2. Singer, Paul. Introducción a La Economía Política

46
) EXPLICACIONES Y AGRADECIMIENTOS J rf\SO Las clases de este curso fueron dictadas originalmen- te en 1968, en el Teatro de Arena, en Sao Paulo, a invitación' de entidades estudiantiles de la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de la Universidad de Sao Paulo. Las clases se realizaban los sábados por la mañana, y un público compacto rodeaba el escena- rio, en una atmósfera de entusiasta voluntad de apren- der, que estallaba en vivos debates al fin de cada ex- posición. Las grabaciones de las clases se trascribían inmediatamente de las cintas, se corregían y se mimeo- grafiab'an, con tiempo para que las primeras pudie- ran ser vendidas a los alumnos antes del final del curso. Terminado éste, formulé un vago proyecto de rees- cribir algún día las clases y convertirlas en un ma- nual de introducción a la economía política. Otros trabajos, sin embargo, fueron imponiendo sucesivas postergaciones de ese proyecto, hasta que descubrí, para mi sorpresa, que las modestas clases del Teatro de Arena estaban siendo activamente reproducidas por estudiantes de varios centros de enseñanza superior de diversas ciudades del país. Evidentemente había una laguna que este material, a pesar de sus insuficiencias, estaba llenando. Pienso que esa laguna deriva de la negativa, cada vez más frecuente por parte de los estu- diantes, a aceptar el dogmatismo con que se exponen las ideas de las dos grandes escuelas de pensamiento que componen la economía política. No faltan ma- nuales de introducción a la economía, ni marginalis- tas-keynesianos ni marxistas. Lo que falta, al parecer, es una exposición comparativa y crítica de ambas co- [9] —i-tirir'irimnTrn rr M rrTrm r-T ---- r -ruin-rnnr -ir nrm ¡mmasmmsmvr.-mw

Transcript of 2. Singer, Paul. Introducción a La Economía Política

  • )EXPLICACIONES Y A G R A D E C IM IE N T O S

    J r f \ S O

    Las clases de este curso fueron dictadas orig inalm ente en 1968, en el T ea tro de Arena, en Sao Paulo, a in v i tac i n ' de entidades estudiantiles de la Facultad de Filosofa, Ciencias y Letras de la Universidad de Sao Paulo. Las clases se realizaban los sbados por la maana, y un pblico compacto rodeaba el escenario, en una atmsfera de entusiasta voluntad de aprender, que estallaba en vivos debates al fin de cada exposicin. Las grabaciones de las clases se trascriban inmediatamente de las cintas, se corregan y se mimeo- grafiab'an, con tiempo para que las primeras pudieran ser vendidas a los alumnos antes del final del curso.

    T erm inado ste, formul un vago proyecto de rees- cribir algn da las clases y convertirlas en un m anual de introduccin a la economa poltica. Otros trabajos, sin embargo, fueron imponiendo sucesivas postergaciones de ese proyecto, hasta que descubr, para mi sorpresa, que las modestas clases del T ea tro de Arena estaban siendo activamente reproducidas por estudiantes de varios centros de enseanza superior de diversas ciudades del pas. Evidentemente haba una laguna que este material, a pesar de sus insuficiencias, estaba llenando. Pienso que esa laguna deriva de la negativa, cada vez ms frecuente por parte de los estudiantes, a aceptar el dogmatismo con que se exponen las ideas de las dos grandes escuelas de pensamiento que componen la economa poltica. No faltan m anuales de introduccin a la economa, ni marginalis- tas-keynesianos ni marxistas. Lo que falta, al parecer, es una exposicin comparativa y crtica de ambas co-

    [9]i-tirir'irimnTrn rr MrrTrmr-T---- r -ruin-rnnr -ir nrm mm asm m smvr.-mw

  • ' i FXPI JC \< JONFs V Af.R\DrCI\JIFNTOSrriemes. y fue se precisamente el contenido del Curso del T ea tro de Arena, de donde resulta, a mi parecer. mi continua eproduccin y utilizacin.

    Finalmente, lleg el momento de enfrentar ia tarea de dar al curso un carcter ms acabado, que permitiera su publicacin en forma de libro. De las doce (lases dictadas originalmente, slo exista la grabacin corregida de nueve. T res grabaciones se perdieron en circunstancias que algn da, en otras condicione*, ser posible esclarecer. De esas clases slo me quedaron los esquemas a partir de los cuales desarrollaba la exposicin. Resolv conservar el texto de las nueve clases grabadas, apenas mejorando el estilo donde era imprescindible y llenando algunas lagunas de la exposicin, que probablemente fueron objeto de investigacin v aclaraciones despus de terminada la presentacin original, pero no fueron grabadas. Dej que el texto conservara el tono vivo de la exposicin oral v trat de no actualizar el tratamiento de los problemas, aunque probablemente mi enfoque de los mismos sera hoy en muchos puntos diferente. Opt por esta solucin porque de lo contrario hubiera tenido que escribir un nuevo libro, tarea para la cual no dispongo de medios por el momento. Quiero destacar, sin embargo, que todo lo que consta en este texto revisado lo considero esencialmente correcto.

    I.as tres clases que faltaban las desarroll de acuerdo con los esquemas de que dispona, pero es evidente que el tono del texto es otro y el tratamiento de la problemtica data de 1974 y no de 1968, pues era imposible desconocer todo lo que he pensado y ledo en los ltimos seis aos. El resultado es un curso algo desigual v no del todo concatenado, lo cual no me desespera, pues esos defectos, si es que lo son, reflejan las vicisitudes de la vida intelectual v poltica en el Brasil, en el perodo actual.

    Quiero expresar mi agradecimiento a quienes me estimularon a dedicarme a esa taren, desde los que

  • F. \ PI . IC AGI O N E S \ ( . R v n i ' C l M H N I O S 11organizaron el curso del Teatro de Arena, los que asistieron a l y mediante sus indagaciones y ob jec io nes me llevaron a precisar mejor el pensamiento hasta los que trascribieron las grabaciones v los que las reprodujeron persistentemente, trasformndolas en elemento vivo de nuestra cultura Quiero tambin agradecer. por la eficiencia v dedicacin con que se dedicaron a la reproduccin de estos originales, a Maria do C.armo Bayma de C a n a lh o y Raquel Lourdes ele Paulo.Sao Paulo, 1 de enero de 1975

    PA U L SINGER

  • T E O R A S DEL. V A LORPRIM ERA CLASE

    Existe un conflicto bsico que divide a la economa en dos escuelas opuestas. Esta divisin de la economa en corrientes, que se repelen y divergen y que, incluso, carecen de un lenguaje comn, distingue a los par tidarios de la economa marginalista de los de la economa marxista. Esa divisin es escamoteada muchas veces por los representantes de ambos grupos. En las obras de economa poltica marxista, en general, se encuentra apenas una exposicin del tema desde su punto de vista, sin mencin alguna de la existencia de otro anlisis completamente distinto y hasta opuesto. Y lo mismo sucede con la literatura marginalista, e incluso con la enseanza en las universidades del m undo occidental, en que el marxismo termina por ser completamente olvidado, o bien se abre un parntesis en la exposicin para decir: existe una escuela arcaica que se aferra an a conocimientos superados, por motivos ideolgicos: el marxismo; y luego se cierra el parntesis y se contina. Lo que intentaremos hacer en este curso es mostrar cmo ambas orientaciones se vinculan a las divergencias y las luchas de nuestro tiempo. No es un debate que se d meramente en el plano de la interpretacin p de la comprobacin de los hechos. Est profundam ente ligado a la in terpretacin de la vida social, de la evolucin de la sociedad y del rum bo de esa evolucin.

    Dentro de los cnones de la ciencia positivista, es muy difcil entender un debate cientfico motivado de esta manera. No se trata de un debate objetivo . De-

    [13]

  • 1-wW- - - * . _ JL* J O LT i ,44*

    i \ l R I M I R A ( I . AS :

    ])Ciule, en ltimo anlisis, de una loma de posicin anteiior, preciemfica. T a l ve/ la existencia de esta dicotoma en la ciencia econmica sea uno de los argumentos ms importantes contra esos cnones de objetividad cientfica. No nos detendremos mucho en esto: slo quisiera llamar la atencin de ustedes sobre estas implicaciones de los debates que se harn entre las exposiciones.

    Empezaremos por lo que me parece bsico en la economa, es decir, con el problema del valor. La economa es una ciencia social que difiere de las dems ciencias sociales en que posee una flexibilidad de cuantificacin de la que carecen las dems. Por ejemplo: en sociologa, cuando hablamos de relaciones sociales, podemos distinguirlas, analizarlas, clasificarlas: podemos hablar de relaciones simtricas y asimtricas, iguales y desiguales, antagnicas y de cooperacin. Hay diferentes formas de clasificar las relacionen sociales y, una vez clasificadas, podemos pasar a su anlisis, a la comprensin de su dinmica, etc. Pero no podemos cuantificarias, no podemos decir, por ejemplo, que una relacin es 3 o 6 veces ms intensa que otra. En psicologa, se habla de percepcin, de emociones, etc., pero tambin casi siempre desde un punto de vista cualitativo.

    Xo pienso extenderme en el anlisis de otras ciencias sociales, de las que no conozco mucho, pero es- tov convencido de que la economa, en este punto en particular, es diferente. La mayor parte de las leves econmicas pueden expresarse en forma matemtica y verificarse empricamente. La ley de la oferta v la demanda, la ley del valor de la moneda, etc., casi siempre, o tal vez siempre, pueden ser medidas, v por lo tanto avaluadas no slo en trminos de lo que acontece o no, sino en qu medida acontece. Esta posibilidad de cuantificacin deriva precisamente de la teora del valor. Es decir, ha\ un concepto bsico en la economa, que es el de valor, que permite la mili-

  • 'MORAS DI i. \ Al.ORzacin de una unidad de medicin esencial para prcticamente todos los fenmenos del mundo econmico. Es por eso, evidentemente, que el contenido de esa medida el valor econmico es esencial, es la piedra fundamental de todo el edificio cientfico.

    En la ciencia econmica moderna existen dos formas completamente distintas de definir el valor: una de ellas extrae el valor de una relacin del hombre con la naturaleza, o del hombre con las cosas. Parte de la idea de que el hombre siente una serie de necesidades v es buscando satisfacer esas necesidades que emprende la actividad econmica. Por lo tanto, lo cpie crea en la actividad econmica, o sea el valor, es el erado de satisfaccin o la utilidad derivada deOesa actividad. Segn este enfoque, la actividad econmica se da esencialmente entre el hombre y el medio fsico v el hombre atribuye valor a los objetos o a los servicios en la medida en que satisfacen sus necesidades. El enfoque opuesto extrae el valor no de las relaciones del hombre con las cosas, sino del hombre con otros hombres, es decir, de las rela iones sociales. El valor, en este caso, es el fruto de las relaciones que se crean entre los hombres en la actividad econmica. Y se mide por el tiempo de trabajo productivo que los hombres dedican a la actividad econmica. La primera es la teora del valor-u lili dad, la segunda, la teora del valor-trabajo.

