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    LO S S E RVATOR E ROMANOEDICIN SEMANAL

    Unicuique suum

    EN LENGUA ESPAOLANon praevalebunt

    Ao XLVII, nmero 21 (2.416) Ciudad del Vaticano 22 de mayo de 2015

    Cuatro mujeres canonizadas por el Papa Francisco que lanza un llamamiento por la paz en Burundi y en Tierra Santa

    El secreto de los santos

    El Pontfice a los consagrados de Roma

    Mujeres en tensin

    Las nubes, los muros, el mundo

    DISCURSO DEL PA PA EN PGINA 3

    A la Conferencia episcopal italiana

    Con voz claracontra la corrupcin

    PGINA 5

    Detectar los objetivosy la presin que oprime

    Para que nuestra vidano sea una caricatura

    PABLO DORS EN PGINA 2

    LU C E T TA SCARAFFIA

    Cmo es posible valorar la presenciade la mujer, y en especial de la mujerconsagrada, en la Iglesia? Con estaspalabras dirigidas a los consagradosdonde, como l mismo destac, lasmujeres constituyen el ochenta porciento el Papa Francisco una vez msda a entender con su habitual franque-za qu importante es para l definir demodo innovador el papel de las muje-res en la vida de la Iglesia. De ello ha-bla en casi todas de sus intervencionesy, poco a poco, su idea al respecto se

    dicasterio, por ejemplo. S, pueden, enalgunos dicasterios pueden; pero estoque pides es un simple funcionalismo.Eso no es redescubrir el papel de lamujer en la Iglesia. Es ms profundo yva por este camino. S, que haga estascosas, que se les promueva ahora enRoma hay una que es rectora de unauniversidad, y eso es bueno; pero estono es el triunfo. No, no. Esto es unagran cosa, es una cosa funcional; perolo esencial del papel de la mujer lodir en trminos no teolgicos es ha-cer que ella exprese su genio femeni-no.

    Esta es la transformacin que el Papa

    SIGUE EN LA PGINA 3

    Con las escuelas italianas

    C o n s t ru y a m o sla paz

    PGINA 6

    revela de una maneracada vez ms clara. Setrata de un pensa-miento revolucionarioque no debe nada alas ideologas que seconsolidaron en elmundo laico, sino quedesciende directamen-te de la tradicin cris-tiana, incluso motiva-da indudablementepor los cambios ocu-rridos en la sociedadoccidental, donde hoylas mujeres gozan delos mismos derechos ylas mismas posibilida-des que los hombres.

    Es un tema queBergoglio ya habapuesto sobre la mesaal inicio de su pontifi-cado, diciendo que senecesitaba profundizaruna teologa de la mu-

    Permanecer en Cristo, unidos al como los sarmientos a la vid,para dar mucho fruto: este esel secreto de los santos que elPapa Francisco indic a los fie-les que, el domingo 17 de mayoen la plaza de San Pedro, parti-ciparon en la misa de canoniza-

    Dios y en su amor, para anun-ciar con la palabra y con la vidala resurreccin de Jess, testimo-niando la unidad entre nosotrosy la caridad con todos. Su lu-minoso ejemplo tambin inter-pela nuestra vida cristiana, re-cord a los fieles durante la ce-

    cin de cuatro mujeres: JuanaEmilia de Villeneuve, fundadorade la congregacin de las Her-manas de la Inmaculada Con-cepcin de Castres; Mara Cris-tina de la Inmaculada Concep-cin, fundadora de la congrega-cin de las Hermanas VctimasExpiadoras de Jess Sacramen-tado; Mara Alfonsina DanilGhattas, fundadora de la con-gregacin de las Hermanas delSantsimo Rosario de Jerusaln,y Mara de Jess Crucificado,religiosa profesa de la Orden delas Carmelitas Descalzas.

    En la homila el Pontfice vol-vi a proponer sintticamentelas figuras y los carismas de lascuatro nuevas santas, especifi-cando el hilo conductor en lavoluntad de permanecer en

    lebracin, antes de lanzar un lla-mamiento por el amado pue-blo de Burundi, que est vivien-do un momento delicado. Queel Seor dese al introducir laoracin del Regina caeli al tr-mino de la misa ayude a todosa huir de la violencia y a actuarresponsablemente por el biendel pas.

    PGINAS 8 Y 9

    jer. As, dejaba claro inmediatamenteque no tena intencin de leer la cues-tin en trminos de poder, sino decambio profundo del sentir de la Igle-sia. Un cambio que tena que llegarhasta las races del pensamiento teol-gico, y tena que llegar a transformartotalmente la percepcin de la mujer enel mundo clerical, algunas veces inclusoentre las mujeres mismas.

    En el dilogo con las religiosas y losreligiosos de Roma, esta posicin sur-gi nuevamente, mucho ms en concre-to: Cuando me dicen: No! En laIglesia las mujeres deben ser jefes de

    pide para las mujeres y que tiene comoconsecuencia considerar finalmente in-teresante, importante, lo que las muje-res piensan, dicen, escriben. Bergogliopropone, en esencia, que la Iglesia, has-ta ahora dirigida y pensada slo por loshombres, comience finalmente a respi-rar con sus dos pulmones, es decir, es-cuchando y dando importancia al pun-to de vista de las mujeres. Y es obvioque las primeras que tienen que ser va-loradas son las religiosas, que lo re-c u e rd a son figura de la Iglesia.

  • LOSSERVATORE ROMANOEDICIN SEMANAL

    Unicuique suumEN LENGUA ESPAOLANon praevalebunt

    Ciudad del Vaticanoe d . e s p a n o l a @ o s s ro m .v a

    w w w. o s s e r v a t o re ro m a n o .v a

    GI O VA N N I MARIA VIANd i re c t o r

    Giuseppe Fiorentinosub director

    Marta Lagoredactor jefe de la edicin

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    pgina 2 LOSSERVATORE ROMANO viernes 22 de mayo de 2015, nmero 21

    Detectar los objetivos y la presin que oprime

    Para que nuestra vida no seauna caricatura

    PABLO DORS

    Las principales amenazas a la vidainterior son el afn de rendimiento yla comparacin con los dems. Meatrevera a decir que stas son lasprincipales causas por las que sufri-mos: pensar que no somos dignos sinrendir y tender a comparar lo propiocon lo ajeno.

    Por lo que se refiere a la tendenciaa compararse, debo decir est muchoms extendida de lo que estamos dis-puestos a confesar. Admitir celos o laenvidia es siempre muy difcil, puesrevela dos sentimientos lamentables.Uno: que no ests contento contigomismo. Y dos: que te alegras con elmal ajeno. Casi nadie admite que al-go as le sucede, pero todos, de unmodo u otro, estamos aquejados porestos males. Quien ama, en cambio,se alegra necesariamente del bien delser amado. La ausencia de esta ale-gra revela es as de sencillo la fal-ta de ese amor.

    Y cmo se vence la tendencia acompararse? Esta es una buena pre-gunta. Y la respuesta es: estando en

    al hombre a una auto-presin que,con frecuencia, llega a cotas intolera-bles. Desde este planteamiento, no esraro escuchar que el hombre est eneste mundo para producir. Que tantovalemos cuanto producimos. Que elser slo tiene valor en razn de lacantidad y calidad de lo que produ-ce. La interiorizacin de esta formade pensar ha devastado enteros cam-pos de felicidad. Millones de hom-bres y de mujeres se definen en raznde sus logros o fracasos, lo que resul-ta terrible y devastador.

    La presin del rendimiento es per-niciosa porque, al estar tan centradoen la meta que se quiere conseguir,todo lo dems va perdiendo su im-portancia hasta casi dejar de existir.Es as como una ambicin personalinicialmente legtima hace de no-sotros seres monstruosos, completa-mente ajenos al drama de los dems.Tener una meta personal es impor-tante, desde luego; pero vivir exclusi-vamente para esa meta, obsesionadocon su consecucin, termina por ha-cer de nuestra vida una caricatura delo que debera ser.

    La consecuencia es clara: hemos deprotegernos de nuestras propias me-tas. Hay que introducir al otro en lapropia vida, aunque slo sea comohigiene personal. Sin confrontarnoscon el mundo, el yo se engolfa y aca-ba perdido. La vida sana est en elequilibrio. La vida es un arte precisa-mente porque requiere conjugar va-rios factores. El espritu humano seentristece y hasta se envilece si vivepara una sola cosa.

    Es lo que viene a contarnos la pa-rbola del buen samaritano (Lc 10,30-37). Lo que sucede al sacerdoteque bajaba de Jerusaln a Jeric esque, bajo la presin del rendimientoa la que estaba sometido, no vio alhombre molido a palos que, en el ca-mino, reclamaba su ayuda. Le vio ex-ternamente, claro, pero no interna-mente, pues no se puso en su lugar.Lo mismo le sucedi al segundotransente, pero no al tercero, el sa-maritano. Por qu? No estaba esetercer hombre sometido a la presindel rendimiento? Lo estaba pero supresin era menos que la de los dosanteriores? Dejmonos de cuentoschinos! Su presin era igual que lade cualquier otro, pero estaba entre-nado para no dejarse vencer por ella.De ah que se parase, atendiese al ne-cesitado, le llevase a un lugar dondecuidaran de l y luego, no antes, pro-siguiera su camino con sus presiones.

    El problema de las presiones inter-nas es que no vemos verdaderamenteel mundo; slo vemos realmente me-diante el olvido de s. Ese olvido, esadesconexin de uno mismo, no es f-cil. Pero no hay amor que no pasepor ah. Si queremos vivir para elamor no hay otro camino, que yo se-pa, que el de la negacin de unomismo o el olvido de s. Toda aven-tura interior autntica conduce a esefin.

    el presente. Si ests en el presente,no te comparars. El presente es losuficientemente rico y entretenido co-mo para impedir que uno se distraigacon tonteras. En cuanto te estscomparando, has salido del presente.La meditacin o trabajo interior esuna escuela para estar en el aqu yahora, esto es, en la Presencia. Noestoy diciendo que no sea necesario ybueno auto-superarse, es decir, po-nerse metas para el futuro.

    La auto-superacin nos infunde unnecesario dinamismo para el creci-miento. El afn de rendimiento, encambio, es pernicioso porque exaltael valor de la utilidad en detrimentodel de la gratuidad, y porque somete

    Eugne Delacroix, El buen samaritano (1849)

    Nuevo presidentedel CELAM

    El cardenal Rubn Salazar G-mez, arzobispo de Bogot, guiarlos prximos cuatro aos (2015-2019) el Consejo episcopal latinoa-mericano (CELAM). Las eleccionestuvieron lugar durante la trigsimaquinta asamblea ordinaria, queconcluy el viernes 15 de mayo enSanto Domingo. Son veintids lasConferencias episcopales que inte-gran el CELAM. El cardenal SalazarGmez, sucede a monseor CarlosAguiar Retes, arzobispo de Tlal-nepantla (Mxico). La asambleadel Consejo episcopal latinoameri-cano design adems primer vice-presidente a monseor Carlos Ma-ra Collazzi Irazbal, obispo deMercedes (Uruguay), y segundovicepresidente a monseor JosBelisrio da Silva, arzobispo deSo Luis do Maranho (Brasil).

    Durante los trabajos se afronta-ron numerosos temas: en especial,el balance del ltimo cuatrienio,las prioridades pastorales para elcontinente de 2015 a 2019 y el fe-nmeno de la emigracin.

    Concierto en el aula Pablo VI para sostener la caridad del Papa

    Los ltimos en primera filaRefugiados, sin techo, ancianos,discapacitados: jueves 14 de mayo,las primersimas filas del aula Pa-blo VI fueron todas para ellos.Precisamente los lugares normal-mente reservados a las autoridadesfueron, en efecto, asignados a unpueblo dos mil personasemocionado y feliz por este nuevoregalo del Papa: una entrada parael concierto organizado, justamen-

    te, para sostener las obras de soli-daridad del Papa Francisco.

