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    S E C C I O N I

    LOS CONTRATOS

    Segunda Parte

    LOS CONTRATOS EN PARTICULAR

    Captulo I

    CONTRATOS CONSENSUALES YSOLEMNES

    I. LA PROMESA

    85. Concepto. Es lgico comenzar elestudio de los contratos en particular conla promesa de celebrar un contrato. La pro-mesa de celebrar un contrato es, ella mis-ma, un contrato: el contrato de promesa.

    Diversas circunstancias suelen hacerimposible o inconveniente a las partes ce-lebrar, desde luego, un contrato proyecta-

    do, de modo que sea necesario postergarsu celebracin para un futuro prximo olejano.

    La necesidad de alzar un embargo queimpide la enajenacin, de proveerse delos fondos necesarios para pagar un pre-cio, de esperar el fallo de un juicio, depracticar un minucioso examen prelimi-nar de la cosa, son algunos de los mlti-ples obstculos que obstan a la celebra-cin inmediata del contrato.

    Si bien el contrato no puede celebrar-se an, interesa a menudo a las partesquedar desde ya comprometidas a cele-brarlo, cuando sean allanadas las dificul-tades presentes. Tal es el objeto de la pro-mesa y la razn de su considerable im-portancia prctica.

    La promesa es un contrato en queuna o ambas partes se obligan a celebraren el futuro un determinado contrato.

    86. La promesa es un contrato. Lapromesa de celebrar un contrato es uncontrato que tiene una fisonoma propia.

    Difiere la promesa de la simple ofer-ta, policitacin o propuesta. Supone unacuerdo de voluntades aunque slo unade las partes resulte obligada a celebrar

    el contrato prometido.Supngase que A promete vender aB su casa, al cabo de tres meses, por elprecio de $ 800.000. Es sta una simpleoferta o policitacin, que el oferente pue-de retirar a voluntad.

    Pero imagnese que B manifiesta suconformidad con la propuesta y declaraque est dispuesto a comprar, por el pre-cio indicado, si al cabo del plazo decideque le resulta conveniente el negocio. Hay

    concurso de voluntades y, por consiguien-te, contrato. Pero el contrato no es com-praventa porque A se oblig a vender,pero B no se oblig a comprar. El contra-to es una promesa unilateral de compra-

    venta.Supngase, por ltimo, que B acepta

    comprar en el precio fijado, al cabo delplazo que se seal. Esta vez ambas par-tes se han obligado recprocamente, A a

    vender y B a comprar. Pese a que las par-

    tes estn acordes en la cosa y en el pre-cio, no hay compraventa, porque el con-trato versa sobre bienes races y requiere,por lo tanto, el otorgamiento de escritu-ra pblica. El contrato es una promesabilateral de compraventa.

    87. Promesa y contrato prometido. Lapromesa y el contrato prometido son dosactos jurdicos diferentes, aunque medieentre ambos una ntima conexin.

    La promesa tiene por objeto celebrarotro contrato y produce el efecto de obli-gar a una de las partes o a ambas a cele-

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    brarlo. El contrato prometido puede te-ner los ms variados objetos y producirlos ms diversos efectos, segn su natu-raleza.

    Ambos contratos se suceden; la cele-bracin del contrato prometido importael cumplimiento de la promesa cuyos efec-tos, en consecuencia, se extinguen.

    Sin embargo, ambos contratos suelenconfundirse. Si el contrato prometido esconsensual, como una compraventa debienes muebles, la promesa puede equi-

    valer al contrato prometido.33A promete a B venderle su automvil

    en $ 150.000 y B promete comprar en

    ese precio. Esta promesa es equivalente auna compraventa.El Proyecto de 1853 estableca expresamen-

    te que, en caso de tratarse de un contrato de losque se perfeccionan por el solo consentimientode las partes, promesa y contrato prometido seidentifican.

    Se ha credo ver en la diferente redaccindel Proyecto y del Cdigo un radical cambio decriterio; para el Cdigo jams la promesa y elcontrato prometido llegaran a confundirse.

    Pero es ms probable que esa modificacin

    se deba a que se estim inoficioso consagrar unhecho demasiado obvio.

    88. Originalidad del Cdigo Civil. ElCdigo Civil reglamenta la promesa, engeneral, sin referirla a un determinadocontrato.

    En este punto el Cdigo ha sido ori-ginal. El Cdigo francs, su habitual mo-delo, se ocupa slo de la promesa de com-praventa.34

    Las reglas legales son aplicables, pues,cualquiera que sea el contrato que se pro-meta celebrar: compraventa, mutuo, so-ciedad.

    Con todo, la regla del art. 1554 nopuede referirse sino a la promesa de ce-lebrar un contrato real o solemne.

    As se explica que el N 4 establezcaque debe especificarse cabalmente el con-

    trato prometido, de modo que slo faltepara que sea perfecto la tradicin de lacosa, o las solemnidades que las leyes pres-criban.35

    Si el contrato no es real ni solemne,la cabal especificacin del contrato pro-metido, el completo acuerdo acerca desus estipulaciones, trae como consecuen-cia que el contrato quedar desde yaperfecto o, en otros trminos, la pro-mesa se identificar con el contrato pro-metido.

    89. Requisitos de la promesa. Elart. 1554 dispone: La promesa de cele-

    brar un contrato no produce obligacinalguna; salvo que concurran las circuns-tancias siguientes: 1) Que la promesaconste por escrito; 2) Que el contratoprometido no sea de aquellos que las le-

    yes declaran ineficaces; 3) Que la pro-mesa contenga un plazo o condicin quefije la poca de la celebracin del contra-to; 4) Que en ella se especifique de talmanera el contrato prometido que slofalten para que sea perfecto la tradicin

    de la cosa, o las solemnidades que lasleyes prescriban.Como antecedente de la disposicin slo se

    conoce el art. 1733 del Proyecto de 1853: Lapromesa de celebrar un contrato, especificndo-lo en todas sus partes, es una obligacin de ha-cer, y est sujeta a lo dispuesto en el artculo pre-cedente; a menos que el contrato sea de aquellosque se perfeccionan por el solo consentimientode los contratantes, en cuyo caso la promesaequivaldra al contrato mismo. La promesa de uncontrato que las leyes declaran ineficaz no ten-

    dr valor alguno.

    De la disposicin transcrita resulta quela promesa requiere los siguientes requi-sitos:

    a) que conste por escrito;b) que el contrato prometido sea v-

    lido;c) que se convenga un plazo o condi-

    cin para fijar la poca en que el contra-to prometido debe celebrarse, y

    33 Barros Errzuriz, Curso de Derecho Civil, t. III,N 45.

    34 Vase el art. 1598 del Cdigo francs. 35 Barros Errzuriz, ob. cit., t. III, N 45.

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    Segunda Parte: Los contratos en particular

    d) que el contrato prometido se es-pecifique de tal modo que para su per-feccionamiento falte slo la tradicin dela cosa o las solemnidades legales.

    90. La promesa debe constar por es-crito. Como la ley exige slo la constan-cia escrita, bastar el otorgamiento de unaescritura privada.

    Es suficiente una escritura privadaaunque el contrato prometido requierapara su perfeccionamiento que se otor-gue escritura pblica. La exigencia de unaescritura pblica, a pretexto de que larequiere el contrato prometido, importa-

    ra crear una solemnidad no exigida porla ley.El N 4 del art. 1554 es concluyente y

    pone de manifiesto que el legislador noha intentado someter a las mismas solem-nidades la promesa y el contrato que sepromete.36

    Por otra parte, cuando el legisladorha querido que la promesa conste porescritura pblica, lo ha dicho expresamen-te. As, el art. 1787 dispone que las pro-

    mesas que se hacen los esposos, en consi-deracin al matrimonio, debern constarpor escritura pblica.

    El contrato de seguro constituye una impor-tante excepcin. El art. 515 del Cdigo de Co-mercio dispone que ajustado verbalmente valecomo promesa, con tal que los contratantes ha-yan convenido formalmente en la cosa, riesgo yprima.

    La Ley N 19.932 agrega un nuevo ar-tculo (138 bis) a la Ley General de Ur-

    banismo y Construcciones, estableciendosolemnidades particulares con relacin alcontrato de promesa de compraventa ce-lebrado por personas naturales o jurdi-cas que se dediquen a la actividad inmo-biliaria o de construccin de bienes races.

    Dicha norma dispone que Las per-sonas naturales o jurdicas que tengan porgiro la actividad inmobiliaria o aquellasque construyan o encarguen construir bie-

    nes races destinados a vivienda, localescomerciales u oficinas, y que celebrencontratos de promesa de compraventa,debern otorgarlos mediante instrumen-tos privados autorizados ante notario ycaucionarlos mediante pliza de seguroo boleta bancaria, aceptada por el promi-tente comprador. Esta garanta, debida-mente identificada, se incorporar al con-trato a favor del promitente comprador,en un valor igual a la parte del precio delbien raz entregado por ste y estableci-do en el contrato de promesa respectivo,para el evento de que ste no se cumpladentro del plazo o al cumplimiento de la

    condicin establecidos por el promitentevendedor. La garanta permanecer vigen-te mientras el inmueble se encuentre su-

    jeto a cualquier gravamen o prohibicinemanado directamente de obligacionespendientes e imputables al promitente

    vendedor y hasta la inscripcin del domi-nio en el registro de propiedad del res-pectivo conservador de bienes races, afavor del promitente comprador.

    Los notarios pblicos no autorizarn

    los contratos de promesa de compraven-ta a que se refiere el inciso anterior si nose ha constituido la garanta a favor delpromitente comprador.

    Por su parte, el artculo 2 de la mis-ma Ley N 19.932 sanciona con las pe-nas asignadas al delito de estafa a laspersonas naturales o jurdicas que, connimo de defraudar, suscribieren o hi-cieren suscribir promesas de compraven-ta sin cumplir con los requisitos antes

    sealados.91. El contrato prometido debe ser

    vlido. La promesa requiere que el con-trato prometido no sea de aquellos quela ley declara ineficaces o, ms exacta-mente, que sea vlido, que no adolezcade nulidad.

    La ley se refiere ciertamente a la nu-lidad del contrato prometido por omi-sin de requisitos intrnsecos o de fondo.

    Se comprende que los requisitos de for-ma debern observarse cuando llegue elmomento de su celebracin.

    36 Claro Solar, Explicaciones de Derecho Civil chi-leno y comparado, t. XI, N 1203; Alessandri,De la com-praventa, t. II, Nos 2079 y sgtes.

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    Por esto, es nula la promesa de com-praventa entre cnyuges no divorciadosperpetuamente; la ley prohbe la celebra-cin de dicho contrato y ste adolece,por lo tanto, de objeto ilcito.

    Pero es vlida la promesa de compra-venta de bienes de incapaces, celebradasin autorizacin judicial. La autorizacines un requisito de forma de la compra-

    venta y deber cumplirse cuando este con-trato se celebre.

