11 Vendida por un plato de guiso - qr.safeliz.com · poco de ese potaje! —¿De verdad tienes...

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magina que has estado afuera todo el día. Tal vez estabas jugando con tus amigos o ayudando en el jardín. Cuando entras a la casa sientes un aroma muy rico. Alguien está cocinando. De pronto sientes que tienes mucha hambre. Así es como se sentía Esaú ese día. Vamos a ver lo que sucedió. saac y Rebeca llevaban casados veinte años. A Rebeca le encantaba recordar el día en que se había encontrado con aquel extranjero junto al pozo. Rebeca les había ofrecido agua a sus camellos y la vida de ella había cambiado para siempre. A Isaac le encantaba su bella esposa. Alababa al Señor por habérsela traído de tan lejos. Sí, Isaac y Rebeca se amaban mucho. Pero algo faltaba en su vida. Rebeca no había podido tener hijos y se sentía muy triste. Isaac conocía bien la promesa que Dios le había hecho a Abraham, su padre. Dios le había dicho a Abraham que su familia llegaría a ser una gran nación. Isaac pasaba mucho tiempo preguntándose cómo podría llegar a cumplirse. ¿Cómo podía venir de Abraham una gran nación? Isaac, su único hijo, no tenía hijos. Era como un rompecabezas que Isaac no podía armar. Finalmente Isaac le rogó al Señor que le diera a Rebeca un hijo. Y Dios contestó la oración de Isaac en forma asombrosa. Rebeca no tuvo un hijo, sino ¡dos! ¡Dios les dio a Isaac y Rebeca dos hijos gemelos! Aun antes de que nacieran los gemelos, ya estaban luchando ambos dentro del vientre de su madre. Rebeca pensó que aquello era muy extraño. Nadie podía explicar por qué estaba pasando. Su esposo no podía explicarlo, ni tampoco su sierva. Nadie a quien se lo preguntara podía explicárselo. Así que Rebeca se dirigió al Señor. Oró pidiéndole a Dios que le dijera lo que estaba pasando. El Señor contestó la oración de Génesis 25: 19-34; Patriarcas y profetas, cap. 16 I Vendida por un plato de guiso Vendida por un plato de guiso I 50 11 Lección I I

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magina que has estado afuera todo el día. Tal vez

estabas jugando con tus amigos o ayudando en el jardín. Cuando entras a la casa sientes un aroma muy rico. Alguien está cocinando. De pronto sientes que tienes mucha hambre. Así es como se sentía Esaú ese día. Vamos a ver lo que sucedió.

saac y Rebeca llevaban casados veinte años.

A Rebeca le encantaba recordar el día en que se había encontrado con aquel extranjero junto al pozo. Rebeca les había ofrecido agua a sus camellos y la vida de ella había cambiado para siempre. A Isaac le encantaba su bella esposa. Alababa al Señor por habérsela traído de tan lejos. Sí, Isaac y Rebeca se amaban mucho.

Pero algo faltaba en su vida. Rebeca no había podido tener hijos y se sentía muy triste. Isaac conocía bien la promesa que Dios le había hecho a Abraham, su padre. Dios le había dicho a Abraham que su familia llegaría a ser una gran nación. Isaac pasaba mucho tiempo preguntándose cómo podría llegar a cumplirse. ¿Cómo podía venir de Abraham una gran nación? Isaac, su único hijo, no tenía hijos. Era como un rompecabezas que Isaac no podía armar.

Finalmente Isaac le rogó al Señor que le diera a Rebeca un hijo. Y Dios contestó la oración de Isaac en forma asombrosa. Rebeca no tuvo un hijo, sino ¡dos! ¡Dios les dio a Isaac y Rebeca dos hijos gemelos!

Aun antes de que nacieran los gemelos, ya estaban luchando ambos dentro del vientre de su madre. Rebeca pensó que aquello era muy extraño. Nadie podía explicar por qué estaba pasando. Su esposo no podía explicarlo, ni tampoco su sierva.

Nadie a quien se lo preguntara podía explicárselo. Así que Rebeca se dirigió al Señor. Oró

pidiéndole a Dios que le dijera lo que estaba

pasando. El Señor

contestó la oración

de

Génesis 25: 19-34; Patriarcas y profetas, cap. 16

I

Vendida por un plato de guisoVendida por un plato de guiso

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MensajePuedo amar a personas que

son diferentes a mí.