    Si bien el ingreso fue gratuitopara todos, en los asientos de lasfilas ubicadas ms atrs, los espec-tadores encontraron un sobreblanco con la inscripcin donati-vo, que despus entregaron al ar-zobispo limosnero Konrad Kraje-wski, presente junto con el jefe deoficina de la Limosnera, monse-or Diego Giovanni Ravelli.

    De fragmentos de la DivinaComedia (un homenaje a DanteAlighieri por los 750 aos de sunacimiento) a los cantos pascuales,la orquesta filarmnica salernitanaGiuseppe Verdi, dirigida por elmaestro israel Daniel Oren, y elcoro de la dicesis de Roma, con-ducido por monseor Marco Frisi-na, propusieron dos horas de granmsica: con los pobres y para losp obres.

    El saludo a los organizadores

    Sembrar alegraEl mircoles 13 de mayo, por lamaana, el Papa recibi enaudiencia a los organizadores delconcierto para los pobres que tuvolugar el jueves 14 de mayo.Buenos das a todos y os agra-dezco esta visita. Doy graciaspor todo lo que habis hecho,hacis y haris por este concier-to que nos une. La msica tieneesta capacidad de unir las al-mas y unirnos con el Seor,siempre nos transporta... es ho-rizontal y tambin vertical, vahacia lo alto y nos libera de lasangustias. Incluso la msicatriste, pensemos en esos ada-gios de lamentacin, tambinesta nos ayuda en los momen-tos de dificultad.

    Os agradezco mucho porquenos har bien a todos un pocode espritu en medio a la espe-culacin material que siemprenos rodea y empequeece, nosquita la alegra. Y como creyen-tes tenemos la alegra de un Pa-dre que nos ama a todos y laalegra de poder crear comu-nin fraterna con todos. Peroesta alegra vosotros la sembrisahora con este concierto. Serun concierto para sembrar ale-gra, no una alegra divertidade un momento, no: la semillapermanecer all, en el alma detodos, y har mucho bien a to-dos. Os doy las gracias por elbien que hacis, muchas gra-cias, de corazn.

  • nmero 21, viernes 22 de mayo de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pgina 3

    Dilogo del Pontfice con los consagrados de la dicesis de Roma

    Las nubes, los muros, el mundoPublicamos la traduccin de lasrespuestas del Papa Francisco a laspreguntas que le presentaron elsbado 16 de mayo, al medioda, enel aula Pablo VI, durante elencuentro con los consagrados yconsagradas de la dicesis de Roma.

    La primera pregunta la present lahermana Fulvia Sieni, agustina delmonasterio de los Santos Cuatro Coro-nados: Los monasterios viven un deli-cado equilibrio entre vida oculta y visi-bilidad, clausura y participacin en lavida diocesana, silencio orante y Pala-bra que anuncia. De qu modo unmonasterio urbano puede enriquecerse ydejarse enriquecer por la vida espiri-tual de la dicesis y por otras formasde vida consagrada mantenindose fir-me en sus normas monsticas?

    Usted habla de un delicado equi-librio entre vida oculta y visibilidad.Yo dir algo ms: una tensin e n t revida oculta y visibilidad. La voca-cin monstica es esta tensin, ten-sin en el sentido vital, tensin defidelidad. El equilibrio se puede en-tender cmo equilibramos, tanto deesta parte como de la otra.... Encambio, la tensin es la llamada deDios hacia la vida oculta y la llama-da de Dios a hacerse visibles de uncierto modo. Pero cmo debe seresa visibilidad y cmo debe ser esavida oculta? Es la tensin que voso-tras vivs en vuestra alma. Y esta esvuestra vocacin: sois mujeres entensin: en tensin entre esta acti-tud de buscar al Seor y ocultarseen el Seor, y esta llamada a dar unsigno. Los muros del monasterio noson suficientes para dar ese signo.Recib una carta, hace 6-7 meses, deuna religiosa de clausura que habacomenzado a trabajar con los po-bres, en la portera; y luego sali atrabajar afuera con los pobres; y lue-go sigui adelante, ms y ms, y alfinal dijo: Mi clausura es el mun-do. Yo le respond: Dime, queri-da, t tienes reja porttil?. Esto esun error.

    Otro error es no querer percibirnada, ver nada. Padre, pueden en-trar las noticias en el monasterio?.Deben! Pero no las noticias diga-mos de los medios de comunica-cin de cotilleo; las noticias de loque sucede en el mundo, las noticiaspor ejemplo de las guerras, de lasenfermedades, del sufrimiento de lagente. Por ello una de las cosas quenunca, nunca, debis dejar es untiempo para escuchar a la gente. In-cluso en las horas de contemplacin,de silencio... Algunos monasteriostienen la secretara telefnica y lagente llama, pide oracin por esto,por lo otro: esa conexin con elmundo es importante. En algunosmonasterios se mira el telediario; nolo s, esto es discernimiento de cadamonasterio, segn la regla. A otrosllega el peridico, se lee; en otros sese hace esta conexin de otra forma.Pero siempre es importante la cone-xin con el mundo: saber qu suce-de. Porque vuestra vocacin no esun refugio; es ir precisamente alcampo de batalla, es lucha, es llamaral corazn del Seor en favor de esaciudad. Es como Moiss, que mante-na las manos elevadas, rezando,

    mientras que el pueblo combata (cf.Ex 17, 8-13).

    Numerosas gracias llegan del Se-or en esta tensin entre la vidaoculta, la oracin y estar atentos alas noticias de la gente. En esto laprudencia, el discernimiento, os harcomprender cunto tiempo se dedicaa una cosa y cunto tiempo a otra.Hay tambin monasterios que ocu-pan media hora al da, una hora alda, para dar de comer a quienes seacercan a pedirlo; y esto no va con-tra la vida oculta en Dios. Es un ser-vicio, es una sonrisa. La sonrisa delas religiosas de clausura abre el co-razn. La sonrisa de las religiosas declausura alimenta ms que el pan aquienes acuden a ellas. Esta semanate toca a ti dar de comer durante esamedia hora a los pobres que pidentambin un bocadillo. Quien esto,quien lo otro: esta semana te toca ati sonrer a los necesitados. No osolvidis de esto. A una religiosa queno sabe sonrer le falta algo.

    En el monasterio hay problemas,luchas como en toda familia, pe-queas luchas, algn celo, esto, lootro... Y esto nos hace entendercunto sufre la gente en las familias,las luchas en las familias; cuandodiscuten marido y mujer y cuandohay celos; cuando se separan las fa-milias... Cuando tambin vosotrostenis este tipo de prueba s i e m p reestn estas cosas, percibir que eseno es el camino y ofrecer al Seor,buscando una senda de paz, dentrodel monasterio, para que el Seorconstruya la paz en las familias, en-tre la gente.

    Pero, dgame Padre, nosotros lee-mos a menudo que en el mundo, enla ciudad, hay corrupcin, tambinen los monasterios puede haber co-rrupcin?. S, cuando se pierde lamemoria. Cuando se pierde la me-moria. La memoria de la vocacin,del primer encuentro con Dios, delcarisma que fund el monasterio.Cuando se pierde esta memoria y elespritu comienza a ser mundano,piensa cosas mundanas y se pierde elcelo de la oracin de intercesin porla gente. T has dicho una palabrabella, bella, bella: El monasterioest presente en la ciudad, Dios esten la ciudad y nosotros percibimosel bullicio de la ciudad. Estos rui-dos, que son ruidos de vida, rumoresde los problemas, rumores de muchagente que va a trabajar, que regresadel trabajo, que piensa estas cosas,que ama...; este bullicio os debe im-pulsar a todos a luchar con Dios,con la valenta que tena Moiss.Acurdate cuando Moiss estabatriste porque el pueblo iba por uncamino equivocado. El Seor perdila paciencia y dijo a Moiss: Des-truir a este pueblo. Pero t perma-nece tranquilo, te har jefe de otropueblo. Qu dijo Moiss? Qudijo? No! Si t destruyes a estepueblo, me destruyes tambin a m(cf. Ex 32, 9-14). Este vnculo con tupueblo es la ciudad. Decir al Seor:Esta es mi ciudad, es mi pueblo.Son mis hermanos y mis hermanas.Esto quiere decir dar la vida por elpueblo. Este delicado equilibrio, estadelicada tensin significa todo esto.

    No s como lo hacis vosotrasagustinas de los Santos Cuatro Co-

    ronados: existe laposibilidad de reci-bir personas en ellocutorio...? Cun-tas rejas tenis?Cuatro o cinco? Oya no existe la re-ja... Es verdad quese puede deslizarhacia algunas im-prudencias, dejartanto tiempo parahablar santa Tere-sa dice muchas co-

    est tambin la oracin por los sa-cerdotes. Pensad en santa Teresa delNio Jess... Rezar por los sacerdo-tes, pero tambin escuchar a los sa-cerdotes, escucharlos cuando se acer-can, en esos minutos en el locutorio.Escuchar. Yo conozco muchos, mu-chos sacerdotes que permitidme lapalabra se desahogan hablandocon una religiosa de clausura. Y lue-go la sonrisa, la palabrita y la seguri-dad de la oracin de la religiosa losrenueva y vuelven a la parroquia fe-lices. No s si he respondido...

    La segunda pregunta la hizo IwonaLanga, del Ordo virginum, Casa-fa-milia Ain Karim: El matrimonio y lavirginidad cristiana son dos modos pa-ra realizar la vocacin al amor. Fideli-dad, perseverancia, unidad del corazn,son compromisos y desafos tanto paralos esposos cristianos como para noso-tros consagrados: cmo iluminar el ca-mino los unos de los otros, los unos pa-ra los otros, y caminar juntos hacia elReino?.

    Mientras que la primera religiosa,hermana Fulvia Sieni, estaba diga-mos en la crcel, esta otra reli-giosa est... en el camino. Las dosllevan la Palabra de Dios a la ciu-dad. Usted planteaba una hermosapregunta: El amor en el matrimo-nio y el amor en la vida consagrada,es el mismo amor?. Cuenta conlas cualidades de perseverancia, defidelidad, de unidad, de corazn?Hay compromisos y desafos? Porello a las consagradas se las llamaesposas del Seor. Se casan con elSeor. Yo tena un to cuya hija sehizo religiosa y deca: Ahora yo soysuegro del Seor. Mi hija se cascon el Seor. En la consagracinfemenina hay una dimensin espon-sal. En la consagracin masculinatambin: al obispo se le llama es-poso de la Iglesia, porque ocupa ellugar de Jess, esposo de la Iglesia.Pero esta dimensin femenina voyun poco fuera de la pregunta, paraluego volver a ella en las mujereses muy importante. Las religiosasson el icono de la Iglesia y de la Vir-gen. No olvidis que la Iglesia es fe-menina: no es el Iglesia, es la Igle-sia. Y por ello la Iglesia es esposade Jess. Muchas veces olvidamosesto; y olvidamos este amor maternalde la religiosa, porque el amor de laIglesia es maternal; este amor mater-nal de la religiosa, porque el amorde la Virgen es maternal. La fideli-dad, la expresin del amor de lamujer consagrada, debe pero nocomo un deber, sino por connatura-lidad reflejar la fidelidad, el amor,

    SIGUE EN LA PGINA 4

    M u j e re sen tensin

    Mujeres que el Pontfice des-cribe con una expresin nueva,jams aplicada hasta ahora alas monjas o a las religiosas, aquienes se les prefiere pensarobedientes y sumisas: mujeresen tensin.

    Y el Papa Francisco les abreun camino que si bien no esnuevo ha sido siempre pocoo nada reconocido: el de direc-tora espiritual. Sabemos queen la historia de la Iglesia sonmuchas las mujeres que lo ejer-cieron, comenzando por santascomo Hildegarda, Catalina yTeresa. Pero se prefiri siemprepensar que los religiosos vincu-lados a ellas por una relacinespiritual se limitaran a escu-char a travs de sus palabras elmensaje de Dios. Como si fue-ran slo un canal de transmi-sin, carente de pensamiento yvoluntad. Bergoglio, en cam-bio, se refiere a la experienciade ellas, a su sabidura: cuali-dades personales que crecieroncon el tiempo, en el curso deun camino espiritual personal.Se trata de otra novedad nopor descontada que el PapaFrancisco propone para la re-flexin y ofrece como brjulapara un cambio cada vez msnecesario y urgente.

