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ALIMENTOS SIMBIÓTICOS
Autores:
MARIA FERNANDA PÉREZ
DIANA MARCELA LÓPEZ VELASCO
UNIVERSIDAD DEL VALLE 2009
PÉREZ - LÓPEZ ALIMENTOS SIMBIÓTICOS
ReCiTeIA - v.9 n.2 2
Para consultas o comentarios, ponerse en contacto con: Maria Fernanda Pérez e-mail: [email protected] Diana Marcela López Velasco e-mail: [email protected]
Las opiniones expresadas no son necesariamente opiniones de ReCiTeIA, de sus órganos o de sus funcionarios.
Edición: 2009 © ReCiTeIA. Cali – Valle – Colombia e-mail: [email protected] url: http://revistareciteia.es.tl/
Alimentos simbióticos
Maria Fernanda Pérez, Diana Marcela López Velasco
Universidad del Valle
RESUMEN
Este trabajo es una pequeña monografía de todo lo concerniente a los alimentos
simbióticos. Se abordó por algo tan sencillo como la definición de un alimento simbiótico
el cual es usado cuando un producto contiene ambos probióticos y prebióticos.
Lo que ocurre en los alimentos simbióticos es un sinergismo entre los probióticos (es
decir bacterias que no dañan el organismo) y fructanos naturales como
carbohidratos, que intentan modular la respuesta inmunológica para combatir
agentes infecciosos que dan origen al cáncer de colon y vejiga. Estos se
identifican en el mercado como lácteos que llevan la denominación bio por si los
quieres buscar.
Palabras Claves: Alimento simbiótico, prebiótico, probiótico, sinergismo, bacterias
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TABLA DE CONTENIDOS
Resumen Descriptores Lista de Figuras 1 INTRODUCCIÓN 2 GENERALIDADES 2.1 Definición de simbiótico 2.2 Ejemplos de alimentos simbióticos 2.3 Impor tanc ia de los a l imentos s imb ió t i cos 3 EFECTOS DE LOS ALIMENTOS SIMBIÓTICOS 3.1 Efecto de los simbióticos en colaterales en terapia intensiva 4 ENFERMEDADES QUE SE PUEDEN PREVENIR CON EL CONSUMO DE ALIMENTOS SIMBIÓTICOS 4.1 Prevención de la diarrea asociada a la toma de antibióticos 4.2 Estreñimiento, ritmo intestinal y salud colónica 4.3 Enfermedad inflamatoria intestinal (EII) 4.4 Enfermedad hepática 4.5 Pacientes de cuidados intensivos y quirúrgicos 4.6 Pancreatitis aguda grave 4.7 Absorción de calcio y salud ósea 5 MICROORGANISMOS SALUDABLES 6 ESTUDIOS REALIZADOS DE ALIMENTOS SIMBIÓTICOS 7 ALGUNAS BEBIDAS LÁCTICAS SIMBIÓTICAS 7.1 Regeneris 7.2 Yox Defensas 7.3 Yogurt Alpina 7.4 Vaalia 7.5 Activia 8 CONCLUSIONES 9 BIBLIOGRAFÍA 9.1Citas bibliográficas
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ALIMENTOS SIMBIÓTICOS
1 INTRODUCCIÓN
En el intestino del hombre coexiste aproximadamente un kilogramo de bacterias cuya
función es indispensable para la salud: es lo que se llama flora bacteriana o intestinal.
Está concentrada sobre todo en la última parte del intestino y está compuesta por
bacterias buenas (eubióticas) y bacterias patógenas.
La flora bacteriana se mantiene sana cuando hay más cantidad de bacterias buenas que
de bacterias patógenas. Entre los dos grupos se establece una verdadera guerra de
colonización y de supervivencia: si prevalecen las eubióticas, el organismo se beneficia de
ello y se establece un equilibrio que determina salud y bienestar.
En particular, las bacterias eubióticas se reproducen aprovechando todo lo que llega al
intestino, y, por lo tanto, sustraen el alimento a los gérmenes patógenos que no se
pueden reproducir en masa. Ocurre lo mismo que en la naturaleza: la especie que logra
nutrirse, crece, mientras que la otra está destinada a detener su desarrollo.
Las bacterias eubióticas en teoría comen de todo, pero normalmente su alimento ideal
son los hidratos de carbono. Sin embargo, lamentablemente la glucosa, la fructosa y la
galactosa de los hidratos de carbono son asimilados por el cuerpo antes de llegar a la
última parte del intestino, en donde se encuentra la flora bacteriana eubiótica. Esta es la
razón por la que las bacterias eubióticas tienen que hacer fermentar las fibras alimenticias
(peptina, inulina) para producir sacáridos. Cuando ganan los “patógenos”, como sucede
después de una larga terapia con antibióticos o por la ingestión de alimentos
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contaminados o por estrés, pueden aparecer molestias: dolor de vientre, hinchazón,
diarrea. También la ingestión de alimentos que contienen sacáridos (p. ej: las legumbres),
de difícil digestión para algunas personas, puede causar meteorismo: llegan al colon y
representan el alimento ideal para las bacterias que producen gas. Con la simple
alimentación cotidiana es difícil favorecer el crecimiento y el desarrollo de una buena flora
bacteriana de protección. Es por eso que se recomienda tomar simbióticos (fermentos
lácticos probióticos asociados con sustancias prebióticas), vitaminas y oligoelementos
específicos.
El nombre de alimento simbiótico no suena muy comercial para degustarlo en la mesa en
un energético desayuno o en un frugal almuerzo, pero según algunos médicos y
científicos es el tipo de alimentos que activa y fortalece el sistema inmune; que ayuda a
prevenir diversas enfermedades, entre ellas el cáncer de colon. Simbiótico “Es un
concepto químico: quiere decir que potencia un componente sobre otro”. Esos
componentes son los probióticos, bacterias vivas que refuerzan la flora intestinal, ya que
“compiten” contra las bacterias malas y los prebióticos, sustancias que funcionan como
fibra soluble en el aparato digestivo que colaboran en la regulación del funcionamiento
intestinal. “En términos gráficos se podría afirmar que los probióticos se sirven de los
prebióticos para alimentarse y desarrollarse”, ilustra Pueyrredón. De la conjunción de
estas dos sustancias, que según algunos especialistas surge una potenciación, aparecen
los alimentos simbióticos, hoy representados en un yogurt ideado por científicos y
producido por una empresa láctea.
El término prebiótico fue introducido por Gibson y Roberfroid, quienes definieron a los
prebióticos como ingredientes no digeribles de los alimentos que afectan
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beneficiosamente al huésped por una estimulación selectiva del crecimiento y/o actividad
de una o un limitado grupo de bacterias en el colon. Esta selectividad fue demostrada
para bifidobacteria, la cual puede ser promovida por la ingestión de sustancias tales como
fructooligosacáridos e inulina. Un alimento probiótico es aquel que aporta en suficiente
cantidad microorganismos adecuados para la flora intestinal simbiótica. Su utilidad radica
en favorecer la regeneración de la microbiota amiga y obtener los beneficios de ésta.