    La teora del valor-utilidad parte de la relacin entre una necesidad hum ana y el servicio u objeto que la satisfaga. Yo tengo hambre, el alimento que puede satisfacer el hambre es objeto de una actividad econmica que valoro en la medida en que satisface esa necesidad. Para m, esa necesidad es subjetiva. Depende de la cantidad de hambre que sienta, de mi preferencia por este o aquel alimento. En principio, cada necesidad hum ana puede ser satisfecha por ms de un objeto. Estoy, por lo tanto, en condiciones de escoger/ v puedo valorar los objetos de acuerdo con mis prefe-

    TATOHighlight

    TATOHighlight

    TATOHighlight

  • 16 P R IM E R A CLASE

    reacias subjetivas. La teora del valor-utilidad parte de un comportamiento subjetivo. N o se trata de la

    verdadera necesidad del individuo, en trminos de un criterio objetivo. En relacin con el ejemplo u tilizado el ham bre los especialistas en nutricin pueden decir cul es la cantidad de caloras, de protenas, de grasas y de vitaminas que necesitamos para alimentarnos, cules son las cantidades mnimas necesarias para el m antenim iento y la salud de las personas. T o maremos eso como necesidad objetiva, que puede ser medida perfectamente. Sin embargo, eso no interesa a la teora del valor-utilidacl; lo que le interesa es el modo cmo las personas experim en tan esa necesidad, cmo la sienten, y eso evidentem ente vara de un in dividuo a otro.

    El valor, en este sentido, es una manifestacin de comportamiento esencialmente subjetivo. Es claro que, 110 por el hecho de ser subjetivo, est exento del anlisis. El comportamiento subjetivo puede ser estudiado, puede ser verificado en la m edida en que es condicionado por varios factores que, a su vez, no son subjetivos. El carcter subjetivo clel comportamiento individual no fue ms que un reconocimiento, por los marginalistas, de que en realidad hay bastante variedad en las preferencias de los individuos en la eleccin entre distintas formas de satisfacer sus necesidades. Pero, curiosamente, el marginalismo nunca fue capaz de develar las leyes que gobiernan esa subjetividad.Y no lo ha logrado pese a haber hecho del consumidor el centro de su sistema, porque tuvo que justificar la soberana clel consumidor , suponindolo, en el fondo, siempre racional y capaz de reconocer sus necesidades y los modos de m ejor satisfacerlas. C uando las grandes empresas descubrieron que podan, a travs de la publicidad, m an ipu la r la voluntad del consumidor, imponindole una imagen de la marca, y condicionndolo para que fuera f ie l a ella, pasaron a hacerlo, trasformando el com portam ien to su-

    TATOHighlight

  • TEO R AS D EL V A LO R 17

    puestamente autnom o del consumidor en una serie de reflejos sabiamente condicionados. Sin embargo, el narginalismo no se dio por enterado de lo que ocurra de hecho en el mercado y continu postulando que las empresas se desdoblaban para atender a los deseos libremente expresados del consumidor individual. Los capitalistas pasaron a adoptar una actitud algo inconsecuente: en las grandes ocasiones, las parbolas marginalistas acerca de su majestad, el consum idor, con tinuaban proclamndose, lo que no im peda que en la vida cotidiana se desarrollaran campaas publicitarias cuidadosamente planeadas con el objetivo de llevar al rey del mercado" a comprar y consumir en medida mucho mayor y en direccin muy diferente de lo que hara espontneamente. (Esto fue demostrado por J. K. Galbraith en O novo Estado industrial.)

    Por otra parte, la teora del valor-trabajo parte de la idea, de que la actividad econmica es esencialmente colectiva. Es decir, en cuanto actividad individual no interesa al estudio de la ciencia econmica. Es claro que los individuos, de vez en cuando, hacen cosas para s mismos, aisladamente. Si se descompone la enceradora, el dueo de casa, si puede, la arregla. Esa actividad podra ' ser realizada por un electricista; si se llama al electricista su actividad es econmica, es un servicio remunerado, constituye una mercadera, por lo tanto es objeto del estudio de la economa. Si

    * es el propio dueo de la enceradora qu ien hace el trabajo, ste no es, desde el punto de vista de la teora del valor-trabajo, una actividad econmica. Es una actividad particular que el individuo hace, del mismo modo que se baa, lo que es una actividad individual del adulto.

    Pero en la m edida en que la actividad econmica es una actividad colectiva, esencialmente social, deriva de la divisin social del trabajo, en la cual las personas desempean funciones diferenciadas y com-

    TATOHighlight

  • 18 P R IM E R A CLASE

    plementarias. Es decir, no todo el m undo hace lo mismo. Sin utilizar ejemplos alejados de nuestra realidad, basta mirar la economa urbana brasilea para verificar que cada individuo que participa en la actividad econmica desempea una funcin muy especializada. Uno es profesor, otro conductor de camin, otro mdico, otro actor de teatro. Y esas actividades slo adquieren sentido en la medida en que existen las dems. El actor de teatro slo puede desempear su funcin en la medida en que existe el electricista, el carpintero que hace los decorados, el boletero que cobra las entradas. Y en la medida en que existe el agricultor que produce su alimentacin y que la cambia, en ltimo anlisis, por sus servicios artsticos. Pero el valor, segn la teora del valor-trabajo, deriva precisamente de esa divisin social del trabajo. Imaginemos una sociedad hum ana sin divisin social del trabajo (en realidad, la antropologa no no^ ha revelado ninguna, pero para la discusin podemos pensar en ella), en la que cada individuo, como Ro- binson Grusoe solo en su isla, trata de sobrevivir sin a \u d a de nadie, desempeando todas las funciones productivas y satisfacindose completamente en contacto con la naturaleza. En esa sociedad no habra actividad econmica y la actividad productiva no generara valor. Iil_jvalor es el valor del producto social, -de-la actividad colectiva conjunta de todos los miembros activos de la sociedad.

    En la medida en que el valor es el valor del producto social, resulta de una actividad colectiva y puede ser medido por el tiempo de trabajo social invertido en ese producto. Este tiempo de trabajo iguala todos los distintos componentes del producto social. Podemos decir entonces que una sesin de teatro es igual a tantos viajes en camin, lo que a su vez es igual a tantos pares de lentes, cajetillas de cigarros, etc., porque todos esos productos resultan de una misma actividad social: el trabajo socializado, realizado median

    TATOHighlight

  • TEO R AS DEL V A LO R 19

    te la divisin social del trabajo. Y en ese sentido el valor es objetivo, puede ser medido objetivamente.

    Por lo tanto, resumiendo lo referente a esa parte, la teora del valor-utilidad es una teora subjetiva, en la medida en que refleja un comportamiento subjetivo, que es objetivado en cuanto objeto de estudio. La teora del valor-trabajo parte de la idea de que el valor es algo social y objetivo. Desde el punto de vista de la teora del valor-utilidad, el valor del mismo objeto vara si vara la opinin de las personas a su respecto. Su valor puede aum entar o disminuir, basta con que las personas cambien de opinin a su respecto, es decir, con respecto a su capacidad de satisfacer una necesidad hum ana. Por ejemplo, un vestido que ha pasado de moda pierde su valor porque dej de satisfacer una necesidad. El vestido, fsicamente, es el mismo. El trabajo social incorporado en l es el mismo. No ha cambiado. En la tienda costaba S 100 mientras estaba de moda. Pero la moda cambi. Lo que cambi fue el gusto del consumidor, su necesidad subjetiva del vestido. Entonces ese vestido pierde valor, su precio cae a $ 20, a $ 10, o se da de regalo a quien compre un vestido nuevo, sin que, sin embar- o-of fsica o socialmente haya habido cambio alguno en relacin con ese objeto.

    Otro punto en el que ambas teoras difieren es sobre el producto social. La teora del valor-utilidad lo concibe como la suma de todos los objetos y servicios producidos por la sociedad en un perodo determinado y cuyo valor es la suma de los valores de cada uno de esos'bienes. Por lo tanto, el valor del producto social no resulta nicamente de la masa de bienes producidos, sino de la evaluacin que de ellos hacen los agentes econmicos, en el momento en que los negocian en el mercado. Es una suma de evaluaciones, aplicadas a diferentes cantidades de bienes, y (pie varan segn cambian los gustos, las preferencias y las expectativas. Para la teora del valor-trabajo, el valor

  • 20 P R IM E R A CLASE

    del producto social resulta de determinado tiempo de trabajo socialmente necesario invertido en la produccin de cierta cantidad de mercaderas. Es claro que esas mercaderas deben satisfacer necesidades hu m anas, si no no tendran valor. Dado el tamao de la poblacin, su composicin por edades y sexos y el poder adquisitivo de las distintas clases, la satisfaccin de cada necesidad del conjunto de los consumidores requiere determinada cantidad de mercaderas. T oda mercadera producida ms all de ese lmite es innecesaria, el trabajo invertido en su produccin no es socialmente necesario y por lo tanto no tiene valor.

    Sin embargo, objetan los marginalistas, la cantidad demandada de determinada mercad.era depende de su precio: si ste es mayor, la cantidad vendible ser menor, y viceversa. Luego la cantidad demandada,, es decir, necesaria depende del precio, o sea, del valor, el cual no puede ser determinado independientemente de la cantidad. A esta objecin, los partidarios de la teora del valor-trabajo responden que las mercaderas no llegan al mercado sin precio, para recibirlo all segn las fluctuaciones de la oferta y la demanda. En realidad, las mercaderas provienen de empresas capitalistas, anhelosas de mantenerse y expandirse y que, por lo tanto, jams podran vender sus productos por un precio que no cubriese adecuadamente sus costos y les proporcionase un margen de beneficio adecuado. Pero ese precio, determinado por la competencia entre las empresas capitalistas, corresponde (aunque se haya trasformado) al tiempo de trabajo

    socialmente necesario invertido en la produccin de cada mercadera y la suma de los precios multiplicada por las cantidades de mercadera producida corresponde (directamente) al tiempo de trabajo socialmente necesario invertido en el producto social como un iodo.

