2. Paulo Lockmann

download 2. Paulo Lockmann

of 8

Transcript of 2. Paulo Lockmann

  • 7/30/2019 2. Paulo Lockmann

    1/8

    PERDNANOS NUESTRAS DEUDASUna meditacin sobre la oracin: una forma

    de lucha y resistencia a la opresin

    1. Introduccin: el Padre Nuestro en el marco delas formas de oracin del mundo judaico

    Es interesante comenzar subrayando que la experiencia de la oracin en elmundo judaico es, antes de todo, una experiencia comunitaria, pues, un judo, inclu-so cuando oraba solo, lo haca en la condicin de miembro del pueblo de Dios (Sal.35, 18; 111, 1). Esto nos permite ver cmo podemos ser arrancados de una tradicinbblica de piedad que engendra compromiso comunitario y transformacin, hacia

    una experiencia de oracin que es individualista y profundamente desligada de losproblemas de la comunidad. En el mundo judaico, cuando la oracin era una spli-ca individual, profundamente ntima, el Dios invocado era el Dios de los padres, elDios de la comunidad: ... Se acerc el profeta Elas y dijo: Seor, Dios de Abra-ham, de Isaac y de Israel... (1R. 18, 36; 1R. 8, 22; 2 R. 19, 15).

    La tradicin de la oracin como experiencia comunitaria de compromiso, sepropag en la vida de la Iglesia Primitiva, tanto en el culto pblico (1Cor. 11,4-5;14, 13-16) como en las reuniones menores (Mt. 18,19-20). En este texto de Mateo,Jess liga una promesa especial con la oracin comunitaria; esto sin dejar de consi-derar la oracin individual, pero que segua siendo al Dios de la Iglesia (comuni-dad). La experiencia de la comunidad de Jerusaln, muestra que la experiencia de laoracin comunitaria fue el medio de resistencia a la violencia y a la opresin pro-veniente ora de las autoridades judaicas, ora de Herodes (Hch. 12, 4-5).

    Pensando ms objetivamente en las formas de oracin del mundo ju-daico, tenemos que resaltar la forma que en la poca de Jess, era la msusual. O sea, el Shem: Escucha, Israel, el Seor, nuestro Dios, es el nicoSeor (Dt. 6,4). Esta forma introductoria deuteronmica, vena acompaada

    de una confesin de fe histrica del memorial de liberacin del yugo del Fara-n: ... cuida de no olvidarte del Seor, que te sac de la tierra de Egipto,de la casa de servidumbre... (Dt. 6,12). As, la oracin era una invocacin

    PAULO LOCKMANN

  • 7/30/2019 2. Paulo Lockmann

    2/8

    al Dios liberador, y aunque tengamos que reconocer que los crculos farisaico-rab-nicos donde tales formas de oracin proliferaban, no eran reconocidos precisamen-te por una prctica liberadora, debemos, no obstante, rescatar del interior de estasformas de oracin el potencial de justicia y liberacin que ellas tienen. Podemos

    decir que esto fue exactamente lo que hizo Jess con el Padre Nuestro. De acuerdocon Jeremas1, al comenzar por la invocacin, el Padre Nuestro depende literaria-mente del Qaddish, antigua oracin sagrada aramea. Con ella se cerraba el oficio enla sinagoga en tiempos de Jess. Casi podemos afirmar que Jess transforma estaoracin, el Qaddish, conocida del pueblo, y le da un contenido nuevo de com-promiso, como veremos en lo que sigue.

    II. El Padre Nuestro en el marcode la tradicin de Mateo y de Lucas

    En la estructura del evangelio de Mateo, el Padre Nuestro se inserta en la uni-dad literaria llamada el Sermn del Monte, que es el primer discurso de los cincoexistentes en este evangelio. No podemos decir que sus tres captulos son un resu-men del evangelio, como quieren algunos exegetas, pero s que en las peticiones delPadre Nuestro, estn sintetizados los elementos fundamentales de la prctica deJess en el evangelio de Mateo.

