22 Entamu - Corriente Sindical d'Izquierda · 22 Entamu Corriente Sindical d'Izquierda...

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EntamuCorriente Sindical d'[email protected]

UVIÉUHorariu de 9 a 14 h y 16 a 20 hde llunes a xuevesVienres: de 9 a 14 hc/ Hnos. Menéndez Pidal, 14CP 33005Tfnu.: 985 296 964Fax: 984 283 452

AVILÉSHorariu de 18:30 a 21:00 hMartes, miércoles y xuevesAsesoria Miércoles de18:30 a 21 h (Cita previa)c/ López Ocaña 2, 1ºACP 33401Tfnu./fax: 985 563 415

MIERESLlunes de 10 a 12 h y 18 a 20 hMiérc. y xueves de 18 a 20 hAsesoría Miércoles de18 a 20 hPlaza Santa Bárbara, 7CP 33600Tfnu.: 984 045 131Fax: 984 060 088

XIXÓNHorariu de 9 a 13 h y 16 a 20 hde llunes a xueves Vienres: de 9 a 13 hc/Sanz Crespo, 3 baxuTfnu: 985 354 263Fax: 985 352 747

REVISTA CONTRACORRIENTE

Manda les tos collabora-ciones y suxerencies a: [email protected]

Depósitu llegal: AS 1726-2000

L a hexemonía del capitalismu va camín d’esclavizanos, si ye que nun lo tamos yá. Que los recursos tean concentraos nes

poques manes de la clase dominante convirtió a la clase obrera nuna comparsa ensin más d’un espectáculu desolador, con un derroteru final que pue llevanos a la mayor forma de dominación de la historia.

Los estaos y los gobiernos fallaron y fallen, convirtiéndose en títeres d’una élite econó-mico-financiera qu’ordena aplicar polítiques d’austeridá convertíes en recortes sociales, precariedá y perda de derechos que van en perxuiciu d’una mayoritaria clase obrera, y en beneficiu d’una minoritaria clase dominante qu’engordó les sos arques de manera espo-nencial. El resultau final, el datu imparcial, ye que los obreros somos más probes y los ricos más ricos.

Ante esti panorama nun pue ganar la resig-nación. Resignase, conformase, son sinónimos

d’arrenunciar y nin mos vamos resignar nin va-mos arrenunciar a dir contra aquello, aquelles y aquellos qu’atenten contra la nuestra llibertá, contra’l bienestar, contra la igualdá…

La clase obrera tien un enemigu y ye esta forma de capitalismu y los sos instrumentos que lu caltienen. Definíu’l nuestru enemigu, el nuestru oxetivu ye compensar les midíes que mos apliquen y que tanto mos perxudiquen, teniendo como últimu fin consiguir una re-distribución real de los recursos que procure una mayor sostenibilidá y un meyor ciclu vital a toles persones.

Agora mesmo, nel estáu social actual, pue paecer una utopía, pero cola razón, que ta del nuestru llau, con conciencia de clase, con solidaridá, con unidá y non ensin llucha, vamos algamar l’oxetivu de llograr una sociedá más xusta y igualitaria que sustituya a la qu’estos faltosos mos imponen.

Ensin nenguna dulda.H

L’oxetivu

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Javi Rodil

Suenan tambores de guerra en las oficinas de la Duro en Cabueñes. Los neolo-

gismos laborales del siglo XXI quieren apoderarse de las con-quistas sociales de los centros de trabajo. Jornada irregular, flexibi-lidad horaria, optimización de los recursos humanos... son conceptos que amenazan arrollar a los pocos convenios colectivos dignos que hay en esta tierra. Sirva este pe-queño artículo para mostrar, con trazos gruesos, cómo vemos desde nuestra sección sindical la mejor manera para afrontar el reto que tenemos por delante.

La negociación se juega en un tablero de ajedrez con fuerzas desiguales. En un lado juegan re-yes, reinas y hacen de alfiles los obreros que sucumben al encanto del capital, los que se prestan a entregar al compañero para ver si le dejan ser torre o a trabajar todas las horas que sean necesarias para seguir siendo el alfil favorito de la reina. En el otro lado del tablero plantamos cara los peones, solo peones defendiendo a nuestro rey, que no es mas que el convenio, al que hay que cuidar. Claro está que todas las opciones de ganar esta partida pasan por juntarnos todos los peones en un lado del tablero y atacar juntos.

Para un trabajador industrial, habitante de barrio obrero, en-frentarse al capital de frente, en soledad y dejando en la buena voluntad de la empresa el valor que se le da a la fuerza de trabajo es un suicidio. Aquel que caiga en esos cantos de sirena y acepte una rebaja de las condiciones co-lectivas porque le prometen que será ampliamente recompensado en sus condiciones individuales, tiene que saber que, aparte de engañado por el capitalista, será arrollado por sus compañeros con conciencia de clase. Aquellos que

crean falsas dicotomías entre los trabajadores diferenciándoles por secciones, por procedencia o por horarios de trabajo y le hacen el juego a la empresa, que busca desmovilización y confrontación, han de ser señalados e ignorados. Cuando el adversario en la discu-sión se instala en el relativismo, prescindiendo de todo lo demás, es imposible rebatir sus razona-mientos basándose en valores y principios. La ausencia de sensi-bilidad moral impide un debate normal y con sentido. Tenemos que ser inteligentes y tener todo esto en cuenta.

Hemos de afrontar esta nego-ciación con confianza en la gente que mandamos a la mesa y con una asamblea de trabajadores va-liente y con madurez. Madurez para discutir, para no caer en la confrontación ni en el sectarismo, para analizar, para plantarse o para saber que si no hay movilización

perdemos peso en la negociación. La importancia de la rotación

en la militancia, en las portavocías, en la primera línea, la que hace de parapeto de las peticiones de los compañeros y de los intentos de imposición del empresario, es fundamental y más en un sindi-cato como el nuestro. La sección sindical de la CSI en El Tallerón ha estado siempre por encima de personalismos y así debe seguir siendo. Independientemente de quién esté al frente de la sección o representándonos en el comité, la línea a seguir ha de ser la misma y no se tiene que notar diferencia en la gestión. Lo más importante es la militancia de los miembros de la sección sindical, arropar a los que están haciendo de portavoces en ese momento, la lealtad, el resolver las desavenencias (que las tiene que haber) de puertas adentro. No debemos darle margen al sindica-lismo del régimen, al autoritario, al

que entrega obreros como moneda de cambio para mantener privile-gios, a que tome posiciones dentro del Tallerón.

La paz y la justicia son incom-patibles y con esa premisa en la cabeza debemos actuar. No pode-mos caer en las redes de la inge-niería social neoliberal y aceptar premisas que atentan contra los derechos de la mayoría. Afrontar las negociaciones con valentía, como decía Harper Lee en Matar a un ruiseñor: «Uno es valiente cuando, sabiendo que tiene mu-cho perdido ya antes de empezar, empieza a pesar de todo y sigue hasta el final pase lo que pase. Uno vence raras veces, pero alguna vez vence».

Juntos, unidos. Salud.H

Javi Rodil es miembro de la sección sindical de

CSI Duro Felguera Calderería Pesada-El Tallerón

En la negociación colectiva, unidad popular

Concentración de trabajadores de Duro Felguera-El Tallerón de Xixón.

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Estaya sindical CSI EMTUSA

El transporte urbano co-lectivo en Xixón inició su andadura a finales del siglo

XIX con el servicio de tranvías, por aquella época de tracción animal. El crecimiento de población y la expansión de la ciudad llevó a que en 1953 el Ayuntamiento comprase dos autobuses que se destinaron a la comunicación entre la entonces plaza del Generalísimo y Somió, y entre la plaza del Seis de Agosto y los barrios de Tremañes y El Coto. Se fueron ampliando estos servi-cios a otras zonas de la ciudad, con el consiguiente incremento de la flota de vehículos. Cuando finali-zó el plazo de la concesión de la Compañía de Tranvías, Traval S. A. y más tarde Empresas Reuni-das se hicieron cargo del servicio de transportes urbanos en Xixón, que ya por entonces contaba con 17 autobuses. Posteriormente, en 1963 y mediante subasta públi-ca, el Ayuntamiento concedió la explotación del servicio a la com-pañía Transportes Reunidos S. A. (TUNISA). Fue en 1978, y como consecuencia de continuos des-acuerdos con TUNISA, cuando el Ayuntamiento decidió crear una sociedad anónima de capital mu-nicipal para gestionar y explotar el servicio de autobuses. De esta forma nació la Empresa Municipal de Transportes Urbanos de Gijón S. A. (EMTUSA).

En la actualidad, EMTUSA, que fue una de las primeras empresas de transporte urbano colectivo en España en contratar mujeres como conductoras, cuenta con 328 trabajadores.

En todos estos años el sindi-calismo fue uno de los grandes protagonistas en la lucha por los derechos sociales y laborales de los trabajadores y trabajadoras que con el paso del tiempo se nos han ido arrebatando. Luchas duras y cruentas las de aquellos años, siempre con la consigna de

la unión para defender lo que era nuestro. Ese vínculo tan fuerte que había entre compañeros y com-pañeras parece que se fue dilu-yendo en el tiempo por diversos motivos (desafección de la gente a los sindicatos, politización del sindicalismo...). CSI preserva esos valores de antaño adaptándose a la nueva realidad laboral y em-presarial. Ahora mismo, el buen sindicalismo es más necesario que nunca con las reformas laborales y las inestabilidades constantes.

Desde la sección sindical de EMTUSA CSI queremos volver a recuperar la ilusión de los traba-jadores y trabajadoras en el sin-dicalismo, con más acción sin-dical y menos judicialización de los problemas. Queremos volver a recuperar la unión entre todos y todas, que es lo que realmente asusta a las empresas. Conformar un comité que actué como un solo bloque. Esta es la visión que desde CSI EMTUSA tenemos del sindi-calismo. Nos presentamos por primera vez con ilusión y ganas de cambiar las cosas. Estamos se-

guros que se puede conseguir con la complicidad de todas y todos.

Entre las reivindicaciones con las que nos presentaremos pode-mos citar algunas: solucionar el tema de las máquinas de cambio y de contar dinero, regular la jor-nada de taller y de administración, ropa de mayor calidad, regular las horas extraordinarias, aumentar la plantilla y recuperar los derechos arrebatados en los últimos años.

Otro tema recurrente y no por ello menos importante es lo que se lleva reclamando a la dirección de empresa en los últimos diez años: unos baños para que los conduc-tores y conductoras no tengan que estar haciendo sus necesidades en la vía pública contraviniendo además la ordenanza municipal. Desde esta sección sindical cree-mos que es cuestión de voluntad ir implantando paulatinamente los baños donde haya más nece-sidad. En estos últimos 10 años sólo se ha puesto uno. Desde el comité se preguntó cuántos tienen previstos para 2019 y la gerencia contestó que ninguno, con lo que

se contraviene además un reque-rimiento de inspección de trabajo. Igual que cuando se hacen unas oficinas no se le ocurre a nadie no poner unos baños, ¿por qué aquí se da esa circunstancia? Es una cuestión de prevención de salud laboral que EMTUSA se está saltando a la torera. Repetimos que es un problema de salud laboral. Es insano estar aguantándose las ganas de orinar durante varias horas. Qué decir en verano, con 40 grados en el interior del bus: no podemos beber mucha agua porque tendríamos que ir al baño con más asiduidad. Las conducto-ras tienen un problema añadido: algunas tienen que hacer sus ne-cesidades en recipientes dentro del autobus. Es vergonzoso que a estas alturas estemos así. Este problema muchas veces lo hablas con los viajeros y se dan cuenta de que es un atraso y una injusticia. Desde esta sección sindical pelea-remos hasta donde haga falta para solucionar este grave problema y esperamos contar con la compli-cidad del comité de empresa.H

Reivindicaciones laborales en el transporte urbano de Xixón

Autobus de la Empresa Municipal de Transporte Urbano (EMTUSA) de Xixón.

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CSI Liberbank

Una vez consumado el monumental atraco que supuso la privatización/

liquidación de las cajas de aho-rro, que representaban el 51 % del sistema financiero español, el sector bancario camina hacia un oligopolio más concentrado donde sobrevivirán un número cada vez más reducido de entidades me-diante procesos de compra, fusión y absorción.

En este redimensionamiento del sector quienes, una vez más, salimos perdiendo somos los tra-bajadores, los clientes y los terri-torios y sociedades que, como en el caso de Asturies, se han visto privados de su única herramienta financiera (Cajastur, en nuestro caso) con compromisos y obliga-ciones distintos al mero beneficio económico de especuladores, ac-cionistas y directivos.