    La teora del valor-utilidad pretende ser ahistrica, es decir, que el comportamiento hum ano en el rea

  • TEO RAS D EL V A L O R 21econmica es esencialmente idntico siempre, aunque pueda cambiar en su manifestacin concreta. La diferencia entre la actividad econmica con relacin al valor, de un individuo en Sao Paulo hoy, y de un in dividuo en Sao Paulo en la poca de los bandeiran- t e s * n o existe, esa actividad es esencialmente la misma, aunque su manifestacin concreta sea muy diferente. Pero la manifestacin concreta de la relacin del individuo con su actividad econmica hoy y an teayer tambin, es diferente. No hay diferencia entre hoy y anteayer ni entre hoy y hace trescientos aos. Se coloca a las diferencias en el mismo plano: si un bandeirante resuelve participar exl una bandeira, penetrar en el in terior del Brasil y cazar indios para venderlos com o esclavos, bsicamente est actuando . del mismo m o d o que un individuo que sale de &u casa por la m aana , compra el Diario Popular y busca un anunc io de empleo. Fundam entalm ente es lo mismo, ambos estn tra tando de colocar su esfuerzo, que puede ser precisamente trabajar en un a oficinao ir a la selva en busca de indios, a trueque de objetos y servicios que satisfagan sus necesidades.

    A ll no hay tiempo histrico. Las diferentes formas de organizacin social, de vida econmica, se engloban en el mismo cuadro de anlisis. El mercado existe siempre, incluso cuando el individuo est solo. Me parece que este ejemplo, bastante citado por ser extremo, muestra c laram en te esta concepcin ahistrica del valor: T a rp n est echado en su rama de rbol descansando. De repente siente hambre, pero no tan ta como para s a l i r en busca de alimento. Prefiere descansar a ponerse en movimiento, en un esfuerzo por satisfacer el h am b re que es todava una necesidad pequea. Sin ernbargo, a m edida que pasa el tiempo,

    * Bandeirantes se llaman los miembros de las bandeiras. expediciones armadas que partan de Sao Paulo a recorrer el interior con el fin de descubrir minas y capturar esclavos, desde fines del siglo x v i hasta principios del xvm. [T.]

  • rR lM F R A CI.ASF.

    el hambre aumenta, y en algn momento se levanta v va de caza. Ese comportamiento de Tarzn es esencialmente econmico, para la teora del valor-utilidad.

    El mismo tipo de anlisis se hace del desempleo: si hay desempleados es porque el nivel de remuneracin que el individuo puede alcanzar 110 es suficiente nara aue prefiera salir de su ocio. ste es el anlisis que se hace y que se ha hecho y que fue absolutamente predominante en la economa occidental por lo menos hasta Keynes. Fue Keynes quien seal la existencia del desempleo involuntario, en que incluso aunque el individuo quiera trabajar por muy poco no puede hallar o p o r tu n id a d en la divisin social del trabajo. Pero en teora no se acepta ni eso. En teora el sujeto siempre puede conseguir alguna chamba , puede ayudar a la m ujer del vecino a lavar la ropa para ganarse un plato de comida. De ese modo, siempre que el individuo est desempleado es porque prefiere el ocio a la pequea remuneracin que se lepuede ofrecer.

    De hecho, sin embargo, la teora del valor-utilidad 110 es ahistrica, porque no tiene sentido en una sociedad en que las necesidades humanas son fundamentalmente estables, y esas sociedades han llenado tal vez el 99% de la historia hum ana hasta hoy. En contraste con la sociedad moderna, de posrevolucin industrial, Jas sociedades anteriores eran relativamente poco dinmicas en su ritmo de transformacin econmica. Entre las pautas de consumo de un campesino de la Edad Media y de su abuelo, no haba fundam entalmente gran diferencia, y lo mismo suceda con las pautas de consumo de un hacendado pauiista de fines del siglo pasado y las de su padre. En la base de las sociedades que estudiamos histricamente, las necesidades humanas que pueden ser satisfechas por la

    - economa varan muy lentam ente o no varan en absoluto. Pero en una economa como sa el papel de las preferencias subjetivas, el papel del consumidor,

  • EwswtWK

    TroRiAS nn. v a i .o rcomo elemento dinmico de la economa, es completamente nulo. Porque el consumidor ya es educado v criado dentro de determinada pauta de consumo, con posibilidades de eleccin sumamente restringidas. Y el aparato productivo de la sociedad ya est montado, va est construido y estructurado para satisfacer esa cantidad limitada y esttica de necesidades. En esas condiciones no tendra y no tiene sentido tra tar de explicar la actividad econmica y su variacin a partir"de las necesidades humanas, porque stas son un elemen- to casi constante.

    La teora del valor-utilidad alcanza una aceptacin relativamente grande como herramienta de explicacin econmica en la sociedad moderna, y slo en ella. Porque en la sociedad moderna el dinamismo, generado en el acto de produccin, estimula constantemente al consumidor para que escoja, para que ample la escala de sus necesidades, para que las cambie.Y en la medida en que las personas responden a esos estmulos, en la medida en que su comportamiento cambia, posibilita una serie de trasformaciones econmicas. Explicar la economa capitalista moderna a partir del comportamiento del consumidor es posible. No queremos decir que sea correcto, pero existe cierta correspondencia entre la teora y los hechos, correspondencia suficiente para trabajar en ese sentido. Y es por eso que consideramos a la teora del valor-utilidad una teora histrica, porque est vinculada a una realidad contingente en el tiempo.

    La teora del valor-trabajo es histrica por definicin. En la medida en que explica el valor del producto social por la divisin social del trabajo, slo es vlida en la medida en que esa divisin social del trabajo existe. Y cada modificacin de esa divisin, que es el hilo mismo de la evolucin econmica, influye en el valor creado. En ltimo anlisis, se podra decir que a lo largo de la historia econmica la divisin social del trabajo siempre se ha expandido. En

  • 24 P R IM E R A CL A S F.el punto de partida histrico, que no s exactamente cul es, gran parte de la actividad de los individuos es no-econmica. Los individuos trabajan para s mismos y buena parte de su actividad no contribuye al producto social. A medida que vamos avanzando de las sociedades prehistricas a las modernas, asistimos a una ampliacin de la divisin social del trabajo, que va englobando una proporcin cada vez mayor de la actividad hum ana, hasta llegar al punto (que no hemos alcanzado todava, evidentemente, pero al cual nos estamos acercando), en que prcticamente toda la actividad hum ana adquiere carcter econmico, porque se vuelve social. Es decir, no se realiza en forma primordial, directamente, para la satisfaccin ele necesidades del mismo individuo que produce, sino de otros individuos, obteniendo, en compensacin, un producto equivalente, en tiempo de trabajo, de la actividad de otros individuos. Es esa ampliacin de la actividad econmica en el conjunto de la actividad hum ana lo que revela el enfoque de la teora del valor-trabajo.

    Me gustara terminar esta exposicin analizando varias implicaciones de las dos teoras del valor, implicaciones que sern objeto de explicaciones ms profundas en las prximas exposiciones. Por ejemplo, la teora del valor-utilidad, en la medida en que empieza a explicar el valor de cada objeto y de cada servicio, parte esencialmente de ese segmento de la realidad que es el mercado , es decir, es en el intercambio que el valor se manifiesta concretamente. Qu valor atribuyo a mis lentes? Todos usamos lentes para ver mejor. Pero eso no significa que atribuyamos el mismo valor a los lentes, pues en esa relacin subjetiva no hay uniformidad. Es posible que la persona odie los lentes por motivos estticos. Hay gente que prefiere sentarse sobre ellos. Hay otros que no pueden vivir sin sus lentes. Por lo tanto, hay una gama de valoraciones del mismo objeto por diferentes individuos.

  • -TEO R AS DF.I. VA I.O R 2.r>

    A la economa no le corresponde estudiar ni tiene condiciones para eso, esa variacin como actividad de consumo, es decir, en cuanto yo uso los lentes, sino solamente en la m edida en que los cambio por otro tipo de objeto de uso cualquiera. En ese caso el valor, aunque subjetivo, aparece en el comportamiento objetivo de las personas que hacen el cambio. Y como la economa no es una ciencia meramente descriptiva, sino que tiende o al menos debe llegar a resultados operativos, lo que le interesa no es el comportamiento en el intercambio individual sino colectivo. Lo que interesa es el precio que los lentes alcanzan en el mercado. Ese precio es u n promedio de distintos precios que distintos individuos pagaron por sus lentes. Si stos costaran el doble de lo que cuestan, menos individuos los compraran, pero siempre los compraran algunos; si costaran la mitad, ms individuos los compraran. Es decir, hay individuos dispuestos a pagar cualquier precio por los lentes y el nm ero de individuos va variando. Lo que interesa es el precio efectivamente pagado. Por lo tanto, la teora del valor-utilidad encuentra su aplicacin prctica inm ediata en la explicacin de los precios efectivos en el meicado.Y en la medida en que es as, su punto de abordaje es el individuo que se halla en el mercado. La teora, efectivamente, reduce todo el comportamiento econmico al comportamiento en el mercado. El propio acto de produccin es asimilado a una actividad de intercambio: el individuo est trocando su ocio, que es sabroso, por el esfuerzo, que siempre es desagradable. La actividad del trabajo hum ano es encarada siempre como negativa. En la actividad productiva el individuo est cambiando algo agradable (el ocio) por algo desagradable (el trabajo), que a su vez conduce a algo agradable (la satisfaccin de otra necesidad).

    La teora del valor-trabajo parte de la produccin: el valor no surge en el mercado, surge en la produc-

  • p r i m f r a c i .a s f .

    cion, en el trabajo. ste es encarado no como alo negativo, como la renuncia al ocio, ai descanso, sino tom o una actividad que afirma al hombre en cuanto tai. El individuo es visto como productor social, como individuo integrado en la divisin social del trabajo.

    La teora del valor-utilidad explica el excedente social a partir de la renuncia. El excedente social es lo que la sociedad produce y que no se destina ai consumo inmediato. Ese excedente surge en forma fsica como mquinas, materias primas, edificios no residenciales, e tc En resumen, todo lo que sirve para algo chbtinto del consumo hum ano inmediato constituve^el excedente social. Pues bien, la teora del valor-utilidad explica ese excedente social como resultado de una renuncia a! consumo inmediato en favor de un consumo futuro. El excedente social se produce porque hay un ahorro, es decir, porque algunos individuos, voluntariamente, por clculo econmico, no gastan todo lo que ganan en consumo y guardan una parte, ahorran una parte y la invierten para obtener en el futuro un valor mayor. En este sentido el excedente es resultado de un sacrificio, y siendo as, debe ser remunerado. Los individuos que' ahorran y de ese modo posibilitan el excedente social hacen un sacrificio en pro de la sociedad y sta, para estimularlos, los compensa por ese sacrificio por medio de una re- muneracin que es la tasa de inters.

