19 jose de anchieta y pedro claver

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JOSE DE ANCHIET A PEDRO CLAVER

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JOSE DE ANCHIETA

PEDRO CLAVER

Músico, poeta, autor teatral; el primero que

estudió las costumbres de los indios del Brasil;

médico, investigador de

las plantas y de la naturaleza;

negociador y diplomático con

las tribus indígenas;

fundador de ciudades...

Todo esto se puede decir de José de

Anchieta, además de que fue jesuita y

vivió como un santo.

Nació en La Laguna, en la Isla de

Tenerife, y era el tercero de diez

hermanos.

Su padre, que llegó a ser alcalde de

aquella ciudad, había emigrado de

Guipúzcoa y era pariente lejano de

San Ignacio de Loyola

Esto era el año 1532, recién descubierta América, y cuando empezaba a ser corriente el ver los primeros libros hechos a imprenta.

A los quince años, José

había hecho todos

los estudios

que podían hacerse

en la isla, y

sus padres decidier

on enviarlo

a la Universidad de

Coimbra, en

Portugal.

Por la universidad circulaban entonces las cartas que periódicamente escribía

desde las Indias San Francisco Javier, el primer misionero jesuita. Leyéndolas, a José de Anchieta le entraron ganas de

hacer con su vida algo que mereciera la pena, por Dios y por la gente que vivía

de manera tan atrasada. ¡ Y vaya si lo consiguió...!

Diariamente se encontraba en clase

con un grupo de jóvenes jesuitas.

Quiso ser como ellos, y sus padres le dejaron.

Una vez que estuvo con los jesuitas, no tardó en mostrar su deseo de ser misionero.

Tenía veinte años, y todavía estudiaba para sacerdote cuando consiguió que le enviaran al Brasil.

Eran años en que muchos españoles y portugueses se iban para las tierras recién descubiertas de

América: unos, como soldados; y otros, como mercaderes y

con la idea de hacerse ricos. Pero...

... Pero había otros que iban como

misioneros, y con el deseo de

enseñar a los indios a vivir una vida más humana

y a creer en Jesús, Nuestro Señor.

Cuando él llegó, en Brasil todo estaba

por hacer. Los portugueses habían ocupado aquellas tierras pocos años

antes. Pero él quería entenderse con los

indios, y nadie sabía su lengua. Quería enseñarles, y no le

podían entender. Así que empezó por

estudiar el lenguaje de los indígenas -los indios “tupis” y los indios “lamoyos”-

y…

… y acabó componiendo

la primera gramática y el

primer diccionario tupí, además de un catecismo en esta

lengua.

Gracias a él, otros europeos pudieron aprender más tarde la lengua que más se hablaba

en el Brasil.

Lo cierto es que conseguía todo lo que

se proponía.

Como a los indios les gustaba mucho

representar teatro y cantar, Anchieta

escribió canciones y obras de teatro con las que les enseñaba las buenas costumbres y

las verdades de la religión.

También escribía poesías en lengua tupí, en castellano, en latín o en portugués, porque dominaba las cuatro lenguas. Fue el mejor

escritor del primer siglo colonial.

Junto con otros jesuitas que habían ido de Portugal, creó un

colegio en la aldea de Pirantininga, fundada

también por los jesuitas. Escribía muy

contento contando cómo “los niños

aprenden a leer y escribir, saben cantar

en misa y aborrecen las costumbres de sus

padres”. Y es que éstos eran

guerreros antropófagos que se comían a sus

prisioneros.Más tarde cambiaron el

nombre de Pirantininga por el de Sao Paulo, que

en la actualidad es la ciudad más grande de

Brasil.

En una guerra entre indios y soldados portugueses, se ofreció para hacer de intérprete y conseguir la

paz.

Se metió con los portugueses por tierras desconocidas hasta la

aldea de Iperoig; pero, a mitad de las

negociaciones, los portugueses se

retiraron, y él tuvo que quedarse como rehén, porque los indios no se

fiaban. AldeadeIperoig

Pasó muchos peligros y mucho miedo.

Aquellos indios no eran cristianos, y sus

costumbres eran muy bárbaras. Celebraban

fiestas en las que comían carne

humana, se emborrachaban y se

entregaban a mil excesos.

Pensó que en cualquier momento podían

matarlo o hacer con él cualquier barbaridad.

Durante las semanas que pasó en prisión, se

consolaba pensando en cosas buenas y

componiendo una vida de la Virgen en verso.

Como no tenía en dónde escribir, componía de

memoria, y otras veces escribía en la arena de

la playa para aprenderse los versos de memoria después.