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Rebeca. Le dijo que los dos hijos que había dentro de ella, eran muy diferentes. Ellos eran el comienzo de dos naciones diferentes. Dos naciones que no se iban a querer mucho entre sí. El gemelo menor sería más fuerte que su hermano.

Isaac y Rebeca les pusieron por nombre a sus gemelos, Esaú y Jacob. Y así como el Señor lo había dicho, los dos muchachos eran muy diferentes entre sí. A Esaú, el mayor, le gustaba viajar lejos de la casa. Cuando quería algo, lo quería de inmediato. Le gustaba cazar y con frecuencia le traía a su padre cosas de muy lejos. Era el gemelo favorito de su padre.

Por otra parte, a Jacob le gustaba quedarse cerca de su casa. Aprendió a cuidar de los rebaños de su padre. Aprendió también a cocinar. Se podía confiar en él. Pasaba mucho tiempo con su mamá. Jacob llegó a ser el gemelo favorito de su madre.

Cierto día, regresaba Esaú de una de sus aventuras de caza. Tenía mucha, mucha hambre y olió un aroma muy rico. Jacob estaba cocinando algo delicioso, probablemente un guiso de lentejas.

Esaú se acercó a su hermano Jacob y le dijo: —¡Me muero de hambre! ¡Déjame comer un

poco de ese potaje! —¿De verdad tienes tanta hambre? ¿Tanta

hambre como para venderme tus derechos de primogenitura? —le respondió Jacob.

—¡Me voy a morir de hambre! ¿De qué me va a servir entonces mi derecho de primogenitura? —le contestó Esaú.

Así que Jacob le dio un poco de pan y un poco del potaje. Esaú comió y bebió, entonces se levantó y se fue. No se preocupó mucho por sus derechos que le pertenecían por ser el hijo mayor o primogénito. Lo único que le preocupaba era la forma como se sentía en aquel momento. Y por esa causa, entregó algo que hubiera sido una gran bendición para él por el resto de su vida.

Versículo para memorizar

«Ámense como hermanos

los unos a los otros,

dándose preferencia

y respetándose

mutuamente»

(Romanos 12: 10).

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Colócate cerca de la

cocina y cierra los ojos. Adivina lo

que vas a comer en la cena.

A Esaú le gustaba

cazar y estar afuera. Si es posible,

pasa hoy un tiempo afuera, en medio

de la naturaleza, juntamente con tu

familia. Pregunta a los miembros de

tu familia qué piensan que cazaba

Esaú.

Da gracias a Dios

por los alimentos que te da.

A C E RH

A C E RH

A C E RH

Junto con tu familia lee y comenta Génesis 25: 19 al 28.

¿Cuál de los dos hermanos era más velludo? Compara los brazos de los

miembros de tu familia. ¿Quién tiene más vello?

¿Cuántos años tenía Isaac cuando le nacieron Jacob y

Esaú? ¿Cuántos años tenían tus padres cuando naciste tú? ¿Conoces

a alguien que tenga esa edad?

Recorta catorce siluetas de diferentes hortalizas.

Anota una palabra del versículo para memorizar en cada silueta.

Mezcla las siluetas de vegetales y luego colócalas en el orden

correcto. Úsalas para enseñarles el versículo para memorizar a tu

familia.

Pide a Dios que te

ayude a ser amable y bondadoso

con los demás.

A C E RH

A C E RH

A C E RH

E EL R

Juntamente con tu

familia, lee y comenta Génesis 25: 27 al 34. ¿Piensas

que Esaú se habría muerto de hambre? Investiga hasta

cuánto tiempo puede vivir una persona sin alimento o

agua.

Piensa en una ocasión en que

estabas tan impaciente como Esaú. ¿Cuál fue el

resultado? Habla acerca de ello con tu familia.

Pregúntales a tus

padres si puedes preparar un guiso esta semana.

Da gracias a Dios por los buenos alimentos.

RP E G U N T A R

E ANP S R

A C E RH

S Á B A D O D OO M I N G

L U N E SIsaac

y Rebeca no habían tenido

hijos en veinte años. ¡Isaac tenía

60 años cuando Jacob y Esau

nacieron!