    Es interesante destacar que la unidad donde se encuentra la oracin del Seor,tiene una introduccin profundamente inserta en lo cotidiano judaico: el Sermn delMonte presenta a Jess como maestro y como profeta. El comentario de Strack yBillerbeck nos advierte sobre el hecho de que ya la introduccin (5,1) respira un esti-lo narrativo y tipolgico judaico, donde al retirarse con los discpulos, Jess imitauna prctica rabnica. Los rabinos se retiraban frecuentemente a lugares aislados convistas a ensear a sus discpulos2. Al subir al to oros (el monte), se subraya clara-mente una tipologa con el xodo, con Moiss. Queda as claro el potencial de libe-

    racin y de compromiso que encierra todo el Sermn del Monte, incluido el PadreNuestro.Ya en el evangelio de Lucas tenemos una versin corta con cinco peticiones,

    sin especificar el lugar geogrfico en que la misma es presentada. El contexto es elde los discpulos queriendo aprender a orar, seguido de una parbola sobre el deberde orar con perseverancia, mientras en Mateo se inserta en una polmica con losfariseos, como, dicho sea de paso, todo este evangelio.

    Las diferencias entre las dos introducciones pueden ser explicadas por

    la diversidad de las comunidades productoras de los textos. Por un lado, lacomunidad judeo-cristiana de Mateo, donde la gran mayora conoca varias formas

    8 PAULO LOCKMANN, Perdnanos nuestras deudas

    1 Jeremas. J. O Pai-nosso: a orao do Senhor. Edies Paulinas, So Paulo, 1979, pg. 39.2 Strack und Bilerbeck. Kommentar Zum Neuen Testament aus Talmud und Midrasch: Das Evange-lium nach Matthaus. Berlim. 1922.

  • 7/30/2019 2. Paulo Lockmann

    3/8

    judaicas de oracin y saba orar. Por otro lado, la comunidad de Lucas, donde unasignificativa parcela proceda del mundo no judo y la oracin del Padre Nuestro sedirige principalmente al crculo catequtico. La peticin: ... ensanos a orar...(11, 2), expresa esto muy bien.

    Adems, en Lucas se pide por el perdn de los pecados, en tanto que en Mateose usa la expresin deudas, lo que ofrece mayores posibilidades para la lectura quedeseamos hacer a la luz de nuestro contexto latinoamericano. Deuda es nuestra cues-tin. Pasemos, entonces, a una lectura comprometida de la versin del Padre Nues-tro de la comunidad de Mateo.

    III. El Padre Nuestro: una lectura posible del texto de

    la comunidad de Mateo1. Estructura de la oracin del Padre Nuestro en Mateo

    a) Introduccin-Exaltacin: Mt. 6, 9bPadre nuestro que ests en los cielos

    b) Primera peticin: Mt. 6, 9c... santificado sea tu nombre

    c) Segunda peticin: Mt. 6, 10a... venga tu Reino

    d) Tercera peticin: Mt. 6, 10b... hgase tu voluntad

    e) Cuarta peticin; Mt. 6,12... El pan nuestro de cada da danos hoy

    f) Quinta peticin: Mt. 6, 12... perdnanos nuestras deudas, as como nosotros perdonamos a nuestrosdeudores

    g) Sexta peticin: Mt. 6, 13a... no nos dejes caer en tentacin

    h) Sptima peticin: Mt. 6, 13b... lbranos del mal

    i) Conclusin-confesin de fe: Mt. 6, l3c... pues tuyo es el Reino, el poder y la gloria para siempre. Amn

    REVISTA DE INTERPRETACIN BBLICA LATINOAMERICANA, No. 5/6 9

  • 7/30/2019 2. Paulo Lockmann

    4/8

    3 Jeremas, J. Abba: Vandenhoeck e Ruprecht. Gttingen, 1966.

    2. Comentario del texto de la oracin

    a) Padre nuestro que ests en los cielos

    No vamos a desarrollar todas las cuestiones de Dios como Padre-Pater-Abba,

    por considerar que, primeramente, no es nuestra intencin trabajar un enfoque pre-ponderantemente literario, sino histrico-liberador; segundo, que ya existe una infi-nidad de estudios exhaustivos sobre el tema; cito, por ejemplo, el trabajo de JoaqunJeremas3.

    En tanto, cabe decir que en el mundo judaico se esperaba que una oracin seiniciara con una afirmacin del tipo en que la Soberana de Dios fuese exaltada. Unade las convicciones ms significativas acerca de Dios, era su dominio sobre elmundo y la historia. El Dios de la experiencia de la piedad judaica, es el Dios quecrea, que ve, que oye, que se conmueve, que se encoleriza con la injusticia y la opre-sin. Al decir: ... que ests en los cielos, el judo no afirmaba un Dios distante,pero s soberano, que todo lo ve, todo lo oye, y que acta en la vida de su pueblo;prueba de esto es la naturaleza de las peticiones que siguen a esta exaltacin. Nocabe en esta oracin la interpretacin de un Dios distante, ausente. El Dios-Padre delSeor Jess, es un Dios presente.

