Al encuentro con dios
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Transcript of Al encuentro con dios
Equipo Teyocoyani
Al encuentrocon Dios
Oracionespara la vida cristianaRecopilación y Prólogo de
José Argüello
Equipo Teyocoyani
Al encuentrocon Dios
Oracionespara la vida cristiana
A la memoria del Hno. José Alvarezy del P. Vidal Gutiérrez, discípulos
y misioneros de Jesucristo.
N242.8A694 Argüello Lacayo, José Al encuentro con Dios / José Argüello Lacayo.-- 1a. ed. -- Managua : Ediciones Graphic Print, 2007 160 p.
ISBN : 978999924-4-6
1. DEVOCIONARIOS 2. VIDA CRISTIANA
Equipo TeyocoyaniAcción Ecuménica para la Capacitacióny Reflexión Teológica.De la Rotonda de Metrocentro 150 mts. abajoTeléfono: 278 6438, e-mail: [email protected], Nicaragua.
Diagramación: Elida HerreraSelección y prólogo de José Argüello
Con licencia eclesiásticade Mons. David Zywiec
Impreso en Ediciones Graphic Print, S.A.1ra. edición 2500 ejemplares, abril 2006
2da. edición 3000 ejemplares, septiembre 2007 Managua, Nicaragua.
PRESENTACIÓN
“Uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos aorar.” (Lc 11,1) Muchos de nosotros, discípulos oseguidores de Jesús, sentimos también hoy ennuestros corazones ese mismo deseo: ¡Señor, en-séñanos a orar!
Pero ¿qué es la oración y qué es orar? Dichosencillamente: orar es conversar con el Señor, comouno lo hace con un amigo. Es estar atento a Él yescucharle; es adorarle, dándole gracias y pidiéndoleperdón; es implorar su ayuda para nosotros o paralos demás.
Una gran santa, Santa Teresita del Niño Jesús, expresóbellamente que para ella la oración era “un impulso delcorazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cie-lo, un grito de reconocimiento y de amor, tantodesde dentro de la prueba como desde dentro dela alegría.”
La oración pertenece al estilo de vida de personasque han sido renovadas por el bautismo y estánconscientes de ser miembros de la familia de Dios.Como hijos e hijas de Dios, nos damos cuenta delgran amor de Dios para con cada uno de nosotros
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en Jesucristo, que murió y resucitó por nosotros.Por eso buscamos practicar no solo el mandamientode amar a nuestro prójimo, sino también el de amar anuestro Dios sobre todas las cosas. Por eso oramos. Yhaciéndolo, buscamos poner en práctica lo que muchasveces exclamamos:”¡Dios primero!”
Hay sin embargo personas que rezan poco porquese rodean de muchas distracciones: atienden susnegocios, estudian, ven televisión o conversan consus amistades. Otras no oran del todo porque aúnno han descubierto el amor de Dios y les cuestacreer que Dios creó para ellas este mundo tan grandey bello –al que debemos siempre cuidar y respetar – yque de mil maneras sigue cada día mostrándonos suamor, sobre todo por medio de su Hijo Jesucristo, aquien envió para salvarnos.
Pero ya que Dios nos ha creado y redimido y adiario nos cuida con amor, brota desde nuestroscorazones esa respuesta de amor que es la ora-ción.
La Palabra de Dios nos ofrece muchos ejemplos deoración: se nos dice que Moisés hablaba con Dioscomo con un amigo. Y San Pablo exhorta: ”Oren entodo tiempo” (Rom 12,12); el apóstol también escri-be en su carta a los Filipenses: “No se aflijan pornada, más bien preséntenselo todo a Dios en ora-ción, pídanle y también denle gracias” (Fl 4,6).
Hay muchas formas de orar. Oramos cuando ha-blamos con el Señor y escuchamos su Palabra par-ticipando en la misa o en la celebración dominicalde la Palabra; también cuando meditamos la Biblia,participamos en los rezos del rosario, en procesio-nes y otras devociones, o cuando oramos con nues-tras propias familias o adoramos a Jesús Sacra-mentado; cuando nos ponemos de rodillas ante uncrucifijo o cuando en silencio nos estamos cons-cientes de la presencia de Dios, sin decir siquierauna palabra. Todas estas son formas de orar.
Como católicos somos herederos de un gran teso-ro: las oraciones en las que durante muchos siglosnuestros hermanos y hermanas creyentes en Diosy en Jesucristo han manifestado su fe. Y ¡este li-bro recoge muchas de esas oraciones! Por eso,este libro es de mucho valor. Es como un tesoro.Viene a ayudarnos a aumentar el deseo de orar y aexpresar nuestra relación con Dios.
Estas oraciones expresan la fe, el amor y los senti-mientos de grandes corazones enamorados de Dios.Al leerlas obtendremos una valiosa ayuda para pro-fundizar nuestra propia relación íntima con nues-tro buen Padre Dios. Aquí encontraremos ayudapara cuando orar se nos vuelva difícil; estas ora-ciones serán un estímulo para encontrarle mayorgusto a la oración y para expresarle libremente aDios todo lo que sentimos y vivimos.
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Un libro de oracionespara nuestro pueblo cristiano
Nuestro propósito al publicar este libro de oracioneses enriquecer la fe de nuestro pueblo con plegariasprofundas, sencillas y teológicamente bien fundamen-tadas. Plegarias que interpelan la mente, el corazón ytodo nuestro ser; plegarias que poseen la virtud de sa-cudirnos, cuestionarnos, reconfortarnos y elevarnos ala presencia de Dios.
Poniendo en manos de nuestra gente estas oracionesque expresan la fe de la Iglesia, esperamos motivarlea volcar sin temores su corazón a Dios en todas lassituaciones de su vida.
“AL ENCUENTRO CON DIOS: oraciones para la vidacristiana”, es un libro que se dirige tanto a jóvenescomo a adultos, a laicos y a sacerdotes, a campesi-nos y profesionales; a sanos y enfermos, a personasfelices y a personas que sufren. En sus páginas en-contraremos reflejadas las más diversas situacioneshumanas. Contiene oraciones para momentos de gozoy de dolor; para momentos de fe y de incertidumbre;para momentos de gracia y de pecado, de vida o demuerte. Porque nada humano resulta ajeno a la ora-ción, como nos lo atestiguan los salmos bíblicos. Orar,en el fondo, no es otra cosa sino vivir con radicalidadtodas y cada una de las situaciones humanas, perodesde su propia raíz, en la presencia de Dios y bus-
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Al encuentro con Dios: oraciones para la vida cris-tiana, nos llega precisamente en los días de laQuinta Conferencia de los Obispos Latinoamerica-nos en Aparecida, Brasil; este es un momento degracia para nuestra Iglesia en Nicaragua y todaAmérica Latina. Con nuestros obispos, tomamoshoy mayor conciencia de que nuestra vocacióncomo católicos es la de ser discípulos y misionerosde Jesucristo. Y así como Jesús fue un hombre deoración, que buscó siempre cumplir la voluntad desu Padre, así nosotros buscaremos también hoyseguir su ejemplo, creciendo a diario en nuestroespíritu de oración. Él fue el enviado del Padre ynosotros hoy somos llamados a vivir como misione-ros o enviados suyos, fortalecidos por su Espíritu,que recibimos en la oración.
María es modelo de la Iglesia. En los Hechos delos Apóstoles la encontramos unida a los Apóstolesen oración, esperando la venida del Espíritu Santo.Que esta misma Virgen Madre nuestra, junto consu Hijo, nos enseñe a orar, a través de su ejemplo ypor su maternal intercesión.
+fr. David Zywiec, O.F.M.Cap.Obispo Auxiliar
del Vicariato Apostólico de BluefieldsBonanza, R.A.A.N.
28 de marzo de 2007.
cando su rostro. La fe no nos protege del dolor, delfracaso, la enfermedad o la muerte; lo que sí hace esiluminar desde adentro cualquier situación que enfren-temos, haciéndonos capaces de captar en ella una pre-sencia misteriosa que nos envuelve, dándole sentido yllenándonos de esperanza.
Las oraciones de este libro nos ayudarán a orar conlos ojos bien abiertos hacia los retos que plantea hoynuestro mundo. Oraremos de cara a la paz y la guerra,la injusticia social y la crisis ecológica; pero tambiénnos haremos partícipes de la grande y riquísima tradi-ción cristiana de veinte siglos.
Estas oraciones son de todas las épocas y de todaslas confesiones; abarcan desde los Padres de la Igle-sia hasta el presente; son una expresión viva de la igle-sia orante -desde la voz anónima de hombres y muje-res creyentes hasta la de miembros ilustres del cristia-nismo oriental y occidental, antiguo y moderno. Lasgrandes tradiciones espirituales de Oriente y Occiden-te encuentran aquí su voz. En este libro hay oracionesescritas por laicos y sacerdotes; por santos y santascanonizados y por cristianos de a pie; por papas, car-denales y obispos; por padres y madres de familia; pormonjes y por políticos; por gente sencilla y por grandesteólogos. Orar con este libro será una forma de experi-mentar la comunión de los santos, pues en sus pági-nas podremos unirnos a las palabras, los sentimientosy las experiencias de fe de creyentes que vivieron hacesiglos o que cohabitan hoy con nosotros nuestro mun-do del siglo XXI.
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Las oraciones aquí presentadas provienen de múlti-ples fuentes; en ocasiones las tradujimos personalmen-te de otras lenguas, o las retomamos de coleccionesde oraciones o del Internet. Nuestro deseo ha sido com-partirlas con quienes carecen de libros, de bibliotecasy no cuentan con computadoras para navegar enInternet. Personas que nunca visitan una librería, por-que los libros comerciales no están a su alcance.
Si conocíamos a sus autores, pusimos sus nombres,pero la inmensa mayoría de estas oraciones circulananónimas y son expresión de la fe del Pueblo de Dios;a muchas de ellas les pusimos títulos nuevos para estacolección y, en ocasiones, incluso las reformulamosligeramente.
A nuestros líderes comunitarios les recomendamos uti-lizarlas en sus momentos de oración personal y fami-liar, así como en las reuniones de grupos, celebracio-nes litúrgicas de la Iglesia o en los medios de comuni-cación hablados y escritos.
Y no queremos callar algo muy personal sobre estelibro: en ocasiones las oraciones que aquí comparti-mos nos fueron indicadas por personas que duranteaños las han llevado consigo y rezado diariamente, yque constituyen para ellas un tesoro que alimenta sufe y su compromiso cristiano. Conocemos a una sim-pática profesional nicaragüense, alegre, moderna ydinámica, que diariamente reza una oración escrita porSan Anselmo en el siglo XI, y que para ella es motivode inspiración y aliento. Nos la entregó en una hojita
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de papel arrugada ya por el uso, escrita de su puño yletra, y que para nosotros vale más que si estuvieraescrita sobre oro y plata. Sabemos también de unamadre de familia que murió de cáncer y que durantetoda su vida rezó una de estas oraciones y a la horade su muerte, pidió a sus familiares que la repartieranimpresa entre sus amistades. O también nos conmue-ve recordar el caso de una ancianita muy querida, quea sus 97 años, cuando ya no reconocía ni a sus pro-pios nietos, aún era capaz de recitar sin vacilar el lar-go himno al Espíritu Santo propio de la liturgia de Pen-tecostés.
Una sola de estas oraciones bastaría entonces parareconfortarnos e inspirarnos a lo largo de toda nues-tra vida. ¡Cuánta riqueza disponer ahora de todo estecaudal de oraciones inspiradas! ¡Oraciones para en-señar a nuestros hijos, para leer en silencio, para me-ditar mientras hacemos nuestros mandados o paracompartir en las predicaciones y catequesis! ¡Oracio-nes cuya sabiduría estará siempre a mano!
Únicamente orando en profundidad podremos vivir enserio nuestra fe cristiana. Si para nosotros la oraciónes apenas un adorno o un lujo, o si oponemos superfi-cialmente la acción a la oración y consideramos quetan sólo es necesaria la acción, nos equivocamos. Je-sús nos enseñó que para actuar cristianamente, ne-cesitamos primero unirnos a Él; sería imposible hacerel bien, si antes no nos llenamos del soplo del EspírituSanto. Para alcanzar la madurez y plenitud cristiana,debemos orar. “Como la rama no puede producir fru-
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to por sí misma si no permanece en la planta, así tam-poco pueden ustedes producir frutos si no permane-cen en mí...Sin mí no pueden hacer nada” (Jn 15,4b.5b). “De mí proceden tus frutos”, proclama el Se-ñor a través del profeta Oseas (Os 14, 9c).
El primero de todos los mandamientos siempre será:“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, contoda tu alma, con toda tu mente, con toda tus fuerzas”(Dt 6, 4-5; Mc 12, 29-30). Y tan importante como elprimero es también el segundo mandamiento, el delamor al prójimo; ambos unidos constituyen el corazónmismo de nuestra fe.
“Cuanto más recibamos en el silencio de la oración,tanto más podremos dar en nuestra vida activa”, se-ñalaba lúcidamente Teresa de Calcuta.
Deseemos al menos orar; fortalezcamos nuestra viday nuestro compromiso cristianos bebiendo del Espíri-tu de Dios en la oración.
Nuestro mayor deseo es que este libro contribuya aello y se convierta en otro grano del Reino depositadoen el corazón de nuestras comunidades.
José ArgüelloEquipo Teyocoyani
1. Señor, enséñanosa orar
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1. Abre nuestros labios, SeñorSan Basilio de Cesarea
Señor Dios nuestro,Tú que diste a los hombres tu paz
y enviaste a tus discípulosel don del Espíritu Santo,
abriendo sus labios con tu poderpor medio de lenguas de fuego:
abre también nuestros labios de pecadoresy enséñanos cómo y porqué rezar.
Gobierna nuestra vida,Tú que eres el oasis sereno
de los que son sacudidos por la tempestad,y haznos conocer el camino que debemos seguir.
Restaura en mi corazón una mente recta,fortalece mi juicio vacilante,
para que guiados diariamentepor tu buen espíritu,
seamos dignos de cumplir tus mandamientos,de acordarnos sin cesarde la gloriosa presencia
que examina las acciones humanas,y haz que no seamos engañados
por las seduccionesde los placeres corrompidos de este mundo.