    Ah aparece, pues, uno de los elementos im portante: y verdaderos, digamos, en la comprobacin inmediata de los hechos revelados por la teora del valor- utilidad: siempre hay una preferencia por el consumo inmediato frente al consumo mediato, es decir, el consumo postergado. El tiempo cuenta para el consumo humano. Si puedo escoger entre tener un objeto hoy o dentro de un mes, prefiero tenerlo hoy. En igualdad de condiciones, prefiero tenerlo hoy. Por lo tanto, si renuncio a una posesin inmediata, si postergo la posesin y el uso de un objeto por un mes, co-

  • t f o r a s d f .i . y a t . o r |

    r io el riesgo de no estar vivo hasta entonces o de cam- J biar de opinin con respecto a su utilidad y c!e que | no me sirva ya dentro de un mes. Este nesgo que | ; corro es el sacrificio que hago y que debe ser remu- | nerado en relacin al lapso de tiempo por el cuai e- | nuncio al uso del objeto.Esa remuneracin adopta la forma de intereses. Los > intereses se calculan en relacin al tiempo; crecen en | la medida en que el tiempo pasa. La produccin del | excedente social, a su vez, explica el propio crecimien- g to de la economa, pues es la reinversin de ese excedente lo que hace (pie la economa crezca. T odo eso se explica, segn la teora del valor-utilidad, por la | preferencia por el consumo inmediato y por la valon- > zacin del tiempo. Por ejemplo, hay inversiones que : demoran un tiempo relativamente largo en material)- ; zarse, como un ferrocarril, una usina hidroelctrica, | una usina siderrgica, etc. Son empresas que necesitan . cinco o diez aos para materializarse. El sacrificio | hecho, por lo tanto, es muy largo, y el riesgo que los s;. individuos corren de no llegar nunca a disfrutar per- | sonalmente de ese sacrificio tambin es largo. En con- | secuencia, ese sacrificio debe ser remunerado con ma- | vor cantidad de recursos y el mercado de capitales | funciona estrictamente de acuerdo con esta lgica. , Esas inversiones se financian mediante la venta de acciones, cuyo precio sufre una desvalorizacin pro- |- porcional al tiempo de maduracin de las inversiones.La reforestacin es una actividad cuyos resultados de- | moran a veces 50 aos, plazo que va bastante mas all de la expectativa de vida de la mayor parte de los | individuos adultos, que no pueden esperar vivir mu- | cho ms de 50 aos. En una sociedad capitalista casi nunca se deja la reforestacion a la iniciativa pri\ ada, | al comportamiento individual esencialmente econ- | mico: casi siempre es una obligacin legal, una impo- ; sicin de la sociedad a los individuos, o bien el poder ; pblico se encarga de ella.

  • T R IM E R A C.I.ASF.

    T odo el comportamiento del poder pblico, del Estado, en la economa, no se explica por la teora del valor-utilidad. Carece de lgica en trminos de la teora del valor-utilidad. El comportamiento econmico del poder pblico no obedece a la misma racionalidad que el del individuo, que siempre est tratando de llevar al mximo la utilidad a su disposicin.

    Para la teora del valor-trabajo, el excedente social se fija de acuerdo con el tipo de sociedad que se analiza. El enfoque es esencialmente histrico. En las sociedades en que el carcter social de la economa es reconocido conscientemente, es decir, cuando no surge como resultado final de muchos comportamientos individuales desarticulados, como sucede tanto en las sociedades colectivistas del pasado como en las sociedades colectivistas del presente, el excedente social es la iniciativa ms im portante del grupo. En una sociedad comunista primitiva, por ejemplo, lo primero que el grupo hace es decidir cuntos peces se van a pescar, cunta mandioca se va a plantar (la mandioca es el tipo de producto que se puede dejar en la tierra cuanto se quiera, es una reserva), para luego decidir cunto se producir para el consumo inmediato. En una sociedad centralmente planificada, hoy en da, la determinacin del excedente, es decir, del producto que no ser destinado al consumo sino a la ampliacin de la propia economa, es una decisin colectiva, consciente, deliberada, discutida. Si hay un sacrificio, ese sacrificio es colectivamente deliberado y asumido.

    En una economa capitalista, de mercado generalizado, el excedente procede de fuerzas sociales que no son determinadas deliberadamente. Deriva esencialmente de la productividad del trabajo y del costo de reproduccin de la fuerza de trabajo. Analicemos lo que significan esas dos fuerzas. Por un lado la sociedad dispone de fuerza de trabajo, es decir, de la capacidad lsica y mental de sus individuos de ejercer fun-

  • T EO R AS DKL V A LO R 29

    clones productivas y sociales. Esa capacidad tiene un costo, que es la suma de los recursos necesarios para mantener vivos a los individuos y asegurar su reproduccin. Para que la fuerza de trabajo exista y pueda reproducirse, es preciso que los individuos que la in tegran vivan. Es el mnimo fisiolgico de supervivencia y de reproduccin de todos los que trabajan en sus actividades. Y a esto hay que aadir los recursos necesarios para calificarlos para ejercer las funciones diferenciadas y complementarias definidas por la divisin social del trabajo. Es decir, la escuela y otros tipos de organizaciones que la sociedad crea para calificar el trabajo hum ano. Sumando esto al costo de subsistencia de la poblacin trabajadora, tenemos la parte del producto social que M arx llam producto necesario., es decir, sin el cual la economa no puede ni siquiera reproducirse, mucho menos crecer. Dado ese mnimo, tenemos, por un lado, el producto social total dado por la productividad de la fuerza de trabajo. La fuerza de trabajo efectivamente utilizada produce determ inada cantidad de recursos que es generalmente mayor que ese mnimo, el producto necesario. La diferencia entre ese producto social total, resu ltante del uso de la fuerza de trabajo, y el producto necesario, es el excedente social.

    La teora del valor-utilidad empieza por el individuo que ahorra. U n individuo gana $ 3 000 por mes, resuelve gastar 2 000 y ahorrar 1 000, previendo que algn tiempo despus tendr ms que eso, gracias a los intereses que obtendr. Reuniendo a todos esos individuos, su ahorro constituye el excedente social. La teora del valor-trabajo parte de la idea de que el producto social es una cantidad dada y refleja la productividad de la fuerza de trabajo. Deduciendo del produelo social el producto necesario, lo que queda es el excedente. Cmo es posible que la suma de los ahorros individuales, hechos por clculo individual, corresponda a la diferencia entre el producto total y

  • Jel producto necesario? La explicacin reside, y quien la da es la teora del valor-trabajo, en la competencia predom inante en la sociedad capitalista. La sociedad capitalista tiene una organizacin que lleva a los poseedores del excedente, los poseedores de los medios de produccin, a un comportamiento tal, que generalmente acum ulan la mayora de los recursos que llegan a sus manos y que no son utilizados normalmente para su consumo. La teora del valor-trabajo dice lo siguiente: es absolutamente ocioso, dilettante, bizantino, tratar de explicar el comportamiento de ahorro del individuo que gana sumas fabulosas, dueo de una fbrica, dueo de un banco, dueo de una hacienda, en funcin de sus necesidades de consumo. Ese individuo gana 5, 10, 15 veces ms de lo que consume normalmente, por mucho que consuma. Y as, es incapaz de consumir un tercio o un cuarto de lo que normalmente gana. Se ve casi obligado a acumular por la competencia entre las empresas econmicas; la necesidad de crecer como capitalista lo induce a esa actividad de acumulacin.

    En el ltimo anlisis, la teora del valor-trabajo explica el excedente posible y explica por qu el excedente real tiende a aproximarse al posible. La teora del valor-utilidad in tenta explicar la motivacin hu mana, in tenta explicar por qu A ahorra ms que B , por qu algunos individuos son estimulados a ahorrar y otros no. La teora del valor-trabajo es esencialmente macroeconmica, mira a la economa siempre como un conjunto, y da la medida del excedente social posible. Admite de antem ano que esa posibilidad no siempre tiende a realizarse en una economa capitalista. El gran mrito de la teora del valor-trabajo es que explica la propia evolucin del excedente, porque ste siempre tiende a crecer en relacin con la productividad social del trabajo. Nos proporciona los instrumentos econmicos \ sociolgicos necesarios para explicar cmo tambin crece el producto necesario,

    3Q P R IM E R A CLASE

  • TORIAS DEL VALOR

    por qu los individuos que trabajan tienden a luchar por una participacin por lo menos 110 decreciente en el producto social, y cmo, a pesar de eso, el producto necesario como proporcin social tiende realmente a disminuir. Esto se demostrar ms adelante. Sin embargo, la teora no tiene, a este nivel, posibilidad de explicar la variacin cotidiana, o anual, de la aparicin concreta del excedente social. As como tiene una visin macroeconmica del conjunto de la actividad total de la economa, tiende a tener tambin una visin del tiempo a largo plazo. En la medida en que la teora del valor-trabajo va de lo abstracto a lo concreto, es decir, trata de explicar el excedente de un pas capitalista especfico, con determinadas caractersticas en cierto momento, digamos un pas no totalmente capitalista, no puram ente capitalista como el Brasil, pas subdesarrollado, en el que la propiedad de los medios de produccin en gran parte no se halla aqu, sino en el exterior, y en el que el excedente social puede ser aplicado aqu o 210, puede ser exportado, y en el que parte del excedente efectivamente invertido viene de afuera hacia adentro, en la medida en que la teora del valor-trabajo pasa a formas ms concretas e inmediatas de anlisis, pasa a incorporar el instrumental de la teora del valor-utilidad. A partir del momento en que queremos explicar el excedente concreto, el del Brasil en 1967, ah el comportamiento de ahorro, el raciocinio de los grandes grupos que detentan la plusvala, pasa a ser el enfoque adecuado. Y como se es desde el principio el enfoque de la teora del valor-utilidad, muchas de las explicaciones halladas por los marginalistas pasan a ser vlidas.

    El ejemplo del excedente muestra bien en qu medida los.dos abordajes tienden a cierta complementa- ri-edad. El abordaje de la teora del valor-trabajo es esencialmente macroeconmico, se preocupa nicamente de la economa como un todo y a plazo relati-

  • J34 PRiMF.RA. CLASF.tivo, no cientfico, en la economa, y que bien se puede prescindir de cualquier teora del valor. Esa actitud, que es la que considero nihilista, se explica porque Robinson sinti ms que ningn otro autor el impacto de las insuficiencias del marginalismo, en el cual fue educada, para la comprensin de los procesos histricos y macroeconmicos.