    Dios es Padre. Esta afirmacin, que no era muy comn en el Antiguo Testa-mento, pas a tener desde la sinagoga un uso ms corriente, siendo asimilada por eljudasmo-cristiano. Aunque fuese una expresin metafrica, indicaba el cuidado que

    Dios tiene con su pueblo, aunque tambin el tipo de relacin que l desea ver entrenosotros, una relacin de hermanos, igualitaria, horizontal.

    b) Primera peticin: ... santificado sea tu nombre

    Esta peticin puede ser encontrada tambin en Lucas, y designa la sumisinal gran Seor, que es Dios. Es asimismo un circunloquio, contenido en el nombre deDios, en las diferentes formas que encontraron para designarlo.

    Cmo se santificaba el nombre de Dios? En primer lugar, es Dios mismo

    quien santifica su nombre, pues sus grandes hechos son los que designan su obra yquin El es. As, las diferentes formas de su nombre cualifican su Seoro y Sobe-rana. De este modo, porque el Seor es grande y grandes son sus obras, cabe a supueblo, guardar, honrar su nombre. Esto significa obedecerlo, alabarlo, confiando ensu fidelidad y providencia. Como l acta con el derecho y la justicia, santificar sunombre es actuar en justicia, como El acta. Is. 48 traza una ilustracin interesante.All el profeta denuncia a aquellos que juran por el nombre de Dios, los que invo-can al Dios de Israel, pero no segn la justicia y la verdad (Is. 48,1).

    Hoy podemos encontrar comportamientos como ste. Personas, institu-ciones, gobiernos, que no santifican el nombre de Dios. Por el contrario,

    10 PAULO LOCKMANN, Perdnanos nuestras deudas

  • 7/30/2019 2. Paulo Lockmann

    5/8

    usan el nombre de Dios para mistificar, engaar, escondiendo detrs del nombre delSeor de la Justicia, intereses que nada tienen que ver con su enseanza. Como, porejemplo, cuando el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos coloca en susbilletes de dlar la expresin: En Dios confiamos. Quieren hacer pensar a los otros

    pueblos, principalmente a los ms pobres: vean!, el dlar es la moneda de Dios.Vean!, como tenemos riquezas, fue bendicin de Dios. Ser que piensan que nosabemos que ellos robaron inmensos territorios de Mxico? Hay una visible mistifi-cacin ideolgica en la expresin contenida en los billetes del dlar. Una violenciacontra la peticin de Jess, en la oracin que nos ense. Usar el nombre de Dios,significa antes que todo compromiso con la justicia, con el pobre, con la viuda, conel hurfano. No es por acaso que el dlar es una verdadera divinidad que, para sobre-vivir, bebe el sudor y la sangre del pueblo de Amrica Latina.

    c) Segunda peticin: ... venga tu Reino

    Lo mismo, sin que se pueda encontrar con frecuencia en el Antiguo Testa-mento, la idea de Dios como Rey es conocida. Al final, Israel era una sociedad teo-crtica (I Sm. 8, 7). Durante el Exilio, este ideal del reinado de Dios se fortaleci.Las promesas de Dios, por medio de los profetas, se tomaron motivo de temas esca-tolgicos y mesinicos. El Mesas vendra y reinara, no nicamente sobre Israel,sino sobre las naciones. El dominio de Dios pasa a ser un ideal expresado en diver-

    sas oraciones. Dios, a travs del Mesas, traera un nuevo tiempo; el Shalom de Dios,finalmente ocurrira.As, es fcil entender cmo la comunidad de Mateo pasa a anhelar la venida

    del reinado de Dios, la segunda venida de Jess. Su experiencia frente a la domina-cin del Imperio Romano era extremadamente angustiante. Por ello, la salida eraresistir e insistir diciendo en oracin: ... venga tu Reino. La oracin no expresabaapenas una esperanza espiritual, sino la superacin de un dominio econmico queles tomaba el fruto de su trabajo. Las formas de impuesto de la tierra e individual,amenazaban seriamente la vida de la comunidad judaico-cristiana de Mateo. Mt. 10,17-18, expresa la situacin de persecucin y explotacin que el pueblo viva; el esti-lo de vida de esta comunidad desinstalada, con su fuerza de trabajo disminuida, dadoque muchos artesanos y agricultores dejaban sus labores para anunciar la venida delReino de casa en casa, de ciudad en ciudad. Con esto se transformaban en deudoresde impuestos, en perseguidos y sujetos a ser convertidos en esclavos. Vindola deeste modo, la peticin adquiere otro significado.

