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UNA LARGA POSGUERRA Las cifras de la tragedia 127 Fascismo “a la española" 129 Ejército e Iglesia 133 La censura en los medios de comunicación 137 La (su)misión de la mujer 139 Bajo el Mando Económico 141 Estraperlo y cambullón 147 La institucionalización del Régimen: retoques de fachada 149 Los canarios, emigrantes clandestinos 153 Tensión entre superpotencias: la “Guerra fría" 159 Bases por leche en polvo 165 Tras la descolonización, el neocolonialismo 169 España, impotencia colonial 175 Contra Franco: resistencia armada y oposición política 179

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UNA LARGA POSGUERRA

Las cifras de la tragedia 127

Fascismo “a la española" 129

Ejército e Iglesia 133

La censura en los medios de comunicación 137

La (su)misión de la mujer 139

Bajo el Mando Económico 141

Estraperlo y cambullón 147

La institucionalización del Régimen: retoques de fachada 149

Los canarios, emigrantes clandestinos 153

Tensión entre superpotencias: la “Guerra fría" 159

Bases por leche en polvo 165

Tras la descolonización, el neocolonialismo 169

España, impotencia colonial 175

Contra Franco: resistencia armada y oposición política 179

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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«SESENTA MIL CANARIOS» Doc. 48

«El 6 de octubre de 1936, embarca, en el puerto de Las Palmas, la pri-mera fuerza destinada a intervenir en la contienda: una Bandera de Mili-cias. Y luego siguen varios núcleos militares que salen de los puertosde Santa Cruz de Tenerife y de La Luz, y van directamente a la Penín-sula a fin de incorporarse a las columnas ya constituidas, o bien van aMarruecos para ser organizados en debida forma antes de continuar suviaje al frente. En diciembre del 36, en julio y agosto del 37, en octubrey en noviembre de ese año, en enero y mayo del 38, en julio y agostodel mismo, en los siguientes meses de noviembre y diciembre, y en febre-ro del 39, embarcaron, cada vez, los efectivos necesarios para un regi-miento en pie de guerra. Y todo esto sin contar las constantes expedi-ciones de menor enjundia que se hallaban destinadas a formar unidadespoco importantes o a cubrir las bajas de las que estaban combatiendo.

En resumen, cerca de sesenta mil canarios acuden a la guerra:un verdadero ejército. [...] Pero, mientras combaten los canarios [concerca de mil bajas] en Teruel y en Cataluña, en el frente de Madrid y enel de Córdoba, su Archipiélago soporta las consecuencias de la guerra».

C. Martínez de Campos y Serrano:Canarias en la brecha, 1953, p. 314.

CONTINUIDAD EN LA POLÍTICA DE LA DERECHA TRADICIONAL Doc. 47

«Falange nace enTenerife en 1936;antes sólo teníacatorce afiliados. Posteriormente se

marcharon los mejores afiliados al

frente y quedaron lossin escrúpulos».

Memoria del gobernadorcivil de Santa Cruz de

Tenerife, 1938.

J. Alcaraz Abellán: Instituciones y sociedad en Gran Canaria. 1936-1960, p. 106.

Este cuadro es una relación —«aunque seguramente incompleta», dice su autor— de los consejeros del Cabildo deGran Canaria durante el franquismo que habían tenido actividad política en la Segunda República, e incluso en laDictadura de Primo de Rivera (como es el caso de Antonio Limiñana, Martín Saavedra o Felipe de la Nuez), y queviene a demostrar que para los políticos de la derecha tradicional hubo una cierta continuidad en el paso de unrégimen a otro.

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UNA LARGA POSGUERRA

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actividad XXXV

UNA LARGA POSGUERRA

L RÉGIMEN implantado en toda España en 1939, producto de la vic-toria militar de Franco en la Guerra Civil, representó el regreso a unas

formas autoritarias —esta vez muy duras— de dominio económico y políti-co por parte de aquellos sectores sociales que habían rechazado las refor-mas de la Segunda República. Al igual que en el resto del Estado, las dere-chas en Canarias se prestaron desde el principio a colaborar con el «nuevoorden» [!Doc. 47], nacido, en definitiva, para salvaguardar los privilegios delas clases oligárquicas. Significados miembros de los desaparecidos partidosagrarios, cedista o radical pasaron de inmediato a formar parte de la admi-nistración civil del régimen franquista. Un régimen que aniquiló el sis-tema democrático republicano basado en el pluralismo ideológico, y losustituyó por la dictadura personal del general Franco, quien iba a perpe-tuarse en el poder hasta su muerte en 1975. Fue la dictadura más larga denuestra historia contemporánea.

E

Las cifras de la tragedia

Las víctimas mortales en los campos de batalla durante la contienda espa-ñola, a las que pueden sumarse las producidas por los bombardeos, se cal-culan en torno a trescientas mil. En este cómputo aproximado están inclui-dos unos mil canarios que dejaron sus vidas combatiendo en los frentespeninsulares de la «zona de Franco». Para allá fueron embarcados desde lospuertos de Santa Cruz y de La Luz alrededor de sesenta mil isleños [!Doc. 48]:muchos volvieron enfermos o mutilados.

Eran tiempos dedesfiles. En el de la

foto adjunta, losfalangistas, precedi-dos de la autoridad

militar, marchanpor las calles de La

Laguna, en Tenerife.La plaza del Cristoera el lugar dondeconcentraban a los

soldados de lacomarca para

enviarlos a la Gue-rra. «La gente llora-ba y había abrazosy canciones que lossoldados entonabanpara ocultar el mie-

do mientras losvehículos enfilaban

la calle del Aguarumbo al Tanque deAbajo y camino dela carretera general

de Santa Cruz» [Gilberto Alemán:Los primeros días

de la guerra,1997, p. 33].

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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LA ESCUELA DEPURADA Doc. 49

El 10 de diciembre de 1936 fue publicada en el Boletín Oficial de la zona franquista —por la Comisión de Cultu-ra y Enseñanza que presidía José María Pemán— una orden dirigida a las Comisiones depuradoras del personaldocente para que procedieran a expedientar a los enseñantes de izquierdas, acusados de «inspiradores del mal»:

«El carácter de la depuración que hoy se persigue no sólo es punitivo, sino también preventivo. Es nece-sario garantizar a los españoles [...] que no se volverá a tolerar, ni menos a proteger y subvencionar a losenvenenadores del alma popular, primeros y mayores responsables de todos los crímenes y destruccio-nes que sobrecogen al mundo y han sembrado de duelo la mayoría de los hogares honrados de España.No compete a las Comisiones depuradoras el aplicar las penas que los Códigos señalan [...], pero sí pro-poner la separación inexorable de sus funciones magistrales de cuantos directa o indirectamente han con-tribuido a sostener y propagar a los partidos, ideario e instituciones del llamado “Frente Popular”. Losindividuos que integran esas hordas revolucionarias [...] son sencillamente los hijos espirituales de cate-dráticos y profesores que, a través de instituciones como la llamada “Libre de Enseñanza”, forjaron gene-raciones incrédulas y anárquicas [...]».

Orden de 7 de diciembre de 1936.

En la fotografía, maestras y maestrosde La Aldea, en Gran Canaria, en1936: Josefa Sosa, Ángela Sáez, SaraDíaz, inspector (no identificado), Ceci-lio Segura (alcalde republicano), PedroArroyo, D. Ramos y Bibiano Sánchez.

Por su ideología de izquierdas, aéste último se le impusieron cinco añosde inhabilitación, Josefa Sosa seríadenunciada por una vecina y PedroArroyo llegó a estar procesado. Pero elcastigo mayor recayó sobre CecilioSegura, que fue encarcelado duranteaños y separado del cuerpo de maestroshasta 1960 [Cf. F. Suárez: «La repre-sión en La Aldea en el año 1936»,Canarias 7, 2-VII-1989].

«En los descansos y a la salida se entonarán cantos de fervoroso patriotismo,procurando siempre que lleguen a la inteligencia de los niños».

BOP de Santa Cruz de Tenerife, 20 de noviembre de 1936.

Fuente: J. M. Hernández: «La represión franquista sobre los maestros...», 1989, p. 101.

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Acabada la Guerra, con sus secuelas de terror en ambas zonas, el ban-do vencedor continuó practicando el expeditivo procedimiento de neutralizarmanu militari toda crítica u oposición al régimen instaurado. Según los restrin-gidos datos de la España oficial, al final de 1939 había doscientos setentamil detenidos por la Dictadura (9% mujeres), sin contar los que sufrían igualsuerte en campos de concentración y “batallones de trabajadores”, cuyo núme-ro excedería los cien mil. De los presos, siete mil eran maestros [!Doc. 49]. Másdificultades de recuento presentan las ejecuciones, pero para el periodo pos-bélico las investigaciones recientes, realizadas provincia a provincia, ofrecenya un balance superior a cuarenta mil, cifra que casi duplicaría la admitidacomo «dato exacto» por los apologistas del Régimen. El acuerdo entre his-toriadores resulta mayor cuando deducen que fueron más de trescientosmil los españoles que tuvieron que exiliarse en la posguerra. Entre ellosiba lo más granado de nuestro profesorado universitario y de la elite inte-lectual y científica; baste el recuerdo del gran físico canario Blas CabreraFelipe —discípulo de Ramón y Cajal, y difusor de las teorías de Einstein—que se refugió en París durante la Guerra y murió exiliado en México.

Ciñéndonos a la provincia de Santa Cruz deTenerife, las actuaciones despiadadas de determina-das autoridades, como el comandante general AngelDolla Lahoz (septiembre de 1936-enero de 1937) oel gobernador civil Vicente Sergio Orbaneja (mar-zo de 1938-diciembre de 1939), dejaron tras de sí unasobrecogedora memoria de temor. Del primero, fas-cista convencido, se ha dicho que «casi acaba, a gol-pe de fusil, con toda la izquierda tinerfeña»: fue, entodo caso, durante su corto mandato el responsablemáximo (no el único) de numerosas condenas amuerte y, por supuesto, no hizo nada para evitar los“paseos” de prisioneros que acababan en asesinato.De Orbaneja se recuerdan las continuas órdenes deapresamiento de gentes de la más variada condición,y se cuentan por decenas anécdotas de su arbitrariamanera de gobernar... Sólo que detenciones, tortu-ras, fusilamientos y desapariciones hubo antes y des-pués del paso de estos dos siniestros personajes.

Fascismo “a la española"

El franquismo se asentó, pues, sobre el implacable acoso a cualquier disi-dencia política, mediante el uso sistemático de la represión y la anulaciónde las libertades democráticas, y siempre estuvo apuntalado por unas clases

Retrato de Angel Dolla Lahoz. Siendocomandante general del Archipiélago, dictó—entre otras muchas normas represoras—

el más temprano decreto contra los masonesfirmado en la España de la Guerra, acusándoles

de un «crimen de rebelión» (15-IX-1936).

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EL PODER DEL CAUDILLO Doc. 50

«El jefe del Estado es el representante supremo dela Nación; personifica la Soberanía nacional; ejerceel poder supremo político y administrativo; osten-ta la Jefatura Nacional del Movimiento y cuida dela más exacta observancia de los Principios del mis-mo y demás Leyes Fundamentales del Reino, asícomo de la continuidad del Estado y del Movimien-to Nacional; garantiza y asegura el regular funcio-namiento de los Altos Órganos del Estado y ladebida coordinación entre los mismos; sanciona ypromulga las leyes y provee a su ejecución; ejerceel Mando Supremo de los Ejércitos de Tierra, Mary Aire; vela por la conservación del orden públicoen el interior y de la seguridad del Estado en el exte-rior; en su nombre se administra justicia; ejerce laprerrogativa de gracia; confiere, con arreglo a lasleyes, empleos, cargos públicos y honores; acreditay recibe a los representantes diplomáticos y realizacuantos actos le corresponden con arreglo a las LeyesFundamentales del Reino».

Artículo 6.º de la Ley Orgánica del Estado (23-XI-1966).

BLAS PÉREZ GONZÁLEZ Doc. 51

Nació en Velhoco (Santa Cruz de La Palma) en1898. Jefe de Unión Patriótica en su isla durantela Dictadura de Primo de Rivera, en 1927 obtu-vo la cátedra de Derecho Civil en la Universidadde Barcelona. Actuó como juez militar en los pro-cesos derivados de la revolución de octubre de1934, y fue detenido y condenado a muerte en laciudad condal al estallar la Guerra. Salvó su vidagracias a dos de sus discípulos. Cuando logró pasara la “zona nacional”, formó parte de la AsesoríaJurídica de Franco (1937), fue Fiscal del TribunalSupremo (1938) y luego Delegado Nacional deJusticia y Derecho de Falange (1939).

Desde su cargo de ministro de la Gober-nación (1942-1957) se convirtió en uno de los“validos” del dictador.

¿QUIÉN SE SIENTA EN LAS CORTESDE FRANCO?

«Art. 2. Las Cortes se componen de...

Art. 16. El presidente de las Cortes remitirá elproyecto de ley, elaborado por las mismas, alGobierno para ser sometido a la aprobación deljefe del Estado.Art. 17. El jefe del Estado podrá devolver lasleyes a las Cortes para su nuevo estudio».

LEY DE CORTES DE 1942.

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dirigentes recelosas de perder la hegemonía si se sometían a la decisión delas urnas: prefirieron, en consecuencia, sostener aquel régimen dictatorialque, para asegurarse la continuidad, procuró en todo momento dar cauce alas exigencias de las minorías privilegiadas que concentraban mayor rique-za. Con tales condiciones, nunca les importó a éstas demasiado ceder granparte del poder político a quien lo ejerció personalmente durante tantos años.

Algunas características originarias del «Nuevo Estado» que perma-necieron inalterables hasta el ocaso de la Dictadura permiten identificar aFranco con otros líderes fascistas de su tiempo. El Generalísimo —empeñadoen organizar la vida española al modo cuartelero— no tuvo reparos en asu-mir plenamente la más absoluta autoridad [!Doc. 50], ni en adoptar el títulode Caudillo providencial, elegido por Dios para salvar la patria (si hacemoscaso a las afirmaciones del obispo Fray Albino, fue en Tenerife donde comen-zó a dársele dicho apelativo, «antes que en ninguna otra provincia»). Convistas a dotar a su Movimiento Nacional de una ideología legitimadora,Franco se apoyó —como es harto sabido— en los puntos programáticosde Falange Española de las JONS, constituida en partido único, y cuya jefa-tura desempeñó desde 1937, poco después de que José Antonio Primo deRivera fuera fusilado en la prisión de Alicante (zona republicana). Al Movi-miento se incorporaron, junto con los falangistas, las demás fuerzas socio-políticas interesadas en la supervivencia del Régimen: tradicionalistas, reque-tés, monárquicos alfonsinos, conservadores procedentes de la CEDA, militares,católicos integristas...

Franco, sirviéndose del partido y a tra-vés de instituciones hechas a su medida, fuecreando el entramado jurídico del nuevoEstado, que quedará definido en el preám-bulo del Fuero del Trabajo (1938) como«instrumento totalitario». Para esa labor, eldictador contó desde muy pronto con el ase-soramiento de un jurista palmero, Blas PérezGonzález [!Doc. 51], que llegó a ocupar duran-te quince años (de 1942 a 1957) la cartera delMinisterio de la Gobernación, cuya verdade-ra función era el control del orden público.Como ministro —uno de los dos canarios quealcanzó tal rango en toda la Dictadura—,Pérez González recibió el encargo de rees-tructurar la policía española, organizando latemida Brigada de Investigación Político-Social.

Mientras duró su mandato, cada primero de octubrese conmemoraba oficialmente en toda España «el día

del Caudillo», y todos los periódicos —por obligación—debían dedicar la portada a exaltar la figura del

dictador en un largo texto, que además siempre ibaacompañado de un retrato suyo de gran tamaño.

actividad XXXVI

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FRENTE DE JUVENTUDES Doc. 52

«Artículo 1.º En cumplimiento de los Estatutos deFalange Española Tradicionalista y de las JONS, seinstituye el Frente de Juventudes para la formacióny encuadramiento de las fuerzas juveniles de Espa-ña. El Frente de Juventudes se organiza como unasección de FET y de las JONS [...].

Art. 7.º Serán funciones del Frente de Juventudes,para sus afiliados:

a) La educación política en el espíritu y doctrinade FET y de las JONS.

b) La educación física y deportiva.c) La educación premilitar para la organización

masculina.d) La iniciación a la del hogar para la femenina [...].Art. 8.º Serán funciones del Frente de Juventudes,

respecto de toda la juventud no afiliada que seencuentre en centros de enseñanza o trabajo:

a) La iniciación política.b) La educación física.c) La organización de [...] colonias de verano [...].d) La vigilancia del cumplimiento de las consignas

del Movimiento, en lo que a la juventud se refie-re, en los centros de enseñanza y trabajo [...].

Art. 10.º Todos los alumnos de los Centros de Pri-mera y Segunda Enseñanza, oficial y privada, for-man parte del Frente de Juventudes [...]».

Ley del Frente de Juventudes (6-XII-1940).

El artículo 3.º del decreto de 17 de julio de 1942establecía «como Saludo Nacional el constituido porel brazo derecho extendido en dirección al frente,con la mano [...] abierta, sus dedos unidos y algo

más altos que la cabeza». Al acabar la GuerraMundial, otro decreto (de 11 de septiembre de 1945)

abolió aquella forma de saludo que vinculaba alrégimen español con los fascismos derrotados.

«SINDICATOS VERTICALES» Doc. 53

Inspirado en la Carta di Lavoro del fascismo italiano, el Fuero del Trabajo —promulgado en marzo de 1938 y con-vertido en Ley Fundamental en julio de 1947— estableció en España unas nuevas relaciones laborales, con inter-vención del Estado en la fijación de salarios, consideración de la huelga como delito de lesa patria, prohibición delos sindicatos de clase y ordenación de un sindicalismo vertical que encuadraba a patronos, técnicos y obreros porservicios o ramas de producción. Sus mandos debían reclutarse entre los militantes de Falange. En aquella épocaera corriente la inserción en los periódicos de artículos que —como el que aquí se reproduce— adoctrinaba sobre lapolítica institucional del Régimen.

«[...] Siguiendo la definición del Fuero del Trabajo[punto XIII], los Sindicatos verticales son Corpo-raciones de derecho público. Como [...] los Ayun-tamientos, los Concejos, las Diputaciones. Es decir,que su constitución y su organización no correspon-de a la iniciativa privada, ni tampoco su direccióny administración, [...] tampoco tienen carácter local,sino nacional, de la misma manera que las Corpo-raciones locales dependen de las provinciales o regio-nales y en ordenación jerárquica hasta el Estado.

Los Sindicatos verticales son, en segundo tér-mino, organismos unitarios integrados de todos loselementos que consagran sus actividades al cumpli-miento del proceso económico dentro de un deter-

minado servicio o rama de producción, integrando atodos los que en ella intervienen: patronos, obrerosy técnicos, propietarios y jornaleros, fabricantes en granescala y pequeños productores, todos constituyen elSindicato de la rama respectiva. De esta suerte, [...] seevitan todos los encuentros que entre los diferenteselementos de la producción pueden crearse.

Finalmente, los Sindicatos verticales estáncondenados (sic) jerárquicamente [...] como una ver-dadera milicia que son, estando con respecto a lasjerarquías superiores en un sentido de sometimien-to [...]».

D. Medrano Balda, en El Día, 18 de agosto de 1939.

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Con el deseo de mantener bajo control al movimiento obrero, el fran-quismo optó —como todo fascismo— por el sindicalismo vertical [!Doc. 53]:empresarios (parte económica) y trabajadores (parte social) estuvieron inte-grados en un mismo y único sindicato, la Central Nacional Sindicalista.A la par, otras dos genuinas iniciativas falangistas, el Frente de Juventu-des [!Doc. 52] y la Sección Femenina, desempeñaron con relativa eficacia lacaptación ideológica de los adolescentes, sobre todo en las zonas de campo.

En cuanto al poder ejecutivo, Franco era, además de jefe del Esta-do, quien presidía el Consejo de ministros. A lo largo de su mandato, envez de cambios de gobierno, lo que se produjeron en realidad fueron rele-vos ministeriales; al decir de algún historiador, «no hubo más que un solo gobier-no presidido por la misma persona». Incluso cuando en el verano de 1942—coincidiendo con el declive de las fuerzas del Eje en la Guerra Mundial—se quiso dar al Régimen una aparente representatividad, y se procedió a ins-tituir las «Cortes orgánicas» [!Doc. 50], la ley que las creó dejaba claro el papelde éstas como simple «instrumento de colaboración» en la tarea legislativadel jefe del Estado. Por ello, aun sin obviar la capacidad de la dictadura fran-quista para amoldarse a los cambios internacionales (que obligaron en 1945a desfalangizar su imagen externa), al menos en un punto, el del caudillajeomnipotente, sí constituyó desde luego una modalidad de fascismo, o deposfascismo —“rural”, “frailuno”, “a la española”, pero fascismo al fin y alcabo—; un régimen, si no totalitario, algo más que meramente autoritario.

actividad XXXVII

Ejército e Iglesia

Con Franco, el Ejército y la Iglesia recuperaron en España su secular rele-vancia como brazo de fuerza y aparato de persuasión, respectivamente, al ser-vicio del tradicional bloque de poder. Además, el forzado acatamiento de losmedios de información a las severas directrices del Estado convirtieron a laprensa y a la radio en vehículos de propaganda de las consignas del Régimen.

Arropada por laDictadura, a la que

al mismo tiempobendice y encubre,la jerarquía ecle-

siástica bautizó laGuerra Civil comouna “cruzada” que

había concluido conel triunfo del catoli-cismo. En compen-

sación por suincondicional apo-yo, el Fuero de los

Españoles, en suartículo 6.º, procla-mó que «la ReligiónCatólica, que es la

del Estado Español,gozará de la protec-ción oficial. [...] Nose permitirán otras

ceremonias ni mani-festaciones externasque las de la Reli-

gión Católica».

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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El guipuzcoano Antonio Pildain,obispo de la diócesis canariensedurante treinta años (marzo de1937-diciembre de 1966), es

recordado en Gran Canaria porsus gestos humanitarios en los

momentos más dramáticos de laGuerra Civil. A pesar de su belige-rante posición frente a la Repúbli-ca y de su afinidad con el Régimendel 18 de julio, intercedió en favorde condenados a la pena capitalpor su militancia izquierdista. Secuenta que salió al paso de algunade aquellas comitivas nocturnasque conducían prisioneros paraarrojarlos a la Sima de Jinámar.