Danos la fuerza de desearel gozo de los tesoros futuros.Pues tu eres bendito y alabado
en todos los santospor los siglos de los siglos. Amén.
2. ¿Para qué orar?adaptado de un texto
del P. Gregorio Iriarte o.m.i.
Le pedí a Dios muchas cosaspara disfrutar en la vida,
y Dios me dijo: Te he dado la vidapara que disfrutes de muchas cosas.
Le pedí a Dios que me diera riquezas,y Dios me dijo: Te he dado capacidades y fuerza
suficiente para que túmismo las ganes con tu trabajo.
Le pedí a Dios que me diera salud.Y Dios me dijo: Tantas medicinas
hay en el mundo para garantizar tu salud.Le pedí a Dios que me diera el éxito
en los exámenes,y Dios me dijo: Te he dado inteligencia, memoria
y voluntad para que, porti mismo, triunfes en la vida.
Le pedí a Dios que me diera fuerzaspara mejorar mi carácter
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y dominar mis pasiones.Y Dios me dijo: Te he regalado tantas personas
que te han acompañado,desde niño, con su ejemplo
y sus buenos consejos.Le pedí a Dios que me diera paciencia.
Y Dios me dijo: La paciencia,igual que las demás virtudes,
no se regala, se gana.Le pedí a Dios que me diera la felicidad,
y Dios me dijo: Te he dado la vida.Busca, por ti mismo, ser feliz.
Le pedí a Dios que me librara del sufrimientoy Dios me dijo: Los sufrimientos
te dan el verdadero sentido de la vidaque siempre es precaria, débil y fugaz.Le pedí a Dios que me hiciera crecer
en virtud y santidady Dios me dijo: Tú debes crecer por ti mismo.
Para eso tienes mi gracia.Le pedí a Dios que me ayudara
a amar verdaderamente al prójimocomo El nos ama.
Y el Señor se sonrió y me dijo: Muy bien, por finestás entendiendo
lo que es la oración…..La verdadera oración no es
para obtener regalos del cielo,sino para lograr la fuerza interior necesaria
que nos lleve a asumir plenamente
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nuestras responsabilidades ante Dios,ante el prójimo
y ante nosotros mismos.
3. Danos fervor, SeñorSanto Tomás Moro
Oh Señor, concédenosuna mente humilde, tranquila, apacible,
paciente y amorosa,y el gusto de tu Espíritu Santo
en todos nuestros pensamientos,palabras y obras.
Oh Señor,danos una fe viva, una esperanza firme,
una caridad ferviente y amor por Ti.Aparta de nosotros toda tibieza en la meditación
y toda pesadez al rezar.Danos fervor y deleite cuando pensamos en Ti,
en tu gracia y en tu tierna compasiónhacia nosotros.
Danos, buen Señor,la gracia de trabajar
por las cosas que te pedimos.
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4. La oración es...Santa Teresita del Niño Jesús
Para mí la oración es un arranque del corazón,una simple mirada dirigida al cielo;
es un grito de agradecimiento y de amorlo mismo en medio de la tribulación
que en el seno de la alegría.En fin, es algo elevado y sobrenatural,
que dilata el alma y la une a Dios.Algunas veces,
cuando se halla sumido mi espírituen tan gran sequedad
que es incapaz de producir un solo pensamientobueno,
rezo muy despacio un Padrenuestro o unAvemaría;
estas son las únicas oraciones que me cautivan,que alimentan divinamente mi alma,
y le bastan.
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2. Durante el día
5. El fruto del silencio...Madre Teresa de Calcuta
El fruto del silencio es la oración.El fruto de la oración es la fe.El fruto de la fe es el amor.
El fruto del amor es el servicio.El fruto del servicio es la paz.
6. Orar de corazónSan Juan Crisóstomo
Nada hay mejor que la oracióny el diálogo con Dios...
Me refiero, claro está, a aquella oraciónque no se hace por rutina, sino de corazón,
que no se limita a unos determinados momentos,sino que se prolonga sin cesar día y noche.
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7. Al despertar
Ante ti está un nuevo día.Disponte a vivirlo con intensidad.
Eleva tu espíritu a Dios.Ponte en sus manos.
Di la oración de la mañana.Que al acabarla, tu corazón esté totalmente
dispuesto a aceptar lo que Dios te hayapreparado para este nuevo día.
Oración del pueblo judío
Al levantarme te agradezco, Señor,la oportunidad de estar en esta tierra.
Te doy las gracias por mi mente y mi cuerpo;te agradezco mi vida.Bendice mi cuerpo
y sírvete de él para tus propósitos.Haz que hoy me levante fuerte
y que en cuerpo y almairradie tu amor;
que mi mente, mi corazón y mi cuerpose liberen de toda impureza;
que todas las células de mi ser se llenen de tu luzy que alumbren
para mi propio bien y el de todo el mundo.Amén.
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8. Un nuevo día
Gracias, Señor, por este nuevo día,por su belleza y su luz,
gracias por darme la oportunidadde volver a comenzar;
libérame de las limitaciones de ayer.Que hoy tu Espíritu me haga renacer.
Que pueda ser de una manera más plena,reflejo de tu resplandor.
Dame fuerza, compasión, valor y sabiduría.Muéstrame la luz que hay en mí y en los demás.Que reconozca el bien que hay en toda partes.
Haz que sea yo en este díainstrumento del amor y de la curación.
Dame una paz profunda para poder servirtecon más profundidad. Amén.
9. Al comenzar el trabajo
Entrégate a tu trabajo con responsabilidad,dedicación y honestidad, consciente de que, contu esfuerzo, estás construyendo un mundo nuevo.La Creación está aún por terminar. Dios nos hahecho partícipes de su poder creador, y nos haencomendado la tarea de perfeccionar este mundo.Sé eficaz en tu trabajo. No dejes de cumplir tus
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obligaciones. Aparta de ti la pereza. Encuentra alSeñor en medio de tus tareas, sirviéndole conamor. Convierte tu trabajo en oración.
Señor, Jesús,yo te ofrezco toda mi jornada,
mi trabajo, mis luchas,mis alegrías y sufrimientos.
Concédeme,pensar como Tú,trabajar como Tú,
vivir en unión contigo.
Concédeme amarte y servirteen medio de mis actividades diarias.
Que tu Reino llegue a la oficina,a la finca, al taller, a la fábrica,
a la radio y al periódico,a las organizaciones,
a las pulperías, los mercadosy a nuestros hogares,
nuestros campos y nuestras ciudades.
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10. Oración del trabajadoragrícola
Cardenal Mahoney
Padre Nuestro, Dios de bondad,Tu que nos das la tierra
para cosechar nuestro alimento,escucha las oraciones de tu pueblo,
y da a todos los que trabajan en los camposplena justicia y dignidad humana.
Ayúdanos a poner el espíritu de Cristoen todas nuestras labores diarias,
para que estos esfuerzos produzcanuna rica cosecha de amor, justicia y paz.
Te lo pedimos en el nombre de Cristo,Nuestro Señor. Así sea.
11. Oración antes de un viaje
Señor, que llenas todo lugar con tu presencia:acompáñame en este viaje,para que llegue a mi destinoy vuelva a casa sano y salvo.
Que mi viaje sea un anuncio de alegríaa todos los que encuentre,un mensaje de esperanza,
un testimonio de vida cristiana. Amén.
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12. Bendición de la mesa
Bendícenos, Señor,y bendice estos alimentos
que de tu mano vamos a tomar;y enséñanos a compartir
todo lo que somos y tenemoscon nuestros hermanos,
especialmente los más pobresy necesitados.
13. Después de las comidas
Señor nuestro Jesucristo que dijiste:“No sólo de pan vive el hombre”,
enséñanos a alimentar nuestras vidascon el pan de tu Palabra.
Tú, que dijiste:“Bienaventurados los que tienen
hambre y sed de justicia”,ven a ayudarnos a implantar la justicia,
para que los pobrespuedan comer tranquilos
el pan que les pertenece. Amén.
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14. Oración de la tarde
Padre de bondad y misericordia,todo lo hiciste con sabiduría y amor.Tú me diste el ser y me sostienes.
Si dejaras de pensar en mí,dejaría yo de existir.
Gracias te doy por el día que me concedesy por permitirme colaborar contigo
en la construcción de tu Reino,a pesar de mi debilidad y limitación.
Concédeme experimentar tu inmenso amory, llenándome de este amor,
transmitirlo a cuantos me rodean.Que mis pensamientos se asemejen a los tuyos,
que mis actos sean conformes a tu voluntad,que mi corazón palpite a tu ritmo y para ti.
Todo esto, Padre Bueno, te lo pido con confianzapor tu hijo Jesucristo,
que contigo y el Santo Espíritu,vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
15. Oración de la noche
Misericordioso Jesús, otro día termina,con su cosecha de alegrías y tristezas,
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de trabajos, dolores,incertidumbres y esperanzas;
gracias por todos los beneficiosrecibidos de tus manos.
Quien pone en Ti su confianza,no queda defraudado
y encuentra fuerzas para vivir;no permitas que nada
ni nadie me aparte de Ti.Tú conoces mejor que yo mismo
quién soy, qué pienso y cómo actúo;sabes que soy débil
y que sin tu gracia y auxiliocaería a cada paso
y me desorientaría constantemente:no me sueltes de tu mano.
Me arrepiento de no haber hecho hoytodo lo posible para mostrara otros tu gran misericordia,ayúdame para que mañana,
si me concedes la gracia de un nuevo día,viva un poco más de acuerdo a tu voluntad.
¡Que todas las personas se salveny lleguen a experimentar tu gran misericordia!
¡Que juntos cooperemosen la edificación del Reino
y que nadie quede excluido en la gran fiestaque el amor del Padre ha organizado para todos
en la patria celestial! Amén.
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16. Antes de dormir
Antes de cerrar los ojos,los labios y el corazón,al final de la jornada,
¡Buenas Noches, Padre Dios!Gracias por todas las gracias
que nos ha dado tu amor;si muchas son nuestras deudas,
infinito es tu perdón.Mañana te serviremos,en tu presencia, mejor.A la sombra de tus alas,
Padre Nuestro, abríganos.Quédate junto a nosotros
y danos tu bendición.Antes de cerrar los ojos,los labios y el corazón,al final de la jornada,
¡Buenas Noches, Padre Dios!Gloria al Padre Omnipotente.
Gloria al Hijo Redentor.Gloria al Espíritu Santo.
Tres personas, un solo Dios.
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17. Consagración a María
¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía!Yo me ofrezco todo a ti;
y en prueba de mi filial afectote consagro en esta noche
mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón;en una palabra, todo mi ser.
Ya que soy todo tuyo, Madre de bondad,guárdame y defiéndeme
como cosa y posesión tuya.Así sea.
18. Oración de abandonoHermano Carlos de Foucauld
Padre,me pongo en tus manos.Haz de mi lo que quieras.
Sea lo que fuere,por ello te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo.Lo acepto todo
con tal de que se cumplatu voluntad en mí
y en todas tus criaturas.No deseo nada más, Padre.
Te encomiendo mi alma,te la entrego
con todo el amor de que soy capaz,porque te amo y necesito darme,
ponerme en tus manos sin medida,con infinita confianza,
porque tú eres mi Padre.
19. En tus manosme abandono
Robert Kennedy(hallada en su bolsillo
el día de su asesinato).
Yo me abandono ¡oh Dios! en tus manos.Toma este barro y modélalo
como la arcilla entre las manos del alfarero;dale una forma y después, rómpela, si quieres
como es despedazada la vidade tantos hermanos.
Pide, ordena.¿Qué quieres que haga?
¿Qué quieres que no haga?Ensalzado o humillado, perseguido,
incomprendido,calumniado, alegre o triste,
o inútil para todo,sólo diré,
a ejemplo de tu Madre:”Hágase en mí según tupalabra”.
Dame el amor por excelencia,el amor de la Cruz.
Pero no de las cruces heroicasque podrían nutrir mi vanidad,
sino de las cruces vulgares que,sin embargo, llevo con repugnancia.De esas que se encuentran cada día
en la contradicción,en el olvido, en los juicios falsos,
en la frialdad del alma,en los desaires y desprecios de los demás;
en el malestar y defectos del cuerpo,en la oscuridad de la mente
y en el silencio y aridez del corazón.
Entonces sólo Tú sabrás que te amo,aunque ni yo mismo lo sepa, pero eso basta.
Amén.
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3. Oraciones penitenciales
20. Oración de entregade sí mismo a Dios
San Ignacio de Loyola
Toma, Señor, y recibetoda mi libertad,
mi memoria,mi entendimiento
y toda mi voluntad;todo mi haber y mi poseer.
Tú me lo diste,a Ti, Señor, lo devuelvo.
Todo es tuyo:dispón de ello
según tu voluntad.Dame tu Amor y Gracia,
que éstas me bastan.Amén.
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21. Aumenta nuestra feCardenal Martini
¿Y nosotros, Señor?Nos da miedo decirte
que nos encontramos ahoraigual que tus primeros discípulos.
Nuestra fe va acompañadade poca disponibilidad, de rigidez de corazón,de dureza, de incapacidad para comprenderte.
¡Repréndenos, Señor,para que nuestro corazón pueda acogerte!
Haz que no nos amedrentemosde nuestra dureza de corazón,
sino que, perseverando en la oración,podamos captar las señales de tu presencia.
22. A la puerta del Señor tocode la liturgia eucarística siríaca
Señor, a tu puerta yo tocoy a tu tesoro invoco piedad.
Soy un pecador que, por muchos años,abandonó tu camino.
Concédeme confesar mis pecados,huir de ellos y vivir en tu gracia.
¿No es acaso la puerta de quien tocamos,
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Señor misericordioso, la tuya?¿Quién nos sostendrá en nuestras caídas,si tu misericordia no intercede junto a ti,
Oh rey ante cuya majestadse postran también los reyes?
Padre, Hijo y Espíritu Santo,sé para nosotros una ciudad fortificada,
un refugio contra los perversos que nos combateny contra sus potencias.
Protégenos a la sombra de tus misericordias,cuando los buenos sean separados de los malos.