    92. Promesa de compraventa de bie-nes embargados. El art. 1464, N 3, de-clara que hay objeto ilcito en la enajena-

    cin de bienes embargados y el art. 1810aade que no pueden venderse las cosascuya enajenacin est prohibida por laley.

    Es vlida la promesa de compraven-ta de bienes embargados?

    La promesa es vlida y debe enten-derse celebrada bajo la condicin de quelos bienes pueden ser enajenados en elmomento de la celebracin del contratoprometido.37

    La existencia de un embargo ser unmotivo frecuente en la prctica para quelas partes no puedan celebrar de inme-diato la compraventa y se vean obligadasa recurrir a una promesa.

    93. Estipulacin de un plazo o condi-cin. La promesa supone que las partesno pueden o no quieren celebrar de in-mediato el contrato que proyectan y quepostergan su realizacin para un tiempo

    futuro. Las obligaciones del contrato depromesa siempre quedarn diferidas paradespus de su celebracin.

    Es indispensable, por lo mismo, esta-blecer cundo debern las partes cum-plir las obligaciones que la promesa lesimpone, en qu momento debe celebrar-se el contrato prometido.

    Este tiempo puede sealarse de dosmaneras: mediante la fijacin de un pla-zo o por medio de la estipulacin de una

    condicin.

    Pero no es preciso que el plazo o con-dicin marque el instante preciso en queel contrato debe celebrarse; basta que pormedio de estas modalidades se seale lapoca de su celebracin.

    94. Estipulacin de un plazo para fi-jar la poca de la celebracin del contra-to prometido. La fijacin de un plazo esla forma ms certera para determinar lapoca de la celebracin del contrato pro-metido. El plazo es un hecho futuro ycierto y, por lo tanto, posterga la celebra-cin del contrato para un tiempo que ne-cesariamente ha de llegar.

    Se podr estipular, por ejemplo, queel contrato se celebrar el da tal, al cabode tantos meses, etc.

    El plazo posterga la exigibilidad delas obligaciones derivadas de la promesa

    y es, por lo tanto, un plazo suspensivo. Elcontrato prometido deber verificarse una

    vez expirado el plazo.38Vencido el plazo, por consiguiente,

    los contratantes podrn deducir las ac-ciones pertinentes para obtener que se

    celebre el contrato prometido. La CorteSuprema se ha inclinado a considerar queel plazo es extintivo. Vencido el plazo, enconsecuencia, quedaran extinguidas lasobligaciones y derechos derivados de lapromesa y el contrato prometido defini-tivamente frustrado.39

    Esta interpretacin es inadmisible.Supngase que se ha estipulado que elcontrato prometido se celebrar en el pla-zo de tres meses. Dentro del plazo, los

    contratantes podrn aducir que disponenan de un tiempo para cumplir y se ve-rn impedidos para demandar el cumpli-miento; vencido el trmino, su derechopara reclamar que el contrato se cumplase habr esfumado.

    El plazo no es ms extintivo que si seconviene que el precio de una compra-

    venta se pagar dentro de tres meses. Na-

    37 Claro Solar, ob. cit., t. XI, N 1207.

    38 Alessandri,De la compraventa, t. II, N 2107.39 R. de D. y J., t. XLI, sec. 1, pg. 354, y t. XLV,

    sec. 1, pg. 554. En contra R. de D. y J., t. XLII,sec. 1, pg. 251.

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    Segunda Parte: Los contratos en particular

    die ha pensado, hasta ahora, que trans-currido el plazo se extingue el derechodel vendedor; al contrario justamente por-que ha vencido el plazo se har exigible.

    Podr ciertamente estipularse que elcontrato deber precisamente celebrarsedentro del plazo y que, expirado ste, que-dar sin efecto la promesa. Tal estipula-cin importa un pacto comisorio.

    95. Estipulacin de una condicinpara fijar la poca de la celebracin delcontrato prometido. Puede ocurrir quelas partes no estn en situacin de prevercon certidumbre cundo se encontrarn

    en situacin de celebrar el contrato queproyectan; en tal caso, pactarn una con-dicin para fijar la poca en que debecelebrarse.

    Pero la condicin debe ser tal quesirva efectivamente para sealar esa po-ca. La Corte Suprema ha resuelto, gene-ralmente, que esa condicin debe ser de-terminada, esto es, que deba realizarsedentro de cierto plazo. Ha negado valora promesas en que se estipul una condi-

    cin indeterminada.40

    96. Especificacin del contrato pro-metido. Por ltimo, la promesa requiereque se especifique de tal modo el contra-to prometido que slo falte para que seaperfecto la tradicin de la cosa y las so-lemnidades legales en su caso.

    La especificacin del contrato signifi-ca que ste se individualice de tal modoque se sepa de qu contrato se trata y se

    precisen sus caractersticas para que nose confunda con otro.Si se promete celebrar un contrato de

    sociedad, deber individualizarse a las par-tes, indicarse el objeto de la sociedad, elcapital de la misma y cmo debe ser apor-tado, la forma de la administracin, etc.

    La especificacin del contrato que sepromete se justifica sobradamente. La pro-

    mesa, de otro modo, sera prcticamenteineficaz; quedara abierta la puerta parafuturas discusiones acerca del alcance delo estipulado. La especificacin del con-trato garantiza el cumplimiento de la obli-gacin u obligaciones de las partes y haceposible, en su hora, recabar su ejecucincompulsiva.

    97. Promesa unilateral de celebrar uncontrato bilateral. La doctrina ha discu-tido largamente sobre la validez de laspromesas unilaterales de celebrar un con-trato bilateral.

    La jurisprudencia se ha inclinado re-

    sueltamente por la nulidad de tales pro-mesas y parte de la doctrina la acompa-a.41 He aqu, someramente, sus argu-mentos:

    a) La ley exige que se especifique elcontrato prometido de modo que slofalte para su perfeccionamiento la tradi-cin o las solemnidades legales, y esta es-pecificacin no sera lo cabal que la leyexige si no consta en la promesa el pro-psito recproco de obligarse.

    Prometida la celebracin de un con-trato de compraventa de un inmueble, lapromesa debe expresar que una parte seobliga a vender y la otra a comprar; si asno fuera, faltara, adems de la solemni-dad legal, el consentimiento recproco delas partes, el mutuo acuerdo sobre la cosa

    y el precio, esencial en la compraventa.b) La promesa unilateral en que una

    de las partes no contrae ninguna obliga-cin y tiene la prerrogativa de aceptar o

    no la celebracin del contrato prometido,sera nula conforme al art. 1478. Su obli-gacin estara sujeta a una condicin po-testativa dependiente de su sola voluntad.

    La mayor parte de la doctrina es ad-versa a esta tesis.42

    40 R. de D. y J., t. XLV, sec. 1, pg. 176, yt. XLVI, sec. 1, pg. 906. Vanse, sin embargo, R.de D. y J., t. XLI, sec. 1, pg. 506, y Claro Solar,ob. cit., t. XI, N 1208.

    41 Alessandri,De la compraventa, t. II, Nos 2114y sgtes.; Barros Errzuriz, ob. cit., t. III, N 45.

    42 Claro Solar, ob. cit., t. XI, N 1211; Urrutia(Leopoldo), Promesas unilaterales de venta y decompraventa, R. de D. y J., t. XVI, 1 parte, pg. 5;Silva Imperiali, La promesa de celebrar un contrato,Nos 38 y sgtes.

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    a) La especificacin del contratoprometido tiende a individualizarlo y ha-cerlo inconfundible con otro. En unapromesa unilateral de compraventa, in-dividualizadas las partes, sealada la cosa

    y fijado el precio, el contrato futuro que-da especificado suficientemente y no esposible dudar acerca de la clase de con-trato de que se trata y del alcance de susestipulaciones.

    b) La exigencia de que las partes con-traigan en la promesa las obligaciones queson propias del contrato prometido, im-porta asumir de antemano las obligacio-nes de un contrato an inexistente.

    c) Si el legislador hubiera entendidoque era menester que ambas partes en lapromesa contrajeran obligaciones recpro-cas, ciertamente lo habra expresado,como lo hizo el art. 98 que define losesponsales como la promesa de matrimo-nio mutuamente aceptada.

    d) Es sabido que el Proyecto de 1853estableca que la promesa y el contratoprometido consensual se identifican. Asocurre, en efecto, pero a condicin de

    que la promesa sea bilateral. La promesaunilateral de compraventa de bienes mue-bles no puede identificarse con el con-trato prometido porque falta el acuerdosobre la cosa y el precio.

    La aseveracin del Proyecto contena,pues, una verdad slo parcial. Su elimi-nacin del texto definitivo del Cdigo seha debido probablemente a la compro-bacin de este aserto. No se identificanel contrato prometido consensual y la pro-

    mesa unilateral de celebrarlo. Pero paraqu preocuparse de la promesa unilate-ral si, en concepto del legislador, no fue-ra vlida?

    e) En fin, no se perciben razones mo-rales o jurdicas para prohibir las prome-sas unilaterales que responden a una sen-tida necesidad en la vida de los negocios.

    Para sortear estas discusiones, movido poruna imperativa necesidad prctica, el Cdigo deMinera ha establecido en su art. 169, inc. 1:

    Ser vlido el contrato de promesa de venta deuna pertenencia o parte alcuota de ella, de ac-ciones en una sociedad minera y, en general, de

    cualquier otro derecho regido especialmente porel presente Cdigo, aunque se estipule que esfacultativo para el promitente comprador reali-zar o no la compraventa.

    98. Efectos de la promesa. El art. 1554concluye que, concurriendo los requisi-tos legales, habr lugar a lo prevenidoen el artculo precedente.

    Esta referencia al art. 1553 pone demanifiesto que de la promesa nacen obli-gaciones de hacer. Por lo tanto, podr elacreedor instar por que se apremie al deu-dor para la ejecucin del hecho conveni-do o para que se le indemnicen los per-

    juicios derivados de la infraccin del

    contrato.El art. 531 del Cdigo de Procedi-miento Civil establece que si el hecho de-bido consiste en la suscripcin de un do-cumento o en la constitucin de unaobligacin, podr el juez proceder a nom-bre del deudor, cuando ste es requerido

    y no lo hace dentro del plazo que leseale el tribunal.

    II. LA COMPRAVENTA

    1. GENERALIDADES

    99. Concepto. La compraventa en-cuentra su origen en el primitivo truequeo cambio directo de una cosa por otraque, mientras no se conoci la moneda,fue el nico medio de que los hombres sesirvieron para suplir sus necesidades.

    Introducida la moneda como medida

    de valores, el trueque primitivo es reem-plazado por el cambio de cosas por dine-ro que facilitando las transacciones, ha per-mitido que el intercambio adquiera las

    vastsimas proyecciones que exige el des-envolvimiento de la vida contempornea.

    La compraventa es, en la actualidad,el principal motor del mundo econmi-co.43

    Define el art. 1793 el contrato de com-praventa: La compraventa es un contrato

    43 Baudry-Lacantinerie, ob. cit., t. III, N 445.

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    Segunda Parte: Los contratos en particular

    en que una de las partes se obliga a daruna cosa y la otra a pagarla en dinero.