Ejemplo: yogur, kéfir u otros fermentos. El termino “probiótico” de origen griego, significa
“para la vida” se definen, como alimentos probióticos a aquellos que tienen o que se les
adicionan microorganismos vivos y que contribuyen a establecer un balance
microbiológico óptimo en el intestino, produciendo efectos beneficiosos, mejorando la
nutrición y protegiéndolo contra las enfermedades). El término simbiótico es usado
cuando un producto contiene elementos probióticos y prebióticos. Porque la palabra alude
al sinergismo, este término debería reservarse para productos en los cuales los
componentes prebióticos selectivamente favorecen a los componentes probióticos.
Las observaciones realizadas en modelos animales de experimentación y en seres
humanos indican que la flora intestinal supone una gran cantidad de microorganismos
comensales que han evolucionado en armonía con su huésped y mejorado la salud de
este último. Estas bacterias intervienen en el desarrollo normal del sistema inmunitario y
en la regulación de la respuesta a los patógenos, y son esenciales para el establecimiento
y el mantenimiento de la tolerancia inmunitaria de la mucosa. La flora intestinal participa
en varios procesos fisiológicos, como la digestión y la motilidad, además en funciones
metabólicas del organismo tales como la producción de vitaminas. También aporta a los
colonocitos sustratos como el butirato. El ácido butírico y el butirato presentes en la luz del
colon tras la digestión de, por ejemplo, alimentos ricos en fibra, regulan la diferenciación
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de las células mucosas del intestino grueso e inducen la apoptosis, que es importante
para controlar la inflamación y evitar la aparición del cáncer.
La justificación del uso de los simbióticos, se basa en observaciones que muestran la
mejoría de la supervivencia de las bacterias probióticas durante el tránsito por el tracto
digestivo superior. La implantación más eficiente en el colon y el efecto estimulante del
crecimiento de los probióticos y la flora bacteriana intestinal contribuyen a mantener la
homeostasis intestinal y la salud del organismo. Los japoneses introdujeron el término
"alimentos funcionales", y en Europa se está usando el de "alimentos nuevos o
novedosos". Indica que ciertos componentes podrían contribuir a reducir la presión arterial
o los niveles de colesterol mediante el uso de fitoesteroles.
2 GENERALIDADES
2.1 DEFINICIÓN DE SIMBIÓTICO
Son simbióticos todos los alimentos que combinan probióticos, es decir, bacterias vivas
que refuerzan la flora intestinal y prebióticos, que son fibras presentes en frutas y
hortalizas, principalmente, que funcionan como fibra soluble en el aparato digestivo y que
colaboran en la regulación del intestino al ser sustrato de las bacterias intestinales.
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La relación simbiótica se basa en cómo los oligosacáridos (un tipo de fibra soluble) de los
vegetales sirven para potenciar la acción de las bacterias beneficiosas, que los utilizan
para alimentarse y desarrollarse. Los especialistas en nutrición llevan ya más de una
década recomendando la incorporación de alimentos simbióticos a la dieta a fin de
fortalecer el sistema inmunológico e inhibir cánceres de colon y vejiga. Los simbióticos
actúan como inhibidores de la acción de los oncogenes, previniendo su propagación.
Además, parece ser que optimizan la acción de los tratamientos para curar la
hipercolesterolemia y mejoran la biodisponibilidad de hierro y cinc, entre otros elementos
minerales. [1]
2.2 EJEMPLOS DE ALIMENTOS SIMBIÓTICOS
* Bifidobacterias con galactooligosacáridos.
* Bifidobacterias con fructooligosacáridos.
* Lactobacilli con lactilol, kimchi coreano, la chucruta de col y derivados de soja
como el tempem y el miso.
* Una opción sana es tomar té de kombucha con las comidas.
[2]
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2.3 IMPORTAN CIA DE LOS AL IME NT OS S I MB IÓT ICOS
La combinación en alimentos de bacterias vivas (probióticos) y determinados productos
(generalmente azúcares de los que atraviesan intactos el TGI) que puedan ser usados por
esas bacterias se conoce con el nombre de Alimentos Simbióticos. La combinación más
popular hasta la fecha contiene Bifidobacterium y fructooligosacáridos, pero también son
posibles otras combinaciones. No obstante, aunque esas combinaciones no estén
suficientemente estudiadas, hay indicaciones sobre la posibilidad que tienen de aumentar
la supervivencia de las bacterias a lo largo del tránsito intestinal y por tanto, mejorar su
potencialidad para desarrollar su función en el colon.
En definitiva, lo que ocurre en los alimentos simbióticos es un sinergismo entre los
prebióticos y los prebióticos, como por ejemplo lo que ocurre entre la cantidad de fibra de
la dieta con la microflora intestinal: una dieta pobre en fibra puede producir cambios en la
ecología de la microflora intestinal y una disminución en la población de Lactobacillus, con
aumento de bacteroides capaces de desdoblar los ácidos biliares secundarios en
compuestos carcinogénicos, como el deshidronorcoleno y el metilcolantreno.
En Europa ya se venden productos simbióticos como el yogur SymBalnace (Lac. reuteri,
Lac. acidophilus, Lac. casei, bifidobacterias e inulina) producido por Tonilait en Suiza y el
producto holandés Fysiq (Lac. acidophilus + Raftiline, un prebiótico registrado como
marca comercial).
Son simbióticos todos los alimentos que combinan probióticos, es decir, bacterias vivas
que refuerzan la flora intestinal y prebióticos, que son fibras presentes en frutas y
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hortalizas, principalmente, que funcionan como fibra soluble en el aparato digestivo y que
colaboran en la regulación del intestino al ser sustrato de las bacterias intestinales.
La relación simbiótica se basa en cómo los oligosacáridos (un tipo de fibra soluble) de los
vegetales sirven para potenciar la acción de las bacterias beneficiosas, que los utilizan
para alimentarse y desarrollarse. Los especialistas en nutrición llevan ya más de una
década recomendando la incorporación de alimentos simbióticos a la dieta a fin de
fortalecer el sistema inmunológico e inhibir cánceres de colon y vejiga. Los simbióticos
actúan como inhibidores de la acción de los oncogenes, previniendo su propagación.
Además, parece ser que optimizan la acción de los tratamientos para curar la
hipercolesterolemia y mejoran la biodisponibilidad de hierro y cinc, entre otros elementos
minerales. [3]
Esos alimentos contienen bacterias que no hacen daño al organismo, y de esta manera
fortalecen el sistema inmune ante la acción de enfermedades. Se trata de lácteos que
llevan la denominación bio y fueron desarrollados por investigadores del CONICET, que
trabajaron sobre la importancia de modular el sistema inmune a través de la alimentación.
Especialistas recomendaron la incorporación a la dieta de alimentos simbióticos, que
sirven para fortalecer el sistema inmunológico y además actúan como agentes inhibidores
del cáncer de colon y vejiga.
