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La Voz de Galicia Inolvidable 20 años del primer título en la historia del Deportivo

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1ª Copa del R.C.D. Deportivo Especial 20 años

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La Voz de Galicia

Inolvidable20 años del primer título en la historia del Deportivo

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PERFILES

Los héroes del 95Los futbolistas que consiguieron en el Bernabéu el primer título para el Dépor, uno a uno

ENTREVISTA

Arsenio«Rekarte y Bebeto, que sabían que me iba, me aseguraban: ‘‘¡Vamos a ganar! No se preocupe, míster»

ENTREVISTA

Bebeto«Aquel equipo, aparte de jugar muy bien al fútbol, tenía un secreto: trabajo y humildad»

ARTÍCULO

FranÉramos una familia. Nunca vi un vestuario tan unido, lo que ayudaba mucho dentro del campo

ENTREVISTA

José Ramón«Si no hubiéramos ganado aquella Copa, quizá el Dépor no hubiera llegado a ser lo que fue»

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l partido más largo. Ochenta y nueve años y tres días necesi-tó el Dépor para celebrar el pri-mer título de su historia. El des-tino, siempre más caprichoso de lo habitual con el club coruñés, le deparó el mismo rival que so-lo un año antes le había priva-do de la conquista de la Liga en Riazor y una de las tormentas más grandes que se recuerdan en la capital de España. Una re-torcida conjura de pasiones hu-

manas y terrenales, la fría y lentísima venganza y el agua-cero del fin del mundo, para hacer así aún más inolvidable si cabe el día en que el Dépor ganó la Copa del Rey, su pri-mer gran título oficial.

Aquel Deportivo de Arsenio Iglesias estaba preparado pa-ra todo, incluso para soportar a un colegiado empeñado en retrasar el estreno del palmarés oficial deportivista. «Or-den más talento», la sabia máxima del zorro de Arteixo, el entrenador al que el tiempo ha transformado en mito y em-blema, cobró más sentido que nunca en aquel final de tem-porada de 1995, precisamente en su última comparecencia al frente del banquillo blanquiazul, al que además dotó de una cohesión admirable.

Es difícil imaginar un once más compacto, un equipo en el que cada pieza respondiera con más precisión a lo que

se esperaba de ella; un grupo que se recitaba de memoria y cuyo desenvolvimiento sobre el campo no era un secre-to para nadie, pero al que aún así, como reflexiona el ahora estratega de éxito Paco Jémez, «costaría trabajo, aún en es-tos días, encontrar la forma de meterle mano».

A José Manuel Rielo, excepcional ocupante entonces en el banquillo valencianista, le quitaba el sueño la im-perial salida de balón de Djukic y reconoce abiertamen-te que tenía preparado hasta el bote neutral con el que se reanudó el partido. Hoy en día todavía lamenta que aquel pequeñito («¿cómo se llamaba? … Alfredo, sí, era Alfre-do») superara a Andoni Zubizarreta. Todo falló. Y falló porque casi nada en el futbol es controlable, porque o se impone la tremenda superioridad, como sucede en es-tos tiempos, o los triunfos en una final se cimentan, so-bre todo, en la reducción del riesgo. Y la gran virtud de aquel Dépor residía precisamente en eso, en saber mini-mizar el peligro hasta hacerlo casi inapreciable, en la so-lidez de un grupo sin apenas fisuras, un mecanismo tan perfecto en el que es tan difícil de echar algo en falta co-mo de asegurar que sobra algo: contundencia, seguridad y marcaje; experiencia y liderazgo; talento y picardía… y azar, ese incontrolable factor que le permitió a Manjarín robarle la cartera a Camarasa y a Alfredo ganarle la par-tida a un Zubizarreta que le sacaba veinte centímetros. Los ingredientes para hacer un gran equipo de fútbol, co-mo aquel Dépor que un 27 de junio de 1995, hace ahora veinte años, se transformó en grande.

El Dépor se hizo grandePor José M. Fernández

E20 AÑOS DE LA PRIMERA COPACoordinación Fernando Hidalgo Redacción Iván AnteloDiseño Manuela MariñoFotografías Archivo de La Voz de Galicia (Cé-sar Quian, Xurxo Lobato, Xosé Castro)Maquetación Ángel Castiñeira

ÍNDICEEntrevista Arsenio 4

Así comenzó todo 8

Lluvia, viento, granizo 10

La reanudación 12

La celebración 14

Entrevista Alfredo 16

Liaño 18

Rekarte 20

Ribera 21

Djukic 22

Voro 23

Nando 24

Fran 25

Donato 26

Aldana 27

Manjarín 28

Bebeto 29

Alfredo 30

Claudio 31

Póster Pinto & Chinto 32

Aquel Valencia 34

El análisis de Donato 36

Entrevista Bebeto 38

La espera con Arsenio 40

Artículo Fran 42

El camino hacia la final 44

La afición 46

El regreso 48

Pasión desde A Coruña 50

La foto de los héroes 52

Entrevista José Ramón 54

La anécdota 56

Así lo contó La Voz 58

Entrevista Rielo 60

El análisis de Paco 62

Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 3

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4 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

20:55 horas

Los jugadores se encuentren en el túnel de vestuarios, mientras las autoridades se acomodan en el palco. Los últimos en entrar son los Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía. Hay un gran ambiente en los fondos: en el norte están los deportivisitas y en el sur los valencianistas. Se masca la tensión. ¡Ya falta poco!

Todo listo para que comience la final de Copa del Rey de 1995

«Teníamos que ganar sobre todo por esta gente que vino aquí y

que nos ha animado durante todo el año»

Fran, al acabar el partido

Fue el gran protagonista del primer título del Dépor. Ar-senio Iglesias, a pesar de sus muchos años en el fútbol, de sus numerosas vivencias y ex-periencias, aún guarda en un rincón especial de su memo-ria aquella gesta protagoniza-da por su Superdépor.

—Dice que apenas tiene re-cuerdos de aquella copa.—Pues no recuerdo mucho los detalles, es verdad. He vivido tanto en el fútbol, en años an-teriores, que son muchas co-sas hombre. Y todas esas co-sas me confunden a la hora de tener los recuerdos.

—Pero aquello fue una gran alegría.—Sí, fue una cosa especial, porque era el primer triunfo que obteníamos a nivel na-cional. Además se dio la cir-cunstancia de que aquel día llovió tanto que caían piedras del cielo como las siete pla-gas esas de marras. Sé que tu-ve que pasar al vestuario por unos maderos que ya te me-tías en el agua. Fue una riada tremenda. No sé si volvería a

caer otra como aquella. Tre-mendo, porque en unos minu-tos... pero si hasta hacía daño, coño, hacía daño.

—¿Cómo vio el aplazamiento?—Fuimos ganando mucho tiempo, creo recordar. Al em-pezar a llover ellos jugaban más en juego largo, estaba Mi-jatovic... Tenían un equipazo. El año anterior nos acababan de jorobar la Liga.

—¿Se le pasó otra vez por la cabeza la posibilidad de perder finalmente el título?—Sí, sí, claro que se me pasó. El juego es tan delicado que la posibilidad de la derrota siem-pre está ahí, llega en cuestión de nada. Creo que con el agua ellos mejoraron un poco por su juego largo, más largo que el nuestro. Y eso en un cam-po que se puso mal en poco tiempo nos perjudicaba, pe-ro fue buena cosa que se sus-pendiera, visto con el tiempo.

—Y la espera de dos días fue larguísima, supongo.—Fue duro, claro. Ellos esta-ban muy convencidos, mis chi-cos. Rekarte y Bebeto en con-versaciones conmigo, que ya sabían que yo me marchaba,

ellos me aseguraban «!Vamos a ganar claro!, no se preocupe míster». Eso se dice cuando tienes buena moral o si quie-res convencer a alguien. Pero son palabras. Creo recordar que Franganillo hizo un ca-lentamiento muy fuerte para jugar once minutos y así sali-mos, muy fuertes.

—Y el descuento—Que lo hizo larguísimo, pero cómo es posible que descon-tara tanto. Me iba en contra y yo me quejaba por eso. Todo salió bien al final, marcamos un gol pronto, bueno, pronto había que hacer todo porque ya no quedaba mucho tiem-po. Lo marcó Alfredo al mi-nuto de reanudarse.

—Con el fallo de Zubi.—Sí, sí. No anduvo muy des-pierto en la salida, marcar gol siempre es difícil.

—¿Qué les dijo antes de salir?—No recuerdo, no, pero eso ya... es el trabajo de cada día. Sé que en aquellos días venía mucho Amancio por el hotel incluso algún día comió con-migo y como buen gallego y deportivista nos hacía compa-

ñía. Yo me queja-ba de la espera y él me decía «pe-ro si ya está to-do hecho». Y yo le decía, «pero si no concretas, es-tás jorobado».

—Claro, toda esa

gente que fue a verles, 30.000. No pensaba, «buff, y si vuelve a pasar lo de Djukic». Eso sería una gran carga para usted.—Sí lo era, pero no te lo plan-teas así. Sabes que puedes per-der o ganar, pero el trabajo de equipo... si a mi me pasa aho-ra. Yo ahora tengo mucho mie-do cuando el Dépor juega. In-cluso no veo la televisión, veo un rato y cambio, otro rato y la pongo. Porque antes estaba más entrenado para soportar la tensión del resultado, todo se entrena.

—El gol fue una alegría, usted

«Llovió tanto que parecía que caían las siete plagas del cielo»ARSENIO IGLESIAS PARDOEl entonces técnico del Deportivo narra los detalles de aquella victoria: «Fue una cosa especial porque era nuestro primer gran triunfo a nivel nacional»

«Visto con el tiempo, fue buena cosa que el partido se suspendiera, ellos con la lluvia jugaban bien en largo»

FERNANDO HIDALGOREDACCIÓN / LA VOZ

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Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 5

21 horas

La tensa espera ha llegado a su final. El balón comienza a rodar a las 21 horas del 24 de junio de 1995. Hay un invitado de última hora: el viento, que sopla racheado y con intensidad, amenazando con ser protagonista en la final. El Deportivo ataca hacia el fondo norte y el Valencia hacia el sur. Cada equipo hacia la zona de su afición.

20:57 20:59Arranca el partido, con un imvitado de última hora: el viento

Los jugadores saltan al terreno de juego en fila y posan para los gráficos mirando hacia el palco. Comienza a sonar el himno español, que es silbado por un pequeño sector del público. Hay una pancarta felicitando al Rey por su santo.

Una vez finalizado el acto del himno, los capitanes Fran y Penev realizan el sorteo del campo junto al colegiado García Aranda. Cada equipo ocupa su portería y se preparan para el esperado inicio.

se puso de rodillas.—Para que terminara pronto. Fue una gran alegría. Quedaba poco tiempo, aunque no te fías nunca, pero la victoria, ma-lo sería. No era fácil que nos metieran goles. Cuando me-tíamos un gol teníamos me-dio partido abrochado.

—Mucho se habló de aquel equipo, que tenía gente bue-nísima, pero tenía una serie de jugadores limitados téc-nicamente.—Bueno. Nunca sabes cómo funcionan las cosas. Si ahora mismo se habla del Barcelona,

que si tiene un registro más a jugar, el contraataque. Eso es por Suárez. Lo fichan y él da esa dimensión, no es que tú es-tés tan el minuto, que eso sea un laboratorio. Las cosas sur-gen así. Luis Suárez salta mu-cho, lucha, en carrera es tre-mendo y es muy poderoso. Y él ha cambiado el sentido del juego del Barcelona, no por-que lo hayan buscado. Apare-ce así y tú lo aprovechas. Ves que la gente se va adaptando y aprovechas el aluvión de esa gente, tal y como funcionan y sacas más provecho, claro. Así hicimos nosotros.

-¿Se podría haber hecho más con ese equipo?—Nosotros no teníamos tanta calidad. Era un equipo robus-to, muy competitivo y ague-rrido sobre todo. Había una comunión entre todos. Tuvi-mos la suerte de que al equi-po se fueron incorporando de a poco y ya había unas nor-mas dentro y eso fue benefi-cioso para el plantel. Con los años, esto dejó de pasar y lle-garon futbolistas de gran cali-dad, pero al mismo tiempo eso se tradujo también en ciertos problemas dentro del propio vestuario.

Arsenio comenta uno a uno a los trece jugadores que parti-ciparon en aquella final.

—Liaño—Era muy profesional. Vino mayor y eso le daba cierto do-minio de su juego, de su área, de sus responsabilidades.

—Rekarte—Era un jugador con unas fa-cultades tremendas. A veces se venía abajo porque ya es-taba de vuelta y media, pero cuando había que ir, era el pri-mer que iba.

—Nando—Jugaba muy bien. En aquella zona, él con Fran parecían una familia. Hacían mucho daño.

—Ribera. —Los centrales eran muy efi-caces, sabías que siempre te-nían un rendimiento fijo, sobre todo en la destrucción.

—Voro—Tengo que decir lo mismo. Fuimos años los menos golea-dos gracias a ellos.

—Djukic.—El más creativo de los cen-trales. Cerraba bien con su gran carrera y te permitía ju-gar con la línea adelantada.

—Donato.—Gran visión de juego. Lle-gó ya mayor y con poco fondo para jugar en el medio centro, vino porque pensábamos en que sustituyera a Djukic si se lesionaba. Tenía condiciones técnicas fabulosas, una gran visión de juego y gran remate de cabeza y una gran patada.

—Aldana.—Era un transportador de pe-lota arriba enorme. Llegaba en cuatro zancadas al área con-traria. Además, no lo pensa-ba mucho. Cuando subía por su banda llegaba en segundos.

—Fran.—Todo en él era un buen ha-cer. Manejaba, ponía pronto la pelota. Gran jugador.

—Bebeto.—Bebetiño cuando tocaba la pelota, ay.... el portero ya tenía miedo. Ponía el pie tan bien que... Estos brasileños son tre-mendos. Cuando veo a Ney-mar, esos chuts secos abajo, me acuerdo de Bebeto. La pa-tada que tenía el chico, a los palos...

—Claudio.—Era un rematador increíble, lleno de moral siempre. Era un buen jugador, pero no era fi-no. Entendía muy bien la en-trada al remate, al segundo pa-lo, al primero.

—Manjarín—Muy buena técnica, rápido, de buen hacer. Era parecido a Fran, no era tan rematador como Claudio, pero era más hacedor.

—Alfredo.—Un chico bárbaro en cuanto a dedicación. Entendía bien el juego, pero no era un super-dotado, claro. Su gol fue sor-prendente por su estatura y ante Zubi. Pero seguramente ese fue el éxito, que fuese pe-queño, porque a Zubizarreta se confió. Si llega a ser más al-to, Zubi se habría tensionado.

«Cuando Bebetinho tocaba la pelota... !Ay! El portero tenía miedo»

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6 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

Minuto 00:30

El Deportivo avisa primero. Parece dispuesto a marcar territorio ya desde el primer segundo. La premisa parece clara: intentar finalizar todas las jugadas de ataque para evitar el contragolpe valencianista. Así, con apenas 30 segundos de juego, Javier Manjarín prueba fortuna con un disparo lejano que se marcha fuera.

Manjarín prueba fortuna con un disparo lejano que se va fuera

«Tenemos que salir al campo concentrados, muy atentos en

los primeros minutos porque son peligrosos»

Donato, en la previa del encuentro

rsenio, hoy con 84 años a sus espaldas, soplaba 64 velas en-tonces.

—Tiene usted 84 años, tenía entonces 64. Ya tenía una ca-rrera. ¿Qué sintió siendo cam-peón? Supongo que no será lo mismo serlo a una o a otra edad.—No te conformas sino quie-res. Yo había pasado por Ali-cante con muy buenos regis-tros. Aquí también había teni-do buen funcionamiento en la Liga y sentí que la despedida no era tan baldía.

—¿No le llenó?—Sí, en parte, en el fondo, ha-bíamos pinchado en la Liga el año anterior. Y aquello fue un palo tremendo. Uno ha vivido de todo, por eso cada vez que recuerdo la promoción con el Betis, uf.... Eso sí que eh!.... Hay cosas que no dicen tanto co-mo un campeonato de Espa-ña y que son tremendamen-te importantes porque el ago-bio es mucho. El Betis, ¡cómo achuchaba!

—Sí que es verdad, está la Copa, la Liga, pero también el partido del Betis.—Fue un día tremendo, de su-

«Sentí que la despedida no era baldía»Arsenio recuerda la Copa como algo alegre, pero no puede evitar evocar también aquella promoción ante el Betis de enorme sufrimiento

dar, y hay muchas cosas por el medio que no vienen al ca-so que forman parte de la vi-da, del juego y de un grupo de gente que al final, las cuentas son como acabas porque es lo que interesa a la gente, no co-mo lo que pasa por el medio, siempre pasan cosas.