    VIENE DE LA PGINA 1

    sas sobre esto, pero ver vuestra ale-gra, ver el compromiso de la ora-cin, de la intercesin, hace muchobien a la gente. Y vosotras, tras unamedia hora de conversacin, volvisal Seor. Esto es muy importante,muy importante. Porque la clausurasiempre necesita esta conexin hu-mana. Esto es muy importante.

    La pregunta final es: cmo pue-de un monasterio enriquecer y dejar-se enriquecer por la vida espiritualde la dicesis y de las dems formasde vida consagrada, mantenindosefirme en sus normas monsticas? S,la dicesis: rezar por el obispo, losobispos auxiliares y los sacerdotes.Hay buenos confesores por todos la-dos. Algunos no tan buenos... Perolos hay buenos. Yo s de sacerdotesque van a los monasterios a escucharqu dice una religiosa, y hacis mu-cho bien a los sacerdotes. Rezad porlos sacerdotes. En este delicadoequilibrio, en esta delicada tensin

  • pgina 4 LOSSERVATORE ROMANO viernes 22 de mayo de 2015, nmero 21

    la ternura de la Madre Iglesia y dela Madre Mara. Una mujer que noentra, para consagrarse, por este ca-mino, al final se equivoca. La mater-nidad de la mujer consagrada. Pen-sar mucho en esto. Cmo es mater-nal Mara y cmo es maternal laIglesia.

    Y t preguntabas: cmo iluminarel camino los unos de los otros, losunos para los otros, y caminar haciael Reino? El amor de Mara y elamor de la Iglesia es un amor con-creto. La realidad concreta es la cali-dad de esta maternidad de las muje-res, de las religiosas. Amor concreto.Cuando una religiosa comienza conlas ideas, demasiadas ideas, demasia-das ideas... Qu haca santa Teresa?Qu consejo daba santa Teresa, lagrande, a la superiora? Le d unbistec y luego hablamos. Hacer quebaje a la realidad. La realidad con-creta. Y la realidad concreta delamor es muy difcil. Es muy difcil.Y an ms cuando se vive en comu-nidad, porque los problemas de lacomunidad todos los conocemos: loscelos, las habladuras; que esta supe-riora es esto, que la otra es lo otro...Estas cosas son cosas concretas, perono son buenas. La realidad concretade la bondad, del amor, que perdo-na todo. Si tiene que decir una ver-dad, que la diga de frente, pero conamor; reza antes de hacer una co-rreccin y luego pide al Seor quesiga adelante con la correccin. Esel amor concreto! Una religiosa nopuede permitirse un amor sobre lasnubes; no, el amor es concreto.

    Y, cmo es la realidad concretade la mujer consagrada? Cmo es?Puedes encontrarla en dos pasajesdel Evangelio. En las Bienaventu-ranzas: te dicen lo que tienes quehacer. Jess, el programa de Jess,es concreto. Muchas veces piensoque las Bienaventuranzas son la pri-mera encclica de la Iglesia. Es ver-dad, porque todo el programa estah. Y luego lo concreto lo encuen-tras en el protocolo a partir del cualtodos nosotros seremos juzgados:Mateo 25. La realidad concreta de lamujer consagrada est ah. Con es-tos dos pasajes t puedes vivir todala vida consagrada; con estas dos re-glas, con estas dos cosas concretas,haciendo estas cosas concretas. Yhaciendo estas cosas concretas pue-des llegar tambin a un grado, a unnivel de santidad y oracin muygrande. Pero lo concreto es necesa-rio: el amor es concreto. Y vuestroamor de mujeres es un amor mater-nal concreto. Una mam jams ha-bla mal de los hijos. Pero si t eresuna consagrada, en un convento oen una comunidad laical, t tienesesta consagracin maternal y no tees lcito criticar a las dems consa-gradas. No. Disculparlas siempre,siempre. Es hermoso ese pasaje de laautobiografa de santa Teresa del Ni-o Jess, cuando encontraba a lahermana que la odiaba. Qu haca?Sonrea y segua adelante. Una son-risa de amor. Y qu haca cuandotena que acompaar a la hermanaque siempre estaba descontenta, por-que cojeaba de las dos piernas y lapobre estaba enferma? Qu haca?Haca lo mejor! La acompaababien y luego le cortaba tambin elpan, le haca algo de ms. Pero ja-

    ms la crtica oculta. Eso destruye lamaternidad. Una mam que critica,que habla mal de sus hijos no esmadre. Creo que se dice matrignaen italiano... No es madre. Yo te di-r esto: el amor y t ves que estambin conyugal, es la misma figu-ra, la figura de la maternidad en laIglesia es la realidad concreta. Larealidad concreta. Os aconsejo hacereste ejercicio: leer con frecuencia lasBienaventuranzas y Mateo 25, elprotocolo del juicio. Esto hace mu-cho bien para hacer concreto elEvangelio. No lo s, terminamosaqu?

    La tercera pregunta la present el pa-dre Gaetano Saracino, misionero esca-labriniano, prroco del Santsimo Re-dentor: Cmo poner en comn y hacerfructificar los dones de los cuales sonportadores los diversos carismas en estaIglesia local tan rica de talentos? Amenudo es difcil incluso slo la comu-nicacin de los diversos itinerarios, so-mos incapaces de aunar fuerzas entrecongregaciones, parroquias, otros orga-nismos pastorales, asociaciones y movi-mientos laicales, casi como si hubiesecompetitividad en lugar de serviciocompartido. A veces, adems, nosotros

    consagrados nos sentimos como tapaa g u j e ro s . Cmo caminar juntos?.

    Yo estuve en esa parroquia y co-nozco lo que hace este sacerdote re-volucionario: trabaja bien. Trabajabien. T has comenzado a hablar dela fiesta. Es una de las cosas que no-sotros cristianos olvidamos: la fiesta.Y la fiesta es una categora teolgi-ca, est tambin en la Biblia. Cuan-do volvis a casa, leed Deuterono-mio 26. All Moiss, en nombre delSeor, dice lo que deben hacer loscampesinos cada ao: llevar los pri-meros frutos de la cosecha al tem-plo. Dice as: Ve al templo, lleva elcesto con los primeros frutos paraofrecerlos al Seor como accin degracias. Y luego? Primero, hazmemoria. Y hace que reciten un bre-ve credo: Mi padre era un arameoerrante, Dios lo llam; fuimos escla-vos en Egipto, pero el Seor nos li-ber y nos dio esta tierra... (cf. Dt26, 5-9). Primero, la memoria. Se-gundo, dar el cesto al encargado.Tercero, da gracias al Seor. Y cuar-

    to, vuelve a casa y haz fiesta. Hazfiesta e invita a los que no tienen fa-milia, invita a los esclavos, a los queno son libres, tambin invita al veci-no a la fiesta... La fiesta es una cate-gora teolgica de la vida. Y no sepuede vivir la vida consagrada sinesta dimensin festiva. Se hace fies-ta. Pero hacer fiesta no es lo mismoque hacer ruido, bullicio... Hacerfiesta es lo que dice el pasaje que ci-t. Recordadlo: Deuteronomio 26.Al final hay una oracin: es la ale-gra de recordar todo lo que el Se-or hizo por nosotros; todo lo queme dio; tambin el fruto por el cualtrabaj y hago fiesta. En las comuni-dades, tambin en las parroquias co-mo en tu caso, donde no se hacefiesta cuando se tiene ocasin dehacerla falta algo. Son demasiadorgidos: Nos har bien a la discipli-na. Todo ordenado: los nios ha-cen la Comunin, bellsima, se dauna buena catequesis... Pero falta al-go: falta ruido, falta sonido, faltafiesta! Falta el corazn festivo deuna comunidad. La fiesta. Algunosescritores espirituales dicen que tam-bin la Eucarista, la celebracin dela Eucarista es una fiesta: s, tieneuna dimensin festiva al conmemo-rar la muerte y la resurreccin del

    dilogo con el obispo nosotros te-nemos que hacer nuestra parte. He-mos tenido un captulo y el captulodecidi esto.... Muchas religiosas yreligiosos se pasan la vida si no esen captulos, en versculos... Pero sela pasan siempre as. Yo me tomo lalibertad de hablar as porque soyobispo y soy religioso. Y comprendoa ambas partes, y entiendo los pro-blemas. Es verdad: la unidad entrelos diversos carismas, la unidad delpresbiterio, la unidad con el obis-po... Y esto no es fcil encontrarlo:cada uno tira hacia su inters, no di-go siempre, pero existe esa tenden-cia, es humana... Y hay algo de pe-cado detrs, pero es as. Es as. Poreso la Iglesia, en este momento, estpensando en ofrecer un antiguo do-cumento, hay que retomarlo, sobrelas relaciones entre el religioso y elobispo. El Snodo del 94 haba pe-dido reformarlo, el Mutuae relationes(14 de mayo de 1978). Han pasadomuchos aos y no se ha hecho. Noes fcil la relacin de los religiososcon el obispo, con la dicesis o con

    los sacerdotes no religiosos. Pero hayque comprometerse en el trabajo co-mn. En las prefecturas, cmo setrabaja a nivel pastoral en este ba-rrio, todos juntos? As se hace en laIglesia. El obispo no debe usar a losreligiosos como tapa agujeros, perolos religiosos no tienen que usar alobispo como si fuese el dueo deuna empresa que da trabajo. No los... Pero la fiesta, quiero volver altema principal: cuando hay comuni-dad, sin intereses propios, siemprehay espritu de fiesta. He visto tuparroquia y es verdad, t sabes ha-cerlo. Gracias.

    La cuarta pregunta la present el pa-dre Gaetano Greco, terciario capuchinode la Dolorosa, capelln de la crcel demenores de Casal del Marmo: La vi-da consagrada es un don de Dios a laIglesia, un don de Dios a su pueblo.No siempre, sin embargo, este don esapreciado y valorado en su identidad yen su especificidad. A menudo las co-munidades, sobre todo femeninas, ennuestra Iglesia local tienen dificultadespara encontrar serios acompaantes,formadores, directores espirituales, con-fesores. Cmo redescubrir esta riqueza?La vida consagrada para el 80% tieneun rostro femenino. Cmo se puedevalorizar la presencia de la mujer y enparticular de la mujer consagrada enla Iglesia?

    El padre Gaetano en su reflexin,mientras contaba su historia, hablde la sustitucin de 2-3 semanasque tena que hacer en la crcel demenores. Y est all desde hace 45aos, creo. Lo hizo por obediencia.Tu lugar est all, le dijo el supe-rior. Y con gran pesar obedeci.Luego vio que ese acto de obedien-cia, lo que le haba pedido el supe-rior, era voluntad de Dios. Me per-mito, antes de responder a la pre-gunta, decir una palabra acerca de laobediencia. Cuando Pablo quiereanunciarnos el misterio de Jesucristousa esta palabra; cuando quiere co-municarnos cmo fue la fecundidadde Jesucristo, usa esta palabra: Sehizo obediente hasta la muerte ymuerte de cruz (cf. Flp 2, 8). Sehumill a s mismo. Obedeci. Elmisterio de Cristo es un misterio deobediencia, y la obediencia es fecun-da. Es verdad que como toda virtud,como cada espacio teolgico, puedeser tentada de convertirse en una ac-titud disciplinar. Pero la obedienciaen la vida consagrada es un misterio.Y as como dije que la mujer consa-grada es icono de Mara y de laIglesia, podemos decir que la obe-diencia es icono del camino de Je-ss. Cuando Jess se encarn porobediencia, se hizo hombre por obe-diencia, hasta la cruz y la muerte. Elmisterio de la obediencia no se com-prende si no es a la luz de este ca-mino de Jess. El misterio de laobediencia es un asemejarse a Jessen el camino que l quiso recorrer.Y los frutos se ven. Y doy las graciasal padre Gaetano por su testimonioen este punto, porque se dicen mu-chas palabras acerca de la obedien-cia el dilogo previo, s todas estascosas son buenas, no son malas p e-ro, qu es la obediencia? Consultadla Carta de san Pablo a los Filipen-ses, captulo 2: es el misterio de Je-ss. Slo all podemos comprender

    Seor. Esto no he queridodejarlo pasar, porque no es-taba precisamente en tu pre-gunta, sino en tu reflexini n t e r i o r.

