1. DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

El hombre se manifiesta como problemamás que como tema; como un problema nuncaresuelto del todo, como un misterio que a laluz de Cristo se ilumina, pero que no por eso seresuelve.

El misterio sigue siendo misterio por muchoque se ilumine, por eso el misterio siempre esobjeto de la fe.

1.1 El Misterio del Hombre.

La razón nunca abarca ese misterio, pormás que pretenda encasillarlo en esquemasconceptuales.

El ser humano siempre resulta misterioso,pues nunca acabamos de conocerlo deltodo.

El hombre es para sí mismo un enigma,pues lo más profundo de nosotros estáoculto aún para nosotros mismos; así que,si para nosotros es misterioso, entoncescuanto más para los demás.

San Pablo dice: “Ahora conozco de unmodo parcial, pero entonces conocerécomo soy conocido” (I Cor13,12), estopuede aplicarse al ser mismo del hombre.

Por tanto, sólo Dios nos conoce a fondo,nosotros ahora nos conocemosparcialmente. “Para entender totalmenteal hombre sería preciso comprendertambién del todo la razón que lo ilumina, asaber, Dios mismo”

De ahí que siempre permanece la pregunta¿Qué es el hombre? Esta pregunta ya se laplanteaba el libro de los salmos (Sal 8); ¿quées el hombre para que Dios se acuerde deél?

Ante esto se puede uno plantear ¿tanimportante soy para Dios? ¿Cómo es posibleque yo esté en la memoria divina?

Esto habla de una predilección, de un interés sin igual; el amor de Dioses lo que hace que Dios se acuerde siempre del hombre.

En la Carta a los Hebreos (2,9), se indicaexplícitamente que este salmo se realiza enCristo, en él se encuentra la respuesta a lapregunta por el hombre; nos dice que el Hijoamado de Dios se identifica libremente y sinservilismos, a la voluntad del Padre.

El secreto del hombre, aunque él no lo sepa, es que el amor de Dios loembargue, por tanto, sólo cuando el hombre ha descubierto ese misteriopuede comprender toda su grandeza, ya que es el objeto principal delamor de Dios.

1.2 El Hombre, criatura en busca de su sentido

El error más grande del hombre es buscar lejoslas cosas que tiene dentro de sí mismo.

Muchas religiones niegan a nuestra existenciasobre la tierra, la calidad de una vida autentica;para algunas todo lo que aparece aquí abajo esuna ilusión que deberíamos quitar.

Para otras es una antesala que deberíamos atravesar sin prestarlemucha atención.

El hombre es ante todo un ser creado, loque implica por tanto una referenciaineludible al Creador.

Decir que el hombre es creatura no sólo esafirmar que es finito, limitado, racional ylibre, es sobre todo afirmar que depende deDios.

Quien no cree en Dios afirma la limitacióndel hombre y del mundo, pues este es undato de la experiencia cotidiana.

La fe responde a esta interrogante, alinterpretar este dato de limitación yexplicando que el hombre no es dios, peroestá sostenido por Dios, ha salido de Dios ydepende de Dios en todos sus aspectos ydimensiones.

Esta dependencia no le arrebata su libertad,no se traduce en servilismo, porque el hombreposee su propia autonomía, dignidad ylibertad. Dios crea al hombre, pero deja ensus manos su propio destino.

El mundo, la historia, el cosmos, la naturaleza,no agotan el misterio de los orígenes ni danuna respuesta satisfactoria a la preguntasobre el hombre, porque solamente en elfuturo, en el mundo que habrá podremoscomprender el significado de lo que estádentro de nosotros.

Toda biografía, toda vida no agota el misteriodel hombre, porque algo en nosotros está sintiempo, es decir, es eterno, infinito, absoluto.

El hombre en lo más profundo, recibe toda su existencia del Dioscreador; dado que toda la existencia está fundada en Dios y sustentadapor él, podemos decir que el hombre es primero de Dios y, sólo envirtud de ello, es él mismo.

El hombre es un regalo para el propio hombre, pues todo lo que tiene loha recibido de Dios, todo es suyo, pero en cuanto recibido de Dios.

1.3 Ser de Dios y ser uno mismo.

Por esta razón, la persona humana nopuede contraponerse a Dios en lo quetoca a su fundamento, el hombre noposee el ser y la vida por sí mismo, sinopor Dios.

La dependencia de Dios es constitutiva alser hombre, por tanto, no puede habercontradicción entre ser de Dios y ser unomismo.

Schillebeeckx dice que los dos aspectos(ser uno mismo y ser de Dios), no sonaspectos parciales, sino totales de unaúnica realidad, de forma que lo uno noañade nada nuevo a lo que ya es lo otro.