FRANCO NO ENTRÓ EN LA CATEDRAL Doc. 54

En su visita a Las Palmas, Franco no pudo entrar bajo palio —como era suprivilegio— en la Catedral, porque sus puertas estaban cerradas cuando eldictador recorrió la ciudad. Desde Teror, donde «se encontraba enfermo», elobispo Pildain advirtió sobre la suspensión del Te Deum en una carta al gober-nador militar Rodríguez Fonseca:

«Mi respetado Sr. General Gobernador y distinguido y querido amigo:Ha llegado a mis oídos la noticia —no sabemos si fundada en verdad—de que entre los números del programa oficial, preparado con motivo dela anunciada estancia en nuestra capital de su Excelencia el Jefe del Esta-do, figura un baile en una de las sociedades de recreo de la misma [...].

Dado lo candente de la campaña que en esta diócesis estamosllevando a cabo contra los bailes, [...] no podíamos consentir —porqueello habría de constituir un gravísimo escándalo para nuestros fieles—el que en un programa oficial en el que figurase un baile se incluyesela celebración de ningún acto oficial religioso ni en la Santa Iglesia Cate-dral ni en ninguna otra de las Iglesias de nuestra diócesis.

[...] Nadie tiene derecho a extrañarse de que un obispo pro-ceda en defensa de la moralidad de su diócesis con el mismo celo y lamisma intransigencia, con que, por ejemplo, un jefe de Estado proce-de en defensa de la independencia de la Patria [...].

P. S. [...] Bastaría la supresión de ese baile tan improcedentepara que pudieran celebrarse los aludidos actos oficiales religiosos entodo su esplendor.

En Teror, a 19 de octubre del Año Santo de 1950».A. Chil Estévez: Pildain. Un obispo para una época,

Las Palmas, 1987, pp. 203-204.

Fray Albino, obispo de Tenerife:Los enemigos de España,

1939, p. 8.

«YA NO PODEMOS MÁS» Doc. 55

«Ya no podemos más. Ni nuestro corazón de Obispo, ni la enorme res-ponsabilidad de nuestro cargo nos permite continuar más tiempo [...] sinafrontar por escrito y con toda nuestra autoridad episcopal, los gravísi-mos problemas sociales que traen sumidos en espantosas tragedias a milla-res de nuestros hijos.

Problemas de desnudez, de enfermedad, de hambre, de ignoran-cia, de inmoralidad: problemas todos ellos que, muchas veces, tienen porlúgubre fondo común los dos angustiosos problemas [que] vamos a tra-tar en esta carta pastoral.

Existen hoy día en nuestra diócesis parroquias en las que hay másde cincuenta y más de ochenta y más de cien obreros en paro total. Y,al mismo tiempo, y en proporciones bien lamentables, en algunas de ellasobreros en paro forzoso parcial.

Y si de jornales hablamos... Jornales se dan todavía en muchísi-mos casos que están muy lejos de ser el salario que la justicia y la Igle-sia de consuno reclaman: el “salario que asegure la existencia de la fami-lia y sea tal que haga posible a los padres [...] criar una prole sanamentealimentada y vestida [...]”».Como demuestra esta pastoral de abril de 1944 [A. Chil Estévez: ibídem, p. 257],Pildain era, en determinados aspectos, una excepción entre los obispos españoles,absolutamente conformes con la dictadura franquista (en otros, es verdad que man-tuvo un silencio cómplice). La cuestión social siempre preocupó al prelado cana-riense, lo que —a veces— molestó a las autoridades locales e incluso estatales.

«En lo esencial,en sus formas

lógicas puras, lademocracia es error

y pecado,y ha sido como

tal condenado porla Iglesia».

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UNA LARGA POSGUERRA

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Para entender el comportamiento de las Fuerzas Armadasen la Dictadura hay que partir del evidente carácter militar de ésta:Franco era un general, y lógicamente los principales grados del esca-lafón serían copados por aquellos mandos cuya «adhesión inque-brantable» a la figura del Caudillo estaba más que demostrada. Toda-vía hacia 1970, un tercio de los oficiales del Ejército español habíansido alféreces provisionales que, al terminar la Guerra, prosiguie-ron la carrera de las armas tras superar los cursos de transforma-ción. Como dato sociológico bastante significativo podríamos citarel caso de unos cuantos herederos de las familias aristocráticas y dela burguesía acomodada del Valle de La Orotava o de La Laguna,que aprovecharon esa vía para continuar en la milicia y acceder alempleo de coronel o general. El respaldo permanente del Ejércitoa la política de Franco se vio recompensado con la nutrida partici-pación de militares en sus sucesivos gobiernos, ya que todos los vice-presidentes y treinta y tres de los 113 ministros que nombró el dic-tador fueron escogidos entre la plana mayor de las Fuerzas Armadas,a cuya jurisdicción estuvo asimismo sometido el orden público.

Es incuestionable la vinculación de la Iglesia con el nuevo régimendesde los primeros días de la Guerra Civil, cuando el episcopado tomó par-tido a favor de los sublevados contra la República. No hay tampoco dudade que contribuyó a consolidar el franquismo, al que aportó un importantefundamento doctrinal: el Estado español adoptó la confesionalidad católicae impuso la moral eclesiástica como forma de vida. Esta comunión Iglesia-Estado —este nacional-catolicismo— se tradujo en una penetrante influen-cia del clero en nuestra sociedad durante todo el periodo de posguerra, yafuera a través de la acción pastoral o de la enseñanza.

Aquí en las Islas los obispos de una y otra diócesis dieron muestrassobradas de su complacencia con la Dictadura. No obstante, el prelado deLas Palmas, monseñor Antonio Pildain [!Doc. 54], logró incomodar en algu-na ocasión al Régimen con “pastorales sociales” [!Doc. 55] que denunciabanla miseria popular, exigiendo empleos y salarios justos. Otra cosa, bien dife-rente, fueron sus obsesivas campañas ultraconservadoras en «defensa de lamoralidad pública» [Doc. 85"].

Ciertas prédicas y actuaciones de Fray Albino —obispo de la dió-cesis nivariense hasta 1946— respaldaron de manera explícita la represiónpolítica practicada por las autoridades franquistas, con las que siempre coo-peró. De su sucesor en la mitra, Domingo Pérez Cáceres, guardan mejorrecuerdo los tinerfeños (y sin embargo, fue él quien estuvo al frente de ladiócesis, por ausencia del obispo, durante los primeros —y más terribles—meses de la Guerra).

En el escudo oficial de laEspaña franquista, el «águila

imperial» (águila de san Juan) yel lema «Una, grande y libre»

resaltaban el tradicionalblasón monárquico.

actividad XXXVIII

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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Desde la imprenta del suprimido semanario obrero Espartaco, los falangistas palmeros editaron —durante la Gue-rra— su periódico Escuadras, que dejó de aparecer cuando, junto con el rotativo derechista Acción Social, tuvoque refundirse en Diario de Avisos, «órgano del Movimiento» a partir de octubre de 1939.

«[...] La escasez de papel producida por la Guerra Civil y algunas consideraciones de tipo político deter-minaron que la autoridad gubernativa provincial dispusiera la fusión de los tres periódicos [de La Palma]en uno solo. Era a la sazón gobernador civil de Santa Cruz de Tenerife Vicente Sergio y Orbaneja. [...]El gobernador convocó a los tres directores, a saber, Manuel de Santos Rodríguez, de Diario de Avisos;Félix Poggio y Lorenzo, de Acción Social, y José Apolo de las Casas Rodríguez, de Escuadras; los hizo espe-rar en la antesala de su despacho las mañanas y tardes de dos días; luego los recibió y en conversaciónllana, que más bien fue monólogo, [...] les invitó a que se pusieran “voluntariamente” de acuerdo paraque Manuel Santos cediera la dirección de Diario de Avisos y que éste se convirtiera en órgano del Movi-miento Nacional Sindicalista y ostentara en su cabecera el yugo y las flechas del nuevo Estado como emble-ma de su actualizada orientación. Y les añadió que volvieran los tres al día siguiente a traerle el acuerdo“voluntariamente” firmado. Así se hizo el 5 de octubre de 1939. Este episodio me fue referido años des-pués por Félix Poggio».

J. Régulo Pérez: «Bosquejo biográfico de Diario de Avisos, Decano de la Prensa de Canarias»,cit. por Andrés Chaves en El periodista Victor Zurita..., 1986, p. 91.

«[La Entidad NO-DO tendrá como primercometido la] Edición del Noticiario

cinematográfico Nacional, con carácter deexclusividad, que informe semanalmente a

nuestro pueblo siguiendo las consignasde Falange Española Tradicionalista

y de las JONS».Artículo 1.º del Estatuto Reglamentario

de NO-DO (29-IX-1942).

CONTROL DE LA INFORMACIÓN: LA PRENSA DEL MOVIMIENTO Doc. 56

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UNA LARGA POSGUERRA

137

La censura en los medios de comunicación

Por lo menos hasta 1966, todas las publicaciones periódicas españolas vie-ron mediatizada su labor informativa por la intervención directa de los pode-res públicos, que delegaron en un cuerpo de funcionarios la facultad de ejer-cer la censura previa de las noticias y opiniones vertidas en la prensa.

El nombramiento y destitución de los directores de periódicos estu-vo también en manos del Estado, así como el suministro de informaciones,servidas en exclusiva por una sola agencia gubernamental (Efe-Cifra). LaDirección General de Prensa daba consignas a los diarios para exaltar cier-tos acontecimientos que beneficiaran la imagen de la Dictadura, o para silen-ciar otros considerados inconvenientes, y enviaba a las redacciones textosde «inserción obligatoria» elaborados por el Ministerio de Información. Sólodos ejemplos cercanos: al matutino tinerfeño La Prensa se le cambió el nom-bre por el de El Día desde 1939, y se le impuso el subtítulo de «Órgano delMovimiento Nacional Sindicalista» —con el yugo y las flechas en la cabe-cera—, cuando ya su director-fundador Leoncio Rodríguez había decididoen conciencia dejar el periódico a otros escritores que contemporizaban máscon la situación, como Antonio Marti. Algo parecido ocurrió en La Palmacon el rotativo Diario de Avisos, transformado por Orbaneja en portavozdel Movimiento y único medio informativo de la isla [!Doc. 56].

Las emisiones radiofónicas debieron reducir al mínimo sus programasno musicales, conectando con Radio Nacional de España para transmitir los«diarios hablados» (que la gente conocía como “partes”) de la emisora cen-tral. Y en las salas cinematográficas había que proyectar obligatoriamente elNO-DO o «noticiario documental», cuyo protagonista habitual era Franco,antes de las películas que la censura se ocupaba de seleccionar y recortar.El acuarelista

Francisco Bonnínfue nombrado, al

iniciarse la GuerraCivil, jefe de Censu-

ras Militares de laprovincia tinerfeñay, por ende, encar-gado de organizaren cada municipiola actividad de losrespectivos jefes decensura. Fue, ade-

más, censor deprensa, e inclusoagente secreto de

Franco. En la foto-grafía adjunta,

Bonnín [con maletay uniforme militar]posa junto al restode los miembros de

la Junta de Censurade Santa Cruz de

Tenerife [C. Gonzá-lez Cossío, Bonnín,

1993, p. 136].

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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LA MUJER BAJO EL FRANQUISMO: LEYES, DECRETOS Y ÓRDENES Doc. 57

Política• «Los Concejales de cada Ayuntamiento serán desig-nados [...] por elección de los vecinos cabezas defamilia [...]» [Ley de 17 de julio de 1945 (BOE, 18-VII-1945)].• «Art. 1.º La Delegación Nacional de la SecciónFemenina es el organismo del Partido a quien se con-fía la formación política y social de las mujeres espa-ñolas en orden a los fines propios de Falange Espa-ñola Tradicionalista y de las JONS» [Decreto de 28de diciembre de 1939 (BOE, 29-XII-1939)].• «Art. 9.º Para ejercer la Jefatura del Estado comoRey o Regente se requerirá ser varón y español [...]»[Ley de 26 de julio de 1947 (BOE, 27-VII-1947)].

Matrimonio• «Art. 1.º Se suspende la sustanciación de los plei-tos de separación y de divorcio y las actuaciones paraobtener aquélla o éste por mutuo disenso, iniciadascon arreglo a lo dispuesto en la Ley de dos de mar-zo de mil novecientos treinta y dos» [Decreto de 2de marzo de 1938 (BOE, 5-III-1938)].• «Art. 14.º La divulgación pública, en cualquier for-ma que se realice, de medios o procedimientos paraevitar la procreación, así como todo género de pro-paganda anticoncepcionista, será castigado con lapena de arresto mayor en su grado mínimo [1 ó 2meses] y multa de 500 a 5 000 pesetas» [Ley de 24de enero de 1941 (BOE, 2-II-1941)].• «[...] Quizá fuera preciso [...] distinguir en sus san-ciones el adulterio de ambos cónyuges, idéntico ensu esencia aunque diverso por la gravedad del dañomucho mayor en la infidelidad de la esposa [...]» [Leyde 11 de mayo de 1942 (BOE, 30-V-1942)].

Trabajo• «[...] el Plus de Cargas Familiares [...], como pri-mer paso al salario familiar [tiende] de modo pri-mordial a reintegrar al hogar a las mujeres casadasque trabajan por cuenta ajena [...].

Art. 10.º Para que el trabajador pueda cobrar lospuntos por razón de matrimonio es requisito indis-pensable que su esposa no trabaje [...]» [Orden de29 de marzo de 1946 (BOE, 30-III-1946)].• «Artículo 4.º Las mujeres podrán concurrir a lasoposiciones para ingreso en uno y otro Cuerpo [Téc-nico-Administrativo y Auxiliar] solamente si con-curren algunas de las condiciones siguientes:

a) Mujer cabeza de familia que carezca de me-dios suficientes para atender a sus necesida-des y a las de sus hijos.

b) Mujer soltera o viuda que no posea ningúnmedio de vida familiar» [Ley de 13 de julio de1940 (BOE 25-VII-1940)].

• «Se convoca a oposición libre para cubrir diezvacantes de Agentes de Cambio y Bolsa de la pla-za de Madrid, entre españoles varones que cumplanlas condiciones [...]» [Orden de 6 de junio de 1941(BOE 9-VII-1941)].

Educación• «Cuarto. En las poblaciones donde hubiere másde un Instituto, se dividirá la población escolar, supri-miendo, desde luego, la práctica de la coeducacióny destinando un Centro a los alumnos y otro a lasalumnas.

Donde no hubiera más que un establecimiento, seprocurará organizar las enseñanzas de manera quelos alumnos acudan a las clases por la mañana y lasalumnas por la tarde, o viceversa, según convenga»[Orden de 4 de septiembre de 1936 (Boletín Oficial,8-IX-1936)].• «Artículo 1.º Se declarará deber nacional de todaslas mujeres españolas comprendidas en edad de diezy siete a treinta y cinco años la prestación del “Ser-vicio Social”» [Orden de 7 de octubre de 1937 (BOE,11-X-1937)].• «2.º Para la obtención del título de Bachiller, seránecesario la posesión del certificado de Enseñan-zas de Hogar, que se concederá en todos los cen-tros oficiales al final del Bachillerato por el Minis-terio de Educación Nacional a propuesta de laDelegación Nacional de la Sección Femenina»[Orden de 11 de agosto de 1944 (BOE, 26-VIII-1944)].

Selección del autor. Fuente: Aranzadi.

«Cuando por Ley se exija la autorización marital parael ejercicio de los derechos…» (BOE, 24-VII-1961).

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UNA LARGA POSGUERRA

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La (su)misión de la mujer

«Amamos a la mujer que nos espera pasiva, dulce, detrás de una cortina, jun-to a sus labores y sus rezos. Tememos instintivamente su actividad, sea deltipo que sea». Mensajes así podían leerse en las páginas de la revista edita-da por la Sección Femenina de Falange en marzo de 1941. Pilar Primo deRivera, delegada nacional de la organización, en un discurso pronunciadoese mismo año, apuntaba en igual sentido al remarcar que «las Secciones Feme-ninas respecto a sus jefes tienen que tener una actitud de obediencia y sub-ordinación absoluta. Como es el papel de las mujeres en la vida, de sumi-sión al hombre».

Porque esa fue precisamente la misión que el Régimen quiso reser-var a la mujer en la sociedad española, y a tal fin no dudó en promulgar dis-posiciones [!Doc. 57] —claramente discriminatorias— para restringir su par-ticipación política (más todavía que a los hombres), reducirla al hogar comocuidadora de los hijos (cuantos más, mejor) y educarla para ello, alejándoladel mundo laboral. No será hasta 1961 que un texto legal reconozca a lamitad de la población, aunque con ciertas restricciones, «los mismos dere-chos que al varón para el ejercicio de toda clase de actividades políticas, pro-fesionales y de trabajo»; derechos que, en gran parte, las mujeres habían per-dido a medida que el franquismo fue derogando las leyes derivadas de laConstitución republicana, promulgada treinta años atrás.

Durante la Dictadura se suprimió la coeducación: chicas y chicos reci-bían enseñanza de manera separada, en aulas o centros distintos. Obtenerel título de bachillerato requería que las alumnas estuvieran además en pose-sión del certificado de Enseñanzas de Hogar, expedido a propuesta de laSección Femenina. Y toda mujer de entre diecisiete y treinta y cinco añostenía el «deber nacional» de cumplir el Servicio Social que, según un decre-to de 1940, la habría de formar «en el triple aspecto moral, doméstico y social».

Estudiantes laguneras, año de 1957[Enrique Nácher: Canarias 1957.Tal como éramos, 1995, p. 103].

«El ServicioSocial, quedebía serpara las

mujeres unaalegre

ocasión deservir a laPatria, espara la

mayoría deellas unahorrible

obligaciónque tienen

que cumplir».Del discurso dePilar Primo deRivera, en el X

Consejo Nacionalde la Sección

Femenina, 1946.

actividad XXXIX

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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¿QUÉ ES LA AUTARQUÍA? Doc. 58

«Fantasía estrechamente ligada con el nacionalismo y con el totalitarismo, por la cual se imagina que unpaís puede bastarse a sí mismo y producir todos los elementos necesarios a la vida de sus ciudadanos sinrealizar intercambios con los demás. La idea tuvo gran auge en la época de la Alemania hitleriana; pero,en la práctica, todos los intentos de autarquía han producido graves retrasos económicos y considerablessufrimientos a los ciudadanos del país autárquico. No debe confundirse la autarquía con la tendencia nor-mal de todos los países a importar lo menos posible del exterior, a no depender de los mercados exte-riores y de sus fluctuaciones para su economía. Hay también formas de autarquía cultural e ideológica,que trata de cerrar el país a las influencias y costumbres extranjeras, pero también esta forma tiene esca-sas posibilidades de sobrevivir en el mundo actual».

E. Haro Tecglen: Diccionario político, 1976, p. 63.

El Auxilio de Invierno, organizadopor Falange Española por primeravez en Valladolid en octubre del36, pasó pronto a llamarse AuxilioSocial, y siguió existiendo muchosaños después de la Guerra. Susgastos eran sufragados mediantecuestaciones entre la población opor el procedimiento de la “FichaAzul”, que comprometía a quien lafirmara a proveer alimentos paralos comedores infantiles y deadultos, que siempre atendían las«señoritas de la Sección Femenina».El fotógrafo canario A. Beníteztomó esta foto en uno de aquelloscomedores en los “años del hambre”.

Doc. 59«CAPITANÍA GENERALMANDO ECONÓMICO

En evitación de la formaciónde las colas que se vienen pro-duciendo en el Mercado Muni-cipal para la adquisición depatatas y boniatos, a partir delsábado, 10 del actual, quedaterminantemente prohibidoexpender en dicho Mercadolos referidos tubérculos, quepor ser artículos sujetos aracionamiento, se repartirán[...] haciendo la más equitativadistribución de las existenciasde que dispone.

Santa Cruz de Tenerife, 8de abril de 1943.— El Capi-tán General, Jefe del MandoEconómico, Francisco García-Escámez».

COMEDORES, HIMNOS Y REZOS Doc. 60

«[En el comedor escolar del barrio de Salamanca] penetramos enel momento en que los pequeños están cantando el himno de Falan-ge. Ha terminado la comida y el canto es como una oración de gra-cias, que se alza, recta, como una flecha aguda, a clavarse en el nue-vo cielo azul de España.

[...] En un año, solamente en esta capital, se han distribui-do 779 562 raciones de comida para niños y adultos, con un valorde 300 315,25 pesetas [...].

Solamente la leche repartida para niños pequeños alcanzala cifra de 69 925 raciones, con un coste de 43 261,75 pesetas [...].

Lector: Cuando en la calle te presenten la hucha para depo-sitar los 30 céntimos, o llegue a tu casa la “Ficha Azul”, recuerda[...] la estampa [...] de ese niño que junto al plato lleno de comida,eleva su voz para rezar: “Padre Nuestro que estás en los cielos...”,y al decir: “El pan nuestro de cada día, dánosle hoy”, piensa en Dios,pero también piensa en España y en Franco que se lo da.

Antonio MARTITenerife, octubre. III Año Triunfal».

La Prensa, 30 de octubre de 1938.

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Bajo el Mando Económico

La Guerra Civil provocó un retraso económico sin precedentes en todaEspaña: hasta los años cincuenta la renta per cápita no alcanzó los nivelesde preguerra. Durante la contienda de 1936 a 1939, los rendimientos de laagricultura y la cabaña ganadera se redujeron; el ferrocarril quedó, en granparte, inservible; medio millón de viviendas resultaron destruidas o inutili-zadas, y millones de personas se vieron sin hogar; la producción industrialtambién se derrumbó...

Pero la pobreza general de la década de los cuarenta hay queatribuirla, más que a estos negativos efectos de la Guerra, a la políti-ca económica desplegada por el nuevo régimen, basada en la autar-quía [!Doc. 58]. Es decir, en un intento —como se verá, ineficaz— decubrir la demanda interna sólo con producción nacional, sin recurrira mercancías extranjeras, al modo que lo habían ensayado ya la Italiafascista y la Alemania nazi. Con medidas autárquicas se pretendió quelos productos españoles suplieran al máximo las importaciones, ymediante fórmulas intervencionistas el Estado se propuso controlarimportantes sectores de la economía: racionamiento de artículos deconsumo [!Doc. 59], contención de salarios y vigilancia de precios (confijación de tasas), creación de la Renfe y puesta en marcha del Insti-tuto Nacional de Industria para proteger la producción interior. Talesdisposiciones no lograron ni de lejos el resultado esperado, pueslos datos [Doc. 63, 66 y 102"] dejan bien patente el deterioro produci-do en el bienestar de la población. Se vivieron años de auténticamiseria [!Doc. 60], que las autoridades achacaban de continuo a cau-sas exógenas, haciendo hincapié en los problemas derivados de la Gue-rra Mundial, de la «pertinaz sequía» o del aislamiento internacional.

La cartilla de racio-namiento fue esta-

blecida para todaEspaña por unaOrden de 14 de

mayo de 1939. Eltitular de la cartilla

era el cabeza defamilia y en ella

figuraban todos losmiembros a su car-go. La disposición

declaraba «terminan-temente prohibida laformación de colas»

ante las tiendassuministradoras dealimentos, más quenada para evitar la

reunión de grupos enuna situación favo-

rable a la crítica y aldescontento.

actividad XL

Abajo, cupones de una carti-lla de 1952, año en que sepuso fin al racionamiento.

