leve delito de la luz, que cuaja

    en pretritas lgrimas de infancia y, durecidas pstulas, legaas

    estorban todo el porvenir del mbito, miran apenas huellas, ms por tacto, ms por olfato que por fiel vislumbre.

    Yo tengo el ojo as, trbido y tenue, pegado al microscopio, sin los giles

    desplazamientos de hmedos microbios atender, con la voz puesta de bruces

    convertida en silencio desde el tiempo, desde las hspitas cavernas, desde la pelambre aterida, desde el rayo divinizado, desde el rbol mgico.

    <

    Yo tengo el tmpano ms bien ligero, el martillo en metal endurecido

    como un desnudo afn de lluvias, como un onanista enfermo en resonancias,

    acuclillado caracol, dormido estribo en los galopes de la noche, odo en tajo al sol y a las tinieblas

    como hendida raz de intermitencias resonando en porqus y cundos, ecos

    de los ecos que moran en el aire, de lo que respiramos, convencidos

    de asegurar las ondas sin estrpitos, las paredes abiertas por las tcnicas trayndonos mensajes y leyndonos en alta voz las cosas ms distantes, ah laberinto al que retorna Ddalo como herida paloma, eterno caos

    que vuelve al punto umbilical ya seco.

    Yo tengo el tacto ardido, porque toca alguna vez la yema el frasco ajeno,

    la mejilla pueril que riega el ojo, la piel de la mujer, plena de esencias,

    la insensata moneda que acaricio en veces, yermo smbolo palpable,

    y esta verdad ambiente en que ambulamos del catre, de la mesa, de la ropa,

    hasta llegar al ms purificado papel, pgina en blanco del poema, margen desgarratriz de lo sensorio, sutil profanacin, cosa en la cosas, elctrico y sensual presentimiento en claros eslabones y ataduras,

    en diligentes florescencias nuticas al azar controladas por crongrafos, entre la estricta realidad sumerso

    con instantneas fugas palpebrales.

    Yo tengo, cual t tienes tan sin duda, este incmodo espejo en vano huero,

    este acstico umbral siempre horadado, esta sepulta crcel transente

    aminados al cielo, en los compases de qu mefisto ingenio calculados.

  • Alexander Fleming 20 aos insuperables en tu preparacin

    GUA 1 - CIENCIAS 330

    la nia est vestida de blanco, su cabello huele a mueca y a un beso ntido de abril

    1874.- Nace Jos Mara Eguren en Lima el 07 de Julio. 1880.- Como consecuencia de la ocupacin del ejrcito chileno en Lima, fue llevado a vivir a la Hacienda Chuquitanta, donde su padre se desempeaba como administrador. Su sensibilidad artstica bsicamente estuvo influenciada por: a) el paisaje natural, b) la msica clsica - creci escuchando las melodas interpretadas por su hermano mayor Jorge- y c) la literatura infantil, sobre todo el cuento infantil europeo. 1884.- Inicia tardamente sus estudios escolares en el Colegio La Inmaculada, pasando luego a estudiar la secundaria en el Instituto Cientfico dirigido por el doctor Jos Granda. Abandono los estudios, pero l mismo confes que su principal formacin la haba recibido en casa por parte de su hermano mayor, Jorge, quien dirigi los estudios inciales de Eguren. 1897.- Eguren se traslad a Barranco, luego del fallecimiento de sus padres y con sus hermanas, Susana y Anglica, que permanecieron toda la vida soltera y de las que nunca se separara. 1899.- Eguren inicia su carrera literaria publicando sus primeros poemas en la revista Lima ilustrada. Eguren testimonia as su iniciacin en Motivos estticos. 1911.- Es el ao de la publicacin de Simblicas que marca el inicio de nuestra poesa contempornea. Comentada y elogiada por algunos amigos en Ilustracin Peruana, pero no tuvo buena acogida por la crtica oficial, entre ellos de Clemente Palma. Pese al silencio oficial Eguren se impuso como poeta y fue reconocido por aquellos visionarios de Colnida, reconocido como verdadero e incomparable maestro. 1916.- El nmero dos de la revista Colnida del 1 de febrero fue dedicado a Eguren. Encabezaba la portaba un dibujo de Eguren hecho por el propio Abraham Valdelomar. Ese mismo ao dos meses despus se publica La cancin de las figuras, segundo libro de Eguren, con una dedicatoria a Manuel Gonzlez Prada. 1924.- Pedro Zulen a su llegada a Lima publico en el Boletn Bibliogrfico de la Biblioteca de la Universidad de San Marcos en el mes de diciembre una amplia seleccin de los poemas de Eguren con poemas de sus dos primeros libros, as como del indito Sombra y del poema ms extenso escrito por el poeta Visiones de enero. 1928.- En Los siete ensayos de la realidad peruana de Jos Carlos Maritegui, en el ensayo El proceso de la literatura, Maritegui