    Y luego hablas de lacompetitividad entre estaparroquia y la otra, estacongregacin y esa otra...Una de las cosas ms difci-les para un obispo es creararmona en la dicesis. Y tdices: Para el obispo, losreligiosos son tapa aguje-ros?. Algunas veces puedeser que s... Pero yo te hagootra pregunta: Cuando tenombren obispo a ti, porejemplo ponte en el sitiodel obispo, tienes una pa-rroquia, con un buen prro-co religioso; tres aos des-pus viene el provincial y tedice: A este lo cambio y ensu lugar te envo a otro.Tambin los obispos sufrenpor esa actitud. Muchas ve-ces no siempre, porquehay religiosos que entran en

    VIENE DE LA PGINA 3

    SIGUE EN LA PGINA 10

    Dilogo con los consagrados de la dicesis de Roma

    Ivan Kramskoy La oracin de Moiss (1861)

  • nmero 21, viernes 22 de mayo de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pgina 5

    Apertura de la asamblea general de la Conferencia episcopal italiana

    Con voz clara contra la corrupcinEl lunes 18 de mayo, por la tarde,el Papa Francisco abri los trabajos dela 68 asamblea general de laConferencia episcopal italiana, que seextendieron hasta el jueves 21 sobre eltema Verificacin de la recepcin dela exhortacin apostlica Evangeliigaudium. Al aula del Snodo,en el Vaticano, el Pontfice lleg sobrelas 16.30 y, tras presidir un momentode oracin comunitario, dirigi a losprelados el discurso que publicamostraducido al espaol y particip en elsucesivo debate que se prolongdurante casi dos horas.

    Queridos hermanos, buenas tardes!Os saludo a todos y saludo a los

    nuevos nombrados tras la ltimaAsamblea, y tambin a los dos nue-vos cardenales, creados despus dela ltima Asamblea.

    Cuando escucho este pasaje delEvangelio de san Marcos, pienso:pero este san Marcos insiste con laMagdalena! Porque hasta el ltimomomento nos recuerda que ella tenasiete demonios. Pero luego pienso:cuntos he tenido yo? Y hago silen-cio.

    Quisiera ante todo expresar miagradecimiento por este encuentro, ypor el tema que habis elegido: laexhortacin apostlica Evangelii gau-dium.

    La alegra del Evangelio. En estemomento histrico donde a menudonos vemos bombardeados por noti-cias desalentadoras, por situacioneslocales e internacionales que nos ha-cen experimentar afliccin y tribula-cin en este marco realsticamentepoco confortador, nuestra vocacincristiana y episcopal es la de ir acontracorriente: o sea, ser testigosgozosos del Cristo Resucitado paratransmitir alegra y esperanza a losdems. Nuestra vocacin es escucharlo que el Seor nos pide: Conso-lad, consolad a mi pueblo, dicevuestro Dios (Is 40, 1). En efecto, anosotros se nos pide consolar, ayu-dar, alentar, sin distincin alguna, atodos nuestros hermanos oprimidosbajo el peso de sus cruces, acompa-ndolos, sin cansarnos jams detrabajar para aliviarlos con la fuerzaque viene slo de Dios.

    Tambin Jess nos dice: Vosotrossois la sal de la tierra. Pero si la salse vuelve sosa, con qu la salarn?No sirve ms que para tirarla fuera yque la pise la gente (Mt 5, 13). Estan desagradable encontrar a unconsagrado abatido, desmotivado oapagado: l es como un pozo secodonde la gente no encuentra aguapara saciar su sed.

    Por ello hoy, al saber que habiselegido como tema de este encuentrola exhortacin Evangelii gaudium,quisiera escuchar vuestras ideas,vuestras preguntas, y compartir convosotros algunas de mis preguntas yre f l e x i o n e s .

    Mis interrogantes y mis preocupa-ciones nacen de una visin globalno slo de Italia, global y sobretodo de los inmumerables encuen-tros que he tenido en estos dos aoscon las Conferencias episcopales,donde he notado la importancia delo que se puede definir la sensibili-dad eclesial: o sea apropiarse de lossentimientos mismos de Cristo, dehumildad, compasin, misericordia,concrecin la caridad de Cristo esc o n c re t a y sabidura.

    La sensibilidad eclesial que com-porta tambin no ser tmidos o irre-levantes a la hora de denunciar y lu-char contra una mentalidad generali-zada de corrupcin pblica y priva-da que logr empobrecer, sin ver-genza alguna, a familias, jubilados,trabajadores honestos, comunidadescristianas, descartando a los jvenes,sistemticamente privados de todotipo de esperanza para su futuro, ysobre todo marginando a los dbilesy necesitados. Sensibilidad eclesialque, como buenos pastores, nos haceir al encuentro del pueblo de Diospara defenderlo de las colonizacio-nes ideolgicas que les quitan laidentidad y la dignidad humanas.

    La sensibilidad eclesial se mani-fiesta tambin en las decisiones pas-torales y en la elaboracin de losDocumentos los nuestros, dondeno debe prevalecer el aspecto teor-tico-doctrinal abstracto, como sinuestras orientaciones no estuviesendestinadas a nuestro pueblo o anuestro pas sino slo a algunos es-tudiosos y especialistas, en cambio,debemos perseguir el esfuerzo detraducirlas en propuestas concretas yc o m p re n s i b l e s .

    dad eclesial se revela concretamenteen la colegialidad y en la comuninentre los obispos y sus sacerdotes;en la comunin entre los obisposmismos; entre las dicesis ricas ma-terial y vocacionalmente y la quetienen dificultades; entre las perife-rias y el centro; entre las conferen-cias episcopales y los obispos con elsucesor de Pedro.

    Se nota en algunas partes delmundo un generalizado debilita-miento de la colegialidad, tanto enla determinacin de los planes pas-torales como en compartir los com-promisos programticos econmico-financieros. Falta el hbito de verifi-car la recepcin de programas y larealizacin de los proyectos, porejemplo: se organiza un congreso oun evento que, poniendo en eviden-cia las conocidas voces, narcotiza alas comunidades, homologando op-ciones, opiniones y personas. En lu-gar de dejarnos transportar hacia loshorizontes donde nos pide ir el Es-pritu Santo.

    Otro ejemplo de falta de sensibili-dad eclesial: por qu se dejan enve-jecer tanto los institutos religiosos,monasterios, congregaciones, en talmedida que ya casi no son testimo-nios evanglicos fieles al carismafundacional? Por qu no se ponen

    medios para fusionarlos antes de quesea tarde desde muchos puntos devista? Y esto es una cuestin mun-dial.

    Me detengo aqu, despus de ha-ber querido ofrecer slo algunosejemplos acerca de la sensibilidadeclesial debilitada a causa de la con-tinua confrontacin con los enormesproblemas mundiales y de la crisisque no ha escatimado ni siquiera lamisma identidad cristiana y eclesial.

    Que el Seor durante el Jubileode la misericordia que iniciar elprximo 8 de diciembre nos conce-da la alegra para redescubrir y ha-cer fecunda la misericordia de Dios,con la cual todos estamos llamadosa dar consuelo a cada hombre y acada mujer de nuestro tiempo... En-comendemos desde ahora este Ao ala Madre de la misericordia, paraque dirija su mirada sobre nosotrosy vele sobre nuestro camino (Homi-la 13 de marzo de 2015).

    Esto es slo una introduccin.Ahora dejo a vosotros el tiempo pa-ra proponer vuestras reflexiones,vuestras ideas, vuestras preguntasacerca de la Evangelii gaudium y to-do lo que queris preguntar. Osagradezco mucho!

    La sensibilidad eclesial ypastoral se hace concretatambin al reforzar el pa-pel indispensable de loslaicos dispuestos a asumirlas responsabilidades que aellos competen. En reali-dad, los laicos que tienenuna formacin cristianaautntica, no deberan te-ner necesidad del obispo-piloto, o del monseor-pi-loto o de un input clericalpara asumir sus propiasresponsabilidades en todoslos niveles, desde lo polti-co a lo social, de lo econ-mico a lo legislativo. Encambio, todos tienen nece-sidad del obispo pastor.

    Por ltimo, la sensibili-

    Bendecida por el Pontfice

    La imagende la Virgendel silencio

    Que la Virgen Mara intercedaante el Seor, para que todoslos que entran en el palacioapostlico puedan tener siemprelas palabras justas.Es la intencin que el PapaFrancisco confi a la Virgendel silencio. La imagen, situadaentre los dos ascensoresen la entrada principal delpalacio apostlico, en el patiode san Dmaso, fue bendecidapor el Pontfice el lunes 18de mayo por la maana.

    El cardenal Tagle presidente de Caritas internationalis

    En nombre de todos los pobresGracias por vuestra confianza.Mis capacidades son limitadas perojunto a vosotros, con el amor queJess derram en nuestros corazo-nes y en nombre de todos los po-bres del mundo, acepto este encar-go. Juntos consolidaremos la Igle-sia de los pobres de modo quenuestro testimonio ayude a guiar-nos hacia un mundo de justiciacomprensiva, libertad autntica ypaz. Son las primeras palabraspronunciadas por telfono delcardenal arzobispo de Manila, LuisAntonio Tagle, elegido, el jueves 14de mayo, nuevo presidente de Ca-ritas internationalis por la asambleageneral que tuvo lugar en Roma.Sucede al cardenal arzobispo deTegucigalpa, scar Andrs Rodr-guez Maradiaga, que deja la presi-

    dencia despus de dos mandatoscuatrienales consecutivos.

    La vida de la Iglesia, prosiguiTagle, se rige por tres pilares: laPalabra de Dios, los sacramentos yel servicio de la caridad. Las Cri-tas pueden colaborar juntas paraser estratgicamente ms eficaces yproductivas en la prevencin de losdesastres y estar preparadas pararesponder a las graves catstrofes.

    Los efectos del clima en los de-sastres naturales y el aumento delhambre en el mundo, junto a laemergencia de la pobreza y las nu-merosas guerras que ensangrientanel mundo, estuvieron en el centrode la asamblea de Caritas interna-tionalis (el tema: Una sola familiahumana, cuidar la creacin), lla-mada a definir estrategias y progra-mas para los prximos cuatro aos.

  • pgina 6 LOSSERVATORE ROMANO viernes 22 de mayo de 2015, nmero 21

    El Papa Francisco dialoga con siete mil nios y jvenes de las escuelas italianas

    Construyamos la pazEl Papa Francisco recibi en el aulaPablo VI, el lunes 11 de mayo por lamaana, a siete mil nios y jvenesde las escuelas italianas que sesumaron a la iniciativa La fbricade la paz. Durante la festivaaudiencia el Pontfice respondiespontneamente a una serie depreguntas. Al inicio del encuentroMatteo habl en nombre de todos yexpuso sus razones con estas palabras:Queremos ayudarte a construir la pazen el mundo. Publicamos latraduccin del dilogo del Papacon sus jovencsimos interlocutores.

    Queridos nios, buenos das!Y queridos no-nios, buenos

    das!He escuchado las preguntas que

    me habis presentado. Las escribaqu. Son 13. Habis sido genialesformulando las preguntas! Hablar apartir de las preguntas que me ha-bis hecho.

    Chiara: Peleo a menudo con mihermana. T has peleado con tu fa-milia?.