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

142

Fuente: J. Alcaraz y S. Millares: «El marco político e institucional (siglosXIX-XX)», en VV. AA.: Historia de Canarias, 1995, pp. 521 y 524.

RED INSTITUCIONAL Doc. 61

CASAS BARATAS Doc. 62

Una decena de “barriadas obreras”, repartidas por las Islas,figuran entre las obras costeadas por el Mando Econó-mico (en colaboración con los Ayuntamientos, o con elInstituto Nacional de la Vivienda —como fue el caso dela Barriada General García-Escámez—), a través de unfondo procedente del cobro de contribuciones y de arbi-trios a la importación. Con éstas y otras construcciones(iglesias, cementerios, sanatorios, grupos escolares,carreteras, obras hidráulicas), el Mando quiso además«afrontar el problema del paro». Aquí reproducimos cómose estableció el reparto de las primeras cuarenta vivien-das de García-Escámez:

«Siguiendo las consignas de nuestro Caudillo, demejorar las condiciones de habitabilidad de las cla-ses productoras, facilitándoles alojamientos econó-micos a la par que decorosos y en perfectas condi-ciones higiénicas, este Mando Económico emprendiórecientemente la construcción de una barriada en losterrenos de “La Abejera”, y estando próxima a ter-minarse la construcción del primer grupo de cuaren-ta casas [...] se anuncia el presente concurso de adju-dicación, que se ajustará a las normas siguientes:

DISTRIBUCIÓNDiez para Caballeros Mutilados de Guerra

por la Patria.Diez para ex combatientes.Diez para viudas de muertos o fallecidos en

campaña, siempre que el causante se encuentreincurso en cualesquiera de las categorías de caboo soldado.

Dos para ex cautivos por la Causa Nacional.Ocho en turno de libre elección [...]».

El Día, 11 de noviembre de 1943. Fuente: CEN e INE.

ESPAÑA: DATOS ESTADÍSTICOS Doc. 63

1936-1945 1946-1960

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UNA LARGA POSGUERRA

143

Este sometimiento de la economía española a la política autárquicase canalizó en Canarias a través de una singular institución, el Mando Eco-nómico: durante los años 1941-1946 el poder se concentró por decreto enmanos del capitán general, «a la vista de las posibles complicaciones que lacontienda mundial pudiera originar». Al general Ricardo Serrador, fallecidoen 1943, le sucedió en Capitanía el general Francisco García-Escámez, ysus figuras encarnan esa etapa de intervención directa del Ejército en la vidaeconómica insular. Con el soporte de una prensa adicta —que cotidiana-mente rendía culto a las decisiones del Mando—, se fabricó la imagen deque toda realización pública fue, en aquellos años de «capitalismo tutela-do», mérito exclusivo de la máxima autoridad militar; por norma, ambosgenerales cuidaron de dejar su nombre bien grabado, como patrocinadoresu organizadores, en cualquier obra [!Doc. 62] o actuación llevada a cabo bajosus respectivos mandatos.

Las fechas de 1936 a 1946 corresponden a una década de econo-mía de guerra en el Archipiélago, dado que los intercambios comercialescon el exterior se vieron muy limitados, tanto por las contiendas española

y europea, como por la doctrina autárqui-ca oficial, a la cual se doblegaron las fuer-zas sociales canarias, que aplazaron para másadelante la vindicación del retorno a laslibertades comerciales. Durante este perio-do, la superficie de plataneras se redujo: afalta de compradores en el extranjero, la pro-ducción se destinó hacia la Península y alautoabastecimiento, que además deman-daba sobre todo papas, millo, tabaco o cañade azúcar, cultivos a los que nuestros cam-pesinos dedicaron entonces agua y nuevastierras. Acabada la Guerra Mundial, losenvíos de plátanos a Europa volvieron aincrementarse progresivamente, y en losprimeros años cincuenta su exportación lle-gó a representar más de la mitad de la pro-ducción. De todos modos, el mercadopeninsular —para éste y otros productos—ya había logrado captar definitivamente laatención del cosechero isleño [Doc. 64"].

Ello no significó que nuestros agen-tes económicos olvidaran la acostumbra-da defensa del modelo librecambista y,

Aguiar retrató así al general Francisco García-Escámez(Cádiz, 1893-Tenerife, 1951). Militar africanista, intervinoen la represión de la revolución de Asturias (1934), y enla Guerra Civil a las órdenes de Mola. Sigue siendo —aexcepción de Franco— el más conocido de los capitanes

generales enviados a Canarias, donde se le recuerda por supersonalidad “campechana” y populista al frente del Man-

do Económico (1943-1946). En 1952 se le concedió atítulo póstumo el marquesado de Somosierra (en memoria

de la campaña militar del mismo nombre en la queGarcía-Escámez se destacó durante la Guerra).

actividad XLI

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GENERAL MARTÍNEZ DE CAMPOS: «LA AUTARQUÍA HA FRACASADO» Doc. 64

«De ahora en adelante, nada bastará. A pesar de la intensificación del tráfico y de los transportes aéreos,aumentarán también el tráfico y los transportes por vía marítima. La autarquía ha fracasado. La impor-tación de materias primas y no primas es cada vez más importante, y la exportación es indispensable parasostener el ritmo acelerado de la anterior. Los transportes mismos originan movimiento: dan lugar a másimportación y exportación. [...] Es lógico. La producción de plátanos y tomates del Archipiélago aumen-ta sin cesar: se acerca aceleradamente al medio millón de toneladas [...].

Y, en estas condiciones, la riqueza va en aumento. No obstante, los economistas quieren más. [...]Desean que el “puerto franco” no se limite a la exención de pago de aranceles, sino que ese concepto seamplíe a una completa libertad de exportación e importación; dicen, finalmente, que el exceso de costede las importaciones sobre las ganancias conseguidas con las exportaciones debe atribuirse en parte alhecho de no poder enviar al extranjero —cada vez que así convenga— todos los tomates y racimos pla-taneros que el Archipiélago produce. Y lo aseguran todo con argumentos casi indiscutibles».Esa afirmación de que «la autarquía ha fracasado» no procede —como cabría pensar— de un opositor al Régimen,sino del sucesor de García-Escámez, como capitán general de Canarias, Carlos Martínez de Campos y Serrano (1951-1953). Véanse las páginas 334 a 339 de su obra Canarias en la brecha, publicada en 1953.

Tomás Cruz García (1896-1977),alcalde en distintos periodosde Güímar, su pueblo natal,

ocupó a lo largo de su dilatadavida diversidad de cargos

(desde diputado en la República aconsejero provincial del

Movimiento), fue miembro devarios organismos locales ypresidió la compañía que

construyó el Canal del Sur deTenerife. Sus propuestas a favor

del restablecimiento de lospuertos francos dan fe de lasfricciones que hubo —en plena

etapa autárquica— entre los inte-reses empresariales canarios y el

Gobierno central.

POR LA VUELTA DE LOS PUERTOS Doc. 65

En 1952, Tomás Cruz García —que había sido diputado por las derechas enla República y que aquel año era presidente de la Cámara Sindical Agraria—publicó este artículo en la revista universitaria Piscis; pero el periódico HojaOficial del Lunes no se atrevió a reproducirlo hasta siete años después.

«[...] A consecuencia de nuestra Guerra Civil y de la última mundial, elEstado español, en defensa de la economía nacional y de nuestra feblemoneda, tuvo necesidad de establecer medidas fuertemente interven-cionistas en todas sus importaciones y exportaciones, para que el des-equilibrio de su balanza comercial no produjera un desastre en su mal-trecha economía. De esas prudentes disposiciones no se excepcionaronlas Islas, y, al no serlo, el régimen de Puertos Francos ha quedado prác-ticamente inoperante, con las consiguientes perturbaciones económi-cas del sistema comercial tradicional en el Archipiélago.

[...] Normalizada la situación internacional, es posible que el Gobier-no nacional, siguiendo su iniciada política económica, se resuelva un díaa suprimir todas las intervenciones que persisten actualmente y entonceslos Puertos Francos se restablezcan en toda su integridad. Es decir, quelos canarios podrán exportar libremente a donde más les convenga y adqui-rir los elementos necesarios para su sostenimiento y explotaciones agrí-colas e industriales de aquellos países que los venden mejores y más bara-tos. Para ello sería de todo punto preciso que se les autorice también paradisponer libremente de las divisas que produzcan sus exportaciones.

[...] Este sistema económico lo propugnamos no por mero capri-cho, sino por considerarlo consustancial con la futura existencia de loshabitantes de las Islas. Creemos sinceramente que es el único capaz desalvar el progreso alcanzado en el Archipiélago, que no podemos con-cebir, si no se asienta exclusivamente en su agricultura y en sus indus-trias complementarias [...]».T. Cruz García: «Los problemas económicos de Canarias en sus relaciones conel extranjero» (1952), en Ensayos sobre economía canaria, 1961, pp. 144-148.

«La solución está en la vuelta íntegra al sistema de puertos francos, sagrada he-rencia de nuestros mayores, y cuya custodia es para nosotros ineludible deber».

A su Excelencia el Jefe del Estado y Caudillo de España. Exposiciones que hacen las representacionessocial-económicas de la provincia de Tenerife. Octubre de 1950.

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UNA LARGA POSGUERRA

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tras el paréntesis bélico, de nuevo solicitaron —incluso ante el mismísimoCaudillo cuando visitó las Islas en 1950— «la vuelta íntegra al sistema depuertos francos» [!Doc. 65]. Lo que pudo conseguirse en años sucesivos fueuna reducción paulatina del intervencionismo, acorde con la política eco-nómica (menos autárquica) diseñada por la Administración central para todoel Estado, que tuvo como colofón el Plan de Estabilización puesto en mar-cha en julio de 1959. Se tomaron desde esa fecha medidas para liberalizarlas importaciones y facilitar la entrada de capital extranjero en España, aun-que resultó imprescindible fijar un cambio exterior adecuado («sesenta pese-tas por dólar USA»). Con la contención del gasto y el control de la deman-da, los precios lograron estabilizarse, al menos hasta 1962. Éstas y otrasmedidas —algunas de efectos muy duros para el sector asalariado— esta-ban destinadas a equilibrar la economía española y a clausurar, al fin, lostiempos míseros de la autarquía.A bordo del

crucero Canarias,Franco visitó las

siete Islas en octu-bre de 1950, fechaen que fue tomadaesta foto donde el

dictador aparece conGarcía-Escámez

[a la derecha]. Fuela única visita al

Archipiélagodurante su largo

mandato como Jefedel Estado, y tuvo

el gesto paternalis-ta —«vacío de con-

tenido real»— denombrar hijas adop-tivas a las islas de

Fuerteventura yEl Hierro.

Fuente: INE. Cf. N. Rodríguez Martín: La emigraciónclandestina..., 1988, p. 33; y VV. AA.: Geografía de

Canarias, tomo 2, 1985, pp. 89 y 115.

CANARIAS: DATOS ESTADÍSTICOS Doc. 66

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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Caricatura publicada en El Día el 18 deabril de 1942, animando a los ciudada-nos a desenmascarar a quienes vivierande practicar el estraperlo. Desde octubrede 1940, la ley que creó la Fiscalía deTasas pretendió «cortar y perseguir la

venta clandestina de géneros» a preciossuperiores a los tasados.

¿QUIÉNES ERAN LOS ESTRAPERLISTAS? Doc. 67

En la cúspide de los negocios de “mercado negro” se hallaba una oli-garquía estraperlista formada por terratenientes, financieros, grandesempresarios y altos funcionarios. Pero era sobre los medianos y peque-ños estraperlistas, y sobre los consumidores que acudían a ellos parasubsistir, sobre quienes solían recaer las multas o la cárcel. DionisioRidruejo, falangista que acabó confinado por Franco, describe con cui-dada prosa a esta nueva «clase» de pícaros surgida con la Guerra:

«El ingenio para la trampa se desencadenó en el país y conoci-mos desde la más variada invención de sucedáneos —como el gasó-geno para el automóvil, la molturación de los vegetales más extra-ños para fabricar un pan inverosímil o el café sin café— hasta laideación de combinaciones sofisticadas para eludir las leyes u obte-ner privilegios. Nació así una clase pululante y fantasmagórica deintermediarios, gestores, vendedores de combinaciones y procu-radores de influencias tan numerosa como variada. Desde el píca-ro puro y simple que “despachaba” en un café (el de la Luna enBarcelona, o el de Roma en Madrid, vecino al Ministerio de Indus-tria) hasta el profesional respetabilísimo que tenía relaciones entodas partes».

D. Ridruejo: Casi unas memorias, 1976, pp. 273-274.

EL CAMBULLÓN* Doc. 68

Entrevista con Juan Betancort, cambullonero del Puerto de LaLuz, en la que relata cómo estos vendedores marítimos, según ladenominación oficial, ayudaron a aliviar el hambre y las nece-sidades médicas de la población canaria... y de la Península (paraallá era enviada parte de la mercancía).

«Había un general que no recuerdo su nombre que quisoevitar el cambullón, matar el cambullón completamente, por-que no comprendía que en la Península no hubiera ni café,ni azúcar, ni jamón, ni salchichón, ni mantequilla, mientrasque aquí había abundancia de todo, y entonces quiso ponerun cerco, pero no pudo con él. La sacarina y la penicilinatambién nos vino a través de los barcos argentinos allá porestos años. [...] Otra cosa que conseguíamos en Canarias era“el aquello...” contra la sífilis, era el... “salvasán” [salvarsán].

[...] El general García-Escámez vio la necesidadde meter mercancías en Canarias. Entonces, ya no entra-ban a escondidas por coches, camionetas, por medio delanchas...; entraban descaradamente cuatro o cinco camio-nes cargados de mercancías hasta los techos por “puertosfrancos”, sin que estos fueran capaz de intervenir en esasmercancías.

¡Este cambullón!, es que daba de comer a la isla deGran Canaria [...]. Al mismo tiempo que vivía Gran Cana-ria se aprovisionaba la Península, y luego había vendedo-res de Telde, de Arucas, de Guía, de Gáldar, que venían alos cambulloneros a buscar mercancías; se llevaban el azú-car, el café... También nos ocupamos de llevar mercancíaspara Tenerife [...]».

Archivo de la Asociación Canaria de Patrimonio Oral,cit. por S. Millares y M. Suárez en «Economía marginal

en el Puerto de La Luz...», 1996, pp. 742-745.

«Después de la Guerra Civil elcambullón se concentraba enartículos de primera necesidad

que servían para la comidadiaria: café, azúcar, jamón,

fideos, macarrones, y todos losalimentos que podían paliar la

gran hambre que existía».Testimonio de Perico el carnicero.

Aguayro, n.º 146, marzo-abril de 1983, p. 34.

Eva Perón durantesu visita a Españaen junio de 1947.El respaldodiplomático y laayuda en alimentosde Argentina fuepara la dictadurade Franco unimportante balónde oxígeno duranteel aislamientointernacional.

* cambullón.— (de come buy on) Término éste,como se ve, de origen inglés, que denota una «invi-tación para adquirir un stock de mercancías a bor-do, mientras se mantiene la navegación» [Arman-do Mentado, Diario de Las Palmas, 3-IV-1989].

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UNA LARGA POSGUERRA

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Estraperlo y cambullón

Mientras duró el «calvario autárquico», y especialmente mientras estuvo vigen-te el racionamiento con su rígida tasación de precios de los productos deprimera necesidad —es decir, hasta 1952—, se desarrolló en España unaextensa trama de corrupción [Doc. 72"] en la que cabe incluir desde las prác-ticas de comercio ilegal —el famoso estraperlo— hasta el tráfico de influen-cias para obtener licencias de importación. Como modo de supervivencia,nuestros mayores debieron recurrir muchas veces en esa época al “merca-do negro”, donde los artículos racionados —tan escasos como necesarios—alcanzaban precios muy por encima de la tasa estipulada. De los beneficiosde este negocio surgió una oligarquía de estraperlistas [!Doc. 67] que amasa-ron rápidas fortunas; aunque el tráfico ilegal fue también practicado a menorescala por las clases más modestas, imitando a larga distancia el ejemplo delos grandes especuladores.

En los puertos canarios, los cambullo-neros [!Doc. 68] vivieron durante la posguerrasu momento de mayor protagonismo social. Laactividad portuaria sufría entonces las conse-cuencias del abandono de las casas comercia-les británicas y del boicot económico de los Alia-dos a la España franquista. Pero gracias alcambullón, los canarios pudimos abastecernosclandestinamente de víveres y medicamentos(como la penicilina) muy difíciles de conseguiren aquellas circunstancias. De hecho, las auto-ridades —conscientes de tan importante fun-ción social— toleraron, e incluso tutelaron, lalabor de los cambulloneros, concediendo a algu-nos de ellos permisos de importación. Si bienes cierto que unos pocos llegaron a enriquecer-se, los más eran tipos populares, de humildecondición, que gozaban de la estima de las gen-tes. Nada que ver con la mala fama ganada porlos acaparadores e intermediarios que se lucra-ban con la mercancía adquirida de contraban-do y después vendida.

Cuando la asamblea de NacionesUnidas aprobó en diciembre de 1946 su reso-lución de condena del régimen de Franco, loque se tradujo en un bloqueo diplomático y eco-nómico a España, el gobierno del general Perón

actividad XLII

«Nuestra Cruzada es la únicalucha en que los ricos que fuerona la guerra salieron más ricos».

Franco, discurso en Lugo (El Día, 27-VIII-1942).

actividad XLIII

Esta espléndida fotografía de Enrique Nácher[Canarias, 1957. Tal como éramos, 1995, p. 9]

retrata a un cambullonero del Puerto de La Luz ensu bote. «El cambullón —decía Domingo Évora, quese dedicaba a ello en Santa Cruz— es ir a bordo deun barco, comprar mercancías de cualquier tipo,sacarlas por puerto franco, pagar allí lo que sea

y después repartirla y distribuirla por ahí.Esto es el cambullón del muelle» [Entrevista de

Cirilo Leal, 1980].

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

148

TRIGO DE ARGENTINA Doc. 69

«[…] La proporción entre el número de buques nacionales y extranjeros que frecuentan los puertos cana-rios sufrió una modificación radical como consecuencia de la Guerra [Mundial]. En tanto que en el Puer-to de Las Palmas en 1927 y 1937 (año, este último, anormal para el tonelaje español), sobre unos totalesde 9,27 y 6,34 millones de toneladas entraron 4,32 y 3,18 millones de toneladas inglesas, 0,83 y 1,52 ale-manas, y 0,68 y 0,38 españolas (en 1928, 0,87 españolas), en 1942, al total de 1,43 millones de toneladascontribuyeron los buques españoles con 1,28 millones.

No se trata, pues, solamente de un aumento en el porcentaje motivado por la casi desaparición deltráfico de los países beligerantes, sino también de un aumento absoluto del tonelaje nacional. Este aumen-to no puede, sin duda, considerarse consolidado en su totalidad, puesto que en buena parte se ha debidotambién a las circunstancias, especialmente al tráfico de los buques “trigueros” que, procedentes de la Argen-tina, han venido tocando en los puertos canarios a dejar toda su carga de cereales, piensos, grasas y otrasmercancías (que antes eran recibidas en buques extranjeros) o sólo parte de ella, siguiendo después a laPenínsula; o bien entrando a repostarse de combustible sólido o líquido en los viajes de ida o vuelta […]».

F. Alonso Luengo: Las Islas Canarias. Estudio geográfico-económico…, 1947, pp. 263-264.

Al lado, don Juan de Borbón y su hijo JuanCarlos visitan al arzobispo de Nueva York.Era uno de esos frecuentes viajes organiza-dos con el fin de presentar ante personali-dades internacionales al futuro rey deEspaña. En una entrevista de don Juan,conde de Barcelona, con Franco, a bordo delyate Azor (verano de 1948), se acordó queel infante Juan Carlos fuera educado enEspaña, para cuando se reinstaurara la«Monarquía tradicional y católica».

VANAS ILUSIONES Doc. 70

La confianza en el triunfo de las fuerzas aliadas —mayor cuanto más cerca se percibe el fin de la Guerra Mundial—aviva las esperanzas, entre la oposición española en el exilio, de que la caída del régimen franquista es inminen-te, dada su similitud con los sistemas nazi-fascistas que están a punto de perder la contienda. La Junta Españolade Liberación, que pide la vuelta del régimen republicano, la integran los representantes en Francia de IR, PSOE,UR, PRF, ML, UGT y CNT. Por su parte, desde Suiza, Juan de Borbón —padre de Juan Carlos I— emite su célebre yoportunista Manifiesto de Lausana reivindicando el retorno de la monarquía.

MANIFIESTO REPUBLICANODE LA JUNTA DE LIBERACIÓN

«[El Comité de relaciones de Fuerzas Democráti-cas Españolas] declara solemnemente que su obje-tivo inmediato es el restablecimiento del régimen delibertad, democracia y justicia de la República espa-ñola, elegida por el pueblo en uso de su soberanía,y la reinstauración de la ordenación jurídica funda-mental de la misma, que es la Constitución del 9 dediciembre de 1931, y de los estatutos de ella ema-nados, cuya vigencia proclama, así como de cuan-tas disposiciones legales estaban en vigor en el mesde marzo de 1939 [...].

Los firmantes proclaman asimismo suadhesión fervorosa a la Carta del Atlántico, lema delas Naciones Unidas, [...] sin que en ningún trancehaya cedido el ferviente deseo por su victoria, queserá también la nuestra.

En Toulouse, a 23 de octubre de 1944».

MANIFIESTO MONÁRQUICODE DON JUAN DE BORBÓN

«Hoy, pasados seis años desde que finalizó la Gue-rra Civil, el régimen implantado por el generalFranco, inspirado desde el principio en los siste-mas totalitarios de las potencias del Eje, [...] esfundamentalmente incompatible con las circuns-tancias que la guerra presente está creando en elmundo [...].

Por estas razones me reservo, para descar-gar mi conciencia del agobio cada día más apremian-te de la responsabilidad que me incumbe al levan-tar mi voz y requerir solemnemente al general Francopara que, reconociendo el fracaso de su concepcióntotalitaria del Estado, abandone el Poder y dé librepaso a la restauración del régimen tradicional deEspaña [la monarquía], único capaz de garantizarla religión, el orden y la libertad.

Lausana, 19 de marzo de 1945».

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(Argentina) acudió presto en ayuda de la «Madre Patria»: los envíos de ali-mentos argentinos [!Doc. 69] amortiguaron el problema de abastecimientoque padecieron las ciudades españolas en los años críticos de 1947 a 1949.La «época de los barcos argentinos» —en realidad, la década entera de loscuarenta— será bien recordada por los cambulloneros canarios, quienes com-praban a la tripulación de aquellos buques toda clase de víveres para surtirla demanda local o para luego revenderlos a los navíos españoles (funcio-nó incluso «un circuito económico Argentina-Canarias-Península»).