Los expertos pusieron de relieve que en los últimos cinco años se han producido
"importantes avances" en el conocimiento básico a través de los cuales opera la
respuesta inmune, lo que permitió la introducción de nuevas estrategias terapéuticas,
entre las que se destaca el desarrollo de los alimentos simbióticos, que contienen
bacterias que no hacen daño al organismo.
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Liliana Bezrodnik, jefa del servicio de Inmunología del Hospital de Niños Ricardo
Gutiérrez, aseguró que "los simbióticos actúan como inhibidores de la acción de los
oncógenos", previniendo así la propagación del cáncer de colon y vejiga.
Según explicó la inmunóloga, los alimentos simbióticos "son aquellos que combinan los
probióticos, es decir bacterias que no dañan el organismo, y fructanos naturales (o
prebióticos) como carbohidratos, que intentan modular la respuesta inmunológica para
combatir agentes infecciosos".
En declaraciones periodísticas, Bezrodnik precisó que "en los individuos que tienen carga
genética para desarrollar cáncer de colon y vejiga, los simbióticos disminuyen la
prevalencia de oncógenos" que son células cancerígenas que pueden activarse.
"Se comprobó también que en los humanos, los simbióticos mejoran la acción contra el
colesterol y la biodisponibilidad de hierro y zinc, para asimilar nutrientes", puntualizó la
especialista.
Además, la médica detalló que "el sistema inmune es el encargado de protegernos de
agentes microbianos potencialmente patógenos".
En ese sentido, comentó que cuando una persona sufre un proceso infeccioso, "este
suele resolverse mediante una respuesta inmune que integra mecanismos propios de la
inmunidad innata y la adaptativa".
"La inmunidad innata en las personas cuenta con uno de los sistemas más importantes de
defensa ante agentes patógenos, que es el sistema inmune de mucosas, que tiene un
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papel preponderante frente a las agresiones ambientales y para combatir infecciones",
añadió.
A modo de ejemplo, Bezrodnik puntualizó que "el sistema inmune de mucosas del
intestino, representa el 70 por ciento de nuestras defensas".
Al respecto, dijo que este sistema "está en contacto con diversos organismos patógenos
que estimulan la respuesta local de los anticuerpos neutralizantes y generan un efecto de
tolerancia", para reaccionar ante diversos agentes malignos.
Por tal motivo, Bezrodnick insistió en la importancia de ingerir alimentos simbióticos "para
fortalecer el sistema inmune y prevenir enfermedades", ya que "fortifican la presencia de
las bacterias que no dañan el organismo y son fundamentales para generar un sistema de
defensa ante la acción de las enfermedades". [4]
3 EFECTOS DE LOS ALIMENTOS SIMBIÓTICOS
Ahora bien, cuál es el resultado de los simbióticos. “Está comprobado, a través de
diversas investigaciones, que las sustancias probióticas mantienen el equilibrio de la flora
intestinal y del sistema inmune. También que son buenas para amortiguar el impacto de la
ingesta de medicamentos. Pero todavía no conozco trabajos que demuestren los
resultados de los alimentos simbióticos”, aporta Pueyrredón.
“Pienso que es un poco exagerado decir que si uno consume alimentos de este tipo no se
va a enfermar en todo el año”, agrega la nutricionista. Bezrodnik dice a Hoy que los
aconsejaría “para pacientes que tienen enfermedades como alergias, inflamaciones
intestinales o que deben consumir medicamentos en forma periódica”.
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En el mencionado encuentro realizado en Buenos Aires sobre las propiedades de los
alimentos simbióticos, la médica del Gutiérrez precisó que “en los individuos que tienen
carga genética para desarrollar cáncer de colon y vejiga, los simbióticos disminuyen la
prevalencia de oncógenos”, que son células cancerígenas que pueden activarse.
“Se comprobó -dijo también en ese encuentro- que en los humanos, los simbióticos
mejoran la acción contra el colesterol y la biodisponibilidad de hierro y zinc, para asimilar
nutrientes”. Estos alimentos se identifican en el mercado como lácteos que llevan la
denominación bío y fueron desarrollados por investigadores tucumanos del Centro de
Referencia en Lactobacilos (Cerela), del Conicet, quienes trabajaron sobre la importancia
de modular el sistema inmune a través de la alimentación.
“Los profesionales del Cerela son sumamente serios; hace muchos años que están
trabajando con este tema”, opina la inmunóloga ante una consulta puntual de Hoy.
Este, además, es uno de los pocos centros que existen en el país que se dedican a este
tipo de investigaciones, que algunos científicos creen trascendentes para las futuras
gene- raciones de argentinos. Bezrodnik afirma también que “la inmunidad innata en las
personas cuenta con uno de los mecanismos más importantes de defensa ante agentes
patógenos, que es el sistema inmune de mucosas. Este tiene un papel preponderante
frente a las agresiones ambientales y para combatir infecciones”.
“El sistema inmune de mucosas del intestino representa el 70% de nuestras defensas”,
agrega la profesional. Por eso insiste en que los alimentos simbióticos “son de gran
importancia para fortalecer” dicho mecanismo y “prevenir enfermedades”. En
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consecuencia, será cuestión de acostumbrarse a este término poco marketinero, pero al
parecer muy efectivo. [5]
Los probióticos, “son un conjunto de gérmenes no patógenos que refuerzan la flora
intestinal, porque compiten contra las bacterias malas y mejoran la barrera inmunológica
del intestino” apunta una especialista. Estas bacterias, que imitan a las que una persona
tiene y produce en el intestino, “son cultivadas en forma externa (en laboratorio)”, y desde
hace mucho tiempo están presentes en diversos productos lácteos (básicamente
yogures). “Diría que es un concepto que se conoce desde la antigüedad, cuando se
fermentaba leche para conseguir estas sustancias”, apunta Bezrodnik. Los alimentos que
contienen dichos gérmenes son especialmente útiles para quienes tienen el balance de la
microflora intestinal alterado (diarreas, tratamientos con antibióticos, enfermedades
intestinales, etc.), según Florencia Spirito, de la Asociación Argentina de Dietistas y
Nutricionistas. Los prebióticos, en tanto, vienen de los carbohidratos de vegetales no
digeribles. Están presentes, por ejemplo, en el banano, cebolla, ajo, pepino y alcaucil, en
otros. Es decir, no se cultivan en laboratorio.
Spirito dice que entre las bondades figuran la prevención o mejora de desórdenes
gastrointestinales (constipación), reducción del riesgo de cáncer de colon y mayor
absorción del calcio.
3.1 EFECTO DE LOS SIMBIÓTICOS EN COLATERALES EN TERAPIA INTENSIVA
El uso de probióticos y prebióticos es seguro, aunque ciertas complicaciones han sido
descritas. Los potenciales efectos adversos de lo probióticos son las infecciones por
transmigración y la acidosis D-láctica (esta última como complicación de la fermentación
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bacteriana, en especial de ciertos Lactobacillus en el Síndrome de Intestino
corto).Riquelme et al. publicaron dos casos de fungemia por Saccharomyces cereviseae
post tratamiento con Saccharomyces boulardi en pacientes inmunocomprometidos.