    Espero que esta clase sirva de introduccin para lo que intentarem os hacer de aqu en adelante. Abordaremos los aspectos ms importantes de la economa moderna a pa r tir siempre de esta dicotoma, y revelaremos sus diversas implicaciones.

  • SEGUNDA CLASE

    D IS T R IB U C I N DEL ING R ESO

    El problema de la distribucin del ingreso es uno de los temas ms antiguos y clsicos de la economa poltica.

    Ricardo, que fue uno de los padres de esa ciencia, consideraba a la distribucin de la renta como el verdadero objeto de la economa poltica. Y deca que la ciencia econmica tena muy poco que decir con respecto al volumen total del producto. Pero podra y debera determinar las leyes que presiden la distribucin del producto social entre las diferentes clases que componen la sociedad. De modo general, la distribucin del ingreso in tenta explicar de qu manera se reparte el producto social entre las clases fundamentales de la sociedad, es decir, entre ciertos rditos, de los cuales se estudian clsicamente el salario, el lucro, la renta de la tierra y el inters. sas son las cuatro categoras que casi siempre constituyen la estructura de la distribucin del ingreso.

    T ratarem os de presentar la teora de la distribucin del ingreso de acuerdo con las dos escuelas fundamentales de la ciencia econmica, es decir, la escuela marginalista y luego la escuela marxista, y por fin intentaremos confrontar a ambas y mostrar en qu medida la realidad de la economa capitalista confirma o no los,.presupuestos y los resultados de cada una de ellas.

    Empecemos por la teora marginalista. Los economistas marginalistas dicen que a cada uno de esos rditos el salario, el lucro, el inters y la renta de la

    [35]

  • S H .L N D A CI ASE

    tierra corresponde determinado factor de produccin y esos rditos constituyen la remuneracin de los titulares o propietarios de esos factores: al salario corresponde el factor trabajo, al lucro corresponde el factor empieza, ai inters el factor capital monetario y a la renta de la tierra el factor recursos naturales. Se parte del supuesto de que toda actividad productiva se hace mediante la combinacin de tres de esos factores: trabajo, capital y recursos naturales. En la teora marginalista lo ms difcil es la distincin entre lucro e inters, porque durante un largo perodo lucros e intereses fueron colocados ms o menos en situacin de igualdad. Se supona que los intereses eran la remuneracin del capital, es decir, lo que ganan los capitalistas, y que el trabajo de combinar esos factores, el trabajo de asalariar trabajadores, arrendar la tierra, pedir capital prestado y por lo tanto dirigir la empresa sera remunerado por el lucro. sta sera la posicin neoclsica. Keynes, sin embargo, mostr que el inters no es realmente la remuneracin del capital como tal, sino la remuneracin del capital en su forma 7no- netaria, es decir, en su forma de mxima liquidez. Y por lo tanto la remuneracin propiamente dicha del capital sera el lucro o beneficio, v una parte del lucro pasara luego al prestador de dinero, que puede ser un banco, un inversionista o un usurero.

    Concentrmonos en la visin ms moderna, que es la versin poskeynesiana. De acuerdo con esta versin, por lo tanto, tenemos bsicamente factores de produccin, elementos necesarios para la produccin que son propiedad particular de individuos libres, que pueden alienar o vender el uso de esos factores y en virtud de eso aspirar a una remuneracin que adopta la forma de esos rditos.

    1 centro del problema reside en saber cmo se reparte el producto por esos distintos rditos. Es decir, m al es la parte del producto que se convierte en salario, y por lo tanto en remuneracin del trabajo, cul

  • DISTRIBUCIN DF.I. INCRKSO 37es la parte que se trasforma en lucros, volvindose as remuneracin del capital y del capitalista, cul es la parte del producto que se convierte en intereses y cul en renta de la tierra. La escuela marginalista resuelve ese problema a partir de la teora de los rditos decrecientes. En la combinacin de los factores, y esa combinacin es dada por la tecnologa, en la medida en que se aum enta la participacin de un factor, manteniendo los dems constantes, los rditos obtenidos por ese factor decrecen. sa es, en sntesis, la ley de los rditos decrecientes. Vamos a dar un ejemplo para que quede bien claro. Supongamos una p lan ta cin de caf. Si yo soy empresario, arriendo un trozo de tierra, pago una renta por esa tierra y empleo trabajadores asalariados. Entonces combino tierra, es decir, recursos naturales, con trabajo. Y utilizar herramientas de trabajo: azadas, galpones, mquinas de beneficiar caf, tambin en determinada proporcin que la tcnica de producir caf me ensea. No puedo, por ejemplo, emplear 200 trabajadores para cuidar una hectrea de caf. Los trabajadores no tendran nada que hacer. T am poco puedo emplear un trabajador para cultivar o cuidar 200 hectreas de caf. Por lo tanto, la combinacin cuantitativa de los factores de produccin no puede ser arbitraria, es determ inada por la tcnica. En la agricultura puedo utilizar una tcnica ms moderna, ms avanzada, con ms m quinas. En ese caso aum ento la participacin del factor capital y reduzco la participacin del factor trabajo. El capital sustituye a X trabajadores en la produccin de la misma cantidad de valores de uso. El empleo de un arado de discos en lugar de otro ms primitivo permite dispensar a cierto nm ero de trabajadores para obtener el mismo producto. La tecnologa me da los lmites dentro de los cuales puedo utilizar los factores, pero hay all cierta flexibilidad. Lo mismo sucede en la produccin industrial Una fbrica textil puede emplear un tu rno de trabajadores para ponerla

  • en movimiento ocho horas por da, puede emplear dos turnos para ponerla en movimiento diecisis horas por da, o tres turnos para tenerla en movimiento las veinticuatro lloras del da. En esos casos se combina la misma cantidad de capital con diferentes cantidades de trabajo. Por lo tanto, cada uno de esos factores, recursos naturales, trabajo y capital (pensando ahora en el capital fsico) pueden combinarse en proporciones variables, aunque nunca arbitrarias.

    El pun to de partida bsico de la teora es que suponiendo dados dos factores, se puede variar el tercero, pero, en la medida en que se van introduciendo ms elementos de ese mismo factor, el rendimiento del nuevo elemento introducido es decreciente. Volvamos al cafetal: si se utilizan tres trabajadores, una familia de tres personas, se produce determ inada cantidad de caf. Supongamos que l rea del cafetal no aumente, es decir, que se utilice la misma cantidad de tierra y la misma cantidad de capital, pero, exclusivamente, ms trabajo: se emplea a un cuarto trabajador. El rendimiento de ese cuarto trabajador ser menor, probablemente, que el promedio de los tres anteriormente empleados. Si se emplea a un quinto, lo que agregue a la produccin ser menor que lo aadido por el cuarto y as sucesivamente hasta llegar al momento en que si se agrega un nuevo trabajador a la hacienda eso no produce ningn aum ento en la produccin. Si se emplea un nuevo trabajador, es posible que encuentre qu hacer, pero los otros dejarn de hacer lo que hacan, habr una redistribucin de tareas, pero el producto ya no crecer. Ese ltimo trabajador tendr lo que se llama productividad margin a l ' igual a cero. Estamos calculando el margen mediante la adicin de una un idad e lem en ta r mnima, que no debera ser un trabajador, sino una hora de trabajo ms por mes. Entonces sera posible, a partir del nmero de horas-hombre de trabajo, calcular la adicin de cada hora-hombre de trabajo al producto.

  • msTunu'c.iN nri. incufsoEn la medida en que aumenta, la proporcin de un factor, fatalmente se llega a un momenio en que su producto marginal, es decir, el fruio que se obtiene racias a esa adicin, ser cada ve/ menor Iiasia llegar a cero. Podramos in ven ir el ejemplo, suponer dado el trabajo y aum en ta r la tierra. En ese caso con cinco trabajadores y una hectrea de tierra se obtiene determinado producto. Si los mismos cinco hombres pasan a trabajar dos hectreas de tierra, su producto aum enta en cierta medida. Pero los cinco trabajadores no van a p ro d u c ir el doble slo porque se haya duplicado la tierra. Entonces esa. hectrea adicional da un producto m enor que la primera. Si el rea trabajada aum enta a tres hectreas, habr un aumento del producto, pero ya ser considerablemente menor y as sucesivamente. Cuando se agregue la vigsima hectrea a la misma fuerza de trabajo, sta ya no podr producir ms, simplemente porque su capacidad de producir se habr agotado.

    sta es la esencia de la ley de los rendimientos decrecientes. Pero todo el razonamiento marginalista se basa en un comportamiento racional del empresario, ese fulano que aspira al lucro, el capitalista en realidad. Si debe comportarse racionalmente, nunca emplear un factor cuyo producto marginal, es decir, lo que contribuye al aum ento del producto, no sea por lo menos igual al rdito que el empresario debe pagar a su titular, es decir, intereses a quien le presta el dinero, o salarios al trabajador. Esto significa que cada uno de esos rditos ser, en el margen, igual a la productividad marginal del factor. Volvamos al ejemplo de la plantacin de caf: con cinco trabajadores produce caf por valor de S 10 000 al ao; si se emplean seis trabajadores el valor del caf ser, digamos, de 10 300 anuales; si se emplean siete, el valor producido ser de $ 10 400; si fueran ocho, el valor seguir siendo de $ 10 400. Esto significa que el producto marginal del sexto trabajador es de $ 800, es decir,

  • >10 srr.i \ n \ ci.Asr

    la diferencia entre 10 000 y S 10 300. Si no se le empica la cantidad de cal producida valdra S 10 000. (ion su empleo, el valor producido es de S 10.100. Ya d producto marginal del sptimo traba jado r ser de > 100. Y el del octavo, cero. Por lo ta n to es evidente (pie el octavo trabajador no ser em pleado si el empresario acta racionalmente. Porque, e n ltima instancia, no le rinde nada. Si el salario es, por ejemplo, de 300, ser jx>sible emplear a cinco o seis trabajadores, porque el producto marginal del sexto es exactamente de . 800. Si el salai io es de $ 250, el sexto trabajador produce un lucro de por lo m enos S 50. Pero el sptimo trabajador produce una perd ida . Como se supone que los salarios son todos iguales, porque existe un mercado de trabajo en el que la competencia hace que se pague la misma rem uneracin por el mismo tipo de trabajo, se emplear c ierto nmero de trabajadores hasta el punto en que su Remuneracin sea por lo menos igual o inferior al p roduc to marginal proporcionado por ellos. Esta teora, por lo tanto, da dos elementos: el empleo total, es decir, el nme-

    . io de trabajadores empleados, depender de su pro- ductividad marginal y del nivel de salarios: v el nivel de salarios determinar de antemano el nivel de empico. Se supone que el nivel de salarios termina por ser ms o menos equivalente de la p roductiv idad m arginal.