La institucionalización del Régimen:retoques de fachada

En 1942, cuando las naciones aliadas empezaban a avistar la victoria sobreel Eje, el franquismo inició su institucionalización con una Ley de Cortes—ya citada— que intentaba dar la apariencia de régimen representativo alo que no era sino un sistema impuesto por la fuerza. En el terreno labo-ral, ese mismo año se estableció por el Ministerio de Trabajo la estricta fija-ción de los salarios; aunque aquel ministerio también creó, en diciembre, elSeguro Obligatorio para «todos los productores económicamente débiles»(sabemos empero que, como ocurrió en el caso canario, un alto porcenta-je de trabajadores quedó fuera de la seguridad social). Habrá que esperarhasta 1945 —cuando es un hecho el triunfo aliado— para que la Dictadu-ra se decida a promulgar una carta de derechos, el Fuero de los Españoles,que otorgaba libertades individuales... siempre que no chocaran con «los prin-cipios fundamentales del Estado»; el margen de maniobra para quienes dis-crepaban de la política oficial continuará siendo, pues, más que estrecho.

Pero el Fuero no definía aún la for-ma de Estado, que iba a quedar plasmadadefinitivamente en la Ley de Sucesión de1947 como sigue: «España, como unidad polí-tica, es un Estado católico, social y represen-tativo, que, de acuerdo con su tradición, sedeclara constituido en Reino» [!Doc. 70]. Esosí: la Ley, aprobada en referéndum (consul-ta popular muy del gusto de los dictadores),dejaba claro que la jefatura de Franco era vita-licia y que sólo a él competía designar la per-sona que iba a ser su sucesor a título de rey.

Pese a su proverbial alergia a las urnas,el Régimen irá abriendo originales cauces departicipación ciudadana en las instituciones.Así, durante el primer franquismo (1939-1959), habrá elecciones sindicales en 1944,

UNA LARGA POSGUERRA

149

El recurso al refe-réndum como for-

ma de consultapopular estuvo porley supeditado a la

voluntad del jefedel Estado. De

hecho, Franco sólolo aplicó en dosocasiones: para

sancionar la Ley deSucesión (1947) y

la Ley Orgánica delEstado (1966). Elreferéndum que seconvocó el año 47—para dar la sen-sación de cara al

exterior de queaquí funcionaba el

sufragio universal—se desarrolló en un

ambiente de pro-pagandismo coac-tivo, como el que

refleja este recortede prensa.

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

150

EL INMOVILISMO POLÍTICO DEL RÉGIMEN Doc. 71

Elaboración del autor.

En este cuadro comparativo queda bien patente el inmovilismo político del régimen de Franco: la Ley de Prin-cipios del Movimiento Nacional de 1958 [doce principios señalados con números romanos] recoge, y a vecescopia, algunos de los postulados que aparecen en los 27 puntos fundacionales de Falange Española de las JONS[entre paréntesis], redactados más de veinte años atrás. Aunque como cabe observar, en determinados extremos—proyecto imperial, totalitarismo, educación, propiedad privada, reforma agraria— las circunstancias han obli-gado al Régimen a suavizar el tono radical del viejo texto.

PUNTOS DE FALANGE ESPAÑOLADE LAS JONS (1935)

«España es una unidad de destino en lo universal» (2),«fortalecerla, elevarla y engrandecerla es la apremiantetarea colectiva de todos los españoles» (1). «A nadie leserá lícito de usar su libertad contra la unión, la forta-leza y la libertad de la Patria» (7).

«Nuestro Movimiento incorpora el sentido católico —degloriosa tradición y predominante en España— a lareconstrucción nacional» (25).

«Tenemos voluntad de Imperio. [...] España alega su con-dición de eje espiritual del mundo hispánico como títu-lo de preeminencia en las empresas universales» (3).«Nuestras fuerzas armadas —en la tierra, en el mar yen el aire— habrán de ser tan capaces y numerosas comosea preciso para asegurar a España en todo instante lacompleta independencia y la jerarquía mundial que lecorresponde» (4).

«La dignidad humana, la integridad del hombre y su liber-tad son valores eternos e intangibles. Pero sólo es de veraslibre quien forma parte de una nación fuerte y libre» (7).

«Nuestro Estado será un instrumento totalitario al ser-vicio de la integridad patria. Todos los españoles par-ticiparán en él a través de su función familiar, munici-pal y sindical. Nadie participará a través de los partidospolíticos. Se abolirá implacablemente el sistema de lospartidos políticos con todas sus consecuencias: sufra-gio inorgánico, representación por bandos en lucha yParlamento del tipo conocido» (6).«La cultura se organizará en forma que no se malogreningún talento por falta de medios económicos. Todoslos que lo merezcan tendrán fácil acceso incluso a losestudios superiores» (24).«Todos los españoles no impedidos tienen el deber deltrabajo» (16). «El estado reconocerá la propiedad pri-vada como medio lícito para el cumplimiento de los finesindividuales, familiares y sociales, y la protegerá contralos abusos del gran capital financiero, de los especula-dores y de los prestamistas» (13).«Organizaremos corporativamente a la sociedad espa-ñola mediante un sistema de sindicatos verticales porramas de la producción» (9). «Nuestro régimen hará radi-calmente imposible la lucha de clases, por cuanto todoslos que cooperan a la producción constituyen en él unatotalidad orgánica» (11).«Hay que elevar a todo trance el nivel de vida en el cam-po, vivero permanente de España. Para ello adquirimosel compromiso de llevar a cabo sin contemplaciones la refor-ma económica y la reforma social de la agricultura» (17).

PRINCIPIOS DEL MOVIMIENTONACIONAL (1958)

«I. España es una unidad de destino en lo universal. Elservicio a la unidad, grandeza y libertad de la patria, esdeber sagrado y tarea colectiva de todos los españoles».

«II. La nación española considera como timbre de honorel acatamiento a la ley de Dios, según la doctrina de laSanta Iglesia católica, apostólica y romana, única ver-dadera y fe inseparable de la conciencia nacional, queinspirará su legislación».«III. España, raíz de una gran familia de pueblos, con losque se siente indisolublemente hermanada, aspira a la ins-tauración de la justicia y de la paz entre las naciones».«IV. [...] La integridad de la patria y su independencia sonexigencias supremas de la comunidad nacional. Los Ejér-citos de España, garantía de su seguridad y expresión delas virtudes heroicas de nuestro pueblo, deberán poseerla fortaleza necesaria para el mejor servicio de la patria».«V. La comunidad nacional se funda en el hombre, comoportador de valores eternos [...]; pero los intereses indi-viduales y colectivos han de estar subordinados siem-pre al bien común de la nación [...]».«VI. Las entidades naturales de la vida social, familia,municipio y sindicato son estructuras básicas de la comu-nidad nacional [...]». / «VIII. [...] La participación delpueblo en las tareas legislativas y en las demás funcio-nes de interés general se llevará a cabo a través de lafamilia, el municipio, el sindicato [...]. Toda organizaciónpolítica de cualquier índole, al margen de este sistemarepresentativo, será considerada ilegal».

«IX. Todos los españoles tienen derecho [...] a una edu-cación general y profesional, que nunca podrá dejar derecibirse por falta de medios materiales [...]».

«X. Se reconoce al trabajo como origen de jerarquía, debery honor de los españoles, y a la propiedad privada en todassus formas, como derecho condicionado a su funciónsocial. La iniciativa privada, fundamento de la actividadeconómica, deberá ser estimulada, encauzada y, en su caso,suplida por la acción del Estado».

«XI. La empresa, asociación de hombres y medios orde-nados a la producción, constituye una comunidad de inte-reses y una unidad de propósitos. Las relaciones entrelos elementos de aquélla deben basarse en la justicia yen la recíproca lealtad [...]».

«XII. El Estado procurará por todos los medios [...]impulsar el progreso económico de la nación con lamejora de la agricultura, la multiplicación de las obrasde regadío y la reforma social del campo [...]».

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UNA LARGA POSGUERRA

151

controladas por la Falange, y en noviembre de 1948 se celebrarán los pri-meros comicios para cubrir el «tercio familiar» en los Ayuntamientos. Estetipo de elección municipal, en la que sólo votan los cabezas de familia, serepetirá cada tres años, y configura un modelo de sufragio de corte “neo-censitario”. Es de resaltar que en todas las convocatorias electorales de laDictadura se insiste en que el voto es obligatorio, porque continúa vigentela Ley de 1907 que así lo ordenaba (art. 2). La obligación jurídica de votar,con sus amenazas de sanción, fue un instrumento efectivo para forzar laparticipación y para crear un ambiente de psicosis colectiva que movía alvoto por temor. Además, las prácticas antidemocráticas, propias del másrancio caciquismo —integrado ahora en las organizaciones locales del Movi-miento—, volvieron a hacer su aparición en los procesos electorales, ya depor sí bastante restrictivos. (Por cierto, hasta 1967, no hubo en las Cortesespañolas procuradores de representación familiar por elección directa, y éstase ciño exclusivamente a los cabezas de familia y mujeres casadas).

actividad XLIV

Sin someterla a la deliberación de las Cortes, Franco promulgó en 1958la Ley de Principios del Movimiento Nacional, como advertencia de quelos viejos postulados falangistas permanecían todavía incólumes [!Doc. 71]. Yello, a pesar del reciente nombramiento ministerial de dos tecnócratas delOpus Dei, A. Ullastres (Comercio) y M. Navarro Rubio (Hacienda), encar-gados expresamente de sacar al país del marasmo económico en que se encon-traba mediante fórmulas neocapitalistas: Plan de Estabilización y apertura alexterior. La nueva Ley —síntesis dogmática de todas las anteriores— con-sagraba el unipartidismo de la Dictadura e imponía el deber, para quien qui-siera acceder a un cargo público, de jurar los principios del Movimiento. Deesta manera, Franco compensaba a los camisas azules por el abandono de lavía autárquica, al tiempo que daba pruebas de que los cambios venideros enel edificio político del Régimen serían más bien retoques de fachada.

Cf. M. Martínez Cuadradro y otros: Las Elecciones en España, 1977, p. 89.

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

152

Uno de los Informes recibidos en esta lugartenencia por camaradasdel servicio de esta Guardia de Franco y Viejas Guardias, de fecha10 de diciembre de 1948 [Archivo General de la Administración-Pre-sidencia], describe —por ejemplo— un caso concreto de corrupciónhabido en la capital tinerfeña en los tiempos de García-Escámez, reco-gido así por el historiador A. Cazorla:

«La tentación de utilizar [...] los materiales de construcción confines particulares, sedujo a muchos responsables falangistas. Pre-cisamente ésta era la, por otra parte rara, denuncia de la Vie-ja Guardia en Santa Cruz de Tenerife, en diciembre de 1948,contra el Subjefe Provincial del partido, quien a la vez era Dele-gado Provincial de Sindicatos: dirigir desde su despacho ofi-cial una operación masiva de acaparamiento y desvío hacia elmercado negro del material de construcción, lo que le habríaproporcionado una situación económica desahogada que en nadase correspondía con su sueldo, que hasta dos años antes habíasido el de auxiliar mecanógrafo de las milicias de Falange».

A. Cazorla Sánchez: Las políticas de la victoria, 2000, p. 135.

«Hay en Las Palmas undesprestigio enorme del

Movimiento, por el climade inmoralidad existente,

la codicia de los comercian-tes, las denuncias de estafasy los problemas de abastos

(no hay pan ni carne),transporte y paro,

ante la pasividad delas autoridades».

Carta de Luis Toro Buiza, jefe provincialde Falange, 25 de octubre de 1939.Cit. por J. Alcaraz en Instituciones y

sociedad..., 1999, p. 408.

PODER Y NEGOCIOS Doc. 72

Lorenzo Martínez Fuset (Jaen, 1899-Madrid, 1961) ingre-sa en el Cuerpo Jurídico Militar en 1921 y es destinado aSanta Cruz de Tenerife, donde se casará con Ángeles PérezGonzález de Mesa, hija de Benito Pérez Armas.

Durante los pocos meses que Francisco Franco ocu-pó la Comandancia de Canarias en 1936, Martínez Fusetse ganó la estima del general. Por eso, al estallar la Gue-rra Civil, el coronel Fuset se convertirá en la Península enel más destacado ayudante de Franco: aportará sus cono-cimientos jurídicos a la redacción de los primeros docu-mentos oficiales del Régimen… y se encargará de presen-tarle al dictador la relación de condenados a la pena demuerte para que el jefe del Estado diera su enterado.

En diciembre de 1945, Martínez Fuset decide volverdefinitivamente a Tenerife para ejercer de notario y dedi-carse a actividades financieras. A su muerte era consejerodel Banco de España, de la Caja de Ahorros tinerfeña, dela Compañía Trasmediterránea, de la comunidad Aguas delNorte y de Telesférico al Pico de Teide S. A.

La Vespa fue un tipo de escúter italiano muy popular en laEspaña de los años cincuenta. El yerno de Franco, Cristóbal Martínez

Bordiú, marqués de Villaverde, obtuvo la licencia exclusiva para impor-tar estas motos: las gentes bromeaban con las iniciales de VESPA

afirmando que significaban «Villaverde Entra Sin Pagar Aduanas».

«23 de noviembre de 1954. Hoy almorcé con Martínez Fuset. [...] Meestuvo contando muchas cosas; algunas ya las había oído, pero al con-tármelas él, persona seria y de conciencia, no me cabe duda de su vera-cidad. Todo de las personas que explotan sus cargos, dedicándose alos negocios, algunos hasta contrabando, valiéndose de la influenciaoficial para que no les pase nada cuando se descubra algo. Fuset diceque ha informado de algo al Caudillo, pero que éste demostró no tenerinterés en escuchar y cambió de conversación».

F. Franco Salgado-Araujo: Mis conversaciones privadas con Franco, Barcelona, 1976, p. 37.

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UNA LARGA POSGUERRA

153

Con gafas oscuras,Carlos Arias Navarro

en sus tiempos degobernador civil yjefe provincial del

Movimiento de SantaCruz de Tenerife

(noviembre de1951-octubre de

1954). Había sidocapitán fiscal del

ejército franquistaen Málaga (1937-

1939) y gobernadorcivil de León, antes

de su paso porCanarias. Reorgani-

zó los cuerposrepresivos desde la

dirección general deSeguridad (1957-

1965), y fue alcaldede Madrid (1965-1973). Era presi-

dente del Gobiernoel día que murióFranco en 1975.

Dos instituciones, la Capitanía General y los Cabildos Insulares, fun-cionarán en la posguerra como instrumentos clave para afianzar el franquis-mo en Canarias. Durante la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial (1936-1945) son los capitanes generales y los gobernadores militares y civiles—nombrados desde Madrid— quienes ejercen plena autoridad sobre el Archi-piélago: como representantes del poder central impondrán —a través delMando Económico— el modelo autárquico, que suprimió, en la práctica,el régimen de libertad comercial propio de nuestras Islas. A partir de 1945,son los Cabildos [!Doc. 61] la principal institución de la que se sirve el Esta-do franquista para intervenir en la política local, con la leal colaboración delas elites isleñas: «una síntesis compleja de cosecheros-exportadores, comer-ciantes, burócratas del Régimen y técnicos». De modo que los grupos domi-nantes canarios ofrecieron su adhesión al sistema a cambio de cuotas de podery de la gestión de los recursos insulares. En esta etapa (1945-1960), menosmilitarizada y, por ende, con mayor presencia civil, las corporaciones cabil-dicias aumentan sus competencias e incrementan considerablemente sus ingre-sos en perjuicio de los ayuntamientos, que pierden capacidad financiera. Elpresupuesto del Cabildo de Gran Canaria fue, por ejemplo, hacia 1956 eltercero entre los de las diputaciones de España, muy por encima del de Tene-rife, gracias a la recaudación de arbitrios ad valórem (según el precio de lasmercancías) en una isla con superior actividad comercial. Era entonces pre-sidente de la corporación grancanaria Matías Vega Guerra —que lo fuedurante esos quince años (1945-1960)— [Doc. 103"], el más destacado, juntoa Blas Pérez, de los políticos canarios de la época.

Los canarios, emigrantes clandestinos

Después de la Guerra Civil, y como consecuencia también de las dificulta-des internacionales, la emigración española se redujo notablemente. Además,hasta 1946 no fue restablecida la ley que permitía la salida al extranjero,

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

154

«LA INMIGRACIÓN CLANDESTINACuatro armadores de barcos fantasmascomparecerán ante la Justicia española

Caracas, 11.— Los armadores de cuatro peque-ños barcos fantasmas, que cobraron elevadosprecios por el pasaje de indocumentados hastalas costas venezolanas, han sido repatriados aEspaña en el vapor “Conde de Argelejo”.

El armador Manuel Toledo Sánchez, del vele-ro “Juan Manuel”; el capitán Felipe de la Hoz,del “Saturnino”; el armador del “Falcón”, yManuel Bosque Martín quedarán a cargo delcapitán del “Conde de Argelejo”, que los entre-gará a la justicia española.— EFE».

El Día, 12 de marzo de 1950.

«HAN LLEGADO A VENEZUELA TRESCIEN-TOS NUEVE EMIGRANTES CLANDESTINOSSerán internados en la isla de la Orchila

Caracas, 25.— Han llegado a La Guaira, con 309emigrantes clandestinos, los veleros “Telémaco”y “Doramas”. Estos indeseables pasajeros se-rán internados por las autoridades venezolanasen la isla de la Orchila. El capitán de uno de losveleros se halla igualmente detenido por dichasautoridades.

La llegada de estos emigrantes clandestinoses causa de crecientes disgustos en el Gobier-no de Venezuela, según se refleja adecuadamen-te en la prensa de aquel país.— EFE».

El Día, 26 de septiembre de 1950.

José Ferrera Jiménez estimaentre «cinco y seis mil per-sonas las embarcadas en losnoventa barcos evadidos delos puertos canarios en elperiodo de los años 1946-1950» [Historia de la emi-gración clandestina..., 1989,p. 78]. Las dificultades eco-nómicas, el paro y la repre-sión movieron a esos milesde paisanos a marchar aVenezuela de forma ilegal:la restrictiva normativasobre emigración no pudoevitar la huida clandestina,en barcos pesqueros, derepresaliados políticos,pequeños propietarios rura-les o profesionales sinempleo, en una atmósferade «sugestión colectiva». Enla imagen, la Carlota a sullegada a la isla Margarita.

EMIGRACIÓN CLANDESTINA DESDE LA PROVINCIA DE S. C. DE TENERIFE Doc. 73

Fuente: N. Rodríguez Martín: La emigración clandestina..., 1988, pp. 142-147.

34 BARCOS 3586 EMIGRANTES

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UNA LARGA POSGUERRA

155

y aun así con importantes restricciones: había dificultades, entre otras, paraobtener el pasaporte cuando se tenían antecedentes políticos, o para con-seguir un pasaje legal debido a la escasez de buques trasatlánticos.

En el periodo de 1946 a 1960, Iberoamérica será el destino preferi-do de los emigrantes españoles [#Doc. 74]. Más de seiscientos mil suman losque en aquellos años se embarcaron para allá, según los anuarios estadísti-cos; dado que las entradas en España no llegaron entonces a doscientos mil,la pérdida migratoria hay que calcularla en casi medio millón de personas.En ese mismo periodo, oficialmente, unos ochenta mil canarios cruzaronel Atlántico, la gran mayoría hacia Venezuela: de ahí que esa nación fueraconsiderada por muchos de nuestros paisanos «la octava isla». Nueve de cadadiez de los isleños que arribaron a América en los años cincuenta proce-dían de la provincia de Santa Cruz de Tenerife [Doc. 76"]. Lo que sí hubodesde las islas orientales fue una corriente migratoria, cada vez más nume-rosa, a los territorios del que seguía siendo “Sáhara español”.

Pero las cifras oficiales nunca recogen la aventura transoceánica dela emigración clandestina protagonizada por miles de canarios —sobretodo entre 1948 y 1950—, que sin embargo perdura en la memoria colec-tiva. Hasta 1949 no se normalizan las relaciones diplomáticas de Venezue-la con la España de Franco, y tal fecha divide en dos etapas la época de losbarcos fantasmas (viejos veleros de la flota pesquera insular repletos deemigrantes “ilegales” que, empujados por los alisios, lograron penosamen-te alcanzar la costa venezolana [!Doc. 73]).

En una primera fase, la de los viajes políticos, eran principalmente repu-blicanos perseguidos los que compraban los barcos y organizaban las expe-diciones, y al llegar allá eran bien recibidos como exiliados huidos del régi-men franquista.

Fuente: J.Nadal (1973),p. 216.

MIGRACIÓN TRANSOCEÁNICA ESPAÑOLA (Emigrantes legales) Doc. 74

actividad XLV

Fuente:J. F. Martín Ruiz

(1987), p. 20.

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

156

«Cuando desembarcamos,bajamos una bandera republicana denueve metros de largo, y gritamos:

¡Viva la República!».Testimonio de un emigrante

del Andrés Cruz (1948).

«Todosestábamos en la miseria

y cada unoiba a ver cómo escapaba».

Testimonio de un emigrante del Telémaco (1950).

LA ODISEA DE UN BARCO FANTASMA: EL TELÉMACO Doc. 75

NARRACIÓN HISTÓRICA DE UN VIAJETRANSOCEÁNICO DESDE LA GOMERA(ISLAS CANARIAS) A VENEZUELA EN

EL MOTOVELERO TELÉMACO.

«6. El piloto no tenía,ya que tanto fue su empeño,del terreno más pequeñodatos de geografía;carta de mar no traíaeste joven navegante,sin tener un comprobantelatitud en que se encontraba,porque el barco no llevabacorredera ni sextante.9. Del motor el alimentopronto se vio terminado,quedando el barco paradosólo a merced de los vientos;ahí surgió el descontento,cual rugir de un león bravo:la botavara, los cabosestaban indeseables,nuestro estado miserable,¡era una venta de esclavos!12. Vino el día veintitrés,al compás de una tormenta,el cuadrante del Sur cuentael viento con rapidez;pero el veinticuatro fuela tragedia más fatal,siempre en lucha desigualsigue la nave flotante,eran las fuerzas pujantesde un horrible temporal.21. El turbulento ciclónse llevó un cabo muy bueno,patatas diez sacos llenos,toda la sal y el carbón,de vinagre un garrafón,carne, el mejor alimento,y entre tantas que no cuentootras muchas gurruminas,enseres de la cocina,agua litros mil doscientos.