Cuando regresó a su aldea cristiana de Sao Vicente, terminó aquel

largo poema, compuesto por cerca de cinco mil versos.

Él se fijaba en las costumbres de unas

tribus y otras, observando al

mismo tiempo la naturaleza.

De este modo, descubrió el valor

medicinal de muchas plantas.

Utilizándolas luego inteligentemente, se ganó la fama de

que curaba enfermedades, que por entonces eran

incurables.

Unido todo ello a su bondad y al hecho

de que le llamaban

“el amigo de Dios”,

los indios acabaron convenciéndose de que podía resucitar

a los muertos y adivinar el porvenir.

Esto ocurre muchas veces con las

personas santas.

Su interés por la Naturaleza le llevó a estudiar los insectos y los animales de aquellas tierras, que en

Europa no se conocían.

De aquí vino la leyenda de que su amistad

con los animales era tal que podía

dialogar con los papagayos.

Otra leyenda dice que amansó a un toro

bravo con sólo darle la bendición, y que

besaba a las serpientes

venenosas y las llevaba encima para

que no hicieran daño.

Sintiéndose muy mayor y cansado, pidió que le llevaran a morir a

Reritiba, una aldea de indios que él había

fundado y cuyos habitantes eran para

él como sus hijos. Aún tuvo fuerzas para

escribir una obra de teatro musical que

concluía con los siguientes versos a la

Virgen:

“Me parto sin partir de Vos, Madre y Señora,

seguro que en la hora final de mi vivir

seréis mi auxiliadora”.

El día 9 de junio de 1597 falleció

rodeado del cariño y la admiración de

los indios.

Tenía 64 años y había vivido 44 en Brasil.

El pueblo donde murió se llama ahora ANCHIETA.

La noticia corrió como la pólvora de poblado

en poblado:

“El padre no vive” (El pagé Gauça nao

vive).

Pero alguien respondió con la frase:

“El padre no muere”.(El pagé Gauça nao

morre)

En Brasil, su recuerdo es permanente.

La más importante autopista se llama Vía

Anchieta.

Se le han dedicado estatuas y calles en

muchas ciudades, y llevan su nombre

muchas escuelas y hospitales.

En Brasil es considerado como uno de los fundadores de la

patria.

El Papa Juan Pablo II, al declararlo beato, le presentó como

el principal

“Apóstol del Brasil”.

¿Dónde nació José de Anchieta?, ¿en qué

país murió?

Nació enlas IslasBalearesy murió

enBrasil

Nació enlas Islas

Canariasy murió

enMexico

Nació enlas Islas

Canariasy murió

enBrasil

Nació enlas Islas

Canariasy murió

enEspaña

Además de hacerse jesuita, ¿qué

actividades realizó en su vida?

Además de jesuita

fueobispo ymédico

Además de jesuita

fuefutbolista

ytorero

Además de jesuita

fueescritor ymédico

Además de jesuita

fueescritor eingeniero

¿En qué universidad estudio antes de hacerse jesuita?

Estudióen la

universidadde

SalamancaEstudió

en launiversidad

deParís

Estudióen la

universidadde

CoimbraPortugal

Estudióen la

universidadde

La LagunaCanarias

¿Qué cartas influyeron en José de

Anchieta para que desease ser jesuita y

misionero?

Las cartasque

escribíaSan

Ignacio deLoyola

Las cartasque

escribíaSan Fco.JavierdesdeParís

Las cartasque

escribíaSan Fco.Javier

desde laIndia

Las cartasque

escribíaSan Fco.JavierdesdeRoma

¿Qué dos cosas querían los

misioneros para los indios del Brasil?

Quebailasensamba

ybuscasentesoros.Que fuesen

obedientesa los

soldadosy

trabajasenpara ellos.

Ayudarlescomo

personasy que

creyesenen

JesuCristo

Ayudarlescomo

personasy que

lesvendiesensus tierras

¿Para qué escribía canciones y obras de

teatro?Para

enseñara los

indiosla lengua

portuguesa

Paraenseñarmás fácil

a losindios abailar elcarnaval.

Paraenseñarmás fácil

a losindios el

EvangelioParaenseñarmás fácil

a losindios a

estarquietos.

En cierta ocasión estuvo prisionero de

unos indios, ¿qué escribió mientras

tanto?Escribióun granlibro de

gramática

Escribióun granpoema

alSeñor

Escribióun granpoema

a laVirgen.

Escribióun granpoemapara

la danzade la

lluvia.