Quienes dirigen el actual pro-ceso de fusión son quienes, para nuestra desgracia, llevan demasia-dos años desarrollando una gestión absolutamente nefasta como direc-tivos primero de Cajastur y ahora de Liberbank y, en el tema de las compras y fusiones, han protago-nizado fiascos tan emblemáticos como la compra de CCM, pistoleta-zo de salida en el remate final de las cajas y como el proceso de fusión con la CAM (otro pufo con patas) que fracasó, no por la sagacidad y la capacidad de análisis de nues-tros directivos sino por la pelea de poder entre ellos y los directivos de la CAM (demasiadas ambiciones y egos absolutamente disparatados los de unos y otros).

Con estos antecedentes, toda prudencia es poca.

Al igual que, en su momento, la desastrosa gestión del actual consejero delegado de Liberbank estuvo enfocada a defender sus intereses y los de quienes, desde el terreno de la política y el sindicalis-mo corrupto, lo auparon al poder

y lo mantuvieron en él mediante todas las triquiñuelas necesarias, actualmente las líneas estratégicas de su gestión (incluido este proceso que ahora se anuncia) están enfo-cadas a defender, una vez más, sus intereses personales y los de sus actuales valedores, los especulado-res de la oligarquía asturiana y de los fondos buitres que han tomado posiciones en el accionariado del banco, restando presencia a las fundaciones bancarias herederas de las cajas origen de Liberbank.

Ni al consejero delegado de Liberbank, ni a los especuladores que marcan la pauta en la gestión de la entidad (con la patética inac-ción cómplice de las fundaciones bancarias, cuyos patronatos son meros aplaudidores de las deci-siones del consejero delegado) les

importa lo más mínimo la reper-cusión de estas iniciativas en el futuro de nuestros empleos y de nuestras condiciones laborales, por lo que la circunstancia de que haya más o menos solapamiento en la red de oficinas o de las ma-yores o menores duplicidades en los servicios centrales no supone un factor de importancia a la hora de tomar decisiones como esta que ahora se anuncia.

Por todo esto, los trabajadores tenemos que estar muy vigilantes en este nuevo proceso, teniendo en cuenta los antecedentes de quienes han demostrado sobradamente su incapacidad para dirigir esta entidad con una visión que vaya más allá de sus ambiciones perso-nales y han demostrado también de forma reiterada su intención de

hacernos pagar a los trabajadores los podridos frutos de su nefasta gestión.

En todo caso, desde la CSI consideramos que los sindicatos hemos de estar a la altura de lo que nos exige esta nueva situación siendo más firmes que nunca en la defensa de nuestro futuro, de nuestros derechos y de nuestra dignidad como trabajadores, sin dejarnos engañar (ya serían de-masiadas veces) por una dirección que no merece confianza alguna y sin dejarnos amedrentar por las amenazas que se deslizan, de for-ma nada inocente en las mesas de negociación («Con amenazas de despido, se negocia mejor»).

Por nuestra parte, como siem-pre, a seguir en la pelea por los derechos de todos.H

Fusión Liberbank/Unicaja: una aventura de incierto resultado

Concentración de trabajadores ante la oficina central de Liberbank en Uviéu.

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José Manuel Lago Méndez

El área central de Asturias es de las zonas más conta-minadas de Europa. Según

varios estudios médico-epidemio-lógicos, padecemos los mayores índices de cáncer y enfermedades cardiorrespiratorias del país con-secuencia de la contaminación industrial.

Por ello desde la plataforma vecinal Asturias por un Aire Sano se ha elaborado un documento con diez medidas para reducir la contaminación. Dicho documento, junto con petición de entrevista, se ha trasladado a todos los par-tidos políticos, solicitándoles que las incluyan en sus programas electorales de mayo de 2019. Se trata de diez medidas para conse-guir disminuir paulatinamente el nivel de contaminación. Sabemos que anularla totalmente es una quimera; sin embargo, el objetivo pasa por una reducción gradual y consecutiva en el tiempo.

1. Implementación de filtros y sistemas antipolución en las em-presas contaminantes.Las Autorizaciones Ambientales Integradas (AAI) deberán exigir a las empresas la utilización de todas las Mejores Técnicas Disponibles (MTD) existentes en el mercado para reducir las emisiones con-taminantes: filtros de mangas, sistemas de desulfuración y des-nitrificación, precipitados elec-trostáticos, etc. La implantación de las MTD se hará de forma gradual y progresiva en el tiempo aunque con plazos concretos. No es de re-cibo que determinadas empresas sigan externalizando una parte de sus costes de producción al con-junto de la sociedad mientras se embolsan los beneficios de esos ahorros.

2. Evaluación anual de las auto-rizaciones ambientales.Realización de una evaluación anual del cumplimiento de las AAI

de las 66 instalaciones que están declaradas en el Registro Europeo de Emisiones de Sustancias Con-taminantes, comprobando los ob-jetivos de reducción de emisiones contaminantes a corto y medio plazo que les fije la AAI.

3. Creación de un servicio de ins-pección ambiental.Crear un Servicio de Inspección Ambiental propio del Principa-do, dotado con personal inspector cualificado y medios materiales adecuados para poder verificar las denuncias y mantener controladas las actividades contaminantes.

4. No a la incineración de resi-duos.Elaboración de un plan de residuos real y efectivo que favorezca el reci-claje y aparte el modelo de incine-ración integral o en instalaciones industriales. Se debe descartar la utilización de la térmica de La Pe-rea como incineradora encubierta.

5. Movilidad sostenible: impulso del transporte público, uso de la bicicleta y peatonalizaciones.Puesta en marcha efectiva y urgen-te de los planes de movilidad sos-tenible y segura. Las actuaciones en materia de movilidad y gestión de tráficos deben ser coordinadas desde lo local a lo regional. Se debe establecer la prioridad del uso de transporte público, las actuaciones de mejora e impulso del ferrocarril, así como las medidas que conlle-ven un progresivo abandono del actual modelo vinculado al trans-porte por carretera de mercancías o al uso del coche particular en desplazamientos cercanos en favor de alternativas como el uso de la bicicleta, el aumento de carriles bus o la peatonalización.

6. Conocer las emisiones de cada chimenea.Facilitar en una web consulta de las tablas de emisión de chimenea por factoría en continuo, con indi-cación de los niveles autorizados.

7. No esconder las estaciones medidoras.Reubicación de las estaciones me-didoras de la contaminación, tanto las del Principado como las de las empresas. Muchas de ellas están escondidas de forma intencionada (entre edificios que las resguardan, a contraviento, etc.) con el claro objetivo de que arrojen resultados a la baja. Por si esto fuera poco, se están reubicando por parte del Principado algunas de las que peo-res datos suministran para situarlas en lugares más protegidos, alejados de la contaminación y donde no vive gente.

8. Conocer los datos de todas las estaciones medidoras.Abrir los datos de las estaciones de las empresas en continuo.

9. Endurecimiento del protocolo anticontaminación.Modificación del Protocolo de Epi-sodios de Contaminación, hacién-dolo más exigente a la vez que más sencillo y efectivo, dirigiéndose a la población a través de todos los medios al alcance (incluyendo los medios de comunicación genera-listas), cuando se produzcan situa-

ciones de mala calidad del aire, así como la puesta en marcha de limitaciones reales a las actividades que generen contaminación en días de altas concentraciones y su exigente seguimiento. Para ello, se debe activar el nivel 0 (el más bajo y que apenas implica medidas más allá de avisar a la población) con un solo día de niveles por encima de la norma establecida, y no tres como ocurre ahora con el vigen-te Protocolo , debiendo tener en cuenta también las mediciones de benceno actualmente excluidas del Protocolo. Lo mismo con los niveles 1 y 2.

10. Realización de un estudio epidemiológico para medir el impacto de la contaminación en la salud.Realización de un estudio de eva-luación epidemiológica del im-pacto de los contaminantes del aire sobre la salud y las enferme-dades relacionadas con la polución ambiental.H

José Manuel Lago Méndez es miembro de la

Plataforma Asturias por un Aire Sano

Diez medidas para reducir la contaminación del aire en Asturies

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Plataforma SOS Agua

Una vez lanzadas a la con-quista del agua, dos gran-des empresas del negocio

privado se reparten la mitad del te-rritorio Astur: Aquagest y Aqualia.

Aquagest depende de AGBAR, que, paradójicamente, es propie-dad (en última instancia) del Go-bierno francés, y que en nuestra comunidad autónoma se hace llamar Asturagua. Todos sus con-tratos en Asturies (20 concejos) están siendo investigados judi-cialmente. Por su parte, Aqualia, que pertenece al FCC de Esther Koplowitz, mantiene contratos con 12 ayuntamientos asturianos.

Las formas de gestión privada de este servicio público son bá-sicamente dos: la concesión y la empresa mixta. La primera con-siste en adjudicar la gestión del servicio durante muchos años a una empresa privada, a cambio de un exiguo canon que paga anual-mente al ayuntamiento. La segun-da consiste en crear una empresa a medias con el propio ayunta-miento (como se hizo en Avilés). En los dos casos, se produce una licitación pública. Es la falacia de la libre competencia. Aquellos que aborrecen el monopolio cuando lo detenta el sector público, aplauden el regalo de un servicio esencial a una de las dos empresas oli-gopolísticas, que se presentan al concurso ofreciendo la panacea para todos los males de la gestión pública. A partir de ese momento, una vez obtenido el contrato (que dura una media de 25 años), la empresa deja curiosamente de tener incentivos para prestar un servicio de calidad y para corregir las presuntas deficiencias anterio-res. Va poniendo parches a unas redes que no renueva y mantiene una plantilla mínima, desmotiva-da, mal pagada, en condiciones laborales abusivas. Centrada en hacer caja con la facturación, en un mercado cautivo por la ame-naza del corte del suministro, la empresa adjudicataria actúa como un monopolio que se embolsa los

beneficios sociales, mientras polí-ticos y técnicos municipales miran para otro lado.

Sin entrar en el carácter corrup-to de algunas almas, imagino que no debe de ser muy difícil conven-cer a una corporación municipal de las bondades de la gestión privada. La inmensa mayoría de los concejales asturianos no co-bra un euro por su trabajo y tiene una escasa formación técnica en comparación con los altos funcio-narios (secretarios e interventores) que, muchas veces, se sienten tan cómodos con los vientos privati-zadores. Lo cierto es que muchos alcaldes y concejales, ilusionados al principio, se encuentran con un panorama financiero lamentable y con una tasa de reposición que impide la contratación del perso-nal laboral necesario.

Sólo existe un concejo en As-turies en el que, hace más de 60 años, se eligió la forma de sociedad anónima de capital íntegramente público (municipal) para prestar todos los servicios asociados al ciclo del agua. Y ahí sigue resistien-do, en mitad del litoral asturiano,

la EMA, Empresa de Aguas de Xixón, como una Troya amura-llada de cristal. Se da la curiosidad de que, siendo el cristal el símbolo de la transparencia, el espejo es el símbolo de la opacidad. Detrás del espejo de sus infinitos ventanales, la EMA oculta sus miserias y ob-serva, sin ser vista.

Como los soldados griegos de la edad de bronce, Foro Xixón (que llegaba a la nueva política para acabar con los chiringuitos socialistas) disimula, hace como que abandona la guerra de la pri-vatización y se pone del lado de los que defienden el carácter público de nuestra empresa de aguas. Pero la historia se transmite para que no se repita, y los troyanos del siglo XXI conocemos la vieja táctica. Sabemos que el gran caballo de madera está dentro, disfrazado de impecables gestores sin tintes políticos, que blanden la espada de la infalible gestión privada. Habilitados por sus contratos de alta dirección, trabajan evaluando activos, calculando costes, des-pejando trabas procedimentales, pervirtiendo el sentido de las le-

yes…, allanando al camino a sus amos. Mientras en los periódicos mandan los titulares de los bene-ficios financieros de la EMA y se celebra con júbilo el Día de Agua, intramuros, el caballo de Troya se ha abierto y de él han salido directivos de gestión nefasta; de inexplicables decisiones que se contradicen con su supuesto talen-to; de órdenes que, paulatinamen-te, van deteriorando la empresa, desmotivando a sus empleados, obstaculizando la prestación de servicios a los ciudadanos, re-trasando las necesarias obras de mantenimiento y de ampliación de las redes…

La ventaja de los antiguos griegos invasores es que pillaron a los troyanos desprevenidos, hambrientos por la escasez de alimentos y exhaustos por la in-cesante batalla de resistencia y desgaste. Muy al contrario, den-tro de las trincheras acristaladas de la EMA, los troyanos de hoy estamos alerta.