23. Seis patatas, no muy buenas,eran, y no bien contadas,la comida destinadapara el almuerzo y la cena,dejando profunda penacuando fueron terminadas;pero, en la desesperada,comimos sin poner frenogofio de gusanos llenoy platos de agua salada.49. Allá cuando amaneció,sin que fuese autorizado,dentro del puerto cerrado,el piloto se metió;la policía acudióa pedir informaciones,los datos y condicionesen que este barco venía,pidiéndonos enseguidanuestras documentaciones.50. Ya terminó la jornada,no hay que dudar del Destinoque nos conduce al caminode la extranjera morada;esta tierra codiciadahija fue del pueblo hispano,y como somos hermanosde esta rama positiva,nos alienta darle un vivaal pueblo venezolano».Décimas de Manuel Navarro Rolo, viajero

del Telémaco. Cit. por J. Marrero y otros: Así sehicieron a la mar..., 1982, pp. 111-118.

Viajeros del Telémaco en Orchila.

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UNA LARGA POSGUERRA

157

En cambio, desde fines del 49, al quedar reconocida la Dictadura espa-ñola por la junta militar que ha ocupado el poder en Venezuela, nuestrosemigrantes clandestinos terminarán casi siempre encarcelados en La Guai-ra o confinados en la isla de Orchila durante al menos cuarenta días, antesde poder legalizar su acogida en la nueva patria [!Doc. 75]. Fue esa la etapade los viajes económicos, porque los que se fugaban de Canarias —en gran par-te, pequeños campesinos— lo hacían para mejorar sus condiciones de vida.Y Venezuela ofrecía esa oportunidad: los beneficios derivados del petróleola habían convertido en un país próspero que demandaba mano de obra inmi-grante para desarrollar y diversificar su producción. Quienes salían clandes-tinamente pagaban aquí unas seis mil pesetas al armador del barco que, denoche en alguna playa, recogía el pasaje y escapaba rumbo al oeste; así evi-taban los costosos trámites burocráticos («arreglar los papeles») que exigíala emigración legal.

Ésta acabó imponiéndose a partir de 1951, cuando se agiliza el pape-leo y se produce el éxodo masivo de peninsulares —gallegos los más— ycanarios hacia la Venezuela de Marcos Pérez Jiménez, cuyo férreo man-dato (1953-1958) coincide con un momento de expansión económica, perotambién de corrupción política, plegada a las exigencias de las multinacio-nales petroleras. Las remesas de dinero que llegaron de allá a la provinciade Santa Cruz de Tenerife, en concepto de “ayuda familiar”, han sido esti-madas, para 1958-1960, en mil millones de pesetas anuales; puede, pues, afir-marse que los ahorros de los isleños en la emigración inyectaron dinamis-mo, y no poco, a la economía canaria.

actividad XLVI

actividad XLVII

Simultáneamente, el éxodo rural —es decir, el trasvase de gentes delcampo a la ciudad— es un fenómeno que continúa en la Península despuésde la Guerra: cuatro provincias (Barcelona, Guipúzcoa, Madrid y Vizcaya)serán focos de atracción permanente para otras muchas (veintiuna) que sufrenun progresivo despoblamiento. También en nuestro Archipiélago, las comar-cas interiores de Gran Canaria y Tenerife, y las islas periféricas, siguen expul-sando población hacia las dos capitales provinciales y municipios cercanos.

Fuente: CIES. VV. AA.: Geografía de Canarias, tomo 2, 1985, p. 96.

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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CARTA DE LA ONU Doc. 77

«Nosotros, los pueblos de las Naciones Unidas, resueltos:a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra

vida ha infligido a la humanidad sufrimientos indecibles;a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la per-

sona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas;a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones

emanadas de los tratados y de otras fuentes del Derecho internacional;a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de

la libertad.Y con tales finalidades,a practicar la tolerancia y a convivir en paz como buenos vecinos;a unir nuestras fuerzas para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales; a asegu-

rar, mediante la aceptación de principios y la adopción de métodos, que no se usará la fuerza armada sinoen servicio del interés común, y

a emplear un mecanismo internacional para promover el progreso económico y social de todoslos pueblos,

Hemos decidido aunar nuestros esfuerzos para realizar estos designios.Por lo tanto, nuestros respectivos Gobiernos, por medio de representantes reunidos en la ciudad

de San Francisco, que han exhibido sus plenos poderes, encontrados en buena y debida forma, han con-venido en la presente Carta de la Naciones Unidas, y por este acto establecen una organización interna-cional que se denominará las Naciones Unidas [...]».La Carta fundacional de las Naciones Unidas se firmó el 26 de junio de 1945, al concluir la Conferencia reuni-da en San Francisco. En la Asamblea General y en el Consejo de Seguridad, las grandes potencias (EE. UU., URSS,Reino Unido, Francia y China) se reservaron el derecho a veto, privilegio que contradecía «el principio de la igual-dad soberana de todos sus miembros» (art. 2.1). Tal derecho va a obstaculizar la toma de resoluciones definiti-vas en los momentos conflictivos que hubo durante el periodo de la “Guerra fría”.

1945, Y TODAVÍA HAY PRESOSEN FYFFES…

«También en la Prisión de la Costa Sur, comoen la Cárcel de Mujeres, se procedió al repar-to de juguetes a los hijos de los reclusos, alos que con tal motivo se les permitió laentrada en dichos establecimientos [...].

Se destacó en estos repartos la labor dela Sección Femenina de Falange, que ha rea-lizado una humanitaria labor».

El Día, 7 de enero de 1945.

«Occidente»BLOQUE CAPITALISTA

EE UU, Austria, Bélgica, Dinamarca, España,Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Italia,Irlanda, Luxemburgo, Noruega, Portugal,

Reino Unido, RFA, Suecia, Suiza.

Organización del Atlántico NorteMacartismo

MERCADO COMÚN

«Países del Este»BLOQUE COMUNISTA

URSS, Albania, Bulgaria,Checoslovaquia, Hungría, Polonia,

RDA, Rumanía,Yugoslavia.

Pacto de VarsoviaEstalinismo

COMECON

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UNA LARGA POSGUERRA

159

Tensión entre superpotencias: la “Guerra fría”

En 1945, a punto de acabar la Segunda Guerra Mundial, la humanidad tuvola ilusión —enseguida rota— de que la política internacional iba a ser enel futuro radicalmente diferente. La Carta fundacional de la ONU (Orga-nización de Naciones Unidas) [!Doc. 77] parecía consagrar, a escala planeta-ria, los principios de libertad, tolerancia y solidaridad, en cuyo nombre sehabía derrotado al fascismo. Pero las dos potencias vencedoras, EstadosUnidos y la Unión Soviética —que encarnaban sistemas económicos anta-gónicos (capitalismo/comunismo)—, cambiaron pronto su política de cola-boración como socios militares por otra de tensa confrontación, aunqueel peligro atómico impedirá que ésta llegue a sus últimos extremos. Así queno tardó en hablarse de “Guerra fría”.

Durante la inmediata posguerra, los Aliados mantienen el reparto desus respectivas “zonas de influencia” tal como lo habían decidido en las con-ferencias de Yalta y Potsdam: las naciones del Occidente europeo permane-cerían bajo el sistema capitalista, mientras que los países de la Europa orien-tal pasarían al control del comunismo soviético. Y si EE. UU. invocaba la defensade la democracia para justificar el dominio económico de la burguesía inter-nacional, la URSS esgrimía el socialismo para encubrir la opresión políticade la burocracia estalinista. En adelante, prácticamente todos los pueblos delmundo quedarán ligados a uno u otro de los grandes bloques —capitalistao comunista— y sometidos a la hegemonía de su correspondiente amo.

En 1949, en Europase habían sobrepa-sado ya los nivelesde renta nacional

alcanzados antes dela Segunda GuerraMundial. El mayorestímulo para esta

recuperación provi-no, sin duda, del

Plan Marshall: ayu-da económica que

sirvió, a su vez,para que Estados

Unidos consolidarasus posiciones en elOccidente europeo.

España, por el carizfascista de su régi-men político, quedófuera de las ayudas

norteamericanashasta 1951. Una

película de Berlanga—¡Bienvenido,

mister Marshall!(1952)— ironizaba

en tono de comediasobre el sueñode una ayuda

que, finalmente,pasaba de largo.

actividad XLVIII En junio de 1947, el presidente Truman dio vía libre al Plan Marshall,un programa de ayuda —mediante préstamos y donativos— para la «re-construcción económica de Europa», del cual quedó desde un principio ex-cluida España, y al que rehusó la Unión Soviética. Stalin entendió que el

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AWAD, UN VECINO DE LA ALDEA EN EL CONGRESO NACIONAL PALESTINO Doc. 78

«El comerciante árabe Awad [...] había sido bauti-zado y casado en La Aldea [Gran Canaria], en 1953,como Manuel Hadín Alí, nacido en Turmuss-Ayya,en 1929, aunque en otros registros oficiales se leinscribía como Abbad Mahumad Hamid. Estamosante un personaje histórico de la liberación de Pales-tina que perteneció, siendo muy joven, a la escol-ta del mufti de Jerusalén y presidente del Alto Comi-té Árabe, Had-Amín al Hussein y al cuerpo militarde elite y ayudantes de campo de Add-al-Qadir alHussein, el legendario comandante de los guerri-lleros del área de Jerusalén y primer organizador,a comienzos del conflictivo año de 1948, del movi-miento de resistencia militar palestino contra elintento de las autoridades coloniales de su división.[...] Participó como oficial en primera línea de fue-go, a las órdenes directas de Kamel Erqat, ayudan-te de campo de Add-al-Qadir al Hussein, en el tanconflictivo como decisivo periodo de enero a abrilde 1948, en la lucha constante contra las tropas colo-

niales y, sobre todo, frente a las fuerzas judías dela Haganá ante las cuales, el día 9 de abril, moría aquelhistórico comandante en jefe palestino, en la recu-peración de Castel [...].

De Awad se dijo que era, en aquellos años,un miembro de elite del Congreso Nacional Pales-tino, más tarde la OLP, que, desde su estancia enLa Aldea, lo reclamaba la organización para el cum-plimiento de misiones especiales; a la vez que, eneste pueblo, con su familia de dos hijas, llevaba unavida normal, con una figura retraída y seria, uncomerciante bondadoso y muy respetado, que defen-día tranquila y honradamente su negocio de tejidosen El Barrio hasta su marcha del pueblo a media-dos de los años 60. Con su acentuado carisma ypatriotismo había aglutinado en aquella época a lacomunidad de palestinos de Canarias hasta que aban-donó las Islas».

F. Suárez Moreno: op. cit., pp. 114-116.

La plana mayor de la guerrillapalestina en 1948, en Jerusalén.Señalado con un círculo de coloraparece nuestro personaje, Awad,posando todavía muy joven deba-jo justo de su comandante Add-al-Qadir, líder de la resistenciapalestina que moriría luchandoen abril de aquel año, dos mesesdespués de ser tomada esta foto-grafía. «Corrimos desesperados ensu busca —cuenta Awad—, cruza-mos la línea de fuego, tomamosel pueblo [de Castel] y lo encon-tramos muerto, reventado poruna bomba» [F. Suárez Moreno:Indianos, árabes y emigrantes,1998, p. 115 y 117].

«De Stettin, en el Báltico, aTrieste, en el Adriático, hacaído un telón de acero a

través del continente. Detrásde esta línea se encuentrantodas las capitales de los

antiguos estados de Europacentral y oriental, que

permanecen en lo que yodebo llamar el área deinfluencia soviética».

W. Churchill en la Universidad deFulton (Missouri), 5 de marzo de 1946.

Doc. 79REUNIÓN SECRETA EN GANDO

Según relata el hijo del general García-Escámez, siendo éstegobernador militar de Las Palmas, «tuvo una reunión secre-ta en Gando con el jefe de la flota de EE. UU.» en el año1942, en la cual se habló de un posible desembarco de tro-pas norteamericanas en Canarias; idea que fue desechada por-que «España tenía el acuerdo aceptado de ser no beligeran-te». Cuando fue enviado en 1947 a la toma de posesión deldictador dominicano R. L. Trujillo, García-Escámez pasó porEstados Unidos, invitado por el general Eisenhower, donde«comentó aquella reunión que hubo en Gando y que resul-tó ser muy favorable para los dos países».

Cf. F. García-Escámez, en F. J. Santos Miñón (ed.):Canarias en la II Guerra Mundial…, 2001, p. 135.

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plan americano representaba, en realidad, una amenaza para los países delEste, y actuó en consecuencia: en septiembre creaba la Cominform, conel fin de resucitar la Internacional Comunista. Además, el dictador soviéti-co quiso medir fuerzas y ordenó el bloqueo de los sectores occidentales deBerlín durante casi un año (junio de 1948-mayo de 1949). Estados Unidosreplicó con un espectacular puente aéreo que consiguió abastecer a la pobla-ción sitiada, lo que evitó el choque armado por tierra. A la iniciativa de losangloamericanos se debió el nacimiento, en abril de 1949, de la OTAN(Organización —militar— del Tratado del Atlántico Norte) y, luego, dela República Federal Alemana. La respuesta soviética no se hizo esperar:en octubre, la URSS creaba la República Democrática Alemana, sólo unosmeses después de haber experimentado su primera bomba atómica. Eranlos comienzos del «equilibrio del terror» nuclear.

Desde 1947, cuando la ONU decide la partición de Palestina en dosterritorios, árabe y judío, se destapa el enfrentamiento armado entre ambospueblos. Un año después, al proclamarse el Estado de Israel, éste será ata-cado por los ejércitos de Egipto, Jordania y Siria; pero, al cabo, la victoriajudía en la guerra contra los árabes obliga a medio millón de palestinos ahuir y refugiarse en otros países. Un estimable número de ellos —en su via-je migratorio hacia América— recaló en Canarias y aquí se quedó: en 1955,la población árabe residente en las Islas sumaba 505 ciudadanos del Próxi-mo y Medio Oriente, quienes se dedicaban sobre todo al comercio. Sabe-mos, además, que nuestra tierra acogió a alguno de aquellos guerrilleros quesobresalieron en la lucha por la causa palestina [!Doc. 78].

Otro conflicto en el que la “Guerra fría” estuvo a punto de tornarsecaliente fue el de Corea. El paralelo 38 dividía esta península en dos zonas: lade influencia soviética, al norte, y la capitalista, al sur. En junio de 1950, loscomunistas cruzaron la línea divisoria e invadieron el territorio surcoreano,aunque pronto se vieron contraatacados por las fuerzas norteamericanas, dis-puestas a reunificar toda Corea de acuerdo con los intereses de EstadosUnidos. A su vez, la nueva República Popular China de Mao Zedongacudirá en ayuda de los ejércitos del Norte, cuando estos estaban al bor-de de la derrota. La guerra terminó por estancarse, sin que la victoria se

actividad XLIX a

Fuente: Censos oficiales citados por J. Abú Quevedo (1993) y F. Suárez Moreno (1998).

* En el año2002, la comuni-dad palestina enCanarias la for-maban más de5 000 miembros[Cf. La Gaceta deCanarias, 21-IV-2002].

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Senador MacCarthy.

«COMUNISMO DE SALÓN EN HOLLYWOOD» Doc. 80

Con este expresivo título abría la revista española Fotos su crónica sobrela comparecencia de los actores Robert Taylor y Gary Cooper ante laComisión encargada nada menos que de extirpar «el tumor comunistade Hollywood» (sic). Corre el mes de septiembre de 1947 y ya está enmarcha en Estados Unidos la «caza de brujas»...

«Fue el dedo gordezuelo y democrático de mister Rankin, presiden-te del Comité de Actividades Antiamericanas, el que levantó una puntadel velo que cubre el tumor comunista de Hollywood. Inmediata-mente, la Cámara de Representantes envió a la ciudad del cine [LosÁngeles, California] una estupenda Comisión de senadores a inves-tigar lo que hubiera de verdad en tal afirmación. Después de unalarga temporada de andar entre decorados, platós y estrellas boni-tas, las investigaciones de mister Rankin y sus muchachos han des-embocado en un proceso del que, hasta ahora, no salió nada con-creto. Uno de los encartados es el famoso “Charlot” [...].

[...] Y nadie sabe cómo; pero es el caso que en el banquetede Nochevieja que celebran anualmente todos los “astros” de Holly-wood se vieron en ciertas solapas de smokings de ciertos artistas unasmonísimas estrellitas de cinco puntas que llamaron la atención delos concurrentes [y que] denunciaban bien a las claras que sus por-tadores eran simpáticos amigos de Rusia. Esta moda de los emble-mas coincidió con la salida de los Estudios hollywoodenses de cin-tas que exaltaban, en vibrante oda cinematográfica, al comunismo.Fue entonces cuando el presidente Truman, percatado del peligro,declaró perjudicial para los Estados Unidos la idea comunista [...].

Después de tener que firmar millares de autógrafos a lasadmiradoras mecanógrafas, por fin llegaron al despacho de misterRankin los célebres astros de la pantalla Robert Taylor y Gary Coo-per. Iban a declarar en el proceso iniciado contra las estrellas rojasde Hollywood. Y facilitaron una lista de los principales acusados:“Charlot”, Edward G. Robinson, Katherine Hepburn, Melvyn Dou-glas y Shirley Temple.

Los anticomunistas más conocidos, aparte de Robert y Gary,son Clark Gable, Spencer Tracy y Loretta Young [...]».

J. F. P. en Fotos, 27 de septiembre de 1947.

Para contener una extendidainsurrección popular de marcadocariz antisoviético, el ministro delinterior de Hungría solicitó—en noviembre de 1956— laintervención del Ejército de laURSS: los tanques del Pacto deVarsovia entraron entonces enBudapest. Los combates provocarontres mil muertos, y 200 000refugiados pasaron a Occidente.En la foto, algunos disidentesqueman retratos de Stalin.

«Yo temía pormi vida cada vez que le

visitaba».Jruschov,

hablando de Stalin.

«La ley Taft-Hartleyordena a los dirigentessindicales yanquis que

presten juramento de queno son comunistas

FORT WORTH (Tejas), 9.—El Tribunal federal ha manteni-do que son procedentes las dis-posiciones de la ley Taft-Hartley,la cual ha sido muy censuradapor los dirigentes de los Sindi-catos, y en la que se ordena queéstos deben prestar juramentode que no son comunistas.

El Gobierno ordenó que seaplazaran las elecciones delpersonal de una empresa petro-lífera hasta que demostrara elSindicato que sus dirigentes noeran comunistas.— EFE».

[noviembre de 1947].

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inclinara hacia ninguno de los bandos: un choque directo entre superpo-tencias quedaba descartado. Al final, unos cuantos cientos de miles de muer-tos en vano, porque el armisticio de 1953 restauró la situación previa alconflicto.

La prueba nuclear soviética, la proclamación de la China Popular yla crisis de Corea desataron en Estados Unidos, en plena cruzada antico-munista, la «caza de brujas» —dirigida por el senador MacCarthy de 1950a 1954— contra cualquier actitud izquierdista o simplemente liberal. El Comi-té de Actividades Antiamericanas, constituido al efecto, condenó por «comunis-tas» a personalidades de Hollywood [!Doc. 80], intelectuales, funcionarios yaltos cargos de la Administración (cuando quiso extender sus denuncias ala jerarquía militar, MacCarthy cayó en desgracia y fue destituido). El másescandaloso de los procesos abiertos durante el macartismo será el que aca-bó con la ejecución en la silla eléctrica de los esposos Rosenberg (1953), acu-sados —sin pruebas sólidas— de espiar para la URSS.

Con la muerte de Iósif Stalin en 1953 seirán poniendo al descubierto los crímenes come-tidos por el tirano: es probable que su régimen des-truyera la vida de veinte millones de personas (sólodurante el «gran terror» de 1937-1938 murieron entorno a un millón por fusilamientos, malos tratoso trabajos forzados), y se estima en más de cincomillones los prisioneros políticos que permanecíanconfinados al final de la era estalinista. Para enton-ces, el objetivo de transformar el viejo imperio rusoen una moderna superpotencia se había logrado...pero a costa de un apremiante programa de colec-tivización e industrialización que, en la práctica,supuso el sacrificio disciplinado —Gulag inclui-do [!Doc. 21]— de la inmensa mayoría del pueblotrabajador.

Fue en 1956 cuando Nikita Jruschov, convertido en el nuevo hom-bre fuerte de la Unión Soviética, denunció oficialmente —ante el XX Con-greso del Partido Comunista— el culto a la personalidad de Stalin y la res-ponsabilidad de éste en las «represiones en masa y actos brutales de violaciónde la legalidad socialista». En los países del Este imaginaron que, con la des-estalinización, había llegado el momento del cambio. Los tanques del reciéncreado Pacto de Varsovia (alianza militar presidida por la URSS) se encar-garon aquel mismo año, primero en Polonia y luego en Hungría, de macha-car toda esperanza.

actividad XLIX b

El periódico comu-nista francés L'Hu-manité anuncia lamuerte de Stalin.

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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Elaboración propia. Fuente: A. Viñas: Los pactos secretos de Franco…, 1981.

• «El Gobierno de Estados Unidos de Américafacilitará [...] la asistencia técnica y económica quese pida por el Gobierno español y se apruebepor el de los Estados Unidos de América [...]».

• «[...] El Gobierno de España autoriza alGobierno de los Estados Unidos [...] a desarro-llar, mantener y utilizar para fines militares, jun-tamente con el Gobierno de España, aquellaszonas e instalaciones en territorio bajo jurisdic-ción española que se convenga por las autori-dades competentes de ambos Gobiernos comonecesarias para los fines de este Convenio».

• «En caso de evidente agresión comunista queamenace la seguridad de Occidente, podrían lasfuerzas estadounidenses hacer uso de las zonase instalaciones situadas en territorio españolcomo bases de acción contra objetivos milita-res, en la forma que fuere necesario para ladefensa de Occidente, a condición de que, cuan-do surja tal situación, ambos países se comuni-quen, con la máxima urgencia, su informacióny propósitos. En los demás casos de emergen-cia, o de amenaza, o de agresión contra la segu-ridad de Occidente, el momento y el modo deutilización de las zonas e instalaciones situadasen territorio español serían objeto de consultaurgente entre ambos Gobiernos; y serán deter-minados a la vista de las circunstancias de lasituación creada» [Cláusula secreta].

• «Las zonas que, en virtud de este Convenio, sepreparen para su utilización conjunta, quedaránsiempre bajo pabellón y mando español [...]. Sinembargo, los Estados Unidos podrán, en todocaso, ejercer la necesaria vigilancia sobre el per-sonal, instalaciones y equipo estadounidenses [...]».

• «El presente Convenio [defensivo] entrará envigor al ser firmado [el día 26 de septiembre de1953] y estará vigente por una duración de diezaños [...]».

• «Este Convenio [de ayuda para la mutua defen-sa] entrará en vigor en la fecha de su firma [eldía 26 de septiembre de 1953] y continuará has-ta un año después de recibida por cualquiera delas Partes notificación escrita de la otra de suintención de terminarlo [...]».

LOS PACTOS MADRID-WASHINGTON Doc. 81

CONVENIOS DE 1953

Reproducción literal de algunos fragmentos del articula-do de los Convenios hispano-norteamericanos de 1953.