Por eso no se puede hablar de doscomponentes ni tampoco de dosnaturalezas: persona humana y ser de Dios.

No son dos partes o dos componentesadicionales, sino una única realidadcontemplada desde dos aspectos distintos,pero nunca contradictorios.

Para el hombre moderno el mundo ya no esun misterio que apunta más allá de símismo, observa la realidad en función desu utilidad inmediata.

La naturaleza ha perdido su encanto y surelación con ella, está caracterizada por labúsqueda sistemática de productividad.

Para el hombre moderno la naturaleza yano es un reflejo de Dios, sino una reservade fuerzas productivas; la realidad esobjeto de manipulación técnica.

Kant decía que ninguna época ha logradoconquistar tantos y tan variados conocimientossobre el hombre, sin embargo, ninguna época haconocido al hombre tan poco como la nuestra.

Se ha tratado de interpretar el misterio delhombre y el sentido de su existencia, enrelación con la historia, con el mundo, con lasociedad y con el destino de la naturaleza y elcosmos.

1.4 Las respuestas del hombre de la postmodernidad.

Perdido en el tiempo, alienado por un cierto relativismo (ético, cultural,social, político, económico), el hombre vive su crisis de identidad y defunción. Precario y amenazado en su finitud humana, el individuo buscael sentido, la solidaridad y la comunión, para no permanecer solo en lasoledad y en la conciencia de sus límites.

Tiene necesidad de comunicar elvacío que vive dentro, el miedo a lanada, el sentido del fin que seavecina, la tragedia del mal que loatenaza.

El hombre postmoderno vive de demasiadas seguridades y miedos; estáestresado, confuso y tiene pocas certezas, experimenta la verdad enuna forma estética o retórica.

La misma experienciadel amor, de laafectividad, devienealgo no permanente,algo “liquido”,inestable y fluido,destinado a mutarsepor el principio de lainconsistencia quellevamos.

La “sociedad liquida” es carente de vínculos estables,el amor concluyente dura sólo mientras haya interéspor parte de uno de los dos. La sociedadcontemporánea evita vínculos duraderos y exclusivos,no conoce formas completas de totalidad del amor.

Vivimos en una sociedad caracterizada por ladictadura del consumismo, ese síndrome delconsumo que penetra en todos los espacios denuestra existencia; todo modelado sobre el “usa ytira” que reduce al mínimo el sentido deresponsabilidad, el compromiso solidario

Cuanto más se evitanlos compromisosestables y duraderospor miedo a quedarvinculados por ellos,más se siente lanecesidad derelaciones sólidas yauténticas.

El hombre por ser imagen de Dios, tiene en elalma la capacidad para la gracia (Sto. Tomás deAquino); la gracia es la acogida por el hombre delamor de Dios.

Así es que cuando el hombre fue creado ensantidad y justicia original, o sea en estado degracia.

Dios le ofreció su amistad y con ella la posibilidadde participar en la vida divina, pues toda amistades una participación de lo más íntimo y personaldel amado:

1.5 El hombre creado para el amor

“La iglesia, interpretando de maneraauténtica el simbolismo del lenguajebíblico a la luz del Nuevo Testamento yde la Tradición, enseña que nuestrosprimeros padres Adán y Eva fueronconstituidos en un estado de santidad yjusticia original. Esta gracia de lasantidad original era una participación dela vida divina”

CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA, No 375

En el proyecto de amor de Dios para el hombre,está no sólo la grandeza del hombre, sino la verdadde su vida y, por tanto, su más plena realización.Sólo vive la plenitud de la verdad cuando reconocelibremente ese amor y confía enteramente en sucreador.

El primer hombre y todos los demás hombres,desde su nacimiento son llamados a la unión conDios; esta unión se realiza y encuentra su fuerza enel amor, ese amor se manifiesta en el diálogo queimplica reciprocidad y confianza mutua.

La realización de este proyecto de amor que Dios tiene para el hombre, lopodemos mirar en tres pasos:

Dios crea y conserva al hombre por amor.

Dios ofrece al hombre su amor y le llama a reconocerlo y a vivirlo.

El hombre es libre para responder o no responder a ese amor.

El hombre ha sido constituido como ser decomunión, vaya donde vaya Dios le precede; laexistencia humana jamás se realiza en un lugarneutro, sino en un marco que siempre estáabarcado por la gracia de Dios; nunca ha existidoun hombre sin llamada de Dios a su amor.

Al hombre creado por amor Dios le llamaal amor, a la relación de comunión, a laalianza y esto es desde siempre, desde elmomento mismo de la creación: el hombreha sido creado por Dios y para Dios en unmismo acto creador.

Por eso es que, aunque es posibledistinguir el plano de la creación y el de lasalvación, es imposible separarlo y menosaún oponerlos.