    Hablemos ahora del otro lado de la ecuacin, que es la olera de fuer/a de trabajo. Se supeane que el trabajador razona como empresario, es de cir, que tiene el mismo comportamiento racionar*. La economa marginalista ra/ona como si todos los personajes del drama se rigieran por el mismo tipo de^ lgica. En el Iondo el trabajador es como un pequenro empresario que tiene una mercadera para vender oque es su propia fuerza de trabajo. Se supone que el trabajador ra/ona clel siguiente modo: el sacrifici o de trabajar

    j que hago os compensado por un salario , digamos, de

  • i B E iBE;M f ^ .

    DISTRIBUCIN DEL INGRESO ^ 1

    200. Entonces, hasta 200 por mes trabajo, por menos, no trabajo. El sptimo trabajador no estai disponible porque el empresario no puecle pagailc ms que 100; si le paga ms que eso tendr un perjuicio. Sin embargo, el trabajador no se considera remunerado por el sacrificio que hace en la actividad productiva con 100. Entonces no se emplear. El nivel de salarios ser determinado por el punto de encuentro del producto marginal del trabajo y la remuneracin mnima aceptada por el traoajadoi. El mismo razonamiento puede hacerse con relacin a la tierra. En lugar de cinco, seis o siete trabajadores tendremos cinco, seis o siete hectreas de tierra. En la medida en que agrego tierra a la empresa, el producto marginal de sta decrece. Si el dueo de la tierra dice que^por menos de S 100 o de S 200 no arrienda la tierra, es posible que no valga la pena, pues el producto marginal puede ser menor que la renta pagada por su uso. La cantidad de tierra empleada puede sei el punto de encuentro de la renta m n im a deseada por el propietario de la tierra y su productividad m arginal. Y el mismo razonamiento puede hacerse tam bin en relacin con el capital, es decir, ios capitalistas slo emplearn sus recursos en la medida en que los intereses que puedan obtener remuneren la abstencin del consumo necesaria para ahorrar, y el riesgo que corren ai prestar su capital al empresario. Es claro que los intereses ofrecidos no pueden ser superiores al producto marginal del capital. Intereses, salarios y renta de la tierra sern determinados por las productividades marginales de sus respectivos factores, v or la reivindicacin mnim a de los titular es de esos factores.

    La oferta de los factores supone un costo que siempre es medido en forma subjetiva. El costo del trabajo no corresponde, en la teora marginalista, al n ivel normal de consumo de la familia del traba jado!. Corresponde a una estimacin subjetiva d

  • JSFCUNDA CLASE

    del ti abajador. Se considera que el trabajador, cuando no est empleado, est siempre voluntariamente desempleado, es decir, no se somete al trabajo por menos de c ieno nivel de salario. Del mismo modo, si una^ parte del^ capital no es empleada, es porque el dueo del capital subjetivamente estima que la rem uneracin ofrecida en forma de intereses no es suficiente para compensar el riesgo del empleo o la postergacin del consumo inmediato de esos recursos. Entonces prefiere consumirlos o guardarlos en espera de una oportunidad mejor de empleo. U n resultado inmediato de este tipo de teora es que cualquier intervencin extraeconmica que eleve la remuneracin de un factor crea un margen mayor de desempleo del mismo. Supongamos que el salario mnimo es de $ 90; la cantidad de trabajadores empleados sera en nuestro ejemplo de siete, pues la productividad marginal del sptimo trabajador es de $ 100, es decir, ms de $ 90. Si la ley del salario mnimo aum enta esa rem uneracin a $ 130, ese sptimo trabajador que daba lucro pasa a dar prdida. Es decir, para obedecer la ley es preciso pagarle $ 130 por mes, al tiempo que slo agrega al producto $ 100. Entonces es despedido. Por lo tanto, de acuerdo con esta teora, siempre que un elemento no econmico, que es principalmente el gobierno, pero tambin puede ser un sindicato, in terfiere en el mercado de un factor (capital, trabajo o recursos naturales) y eleva la remuneracin de ese actoi, cierto numero de titulares de factores, traba- jadores* capitalistas o propietarios de tierra, tendrn que ser desempleados, porque su productividad m arginal seia inferior a ese nuevo nivel de remuneracin. De ah el argumento liberal, bastante comn, contra cualquier tipo de intervencin del gobierno en el meicado de trabajo, en el sentido de elevar los salarios ms abajo, pues el resultado sera un aum ento del nivel de desempleo.

    Examinemos ahora la otra teora, la teora mar-

    42

  • I).\STRiRl?C:iN DEL INCRF.SO

    xista. sta comienza por una definicin (le lo que hay para repartir, es decir, de lo que constituye el producto social. Como ya liemos visto, el producto social es el fruto del trabajo socialmente necesario de toda la poblacin activa de la sociedad. Ahora es preciso perfeccionar esa definicin general con la distincin entre trabajo productivo y trabajo no productivo. Se dice que el trabajo es productivo en la medida en que es rem unerado por tina parte del capital, es decir, del capital variable, la parte del capital que se destina a rem unerar el trabajo y se trasfoi ma en salario. Esa parte del capital se llama capital variable porque va a volver a su dueo, al capitalista, au m entada por la plusvala, es decir, con el excedente de trabajo producido por el trabajador. Su valor varia, por lo tanto, en el propio proceso de produccin. T raba jo productivo es el que produce plusvala, es un trabajo hecho para un capitalista, que por lo tanto no slo reproduce el valor de la fuerza de trabajo empleada sino que produce un valor ms.

    Observen que esto es formalmente semejante a decir que es un trabajo que produce un produc to marginal mayor que su remuneracin, con la profunda dile- rencia, sin embargo, de que para Marx sa es una determinacin no tcnica sino social. El ti abajo pio- ductivo es el que se hace como trabajo asalariado para un capitalista y que por lo tanto produce una parte del excedente social, que en el rgimen capitalista adopta la forma de plusvala. U n ejemplo: una cocinera de un restaurante es una trabajadora pioducti- va, ella trabaja y el salario que recibe corresponde al gasto de su fuerza de trabajo, pero el trabajo (pie ella produce y entrega al capitalista es mayor (pie el nm ero de horas de trabajo socialmente necesario (pie recibe para su manutencin. Entonces, trabajando en el restaurante es una trabajadora productiva. ti abaja en la casa de una familia, no es una trabajadora productiva, aunque fsicamente haga lo mismo, preparar

  • 14 s f r.t:\r>A c i a s f

    comida. Est recibiendo una parte del ingreso de esa familia, que puede ser salario, lucro, inters* o lo que sea, y est tranformando ese ingreso m onetario en un servicio prestado por ella. Pero no contribuye en nada a la plusvala, al excedente social, y por lo tanto no contribuye al producto social. Trasforma v.na parte del producto social, que aparece en manos de su empleador como dinero, en un servicio.

    Los servicios domsticos, en general, no >>e consideran productivos pues no contribuyen en*. nada al producto cuya distribucin se trata de expi icar> Esta distincin es esencial. Tomemos el e jem plo de un mdico. Si el mdico tiene su consultorio, n*o explota a nadie, trabaja solo, entonces su trabajo e^ s un trabajo no productivo. Es decir, l cambia rditos de sus dientes por servicios mdicos en la m ed ida en que e> remunerado. Su servicio adopta la fo rm ^ de una mercadera pero 110 es esencialmente una mercadera capitalista. Como en el caso del mdico o c]e la empleada domstica, en una sociedad en que 1 .^ produccin de mercaderas se ha generalizado, cua lqu ie r servicio prestado toma la forma de una mercad era y su valor es determinado en general tomo el val or de las dems mercaderas. Sin embargo, en la medidla en que alguien trabaja en forma independiente, n*0 contribuye en nada al producto social. Su activ idad slo trasforma el producto: lo que entrega en forana de ser- \icios lo recibe de vuelta en forma de d i n e r o , que gastar en otras mercaderas. Hay una trasformacin de los valores de uso, pero no ha\ adicin al valor global producido en esa sociedad.

    Se supone que el trabajador que no trab;aja para un capitalista 110 es explotado. Esto significa (que cambia el fruto de su trabajo por otro producto , en el m a l se halla incorporado el mismo tiempo de^ trabajo socialmente necesario. Es claro que el produc to social sera m a\o r si se inclusera en l el producto, de esos trabajadores, pe o el excedente, es decir, la diferencia

  • d i s t r i b u c i n d e l i n g r e s o

    entre el producto social y el producto necesaiio, seguira igual. Si un mdico trabaja para un hospital o para una empresa de servicios mdicos, ue las que hacen medicina colectiva para empresas, se convierte en 1111 asalariado, inmediatamente en tra al grupo de los trabajadores productivos. Formalmente el trabajo del mdico se vende siempre. U no va a una clnica., ah est el mdico, uno recibe su servicio y paga la consulta. Es un acto de compraventa. En te medida en que trabaja aisladamente qu h a hecho? T o m ar su dinero, que es fruto de una renta, salario, lucro o inters y lo trasform en un servicio mdico. Hay un intercambio de valores iguales en el que cada parte sale con un valor de uso diferente del que trajo. Si, en cambio, el mdico trabaja para una clnica, pai a un grupo mdico, para algn grupo capitalista, puede ejercer el mismo tipo de trabajo, pero lo que va a recibir como remuneracin, en trminos de horas de trabajo socialmente necesario, ser necesariamente inferior al nmero de horas de trabajo socialmente necesario que dedic a su servicio. Esa diferencia va a formar parte de la plusvala global de la sociedad o del excedente social. Lo que interesa a Maix \ a los marxistas es precisamente la divisin del producto, entre producto necesario y excedente. El inters de la teora marxista, que es fundam entalm ente una teoia m acroeconm ica, no reside en explicar como se epai- te el producto entre varios factores, sino cmo es que se reparte el producto global entre la parte necesaria para el m antenim iento de la capacidad productiva, fsica y mental, de los trabajadores, y la otra parte quees el excedente social.Ahora estamos interesados en esa piinicia divisin, las otras son un segundo paso. Debemos del i mita i primero cul es el tipo de trabajo que contribuye al producto necesario y al excedente social, eliminando ios trabajos que no contribuyen al excedente social, uue no producen plusvalu, en esencia, ios tia-

    SfSUOTECA LUIS 6 0 M Z A l^ f lb B D ; MLCM

  • bajos que no producen mercaderas en el sentido estrictamente capitalista.