Durante el culto familiar de hoy, lean y

comenten Mateo 7: 12. ¿Qué aprendiste acerca de

cómo tratar a las personas que son diferentes a ti?

Pon en práctica Mateo 7: 12. Haz algo especial por

alguien de tu familia hoy.

Prepara un cartel en que expliques

cómo son de diferentes los miembros de tu familia.

Enséñaselo a los miembros de tu familia. ¿En qué se

diferencian? ¿En qué se asemejan? Da gracias a

Dios por las diferencias y la variedad.

E EL R

A C E RH

M A R T E S

Lee y comenta juntamente con tu familia

1 Tesalonicenses 5: 15. ¿Cómo nos puede ayudar ese

texto cuando nos encontramos con personas diferentes

a nosotros? Canten un canto relacionado con este

versículo.

Haz un dibujo de Jacob y de

algunas de las cosas que le gustaban. Si Jacob viviera

todavía, ¿qué piensas que le gustaría?

Asómate por la puerta o la ventana.

¿Cuántos colores puedes observar? Da gracias a Dios

por la variedad que se observa en la naturaleza.

E EL R

A C E RH

A RJI BD U

M I É R C O L E S

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Enséñale a tu familia la historia de la

lección. Haz un dibujo de Esaú y de las cosas que le

gustaban. ¿Qué piensas que le hubiera gustado a Esaú si

viviera hoy?

Piensa en la familia de tu iglesia. Pide a un

adulto que te ayude a nombrar algunos países de donde

vienen algunos de los miembros de la iglesia. ¿Qué te dice

eso de la familia de Dios?

Preparen juntos una tarjeta y envíenla a

un miembro anciano de la iglesia. Anota las palabras:

«Estoy contento de que seas parte de la familia de la

iglesia».

Repasen juntos el versículo para

memorizar. Pide a Dios que bendiga a la familia de tu

iglesia.

A C E RH

A C E RH

E ANP S R

A C E RH

J U E V E S

Durante el culto familiar

de hoy, lee nuevamente Génesis 25: 19 al

34. Pide a tu familia que te ayude a

dramatizar la historia. Pide a los

miembros de tu familia que mencionen

algo acerca de cada uno de ellos. No

deben repetir lo mismo.

Canten himnos de

alegría y pide luego a Dios que

bendiga a tu familia.

A NC T A R

A C E RH

V SI E R N E

Instrucciones: Estudia las ilustraciones de abajo y remueve letras como está indicado para descubrir lo que nos enseña la lección de esta semana.

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¿ as hecho alguna vez algo que sabías que no debías hacer? Y cuando alguien te preguntó, ¿dijiste una mentira? ¿Cómo te sentirías si te descubrieran diciendo una mentira? Jacob le mintió a su padre y eso afectó a toda su familia.

unca hubieras imaginado que Jacob y Esaú

eran hermanos gemelos. Tenían aspectos muy diferentes. Se vestían en forma diferente. Tenían intereses diferentes. Eran exactamente lo opuesto el uno del otro. A Esaú le encantaba la caza. A Jacob le gustaba quedarse en la casa y cuidar de los animales.

Antes de que nacieran, Dios habló con Rebeca, su madre. Le dijo que el hermano mayor serviría al menor. Rebeca no sabía cuándo pasaría eso, pero creía lo que Dios había dicho.

Isaac estaba ahora viejo y casi ciego. Decidió que había llegado el momento de darle la bendición especial a su hijo primogénito. Rebeca le recordó lo que Dios había dicho. Pero Esaú era el hijo favorito de Isaac. Isaac estaba decidido a darle la bendición a Esaú.

Cierto día, Rebeca escuchó que Isaac hablaba con Esaú:

—Esaú, ya estoy muy viejo —le dijo—. No sé cuánto tiempo más voy a vivir. Toma tu arco y caza para mí alguna presa. Prepárame con ella un

sabroso guiso y tráemelo. Entonces te voy a dar mi bendición.

Tan pronto como se fue Esaú, Rebeca llamó a Jacob. Le contó lo que estaba pasando y le dijo:

—No te preocupes, Jacob. Tengo un plan muy bueno. Ve a los rebaños y tráeme dos de los mejores cabritos. Voy a prepararlos exactamente como a tu padre le gustan. Luego se los puedes llevar y obtener la bendición.