Que el canto de nuestra oraciónsea una llave que abra la puerta del cielo;
y que en sus filas los arcángeles digan entre sí:¡cómo debe ser de dulce el canto de los humanos
para que el Señor atienda tan prontoa sus invocaciones!
23. Caigo a tus piesSan Efrén el sirio
Caigo a tus pies, Señor, en adoración.¡Te agradezco a Ti, Dios de bondad!
¡A Ti te imploro, oh Santo!¡Delante de Ti me inclino,
Tú, amigo de la humanidad!
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A Ti te glorifico, Cristo,pues eres el único Señor del universo.
Tú, que eres sin pecado,-por mí, pecador indigno-
te entregaste a la muerte y a muerte de cruz;para así liberar a todos
de las amarras del pecado.¿Cómo puedo retribuirte, Señor?
¡Alabanza a Ti, amigo de la humanidad!¡Alabanza a Ti, misericordioso!¡Alabanza a Ti, comprensivo!
¡Alabanza a Ti, que perdonas a los pecadores!¡Alabanza a Ti, porque viniste para salvarnos!
24. Te necesito, SeñorMartín Lutero
Mira, Señor,soy como un vaso vacío
que necesita tantode ser llenado.
Señor mío, llénalo.Soy débil de fe.
Fortalécela.Soy frío en el amor.
Permite que mi corazón quemey que mi amor se derrame
sobre mi prójimo.
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No tengo una fe firme y fuerte.A veces, dudo
y no consigo confiar completamente en ti.Ah Señor, ayúdame.
Aumenta mi fey mi confianza en Ti.
Todo lo que poseoestá en tus manos.
Soy pobre, tú eres ricoy viniste para tener compasión de los pobres.
Yo soy un pecador,tu eres justo.
Sufro por causa del pecado.En Ti está toda la justicia.
Por eso me quedo a tu lado,pues a Ti no tengo que darte:
de ti puedo recibir.
25. Señor, ven a buscarmeSan Ambrosio
Ven, Jesús, a buscarme, busca la oveja perdida.Ven, pastor.
Deja las noventa y nuevey busca la que se ha perdido.
Ven hacia mí.Estoy lejos.
Me amenaza el ataque de los lobos.Búscame, encuéntrame, acógeme, llévame.
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Puedes encontrar al que buscas,tomarlo en brazos y llevarlo.
Ven y llévame sobre tus huellas.Ven Tú mismo.
Habrá liberación en la tierray alegría en el cielo.
26. Ilumina mis tinieblasSan Francisco de Asís
Oh alto y glorioso Dios,ilumina las tinieblas de mi corazón.
Dame una fe recta,esperanza cierta,caridad perfecta
y humildad profunda.Dame Señor
sentido y discernimientopara cumplir tu santay verdadera voluntad.
Amén.
27. Renuévanos, Señor
Señor, hemos fallado en entendery aceptar las exigencias de tu Reino.
Nos hemos unido a tus causas,pero hemos perdido el interés.
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Prometimos ser valientesy nos encontramos con miedo.
Queríamos ser sensibles y aquí estamos,seres difíciles y duros.
Tenemos la gran oportunidad de servirte,trabajando por la justicia y la paz,
pero la desaprovechamos.Perdónanos cuando por comodidadno escuchamos el clamor del pobre,
del hambriento, del enfermo, del prisionero.Nos hemos dejado cegar,
olvidando que lo que se hagacon cualquiera de tus hijoste lo estamos haciendo a ti.Ten piedad, Dios nuestro,
y escucha nuestras confesiones.Acoge nuestras limitaciones
y conviértelas en posibilidades para Tu servicio.Amén.
28. Oración por la conversiónSan Nicolás de Flueli
Señor mío y Dios mío,despójame de todo lo que me aparta de ti.
Señor mío y Dios mío,dame todo lo que me lleva a ti.
Señor mío y Dios mío, líbrame de mí mismoy toma enteramente posesión de mí.
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29. En Dios todo lo podréSan Ignacio de Loyola
En Dios todo lo podré;pues me da el deseo,
también me dará la obra.El comenzar y el acabar,
todo es suyo.
30. Enséñanos a pensaren los demás
Señor, enséñanos a no amarnos egoístamente,a no conformarnos con amar a los nuestros,a no negar el amor a los que no nos aman.
Señor, enséñanos a no pensar siempreen nosotros mismos,
a pensar también en los demás,a pensar y preocuparnos, sobre todo,
de los olvidados.
Señor, haz que compartamos el dolor de losotros,
la soledad de los abandonados,la pobreza de los explotados.
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Señor, no permitasque sólo nosotros seamos felices,que sólo nosotros vivamos en paz,
que sólo nosotros tengamos de todo.
Señor, no nos dejes tranquilos y en paz,mientras haya quien sufre,
mientras haya pueblos oprimidos,mientras haya gente que tiene hambre,
mientras haya desempleados, marginados,abandonados.
Señor, que nuestro bienestarsea el bienestar de todos,
que nuestra dichase base en la felicidad de todos,
que nuestra pazse alce sobre la paz de todos,
que nuestra vidase construya con la vida de todos,que nuestro amor abarque a todosy desate el amor de todos y todas.
31. Dame, Señor,un corazón de carne
Dame, Señor, un corazón de carne,un corazón que se conmueva y sienta
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lo que Tú mismo sientes por nosotros.Enséñame a ser apasionado (a),
a ser coherente,aunque a veces me cueste sacrificio,
porque contigo el yugo es suavey la carga es más ligera.
32. Yo te pido, Señor…
Que guíes mis palabraspara que solo expresen la verdad,
cerrando mis labios y oídos a la murmuracióny alejándome de la falsedad.
Que disciplines mi carácter y mi voluntadde manera que no me dé por vencido
ante las dificultades de la vida,pero que también sea capaz de reconocer
cuando me equivoque en mi camino.Concédeme claridad de pensamiento
para valorar las oportunidadesy empeño para que mis esfuerzos fructifiquen.
Ayúdame a desarrollar buenos hábitos y a ser cada día mejor,
sin perder la comprensiónhacia las demás personas.
Que encare el odio y la ingratitudpara que aprenda a conocerlos,
pero que el amor crezca en mí de tal forma
que pueda darlo a quienes me amany a quienes no.
Que me des el tiempo suficientepara lograr mis propósitos,pero también fe y corajepara vivir el día de hoy
como si fuera el último de mi vida.Amén.
33. El camino adelanteTomás Merton
Señor Dios mío,no tengo idea de adónde estoy yendo.
No veo el camino delante de mí.No puedo saber con certeza dónde terminará.
Ni siquiera me conozco verdaderamentea mí mismo,
y el hecho de pensar que estoy siguiendotu voluntad no significa que en realidad
lo estoy haciendo.Pero yo creo que el deseo de agradarte
realmente te agrada.Y espero tener ese deseo
en todo lo que estoy haciendo.Espero no hacer nunca nada
sin ese deseo.Y yo sé que, si hago esto,
me guiarás por el camino correcto
aun sin que sepa de él.Por tanto, yo siempre confiaré en ti,
aunque parezca perdidoy en sombras de muerte.
No temeré, porque tú estás siempre conmigo,y jamás me dejarás solodelante de los peligros.
34. Ser todo tuyo, SeñorSan Benito
Dígnate concederme, oh Díos bueno y santo,una inteligencia que te comprenda,
una sensibilidad que te sienta,un alma que te saboree,
un empeño que te busque,una sabiduría que te encuentre,
un espíritu que te conozca,un corazón que te ame,
un pensamiento que se oriente a ti,una actividad que te glorifique,
un oído que te escuche,unos ojos que te contemplen,una lengua que te confiese,
una palabra que te complazca,una paciencia que te siga,
una perspectiva que te espere.
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4. Que escuchemos tuPalabra, Señor
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35. Antes de leerlas Sagradas Escrituras
Señor,haz que me encuentre con tu Palabra,
dejándola penetrar en mí,como el agua de lluvia penetra y empapa la tierra.
Que la acoja con alegría,que la escuche con amor,
que la medite silenciosamentey la guarde en mi corazón,
como María.
Tú sabes, Señor ,que las pasiones y preocupaciones
no la dejan crecer en nuestro corazón.Ven, pues, en mi ayuda, para que tu Palabra
sea en mí fuerza de liberacióncontra toda falta de autenticidad,
esclavitud o temor.Que arda mi corazón a medida que tú mismo,
Cristo resucitado, me vayas explicandolas Santas Escrituras
a la luz de tu Santo Espíritu.Y que sea dichoso, como María, cuando crea
firmementeque se cumplirá en mí
todo lo que tú me dices.Amén.
37. Enséñanos a vertey escucharte
en todas las cosas
Creemos, Señor, que Tú nos hablasy sales al encuentrode muchas maneras:
a través de la Creación,de nuestra propia conciencia
y de los acontecimientos que nos rodean...Si no te vemosni escuchamos,
es porque estamos sordos y ciegos.
Por eso nos has dado además tu Palabraen los libros de la Sagrada Escritura
y en la persona de tu Hijo, Jesucristo,para aprender a verte y escucharte
en todas las cosas.
Que tu Palabra, Señor, nos ayude a entenderel sentido de nuestra vida
y nos dirija por el camino de la justicia, del amory la fidelidad a Dios,
en el seguimiento de Jesucristocomo miembros vivos de tu Iglesia.
Que la Biblia nos ayude a entender mejoreste mundo que nos rodea,
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36. Después de leerlas Sagradas Escrituras
Señor, el Pan de tu Palabra,cuanto más se come, más hambre da.
Tu Palabra es como agua que apaga la sed,refresca, fecunda y limpia.
Es como luzque devuelve la vista a los ciegos.
Es, también,espada de doble filo:
penetra en lo profundo del alma, hiere y sana,angustia y libera;
inquieta y da la paz,mata al hombre viejo
y nos convierte en criaturas nuevas,creadas en la verdad y la justicia,en la libertad y el amor de Cristo.
¡ Dichosos los que ponen en prácticatodo lo que han comprendido
del misterio de tu voluntadal leer y meditar tu santa Palabra!
¡ Ven, Señor, en ayuda de mi debilidad!Amén.
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y la realidad que vivimosnos descubra
el sentido de tu Palabra.
No permitas que acomodemos tu mensajea nuestros caprichos y formas de pensar.
Abre nuestros corazones:crea en nuestras comunidades
un ambiente de apertura y diálogodonde se manifieste tu Espíritu;permítenos captar tu presencia
en el caminar de nuestro pueblo.Gracias, Señor, por el don inmenso de la Biblia.
38. Que tu Palabra fecundenuestra vida
Carlos Mesters
Enséñanos a escuchar, Señor,a rumiar tu Palabra
en la lectura cotidiana,a fecundar la vida
en la oración con la Biblia.
Enséñanos, Señor,a escuchar tu Palabra en comunidad,
leyendo juntos la Bibliapara mirar la vida según tu voluntad.
5. A Jesucristo
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39. De Ti queremos vivirP. Azarías H. Pallais
Señor Jesucristo, Tú nos has llamado,para que contigo recorramos el camino al Padre;
contigo queremos ir, de Ti queremos vivir.¡Sé la luz que nos alumbra!
¡Sé la fuerza que nos conforte!¡Sé el maestro a quien sigamos y sigamos!e infunde en nuestros sentidos el fulgor del
Espíritu Santo.
40. Entra, Señor, por lapuerta de mi corazón
San Juan Crisóstomo
Maestro y Señor,no merezco que entres
bajo el techo de mi alma,pero ya que, como amigo de los hombres,
quieres habitar en mí,me acerco a ti con audacia.
Tu mandas que yo abra las puertasque sólo tú creaste,
para entrar con tu amor constante.Tu entrarás
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e iluminarás mi pensamiento confuso:yo creo, porque tu
no despediste a los que venían a Ti,ni rechazaste al publicano penitente,
sino que a todos los que, convertidos, seaproximaban a Ti,
los incluiste en el número de tus amigos,Tu que eres el único bendito,
en todo tiempo, ahoray por los siglos de los siglos.
Amén.
41. Que en todas partesbrille tu rostro
Teilhard de Chardin
Señor, nosotros sabemos y presentimosque tú estás en todas partes envolviéndonos.
Pero parece existir un velo sobre nuestros ojos.Haz que de todas partes
brille tu rostro.
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42. Invocación a JesucristoSan Patricio
Cristo sea conmigo, Cristo dentro de mí,Cristo detrás de mí, Cristo delante de mí,
Cristo a mi lado, Cristo para ganarme,Cristo para confortarme y levantarme,Cristo bajo mí, Cristo encima de mí,
Cristo en la tranquilidad, Cristo en el peligro,Cristo en el corazón de todos los que me aman,
Cristo en la boca de amigos y extraños.
43. Esparcir tu fraganciaCardenal Newman
¡Oh Jesús!, ayúdame a esparcir tu fraganciadondequiera que vaya.
Inunda mi alma de tu espíritu y vida.
Penétrame y aduéñate tan por completo de mí,que toda mi vida sea una irradiación de la tuya.
Ilumina a través mío y de tal maneratoma posesión de mí,
que cada alma con la que yo entre en contactopueda sentir tu presencia en mi alma.
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Que al verme no me vea a mí, sino a Ti en mí.Permanece en mí.
Así resplandeceré con tu mismo resplandor,y que mi resplandor sirva de luz para los demás.
Mi luz toda de Ti vendrá, Jesús:ni el más leve rayo será mío.
Serás Tú el que iluminarás a otros por mi medio.
Sugiéreme la alabanza que más te agrada,iluminando a otros a mi alrededor.
Que no te pregone con palabrassino con mi ejemplo,
con el influjo de lo que yo lleve a cabo,con el destello visible del amor,
que mi corazón saca de Ti.Amén.
44. SúplicaSan Tijón de Zadonsk,
santo ortodoxo ruso
Dame el oído para poderte oír.Dame los ojos para poderte ver.
Dame el gusto para poderte saborear.Dame el olfato para sentir tu fragancia.
Dame las piernas para llegar a Ti.
Dame la boca para hablar de Ti.Dame el corazón para temerte y amarte.
Señor, condúceme por tu caminoy andaré según tu verdad,
pues tu eres el camino, la verdad y la vida.Toma mi voluntad y dame la voluntad
de cumplir solamente la tuya.Echa de mí lo viejo y dame lo nuevo.