    incluye un captulo sobre la poesa de Eguren donde no repara en elogios al poeta simbolista. 1929.- Eguren contino viviendo en Barranco, en la tercera de las casas que habit en ese balneario, frente a la plazoleta de San Francisco. 1931.- Se agudiza la crisis econmica de Eguren y se vio obligado a aceptar un empleo como Director de la Biblioteca y Museos Escolares del Ministerio de Educacin. Este cargo lo desempeo hasta 1940 puesto que ese ao no se designo el respectivo gasto en el presupuesto de la Republica. Ciro Alegra ha contado como Eguren hacia el trayecto a pie desde Barranco hasta el centro de Lima. Es por esto que Eguren tuvo que dejar su casa de Barranco e instalarse en un cuartito de la avenida La Colmena. 1941.- En junio, Jos de la Riva Agero le comunica su eleccin como miembro de la Academia Peruana de la Lengua Espaola. El reconocimiento de quienes lo ignoraron lleg demasiado tarde, Eguren se encontraba mal de salud, le quedaba un ao ms de vida. 1942.- Fallece nuestro gran poeta, la madrugada del 19 de abril a los 68 aos de edad.

    Ya en vida de Eguren algunos comentaristas (Enrique Bustamante y Ballivn, Enrique A. Carrillo, Jos Carlos Maritegui, Jorge Basadre, Estuardo Nez y Emilio Adolfo Westphalen, verbigracia) reconocieron la enorme importancia de su poesa: no slo superaba en calidad a todo lo producido hasta entonces en la poesa peruana, sino que constitua el primer fundador o forjador de una tradicin potica que se mantendra vigente en las generaciones posteriores (rol que nunca alcanzaron ni Melgar, ni Salaverry, ni Gonzles Prada, y que slo ostent en un lapso breve Chocano), en tanto significaba el primer poeta genuinamente moderno o contemporneo de nuestras letras. Este sitial ha sido confirmado por los creadores y crticos de la generacin del 50, as como de las promociones siguientes. Ocurre que, aunque inserto en gran medida dentro de la esttica del Modernismo (a tal punto que siempre crey que haba temas y palabras poticos frente a temas y palabras prosaicos, admitiendo se desazn frente al lenguaje librrimo y omnvoro de Vallejo), Eguren transcendi ampliamente los lmites usuales de la poesa modernista, siendo el primer postmodernista peruano y uno de los ms notables de la literatura hispnica. De un lado, bebi poco del parnasianismo, el impresionismo y el decadentismo, las fuentes ms socorridas de la poesa modernista; en cambio, sintoniz cabalmente, sin parangn en la lengua espaola (y sin caer en la copia servil, trazando una aventura propia original), con el Simbolismo, corriente ms caracterstico. Y el Simbolismo recordemos fue la corriente potica que ms contribuy, en el ltimo tercio del siglo XIX y comienzos del XX, a instalar la modernidad a plenitud, haciendo trizas la poesa tradicional: invitando a la sugerencia, la polisemia abierta, la referencia abstracta (no figurativa, para decirlo en trminos pictricos) y la autonoma del lenguaje potico (en una lnea propicia a la poesa pura). De otro lado, sigui con entusiasmo las propuestas cubistas y surrealista, aunque asumi moderadamente rasgos de ellas, sin dar el salto al Vanguardismo. Aadamos que, adems de sus poemarios, labr un conjunto originalsimo de prosas con mucho aliento potico: Los Motivos. Tambin fue un talentoso pintor y fotgrafo.