    El contrato de compraventa es, ensuma, el cambio de una cosa por dinero.

    100. Caracteres del contrato de com-praventa. El contrato de compraventa esun contrato bilateral, oneroso regular-mente conmutativo, principal y normal-mente consensual.

    a) Puesto que las partes contratantesse obligan recprocamente, el contrato decompraventa es bilateral (art. 1493).

    Seala la definicin legal las princi-pales obligaciones que las partes contraen:

    dar el vendedor la cosa vendida y pagarel comprador el precio.Tales son las obligaciones fundamen-

    tales que el contrato genera para las par-tes; son de su esencia y sin ellas el contra-to no produce efectos civiles o degeneraen otro contrato diferente (art. 1444).

    Si el vendedor se obliga a dar unacosa y el comprador no contrae la obliga-cin recproca de pagarle un precio, o ala inversa, promete el comprador pagar

    un precio sin que se le ofrezca una cosaen cambio, no hay compraventa. El con-trato podra importar una donacin dela cosa o del precio.

    b) Debido precisamente a las presta-ciones mutuas que engendra, el contratode compraventa es un contrato oneroso.

    Cada parte reporta en el contrato uti-lidad de la obligacin que para con ellase contrae y se grava con la que toma asu cargo.

    c) La compraventa reviste, por lo ge-neral, el carcter de un contrato conmu-tativo.

    Las prestaciones a que respectivamen-te se obligan comprador y vendedor semiran como equivalentes (art. 1441). Noobsta para que el contrato tenga este ca-rcter la circunstancia de que las presta-ciones, en el hecho, no equivalgan. Im-porta solamente que las partes miren oconsideren sus mutuas prestaciones como

    equivalentes.Por excepcin, el contrato puede seraleatorio; la conmutatividad, por tanto,

    no es de la esencia de la compraventa. Esaleatoria la compraventa de cosas que noexisten, pero se espera que existan, a quese refiere el art. 1813.

    d) La compraventa es un contratoprincipal porque subsiste por s mismo,sin necesidad de otra convencin (art.1442).

    e) En fin, salvas las excepciones lega-les, el contrato de compraventa es con-sensual y se perfecciona por el solo con-sentimiento de las partes (art. 1443).

    El art. 1801, inc. 1, expresa, en efec-to, que la compraventa se reputa perfec-ta desde que las partes han convenido en

    la cosa y en el precio.Por excepcin la compraventa es so-lemne; la solemnidad consiste, por lo co-mn, en el otorgamiento de escriturapblica, como ocurre en los casos queprev el inc. 2 del art. 1801. El solo con-sentimiento de las partes no es suficien-te, en tales casos, para perfeccionar elcontrato.

    101. La compraventa es un ttulo trans-

    laticio de dominio. De acuerdo con loprevenido en los arts. 675 y 703, la com-praventa es un ttulo translaticio de do-minio, esto es, por su naturaleza sirve paratransferirlo.

    La compraventa, pues, no transfiereel dominio; el comprador no se hace due-o de la cosa vendida y el vendedor delprecio en virtud del contrato, sino de latradicin subsiguiente. Mientras la tradi-cin no se efecte, comprador y vende-dor son solamente acreedores de la cosa

    y del precio.La adquisicin del dominio, por tan-

    to, se verifica por medio de dos actosdiferentes: el contrato de compraventaque constituye el ttulo de la adquisicin

    y la tradicin que es el modo de adqui-rir.

    Tal es el sistema, de filiacin romni-ca, adoptado por nuestro Cdigo Civil y

    que el Mensaje sintetiza: un contrato pue-de ser perfecto, puede producir obliga-ciones y derechos entre las partes, pero

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    Manual de Derecho Civil. De las fuentes de las obligaciones

    no transfiere el dominio, no transfiereningn derecho real.

    El contrato slo genera obligaciones.En el sistema adoptado por el Cdigo fran-

    cs el contrato de compraventa es translaticio dedominio. El art. 1583 previene que la venta esperfecta entre las partes y la propiedad es adqui-rida de derechos por el comprador respecto delvendedor, desde que se ha convenido en la cosay en el precio, aunque la cosa no haya sido anentregada ni el precio pagado.

    El contrato de compraventa crea obligacio-nes y transfiere el dominio; es, al mismo tiem-po, ttulo y modo de adquirir.

    102. Elementos del contrato de com-

    praventa. La compraventa consiste, esen-cialmente, en un acuerdo de voluntadessobre la cosa y el precio.

    Hay en el contrato de compraventa,pues, tres elementos esenciales: el con-sentimiento de las partes, una cosa y unprecio, consensus, res, pretium.

    Las normas de carcter general quereglan la formacin del consentimiento,los vicios de que puede adolecer y susconsecuencias son aplicables al contrato

    de compraventa.Sin embargo, ser menester examinarsobre qu debe recaer el consentimientode las partes y las formas que a veces deberevestir.

    La cosa y el precio constituyen el ob-jeto, respectivamente, de las obligacionesde vendedor y comprador y les son apli-cables, en general, las normas de los arts.1460 y siguientes. Pero ser preciso estu-diar las reglas particulares que el legisla-

    dor ha dado para el contrato de compra-venta.Las personas que celebren el contra-

    to de compraventa deben ser legalmen-te capaces; son incapaces para celebrar-lo, por de pronto, los que carecen decapacidad para celebrar cualquier con-trato.

    Pero como el legislador ha estableci-do, adems, normas peculiares que regu-lan la capacidad para comprar y vender,

    es indispensable detenerse, tambin, aconsiderar la capacidad en relacin conel contrato de compraventa.

    2. FORMASDEL CONTRATODECOMPRAVENTA

    103. La regla general. El contrato decompraventa es un contrato consensual,salvas las excepciones legales, y se perfec-ciona, por tanto, por el solo consentimien-to de las partes.

    El art. 1801, inc. 1, dispone: La ven-ta se reputa perfecta desde que las parteshan convenido en la cosa y en el precio;salvas las excepciones siguientes.

    El acuerdo de las voluntades debeexistir, pues, relativamente a la cosa y alprecio; debe existir, adems, al decir de

    Pothier, relativamente a la venta, estoes, las partes han de estar acordes enque el contrato que celebran es de com-praventa.

    a) El consentimiento debe recaer, enprimer trmino, sobre la cosa que es ob-

    jeto del contrato. No existir acuerdo so-bre la cosa vendida cuando los contra-tantes padezcan de error, bien sobre laidentidad de la cosa especfica de que setrata (art. 1453), o sobre la sustancia o

    calidad esencial de la misma (art. 1454).b) El acuerdo de voluntades, en se-guida, debe versar acerca del precio y seoperar cuando el precio en que una par-te entiende comprar sea el mismo en quela otra entiende vender.

    c) Finalmente, el consentimiento deberecaer sobre la venta misma, esto es, serpreciso que una de las partes quiera ven-der y la otra comprar.

    Faltar el consentimiento al respecto

    cuando sean las partes vctimas de unerror sobre la especie de acto o contratoque se celebra, como si una de las partesentiende vender y la otra que se le haceuna donacin (art. 1453).

    104. Consentimiento en las ventasforzadas. El consentimiento de las par-tes debe manifestarse libre y espontnea-mente; si es el resultado de la fuerza, elcontrato adolece de nulidad.

    Sin embargo, suele ocurrir que el con-sentimiento en el contrato de compra-venta no se manifieste espontnea y li-

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    Segunda Parte: Los contratos en particular

    bremente. Tal cosa ocurre en las ventasforzadas como cuando, a instancias deun acreedor, se venden bienes del deu-dor para pagarse con el producto.

    Verdad es que el ejecutado vende asu pesar, porque el tribunal le obliga aello, a peticin del acreedor. Pero, por elhecho de obligarse, el deudor ha consen-tido de antemano en las consecuenciasde la obligacin, que otorga al acreedorun derecho de prenda general sobre susbienes e, implcitamente, ha autorizadoal acreedor para hacerlos vender, si la deu-da no es pagada.

    El ejecutado no consiente en la venta

    al tiempo en que se realiza; ha consentidoantes, al tiempo de constituirse en deudor.La venta forzada, pues, es una verda-

    dera compraventa.44

    105. Por excepcin la compraventaes solemne. El contrato de compraven-ta, de ordinario consensual, suele sersolemne. El carcter excepcional de lassolemnidades aparece claramente demanifiesto en el art. 1801.

    No ser suficiente, entonces, que laspartes convengan en la cosa y en el pre-cio para que el contrato se repute per-fecto. Menester ser, adems, que se cum-plan las solemnidades o requisitos deforma que la ley prescribe.

    106. Diversas clases de solemnidades.Las solemnidades de que est revestida lacompraventa pueden ser establecidas porla ley o por las partes contratantes. En

    otros trminos, pueden ser legales o vo-luntarias.Las solemnidades legales ordinarias

    son aquellas de que por la ley est reves-tida la compraventa de cierta clase de bie-nes, por ejemplo, los bienes races.

    Las solemnidades legales especialesson aquellas que la ley exige para la com-praventa en atencin a las circunstancias

    particulares en que se celebra o a las per-sonas que intervienen. Tales son las so-lemnidades que acompaan la venta debienes pertenecientes a incapaces.

    Las solemnidades voluntarias son lasque establecen las partes, sea aadindo-las a las que establece la ley, sea para ha-cer solemne una compraventa que es na-turalmente consensual.

    1) Solemnidades legales

    107. Solemnidades legales ordinarias.Las solemnidades legales ordinarias con-

    sisten en el otorgamiento de escritura,pblica. La escritura pblica, es, a la vez,requisito para el perfeccionamiento delcontrato y el nico medio de probar suexistencia. El art. 1701 previene que lafalta de instrumento pblico no puedesuplirse por otra prueba en los actos ycontratos en que la ley requiere esa so-lemnidad y su omisin har que los ac-tos se miren como no ejecutados o cele-brados.

    108. Casos en que la ley exige escri-tura pblica para la validez de la venta. Elart. 1801, inc. 2, previene: La venta delos bienes races, servidumbres y censos,

    y la de una sucesin hereditaria, no sereputan perfectas ante la ley, mientras nose ha otorgado escritura pblica.

    a) Es solemne, pues, la compraventade bienes races.

    La importancia de esta clase de bie-

    nes justifica la exigencia de que la com-praventa debe revestirse de formas quela constaten fehacientemente. Por otraparte, la tradicin de los inmuebles ven-didos debe verificarse por la inscripcinen el Registro del Conservador de Bie-nes Races; tal inscripcin ha de hacersemediante la exhibicin de un ttulo au-tntico.45

    44 El art. 671 dispone que, en las ventas forza-das que se hacen por decreto judicial a peticin deun acreedor, en pblica subasta, el juez inviste larepresentacin legal del deudor.

    45 El art. 57 del Reglamento del Conservadorpreviene que, para llevar a cabo la inscripcin, seexhibir al Conservador copia autntica del ttulorespectivo.