Tened mucho cuidado, sol-dados. Los azacanes os estamos observando…H

Troya acristalada

El caballo de Troya de las empresas privadas del agua.

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CSI Feminismu

En los últimos meses, des-de CSI Feminismu venía-mos dándole vueltas a la

necesidad de compartir tiempos y espacios para la reflexión y el debate entre las compañeras que militamos en distintos sindicatos alternativos de todo el Estado, ya que son muchos los temas que nos preocupan, al igual que son muy diversas las experiencias e inquietudes. Por ello, propusi-mos, el pasado mes de febrero, este I Encuentro de Feminismo y Sindicalismo a compañeras de distintas formaciones sindicales, para poder juntarnos y compartir experiencias, poner en común du-das e ideas, y también, cómo no, para darnos ánimos y cuidados, que siempre vienen muy bien para sentirse arropadas entre todas.

Los contenidos del Encuentro, que tuvo lugar durante todo un fin de semana en los espacios facilita-dos y habilitados por Cambalache y La Llegra, giraron en torno a tres ejes que, para nosotras, han sido temas centrales en el trabajo de este último año.

Comenzamos hablando de organización y trabajo interno en nuestros sindicatos. La identidad feminista que reivindican los sin-dicatos a los que pertenecemos no deja de ser, en ocasiones, una etiqueta que no cala más allá del nombre o de algún símbolo mo-rado colocado de forma visible en las grandes movilizaciones (o los días señalados). La formación fe-minista que se nos demanda, cada vez que proponemos cambios que remuevan privilegios, no puede quedar delimitada a aquellos ám-bitos en los que ya participamos las mujeres feministas, ni usarse como muletilla o excusa para ob-viar determinados debates. Para nosotras las reivindicaciones y posiciones feministas nos llevan a cuestionar y cuestionamos mu-

chas formas de hacer y decir que tenemos completamente natura-lizadas, siendo este un proceso de aprendizaje, debate y cambio que requiere de un compromiso y una disposición previas. Sin embargo, en muchas más ocasiones de las que querríamos recordar, vemos nuestro trabajo sembrado de pe-queños (o grandes) obstáculos que lo hacen más difícil aún.

Partiendo de estas reflexiones, compartimos las diferentes ex-periencias que tenemos en cada organización y planteamos, uná-

nimemente, la necesidad de una formación feminista, transversal, que apoye y acompañe las luchas laborales, sin perder de vista la ne-cesidad de buscar otras formas de articular esas luchas, las nuestras.

A un paso de la huelga general feminista del 8M, no podíamos dejar de hablar los distintos enfo-ques, necesidades y previsiones en los que ya estábamos trabajando.

Tras el éxito de la convocatoria de movilizaciones de 2018, este año nos preparamos para una jornada de huelga con las expec-tativas muy altas, que hemos visto cumplidas, al menos en lo que a la participación en las manifesta-ciones se refiere. El eje laboral de la huelga es fundamental a la hora de visibilizar la situación de las mujeres no solo en el ámbito del empleo; sin embargo, en cuanto a seguimiento y participación activa,

la valoración que hicimos desde aquí nos hace pensar que aún hay mucho trabajo por hacer. La valo-ración de este año está en pleno proceso, así que no adelantaremos nada en este texto.

Preparando la huelgaComo también somos conscientes de que la relación de los distintos sindicatos con el 8M no es la mis-ma en todos los territorios, al igual que tampoco es la misma la forma de enfocar el mensaje o los conte-nidos (más allá de las demandas generales), dedicamos un espacio en el Encuentro para hablar de la preparación de la huelga de este año, sin dejar de compartir aque-llas estrategias que funcionaron el año pasado, o la posibilidad de pensar en propuestas de trabajo conjuntas. En este caso, fuimos muy conscientes de la necesidad

Un balance del I EncuentroSindicalismo y Feminismo

Uno de los espacios de trabajo que se organizó a lo largo del Encuentro.

La necesidad de formación, tanto interna como externa, es cada vez más urgente

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de articular sinergias con los mo-vimientos feministas, sabiendo desde dónde partían nuestros discursos. Aunque las fechas ya no nos permitían pensar en movi-lizaciones o propuestas conjuntas, creemos que quizá estas podrían darse en un futuro cercano.

Protocolos de actuaciónFinalmente, para cerrar el En-cuentro, pusimos sobre la mesa uno de los puntos centrales de de-bate para nosotras: la necesidad de articular y poner en práctica protocolos de actuación frente a violencias machistas.

Los sindicatos alternativos no son ni más ni menos machistas que la mayoría de organizaciones de nuestro entorno. Vivimos en una sociedad patriarcal, muy a nuestro pesar, cuyos mecanismos de control con respecto al papel de las mujeres se reproducen en todos los ámbitos. Pero como entendemos que nuestras orga-nizaciones quieren trabajar para

dejar de serlo, o al menos nosotras planteamos esa necesidad, por eso surge nuestra propuesta de crear y establecer un protocolo feminista frente a las agresiones machistas, siendo esta una herramienta nece-saria para cualquier organización, ya que queremos tener espacios de trabajo y militancia libres de conductas machistas y violentas que hagan de ellos lugares seguros para todas. Espacios en los que nuestro discurso feminista y de clase tomen cuerpo, que no se queden en un eslogan o en imá-genes vacías de contenido. Así que, en vista de que en nuestro caso nos hemos encontrado con muchas resistencias a la hora de reconocer esa necesidad y trabajar en ella, quisimos aprovechar este Encuen-tro para poner en común nuestro trabajo y conocer los debates que se tuvieron, o están teniendo, en las distintas organizaciones par-ticipantes.

Aunque es difícil tratar de resu-mir tres días intensos de debates y

trabajo colectivos, sí nos gustaría apuntar algunas reflexiones con las que nos quedamos y que nos ayudarán a repensar muchas de las tareas que tenemos por de-lante.

La necesidad de formación, tanto interna como externa, es cada vez más urgente. Las com-pañeras de LAB nos trasladaron el ejemplo de su Escuela de For-mación Feminista, una idea que nos gustaría poder replicar a todas.

El Encuentro sirvió para poner de manifiesto otra necesidad, la de conocernos y coordinarnos en-tre las diferentes organizaciones.

La presencia cada vez mayor de mujeres y de discursos feministas transversales nos hacen pensar que algo está cambiando, que es preciso repensar el sindicalismo desde planteamientos feministas. Y que es posible compartir herra-mientas, estrategias, acciones… Nuestras realidades y contextos pueden ser diversos, pero nuestras luchas acaban siendo las mismas.

Los cuidados también estuvie-ron muy presentes, tanto en nues-tros discursos como en la práctica. Desde aquí queremos aprovechar para dar nuevamente las gracias a los espacios que nos acogieron, a las compañeras que prestaron sus casas, y a los compañeros que prepararon la comida.

Queda mucho por hacer, sin duda, pero Encuentros como éste (y los que vendrán) nos hacen mi-rar el futuro con más optimismo. Somos muchas, dispuestas y ar-madas con argumentos ineludi-bles. El sindicalismo también será feminista o no será.H

Compañeras de las distintas organizaciones sindicales que participaron en el Encuentro: STEILAS, CUT Galiza, CGT, CGT Correos, ESK, SUATEA, IAC Catalunya, CUT Aragón, LAB, Sindicato Ferroviario Zaragoza y CSI.

Algo está cambiando, es preciso repensar el sindicalismo desde planteamientos feministas

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«La Historia de España lo trae. Algún día lo traerá»

Arantxa Margolles

José Peláez, más conocido recientemente por su com-promiso al frente de la Aso-

ciación de Amistad Astur-Cuba-na Bartolomé de las Casas, que envió el primer barco de ayuda a la isla de Cuba desde España en toda la historia del bloqueo es-tadounidense, hizo frente, a me-diados de los sesenta, al ayunta-miento ovetense franquista.

Su objetivo: rehabilitar la Fosa Común de Uviéu, donde reposan los cuerpos de su padre y abuelo y ahora también el de su madre. Hoy recuperamos, por medio de sus propias palabras, aquella odisea burocrática que consiguió situar este lugar como pionero en la recuperación de la Memoria Histórica española.

Fueron más de mil trescientos muertos, pero nunca ha llegado a contabilizarse cuántos huér-fanos. José Peláez (Cayés, 1938) es uno de ellos. Hijo y nieto de represaliados —a José Peláez, su padre, lo asesinaron en junio, cuando él tenía cinco meses de edad; Belarmino Prado, su abue-lo, fue fusilado tres meses des-pués—, ni ha olvidado nunca ni quiere que nadie olvide. Es parte de esa semilla que, décadas atrás, un matón falangista lamentó en-frente de él haber dejado sobrevi-vir. «Ustedes quieren nadar entre sangre, como el chupasangres». Fue la réplica de Peláez a la pro-vocación del matachín. A él, que no recuerda físicamente —impo-sible hacerlo— ni a su padre ni a su abuelo, sí le marcó a fuego el haber crecido en una España, la franquista, que también sancio-naba a los herederos de las «ideas marxistas», según reza en la sen-tencia que condenó a muerte a su abuelo, socialista, y, en el mis-mo sentido, la de su padre, anar-quista de la CNT. Es claro: «Yo no tuve niñez».

Sangre y pasteles«Yo no tuve niñez». Salió a los doce años de la escuela, para tra-bajar, pero encima ya había lleva-do el sambenito de rojillo. «Yo no sabía ni qué era un rojillo». Aun-que después, afirma con orgu-llo, terminó siéndolo lo más que pudo. Así, «rojillo», le llamaba un falangista local que, en la escue-la, logró impedir que le sentasen al lado de su hijo. De los desve-los de su madre obrera consiguió prepararse para ebanista y halló, también herencia de aquella mujer a la que asegura que oyó llorar todas las noches hasta su muerte, una vocación: la de de-fender la dignificación de la Fosa Común de Uviéu, donde reposan los cuerpos de su padre y abuelo, antes de que ninguna otra perso-na se atreviera a hacerlo.

Al menos, públicamente. Por-que, a pesar de la constancia de las viudas que, año tras año, acu-dían a depositar flores en aquel terreno entonces yermo de 21 x 12 metros, menos de treinta años después de los asesinatos que colmaron sus profundidades, ya

había quien se negaba a recor-dar. Siquiera a mirar la realidad de José, que visitó la Fosa Común con su madre a partir de los cin-co años de edad y que recuerda, de aquella experiencia, la cal y la arena; lo dulce y lo amargo. El pastel del Rialto con el que su madre le endulzaba el paladar tras el duelo y las agridulces vi-sitas de los guardias civiles que, montados a caballo, trataban de impedir a golpes que las viudas recordasen a sus muertos. O los viudos a sus muertas. «Yo ahí veía todes les mujeres viudes, porque los maridos… estaba la policía secreta vestida de paisano, y al primero que cazaren, ¡pum!, lle-vábenles. Entonces les mujeres eren más… no más valientes, más… como ya lo habían perdío too…». Ya sabían, por entonces, que el número de muertos en la Fosa Común superaba holga-damente el millar, pero, cuando Peláez se plantó en el Ayunta-miento de Uviéu, en plenos años sesenta, a reclamar un permiso que permitiera legalmente ade-centar el lugar, se encontró con

que ni todos recordaban ni esta-ban dispuestos a escuchar.

Odisea en el AyuntamientoEra el Uviéu de Rico de Eguíbar. José frisaba los treinta años y el negocio, Promociones y Cons-trucciones Morgallanera, no iba mal. «Fue cuando empecé yo a generar algo de dinero. Y cuan-do vi que el Cementerio Civil los curas lo pasaron a católico y pusieron los nichos, fue cuan-do yo decidí ir al Ayuntamiento por mi cuenta. Hice una nota con una solicitud para reparar la Fosa Común, y un tipejo, que era el encargao, según me enteré después, estaba en una venta-nilla del Ayuntamiento. Dice él: “¿Qué es esto de una fosa común con más de mil doscientos fusi-laos?”. Digo: “Sí, sí, está arriba, en el cementerio, el que antes era civil”. Dice él: “Pero, ¿de qué me habla usted?”. Digo: “Mire, la His-toria de España lo trae, algún día lo traerá. Yo tengo allí a mi padre, a mi güelu, y no voy a diferenciar a ninguno de los que estaba allí, pretendo enterrarme yo. ¿O eso

Fosa común de Uviéu. PABLO G. PANDO

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es un delito?”». Si no lo era, vis-ta la actitud del Ayuntamiento, desde luego lo parecía. Se había decidido que las obras de rea-condicionamiento de la Fosa Co-mún se pagasen por suscripción popular —una que se anunció, sorprendentemente para la épo-ca, en dos periódicos: La Voz de Asturias y Región aceptaron; La Nueva España se negó—, pero desde el Ayuntamiento y Gober-nación Civil pusieron las trabas suficientes como para impedirlo legalmente primero y, después, económicamente, cuando Ma-teu de Ros cerró las cuentas que Peláez había conseguido abrir en la Caja de Ahorros.