José Anchieta fundó una aldea que con el tiempo se ha

convertido en la segunda ciudad más importante de Brasil, ¿cómo

se llama esta ciudad?Esta

ciudadse llamaRecife

Estaciudad

se llamaRio deJaneiro

Estaciudad

se llamaSao Paolo

Estaciudad

se llamaBello

Horizonte

¿Qué hacía para curar ciertas enfermedades que

entonces parecían incurables?

Contabacuentos

a los niñosenfermos.

Llevabaal teatro

a losenfermos.

Estudiabay usabaplantas

medicinales

Poníainyecciones

a losenfermos

Al declararle santo, ¿cómo llamó el Papa Juan

Pablo II a José de Anchieta?

Le llamóapóstolde losIndios.

Le llamóapóstolde los

esclavosnegros.

Le llamóapóstol

delBrasil

Le llamógran

compositorde poemas

Quién fue

San Pedro Clave

rPase de diapositivas manual

Pedro Claver ha pasado a la historia con el sobrenombre de “el esclavo de los negros”. Vivió en Cartagena de Indias, principal puerto de la recién descubierta América del Sur.

Dedicó su vida a defender y ayudar a los esclavos que cazaban los “negreros” en Africa, para venderlos en América como si fueran ganado.

“Después de la vida de Cristo –dijo el papa León XIII- ninguna vida me ha conmovido tanto como la de San Pedro Claver”.

Nació en Verdú (Lérida) en 1580, el menor de 5 hijos de una familia de labradores acomodados. Su madre murió cuando él tenía 13 años. De su juventud, apenas se puede señalar nada especial. Fue un chaval normal.

Recordaba mucho a su madre y las palabras que le solía repetir: “Dios te dirá lo que tienes que hacer”.

Y también: “Tú sé bueno y no sueñes con ser muy rico. Piensa más bien en ser como los santos…”

Empezó a pensar en hacerse cura y, para poder estudiar, su padre le mandó con 16 años a casa de sus tíos de Barcelona. Tuvo que esforzarse mucho, porque en el pueblo no se estudiaba gran cosa y los jóvenes de la ciudad sabían más que él.

Desde su ventana veía todos los día la casa de los jesuitas. Y le fueron entrando poco a poco ganas de ser como ellos: “Siempre que podía me iba allí para hablar con ellos. Y decidí estudiar muy duro para conseguir que me admitieran como jesuita”.

A los 22 años se hace por fin jesuita “decidido –como él mismo escribió- a hacer sólo lo que hacía Jesús: ayudar a los hombres, sin miedo al cansancio ni al sufrimiento, ni siquiera a la muerte”.

En 1605 le destinaron al colegio “Montesión”, de Palma de Mallorca, donde entabló gran amistad con el hermano portero, el que más tarde sería San Alonso Rodríguez.

Pedro siempre llamó al hermano Alonso “su maestro”.

El Hermano Alonso no había podido conseguir lo que siempre soñó: ir de misionero a las jóvenes tierras de América. Todas las noches hablaba un ratito con Pedro y, poco a poco, le fue inculcando la idea de que él sí podría realizar ese gran sueño misionero…

Y en 1610, Pedro consiguió su sueño: el destino a América, tenía 30 años. Partió de Sevilla para Cartagena, de donde ya no regresaría. Durante el viaje empezó a ayudar en el mismo barco: hizo de enfermero y hasta de cocinero para la gente más pobre.

En una libreta llevaba los consejos que le había dado el hermano Alonso: “No pienses en hacer más que lo que hizo Jesús”. “Si te insultan o se ríen, piensa que así te parecerás más a Jesús”. Etc.

En Cartagena, conoció a otro gran hombre, el P. Sandoval, que se dedicaba a atender a los negros que llegaban de África como esclavos. A Pedro le nombraron su ayudante. Pero al año siguiente, destinaron a Sandoval al Perú y Pedro se quedó solo.

Y allí va a permanecer durante 40 años. Las cosas no le iban a resultar fáciles. “Si fueran fáciles se harían solas” –solía decir. Y es que no disponía de medios materiales, ni le iban a comprender su labor muchas personas ricas e influyentes…

Vivía en una habitación muy pobre y humilde. Desde su ventana podía contemplar el mar y las naves de los negreros cuando se iban aproximando a la costa. Era su observatorio estratégico.

Habitación de Pedro Claver que se enseña en Cartagena.

En cuanto llegaba un barco “negrero”, Pedro saltaba a cubierta y les consolaba y curaba, repartiéndoles también fruta y alimentos… Los esclavos no podían entender: ¡unos blancos los cazaban y ahora venía otro para ayudarles y consolarles… !

Para poder comunicarse con ellos, aprendió la lengua de Angola y usaba intérpretes para otras lenguas.

Sin embargo, la lengua en la que mejor se hacía entender era la del cariño y la acogida.