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    Manual de Derecho Civil. De las fuentes de las obligaciones

    b) Es tambin solemne la venta delos derechos de servidumbre y de censo.En verdad, estos derechos recaen siem-pre sobre bienes races y son, por lo tan-to, inmuebles (art. 580).

    c) En fin, es solemne la venta de unasucesin hereditaria, esto es, del derechopara que una persona reciba en una suce-sin todos o una cuota de los bienes quela forman.

    Algunas leyes especiales establecen excepciones:La Ley N 14.171, de 25 de octubre de 1960,

    dispone que no estn sujetos a la formalidad de laescritura pblica los actos translaticios de dominiode los bienes races a que se refiere el art. 67, otor-gados por la Corporacin de la Vivienda.

    Podrn otorgarse por escritura privada, firma-da ame notario, debiendo protocolizarse a ms tar-dar al da siguiente hbil al de su suscripcin. Mien-tras no se efecte la protocolizacin el acto notendr efecto alguno y si no se lleva a cabo opor-tunamente carecer de todo efecto legal (art. 68).

    109. Compraventa por intermedio demandatarios. Deber constar por escri-tura pblica el mandato para celebrar elcontrato de compraventa de los bienes a

    que se refiere el art. 1801, inc. 2?El examen de las normas legales per-tinentes lleva a la conclusin de que noes necesario que el mandato revista lasmismas formas que el contrato encomen-dado al mandatario.

    El art. 2123, que gobierna la mate-ria, destaca el carcter generalmente con-sensual del mandato, y aade que no seadmitir para acreditarlo la escritura pri-

    vada cuando las leyes requieran un ins-

    trumento autntico. El mandato debeconstar de escritura pblica cuando laley exige esta formalidad, como ocurrecon el que se otorgue para contraer ma-trimonio o para parecer en juicio.

    De este modo, la pretensin de que cons-te por escritura pblica el mandato para com-prar o vender los bienes que seala elart. 1801, inc. 2, importa la exigencia deuna solemnidad no prescrita por la ley.46

    Sin embargo, la doctrina general-mente estima que es necesaria la for-ma pblica47 y la jurisprudencia se hapronunciado sistemticamente en elmismo sentido.48

    110. La inscripcin no es requisito dela compraventa de bienes races. La ins-cripcin del contrato en el Registro dePropiedades del Conservador de BienesRaces del departamento no es solemni-dad de la compraventa, El contrato estperfecto desde que las partes, conveni-das en la cosa y en el precio, otorgan lacorrespondiente escritura pblica.

    La inscripcin es la manera de efec-tuar la tradicin de la cosa vendida, sista es un bien inmueble; en otros trmi-nos, es la forma como el vendedor cum-ple con la principal obligacin que el con-trato le impone.

    111. Es solemne slo la venta de in-muebles por su naturaleza. nicamentees solemne la compraventa de bienes in-muebles por su naturaleza.

    a) El art. 1801, inc. 3, previene: Losfrutos y flores pendientes, los rbolescuya madera se vende, los materiales deun edificio que va a derribarse, los ma-teriales que naturalmente adhieren alsuelo, como piedras y sustancias minera-les de toda clase, no estn sujetos a estaexcepcin.

    De este modo, es meramente consensualla compraventa de bienes muebles por anti-cipacin, bienes que se reputan tales, aun

    antes de su separacin, para los efectos deconstituir un derecho en favor de otra perso-na que el dueo (art. 571).

    b) Es tambin consensual la venta delos bienes inmuebles por destinacin, estoes, los que se encuentran permanente-mente destinados al uso, cultivo y benefi-cio de un inmueble.

    46 Vanse los Nos 577 y 578; en el mismo sentidoStitchkin, El mandato civil, N 80, pgs. 154 y sgtes.

    47 Barros Errzuriz, ob. cit., t. III, N 253,

    pg. 325.48 R. de D. y J., t. XX, 2 parte, sec. 1, pg. 37,y t. XXII, 2 parte, sec. 1, pg. 1085.

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    Segunda Parte: Los contratos en particular

    Vendidos separadamente del inmue-ble y puesto que dejan de estar destina-dos al uso, cultivo y beneficio del mismo,recobran su calidad natural de bienesmuebles.

    Por este motivo es consensual la com-praventa de los animales o aperos de la-branza de un fundo.

    112. Solemnidades legales especiales.La ley reviste de solemnidades especialesla compraventa por las circunstancias enque se celebra el contrato o la calidad delas personas que lo estipulan.

    a) As, se someten a formalidades es-

    peciales las ventas forzadas ante la justi-cia. La venta se hace, previa tasacin delinmueble y la publicacin de avisos, enpblica subasta, ante el juez (arts. 485 ysgtes. del C. de P. Civil).49

    El art. 495 del Cdigo de Procedimiento Ci-vil dispone que del remate debe levantarse unacta en el registro especial que, con tal objeto,debe llevar el secretario del juzgado que no seanotario.

    La disposicin dice textualmente: El acta deremate de la clase de bienes a que se refiere el

    inc. 2 del art. 1801 del Cdigo Civil, se extende-r en el registro del secretario que intervenga enla subasta, y ser firmada por el juez, el rematan-te y el secretario. Esta acta valdr como escriturapblica, para el efecto del citado artculo del C-digo Civil; pero se extender sin perjuicio de otor-garse dentro de tercero da la escritura definitivacon insercin de los antecedentes necesarios y conlos dems requisitos legales.

    El acta hace provisoriamente las veces de es-critura pblica para el perfeccionamiento delcontrato; pero la compraventa debe reducirse

    a escritura pblica, en el plazo perentorio in-dicado.

    La escritura deber ser suscrita por elrematante y por el juez, como represen-tante legal del vendedor. Para los efectos

    de la inscripcin, no admitir el Conser-vador sino la escritura definitiva de com-praventa (art. 497 del C de P. Civil).

    b) En las ventas de bienes pertene-cientes a personas incapaces las solemni-dades que comnmente acompaan la

    venta son la autorizacin judicial y la su-basta pblica (arts. 254, 393, 394, 484,488, 489).

    Las solemnidades referidas suelen seraplicables, tambin, a los bienes muebles.

    Tratndose de los cnyuges casadosen sociedad conyugal, los arts. 1749 y 1754del Cdigo Civil exigen la autorizacinde la mujer para enajenar y gravar los

    bienes races sociales y los de la mujer,respectivamente.

    2) Solemnidades voluntarias

    113. Solemnidades estipuladas por laspartes. Las partes pueden someter el con-trato de compraventa a las solemnidadesque deseen. Prcticamente la solemnidadconsistir en el otorgamiento de escritu-

    ra pblica o privada cuando la compra-venta es puramente consensual.Prev el art. 1802 esta situacin: Si

    los contratantes estipularen que la ven-ta de otras cosas que las enumeradasen el inc. 2 del artculo precedente nose repute perfecta hasta el otorgamien-to de escritura pblica o privada, podrcualquiera de las partes retractarsemientras no se otorgue la escritura ono haya principiado la entrega de la

    cosa vendida.Es menester que las partes estipulenexpresamente que el contrato de com-praventa, cuando ste es consensual, nose repute perfecto, sin embargo, si no seotorga escritura pblica o privada.

    Mientras no se otorgue la escritura,el pacto verbal es un simple proyecto; lafacultad de retractarse las partes es unalgica consecuencia de que el contratono se ha perfeccionado.

    La facultad de retractacin se man-tiene hasta que ocurra alguna de las doscircunstancias siguientes:

    49 Las normas indicadas rigen para la venta delos bienes embargados en el juicio ejecutivo; son apli-cables en caso de quiebra y, con algunas variantes, ala venta de bienes comunes, en el juicio de particin.

    Ley de Quiebras y art. 658 del C. de P. Civil. En laactual Ley de Quiebras, N 18.175, D. Of. de 28 deoctubre de 1982, vid. art. 122. (N. del E.)

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    a) hasta que se otorgue la escriturapblica o privada porque, perfecto el con-trato, no es lcito a las partes dejarlo uni-lateralmente sin efecto, o

    b) hasta que haya principiado la en-trega porque el cumplimiento del con-trato, sin que se haya otorgado la escritu-ra prevista, importa una tcita derogacinde la estipulacin que lo hizo solemne.

    3) Las arras

    114. Concepto de las arras y sus cla-ses. Consisten las arras en una cantidad

    de dinero u otras cosas muebles que sedan en garanta de la celebracin del con-trato, o bien en parte del precio o enseal de quedar convenidos.

    Las arras, por lo tanto, pueden ser dedos clases y tener una doble finalidad:

    a) sirven como garanta de la cele-bracin o ejecucin del contrato, y

    b) se dan como parte del precio o enseal de quedar las partes convenidas.

    115. Las arras como garanta. Lasarras, dadas en garanta de la celebra-cin o ejecucin del contrato, significanque las partes no han entendido ligarsedefinitivamente, sino que mutuamente sereservan la facultad de desdecirse perdien-do su valor.

    En efecto, el art. 1803 dispone: Si sevende con arras, esto es, dando una cosaen prenda de la celebracin o ejecucindel contrato, se entiende que cada uno de

    los contratantes podr retractarse; el queha dado las arras, perdindolas; y el quelas ha recibido, restituyndolas dobladas.

    Las arras de esta clase ponen de ma-nifiesto la fragilidad del contrato, puestoque no son sino un medio de poner a laspartes en situacin de desistir de l. Elcontrato se celebra bajo una condicinnegativa y suspensiva, que consiste en quelas partes no hagan uso de la facultad deretractacin.

    116. Tiempo en que las partes puedenretractarse. La facultad de retractarse no

    dura indefinidamente. El art. 1804 sealael plazo y dems condiciones que limitanesta facultad: Si los contratantes no hubie-ren fijado plazo dentro del cual puedanretractarse, perdiendo las arras, no habrlugar a la retractacin despus de los dosmeses subsiguientes a la convencin, ni des-pus de otorgada escritura pblica de la

    venta o de principiada la entrega.50a) La facultad de retractarse, por lo tan-

    to, tiene un lmite en el tiempo. Slo pue-de ejercitarse en el plazo fijado por las par-tes y, a falta de estipulacin, en el plazo dedos meses contados desde la convencin.

    b) Pero la facultad de retractarse pue-

    de extinguirse antes de los plazos indica-dos, cuando el contrato se reduce a escri-tura pblica o ha comenzado a efectuarsela entrega.

    117. Las arras en seal de quedar con-venidos o como parte del precio. Esta cla-se de arras constituyen un testimonio dela celebracin definitiva del contrato; enotras palabras, constituyen un medio deprueba de su celebracin.

    Las partes carecen de la facultad deretractarse porque el contrato de com-praventa ha quedado perfecto, a menosque requiera el otorgamiento de escritu-ra pblica.

    El art. 1805, inc. 1, previene: Si ex-presamente se dieren arras como partedel precio, o como seal de quedar con-

    venidos los contratantes, quedar perfec-ta la venta; sin perjuicio de lo prevenidoen el art. 1801, inc. 2.