    La distribucin del producto entre .producto necesario y excedente social se da esencialmente por la lucha de clases.

    No hay nada intrnsecamente econmico, o 'tcnico , como supone la teora marginalista, en la determinacin clel nivel de remuneracin del trabajador y por lo tanto del producto necesario . Ese nivel depende, esencialmente, de su capacidad de lucha; de si los trabajadores estn organizados en sindicatos o no; de si tienen o no un partido que represente sus intereses,capaz de presionar y obtener del Estado mejoras de ese nivel de remuneracin. El salario 110 tiene una determinacin estrictamente econmica, sino que depende del equilibrio de las fuerzas presentes en el mercado de trabajo, siendo el mercado de trabajo el centro de la economa social. Uno de los aspectos ru tinarios, diarios de la lucha de clases es precisamente la determinacin y redeterm inacin . del nivel de rem uneracin del trabajo. Es una lucha constante, que se libra entre el conjunto de los asalariados y el conjun to de los empleadores, y es de esa lucha que resulta el nivel de remuneracin, que puede crecer o no, dependiendo precisamente de las contingencias de esa lucha. En todo momento hay algn nivel de rem uneracin del trabajo, es decir, esa lucha da por ltimo resultados en los que pueden influir determinadas instituciones, como el salario mnimo, el lmite legal de la jo rnada de trabajo, las vacaciones pagadas, la par ticipacin en las ganancias, la previsin social, etc. Cada vez que se crea o se elimina una institucin de sas, el nivel de remuneracin sube o baja.

    Se puede decir, por ejemplo, que en el Brasil el n ivel de remuneracin de los trabajadores ha descendido en los ltimos aos, a par ti r de 1964, por la eliminacin de la estabilidad en el empleo. La estabilidad en el trabajo, que era un derecho de los trabajadores

    ^ S W . U N D A C I .A S I i

  • IHSTRIUICIN DEL INGRESO 1 '

    que se traduca en una remuneracin recibida por el trabajador en ocasin de su despido, est siendo eliminada. Es un proceso lento pues los empleados ms antiguos pudieron optar por la estabilidad, pero a todos los recin admitidos en un empleo se les obliga a op ta r por el Fondo de G aranta de T iem po de Servicio (fgts). En la m edida en que el numero de empleados estables antiguos va disminuyendo poi muerte, jubilacin, etc., la estabilidad en el empleo va siendo eliminada, lo que trae como consecuencia la disminucin de la remuneracin promedio del trabajador, no slo directamente (menos indemnizaciones pagadas) sino tambin indirectamente, pues el sistema del fgts facilita a las empresas d esp ed ir a los empleados ms caros y adm itir en su lugar otros ms baratos. Esto aum enta la otra parte del producto, es decir, el excedente social, la plusvala. En otras palabras, en la medida en que un gobierno, a travs de su poltica salarial, limita los aumentos del salario nominal, en dinero, por debajo del aumento del costo de la vida, y con eso fuerza la cada del nivel de remuneracin del trabajo, hace aum entar tambin la plusvala que recibe la masa de capitalistas.

    Es claro que la posibilidad de deprimir el nivel de salarios tiene lmites fisiolgicos y polticos. Superados los primeros, la fuerza de trabajo ya no se reproduce plenamente, decayendo en calidad o en cantidad. En el caso de superarse los segundos (que dependen de las circunstancias histricas), la desesperacin puede llevar a la clase obrera a formas de protesta que ponen en peligro la continuidad del proceso de produccin y reproduccin social. Obviamente tambin hay un lmite superior a la elevacin del nivel de salarios, dado por el tamao del excedente necesario para el sustento de los elementos improductivos y para el proceso de acumulacin de capital. Si los trabajadores consiguen elevar su remuneracin por encima de ese lmite, la acumulacin de capital se restringe, cae

  • SK.L'XDA CLASE

    el nivel ele empleo y ia economa entra en crisis. En es;is condiciones probablemente los salarios terminan por volver tambin a un nivel conveniente para el sistema, pues la crisis aumenta el desempleo v tiende a debilitar el poder de regateo de los asalariados.

    La distribucin se ta esencialmente en ese sentido.I na vez determinado en esa forma, el excedente social, es decir, la plusvala, es repartido a su vez entre los dems personajes del drama por una serie de pasos secundarios.

    El inters, por ejemplo, depende esencialmente del mercado de capital monetario o del mercado de dineto. La economa capitalista exige que toda su produccin se metamorfosee y pase por lo menos una vez por la forma monetaria. El producto sale de la fbrica y se vende, se trasforma en dinero. Si el comprador es un consumidor, termina el proceso. Pero si es un comerciante, tiene que ser vendido nuevamente hasta llegar a manos del consumidor. El producto agrcola se vende generalmente al comerciante mayorista y ste a su vez lo vende al minorista, que despus lo vende al consumidor final. Cada vez que hav una de e>as metamorfosis, o sea, cada vez que el producto pasa poi distintas manos, tiene que pasar por la forma monetaria. En consecuencia, debe haber un flujo monetario que sea por lo menos igual al valor del producto. Existe, por lo tanto, una necesidad objetiva de dinero, es decir, todo el capital social se tras- loima, por lo menos una vez en cada rotacin, en cada ciclo de produccin, en dinero, para luego volver a funcionar como capital. En virtud de eso existe cierta demanda de medios de pago. Y existen, por otra parte, individuos que poseen capitales en forma de moneda. Entonces, de acuerdo con la oferta y la dem anda de medios de pago se determina la tasa de inters. Esa tasa de inters tiene que ser necesariamente inferior a la tasa de lucro.

    El capitalista financiero, en teora, es totalmente

  • DISTRIBUCIN DEL INGRESO 49distinto del capitalista productivo. El primero es el poseedor de capital que lo ofrece en forma de prstamo, por no poder o no querer emplearlo productivamente. El segundo es el capitalista que realiza la metamorfosis del capital - e s decir, compra medios de produccin y fuerza de trabajo, pone en movimiento el proceso productivo y vende las mercaderas p roduc idas- con recursos propios y prestados. En la prctica. tanto uno como otro son empresas, en la mayora de los casos. En determinados momentos, la empiesa convierte parte de su capital en dinero y /o obtiene beneficios "en forma de moneda, sin poder convertirlos de inmediato en capital productivo, es decir, ms medios de produccin y ms fuerza de trabajo, ya sea porque el mercado en que acta no es favorable a una expansin de la produccin o porque el volumen de moneda acumulado an 110 es suficiente para cubrir los costos de las inversiones planeadas. En esas condiciones, a la empresa le conviene no dejar el dinero ocioso *, e ingresar a la escena del mercado financiero como capitalista financiero. Eso no impedir que en otro momento esa misma empresa decida que ahora debe hacer inversiones, es decir, trasformar capital-dinero en capital productivo, y entonces no slo recoger los fondos que anteriormente haba prestado a terceros, sino que procurar obtener prstamos. En ese momento se despojar de su identidad de capitalista financiero para asumir la de capitalista productivo. Las empresas, en el mercado financiero, estn constantemente cambiando de lado, ya concediendo prstamos, ya solicitndolos. Es preciso notar, adems, que al lado de las empresas suelen participar en el mercado financiero familias y rganos gubernam entales (aparte de otras entidades), ya como solicitantes, va como ofrecedores de prstamos.

    En un momento de superabundancia de dinero * lam I.a oferta global tic medios de pago se analzala en las

    ciases sexta y sptima.

  • iSKCUNDA CI.ASF.

    tasa de inters puede ser negativa, como lo Fue en el Brasil en el momento de inflacin ms aguda, en que normalmente la tasa de inters era inferior a la des- valorizacin del dinero. Por lo tanto, los poseedores de dinero que lo prestaban a inters sufrieron una pidida, porque al fin reciban un valor menor que el que haban prestado, y eso favoreci evidentemente a los empresarios que iban a usar ese dinero como capital productivo. En una situacin de inflacin, cuando los intereses son bajos y hasta negativos, el capitalista productivo se apropia de una parte mayor de la plusvala. Por otra parte, si se da la situacin inversa, de deflacin, o una situacin de inflacin decreciente, como la de la economa brasilea entre 1964 y 1971, la tasa de inters tiende a ser muy elevada. Los prstamos a largo plazo, por ejemplo, para fines inmobiliarios, se hacen a intereses reales, es decir, por encima ele la inflacin, del 10% anual, lo que se considera un inters usurario en cualquier parte del mundo. Hay una especie de compensacin y en este m omento entonces los poseedores de dinero, los que poseen capital en forma monetaria, tienen la posibilidad de obtener .una tasa de inters ms alta, es decir, una porcin mayor del pastel de la plusvala. Sin embargo, esa porcin generalmente no puede ser mayor que la tasa de beneficios, pues est pidiendo dinero prestado para emplearlo productivamente, para quien obtener lucro, que es la plusvala global, evidentemente no va a pagar intereses mayores que el lucio obtenido, a no ser por inadvertencia; Lo nico que se puede decir con seguridad sobre la tasa de inters es que puede variar de negativa a positiva hasta el limite mximo dado por la tasa de lucro, que a su vez es 1 uncin de la lasa de explotacin, es decir, de la relacin emre el producto necesario y el excedente social.

    ^Otro elemento de la teora marxista de ja distribucin es que la tasa de lucro, es decir, el beneficio divi-

  • n i s r u a u ' c i N di i . i n g r e s o 51

    elido por el capital invertido, es determinada en el plano macroeconmico, como resultado de la lucha competitiva entre los capitales. Se sabe que la tasa de lucro tiende a ser uniforme siempre que hay un mercado de capitales en el que el capital tiene cierta libertad de movimiento. En la poca de Marx esa libertad poda considerarse total. En el capitalismo contemporneo eso absolutamente no es cicito. Peto en cierta medida el capital tiene la posibilidad de moverse por distintos ramos de la produccin. Los dueos del capital, es decir, las empresas, pueden invertirlo hoy ms en la industria farmacutica, m aana en mayor proporcin en la industria automovilstica y pasado m aana en mayor medida en la agiicultura.Y debido a esa posibilidad de cambiar de empleo d d capital existe u n a tendencia a la uniformidad de su remuneracin. Por eso, los ramos que estn ptodu- ciendo menores beneficios sern abandonados por el capital y eso har que el producto de esos ramos sea ms escaso y su precio aumente, lo que har que, fi-

    ; nalmente, tengan un lucro mayor en el futuro. Los ramos que estn dando un lucro mayor tendrn un a d u jo de capital, tendrn la preferencia de los capitalistas y eso har que, dspus de cierto tiempo, la capacidad productiva de esos ramos aumente y ofrezcan una cantidad mayor de mercaderas y eso, finalmente, har que su precio baje y el lucro que proporcionan tambin. Ese movimiento del capital produce siempre una tendencia a la uniformizacin de la tasa de lucro, tendencia perm anentemente contrariada por el dinamismo tecnolgico del sistema que late que siempre surjan innovaciones que hacen a un ramo u otro ms productivo que el promedio. Es una tendencia equilibradora que es destruida por el avance tecnolgico, por las modificaciones de la economa, y es restablecida perm anentemente por el movimiento del capital.