En la lucha, no obstante, le sa-lieron aliados. Algunos, bastante insospechados. Un administra-dor que rondaría su misma edad, hijo de un fusilado por los rojos, llamado José Fernández, fue el primero. «Dijo él: “Pero claro, es que…” y digo: “No, ni claro ni os-curo”. “Es que los otros también hicieron”. Digo: “Enséñeme us-ted una fosa que haya en Oviedo con mil doscientos fusilaos. En Asturias, en Oviedo, enséñeme-la”». Sería Fernández quien pro-piciara una reunión municipal, con el concejal Sáenz de Miera presente, que, evidentemente, no llegó a buen término. «Di-cen: “Bueno, es que realmente, ¿y qué se va a poner allí, una cruz?”. Digo: “No, cruz ninguna, cruz llevan bastante ellos. Cruz ninguna”. “¿Y qué se pondría?”. Digo yo: “Póngase la verdad. Que fueron ejecutados por el régimen de Franco”. “¡Buf! ¡Eso es una bar-baridad, usted está loco!”. Digo: “No, oiga, mire..”. Yo tenía que haber dicho “asesinados”, pero daquella, si era fuerte… De no poner la verdad, nada».

Es algo en lo que, a lo largo de nuestro encuentro, Peláez insiste con rotundidad: la Histo-ria, de narrarla, tiene que ser la de verdad. La que ocurrió real-mente, no la que muchos cuen-tan. No la del olvido que, con la eliminación de los papeles del procedimiento de petición al Ayuntamiento ovetense, quiso propiciar Mateu de Ros, el go-bernador civil, por medio de una reunión con su secretario en la

que trataron de convencer a Pe-láez de desistir argumentándole «no sé qué de que si el Socorro Rojo», que había sido disuelto veinte años atrás. «Si hoy se va al Ayuntamiento seguro que [los papeles] no están». Ni esos ni los de ningún cementerio porque, recuerda aún hoy, más de dos mil cuerpos estaban siendo, por aquellos mismos años, sacados de sus sepulturas para llenar el Valle de los Caídos, sin el con-sentimiento de sus familiares. Fue el caso del de San Pedro de los Arcos, entre otros, pero con la Fosa Común de Uviéu no se atrevieron. ¡Pues menudas eran las viudas!

«Esta fosa ye nuestra»«Ella siempre volvía a la Fosa Co-mún. Siempre». A Ángeles Prado, la madre de Peláez, La Caxera, se la llevó una leucemia en 1993, a los 83 años. Había sobrevivido más de cincuenta a su marido y, presintiendo cercana la muerte, dejó claro que su último deseo era que sus cenizas reposaran en la tierra que también cubría los restos de su marido José y de su padre Belarmino. «No quiero curas, no quiero flores, no quie-ro historias». Cuenta Peláez que, meses después, una de las viudas le preguntó si había conseguido el permiso para depositar las ce-nizas de Ángeles en la Fosa Co-mún por medio de alguna reu-nión con Gabino de Lorenzo, por entonces aún alcalde. «¿Yo con

Gabino?», se indigna, tres lus-tros después, hoy Peláez. «Pero si esta Fosa ye nuestra, ye nuestra, es nuestra sangre, que aquí no hay escritures, ni registro, notaría ni Gabino ni su puta madre. Aquí tá nuestra sangre».

Y a la sangre se la cuida. El cercado que hoy delimita la Fosa Común se consiguió años antes de que llegara la democracia; el muro con los 1.316 nombres de las víctimas, un par de años largos después de que muriera Ángeles. Hoy, a medio siglo de la hazaña que consiguió Peláez junto a Juan Juanín González, Joaquín Álvarez y Felicísimo Gómez, este lugar es uno de los símbolos clave para entender la recuperación de la memoria de las víctimas del franquismo no solo en Asturies, sino también en España. La primera resignifica-ción, aún en vida del dictador, de un espacio de dolor y represión.

La cobardía de los monstruosA su padre no lo mató Franco en persona, pero sí lo hicieron am-parándose en las premisas del régimen que el gallego, a quien Peláez aún se resiste a nombrar —prefiere recurrir a los apodos: El Títere. El de la de San Cucao— impuso tras la Guerra Civil que propició el golpe de Estado en el que él colaboró activamente. Solo el trabajo de recuperación de la memoria de El Caxero —así llamaban a José Peláez, padre— años después ha puesto negro

sobre blanco su desoladora his-toria. «Moliéronlo a palos, como a Jesucristo», afirma su hijo, y no se equivoca. Detenido en Posada (Llanera) y atado a otro preso, Ángel Álvarez, fue tortu-rado, pero consiguió liberarse de sus ligaduras el 10 de octu-bre de 1937 y huir. Se echó a la montaña, pero le capturaron por segunda vez. La definitiva. En el Consejo de Guerra, aún vigente —las sentencias del franquismo ni se han anulado ni hay visos de que vaya a hacerse pronto—, se acusa a José de haber robado dinero para el Socorro Rojo y de haber asesinado a soldados de-rechistas.

«Todo mentires», sentencia el hijo a quien nunca llegó a ver crecer. Todos los Consejos de Guerra siguen, es cierto, las mis-mas fórmulas, las mismas acusa-ciones, las mismas frases hechas que también están presentes en el de José. A él le mataron pero, como decía aquel irredento falangista que conoció, en su juventud, Peláez, dejó semilla. «Jamás doblé las rodillas», ase-gura hoy, con ochenta y un años. «El enemigo es un cobarde. Y a quien hay que tener miedo en la vida es al cobarde, no al valien-te». En la cobardía —también en la de aquel falangista, que se cayó un día al suelo de puro miedo al pensar que Peláez y otros a quie-nes solía molestar en el bar iban a responderle a mano alzada— se esconden los monstruos.H

José Pelaez y Arantxa Margolles en un momento de la entrevista.

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Xuan Arcelormittal

Va unos años, la visión que parte de la izquierda te-nía de la defensa de los

derechos de les persones falantes d’asturianu y del eonaviegu venía condicionada pol surdimientu dende’l sieglu XIX y primeres de-cades del XX d’una ideoloxía de-finitoria de lo asturiano fabricada polos sectores dominantes de la sociedá xunto a la Ilesia Católica, basada na so supremacía divina y asumida por gran parte del pueblu asturianu. Dicha ideoloxía conti-nuadora de posiciones medievales y aceptada por practicamente la totalidá de los escritores en llin-gua asturiana ya intelectuales de la época, llevó a los sectores pro-gresistes de la sociedá y a partidos políticos y sindicatos a ver cual-quier plantegamientu en favor de la cultura propia como dalgo reac-cionario y que sirvía a los sectores más retrógrados, que manipularon lo asturiano hasta deformalo, lle-gando a alloñar al pueblu de la so cultura y llingües propies.

Dempués llegó la guerra y la dictadura, y la defensa de la cultura asturiana pasó a quedar tovía mas relegada nun contestu nel que munches vegaes la llucha pola supervivencia yera la úni-

ca posible. Amás, el franquismu dexó siempres claro’l so rechazu a cualquier intentu de da-y valir a la llingua asturiana, con unes teoríes escontra l’asturianu que parte de la izquierda asumió ensin proble-mes. Ye triste y ablucante ver cómo nesti sieglu XXI tovía hai xente nel nuesu propiu entornu políticu que defende la non oficialidá y el cal-ter menor d’unes llingües pa con otres con argumentos propios de la dictadura franquista, como pue-den ser definir l’asturianu como un inventu o la famosa teoría de los bables, na que resulta que la llingua asturiana ye la única del mundiu que nun pue tener variantes.

Sicasí, eses actitúes tán pa-sando a ser minoritaries dientro la izquierda y la mayoría de les per-sones y organizaciones asumen la llucha pola oficialidá como dalgo normal. Tamos viendo cómo una de les trincheres más importantes nesta llucha, la de usar l’asturianu con naturalidá nos espacios pro-pios, va ganando puxu y yá nun queda restrinxío a ciertos coleu-tivos y en momentos puntuales y situaciones concretes. Queda muncho por facer, pero la xera que dende delles organizaciones vienen faciendo nesti sen dende va años paez que va dando resul-táu y agora mesmo’l tema de los

prexuicios y complexos escontra la cultura propia ta más que superáu pola mayoría.

Incluso’l PSOE, partíu de raiga-ños xacobinos y que de socialista namái tien el nome, que tradicio-nalmente tien postures que pode-mos nomar direutamente como anti-asturianes —non solo no cul-tural sinón tamién no económico o social—, ta camudando’l discursu y muestra una cara más amable pa coles llingues propies d’Asturies.

Nun tenemos qu’escaecer amás que, frente a ciertes posiciones d’izquierda que intenten vender la diversidá cultural como un engañu del capitalismu p’acabar col discursu de clase, ta’l discursu internacionalista. Ante un capital que trata d’uniformanos mental-mente pa poder tratanos meyor como mercancía o consumidores de la mesma, tenemos que saber confrontar les nueses variedaes culturales como dalgo propio del pueblu, que lo fai más fuerte y que val p’arriquecer y fortalecer la so conciencia de clase.

Esti capitalismu xabaz nel que vivimos, y qu’intenta agora vender a la nuesa xente y nos nuesos ba-rrios y pueblos el discursu facista y d’estrema derecha tratándolo con una condescendencia propia d’otra época, odia cualquier cultura que

nun seya la única, grande y llibre que trata d’imponer dende va mun-chos años. Agora mesmo vemos cómo s’apunten al carru d’esta que-rencia franquista quien en realidá nunca la abandonaron, y munches organizaciones y persones van qui-tando la careta que punxeren nel so momentu pa tratar d’engañar a in-cautes y despistaes. Como exemplu más claru nel contestu asturianu, podemos resaltar la postura d’un partíu políticu como ye Foro, que pasó de dir a manifestaciones pola oficialidá de la llingua asturiana a facelo meses más tarde na Plaza de Colón de Madrid pa formar en fila colos que piden pistoles pa los españoles de bien.

La radicalización del discursu de la derecha escontra les llingües d’Asturies anuncia que la oficialidá ta más cerca que nunca. Yá nun ven la llingua asturiana como un menospreciable elementu folcló-ricu del que facer chancia y burlla, sinón como una amenaza al statu quo establecíu y tarrecen cualquier avance en favor de la dignidá de les llingües propies d’Asturies. Xorrez el mieu que’l poder siempres tuvo de que’l pueblu asturianu pueda dir algamando derechos y lliber-taes dende la cai y la movilización, les verdaderes armes de la clase obrera.H

La defensa de les llingües d’Asturies, una causa de la clase obrera

Pancarta de la CSI na manifestación pola oficialidá del asturianu y del gallego-asturianu'l 6 d'abril del 2019 en Xixón.

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Primero de Mayo 2019:lucha de clases

CSI

Decir o escribir que una parte de la sociedad acapara, vive en la opu-

lencia, en el derroche, que roba, corrompe… y el resto malvive, en muchos casos de manera resigna-da, es una apreciación que com-parten la mayoría de las personas y que los datos y la realidad social prueban.

El informe anual de recauda-ción tributaria del año 2017 indica que las rentas empresariales cre-cieron el doble que las del traba-jo, que es la parte esencial de la renta de los hogares. Las rentas del capital y las empresariales se incrementan y las de los trabaja-dores y trabajadoras disminuyen, sin que se atisbe cambio alguno de esta dinámica a la vista; al con-trario, cada vez hay unos niveles más altos de desigualdad social. Se percibe que los gobiernos son títeres: unos no quieren, a otros no les dejan. Hay una oligarquía minoritaria que acapara, ordena y manda, aplicando la doctrina económico-social más cruel del capitalismo, el neoliberalismo.

La campaña de descrédito de la lucha obrera iniciada de manera pareja a la revolución neoliberal y la potenciación de lo individual en detrimento de lo colectivo han provocado que en las últimas dé-cadas hablar de conciencia y lu-cha de clases sea percibido por muchos sectores de la sociedad

como algo anacrónico. Sin em-bargo, nada más actual.