Arranca mi corazón de piedray dame un corazón humano,
que te ame, te adore y te siga.Dame ojos para ver tu Amor.
Dame ojos para ver y seguir tu humildad.Dame ojos para ver tu mansedumbre
e imitar tu sabiduría.Dime una palabra y todo será hecho.
Porque tu palabra es poderosa.Creo, Señor, ayuda a mi incredulidad.
45. SeguimientoSan Agustín
Señor, vuélvenos capaces de vivir con amornuestra vocación,
como verdaderos enamoradosde la belleza espiritual,
extasiados por el perfume de Cristoque exhala de una vida de conversión al bien,
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no como esclavos sujetos a una ley,sino como hombres libres guiados por la gracia.
46. Señor, enséñame a vivirSan Gregorio Nacianceno
Señor, no dejes de darme,para que yo pueda compartir;
sigue perdonándome,para que yo aprenda a ser indulgente;reclama para que no me vuelva avaro;
persiste en mover mi pereza,para que no me instale en mi egoísmo;
enséñame a vivir en el amor,enséñame a amar con tu corazón.
Y ten… paciencia conmigopara que no me canse de servirte.
Enséñame a vivir.Amén.
47. Que avance en mi caminohacia Ti, Señor
San Anselmo
Dame un alma limpia, recta, fiel,un conocimiento verdadero y práctico,
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con el amor de tus mandamientosy la facilidad para cumplirlos,
de tal manera, Señor,que pueda progresar sin cesar con humildad
en el camino de lo mejory no fallar jamás.
No me abandones, Señor,a mi sola voluntad,
ni a la debilidad humana,ni a mis méritos,
ni a nada que no sea tu cuidadosa Providencia.Que por mí y en mí se cumpla siempre
solamente tu santa voluntad.
48. Creo, Señor, ayuda miincredulidad
Clemente XI, Papa (1700-1721)
Creo en Ti, Señor...pero ayúdame a creer con firmeza.
Espero en Ti... pero ayúdamea esperar sin desconfianza.
Te amo Señor... pero ayúdamea no volver a ofenderte.
Te adoro Señor, porque eres mi creadory te anhelo porque eres mi fin.
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Te alabo por que no te cansasde hacerme el bien,
y me refugio en Ti porque eres mi protector.
Que Tu sabiduría Señor, me dirija,y Tu justicia me reprima.
Que Tu misericordia me consueley Tu poder me defienda.
Te ofrezco, Señor, mis pensamientos,te ofrezco mis palabras,ayúdame a hablar de ti.Te ofrezco mis obras,
ayúdame a cumplir tu voluntad.Te ofrezco mis penas, ayúdame a sufrir por Ti.
Todo aquello que quieras Tú, Señor, lo quiero yo,precisamente porque lo quieres Tú,
como Tú lo quierasy durante todo el tiempo
que lo quieras.
Te pido Señor que ilumines mi entendimiento,que fortalezcas mi voluntad,que purifiques mi corazóny santifiques mi espíritu.
Señor, hazme llorar mis pecados,rechazar las tentaciones,
vencer mis inclinaciones al maly cultivar las virtudes.
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Dame Tu gracia, Señor, para amartey olvidarme de mí,
para buscar el bien de mi prójimosin tenerle miedo al mundo.
Dame la gracia para ser obedientecon mis superiores,
comprensivo con mis inferiores,solícito con mis amigos
y generoso con mi enemigo.
Ayúdame, Señor,a superar con austeridad al placer,
con generosidad la avaricia,con amabilidad la ira
y con fervor la tibieza.
Que sepa yo tener prudencia, Señor,al aconsejar; valor en los peligros,
paciencia en las dificultades,sencillez en los éxitos.
Concédeme, Señor, atención al orar,sobriedad al comer,
responsabilidad en mi trabajoy firmeza en mis propósitos.
Ayúdame a conservar la pureza del alma,a ser modesto en mis actitudes,
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ejemplar en mi trato con el prójimoy verdaderamente cristiano en mi conducta.
Concédeme tu ayuda para dominar mis instintos,para fomentar en mí
Tu gracia, para cumplir Tus mandamientosy obtener mi salvación.
Enséñame, Señor,a comprender la pequeñez de lo terreno,
la grandeza de lo divino,la brevedad de esta vida
y la eternidad de la futura.
Concédeme, Señor,una buena preparación para la muerte
y un santo temor al juicio,para librarme del infierno
y obtener Tu gloria.
Por Cristo Nuestro Señor.
49. Que te ame, SeñorBeato Carlos de Foucauld
Dios mío,dame una señal constante
de tu presencia en mí y a mi alrededor...
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y, al mismo tiempo, dame el amor repleto de temorque se experimenta
en la presencia de todo aquelloque se ama apasionadamente,y que nos permite permanecerdelante de la persona amada,
sin poder apartar de ella los ojos,con el gran deseo
y la voluntadde hacer todo lo que le agrada,todo lo que es bueno para ella;y con el gran temor de hacer,
decir o pensaralguna cosa que le desagrade o lastime.
En ti, por ti y para ti.Amén.
50. Tómame todo, Señor Jesús
Tómame, Señor Jesús, con todo lo que soy;con todo lo que tengo y lo que hago,
lo que pienso y lo que vivo.Tómame en mi espíritu,
para que se adhiera a Ti;en lo más íntimo de mi corazón,
para que sólo te ame a Ti.
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Tómame, Dios mío, en mis deseos secretos,para que seas mi sueño y mi fin único,
mi perfecta felicidad.Tómame con tu bondad, atrayéndome a Ti.
Tómame con tu dulzura, acogiéndome en Ti.Tómame con tu amor, uniéndome a Ti.
Tómame, mi Salvador, en tu dolor,tu alegría,
tu vida, tu muerte, en la noche de la Cruz,en el día inmortal de tu Resurrección.
Tómame con tu poder, elevándome hasta Ti;tómame con tu ardor, inflamándome de Ti,
tómame con tu grandeza, perdiéndome en Ti.
Tómame para la tarea de tu gran misión,para una entrega total
a la salvación del prójimoy para cualquier sacrificio necesario
en el servicio de tus hermanos y hermanas.Tómame, oh Cristo, mi Dios,
sin límites y sin fin.Toma lo que puedo ofrecerte;
no me devuelvas jamás lo que tomaste,de manera que un día
pueda poseerte a Ti en el abrazo del cielo,tenerte y conservarte para siempre.
Amén.
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51. A la luz de Cristo
Señor Jesucristo,que tu presencia inunde por completo mi ser,
y tu imagen se marque a fuegoen mis entrañas,
para que pueda yo caminara la luz de tu figura,
y pensar como Tú pensabas,sentir como Tú sentías,
actuar como Tú actuabas,hablar como Tú hablabas,
soñar como Túy amar como Tú amabas.
Pueda yo, como Tú,despreocuparme de mí mismo
para preocuparme de los demás;sacrificarme a mí mismo, y ser al mismo tiempo
aliento y esperanza para los demás.
Pueda yo ser, como Tú,sensible y misericordioso;
paciente, manso y humilde;sincero y veraz.
Tus predilectos, los pobres,sean mis predilectos;
tus objetivos, mis objetivos.Los que me ven, te vean.
Y llegue yo a ser una transparenciade tu Ser y tu Amor. Así sea.
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52. Oración para la acción
Señor, danos la sabiduríaque juzga desde arriba y ve lejos.
Danos una disposición interiororientada a lo esencial.
Enséñanos a serenarnosfrente a la lucha y los obstáculos,
y a proseguir en la fe, sin agitación,el camino por Ti trazado.
Danos una actividad serena que abarquecon una visión unitaria la totalidad.
Ayúdanos a aceptar la críticay la contradicción.
Haz que sepamos evitarel desorden y la dispersión.
Que amemos todas las cosasjuntamente contigo.
Oh Dios, fuente del ser, únenos a Tiy a todo lo que converge
hacia la alegría y la eternidad. Amén.
53. En ti está la luzDietrich Bonhoeffer
Reina en mí la oscuridad,pero en Ti está la luz;
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estoy solo, pero Tú no me abandonas;estoy desalentado, pero en Ti está la ayuda;
estoy intranquilo, pero en Ti está la paz;la amargura me domina,
pero en Ti está la paciencia;no comprendo tus caminos,
pero Tú sabes el camino para mí.
54. Nuestras manos son tusmanos, Señor
Jesús, no tienes manos.Tienes sólo nuestras manos
para construir un mundodonde habite la justicia.Jesús, no tienes pies.
Tienes sólo nuestros piespara poner en marcha la libertad y el amor.
Jesús, no tienes labios.Tienes nuestros labios para anunciar
la Buena Noticia de lo pobres.Jesús, no tienes medios.
Tienes sólo nuestra acciónpara lograr que todos los hombres y mujeres
sean hermanos.Jesús, nosotros somos tu Evangelio,
pues el único Evangelioque todo el mundo puede leer
son nuestras vidas.
a hacer el bien al que nada puede retribuirme,a amar siempre gratuitamente,
a trabajar sin preocuparme del reposo.Y, al no tener otra cosa que dar,
a donarme en todo y cada vez mása aquel que necesita de mí,
esperando sólo de Tila recompensa.
O mejor: esperando que Tu Mismoseas mi recompensa. Amén.
57. A Jesús sacramentado
A ti vengo, mi Dios y Señora exponerte humildementelos deseos de mi corazón.Da Señor, a todo el mundo,
aquí en la tierra, el pan de cada día:el pan del alma, la sagrada Eucaristía;
el pan de la inteligencia, tu Santa Palabra;el pan del corazón, el deseo de poner toda la vida al servicio de los demás;
el pan del cuerpo, todo lo que Tú sabesque necesitamos para vivir
en la alegría y en la paz fraternal.Esto me basta, Señor.
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55. A Jesús crucificado
No me mueve, mi Dios, para quererteel cielo que me tienes prometido,ni me mueve el infierno tan temidopara dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor; muéveme el verteclavado en una cruz y escarnecido,muéveme ver tu cuerpo tan herido,muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor; y en tal manera,que aunque no hubiera cielo yo te amara,y aunque no hubiera infierno te temiera.
No me tienes que dar por que te quiera,pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
56.Ofrenda a Jesucristo
Señor, enséñame a ser generoso,a dar sin calcular,
a devolver bien por mal,a servir sin esperar recompensa,
a acercarme al que menos me agrada,
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58. Después de la comunión
Alma de Cristo, santifícame;cuerpo de Cristo, sálvame;
sangre de Cristo, embriágame;agua del costado de Cristo, purifícame;
pasión de Cristo, confórtame;oh buen Jesús, óyeme;
dentro de tus llagas, escóndeme;no permitas que me separe de ti;del maligno enemigo, defiéndeme;en la hora de la muerte, llámame;
y mándame ir a ti,para que con tus santos te alabe,por los siglos de los siglos. Amén.
59. Oración a JesucristoSan Francisco de Asís
Te ruego, Señor,que la fuerza abrasadora y dulce de tu amor
absorba de tal modo mi mente,separándola de todas las cosas,que muera por amor de tu amor,
ya que por amor de mi amorte dignaste morir.
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60. ¿Quién es Cristo para mí?Madre Teresa de Calcuta
Para mí Cristo es:amor para ser amado,
camino para ser recorrido,verdad para ser dada,
luz para ser encendida,vida para ser vivida,
fuerza para entregarseen servicio a los pobres.
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6. A Dios Padre
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61. Oración por la humanidad
Señor, tú amas la justiciay estableces la paz en la tierra.
Traemos ante ti la desunión del mundo de hoy;la violencia absurda, y las numerosas guerras
que quebrantan el espíritude los pueblos del mundo;
la codicia humana y la injusticia,que alimentan el odio y las contiendas.
Envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra;enséñanos a ser compasivoscon toda la familia humana;
refuerza la voluntad de todos aquellosque luchan por la justicia y la paz,
y danos la pazque el mundo no nos puede dar. Amén.
62. Oración para llenarse de Dios Siglo XV, originaria de Inglaterra
Que Dios esté en mi cabezay en mi entendimiento.
Que Dios esté en mis ojosy en mi mirada.
Que Dios esté en mi bocay en mi palabra.
Que Dios esté en mi corazón
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y en mi pensamiento.Que Dios esté en mi caminar
y en mi partida.
63. Lo que tú quieras, SeñorOración musulmana
Dios mío, concédeme lo que quieras.Dios mío, si me concedes lo que yo quiero,
haz que eso sea en mí una fuerzapara lo que Tú quieres.
Dios mío, si me niegas lo que quiero,haz que eso sea en mí una disponibilidad
para lo que Tú quieres.
64. Concédeme estar atentoa tu presencia
Oración del pueblo tamul
¡Oh tú, que estás en mí! ¡Oh tú, que estás en mí, en el fondo de mi ser, concédeme penetrar en el fondo de mi ser!
¡Oh tú, que estás en mí,
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en el fondo de mi ser, concédeme estar atento
a tu Presencia! ¡Oh tú, que estás en mí, en el fondo de mi ser, recibe de mi silencio
la confesión de mi amor!
¡Oh tú, que actúas en mí con tu silencio,
concédeme fiarme de tu acción!
¡Oh tú, que eres mi sol, en el fondo de mi ser,
concédeme que permanezca bajo el calor de ese sol!
65. Dame fortaleza, SeñorSanto Tomás de Aquino
Dame, oh Señor,un corazón resuelto,
que ninguna inclinación indigna pueda arrastrar;dame un corazón
que ninguna tribulación pueda doblegar;otórgame un corazón virtuoso,
que ningún propósito indigno pueda tentar.
Dame también, oh Señor y Dios mío,entendimiento para conocerte,
empeño para buscarte,sabiduría para encontrarte,
una conducta que te complazca,fiel perseverancia para esperar en ti
y esperanza para finalmente abrazarte.
66. Oración de la paz
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz.Donde haya odio, ponga yo amor.
Donde haya ofensas, ponga yo perdón.Donde haya discordia, ponga yo unión.
Donde haya error, ponga yo verdad.Donde haya duda, ponga yo fe.
Donde haya desesperanza, ponga yo esperanza.Donde haya tinieblas, ponga yo luz.
Donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Haz que no busque tantoser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender,ser amado como amar.
Porque dando es como se recibe.Olvidándose de sí
es como uno se encuentra a sí mismo;perdonando, como se obtiene perdón
y muriendo es como se resucitapara la vida eterna.
67. Te amo, Dios míoSan Juan María Bautista Vianney,
el santo cura de Ars
Te amo, Dios mío,y mi único deseo es amarte
hasta el último suspiro de mi vida.Te amo, Dios mío infinitamente amable,
y prefiero morir amándotea vivir sin amarte.
Te amo, Señor, y la única gracia que te pidoes amarte eternamente...
Dios mío, si mi lengua no puede deciren todos los momentos que te amo,quiero que mi corazón te lo repita
cada vez que respiro.
68. Tú lo eres todo
Padre,de Ti hago mi comida y mi bebida;Tú eres mi lecho, en Ti me tiendo;
Tú eres todo lo que soy y todo lo que tomo.Yo estoy en continua comunicación contigo.
Porque Tú eres el que es y Tú estás allí,y no existe lugar alguno
donde Tú no te encuentres.
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69. Vivir con sabiduríaSanto Tomás Moro
Señor, dame un poco de sol, un poco de trabajoy un poco de alegría.
Dame el pan de cada díay un poco de mantequilla.
Dame una buena digestión, Señor,y algo que digerir.
Dame la salud del cuerpoy buen humor para conservarla.
Dame, Señor, un alma santaque atesora todo lo que es bueno y puro,
para que no me asuste del pecadoy, al no tropezar en él,
trabaje para poner nuevamente las cosasen su lugar.
Dame, Señor, un alma que no conozcael aburrimiento,
ni refunfuños, suspiros o quejas.No permitas que me preocupe excesivamente
de esta cosa embarazosaa la que llamo yo.
Concédeme, Señor, la gracia de comprenderuna broma y un chiste,
para experimentar un poco de alegría en la viday saber comunicarla a los demás.
Dame alguna canción para mis labios
y una poesía o una novelapara distraerme.
Enséñame a comprender los sufrimientossin ver en ellos una maldición.
Dame sentido común, pues lo necesito mucho.Hazme, Señor, bueno, un alma desprendida,
tranquila, apacible, caritativa, benévola,tierna, compasiva.
Que tenga en todas mis acciones,en todas mis palabras
y en todos mis pensamientos,el gusto de tu Espíritu Santo y bendito.
Concédeme una fe plena,una esperanza firme
y una caridad ferviente;que no quiera nada contra tu voluntad,sino todas las cosas en función de ti.Rodéame de tu amor y de tu favor.
Amén.
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7. Al Espíritu Santo
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70. Ven, Espíritu divinode la Liturgia de Pentecostés
Ven, Espíritu divino,manda tu luz desde el Cielo.Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;luz que penetra las almas;fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,descanso de nuestro esfuerzo.
Tregua en el duro trabajo,brisa en las horas de fuego,gozo que enjuga las lágrimasy reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,divina luz, y enriquécenos.Mira el vacío del hombresi tú le faltas por dentro;mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.Riega la tierra en sequía,sana el corazón enfermo,lava las manchas, infundecalor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete donessegún la fe de tus siervos.
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Por tu bondad y tu graciadale al esfuerzo su mérito;salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.
71. Oración de Alabanzaal Espíritu Santo
Ven, Espíritu divino,de Jesús, vida y aliento.
Ven, soplo eterno del Padre,que creas el hombre nuevo.
Ven, intimidad de Cristo,que das savia a los sarmientos.
Ven, energía divina,tempestad de Dios y viento,
que abres las puertas cerradas,que quitas todos los miedos,
que liberas al esclavo,que rompes todos los cepos.
Baja, hoguera trinitaria,bautízanos con tu fuego,somos carbón apagado,todo oscuridad y sequía,enciéndenos en amores,conviértenos en luceros.
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Ábrete, fuente dichosa,agua que mana en el cielo,que limpia las impurezas,
que riega todos los huertos,sacia nuestra sed profunda,conviértenos en riachuelos.
Enséñanos tu lenguaje,que es coro y silencio,
lengua que todos entiendeny propicia los encuentros,que esta lengua del amor
la aprendan todos los pueblos.Úngenos, óleo santo,
un perfume de embeleso,danos a beber tu vino
que emborracha sin exceso,báñanos en tu alegría,
que es propia del hombre nuevo.
Ven, consejero y amigo,ven defensor y maestro,ven tesoro inagotable,
de todos los dones lleno,intimidad misteriosa,
nuestro yo más verdadero.Ven, que te necesitamos,
que eres lo que más queremos.
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72. Ven, Espíritu SantoHermanitos del Evangelio
Ven, Espíritu Santo Creador,visita el alma de tus hijos,llena de gracia del cielo
los corazones creados por tu amor.
Eres nuestro defensor,enviado de Dios todopoderoso,
amor, fuego, fuente vivay espiritual unción.
Nos das tus siete dones,dedo de la mano de Dios,
enviado por la promesa del Padre,tú dictas toda palabra.
Ilumina con tu luz,derrama tu amor en nuestros corazones
fortifica nuestros débiles cuerposcon tu eterno vigor.
Aleja de nosotros al enemigo,guárdanos siempre en la paz,condúcenos, sé nuestro guía
para que evitemos el mal.
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Haznos conocer al Padrecomo así mismo a su Hijoy creer por siempre en ti,
amor que de ambos procede.Gloria a Dios Padre
y al Hijo que de entre los muertos resucitóy al Espíritu Santo defensor
por los siglos de los siglos. Amén.
Envía, Señor, tu Espíritu y todo será recreadoy renovarás la faz de la tierra.
73. Invocación al Espíritu SantoConcilio Vaticano II
Aquí estamos, Señor Espíritu Santo,aquí estamos en tu presencia,
limitados sí por la malicia del pecado,pero confiados al reunirnos en tu nombre.
Ven y quédate con nosotros,penetra en lo íntimo de nuestros corazones.
Enséñanos en qué tenemos que ocuparnos,hacia dónde tenemos
que dirigir nuestros esfuerzos.Haznos saber lo que debemos realizar
para que, con tu ayuda,te podamos agradar en todo.
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Sé tú sólo, quien inspire y lleve a feliz términonuestras decisiones.
Tú que sólo con Dios Padre y su Hijoposees el nombre glorioso.
No permitas que seamosperturbadores de la justicia.
Tú que amas ante todo la igualdaden su mayor grado.
Que la ignorancia no nos arrastre al malni el aplauso nos desvíe
ni nos corrompa el interés o el lucroni la preferencia de personas.
Antes bien, únenos a ti de modo eficazpor el don de tu sola gracia.
Que seamos uno en tiy en nada nos apartemos de la verdady por hallarnos reunidos en tu nombrepodamos en todo mantener la justicia.
Guíanos por el amor filialpara que aquí y ahora
nuestro dictamen en nada se separe de tiy en lo venidero consigamos
la eterna recompensa por haber actuadoconforme a tus designios. Amén.
Envía, Señor, tu Espíritu...
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74. Padre de los pobres
Ven, Espíritu Santo, y danos tu luz,Padre de los pobres,ven, regalo de gracia,
ven, fuerza de los corazones.Ven, fuente refrescante,
ven, fuerza del débil,ven, testigo del Padre.Ven, guía de la Iglesia,
ven, faro de los pueblos,ven, alegría del mundo.
Ven, Espíritu Santoy llena la ciudad de los hombres
con el amor y la vida. Amén.Envía, Señor, tu Espíritu.
75. Presérvanos del mal
Ven, Espíritu Santo,ven a iluminar nuestra inteligencia
y a preservarnos del mal.Tú, promesa del Padre, don de Cristo Jesús,
ven y danos tu fuerza, para llevar nuestra cruz.Tú, llamado Paráclito, nuestro confortador,
ven y habita en nosotros, por la fe y por el amor.
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Ven, Espíritu Santo,ven a iluminar nuestra inteligencia
y a preservarnos del mal.Haz que cada cristiano, bajo tu inspiración,
sea testigo de Cristo,con la palabra y la acción.
Guiados por el Espíritu, hacia Cristo Jesús,caminemos con júbilo a la patria de la luz.
76. Ven Espíritu SantoErich Przywara
¡Espíritu Santo!Necesitamos que vengas con tu fuerza.Necesitamos que vengas con tu amor.Necesitamos que vengas con tu luz.
Necesitamos que vengas con toda tu sabiduría.Necesitamos que vengas con todo tu poder.
Necesitamos que vengascomo viniste en Pentecostés.
No tengas en cuenta nuestras cobardíasni nuestras angustias.Tómanos por entero.
Toma nuestra carne y sangre.Toma nuestro cuerpo y alma.
Toma nuestro ser y hacer.
97
77. Espíritu de Jesús,ven a nosotros
Romano Guardini
Espíritu de Jesús,Espíritu de fuego, de luz, de alegría:Tú que en Pentecostés transformaste
a los discípulos en cristianos,que hiciste resplandecer en ellosclara y nítida la verdad de Cristo,
y encendiste el fuego en sus corazones,Tú, con cuyo poder vencieron al mundo:
iVen a nosotros!Esclarece nuestras conciencias,
para que, aun en las dificultades de la vida diaria,conozcamos nuestro deber.
Danos un corazón generoso y fuerte,para que podamos hacer con alegría
obras de Dios.
Se te ha entregado el Reino de Cristo.Tú entregas su Verdad,administras su Gracia,
anuncias sus preceptos;ábrenos los ojos para que veamos al Señor.
Enséñanos quién es él,y qué quiere de cada uno de nosotros.
Amén.
78. Pidiendo los siete donesdel Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, Espíritu de Sabiduría.Tu examinas toda la sabiduría de este mundo.La suavidad de tu luz destrona a los poderosos
y eleva a los humildes.Danos hambre y sed de las cosas divinas.
Ven Espíritu Santo, Espíritu de entendimiento.Solo en ti comprendemos los misterios divinos.
Solo en ti conocemos el caminoque tu nos invitas a recorrer.
Danos una luz viva para penetrar y comprenderla belleza y profundidad
de las verdades de nuestra fe.
Ven Espíritu Santo, Espíritu de Consejo.Tu disipas las dudas y la inseguridad.
En ti se nos revela la voluntad del Señor.Danos la gracia del discernimiento
para que encontremos mejor los mediosque conducen a la verdadera santidad.
Ven Espíritu Santo, Espíritu de Fortaleza.En tu fuerza, los apóstoles,
los mártires y los confesoresdieron testimonio de Cristo
con valor y entereza de animo.Danos también a nosotros
esa misma fuerza, para confesary defender la fe en Cristo,
que la Iglesia proclama por todo el mundo.
Ven Espíritu Santo, Espíritu de Ciencia.En la creación, reconocemos tu omnipotencia,
en la revelación, tu sabiduríay en la obra de la redención, tu amor.
Danos la gracia de discernirentre el bien y el mal,lo falso y lo verdadero,
descubriendo todo engaño y falsedad.
Ven Espíritu Santo, Espíritu de Piedad.De Jesús hemos recibido el Espíritu
que nos hace hijos de Dios,en el cual, lIenos de alegría,
clamamos: Abba, Padre.Danos la gracia de amar a Dios
con un cariño entrañable de hijos:que este mismo amor
haga que tengamos tambiénentrañas de misericordia y compasión
para con nuestros hermanos y hermanas,sobre todo con los más pobres y necesitados.
Ven Espíritu Santo, Espíritu de Temor de Dios.Tu solo eres capaz de hacemos descubrir
98 99
101
la realidad del pecadoy la santidad de Dios.
Danos amor, respeto y veneraciónpor los mandamientos de Dios
y un sentido temor de ofenderley desobedecerle.
Que comprendamos que es preferible morirantes que pecar.
Señor, tú que, el día de Pentecostés,enviaste tu Espíritu Santo
sobre los apóstoles reunidos en oración,concédenos también a nosotros
tener parte en los dones de este mismo Espíritu.Por Jesucristo, nuestro Señor, amén.
79. Salmo al Espíritu Santo
¡Ven a mi corazón!, Espíritu del Señor ,ven a mi corazón y enciéndelo con tu amor,
ven a mi corazón y llénalo de luz.Ven a mi corazón, para consolarme,
ven a mi corazón, para que yo viva en Jesús,ven a mi corazón, para que encuentre la paz.
Ven a darme alegría, cuando esté apenado,ven a darme fuerza, cuando me falte valor.Ven a hacerme sonreír, cuando esté triste.
Ven a purificar mi corazón de todo pecado,ven a devolverme la ternura
cuando mi corazón se endurezca.Ven a sanar las heridas de mi corazón enfermo.
Ven a reanimar mi corazón desalentado y sinvida,
ven a iluminar mi corazóncuando camino en la noche,
ven a prender fuego en mi corazón vacío deamor.
Ven a sembrar en mi corazónla Palabra del Señor,
ven a Ilenar mi corazón con la alegría del cielo,ven a darme un corazón nuevo,
enamorado de Jesús.
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8. A la Virgen María
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80. Dulce Madre, no te alejes
Dulce Madre, no te alejes,tu vista de mí no apartes,
ven conmigo a todas partesy nunca solos nos dejes,ya que nos proteges tantocomo verdadera Madre,haz que nos bendigan
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
81. A ti acudo, ¡oh Madre!San Bernardo
Acuérdate, oh piadosísima Virgen María,que jamás se ha oído decir
que ninguno de cuantos han acudidoa tu protección
e implorado tu ayudahaya sido desamparado por ti.Animado con esta confianza
yo también acudo a ti, Madre,Virgen de las vírgenes,
y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados,me atrevo a aparecer ante tu presencia soberana.
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No deseches, ¡oh Madre de Dios!,mis humildes súplicas,
antes bien, inclina a ellas tus oídosy dígnate atenderlas favorablemente.
Amén.
82. Bajo tu protección
Bajo tu amparo nos acogemos,santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas que te dirigimosen nuestras necesidades;
antes bien, líbranos de todo peligro,oh Virgen gloriosa y bendita.
Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.Para que seamos dignos
de alcanzar las promesas de Cristo,nuestro Señor, amén.