—Pero él va a notar la diferencia, Esaú es velludo y yo no. Mi padre se dará cuenta de que lo estoy engañando y en vez de bendecirme, me va a maldecir —le respondió Jacob.

Génesis 27; Patriarcas y profetas, cap. 16

H

Un ladrón en la familiaUn ladrón en la familia

H

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12

Lección

NN

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MensajeLas personas que pertenecen a la familia

de Dios, siempre dicen la verdad.

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—Si alguien va a salir mal en este asunto, voy a ser yo —le contestó su madre—. Ve inmediatamente a hacer lo que te he dicho.

Así que Jacob se puso ropa de Esaú y Rebeca le cubrió las manos y el cuello con piel de cabra. Entonces Jacob fue a llevarle a Isaac la comida que Rebeca había preparado.

Isaac escuchó a Jacob cuando entró a su habitación y preguntó: —¿Quién es?

—Soy Esaú, tu primogénito —mintió Jacob—. Hice lo que me dijiste, padre. Siéntate en la cama para que pruebes esta buena comida y me des tu bendición.

—¿Cómo es que cazaste la presa tan rápido? —le preguntó Isaac.

—Dios me ayudó —mintió nuevamente Jacob.

—Acércate, hijo mío —le dijo Isaac entonces—, para que pueda tocarte. Tu voz es como la de Jacob, pero tus manos se sienten como las de Esaú. ¿Eres realmente Esaú?

—Sí, padre —dijo engañosamente Jacob. —Entonces ven y dame un poco de ese platillo

—dijo Isaac. Al acercarse Jacob, Isaac lo asió de la ropa y la

olfateó con cuidado. —Oh, sí —dijo satisfecho finalmente—. Tiene olor

a campo. Así fue como Isaac le dio la bendición a Jacob. Jacob se retiró apresuradamente. Apenas se

había ido, entró Esaú a la tienda de su padre. —Aquí está la comida que me pediste, padre

—dijo Esaú.

Isaac comenzó a agitarse. Con voz temblorosa, preguntó:

—¿Quién eres? —Soy Esaú, tu primogénito

—contestó Esaú. Entonces Isaac le

preguntó: —¿Quién es el que

estuvo aquí? ¿Era Jacob?

En ese momento Isaac se dio cuenta de

lo que había pasado. Se volvió a Esaú y le dijo:

—He bendecido a tu hermano Jacob.

Esaú estaba furioso. —¿No puedes bendecirme a mí también?

Jacob se quedó con mi herencia y ahora me ha quitado también tu bendición. ¿Me puedes dar a mí alguna cosa?

Isaac movió negativamente la cabeza: —La bendición ya fue dada. No se la puedo quitar. Esaú murmuraba mientras salía de la tienda de

su padre: Cuando mi padre se muera, voy a matar a Jacob y a recuperar lo que es mío.

Jacob sabía que había hecho mal. Estaba arrepentido y se sentía muy triste. Sus mentiras les causaron problemas a todos. Él debía haber esperado. Dios había hecho una promesa. No necesitaba la ayuda de Jacob ni la de Rebeca. ¿Qué iba a pasar ahora?

Versículo para memorizar

«No roben.

No mientan

ni se engañen

unos a otros»

(Levítico 19: 11).

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Jueguen con tu familia el juego de

«verdadero o falso». Piensa en una historia bíblica.

Dirige luego a tu familia cuatro preguntas para que te

contesten diciendo verdadero o falso. La persona que

tenga el mayor número de respuestas correctas,

piensa en la siguiente historia.

Piensa junto con tu familia en

historias en donde los personajes digan mentiras.

¿Cuál fue el resultado de cada una de ellas? Piensa

ahora en historias donde los personajes dicen la

verdad. ¿Cuál fue ahora el resultado? Qué es

mejor, ¿mentir, o decir la verdad? ¿Por qué?

Pide a Dios que te ayude a decir

siempre la verdad.

A C E RH

E ANP S R

R AO R

Durante el culto familiar lee y

comenta junto con tu familia Génesis 27: 30

al 41. Pregúntales a los miembros de tu

familia: «¿Alguna vez, alguien ha dicho una

mentira acerca de ustedes?». Comenten

acerca de formas de reaccionar cuando

alguien miente acerca de ti o te hiere de

alguna manera. Pide a Dios que te ayude a

decir siempre la verdad.