Asimismo han sido descritos casos de fungemia por Saccharomyces boulardi y
Endocarditis por Lactobacillus; sin embargo el estudio finlandés de Salminen et al. no fue
capaz de demostrar una correlación entre la incidencia de bacteriemia y el uso clínico del
Lactobacillus. Un probable efecto adverso es la resistencia bacteriana cruzada secundaria
a la transferencia de material genético entre los probióticos y las bacterias patógenas
multirresistentes de la flora intestinal.
Por su parte, los prebióticos son capaces de provocar dolor y distensión abdominal así
como flatulencias y diarrea.
Estos síntomas son secundarios al efecto osmótico y a la fermentación en la luz intestinal
del colon y/ó intestino delgado. Sin embargo estos síntomas raramente son observados
con una dosis diaria < 20 gr, existiendo amplia variabilidad interindividual dosis -
respuesta vinculada a diferencias en la capacidad de fermentación de los prebióticos.
4 ENFERMEDADES QUE SE PUEDEN PREVENIR CON EL CONSUMO DE
ALIMENTOS SIMBIÓTICOS
4.1 Prevención de la diarrea asociada a la toma de antibióticos
La diarrea por antibióticos (DA) es una complicación muy frecuente en el ámbito
hospitalario (13-60%). Asimismo la enfermedad por clostridium difficile (ECD) es una
importante causa de diarrea y colitis nosocomial que incrementa las estancias
hospitalarias en 3-7 días, el riesgo de nuevas infecciones nosocomiales (en un 20-65%),
los costes y la mortalidad (la multiplica por dos o tres veces, según los estudios). En estos
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pacientes el uso de probióticos se plantea con el objetivo de reestablecer la microflora
intestinal, aumentar la respuesta inmunitaria, competir con las bacterias patógenas y
retirar sus toxinas (fig. 1).
Aunque existen numerosos trabajos en la literatura que evalúan este tema y varios meta-
análisis, recientemente, durante el año 2006, se han publicado al menos cuatro meta-
análisis que evalúan el efecto de los probióticos sobre éstas complicaciones y dos más en
el año 2007 (hasta enero). En todos ellos se han incluido estudios randomizados
controlados (RC).
En el meta-análisis de McFarland se incluyeron 25 trabajos -randomizados controlados
(RC) y doble ciego- en los que se analizaba la prevención de la diarrea por antibióticos
con la toma de un probiótico determinado o la mezcla de varios probióticos durante un
periodo variable (desde 6 a 21 días), con diferentes dosis de los microorganismos y en
población adulta y pediátrica, hospitalizada o no. La definición de diarrea fue variable en
los diferentes artículos. De su estudio se concluye que desciende el riesgo de diarrea por
antibiótico con el uso de probióticos en general, siendo especialmente relevante con las
cepas Saccharomyces boulardii y Lactobacillus rhamnosus GG administradas
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aisladamente, y con la combinación de los probióticos L. acidophilus y L. bulgaricus;
Lactobacillus acidophilus y Bifidobacterium lactis; Lactobacillus acidophilus y
Bifidobacterium infantis.
En el meta-análisis de Sazawal y cols. se incluyeron 34 estudios incluyendo 4.844
pacientes tanto niños como adultos. En él se valoró, la prevención de la diarrea aguda (en
general) y concluyeron que la DA se reduce significativamente con el uso de probióticos.
Los resultados sobre la diarrea de los viajeros son menos evidentes (no alcanzó
significación) y sobre otras causas de diarrea aguda. Los probióticos fueron más eficaces
en los niños frente a los adultos. La mayoría de las diferentes cepas estudiadas
aisladamente o en combinacion provocaron efectos beneficiosos (Saccharomyces
boulardii, Lactobacillus rhamnosus GG, Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus
bulgaricus). En el estudio se señala la necesidad de realizar trabajos de base poblacional
(no sólo en el ámbito sanitario) y en países en vías desarrollo. En otro meta-análisis, aún
más reciente, de McFarland LV sobre el uso de probióticos para la prevención de la
diarrea del viajero, en el que evalúaron 12 trabajos, se concluye que sí son efectivos (de
forma significativa aunque con un intervalo de confianza que roza la no significación); de
nuevo las cepas Saccharomyces boulardii y una mezcla de Lactobacillus acidophilus y
Bifidobacterium bifidum tuvieron un efecto claro.
En el meta-análisis de Tong JL y cols. se valora específicamente la asociación de un
probiótico a la terapia de erradicación del Helicobacter pylori. Además de demostrar,
como en otros trabajos, que desciende el riesgo de DA, concluyen que se incrementa
ligeramente la tasa de erradicación de la bacteria (con una odds ratio de 1,84).
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Otro meta-análisis del año 2006, circunscrito únicamente a población pediátrica de
Szajewska y cols., reúne 6 trabajos (RC frente a placebo) con 766 niños en el que se
concluye igualmente que el uso de probióticos reduce el riesgo de DA, en concreto, con
las cepas Saccharomyces boulardii y Lactobacillus rhamnosus GG administradas
aisladamente, y con la combinación de B. Lactis y Streptococcus thermophilus. En total
haría falta tratar 7 casos para prevenir 1 caso de DA.
Sin embargo, otro meta-anáalisis realizado también en población pediátrica llega a
conclusiones distintas. En este trabajo se incluyen seis estudios con un total de 707
sujetos; en él analizan los resultados de un estudio rechazado en el meta-análisis de
Szajewska y cols., en el que se combina lactobacillus sporogens con fructo-oligosacáridos
(un simbiótico), pero no los de otro sí incluido en el previo. Los resultados de los trabajos,
en su conjunto, analizados según protocolo sí demostraban un beneficio significativo en la
reducción de DA. Sin embargo, si se valoraba "por intención de tratar" los resultados no
fueron significativos. Cuando se seleccionaron únicamente estudios en los que se
administraban al menos 5 * 109 de Lactobacillus GG, L. sporogens o Saccharomyces
boulardii sí encontraron una reducción clara de la incidencia de DA. En este estudio se
recomienda (antes de aceptar su uso de forma rutinaria) realizar más trabajos con un
número suficiente de casos (con poco número de pérdidas).
Respecto al tratamiento o prevención de la enfermedad por clostridium difficile McFarland,
tras seleccionar 6 trabajos en los que se administraba probióticos durante 20 a 38 días,
concluye que los probióticos también reducen la presencia de dicha enfermedad pero sólo
fue efectiva la administración de las cepas de Saccharomyces boulardii.
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Como reflexión, derivada del análisis de estos trabajos, es importante señalar que no
todos los probióticos (ni la combinación de los mismos) actúan de igual forma por lo que
es necesario demostrar sus efectos en trabajos bien diseñados (con un grupo homogéneo
de pacientes y con suficiente número) para cada situación clínica y con cepas
determinadas por lo que no se pueden extrapolar los datos de unas a otras. La lectura
acrítica de los trabajos sobre el tema, e incluso de los diferentes meta-análisis publicados
(que aplican distintos criterios de selección de artículos y de evaluación de los mismos)
puede conllevar la extracción de conclusiones erróneas.