Warren Buffett es un empre-sario e inversor estadounidense, considerado una de las personas más acaudaladas del mundo, al que se le atribuye una ilustrativa frase: «Hay una guerra de clases, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y la estamos ganando».

La frase de este señor es una bofetada de realidad que muestra descaro y ostentación por parte de una clase dominante a la que cada vez le quedan menos muros por tirar, una oligarquía minoritaria cuya máxima es el beneficio y la maximización del mismo a costa de lo que sea, aunque ello suponga vidas.

Las jornadas de trabajo inter-minables, la precariedad, la auto explotación, la pérdida de dere-chos…, el trabajar y seguir siendo pobre, el no poder acceder a una vivienda, el tener unos niveles educativos en decadencia, una sanidad deteriorada, unas pensio-nes cuestionadas… es el resultado de ir cediendo terreno frente a una clase dominante que quita dere-chos y acapara recursos.

Ante esta situación solo cabe oponerse y luchar. Resignarse no es una opción.

Hay una lucha de clases que vamos perdiendo, al menos tem-poralmente, y para ganarla es im-prescindible analizar el presente, utilizar los medios que nos ofrece y recuperar los valores que real-

mente han promovido cambios a lo largo de la historia, tales como conciencia de pertenencia, so-lidaridad y lucha, sin los cuales seguiríamos trabajando 12 horas diarias, no habría escuelas, no habría sanidad y no tendríamos pensiones.

Todo se ganó a base de unidad, conciencia de clase y lucha; nada se logró con buenas palabras y la paz social que venden le viene muy bien a la minoritaria clase que va ganando, pero a la mayoritaria cla-se obrera va camino de dejarnos sin nada.

No lo van a conseguir, porque no hay derecho a que las personas vivan permanentemente angustia-das, porque somos más y porque la razón está de nuestro lado.H

1. Laboral: Contra la reforma laboral, la precariedad, la pérdida de derechos y la merma del poder adquisitivo, contra los accidentes laborales y sus responsables, que causan cientos de muertes al año.

2. Social: Contra la desigualdad social, la pobreza energé-tica, los desahucios y la migración forzada.

3. Represión: Contra un código penal coercitivo, contra las leyes represivas, contra la represión laboral y a favor de los derechos y libertades fundamentales.

4. Política: Contra las políticas neoliberales y autoritarias, por la sostenibilidad, la distribución de la riqueza, la autode-terminación y la autogestión.

5. Feminismo: Por una igualdad efectiva de derechos y oportunidades, contra la violencia machista y por la conse-cución de políticas sociales que garanticen la conciliación familiar y laboral.

Contra la desigualdad social, conciencia colectiva, so-lidaridad, apoyo mutua y lucha.H

LOS CINCO FRENTES DE ACCIÓN:

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Pelayo Suarez Alonso

Hace poco recibía una de esas llamadas tram-pa del sindicato: «Sé

qu’acabes de tener una fía, pero ente pañal y pañal… ¿Cómo andes de tiempu pa facer un cartelín pal Primeru Mayu?». No muy conven-cido con la labor y siendo cons-ciente de mis carencias técnicas, quedé en darle una vuelta para ver si se me ocurría algo.

A la siguiente llamada, un par de semanas más tarde, y sin haber discurrido nada lo suficientemente decente como para llegar a plan-tearlo, la llamada ya tenía otros matices, ya corría cierta prisa, y tenía que trabajar bajo un concep-to difuso: «Algo que unifique, que tenga que ver con la clase obrera actual». Buff, las cuatro neuronas mal colocadas me hicieron topete; menos mal que debatiendo con gente del sindicato fueron surgien-do diferentes ideas y llegaron a plantearse distintos bocetos de cartel con sus correspondientes explicaciones; de ahí también sur-gió el hacer este texto, para explicar un poco esas ideas y debates.

Partiendo de la base de que esto es como los culos —cada cual tiene el suyo— y dependien-do de dónde nos posicionemos, entendemos, vivimos y vemos el sindicato de una u otra manera, la organización como tal, por su andadura, debería contar ya con la suficiente madurez y espaldas anchas para asumir todo tipo de debates, y no vivir cada opinión discordante como una guerra de guerrillas interna que acaba centri-fugando gente. Desde mi modesta opinión es necesario asumir de una vez por todas el retroceso en el modelo laboral de La Fabricona —lo dice quien se gana el sustento en una de las mayores empresas de Asturies— y enfocarse en la realidad laboral actual, que son la precariedad absoluta y la atomi-zación de los puestos de trabajo.

Si somos capaces de ponernos de acuerdo en ese punto y asumimos que la CSI es una asociación sin-dical sociopolítica, marcada por el compromiso y unos principios de conciencia de clase, deberíamos buscar ser capaces de desarrollar discursos y campañas unitarias que planteen alternativas, y quizá sea ahí donde logremos ser una herramienta de transformación social para la clase trabajadora asturiana.

Bajo todo este batiburrillo de ideas se plantearon tres bocetos

para el cartel del Primeru Mayu. Por empezar por uno, quizá el más simplón y con menos gracia —no por ello con menor carga ideoló-gica—, el del dibujo de un ratón de ordenador conectado a una llave inglesa, buscaba transmitir que por mucho que cambien las herramientas de trabajo, por más que se transformen los centros de empleo, que puedas gestionar los tajos desde una app del móvil y nos quieran vender una falsa sensación de progreso, por más capas de maquillaje que le den y

lo tapen todo con una cortina de humo llamada consumismo, la inmensa mayoría de la población continúa siendo clase obrera.

El segundo, frente a ciertos dis-cursos posmodernos —que sin un análisis de clase no habrían de tener cabida en un sindicato—, planteaba un mensaje de unidad de la clase trabajadora: «Desde nuestra diversidad y desde las diferentes luchas, somos clase obrera». Intentaba con ello ser una versión actualizada de un cartel de agitprop de la Republica Po-

A vueltas con el diseño del cartel del Primero de Mayo

Los distintos carteles para el 1º de Mayo.

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pular China durante la Revolución Cultural de Mao. Actualizando los cuatro personajes protagonistas, el cartel planteaba cuatro bloques diferenciados para representar la clase obrera actual. El primero por la izquierda un rider, un reparti-dor de Glovo o Deliveroo con su bicicleta, encarnación actual de la precariedad más absoluta, de la figura del falso autónomo, encar-nando el reto que representan esas multinacionales globales con sus políticas y discursos neoliberales para el mercado laboral y para la clase trabajadora. El segundo en discordia, ordenador portátil en mano, un moderno hipster con su barbona y gafas de pasta, querien-do representar a toda esa gente que tiene trabajos tecnológicos, que curra desde casa, que compró el discurso del «emprende y sé tu propio jefe» y que lo invirtió todo e hipotecó su futuro, pero que a la hora de la verdad las pasa canutas para poder tener un sueldo fijo todos los meses. A su lado está la artista, rotulador y cartel en mano. Con ella buscaba representar las cuestiones de género, identidad y orientación sexual, movimientos muy fuertes hoy en día, con un gran potencial transformador, que replantean la sociedad actual y son una parte más de la clase obrera. Potencial transformador que hay que ganar para la causa de la lucha

de clases, dado que de no ser así se convertirán en un nicho de merca-do más del turbocapitalismo que nos gobierna. El último bloque, cachaba en mano, representa al anciano pensionista curtido en mil batallas, la vieja clase obre-ra, la que todavía tiene algunos derechos adquiridos y pelea por unas pensiones dignas y un futuro para las próximas generaciones. Generaciones que, por otro lado, con una mirada siempre puesta en el pasado, ve con cierto recelo y no acaba de comprender.

Para acabar dejamos el cartel que triunfó, el más clásico, unos puños simbolizando a la clase obrera que unidos paran el pisotón voraz de la patronal y las políticas neoliberales representada por un zapato clasista que nos explota, ex-cluye, censura, precariza, reprime, privatiza, manipula…

Pues bien, de las tres propues-tas ganó la de siempre —quizá también por mis carencias e imaginación en esto del diseño gráfico—, la del puño y la bota, la de los tiempos de la reconversión. Y con ella se identificarán los ya convencidos, los que no necesitan mucho discurso para participar en el Primeru Mayu porque es una liturgia pagana que llevan repitiendo toda su vida. Pero el chaval que acaba de terminar los estudios y se asoma al mercado

laboral, el informático precario que curra picando código por un salario de mierda para una gran empresa tecnológica, el curran-te joven de funda y casco que se cree clase media porque compra baratijas por Amazon, la diseña-dora autónoma que trabaja desde casa y cada mes paga en autóno-mos la proporción a una nómina que no huele ni de lejos, mirarán nuestro cartel con los ojos de la vaca que ve pasar el tren. Ellos, que son el presente y el futuro de la clase trabajadora; ellas, que son las que han de dotar de concien-cia de clase la actual revolución feminista; elles, que por su orien-tación sexual no tendrán acceso al mercado laboral, no entenderán que con este cartel tratamos de llamar su atención y convencerlos de que también forman parte de la clase trabajadora. Que quizá no tengan callos en las manos ni los oídos atronados de darle martillazos al metal, pero que si-guen dependiendo de otros para ganarse la vida y que, sean asala-riados o trabajadores por cuenta propia, son la encarnación actual de les cigarreres de Cimavilla, de les muyeres de Camisas IKE, de los encerrados en la catedral de Duro Felguera, o de los mineros del carbón —antes de que Villa se levantara con un millón de euros debajo del colchón—.

Quien tenga responsabilidades o peso en el sindicato y tenga ojos para ver, ha de comprender que los tiempos siempre están cam-biando. Y en este mundo de capi-talismo sin escrúpulos y obreros comprando compulsivamente, hemos de adaptar a la fuerza nues-tro discurso a los sectores sociales a los que nos dirigimos. Porque, de no ser así, continuaremos viendo cómo la conciencia de clase se di-luye día a día —la de clase obrera, porque la de la burguesía vive sus mejores días—.

Si no actualizamos el lenguaje y explicamos a los trabajadores actuales en qué consiste una sociedad de clases, seguiremos viendo cómo la gente se consi-dera de izquierdas con tan solo no declararse homófoba o con definirse feminista (sin mayores matices, como si fueran lo mis-mo el feminismo de Ana Patricia Botín que el de las piqueteras del 8M). Si no explicamos algo tan crudo como necesario como son las relaciones de producción y que por mucho que estés pagando un cochazo financiado no eres clase media, entonces nos habremos convertido en un sindicato más, a semejanza del resto.

Conciencia de clase con un dis-curso actual y atractivo; lo demás es un brindis al sol.

Salú y puxa’l Primeru Mayu. H

Revista Contracorriente.CSI

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Antón Caamaño Vega

La cultura y, poro, les ar-tes escéniques n’Asturies nunca fueron un sector

industrial al que se-y prestare la más mínima atención, nin como xacimientu d’emplegu, nin mun-cho menos como una estaya a te-ner en cuenta dientro del modelo productivu llariegu. Sacante una triste esceición, que depués se va analizar, la cultura ta considerada como una actividá menor empobi-nada al ociu o al turismu. Col envís de facer dalguna propuesta pa la so viabilidá, van analizase nestes llinies dellos episodios qu’amuesen la falta consideranza y el maltratu que carez el sector.

La tresmisión de valoresNel añu 1985 créase l’Institutu del Teatru y de les Artes Escéniques del Principáu d’Asturies (ITAE), y un añu más tarde diba abrir dientro d’elli una escuela d’Arte Dramáticu, con un rellumante plan d’estudios distribuyíu en cuatro cursos d’un añu de duración. La idea yera qu’a curtiu plazu s’algamara la homolo-gación pa les sos titulaciones coles qu’esistíen daquella. Diba funcio-nar hasta l’añu 2005, momentu en que se deroga y desapaez l’ITAE. La Escuela Superior d’Arte Dramáticu (ESAD) ábrese dalgo enantes, nel añu 2002, pa suplir al ITAE y ufrir una enseñanza teatral reglada, en consonancia coles enseñances d’Arte Dramáticu que s’imparten nel restu del Estáu.