Busca cinco tipos

diferentes de tela. Pide a los miembros

de tu familia que cierren los ojos, palpen

cada una y digan qué clase de tela es.

A C E RH

E EL R

S Á B A D O

M A R T E S

Lee y comenta con tu familia Génesis 27: 18 al 30

durante el culto familiar. Pide a un adulto que te cuente acerca de

alguna ocasión en que se vio tentado a mentir, pero dijo la verdad.

Pregunta a tus padres si puedes usar algunas

hierbas, especias o esencias. Colócalas en bolsas de papel por separado. Pide a los

miembros de tu familia que huelan cada bolsa y adivinen lo que tiene adentro.

Redacta una bendición familiar. Pide a cada persona que añada una

frase que diga cuánto la ha bendecido Dios. Da gracias a Dios por todas sus bendiciones.

E EL R

RP E G U N T A R

A C E RH

L U N E S

Lee y comenta con tu familia Génesis 27: 1 al

17. ¿Quién animó a Jacob a mentir y engañar? Pregunta a

los miembros de tu familia: «¿Qué podemos hacer para

ayudar a otros a hacer lo que es correcto?».

Haz un dibujo de una tienda (donde

habitaba Isaac). Pega dos trozos de papel a cada lado

de la entrada a manera de cortina. Anota las palabras

del versículo para memorizar bajo esas solapas. Usa el

dibujo para enseñarle el versículo a tu familia.

Canten un himno que hable de la

obediencia a Dios. Pide a Dios que ayude a los

miembros de tu familia a decir siempre la verdad.

A NC T A R

A C E RH

E EL R

D OO M I N G

La primogenitura era una

herencia especial que recibía el hijo

mayor. Dios prometió que el Mesías vendría

a través de la parte de la famila de

Abraham que había recibido la

primogenitura.

Durante el culto familiar, lee y comenta junto con tu

familia Éxodo 20: 16 y Romanos 6: 23. ¿Cuál es el resultado de

decir mentiras? Repasa Génesis 27 y cuenta el número de

mentiras que dijo Jacob.

Prueba hacer lo siguiente: Consigue un globo.

Ínflalo. Asegúrate de que no se le sale el aire. Suelta ahora el

globo. ¿En qué forma el pedir perdón es como dejar que se le

salga el aire al globo inflado?

Si realmente estás triste y

arrepentido, pide a Dios que te perdone lo malo que has

hecho hoy. Pide a las personas a quienes les has hecho mal,

que también ellas te perdonen.

E EL R

RP E G U N T A R

A C E RH

M I É R C O L E S

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Durante el culto familiar de hoy, lean y

comenten Juan 8: 44. Pide a tu familia que te

ayude a crear un cartel donde se anime a la gente a

decir la verdad. Ora para que Dios te dé fuerzas

para resistir las tentaciones de Satanás.

Haz una investigación entre los

miembros de tu familia. Haz una lista de sus

comidas favoritas. Pregúntales si puedes

ayudarles a preparar su comida favorita para la

cena de mañana.

E EL R

A C E RH

J U E V E S

Sirve en la cena la

comida favorita que ayudaste a preparar ayer. ¿Qué

otra cosa puedes hacer para ayudar a tu familia a

alistarse para el sábado?

Durante el culto familiar, vuelve a

leer Génesis 27. Pide a los miembros de tu

familia que te ayuden a dramatizar la historia de

la lección. Pregunta a cada uno qué ha

aprendido de esta historia.

Antes de la oración, canten

sus himnos favoritos de sábado. Ora para que

tu familia reciba una gran bendición durante

todo el sábado.

A NC T A R

E EL R

O A R T I RMC P

V SI E R N E

Instrucciones: Colorea cada cuadro que tiene un punto adentro para descubrir qué le faltó a Jacob cuando le llevó comida a Isaac.

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¿ e has sentido solo alguna vez? ¿Muy, muy solo? ¿Has sentido alguna vez que no tienes a nadie con quien hablar? Así es como se sintió Jacob cuando se tuvo que ir de su casa. Dios pasó un tiempo especial con él y después de eso, Jacob ya nunca se sintió solo.

os hijos gemelos de Isaac y Rebeca, Esaú y

Jacob, nunca fueron buenos amigos. No se querían mucho. Pero ahora la situación era peor. Jacob había engañado a su padre para conseguir una bendición especial. Era una bendición que Esaú debió haber recibido.