83. María, refugio nuestroSan Bernardo
Si se levanta la tempestad de las tentaciones,si caes en el escollo de las tristezas,eleva tus ojos a la Estrella del Mar:
invoca a María!Si te golpean las olas de la soberbia,
de la maledicencia, de la envidia,mira a la estrella, invoca a María!
Si la cólera, la avaricia,la sensualidad de tus sentidos
quieren hundir la barca de tu espíritu,que tus ojos vayan a esa estrella:
invoca a María!Si ante el recuerdo desconsolador
de tus muchos pecadosy de la severidad de Dios,
te sientes ir hacia el abismo del desalientoo de la desesperación,
lánzale una mirada a la estrella,e invoca a la Madre de Dios.
En medio de tus peligros, de tus angustia,de tus dudas, piensa en María,
invoca a María!El pensar en Ella y el invocarla,
sean dos cosasque no se aparten nunca
ni de tu corazón ni de tus labios.Y para estar más seguro de su protección,
no te olvides de imitar sus ejemplos.Siguiéndola no te pierdes en el camino!
¡Implorándola no te desesperarás! ¡Pensando en Ella no te descarriarás!
Si Ella te tiene de la manono te puedes hundir.
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Guadalupe de América,compañera de esta historia nuestra.
Creo en vos,en el movimiento de tus labios
cuando alabas,en tus manos tiernas llenas
de bendición.
Creo en tu vida sencillade mujer pobre,
creo en tu generosa entregaahora y en la muerte.
Creo en las pisadas de tus piesdesnudos de poderde tanta desnudezde pueblos pobres.
Creo en el esplendorde tu cara serenaque da al pequeñoserenidad al mirar.
Creo en vos, en tu fe,en la fuerza de tu palabra
creadora.
Creo en el amor de tu vientreque es mi amor, Amor de todos.
Ahoray por siempre. Amen.
Bajo su manto nada hay que temer.¡Bajo su guía no habrá cansancio
y con su favor llegarás felizmente al Puertode la Patria Celestial! Amén!
84. Invocación a MaríaCardenal Eduardo Pironio
María:Muéstranos al Padre cada día,
y a Cristo, que vive entre los hombres.Ayúdanos a comprender las exigencias
del Sermón de la Montaña.Que seamos sal de la tierra,
luz del mundo,levadura de Dios para la historia.Enséñanos a vivir sencillamente
la fecundidad de las Bienaventuranzas.Que seamos pobres y misericordiosos,
limpios de corazón y serenos en la cruz,hambrientos de justicia y hacedores de la paz.
85. Ave MaríaHno José Alvarez
Creo en vos María,morena y frágil mujer,
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A El, que derribó el muro de la separación,pídele que todos los que llevamos
el sello de su Nombrebusquemos de hecho,
por encima de todo lo que divide,aquella unidad reclamada por El mismo
en testamento,y que sólo es posible en la libertad
de los hijos de Dios.Pídele, a El, que vive Resucitado junto al Padre,
que nos comunique la fuerza jubilosade su Espíritu
para que sepamos vencer el egoísmo, la rutina y el miedo.
Mujer campesina y obrera,nacida en una colonia
y martirizada por el legalismo y la hipocresía:enséñanos a leer sinceramente
el Evangelio de Jesúsy a traducirlo en la vida
con todas sus revolucionarias consecuencias,en el espíritu radical de las Bienaventuranzas
y en el riesgo total de aquel Amorque sabe dar la vida
por los que ama.Por Jesucristo,
tu Hijo,el Hijo de Dios, nuestro Hermano.
86. Oración a Nuestra Señoradel Tercer Mundo
Monseñor Pedro Casaldáliga
Hermana peregrina de los Pobres de Yahvé,Profetisa de los pobres libertados,
Madre del Tercer Mundo,madre de todos los hombres de este mundo único
porque eres la Madre del Dios hecho hombre.Con todos los que creen en Cristo
y con todos aquellos que de algún modobuscan su Reino,
te llamamos a Ti, Madre,para que le hables por todos nosotros.
Pídele, a El que se hizo Pobrepara comunicarnos las riquezas de su Amor;
que su Iglesia se despoje,sin subterfugios,
de toda otra riqueza.
A El, que murió en la Cruzpara salvar a los hombres,
pídele que nosotros, sus discípulos,sepamos vivir y morir
por la total liberación de nuestros hermanos.Pídele que nos devore el hambre y la sed de
aquella Justiciaque despoja y redime.
9. Por la Iglesia
115
87. Por la Iglesia
Jesús, Señor nuestro,llénanos de tu Espíritu,
para que ya no vivamos nosotrossino tú, en lo más íntimo de nuestro ser.
Sigue construyendo tu Reinocon este instrumento que son nuestras vidas.
Para el servicio tuyo y el de tu Iglesianos has llamado.
Que nuestros corazones sean cada díamás semejantes al tuyo,
corazón lleno de mansedumbre,humildad y misericordia.
Tú, siendo rico,te hiciste pobre,
para enseñarnos el único caminoque conduce al Padre y al hermano.
Sólo tú puedes hacerque seamos libremente pobres,
como tú lo fuiste.
Que no sólo nosotros,sino también toda tu Iglesia,
se esfuerce siempre por ser la Iglesiade los pobres:
89. Por nuestros sacerdotes
Te pedimos, Señor, por los sacerdotes:enséñalos a predicar tu Palabra, de tal manera,
que nuestra hambre de verdad y de vidaquede saciada.
Dales valor para predicar el Evangeliosin miedo a quienes no quieren escucharlo.
Que anuncien a Cristo, y a Cristo crucificado,más que la sabiduría de este mundo.
Haz que sientan muy cercatu consoladora presencia,
para que sean capaces de confirmara sus hermanos en la fe.
Que sean capaces de dar respuestaa quienes les preguntan sobre la razón
de la esperanza cristiana.
No permitas que pongan su confianzaen los poderosos de este mundo,
en lugar de confiar en la fuerza del Espíritu.Recuérdales que a los trabajadores de tu Reino
les has prometido el ciento por uno
en esta tierra,y después la vida eterna.
116
la Iglesia en la que se pone todo en comúny se comparte,
a semejanza de la Santa Trinidad:Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
88. Por nuestro Obispo
Señor Jesús,tú, pastor y cabeza de la Iglesia,
ayuda y protege a nuestro Obispocon la fuerza de tu bendición.
Que él nos enciendacon el fuego de su fervor apostólico;
que su vidasea un ejemplo vivo de seguimiento de Cristo;
que su amornos sostenga en nuestros desalientos;
que su paciencianos haga fuertes y perseverantes;que nos contagie con la alegría
del Espíritu Santo;que nos bendiga con sus oraciones;
que sus enseñanzasnos muestren el camino a seguir;
que su amor de padre nos una en la caridad,para que así, Cristo, haga de todos nosotros,piedras vivas en la construcción de su Reino,
para alabanza y gloria del Padre, del Hijoy del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
117
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Que su forma de vivirsea un libro abierto,
en el que todas las personas puedan leer,que el corazón y el centro de tu Evangelio
es el amor.
Señor Jesús,te damos las gracias,
porque nos has llamado a formar partede tu Pueblo escogido.
No permitas que en tu Iglesia faltenhombres y mujeres dispuestos a dejarlo todo,
para ponerse al servicio de tu Reinode vida y de amor. Amén.
90. Oración por los laicos
Señor Dios nuestro,que pusiste como fermento en el mundo
la fuerza del Evangelio,concede a cuantos has llamado a vivir
en medio de los afanes temporalesque, encendidos de espíritu cristiano,se entreguen de tal modo a su tarea
en el mundoque con ella construyan y proclamen tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
91. Súplica a la Virgenpor la misión de la Iglesia
Cardenal Eduardo Pironio
Virgen de la Buena Nueva:recibiste la Palabra y la practicaste.
Por eso fuiste feliz y cambió la historia.
Virgen de la misión y del camino,la que llevó a la casita de Isabel la Salvacióny a los campos de Belén la luz del mundo.
Gracias por haber sido misionera.Por haber acompañado a Jesús en el silencio
y la obediencia a su Palabra.
Gracias porque tu misión fue hasta la cruzy hasta el don del Espíritu en Pentecostés.
Allí nació la Iglesia misionera.
Virgen de la misión:también nosotros viviremos en misión.
Que toda la Iglesia se renueve en el Espíritu.Que amemos al Padre y al hermano.
Que seamos pobres y sencillos,presencia de Jesús y testigos de su Pascua.
Que al entrar en cada casacomuniquemos la paz,anunciemos el Reino
118
y aliviemos a los que sufren.Que formemos comunidades
orantes, fraternas y misioneras.
92. Oración del CatequistaSan Antonio María Claret
¡Señor y Padre mío!que te conozca
y te haga conocer;que te ame
y te haga amar;que te sirva
y te haga servir;que te alabe
y te haga alabarpor todas las criaturas.
Amén.
93. Que nos demosa Ti, Señor
Pablo VI
Tú has puesto en nuestras manos, Señorla construcción del mundo
y la edificación de la Iglesia;
120
nos has confiado el anunciode tu evangelio de salvación,
y nos esperas siempreen los pobres, en los que sufren,
en todos los hermanos.Ante nosotros se abren muchos caminos,
entre ellos, tu llamadaes una invitación dulce y enérgica
que no quita nada a nuestra libertad:¡queremos reservarnos enteramente la alegría
y la responsabilidad de la respuesta!No permitas que personas,
ideas o acontecimientosimpidan o instrumentalicen
nuestras opciones y decisiones.Haz más grande nuestra generosidad
y libera nuestra libertad:para que cada uno de nosotros, en su puesto,
quiera darse con amor hasta el fin. Amén.
94. Oración por la QuintaConferencia del Episcopado
LatinoamericanoBenedicto XVI
Señor Jesucristo, Camino, Verdad y Vida,rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,
enciende en nuestros corazonesel amor al Padre que está en el cielo
121
y la alegría de ser cristianos.Ven a nuestro encuentro y guía nuestros pasos
para seguirte y amarteen la comunión de tu Iglesia, celebrando y
viviendo el don de la Eucaristía,cargando con nuestra cruz,
y urgidos por tu envío.Danos siempre el fuego de tu Santo Espíritu,
que ilumine nuestras mentesy despierte entre nosotros el deseo decontemplarte, el amor a los hermanos,
sobre todo a los afligidos, y el ardor poranunciarte al inicio de este siglo.Discípulos y misioneros tuyos,queremos remar mar adentro,
para que nuestros pueblostengan en Ti vida abundante,y con solidaridad construyan
la fraternidad y la paz.Señor Jesús, ¡ven y envíanos!
María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.Amén.
122
10. Por la familia
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95. Pidiendo la graciade un matrimonio cristiano
Señor, con toda el alma deseo encontrarmecon alguien que me entienday a quien yo le pueda contar
todos los secretos de mi corazón.Sí, Señor, yo deseo encontrarme con alguien
que me quiera de verdad,sin engaño ni mentira;
alguien que no juegue con el amor.A quienes desean pasionalmente mi cuerpo
pero no sienten ternura por mi alma,aléjalos de mí.
Yo busco a alguien que quiera recorrer conmigotodo el camino de mi vida, hasta la muerte.
Líbrame, Señor, de quienes algún día,en los momentos difíciles de la vida,
me dejarían empobrecido (a)y con el corazón destruido (a).
Yo quiero entregar todo mi amora quien me dé de verdad el suyo.
Ayúdame a amar con el amor con que tú, Cristo,Esposo de nuestros corazones,
nos amas.Que un día pueda fundar un hogar en tu amor,
en el que todos te amemos a timás que a nosotros mismos.
Que tú seas el Señor y Maestro de nuestro amor.Amén.
96. Oración de los esposos
Padre Santo,te damos gracias porque nos has creado
el uno para el otro.Tú has hecho que nos encontremos
y que nos amemos con ternura y fidelidad.Haz crecer en nosotros este amor,para que nos entendamos mejor
cada día que pasa,y seamos felices el uno junto al otro.
Todo verdadero amortiene su origen en Ti,y nos conduce a Ti.
Nuestras vidas han cambiadodesde que comenzamos a amarnos;
todo tiene más sentidoy nuestra meta es más clara.
Muéstranos el camino a seguir,para ser fieles el uno al otro,
en la salud y en la enfermedad,en el éxito y en el fracaso,
en la abundancia y en la escasez,en las alegrías y en las penas,en el trabajo y en el descanso,
cada día y cada instante,hasta que la muerte nos separe.
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97. Pidiendo la bendiciónpara los hijos
Neylor J. Tonin
Señor, de ti recibimos los hijos,que son la gracia y la gloria de nuestras vidas.
No queremos mayor riquezani deseamos nada más
sino que los protejas y los bendigas.
Así como Jesús abrazaba a los niñosy extendía sus manos sobre los enfermos,
te pedimos también que abraces a nuestros hijosy extiendas tus manos protectoras sobre ellos.
Tenemos mucho amor,pero somos débiles e impotentes.
El mal es fuerte y las tentaciones son muchas.Los caminos están llenos de peligros
y su corazón es tan agitado, ardoroso y soñador...
Ayúdanos a protegerloscuando nos sentimos incapaces.Defiéndelos cuando el enemigo
parece cautivarlos.Así como san José y Nuestra Señora
cuidaron de Jesús,cuida de aquellos que nos diste
como expresión de tu Hijo.
Te confesamos que preferimos perder todo,excepto tu gracia para nuestros hijos.
Cúbrelos con tu proteccióny muéstrales el camino del bien y de la paz,
del Evangelio y de la vida eterna.En alabanza a Cristo, tu Hijo y nuestro salvador.
Amén.
98. Oración de los hijospor sus padres
Señor, bendice a mis padres.Haz que nuestro hogar,
sea como el hogar de Nazaret,donde reine el amor y la paz.
Aleja de nuestra familialas peleas y las tristezas,
las enfermedades, las angustias,la mentira y los rencores.
Dale siempre trabajo a mi padre,fortaleza y salud a mi madre.
Que ellos se amen y se comprendan,que se ayuden y se perdonen.
A mí, ayúdame a crecercomo crecías tú:
con respeto y cariño hacia ellos.Dame generosidad
para que pueda ayudar a mi familia,colaborando y ayudando.