    FJATE EN ESTO:

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    OBRAS:

    EN VERSO:

    1. Simblicas 2. La cancin de las figuras 3. Sombras 4. Rondinelas 5. Poesas completas

    ENSAYOS:

    1. Pedrera del mar 2. Motivos estticos 3. Metafsica de la belleza 4. El ideal de la vida

    LA NIA DE LA LMPARA AZUL

    En el pasadizo nebuloso

    cual mgico sueo de Estambul,

    su perfil presenta destelloso

    la nia de la lmpara azul.

    gil y risuea se insina,

    y su llama seductora brilla,

    tiembla en su cabello la gara

    de la playa de la maravilla.

    Con voz infantil y melodiosa

    en fresco aroma de abedul,

    habla de una vida milagrosa

    la nia de la lmpara azul.

    Con clidos ojos de dulzura

    y besos de amor matutino,

    me ofrece la bella criatura

    un mgico y celeste camino.

    De encantacin en un derroche,

    hiende leda, vaporoso tul;

    y me gua a travs de la noche

    la nia de la lmpara azul.

    Ah Si ella me mirara no s qu hara con mi alma ni donde ocultara lleno de temor mi corazn!

    1888.- Naci en Ica. Fue el sexto de sus hermanos. Su primera infancia discurri en el decorado ardiente y plcido del oasis iqueo. Ms tarde, llevado pro su padre, se traslad a Pisco. La primera visin del mar abri en su alma una sed infinita de aventura y de poesa. Llegado a Lima, mozalbete ya, ingres en el colegio Guadalupe, donde fund y dirigi un pequeo vocero, La idea Guadalupana, en colaboracin con Manuel Bedoya. Concluidos sus estudios secundarios, se matricul en la Escuela de Ingenieros y despus en la Facultad de Letras de San Marcos, no pudiendo concluir su carrera a raz de haber abrazado la poltica a favor de Billinghurst, de quien fuera ardoroso propagandista dentro de los claustros universitarios. Empez a escribir en El Per Ilustrado, Aplausos y Silbidos y Gil y Blas, alternando en esta actividad periodstica con el dibujo y la caricatura. 1913.- Triunfante la candidatura de Billinghurst, en cuyas filas desempeaba la secretara privada, fue nombrado director del diario oficial El Peruano y poco despus, secretario segundo de la legacin peruana acreditada en Italia; esto es en el viejo continente es donde se ampla y enriquece la rbita de su visin esttica. Las obras de los grandes maestros del Renacimiento que desfilan ante sus ojos en Florencia, Roma y Venecia, el influjo del arte dannunziano que envuelve apotesicamente la literatura de entonces, le sugieren nuevas formas y, colmado espiritualmente por estas novedades de embriaguez y alucinacin, vuelve al Per y empieza su labor fecunda y revolucionaria. Ingres en la plana de redactores de La Prensa. All populariz su seudnimo de El conde de Lemos. Tuvo a su cargo diferentes secciones de informacin y de crtica. Decoraciones de nfora fue una de las secciones que ms vidamente se lea en nuestros corrillos literarios. Deslizbase su vida entre el Palais Concert y el Restaurant Zoolgico. Por aquella poca public La Mariscala, obra que dedic a Jos de la Riva Agero, de quin era secretario. Fund y dirigi la revista Colnida, agrupando en torno a ella a los intelectuales que traan una inquietud renovadora. Esa, sin duda alguna, fue la poca ms brillante de su vida. La publicacin de la revista alcanz apenas cuatro nmeros. Pero bastaron estos cuatro nmeros para marcar nuevos derroteros al pensamiento y la palabra. Poco despus aparecieron El Caballero Carmelo y Belmonte el trgico. 1918.- Se dirigi al norte en gira de conferencias, despus lo hizo al sur: Ica, Moquegua, Arequipa, Puno. Por entonces ya se presentan hondas palpitaciones reformistas de carcter poltico y social.