—¿Le dio vueltas a cómo ju-gar contra el Valencia?—Supongo que no. Nosotros jugamos unos días antes en Al-bacete, creo, y yo hubo un mo-mento que puse una línea de

cuatro pensando en la Copa, que ganamos en Albacete cua-tro.... no sé. Jugamos con cuatro pensando en si había que mo-dificar algo, recuerdo que íba-mos ganando y comenté con Canales, el portero suplente, no sé si habrá que volver... Mi equipo era muy puesto en ese aspecto, y decidí no cambiar nada. Porque además de tener cinco defensas jugábamos con bastante gente arriba. Metía-mos muchos goles hombre.

—¿Quién era el líder?

El de Arteixo

no dejó de dar

órdenes

durante todo el

encuentro,

tanto en el

primer acto y,

sobre todo, en

el segundo y

decisivo que

acabó con la

desbordante

alegría del

título copero

—No sé, Rekarte venía de vuelta de muchas cosas, pe-ro era muy callado, introver-tido. Claudio era más dicha-rachero. Fran también era ca-llado, Bebeto no era un líder. No creo que hubiera esa figu-ra de que uno en concreto lle-vara la voz cantante. A lo me-jor había alguien un poco más, pero no creo.

—De aquel equipo campeón de copa, muchos de sus futbo-listas son entrenadores.—Jejeje Se ve que tuvieron una

buena fuente.

—¿Le sorprende?—La gente se encariña. Yo tam-bién me encariñé. Hay un mo-mento en el que te encariñas con la gente, con el trabajo, y dices, yo también puedo ha-cerlo. Y decides seguir en esto.

—¿Qué le faltó a aquel equipo para hacer más cosas?—Una mayor técnica claro, apenas teníamos internacio-nales, Bebeto y Mauro, pero los demás eran distintos. Años después vinieron internacio-nales, fíjese en aquellos cen-trales, Naybet, Andrade... te-nían un gran poderío, por eso costaron dinero.

—A usted le adora la gente, y le adoraban sus jugadores—He sido un afortunado. Ellos siempre aceptaron de buen grado mi carácter y mi forma de ser porque yo no andaba por ahí presumiendo, procu-raba estar en mi sitio. Me gus-taban las cosas bien hechas y con discreción. No me gusta-ba alardear mucho.

—¿Qué pensaba cuando la gente le criticaba por defen-sivo?—Es muy difícil... Pero mi equipo marcaba muchos go-les. Quisiera saber cuántos me-timos, muchos, muchos. Estu-ve años en el Deportivo y no había muchos recursos. Y si no eres defensivo... Tienes que ta-par por algún lado y nosotros, que era lo más fácil, tapába-mos por ahí. Yo fui delantero y siempre jugaba mirando a la puerta contraria. Y supon-go que eso me gustaría más. Lo que pasa que si no tienes buenos mimbres, es muy di-fícil convertir el juego en fút-bol ofensivo.

F. HIDALGOREDACCIÓN / LA VOZ

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8 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

3:15

Primeros minutos de partido, el viento sopla con fuerza, y el Dépor parece dispuesto a mandar. El Valencia está replegado atrás y el cuadro blanquiazul parece asumir la responsabilidad de la posesión. Javier Manjarín protagoniza el segundo acercamiento del Dépor en un centro desde la banda que Mendieta despeja de cabeza a córner.

Centro de Javier Manjarín y Gaizka Mendieta envía de cabeza a córner

«Se metieron atrás desde un principio y no cambiaron su

planteamiento en la primera parte»

Javier Manjarín, en el tiempo de descanso

EL DÉPOR DEVORÓ A SU PRESA EN LA PRIMERA MITADCon Donato omnipresente en el centro del campo y la movilidad de Manjarín, Fran y Bebeto; el Deportivo rozó la perfección en la primera mitad ante un Valencia asustadizo. Solo Fernando y Mijatovic brillaron en un rival que se dedicó a defender en campo propio, a la espera de cazar alguna contra o sorprender con juego directo

El Deportivo se plantó en aquella final de 1995 con la sensación de que estaba ante el final de un ciclo. El entrena-dor Arsenio había anunciado que ese sería su último partido en los banquillos y jugadores como el capitán José Ramón también iban a abandonar el campo. Aquel glorioso Súper Dépor necesitaba un título pa-ra demostrar que aquella gran generación también sabía al-canzar la gloria de los resul-tados. El cariño del público neutral, por su puesto, lo tenía desde hacía años por haberse permitido el lujo de tutear a dos grandes imperios como Real Madrid y Barcelona.Además, el rival de aquella fi-nal que se celebraba en el San-tiago Bernabéu era el ideal.

El Valencia que trece meses atrás les había arrebatado la Liga con el fatídico penalti de Djukic.Las estadísticas tampoco eran de lo más halagüeñas. Los co-ruñeses se estrenaban en una final copera, mientras que el Valencia contaba con la expe-riencia de haber jugado trece, ganando cinco (41, 49, 54, 67 y 79). Además, blanquiazules y ches se habían enfrentado nueve veces en esta competi-ción, con ocho victorias y un empate para los valencianos. Solo así, explicando ese con-texto, se puede comprender por qué los blanquiazules sal-taron al terreno de juego con los ojos inyectados en sangre, dispuestos a comerse desde el minuto uno a su contrincante.Arsenio salió de inicio con Liaño en la portería; López Rekarte y Nando de carrile-

ros; Ribera y Voro de centra-les, con Djukic de hombre li-bre; Donato ejercía de pivo-te (Mauro Silva estaba lesio-nado); y Aldana, Manjarín y Fran se movían con libertad por detrás del delantero cen-tro que era Bebeto.

El toque ante la contraEl Deportivo salió mandón. Ganó la batalla del centro del campo y se llevó como premio el balón. Mazinho no era ca-paz por sí solo de contener la ofensiva coruñesa y las ocasio-

nes se fueron sucediendo en los primeros minutos. Man-jarín, el que sería indudable hombre del partido, sería el primero en avisar a los 30 se-

gundos, con un disparo lejano que se marchó fuera.El conjunto de Rielo estaba tan replegado que serían precisa-mente este tipo de disparos leja-

nos los que más abundarían en el primer cuarto de hora. Bebeto levantó a la grada con un caño antológico sobre Ma-zinho; mientras Nando y Fran hacían de las suyas por la iz-quierda, con una pared que ca-si catapulta al valenciano has-ta la línea de fondo. Donato en el minuto 12 desde 40 me-tros; Bebeto desde 35 en el 14; y Fran tras jugada del brasile-ño en el 16 avisaron ya desde el principio a Zubizarreta de que iba a tener trabajo.

ASÍ COMENZÓ TODO

PENEV TUVO EL EMPATE UN MINUTO DESPUÉS DEL GOL DE MANJARÍN EN EL ÚNICO ERROR DE DJUKIC EN TODO EL ENCUENTRO

IVÁN ANTELOA CORUÑA / LA VOZ

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Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 9

9:49

Los dos laterales del Deportivo, López Rekarte y Nando, se están mostrando muy valientes a la hora de subir sus bandas. El valenciano realiza una gran galopada tras una bonita pared con Fran, pero el balón se le escapa largo y se marcha por la línea de fondo por muy poco. Los blanquiazules siguen llevando la responsabilidad.

4:18 6:30Nando y Fran intentan una gran jugada que se va fuera por poco

El Valencia intenta sacarse de encima como puede el dominio coruñés. En una rápida acción Mijatovic envía en profundidad el balón hacia Penev, pero Liaño sale con valentía y se hace con el esférico. El búlgaro deja el pie y el portero se duele.

Bebeto está bajando a recibir el balón, ayudando al centro del campo en las jugadas de ataque. En una de estas acciones, el delantero brasileño se topa con Mazinho pero se libra de él con un extraordinario caño.

El Valencia, por su parte, de-fendía con diez hombres en campo propio y solo conse-guía desahogarse un poco a través de pelotazos hacia Pe-nev, mítico delantero que por entonces que era el capitán de los ches. Hasta el montenegri-no Mijatovic, posteriormente ídolo del madridismo por ser el autor del gol de la Séptiti-ma, corría detrás del balón, persiguiendo continuamente sombras. Camarasa y Giner eran dos bombas de achique.

Aún con toda esta superiori-dad blanquiazul, el cuadro de Rielo avisó dos veces durante el ecuador de la primera mi-tad. En el 19, Fernando engan-chó una volea desde fuera del área que obligó a Liaño a rea-lizar una fenomenal palomita. Dos minutos después, el por-tero cántabro tuvo que salir de puños a un centro proce-dente de una falta lateral, bo-tada desde el flanco diestro. Aún con esto, el balón quedó muerto, el lateral Juan Carlos

engatilló y el balón se estrelló en el cuerpo de un defensor, mandando el balón a córner.A pesar de estos dos pequeños sustos, la afición del Dépor se lo estaba pasando en grande. En pleno minuto 23, y duran-te una posesión de balón in-terminable en la que los juga-dores valencianistas no para-ban de correr detrás de él, en el Bernabéu solo se escucha-ban los gritos de «Ole, ole» que procedían del fondo de-portivista. Entre tanto, Fran volvía a probar fortuna des-

de media distancia y Zubiza-rreta volvía a atajar abajo, en pleno minuto 24.La gran ocasión del cuadro che llegaría en el minuto 30, cuando sus mejores hombres consiguieron asociarse en una rápida acción ofensiva. Fer-nando buscó el centro hacia Mijatovic y el montenegrino conectó un formidable remate de cabeza, que encontró una no menos magistral respues-ta en Paco Liaño. Paradón pa-ra evitar que los valencianis-tas se adelantasen en el mar-

cador.Este nuevo sus-to no amilanó al Dépor, que si-guió a lo suyo haciendo gala de una gran movi-lidad en la línea medular. Manja-rín, Fran y Alda-

na intercambiaban constante-mente sus posiciones, abrien-do huecos para que Donato volviera a probar fortuna en el 34, con otro de sus misiles le-janos que detuvo Zubizarreta.

El gol de ManjarínEl dominio ya no era tan arro-llador como en los primeros compases, pero fue aquí, en el tramo final de la primera mitad, cuando el Dépor en-contró premio a sus insisten-cia. Manjarín presionó la sa-lida de balón y consiguió ro-bárselo a Giner. El asturiano estuvo más rápido, le quitó la cartera y definió ante Zubi en el minuto 35. Apenas un minu-to después del 1-0, Penev hi-zo lo mismo con Djukic pero el búlgaro erró inexplicable-mente ante Liaño.Fue la última jugada antes de que comenzase a llover.

EL DEPORTIVO SALIÓ DISPUESTO A MARCAR TERRITORIO Y REALIZÓ CONSTANTES TIROS DE LARGA DISTANCIA

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10 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

12:05

Gran duelo en el centro del campo entre dos jugadores brasileños de similares características: Donato contra Mazinho. El deportivista le ganó la partida haciendo gala de un recorrido interminable. Como prueba de ello, un disparo desde cerca de 40 metros que Zubizarreta, muy atento, detuvo sin grandes sobresaltos.

14:17 16:08Disparo muy lejano de Donato para avisar de que va a por todas

Poco después del aviso de Donato, su compatriota Bebeto también probó fortuna desde lejos. El delantero lo hizo desde un poco más cerca, desde unos 35 metros, pero el resultado fue el mismo: Zubizarreta detuvo el tiro aunque con apuros.

El campo parecía inclinado hacia el fondo sur ya que el dominio del Dépor era insultante. Bebeto realizó, poco después, uno de sus célebres caracoleos y Zubizarreta volvió a detener su tiro cruzado.

HASTA QUE EL CIELO CAYÓ SOBRE SUS CABEZASComenzó a llover en el minuto 39, a diluviar en el 53 y a granizar en el 79. El colegiado suspendió el partido a once minutos del final, con empate a uno, con el terreno de juego en estado impracticable

«¡Está siendo una de las fina-les más bonitas de los últimos tiempos!». Exclamaba en Tele-visión Española un periodista curtido en una y mil batallas como José Ángel de la Casa. Sin embargo, todo ese juego preciosista y eléctrico que se estaba viendo en el Santiago

Bernabéu quedó frenado en los infinitos charcos que apa-recieron sobre el tepe en la se-gunda mitad.Ya desde el principio del en-cuentro, los jugadores habían tenido que soportar un viento racheado que les causó más de un disgusto a la hora de los

pases largos. Sin embargo, no fue hasta el minuto 39 cuan-do comenzó a llover, al princi-pio suave; y hasta el 53 cuando el agua pasó a ser torrencial.Tras el descanso, el Valencia tuvo un tímido acercamiento en un balón que Poyatos inten-tó filtrar hacia Mijatovic, pe-

ro apenas hubo más opciones antes de que el cielo se abrie-ra y comenzara a jarrear con violencia.El campo pasó a ser una pista de patinaje y el juego precio-sista del inicio se convirtió en una batalla sobre el barro, con continuos choques y peticio-

nes de falta. Fernando cabe-ceó fuera un centro desde la banda izquierda (minuto 54) y Manjarín fue objetivo de un penalti claro que el colegia-do no vio (57). El campo es-taba tan veloz y los jugadores se deslizaban tanto por él que García Aranda no percibió la

LLUVIA, VIENTO Y GRANIZO

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Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 11

19:30

Hubo que esperar hasta cerca del minuto veinte para encontrar la primera llegada peligrosa del Valencia. El cuadro che defendía en su campo e intentaba sorprender a la contra. En una de ellas, Fernando enganchó una volea desde la frontal que Liaño detuvo con una excelente palomita. El meta cántabro pudo lucirse.

Fernando protagoniza el primer aviso serio del Valencia

Bebeto, nada más acabar el encuentro

realidad de la acción que pudo haber sentenciado el envite.El propio delantero asturia-no firmó otra gran jugada a la que Bebeto no llegó en bo-ca de gol por auténticos milí-metros (58).A partir del minuto 63, lo que era velocidad pasó a ser una

imposibilidad manifiesta por combinar el balón. El esférico empezaba a quedarse clavado sobre los innumerables char-cos, momento en el que qui-zás debía haberse suspendido ya el partido.Aún así, Fran se sacó de la chistera una jugada que hoy

mismo podría firmar Messi, deshaciéndose de cinco con-trarios, llevando el balón de la-do a lado del área, entre char-cos, pero con mucho tesón. El de Carreira cedió entonces el balón a Donato y Zubizarreta evitó con una palomita el pu-do ser el 2-0.

El propio Fran protagonizó en el 69 otra de las jugadas polé-micas, ya que le anularon un gol por supuesta falta a Giner.El público deportivista co-menzó entonces a enfadar-se y pocos minutos después tras ver cómo le habían pitado una rigurosa falta en la frontal.

«Manos arriba, esto es un atra-co», exclamaban. Gritos inte-rrumpidos por el lanzamiento de Mijatovic, que marcaba el empate a pesar de que Liaño la rozó con los dedos.Fue la última gran jugada. Po-co después empezó a granizar y el partido fue suspendido.

«Este día es uno de los más felices de mi carrera futbolística. Es

como ganar un Mundial con la selección de Brasil»

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12 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

LA GLORIA, TRES DÍAS DESPUÉSA pesar de que García Aranda intentó reanudar el partido el mismo día 24 de junio, al final tuvo que posponerse hasta tres días después. Alfredo Santaelena decidiría la final a los 55 segundos de la reanudación con un gol de cabeza a centro de Manjarín

Tras el pitido final motivado por el aguacero de aquel his-tórico 24 de junio de 1995, ca-da cual se puso a cubierto. Los bajos del estadio estaban inun-dados e incluso desde la Tele-visión Española no daban cré-dito a lo que se estaba vivien-do. «Ha llovido más durante esta hora que en todo el invier-no de Madrid», explicaba José Ángel de la Casa, quien resis-tía en antena a pesar de que no podía dar paso a sus compañe-ros inalámbricos. «Cada cual se ha puesto a cubierto como ha podido. Nosotros también estamos atrapados en nuestra posición, a la espera de ver si se va a reanudar el encuentro, aunque ya les digo yo que se-rá muy complicado y que con casi toda seguridad el partido se reanudará en las próximas 48 horas», explicaba. «Se nos han ido cinco cámaras y solo nos quedan dos micrófonos, así que devolvemos la cone-xión para que prosiga la pro-gramación de Televisión Es-pañola. Estén atentos, que si se reanuda, aunque no lo creo, volveremos con ustedes», se despedía el periodista, quien poco antes había reconocido «no recuerdo haber visto al-go así nunca».El colegiado García Aranda saltó al terreno de juego media hora después, para inspeccio-nar el campo. Ya no llovía. Pe-ro el Bernabéu era una piscina. Había casi una cuarta de agua sobre el verde, con lo que po-

co después determinó la sus-pensión del encuentro, «has-ta el martes 27 de junio, a las 20.30 horas».