Se han realizado varios estudios randomizados y controlados sobre el empleo de
prebióticos (fructooligosacáridos sólo o asociado a inulina) para prevenir la DA en
pacientes hospitalizados o ambulatorios. Si bien su aporte modificaba el contaje de
bifidobacterias,únicamente en un trabajo se conseguía disminuir la incidencia de DA.
Respecto al uso de fibra en general, el polisacárido de soja ha demostrado beneficios en
algunos estudios realizados en niños con diarrea aguda o por antibióticos. La goma guar
hidrolizada y el almidón resistente (adicionados a una solución rehidratante) también han
demostrado mejorar la clínica en niños con diarrea aguda, crónica y en pacientes con
cólera (con un alto grado de evidencia).
En pacientes hospitalizados el empleo de fibra fermentable (principalmente la Goma-Guar
hidrolizada) adicionada a la nutrición enteral parece reducir la diarrea en sujetos graves
(UCI) y post-quirúrgicos. No obstante, todos los estudios y meta-análisis no concluyen lo
mismo por lo que el grado de recomendación es moderado.
4.2 Estreñimiento, ritmo intestinal y salud colónica
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Los prebióticos, en general, tienen un efecto positivo pero poco importante sobre el
número y cantidad de las deposiciones. Por el contrario la fibra (especialmente la parte
insoluble o escasamente fermentable) aumenta modestamente (y significativamente) el
número de deposiciones semanales (de media 1,4-1,5 movimientos por semana). En el
colon irritable los trabajos publicados tanto con prebióticos como con fibra (mezcla o
preferentemente soluble) no permiten realizar recomendaciones ya que aportan
resultados contradictorios. Teóricamente y en algunos trabajos, su empleo se ha asociado
a un empeoramiento de los síntomas de flatulencia; no obstante en otros estudios, la fibra
(goma guar hidrolizada) parece mejorar los síntomas y la calidad de vida en pacientes con
colon irritable y con síntomas predominantes tanto de diarrea como de estreñimiento.
La adición de fibra (preferentemente polisacárido de soja) a la nutrición enteral a largo
plazo parece que podría aumentar el número de deposiciones en personas previniendo el
estreñimiento; no obstante son escasos los trabajos randomizados y controlados que
evalúan este aspecto.
Se ha propuesto a partir de numerosos trabajos realizados en animales que ciertos
prebióticos, probióticos y simbióticos reducirían el riesgo de cáncer de colon.
Recientemente se ha publicado en humanos un estudio randomizado, controlado frente a
placebo con el uso de simbióticos (Oligofructosa + inulina -SYN1- + Lactobacillus
rhamnosus GG y Bifidobacterium lactis Bb12) en pacientes intervenidos de pólipos
colónicos (n = 43) y cáncer de colon (n = 37); además de mejorar la flora fecal también lo
hicieron diversos biomarcadores (genéticos, celulares, inflamatorios e inmunológicos)
reduciendo el riesgo teórico de cáncer de colon. En diversos estudios epidemiológicos, la
ingesta de alimentos ricos en fibra (mixta-fermentable o no), especialmente de fruta y
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verduras frescas, se ha asociado claramente a un descenso probable del riesgo de cáncer
de colon y recto. Sin embargo, los estudios clínicos randomizados de prevención
secundaria (de aparición de pólipos colónicos) realizados hasta la fecha, con dieta alta en
fibra o suplementada (no con prebióticos) no han aportado los resultados esperados;
posiblemente el tiempo de seguimiento y de la suplementación o la selección de los
pacientes hayan influido en estos hallazgos.
4.3 Enfermedad inflamatoria intestinal (EII)
La enfermedad inflamatoria intestinal es un trastorno crónico recurrente en el que se
observa una interacción anómala de la flora intestinal y el húesped. Estos pacientes
presentan un riesgo aumentado de desarrollar cáncer colorrectal. En los últimos años se
ha propuesto el uso de probióticos, prebióticos y simbióticos con el objeto de restaurar la
microflora intestinal (ecomedicina) y reducir la inflamación.
Los probióticos se han empleado en numerosos trabajos en modelos animales con
resultados prometedores. En algunos estudios en humanos el empleo de un probiótico
multicepa (VSL-3, que contiene cuatro cepas de lactobacilos -Lactobacillus acidophilus,
Lactobacillus casei, Lactobacillus delbrueckii subespecie bulgaricus y
Lactobacillus plantarum-, tres cepas de bifidobacterias -Bifidobacterium longum,
Bifidobacterium infantis, Bifidobacterium Breve- y Streptococcus salivarius subespecie
thermophilus) ha logrado aumentar el porcentaje de remisión de pouchitis en la colitis
ulcersosa (CU). Otros trabajos han encontrado mejoría en la inducción o en el
mantenimiento de la remisión de pacientes con CU con el empleo de VSL-3 o con leches
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fermentadas con bifidobacterias y/o lactobacillus (comparado o no con placebo u otros
tratamientos como la mesalamina).
Sin embargo en los escasos ensayos con probióticos en la Enfermedad de Crohn (EC)
con el objetivo de mantener la remisión (con varias cepas como Lactobacillus GG, VSL3,
Lactobacillus johnsonii LA1, E. coli Nissle 1917, Saccharomyces boulardii) han mostrado
resultados discordantes y, en general, poco satisfactorios. Respecto a la inducción de la
remisión en el Crohn sólo se han observado mejorías en trabajos no randomizados sin
grupo control concluyendo una revisión reciente de la Cochrane que no existen datos para
apoyar su uso. No obstante, en general en la EII y en particular en la EC, son muy pocos
los estudios realizados con un número suficiente de pacientes controlados y doble ciego
para poder extraer conclusiones válidas. Sería necesario, además, valorar qué cepas son
las más eficaces y cómo los factores del huésped (como la carga genética de los
pacientes) influyen en la respuesta terapéutica.
El uso de prebióticos como tratamiento único o asociados a probióticos (simbióticos)
también se propone en la EII por su efecto sobre el crecimiento de los lactobacilos y
bifidobacterias endógenas, favoreciendo: la producción de ácidos grasos de cadena corta
(en particular el butirato, que es un nutriente preferencial para los enterocitos), la
prevención de la adherencia de bacterias patógenas, la producción de antibióticos y el
descenso del pH intraluminal. Los prebióticos más estudiados son la inulina, el almidón-
resistente, los oligosacáridos como los fructooligosacáridos (FOS) y los
galactooligosacáridos (GOS). Los prebióticos y la fibra, se han empleado especialmente
en la CU. Un preparado alimenticio a base de cebada germinada (rico en glutamina y
hemicelulosa -una fibra parcialmente fermentable-) ha demostrado, en estudios con
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escaso número de pacientes y sin grupo control, que podría reducir la severidad de la CU
(inducción de remisión y mantenimiento de la misma). Por otro lado, en el tratamiento de
la Pouchitis en la CU, la fibra inulina y la fibra procedente de semillas de Plantago Ovata,
podrían ser útiles también en la prevención de brotes. En la pouchitis la inulina frente a
placebo ha demostrado disminuir la severidad de la misma (endoscópica e histológica) y
mejorar el perfil microbiológico. En cualquier caso son todavía pocos estudios y no
permiten extraer conclusiones relevantes.