    Debemos subrayar todava que Jess fue acusado de querer ser Rey, y sobresu cruz escribieron: Rey de los Judos. Ciertamente, tanto las circunstancias de la

    muerte de Jess, el Mesas, como su mensaje sobre el Reino de Dios, hacan estapeticin mucho ms relevante para la comunidad primitiva.

    REVISTA DE INTERPRETACIN BBLICA LATINOAMERICANA, No. 5/6 11

  • 7/30/2019 2. Paulo Lockmann

    6/8

    Cuando deseamos reflexionar sobre el Reinado del Mesas Jess, tenemosmucho sobre qu pensar. Decir, venga tu Reino, es tambin empearse para que sevaya para siempre el reino de la mentira y de la opresin, es compromiso profticocomo fue el de la comunidad de Mateo, es pagar el precio de una vida desprendida

    y comprometida.

    d) Tercera peticin: ... hgase tu voluntad

    La voluntad de Dios, su propsito, puede ser conocido a travs de su re-velacin en la Escritura, en todas sus tentativas por reconciliar a los seres humanoscon sus principios de paz, amor y justicia.

    La armona de la relacin expresada en la historia de la creacin; el equilibrioy justicia con que Dios crea el hombre, la mujer y nuestro universo; el Shalom como

    paz y relaciones justas, son ideales de Dios revelados desde la creacin. De estamanera, no es de extraar que la oracin tenga una expresin: hgase tu voluntad.El contexto vivido por la comunidad de Mateo, era de soberanos y dominacionesque no cumplan la voluntad del Dios Justo; la opresin, la violencia contra el pobre,los esclavos, eran negaciones de la voluntad de Dios. Por ello se exhortaba a lacomunidad cristiana para que fuese un signo de la voluntad y el propsito de Dios.En esto se encuadran varias de las exigencias del Sermn del Monte. Lo mismo queel famoso dicho de Jess: Porque os digo que, si vuestra justicia no excede en

    mucho a la de los escribas y fariseos, jams entraris en el Reino de los Cielos (Mt.5, 20).La voluntad de Dios es que se cumpla su Palabra. El cumplimiento de la Pala-

    bra de Justicia, pasa por la prctica y predicacin de la Iglesia. Dnde estn nues-tros valores? A quines somos fieles? Pues, donde est tu tesoro, ah estar tambintu corazn. El respeto al mensaje de la Iglesia en Amrica Latina, ser tanto mayorcuanto puedan verla viviendo tal mensaje. Esto es, en resumen, hacer la voluntad deDios. Pues ha de significar no hacer la voluntad de esta sociedad capitalista, volun-tad dominada por el lucro y el inters personal, aunque estos cuesten la vida demuchos. Ya la voluntad de Dios es vida para todos. Finalmente, no fue as que Elcre? Veamos en las otras peticiones, lo que concretamente es la voluntad de Dios.

    e) Cuarta peticin: ... el pan nuestro de cada da danos hoy

    Es difcil decir esta peticin si sabemos que vivimos en un pas, en un conti-nente, donde millones no tienen, muchas veces, ni un pan viejo para comer; dondelos nios comen tierra, por la absoluta necesidad de tener algo en el estmago.

    La voluntad de Dios, ahora, asume un aspecto concreto: el que todos tengan

    pan. Jess, al alimentar a la multitud, practic el ideal de Dios: alimento para todos.El derecho a la alimentacin es un ideal de Dios para todos. Cuando la

    comunidad primitiva comenz a sentir la actuacin del Espritu de Dios en

    12 PAULO LOCKMANN, Perdnanos nuestras deudas

  • 7/30/2019 2. Paulo Lockmann

    7/8

    su medio, los primeros sntomas fueron: partan el pan de casa en casa (Hch. 2,42). 0, todava: ... ningn necesitado haba entre ellos (Hch. 4, 34).