Otra vez los himnosHubo que esperar tres días, con el consiguiente perjuicio para muchos aficionados, que no pudieron volver a despla-zarse a Madrid al ser un día laborable. Por ello, el día 27, los aficionados valencianis-tas eran muchísimos más que los coruñeses, pero ni con esas pudieron celebrar la Copa.Ese martes volvió a realizarse todo el protocolo, como si na-da hubiera sucedido días atrás. El encuentro estaba en empate y el colegiado había detenido el crono en el minuto 34, con 34 segundos. Los entonces re-yes Don Juan Carlos y Doña Sofía volvieron a tomar pose-sión del palco y los 22 prota-gonistas se situaron ante ellos prestos a escuchar por segun-da vez el himno de España.No había grandes novedades. El Valencia salía con el mis-mo equipo con el que había comenzado la final; mientras que en el Deportivo se man-tenía Alfredo en el once, juga-dor que había relevado a Al-dana al comienzo de la segun-da mitad. Como el reglamen-te impedía al andaluz volver a jugar, su puesto en la convo-catoria lo ocupó Claudio Ba-rragán, ausente el primer día.El encuentro se reanudó con un bote neutral en la zona de

tres cuartos del campo valen-cianista, lugar en donde Gar-cía Aranda había decretado el final tres días atrás. Dona-to y Roberto pelearon por ese primer balón, que rápidamen-te pasó a ser dominado por el cuadro deportivista.

El gol de Alfredo El balón ya volvía a correr con alegría sobre el césped del Santiago Bernabéu, recu-perado milagrosamente para

la cita. Tal y como sucedie-ra en el arranque del primer acto, el cuadro coruñés saltó hipermotivado y pronto ten-dría su recompensa. Con ape-nas transcurridos 55 segundos, Javier Manjarín colgó un ba-lón al área, Alfredo controló con el pecho en primera ins-tancia para eludir a Juan Car-los y en segunda con la cabe-za para evitar a un Zubizarreta que estropearía así la buena fi-nal que estaba realizando has-

ta ese momento.El deportivis-mo saltó enton-ces de júbilo. Alfredo acababa de marcar el gol que podía evi-tar una prórro-ga que práctica-mente todos da-ban por segura. Muchos aficio-nados valencia-nistas ni siquiera habían llegado al Bernabéu ya que se había forma-do un gran atas-co en la carretera de Valencia.

Tensión Rielo pasó en-tonces al ata-que. El técnico valencianista re-tiró del campo al lateral izquierdo Juan Carlos pa-ra jugarse el to-

do por el todo dando entrada a otro delantero, Pepe Gálvez. Ariete que ya estuviera a pun-to de entrar en el primer ac-to, pero el gol de Mijatovic lo acabaría evitando.El Valencia se lanzó al ata-que. Poyatos fue el primero en probar fortuna pero su dis-paro golpeó en Donato y Lia-ño se lanzó para evitar el cór-ner (minuto 83). El cuadro che cercaba la meta coruñesa, bus-cando principalmente forzar faltas en la frontal. Los juga-dores deportivistas Bebeto y Manjarín vieron sendas car-tulinas amarillas al entender de García Aranda, que no ha-bía estado afortunado al seña-lar dos de estas infracciones. En la segunda de ellas, Mijato-vic dispuso de un tiro franco desde una posición casi calca-da al gol (88). El montenegri-no engañó con su golpeo a Lia-ño y el balón se fue pegado al poste contrario por el que ha-bía anotado el 1-1. Fue sin du-da el mayor susto del segun-do acto. Dos minutos después, en el 90, Nando estuvo provi-dencial al rebañarle el balón al propio Mijatovic, cuando este se encontraba presto pa-ra rematar.El partido estaba ya en el tiem-po de prolongación y ya no habría más sustos. Además, Mendieta fue expulsado al ver la segunda cartulina amarilla por una entrada sobre Fran. En el minuto 93, el colegiado señaló el anhelado final.

LA REANUDACIÓN

TRAS EL GOL A LOS 56 SEGUNDOS, EL VALENCIA INTRODUJO A OTRO DELANTERO, GÁLVEZ, Y SE LANZÓ AL ATAQUE

EL ENCUENTRO SE REANUDÓ CON UN BOTE NEUTRAL ENTRE DONATO Y ROBERTO Y EL DÉPOR PASÓ RÁPIDO A DOMINAR EL ENVITE

LOS CORUÑESES PROTESTARON LA CONCESIÓN DE FALTAS CERCANAS AL ÁREA. MIJATOVIC TUVO EL 2-2

21:31

Además de las contras, el Valencia también quería aprovechar las jugadas a balón parado para generar peligro sobre la meta deportivista. Así, Liaño sacó de puños con muchos apuros una falta lateral botada por Fernando desde el flanco derecho. Su rechace lo recogió el lateral Juan Carlos, que disparó contra la defensa yéndose el balón a córner.

El Valencia realiza su segunda aproximación consecutiva

«He conseguido algo que ni siquiera me planteaba hace

cuatro o cinco años en mis sueños»

Paco Liaño, nada más levantar la Copa del Rey

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Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 13

23:01

A pesar de los sustos anteriores del Valencia, el Deportivo parece tener el partido muy controlado. Toca y toca esperando su oportunidad. Los centrocampistas intercambian sus posiciones, generando un juego muy dinámico que enamora a la grada. El fondo norte es un clamor ante una posesión larguÍsima. Los «olés» se multiplican.

24:10 28:00El fondo norte del Bernabéu es un clamor: «¡olé, olé, olé, olé!»

Al igual que Donato, Manjarín y Bebeto con anterioridad, ahora es Fran el que intenta un disparo lejano que atrapa Zubizarreta tirándose al suelo. El Deportivo quiere evitar las contras del rival y termina casi todas sus jugadas de ataque.

Estamos a punto de entrar en el último cuarto de hora de la primera mitad y el nerviosismo empieza a ser palpable en los dos banquillos. Tanto Rielo como Arsenio siguen de pie dando instrucciones.

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30:35

Fernando y Mijatovic son claramente los dos jugadores más peligrosos del Valencia. Cada vez que se asocian lo hacen con peligro, mientras Penev parece perdido en continuos choques con la defensa coruñesa. Liaño tiene que realizar una gran intervención en un centro de Fernando que Mijatovic remata de cabeza con mucha intención.

Cuando llega el Valencia lo hace con peligro. Otra parada de Liaño

«Es la primera Copa del Rey del Deportivo y también de un

equipo gallego. Por eso me hace mucha ilusión»

Alfredo Santaelena, al acabar el partido

14 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

«¡TE LO DIJE, TE LO DIJE!», LE GRITABAN A ALFREDOLos jugadores del Deportivo Claudio Barragán y Adolfo Aldana rodearon al héroe de la final y le recordaron durante la celebración que ellos ya habían vaticinado que él sería el que marcaría el gol de la Copa

otros compañeros, como Adol-fo Aldana, que vio el segundo acto con el chándal porque ha-bía sido sustituido al inicio de la segunda parte. Los dos co-menzaron a gritarle a Alfre-do «¡Te lo dije, te lo dije!», al tiempo que solo eran capaces de replicar con un «¡Síiiiiiiii!» liberador. Por fin se habían sa-cado la espina del desgracia-do final de Liga sufrido un año antes.Los periodistas, que por en-tonces podían estar a pie de campo desarrollando su la-bor, transmitieron con fres-cura aquel momento. Alfre-do, todavía con la respiración entrecortada por la emoción, intentaba expresar lo que sen-tía. «¿Qué quieres que te di-ga? Esto es increíble. Parece que las finales de Copa en el Bernabéu se me dan bien», en alusión a su gol que le había dado un título al Atlético de Madrid años atrás. «Claudio y Aldana, pero también más gente, me habían dicho ‘vas a ser tú’. Y mira, el único balón que he tocado... Me hace mu-cha ilusión porque esta es la primera Copa del Dépor y la primera para un equipo galle-go. Siempre tienes la ilusión de meter tú el gol, pero es que estoy superemocionado ahora mismo», añadía, momento en el que el resto de compañeros se lo llevaban para seguir fe-licitándole.¿Y Arsenio? El de Arteixo lo celebraba a su manera. Cuan-do escuchó al periodista de Televisión Española decir que se iba a acercar a él porque el técnico no podía, su respuesta fue tajante al micrófono. «¡Sí que puedo, lo que pasa es que las carreras me joden», se reía. Entonces, Donato se abrazó con Arsenio y el público co-menzó a jalear el nombre del Zorro. «Antes del partido le di-je a Arsenio, míster, tranqui-lo, dios es justo y vamos a ga-nar», explicaba Bebeto minu-tos después del final.Por este orden fueron subie-

LA CELEBRACIÓN

zarse a sus compañeros. Clau-dio Barragán, que había entra-do al terreno de juego en el minuto 90 en sustitución de Javier Manjarín, se fue direc-tamente a por Alfredo Santae-lena. A ambos se les unieron

Minutos antes de que Gar-cía Aranda pitara el final del partido, todo el banquillo del Deportivo se encontraban de pie pidiendo la hora. Por eso, cuando el colegiado señaló el final, corrieron raudos a abra-

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32:20

García Aranda apenas está teniendo problemas para dirigir el encuentro. El Dépor se preocupa de atacar y el Valencia de defender; y apenas hay faltas. La primera tarjeta amarilla no llega hasta el tramo final de la primera parte. Y fue para el valencianista Juan Carlos, después de un derribo al escurridizo Javier Manjarín.

Primera tarjeta amarilla del duelo: al valencianista Juan Carlos

Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 15

Polígono Bergondo | Parroquia Lubre | Parcela C-10-1 | Tel.: 981 79 54 18

3 Generacionesapoyando al Deportivo

¡Ánimo Dépor!

ron a recoger sus medallas: Jo-se Ramón, Bebeto, Manjarín, Fran, Claudio, Nando, Ribe-ra, Villarroya, Salinas, Cana-les, Liaño, Aldana, Djukic, Do-nato, Voro, Alfredo, López Re-karte, Elduayen y por último Arsenio, quien fue detenido durante unos minutos por el Rey. Don Juan Carlos lo cogió por los hombros y le dedicó un largo minuto de felicitaciones.Ya solo faltaba una cosa. Que el capitán José Ramón Gonzá-lez levantase la Copa al cielo de Madrid. Y así fue como el Dépor se convirtió en Súper de verdad.

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16 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

35:46

El Valencia comete su primer error y el Deportivo lo aprovecha para adelantarse en el marcador. Javier Manjarín presiona la salida de balón de Fernando Giner hasta conseguir robarle la pelota. El asturiano se planta solo ante Zubizarreta y consigue batirle por bajo, de certero tiro cruzado. Los coruñeses lograron el premio a su insistencia.

33:58 36:00¡Gooooooool de Javier Manjarín! El Dépor se adelanta en la final

El hispanobrasileño Donato Gama da Silva vuelve a probar fortuna con un misil lejano, marca de la casa, que vuelve a encontrar una buena respuesta en Andoni Zubizarreta. El Deportivo sigue llegando con peligro a la meta rival.

El fondo deportivista es una fiesta. Celebran con júbilo el gol que les pone por delante en la eliminatoria. La primera Copa del Rey del club y de Galicia está mucho más cerca. Ahora solo hay que aguantar el resultado.

Los goles de Bebeto de todos los colores, la envidiable zur-da de Fran que hacía diablu-ras, los reflejos de Liaño, la sobriedad de la zaga, el sen-tido y seguridad de Donato y Mauro, la elegancia de Al-dana, la ratonería de Manja-rín, las celebraciones toreras del litri Claudio... Muchos son los recuerdos que guarda la afición deportivista de aquel equipo que conquistó en los noventa el corazón de toda España. Pero una está por en-cima del resto. El robo de car-tera de Alfredo Santaelena, primero a Juan Carlos, y lue-go a Zubizarreta para dar al Deportivo el primer título ofi-cial de su historia.

—Otro 27 de junio en el ca-lendario y otra vez Alfredo protagonista. ¿Aún no se ha cansado?—Como para cansarme. Es al-go precioso que tuve la fortu-na de protagonizar y ahí esta-rá para siempre. Y yo feliz de que la gente lo recuerde. Es un orgullo haber sido el pri-mer jugador que dio un títu-lo al Dépor.

—Años antes ya lo había he-cho en el Atlético.—Sí, y también había sido el primer título de la era Gil. Pe-ro para nada es comparable a lo que se vivió en A Coru-ña. Tratábamos de hacernos

un sitio entre los grandes y veníamos de haber perdido la Liga en el último minuto contra el Valencia. Por eso, lo de la Copa con el Dépor fue lo máximo.

—Ha conseguido recuperar el partido en deuvedé? (Hace años se le había estropeado la cinta de vídeo de tanto po-nérsela a su hijo).—Sí. Ahora el que lo va a aca-bar estropeando soy yo. El chaval, ahora, al ir más ma-yor (tiene 18 años) ya no es-tá tanto con eso. Tiene otras cosas. Pero a mí me gusta ver partidos que jugué y, claro, cómo no esa final.

—¿Qué imagen o momento tiene grabado en su mente?—La alegría y la ilusión que transmitió el gol a todo el mundo. Lo que supuso en A Coruña. Fue un orgullo como profesional del fútbol hacer feliz a tanta gente.

—¿Y del campo? —Claudio subiéndome a hombros en el Bernabéu... Estábamos que no cabíamos en nosotros del gozo.

—¿Con o sin pendiente? —(Se ríe). Sin pendiente. Sin pendiente. El pendiente llegó en el vestuario.

—¿Cómo fue aquello?—Pues nada, durante la se-mana le había dicho a Clau-dio que si ganábamos, nos po-

níamos un pendiente. No lo debió de ver muy claro que dijo que sí. Y ahí quedó. Que yo llevaba un par de esos de poner en el momento y cum-plimos los dos.

—Vamos, que no hubo dolor, que fueron de esos de quita y pon.—No, no... De esos de farma-cia de hacer agujero... Pare-cíamos dos... Allí en el vestua-

rio agujereándonos. (Se ríe).

—Recuerdos materiales.—En Segovia tengo una pe-queña vitrina con las camise-tas de Dépor y Atlético. Ade-más, conservo fotos con Arse-nio, con Paco, con Salinas, con Claudio. Me gusta admirarlas. Son momentos nostálgicos.

—Falta el Rolex.—(Se ríe). El Rolex nunca lle-

gó... Pero bueno, fue una anécdota sin más. El pre-si, con la euforia, habló de más y al final no hubo Rolex... Pero eso es lo de menos. Lo importante fue lo que con-seguimos aquel día. Es una jor-nada que nin-guno de los que formamos parte de aquella plan-tilla olvidare-mos. Y, además, un premio, creo que merecido.

—¿Cómo fue aquel momen-to de llegar a la ciudad?—Es que no sa-bíamos lo que nos íbamos a encontrar. Ima-ginábamos que la gente esta-ba contenta, pe-

ro superó todas nuestras ex-pectativas. Llegar a Alvedro, aquello abarrotado, luego en el estadio... Me habría que-dado allí todo el día. Nota-bas que la gente estaba dis-frutando de verdad. Y noso-tros. A pesar del cansancio por la celebración de la no-che anterior, estábamos en-cantados.

—Había una comunión afición-plantilla difícil de imaginar en estos tiempos.—Es que el fútbol mediática-mente ha crecido mucho. Son épocas muy diferentes. An-tes era todo mucho más nor-mal. Salíamos a tomar nues-tras cervezas, nos mezclába-mos con la gente... Ahora es impensable en algunos juga-dores que se juntaran tanto con la afición. Algo que yo no comparto. Jugar al fútbol es una profesión como otra cual-quiera, que tiene su satisfac-ciones, como la de poder ha-cer feliz a mucha gente, pero nada más. Luego somos gen-te como el resto...

—Usted era uno de los más cercanos a la calle.—Es que mis padres me edu-caron así. ¿Qué ganas sien-do un borde? Pues estar to-do el día cabreado. Es mejor ser amable con la gente. Y en Coruña más. Todo el mundo es muy amable y siempre nos devolvieron cualquier deta-lle con mucho cariño. Espe-ro volver pronto.

«Es un orgullo haber sido el primer jugador que dio un título al Dépor»ALFREDO SANTAELENA El héroe del Bernabéu no deja de sorprenderse del cariño que le profesa la gente 20 años después

ALEXANDRE CENTENOA CORUÑA / LA VOZ

«No sabíamos lo que íbamos a encontrar al volver a A Coruña y superó con creces lo imaginado»

«Fue una jornada que ninguno de los que formamos parte de aquella plantilla olvidaremos nunca»

«Durante la semana le había dicho a Claudio que si ganábamos nos poníamos un pendiente y así fue»

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Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 17

Javier Manjarín, al retirarse del campo

36:54

Aún no se habían sentado muchos aficionados tras la celebración del gol del Deportivo, cuando un error de Miroslav Djukic propició que Penev se quedara solo ante Paco Liaño. Una jugada prácticamente idéntica al gol de Manjarín de hacía un minuto. Pero afortunadamente para los blanquiazules, el delantero búlgaro envió el balón fuera.