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    GUA 1 - CIENCIAS 332

    1919.- Fue elegido representante al Congreso Regional del Centro. De resultas de una cada, la noche que se le agasajaba en Ayacucho, dej de existir el 1 de noviembre de 1919. Tal su rpida y accidentada existencia. De no haber muerto tempranamente, sera hoy, y con todos los derechos, el ms grande y fino narrador de la novelstica peruana. El Conde de Lemos Seudnimo de Valdelomar no era un escondite, pues todos los lectores saban quin estaba detrs de ese aristocrtico ttulo. Por lo general se dice que adopt tal seudnimo para provocar a la alta clase limea, que siendo l un zambo de modesto origen no tena reparos en blasonar de un ttulo nobiliario; al mismo tiempo sera un homenaje a la Lima antigua, a la Lima de los Virreyes, a la que Valdelomar evoca en algunas de sus obras con nostalgia. No falt algn despistado que quiso demostrarle que no descenda del verdadero Conde de Lemos que fue Virrey del Per entre 1667 y 1672. Manuel del Priego, en su reciente biografa del escritor, ha explicado con sentida emocin la verdadera nobleza de Valdelomar: Proceda Valdelomar de una familia de clase media y no tena ttulo nobiliario alguno, pero lo distingui su nobleza real, no debida al linaje sino a los propios mritos, segn la idea cervantina cada uno es hijo de sus obras. Al margen de las poses y los desplantes que gastaba para llamar la atencin, era un hombre sencillo, bueno y generoso, identificado con el pueblo y posea autntica aristocracia espiritual. (Valdelomar, el Conde Plebeyo) El Dandy Sin duda Valdelomar quiso serlo a la manera de Oscar Wilde, el escritor britnico. Para ser un dandy haba que vestir con extremada elegancia y buen tono, usar monculo, ser despectivo con los poderosos, rechazar la vulgaridad, ser levemente sofisticado y equvoco, si no francamente homosexual y sobre todo, admirarse a s mismo. Valdelomar termin su aprendizaje de dandy en Roma y regres usando quevedos con cinta bicolor, guantes, escarpines, camisa de flotante cuello, cinismo, insolencia y siempre una irrestaable ternura, esa ternura que le baaba como un agua lustral. (Valdelomar o la Belle poque). Valdelomar en algunas ocasiones firm como "Val del Omar", aludiendo a un ancestro rabe. De temperamento gil, inquieto, extrovertido, hizo un culto de la pose, del esnobismo y el escndalo. Dueo de una fecunda inspiracin literaria, incursion en varios gneros literarios: poesa, cuento, novela, ensayo y drama. Su aficin por el dibujo lo lleva a enriquecer su pluma, pues transfiere al lenguaje las cualidades propias del pintor, dando colorido y dinamismo a sus relatos. (As mismo su entraable amigo Jos Limache con su quimera Eldeicita participaron en ciertas publicaciones en el diario La Prensa). Se pueden distinguir dos momentos literarios en su obra: 1. En el primer momento su personalidad inquieta se adorna de

    poses, de gestos presuntuosos y atrevidos. Su pluma gil toma temas exticos y los perenniza en sus cuentos: Cuentos yanquis, Cuentos chinos, La ciudad muerta y La ciudad y los tsicos; para completar su carcter snob firma con el seudnimo de "Conde de Lemos".

    2. El otro momento de su estilo aparece en sus cuentos regionales,

    en donde el paisaje provinciano es expresado a travs de los recuerdos de un artista puro. Los recuerdos familiares estn siempre presentes y afloran de sus lneas sentidas, dolorosas. La nostalgia de su tierra natal

    durante su estada en Italia y su reencuentro en Pisco con la "aldea encantada" sern una constante en sus futuras composiciones.