    Es una pregunta real. Me veo ten-tado de hacer esta pregunta: Levantela mano quien nunca ha peleadocon un hermano o con alguien de lafamilia, pero nunca... Todos lo he-mos hecho. Forma parte de la vida,porque yo quiero hacer un juego,el otro quiere hacer otro juego, yluego peleamos. Pero al final lo im-portante es construir la paz. S, pe-leamos, pero no terminar el da sinhacer las paces. Tener siempre estoen la mente. A veces yo tengo razn,el otro se ha equivocado, cmo voya pedir disculpas? No pido discul-pas, pero realizo un gesto, y la amis-tad contina. Esto es posible: nopermitir que el hecho de haber pe-leado se extienda hasta el da si-guiente. Esto es feo. No acabar elda sin hacer las paces. Tambin yohe peleado muchas veces, tambinahora. Me altero un poco, pero bus-co siempre hacer las paces juntos. Eshumano pelear. Lo importante esque no se persista, que despus hayapaz. Entendido?

    Segunda: Quisiera recitar unapoesa al Papa. El ttulo de la poesaes La paz se construye.

    Es verdad, la paz se construye ca-da da. No quiere decir que no exis-tan guerras. Con dolor existirn lasguerras... Pensemos que un da nohabr guerras, y luego?, para nocaer en otra guerra se construye lapaz cada da. La paz no es un pro-ducto industrial: la paz es un pro-ducto artesanal. Se construye cadada con nuestro trabajo, con nuestravida, con nuestro amor, con nuestracercana, con nuestro querernos mu-tuamente. Entendido? La paz seconstruye cada da!

    Santidad, no se cansa de estaren medio de tanta gente? No qui-siera un poco de paz?.

    Yo, muchas veces, quisiera un po-co de tranquilidad, descansar un po-co ms. Esto es verdad. Pero estarcon la gente no quita la paz. S, hayruido, bullicio, hay movimiento. Pe-ro esto no quita la paz. Lo que quitala paz es el hecho de no querernos.Eso quita la paz! Lo que quita lapaz son los celos, las envidias, la

    avaricia, tomar las cosas de los de-ms: eso quita la paz. Pero estar conla gente es hermoso, no quita la paz.Cansa un poco porque uno se cansa,yo no soy un jovencito... Pero noquita la paz.

    Cuarta pregunta, de un nio egip-cio. Querido Papa, nosotros veni-mos de pases pobres y con guerras.La escuela nos ayuda mucho. Porqu las personas poderosas no ayu-dan a la escuela?.

    Por qu las personas poderosasno ayudan a la escuela? Se puedeincluso hacer la pregunta un pocoms amplia: por qu tantas perso-nas poderosas no quieren la paz?Porque viven de las guerras! La in-dustria de las armas: esto es grave!Los poderosos, algunos poderosos,obtienen beneficios con la fabrica-cin de armas, y venden las armas aeste pas que est contra aquel otro,y luego las venden al otro que escontrario a este... Es la industria dela muerte. Y tienen ganancias. Voso-tros sabis que la avaricia nos hacemucho mal: el deseo de tener ms,ms, ms dinero. Cuando vemos quetodo gira alrededor del dinero elsistema econmico gira en torno aldinero y no en torno a la persona, alhombre, a la mujer, sino al dinerose sacrifica mucho y se declara laguerra por defender el dinero. Y poreso mucha gente no quiere la paz.Se gana ms con la guerra. Se ganadinero, pero se pierden vidas, sepierde la cultura, se pierde la educa-cin, se pierden muchas cosas. Espor esto que no la quieren. Un sa-cerdote anciano que conoc haceaos deca esto: el diablo entra a tra-vs de la billetera. Por la codicia. Ypor eso no quieren la paz.

    Rafael, me ha conmovido mucholo que has dicho (lo dice en espa-ol). Me sent conmovido. Tu pre-gunta la hiciste en espaol. Quisie-

    Discurso preparado por el Santo Padre para el encuentro

    Quien da el primer pasoEl verdadero constructor de la pazes el que da el primer paso hacia elotro. Lo escribi el Papa Franciscoen su discurso preparado para laaudiencia.

    Queridos jvenes:Os agradezco la invitacin que

    me hicisteis de trabajar con voso-tros en la fbrica de la paz. Es unbuen lugar de trabajo, porque setrata de construir una sociedad sininjusticias ni violencias, en el que

    cuelas, pertenecientes a diversas et-nias y religiones; la fundacin LaFbrica de la paz, que ha promo-vido este proyecto educativo; losprofesores y los padres; el Ministe-rio de educacin y la Conferenciaepiscopal italiana. Es un hermosocamino, que requiere valenta y tra-bajo, para que todos comprendanla necesidad de un cambio de men-talidad para garantizar la seguridada los nios del planeta, en especiala los que viven en zonas de guerray persecucin. Tomando en cuenta

    vuestras preguntas, quisiera darosalgunas sugerencias para trabajarbien en esta fbrica de la paz.

    Comienzo precisamente por laexpresin fbrica de la paz. Eltrmino fbrica nos dice que lapaz es algo que hay que hacer, quehay construir con sabidura y tena-cidad. Pero para construir un mun-do de paz hay que comenzar desden u e s t ro mundo, o sea desde losambientes donde vivimos todos losdas: la familia, la escuela, el patio,el gimnasio, el oratorio... Y es im-portante trabajar junto con las per-sonas que viven a nuestro lado: losamigos, compaeros de escuela, pa-dres y educadores. Se necesita laayuda de todos para construir unfuturo mejor. A los adultos, tam-bin a las instituciones, les competeestimularos, sosteneros y educarosen los valores autnticos. Y voso-tros, os pido, jams os rindis, nisiquiera ante las dificultades y lasincomprensiones. Cada accin y ca-da gesto vuestro hacia el prjimopuede construir la paz. Por ejem-plo, si os sucede que peleis con uncompaero, hacer inmediatamentelas paces; o pedir disculpas a lospadres y a los amigos, cuando sefalt en algo. El autntico construc-tor de la paz es el que da el primer

    SIGUE EN LA PGINA 7

    SIGUE EN LA PGINA 7

    Los tuits en@Pontifex_es

    14 M AY [11.14 AM] Queridos padres ymadres, hay que tener mucha pa-ciencia y perdonar de corazn

    16 M AY [10.45 AM] Es mejor unaIglesia herida, pero que hace cami-no, que una Iglesia enferma porquese cierra en s misma

    19 M AY [11.19 AM] Dios siempre nosespera, siempre nos comprende,siempre nos perdona

    cada nio y cada jo-ven pueda ser escu-chado y crecer en elamor. Hay mucha ne-cesidad de fbricas dela paz, porque lamen-tablemente las fbricasde guerra no faltan.La guerra es fruto delodio, del egosmo, dequerer poseer cada vezms y predominar so-bre los dems. Y voso-tros para contrarrestar-la os comprometis adifundir la cultura dela inclusin, de la re-conciliacin y del en-cuentro. En este pro-yecto estis implicadosen gran nmero: voso-tros alumnos de las es-

  • nmero 21, viernes 22 de mayo de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pgina 7

    A los jvenes y nios de las escuelas italianas Quien dael primer paso

    paso hacia el otro. Y esto no esdebilidad, sino fuerza, la fuerzade la paz. Cmo pueden aca-bar las guerras en el mundo, sino somos capaces de superarnuestras pequeas incompren-siones y nuestras rias? Nues-tros actos de dilogo, de per-dn, de reconciliacin, son la-drillos que sirven para cons-truir el edificio de la paz.

    Otra cosa muy hermosa devuestra fbrica es que no tienef ro n t e ra s : se respira un clima deacogida y de encuentro sin ba-rreras o exclusiones. Ante per-sonas que provienen de pases oetnias diferentes, que tienenotras tradiciones y religiones,vuestra actitud es la del conoci-miento y del dilogo, para lainclusin de todos, respetandolas leyes del Estado. Y luegohabis comprendido que paraconstruir un mundo de paz esindispensable interesarse porlas necesidades de los ms po-bres, de los que ms sufren yson abandonados, incluso losalejados. Pienso en muchos devuestros coetneos que slo porel hecho de ser cristianos fue-ron expulsados de sus casas, desus pases, y alguno fue asesina-do porque tena la Biblia en lamano. Y as, el trabajo de vues-tra fbrica se convierte verda-deramente en una obra de amor.Amar a los dems, especialmen-te a los ms desfavorecidos, sig-nifica testimoniar que cada per-sona es un don de Dios. Cadap ersona!

    Pero precisamente la paz mis-ma es un don de Dios, un donque hay que pedir con confian-za en la o ra c i n . Por eso es im-portante no slo ser testimoniosde paz y de amor, sino tambintestimonios de oracin. La ora-cin es hablar con Dios, nues-tro Padre que est en los cielos,y confiarle los deseos, las ale-gras, los disgustos. La oracines pedirle perdn cada vez queuno se equivoca y comete algnpecado, con la certeza de quel perdona siempre. Su bondadhacia nosotros nos impulsa aser, tambin nosotros, miseri-cordiosos hacia nuestros herma-nos, perdonndolos de corazncuando nos ofenden o nos ha-cen el mal. Y, por ltimo, lapaz tiene un rostro y un cora-zn: el rostro y el corazn deJess, el Hijo de Dios, que mu-ri en la cruz y resucit precisa-mente para dar la paz a cadahombre y a toda la humanidad.Jess es nuestra paz (Ef 2,14), porque derrib el muro delodio que separa a los hombresentre s.

    Esto es, queridos jvenes, yqueridos amigos, lo que queradeciros. Os agradezco de nuevopor haberme involucrado en lafbrica de la paz. Trabajemosjuntos en esta gran fbrica. Ospido, por favor, que no os olvi-dis de rezar por m. Por miparte, os recuerdo con afecto,rezo por vosotros y os bendigo.

    VIENE DE LA PGINA 6

    VIENE DE LA PGINA 6

    ras saber: Existe alguna razn porla cual un nio, sin hacer nada malo,pueda venir al mundo, nacer, con losproblemas que yo he tenido? Qume sugiere que puedo hacer a fin deque los nios como yo no sufran?.

    Esta pregunta es una de las msdifciles de responder. No hay res-puesta! Hubo un gran escritor ruso,Dostoyevski, que haba planteado lamisma pregunta: por qu sufren losnios? Slo se puede elevar los ojosal cielo y esperar respuestas que nose encuentran. No hay respuestas pa-ra esto, Rafael. En cambio, s existenpara la segunda parte: Qu puedohacer yo para que un nio no sufra osufra menos?. Estar cerca de l.Que la sociedad trate de tener cen-tros de atencin, de curacin, centrostambin de ayuda paliativa para queno sufran los nios; que desarrolle laeducacin de los nios con enferme-dades. Se debe trabajar mucho. A mno me gusta decir por ejemploque un nio es discapacitado. No!

    a muerte, encerrndolo en cadenaperpetua... El trabajo debe ser siem-pre el de reintegrar, no permanecercados.

    Esta es una hermosa pregunta: Ysi una persona no quiere hacer laspaces contigo, t qu haras?.

    Ante todo el respeto por la liber-tad de la persona. Si esta persona noquiere hablar conmigo, no quiere ha-cer las paces conmigo, tiene dentrode s, no digo odio, pero un senti-miento en contra de m... Respetar!Rezar, pero nunca, nunca, vengarse.Jams! Respeto. T no quieres hacerlas paces conmigo, yo hice todo loposible por hacerlo, pero respeto estaeleccin tuya. Debemos aprender elrespeto. En el trabajo artesanal deconstruir la paz, el respeto hacia laspersonas est siempre, siempre, en elprimer lugar. Entendido? El respe-to!

    Y un joven detenido en Casal delMarmo hace esta pregunta: La res-puesta a los jvenes como yo a me-nudo es la crcel. Usted est dea c u e rd o ? .

    en su sociedad. As se construye lapaz como he dicho artesanal.

    T: Querido Papa, cmo puedeayudarnos la religin en la vida?.