Penev perdona el empate en una acción calcada al gol del Dépor

«Marcar ese primer gol justo antes del descanso es muy

importante para el equipo, también para mí, claro»

Es imposible para Alfredo pasar inadvertido ya sea en A Coruña o a donde vaya. En la capital herculina tiene mi-les de anécdotas, desde gen-te que cuando lo ve aún le di-ce «gracias por el gol, Alfre-diño», a incondicionales que lo adoran incluso de rodillas.

—Es difícil que la gente se olvide de usted.—Los que vivieron aquello, por suerte para mí, creo que no se olvidarán nunca. Pero no me importa. Es bonito. Ha-ce poco, aquí en Cádiz, estaba en un restaurante y una pare-ja de señores mayores me ob-servaba. No se atrevían a de-cirme nada, hasta que uno vi-no y me preguntó si era yo... Y fue muy emotivo. Estaban en-cantados. La gente es genial.

—¿Mantiene contacto con muchos compañeros?—Sí, porque aquel equipo con-seguimos ser una gran familia. Y algo muy difícil, que nues-tras parejas fueran amigas. Pa-co, Manjarín, Nando, Ribera, Donato... Hay muchos con los que he coincidido no hace mu-cho y es maravilloso. Con al-gunos tienes incluso más con-tacto.

—Como con Claudio.—Algo de trato sí tenemos (se ríe). Aquí estamos los dos en Cádiz solos y pasamos casi to-do el día juntos. Y, pues eso, que a veces también recuerdas momentos... Coincidimos en que aquello es muy difícil de conseguir en un equipo. Que se reúnan todos los condicio-nantes para lograr lo que lo-gramos es tremendo.

«Hace unos años, unos chavales por la calle se arrodillaron ante mí haciendome gestos de adoración»

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39:15

El descanso se aproxima con el 1-0 en el marcador y empieza a llover en Madrid. Ya lo había hecho durante la tarde, con lo que tampoco coge por sorpresa a nadie. En estos primeros minutos son gotas muy finas, que hasta ayudan a que el viento pierda intensidad y refresca a los jugadores y al campo. Hasta se ve bien que caiga algo de agua.

Empieza a llover en Madrid, al principio con poca intensidad

«Recuerdo que íbamos ganando y empezó a llover. A partir de

ahí el Valencia empezó a jugar más en largo»

Arsenio Iglesias, 20 años después

18 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

Francisco Liaño Fernández(Muriedas, Cantabria, 16 de

noviembre de 1964)

Comenzó su carrera

profesional en el Racing

de Santander, el equipo

de su tierra. Pero en sus

primeras temporadas

en el primer equipo

apenas disfrutó de

oportunidades. Solo en

la campaña en la que

el Racing de Santander

vuelve a Segunda, le llega

la titularidad. Su regreso

al banquillo propicia

su salida del club. En

el Sestao, también en

Segunda, realiza una gran

temporada y ficha por el

Deportivo. En el conjunto

blanquiazul consigue

dos trofeos Zamora y el

récord de portero menos

goleado en Primera. Se

retiró del fútbol en el

Sporting a los 34 años. En

los últimos años ha dado

sus primeros pasos como

entrenador.

1

Seguramente que entre los que más emocionados se sin-tieron cuando por fin pudie-ron sostener el trofeo de la Co-pa del Rey en las manos estu-vo Paco Liaño. Porque algunos ya sabían lo que era compe-tir por la gloria, en la élite, y otros, con nombre en el mer-cado internacional, intuían que tarde o temprano pelea-rían por engrosar su palmarés. Pero el portero cántabro ve-nía, tres años antes, de Segun-da —eso sí, de cuajar una tem-porada espectacular en Ses-tao— y de tener poco protago-nismo en el equipo donde se forjó, el Racing de Santander. Al acabar el partido resumió su estado de ánimo con unas palabras que componían de forma milimétrica todo lo que significaba para él haber llega-do hasta allí: «Ni en mis me-jores sueños podría yo ima-ginar que algún día consegui-ría esto».

A Arsenio le convenció la serenidad y el temple de Lia-ño en los momentos compli-cados. Siempre tenía una bue-na mano guardada para cuan-do las cosas no marchaban se-gún el guion previsto. Pero lo hacía sin aspavientos, sin de-masiados adornos y eso trans-mitía serenidad a una defen-sa, de por sí, plagada de expe-riencia y aplomo. La mezcla desembocó en un equipo ro-coso, prácticamente impene-trable. Si Bebeto y Fran eran la fantasía, el armazón vivía bastantes metros más atrás, prácticamente debajo de los palos. Así se construía aquel Dépor campeón, con sentidi-ño, dominando desde la re-taguardia. Una cosa no esta-

ba reñida con la otra. Por eso, cuando concluyó la segunda parte de la final, la definitiva, y Liaño hizo aquellas decla-raciones, emborrachado por la emoción del éxito, ya ha-bía ganado dos trofeos Zamo-ra y se había convertido en el portero con menos goles en-

cajados en una temporada en Primera División.

Durante la final, Liaño tam-bién tuvo ese papel destacado en la oscuridad que caracteri-zó su trayectoria. Él hacía ese tipo de trabajos que no quedan grabados en la retina de los aficionados, pero que, más allá

incluso de las cifras, son vita-les para un equipo. En aquel Dépor que mordía como si so-lo sus futbolistas tuviesen ga-solina Súper, había unos cuán-tos especialistas en labores de fontanería. Antes del chapa-rrón, al Valencia le estaba cos-tando entrar en la dinámica de juego, los de Arsenio lle-vaban el ritmo, marcaban ha-cia dónde debía transitar cada pelota, pero, incómodo, atur-dido, el conjunto ché sacaba latigazos que llevaban vene-no. En dos contragolpes per-fectamente conducidos, Liaño se tuvo que emplear a fondo, sacó su guante para deslum-brar a la grada.

Pero el mejor momento lo liberó hacia el minuto 20 de partido, donde dejó una de esas instantáneas repletas de plasticidad que componen los porteros cuando se estiran a por un disparo inalcanzable. La pelota entró en el radio de acción de Fernando y este sol-tó un misil que parecía impo-sible de salvar. Los jugadores del Dépor se quedaron inmó-viles durante unas centésimas de segundo hasta que vieron volar a su salvavidas, al hom-bre que casi nunca les fallaba cuando las cosas se torcían. Liaño realizó una estirada an-tológica y se levantó sin in-mutarse.

Un salvavidas sin adornos

LIAÑO La seguridad y el temple del guardameta cántabro sostuvieron a flote al Dépor cuando el Valencia lograba estirarse / A. BRUQUETAS

«Me quedo con la imagen de la grada, toda inundada de blanquiazul»

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Luis María López Rekarte(Mondragón, 26 de marzo

de 1962)

Luis Mari López Rekarte

formó parte de plantillas

míticas en la historia del

fútbol español. Hizo callo

en el Alavés y después

quiso ser protagonista en

la mejor Real Sociedad

de la historia, en aquel

Barcelona que puso

los cimientos para

convertirse en lo que es

ahora y en la alineación

que se sabían de

carrerilla los aficionados

del Súper Dépor. La

Bomba Rekarte dio

además impulso a una

saga de futbolistas que

incluyen a su hermanos

José Ignacio y Aitor, y a

su sobrina Maitane. López

Rekarte fue titular en la

final de la Copa del Rey

que elevó al Deportivo

a los altares del fútbol.

Un lateral con el número

siete a sus espaldas.

7

41:30

Estas tres últimas llegadas del Valencia no le han gustado nada al entrenador del Deportivo Arsenio Iglesias. Algo empieza a fallar en el centro del campo, por lo que el preparador manda calentar a Alfredo Santaelena, sin saber que este acabaría siendo el héroe de la final apenas tres días después

39:40 40:26Alfredo Santaelena empieza a calentar con intensidad

El Valencia realiza otra tímido acercamiento. Esta vez fue el defensa Camarasa el que quiso sorprender con un disparo desde prácticamente el centro del campo. Habría unos 50 metros de distancia sobre la meta de Paco Liaño

Gran pared entre Mijatovic y Fernando que deja al centrocampista español solo ante la portería del Deportivo, pero falla en la definición. Susto serio en el fondo norte del Bernabéu

20 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

El lateral vasco contribuyó de forma activa al Dream Team de Johan Cruyff

Era de ese tipo de futbolistas que derrochan personalidad. Le apodaban la Bomba, como a su padre (que le daba al balón, pero no llegó a profesional). El sobrenombre no era nece-sario. Nunca necesitó explo-tar para dejar clara su aporta-ción a un vestuario que apren-dió a ser ganador para un club que portaba el pesado sambe-nito de equipo ascensor. Con él, fue el Súper Dépor.

A eso vino, dirán otros, en el verano del año 1991. Johan Cruyff decidió prescindir de sus servicios debido a su de-creciente papel en el equipo azulgrana, perdía fuelle y pro-yección ofensiva, pensaba el entrenador holandés, pero el Deportivo vio una oportuni-dad de oro para reforzarse. Literalmente. De hecho, tiró la casa por la ventana y pagó cien millones de pesetas (unos 600.000 euros), lo que convir-tió a Luis Mari López Rekar-te en el jugador más caro de la historia del Deportivo en aquel momento.

Rekarte, que cerró su hoja de servicios con trescientos partidos en Primera División, siete goles, una Liga, tres Co-pas y una Recopa de Europa, se arrancó a jugar al fútbol en el orden conveniente. El Ala-vés fue su casa en los inicios, cuando necesitaba curtirse y decidir qué camino tomar. Op-tó por balancearse cerca de la línea de cal, entre la zaga y el mediocampo, con arrancadas de las que ya no se llevan. Un lustro en el que vivió de todo en Segunda División, inclui-do un descenso y las deudas del club.

Estas estrecheces le lleva-ron en 1985 a la Real Socie-dad y ahí empezó el mito. Por-que el equipo txuri urdin vivió uno de los mejores momentos de su historia. Quizás también sean los mejores años de Ló-pez Rekarte, que llegó a la in-ternacionalidad cuatro veces.

Se despidió de la Real So-ciedad en la final de la Copa del Rey del año 1988, con de-rrota ante el Barça, que vio en aquella Real un filón y se lle-vó por seiscientos millones de pesetas a Begiristain, Ba-kero y Rekarte. Hay quien di-ce que Clemente estaba detrás

de esta selección de fichajes. La relación entre ambos clu-bes fue fluida durante muchos años más.

No consiguió consolidar-se en la titularidad de aquel gran Barcelona, pero engro-só su palmarés notablemente. Fue uno de los referentes del vestuario, como antes lo ha-bía sido en San Sebastián (se opuso al fichaje del extranje-ro Aldridge, primer foráneo de la era moderna donostiarra) y después en A Coruña. Aquel Dream Team de Cruyff haría historia, y a su impulso con-tribuyó Rekarte.

En el Súper Dépor echó ma-no de todo este bagaje y vol-vió a ser un fijo en esas alinea-ciones de memoria blanquia-zul, con plaza fija en ese costa-do derecho de Riazor. Rekarte formó parte también de la his-tórica alineación deportivis-ta que disputó el primer mi-nuto en competición europea en la historia del club, ante el Aalborg en Dinamarca. Tras la Copa se reencontró con aquel Toshack que le había dirigido con éxito en la Real.

Abandonó el Dépor en 1996 rumbo al Mallorca. Se retiró en 1997. Arrasate le homenajeó con lágrimas de emoción en el 2012. En los últimos tiempos, asesoraba a su hermano Ai-tor en su carrera profesional.

El fichaje más caro de la historia

LÓPEZ REKARTE Fue la incorporación estrella del verano de 1991 y se hizo con la titularidad en la defensa o en un medio campo conservador / PABLO GÓMEZ

Page 21: 27 06 15 Especialvoz

José Luis Ribera Uranga(Azkoitia, Guipuzcoa, 1 de

junio de 1965)

Vasco de nacimiento,

Ribera se puede

considerar coruñés

de adopción, pues

ha desarrollado los

mejores años de su

carrera deportiva en

el Deportivo. Primero,

como futbolista, cuando

en seis temporadas

levantó los dos primeros

títulos del club: la Copa

de aquella final en dos

actos contra el Valencia

en el Bernabéu y, solo

unos meses después,

la Supercopa contra el

Madrid. Y finalmente

como ayudante de Lotina

cuatro temporadas en

el banquillo de Riazor,

cuando el equipo coruñés

jugó por última vez la

Copa de la UEFA, antes de

caer a Segunda División

con un récord en el

casillero, 43 puntos

4

42:24

Zarpazo del Dépor, que roza el segundo gol. Gran jugada personal de Bebeto, que recoge el balón en línea de tres cuartos de campo y lo lleva hasta las inmediaciones del área, abre hacia Fran y el de Carreira suelta un fuerte latigazo con su pierna izquierda que Zubizarreta salva con apuros, con la mala suerte que el rechace no le cae a Manjarín

45:12 46:16Bebeto hace magia, habilita a Fran y Zubizarreta salva el segundo

Ahora es Fran el que realiza una gran jugada individual, deshaciéndose de varios contrarios, pero su centro no consigue ser rematado por Donato en perfectas condiciones. El hispano-brasileño no le da bien y el balón se marcha fuera

Final de la primera mitad. El Deportivo se marcha a vestuarios contento por el gol de Manjarín que le da momentáneamente la victoria en la final de la Copa del Rey. Pero no debe fiarse. El Valencia ya ha avisado

Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 21

«Fue mi mejor recuerdo por la alegría y lo mucho que disfrutamos»

Quizá uno de las mayores elo-gios que se puede hacer a un futbolista es que conoce el lí-mite de sus virtudes. Por es-te motivo, Ribera forma par-te de la historia del Deportivo como integrante de la defensa más recitada que se recuerda. Aquella que Arsenio pergeñó como muro del Superdépor y que el central vasco completa-ba junto a Rekarte, Voro, Dju-kic y Nando. El histórico dor-sal 4 se las apañaba para mar-car a los delanteros rivales, pa-ra imponerse en los balones aéreos y para imprimir el ca-rácter y el respeto que toda zaga de élite debe dejar claro al contrario.

Forjado en el juvenil de la Real Sociedad y en su filial, el Sanse, el defensa debutó en Primera con solo 19 años en un partido contra el Málaga. También jugó con el Eibar en Tercera (con el que subió) y con el Sestao de Irureta en Se-gunda. Luego pasó al Burgos, con el que regresó a Primera. Precisamente fue en aquella temporada, la 89-90, cuando el Deportivo recibió un duro 3-0 en su visita al equipo cas-tellano y la defensa que diri-gían el histórico Tocornal y Ribera apenas pasó apuros.

Cuentan que Arsenio tomó nota entonces de la firmeza del joven central y no tardó en reclamar sus servicios dos temporadas después. El club coruñés pagó la cláusula de rescisión de su contrato y es-te llegó a A Coruña. Se con-vertía en realidad la zaga del Superdépor, un equipo que hi-zo soñar en A Coruña y pron-to se convirtió en el segundo equipo de muchos aficiona-

dos de todo el fútbol español.En su primera temporada

de blanquiazul a Ribera aún le tocó salvar al Dépor del des-censo en una eliminatoria épi-ca contra el Betis. El 2-1 de la ida en Riazor se reveló como un resultado peligroso para la vuelta, pues un solo gol se-

villano eliminaría a los coru-ñeses. Pero estos se defendie-ron como gato panza arriba, de nuevo con Ribera al fren-te de la zaga, y mantuvieron la categoría. La alegría y la cele-bración posterior, recuerda el propio central, no tuvo nada que envidiar a la que solo dos

temporadas después derro-chaban en el Bernabéu tras la final de Copa. Sin aquella per-manencia el sueño del Super-dépor y el de alcanzar el pri-mer título del club nunca se hubieran hecho realidad.

Aún con la Supercopa ba-jo el brazo y tras una grave operación de rodilla, Ribera se despidió como jugador del Deportivo y de Primera Divi-sión con 31 años en la tempo-rada 96-97, antes de abandonar la élite a la campaña siguiente en las filas del Rayo Vallecano en Segunda División.

Posteriormente forjó su ca-rrera como entrenador. Co-menzó en equipos de base del fútbol vasco, donde llamó la atención de la Real Sociedad, que le dio su primer desti-no profesional: ayudante de Amorrortu en el Eibar en Se-gunda (03-04). Incluso llegó a dirigirlo en solitario unas jor-nadas cuando este se marchó al banquillo de Anoeta. Ya en el club guipuzcoano alternó el filial C y el juvenil hasta que Lotina lo reclamó en el 2006 para el primer equipo donos-tiarra. Así regresó al año si-guiente al Deportivo, donde permaneció cuatro años como ayudante. Su última experien-cia en solitario en los banqui-llos llegó en el Sestao en Se-gunda B en la campaña 12-13.