El problema surde cuando a les cerca de noventa persones que cur-saron l’ITAE a lo llargo de toos esos años, a los que-yos prometieren de mano que les sos titulaciones diben tener calter superior, nun-yos reconocen los estudios. Gua-ñaron movilizaciones, conflictos, xuicios y aiciones llegales. Como consecuencia d’un recursu pre-sentáu pol alumnáu, espublízase nel BOPA del 12 de xunu del 2008 una resolución de la Procuradora Xeneral del Principáu d’Asturies

na que se desestima’l recursu en cuantes a la equiparación de los títulos, aduciendo la Subdireición Xeneral d’Ordenación Académi-ca que «les enseñances que cursó nel ITAE del Principáu d’Asturies nun son conducentes a títulu con validez académica oficial y nun puen ser oxetu de nengún actu al-ministrativu de reconocimientu de los mesmos».

Too esto, obviando, por exem-plu, qu’al profesoráu qu’impartió clases demientres esos años sí que-y cuenten les hores de docencia a la d’opositar; escaeciendo que l’ITAE, si bien nun yera una escuela, sí yera un muérganu oficial nel qu’había una escuela; y ensin tener en cuen-ta que l’ITAE taba somorguiáu nel procesu d’homologación a Escuela Superior nesi periodu, tal y como amuesa’l fechu de que dende l’añu académicu 1996/97 se rixera única-mente según el plan LOGSE.

Anque puedan establecese hi-pótesis, naide sabe a ciencia cierta por qué se tomó la decisión d’abrir una nueva escuela ensin tener en cuenta tol procesu anterior, y

dexando a noventa persones al de-balu, noventa persones que nun van poder acceder a pruebes pa poder ser profesoráu de la ESAD, por exemplu, que sería un aspeutu fundamental dientro d’una evolu-ción racional de les coses. Por su-puestu, el capítulu d’investigación, afitáu en másters o doctoraos, nin llegó a plantegase.

A pesar de que l’Alministración nun tien denguna intención de revisar nada d’esti triste asuntu —ello diba suponer almitir que foi una estafa o tener que dar des-plicaciones—, güei l’Asociación d’Antiguos Alumnos del ITAE entá sigue puxando pola reconocencia de les sos titulaciones, dieciocho años depués.

La exhibición. El circuitu de teatru profesionalN’Asturies principalmente hai dos llinies d’actuación institucional al respeutive de les artes escéniques profesionales. Una ye la exhibi-ción, que taba afitada nun plan con munchos defeutos ya insuficiente, pero que yera lo único que permitía

llegar al públicu d’Asturies: ello yera’l Circuitu de Teatru Profesio-nal. La otra llinia son les ayudes a la producción, que son les más miserables de tol Estáu dende hai decenes d’años.Pa que’l llector se faiga una idea, n’Asturies inviérten-se en total 0,50 euros por habitante al añu n’artes escéniques. La pre-cariedá imperante nel sector nun dexa nin siquier que se dean cam-beos estructurales que supongan avances o redimensionamientos bultables. Llevamos trenta años de retrasu al respeutive d’otres co-munidaes, por exemplu, la vecina Galicia, que la so situación nun ye que seya tampoco una maraviya. Ye más: l’unicu cambéu d’interés provocólu l’actual viceconseyeru de Cultura, Vicente Domínguez, que, afitándose nuna torticera interpretación de la nueva Llei de Contratos Públicos, encargóse de desaniciar el Circuitu de Tea-tru Profesional. Too ello a pesar de que les actividades artístiques son esceición, según marca la propia llei (arts. 25.1 y 168.2). A resultes d’eso, camudóse’l Cir-

Somos mui necios Dellos intentos de desaniciu de les artes escéniques n’Asturies

Cartel institucional pa promocionar la matriculación nel Institutu del Teatru.

1717

cuitu —que, anque con defectos, yera lo qu’había— por una llinia d’ayudes a los conceyos pa que puedan contratar espectáculos, ensin un catálogu de precios fixos, ensin espectáculos recomendaos y ensin saber si a la fin van da-yos les ayudes o non. Teatru a la rebatina.

Un mui altu porcentaxe d’actores, actrices o directores son autónomos o constitúin micro-pymes, yá que n’Asturies formar compañía ye la única manera de trabayar nes artes escéniques. Cal-cúlase que’l caprichu del vicecon-seyeru, o seya, l’esmantelamientu del sector, afeuta direutamente a unos 200 trabayadores.

En realidá, al viceconseyeru nun-y importa un res l’actividá escénica. La Llei de Contratos ye una xida pa quitar d’en mediu una actividá que ye incapaz a ar-ticular. Por eso, y pola so negativa al diálogu, pidióse la so dimisión dende l’asociación de compañíes profesionales d’artes escéniques Escenasturias. La estratexa cén-trase agora en dos aspeutos: ún, dexar que pase esti añu arruináu mancándose lo menos posible; y dos, negociar col Principáu y colos principales conceyos d’Asturies planes estratéxicos pal sector, ini-ciativa aprobada por unanimidá nel Parllamentu asturianu y en de-llos conceyos, y baxo la que que yá se ta trabayando en Xixón.

El cosmopaletismuComo yá se caltenía nun artículu asoleyáu nesta mesma revista nel añu 2013, l’accesu a la cultura, y polo tanto a les artes escéniques, ye un derechu de la ciudadanía (igual que’l derechu a la educación o a la sanidá, por casu), y por eso les alministraciones tienen el deber toes elles de garantizalu, mediante xestión y financiamientu públicu, fundamentalmente. A partir d’ehí pónense en marcha unes políti-ques culturales u otres. Nel casu concretu de les artes escéniques, guaña toa una treme industrial for-mada por pequeñes compañíes que tienen esa función social y que son les encargaes de tresmitir y materializar esa encomienda que tienen les instituciones.

El modelu alministrativu estatal treslladóse a les comunidaes au-tónomes qu’asina lo dispunxeron.

El procedimientu más habitual ye crear una axencia, o asemeyao (l’INAEM nel casu estatal), que coordine tola actividá industrial del ámbitu cultural implantando les polítiques que s’estimen afaya-dices, y, dependientes d’elles, pre-seos como centros de producción públicos (con enfoques estremaos) o centros de documentación; y, per otru llau, disponer de partíes económiques pa puxar pola pro-ducción d’espectáculos, y pola ex-hibición y espardimientu de los mesmos, ente otres coses.

Pa variar, n’Asturies enxamás esistió cosa dala que s’asemeyara. Nunca se-y punxo atención al sector, como yá se desplicó an-teriormente. Ye más: n’Asturies implantóse un sistema cultural y económicu paralelu que nun tien en cuenta pa nada a l’agonizante industria cultural propia del terri-toriu. Frente a los miserables 0’50 euros por habitante (lo que son 500.000 euros al añu), alcontrá-monos con inversiones millonaries en macroespacios, como’l casu del Niemeyer o la Llaboral. El centru Niemeyer tuvo unos gastos de cer-ca de 2,8 millones d’euros en 2017 (La Voz de Avilés, 19-7-18), y na-más pa la so inauguración, con una esposción de Carlos Saura, gastóse cásique lo mesmo que s’invierte al añu n’artes escéniques, 500.000 euros,pa un día. Amás, arrecostina con toa una treme d’intereses al rodiu de les contrataciones artísti-ques, onde, por supuestu, les artes escéniques asturianes nun tienen sitiu, nun tán al altor. El resultáu

pue vese a les clares nos tribunales, onde estos díes tán celebrándose sesiones pa dirimir sobre’l Casu Niemeyer, y nes ensundioses inter-venciones que tán dándose nelles.

Delles conclusionesSi l’alministración competente, nesti casu la Conseyería de Cultura, tuviera intención, hipotéticamente, de tratar al sector cola dignidá que merez, de reasitialu socialmente y dotalu de recursos económicos y técnicos suficientes pa iguar los trenta años d’escaecimientu y falta d’atención, diba tener que reconocer que d’esi tiempu p’acá ficiéronse mui mal les coses. Apar-te de qu’encarar un plan asina diba llevá-yos abondu tiempu y trabayu, l’arguyu y la prepotencia de los nuevos ilustraos —too pal pueblu pero ensin el pueblu— son factores determinantes. La solu-ción pa ellos ye bien cenciella: el modelu cultural asturianu toos estos años consistió básicamente n’esfarraplar la tresmisión de va-lores, condicionando la formación y la investigación; n’esmantelar l’actividá escénica desendolcada pola industria cultural llariega, condenándola al desaniciu por inanición; y n’imponer un modelu cultural desproporcionáu y dafe-chamente ayenu al territoriu, a los trabayadores de la cultura y a les necesidaes de la ciudadanía.

Sicasí, hai dalgún rispiu d’esperanza. Somos mui necios.

Iniciatives como l’aprobación del Estatutu del Artista podríen contribuyir a camudar daqué’l

panorama, yá que supón un cambéu de paradigma dientro’l sector, implantando la figura del artista como suxetu activu y pro-tagonista del mesmu, y afayando’l so réxime llaboral y tributariu no que ye la realidá. Nesi mesmu sen, les negociaciones de los planes estratéxicos pal sector nos ámbitos llocal y autonómicu tendríen que contribuyir a asitiar la verdadera dimensión y la función social de les artes escéniques, convirtiéndoles nun preséu afayadizu pa combatir la emigración de la mocedá, y a favor de la integración social, de la educación y, en fin, nuna fe-rramienta p’algamar una sociedá meyor y más xusta.

En suma, pa que’l sector n'Asturies pudiera gociar d’una viabilidá al menos asemeyada a la que tien en comunidades veci-nes, que tampoco ye pa tanto, y pa dexar de ser la vergoña del Estáu nestos asuntos, tolo anterior ten-dría que percontiase con mexories dientro d’otres estayes llaborales que tamién son propies del mesmu colectivu de trabayadores, como pue ser la producción audiovisual y la del doblaxe al asturianu, nes que la TPA tendría que xugar un papel fundamental; y tendríen que desendolcase delles otres xeres paraleles como la investigación, la documentación o la de too aquello que dende les artes escéniques afeute a la formación.H

Antón Caamaño Vega ye actor y direutor d’escena, amás de

doctor n’Artes Escéniques

Modelu de la titulación que s'otorgaba depués d'acabar los estudios nel ITAE.

18181818

Un repaso a los derechosdigitales en el entorno laboral

Mercedes Mingotes Pendás

La Ley Orgánica 3/2018, de Protección de Datos y Garantía de los Dere-

chos Digitales, dedica cinco ar-tículos (del 87 al 91) a reconocer expresamente el derecho de los trabajadores a que se proteja su intimidad en el uso de los dispo-sitivos digitales, ampliando los derechos recogidos en el Regla-mento (UE) 2016/679, relativo a la protección de las personas fí-sicas en lo que respecta al trata-miento de sus datos personales y a la libre circulación de estos datos (RGPD). El derecho a la intimidad ya estaba reconocido en la Constitución y en el Estatu-to de los trabajadores (ET), pero la nueva LOPDGDD lo regula expresamente como un derecho autónomo.

La Disposición Final De-cimotercera de la LOPDGDD introduce un artículo 20 bis en el ET, en el que se reconoce el derecho de los trabajadores «a la intimidad en el uso de los dis-positivos digitales puestos a su disposición por el empleador, a la desconexión digital y a la in-timidad frente al uso de dispo-sitivos de videovigilancia y geo-localización», un derecho que se remite a «los términos estableci-dos en la legislación vigente en materia de protección de datos personales y garantía de los de-rechos digitales».

A su vez, la Disposición Final Decimocuarta añade una nueva letra j bis) en el artículo 14 del texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público, reconociendo también «la intimidad en el uso de los dispositivos digitales puestos a su disposición y frente al uso de dispositivos de videovigilan-cia y geolocalización, así como a la desconexión digital en los términos establecidos en la le-

gislación vigente en materia de protección de datos personales y garantía de derechos digitales».

Derecho a la intimidad y uso de dispositivos digitales Los trabajadores tendrán de-recho a la protección de su intimidad en el uso de los dis-positivos digitales puestos a su disposición por el empleador, Responsable del Tratamiento (RT). El RT podrá acceder a los contenidos derivados del uso de medios digitales facilitados a los trabajadores a los solos efectos de controlar el cumplimiento de las obligaciones laborales o estatutarias y garantizar la in-tegridad de dichos dispositivos.

Los RT deberán establecer criterios de utilización de los dispositivos digitales respetan-do los estándares mínimos de protección de la intimidad y po-sibilitando la participación de los representantes de los traba-jadores.

El acceso del RT al contenido de dispositivos digitales con uso para fines privados requerirá que se especifiquen de modo preciso los usos autorizados y se establezcan garantías para preservar la intimidad de los trabajadores (por ejemplo, los períodos en que los dispositivos podrán utilizarse para fines pri-vados).