Otra opción en la EII es el uso de simbióticos en un intento de favorecer la sinergia de
ambos tratamientos alcanzando efectos mayores que con el uso aislado de ambos. Sin
embargo aún solo disponemos de varios estudios preliminares con mejoría de parámetros
endoscópicos e inflamatorios. En la EC el uso de Synbiotic 2000 (una mezcla de cuatro
lactobacillus, -Pediacoccus pentosaceus, Leuconostoc mesenteroides, Lactobacillus
paracasei 19, Lactobacillus plantarum más una mezcla de cuatro fibras de plantas
bioactivas betaglucano, inulina, pectina y almidón resistente, en total 10 g de fibra vegetal)
no previene la recurrencia tras cirugía.
4.4 Enfermedad hepática
La esteatosis hepática no alcohólica abarca un amplio espectro de enfermedades desde
la esteatosis simple a la cirrosis pasando por la esteatohepatitis y la fibrosis. Se ha
propuesto que los probióticos podrían modular la flora intestinal influenciando el eje
intestino-hígado y mejorando dicha enfermedad. Aunque existen trabajos preliminares con
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mejorías del cuadro en cuanto a parámetros analíticos (transaminasas, peroxidación
lipídica) no existen estudios con un diseño adecuado para extraer conclusiones.
En pacientes cirróticos con encefalopatía mínima, se ha estudiado el uso de simbióticos
(Synbiotic 2000) frente a la fibra probiótica contenida en el preparado o frente a placebo
(con un número pequeño de pacientes) demostrándose una mejoría en el amonio y de la
encefalopatía así como en la ecología intestinal.
En pacientes sometidos a trasplante hepático se han realizado dos estudios prospectivos
en los que se emplearon simbióticos frente a la fibra prebiótica contenida en el preparado.
En el primer trabajo sobre 95 pacientes, en el grupo suplementado con el simbiótico
(Lactobacillus plantarum 299 y 10 g de fibra de avena) se observaron (significativamente)
menos pacientes con infecciones que en el grupo control y que en el grupo al que se le
había suministrado únicamente los 10 g de fibra de avena. En un segundo estudio del
mismo grupo sobre 66 pacientes, randomizado y doble ciego, el grupo que recibió el
simbiótico (Symbiotic 2000) frente a únicamente la fibra prebiótica contenida en el
preparado, disminuyó significativamente la incidencia de infecciones bacterianas
postoperatorias (3 vs 48%). Estos magníficos resultados deberán ser confirmados en
otros trabajos.
4.5 Pacientes de cuidados intensivos y quirúrgicos
Se han realizado diferentes estudios aleatorizados en pacientes sometidos a cirugía
mayor abdominal (incluyendo politraumatizados, cáncer, cirugía de estómago, colon etc.),
comparando simbióticos adicionados a la nutrición enteral (symbiotic 2000 o lactobacillus
plantarum + fibra de avena) frente a la fibra probiótica contenida en los preparados y
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frente a otro grupo control con nutrición parenteral o enteral (estándar con fibra, peptídica
o con glutamina). En la mayoría de estudios, pero no en todos, los preparados simbióticos
redujeron la incidencia de infecciones bacterianas respecto a la NPT o respecto a otras
formulaciones de nutrición enteral y con resultados intermedios respecto con la fibra
prebiótica. En ninguno de los trabajos se demostró descenso de mortalidad, estancias,
días de ventilacion mecánica, o de fracaso multiorgánico.
En otro estudio, realizado en 65 pacientes politraumatizados severos en el que se
comparaba symbiotic 2000 (randomizado controlado frente a placebo)
independientemente del tipo de nutrición empleado, se observó una reducción significativa
de la incidencia de infecciones, síndrome de respuesta inflamatoria sistémica, sepsis
severa, días de UCI y de ventilación mecánica así como de mortalidad.
En pacientes de cuidados intensivos se han realizado estudios con el preparado
probiótico TREVIS (L acidophilus LA5, Bifidobacterium lactis BP12, Streptococcus
thermophilus y L bulgaricus) mezclado con 7,5 g oligofructosa y separado en dos estudios
controlados y randomizados. Sin embargo, en ninguno de los dos lograron mejorar el
pronóstico de los pacientes (infecciones, mortalidad) a pesar de mejorar ligeramente el
perfil microbiano en el aspirado por la sonda nasogástrica. El tipo de probióticos (basados
en bacterias lácteas), su cantidad, la forma de administración o el momento de la misma
pueden ser factores que influenciaron los resultados. En este sentido S Bengmark
recuerda, en una revisión reciente, que no todos los probióticos tienen la misma
capacidad de colonizar el intestino en circunstancias adversas (como la de los pacientes
críticos).
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4.6 Pancreatitis aguda grave
En pacientes con pancreatitis aguda grave también se han realizado estudios
randomizados con moderado número de sujetos (45 y 62) en los que se valoraba el uso
de simbióticos (L. plantarum o symbiotic 2000) vs prebióticos únicamente (fibra de avena
o la aportada en symbiotic 2000, respectivamente), en infusión por sonda nasoyeyunal.
En el primer trabajo la incidencia de necrosis infectadas o abcesos fue claramente menor
con los simbióticos (4,5% vs 30%); en el segundo, se observó una menor incidencia, no
estadísticamente significativa, de fracaso multiorgánico, sepsis y mortalidad; no obstante
sí descendió significativamente la incidencia de fracaso multiorgánico y de síndrome de
respuesta inflamatoria sistémica valorados conjuntamente. Actualmente está en marcha el
estudio PROPATRIA un estudio doble ciego randomizado y con un número suficiente de
pacientes (200 previstos) en el que se testará si el probiótico Ecologic® 641 (compuesto
de 6 cepas de bacterias: Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus casei, Lactobacillus
salivarius, Lactococcus lactis, y dos bifidobacterias: Bifidobacterium bifidum and
Bifidobacterium lactis en una dosis total de 1010 bacterias) administrado junto con una
dieta alta en fibra, reduce las infecciones.