Un muro infranqueable

RIBERA El serio jugador vasco formó al lado de Voro y Djukic una línea defensiva de tres centrales que aún se recuerda / PEDRO BARREIROS

Page 22: 27 06 15 Especialvoz

Miroslav Djukić(Šabac, Serbia, 19 de

febrero de 1966)

Miroslav fue siempre

Yuka. De toda la vida.

Incluso antes de que

Ballesta le descubriese

de rebote y a caballo

entre el volante de una

excavadora y el centro

del campo del RAD de

Belgrado. Pero después

de la fatídica noche del

14 de mayo de 1994, Yuka

dejó de ser Yuka para

muchos deportivistas.

Con ese lastre ha tenido

que cargar el serbio el

resto de su vida. Sin

embargo, nunca ha

dejado de ser él, como ha

demostrado en su etapa

como entrenador. Djukic

era clave en el momento

en el que el Deportivo se

hizo con el primer título

de su historia. El último

líbero siempre llevó A

Coruña en su corazón.

Porque hay cosas que no

se pueden olvidar.

5

DESCANSO

Los 22 jugadores ya están en los vestuarios recibiendo las instrucciones de Arsenio y de Rielo, pero las dos aficiones no se toman el descanso para reponer fuerzas. Siguen animando a los suyos efusivamente, bocadillo en una mano y bufanda al viento en la otra. El ambiente en el Santiago Bernabéu es espectacular

Las dos aficiones siguen animando a sus equipos sin descanso

22 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

Fue el último hombre libre. Menuda expresión para de-nominar la posición del fut-bolista que ciñe defensa y me-diocampo. Pero, claro, todo de-pende de la perspectiva. Y si no, que se lo pregunten al pro-pio Miroslav.

Él tenía altura de miras, des-de lo alto de aquella excavado-ra que manejaba en Belgrado para ganarse la vida, pero tam-bién desde los cimientos del centro del campo del Macva Sabac (o el pico de la defen-sa, en ese espacio se maneja-ba Djukic). Años más tarde, como entrenador del Valen-cia, volvió a tomar el mando del vehículo para una campa-ña de abonados del club che.

Era el tapado del RAD de Belgrado, pero ese detalle no se le pasó por alto a Carlos Ba-llesta, que ha regresado al de-partamento de ojeadores del Deportivo. Rectificó al instan-te y donde había dicho Najdos-ki (que acabó en el Valladolid), después dijo Djukic. Acierto histórico.

Aquel Dépor estaba en Se-gunda. El serbio vivió apenas cinco partidos, un ascenso, el incendio de la grada de Pre-ferencia en el partido ante el Murcia y se llevó en el recuer-do para siempre las hormigo-neras blanquiazules.

Lo que vino después fue hi-to tras hito en el fútbol espa-ñol. Yuka se mostró como un central de excepción, un líbe-ro perfecto. Controlaba la pe-lota tras interceptarla con una parsimonia valeroniana que se acentuaba por su modo de conducir el esférico en una po-sición erguida.

Yuka era futbolista de sangre

fría, su técnica se lo permitía. Estudiaba a los delanteros ri-vales y por eso, casi siempre, era superior a ellos. Su perso-nalidad ponía el resto. Sono-ras son sus llamadas de aten-ción como jugador del Valen-cia cuando sus compañeros aflojaban en el compromiso.

Continuó en la misma línea hasta en el último banquillo que ocupó como entrenador, el del Córdoba, este mismo año.

Nunca volvió a lanzar un pe-nalti, ni cuando Héctor Cúper lo introdujo en el campo pa-ra la prórroga de la final de la Champions del 2001 contra el

Bayern de Múnich y que el Va-lencia perdió con Cañizares como protagonista extrade-portivo. Precisamente, el me-ta y Djukic no se hablan des-de que el portero le recrimi-nase ostentosamente un error defensivo en un partido en el Bernabéu.

Así es Yuka, que supo ser lí-der en la zaga de un Súper Dé-por construido desde atrás ha-cia adelante, pero también su-plente bajo las órdenes de Be-nítez. Llegó a ser el extranjero no nacionalizado con más par-tidos jugados en la Liga, pe-ro antes se hizo grande e hizo grande al Dépor conquistando Copa y Supercopa, antes de ir-se al Valencia (con el que aña-dió Copa, Supercopa y Liga).

Como entrenador, Yuka se hizo a un lado y en este relato del doctor Jekyll y mister Hy-de, fue Djukic el que dirigió a la selección serbia (sub-21 y absoluta), Partizan de Bel-grado, Mouscrom belga, Hér-cules, Valladolid, Valencia y Córdoba.

Y con todo lo que fue, Mi-roslav no podrá despegarse ja-más de aquel 14 de mayo de 1994. «He soñado muchas ve-ces que metía este penalti», dijo en alguna entrevista uno de los dos ausentes en el ho-menaje al Súper Dépor en el centenario del club.

El héroe que se convirtió en villano

DJUKIC Uno de los defensas de mayor calidad que pisaron la Liga era pieza clave en la Copa del 95, pero será recordado por fallar aquel penalti / PABLO GÓMEZ

«Lo logramos. Éramos campeones, éramos grandes»

Page 23: 27 06 15 Especialvoz

Salvador González Marco «Voro»(La Aludia, 9 de octubre de

1993)

Sustituyó a Alberto

Albistegui como «2»

del Súper Dépor y pasó

en A Coruña tres años

y medio maravillosos

en los que incluso

consiguió alcanzar la

internacionalidad de la

mano de Javier Clemente.

El central abandonó el

Valencia después de ocho

temporadas de altos y

bajos y consiguió ganar

sus dos únicos títulos

de su palmarés con la

camiseta blanquiazul:

la Copa del Rey y la

Supercopa de España del

año 1995,

En la actualidad es el

delegado del Valencia,

aunque en 1998 llegó a

ser incluso entrenador,

en las jornadas finales de

aquella temporada. Es un

hombre de la casa. De los

imprescindibles

2

21:59 horas

No hay cambios en ninguno de los dos equipos, aunque se ha visto a Alfredo calentando con mucha intensidad. Deportivo y Valencia saltan al terreno de juego para reanudar el encuentro con los mismos veintidós protagonistas que finalizaron la primera mitad. El marcador registra el 1-0 que convirtió Javier Manjarín en el minuto 35

22 h. 46:08Saltan los jugadores al terreno de juego. Todo listo para el inicio

Arranca la segunda mitad. García Aranda decreta la reanudación del encuentro, con el Deportivo atacando en el fondo norte y el Valencia en el sur. Sigue lloviendo débilmente y el viento sopla incluso con más fuerza

El Valencia avisa en el primer minuto de la segunda parte. Poyatos envía un pase en profundidad hacia Mijatovic pero el montenegrino no llega obstaculizado por la defensa blanquiazul. Atrapa Liaño

Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 23

En el verano de 1992 el Valen-cia echó el resto en el merca-do para contratar a Miodrag Belodedici, jugador rumano del Estrella Roja de Belgrado, del que decían era «el mejor central del mundo». Esto hi-zo que el cuadro che no pusie-se todo su empeño en renovar a un hombre de la casa como Voro, que visto el panorama, decidió abandonar el club de sus amores un año más tarde, recién alcanzada la treintena.Salvador González Marco (La Alcudia, 9 de octubre de 1963) optó por irse al Depor-tivo, asumiendo la responsa-bilidad de ser el único cambio notable de aquel once del Sú-per Dépor que todo el mun-do sabía de carrerilla. Relevó a Alberto Albistegui, que re-gresó a su casa (la Real Socie-dad) en aquel 1993, cediendo el dorsal número 2 al futbolis-ta valenciano.Voro era un central alto, que destacaba por su seguridad en el juego aéreo, pero no esta-ba exento de calidad en la sa-lida de balón. La historia qui-so que el equipo en donde se había formado como jugador se cruzase ante él en el mejor y el peor momento de su ca-rrera deportiva. Y es que si en su primera campaña de blan-quiazul, en la 93/94, perdió la Liga en el último partido; tan solo un año más tarde alzó la Copa del Rey ante compañe-ros de promoción como Gi-ner o Camarasa. Su primer tí-tulo como profesional, ya que el segundo y último sería me-ses después en la Supercopa de España ganada al Madrid.Voro había debutado en cate-goría profesional en 1983 en el

Club Deportivo Tenerife, cedi-do por el Mestalla. Regresó en 1985 a su casa, asistiendo in-crédulo al descenso a Segun-da División y al ascenso solo un año después. En total es-tuvo ocho temporadas en el Valencia (85/93), cuatro en el Deportivo (93/96) y las dos úl-

timas en el Logroñés (96/98). Participó en un total de 132 en-cuentros con la camiseta blan-quiazul, convirtiendo un úni-co gol (al Racing de Santan-der, en Riazor, el 19 de febrero de 1995). En A Coruña alcan-zó el clímax de su carrera, ya que fue ahí en donde consi-

guió ser internacional, dispu-tando un total de nueve parti-dos. Su debut se produjo el 13 de octubre de 1993 ante Irlan-da en Dublín; y Javier Clemen-te lo llamó además para dis-putar el Mundial de Estados Unidos 94, en el que jugó an-te Bolivia. Las lesiones se ce-baron con él en el tramo final de su carrera hasta el punto de tener que colgar las botas en 1998, con 35 años de edad.Padre de dos niñas, nacidas en los años 1992 y 1996, Voro se mantuvo ligado al fútbol una vez colgadas las botas. Regre-só a su Valencia natal, club en el que prácticamente ha de-sempeñado todos los cargos, aunque el de delegado es el más estable. Llegó a ser inclu-so entrenador del primer equi-po en la temporada 07/08. Co-gió las riendas en la últimas jornadas de aquella Liga, ayu-dando al equipo a finalizar en novena posición.Desde entonces, es un hom-bre de la casa. De los que son necesarios en cada club. Es-ta temporada volvió a pisar Riazor. «Es una satisfacción y más después de que el Dépor haya regresado a Primera. Lo que viví allí fue muy bonito a nivel profesional. Cuando yo llegué era un equipo que esta-ba sacando la cabeza. Un equi-po con todas las letras», dice.

La venganza de un canterano

VORO Triunfó en la final de la Copa ante compañeros de promoción como Giner y Camarasa en la cantera del Valencia

«Estábamos obligados. Mi sensación era que no podíamos fallar»

Page 24: 27 06 15 Especialvoz

47:02

Aunque la principal virtud de Djukic es su elegancia a la hora de sacar jugado el balón, también tiene un potente disparo. Mijatovic acaba de comprobarlo en sus carnes al meterse en medio de un despeje del jugador serbio. El delantero del Valencia queda tenido sobre el césped, sin aire, y es retirado hasta la banda en camilla para ser atendido

Djukic noquea a Mijatovic con un pelotazo que lo dejó sin aire

«En la segunda mitad salimos mucho mejor, hasta que

Mijatovic consiguió empatar el encuentro»

Gaizka Mendieta, al acabar el encuentro

24 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

Fernando Martínez Perales(Valencia, 21 de mayo de

1967)

Está lejos de ser un «bad

boy» del fútbol, pero

siempre ha destacado por

su carácter y ha dejado

las cosas claras. Con esa

misma decisión subía la

banda uno de los iconos

del Súper Dépor. Llegó al

club blanquiazul en 1992

procedente del Valencia

(al igual que Voro, que

recaló en A Coruña un

año más tarde) y ambos

vivieron en carne propia

el germen de la rivalidad

con el club che. La final

de 1995 fue la cara de

aquella moneda que

después mostraría

cruz. Nando es uno de

aquellos que prometía

quedarse en A Coruña

para vivir una vez que su

carrera futbolística dijese

«basta». Y es uno de los

pocos que ha cumplido su

palabra.

3

En todas aquellas alineacio-nes que el propios y extra-ños se sabían de memoria y que retrataban al Súper Dé-por, podría haber matices en la línea defensiva, bien en un central, bien con Djukic de lí-bero, bien en el lateral dere-cho, pero donde nadie fallaba en el nombre era en el flanco zurdo de la defensa: Nando.

Vigoroso en su fútbol, siem-pre mantuvo los dejes de sus inicios cuando era extremo y se dedicaba más a apurar la lí-nea de fondo que a proteger el área propia. Así fue en el Le-vante e intentó ser en el Valen-cia, pero topó con el gigante Leonardo y hubo de emigrar con la carta de libertad.

Escogió A Coruña, o Ma-rineda le eligió a él. Todavía no está claro, pero lo cierto es que esa decisión condicionó la vida de Nando para siem-pre. Un hombre que ha lleva-do los valores coruñeses, del Deportivo y de Galicia tan le-jos tenía que protagonizar epi-sodios como los que vivió en su Sada adoptiva, de la que ha sido pregonero en las fiestas.

El modo en que se adaptó a su posición en el lateral de la defensa fue tan exitoso que le valió el respeto de todo el fútbol español, que le consi-deraba uno de los mejores en su puesto en los tiempos mo-dernos. Entonces se mostró como un jugador muy valio-so en ataque que no desdeña-ba el trabajo en defensa. Inten-sidad, colocación y criterio a la hora de soltar el balón eran sus puntos fuertes. Fue uno de los futbolistas que más parti-dos disputó con la camiseta blanquiazul.

Después de ganar la Copa de 1995 y la Supercopa vinculada al primer título de la historia del Deportivo, Nando conti-nuó con su trayectoria profe-sional en el Sevilla de Segun-da División. Fue un fijo para el entrenador gallego Fernan-do Castro Santos. Logró el as-

censo y todavía disfrutó de la máxima categoría una tempo-rada más.

A partir de entonces, volvió a sentir la llamada de Galicia y fichó por el Compostela, cuyo banquillo ocupaba otro viejo conocido suyo, Carlos Balles-ta. También allí mostró su ca-

rácter al renunciar a jugar la segunda parte del duelo ante el Extremadura en marzo del 2001. El Atlético Arteixo fue su última parada ese mismo año. Y volvió Nando, con todas las letras. Aquel al que hicieron la falta del penalti de Djukic. El mismo que debutó en Prime-ra de la mano de Alfredo Di Stéfano y que exigió respeto a Carlos Alberto Silva en 1997, decía de su estancia en Pon-te dos Brozos: «Lo que estoy haciendo no es ninguna tonte-ría». Se retiró en el 2003 har-to de sacrificar su vida perso-nal por el fútbol y desatender el cuidado a la familia.

Mataba el gusanillo siendo más coruñés que nunca y en-rolándose en el mítico equipo de fútbol sala Restaurante Ma-nolito, junto a otros como Do-nato, con el que lo ganó todo.

Generó un vínculo especial con Arsenio y Alfredo San-taelena, se enroló en los Vete-ranos del Dépor, se convirtió en entrenador mientras con-fiesa que aún le emocionan los recuerdos de la época del Súper Dépor. Desde el ban-quillo, dio clases magistrales con Tito Ramallo acerca de la intensidad táctica. Dirigió al Somozas, Cerceda y Ponte-vedra, que abandonó porque no vio clara la relación con el vestuario.

Un valenciano de A Coruña

NANDO Extremo izquierdo reconvertido a lateral de libro, fue de los mejores socios de Fran por la zurda y un hombre que presume de gallego / PABLO GÓMEZ

«Contento por mi primer título profesional y también para el Deportivo»

Page 25: 27 06 15 Especialvoz

50:48

Arsenio no aguanta más. Con apenas cinco minutos de la segunda mitad realizar su primer cambio. Se retira del campo Adolfo Aldana, que estuvo mucho menos activo de lo que en él es habitual, y salta al terreno de juego Alfredo Santaelena. El objetivo del madrileño es cazar alguna contra y sentenciar la final de Copa del Rey.

Primer cambio del Dépor. Se va Aldana y entra Alfredo Santaelena

Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 25

«Llevábamos varios años rondando la gloria. Fue de justicia»

Francisco González Pérez(Carreira, 14 de julio de

1969)

Ingresó en el Deportivo

de La Coruña en 1987 y

un año más tarde ya se

había logrado colar en

el primer equipo. Fue el

único jugador blanquiazul

que vivió en primera

persona los seis títulos

del equipo herculino y un

pilar en la consecución

de todos ellos. Disputó 16

partidos con la selección

española y marcó dos

goles vistiendo la elástica

de España. Se retiró en

el 2005, en el club de

su vida, pese a haber

tenido ofertas de Real

Madrid y Barcelona. En

la actualidad reside en la

capital catalana, a donde

se ha trasladado con toda

la familia para seguir de

cerca los pasos de su

hijo Nicolás, una joven

promesa que se está

forjando en La Masía.