    Para que las arras se entiendan dadasen seal de quedar convenidos o comoparte del precio es menester la concu-rrencia copulativa de estas dos circuns-tancias: a) que las partes lo convenganexpresamente, y b) que este convenioconste por escrito.

    Si as no fuere, se entienden las arrasdadas en garanta y facultadas las partespara retractarse. El art. 1805, inc. 2, es-tablece: No constando alguna de estas

    50 La regla del art. 1804 es aplicable, en todassus partes, solamente a las ventas consensuales.

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    Segunda Parte: Los contratos en particular

    expresiones por escrito, se presumir dederecho que los contratantes se reservanla facultad de retractarse segn los dosartculos precedentes.

    Las arras en garanta, pues, constitu-yen la regla general; para que pueda atri-burseles otro carcter es preciso un pac-to expreso y escrito.

    118. Las arras en el Cdigo de Co-mercio. El Cdigo de Comercio estable-ce sobre las arras reglas diametralmentecontrarias.

    Las arras se presumen dadas en partede prueba, salvo estipulacin en contra-

    rio, y no permiten a las partes retractarse.El art. 107 del Cdigo de Comerciodispone: La dacin de arras no importareserva del derecho de arrepentirse delcontrato ya perfecto, a menos que se hu-biere estipulado lo contrario. Y el art. 108del mismo Cdigo aade: La oferta deabandonar las arras o de devolverlas do-bladas no exonera a los contratantes dela obligacin de cumplir el contrato per-fecto o de pagar daos y perjuicios.

    4) Gastos del contrato de compraventa

    119. Los gastos son de cargo del ven-dedor. Supone el legislador que los gas-tos que demande el contrato de com-praventa han sido tomados en cuentaen el precio y establece que son de car-go del vendedor, salvo estipulacin con-traria.

    El art. 1806 dispone: Los impuestosfiscales o municipales, las costas de la es-critura y de cualesquiera otras solemni-dades de la venta, sern de cargo del ven-dedor, a menos de pactarse otra cosa.

    Los impuestos a que la disposicin serefiere son, obviamente, los que gravenla compraventa.

    3. LACOSAVENDIDA

    120. La cosa vendida, requisito esen-cial de la compraventa. No se concibe el

    contrato de compraventa sin que haya unacosa que se vende. La compraventa con-siste esencialmente en el cambio de unacosa por dinero.

    Si falta la cosa vendida, la obligacindel vendedor carecera de objeto; tal obli-gacin no podra existir y, por lo mismo,carecera de causa la obligacin del com-prador.

    121. Requisitos de la cosa vendida. Lacosa vendida debe reunir los requisitos pro-pios del objeto de toda declaracin de vo-luntad: ser lcito, determinado y existir oesperarse que exista. La cosa vendida debe

    reunir estos caracteres y, adems, los queson peculiares para el contrato de com-praventa. Tales requisitos son cuatro:

    a) debe ser comerciable;b) debe ser singular y determinada;c) debe existir o esperarse que exis-

    ta, yd) no debe pertenecer al comprador.

    1) La cosa vendida debe ser comerciable

    122. Cosas que no pueden venderse.Pueden ser objeto del contrato de com-praventa, en general, todas las cosas, tan-to corporales como incorporales, con talque la ley no prohba su enajenacin. Elart. 1810 dispone, en efecto: Pueden ven-derse todas las cosas corporales o incor-porales, cuya enajenacin no est prohi-bida por la ley.

    La compraventa no es propiamente

    un acto de enajenacin puesto que notransfiere el dominio; la cosa se hace aje-na por la tradicin subsiguiente.

    Si no mediara el texto legal citado,podra razonablemente entenderse quela venta de bienes cuya enajenacin laley prohbe sera vlida, y nula solamentela tradicin.

    La compraventa de cosas cuya enaje-nacin est prohibida es nula, de nuli-dad absoluta, porque adolece de ilicitud

    en el objeto.De esta manera, no pueden venderselas cosas embargadas, a menos que el juez

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    Manual de Derecho Civil. De las fuentes de las obligaciones

    lo autorice o el acreedor consienta en ello;las especies cuya propiedad se litiga, sinpermiso del juez que conoce del litigio;los derechos y privilegios que no puedentransferirse a otra persona (art. 1464), etc.

    2) La cosa vendida debe ser determinada ysingular

    123. Determinacin de la cosa. Lacosa vendida, de acuerdo con los princi-pios generales, debe ser determinada; ladeterminacin puede verificarse especfi-ca o genricamente. El art. 1461 dispone

    que las cosas que son objeto de una de-claracin de voluntad es menester queestn determinadas, a lo menos en cuan-to a su gnero.

    124. La cantidad de la cosa vendidapuede ser determinable. Cuando la cosa

    vendida se determina genricamente,debe igualmente determinarse la canti-dad.

    Pero la cantidad puede ser inicialmen-

    te incierta, esto es, no ser determinadasino solamente determinable. La determi-nacin posterior, sin embargo, no podrquedar entregada a un nuevo acuerdo delas partes, sino que deber verificarse deacuerdo con las normas sealadas en elcontrato mismo.

    El art. 1461, inc. 2, dispone que lacantidad puede ser incierta con tal queel acto o contrato fije reglas o contengadatos que sirvan para determinarla.

    De esta manera es viable la venta dela cantidad de carbn o petrleo que re-quiera una industria que puede determi-narse por la naturaleza o capacidad desus mquinas.

    125. La cosa vendida debe ser sin-gular. No es vlida la venta de una uni-

    versalidad jurdica. No es posible queuna persona venda su patrimonio, re-putado un atributo inherente de la per-

    sonalidad.El art. 1811 dispone sobre el particu-lar: Es nula la venta de todos los bienes

    presentes o futuros o de unos y otros, yase venda el total o una cuota.

    Una regla anloga consagra el Cdigo parael contrato de sociedad; segn el art. 2056, seprohbe toda sociedad a ttulo universal, sea debienes presentes y venideros, o de unos u otros.

    Para las donaciones entre vivos rige la nor-ma del art. 1409: Las donaciones a ttulo univer-sal no se extendern a los bienes futuros del do-nante, aunque ste disponga lo contrario.

    126. Es vlida la venta de todos losbienes de una persona, especificndolos.Pero los bienes todos de una persona pue-den venderse, con tal que se individuali-cen o inventaren en escritura pblica.

    El art. 1811 aade: pero ser vli-da la venta de todas las especies, gne-ros y cantidades que se designen porescritura pblica, aunque se extienda acuanto el vendedor posea o espere ad-quirir, con tal que no comprenda obje-tos ilcitos.

    Por tanto, la eficacia de la venta estcondicionada a los siguientes requisitos:a) que se especifiquen los bienes vendi-dos; b) que esta especificacin se haga

    en escritura pblica, y c) que no se com-prendan en la venta objetos ilcitos.Se entienden nicamente vendidos,

    no obstante cualquiera estipulacin encontrario, los bienes inventariados. Elart. 1811, inc. 2, concluye: Las cosas nocomprendidas en esta designacin se en-tendern que no lo son en la venta: todaestipulacin contraria es nula.

    3) La cosa vendida ha de existir o esperarseque exista

    127. Necesidad de la existencia ac-tual o futura de la cosa vendida. Confor-me al precepto general del art. 1461, noslo las cosas que existen pueden ser ob-

    jeto de una declaracin de voluntad, sinolas que se espera que existan.

    Pueden venderse, pues, las cosas pre-sentes y futuras, esto es, las que existen al

    tiempo de celebrarse el contrato y aque-llas cuya existencia se espera en el porve-nir.

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    Segunda Parte: Los contratos en particular

    128. Venta de la cosa que dej de exis-tir al tiempo del contrato. La inexisten-cia de la cosa al tiempo del contrato sinque se espere que llegue a existir produ-ce consecuencias diversas, segn que fal-te total o parcialmente.

    a) Si la cosa no existe en absoluto, nohay ni puede haber compraventa.

    El art. 1814 previene: La venta de unacosa que al tiempo de perfeccionarse elcontrato se supone existente y no existe,no produce efecto alguno.

    Es indiferente que comprador y ven-dedor supieran o ignoraran que la cosano existe; la falta total del objeto hace im-

    posible que el contrato se perfeccione.b) Si la cosa existe slo parcialmente,el contrato es viable. Pero como no existentegramente la cosa vendida y el compra-dor no podr obtener probablemente unasatisfaccin total, el inc. 2 del art. 1814 leotorga un derecho opcional: Si faltabauna parte considerable de ella al tiempode perfeccionarse el contrato, podr elcomprador a su arbitrio desistir del con-trato, o darlo por subsistente, abonando

    el precio a justa tasacin.Existe jurdicamente el contrato; perotoca al comprador decidir s desiste o per-severa en l, y en este ltimo caso, le asis-te el derecho de que se reajuste debida-mente el precio.

    Estos derechos competen slo al com-prador si la cosa faltaba en una parteconsiderable, o sea, en parte importan-te o digna de consideracin.

    129. Consecuencias de la mala fe delvendedor. La buena o mala fe del com-prador y vendedor, entendiendo por talsu conocimiento o ignorancia de la inexis-tencia de la cosa, no influye en la validezdel contrato.

    Pero tiene considerable importanciapara otros efectos. Si el vendedor supoque la cosa no exista en todo o partedebe reparar los perjuicios al compradorque lo ignoraba.

    El art. 1814, inc. 3, prescribe: El quevendi a sabiendas lo que en el todo oen una parte considerable no exista, re-

    sarcir los perjuicios al comprador debuena fe.

    130. Venta de cosa futura o que seespera que exista. Cosa futura es aquellaque no existe al tiempo del contrato, perose supone que existir a posteriori.

    La compraventa, en tal caso, se en-tiende verificada bajo la condicin sus-pensiva de que la cosa llegue a existir;fallida la condicin, o sea, si la cosa nollega a existir, la compraventa no se ha-br perfeccionado.

    El art. 1813 se refiere a la compra-venta de cosa futura y dispone que la

    venta de cosas que no existen, pero seespera que existan, se entender hechabajo la condicin de existir.

    Esta especie de compraventa es muycomn en la vida de los negocios. A com-pra a B 1.000 quintales de trigo de laprxima cosecha de su fundo; la compra-

    venta existir a condicin de que se cose-che trigo y no habr venta si el fundonada produce.

    131. Venta de la suerte. La compra-venta de cosa futura es, como se ha di-cho, condicional. Suele, sin embargo,adoptar un carcter diverso.

    El art. 1813 dispone que no se repu-tar condicional en contrato, subordina-do a la condicin de que la cosa llegue aexistir, cuando se estipule lo contrario opor la naturaleza del contrato aparezcaque se compr la suerte.

    Lo vendido, en tal caso, no es la cosa

    que se espera que exista, sino la suerte oesperanza.No obsta para que la venta sea per-

    fecta, por lo tanto, que la cosa no lleguea existir y que se frustren las previsionesde las partes.