Juan-José Rovira, delegado del Gobierno para el Desarrollode los Convenios: «La revisión de los acuerdos hispano-

norteamericanos de 26 de setiembre de 1953», 17-II-1963.

• «[Los pactos son] como un silogismo en el quela premisa mayor es el convenio defensivo, la pre-misa menor las consecuencias de aquél y la con-clusión los convenios de ayuda militar y de ayu-da económica».

• «[...] La ayuda militar que les fue otorgada [aotros países, como Turquía y Grecia, tuvo] unaentidad real, cuantitativa y cualitativa de efica-cia, mientras que la que se nos concedió a nos-otros no tuvo sino un “valor de cambio” polí-tico, como compensación a la cesión de lasbases».

• «Creo que es totalmente inadmisible y que vio-la de lleno la soberanía española que los Esta-dos Unidos tengan en su mano la decisión abso-luta de utilizar nuestras bases en tiempo de guerra,sin participar siquiera nosotros en la adopciónde esta decisión, teniendo que conformarnos conuna mera notificación que ni siquiera se estable-ce que será por escrito».

• «La extremada indeterminación y las abruma-doras reservas de semejante compromiso [nor-teamericano] contrastan [...] con la firmeza delcompromiso de España contraído en el conve-nio defensivo y desarrollado hasta los últimosdetalles en un acuerdo técnico, cuatro documen-tos anejos, dos notas secretas [sic] y veintidósacuerdos de procedimiento».

• «[...] La bandera y mando español de las basesno compagina muy bien con la responsabilidadexclusiva americana en el mantenimiento y uti-lización de una parte de las mismas».

• «¿Qué clase de convenio es éste, pues, en quelos compromisos de una y otra parte son tan des-iguales? ¿Es comparable, en justicia, la autoriza-ción incondicional de una de las partes [Espa-ña] a la otra para desarrollar, mantener y utilizarunas zonas e instalaciones militares por 10 años,como mínimo, con la política condicionada dela otra [Estados Unidos] de proporcionar unaayuda militar indeterminada en cuanto al obje-to y en cuanto al tiempo?».

INFORME ROVIRA DE 1963

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UNA LARGA POSGUERRA

165

A pesar de ello, el nuevo rumbo que había tomado el Kremlin—después de Stalin— con su política de deshielo favoreció la apertura, decara al exterior, de un proceso de “coexistencia pacífica” entre las gran-des potencias. Este propósito de aliviar la tensión bélica culminó en un encuen-tro de sus mandatarios, Jruschov y Eisenhower, que tuvo lugar en CampDavid (EE. UU.) en septiembre de 1959. Ambos, tras la cumbre, mani-festaron su intención de que las cuestiones internacionales se resolvieranmediante la negociación, sin acudir a las armas. Tres años después, la“crisis de los misiles” en Cuba volvía a poner en riesgo la paz mundial...

Bases por leche en polvo

En los años cincuenta, la política exterior del régimen de Franco se fijóun triple objetivo: alcanzar el reconocimiento de Estados Unidos aprove-chando el clima de tensión internacional propiciado por la “Guerra fría”;lograr de la Santa Sede las bendiciones que avalaran la integración de Espa-ña en el bloque anticomunista, e iniciar la apertura diplomática tanto hacialas «naciones hermanas» de Hispanoamérica como hacia los países islámi-cos, para estrechar con ellos los lazos de «nuestra tradicional amistad».

Precedentes: ya durante la Segunda Gran Guerra, a finales del 43,la Junta de Estados Mayores de Estados Unidos había preparado una lis-ta de bases aéreas necesarias que incluía la de Canarias, calificada como «esen-cial» por su importancia. Y en 1945, la misma Junta sugirió al secretario deEstado norteamericano hacer del aeropuerto de Gando (Gran Canaria) unabase conjunta [!Doc. 79]. Acabada la Guerra, las «negociaciones sobre dere-chos militares con el Gobierno español» quedarían en suspenso hasta 1952-53, cuando —visto el rechazo de Europa occidental al ingreso de Españaen la OTAN— el Departamento de Estado norteamericano decidió (en cuan-to el general Eisenhower ocupó la presidencia) suscribir un pacto bilate-ral con la Dictadura franquista.

En virtud de los conveniosfirmados en Madrid el 26 de sep-tiembre de 1953 [!Doc. 81], EstadosUnidos se comprometió a propor-cionar «ayuda militar, económica ytécnica» a cambio de poder insta-lar, en territorio español, basesaéreas (Torrejón-Madrid, Morón-Sevilla, Zaragoza) y navales (Rota-Cádiz, Cartagena) de «utilizaciónconjunta».

El abrazo de Eisenhower a

Franco, endiciembre de 1959,sellaba —seis años

después de losacuerdos— el

respaldonorteamericano a

la Dictaduraespañola.

actividad L

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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«La Segunda Guerra Mundialempezó al grito de

¡Gibraltar para España!,y terminó con el grito de

¡Barajas paralos americanos!».

Agustín de Foxá, escritor y diplomático(Madrid, 1903-1959).

«Señores Melina y Lagares:Tenerife, esta españolísima Isla nuestra, se siente plena-mente satisfecha con vuestra presencia aquí; os saluda cari-ñosa y cortés. Hemos dado gracias a Dios por la felici-dad de vuestro viaje y aprovechamos este momento pararendir a la gran Nación Americana el homenaje de nues-tra más profunda admiración y gratitud.

No se hace preciso destacar la magna importan-cia de la ayuda de Cáritas a esta Diócesis; los números,siempre más elocuentes que las palabras, reflejan lo queesa Ayuda ha significado. Durante los dos años y mediode Ayuda Social Americana, han llegado a nuestra Dió-cesis dos millones y medio de kilos de productos: leche,queso, mantequilla, judías y maíz, medicamentos y ves-tidos. Se ha asistido a un promedio de 75 000 personasmensuales y estos productos importan 81 000 000 de pese-tas. Se distribuyen a través de 184 Centros en toda la Pro-vincia y 810 Escuelas de Primera Enseñanza. La CáritasDiocesana que realiza el mayor volumen lo hace a tra-vés de 84 Cáritas Parroquiales.

[...] En este momento de crisis hondísima de todoslos valores, [...] ha sido la Nación Americana señalada porla Providencia para ocupar el más destacado lugar en lalucha por la salvaguarda de la civilización cristiana».

La Tarde, 6 de agosto de 1957.

LA AYUDA SOCIAL AMERICANA Doc. 83

Son palabras del discurso pronunciado, en agosto de 1957, por el obispo Domingo Pérez Cáceres en la CentralTransformadora de Leche de Tenerife. Estaba dotada con tres batidoras eléctricas (para licuar la leche en polvoprocedente de EE. UU.) y preparada para distribuir en botellas «diariamente un total de ochocientos treinta litros,aparte de otros quinientos que se reparten en la cantina anexa a la central». En el acto se hallaban presentes M.Lagares Bernal, subdirector de Cáritas española, y F. Roberts Melina, delegado de la Ayuda Social Americana, aquien vemos en la foto de prensa «departiendo con unos pequeños en la visita que hizo a la barriada pesquera deSan Andrés».

Doc. 82LA “BASE AMERICANA” DE LA PALMA

De 1963 a 1976 se mantiene funcionando la “baseamericana” de Puerto Naos (La Palma). Durante losaños cincuenta —en plena “Guerra fría”— EstadosUnidos autorizó la construcción de numerosas esta-ciones costeras dotadas de sistemas de vigilancia sóni-ca en el Atlántico y en el Pacífico. En los sesenta, lade Puerto Naos, junto con las de Bermudas, Barba-dos y Azores, «tendrán como misión el rastrear lazona del Atlántico medio en búsqueda de los SSBN[submarinos] soviéticos». De hecho, en la primave-ra de 1968 la estación palmera participó activamen-te en el hallazgo del USS SCORPION, hundido alsudoeste de las Azores. «Se dice que portaba armasnuleares», cuenta Hugo Castro, que trabajó en la base.[Cf. Lucio Hernández Cruz: «¿Qué ocultó la base nor-teamericana de Puerto Naos?», en Atlantes, n.º 4,febrero de 2001, Islas Canarias, pp. 4-7].

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UNA LARGA POSGUERRA

167

Al contar con bases en la Península ibérica, y con los archipiélagosde Baleares y Canarias, el Pentágono garantizaba su presencia militar en elextremo suroeste de Europa, frente al Atlántico, para «en caso de evidenteagresión comunista que amenace la seguridad de Occidente». Así rezaba unacláusula secreta del acuerdo defensivo según la cual, si la ocasión lo exi-gía, las «fuerzas estadounidenses» podrían hacer uso de sus instalaciones enEspaña sin otro requisito previo que una simple «consulta urgente entre ambosGobiernos».

En la foto de allado aparece el

técnico isleño HugoCastro con otros

compañeros de la“base americana”

de Puerto Naos.Entre ellos, Peter

Green y Carl Hart-degen, oficiales del

ejército norteameri-cano y directores

del proyecto.

actividad LI

Falta todavía, a propósito, una investigación más allá de la anécdo-ta que resuelva definitivamente el misterio de la “base americana” [!Doc. 82]

que funcionó en Puerto Naos —al oeste de la isla de La Palma— a partirde 1963, aunque todo apunta a que aquella «estación hidrofónica» no se uti-lizó sólo para captar sonidos de cetáceos, como se explicó en su día. Másbien parece que su construcción hay que insertarla dentro de los planes dedefensa antisubmarina, basados en la detección de señales acústicas, queproliferaron en los años de la “Guerra fría”.

Por lo demás, poco aportó al crecimiento capitalista español la asis-tencia económica americana acordada en los Pactos de Madrid. De hecho,el capítulo de bienes de equipo no cubrió sino un tercio de la mercancía reci-bida mientras duró la ayuda (prácticamente hasta el año 63), pues el restollegó en forma de materias primas y alimentos: algodón y aceite de soja, sobretodo, de los que Estados Unidos andaba sobrado. Al igual que en los pue-blos y ciudades peninsulares, en las Islas la distribución de comestibles se hacíaa través de organismos como el Servicio Escolar de Alimentación, Auxilio Social,Cáritas Diocesana..., que repartían leche en polvo [!Doc. 83], queso amarillo omantequilla made in USA en las escuelas y entre la población necesitada.

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

168

EL CONCORDATO DE 1953 Doc. 84

Los excesivos privilegios concedidos a la Iglesia espa-ñola en el Concordato de 1953 lo fueron a cambio deque el jefe del Estado conservara el derecho de propo-ner los arzobispos y obispos residenciales y coadjutores.Se admitió, quizás deliberadamente, el nombramiento porla Santa Sede de obispos auxiliares, lo que dio a ésta unimportante margen de maniobra para seleccionar a sujerarquía.

«Artículo Primero. La Religión Católica, Apostóli-ca, Romana sigue siendo la única de la nación espa-ñola y gozará de los derechos y de las prerrogati-vas que le corresponden en conformidad con la LeyDivina y el Derecho Canónico.

[...]Art. VI. [...] los sacerdotes españoles diaria-

mente elevarán preces por España y por el Jefe delEstado, según la fórmula tradicional y las prescrip-ciones de la Sagrada Liturgia.

Art. VII. Para el nombramiento de los arzo-bispos y obispos residenciales y de los coadjutorescon derecho de sucesión, continuarán rigiendo lasnormas del acuerdo estipulado entre la Santa Sedey el Gobierno español el 7 de junio de 1941.

[...]Art. XIX. La Iglesia y el Estado estudiarán,

de común acuerdo, la creación de un adecuado patri-monio eclesiástico que asegure una congrua dota-ción del culto y del clero [...].

[...]Art. XXIII. El Estado español reconoce ple-

nos efectos civiles al matrimonio celebrado segúnlas normas del Derecho Canónico.

[...]Art. XXVI. En todos los centros docentes

de cualquier orden y grado, sean estatales o no esta-tales, la enseñanza se ajustará a los principios del dog-ma y de la moral de la Iglesia Católica. Los ordina-rios podrán exigir que no sean permitidos o que seanretirados los libros, publicaciones y material de ense-ñanza contrarios al dogma y a la moral católica.

Art. XXVII. 1. El Estado español garanti-za la enseñanza de la Religión católica como mate-ria ordinaria y obligatoria en todos los centros docen-tes, sean estatales o no estatales, de cualquier ordeno grado [...].

[...]Art. XXIX. El Estado cuidará de que en

las Instituciones y servicios de formación de la opi-nión pública, en particular en los programas deradio-difusión y televisión, se dé el convenientepuesto a la exposición y defensa de la verdad reli-giosa por medio de sacerdotes y religiosos desig-nados de acuerdo con el respectivo ordinario».

«Con el Concordato España habíaentregado su alma, y con los Pactos

con Estados Unidos, su cuerpo».Salvador de Madariaga, escritor y político

republicano (La Coruña, 1886-Suiza, 1978).

Curiosamente, en la misma página de El Día de Tenerifeen la que se publicó esta nota del Obispado se anuncia-ba con letras destacadas: «“GILDA": Sensacional estrenosemana entrante en Teatro Baudet» [El Día, 20-I-1948].De hecho, la película aparece en la cartelera de Santa

Cruz del 29 de enero al 4 de febrero. Al día siguiente seestrenó en el Teatro Leal de La Laguna, sede episcopal.Unas semanas antes se había proyectado en Las Palmas

con gran éxito de taquilla, según el anuncio citado.

Doc. 85«OBISPADO DE TENERIFE

Prohibición episcopal de la película “Gilda"Nos don Domingo Pérez Cáceres, por la gloria de Diosy de la Santa Sede Apostólica, Obispo de Tenerife.

A la Acción Católica y amados hijos de Nues-tra Diócesis. HACEMOS SABER: Que en la Prensade la vecina Diócesis de Canarias hemos encontradola siguiente prohibición episcopal de Nuestro venera-do Hermano, el Excmo. y Rvdmo. Sr. don Antonio Pil-dain y Zapiain, dignísimo Obispo de aquella Iglesia,que hacemos Nuestra en todas sus partes y cuyo con-tenido es como sigue:

“Nos, el Dr. don Antonio Pildain y Zapiain,por la gracia de Dios y de la Santa Sede, Obispo deCanarias:

Enterados, con profundo dolor de nuestraalma, de que durante estos últimos días se ha venidoproyectando, en el ‘Cine Cuyás’ de Las Palmas, la pelí-cula cinematográfica ‘Gilda’, gravemente escandalosa;ante las noticias que a Nos llegan de que existe el pro-pósito de exhibirla en otros ‘cines’, así en los puebloscomo en la capital, velando por la necesidad de atajarel gravísimo mal espiritual que amenaza a muchas almasde Nuestros diocesanos, y en cumplimiento de uno delos más sagrados deberes de Nuestro cargo pastoral,prohibimos la dicha película cinematográfica ‘Gilda’ yos amonestamos, amadísimos hijos, haciendo saber alos empresarios que no pueden exhibir esta película,y a los fieles que no podrán presenciarla, sin gravar suconciencia con pecado mortal.

De la docilidad y religiosidad de nuestros bue-nos diocesanos esperamos la más fiel obediencia a estaNUESTRA AMONESTACIÓN EPISCOPAL.

Si algunos hubieren que se muestren rebel-des, sepan que habrán de dar cuenta de su conductaante el tribunal de Dios.

A Nosotros nos cabrá siempre la satisfacciónde haber cumplido con nuestro deber.

En Teror, a 9 de enero del año del Señor de 1948.+ ANTONIOObispo de Canarias”.San Cristóbal de La Laguna, 18 de enero de 1948.+ DOMINGOObispo de Tenerife».

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UNA LARGA POSGUERRA

169

Pero, como es fácil de entender, aparte de paliar las penurias de pos-guerra, los acuerdos hispano-norteamericanos sirvieron, antes que nada, paraconsolidar el poder de Franco y para abrirle a España las puertas de Nacio-nes Unidas (organización en la que sería admitida, por fin, en diciembrede 1955).

Un mes antes de la firma de los acuerdos con Washington, ladiplomacia española había conseguido arrancarle al Vaticano —bienes verdad que sin demasiadas reticencias— un nuevo Concorda-to [!Doc. 84] que sustituyera al que había anulado la República. El tex-to suscrito el 27 de agosto de 1953 consagraba la confesionalidadcatólica del Estado, que se haría cargo del sostenimiento del culto ydel clero «a título de indemnización por las pasadas desamortizacio-nes de bienes eclesiásticos» (sic). Y reafirmaba, además, la posiciónde privilegio de la Iglesia en la sociedad española, así como la obli-gatoriedad de la enseñanza religiosa en todos los niveles educativos.Franco, en contrapartida, consiguió conservar el derecho —restable-cido en 1941— de intervenir, junto con el Papa, en el nombramientode los obispos, pudiendo —llegado el caso— formular «objecionesde carácter político general» a los propuestos por Roma. Uno de losartículos del convenio imponía a los curas el deber de elevar ora-ciones, diariamente, «por España y por el Jefe del Estado».

Tras la descolonización, el neocolonialismo

A la altura de 1945 era evidente que las viejas metrópolis europeas (GranBretaña, Francia, Bélgica y Alemania) habían dejado de ser las indiscuti-bles potencias coloniales de antaño. La segunda contienda mundial vino aconsagrar la hegemonía de la Unión Soviética y de los Estados Unidos,en cuyas manos quedaba ahora la dirección económica de Occidente. Eldeclive de Europa, a causa de la Guerra, la inhabilitaba para restablecer porla fuerza su autoridad imperial, y allí donde se empeñó en usar las armas—Indonesia, Indochina, Malasia, Argelia— no logró salir triunfante. Porsu parte, las nuevas superpotencias, carentes de pasado colonial, se dedi-caron a apoyar —interesadamente, claro— a los movimientos indepen-dentistas que, en Asia y África, se resistían a la dominación europea.

Las grandes compañías norteamericanas, ávidas de nuevos mercados,creían en la necesidad de la descolonización como manera de liberalizar losintercambios a escala global, una vez suprimidas las barreras impuestas al comer-cio por las metrópolis europeas. Porque el hecho de acabar con los viejosmodos de opresión colonial escondía, en esta nueva fase del capitalismo, unaintencionalidad nada altruista: las naciones occidentales, capitaneadas por

Rita Hayworth enla película Gilda.

actividad XLIX b

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HIRO Y GOPE Doc. 87

«Transcurre el año 1947 [...]. En ese momento, en el surdel actual Pakistán, en la ciudad de Hyderabad, cerca deKarachi, una familia comerciante hindú huye a toda pri-sa. Junto al padre, asustado y compungido ante tantoescándalo y grito, corre con pequeñas zancadas, Gope,un niño de seis años. Tienen suerte, y aunque lo han per-dido todo, pueden aprovechar una caravana con desti-no a Bombay protegida por el Ejército.

Días antes, un joven de una acomodada fami-lia de comerciantes de Karachi, Hiro, estudia para pre-sentarse a un examen preuniversitario, cuando su padre,Thakurdas, le grita sobresaltado: «haz las maletas, nosvamos esta misma tarde al aeropuerto». Hiro, sin enten-der mucho lo que pasa, pero con la sospecha de no vermás su tierra natal, observa desde la ventanilla del avión,con destino al Cairo, cómo desaparece ante su vista lapopulosa ciudad donde se ha desarrollado durante siglosla actividad comercial de su familia.

Tanto Hiro, como Gope, y otros nueve mil sereshumanos que viven, trabajan y ríen en el Archipiélagocanario en la actualidad, comparten un mismo origen étni-co, el sindi, y son hijos de un mismo proceso histórico,la partición del subcontinente indio».

H. Dávila Ojeda: «Acerca de los indo-canarios», febrero de 2001, p. 15.

Doc. 86“LANCHAS RÁPIDAS”

«Los comerciantes hindúes, en sociedad conotros comerciantes locales, se ponían deacuerdo para organizar frecuentes expedi-ciones [de Tánger a Canarias]. Cada unode estos socios aportaba una cantidad deter-minada (millones de pesetas) para encar-gar un paquete común.

Inmediatamente se enviaba la divi-sa a Tánger por medio de enlaces que seencargaban de comprar la mercancía [taba-co, electrodomésticos...] y de contratar a unpatrón. Una vez que la lancha estuviese lis-ta se volvían a poner en contacto, a travésde emisoras, y en claves como: “La señoraya dio a luz; pasado mañana le dan el alta”,acuerdan el lugar y la hora de llegada.

En los últimos tiempos de este tipode contrabando [1945-1956], algunos deestos comerciantes, hoy notables y relevan-tes personajes de la vida social insular, lle-garon a disponer de lanchas propias».

Cirilo Leal: «El contrabando enlanchas rápidas», 1980.

«Quizás a lasgeneracionesvenideras les

cueste creer queun hombre asíanduvo por la

Tierra».Albert Einstein,sobre Gandhi.

Gandhi aparece junto a la rueca, símbolo de su luchacontra la industria textil británica: proclamó la vuelta al

hilado artesano y al uso de la vestimenta tradicional,reduciendo la compra de tejidos extranjeros. Su primera

gran batalla por la independencia fue la «marcha de la sal»en 1930: llegó con una multitud de seguidores al mar,

recogió un puñado de sal e invitó a la población aoponerse al monopolio británico sobre ese producto.

INDEPENDENCIADE LA INDIA

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UNA LARGA POSGUERRA

171

Estados Unidos, pasaron a explotar, ahora indirectamente, las riquezas de lospaíses subdesarrollados, después de concederles la independencia políti-ca y de asegurarse, con ello, su fidelidad diplomática. De esta perpetuacióndel dominio económico sobre las ex colonias —aunque en adelante bajoformas mucho más sutiles— surgió una nueva manifestación del imperia-lismo capitalista, a la cual llaman neocolonialismo los libros de Historia(hay quien prefiere hablar de «imperialismo en sentido estricto»). La URSS,como líder del otro bloque nacido tras la Segunda Guerra, emprendió a suvez —en disputa con Norteamérica por la supremacía en el mundo— unaagresiva política exterior, que se vio fortalecida cuando en 1949 los comu-nistas tomaron el poder en China.

El proceso descolonizador se originó antes en Asia que entre lospueblos africanos. En 1947 el subcontinente indio, antigua colonia bri-tánica, conseguía la independencia, además de su partición en dos esta-dos: la Unión India, mayoritariamente hindú, y Pakistán, dominado porlos musulmanes. Este último fue, a su vez, dividido en dos zonas —laoccidental (actual Pakistán) y la oriental (hoy, Bangladesh)— separadaspor miles de kilómetros. La partición provocó violentos enfrentamien-tos entre hindúes y musulmanes, y desplazamientos en masa de unos yotros hacia sus correspondientes territorios, o hacia el exterior [!Doc. 87], duran-te la primera guerra indo-paquistaní. Hasta el mahatma Gandhi, profetade la no violencia e impulsor de campañas de desobediencia civil contrala dominación británica, encontró la muerte en 1948 a manos del fanatismoreligioso.

Fuente: H. Dávila Ojeda: op. cit., pp. 16-17.