    La religin nos ayuda porque noshace caminar en presencia de Dios;nos ayuda porque nos da los Manda-mientos, las Bienaventuranzas; sobretodo nos ayuda todas las religiones,porque todos tienen un mandamien-to que es comn a amar al prjimo.Y este amar al prjimo nos ayudaa todos para la paz. Nos ayuda a to-dos a construir la paz, a seguir ade-lante en la paz. Nos ayuda a todos.

    Papa, segn tu opinin, seremosun da todos iguales?.

    A esta pregunta se puede respon-der de dos formas: todos somos igua-les to dos!, pero no nos reconocenesta verdad, no nos reconocen estaigualdad, y por ello algunos son msdigamos la palabras, pero entre co-millas felices que los dems. Peroesto no es un derecho! Todos tene-mos los mismos derechos! Cuandono se ve esto, esa sociedad es injusta.

    Este nio tiene una habilidad dife-rente, una habilidad diferente. No esdiscapacitado. Todos tenemos habili-dad, todos. Todos tienen la capaci-dad de darnos algo, de hacer algo. Ala primera pregunta no respond; a lasegunda s.

    Querido Papa, hay posibilidadde perdn para quin ha hecho cosasmalas?.

    Escuchad bien esto: Dios perdonatodo! Entendido? Somos nosotroslos que no sabemos perdonar. Somosnosotros los que no encontramos ca-minos de perdn, muchas veces porincapacidad o porque la nia quehizo esta pregunta tiene al pap en lac rc e l es ms fcil llenar las crcelesque ayudar a seguir adelante a quiense ha equivocado en la vida. El ca-mino ms fcil? Vamos a la crcel. Yno hay perdn. El perdn, qu sig-nifica? Has cado? Levntate! Yo teayudar a levantarte, a reinsertarte enla sociedad. Siempre est el perdn ynosotros debemos aprender a perdo-nar, pero as: ayudando a reinsertar aquien se equivoc. Hay una hermosacancin que cantan los Alpinos. Dicems o menos as: En el arte de su-bir, la victoria no est en no caer, si-no en no permanecer cado. Todoscaemos, todos nos equivocamos. Peronuestra victoria ante nosotros mismosy ante los dems para nosotros mis-mos es no permanecer cados yayudar a los dems a no permanecercados. Y esto es un trabajo muydifcil, porque es ms fcil descartarde la sociedad a una persona que hacometido un gran error y condenarlo

    No. No estoy de acuerdo. Repitolo que he dicho: es la ayuda a levan-tarte de nuevo, a reinsertarte, con laeducacin, con el amor, con la cerca-na. Pero la solucin de la crcel es loms cmodo para olvidar a los quesufren. Os doy un consejo: cuandoos dicen que alguien est en la crcel,que ese otro est en la crcel, queotro tambin est en la crcel, deciosa vosotros mismos: Tambin yo pue-do cometer los mismos errores quecometi l. Todos podemos cometerlos errores ms graves. No condenarjams! Ayudar siempre a levantarsede nuevo y a reinsertarse en la socie-dad.

    Querido Papa, tengo nueve aosy siempre escucho hablar de la paz.Pero, qu es la paz? Me lo puedesexplicar? Aprovecho para decirte queen septiembre ir a Lourdes con UNI-TA L S I . Por qu no vienes y conducesel tren, as no llegamos con retra-so?.

    Has estado genial. Genial! La pazes ante todo que no haya guerras, pe-ro tambin que haya alegra, amistadentre todos, que cada da se d unpaso hacia adelante en favor de lajusticia, para que no haya nios quepasen hambre, para que no haya ni-os enfermos que no tengan la posi-bilidad de ser ayudados en su salud...Hacer todo esto es construir la paz.La paz es un trabajo, no es una for-ma de estar tranquilos... No, no! Lapaz autntica es trabajar para que to-dos encuentren solucin a los proble-mas, a las necesidades, que tienen ensu tierra, en su patria, en su familia,

    este encuentro?.Siempre! Cuando hacemos algo

    juntos, algo bello, algo bueno, todoscambian. Todos cambian algo. Y estonos hace bien. Seguir adelante coneste encuentro nos hace bien. Noshace mucho bien. Todos nosotros,hoy, tenemos que salir de este en-cuentro un poco cambiados: mejoreso peores?

    Nios: Mejores!Habis dicho peores?Nios: Mejores!Un poco cambiados para bien.Queridos nios y nias, muchas

    gracias por vuestras preguntas.Han sido geniales! Muchas gra-

    cias y rezad por m.

    Despus de la proyeccin de undocumental con mensajes y saludos, y labendicin, el Papa aadi:

    Trabajad por la paz! Entendido?Nios: S!

    Cmo era la otra frase? Dondeno hay justicia, no hay paz! Cmoera?

    Nios: Donde no hay justicia, nohay paz!

    Otra vez...Nios: Donde no hay justicia, no

    hay paz!Otra vez...Nios: Donde no hay justicia, no

    hay paz!

    No vive segn la justicia. Ydonde no hay justicia, nopuede estar presente la paz.Entendido? Lo decimosjuntos, veamos si sois capa-ces, me gustara repetirlojuntos ms de una vez...Estad atentos, es as:Donde no hay justicia,no hay paz!... Todos!

    [lo repiten ms veces:Donde no hay justicia,no hay paz!]

    Muy bien. Aprendedbien esto!

    Y la ltima pregunta, ladcimo tercera: Cambiade verdad algo despus de

  • nmero 21, viernes 22 de mayo de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pginas 8/9

    Cuatro mujeres canonizadas por el Papa Francisco

    El secreto de los santos

    Llamamiento en el Regina caeli

    Por el fin de la violencia en BurundiEl Pontfice, en el Regina caeli altrmino de la misa, lanz unllamamiento para pedir el fin de laviolencia en Burundi.Al trmino de esta celebracin, de-seo saludaros a todos vosotros quehabis venido a rendir homenaje alas nuevas santas, de manera espe-cial a las delegaciones oficiales dePalestina, Francia, Italia, Israel yJordania. Saludo con afecto a loscardenales, obispos y sacerdotes, ascomo a las hijas espirituales de las

    Juana Emiliade Villeneuve

    Naci en Tolosa (Francia) el 9 de mar-zo de 1811, tercera hija del conde JeanBaptiste M. Louis de Villeneuve y deJeanne Gabrielle Rosalie dAvessens.Fue bautizada el 11 de marzo. Emiliacreci en un ambiente de fe profunda;le inculcaron desde los primeros aosde la infancia un fuerte sentido del de-ber y de responsabilidad, as comoapertura a las necesidades de los de-ms.

    La formacin que le dio su madre, laactividad del padre, que diriga el tra-bajo agrcola de la hacienda, la cercanade Hauterive en Castres, donde la in-dustria comenzaba a desarrollarse cau-sando miseria y graves malestares a lasfamilias, la condujo a abrir su espritu asu futura misin: salir al encuentro delas pobrezas materiales y espirituales.

    En 1836 realiz su profundo deseo deconsagracin total a Dios y a los her-

    Permanecer en Cristo, unidos a lcomo los sarmientos a la vid, para darmucho fruto: este es el secreto de lossantos indicado por el Papa Franciscoa los fieles que el domingo 17 de mayo,por la maana, en la plaza de SanPedro, participaron en la misa decanonizacin de Juana Emilia deVilleneuve, Mara Cristina Brando,Mara Baouardy y Mara AlfonsinaDanil Ghattas.Los Hechos de los Apstoles nos hanpresentado la Iglesia naciente en el mo-mento en que elige a aquel que Diosllam a ocupar el lugar de Judas en elcolegio de los Apstoles. No se trata deasumir un cargo, sino un servicio. Y enefecto, Matas, sobre quien recae laeleccin, recibe una misin que Pedrodefine as: Es necesario que [] unose asocie a nosotros, testigo de su resu-rreccin de la resurreccin de Cris-to (Hch 1, 21-22). Con estas palabras,l resume qu significa formar parte delos Doce: significa ser testigo de la re-surreccin de Jess. El hecho de quediga se asocie a nosotros, permitecomprender que la misin de anunciara Cristo resucitado no es una tarea in-dividual: hay que vivirla de modo co-munitario, con el colegio apostlico ycon la comunidad. Los Apstoles vivie-ron la experiencia directa y estupendade la Resurreccin; son testigos ocula-res de tal acontecimiento. Gracias a sutestimonio autorizado, muchos creye-

    ron; y de la fe en Cristo resucitado hannacido y nacen continuamente las co-munidades cristianas. Tambin noso-tros, hoy, fundamos nuestra fe en el Se-or resucitado en el testimonio de losApstoles, que lleg hasta nosotros me-diante la misin de la Iglesia. Nuestrafe est unida firmemente a su testimo-nio como a una cadena ininterrumpidadesplegada a lo largo de los siglos noslo por los sucesores de los Apstoles,sino tambin por generaciones y gene-raciones de cristianos. En efecto, a imi-tacin de los Apstoles cada discpulode Cristo est llamado a convertirse entestigo de su resurreccin, sobre todoen los ambientes humanos donde esms fuerte el olvido de Dios y el extra-vo del hombre.

    Para que esto se realice, es necesariopermanecer en Cristo resucitado y ensu amor, como nos ha recordado la pri-mera Carta de san Juan: Quien per-manece en el amor permanece en Diosy Dios en l (1 Jn 4, 16). Jess lo ha-ba repetido con insistencia a sus disc-pulos: Permaneced en m Pe r m a n e -ced en mi amor (Jn 15, 4. 9). Este esel secreto de los santos: permanecer enCristo, unidos a l como los sarmien-

    tos a la vid, para dar mucho fruto (cf.Jn 15, 1-8). Y este fruto no es otra cosaque el amor. Este amor resplandece enel testimonio de la hermana Juana Emi-lia de Villeneuve, que consagr su vidaa Dios y a los pobres, a los enfermos,los presos, los explotados, convirtin-dose para ellos y para todos en signoconcreto del amor misericordioso delS e o r.

    La relacin con Jess resucitado es,por decirlo as, la atmsfera en laque vive el cristiano y en la cual en-cuentra la fuerza para permanecer fielal Evangelio, incluso en medio de losobstculos y las incomprensiones. Per-maneced en el amor: esto es lo quehizo tambin la hermana Mara Cristi-na Brando. La conquist completamen-te el amor ardiente al Seor; y de laoracin, del encuentro de corazn a co-razn con Jess resucitado, presente enla Eucarista, reciba la fuerza para so-portar los sufrimientos y entregarse co-mo pan partido a muchas personas ale-jadas de Dios y hambrientas de amorautntico.

    Un aspecto esencial cuando se datestimonio del Seor resucitado es launidad entre nosotros, sus discpulos, aimagen de la que subsiste entre l y elPadre. Tambin hoy ha resonado en elEvangelio la oracin de Jess la vsperade la Pasin: Que sean uno, como no-sotros (Jn 17, 11). De este amor eternoentre el Padre y el Hijo, que se derra-ma en nosotros por medio del EsprituSanto (cf. Rm 5, 5), toman fuerza nues-tra misin y nuestra comunin fraterna;de l brota siempre de nuevo la alegrade seguir al Seor en el camino de supobreza, su virginidad y su obediencia;y ese mismo amor llama a cultivar laoracin contemplativa. Lo experimentde modo eminente la hermana MaraBaouardy quien, humilde y analfabeta,supo dar consejo y explicaciones teol-gicas con extrema claridad, fruto deldilogo continuo con el Espritu Santo.La docilidad al Espritu Santo tambinhizo de ella un instrumento de encuen-tro y comunin con el mundo musul-mn. De igual modo, la hermana Ma-ra Alfonsina Danil Ghattas compren-di bien qu significa irradiar el amorde Dios en el apostolado, convirtindo-se en testigo de mansedumbre y uni-dad. Ella nos da un claro ejemplo de loimportante que es ser responsables losunos de los otros, vivir al servicio eluno del otro.