Haz que un día,más allá de la muerte,
podamos juntarnos de nuevocon la gran familia de los santos
en tu casa del cielo. Amén.
99. En las horas difícilesdel matrimonio
Señor, Dios nuestro,jamás hubiera pensado
que podíamos hacernos sufrir tantoel uno al otro.
Cada día que pasa,reconozco lo difícil que es amar de verdad,
y qué débiles somos.
Ayúdanos a perdonarnos sinceramentelas faltas y los errores
que hemos cometido en nuestra vida matrimonial.
Ayúdanos a encontrar siempre una salidaen medio de nuestros conflictos y desavenencias.
Que no nos peleemos más,sino que aprendamos a dialogar serenamente,
y a compartir nuestras vidas
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con paz y mansedumbre,sin egoísmos ni violencia.
Haz, Señor,que nuestro amor
no se hunda en el abismo del odio y del rencor.
Enséñanos a amarnos de nuevo,Tú, el maestro verdadero del amor.
Que tu perdón nos purifiquey nos haga madurar mediante el sufrimiento
de nuestra vida en común.iAyúdanos, Señor!
Que no se acabe nuestro amor. Amén.
100. Súplica a la Virgen Maríapor las madres
P. Andrés Pardo
María, tú que fuiste Madre de Jesús,que le acompañaste en los momentos de su vida,
ruega por nuestras madres,para que también ellas sean buenas educadoras
en la fe de nosotros,sus hijos.
Tú, María, que llevaste a Jesús al templo,concede a cada madre del mundo
enseñar a sus hijos el amor al Padre
131
y a practicar las buenas obrasque le son agradables.
Tú, María, que indicaste a Jesúslas necesidades de unos novios en Caná,
concede a nuestras madresser sensibles a las necesidades de los demás
y educarnos en el ejemplo de la caridad.
Tú, María, que acompañaste a Jesúsal pie de la cruz,
haz que nuestras madressean nuestras amigas y compañeras
en el momento de dolory ante las situaciones difíciles de la vida.
Y a nosotros, Madre,haznos dóciles a sus enseñanzas,amables y buenos hijos con ellas,
para que así se manifieste en nosotros el amorque a ti te tuvo Jesús. Amén.
11. Acción de Gracias
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101. A San JoséJuan XXIII
Sé siempre, San José,nuestro protector.
Que tu espíritu interiorde paz, de silencio,de trabajo y oración,
al servicio de la santa Iglesianos vivifique y alegre,
en unión con tu esposa,nuestra dulcísima,inmaculada Madre,
en el solidísimo,y suave amor a Jesús,
nuestro Señor.Amén
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102. Te agradezco, SeñorRomano Guardini
Te agradezco Señor por respirar y existir.Te agradezco por todo lo que tengo
y me rodea.Te agradezco por lo que comí:
es dádiva tuya.Te agradezco porque me has permitido
vivir y trabajar hoy,y sentir alegría;
por haber encontrado a tal personay haber comprobado la fidelidad de esa otra.
Te agradezco por todo.
103. Enséñanos a reconocerlos beneficios de tu Amor
¡Oh Dios!, Padre de todos los dones,de quien viene cuanto somos y tenemos,
enséñanos a reconocer los beneficios de tu Amory a amarte con todas las fuerzas
de nuestro corazón.Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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105. Mi corazón canta agradecido
Señor, mi corazón rebosa de agradecimientopor tantos dones y bendiciones tuyas.
No bastaría el canto del corazón y de los labios,si no pusiera mi vida a tu servicio,
para darte testimonio con mis acciones.A Ti la gratitud y la alabanza.Tú me has sacado de la naday me has hecho tu elegido;
me has hecho feliz con tu amor y tu presencia.No te conozco bien,
no conozco siquiera mis necesidades.Pero Tú, ¡oh Padre!, Tú nos conoces por entero.
Soy incapaz de amarme a mí mismocomo Tú me amas.
Tú, ¡oh Señor!, me has creadocon un solo corazón,
para que sea para Ti, sólo para Ti.Señor, estar ante Ti es lo más grato
que pensar se puede.En este momento me presento ante Ti.
Acéptame cuando y como quieras.Haz de mí según tus deseos.Tú eres mío y yo soy tuyo.
Me has creado a tu imagen, de un poco de polvo,y me has hecho hijo tuyo.
Honor, gloria y alabanza para Ti,por los siglos de los siglos. Amén.
¡Oh Dios!, fuente de todo bien,principio de nuestro existir y de nuestro obrar;
recibe nuestro humilde agradecimientopor todos tus beneficios,
y haz que al don de tu benevolenciacorresponda el generoso empeño de nuestra vida
al servicio de tu Reino.Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
104. Bendición de los frutos
Te damos gracias, oh Dios,y te ofrecemos las primiciasde los frutos que tú nos diste
para nuestro sustento.Tú los produjiste por medio de tu palabra,
mandando que la tierraprodujera toda especie de frutos
para alegría y para alimentode los seres humanos y de los animales.
Nosotros te alabamos, Señor,por todos los dones y beneficios
que nos concediste, dotando toda la creaciónde muchos frutos para nosotros,
por medio de tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor.Por él tú tienes la gloria
por los siglos de los siglos.Amén.
12. Ante la injusticia socialy la destrucciónde la Creación
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106. Hazme solidario, SeñorEnrique Dussel
Señor, ábreme los ojospara ver el sufrimiento que me rodea,
ábreme los oídos para oír el llantoy, más que todo, mueve mi corazónpara arrepentirme de mi debilidad
y jamás avergonzarme de Ti.Ayúdame a serte fiel en mi solidaridad
con los que sufren las injusticiasde este mundo.
Ayúdame a ser un discípulo fielen la construcción de tu Reino.
107. Oración por los derechoshumanos
Padre de todos, te damos graciasporque todos los seres humanos
nacemos libres e iguales en dignidad y derechos.Ayúdanos a vivir en tu presencia
como hermanos y hermanas.
Señor Jesús,llegaste entre nosotros como uno más
y no te aceptamos.Todavía hoy, en muchos países,
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a multitud de nuestros hermanos y hermanasse le niegan sus derechos humanos.Tú sigues siendo crucificado en ellos.
Perdónanos y sálvanos.Espíritu Santo,
luz de nuestros corazones,ven y enséñanos la sabiduríaque nace de nuestra dignidad
de hijos e hijas de Dios.Danos poder para crear
un mundo donde quepamos todos.Señor, ya que nacemos seres libres,
deja que permanezcamos libreshasta que retornemos a Ti.
108. Oración por los emigrantes
Corazón de Jesús lleno de amor y misericordia,quiero pedirte
por mis hermanos y hermanas emigrantes.Ten piedad de ellos y protégelos,
pues sufren maltratosy humillaciones en su caminar,
son señalados por la mayoría como peligrosos,y se les margina por ser extranjeros.
Haz que les respetemos y valoremos su dignidad.Toca con tu bondad el corazónde cuantos les vemos pasar.
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Cuida a sus familiashasta que regresen a sus casas,
no con el corazón roto,sino con sus esperanzas colmadas.
Así sea.
109. Oración de la rebeldía
Llego a Ti, Señor, con humildad,a pedirte rebeldía.
Quiero vivir comprometido con la verdad.No venderme por nada ni ante nadie.
Te pido resistir la tentaciónde buscar la felicidad externa
y de admitir la paz,aunque sea en la injusticia…
Hazme un inconformecon el error, la injusticia y el odio.
Un insatisfecho con la farsa del mundo,pero con deseo de trabajar con amor
por mejorarlo.Hazme un indómito de tu Reino
digno de oír tu palabra:En el mundo tendrán persecuciones,
pero ¡sean valientes!Yo he vencido al mundo. (Jn 16, 33).
110. Tu nos diste la vidaJorge Moltmann
Tú nos diste la vida para conviviry nosotros lo llevamos todo a la muerte,
a la guerra,a la competencia y a la indiferencia.
Tú nos diste árboles y bosquesy nosotros estamos talándolos.
Tú diste la primavera a los pájarosy ríos a los peces,
y nosotros no hacemos más que contaminarloscon los residuos de las industrias.
La primavera ya no tiene amory los ríos quedan vacíos y el aire se corrompe.
Tú nos diste el equilibrio de la creacióny nosotros la hemos desequilibrado
y nos encaminamos al fracaso.Nuestro tiempo pasa, Señor.
Danos tu tiempo para que podamos vivir.Danos el valor de servir a la vida y no a la muerte.
Danos tu futuro a nosotros y a nuestros hijos.
111. Padre Nuestro y Creador
Padre nuestro que estás en los cielos.Tú eres el Dios trino, el Creador,
el Liberador de los seres humanosy de la naturaleza
y el Espíritu Santo que todo lo renueva.
Santificado sea tu nombre.Quien lastima a la tierra
blasfema tu nombre.Quien pisotea a tus criaturas,
te pisotea a Ti también como Creador.Así como eres santo,es santa tu Creación.
Venga a nosotros tu Reino.Tu Reino incluye también
la redención de todas las criaturas.
Hágase tu voluntad,así en la tierra como en el cielo.
Tu voluntad es que nosotros los humanoscuidemos, cultivemos, modelemos
y conservemos la tierra.
Danos hoy nuestro pan de cada día.Danos cada día de nuevo lo que necesitamos
y no más,para que no nos volvamos codiciosos
ni explotemos la naturaleza;pero tampoco danos menos
de lo que necesitamospara vivir dignamente.
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Ayuda también a todas las plantas y los animalespara que obtengan el alimentoque necesitan para sobrevivir.Y que nosotros reconozcamos
lo que ellos necesitan.
Y perdona nuestras culpas.Nuestra culpa
ante las miles de especies de plantas y animalesque hemos exterminado.
Nuestra culpa frente a los bosquesy los demás seres vivos
y por desperdiciar los recursos de la Tierra.
Así como perdonamos a nuestros deudores.Acaso talvez la naturaleza también nos deba algopor los terremotos, los huracanes, las sequías,
las erupciones volcánicas y los maremotos.Ayúdanos a convivir
con estas contrariedades de tu Creación.
Y no nos dejes caer en la tentación,sino líbranos del mal.
Fortalécenos sobre todo frente a la tentaciónde mirar a la naturaleza como propiedad
con la que podemos hacer lo que nos dé la gana.
Porque tuyo es el Reino, el poder y la gloriapor los siglos de los siglos.
Porque a Ti, Creador, te pertenece toda vida,
la nuestra y la de todas tus criaturas.Tú eres la fuerza creadora
y a Ti te pertenecenuestra alabanza llena de asombro
y nuestra gratitud. Amén.
112. Enséñanosa asombrarnos, Señor.
Dios, Tú Creador sabio,nos sentimos maravillados ante todo
cuanto has creado:las montañas, los ríos, los mares,las plantas, las flores, los animales
y como corona de tu Creaciónnosotros los humanos,
a quienes has entregado la Tierrapara que la cuidemos con amor.
Dios, Tú Creador sabio,enséñanos a asombrarnos
ante las maravillas de tu Creación.Concédenos un profundo sentido
de respeto y amorpor todo lo que nos rodea,
para que tratemos a todas tus criaturascon delicado cuidado
y así Tu Reino se haga visible.Amén.
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113. Bienaventuranzasecológicas
Bienaventurados los que miran a este mundocomo Creación divina,
porque Dios les obsequia la Tierra.Bienaventurados
los que respetan todo cuanto vive,porque Dios les da aire puro y agua fresca.
Bienaventuradoslos que no explotan violentamente a la naturaleza,
porque cada año heredarán de nuevo la tierrallena de dones paradisíacos.
Bienaventurados los que se comprometenpara que exista aire puro;Dios les dará su aliento.
Bienaventurados los que se privan de algopor el bien de la Creación;
experimentarán el amor de Dios.Bienaventurados los que alzan su voz
contra la destrucción de la Tierra;serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que tratana las plantas y los animales
como hermanas y hermanos suyos,porque están cerca de Dios.
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114. Por el planeta tierraoración de Naciones Unidas,
Stephen Vincent Benét
Señor, nuestra tierra es sóloun pequeño planeta
en la inmensidad del universo.De nosotros depende el que este planeta
y las criaturas que viven en él,no sean torturadas por la guerra,
atormentadas por el hambre y el miedo,desgarradas por divisiones absurdas,
según las razas, el color de la pielo la forma de pensar.
Danos valor y previsión del futuro,para comenzar con esta tarea;
para que los hijos de nuestros hijosun día puedan llevar con orgulloel nombre de seres humanos.
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115. A la Reina de la pazJuan Pablo II
María, Reina de la paz,a ti confiamos nuestra vida.
Protégenos de la guerra, del odio y la opresión.Enséñanos a vivir en paz,
a educarnos a nosotros mismos para la paz.Inspíranos a actuar con justicia
y a respetar todo cuanto Dios ha creado.Arraiga firmemente la paz
en nuestros corazones y en nuestro mundo.
116. Para perdonarOración musulmana
Señor: hay tantos que vivenalbergando mezquinos resentimientos,
amargados por las injuriasque otros les han hecho,sin esperanza y sin paz,
a merced de un gran odio en este mundo.Juzga y convierte a sus opresores.
Haz que manen nuevamente para tus fieleslas fuentes de la confianza y la bondad.
Concédeles libertad de corazón,la libertad de aquellos que dan su lugar
al juicio de Dios.
Agranda nuestros corazones, oh Dios,para poder cargar con las penas de los afligidos,
y buscar y cumplir tu voluntad.Tú eres grande, ¡oh Señor!
A Ti nada te supera.Amén.
13. Ante el dolory la muerte
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117. En la adversidadSavonarola
Señor, no te pedimos tranquilidad,ni que pasen nuestras tribulaciones;te pedimos Tu Espíritu y Tu Amor.
Concédenos gracia y fortalezapara vencer la adversidad.
118. Condúceme, Dulce LuzCardenal Newman
Condúceme, Dulce Luz, en medio de la oscuridadque me rodea,
¡condúceme Tú!La noche está oscura y estoy lejos de casa,
¡condúceme Tú!
Guarda mis pasos: no te pido verel lejano paisaje –me basta un paso.
No siempre fui así, ni tampoco rezabapara que me condujeras Tú.