    La no existencia de la cosa no influyeen la validez del contrato, sino en el pro-

    vecho que las partes reportarn de l, demodo que si no llega a existir el compra-dor experimentar sencillamente una pr-

    dida.Es clsico el ejemplo de Pothier deesta especie de compraventa. Si un pes-

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    Manual de Derecho Civil. De las fuentes de las obligaciones

    cador vende por determinado precio lospeces que saque en su red, el compra-dor debe pagar el precio convenido, aun-que no saque ninguno; lo vendido nofueron los peces mismos, sino el azar dela pesca.

    La venta de la suerte, pues, no es con-dicional, sino que pura y simple. El con-trato, en esta hiptesis, es eminentemen-te aleatorio.

    4) La cosa no debe pertenecer al comprador

    132. La compra de cosa propia no

    vale. La cosa propia puede pertenecer alvendedor o a un tercero, pero nunca alcomprador.

    El art. 1816 dispone: La compra decosa propia no vale: el comprador tendrderecho a que se le restituya lo que hu-biere dado por ella.

    Carece de inters el comprador paraintentar la adquisicin de una cosa quele pertenece.

    Pero ser menester que el compra-

    dor tenga sobre la cosa la propiedad ple-na o absoluta. Por esto el propietario fi-duciario podr comprar la cosa al fidei-comisario y la compraventa, vlida en talcaso, persigue una finalidad til eviden-te: evitarse el fiduciario tener que resti-tuir la cosa al tiempo de cumplirse la con-dicin.

    133. Venta de cosa ajena. Mientras lacompraventa de cosa propia adolece de

    nulidad, es vlida la compraventa de cosaajena.El art. 1815 establece, en forma pe-

    rentoria: La venta de cosa ajena vale, sinperjuicio de los derechos del dueo dela cosa vendida, mientras no se extinganpor el lapso de tiempo.

    La disposicin es la obligada conse-cuencia de ser la compraventa, en nues-tro derecho, como lo era en el derechoromano, simplemente productiva de obli-

    gaciones.Si, en virtud del contrato de compra-venta, mediante cierto precio, el vende-

    dor se obliga a entregar la cosa, a procu-rar al comprador la posesin tranquila o,an, a hacerle propietario de la cosa, nadaobsta para que la convencin sea vlida.51

    Puede el vendedor contraer la obli-gacin de hacer al comprador propieta-rio de una cosa que no le pertenece; laejecucin de la obligacin ser posibleen virtud de un arreglo entre el vende-dor y el dueo de la cosa.

    134. Efectos de la venta de cosaajena. Los efectos de la compraventa decosa ajena deben considerarse desde elpunto de vista del verdadero propietario

    y desde el punto de vista de las relacio-nes entre vendedor y comprador.

    135. Efectos con relacin al dueo dela cosa. El dueo de la cosa es totalmen-te extrao al contrato y a su respecto noproduce efecto alguno. El contrato es paral res inter alios acta.

    No contrae el dueo ninguna obliga-cin y conserva inclume su derecho depropiedad, mientras el comprador no

    haya llegado a adquirirlo por prescrip-cin. El art. 1815 se cuida de advertir quela validez de la venta de cosa ajena seentiende sin perjuicio de los derechosdel dueo de la cosa vendida, mientrasno se extingan por el lapso de tiempo.

    El derecho del dueo consistir enreivindicar la cosa contra el comprador,que ser regularmente quien la posea.

    136. Efectos entre las partes. Los efec-

    tos de la compraventa de cosa ajena entrelos contratantes se resumen como sigue:a) La compraventa, seguida de la co-

    rrespondiente tradicin, no dar al com-prador el dominio de que el vendedorcareca. Unicamente le transferir los de-rechos transferibles del vendedor sobrela cosa (art. 682).

    Pero el comprador adquirir la pose-sin de la cosa y podr ganarla consecuen-cialmente por prescripcin (art. 683). Esta

    51 Vase el N 164.

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    Segunda Parte: Los contratos en particular

    prescripcin ser ordinaria o extraordina-ria, segn que el comprador haya estadode buena o mala fe.52

    b) Como consecuencia de ser ajenala cosa podr verse el vendedor en la im-posibilidad de entregarla, por ejemplo,por no poder conseguirla del dueo.

    El comprador, en tal caso, tiene dere-cho a demandar el cumplimiento del con-trato o su resolucin, con indemnizacinde perjuicios.

    c) Si entregada la cosa al compra-dor, el dueo de ella la reivindica, el

    vendedor est obligado a sanear la evic-cin, esto es, a defenderle en el juicio y

    a indemnizarle en caso de producirseuna privacin total o parcial de la cosavendida.53

    No tiene el comprador este derechosi compr a sabiendas de ser ajena lacosa (art. 1852, inc. 3).

    137. Venta de cosa ajena ratificada porel dueo. El vendedor no puede transfe-rir un dominio de que carece. Pero si eldueo de la cosa vendida ratifica el con-

    trato, adquirir el comprador el dominioretroactivamente.El art. 1818 dispone: La venta de cosa

    ajena, ratificada despus por el dueo,confiere al comprador los derechos detal desde la fecha de la venta.

    La disposicin es desafortunada en suredaccin y, entendida literalmente, ab-surda y contraria al sistema del Cdigo.

    Ntese que la ratificacin no validael contrato; el comprador adquiere los

    derechos de tal desde el momento en queel contrato se celebra, puesto que la ven-ta de cosa ajena es vlida, con prescin-dencia de la ratificacin.

    Solamente la ratificacin hace posi-ble que se transfiera el dominio y, obvia-mente, ste se entiende transferido des-

    de el momento de la tradicin y no de laventa.

    138. Adquisicin ulterior del dominiopor el vendedor. Iguales efectos produ-ce la adquisicin por el vendedor del do-minio de la cosa vendida, despus de ce-lebrado el contrato.

    El art. 1819 expresa: Vendida y en-tregada a otro una cosa ajena, si el ven-dedor adquiere despus el dominio deella, se mirar al comprador como verda-dero dueo desde la fecha de la tradi-cin.

    La disposicin concuerda con el

    art. 682; si el tradente despus adquiereel dominio se entender ste transferidodesde el momento de la tradicin.

    El inc. 2 del art. 1819 seala unaconsecuencia lgica: Por consiguiente,si el vendedor la vendiere a otra perso-na despus de adquirido el dominio, sub-sistir el dominio de ella en el primercomprador.

    La nueva venta que el vendedor hi-ciere sera de cosa ajena; la cosa ya no le

    pertenece y es de propiedad del compra-dor desde que le fue entregada.54

    139. Sistema del Cdigo Civil fran-cs. El Cdigo Civil francs dispone ter-minantemente que la venta de cosa aje-na es nula y puede dar origen a daos yperjuicios, cuando el comprador haya ig-norado que la cosa fuera ajena.55

    El contrato de compraventa es trans-laticio de dominio, vender es enajenar.

    Es manifiestamente imposible transferirel dominio de una cosa ajena, esto es,que por acuerdo entre comprador y ven-dedor se haga el primero propietario deuna cosa que no pertenece al segundo.

    52 Si el comprador est de buena fe adquirirpor prescripcin ordinaria puesto que habr tra-dicin y la compraventa de cosa ajena es un justottulo.

    53 Vanse los Nos 184 y sgtes.

    54 Se observa que el art. 1818 reputa al com-prador dueo desde la fecha de la venta, mien-tras el art. 1819 le considera propietario desde lafecha de la tradicin. La venta de cosa ajena, aun-que el dueo la ratifique, no puede hacer al com-prador propietario sino desde que interviene almodo de adquirir.

    55 Art. 1599 del Cdigo francs.

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    Manual de Derecho Civil. De las fuentes de las obligaciones

    Esta imposibilidad jurdica determi-na la nulidad de la venta de cosa ajena.

    Frente a la demanda de nulidad, el vende-dor podra argir que se pondr en situacin detransferir el dominio, mediante un entendimien-to con el propietario. Pero el comprador podrareplicar que tal cosa no ha sido lo convenido yque lo pactado fue que se le convertira inme-diatamente en propietario: este resultado no seha producido ni podido producirse por ser aje-na la cosa.

    Como la imposibilidad jurdica a que se hahecho referencia determina la nulidad de la ven-ta de cosa ajena, la sancin no ser aplicable cadavez que, de acuerdo con la intencin de las par-tes, el contrato se traduzca en una obligacinque el vendedor contrae, aunque fuere de trans-

    ferir el dominio.As ocurre en la venta de cosas genricas,como la venta de 100 toneladas de trigo. De lanaturaleza de la cosa vendida resulta que las par-tes han tenido la intencin de celebrar una com-praventa simplemente generadora de obligacio-nes, esto es, una venta en que el vendedor seobliga a entregar 100 toneladas de trigo y no unaventa que transfiera inmediatamente el dominio,lo que es imposible porque la cosa vendida estdeterminada slo genricamente.

    La intencin de las partes de celebrar una

    venta romana puede ser manifiesta por los tr-minos del contrato. As, es obviamente vlido elcontrato en que A vende a B una cosa que sesabe pertenece a C.

    No es de la esencia, sino de la naturaleza delcontrato de compraventa, su carcter translaticiode dominio.56

    4. EL PRECIO

    140. El precio es esencial en la com-

    praventa. Tampoco se concibe el con-trato de compraventa sin un precio que,segn previene el art. 1793, es el dine-ro que el comprador da por la cosa ven-dida.

    Si falta el precio, carece de objeto laobligacin del comprador; no puede exis-tir su obligacin y, como consecuencia,carecera de causa la obligacin del ven-dedor.

    141. Requisitos del precio. El preciodebe reunir los requisitos o cualidadesque siguen:

    a) debe consistir en dinero;b) debe ser real y serio, yc) debe ser determinado.El Cdigo seala el primero y el lti-

    mo de los requisitos enunciados; el se-gundo resulta de la naturaleza misma delprecio y de la aplicacin de los princi-pios generales.

    1)El precio debe consistir en dinero

    142. El precio debe ser en dinero. Elart. 1793 establece reiteradamente que elprecio debe consistir en dinero.

    Si el precio no se estipula en dinero,no hay compraventa sino otro contratodiverso; el precio en dinero, pues, es dela esencia del contrato.

    No obsta para que exista compraventala circunstancia de que el precio se pacteen dinero, pero se pague con otra cosa.

    143. Cundo hay compraventa y cun-do permuta. Si el precio no consiste endinero, el contrato ser de permuta. Peropara que haya compraventa no es menes-ter que el precio consista ntegramenteen dinero.

    Cuando el precio se estipula parte endinero y parte en otras cosas, el contratoser de compraventa o permuta, segn larelacin que exista entre sus respectivos

    valores.

    El art. 1794 previene: Cuando el pre-cio consiste parte en dinero y parte enotra cosa, se entender permuta si la cosa

    vale ms que el dinero; y venta en el casocontrario.

    Si la cosa vale ms que el dinero, haypermuta; si la cosa vale tanto o menosque el dinero, compraventa.

    2)El precio debe ser real

    144. Realidad y seriedad del precio.Que el precio sea real o serio significa

    56 Baudry-Lacantinerie, ob. cit., t. III, N 500 ysgtes.

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    Segunda Parte: Los contratos en particular

    que exista efectivamente una suma de di-nero que se pague a cambio de la cosa.