Siempre que dispone de una oportunidad, Lucas Pérez, uno de los últimos ídolos de Ria-zor, recuerda el espejo en el que se ha mirado desde que em-pezó a darle patadas a un ba-lón: Fran, el líder de aquel equi-po que deslumbró a España ba-jo la batuta de Arsenio. Él era la impronta, el sello competiti-vo de los blanquiazules, quien, con una pierna izquierda por-tentosa, fusionaba aquella mez-cla de veteranos y estrellas ex-tranjeras. El alma lo ponía un futbolista que como profesio-nal con conoció otros colores. Cumplió su sueño. Emergió pa-ra el mundo bajo la mirada de la Torre de Hércules y allí con-sumió sus últimas horas sobre el césped.

En el Santiago Bernabéu, du-rante la final de Copa, como no podía ser de otra manera, tam-bién dejó su impronta. Prime-ro a ras de hierba y luego an-tes de subir al palco. Cuando el cielo decidió descargar sobre Madrid una de las trombas de agua más espectaculares que se recuerdan en la capital, el

Valencia comen-zó a comerle te-rreno al Dépor que había lleva-do la batuta del encuentro. Los valencianistas eran un bloque físico, que se de-senvolvía con lu-cidez en condi-ciones pesadas y, poco después de las primeras go-tas, el campo ya había dejado de

drenar. Entonces, Fran agarró un balón pegado a la línea de

banda y comenzó a regatear a todos los jugadores que se en-contraba. Tanto apuró el dri-bling que incluso regateó a los charcos y finalmente apareció en el córner contrario mien-tras sus compañeros recobra-ban el aliento bajo un descomu-nal aguacero. Jose Ángel de la

Casa, al cargo de la retransmi-sión de aquel choque, definió lo acababa de ver con la única pa-labra: «¡Qué barbaridad!». A los pocos instantes, el árbitro ce-rró el primer tramo de la Copa.

Días más tarde, con el balón rodando de nuevo por el esta-dio de Chamartín, Fran volvió a

lucirse. En esta ocasión encon-tró un balón en profundidad, al-go escorado hacia la parte de-recha del ataque de los coru-ñeses y se quedó hombro con-tra hombro con Giner. Ante el empuje de Fran, el defensa se fue al suelo y el 10 se quedó so-lo delante de Zubizarreta que ya había comenzado una sali-da agónica para tratar de frenar al alfil blanquiazul. Fran se de-sembarazó del portero con un toque sutil, de esos milimétri-cos que acostumbraban a salir de sus botas. Y sin apenas es-fuerzo alojó el balón en el fon-do de la red. Pero en ese mo-mento Fran ya era consciente de que el gol no subiría al mar-cador. El colegiado había pita-do falta, la caída de Giner ha-bía surtido efecto.

Sin embargo, el gesto más grande que tuvo Fran aquella noche no fue con la pelota co-sida al pie, fue donde los gran-des de verdad no suelen fallar: en la gestión del éxito. Al por-tar el brazalete de capitán, le correspondía recoger el trofeo. Era la primera vez que un equi-po gallego se enfrentaba a tal honor y tuvo el detalle de de-jarle el privilegio a su herma-no José Ramón, el primer ca-pitán de la plantilla. «Sube tú, que yo tendré más ocasiones», le espetó. Palabra de O Neno, palabra de 10.

El alma corre a cargo de la casa

FRAN Era la figura, el hombre que daba sentido a un equipo hecho por futbolistas curtidos, perlas extranjeras y él, el líder, O Neno / A. BRUQUETAS

10

Page 26: 27 06 15 Especialvoz

Donato Gama da Silva(Río de Janeiro, 30 de

diciembre de 1962)

Donato es uno de

los personajes más

entrañables que han

desfilado a lo largo de

la historia de la Liga

española. Llegó al

Deportivo lesionado y a

unos meses de cumplir

31 años. Nadie podía

imaginarse entonces que

iba a pasar una década

de blanquiazul. De hecho,

es uno de los pocos

futbolistas que pueden

presumir de haber estado

en los seis títulos del

Deportivo, a los que él

suma las dos Copas

del Rey ganadas con el

Atlético de Madrid y tres

campeonatos cariocas

con el Vasco da Gama.

En total ha jugado 466

partidos en Primera en los

que ha marcado 49 goles,

el más importante el que

abrió la Liga del 2000

6

53:50

El Valencia comienza a usar el juego directo y esta estrategia le empieza a dar buenos frutos. El lateral izquierdo Juan Carlos centra el balón desde 50 metros hacia el área coruñesa, Fernando le gana la partida a la defensa blanquiazul pero su remate de cabeza, franco, sale desviado de la portería de Paco Liaño. Despiste

52:00 53:41Fernando cabecea mal cuando se encontraba solo ante Liaño

Momentos de duda en ambos equipos. El ritmo tan alto de juego que ambos contendientes habían brindado en la primera mitad ha desaparecido por completo. Parrece otro encuentro totalmente diferente

Empieza a llover con fuerza en Madrid. Lo que era lluvia fina, pasa a ser una buena tromba de agua. Todos están expectantes por ver cómo responde el terreno de juego del Bernabéu. El campo ya está rápido

26 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

«¡Donato danos fuerza! ¡Fuer-za pa’ vivir! ¡Donato danos fuerza! ¡Fuerza pa’ vivir! lo-lololooooo lolololololoooo-loloooo ¡Fueeeeerza pa’vi-viiiiiir!». Este cántico fue to-do un clásico en el estadio de Riazor durante una déca-da (1993-2003), aludiendo a la famosa frase de «Forza para vivir» que el jugador hispa-no-brasileño comentó al poco de aterrizar en España, cuan-do militaba en el Atlético de Madrid de Jesús Gil. Su mar-cado carácter afable y religio-so (Atleta de Cristo) convir-tieron en poco tiempo a Do-nato en uno de los personajes más queridos y entrañables del fútbol español.El conjunto rojiblanco lo fi-chó en el año 1988 del Vas-co da Gama brasileño, cuan-do Donato ya contaba con 26 años en los que había gana-do tres campeonatos cariocas en 1982, 1987 y 1988. Alzó dos Copas del Rey con el Atleti (91 y 92), club en el que pasó cinco años hasta fichar por el entonces emergente Deporti-vo, acompañado por Alfredo Santaelena.Su llegada a tierras coruñe-sas no fue fácil. Se incorpo-ró lesionado y una parte de la afición no entendía cómo se podía firmar a un jugador tan veterano (31 años). Pe-ro el jugador de Río de Janei-ro se encargó pronto de aca-llar todas estas voces desde el principio. Su polivalencia (central o pivote) lo convir-tieron en pieza clave para to-dos los entrenadores. Se in-corporó al cuadro blanquia-zul en 1993 y no colgó las bo-tas hasta el 2003, a los 40 años.

Donato exhibió sobre el te-rreno de juego un poderío fí-sico espectacular. En la final de Copa del 95, devoró él so-lo el centro del campo, siendo omnipresente. Y eso que en-frente tenía a un jugador de talla mundial como su com-patriota Mazinho.

Ese año que Mauro Silva se lo perdió por lesión, el Deportivo pudo estar tranquillo ya que Donato asumió la responsa-bilidad de cubrir con garan-tías la ausencia de uno de los mejores mediocentros defen-sivos de la historia del fútbol español y mundial.

Donato destacaba además por su potente disparo. Faltas, pe-naltis, disparos potentes desde fuera del área y hasta remates de cabeza adornan la lista de los 49 goles que marcó en los quince años que estuvo en Es-paña (466 partidos jugados en Primera División, de los que 415 fueron como titular).Al igual que sucedió con otros de sus compañeros, Donato alcanzó la internacionalidad española una vez llegado al Deportivo. Jugó en 12 ocasio-nes con la camiseta de Espa-ña, participando en la Euroco-pa de Inglaterra de 1996.Una vez colgadas las botas, Donato intentó seguir ligado en el mundo del fútbol; pero sigue esperando a que le den una oportunidad para demos-trar su valía. Posee el título de entrenador nacional y, de he-cho, ha entrenado al juvenil del Montañeros en la tempo-rada 2008/2009.A la espera de que alguien le brinde su confianza, Donato se gana la vida participando en diversos proyectos empresa-riales de diversa índole, está elaborando su biografía, pre-para un clínic y es agente de jugadores. «Estuvimos con el tema de Oblak al Atlético. Es-taba todo arreglado y, al final, parece que entró Jorge Men-des y nos quitó de la jugada».

La fuerza de Riazor

DONATO El templo herculino honraba al mediocentro con un cántico atronador: «¡Donato danos fuerza! ¡Fuerza pa vivir!»

«Sabíamos que teníamos que salir fuerte para enseñarles que no iban a poder»

Page 27: 27 06 15 Especialvoz

Adolfo Aldana Torres(San Roque, Cádiz, 5 de

enero de 1966)

Pertenecía a esa

estirpe de canteranos

madridistas que

convirtieron la banda

derecha del mediocampo

del Bernabéu en un látigo.

Brilló por encima de

todos Míchel, pero otros

nombres como Adolfo

Aldana (y posteriormente

Víctor Sánchez del Amo)

demostraron en A Coruña

que todavía tenían mucho

que decir en el fútbol.

El Deportivo les debe

títulos, que no es poco.

La primera temporada

de Aldana en A Coruña

quedará para el recuerdo.

Las posteriores, y hasta

el final de su trayectoria

futbolística, estuvieron

demasiado concidionadas

por las lesiones. Se

retiró en el Mérida, que

entonces militaba en

Segunda División.

8

56:08

Si antes había sido Juan Carlos, ahora es el otro lateral del Valencia el que recibe la cartulina amarilla. Gaizka Mendieta derriba a Nando y García Aranda no duda en amonestarle. Una tarjeta que tendría su influencia puesto que el vasco acabaría siendo expulsado en los últimos compases del encuentro.

Mendieta ve cartulina amarilla, la segunda del Valencia en el duelo

Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 27

Los tiempos han cambiado. Ahora, los canteranos del Real Madrid asumen con asombro-sa facilidad su papel secun-dario en un equipo de multi-millonarios galácticos. Por un puñado de dólares.

Antes no era así. O, mejor dicho, hubo una época en la que no era así. Adolfo Alda-na es el mejor ejemplo de ello.

Él se revolvió contra la mal-dición del canterano meren-gue. Estuvo a un paso de ser el primer futbolista español que se acogía al decreto 1.006/85 para rescindir su contrato con el Real Madrid, pero finalmen-te ese honor correspondió al sobrino de Gento, Paco Llo-rente, que en el año 1987 cam-bió el Atlético por el Real Ma-drid echando mano de ese re-curso legal.

Pero Aldana no era Lloren-te. Era mejor. De hecho, pa-sa por ser uno de los mejores interiores derechos que dio la factoría merengue, y uno de los más destacados que vistió la camiseta blanquiazul. Con Fran por una banda, y Aldana por la otra, aquel Súper Dépor era imparable.

Y eso que Adolfo Aldana co-menzó jugando como delante-ro centro. Su estatura (188 cen-tímetros) le condicionó en ese sentido. O mejor dicho, con-dicionó a sus primeros entre-nadores, en el Algeciras y las categorías inferiores del Real Madrid.

Después demostró su habi-lidad con los pies más allá del remate y se hizo con un nom-bre pegado a la línea de cal. O, al menos, lo intentó. Por-que la sombra de Míchel era alargada en la casa blanca. La

Quinta del Buitre cortó de raíz las esperanzas de triunfar en el Bernabéu a varias genera-ciones de futbolistas, aunque a Aldana la puntilla se la dio Luis Enrique.

Con todo, en los cinco años que Aldana fue madridista de élite logró engrosar su palma-

rés con tres Ligas, una Copa y una Supercopa. Y marcó el úl-timo de los 107 goles que aquel equipo dirigido por John Ben-jamin Toshack, con el que lue-go se reencontraría en su eta-pa en el Deportivo (el gadita-no llegó en 1992 y se fue 1996 en con una Copa del Rey, una

Supercopa y un subcampeo-nato de Liga más en su hoja de servicios).

De esa época, lo mejor fue su primer temporada. Porque en la campaña 1993-1994, una rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco exter-no de la rodilla derecha le de-jó en el dique seco casi todo el curso, y sin Mundial (era el elegido del seleccionador Ja-vier Clemente en detrimento de Míchel).

Dos cursos más en el Espan-yol y otro postrero en Segun-da con el Mérida zanajron una carrera futbolística que acabó de bruces con la burocracia. Aldana solicitó la incapacidad definitiva, se la concedieron y denunció a sus ex clubes y a la LFP sin éxito.

Después de colgar las botas echó mano de la formación que eligió para seguir vincu-lado al fútbol. Licenciado en Educación Física, estudió ges-tión y dirección deportiva, es-tuvo vinculado a la construc-ción de instalaciones depor-tivas, impulsa un campus de base en Marbella, da clases maestras y ponencias y es el actual seleccionador absolu-to andaluz, cargo al que lle-gó tras curtirse desde las in-feriores en clubes como Los Barrios, Tesorillo, Guadiaro y Marbella Paraíso.

Un regate a la sombra de Míchel

ALDANA Llegó con el sambenito de suplente del mítico 8 blanco y fue uno de los centrocampistas de mayor calidad que jugó en A Coruña / PABLO GÓMEZ

«Más especial que los tres títulos de Liga que gané con el Real Madrid»

Page 28: 27 06 15 Especialvoz

Javier Manjarín Pereda(Gijón, 31 de diciembre de

1969)

Oro olímpico en Barcelona

92 e internacional en

doce ocasiones, pasó

toda su trayectoria como

futbolista en equipos

del norte de España.

Firmó en el Sporting con

quince años y despuntó

en Mareo hasta lograr

debutar con el primer

equipo en 1989. En 1993

se fue al Deportivo con el

objetivo de ganar títulos

en jugar en Europa y

consiguió ambos retos.

En 1999 se marchó al

Racing de Santander y,

después de dos años,

probó fortuna en el

fútbol mexicano. En el

2004 regresó a Galicia

para colgar las botas en

el Atlético Arteixo, en

Segunda División B. Tiene

el título de entrenador

y su hijo de 17 años ya

debutó de Preferente

9

56:35

Primera jugada polémica del partido. El Dépor saca rápido la falta que había originado la tarjeta a Mendieta; Manjarín conduce raudo hacia el área, se va de un defensor y es trabado dentro del área justo cuando estaba listo para batir a Zubizarreta. Parece un penalti claro, que además hubiera supuesto la tarjeta roja directa al jugador del Valencia

58:15 60:00Claro derribo a Manjarín dentro del área, que el árbitro no vio

Minutos de desconcierto en el Valencia. El omnipresente Javier Manjarín realiza otra de sus diabluras con un centro al que Bebeto no llega por centímetros. El cuadro blanquiazul ronda el segundo tanto, el de la sentencia

Nuevo intento del equipo de Arsenio, que parece favorecido por la rapidez del campo. El hispano-brasileño Donato realiza un centro-chut muy peligroso que Zubizarreta atrapa con muchos problemas

28 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

Eléctrico, peleón y con cali-dad en el uno para uno. Así era Javier Manjarín, el futbo-lista más activo de los veinti-cinco que participaron en la final de Copa del 95. El delan-tero asturiano marcó el pri-mer gol, forzó un claro penal-ti que García Aranda no vio y dio el pase del segundo a Al-fredo. Si por entonces exis-tiera la figura de mvp, él ten-dría todas las papeletas para haberlo ganado.Este habilidoso delantero ini-ció su carrera profesional en las filas del Sporting de Gijón, con el que disputó dos bue-nas temporadas en las que el equipo quedó siempre entre los diez primeros. Fue miem-bro de una de las generaciones de oro de la cantera de Ma-reo junto a futbolistas del ni-vel de Juanele, Luis Enrique y Abelardo. Un póker de lujo no solo por ser una de las mejo-res, sino también por formar parte del equipo olímpico que consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Bar-celona 92.Su buena actuación en el con-junto gijonés le abrió las puer-tas de un Deportivo que co-menzaba a hacerse grande. Manjarín debutó con el con-junto herculino en septiembre de 1993 y con la elástica blan-quiazul consiguió una Copa del Rey (la citada ante el Va-lencia en el Santiago Berna-béu) y una Supercopa de Es-paña (también en el Bernabéu con Toshack en el banquillo).Con el Deportivo, Manjarín rindió al máximo y ofreció los mejores minutos de su carrera futbolística. Su buen hacer con la camiseta blanquiazul le sir-

vió para ganarse el cariño de la afición, así como para debutar con la selección española de Javier Clemente. Con la roja el gijonés disputó la Euroco-pa de Inglaterra 1996.La estancia de Manjarín en el Deportivo se prolongó hasta 1999. La falta de oportunidades

en un club plagado de extran-jeros en aquella época motivó su salida del club herculino.Santander fue su destino pe-ro en el Racing pasó dos tem-poradas aciagas en la que ni la suerte le acompañó ni las le-siones le respetaron. 329 par-tidos y 38 goles en Primera

son los números que le ava-laron para tener la oportuni-dad de cruzar el charco y pro-bar fortuna en el fútbol me-xicano. Concretamente en el Atlético Celaya (2001/2022) y en el Club Santos Laguna (2002/2003). Después de esta experiencia, Manjarín regre-sa a tierras coruñesas y ofre-ció sus últimas tardes de glo-ria en el Atlético Arteixo, ju-gando en Segunda B.Colgó las botas en el 2005, ma-tando el gusanillo con los ve-teranos del club blanquiazul en aquellas célebres tempo-radas en las que fueron cam-peones de España de fútbol indoor. Tiene el nivel 3 del tí-tulo de entrenador y no des-carta en un futuro comenzar a dirigir a algún club, intentan-do triunfar como sus compa-ñeros de promoción Luis En-rique y Abelardo.Mientras sale alguna oportu-nidad, tutela desde cerca los primeros pasos que está dan-do su hijo Javier en el mun-do del fútbol. El muchacho de 17 años, a pesar de ser juvenil de primer año, ya debutó en el grupo norte de Preferen-te e incluso marcó un gol con la elástica del Atlético Artei-xo. Solo el tiempo podrá de-cir si consigue llegar al nivel de su padre. El listón lo tiene muy alto.