Los trabajadores deberán ser informados de los criterios de utilización de los dispositivos digitales puestos a su disposi-ción.

Derecho a la desconexión digi-tal Los trabajadores tendrán dere-cho a la desconexión digital a fin de garantizar, fuera del tiempo de trabajo legal, el respeto de su tiempo de descanso, permisos y vacaciones, y de su intimidad personal y familiar.

El RT, previa audiencia de los representantes de los traba-

jadores, elaborará una política interna para definir las moda-lidades de ejercicio del derecho a la desconexión y las acciones de formación y de sensibiliza-ción del personal sobre un uso razonable de las herramientas tecnológicas puestas a su dispo-sición.

Se preservará el derecho a la desconexión digital en los su-puestos de realización total o parcial del trabajo a distancia, así como en el domicilio del empleado vinculado al uso con fines laborales de herramientas tecnológicas.

Derecho a la intimidad frente al uso de dispositivos de video-vigilancia y de grabación de so-nidos Los RT podrán tratar imáge-nes obtenidas para funciones de control de los trabajadores, dentro de su marco legal (artí-culo 20.3 del ET y legislación de función pública). Los RT infor-

Cámara de videovigilancia.

1919

marán con carácter previo y de forma expresa, clara y concisa a los trabajadores y a sus repre-sentantes de este tratamiento y de sus derechos.

Cuando se haya captado la comisión flagrante de un acto ilícito se entenderá cumplido el deber de informar si existe el logo al que se refiere el artículo 22.4.

No está permitido tratar imá-genes obtenidas en lugares des-tinados al descanso o esparci-miento de los trabajadores, tales como vestuarios, aseos, come-dores y análogos.

La utilización de sistemas similares para la grabación de sonidos en el lugar de trabajo se admitirá únicamente cuando resulten relevantes los riesgos para la seguridad de las insta-laciones, bienes y personas y se respete el principio de propor-cionalidad y de intervención mínima.

Derecho a la intimidad ante la utilización de sistemas de geo-localización Los RT podrán tratar datos de geolocalización obtenidos para funciones de control de los tra-bajadores, dentro de su marco legal (artículo 20.3 del ET y legis-lación de función pública).

Los RT informarán con ca-rácter previo y de forma ex-presa, clara e inequívoca a los trabajadores o a los empleados públicos y, en su caso, a sus re-presentantes, acerca de la exis-tencia y características de estos dispositivos. Igualmente debe-rán informarles acerca del posi-ble ejercicio de los derechos de acceso, rectificación, limitación del tratamiento y supresión.

Derechos digitales en la nego-ciación colectivaLos convenios colectivos podrán establecer garantías adiciona-les de los derechos y libertades relacionados con el tratamiento de los datos personales de los trabajadores y la salvaguarda de derechos digitales en el ám-bito laboral. En las empresas que cuenten con la figura del Delegado de Protección de Da-tos, éste debe recomendar que el

responsable del tratamiento de los datos de los trabajadores se reúna con los representantes de los mismos.

En la síntesis de valoración de la nueva Ley Orgánica 3/2018, en su título X Garantía de Derechos Digitales en referencia al entor-no laboral, hay tres puntos fun-damentales:

1. Información previa. Se procederá a efectuar un con-trol, pero informando de mane-ra previa, clara e inequívoca o precisa. Los empleadores deben establecer a priori la manera de utilizar los dispositivos infor-máticos por parte de los traba-jadores para garantizar su uso respetando unos estándares mínimos de protección de su in-timidad, y deben hacerlo de una forma expresa, clara e inequívo-ca o precisa, en la información dada tanto a los trabajadores como a sus representantes. El empleador no necesita recabar el consentimiento del trabajador para la instalación de los siste-

mas de control; la base jurídica del tratamiento se engloba en el marco de la relación laboral (art. 6.1. b) RGPD, amparándose el empresario en el art. 20.3 del ET. Las empresas deben disponer de un código ético, elaborado con la colaboración de los repre-sentantes de los trabajadores, y ponerlo a disposición de éstos para que conozcan los usos per-mitidos y sus límites en lo refe-rente a los derechos y garantías digitales.

2. Juicio de proporcionalidad. Cualquier medida que pueda restringir algún derecho funda-mental de una persona debe-rá cumplir con «las exigencias dimanantes del principio de proporcionalidad, de modo que mediante la medida adoptada sea posible alcanzar el objeti-vo pretendido (idoneidad); que no exista una medida menos gravosa o lesiva para la conse-cución del objeto propuesto (ne-cesidad); y que el sacrificio del derecho reporte más beneficios

al interés general que desventa-jas o perjuicios a otros bienes y derechos atendidos la gravedad de la injerencia y las circuns-tancias personales de quien las sufre (proporcionalidad estric-ta)» (Sentencia 123/2002, de 20 de Mayo, del Tribunal Constitu-cional). La medida siempre debe ser proporcional, idónea y que no exista otra menos gravosa.

3. Intervención de los represen-tantes de los trabajadores. Para garantizar estos derechos de ga-rantías digitales, los empleado-res responsables del tratamiento de los datos de los trabajadores deberán tener en cuenta la opi-nión de la representación de los mismos a la hora de concretar cómo se establecen los usos en los medios tecnológicos, y debe-rán establecer conjuntamente programas formativos dentro de la empresa para que los trabaja-dores conozcan sus derechos.H

Mercedes Mingotes Pendás es abogada

2020

La jubilación parcial en el año 2019Equipo Asesoría CSI

Tal y como dispone la le-gislación en vigor desde el 1 de enero del 2013, la

edad necesaria para acogerse a la jubilación parcial va a ir au-mentando cada año hasta ser en 2027 de 63 años (si se tienen cotizados 36 años y 6 meses) o 65 años (si se cotizó menos de ese tiempo pero más de 33 años).Entre 2019 y 2027 la edad para entrar en la jubilación parcial será la siguiente (Fig. 1).

Además de que la empresa debe celebrar simultáneamen-te un contrato de relevo, como mínimo de duración igual al tiempo que le falte al trabajador sustituido para alcanzar la edad legal de jubilación y por la parte de la jornada que deja de prestar el jubilado parcial, hay que reu-nir los siguientes requisitos:

a) Ser trabajador a tiempo completo.

b) Tener 6 años de antigüe-dad en la empresa y un mínimo de 33 años cotizados (se compu-ta el servicio militar o prestación social sustitutoria con máximo de 1 año). Con discapacidad del 33 por ciento, el período de coti-zación exigido será de 25 años.

c) Que se reduzca la jornada de trabajo entre el 25 y el 50 %, pudiendo reducirse el 75 % si se hace al relevista un contrato in-definido y a jornada completa.

d) Que la base de cotización del relevista sea al menos el 65% del promedio que tuvo en los 6 últimos meses el jubilado par-cial.

e) Que la base de cotización del jubilado parcial sea, como mínimo, el 80 % de la corres-pondiente a jornada completa en 2019, incrementándose un 5 % cada año hasta llegar al 100 % en 2023.

En este caso, la jubilación parcial termina en el momento en el que el trabajador alcance la edad legal de jubilación, que en 2027 serán los 67 años salvo que se tengan cotizados 38 años

y 6 meses, pues entonces la edad de jubilación serán los 65 años. Hasta llegar a esa fecha está es-tablecido el siguiente período transitorio (fig. 2):

Otra modalidad de jubilación parcial, que no precisa que la empresa realice un contrato de relevo, se produce cuando, de acuerdo con la tabla anterior, se alcanza la edad legal de jubila-ción ordinaria. En ese momen-to el trabajador puede solicitar la jubilación parcial si a) está contratado a jornada completa o parcial y b) tiene 15 años co-tizados a la Seguridad Social (2 de ellos en los 15 últimos años), sin que se exija tener antigüe-dad en la empresa. La reducción de la jornada de trabajo en este supuesto estará comprendida entre el 25 y el 50 %.

Industrias manufacturerasConforme al artículo 1 del Real Decreto-ley 20/2018 (BOE 8-12-2018), los trabajadores de las industrias manufactureras po-drán acceder, hasta el 31 de di-ciembre de 2022, a la jubilación parcial siempre que cumplan los siguientes requisitos:

a) Que el trabajador que soli-cite el acceso a la jubilación par-cial realice directamente fun-ciones que requieran esfuerzo físico o alto grado de atención en tareas de fabricación, elabora-ción o transformación, así como en las de montaje, puesta en fun-cionamiento, mantenimiento y reparación especializados de maquinaria y equipo industrial en empresas clasificadas como industria manufacturera.

b) Tener 6 años de antigüe-dad en la empresa y un mínimo de 33 años cotizados (se compu-ta el servicio militar o prestación social sustitutoria con máximo de 1 año). Con discapacidad del 33 por ciento, el período de coti-zación exigido será de 25 años.

c) Que en el momento del hecho causante de la jubilación parcial el porcentaje de tra-bajadores en la empresa cuyo

AÑOEdad exigida según períodos cotizados

Edad con 33 años

cotizados

2019 61 y 8 meses -34 años y 9 meses o más 62 y 4 meses

2020 61 y 10 meses -35 años o más 62 y 8 meses

2021 62 -35 años o más 63 años

2022 62 y 2 meses -35 años y 6 meses o más 63 y 4 meses

2023 62 y 4 meses -35 años y 9 meses o ms 63 y 8 meses

2024 62 y 6 meses -36 años o más 64 años

2025 62 y 8 meses -36 años y 3 meses o más 64 y 4 meses

2026 62 y 10 meses -36 años y 2 meses o más 64 y 8 meses

2027 y ss.

63 años -36 años y 6 meses 65 años

AÑO Períodos cotizados Edad exigida

201936 años y 9 meses o más 65 años

Menos de 36 años y 9 meses 65 años y 8 meses

202037 años o más 65 años

Menos de 37 años 65 años y 10 meses

202137 años y 3 meses o más 65 años

Menos de 37 años y 3 meses 66 años

202237 años y 6 meses o más 63 y 4 meses

Menos de 37 años y 6 meses 65 años

202337 años y 9 meses o más 63 y 8 meses

Menos de 37 años y 9 meses 65 años

202438 años o más 64 años

Menos de 38 años 65 años

202538 años y 3 meses o más 64 y 4 meses

Menos de 38 años y 3 meses 65 años

202638 años y 3 meses o más 64 y 8 meses

Menos de 38 años y 3 meses 65 años

A partir

de 2027

38 años y 6 meses o más 65 años

Menos de 38 años y 6 meses 65 años

Fig. 1

Fig. 2

2121

contrato de trabajo lo sea por tiempo indefinido, supere el 70 % del total de los trabajado-res de su plantilla.

d) Que se reduzca la jorna-da de trabajo entre el 25 y el 67 %, pudiendo reducirse el 80 % si se hace al relevista un con-trato indefinido y a jornada completa.

e) Que la base de cotiza-ción del relevista sea al menos el 65 % del promedio que tuvo en los 6 últimos meses el jubi-lado parcial.

En estos casos, los trabaja-dores pueden pasar a la jubi-lación parcial a los 61 años, y su jubilación definitiva se pro-ducirá a los 65 años, aplicán-doles la normativa existente a 31 de diciembre del 2012.

La empresa debe emitir un certificado especificando que el relevado desempeña un puesto de trabajo cuyas funciones se ajustan a lo esta-blecido en el requisito a) antes indicado; ese certificado irá también firmado por el res-ponsable del Servicio de Pre-vención.

Aunque en el texto legal no se indica expresamente, el Instituto Nacional de la Segu-ridad Social considera que al relevista se le debe contratar para realizar una actividad similar a la que desarrolla el relevado, en cuanto a que requiera también relevante esfuerzo físico o alto grado de atención.

Las industrias manufac-tureras son las incluidas en el grupo C de la Clasificación Nacional de Actividades Eco-nómicas 2009 (CNAE 2009). Se incluyen en ese grupo C las empresas que se dedican a la transformación física o química de materiales, sus-tancias o componentes en nuevos productos, a las que se asignan los códigos cuyas dos primeras cifras van desde 10 hasta 33.