    Permanecer en Dios y en su amor,para anunciar con la palabra y con lavida la resurreccin de Jess, testimo-niando la unidad entre nosotros y lacaridad con todos. Esto es lo que hicie-ron las cuatro santas proclamadas hoy.Su luminoso ejemplo tambin interpelanuestra vida cristiana: de qu modosoy testimonio de Cristo resucitado? Esuna pregunta que debemos plantear-nos. Cmo permanezco en l, cmopermanezco en su amor? Soy capaz desembrar en la familia, en el ambientede trabajo, en mi comunidad, la semillade la unidad que l nos ha dado, ha-cindonos partcipes de la vida trinita-ria?

    Al volver hoy a casa, llevemos la ale-gra de este encuentro con el Seor re-sucitado; cultivemos en el corazn elcompromiso de permanecer en el amorde Dios, estando unidos a l y entrenosotros, y siguiendo las huellas de es-tas cuatro mujeres, modelos de santi-dad, que la Iglesia nos invita a imitar.

    cuatro santas. Que el Seor concedapor su intercesin un nuevo impulsomisionero a los respectivos pases deorigen. Que al inspirarse en su ejem-plo de misericordia, caridad y recon-ciliacin, los cristianos de estas tie-rras miren al futuro con esperanza,continuando por el camino de la so-lidaridad y la convivencia fraterna.

    Hago extensivo mi saludo a lasfamilias, grupos parroquiales, asocia-ciones y escuelas presentes, en espe-cial a los confirmandos de la archi-dicesis de Gnova. Dirijo un re-cuerdo especial a los fieles de la Re-pblica Checa, reunidos en el san-tuario de Svaty Kopeek, en la in-mediaciones de Olomouc, que hoyconmemoran los veinte aos de lavisita de san Juan Pablo II.

    Ayer, en Venecia fue proclamadobeato el sacerdote Luis Caburlotto,prroco, educador y fundador de lasHijas de San Jos. Damos gracias aDios por este Pastor ejemplar, quecondujo una intensa vida espiritual yapostlica, dedicada por completo albien de las almas.

    Quisiera tambin invitar a rezarpor el querido pueblo de Burundi,que est viviendo un momento deli-cado: que el Seor ayude a todos ahuir de la violencia y obrar respon-sablemente por el bien del pas.

    Nos dirigimos ahora con amor fi-lial a la Virgen Mara, Madre de laIglesia, Reina de los santos y mode-lo de todos los cristianos.

    Mara Cristinade la Inmaculada ConcepcinEn el siglo Adelaide Brando, naci enNpoles (Italia) el 1 de mayo de 1856.Fue bautizada el mismo da en la igle-sia de San Liborio. Recibi la PrimeraComunin el 8 de diciembre de 1864 yel 25 de diciembre de 1868, a la edadde casi doce aos, hizo voto de virgini-dad perpetua. Su aspiracin era ser vc-tima consagrada totalmente al Seor,as como reparadora. Sinti la vocacina la vida consagrada y expres el deseode entrar entre las Sacramentinas deNpoles. En 1856 tom el hbito reli-gioso con el nombre de hermana MaraCristina de la Inmaculada Concepcin.Ella vea en Jess eucarstico la vctimaperennemente sacrificada al Padre enreparacin y expiacin, y senta que su

    Mara AlfonsinaDanil Ghattas

    Mara de Jess CrucificadoB a o u a rd y

    Naci en Abellin (Nazaret) el 5 de ene-ro de 1846 en una familia greco-catli-ca. Fue bautizada con el nombre deMariam. Qued hurfana a los dosaos y la adopt el to, con quien, en1854, se traslad a Alejandra de Egip-to. Comprometida a los doce aos condesconocimiento por su parte, paraanular el matrimonio se cort el cabe-llo, suscitando la ira de los tos que larelegaron a la servidumbre.

    A un ex empleado que, al enterarsede los maltratos que sufra por parte delos parientes, la invit a rechazar la fe,inmediatamente declar: Soy hija dela Iglesia catlica, apostlica, romana.La reaccin fue un golpe de sable en lagarganta. Luego, totalmente debilitaday envuelta en una sbana, la abandona-ron en la calle. Se despert en una gru-ta, atendida por una religiosa vestidade azul Mariam deca que fue la Vir-gen que le profetiz su futuro. Cura-da, a los trece aos peregrin comocriada a Alejandra, Jerusaln y Beirut.

    En 1863 con la familia Naggiar setraslad a Marsella, donde sinti la lla-mada a la vida consagrada. En 1865 en-tr entre las Hermanas de San Jos dela Aparicin, pero no la admitieron a laprofesin, asustadas por los fenmenosextraordinarios que Mariam considera-ba una enfermedad: raptos, visiones y,desde el 29 de marzo de 1867, los estig-

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    sitio estaba junto al sagrario para entre-garse, con Jess Hostia, vctima de re-paracin y de expiacin perenne. Granayuda y consuelo recibi de san Ludo-vico de Casoria y del siervo de DiosMichelangelo Longo de Marigliano. El22 de noviembre de 1884, por invita-cin del Prepsito de Casoria, el can-nigo Domenico Maglione (hermano delcardenal Luigi Maglione, secretario deEstado de Po XII), la hermana Mara

    manos. Al inicio, el mbito de su mi-sin fue su ciudad. Al emitir los votosreligiosos especific su opcin de entre-gar todas sus energas para la salvacinde las almas ms pobres. Emilia pusola nueva congregacin bajo la protec-cin de la Inmaculada. El proyecto defundacin en tierras de misin se hizorealidad en diciembre de 1847. La aspi-racin fundamental de Emilia de

    Naci en Jerusaln el 4 de octubre de1843 en una familia que le dio una bue-na formacin cristiana. Fue bautizadael 19 de noviembre con el nombre deSoultaneh Mara. Tras madurar su vo-cacin a la vida consagrada, en 1858entr en el instituto de las Hermanasde San Jos de la Aparicin. El 30 dejunio de 1860 tom el hbito religiosocon el nombre de hermana Mara Al-fonsina; y en 1863 emiti la profesinreligiosa. El 6 de enero de 1874, en Be-ln, se le apareci por primera vez laVirgen Mara; a distancia de un aoexacto, tuvo lugar una segunda apari-cin y la Virgen la invit a dar vida auna nueva familia religiosa, que habra

    tomado el nombre de Congregacin delSanto Rosario. En julio de 1880 algu-nas jvenes Hijas de Mara, bajo lagua de don Tannous, comenzaron lavida comn que, segn cuanto haba si-do inspirado por la Virgen, adopt elnombre de Instituto de las Hermanasdel Santo Rosario. Tras obtener delSanto Padre en 1880 la dispensa delvoto de obediencia, que haba emitidoen la congregacin de la Hermanas deSan Jos, entr a formar parte de lacongregacin de las Hermanas del San-to Rosario y el 6 de octubre tom elhbito (manteniendo el nombre religio-so de hermana Mara Alfonsina). Emi-ti la profesin religiosa el 7 de marzode 1885. El 2 de noviembre de 1887 fueaprobada la Regla de las Hermanas del

    El deseo del Pontfice en una audiencia a religiosas

    Paz entre los pueblosUna invitacin a orar por la paz entre lospueblos dirigi el Papa a las religiosascarmelitas, que llegaron de Beln y deOriente Medio, y a las Hermanas delRosario que participaron en lacanonizacin. El Pontfice las recibi enaudiencia el lunes 18 de mayo, por lamaana, en la sala Clementina.

    Buenos das y muchas gracias por lavisita!

    Estoy muy contento de esta peregri-nacin de las religiosas con ocasin dela canonizacin de las nuevas santas. Elpresidente del Estado de Palestina medijo que de Jordania parti un avinlleno de religiosas. Pobre piloto... Mu-chas gracias!

    Os doy una misin: orar a las dosnuevas santas por la paz en vuestra tie-rra, para que acabe esta guerra intermi-nable y haya paz entre los pueblos. Yorar por los cristianos perseguidos, ex-pulsados de sus casas, de su tierra yvctimas de la persecucin con guanteblanco: es oculta, pero se hace. Perse-cucin con guante blanco y terroris-mo con guante blanco. Orad muchopor la paz. Ahora cada una de voso-tras, en su lengua, rece el Av e m a r aconmigo.

  • pgina 10 LOSSERVATORE ROMANO viernes 22 de mayo de 2015, nmero 21

    Las nubes, los muros,el mundoVIENE DE LA PGINA 4

    la obediencia. No en los captulosgenerales o provinciales: all se po-dr profundizar, pero comprenderla,slo en el misterio de Jess.

    Ahora pasemos a la pregunta: lavida consagrada es un don, un donde Dios a la Iglesia. Es verdad. Esun don de Dios. Vosotros hablis dela profeca: es un don de profeca.Es Dios presente, Dios que quierehacerse presente con un don: eligehombres y mujeres, pero es un don,un don gratuito. Tambin la voca-cin es un don, no es un recluta-miento de gente que quiere seguirese camino. No, es el don al coraznde una persona; el don a una con-gregacin; y tambin esa congrega-cin es un don. No siempre, sin em-bargo, este don es apreciado y valo-rado en su identidad y en su especi-ficidad. Esto es verdad. Existe latentacin de homologar a los consa-grados, como si fuesen todos la mis-ma cosa. En el Vaticano II se hizouna propuesta de ese tipo, de homo-logar a los consagrados. No, es undon con una identidad especial, quellega a travs del don carismticoque Dios hace a un hombre o a unamujer para formar una familia reli-giosa.

    Y luego un problema: la cuestinde cmo se acompaa a los religio-sos. A menudo las comunidades, so-bre todo femeninas, en nuestra Igle-sia local tienen inconvenientes paraencontrar serios acompaantes, for-madores, padres espirituales y confe-sores. O porque no comprenden loque es la vida consagrada, o porquequieren entremeterse en el carisma ydar interpretaciones que hacen malal corazn de la religiosa... Estamos

    hablando de las religiosas que en-cuentran este inconveniente, perotambin los hombres los tienen. Yno es fcil acompaar. No es fcilencontrar un confesor, un padre es-piritual. No es fcil encontrar unhombre con rectitud de intencin; yque la direccin espiritual, la confe-sin, no sea una conversacin entreamigos pero sin profundidad; o en-contrar a los rgidos, que no com-prenden bien dnde est el proble-ma, porque no entienden la vida re-ligiosa... Yo, en la otra dicesis quetena, aconsejaba siempre a las reli-giosas que venan a pedir consejo:Dime, en tu comunidad o en tucongregacin, no hay una hermanasabia, una hermana que viva bien elcarisma, una buena religiosa con ex-periencia? Haz la direccin espiri-tual con ella Pero es mujer.Es un carisma de los laicos. La di-reccin espiritual no es un carismaexclusivo de los presbteros: es uncarisma de los laicos. En el monaca-to primitivo los laicos eran los gran-des directores. Ahora estoy leyendola doctrina, precisamente sobre laobediencia, de san Silvano, un mon-je del Monte Athos. Era un carpin-tero, su profesin era carpintero, lue-go fue ecnomo, pero no era ni si-quiera dicono; era un gran directorespiritual. Es un carisma de los lai-cos. Y los superiores, cuando venque un hombre o una mujer en lacongregacin o en la provincia tieneel carisma de padre espiritual, se de-be tratar de ayudar a que se forme,para prestar ese servicio. No es fcil.Una cosa es el director espiritual yotra es el confesor. Al confesor voy,

    le digo mis pecados, escucho el bas-tonazo; luego me perdona todo y si-go adelante. Pero al director espiri-tual le tengo que decir lo que sucedeen mi corazn. El examen de con-ciencia no es el mismo para la confe-sin y para la direccin espiritual.Para la confesin, debes buscar dn-de has faltado, si has perdido la pa-ciencia, si has tenido codicia: esascosas, cosas concretas, que son peca-minosas. Pero para la direccin espi-ritual debes hacer un examen acercade lo que ha sucedido en el corazn;qu mocin del espritu, si tuve de-solacin, si tuve consolacin, si estoycansado, por qu estoy triste: estasson las cosas que debo hablar con eldirector o la directora espiritual. Es-tas son las cosas. Los superiores tie-nen la responsabilidad de buscarquin, en la comunidad, en la con-gregacin, en la provincia tiene estecarisma, dar esta misin y formarlos,ayudarles en esto. Acompaar en elcamino es ir paso a paso con el her-mano o con la hermana consagrada.Creo que en esto an somos inma-duros. No somos maduros en esto,porque la direccin espiritual vienedel discernimiento. Pero cuando teencuentras ante hombres y mujeresconsagrados que no saben discernirlo que sucede en su corazn, que nosaben discernir una decisin, es unafalta de direccin espiritual. Y estoslo un hombre sabio, una mujer sa-bia puede hacerlo. Pero tambin for-mados. Hoy no se puede ir slo conla buena voluntad: hoy el mundo esmuy complejo y tambin las cienciashumanas nos ayudan, sin caer en elpsicologismo, pero nos ayudan a ver