    Supongamos que en cierto momento el producto

  • SEGUNDA CI ASE

    social, que es dado por el trabajo producido durante determinado ao, sea igual a 150. Supongamos que el capital social, que es igual a todo el trabajo pasado acumulado en forma de mquinas, instalaciones, materias primas, etc., sea igual a 500. Y supongamos que el producto se reparte as: 50 para reponer el capital constante gastado, 40 para la plusvala y 60 para la reposicin de la fuerza de trabajo, es decir, para el pago de salarios. Entonces la tasa de lucro ser dada por la plusvala total, es decir 40, dividido no por el producto sino por el capital invertido, es decir, 500. Esto da una tasa media de lucro de 0.08, o, en porcentaje, del 8%. sa sera entonces, en ese ao especfico, la tasa de lucro media. Frente a lo expuesto, es preciso admitir que:

    1} La tas;* de inters difcilmente podr superar el 8%; 2] difcilmente un ramo de produccin dar mucho ms o mucho menos del 8% de beneficio d u rante mucho tiempo. Puede suceder que algn ramo de produccin d el 10%, otros darn el 6%. E ntonces, de los ramos que dan el 6% de beneficio saldrn capitales que se encaminarn hacia el ramo que da el 10%. Despus de algn tiempo habr un nuevo equilibrio debido a las modificaciones de precios.

    La tasa de inters, dependiendo de la coyuntura \ de la poltica monetaria, podr ser desde negativa hasta de 5, 6, 7 u 8%. Es posible que algunas empresas hayan sobrestimado sus lucros futuros y hayan tomado prstamos a intereses mayores que los beneficios efectivamente obtenidos. En ese caso, las empresas sufren prdidas financieras, aun cuando como capitalistas financieros hayan obtenido beneficios.

    Tam bin en la teora marxista hay un supuesto de racionalidad. Se supone, en principio, que los capitalistas saben lo que estn haciendo. Y que los que sobreviven en la selva econmica del capitalismo son los aptos, los que no actan en forma irracional. Para ayudar a los capitalistas a actuar racionalmente exis-

  • DISTRIBUCIN DFL INC.RFSO

    te desde la administracin cientfica de los negocios, que se pretende cientfica y en cierta medida hasta puede serio, hasta la experiencia acumulada, cierta capacidad emprica de percibir las cosas. De modo que el conjunto de los capitalistas tiende a actuar ra cionalmente. Es claro que cierto nmero de ellos siempre yerra y desaparece, lo que recuerda la lucha por la vida en una selva. (No es casual que Darwin se haya inspirado en un economista: Maithus.) Sin embargo, otros capitalistas surgen y toman el lugar de ios que han sido eliminados.

    Las dos teoras que tra tan de dar una explicacin racional de cmo se reparte el producto entre los diferentes factores de produccin son bastante diferentes y parten de un supuesto bsico diferente. Para la teora marginaiista el valor del producto final es una incgnita, porque depender de su utilidad, que es resultado de una estimacin subjetiva de los compradores. Los marginalistas tienen que explicar la distribucin a partir de un producto marginal que es, a su vez, el ejemplo de la hacienda de caf: en la medida en que aum enta el nm ero de trabajadores, su producto marginal decrece; entonces aquel famoso sptimo trabajador, que produca 100, no podra ser empleado si el salario fuera de 200. Sin embargo, si el precio del caf se duplicase y el precio del caf dependiera esencialmente de la voluntad de los bebedores de caf, el mismo producto fsico del sptimo trabajador pasara a valer 200. Entonces pasara a ser interesante emplearlo. La teora de la distribucin mar- ginalista tiene un grado de indeterminacin que es el valor del propio producto final, que depende, en ltimo anlisis, de las preferencias del consumidor, considerando cada ramo y cada empresa separadamente. Es sa, por lo tanto, una teora que parte de una visin microeconmica, parte de una visin del empresario y de la empresa, para el cual, en un sistema competitivo, el valor del producto ser siempre

  • 54 SECUNDA CLASEuna incgnita, pues el empresario no tiene la posibilidad de dominar el mercado y no tiene, por lo tanto, la posibilidad de fijarlo de antemano. De ah pues que la nica cosa que puede decir la teora margina- lista de la distribucin es que si acta racionalmente, cualquiera que sea el valor del producto, el nivel de rem uneracin de los factores no puede ser mayor que su productividad marginal.

    La teora del valor-trabajo, en cambio, presupone conocido el valor del producto, pues es la suma de las horas de trabajo socialmente necesario. La d istribucin de ese valor conocido, determinado, se hace fundam entalm ente por un elemento extraeconmico, que es la lucha de clases. Y slo despus que la lucha de clases, en el sentido ms rutinario, diario, del funcionamiento normal de la economa capitalista, ha determ inado ese nivel de distribucin, dividiendo el producto en necesario" y excedente social , ese excedente es a su vez repartido, no slo entre el empresario capitalista y su prestamista, sino entre los dems elementos que lleguen a participar de la plusvala. Es por lo tanto una teora ms abierta, digamos, m atem ticamente mucho menos elegante, no permite trabajar con ecuaciones y curvas, como lo ha hecho la teora marginalista, pero es mucho ms realista.

    Para term inar esta exposicin, veamos un hecho im portan te que confirma la teora marxista. Es que en 'la m edida en que aum enta la remuneracin del trabajo, en las diversas economas capitalistas en las ltimas dcadas, no hubo una disminucin del empleo, sino por el contrario un aumento del empleo. De acuerdo con la teora marginalista, en la medida en que los trabajadores fueron conquistando una rem uneracin ms elevada (y as sucedi efectivamente, duran te gran parte de la historia del capitalismo industrial), debera haber habido un empleo decreciente de trabajadores, pues su producto marginal debera haber sido cada vez mayor, para merecer esa remune-

  • DTSTRIIUJC.IN D F i. TNIRFSO 55racin ms elevada, lo .que significa que un nmero m enor de ellos tendra empleo Pues bien, sabemos que eso no es verdad, los pases que dan mejor rem uneracin a sus trabajadores, los pases industrial- mente ms adelantados son tambin los pases que tienen relativamente m enor desempleo. Esto ha sido as especialmente en los ltimos veinte o treinta aos. Pero, aun cuando pensemos en la crisis de los treinta, las varias crisis coyunturales, a largo plazo, el sistema capitalista en los pases industrializados siempre ha sido capaz de absorber una cantidad creciente de trabajadores, y no decreciente de acuerdo con el supuesto de la ley de los rendimientos decrecientes. Cmo se puede explicar eso? Es que en la medida en que aum enta la remuneracin de los trabajadores se eleva la demanda efectiva en el sistema. Es decir, hay ms am plitud para vender cosas y una di versificacin del sistema productivo. Es decir, surgen nuevos ramos de produccin, nuevos productos. Para cada nuevo producto, aquella ecuacin de productividad marginal se reproduce para un nuevo grupo de trabajadores. Lo que vemos en la economa de consumo capitalista m oderna es precisamente esa diversificacin cada vez ms rpida de lo que se ofrece al conjunto de la poblacin en trminos de bienes de consumo. Esto significa que la teora marginalista es incapaz de explicar el empleo global. Explica meramente el comportamiento racional a nivel de la empresa y fue un error, reconocido por Keynes y por los keynesianos, la simple generalizacin del razonamiento vlido para una empresa para el conjunto de la sociedad, que debe ser pensada en trminos completamente distintos. T o d a la escuela marginalista sufri una gran conmocin cuando se comprendi que la economa global de la sociedad no es la mera suma de la economa de las empresas. Y que, por lo tanto, el punto de vista del empresario ya no es cientficamente fructfero para entender a la economa como un todo. Keynes, al es-

  • SFCUNDA CI.ASE

    cribir la Teora general del em pleo, muestra que el nivel de em pleo se debe principalm ente a la poltica econmica puerta en prctica por el gobierno v a ciertos factores generales macroeconmicos, v no simplemente a la suma de los com portam ientos individuales, mcroeeoiimicos, de los empresarios.

    La teora de la distribucin de la renta m arginalista e* altam ente apologtica porque induce a quien la estudia a suponer que siempre hay justicia en la distribucin, pues cada factor est siempre remunerado en proporcin a su contribucin al producto, y su empleo, o no, depende del dueo del factor, es l quien resuelve si participar en la produccin, de acuerdo con el nivel de rem uneracin determ inado por su producto m arginal. Esa teora 110 funciona en trminos macroeconmicos, es decir, no explica los fenmenos de la economa como un todo, al paso que la teora m arxista s los explica, porque parte precisamente (y esto fue un debate esencial en toda la historia del pensamiento econmico) de la idea de que el nivel de rem uneracin de la fuerza de trabajo no es determ inado econmicamente. Es decir, no hay nada esencialmente tcnico que lleve a la rem uneracin del trabajador a ser igual a la que es en el presente. Evidentemente, hay un lm ite para el producto necesario, que es el producto social total. El trabajador nunca puede recibir ms all del punto en que el excedente llega a ser igual a cero. Pero nunca se alcanza ese lmite.

    A lguien podra pensar que, al fin de cuentas, es sta una discusin superada, pero no lo es: los economistas acadmicos del m undo occidental estn todo el tiempo gim oteando que es debido al rpido crecim iento de la poblacin en los pases subdesarrolla- dos que hay en ellos 1111 tremendo desempleo disim ulado. Dicen que ese desempleo es fruto de las elevaciones del salario, es decir, del hecho de que en los pases subdesarrollados los salarios son muy altos.

  • DISTRIBUCIN' DEL 1NCRFSO

    debido a presiones polticas y sindicales. En realidad, en los pases subdesarrollados los salarios 110 son altos. Pero se les considera altos porque hay desempleo. Ah se ve para qu sirve la teora m arginalista: para demostrar que la responsabilidad del desempleo es de los trabajadores que luchan por mayores salarios. Por lo tanto, esta discusin es central en la econom a poltica., hoy en da, incluso en trminos operativos: qu es lo que determ ina la distribucin de la renta y cmo la distribucin de la renta influye en el crecimiento del producto.