    Hoy, la Iglesia tiene que empearse para en su accin misionera, promoverhechos que propicien el pan, promover la conciencia y conversin en medio de la

    sociedad, con vistas a disminuir la gravedad del pecado del capitalismo que tenemosentre nosotros, el cual arrebata el pan de la boca de muchos.

    f) Quinta peticin: ... perdnanos nuestras deudas

    Mateo utiliza aqu la expresin afeilmata = deudas, a diferencia de Lucasque usa amartia = pecados. La expresin afeilmata significa, en el mundo greco-romano, deuda en el sentido pecuniario, o sea, cuando se toma un prstamo y no sepuede pagar. Asimismo, quien no pagaba el impuesto debido al Estado, se converta

    en un afeilonti = deudor.Segn un estudio literario de comparacin de lenguaje, podemos afirmar que

    la expresin afeilonti era del conocimiento general del pueblo, pues designaba aalguien marcado, a un posible esclavo. En efecto, ser un deudor, en una sociedadesclavista como la romana, era motivo suficiente para ser esclavizado.

    En la oracin se dice que Dios nos debe perdonar, como tambin nosotros per-donamos a nuestros deudores. Queda claro un fuerte compromiso. Dios perdonanuestros pecados, nuestros errores, y el medio es que como nos hemos convertido a

    l, hemos conocido su misericordia y amor perdonador, tenemos de la misma mane-ra que perdonar. Pero, qu tenemos que perdonar? Todo, principalmente las deudasque no permiten vivir a las personas y, por el contrario, las tienden a tomar esclavasnuestras.

    Esta es la situacin que se ha generado con la deuda de los pueblos del Ter-cer Mundo, la llamada deuda externa que ha convertido a millones de trabajadoresen verdaderos esclavos. Tenemos que producir dlares con la sangre y el dolor delos trabajadores para pagar una deuda de la que ni vimos el dinero, y que adems esimpagable, pues sus intereses son el medio por el cual la deuda puede seguir siendocobrada, y de esta forma, mantener la dominacin. Hoy, al rezar el Padre Nuestro,no debemos pensar nicamente en el alivio que precisamos para nuestra concienciaculpable, sino tambin en las formas de encontrar alivio para los trabajadores queaplastados por la deuda externa, no alcanzan el mnimo de condiciones de salud,educacin y alimentacin para ellos y sus familias. Una deuda as, tiene que ser can-celada.

    Vemos de este modo que hacer la voluntad de Dios es declarar el Ao delJubileo, es cancelar las deudas. Es urgente que los pueblos del Tercer Mundo pue-

    dan gozar de este perdn de las deudas; slo as la voluntad de Dios ser hecha enla tierra como en el ciclo. Por consiguiente, rezar el Padre Nuestro es saber bien loque significa ser deudor.

    REVISTA DE INTERPRETACIN BBLICA LATINOAMERICANA, No. 5/6 13

  • 7/30/2019 2. Paulo Lockmann

    8/8

    g) Sexta y stima peticiones: ... no nos dejes caer en tentacin,mas lbranos del mal

    Voy a comentarlas juntas pues, ciertamente, para la comunidad de Mateo ellasfueron una unidad al estar profundamente ligadas.

    Caer en tentacin es arriesgarse a desobedecer a Dios. Es no obrar en la ver-dad y justicia del Evangelio, de la Palabra. Es usar de recursos oscuros para apro-vecharse y dominar. Dentro de la tica del mundo capitalista, lo verdadero es obte-ner ventaja, es dominar, es sobrepasar a los otros. En consecuencia, caer en tenta-cin es dejarse dominar por los propios intereses, irrespetando los del prjimo, losde la comunidad. Esto acarrea el mal, que es la dominacin de una persona o ungrupo sobre la mayora, trayendo lucro y beneficio para esta minora o persona, endetrimento del bien de todos.

    Lo correcto es pensar como Jess, o como la comunidad de Mateo viva elcristianismo. Era una comunidad que daba de beber a los ms pequeos, o de comer;sus miembros no pensaban en s mismos, sino en el otro. As pues, huir de las ten-taciones es tener un proyecto de vida volcado hacia los otros, los que sufren, porcuanto con ellos se identifica Jess: ...cuanto hicisteis a uno de estos hermanosmos ms pequeos, a m me lo hicisteis (Mt. 25, 40).

    14 PAULO LOCKMANN, Perdnanos nuestras deudas