    En esta segunda etapa narrativa se distinguen tres aspectos: a. Abandono de temas exticos y amanerados. b. Culto al ruralismo, en donde pinta literariamente cuadros buclicos. c. Predileccin y ejercicio del cuento corto. Tamayo Vargas afirma: "Las reacciones estticas ante el paisaje con el recuerdo de la vida simple del pequeo pueblo costero donde pasara su infancia lo llevan a la coleccin de cuentos, encabezados por El Caballero Carmelo, donde refleja su ternura que podemos llamar universal o pantesta. No hay otro prosista en nuestra literatura, en quin el recuerdo de la infancia est presente con tanta fuerza en sus narraciones. En El Caballero Carmelo evoca el hogar, la oracin antes de las comidas, los pasos suaves de su madre, los animales en el corral incluso la fragancia del pan caliente. En Yerba santa, evoca los sonidos, olores, costumbres, durante la Semana Santa, incluso los dulces que se coman en esos das y la ropa que vesta la gente durante su visita a la iglesia. Otro elemento constante en su obra es el mar, que es evocado con dulce recuerdo sobre arena mrbida que azota sombreando la cabaa vigila una palmera y junto al pescador gira la alba gaviota. No debemos olvidar que Valdelomar fue ante todo periodista, y plasm en sus artculos poesa y belleza, cultivando casi todos los gneros literarios.

    CARACTERSTICAS DE SU OBRA: 1. Se le puede considerar como el iniciador del cuento criollo con El

    Caballero Carmelo, Yerba santa, entre otros 2. Su poesa y prosa tienen un lenguaje familiar, con gratos y

    dolidos recuerdos de infancia que crecen a la sombra de la casona paterna, el cercano mar, el campanario.

    3. Es un pintor de costumbres, detallista y minucioso en las descripciones de situaciones, paisajes y personajes.

    4. Su lenguaje es claro, expresivo y breve, trasladando al lector al mundo narrado.

    OBRAS

    CUENTOS:

    1. Cuentos Yanquis 2. Cuentos Chinos 3. El Caballero Carmelo 4. El hipocampo de oro 5. Los hijos del Sol (El vuelo de los cndores.

    Hebaristo, el sauce que muri de amor. Los ojos de Judas. Camino hacia el mar. El alfarero. El extrao caso del seor Huamn. Yo tena un gabn color avellana. Mi amigo tena fro y yo un abrigo color cscara de nuez. El buque negro. La virgen de cera. Camino al sol. El palacio de vidrio).

    NOVELAS:

    1. La ciudad de los tsicos 2. La ciudad muerta y crnicas de Roma 3. Yerba Santa 4. La Mariscala

    TEATRO:

    1. Verdolaga 2. La Mariscala 3. El vuelo

    ENTRATE:

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    ALGO MS:

    :

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    GUA 1 - CIENCIAS

    ENSAYOS:

    1. Con la argelina al viento

    2. Belmonte el trgico 3. Psicologa del gallinazo 4. Decoraciones de nfora 5. Brillantes inconexiones estticas

    POESA:

    1. Las voces mltiples 2. El hermano ausente en la Cena Pascual 3. Tristitia 4. La danza de las horas 5. La ofrenda de Odhar 6. Ofertorio 7. Yo pecador 8. Confiteor 9. He vivido mi alma

    EL CABALLERO CARMELO

    I

    Un da despus del desayuno, cuando el sol empezaba a calentar vimos aparecer, desde la reja, en el fondo de la plazoleta, un jinete en bellsimo caballo de paso, pauelo al cuello que agitaba el viento, sampedrano pelln de sedosa cabellera negra, y henchida alforja, que picaba espuelas en direccin a la casa. Reconocmosle. Era el hermano mayor que, aos corridos, volva.

    Salimos atropelladamente gritando: - Roberto! Roberto!

    Entr el viajero al empedrado patio donde el orbo y la campanilla enredbanse en las columnas como venas en un brazo y descendi en los de todos nosotros. Cmo se regocijaba mi madre! Tocbalo, acariciaba su tostada piel, encontrbalo viejo, triste, delgado. Con su ropa empolvada aun, Roberto recorra las habitaciones rodeado de nosotros; fue a su cuarto, pas al comedor, vio los objetos que se haban comprado durante su ausencia, y llego al jardn:

    - Y la higuerilla? dijo.