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

172

Ramchand Bhavnani nació en 1944 en Hydera-bad (provincia de Sind), que con la partición ingle-sa de la India en 1947 quedó dentro de Pakis-tán. Su padre se marchó entonces a recorrermundo como comerciante y se estableció enTenerife; pero enfermó y regresó en 1961 —paramorir— a Poona (India), donde su familia sehabía radicado tras la independencia. Ese añoel joven Ram abandonó su hogar, y desde 1965

acabó afincándose en Santa Cruz —como lohabía hecho su padre— para vender en un peque-ño bazar... Y aquí continúa. En el año 2005 seconvirtió en consejero de Bankinter, del que essegundo mayor accionista, pues posee el 10,008%del banco.

Cf. El Mundo, 23-VI-2002/14 y 21-IX-2003;y El País, 26-VI-2005.

RAM BHAVNANI Doc. 88

BANDUNG, 1955: DIEZ MEDIDAS EN FAVOR DE LA PAZ Doc. 89

1. Respeto de los derechos humanos fundamentales según el propósito y los principios de la Car-ta de las Naciones Unidas.

2. Respeto de la soberanía e integridad territorial de todas las naciones.3. Reconocimiento de la igualdad de todas las razas y de la igualdad de todas las naciones peque-

ñas y grandes.4. No intervención y no injerencia en los asuntos internos de otros países.5. Respeto al derecho de cada nación a defenderse individual o colectivamente conforme a la Car-

ta de las Naciones Unidas.6. Abstención de recurrir a acuerdos de defensa mutua destinados a servir los intereses particu-

lares de las grandes potencias sean cuales sean. Abstención del ejercicio de presiones por cualquier paíssobre otro país.

7. Abstención de actos o de amenazas de agresión, o del empleo de la fuerza contra la integri-dad territorial o la independencia política de un país.

8. Solución de todos los conflictos internacionales por medios pacíficos, tales como negociacio-nes o conciliación, arbitraje o solución ante tribunales, así como cualquier otro medio pacifico que pudie-ran elegir los países interesados conforme a la Carta de las Naciones Unidas.

9. Fomento de los intereses comunes y de la cooperación.10. Respeto a la justicia y a las obligaciones internacionales».

Del comunicado final de la Conferencia Afroasiática de Bandung (24 de abril de 1955).

LA CRISIS DE SUEZ EN LA PRENSA LOCAL Doc. 90

Estos cinco recortes de periódicos ilustrancómo fue tratada en los medios canarios «lacuestión de Suez». Sí es curioso resaltar que,al subrayar el incremento del tráfico portua-rio en 1956, la prensa insular señale muy

discretamente el cierre del Canal como causadel mismo («por las circunstancias de todosconocidas», dice lacónicamente el texto del

recorte de arriba).

El Día,30 de diciembrede 1956.

El Día,25 de noviembrede 1956.

El Día,10 de noviembrede 1956.

El Día,6 de enero

de 1957.

«

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UNA LARGA POSGUERRA

173

Un reciente estudio revela la gran proporción de hindúes estableci-dos en nuestras islas que pertenecen a la etnia sindi, originaria del sur delPakistán actual. Llegaron aquí, precisamente, huyendo de las matanzas inter-confesionales habidas en la India a raíz de su independencia. Se trata, porlo general, de familias de mercaderes [!Doc. 88] que emprendieron el éxodocon la intención de aprovechar los canales comerciales ya abiertos por otroscompatriotas en Inglaterra (Londres), Andalucía (Málaga, Sevilla) o el nor-te de África (Tánger [!Doc. 86], Argel, Casablanca), escalas previas a su defi-nitivo asentamiento en Canarias. Estos comerciantes “indocanarios” de pro-cedencia sindi atrajeron luego a familiares y conocidos del mismo grupo étnico,manteniendo así, entre puntos tan distantes, una activa cadena migratoria.

En abril de 1955, en la ciudad de Bandung (isla de Java) tuvo lugaruna Conferencia convocada por el llamado “grupo de Colombo” —India,Pakistán, Ceilán, Birmania e Indonesia—, a la que acudieron una treintenade países asiáticos y africanos; la mayoría recién independizados, y todos her-manados por su rebeldía frente a la opresión colonial. Los diez principiosrecogidos en el comunicado final de la Conferencia [!Doc. 89] pretendieronser el fundamento sobre el que debería basarse, en el futuro, la coexisten-cia entre los pueblos de la Tierra. A partir de aquella trascendente reuniónirrumpió en la escena internacional el Tercer Mundo, eufemismo con elcual se conocerá al conjunto de los países pobres y supuestamente al mar-gen de los bloques Este-Oeste (“no alineados”, aunque de hecho nunca pudie-ran escapar a la influencia de las grandes potencias). El hambre, el analfa-betismo y las formas políticas dictatoriales han sido, durante décadas, desgraciasfatalmente ligadas a las naciones “tercermundistas”.

Protagonista destacado en la cumbre de Bandung fue —junto a ZhouEnlai (China) y Nehru (India)— el presidente egipcio Abdel Nasser, llama-do a convertirse en líder del panarabismo. En el verano de 1956, tras la ne-gativa de Estados Unidos a financiar la construcción de la presa de Asuán,Nasser nacionalizó la Compañía del Canal de Suez, provocando la reac-ción de los mayores perjudicados: Gran Bretaña y Francia (propietarias de laCompañía), e Israel (enemigo natural del mundo árabe). En el otoño, los israe-litas ocuparon la península del Sinaí y, en seguida, los franco-británicos haríanlo propio en la zona del Canal [!Doc. 90]. EE. UU. y la URSS se indignaron poresta acción bélica contra Egipto, de modo que franceses e ingleses —y mástarde, los judíos— tuvieron que evacuar sus tropas. Las antiguas potencias seachicaron ante las nuevas, poniendo así fin simbólico al viejo colonialismo.

actividad LII

Hoja Oficial delLunes de Santa

Cruz de Tenerife, 7de enero de 1957.

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

174

Doc. 92UNA GUERRA DE POBRES

«Las armas individuales carecían de precisióny eran frágiles [...]. Los morteros eran bue-nos, pero la munición no estaba en condicio-nes, pues utilizaban granadas con espoletasde percusión. Las granadas de mano eran derecuperación, en su mayoría databan de laGuerra Civil, y debían ser recalibradas parasu buen funcionamiento. Las transmisioneseran lo peor, fatales [...]. Sólo el batallón dis-ponía de una enorme radio Marconi que fun-cionaba con una dinamo a pedales. Los pro-blemas de transmisión dieron lugar a queunidades amigas fueran bombardeadas porla aviación propia [...]. Los vehículos erandesastrosos. No eran todo terreno y se llegóa evacuar a los heridos y muertos en camio-nes volquetes. Los paracaidistas, unidad de eli-te, no teníamos asignados vehículos y nos die-ron mulos a los que sujetábamos el equipocon bandas de paracaídas».

Testimonio del teniente José Frías O'Valle,cit. por Alfredo Bosque, 1994, pp. 17-18.

Fuente: F. Martín Galán: La formación de Las Palmas: ciudad y puerto. Cinco siglos de evolución, 1984, p. 57.

PUERTO DE LA LUZ. TRB: Tráfico total (buques entrados y apoyados) Doc. 91

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UNA LARGA POSGUERRA

175

actividad LIII

El cierre del Canal, que acompañó a la crisis de Suez del año 56, afec-tó muy favorablemente a los puertos canarios. La travesía alternativa porel cabo de Buena Esperanza, rodeando África para enlazar Europa con Orien-te, obligó a muchos navíos a pasar por nuestras Islas: todos los indicadores(número de buques, tonelaje, avituallamiento) reflejan un aumento coyun-tural de la actividad, tanto en el Puerto de La Luz [!Doc. 91] como en el deSanta Cruz de Tenerife, que remite claramente con la apertura del Canal.

España, impotencia colonial

«Tenemos voluntad de Imperio», anunciaba uno de los puntos fundaciona-les de Falange. Y de esta vocación imperial también participaban los altosmandos del Ejército franquista, muchos de los cuales habían hecho carre-ra en las plazas de Ceuta y Melilla, en el Protectorado de Marruecos, o enel África Occidental Española (Ifni y Sáhara) frente a las Canarias. Más alsur, completaba el mapa colonial hispano el pequeño territorio de GuineaEcuatorial (Río Muni, en el continente, y la isla de Fernando Poo).

El Gobierno de Franco, en su afán por aproximarse al mundo ára-be, admitió durante algún tiempo una cierta relajación política —con liber-tad de partidos inclusive— en la zona española del Protectorado marro-quí, a la vez que censuraba cínicamente la opresión colonial que sufríanlos habitantes de la zona francesa. Madrid creyó que, de esta forma, podríapreservar su parte del Protectorado frente a las corrientes independentis-tas que habían irrumpido en el Magreb desde el final de la Segunda Gue-rra Mundial, cuando se fundó en Marruecos el “Partido de la Independen-cia” (Istiqlal), arropado por la burguesía nacionalista aliada con el trono alauí.Como brazo armado del anticolonialismo marroquí surgirá, además, un irre-gular Ejército de Liberación (ELM) integrado por bandas de guerrille-ros, dispuestos a poner en marcha el proyecto soberanista del Istiqlal pormedio de ataques y atentados contra la presencia francesa; acciones éstasque se multiplicaron en el bienio 1954-1955.

En su viaje al Archipiélagocanario en octubre de 1950,Franco pasó previamente porIfni y Sáhara [izq.]; visita enla que estuvo acompañadopor el capitán general deCanarias, general García-Escámez, quien tenía atribu-ciones inspectoras sobre lasfuerzas del África OccidentalEspañola. Siete años despuésestallaría allí la guerra: lafoto de la página de enfrentefue tomada tras la batalla deEdchera, cerca de El Aaiún,entre guerrilleros del ELM ylegionarios españoles, de losque murieron cuarenta y dos.

«Pronto sehan de

empezar lospantanos quepuedan regar

vuestrasvegas y

aumentar laprosperidadde vuestraexistencia».

Discurso deFranco en Sidi-Ifni

(19-X-1950).

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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Mohamed Ben Mizián, na-tural de Marruecos, inicia en1913 la carrera militar enEspaña. Como jefe de regu-lares del Ejército español enÁfrica, Ben Mizián intervinoactivamente en el golpe dejulio de 1936: pasa desdeTetuán a la Península con lastropas de Franco y acaba laGuerra como coronel. Locurioso es que este musulmánmarroquí será nombrado en1953 capitán general de Gali-cia (la tierra de Santiago Mata-moros), y durante 1955-1956 lofue de Canarias, precisamen-te cuando Marruecos obtuvosu independencia… BenMizián solicitó entonces subaja en el Ejército españolpara pasar al servicio del rei-no alauí. Y llegó a ser Minis-tro de Defensa de Marruecosen 1964.

ÓRDENES DE CARRERO Doc. 93

«[Al Ejército de Liberación marroquí] Rabat no le controla, pero lo ve con simpatía y espera de él la amplia-ción de sus territorios. Si nosotros nos oponemos al paso de estas tropas llegando a choques armados,se nos crea una situación difícil con Marruecos e incluso con nuestros indígenas, que ven en el Ejércitode Liberación a hermanos de raza que les ofrecen la libertad. Si hacemos la vista gorda y dejamos pene-trar a las partidas, la situación difícil se nos crea con Francia. Si los franceses perdieran Mauritania, nos-otros no podríamos conservar el Sáhara, que es tan territorio español como la provincia de Cuenca. [Esnecesaria] la conservación de nuestro Sáhara por medios pacíficos, sin que se produzcan dificultades ennuestras relaciones con Rabat. Debe llevarse a cabo una actividad política de desprestigio del Ejército deLiberación ante nuestros indígenas y una acción militar evitando los tiros. Políticamente atrayendo condádivas y halagos a los hombres influyentes, haciendo saber que Al-lal el Fassi y su Ejército de Libera-ción son unos malos musulmanes que sirven a Rusia, enemiga de Dios, y que son traidores al sultán».

Carta del ministro subsecretario de la Presidencia del Gobierno,Luis Carrero Blanco, al gobernador general del AOE de 12 de marzo de 1957.

Hoja Oficial del Lunes, Santa Cruz de Tenerife, 30-XII-1957.

Falange, Las Palmas de Gran Canaria, 22-II-1958.

Si miramos los periódicoscanarios de aquel momento,

observaremos la importancia quele dieron a la guerra de Ifni

(1957) a pesar del secretismooficial. Este se hizo mayor a

medida que el conflicto se exten-día al Sáhara (1958): sólo alguna

que otra nota del Ministerio delEjército y referencias del Consejo

de ministros, que poco o nadainforman de las «favorables opera-

ciones en el Sáhara español».

Page 53: 125-186 posguerra

UNA LARGA POSGUERRA

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En marzo de 1956 París —cuya prioridad en ese momento es aco-piar recursos para la guerra colonial en Argelia— concede la independen-cia al Marruecos francés (y también a Túnez); desconcertante decisión queobligará a Franco a seguir el ejemplo e, igualmente, otorgar la independen-cia al Protectorado español apenas un mes después. Sin embargo, las ape-tencias de la monarquía alauí no quedaron del todo satisfechas con la des-colonización de Marruecos: reivindicaba asimismo —aparte de Ceuta yMelilla— los territorios del África Occidental Española (AOE).

Con permiso de las autoridades coloniales, grupos armados del Ejér-cito de Liberación marroquí se habían infiltrado en Sáhara; la excusa eraatentar contra intereses franceses en las vecinas Argelia y Mauritania, peropronto empezaron a dar muestras de actividad antiespañola [!Doc. 93]. La situa-ción era todavía más grave en el enclave de Ifni —constantemente amena-zado por guerrilleros del citado Ejército—, donde en noviembre de 1957estallaron las hostilidades. Tropas y abastecimientos llegaron entonces, pormar y aire, desde Canarias para reforzar las banderas de la Legión, pobre-mente equipadas [!Doc. 92]. Aunque será más bien la actuación conjunta his-pano-francesa (operación Teide-Écouvillon, acordada en Las Palmas y desple-gada sobre las arenas de Saguia el Hamra y Río de Oro en febrero de 1958)la que logrará finalmente derrotar a los rebeldes. Un campo de prisionerosde guerra y de detenidos políticos (unos 130, entre marroquíes y saharauis)funcionó en Fuerteventura hasta mayo del 59.

Esta guerra —la última de su historia colonial— le costó a Españamás de doscientos muertos y medio millar de heridos [#Doc. 94]. En mediodel conflicto, Ifni y Sáhara (como pasará con Río Muni y Fernando Poo)habían sido declaradas «provincias» con la intención de alargar al máximola dominación española en África. Sabido es, no obstante, que la liquida-ción definitiva de aquellos restos del sueño imperial correría —tarde o tem-prano— a cargo del propio régimen de Franco, quien «nada pudo hacer pararecuperar el Imperio y todo lo hizo para perder el que le quedaba».

Fuente: J. R. Diego Aguirre: «Ifni, la ultima guerra colonial española», 1990, p. 37.

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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PEDRO PERDOMO, TREINTA Y TRES AÑOS ESCONDIDO Doc. 95

«Se escondió el mismo día 18 de julio [de 1936] en mi casa porqueteníamos una tiendecita y había comida y también tenía un gallinerodetrás, al otro lado del patio y él se metió allá [...].

[Luego se ocultó] en casa de otra hermana que se llamaba Cata-lina [y que vivía en] Santa Brígida. Tenía un montón de pacas de alfalfay cuando sentía rumores se metía entre medio de las pacas y así aunqueentrara la guardia o los falanges no lo cogían.

Ella estaba mala y se murió y él se vino aquí, a casa de otra her-mana que vivía frente al Torreón. Esto fue después de terminar la Gue-rra, tres o cuatro años después. Y esta hermana, que se llamaba Manue-la, lo hizo mejor. [...] Hizo un hueco en la pared, un hueco muy pequeño,y cuando sentía un vecino que entraba mi hermano se metía allí y ellaponía un cajón con una cocinilla delante. Allí esperaban que pasara eltiempo; luego lo metían en una habitación. El hueco estaba en la pared,abajo, como los agujeros de los ratones, pero más grande.

Allí estuvo hasta que se murió mi hermana, unos quince años.Cuando Manuela se murió fuimos por la noche yo y mi hermana Eloínay lo sacamos y lo trajimos a casa de mi hermana Rafaela. [...] Allí se metióen un cuartito y pasó el resto de su vida. Estuvo en total treinta y tresaños. Era yo la que le ayudaba para mantenerse, pero Rafaela le hacía lacomida y se la llevaba; ni sus hijos sabían para quien era la comida. Sólolas hermanas conocíamos el secreto de que estaba escondido [...].

El día 18 de abril [de 1969] yo fui a verle y le dije a mi herma-na Rafaela:

—¿Pero dónde está?—Pues ha ido a presentarse.Había leído en un periódico que estaba perdonado y se fue a pre-

sentar. Le dijeron que se podía marchar, que era un ciudadano como otrocualquiera, pero el pobre tenía tanto miedo que se quedó allí esperandoa que lo detuvieran [...].

Post scriptum: Pedro Perdomo murió en el invierno de 1975 deun colapso respiratorio. No había conseguido trabajo».

J. Torbado y M. Leguineche: Los Topos, 1999, pp. 122-126.

LA «RECONQUISTA» QUE NO PUDO SER Doc. 96

En el verano de 1942 se creó en Francia la Unión Nacional Española, que representaba alas organizaciones antifascistas en el exilio —pero que controló el PCE—, cuya junta supre-ma ordenará, en el otoño de 1944, la Operación Reconquista de España.

«Éramos muchos los jefes guerrilleros que nos oponíamos a la operación, pero los comu-nistas eran mayoría y muy disciplinados. [...] Por aquellos días se hablaba mucho de laocupación de una franja de territorio español y de mantenernos en ella, en la que seinstalaría un gobierno republicano provisional presidido por el doctor Juan Negrín [...].

Esto parecía tener cierta seriedad. Lo que no era serio era el pretender enfren-tarnos con el ejército de Franco o esperar una insurrección popular poco menosque por arte de magia. Así salió la cosa. Nosotros nos mantuvimos en el valle deArán durante cinco días y, viendo que nos iban a exterminar a todos, tomamos ladecisión de retirarnos a nuestras bases de Francia [...].

[...] Por lo menos la mitad de los expedicionarios sucumbieron, ya sea bajolas balas del enemigo, perdidos o muertos de frío. Cerca de un millar, heridos unos,ilesos los otros, cayeron prisioneros, mientras que varios grupos consiguieron aden-trarse en España y alcanzar zonas guerrilleras [...]».

Comandante Emilio Álvarez Canosa (a) Pinocho, jefe de la471 Brigada de guerrilleros. Cit. por E. Pons Prades:

«Los que se echaron al monte», 1981, pp 49-51.

«Teníamosolor a lobo:

las vacas nosrehuían y losperros nosladraban».

Casimiro FernándezArias (a) Mellao,guerrillero leonés

El socialista Pedro Perdomo Pérez,nacido en Lanzarote (1906), estu-vo reclamado por la justicia mili-tar por haber participado en laresistencia armada de su barrio deLa Isleta, en Las Palmas, al co-menzar la Guerra Civil. Pasó casila mitad de su vida escondido gra-cias a la protección sucesiva devarias de sus hermanas. Una deellas, Antonia, contaría de estamanera la peripecia de Pedro:

[Fuente: Los Topos, 1999].

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UNA LARGA POSGUERRA

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Contra Franco: resistencia armada y oposición política

Los vencidos que sobrevivieron a la Guerra de España lo hicieron bajo eltemor a las represalias; algunos decidieron permanecer huidos y esconder-se «como topos», en ciertos casos por más de tres décadas (entre ellos, PedroPerdomo, treinta y tres años oculto en casa de sus hermanas, en Gran Cana-ria [!Doc. 95]). Difícil es precisar su número a escala estatal, si bien sorpren-de que —por ejemplo— una pequeña isla como El Hierro encubriera a seisde estos fugitivos, de los que tres no se entregaron hasta 1944, después detener el valor de celebrar un mitin socialista, cerca de Isora, al que acudió«todo el pueblo» [Doc. 97"]. Algo verdaderamente insólito para aquel tiempode silencio.

A pesar de la persecución y elexilio, la resistencia antifranquistamantuvo durante los años cuarenta laesperanza de derrocar al Régimen,reorganizándose en la sombra oempuñando las armas: en octubre de1944, cuatro mil guerrilleros españo-les de obediencia izquierdista quehabían combatido en Francia —losmaquis— intentaron la «reconquis-ta» de la Península por los valles pire-naicos [!Doc. 96]. Cuando ésta y otrasacciones de guerrilla rural y urbana (delucha resistente o de pura superviven-cia) fracasaron, la vía insurreccionalquedó definitivamente aparcada.

Fue el Partido Comunista de España (PCE) la principal fuerza deizquierdas que en el interior consiguió coordinar la oposición al franquis-mo. Desde la clandestinidad, los comunistas promueven gran parte de lasprotestas sociales que, a lo largo de la posguerra, se producen contra la Dic-tadura [!Doc. 45]. Los socialistas (PSOE) y otros partidos democráticos lle-garon, en cambio, a confiar en un posible pacto con los seguidores de donJuan de Borbón (hijo del fallecido Alfonso XIII) para componer un fren-te común de oposición en 1947. Pero al año siguiente don Juan prefirió acor-dar con Franco que el príncipe Juan Carlos fuera educado en España y ase-gurar así la vuelta de la monarquía. Para entonces el Gobierno de la Repúblicaen el exilio —minado por las divisiones internas— era ya más que nada unente simbólico. Entretanto, los anarquistas, que habían desplegado su acti-vidad opositora sobre todo en Cataluña, iban desapareciendo de la lucha calle-jera, acosados y abatidos por las fuerzas policiales.

La Real Academiadefine «maquis. (Del

fr. maquis, montebajo, denso e intrin-cado.) com. Persona

que, huida a losmontes, vive en

rebeldía y oposiciónarmada al sistema

político establecido».Así se llamó la

lucha organizada dela Resistencia fran-cesa, en la que par-ticiparon españoles

que luego penetraronen la península ibé-rica con la ingenua

—pero decidida—intención de precipi-tar la caída del régi-men franquista. A laderecha, un pasquín«editado en las mon-

tañas levantinas»llamando a la lucha.

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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OCURRENCIAS DE LA IGLESIA CUBANA Doc. 98

En los años cincuenta, un grupo de estudiantes grancanarios constituyó «unahermandad, hija de la represión y enfrentada a la mojigatería», a la cual lla-maron Iglesia Cubana, en directa alusión a la dictadura de Batista en la Cubade entonces, dada su semejanza con la situación canaria durante el «carco-fran-quismo» [Cf. La Provincia, 9 de octubre de 1983]. He aquí una de las ocurren-cias de aquella iglesia, contada por uno de sus “clérigos”:

«[...] Recordaré que fue por aquella época cuando fue designado don Joa-quín Ruiz-Jiménez ministro de Educación Nacional [1951-1956]. Me pare-ce que fue la primera ligera apertura del Régimen. Efectivamente el nue-vo ministro, [...] aunque adicto a los principios fundamentales delMovimiento-Inmóvil, estaba fuertemente impregnado de inquietudessocial-cristianas [...].