El mvp de la final de Copa

MANJARÍN Marcó el primer gol y dio la asistencia del segundo a Alfredo, además de forzar un claro penalti que el árbitro no vio

«Había una deuda y ganar la Copa nos quitó aquel peso»

Page 29: 27 06 15 Especialvoz

Jose Roberto Gama de Oliveira(Salvador de Bahía, Brasil,

16 de febrero de 1964)

Vitoria de Bahía,

Flamengo y Vasco da

Gama vieron su amanecer

futbolístico, pero fue en

el Deportivo en donde

maduró como jugador

alcanzando su mayor

nivel de rendimiento.

De hecho, fue vestido

de blanquiazul cuando

conquistó su gran logro

profesional: ganar la

Copa del Mundo de 1994

en aquella selección

brasileña de la que

también formaban parte

ilustres como Taffarel,

Aldair, Leonardo, Mauro

Silva, Dunga, Mazinho y

Romario.

En la actualidad, ha

derivado su vida hacia la

política, siendo elegido

diputado por Río de

Janeiro. Su hijo Matheus

intenta seguir sus pasos

como futbolista

62:40

El Valencia se sacude de encima el dominio del Deportivo gracias a una falta en la frontal del área. El delantero búlgaro ejecuta con su pierna izquierda pero Paco Liaño está muy atento y detiene el balón abajo. La complejidad del campo hace que el cántabro pare el balón con apuros, presionado por Gaizka Mendieta

Penev prueba fortuna con una falta desde la frontal que ataja Liaño

«En los últimos tres años hemos luchado por conseguir un

título y siempre nos ha faltado algo»

Fran, al acabar la final de Copa del Rey

Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 29

«¡Bebeto, eres dios!». Un gri-to unánime y desgarrador del estadio de Riazor el día que el brasileño jugó su último parti-do con el Deportivo. Era el en-cuentro que servía para con-memorar el centenario del club y el ariete vino expresa-mente desde Brasil para jugar-lo. Marcó dos goles y el públi-co lo sacó a hombros del es-tadio.

Pocos futbolistas han dejado tanta huella en un club en tan poco tiempo. Y es que Bebeto apenas estuvo cuatro años en el Dépor, con el culebrón ca-da verano de si el jugador te-nía morriña e igual no regresa-ba en el mes de agosto. Pero al final, el punta carioca siempre volvía con bríos, destrozando todas las porterías de la liga es-pañola con goles imposibles.

De aspecto frágil y menudo, fue un delantero enorme. De los grandes en la historia del fútbol. Era capaz de fabricarse sus propios goles con quiebros imposibles, capaces de que-brar las cinturas de los centra-

les. Bailaba sobre el cam-po. Samba pura y dura. En el recuerdo siempre que-dará aquel tanto que le hi-zo al Espanyol, volviendo completamente loco a Mi-no con quiebros y requie-bros. O los cuatro goles en seis minutos que le hizo al Albacete en 1995.

Lo suyo era retar a las leyes de la física. Carre-ras repletas de fintas, re-mates acrobáticos cayén-dose al suelo, disparos de falta con su rosca endiabla-

da y una forma de correr úni-ca, en la que los brazos baila-ban sobre su cuerpo como si

de una danza se tratara.Jose Roberto Gama de Oli-

veira dio sus primeros pasos en el club de su ciudad natal, en el Vitória de Salvador de Bahía. Pronto fue traspasado a un grande de Brasil como el Flamengo, en donde jugó al la-do de Zico y Socrates. Ambos,

también de aspecto muy me-nudo, fueron los jugadores que más le marcaron y al que siem-pre tuvo como referentes. En el Flamengo estuvo seis tempo-radas, logrando el Brasileirão de 1983 y dos campeonatos ca-rioca. En 1988 es traspasado al Vasco de Gama, en donde con-

quista un nuevo Campeonato y es elegido mejor jugador su-damericano del año 1989. En 1992 fue el máximo goleador.

Este fue su último logro en Brasil ya que ese mismo vera-no se comprometió con el Dé-por, aunque su fichaje estuvo apunto de frustrarse al igual que el de Mauro Silva, porque el equipo blanquiazul rozó el descenso a Segunda hasta que finalmente logró la permanen-cia en una agónica promoción contra el Betis.

En el cuadro coruñés estuvo 4 campañas, en las que anotó un total de 86 goles en 130 par-tidos. Fue Pichichi en la 92/93 y uno de los miembros des-tacados del Súper Dépor que enamoró al fútbol español. En 1996 se marchó de A Coruña y su magia se acabó. Empezó un largo peregrinar de seis años por equipos como el Flamen-go, Sevilla, Vitória, Cruzeiro, Botafogo, Toros Neza, Kashi-ma Antlers y Al-Ittihad,

Colgó las botas con 40 años y se dedicó en un primer mo-mento a la representación de futbolistas y a obras sociales. Finalmente acabó en la políti-ca, siendo Diputado en Río de Janeiro por el Partido Solida-ridad. Su hijo Matheus, de 20 años, sigue sus pasos y jugó la última campaña en el Esto-ril portugués.

«¡Bebeto, eres dios!»

BEBETO Solo estuvo cuatro años en el Dépor, pero fue sacado a hombros del estadio de Riazor el día de su despedida / I. ANTELO

«Uno de los días más felices de mi vida. Como ganar un Mundial»

11

Page 30: 27 06 15 Especialvoz

Alfredo Santaelena Aguado(Madrid, 13 de octubre de

1967)

Es auténtico. Sin

dobleces. Uno de esos

deportivistas de fuera

que cuando partieron

de A Coruña se llevaron

un pedacito del corazón

coruñés. Incluso su

hermano Miguel Ángel

hizo lo posible por jugar

en el Fabril y perpetuar

el vínculo. Alfredo

protagonizó la primera

gran gesta del Dépor

contemporáneo, el primer

título oficial, nada más

y nada menos. Y por los

pelos no cambia el rumbo

de la historia, porque

aquel balón que envió

Djukic a las manos de

González... aquel balón, si

llega a salir rebotado, en

lugar de quedarse pegado

al guante del portero

valencianista... iba directo

a las botas de Alfredo

Santaelena.

64:50

Fran pone el Bernabéu en pie con una jugada

que firmaría el propio Messi hoy en día. Cruza

el área de lado a lado, deshaciéndose de todos

los contrarios que le salen al paso, conduciendo

además el balón entre los charcos. Al final, cede el

balón a Donato, que dispara y encuentra respuesta

en una palomita de Zubizarreta

63:30 67:20Fran realiza una jugada espectacular y Donato casi marca

El balón empieza a

frenarse a la hora de

deslizarlo sobre el terreno

de juego. El partido

empieza a ser trabado,

lleno de cboques y

lento. Se acabaron las

combinaciones en corto.

Toca pasar a un juego más

directo

Casi todo el centro

del campo está lleno

de charcos. Ahora sí

que sí se ha acabado

el fútbol en esta final

de Copa del Rey que

tan buen espectáculo

había ofrecido hasta el

momento. A expensas

de un golpe de suerte

30 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

Uno en cada portería, como se encarga él de recordar cuan-do repasa la historia de su vi-da futbolística. Y cada uno de esos goles, valió un título, po-dría añadir. Una Copa del Rey, para ser exactos. El primero, en la prórroga de la final de 1991 contra el Mallorca de Claudio Barragán. El otro, el más im-portante, para el primer títu-lo de la historia del Deporti-vo, ya con el Litri como com-pañero hasta de habitación. Se lo debía.

Creció en Vicálvaro con un balón pegado a los pies y en el mítico Pegaso (su padre trabajó treinta y seis años en la fábrica de camiones que da nombre al club de origen de otros como Quique Sánchez Flores y Sa-bas) y Juanito como ídolo, pe-ro acabó siendo colchonero de pro desde que Gil lo fichó en plena ducha en el vestuario del Getafe en 1989. Lo suyo eran los traspasos repentinos, por-que en 1993, cuando disfrutaba de sus vacaciones, se le anun-ciaba que era nuevo futbolista

del Deportivo, junto con Donato.

De ahí, a la historia blanquiazul. Ese gol en la Copa del Rey, el primer título de la historia del Deporti-vo, marcó su carre-ra, aunque él lo in-tente minimizar. En el imaginario popu-lar se marca, al me-nos un par de veces al día, el gol de Al-fredo. Con la cabe-za, a pesar de sus es-

casos 170 centímetros de esta-tura. «Todavía hay gente en A Coruña que me para y me di-

ce: ‘Gracias por el gol, Alfre-diño’», explicaba a La Voz de Galicia diez años después de la gesta. «Tengo la réplica de la Copa en un lugar destacado», describía también.

Sin embargo, apenas un par de años más tarde, ese tanto le perseguía implacable. Y cuan-

do no disfrutaba de tanta conti-nuidad en el equipo titular, Al-fredo repetía: «No vivo del gol de la Copa».

Su pasión por la táctica se acrecentó en su etapa en el Se-villa, donde comenzó a cursar para entrenador junto a su ami-go Gaby Moya (con el que tam-

bién celebró el gordo de la lote-ría de Navidad 2012). El actual ayudante de Claudio Barragán en el banquillo del Cádiz ha compartido sus conocimien-tos en charlas como las que dio con Roberto Fresnedoso y Mi-guel Ángel Sáez, pero también dedica buena parte de su tiem-po a colaborar con los vetera-nos del Atlético, el sindicato de la AFE, algunos partidos soli-darios, el fútbol femenino y la Copa Coca Cola de fútbol base, además de simposios de pre-vención de riesgos en el fútbol.

Es la intensa actividad vincu-lada con el deporte y el balón de Alfredo, que ha ido crecien-do en los banquillos desde su debut en el Pegaso, y median-te su paso por Cobeña, Ciem-pozuelos, Ibiza, Marbella, Al-cobendas y el filial del Atléti-co de Madrid, donde impulsó a jugadores como Saúl, Cidon-cha, Manquillo y Óliver Torres gracias a un estilo ofensivo y de buen trato al balón.

Esa es la conclusión futbo-lística a la que ha llegado un jugador que comenzó como referencia goleadora, después se recicló en bregador y acabó por hacer historia con una ju-gada que había ensayado mil veces bajo las órdenes de Ar-senio Iglesias. Talento, disci-plina, pizarra e historia.

Es decir, fútbol y puro de-portivismo.

«Gracias por el gol, Alfrediño»

ALFREDO Quería ser futbolista para marcar un gol como el de Tardelli en el Bernabéu en la final del Mundial 82. Y acabó anotando dos / P. GÓMEZ

«Es algo precioso que tuve la fortuna de protagonizar y ahí estará para siempre»

14

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Claudio Barragán Escobar(Manises, 10 de abril de

1964)

Sobrevivió al héroe

Stoja y al mito Bebeto

con la frente bien alta,

y fue de la mano con

Uralde pero, sobre todo,

compartió vida con

otro ilustre blanquiazul:

Alfredo Santaelena. En

las concentraciones

de Arsenio Iglesias

eran compañeros de

habitación, esas paredes

que fueron testigo de

la gestación del primer

título de la historia

del Deportivo. Ahora

peinan canas juntos en

el banquillo del Cádiz. El

Litri continúa ofreciendo

al tendido esos naturales

imaginarios y haciendo

gala de un carácter que

ha marcado una carrera

honesta en la que la Copa

del Rey de 1995 es la

única pica en Flandes de

su palmarés.

69:20

Una nueva jugada polémica para el colegiado García Aranda. Fran pelea con Giner por un balón pegado a la línea de banda, el defensa valencianista se cae al suelo y el árbitro pita falta. El balón había acabado en la portería de Zubizarreta. El campo está muy rápido y cualquier mínimo contacto te manda directo al verde. No parecía falta.

69:30 70:00Gol anulado al Deportivo por supuesta falta de Fran a Giner

La afición deportivista, que ya había visto como minutos antes le habían obviado un claro penalti sobre Manjarín, se enfada y empieza a gritar: «Manos arriba, esto es un atraco». Entienden que no había falta de Fran sobre Giner.

En medio de la indignación del fondo norte del Santiago Bernabéu, el colegiado García Aranda sí que pita una falta en la frontal, muy peligrosa para los buenos lanzadores que tiene el Valencia.

Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 31

Él, Claudio. El verdadero señor Barragán. No es ningún chiste. Un futbolista de quilates como pocos entre los que vistieron la camiseta blanquiazul. Un hom-bre apasionado que ha dejado huella allá por donde ha pisa-do. Claudio Barragán era el me-jor socio de todos en la delan-tera del Súper Dépor.

En la final de la Copa del Rey de 1995, entró en el cés-ped cuando se cumplía el mi-nuto noventa, en sustitución de Javier Manjarín. Suficiente.

Los años pasan y ahora el entrenador del Cádiz tiene en su hija Nekane su fan número uno y en su amigo Alfredo San-taelena su mano derecha. Pero hay sentimientos que perma-necen. Es habitual escucharle un «siempre me quedará Ria-zor» o un «estoy orgulloso de ser del Dépor». Sus palabras, esas que en boca de algunos se las lleva el viento, se tradu-jeron en lágrimas cuando re-gresó con el Salamanca a Ria-zor y Riazor le aclamaba como antes, como siempre.

Y eso que Claudio Barragán, ese Litri de celebración torera en cada gol, es ídolo iti-nerante. Solo hay que preguntar en Mallor-ca. Las crónicas rezan que «el club presidi-do por Miquel Con-testí pagó la friolera de 25 millones de pe-setas en el verano de 1989 por un delante-ro prometedor del Elche» antes de ca-lificarlo como «pura

nostalgia» dejando a un lado sus desencuentros con Serra Ferrer. Las páginas de los dia-

rios relatan su regreso a la is-la como entrenador de la Pon-ferradina, donde también hi-zo historia al convertirse en su momento en el técnico con más partidos seguidos en el club.

Era Claudio uno de esos fut-bolistas que apuntan desde ni-ños. Su mentor en Elche, Eva-

risto Carrió, prometió cortar-se una mano si aquel joven no llegaba a internacional. Y Clau-dio jugó con España media do-cena de partidos.

Esa confianza de los técnicos en él ya era ciega desde que es-taba en el Levante (paréntesis Ceutí), donde compartió ves-

tuario con Cruyff y donde sus rodillas comenzaban a dar avi-sos. Las lesiones fueron el gran lastre de su carrera, más allá de las acusaciones de falta de gol, que contrarrestaba con un ren-dimiento pleno en toda la fran-ja del ataque.

Claudio le costó al Mallorca veinticinco millones de pese-tas en el año 1989 y el Deporti-vo lo vendió por cincuenta en 1985. El zapador de Bebeto fue ídolo (le calificaron de icono y clave en la historia franjiverde como jugador y entrenador) en Elche desde que lideró el pri-mer ascenso en 1987.

Así también es considerado en A Coruña, sobre todo por esa parte de la historia que lo vincula a la Copa del Rey y a Alfredo Santaelena. Se encon-traron por primera vez en la prórroga de la final de 1991. El madrileño les dio el título a los colchoneros con un gol en el minuto 111. La noche anterior a la final del 95, con ambos in-tentando conciliar el sueño de-portivista antes de enfrentar-se al Valencia, Claudio le pidió a Alfredo que le devolviese la gloria que le había quitado cua-tro años antes. Dicho y hecho.

Así se escribe la historia del Deportivo con gente como es-tos dos compañeros, amigos, futbolistas, delanteros, entre-nadores, deportivistas.