4.7 Absorción de calcio y salud ósea
Se han realizado algunos estudios randomizados y controlados con escaso número de
sujetos (n = 9-12) en los que se ha evaluado la absorción de calcio tras la administración
de prebióticos (FOS, GOS, inulina o combinaciones de varios de ellos). En algunos se
demostró un aumento en la misma. En un estudio randomizado frente a placebo con
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mayor número de sujetos (100 adolescentes) se demostró que la inulina, administrada
durante un año, mejoraba no sólo la absorción cálcica si no además, la densidad
mineralósea al año. Estos resultados fisiopatológicos podrían ser interesantes para su
aplicación en la práctica clínica. [6]
5 MICROORGANISMOS SALUDABLES
En nuestro intestino viven habitualmente más de 100 billones de microorganismos que
nos ayudan a digerir y asimilar numerosos nutrientes. Parece ser que nuestro bienestar
depende en gran parte del "microbioma" o ecosistema de bacterias que habita la parte
más distal de nuestro tracto digestivo. Según los propios investigadores, la preparación
simbiótica puede disminuir los niveles de distintos factores de riesgo potenciales del
cáncer colorrectal [7]. Eston son los microorganismos beneficiosos para nuestra salud
que mas frecuentemense te utilizan en la industria alimentaria.
Streptococus thermophilus y lactobacillus bulbaricus: son las dos colonias de fermentos
tipicos del yogurt tradicional. Se asegura que favorecen la absorción de la lactosa y
estimulan la actividad biologica de peptidos, aminoacidos libres, minerales, vitaminas y
enzimas entre otros. Pero recientemense te han planteado dudas sobre esos efectos
beneficos ya que hay cientificos que afirman que las bacterias que contienen no
sobreviven a la accion de los jugos gastricos.
Lactobacillus acidophilus: se emplea para tratar diarreas porque reequilibra la flora
intestinal eliminando la flora bacteriana nociva que ocasión la ddescomposicion.
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Lactobacillus casei: decenas de estudios demuestran sus efectos beneficiosos sobre las
defensas del organismo y sobre los niveles de trigliceridos y colesterol sanguineos.
Bifidobacterium: potencian la accion de microorganismos intestinales beneficiosos.
Tambien aumentan las defensas.[8]
6 ESTUDIOS REALIZADOS
El desarrollo de productos beneficiosos para la salud intestinal de niños, ancianos
y todas las personas en general se plantea como una ayuda en la prevención de
enfermedades y una mejora de su calidad de vida.
En Europa se han desarrollado trabajos científicos en base a la salud intestinal y uno de
ellos se ha desarrollado en el marco del proyecto europeo Crownalife (que deriva de
"Crown of life" o "corona de la vida", como se conoce también a la tercera edad), el cual
se ha centrado en alimentos para ancianos, en el que se ha investigado sobre el efecto
del consumo de alimentos funcionales en la salud intestinal de los mayores. Para lograr
los objetivos del proyecto ha sido necesario identificar, cuantificar y conocer más a fondo
la microflora del colon y su relación con la salud en la última etapa de la vida.
Con la edad se altera el ecosistema intestinal, lo que favorece la mala absorción de
nutrientes como la vitamina D o el calcio
Uno de los objetivos del proyecto Crownalife ha sido comprobar la eficacia de la
administración de alimentos funcionales en la dieta de los ancianos. En los estudios
realizados en humanos se ha demostrado que la administración de una preparación
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simbiótica compuesta por un probiótico, el Bifidobacterium animalis DN-173 y un
prebiótico, el Beneo TMSynergy1, incluido en la alimentación de personas mayores
durante un período de cuatro meses, moduló el "microbioma" del digestivo dando lugar a
bienestar intestinal y mejorando la calidad de vida de los voluntarios con los que se hizo el
estudio.
En nuestro intestino viven habitualmente más de 100 billones de microorganismos que
nos ayudan a digerir y asimilar numerosos nutrientes. Parece ser que nuestro bienestar
depende en gran parte del "microbioma" o ecosistema de bacterias que habita la parte
más distal de nuestro tracto digestivo. Según los propios investigadores, la preparación
simbiótica puede disminuir los niveles de distintos factores de riesgo potenciales del
cáncer colorrectal.
A partir de los resultados del proyecto Crownalife, se han elaborado diferentes
recomendaciones tanto para la comunidad científica como para el sistema sanitario
europeo y la industria alimentaria de nuestro continente. En el ámbito científico, una de las
conclusiones principales es que se necesita más investigación que aclare el vínculo entre
los hábitos alimentarios y los parámetros funcionales de riesgo de cáncer colorectal en los
mayores y, más allá, validar la aplicación de ingredientes funcionales en la dieta con el fin
de reducir estos riesgos. A su vez, se alienta a las empresas del sector alimentario a que
desarrollen alimentos funcionales dirigidos a este grupo social de una edad avanzada y
con necesidades nutricionales muy específicas. [9]
En Latinoamérica también se han desarrollado este tipo de productos. En Argentina, un
desarrollo en forma conjunta de Conicet y la empresa SanCor, dio como resultado la
realización de un producto que brinda beneficios para la salud de muchas personas
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llamado SanCor Bio que contiene L. casei (probióticos) y fructanos naturales (prebióticos),
aliados del sistema inmune del organismo. El SanCor Bio constituye un simbiótico, es
decir, posee probióticos y prebióticos; ya que mientras los probióticos (L. casei y L.
acidophilus), defienden al cuerpo de microorganismos nocivos, los fructanos naturales
promueven el desarrollo de bacterias “buenas” –bifidobacterias-, que aumentan la
absorción de calcio y magnesio e inhiben el crecimiento de Escherichia coli, Clostridium y
otros patógenos. [10]
7 ALGUNAS BEBIDAS LÁCTEAS SIMBIÓTICAS
Actualmente, la industria Colombiana ha mostrado interés y ha estado haciendo énfasis
en todo lo relacionado con los alimentos funcionales en general, desde los más simples
como lo son los prebióticos y probióticos hasta los simbióticos. En este artículo citaremos
algunos ejemplos de alimentos simbióticos:
7.1 REGENERIS
Es un yogurt que además de su delicioso sabor tiene REGENERIS. Un cultivo que
tomándolo diariamente, durante dos semanas, estimula el tránsito intestinal (los
movimientos intestinales) para eliminar los desechos que tu cuerpo no necesita. Así,
REGENERIS es un alimentos simbiótico que ayuda a tu cuerpo a estar limpio y sano por
dentro.
La acción de REGENERIS está comprobada Científicamente y es el único aceptado por la
Asociación Colombiana de Gastroenterología.
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7.2 YOX DEFENSIS
Los alimentos normales aportan los nutrientes básicos satisfaciendo necesidades
nutricionales, sin embargo hoy en día esto ya no es suficiente, el consumidor esta
buscando alimentos que le aporten mucho mas.
Más allá de la nutrición básica, el alimento funcional mejora el estado de salud y de
bienestar o bien reduce el riesgo de una enfermedad.
Yox es la nueva bebida láctea de Alpina que con sus exclusivos cultivos defensis ayuda a
reforzar el sistema de defensas naturales del organismo. Yox es una Bebida láctea
semidescremada con salsa de frutas, en botella de 100 grs. con etiqueta termoencogible.
Su vida útil es de 35 días y su beneficio principal: refuerza el sistema de defensas
naturales del organismo.
DEFENSIS® es un descubrimiento que Alpina pone a disposición del consumidor
después de siete años de intensa investigación científica en cooperación con el Centro de
Investigación de la Compañía Española PULEVA BIOTECH.