    Buscaba, entristecido, aquel rbol cuya semilla l mismo antes de partir. Remos todos:

    - Bajo la higuerilla ests...

    El rbol haba crecido y se meca armoniosamente con la brisa marina. Tocole mi hermano, limpi cariosamente las hojas que le rozaban la cara, y luego volvimos al comedor. Sobre la mesa estaba la alforja rebosante; sacaba l, uno los objetos que traa y los iba entregando a cada uno de nosotros. Qu cosas tan ricas! Por donde haba viajado: Quesos frescos y blancos, envueltos por la cintura con paja de cebada, de la Quebrada de Humay; chancacas hechas con cocos, nueces, man y almendras: frijoles colados, en sus redondas calabacitas, pintadas con un rectngulo del propio dulce, que indicaba la tapa, de Chincha baja; bizcochuelos, en sus cajas de papel, de yema y harina de papas, leves, esponjosos, amarillos y dulces; santitos de piedra de Guamanga tallados en la feria serrana; cajas de manjar blanco, tejas rellenas, y una traba de gallo con los colores blanco y rojo. Todos recibamos el obsequio, y l iba diciendo al entregrnoslo:

    - Para mam... para Rosa... para Jess. - ...para Hctor... - Y para pap?- Le interrogamos, cuando termin. - Nada - Cmo? Nada para pap?... - El Carmelo!

    A poco volvi ste con una jaula y sac de ella un gallo que ya libre, estir sus cansados miembros, agit las alas y cant estentreamente:

    - Cocorocooooo!... - Para pap!- dijo mi hermano.

    As entr en nuestra casa este amigo ntimo de nuestra infancia ya pasada, a quien acaeciera historia digna de relato; cuya memoria perdura an en nuestro hogar como una sombra alada y triste: El Caballero Carmelo.

    II Amaneca en Pisco, alegremente. A la agona de las sombras nocturnas, en el frescor del alba, en el radiante despertar del da, sentamos los pasos de mi madre en el comedor, preparando caf para pap. Marchndose ste a la oficina. Despertaba ella a la criada, chirriaba la puerta de la calle con sus mohosos goznes; oase el canto del gallo que era constante a inrvalos por todos los de la vecindad; sentamos el ruido del mar, el frescor de la maana, la alegra sana de la vida. Despus mi madre vena a nosotros, nos haca rezar, arrodillados en la cama con nuestras blancas camisas de dormir; vestanos luego, y, al concluir nuestro tocado, se anunciaba a lo lejos la voz del panadero. Llegaba ste a la puerta y saludaba. Era un viejo dulce y bueno, y haca muchos aos, al decir de mi madre, que llegaba todos los das, a la misma hora, con el pan calientito y apetitoso, montado en su burro, detrs de los dos capachos de acero, repletos de toda clase de pan: hogazas, pan francs, pan de mantecado, rosquillas. Mi madre escoga el que habamos de tomar y mi hermana Jess, lo reciba en el cesto. Marchbase el viejo, y nosotros dejando la provisin sobre la mesa del comedor, cubierta de hule brillante, bamos a dar de comer a los animales. Cogamos las mazorcas de apretados dientes, las desgranbamos en un cesto y entrbamos al corral donde los animales nos rodeaban. Volaban las palomas, picotebanse las gallinas por el grano, y entre ellas, escabullanse los conejos. Despus de su frugal comida, hacan grupo alrededor nuestro. Vena hasta nosotros la cabra, refregando su cabeza en nuestras piernas; piaban los pollitos; tmidamente se acercaban los conejos blancos, con sus largas orejas, sus redondos ojos brillantes y su boca de nia presumida; los patitos, recin sacados, amarillos como yema de huevo, el Carmelo, y el pavo, siempre orgulloso, alharaquero y antiptico, hacan, por desdearnos, mientras los patos, balancendose como dueas gordas, hacan, por lo bajo, comentarios, sobre la actitud poco g