    el camino. Formarlos con la lecturade los grandes, de los grandes direc-tores y directoras espirituales, sobretodo del monacato. No s si teniscontacto con las obras del monacatoprimitivo: cunta sabidura de di-reccin espiritual haba all! Es im-portante formarlos con esto. Cmoredescubrir esta riqueza? La vidaconsagrada para el 80% tiene unrostro femenino: es verdad, hay msmujeres consagradas que hombres.Cmo es posible valorar la presen-cia de la mujer, y en especial de lamujer consagrada, en la Iglesia? Merepito un poco en lo que estoy pordecir: dar a la mujer consagradatambin esta funcin que muchoscreen que es slo de los sacerdotes;y tambin hacer concreto el hechode que la mujer consagrada es elrostro de la Madre Iglesia y de laMadre Mara, es decir, seguir ade-lante por el camino de la materni-dad, y maternidad no es slo tenerhijos. La maternidad es acompaaren el crecimiento; la maternidad espasar las horas junto a un enfermo,al hijo enfermo, al hermano enfer-mo; es entregar la vida en el amor,con el amor de ternura y de materni-dad. Por este camino encontraremosan ms el papel de la mujer en laIglesia.

    El padre Gaetano trat varios te-mas, por esto se me hace difcil res-ponder... Pero cuando me dicen:No! En la Iglesia las mujeres de-ben ser jefes de dicasterio, por ejem-plo. S, pueden, en algunos dicas-terios pueden; pero esto que pides esun simple funcionalismo. Eso no esredescubrir el papel de la mujer enla Iglesia. Es ms profundo y va poreste camino. S, que haga estas co-sas, que se las promueva ahora enRoma hay una que es rectora de unauniversidad, y eso es bueno; peroesto no es el triunfo. No, no. Esto esuna gran cosa, es una cosa funcio-nal; pero lo esencial del papel de lamujer tiene que ver lo dir en tr-minos no teolgicos con hacer queella exprese su genio femenino.Cuando tratamos un problema entrehombres llegamos a una conclusin,pero si tratamos el mismo problemacon las mujeres, la conclusin serdistinta. Ir por el mismo camino,pero ms rica, ms fuerte, ms intui-tiva. Por eso la mujer en la Iglesiadebe tener este papel; se debe expli-citar, ayudar a explicitar de muchasformas el genio femenino.

    Creo que con esto he respondidocomo he podido a las preguntas y aa la tuya. Y a propsito de genio fe-menino, he hablado de sonrisa, hehablado de paciencia en la vida decomunidad, y quisiera decir una pa-labra a esta hermana que he saluda-do de 97 aos: tiene 97 aos... Estall, la veo bien. Levante la mano,para que todos la vean... He inter-cambiado con ella dos o tres pala-bras, me miraba con ojos transparen-tes, me miraba con esa sonrisa dehermana, de mam y de abuela. Enella quiero rendir homenaje a la per-severancia en la vida consagrada. Al-gunos creen que la vida consagradaes el paraso en la tierra. No! Talvez el Purgatorio... Pero no el Para-so. No es fcil seguir adelante. Ycuando veo a una persona que haentregado su vida, doy gracias al Se-or. A travs de usted, hermana, doylas gracias a todas, y a todos losconsagrados. Muchas gracias!

    Canonizacin de cuatro nuevas santas

    trabajar por la salvacin de los mspobres se hizo realidad el 22 de ju-lio de 1846, cuando la nueva santaabri en Castres el primer Refugio.Durante el captulo general, el 6 deseptiembre de 1853, pidi y obtuvo,no sin dificultad, ser reemplazadaen el cargo de superiora general. Afinales de agosto de 1854 la epide-mia de clera, que ya invada Fran-cia, hizo su primera aparicin enCastres. Emilia la enfrent con lasarmas de siempre: oracin y cari-dad. El 27 de septiembre tuvo losprimeros sntomas del mal que lallev a la muerte el 2 de octubresucesivo, siendo ella la ltima vcti-ma de la enfermedad en Castres.Fue beatificada en Castres el 5 dejulio de 2009.

    VIENE DE LA PGINA 9

    Juana Emilia

    VIENE DE LA PGINA 9

    Cristina Brando se traslad a Caso-ria con sus hermanas de comuni-dad, junto a la propiedad Maglio-ne, y luego a la actual casa madreen la calle G. DAnna, donde cons-

    truy un maravilloso templo euca-rstico de estilo neo gtico. El 16 deagosto de 1903 el instituto adoptoficialmente el nombre de Vcti-mas Expiadoras de Jess Sacramen-tado. La finalidad de la obra porella fundada es la adoracin perpe-tua y promocin del culto divino,formacin de las jvenes de las cla-ses ms humildes, enseanza cate-qustica y escolar, asistencia a la in-fancia y otras obras asistenciales.Falleci el 20 de enero de 1906, porla maana, tras recibir los sacra-mentos. Juan Pablo II la beatific el27 de abril de 2003.

    Mara Cristina

    Santo Rosario, quienes, dos aosdespus, obtuvieron la deseadaaprobacin diocesana.

    Siendo ya religiosa, el 4 de octu-bre de 1890, vsperas de la fiesta deSanta Mara del Rosario, fue admi-tida en la Tercera Orden dominicaen el convento de los Predicadoresen Jerusaln.

    El 25 de marzo de 1927 regres ala casa del Padre. El 22 de noviem-bre de 2009 se celebr el rito debeatificacin en la baslica de laAnunciacin en Nazaret.

    VIENE DE LA PGINA 9

    Mara Alfonsina

    mas. El 14 de junio de 1867 entren el Carmelo de Pau donde el 27de julio tom el hbito con el nom-bre de Mara de Jess Crucificado.En 1870 parti hacia Mangalore pa-ra la fundacin de un monasterio,pero dos aos despus regres aPau por incomprensiones que, jun-tamente con una dolorosa infesta-cin diablica, constituyeron sugran purificacin. En 1872 la her-mana Mara confi a sus superioresque el Seor quera un Carmelo enBeln, donde lleg el 11 de septiem-bre de 1875 con la colaboracin ge-nerosa de Berta Dartigaux. Arqui-tecta y directora de los trabajos, el22 de agosto de 1878 sufri una ca-da, fracturndose un brazo que lue-go se convirti en gangrena. El 26de agosto muri santamente. JuanPablo II la beatific el 13 de no-viembre de 1983.

    VIENE DE LA PGINA 9

    Mara Baouardy

    Las hermanas de la Congrega-cin del Santo Rosario, estn ac-tualmente presentes en Tierra San-ta, Lbano, Egipto, Siria, Kuwait,en algunos emiratos del Golfo Pr-sico (Abu Dhabi, Shariqah) y enRoma.

  • nmero 21, viernes 22 de mayo de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pgina 11

    El Pontfice a los obispos de Mozambique en visita ad limina

    Invertir en educacin

    Invertir en la educacin de los jvenespara contrastar prepotencias ydesigualdades en Mozambique. Loindic el Papa a los obispos del pasafricano al recibirlos en audiencia elsbado 9 de mayo con ocasin de lavisita ad limina. En el discurso alos prelados, el Pontfice record lastensiones y los conflictos que hanminado el tejido social mozambiqueo.

    Amados hermanos en el episcopado:Sed bienvenidos ad limina Aposto-

    lorum, meta de la visita que estisrealizando en estos das para celebrary estrechar an ms, con vuestrasdicesis en el corazn, los vnculosentre vosotros y con la Iglesia de Ro-ma que preside en la caridad. Somosun nico pueblo, con una sola alma,llamados por el Seor que nos ama ysostiene. Con alegra fraterna os aco-jo y saludo, extendiendo mi saludo alos cardenales Alexandre y Jlio, alos obispos emritos, al clero diocesa-no y misionero, a los consagrados yconsagradas y a todos los fieles laicosde Mozambique, sobre todo a los ca-tequistas y animadores de las peque-as comunidades cristianas. Agradez-co a monseor Lcio Muandula laspalabras que me ha dirigido en nom-bre de toda la Conferencia episcopal,compartiendo las alegras y esperan-zas, dificultades y preocupaciones devuestro pueblo. Os expreso mi grati-tud por el generoso trabajo pastoralque llevis adelante en vuestras co-munidades diocesanas y os aseguromi constante unin y solidaridad es-piritual. Por mi parte, os pido que noos olvidis de rezar por m, para quepueda ayudar a la Iglesia en lo queel Seor desea que le ayude.

    Me amas?, le pregunta el Seora Pedro, y la pregunta sigue resonan-do en el corazn de sus sucesores. Y,ante mi respuesta afirmativa, me pi-de: Apacienta mis ovejas (cf. Jn21, 15-17). Y lo mismo estoy segurode ello os sucedi a vosotros. El Se-or se hace mendigo de amor y nosinterroga sobre la nica cuestin ver-daderamente esencial para apacentarsus ovejas, su Iglesia. Jess es el su-mo Pastor de la Iglesia y en su nom-bre y por su mandato tenemos la ta-rea de custodiar su rebao con plenadisponibilidad, hasta la entrega totalde nuestra vida. Dejemos de lado to-da importancia eventual y las falsaspresunciones, para inclinarnos a la-var los pies de los que el Seor nosha confiado.

    En vuestra solicitud pastoral reser-vis un lugar particular, muy particu-lar, a vuestros sacerdotes. Dios nosmanda amar al prjimo, y el primerprjimo del obispo son sus sacerdo-tes, colaboradores indispensables, delos cuales buscis el consejo y la ayu-da, de quienes os preocupis comopadres, hermanos y amigos. Quevuestro corazn, vuestra mano yvuestra puerta permanezcan siempreabiertos para ellos. El tiempo que sepasa con ellos jams es tiempo perdi-do. Entre vuestros primeros deberes,est el cuidado espiritual del presbi-terio, pero no olvidis las necesidadeshumanas de cada sacerdote, sobre to-do en los momentos ms delicados eimportantes de su ministerio y de suvida.

    Juventud y paz, obra del artistamozambiqueo Malangatana Valente Ngwenya

    La fecundidad de nuestra misin,amados hermanos en el sacerdocio,no la asegura el nmero de los cola-boradores ni el prestigio de la insti-tucin, y ni siquiera la cantidad delos recursos disponibles. Lo quecuenta es estar impregnados delamor de Cristo, dejarse guiar por elEspritu Santo e introducir la propiaexistencia en el rbol de la vida, quees la cruz del Seor. Y de la cruz,supremo acto de misericordia yamor, se renace como nueva criatu-ra (Gl 6, 15). Querido sacerdote,eres alter Christus! De san Pablo, in-superable modelo de misionero cris-tiano, sabemos que trat de configu-rarse con Jess en su muerte paraparticipar en su resurreccin (cf. Flp3, 10-11). En su ministerio, experi-ment el sufrimiento, la debilidad yla derrota, pero tambin la alegra yel consuelo. Este es el misterio pas-cual de Jess: misterio de muerte yresurreccin. El misterio pascual esel corazn palpitante de la misinde la Iglesia. Si permanecis dentrode este misterio, estaris protegidostanto de una visin mundana ytriunfalista de la misin, como deldesaliento que puede nacer ante laspruebas y los fracasos.

    Pero, existirn an hoy misione-ros d