DEFENSIS® es la mezcla de dos cultivos Lactobacillus Gasseri y Lactobacillus
Coryniformis, los cuales hacen posible el refuerzo del sistema de defensas ya que una
vez consumidos sobreviven a los jugos gástricos y llegan vivos al intestino reforzando la
barrera intestinal, y acá comienza toda su acción benéfica.
Yox tiene una altísima concentración de cultivos alcanzando los mil millones
(1.000’000.000 ) de sus exclusivos cultivos DEFENSIS ® por cada porción de 100 grs.
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La efectividad de YOX con DEFENSIS® de Alpina está garantizada por estudios clínicos
muy serios en poblaciones de niños y adultos (realizados en muchos países).
El “sistema inmunológico ó sistema de defensas” es la mayor protección que tiene el
organismo para defenderse de cualquier amenaza patógena (enfermedades, virus, etc),
por esta razón es muy importante cuidarlo y mantenerlo fuerte.
7.3 YOGURT ALPINA
El Yogurt Alpina es un yogurt entero con deliciosos y nutritivos trozos de frutas naturales.
El consumo regular de yogurt con cultivos probióticos te ayuda a normalizar las funciones
digestivas y regenera la flora intestinal. El yogurt es una fuente importante de Calcio
esencial para la formación, crecimiento y mantenimiento del tejido esquelético otorgándole
su integridad estructural, necesaria para soportar el tamaño corporal del individuo.
Consumir yogurt es importante porque te aporta proteínas que son el principal
componente de músculos, órganos y glándulas, son esenciales para el crecimiento y
reparación de tejidos, indispensables para la formación y mantenimiento de tejidos
corporales. [11]
7.4 VAALIA
Vaalia es un yogurt natural y bebida láctea, con bifido BB12, lactobacilos acidofilus y fibra,
que ha sido especialmente desarrollado para ayudar a regular el intestino perezoso pues
contiene una exclusiva mezcla que ayuda a aumentar las frecuencias de evacuación del
organismo.
El consumo de Vaalia debe estar asociado a una dieta equilibrada y hábitos naturales.
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Su consumo debe ser continuo para tener mejores resultados, comprobado después de
20 días de uso.
La clave de Vaalia está en la mezcla de probióticos y fibra. Esta mezcla ayuda a aumentar
la frecuencia de evacuación del intestino y favorece el transito intestinal, mejorando la
frecuencia de las evacuaciones, la tolerancia a la lactosa, y el bienestar del organismo.
[12]
7.5 ACTIVIA
Activia con Bifidobacterium DN 173-010 ayuda a regular tu tránsito intestinal ha
demostrado en diversos estudios su eficacia a varios niveles:
- En 14 días, Activia ayuda a regular el tiempo de tránsito intestinal.
Dos Activias diarios muestran un efecto beneficioso en personas mayores con tránsito
lento.
- Activia ayuda a reducir el tiempo de tránsito en función de la intensidad del problema.
El efecto de Activia sobre el tiempo de tránsito intestinal es proporcional a la intensidad
del problema.
- Efecto dosis dependiente de 1 a 3 unidades de Activia al día.
El efecto se consigue con 1 Activia diario, y éste aumenta gradualmente tomando 3
unidades de Activia al día.
- Efecto duradero. El efecto de Activia persiste al menos 2 semanas, una vez finalizado su
consumo durante 1 4 días.
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Activia puede ayudar a reducir molestias digestivas asociadas al tránsito intestinal lento,
como la hinchazón abdominal. Efecto demostrado con dos Activia al día durante 6
semanas en individuos con trastornos digestivos crónicos.
El consumo diario durante 14 días de Activia con Bífidus Actiregularis, es una intervención
dietética eficaz para ayudar a regular el tránsito intestinal. [13]
8 CONCLUSIONES
• Los simbióticos son alimentos que contienen bacterias que no hacen daño al
organismo, y de esta manera fortalecen el sistema inmune. Los especialistas en
nutrición llevan ya más de una década recomendando la incorporación de
alimentos simbióticos a la dieta a fin de fortalecer el sistema inmunológico e inhibir
cánceres de colon y vejiga.
• Los simbióticos actúan como inhibidores de la acción de los oncogenes,
previniendo su propagación. Son simbióticos todos los alimentos que combinan
probióticos (bacterias que no dañan al organismo) y fructanos naturales (o
prebióticos) de los hidratos de carbono.
• Los simbióticos son una herramienta dietética disponible en alimentos como las,
leches fermentadas, los yogures, las carnes, cereales y vegetales tales como:
alcachofas, duraznos, remolacha, ajo, trigo y en el cambur, ideales para incluir en
nuestra dieta diaria. Mantienen la flora intestinal y vaginal sana y balanceada,
reponiéndola en caso del uso de antibióticos. Por ejemplo, cuando la dieta por sí
sola no basta para mejorar problemas de salud que ayudan a combatir, como
digestiones lentas que acaban generando hinchazón de vientre y gases, o para la
recuperación de la flora bacteriana tras una diarrea. Pero sirven también para
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compensar la ausencia en la dieta de alimentos que de manera natural incluyen
prebióticos y que no se pueden consumir por intolerancia a los mismos. En todos
estos casos, sin embargo, conviene tener en cuenta que para conseguir un
beneficio hay que ser constantes. Es decir, habría que tomar los prebióticos y
probióticos considerando tanto su dosis efectiva como la frecuencia de consumo
adecuada a cada caso.
• Con los simbióticos es posible modular la respuesta inmunológica para combatir
agentes infecciosos que hayan colonizado el tracto intestinal. El estudio llevado a
cabo por el equipo de Joseph Rafter concluye que en individuos con
predisposición genética para desarrollar cánceres de colon y vejiga los simbióticos
disminuyen la prevalencia de células cancerígenas, que tarde o temprano
terminarían activándose. Paralelamente, otros estudios han demostrado que los
simbióticos mejoran el control del colesterol sanguíneo y la biodisponibilidad de
hierro y zinc para asimilar los nutrientes de la dieta.
• Alimentos enriquecidos en compuestos antioxidantes Investigadores del Centro de
Edafología y Biología Aplicada del Segura de Murcia (CEBAS) del CSIC han
desarrollado un sistema que permite incrementar la cantidad de un antioxidante
natural presente en la uva y que pasa al vino, y otro sistema para producir de
forma natural un antioxidante presente en el aceite de oliva.
• Los alimentos de origen vegetal contienen una serie de factores no nutricionales
que tienen capacidad de protección contra ciertas enfermedades, entre los que se
encuentran los compuestos fenólicos caracterizados por su alta capacidad de
captar radicales libres (actividad antioxidante). Numerosos estudios han
demostrado que unos adecuados niveles en sangre de antioxidantes pueden
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proteger contra diversos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares. Se
sabe además que alimentos típicos de la dieta mediterránea como el aceite de
oliva y el vino tinto contienen en su composición polifenoles antioxidantes.
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9 BIBLIOGRAFIA
9.1 Citas bibliográficas:
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