También están en el grupo C las actividades de montaje, instalación, mantenimiento y reparación de las empresas que realizan esas actividades de transformación citadas. H

La guerra reciclada: Colombia

Delegación Asturiana 2019

«La muerte campea por todas partes. Mueren los ríos, agoniza el sueño de la paz, mueren las/os colombianas/os que con su lucha y trabajo sostie-nen este país que manejan unos po-cos a su antojo, colocando el interés particular sobre el bien común y le-gislando a favor de sus intereses»

Mal, muy mal va la cosa en Colombia. Con un exterminio de líderes

sociales galopante, con un Gobier-no de la extrema derecha que niega el Acuerdo de Paz firmado por el Estado colombiano y pone todas las zancadillas posibles al entrama-do jurídico construido (Jurisdic-ción Especial para la Paz, JEP), con un avance considerable de control paramilitar en muchas de las zo-nas visitadas por la XV Delegación Asturiana de verificación a los de-rechos humanos, que estuvo en los departamentos de Nariño, Cauca, Córdoba, Sucre y Cundinamarca, y recibió abundantes informes e informaciones sobre la vida y la muerte de comunidades y gentes.En la Defensoría del Pueblo: «Re-gistro de 461 líderes sociales ase-sinados de 2016 a 2018, y 24 ase-sinados en 2019 (en el momento de la entrevista con la delegación asturiana), una curva que no para de crecer. 740 líderes sociales ame-nazados en 2018».Se hace imposible llevar la cuenta de tantos crímenes, y queda la sen-sación de que el gobierno Duque premia a quien mate más líderes, para acallarlos, como se desprende de que nombre para cargos con responsabilidad a nueve generales acusados de ejecuciones extrajudi-ciales, para dirigir el Centro de Me-moria a personajes que niegan el conflicto armado (cargo rechazado por 600 académicos) u otras per-sonas negacionistas para dirigir la Biblioteca Nacional, el Archivo Ge-neral de la Nación y el Museo Na-cional, importantes espacios que

resguardan la memoria histórica y tienen en custodia documentos como los archivos de inteligencia del extinto DAS, desarticulado por graves violaciones a los derechos humanos.Se constata que el Gobierno colom-biano no cumple con lo pactado en La Habana, no está persiguiendo a los grupos paramilitares Clan del Golfo, Autodefensas Gaitanistas, Urabeños, Rastrojos, Águilas Ne-gras, Caparrapos.... La presencia de dichos grupos en todo el terri-torio nacional fue denunciada con insistencia por las organizaciones sociales y sus ubicaciones precisas en amplias zonas fueron reporta-das al Gobierno colombiano por la XV Delegación Asturiana.El Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo estable-ció que en 2018, de los 164 líderes sociales y defensores de derechos humanos asesinados, 153 personas eran hombres y 11 mujeres, en su mayoría dedicados a trabajos co-munales (62), campesinos (26), comunitarios (22) e indígenas (21).Los recursos para la Paz: en el transcurso de la promoción de los acuerdos de paz, el Gobierno colombiano logró convencer de los beneficios económicos de la paz. Dos años y medio después correspondería analizar dónde están los recursos aportados y los prometidos: unos 129 billones de pesos. 322 mil millones aportados desde la ONU, 340 mil millones desde la Unión Europea, 24 mil millones del Banco Mundial, 60 mil millones del Banco Interamericano de Desarrollo, lo que suponen de cooperación externa 215 millones de dólares.

De los dineros de la UE se contem-plan acciones concretas en Tuma-co, uno de los espacios donde se perjudica la sustitución de cultivos, donde hay mayor número de ase-sinatos y donde la masacre de 2017 efectuada por militares continúa en la más absoluta impunidad. Eran y son recursos para imple-mentar la paz. Si el Gobierno actual rechaza los acuerdos de paz, ¿qué hará con los recursos recibidos?Particularmente preocupante es la desconfianza generalizada en el papel contra la paz y los derechos humanos del fiscal general Néstor Humberto Martínez. La Fiscalía es una entidad muy importante en Colombia, y el actual titular es una de las piezas claves para deteriorar los Acuerdos de Paz, contraviniendo la JEP aprobada. Procedente del sector empresa-rial, como asesor de las empre-sas CorfiColombia, del magnate Sarmiento Angulo, Aval o Solarte, está directamente señalado en la corrupción de Odebrechs, en el desvío de dineros de la Ruta del Sol, habiendo aparecido muertos los testigos clave Pizano, y su hijo dos días después, y Merchán, en noviembre y diciembre, al parecer los tres envenenados con cianuro, según investigación de la propia fiscalía cuestionada. Además de las movilizaciones populares por la renuncia del doctor cianuro, el Centro Jurídico de Estudios y Sociales Dejusticia y la Comisión Colombiana de Juristas radicaron demanda ante el Consejo de Es-tado contra el fiscal general para destituirle.En octubre hay elecciones y pre-ocupa y se anuncian nuevos pe-ligros. En esa paz se la juegan todas las organizaciones colombianas y además hay colectividades que si en su día pusieron algún reparo o controversia a los Acuerdos, ahora confluyen con sus propias deman-das en la aspiración comunitaria de construir la paz.H

El Gobiernocolombianono estácumpliendosus compromisos

2222

LLIBROS Y MÚSICA

El silencio de otros, de Almudena Carracedo y Robert Bahar

Maruja y Herminia son las abuelas de Ana Peynas (Valencia 1987). Creó Estamos todas bien, su primer comic en formato largo, para contar la historia de sus vidas y para mostrarnos la realidad de su día a día, con sus achaques y la soledad a la que les aboca una sociedad que no tiene ni tiempo ni ganas de estar con ellas. Es la historia real de dos vidas marcadas por las duras condiciones que les tocó vivir. Sus historias son el reflejo de la represiva y machista realidad que todas las mujeres tuvieron que vivir y de todas las batallas que tuvieron que librar para conseguir unos derechos que a día de hoy siguen siendo mal vistos por las partes más rancias de nuestra sociedad. Mujeres como ellas son la memoria histórica de nuestra sociedad y su visión nunca debe ser olvidada.

Estamos todas bien no tiene una narración muy estrcturada; la historia se construye mediante flash-backs que nos van contando anécdotas de la vida de sus abuelas. Los silencios adquieren una importancia capital, no solo como reflejo de la soledad sino también de la injusticia y la incom-prensión de una época.

Es la intrahistoria de nuestras abuelas, que per-dieron la voz y los derechos durante la dictadura, pero cuyas vivencias no debemos olvidar si quere-mos construir una sociedad más justa. Tras leerla es imposible no querer a Maruja y Herminia, que son la voz de todas las abuelas y mujeres, nuestras verdaderas heroínas y a las que tanto les debemos

Estamos todas bien ganó el X Premio Fnac-Salamandra Graphic 2018.H

Estamos todas bien, de Ana Penyas

Salamandra.2017

Baillando con Llokes, de La Tarrancha

La Tarrancha cumple 15 años faciéndonos baillar a ritmu de ska, reggae, pachanga y lo que se-yos ponga per delantre, porque a esti grupu de fusión nun hai estilu musical que se-y resista.

Tres llustros fai dende que mandaben trabayar a la «estatua de Woody Allen y a media familia real» na mítica canción «presente indicativu del verbu nuntrabayar» y qué meyor manera que celebralo col so quintu trabayu en solitario, Baillando con Llokes, ensin perder en toos estos años nin un pliz-cu d’ironía, sátira y reivindicación nes sos lletres.Un discu, como la propia banda defende, «bailla-

deru unes veces, duru y contundente otres y dulce y melódicu n’otres», puru MecigayuSka formáu por 13 temes grabaos en Tutu Estudios cola producción de Sergio Rodríguez y Sergio Díaz Montes, con lletres que «falen de lo cotidiano, de la necesidá de recuperar l’allegría, de les inxusticies, de la ne-cesidá de garrar concencia… en definitiva, d’eses pequeñes y grandes coses que nos afecten a toes».

Esti discu autoeditáu, como vienen faciendo tola so trayectoria con tola so obra, aparte d’asoleyalu en formatu físicu de CD, compártenlu al traviés d’internet colae la so filosofía Creative Commons.H

Autoedición. 2018

Esta película, que recibió entre otros muchos galardones un premio Goya al mejor documental, muestra una ínfima parte del dolor y la injusticia que la Guerra Civil y los 40 años posteriores de dictadu-ra franquista provocaron. A lo largo de su metraje se hace referencia a la ley del olvido que se vendió como un triunfo de la izquierda y que calló lo cruel que fue con todos aquellos que dieron su vida por la democracia. También se muestra la cobardía de los herederos políticos de aquellos que aún permanecen en las cunetas.

La película cuenta el nacimiento de la conoci-da como Querella Argentina, hoy por hoy la única causa abierta en el mundo contra los crímenes del franquismo. Lo hace a través de los testimonios de

varios protagonistas, denunciantes por casos de asesinatos, robos de bebes y torturas. Sus historias emocionan, impactan e invitan a la reflexión y al compromiso. El silencio de otros debería enseñarse en las escuelas, porque es una asignatura pendiente del sistema educativo, como bien dice una persona que aparece en el documental. Y tendría que ser el primero de muchos, para que las miles de historias de crímenes y violaciones de los derechos humanos sean contadas y no queden en el olvido.

El 4 de abril de 2019 fue emitido en RTVE en el programa Documaster de la 2.

Actualmenten se puede ver en: http://www.rtve.es/alacarta/videos/documaster/documaster-silencio-otros/5120098.H

2018

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L uis Alberto Fuente Gil, más conocíu como Berto, trabaya en ThyssenKrupp

Norte S. A. Foi representante por CSI nel Comité delles veces y an-guaño ye’l delegáu sindical de la CSI na empresa. Amás, collabora na ellaboración de la revista Con-tracorriente.

¿Cómo llegues a la CSI y por qué?Dende guah.e collaboré con or-ganizaciones de tol arcu de la iz-quierda. Eso valióme pa formame ideolóxicamente y pa poder facer comparanza de les distintes ma-neres de funcionamientu. Depués tuvi afiliáu a dellos sindicatos y salí decepcionáu de cómo en-tendíen la defensa de la clase trabayadora.

Entamé a trabayar en Thys-senKrupp Norte y yeren los sin-dicatos del sistema los que teníen la representación. Xuntémonos un grupu ampliu de persones que queríemos da-y un xiru a les rellaciones llaborales na em-presa y contactemos con xente de la CSI. Vimos que la mane-ra de funcionar yera distinta, nun había lliberaos, nun teníen compromisos económicos con bancos, Estáu o poderes econó-micos, dexaben autonomía a les secciones sindicales y convivía una variedá de sensibilidaes polí-tiques n’harmonía teniendo como referente principal la defensa de la clase trabayadora. Esto fízonos formar una sección sindical fuerte y esto notóse ceo. Tenemos ún de los meyores convenios del grupo n’Estáu español y la nuestra con-tribución foi esencial na situación de los trabayadores de la fábrica.

Agora’l futuru del sindicatu de-pende de la militancia, les seccio-nes sindicales tienen que tomar partíu nel día a día, equí nun hai lliberaos que cobren por facete’l trabayu. La nuestra sección sindi-cal dende’l principiu implicóse de toles maneres posibles, llevamos el local de Mieres, tamos na Exe-cutiva y volvimos echar a furrular la revista con un grupu de xente

mui afayadizo, anque s’echa en falta la participación de dalguna muyer... La CSI sigue medrando como una necesidá pa la clase trabayadora.

¿Cómo ves la situación llaboral en Asturies?L’análisis ye bien cenciellu: más precariedá, menos derechos y una pérdida constante del poder ad-quisitivu de la clase trabayadora. La xente mozo tienlo verdadera-mente complicao nun momentu en que quieren destruir el sistema públicu que tantos años de llucha y sacrificiu llevó. Agora ta destru-

yéndose y d’una manera impara-ble. L’únicu camín ta claro que ye la movilización. D’eso tienen que dase cuenta les xeneraciones nueves y pone-y una muria a la pérdida de derechos, que cuesta munchu tiempu consiguilos y piérdense nun instante.

Yes un firme defensor de la llin-gua asturiana. ¿Ves próxima la oficialidá?Home, esti 6 d’abril celébrase en Xixón la que se quier que seya de les últimes manifestaciones pola oficialidá. Depués de munchos años, a esta quixeron da-y un

puxu distintu cola esperanza de que nun faigan falta más. Y con un respaldu ampliu de partíos po-líticos, colectivos sociales y xente que quier que d’una vez por toes s’igüe esta anomalía de nega-y derechos al pueblu asturianu. Los partíos mayoritarios negaron esi derechu munchos años, mientres defendíen que n’otres comuni-daes gozaren d’ellos. Esa discri-minación del pueblu asturianu vien del sentimientu d’inferioridá que sufren esos partíos. Pol bien de toos y de la nuestra cultura ha-brá qu’esperar que seyan quién a superalo.H

LA NUESA XENTE

Luis Alberto Fuente Gil