Lo de los esclavos era un negocio redondo, pero “terrible”: comerciantes europeos sin escrúpulos, cazaban en África a los negros como si fueran animales, los amontonaban en bodegas de sus barcos y los llevaban a América para vender en los mercados.

Algunas personas se oponían, y protestaban ante las autoridades por la existencia del mercado de esclavos; pero otros decían que los negros no tenían alma y que no eran personas…

Pedro decidió defenderlos costara lo que costara: “¡Qué más quisiera yo que poder liberarlos a todos! Pero no puedo hacerlo”.

Empezaron a denunciarle ante el obispo y las autoridades, hasta intentar incluso que se le prohibiera hablar con los negros.

En Cartagena, Claver es acusado de contaminar la iglesia con los negros. Muchos ricos y poderosos de la ciudad le desprecian y le denuncian, pero él no se inmuta. Se ha trazado un camino y piensa seguirlo hasta la muerte.

Iglesia y casa de Pedro Claver

en Cartagena (Colombia)

Unas señoras devotas protestan: “los negros dan mal olor y se pierde la devoción. Sería mejor una capilla aparte para ellos”. Pedro Claver les contesta: “Mis negros están lavados con la sangre de Jesucristo, y son hijos de Dios con los mismos títulos que lo sois vosotras”.

Cartagena de Indias

Consiguió al menos que ningún esclavo saliese de la ciudad de Cartagena sin haber sido instruido y bautizado por él. De este modo, reconoció haber bautizado a no menos de trescientos mil.

La ceremonia del bautismo se hacía con mucha solemnidad y quedaba grabada en la mente de los negros. Sabía que una buena representación o una buena imagen era el mejor método de enseñanza para poderse comunicar con ellos.

Se hizo célebre un enorme cuadro con Jesús en la Cruz. Un sacerdote recogía su sangre y la echaba sobre un negro arrodillado. En la parte inferior, había dos grupos de negros: unos limpios y sonrientes, y otros sucios y tristes sin bautizar… Eran sus métodos…

Pero por encima de todos estos métodos, se hacía entender a través de la bondad y el cariño que ponía en atenderles. Y ése era el mejor argumento y el que más les convencía.

Con los blancos era serio y con los negros muy cariñoso. Como tenía fama de santo, todo el mundo quería confesarse con

él. Algunas grandes damas no querían esperar y se “colaban” en la fila de los negros; salía Pedro Claver y las mandaba a la cola.

Había muchas enfermedades contagiosas y Pedro atendía a todos, negros, blancos, incurables… También a los condenados a muerte, y otros marginados…

Cuentan que solía extender su capa para que se recostara gente con llagas, mientras les hacía la cama. Luego se la vestía, y no era raro que la tuviera que lavar varias veces al día. La gente decía que aquella capa, en lugar de oler mal, despedía un perfume especial…

A un negro llagado a quien nadie socorría por lo repugnante de su aspecto y olor, lo visitó cuatro veces al día durante muchos meses. A otro hermano negro lo acogió en su propio aposento, con escándalo de los de casa, y le cedió su propia cama hasta que le encontró otro acomodo confortable.

Al fin, sucumbe también él y cae víctima de una parálisis rara, desconocida. Es la última prueba.

Sufre porque no puede visitar a sus enfermos... y a los esclavos. Y Pedro Claver pasa así cuatro años impedido, sin poderse mover.

El día 6 de septiembre de 1654 corre por la ciudad una noticia: el Padre Claver se está muriendo. Su habitación se llena de negros y de blancos. De todas partes acude gente que le quiere ver, que le quiere oír por última vez, que quiere tocar sus manos. Así durante sus dos últimos días.

El día de su muerte, se conmovió todo Cartagena. El puerto se paralizó, los cañones dispararon salvas, para manifestar la admiración por parte de todos, especialmente de los negros.

Los prodigios que siguieron a su muerte fueron enseguida abundantes.

Sin embargo, hubo que esperar hasta el año 1888 para que lo declararan santo.

San Pedro Claver: un santo actual, que tiene mucho que decir

al hombre moderno.

Todo un ejemplo de cómo amar y defender al pobre y al marginado,

ejemplo de lucha en favor de los derechos humanos, y de denuncia de toda injusticia, racismo y discriminación.

Los jesuitas, como Pedro Claver, están presentes en todos los rincones del mundo.

Su tarea es:

• Anunciar a Jesús y su Evangelio

• Defender la fe y la justicia. • Ayudar a muchos jóvenes a

crecer, para que cuando sean mayores participen en la tarea de hacer entre todos

¡un mundo mejor!