    No es real el precio simulado o fin-gido; no es serio el precio cuando esirrisorio.

    La realidad o seriedad del precio debeexistir tanto en relacin a la voluntad delas partes, como en relacin con la cosaque se reputa equivalente.

    En relacin con la voluntad de las par-tes, el precio real y serio significa que setenga efectivamente la intencin de pa-garse por el comprador y de exigirse porel vendedor.

    Con relacin a la cosa vendida el pre-

    cio no ser real o serio cuando exista en-tre ambos tal desproporcin que resultepuramente ilusorio.

    145. Precio justo y precio vil. Pero siel precio debe ser real y serio, no es me-nester que sea justo.

    Precio justo es el que equivale al va-lor de la cosa, en oposicin a precio vilque no refleja tal equivalencia.

    El precio vil o insuficiente no impor-

    ta que la compraventa carezca de precio;la vileza del precio no excluye la existen-cia del contrato.

    El precio vil es un precio serio. Elvendedor ha contratado para recibir efec-tivamente ese precio.

    Por excepcin, la desproporcin devalores entre la cosa y el precio, que oca-siona una lesin patrimonial al vendedor,cuando es enorme, influye en la suertedel contrato.57

    3)El precio debe ser determinado

    146. Determinacin del precio. Ladeterminacin del precio es el seala-miento de la precisa cantidad que elcomprador debe pagar por la cosa com-prada.

    Esta exigencia es el resultado de laaplicacin de las reglas generales que re-

    quieren la determinacin del objeto detodo acto o declaracin de voluntad(art. 1461).

    Tres reglas fundamentales rigen lamateria:

    a) la determinacin del precio puedehacerse por acuerdo de las partes;

    b) el precio puede tambin ser deter-minado por un tercero, y

    c) la determinacin del precio nopuede dejarse al arbitrio de una de laspartes.

    147. Determinacin del precio por laspartes. La forma normal de determinar

    el precio es el acuerdo de las partes. Elart. 1808, inc. 1, establece: El precio dela venta debe ser determinado por loscontratantes.

    Esta determinacin se har regular-mente en el contrato; pero no hay incon-

    veniente para hacer la determinacin aposteriori, sobre las bases sealadas en elcontrato. Gozan las partes de amplia li-bertad para determinar la manera comoha de fijarse el precio. El artculo citado

    en su inc. 2 aade que podr hacerseesta determinacin por cualesquiera me-dios o indicaciones que lo fijen.

    Como una aplicacin de esta regla elinc. 3 del art. 1808 agrega, todava: Sise trata de cosas fungibles y se venden alcorriente de plaza, se entender el del dade la entrega, a menos de expresarse otracosa.

    En este caso, el precio no se ha de-terminado en el contrato, pero se ha fi-

    jado una base para su determinacin.Para que se aplique la disposicin es me-nester: a) que se trate de cosas fungi-bles, y b) que expresamente se vendanal precio de plaza.

    El art. 139 del Cdigo de Comercio estable-ce una importante excepcin. Si bien, en prin-cipio, no hay compraventa cuando las partes noestn acordes en la cosa y en el precio, verifica-da la entrega se presumir que las partes hanaceptado el precio corriente que tenga en el day lugar en que se hubiere celebrado el contra-to y si hubiere diversidad de precios en el mis-mo da y lugar, el comprador deber pagar elprecio medio.57 Vanse los Nos 245 y sgtes.

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    Manual de Derecho Civil. De las fuentes de las obligaciones

    De esta manera, hay compraventa, a pesarde no haberse convenido en el precio, siempreque se entregue la cosa vendida.

    148. Determinacin del precio por un

    tercero. La fijacin del precio puede ha-cerla un tercero; puesto que su mandatoarranca de la voluntad de las partes, seconsidera como si ellas mismas hubieranhecho la determinacin.

    El art. 1809 dispone: Podr asimis-mo dejarse el precio al arbitrio de untercero; y si el tercero no lo determinare,podr hacerlo por l cualquiera otra per-sona en que se convinieren los contra-tantes; en caso de no convenirse, no ha-

    br venta.El contrato, en tal caso, es condicio-

    nal, sujeto a la condicin de que el terce-ro efecte la determinacin del precio.

    5. CAPACIDADPARACELEBRARELCONTRATODE COMPRAVENTA

    149. Reglas generales. El art. 1445 es-tablece que para que una persona se obli-gue a otra por un acto o declaracin de

    voluntad es menester que sea legalmen-te capaz y el art. 1446 aade que todapersona es legalmente capaz, exceptoaquellas que la ley declara incapaces.

    Para la compraventa, como para todocontrato, la capacidad es la regla general

    y la incapacidad constituye la excepcin.Dispone el art. 1795, en efecto: Son h-biles para el contrato de venta todas laspersonas que la ley no declara inhbilespara celebrarlo o para celebrar todo con-trato.

    a) Son incapaces para celebrar el con-trato de compraventa, en primer trmi-no, las personas afectas a una incapaci-dad general para contratar.

    Tales son los dementes, los prdigosinterdictos, los sordos o sordomudos queno pueden darse a entender claramente,los menores de edad (art. 1447).

    b) Son incapaces, adems, aquellas per-sonas afectas a ciertas incapacidades parti-culares del contrato de compraventa.

    El art. 1447, inc. 4, establece que exis-ten incapacidades particulares que con-sisten en la prohibicin que la ley ha im-puesto a ciertas personas para ejecutarciertos actos.

    En esta ocasin interesan solamenteestas incapacidades particulares o prohi-biciones.

    150. Clasificacin de las incapacida-des. Las incapacidades especiales del con-trato de compraventa pueden ser dobleso simples.

    A ciertas personas les est vedado enabsoluto celebrar el contrato de compra-

    venta: se les prohbe comprar y vender. Aotras personas les est solamente prohi-bido comprar o vender.

    Las incapacidades, pues, pueden serde comprar, de vender y de comprar y

    vender.

    1) Incapacidades de comprar y vender

    151. Compraventa entre cnyuges. El

    art. 1796 proclama enfticamente que esnulo el contrato de compraventa entrecnyuges no separados judicialmente.

    La nulidad afecta, por tanto, al con-trato de compraventa que celebren loscnyuges casados en el rgimen nor-mal de matrimonio o bajo el rgimende separacin de bienes, aunque fueretotal.

    Solamente es lcito celebrar entre sel contrato de compraventa a los cnyu-

    ges separados judicialmente.Los motivos de esta prohibicin pue-den resumirse de este modo:

    a) La ley prohbe las donaciones irre-vocables entre cnyuges y por medio deun contrato de compraventa simulado ohecho a vil precio se burlara fcilmentela prohibicin.

    b) Los cnyuges podran, medianteuna venta simulada, sustraer sus bienesde la persecucin de los acreedores.

    152. Compraventa entre el padre y elhijo sujeto a patria potestad. El art. 1796

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    Segunda Parte: Los contratos en particular

    declara igualmente nulo el contrato decompraventa entre el padre o madre yel hijo sujeto a patria potestad.

    La disposicin tiene por objeto pro-teger al hijo, regularmente falto de expe-riencia, y evitar al padre o madre el con-flicto entre el deber de cautelar losintereses del hijo y su propio inters.

    a) La prohibicin rige para el contra-to de compraventa entre el hijo sujeto apatria potestad y su padre o madre.

    Con arreglo al artculo 243, la patriapotestad es el conjunto de derechos y de-beres que corresponden al padre o ma-dre sobre los bienes de sus hijos no eman-

    cipados. El artculo 244 dispone que lapatria potestad ser ejercida por el padreo la madre o ambos conjuntamente se-gn convengan en acuerdo suscrito porescritura pblica o acta extendida antecualquier oficial del Registro Civil, quese subinscribir al margen de la inscrip-cin de nacimiento del hijo dentro delos treinta das siguientes a su otorgamien-to. A falta de acuerdo, al padre toca elejercicio de la patria potestad.

    De este modo, en otros trminos, seprohbe el contrato de compraventa en-tre el hijo y el padre o madre a cuya pa-tria potestad se encuentra sometido.

    b) Sin embargo, es vlido entre el hijode familia y el padre o madre el contratode compraventa, cuando verse sobre bie-nes que forman parte del peculio profe-sional o industrial del primero.

    El art. 251 previene que el hijo semirar como mayor de edad para la ad-

    ministracin y goce de su peculio profe-sional o industrial, sin perjuicio de lo dis-puesto en el art. 254.

    Respecto de los bienes que forman estepeculio, el hijo no est sometido a la patriapotestad; pero la venta de estos bienes, sise tratare de inmuebles, debe ser autoriza-da por el juez, con conocimiento de causa.

    2) Incapacidades para vender

    153. Prohibicin a los administrado-res de establecimientos pblicos. El

    art. 1797 dice: Se prohbe a los admi-nistradores de establecimientos pblicos

    vender parte alguna de los bienes queadministran, y cuya enajenacin no estcomprendida en sus facultades adminis-trativas ordinarias; salvo el caso de ex-presa autorizacin de la autoridad com-petente.

    La disposicin, que se relaciona conlas atribuciones de los funcionarios p-blicos, es impropia del Cdigo Civil. Elfuncionario debe obrar dentro de la r-bita de sus atribuciones y no puede eje-cutar sino los actos para que est expre-samente facultado.

    El art. 7 de la Constitucin Polticapreviene que ninguna magistratura, nin-guna persona, ni grupo de personas, niaun a pretexto de circunstancias extraor-dinarias, puede atribuirse otra autoridado derechos que los que expresamente seles hayan conferido en virtud de la Cons-titucin o las leyes y que todo acto encontravencin a este artculo es nulo.

    3) Incapacidades para comprar154. Prohibicin a los empleados

    pblicos. Prescribe el art. 1798 que alempleado pblico se prohbe comprar losbienes pblicos o particulares que se ven-dan por su ministerio.

    Para que obre la prohibicin es con-siguientemente menester: a) que quien

    vende sea un funcionario pblico, y b)que la venta se efecte por su ministerio,

    esto es, en el ejercicio de sus funciones.Rige la prohibicin aunque la ventase haga en pblica subasta.

    Diversas disposiciones legales han ampliadoel alcance de la prohibicin.

    As, el art. 22 del Cdigo de Minera contie-ne tambin prohibiciones similares.

    155. Prohibicin a los jueces y fun-cionarios del orden judicial. El art. 1798prohbe comprar a los jueces, abogados,

    procuradores o escribanos los bienes encuyo litigio han intervenido, y que se ven-dan a consecuencia del litigio. La prohi-

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    Manual de Derecho Civil. De las fuentes de las obligaciones

    bicin rige aunque la venta se verifiqueen subasta pblica.

    La ley exige, pues, para que se apli-que la prohibicin: a) que el compradorsea alguna de las personas sealadas;b) que las cosas se vendan a consecuen-cia de un litigio, y c) que las personasreferidas hayan intervenido en el litigio.