Esaú estaba muy enojado con Jacob. Tenía planes de matarlo. Así que Rebeca, su madre, decidió enviar a Jacob a la casa de su hermano Labán. «Vete a vivir un tiempo con tu tío Labán, Jacob. Dale tiempo a tu hermano para que se le pase un poco el enojo», le dijo con tristeza. Rebeca no sabía que nunca más iba a ver a Jacob.

Así que Jacob emprendió el largo viaje hacia la casa de Labán. Su tío Labán, que era hermano de Rebeca, vivía muy lejos de la casa de los padres de Jacob. Eran aproximadamente 800 km a través de caminos desconocidos y peligrosos. Jacob estaba completamente solo y tenía miedo. No tenía sirvientes que lo protegieran de los animales salvajes y de los ladrones. Tampoco estaba acostumbrado a dormir sobre el duro suelo. Viajó lo más rápido que pudo. Sabía que estaba huyendo para salvar su vida porque su hermano quería matarlo.

En uno o dos días llegó Jacob a un lugar especial, un lugar santo. Su abuelo, Abraham, había construido allí, mucho tiempo atrás, un altar para adorar a Dios. Jacob estaba tan cansado esa noche, que tal vez ni siquiera se dio cuenta de que estaba en un lugar especial. Simplemente se cubrió con su cobija y se quedó dormido con la cabeza recostada sobre una piedra.

Esa noche Jacob tuvo un sueño muy extraño. No era un sueño común y corriente, sino un sueño especial enviado por Dios. En su sueño, Jacob vio una enorme escalera que subiendo desde la tierra, llegaba hasta el cielo. Jacob vio ángeles que subían y bajaban por la escalera. Y en el extremo superior

Génesis 28: 10-22; Patriarcas y profetas, cap. 17

T

Una escalera de ángelesUna escalera de ángeles

T

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LL

13

Lección

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MensajePertenezco a la familia de Dios,

no importa lo que suceda.

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de la escalera, Jacob vio al Señor. El Señor le sonreía y le dijo estas palabras: «Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. [...] Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré» (Génesis 28: 13, 15).

Jacob se incorporó y miró a su alrededor. «¡El Señor está aquí! —exclamó—. ¡Está en este lugar y yo no lo sabía!»

Cuando Jacob se levantó muy temprano a la mañana siguiente, hacía mucho frío. Las estrellas apenas comenzaban a perderse en la luz del nuevo día y los rayos del sol empezaban a asomar en el oriente. Jacob quería hacer algo para marcar aquel lugar especial. El Señor le había hablado allí. Así que tomó la piedra que había usado de almohada y derramó entonces sobre ella aceite de oliva dedicando aquel lugar a Dios. Luego le puso un nombre especial a ese lugar. Lo llamó Betel, que significa «Casa de Dios».

Jacob continuó su viaje lleno de pensamientos alegres. Ya no tenía temor de su hermano. Tampoco de los animales salvajes ni de los ladrones. Sabía con seguridad que el Señor estaba con él. El Señor lo estaba protegiendo. ¡Dios mismo se lo había dicho!

Versículo para memorizar

«Yo estoy contigo;

voy a cuidarte

por dondequiera

que vayas»

(Génesis 28: 15).

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Jacob caminó unos 800 kilómetros hasta la

casa de su tío Labán. Sal a caminar con tu familia hoy. Calcula la

distancia que has caminado, Divide 800 kilómetros entre

la distancia que has caminado. ¿Cuánto tiempo le tomaría a tu

familia caminar 800 kilómetros?

Mientras caminas, imagina lo que sentía

Jacob. Trata de parecer contento, ansioso, triste, cansado.

Pide a tu familia que adivine lo que estás sintiendo. ¿Es

siempre bueno huir cuando nos pasan cosas malas? Da gracias

a Dios por acompañarte en tu caminata.

A C E RH

E ANP S R

Durante el culto familiar lean y

comenten juntos Génesis 28: 10 al 15. Hablen acerca

de las diferentes formas como Dios nos habla. Pide

entonces a Dios que te ayude a escuchar su voz.