Pues a don Joaquín, al que le había dado con notoria ingenuidadla rebelina democrática, no se le ocurrió otra cosa que promover una espe-cie de Congreso Estudiantil en Madrid. [Se designaron], entre otros, al“Sumo Pontífice” [Luis Hernández Crespo] y al reciente “obispo” Inda-lecio [Cabezas Leal], como representantes electos de La Laguna en Madrid.

¡La que se armó allí! Horrorizados quedaron de la propuesta cana-ria a través de sus representantes: quitar de una puñetera vez las llamadas“Tres Marías” como asignaturas obligatorias, la Religión, la Educación Físi-ca y la llamada “Formación del Espíritu Nacional”. Como dijera el “SumoPontífice” ante unas aterradas 500 personas: “La primera porque es cues-tión de conciencia, la segunda porque o se hace bien o no sirve para naday la tercera, porque son un montón de batatas que no se las creen ni uste-des mismos”. (Para colmo, lo de “batatas” hubo de aclararlo, porque lospeninsulares no entendían los giros populares de nuestra habla).

Hubo calenturas —algunas—, mas lo sorprendente fue que lamayoría se adhirió a la propuesta entre grandes aplausos.

Tanto fue el susto entre los jerarcas del Régimen, que parece quela ola llegó hasta el mismo Consejo de Ministros, quien preguntóse alar-mado: ¿Qué es lo que pasa en Canarias? Y ordenaron al nuevo Ministroviniera a nuestras islas a enterarse sobre el terreno [...]».

A. Cantero Sarmiento: «De cuando el mismísimo Consejo de Ministros sepreocupó por la Iglesia Cubana», en La Provincia, 23 de octubre de 1988.

Doc. 971944: PROTESTAANTIFRANQUISTA

EN EL HIERRO«Hicimos un aniversariode la República. La cosacomenzó en el bar,comiéndonos un queso yuna miel y bebiendo vinoy charlando, charlando...Recordamos las épocas yempezamos a hacer unaespecie de programa, deproclama al pueblo, deque estábamos pasandopor una crisis terrible y quea eso no había derecho... Yasí empezamos a ofuscar-nos y preparamos la sali-da hacia el pueblo de LasCasas. Empezamos a darvivas a la República, vivasal Socialismo, abajo laopresión, abajo el franquis-mo... Íbamos cantando LaInternacional. La intenciónera hacer una manifesta-ción [...] pa' que vieran quetodavía quedaban raíces deantifranquismo, antiopre-sionistas» [Juan HernándezQuintero].

M. A. Cabrera Acosta: Larepresión franquista en El Hierro, 1985, p. 63.

«En marzo de 1947 fuedescubierta en esta Plaza

una OrganizaciónClandestina que no es unbrote aislado, sino que

contribuye a la posiciónde abierta rebelión en que

se hallan otras muchasafines dentro y fuera de

España, y que tenía rami-ficaciones en la isla de

Gran Canaria y La Palma».Informe del fiscal en el proceso militar

contra el PCE en el cuartel de SanFrancisco, La Laguna (6-IX-1947).

A la izquierda, el canario Juan José Luque (1890-1957) —secretariopolítico de la CNT en el interior— actuó de intermediario entre los

republicanos de la Alianza de Fuerzas para la Democracia y losmonárquicos de don Juan para forzar, desde el exilio, un cambio

pacífico en España [Cf. Canarias 7, 20-VIII-1990].A su lado, Germán Pírez Pérez, destacado dirigente comunista de

Canarias en los años cuarenta y cincuenta.

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UNA LARGA POSGUERRA

181

Al igual que en la Península, en Canarias el PCE [Doc. 101"] tam-bién se reorganiza, a partir de 1941, editando pasquines y periódicos clan-destinos —como Lucha, en Santa Cruz [!Doc. 44], España Combatiente, en LaLaguna, o El Obrero, en Las Palmas (1944-45)—, y respaldando algunosplantes y reivindicaciones laborales. Aunque lo cierto es que, aquí y allá,el aparato represivo del Estado [Doc. 99"] y la «pasividad pragmática de lamayoría» —por miedo, conformismo o apatía política— garantizarán lapervivencia del Régimen hasta la muerte en la cama del dictador en 1975.

Cataluña (Manresa, enero de 1946) y el País Vasco (Bilbao, mayode 1947) fueron escenarios de los primeros paros totales contra la gestióngubernamental. Suele, no obstante, señalarse la huelga de los tranvías bar-celoneses de 1951 —que derivó en una extendida protesta ciudadana y obre-ra— como el conflicto general de mayor envergadura del periodo posbéli-co. Del 53 al 55 (superados ya por fin los años del racionamiento) hay unrelativo repliegue de la acción combativa de la clase trabajadora: sólo peque-ños paros y huelgas muy ocasionales. En nuestras Islas, ese retroceso se pro-longará hasta finales de la década; entre otras razones, porque la ya de porsí débil, y mal avenida, disidencia clandestina sufre un serio revés en 1954con la detención de Germán Pírez —dirigente del PCE en Canarias—, yporque tampoco la Universidad de La Laguna se hace eco de las manifes-taciones estudiantiles habidas en la capital de España en 1956.

El alcance que en febrero de ese año tuvo la movilización de los uni-versitarios madrileños en pro de un Congreso Libre de Estudiantes —opues-to al SEU, sindicato oficial de inspiración falangista— obligará al Gobier-no a declarar el estado de excepción, dejando en suspenso por tres mesesvarios artículos del Fuero de los Españoles. El estudiantado canario se estre-nará en la contestación social poco más adelante, cuando los violentos cho-ques ocurridos en Tenerife por la subida de la tarifa de las guaguas.

actividad LIV

Fuente: F. Moreno Gómez: La resistencia armada contra Franco, 2001, p. 687.

Al lado, datos del sólidoestudio del profesor Moreno

Gómez sobre la guerrilla anti-franquista. En él se advierte

del error de «magnificar elnúmero de maquis infiltrados

desde Francia, y peor aúnatribuirles la iniciativa y laorganización de la guerrilla

en toda España» [p. 698]. Porsu parte, el historidor S.

Serrano calcula «entre 5 000-6 000» el número absoluto deguerrilleros, que aun así con-

siguieron «con tan pocosmiembros tener presencia en

la práctica totalidad de lageografía española»

[Maquis, 2001, p. 382].

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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SURGE CANARIAS LIBRE Doc. 100

El abogado y político Fernando Sagaseta relata, a su modo, los avatares de la oposiciónclandestina en Gran Canaria en la década de los cincuenta: las divisiones internas en elPCE y el nacimiento del movimiento Canarias Libre —que inicia una nueva fase en lalucha opositora contra la Dictadura— tras el asesinato legal de Juan García Suárez.

«Después de la muerte del Corredera empezamos a hablar, a cambiar impresio-nes porque había que actuar, hacer algo. Yo ya tenía contactos con sectoresde la Iglesia Cubana, porque era gente que me llamaba la atención por su pre-paración cultural, la crítica a la religión, etc. [...].

La Iglesia Cubana fue un embrión de Canarias Libre. Yo, después, leyen-do a Marx en uno de sus libros, recuerdo su planteamiento de que primero secomienza por la crítica a la religión, como hizo él, y después se termina conla crítica a la economía política. Creo que fue la toma de conciencia de quehabía que salir de la especulación para convertirse en una fuerza de cambio yno quedarse en palabras. Entonces, efectivamente, en Canarias Libre ingresóprácticamente toda la Iglesia Cubana [...].

La gente de la Iglesia Cubana tenía afinidades humanas y sociales; y polí-ticamente nos fuimos aglutinando. Por otro lado estaba Germán Pírez y el Par-tido Comunista, pero la situación interna era de división entre unos grupos yotros [...].

A finales de los 40 y principios de los 50 existía en el Partido Comu-nista una fuerte polémica porque Germán quería seguir siendo fiel a la polí-tica partidaria, que consistía en combatir la Dictadura mediante la guerra deguerrillas [...]. Germán tuvo el apoyo de algunos miembros del partido, peroera muy poca gente [...]».

Declaraciones de Fernando Sagaseta a S. Millares Cantero, en FernandoSagaseta. La vida de un luchador irremediable, 1994, pp. 117-120.

El Partido Comunista llegóa tener también una

importante presencia enla islas de Tenerife y LaPalma. Para esta últimaisla, Cabrera Acosta afir-ma que, hacia 1947, «noresulta aventurado supo-nerle la existencia de másde ciento cincuenta mili-

tantes activos».

Fuente: J. Alcaraz y M.A. Cabrera (1992).

En este manuscrito de finales de 1942 se lee: «1.º) Que los JefesLocales [de Falange] manden fichas e informes que obren en elarchivo, es decir una relación de los individuos que se haya infor-mado a cualquier autoridad. 2.º) Relación de las personas deizquierdas que se consideren enemigas del Movimiento, condomicilio de cada uno. 3.º) Personas anglófilas. 4.º) Nota de todaslas personas que hagan manifestaciones en contra del Movimientoy a favor de los anglo... [ilegible], tanto izquierdas como derechas.5.º) Nota de chistes y bulos, con expresión de las personas que loshagan» [Cit. por J. M. Rodríguez Yanes: «Algunas notas sobre lavida política de Los Silos (Tenerife). 1931-1942», 1980, p. 49].

«El capitalismo español forma unaunidad con el régimen presente,de forma que ambos se ayudan

mutuamente. El régimen asegurael orden público, y da garantías de que

los obreros no se levantarán contrauna situación que no les beneficia.

El capitalismo respaldará al régimen contodas sus fuerzas y le sostendrá en

los momentos de crisis».J. M. Méndez: Agricultura y desarrollo económico,

Madrid, 1963, p. 65.

BAJO VIGILANCIA Doc. 99

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UNA LARGA POSGUERRA

183

La intermitente conflictividad laboral que viven entonces las zonasindustrializadas del país —consecuencia de la inflación y los bajos salarios—culmina en marzo de 1958 con la contundente huelga de los mineros astu-rianos. Y, de nuevo, se decreta el estado de excepción. Sin embargo, comoresultado de esa misma presión obrera, en abril fue promulgada la Ley deConvenios Colectivos, que permitía negociar entre empresarios y trabaja-dores la retribución salarial, reduciendo al mínimo las reglamentaciones delMinisterio. La Ley incluso animará a los dirigentes obreros a internarse enla Organización Sindical (sindicatos verticales) para forzar, desde dentro, con-venios más ventajosos.

La ejecución de Juan García Corredera [Doc. 104"] en Las Palmas, el19 de octubre de 1959, va a causar en todo el Archipiélago una conmocióncolectiva de cierta trascendencia; aunque sin conseguir la resonancia que tuvie-ron, en la opinión española e internacional, otras penas de muerte ordena-das por Franco. Nadie aquí comprendió que, a veinte años del final de la Gue-rra Civil, se condenara al garrote a un paisano —el más célebre de nuestroshuidos— por un delito de rebelión militar. Pero el cumplimiento de la sen-tencia puso de manifiesto que, después de tanto tiempo, no habían cambia-do ni la inmisericorde actitud del dictador ni la esencia represiva de su poder.

En términos políticos, el caso del Corredera hizo aflorar el «senti-miento de rebeldía» de un colectivo de profesionales jóvenes (abogados,profesores) que, desde posiciones críticas, crearon el movimiento Cana-rias Libre (1960-1962), reflejo en la lejanía de los primigenios ideales dela triunfante Revolución cubana [!Doc. 98 y 100]. De aquella iniciativa bro-

tarán las nuevasformas de opo-sición al fran-quismo que enestas Islas seensayaron a lolargo de los añossesenta.

actividad LV

El miércoles 14 demayo de 1958 elmatutino Falangeinsertaba —en su

segunda página— ladetención, despuésde «once años» (enrealidad, muchos

más) de JuanGarcía Suárez.

Fuente: A. Carreras, «Dinámica económica y cambio estructural durante el decenio bélico,1936-1945», cit. por M. T. Pérez Picazo: Historia de España..., 1996, p. 244.

Señala AntonioMacías que en

Canarias, durante elMando Económico(1941-1946), «la

insuficiencia de laoferta doméstica y

la también escasa ycara oferta peninsu-lar hicieron que los

precios subieranmuy por encima dela media nacional(un 78,7%, frenteal 54,3%), con laconsiguiente ruinade los salarios rea-les» [«Canarias: unaeconomía insular...»,

2001, p. 495].

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

184

UNA GUERRA: DOS BIOGRAFÍAS

«Un cacique fue en loantiguo el hombre quegobernaba un puebloconforme a las leyesde ese pueblo mismo;si ser cacique es eso,yo he sido cacique».

Matías Vega, 20-XI-1982.

Así se expresaba Matías Vegaal hacer balance de su vidapública. Una autodefensa que re-cordaba lo manifestado por su ad-mirado León y Castillo (†1918):«Si servir con abnegación y cons-tancia al país en que nací escaciquismo, yo me preguntoentonces: el patriotismo, ¿en quéconsiste?» [Mis Tiempos, tomo II,1978, p. 311]. Justificacionespersonales aparte, para los círcu-los de poder tinerfeños uno yotro fueron «caciques que actua-ron siempre a favor de GranCanaria». Empero, quienes elo-giaron a Matías Vega le conside-raban «un buen cacique», aunque—como apunta el escritor E.González Déniz— «ese poderomnímodo que detentaba y ejer-cía le concedía el privilegio deser generoso cuando así lo desea-ba y estricto cuando le apetecía.Un personaje de esta índole serige por sus propias reglas ypuede ser incluso benefactor deuna sociedad, pero siempre segúnsu propio criterio, nunca enrazón de la voluntad mayoritaria»[Canarias 7, 16 de julio de 1989].

• Nace en Las Palmas (Gran Canaria) el 25 de julio de 1905 en el seno deuna familia de clase media.• Asiste en su infancia al colegio de San Agustín, y cursa el bachillerato enel nuevo instituto de segunda enseñanza, aunque acaba esta con los jesui-tas del San Ignacio de Loyola, centro en el que estudian los hijos de la mino-ría pudiente. Inicia la carrera universitaria de Derecho en La Laguna, quecontinúa en Granada, donde se licencia en 1928.• Regresa a Las Palmas para ejercer durante la República (1931-1936) laactividad política de la mano de su mentor, José Mesa y López: en las muni-cipales de abril de 1931 figura entre los monárquicos que ganan en LasPalmas; representa a la patronal en los comités paritarios de Comercio yBanca, y en 1933 es designado presidente de las juventudes del Partido Popu-lar Agrario Autónomo (PPAA), de signo conservador.• Se casa con Clara Rosa Sintes Rodríguez, nieta del financiero RodríguezQuegles, de cuyo banco será Matías Vega depositario y heredero consor-te. El matrimonio no tendrá hijos.• En las elecciones de febrero de 1936 es candidato a las Cortes republi-canas por el PPAA, pero el partido —a causa de la división de las dere-chas— no obtiene ningún escaño.• Al estallar la Guerra Civil —en julio de 1936— ingresa, como oficial decomplemento (teniente jurídico militar), en las filas del Ejército sublevadoy se apunta a Falange Española. Interviene en consejos de guerra y se encar-ga, hasta 1942, de los expedientes de los mutilados en combate.• La Guerra interrumpe su carrera política: hasta 1945, Matías Vega se vesometido a una relativa marginación por parte de la influyente fracción cató-lica y agraria de la derecha insular, que también aparta de la política a suprotector, Mesa y López. Pero en agosto del 45, año de relevos, el gober-nador civil —por recomendación del ministro Blas Pérez— nombra a VegaGuerra presidente del Cabildo de Gran Canaria, cargo que ejercerá hasta1960.• De su gestión al frente del Cabildo en esos quince años, él mismo desta-cará «la creación del Archivo Histórico Provincial, la Casa de Colón, la Gran-ja de Experimentación Agrícola, la Escuela de Hostelería, el Museo de PérezGaldós en su casa natal, también el de León y Castillo en su domicilio deTelde, la repoblación de la isla, la terminación de las presas de Chira y Aya-gaures, la construcción de las primeras 402 viviendas de la Barriada de Zára-te, el Jardín Canario. Se inició una labor impulsora de los establecimientossanitarios, el primer tramo de la autopista del Sur y otras muchas cosas más»[Canarias 7 Semanal, 20 de noviembre de 1982, p. 17].• Durante la década de los cincuenta reúne una de las mayores fortunas delArchipiélago. Consigue consolidar su patrimonio no tanto como empresa-rio, sino como accionista de diversas compañías y asesor de múltiples nego-cios desde su privilegiada posición política. Asimismo ocupará cargos enlas directivas de varias entidades sociales y culturales (Gabinete Literario,Museo Canario...). Y fue procurador en las Cortes franquistas.• En cuanto a la ejecución de Juan García, mucho tiempo después el aboga-do que lo defendió en el Consejo de Guerra declarará: «Entiendo que MatíasVega no se movió en favor del Corredera lo que pudo haberse movido».• Capitanea la Editorial Prensa Canaria, de la que será durante muchos añosprincipal accionista. Como presidente de esta empresa, editora de los perió-dicos Diario de Las Palmas y La Provincia, tendrá en sus manos el controlde la información y de la opinión pública insular.• En 1960 es designado gobernador civil de Barcelona, pero por su inefi-caz actuación durante unas inundaciones es destituido y nombrado emba-jador en Venezuela en 1962. Muere, alejado de la política, el 10 de julio de1989.

Matías Vega Guerra Doc. 103

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Doc. 104 Juan García Corredera

UNA LARGA POSGUERRA

185

Elaboración propia. Fuente principal: J. Alcaraz/A. Calzada/G. Socorro.

«Yo he sido un desgra-ciado en esta vida.

Comencé a trabajar alos doce años, porquetuve que mantener a

mi madre y a mis her-manos pequeños...».

Juan García, 19-X-1959.

Así comenzaba Juan García elrepaso de su vida la noche en que

esperaba su ejecución. Fue unadeclaración en voz alta ante

Pildain: «No se preocupe, señorobispo, porque yo podría confesar-

me en una plaza pública» [Cf. A.Calzada Fiol: «La última noche deEl Corredera», en Canarias 7, 15-

18 de octubre de 1989]. Todas lassolicitudes hechas a Franco paraque conmutara la pena máxima

fracasaron: «¡Pero aún no se hancargado a ese sinvergüenza!», dicenque exclamó el dictador cuando selo pidieron. Sólo se consiguió quela ejecución no fuera por fusila-

miento, sino a garrote vil; más quenada para ganar tiempo (había

que enviar un verdugo de la Penín-sula) a ver si el jefe del Estado se

apiadaba... Quizás pesaba encontra del Corredera la leyenda de

que, en julio de 1936, había parti-cipado en un intento de atentar

contra la vida de Franco cuandopasó por Las Palmas camino delalzamiento. Fue condenado por

rebelión militar, lo que le convierteen «el último muerto canario

de la Guerra Civil».

• Nace en Telde (Gran Canaria) el 3 de septiembre de 1913. La familia delos Corredera se dedica a la compraventa de animales: el apodo les vienedel oficio de su abuelo, que hacía correas para las bestias.• Cuando cumple ocho años va a la escuela, pero a los doce la precariasituación familiar le obliga a trabajar como jornalero. Con diecisiete, seemplea en un empaquetado de frutos, donde conoce al sindicalista Pan-cho Casimiro (comunista) y al luchador Faro de Maspalomas (simpatizantesocialista).• Se inscribe en la Sociedad de Trabajadores de Telde, surgida en 1931, ymilita en las filas del Partido Comunista, colaborando activamente con elmovimiento obrero de su localidad durante la etapa republicana (1931-1936).• En 1934 se casa con María Sánchez Santana, que trabaja de criada parauna acomodada familia teldense. Dos hijos de Juan y María morirán a lospocos meses de nacer. Sólo le sobrevivirá una hija, Dolores, fruto de unarelación extramatrimonial.• Triunfante el Frente Popular (febrero de 1936), y en el transcurso de unahuelga general por motivos salariales, se produce un encontronazo verbalentre Corredera y Vicente Trujillo, empleado que —siguiendo órdenes desu patrón— se niega a cerrar la carnicería donde trabaja.• El 19 de julio de 1936, Juan García interviene, junto con Casimiro y otroscompañeros, en una concentración antifascista en la plaza de San Grego-rio (Telde), donde hay disparos y un muerto. Desde esa tarde, el grupohuye a esconderse en los montes cercanos. Corredera será declarado pró-fugo por no presentarse a filas para ir a la Guerra.• Habita diversas cuevas en los barrancos de la isla. A mediados de 1940consigue trabajo en la factoría de salazones de pescado Lloret y Llinares yse instala en el barrio de Guanarteme de la capital insular. Su familia, enTelde, es objeto de continuos y vejatorios registros por parte del carnice-ro Vicente Trujillo y un séquito de falangistas que buscan a Juan García.Una hermana de éste morirá de tuberculosis coincidiendo con los años enque se hacen más violentos aquellos registros (1944-1946).• El 8 de noviembre de 1947, Casimiro y el Faro invitan al Corredera, quese encuentra en Telde, a la fiesta del barrio. Al amanecer del día siguiente—después de beber toda la noche— los tres se dirigen a la lonja de Vicen-te Trujillo. Tras un breve intercambio de palabras, Juan dispara y mata alcarnicero cuando éste le amenaza con un cuchillo.• Corredera y Casimiro huyen de nuevo. A principios de diciembre consi-guen ocultarse en casa de una amiga en La Barranquera (Telde), pero sondelatados: tres agentes municipales intentan capturarlos y se produce untiroteo en el que muere uno de los guardias.• Casimiro es detenido a los pocos meses (abril de 1948), pero Juan Gar-cía permanecerá escondido durante diez años más. En ese tiempo su refu-gio habitual es una cueva del barranco de Silva, aunque las autoridades lle-gan a creer que se ha fugado a Venezuela. Juan confecciona sombreros depaja que luego su hermano Antonio vende. El 11 de mayo de 1958, estan-do ambos de caza furtiva en La Culata, Corredera es reconocido y heridopor un guarda jurado. Y se entrega.• Por estos hechos, la Audiencia Provincial lo sentencia a nueve años deprisión en enero de 1959. Sin embargo, el 3 de julio de ese año un con-sejo de guerra lo condena, por un delito de rebelión militar, a la pena demuerte.• De nada sirve la intercesión del obispo Pildain y del abogado defensor,Alfonso Calzada, para que Franco conmute la pena. A las 6 h del 19 deoctubre de 1959, Juan García Suárez es ejecutado a garrote vil en el patiode la prisión de Barranco Seco. La prensa insular no se hace eco de sumuerte.

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