    Pero el Cdigo Orgnico de Tribuna-les ha ampliado considerablemente elcampo de la prohibicin. Dispone elart. 321: Se prohbe a todo juez com-prar o adquirir a cualquier ttulo para s,para su mujer o para sus hijos, las cosas oderechos que se litiguen en los juicios de

    que l conozca. Se extiende esta prohibi-cin a las cosas o derechos que han deja-do de ser litigiosos, mientras no hayantranscurrido cinco aos desde el da enque dejaron de serlo; pero no compren-de las adquisiciones hechas a ttulo desucesin por causa de muerte, si el ad-quirente tuviere respecto del difunto lacalidad de heredero abintestato.

    La disposicin se aplica a los fiscales,defensores, relatores, secretarios y recep-

    tores (art. 481 del C. Orgnico).Entre las disposiciones del Cdigo Civil y delCdigo Orgnico de Tribunales se perciben hon-das diferencias que conviene destacar:

    a) El art. 1798 prohbe comprar los bienesque se venden a consecuencia del litigio, comolos bienes embargados en un juicio ejecutivo.

    El art. 321 del Cdigo Orgnico prohbe lacompra de cosas o derechos que se litiguen, aun-que no se vendan a consecuencia del litigio, ysubsiste la prohibicin hasta por cinco aos, des-de que dejaron de tener carcter litigioso.

    b) La disposicin del Cdigo Orgnico nose aplica a los abogados y procuradores, quienes,en consecuencia, pueden adquirir cosas o dere-chos litigiosos, con tal que no se vendan a con-secuencia del litigio.

    Est permitido a abogados y procuradores elpacto de cuota litis, esto es, aquel en que el clien-te cede una parte alcuota de sus derechos liti-giosos, en pago de la defensa y servicios queaqullos se obligan a prestarle.

    156. Incapacidad de los tutores y

    curadores. El art. 1799 dispone: No eslcito a los tutores y curadores comprarparte alguna de los bienes de sus pupi-

    los, sino con arreglo a lo prevenido en elttulo De la administracin de los tutores ycuradores.

    Se ocupa de esta materia el art. 412.Hace la disposicin una marcada diferen-cia entre bienes muebles e inmuebles delpupilo:

    a) El guardador no puede comprarlos bienes muebles del pupilo sino conautorizacin de los otros tutores o cura-dores generales, que no estn implicadosde la misma manera, o por el juez ensubsidio.

    b) En cambio, la compra de bienesraces del pupilo est radicalmente veda-

    da a los guardadores. El art. 412, inc. 2,dispone que ni aun de este modo conautorizacin de los guardadores o del

    juez podr el tutor o curador comprarbienes races del pupilo.

    La prohibicin se hace extensiva alcnyuge del tutor o curador, a sus des-cendientes, ascendientes, etc.

    157. Incapacidad de los mandatarios,sndicos y albaceas. Finalmente, el

    art. 1800 prescribe: Los mandatarios, lossndicos de los concursos, y los albaceas,estn sujetos en cuanto a la compra delas cosas que hayan de pasar por sus ma-nos en virtud de estos encargos, a lo dis-puesto en el art. 2144.

    Sin embargo, conviene examinar se-paradamente la situacin de mandatarios,sndicos y albaceas.

    a) El art. 2144 dispone: No podr elmandatario por s ni por interpuesta per-

    sona, comprar las cosas que el mandantele ha ordenado vender, ni vender de losuyo al mandante lo que ste le ha orde-nado comprar, si no fuere con aproba-cin expresa del mandante.

    La disposicin abarca dos situacionesdiversas:

    1) No puede el mandatario comprarbienes de propiedad del mandante, cuya

    venta se le ha encomendado.Por lo tanto, nada obsta para que el

    mandatario compre bienes del mandan-te, diversos de aquellos que se le confivender.

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    Segunda Parte: Los contratos en particular

    2) Tampoco puede el mandatario ven-der bienes suyos al mandante que le haencargado comprar.

    El objeto de la disposicin no es otroque precaver los abusos que pudiera co-meter el mandatario; este peligro desapa-rece si el mandante consiente, de modoexpreso.

    Las prohibiciones impuestas al man-datario no son, pues, absolutas o irreme-diables; le est permitido comprar paras lo que se le ha ordenado vender o ven-der de lo suyo cuando se le ha ordenadocomprar, con la aprobacin expresa delmandante.

    b) La disposicin es aplicable a lossndicos, en cuanto no pueden comprarpara s los bienes que, en su carcter detales, deben vender para hacer pago alos acreedores.

    El artculo 38 de la Ley de Quiebras,hoy incorporada al Libro IV del Cdigode Comercio, en este sentido, dispone queel sndico que se concertare con el deu-dor, con algn acreedor o tercero paraproporcionarle alguna ventaja indebida o

    para obtenerla para s, ser penado conpresidio menor en su grado mximo a pre-sidio mayor en su grado mnimo, salvo quecualquiera de los actos delictuosos que hu-biere cometido en el desempeo de sucargo tuviere asignada mayor pena, puesentonces se aplicar sta. Ser, adems,castigado con inhabilidad especial perpetuapara ejercer el cargo de sndico.

    c) En cuanto a los albaceas, si bien elart. 1800 se remite a las reglas antes indi-

    cadas del mandato, el art. 1294 estableceque lo dispuesto en los arts. 394 y 412 seextender a los albaceas, esto es, haceaplicables las normas de las guardas.

    Frente a esta contradiccin, debe pre-valecer la regla del art. 1294 y, en conse-cuencia, no podr el albacea, ni las per-sonas ligadas a l, comprar bienesmuebles de la sucesin sino con anuen-cia de los otros albaceas no inhabilitadoso del juez en subsidio, y los bienes in-

    muebles en ningn caso.La regla del mandato no es prctica-mente aplicable al albaceazgo, porque

    nunca podr el albacea obtener la expre-sa aprobacin del causante.

    6. MODALIDADESDEL CONTRATODE COMPRAVENTA

    158. Generalidades. El contrato decompraventa es susceptible de modalida-des y rigen, al respecto, las reglas genera-les. El contrato, por tanto, puede ser con-dicional, a plazo, modal, etc.

    El art. 1807 dice: La venta puede serpura y simple, o bajo condicin suspensi-

    va o resolutoria. Puede hacerse a plazo

    para la entrega de la cosa o del precio.Puede tener por objeto dos o ms cosasalternativas. Bajo todos estos respectos serige por las reglas generales de los con-tratos, en lo que no fueren modificadaspor las de este ttulo.

    Pero existen, adems, ciertas modali-dades especiales de la compraventa quees menester estudiar y que, como es na-tural, imprimen al contrato una particu-lar manera de ser.

    159. Venta al peso, cuenta o medida.La venta de las cosas que se aprecian se-gn su cantidad puede hacerse en blo-que o al peso, cuenta o medida.

    La venta es hecha en bloque cuandono es necesario pesar, contar o medir parallegar a determinar, sea la cosa vendida,sea el precio de la venta.58 La venta sera peso, cuenta o medida cada vez que seamenester pesar, contar o medir para de-

    terminar la cosa o el precio.Pero los efectos de la venta son di-versos segn que la operacin de pesar,contar o medir vaya encaminada a de-terminar el precio total o la cosa que se

    vende.a) Imagnese que se venden ciertas

    cosas determinadas, pero que para esta-

    58 Baudry-Lacantinerie, ob. cit., t. III, N 466.Para algunos autores, la venta es a peso, cuenta omedida solamente cuando es menester pesar, con-tar o medir para determinar la cosa vendida, perono el precio.

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    Manual de Derecho Civil. De las fuentes de las obligaciones

    blecer su precio total sea menester pesar-las, contarlas o medirlas.

    A vende a B el trigo que tiene en subodega, a razn de $ 46 el quintal.

    La venta se encuentra perfecta; las par-tes han convenido en la cosa y en la ma-nera de fijar el precio que consistir enpesar, contar o medir las cosas vendidas.

    El art. 1821, inc. 1, dispone: Si sevende una cosa de las que suelen vender-se a peso, cuenta o medida, pero seala-da de modo que no pueda confundirsecon otra porcin de la misma cosa, comotodo el trigo contenido en cierto grane-ro, la prdida, deterioro o mejora perte-

    necer al comprador, aunque dicha cosano se haya pesado, contado ni medido;con tal que se haya ajustado el precio.

    b) Supngase, ahora, que se vendeuna cosa que es preciso contar, pesar omedir para determinarla.

    A vende a B 100 de las 500 toneladasde trigo que tiene en bodega, al preciode $ 1.000 la tonelada.

    Se conoce el precio que es de $ 100.000;la operacin de pesaje va encaminada a

    determinar la cosa vendida. Puesto quela venta no recae sobre todo el trigo enbodega, dicha operacin es indispensa-ble para saber qu parte del trigo es la

    vendida.La venta se encuentra igualmente per-

    fecta; pero los riesgos sern de cargo delcomprador desde que las cosas hayan sidopesadas, contadas o medidas.

    El art. 1821, inc. 2, expresa: Si delas cosas que suelen venderse a peso, cuen-

    ta o medida, slo se vende una parte in-determinada, como diez fanegas de trigode las contenidas en cierto granero, laprdida, deterioro o mejora no pertene-cer al comprador, sino despus de ha-berse ajustado el precio y haberse pesa-do, contado o medido dicha parte.

    c) La operacin de peso, cuenta omedida determina solamente de cargo dequin son los riesgos; pero el contrato seencuentra perfecto.

    Esta conclusin es indudable en m-rito de lo que dispone el art. 1822: Siavenidos vendedor y comprador en el pre-

    cio, sealaren da para el peso, cuenta omedida, y el uno o el otro no compare-cieren en l, ser ste obligado a resarciral otro los perjuicios que de su negligen-cia resultaren; y el vendedor o compra-dor que no falt a la cita podr, si leconviniere, desistir del contrato.

    Las partes disponen de estas accionesporque el contrato tiene existencia jurdica.Tales acciones, en suma, se reducen a pedirel cumplimiento del contrato o su resolu-cin, con indemnizacin de perjuicios.59

    160. Venta a prueba o al gusto. Lacompraventa, en general, se perfecciona

    desde que las partes estn acordes en lacosa y en el precio. La venta a prueba oal gusto constituye una excepcin.

    El art. 1823 dispone: Si se estipula quese vende a prueba, se entiende no habercontrato mientras el comprador no decla-ra que le agrada la cosa de que se trata, yla prdida, deterioro o mejora perteneceentre tanto al vendedor. Sin necesidad deestipulacin expresa se entiende hacersea prueba la venta de todas las cosas que se

    acostumbra vender de ese modo.El contrato no se perfecciona sinocuando el comprador encuentra la cosade su personal agrado, con la lgica con-secuencia de que, entre tanto, la prdi-da, deterioro o mejora pertenece al ven-dedor.

    La venta es a prueba o al gusto:a) cuando expresamente lo convienen laspartes, y b) cuando las cosas vendidas sonde aque