Me encantaba elegiry ver mi camino, pero ahora,
¡condúceme Tú!Me encantaba la claridad del día y,
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a pesar de los temores,regía el orgullo mi voluntad:
¡no recuerdes los años pasados!
Por tanto tiempo me ha bendecido tu poderque aún sabrá conducirmepor el llano y los pantanos,
sobre la roca escarpada y el torrentehasta que pase la noche;
y en la mañana me sonríanlos rostros de los ángeles
que desde hace tanto tiempo améy por una época perdí.
119. Oración por los que sufren
Oh Dios, refugio providente de los que sufren;escucha la oración que te dirigimos por ellos.
Serena y conforta a los enfermos,a los ancianos y a los moribundos.
Da a los que les cuidan sabiduría y paciencia,tacto y compasión.
Inspírales los gestos que dan alivio,las palabras que iluminany el amor que conforta.
Te encomendamos los corazones desalentados,en rebeldía, desgarrados por la tentación,
atormentados por la pasión,
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heridos o profanadospor la maldad de los hombres.Pon dentro de nosotros, Señor,
tu Espíritu de amor,de comprensión, de sacrificio,
para que llevemos ayuda eficaz a todos aquellosque encontramos en nuestro camino sufriendo.Ayúdanos a responder a su llamada: es la tuya.
Amén.
120. Oración en la enfermedad
Padre bueno,cuánto me cuesta decir:
“Hágase tu voluntad”.Me siento aplastado
y sin valor para nada.Los dolores son insoportables.
Todo lo que era mi vida,parece alejarse muy lejos de mí:
las personas a quienesyo he querido entrañablemente,
mi trabajo,mi quehacer diario.
Aunque me siento derrotadoy sin ánimo,
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voy a procurar, Señor,decir sí a todo esto:
el dolor, mi gran debilidad, mi impotencia.Deseo sobrellevarlo todo
lo mejor que pueda.
Que mi sufrimientono sea inútil.
Hágase tu voluntad.Tu Hijo nos ha dicho desde la Cruz,que el sufrimiento no es absurdo.
Te doy gracias, Señor,por haberme revelado
el misterio del dolor humano.
Bendíceme, Padre bueno y compasivo.Bendice a todos aquellos que se esfuerzan
y luchan por ayudarme y consolarme.Bendice a todos los que sufren como yo.
Señor, si tú quieres, puedes sanarme.
121. Oración en la desgracia
Señor, grande es mi miseriaen esta desgracia que ha caído sobre mí.
Las preocupaciones amenazan con aplastarme.Yo ya no sé qué hacer para salir adelante.
Dios mío, ten compasión y ayúdame.Dame la fuerza necesaria para sobrellevar
lo que tú me has enviado.Que no me domine el temor.
Cuida paternalmentea todos mis seres queridos.
Dios misericordioso,perdóname todo lo que he pecado
contra ti y contra mis hermanos y hermanas.Confío en tu gracia
y me abandono en tus manos.Haz conmigo lo que tú quieras.
Dispón de mí según tu santa y eterna voluntadtanto en la vida como en la muerte.
Te pertenezcoy tú estás siempre a mi lado,
Dios mío.Señor, yo seguiré esperando de ti
mi salvacióny la venida de tu Reino. Amén.
122. Oración de la serenidadReinhold Niebuhr
Señor, concédeme serenidadpara aceptar las cosas que no puedo cambiar,
valor para cambiar las que puedo cambiar,y sabiduría para conocer la diferencia.
Que cada día viva yo el día
y cada momento el momento,aceptando las adversidades
como un camino hacia la paz;aceptando, como Él lo hizo, este mundo pecador
tal y como es,y no como me gustaría a mí que fuera;
confiando que Él enderezará todas las cosassi yo me entrego a Su voluntad;
de modo que pueda ser razonablemente felizen esta vida,
e increíblemente feliz con Él en la siguiente.Amén.
123. Sólo Dios bastaSanta Teresa de Ávila
Nada te turbe, nada te espante,
todo se pasa, Dios no se muda,
la paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene nada le falta.
Sólo Dios basta.
124. Santa María de los ancianosP. Andrés Pardo
Santa María de la Tercera Edad,que perdiste en la tierra los mejores tesoros
que ha conocido el mundo,un esposo como lo fue José,un hijo como lo fue Jesús;
acuérdate, Señora, de todos los ancianosque han ido perdiendo a sus seres queridos
y quedándose solos en un mundo vacíocomo un día lo estuvo para ti esta tierra
sin José y sin Jesús.Descúbreles a ellos la luz de la esperanza,
muéstrales el caminoque conduce al abrazo con todo lo perdido,
el camino que tú recorriste en la tardede aquel día glorioso de tu asunción al cielo.
125. Por un difuntoH. Oosterhuis
Te damos gracias, Señor Dios,por esta persona que nos fue tan cercana
y que de repente ha sido arrancadade nuestro mundo.
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Te damos graciaspor la amistad que nos regaló,
por la paz que derramó a su alrededor.
Te damos graciasporque con su sufrimiento
pudo aprender la obedienciay porque, aunque fue pasajera,
se convirtió en persona digna de ser amada.
Te rogamosque nada de su vida se pierda,
que los que vengan después de esta personapuedan respetar lo que para ella era sagrado,que sus buenas obras nos sirvan de ejemplo
ahora que ha muerto.Queremos que continúe viviendo en sus hijos,
en sus corazones y en sus ganas de vivir,en sus ideas y en su conciencia.
Que todos los que estuvimos unidos a ellamiientras estuvo viva
permanezcamos aún más unidosahora que la muerte nos la ha arrebatado.
Y que en esta unión,como en toda amistad y paz en la tierra,
podamos ver cumplida la promesade que nos serás fiel hasta la muerte.
126. Al despedir un difuntoH. Oosterhuis
Hermanas y hermanos,estamos reunidos aquí,
en torno a este cuerpo muerto,lo único que nos ha quedadode nuestro hermano y amigo,para rendir el último homenaje
a su vida y a su muerte.Dirijamos los ojos hacia la cruz de Cristo,
y aunque nuestra fe camina a tientas,nosotros afirmamosque éste no es el fin
y que nuestro Dios es Dios de vivos.Más que su cuerpo
ha quedado entre nosotros su nombre;por eso ahora lo pronunciamos
con respeto y cariñoy te rogarnos, Señor Dios,
que te acuerdes del nombreque le dieron los demás
y por el que aún le reconocemosdespués de muerto,
nombre que Tú tienes escritoen la palma de tu mano.
En señal de nuestra esperanzade que Dios nos dará a todos
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un cuerpo nuevo e inmortaly para dar testimonio
de nuestra fe en la resurrección,yo bendigo este cadáver
en el nombre del Padre y del Hijoy del Espíritu Santo
(se rocía el cadáver con agua bendita).
Vayamos ahora en pazy acompañémosle hasta la sepultura.
Esta ha sido la última vezque ha estado entre nosotros.
Ya no nos pertenece:por eso lo depositamos en el seno de la tierra
y en las manos del Dios vivo,en el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo(se ponen flores sobre el ataúd).
Que nuestras oraciones le acompañen.
127. Por una buena muerteSanto Tomás Moro
Oh buen Señor,concédeme la gracia de emplear mi vida
de tal formaque cuando llegue el día de mi muerte,
aunque en mi cuerpo experimente dolor,sienta consuelo en mi alma;
y con esperanza llena de fe en tu misericordia,en el debido amor hacia ti
y caridad para con el mundo,pueda, por tu gracia,partir hacia tu gloria.
Amén.
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Contenido
Presentación - Mons. David Zywiec...................3Un libro de oraciones para nuestropueblo cristiano - José Argüello.........................7
1. Señor, enséñanos a orar
1. Abre nuestros labios, Señor - San Basilio deCesarea
2. ¿Para qué orar? - P. Gregorio Iriarte o.m. i.3. Danos fervor, Señor - Santo Tomás Moro4. La Oración es...Santa Teresita del Niño Jesús5. El fruto del silencio - Madre Teresa de Calcuta6. Orar de Corazón - San Juan Crisóstomo
2. Durante el día
7. Al despertar - Oración del pueblo judío8. Un nuevo día9. Al comenzar el trabajo10. Oración del trabajador agrícola
Cardenal Mahoney11. Oración antes de un viaje12. Bendición de la mesa13. Después de las comidas14. Oración de la tarde15. Oración de la noche16. Antes de dormir17. Consagración a María18. Oración de abandono - Hermano Carlos de
Foucauld
19. En tus manos me abandono - Robert Kennedy20. Oración de entrega
de sí mismo a Dios - San Ingnacio de Loyola
3. Oraciones penitenciales
21. Aumenta nuestra fe - Cardenal Martini22. A la puerta del Señor toco
-de la liturgia eucarística siríaca23. Caigo a tus pies - San Efrén el sirio24. Te necesito, Señor - Martín Lutero25. Señor, ven a buscarme - San Ambrosio26. Ilumina mis tinieblas - San Francisco de Asís27. Renuévanos, Señor28. Oración por la conversión - San Nicolás de Flueli29. En Dios todo lo podré - San Ignacio de Loyola30. Enséñanos a pensar en los demás31. Dame, Señor, un corazón de carne32. Yo te pido, Señor...33. El camino adelante - Tomás Merton34. Ser todo tuyo, Señor - San Benito
4. Que escuchemos tu Palabra, Señor
35. Antes de leer las Sagradas Escrituras36. Después de leer las Sagradas Escrituras37. Enséñanos a verte
y escucharte en todas las cosas38. Que tu Palabra fecunde nuestras vidas
Carlos Mester
5. A Jesucristo39. De ti queremos vivir - P. Azarías H. Pallais
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40. Entra, Señor, por la puerta de mi corazónSan Juan Crisóstomo
41. Que en todas partes brille tu rostroTeilhard de Chardin
42. Invocación a Jesucristo - San Patricio43. Esparcir tu fragancia - Cardenal Newman44. Súplica - San Tijón de Zadonsk45. Seguimiento - San Agustín46. Señor, enséñame a vivir - San Gregorio
Nacianceno47. Que avance en mi camino hacia Ti, Señor
San Anselmo48. Creo, Señor, ayuda mi incredulidad
Clemente XI49. Que te ame, Señor - Beato Carlos de Foucauld50. Tómame todo, Señor Jesús51. A la luz de Cristo52. Oración para la acción53. En ti está la luz - Dietrich Bonhoeffer54. Nuestras manos son tus manos, Señor55. A Jesús Crucificado56. Ofrenda a Jesucristo57. A Jesús sacramentado58. Después de la comunión59. Oración a Jesucristo60. ¿Quién es Cristo para mí?
Madre Teresa de Calcuta
6. A Dios Padre61. Oración por la humanidad62. Oración para llenarse de Dios - Siglo XV,
originaria de Inglaterra63. Lo que tú quieras, Señor - Oración musulmana
64. Concédeme estar atento a tu presenciaOración del pueblo tamul
65. Dame fortaleza, SeñorSanto Tomás de Aquino
66. Oración de la paz67. Te amo , Dios mío - San Juan Maria Bautista
Vianney, el santo cura de Ars68. Tú lo eres todo69. Vivir con sabiduría - Santo Tomás Moro
7. Al Espíritu Santo
70. Ven, Espíritu Divino- de la Liturgia de Pentecostés
71. Oración de Alabanza al Espíritu Santo72. Ven, Espíritu Santo
Hermanitos del Evangelio73. Invocación al Espíritu Santo
Concilio Vaticano II74. Padre de los pobres75. Presérvanos del mal76. Ven Espíritu Santo - Erich Przywara77. Espíritu de Jesús, ven a nosotros
Romano Guardini78. Pidiendo los siete dones del Espíritu Santo79. Salmo al Espíritu Santo
8. A la Virgen María80. Dulce Madre, no te alejes81. A ti acudo, ¡oh Madre! - San Bernardo82. Bajo tu protección83. María, refugio nuestro - San Bernardo84. Invocación a María - Cardenal Eduardo Pironio
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85. Ave María - Hno. José Álvarez86. Oración a Nuestra Señora del Tercer Mundo
Monseñor Pedro Casaldáliga
9. Por la Iglesia
87. Por la Iglesia88. Por nuestro Obispo89. Por nuestros sacerdotes90. Oración por los laicos91. Súplica a la Virgen por la misíon de la Iglesia
Cardenal Eduardo Pironio92. Oración del Catequista
San Antonio María Claret93. Que nos demos a Ti, Señor - Pablo VI94. Oración por la Quinta Conferencia del
Episcopado Latinoamericano - Benedicto XVI
10. Por la familia
95. Pidiendo la gracia de un matrimonio cristiano96. Oración de los esposos97. Pidiendo la bendición para los hijos
Neylor J. Tonin98. Oración de los hijos por sus padres99. En las horas difíciles del matrimonio100. Súplica a la Virgen María por las madres
P. Andrés Pardo101. A San José -Juan XXIII
11. Acción de gracias102. Te agradezco, Señor - Romano Guardini103. Enséñanos a reconocer los beneficios
de tu amor
104. Bendición de los frutos105. Mi corazón canta agradecido
12. Ante la injusticia socialy la destrucción de la Creación
106. Hazme solidario, Señor - Enrique Dussel107. Oración por los Derechos Humanos108. Oración por los emigrantes109. Oración de la Rebeldía110. Tu nos diste la vida - Jorge Moltmann111. Padre Nuestro y Creador112. Enséñanos a asombrarnos, Señor113. Bienaventuranzas ecológicas114. Por el planeta tierra - Oración de Naciones
Unidas, Stephen Vincent Benét115. A la Reina de la Paz -Juan Pablo II116. Para perdonar - Oración musulmana
13. Ante el dolor y la muerte
117. En la adversidad - Savonarola118. Condúceme, Dulce Luz - Cardenal Newman119. Oración por los que sufren120. Oración en la enfermedad121. Oración en la desgracia122. Oración de la serenidad - Reinhold Niebuhr123. Sólo Dios basta - Santa Teresa de Ávila124. Santa María de los ancianos - P. Andrés Pardo125. Por un difunto - H. Oosterhuis126. Al despedir un difunto - H. Oosterhuis127. Por una buena muerte - Santo Tomás Moro
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