Dibuja una escalera en una

hoja de papel y luego recórtala. Anota las palabras

del versículo para memorizar en los peldaños.

Úsala para enseñarle a tu familia el versículo para

memorizar.

Sube algunas escaleras e

imagina que estás subiendo la escalera de Jacob

que va al cielo.

A C E RH

E EL R

A RJI BD U

Lean y comenten juntos Génesis 28: 16 al 22 durante

el culto familiar. ¿Por qué estaba contento Jacob? ¿Qué promesa le

hizo Jacob a Dios? Pide a los miembros de tu familia que se

recuesten en el suelo por unos momentos. Pregúntales: «¿Cómo

piensan que durmió Jacob sobre el suelo duro?».

Investiga los siguientes datos: ¿A qué hora se va

a la cama cada miembro de tu familia? ¿A qué hora se levanta?

¿Cuántas horas duerme cada uno? Pide a Dios que vele el sueño

de los miembros de tu familia.

Jacob usó una piedra como almohada. Fíjate

cuán blanda es tu almohada. Luego reemplázala con un libro

grande. ¿Cómo piensas que dormirás con un libro como

almohada?

A C E RH

A C E RH

E EL R

Lee juntamente con tu

familia Josué 1: 9 durante el culto familiar.

Comenten este pasaje. ¿Es también para ti

y tu familia? ¿En qué se diferencian la

familia de Dios y la de tu casa? (Por

ejemplo, es más grande; la gente elige

pertenecer a la familia de Dios.)

Confecciona una tarjeta

para un amigo. Dile que estás feliz

porque es parte de la familia de Dios.

Da gracias a Dios

porque perteneces a su familia.

A C E RH

A C E RH

E ANP S R

Durante el culto familiar, lee y comenta con tu

familia Proverbios 3: 5 y 6. ¿Qué significa este texto para ti

y tu familia? Pide que te muestren tu acta de nacimiento. ¿Qué te dice?

¿Qué hace la gente cuando se une a la iglesia? ¿Qué clase de acta o

certificado recibe? Pide a un adulto que te muestre su certificado de

bautismo.

Haz un modelo de ángel que te recuerde que Dios envía

sus ángeles a ayudarnos. Muéstraselo a tu familia.

Canten «Cuando leo en la Biblia» (Himnario adventista,

no 601). Da gracias a Dios por las historias bíblicas que nos enseñan sus

promesas.

A C E RH

A NC T A R

E EL R

S Á B A D O D OO M I N G

L U N E SM A R T E S

M I É R C O L E S

En los tiempos bíblicos, la gente

acostumbraba dormir en camas de

madera, barro, piedra o metal. Así que

la almohada de piedra de Jacob no era

algo fuera de lo común.

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Durante el culto familiar de hoy, lean

juntos Génesis 29: 10 al 22. Representa el papel de

Jacob al dramatizar la historia con tu familia. Pide a

alguien que repita las palabras que dice Dios.

Menciona tres cosas que has aprendido de esta

historia. Pídeles a los miembros de tu familia que

digan algo también.

Canten algunos himnos de

alabanza y luego repitan juntos el versículo para

memorizar. Da gracias a Dios por sus promesas.

A C E RH

A NC T A R

V SI E R N E

Cuenta la historia de la

lección a tu familia. ¿Cuánto dijo Jacob que iba a

dar como ofrenda de gratitud a Dios? Comenta con

tu familia cómo pueden dar una ofrenda de

gratitud a Dios. ¿Tiene que ser de dinero? ¿Qué

proyecto especial puede hacer tu familia?

Cuenta la cantidad de

peldaños de una escalera. Imagina que hay un

ángel en cada peldaño. ¿Es posible? ¿Por qué?

Da gracias a Dios por sus

ángeles protectores.

O A R T I RMC P

A C E RH

A C E RH

J U E V E S

Instrucciones: Ayuda a Jacob a encontrar su camino a través de los campos extraños hasta llegar al lugar santo al cual llamó Betel. Escribe lo que quiere decir Betel.

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Instrucciones: Piensa en tu comunidad mientras analizas estas dos páginas. Dibuja tu casa en algún lugar en donde estaría con relación a la escuela, el mercado y la iglesia. Después traza una línea debajo de cada lugar en donde podrías encontrar un miembro de la familia de Dios.

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