El verdadero señor Barragán

CLAUDIO Tan auténtico que ya se le veía venir desde jovenzuelo, cuando compartió vestuario con el mismísimo Johan Cruyff / PABLO GÓMEZ

«La tormenta, suspender el partido... estaba destinado. Eso pasó por algo»

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34 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

UN EQUIPAZO COMO RIVALEl subcampeón tenía una plantilla estelar, con Mazinho, Mendieta, Fernando, Mijatovic o Penev

AQUEL VALENCIA

70:30

El campo ya estaba para pocas alegrías. Así que cualquier detalle podía resultar decisivo. El Valencia logró el tanto de la igualada en una falta genialmente botada por Mijatovic que Liaño rozó con la punta de los dedos antes de que entrara en la meta deportivista. Fue la última acción importante antes de que se suspendiera el encuentro.

¡Gol del Valencia! Mijatovic marca de falta directa en medio del diluvio

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Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 35

Aquel Valencia de 1995 tenía mimbres suficientes como pa-ra haber ganado algún título. Una plantilla larga, con mezcla de jugadores experimentados con otros que años más tarde despuntarían en el panorama internacional.En la portería estaba Zubiza-rreta, que por entonces conta-ba con 33 años y venía prece-dido de una gran carrera pro-fesional en la selección espa-ñola y en el Athletic Club y el Barcelona. Seis Ligas, tres

Copas del Rey y 3 Superco-pas adornaban ya su palma-rés. Sempere y José Francis-co Molina competían con él por entonces.Para los laterales, Rielo apos-tó por Mendieta en el dere-cho, en pleno amanecer de su carrera futbolística. Un juga-dor que años más tarde sería traspasado al Lazio italiano por 7.500 millones de pesetas (unos 30 millones de euros). Por la izquierda actuó Juan Carlos, exjugador de Atléti-co de Madrid y Barcelona, en donde también había ganado muchos títulos (3 Ligas, 1 Copa

y 1 Champions, entre otros). Otero y Romero también for-maban parte de aquel equipo, pero no participaron en la fi-nal de Madrid.Como centrales, Rielo apostó por dos históricos del Valencia

como Paco Camarasa y Fer-nando Gir; mientras que por delante contaban con la ayu-da de un campeón del mundo como Mazinho.Otra leyenda che como Fer-nando Gómez Colomer se en-

cargaba de po-ner calidad en la medular, ayuda-do por un Anto-nio Poyatos que acababa de fir-mar gran cam-peonatos con el sorprendente Logroñés de Da-vid Vidal. Otro

exbarcelonista como Rober-to Fernández completaba la medular; con Engonga o Juan-jo Maqueda en la recámara.Arriba, Mijatovic, el que aca-baría siendo héroe de la Sép-tima del Madrid; y un inter-nacional búlgaro como Penev. Pepe Gálvez, Salenko y Eloy Olalla también estaban en el Valencia 94/95.En definitivo, todo un equipa-zo al que al Deportivo le costó hincar el diente. Y es que por entonces, Madrid y Barcelona no tenían la superioridad que sí existe hoy en día. Había más buenos equipos.

PARREIRA HABÍA COMENZADO A DIRIGIR AQUEL GRUPO QUE COGIÓ RIELO A SOLO TRES JORNADAS DEL FINAL DE LA LIGA 94/95

IVÁN ANTELOA CORUÑA / LA VOZ

78:58

En un partido con viento, orballo y lluvia fuerte; ya solo quedaba que también granizase. Y esto se produjo a doce minutos del final. El Valencia acababa de lograr el tanto del empate y sobre el césped del Santiago Bernabéu empiezan a caer enormes pedruscos de hielo, que hacían daño con el simple hecho de mirarlos. ¡Lo que le faltaba a la final!

Empieza a granizar en el Bernabéu.¡Lo que le faltaba a la final de Copa!

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79:34

Las bolas de granizo son tan grandes que los protagonistas tienen que taparse la cabeza con las manos. El colegiado García Aranda habla con los capitanes y les comunica su decisión de paralizar el partido hasta que cese la tormenta. Bajo esas condiciones era imposible seguir realizando la práctica de fútbol

22:40 h. 23 h.García Aranda habla con los capitanes y suspende el partido

Los aficionados que tienen localidades descubiertas tratan de escapar como pueden por los vomitorios o incluso saltando vallas para escalar hacia localidades cubiertas. Se viven minutos de verdadera tensión ante la tormenta de granizo

Algunos aficionados ya abandonaron el campo ante las inclemencias meteorológicas, viendo además que iba a ser casi imposible reanudar el encuentro. La mayoría aún aguanta estoicamente la decisión del árbitro

Un cóctel de garra y clase para conquistar la CopaEl Deportivo llegó a esa final gracias a contar con una plantilla en la que cada futbolista sabía perfectamente cuál era su misión y no se extralimitaba de sus funciones. Una maquinaria perfecta

EL UNO A UNO

Por Donato Gama da SilvaFue uno de los grandes protagonistas de

la final contra el Valencia. Jugaba en el

medio del campo. Con la lesión de Mauro

ejerció como único mediocentro y se

adueñó de su parcela desde el primer

minuto. Se hartó de cortar balones y

distribuirlos con criterio.

Nando es de esos tipos de laterales que me gustan. Un tío muy inteligente. Sabía cuando tenía que atacar, cuándo

tenía que defender, pasar, tirar a puerta. Para mí, Nando fue uno de los grandes laterales que tuvo el Deportivo en to-da su historia. Era listo. No se desgastaba por desgastar. Su-bía cuando veía oportunidad, pero no simplemente por lu-cirse o ganarse el aplauso de la afición, sino porque consi-deraba que podía aportar al-go bueno al equipo.

Fue su segunda gran temporada en el Deportivo que acabó en la Copa con una destacada actuación. Era un

portero con una excelente co-locación y que exhibía unas ganas tremendas de mejorar día a día. Aparte de ser buen meta, era muy trabajador. Co-mo persona, destacaría su hu-mildad. Era y es un tipo sim-ple, con el que era fácil con-geniar. Uno de los compañe-ros que más unían el vestuario por su forma de ser de aunar esfuerzos y amistad.

Sin ser el porten-to físico de Voro era un futbolista con una mentali-dad muy fuerte. Al igual que su com-

pañero, sabía perfectamente lo que tenía que hacer en cada momento y conocía sus limi-taciones. Sabía que para sacar el balón estábamos futbolistas como Djukic o yo y entonces no se complicaba la vida, nos la daba y ya nos encargába-mos nosotros del resto. Él y Voro eran dos auténticos pe-rros de presa de los que nos beneficiábamos el resto.

Es uno de los fut-bolistas que llegó al Deportivo del Valencia, en teo-ría de un club su-perior, pero que

consiguió que el nuestro pa-sara por encima. Tenía una gran colocación. Conocía muy bien sus limitaciones y hacía lo más sencillo posible. Y esa sencillez ayudaba muchísimo al resto. Era muy fuerte y sa-bía delimitar perfectamente su parcela del campo ante los delanteros. No se amilanaba. Estando en el Deportivo llegó a la selección por algo.

NANDO

LIAÑO

RIBERA

VORO

3

1

4

2

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Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 37

23:10 horas

Después de unos minutos de incesante granizo, deja de llover su Madrid. Por fin escampa, por lo que el colegiado García Aranda salta al terreno de juego para comprobar si se puede reanudar el encuentro. Es imposible. Hay una cuarta de agua y el túnel está inundado. Por ello, opta por el aplazamiento. Se volverá a jugar el martes 27 de junio

El colegiado sale a inspeccionar el campo, pero es imposible jugar

Es uno de los pocos futbolis-tas en el mundo que ga-

nó un título luciendo dos dorsales diferentes. Saltó al campo antes de que la granizada obligara a aplazar el encuentro portando el número 14 y, tres días después, con la reanuda-

ción, lo cambió por el 8 que antes ha-bía exhibido Adolfo Aldana.

Y dicho esto, tengo que confesar que si había un jugador que no ima-ginaba que me podía dar la Copa con el Deportivo ese era Alfredo. Y no porque no confiara en él, sino por-que me había hecho tan feliz cuan-do había marcado con el Atlético de Madrid, que parecía imposible que fuera a repetir. Y lo hizo.

Alfredo era un luchador. No era

técnicamente muy bueno pero con la garra que tenía y las ganas que po-nía siempre para ganar, era capaz de lograr lo más difícil. Entre otras co-sas, marcar ese gol contra Zubi, ga-nándole de cabeza cuando el por-tero lo superaba bastante en altura.

Era un tipo que, aunque tenía que conformarse más con el banquillo que jugando, cuando salía siempre lo daba todo y conseguía aprovechar sus minutos.

ALFREDO SANTAELENA

14-8

Uno de los mejores jugadores del mun-do en este puesto. Nunca jugué con él con cuatro defen-sas pero con cin-

co era el mejor. Estoy segu-ro de que si hubiera coincidi-do, habríamos hecho una sen-sacional pareja de centrales. Una de las mejores de la Li-ga, sin duda. Djukic para mi fue un jugador importantísi-mo. Y jugando con dos tan-ques delante: Voro y Ribera, jugaba de libre sobresalía mu-chísimo más. Uno de los me-jores centrales.

Todos nos acorda-mos del gol de Al-fredo, porque nos dio la Copa de una manera además épica con un gol de

cabeza ante la salida de Zu-bizarreta, pero el primer gol no podemos olvidar que fue de Manjarín. Era un futbolis-ta muy rápido y peleón. Sin una gran estatura ni tremen-da habilidad, siempre sabía sa-car partido de sus virtudes. Y entre estas virtudes estaba su inteligencia. Podía jugar de delantero centro, de segundo punta, de extremo... Completo.

Si hay una palabra que defina a Clau-dio Barragán, creo que esa es la de guerrero. No daba un balón por perdi-

do. Podía no llegar e incluso perder la pelota, pero no sin antes pelear al máximo para hacerse con ella. Para Bebeto resultó una pieza fundamen-tal a la hora de conseguir su máximo rendimiento. Era, por así decirlo, el escudero de Be-beto, ese que tenía que pegar-se con las defensas y hacer el trabajo sucio para que él lu-ciera más. Un gran tipo.

Adolfo Aldana. Ay. Adolfo Aldana. Era un amigo. He teni-do la felicidad de haber compartido vestuario con él y

eso ya es un honor para mí. Es un futbolista al que ya se-guía cuando yo estaba en el Atlético y él en el Real y me declaraba ya admirador suyo. Un pedazo futbolista que, a pesar de su estatura, tenía gran habilidad con el balón en los pies. Fue muy impor-tante en aquel Deportivo. Y, en concreto en la Copa resul-tó decisivo.

Fue uno de los me-jores finalizado-res que ha dado el fútbol mundial. En aquel momento, se hablaba mucho de

Romario, pero Bebeto era más completo e inteligente. Podía ser delantero, media punta, se-gundo delantero. Se sabía mo-ver perfectamente por el cam-po. Y tenía la virtud de que parecía que todo lo que ha-cía era fácil. Lo hacía tan bien y con tanta clase que parecía que cualquiera podía. Y no. Con Bebeto, el Dépor creció mucho. Una pena su marcha.

Hablar de Luis Ló-pez Rekarte es fá-cil, porque poco hay que decir, ya que cuando llegó al Deportivo era un

futbolista ya sumamente co-nocido. Venía de militar en la Real Sociedad y Fútbol Club Barcelona, lo que lo conver-tían en un auténtico referen-te para nosotros. Contaba con gran experiencia y saber estar en el terreno de juego. Cum-plió su trabajo a la perfección porque sin ser de esos futbo-listas brillantes de cara al afi-cionado, su labor era enorme.

Hablar de Fran es fácil porque fue uno de los mejo-res jugadores que ha tenido el Depor-tivo en su historia.

Y también uno de los mejores en la historia del fútbol espa-ñol. A pesar de su carácter in-trovertido no se arrugaba en los partidos más importantes. Siempre daba la cara. Como en esa final de Madrid. Defendía, atacaba, corría para atrás, para adelante... Fue una pena que no hubiera jugado más parti-dos con la selección española. Sin duda, uno de los grandes.

DJUKIC MANJARÍN

CLAUDIO

ALDANA

BEBETO

LÓPEZ REKARTE

FRAN

5 9

15

8

11

7

10

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Colgó las botas y se enfundó la corbata para defender los de-rechos de los más desfavoreci-dos en su país. El diputado Be-beto es ahora un carismático político que en cada elección gana más adeptos. Poco que-da de aquel futbolista que con «traballo e humildade», pero sobre todo goles, conquistó el corazón de la hinchada de Riazor. Pero lo que permane-ce siempre en su corazón es el cariño por una ciudad, A Co-ruña, y un club, el Dépor, «en donde pasé los mejores años de mi vida». Ahora, dos déca-das después de aquella Copa recuerda lo sufrido y lo dis-frutado, algo que no le cues-ta mucho porque «en mi día a día y en el de mi familia, el Dépor siempre está presente».

—¿Qué recuerda el diputado Bebeto de aquellos momentos?—Yo estoy muy feliz. Hace ya veinte años. Mucho tiempo. Pero fuimos tan felices. Deni-se, los niños... La Copa gana-da con el Dépor fue algo muy especial para mí.

—¿Cómo recuerda aquella plantilla?—Eramos una familia con un padre que era Arsenio. Siem-pre nos cuidaba. Y le gastá-bamos bromas... Aquel equi-

po tenía un secreto que era el trabajo y la humildad. Pero también jugaba al fútbol. Ca-ray, si jugaba al fútbol. Yo pien-so y me quedó la pena de no haber ganado el año anterior contra el Valencia la Liga, pe-ro la Copa sirvió para que nos quitáramos la espina.

—¿Guarda algún recuerdo personal?—Seguro. Tengo la camisa. En mi casa siempre hay muchos recuerdos del Deportivo. Có-mo no voy a tener yo. Pero, lo más importante es que en mi corazón siempre estará la gente de Coruña y el Depor-tivo. Fue una pena que yo me hubiera ido. Lo hablé muchas veces con Denise. Teníamos que haber quedado, pero aho-ra pasó.

—¿Ha vuelto a ver el partido? ¿Cuál es para usted la imagen?—Claro que lo vi. Y me acuer-do abrazado a Arsenio al fi-nal del partido. Y el gol de Al-fredo. ¡Cómo saltó! Gracias a Dios estaba ahí y pudimos ga-nar el partido. Recuerdo, ade-más, una acción en la prime-ra parte, casi al final, en la que me salió una buena jugada, se la pasé a Fran, chutó bien, pe-ro Zubizarreta hizo un para-dón. Podía haber sido el 2-0. Pero, Dios nos ayudó al final, y cuando se reanudó el parti-do ganamos.

—Bebeto-Fran... ¡Cómo se entendían!—Es que Fran tenía que haber nacido brasileño para jugar en la selección. Era un fenómeno hombre. Qué zurda... Teníamos un gran equipo, pero Fran era de los mejores. Siempre lo he dicho, tendría sitio en la ca-narinha que ganó el Mundial del 94. Me hubiera gustado. Luego también estaban Do-nato, Mauro, Aldana, Claudio, que trabajaba mucho... Qué equipazo.

—¿Qué pensó con el diluvio?—Nunca había visto esas pie-dras de granizo. Yo corrí rápi-do para el vestuario. Qué da-ño hacía. Estábamos preocu-

pados porque no sabíamos si volveríamos a jugar ese día o no. Nos estábamos enfriando. Luego pasar tres días más en Madrid, era complicado... Pe-ro parecía que tenía que pa-sar algo gordo para que ganá-ramos y pasó.

—¿Y la celebración?—Maravillosa. La afición siem-pre torciendo por nosotros y lo celebramos con ellos. Luego nos fuimos al Asador a cenar con las familias y la gente esta-ba allí en la puerta. Qué bonito fue todo. Y estábamos cenan-do y Alfredo empezó a cantar: «¿Dónde está el Rolex, Lendoi-ro dónde está el Rolex?». Y to-dos seguimos hasta que él aca-

bó prometiendo un Rolex para ca-da uno. Y no nos lo dio. A mi me enfadó. No por el reloj sino por-que iba a ser un recuerdo bonito. Ahora ya me ol-vidé pero me en-fadó. Queda co-mo la anécdota de la final.

—La temporada no había empeza-do muy bien para usted.—Es que había-mos disputado el Mundial el año

anterior y yo necesitaba des-cansar. Y se demostró que era bueno. El presidente no estaba de acuerdo, pero yo no podía ir a Coruña si no estaba al cien por cien. Cuando llegué, al pri-mer partido ya marqué... Y ju-gamos bien el resto del año y ganamos la Copa. Yo sabía que necesitaba descansar.

—¿Para cuándo Bebeto de nuevo en A Coruña?—Pronto. Quiero ver a mis amigos. Hace un año estuvo mi hija Stéphannie. No había vuelto desde que era niña. Y le encantó. Yo quiero volver, pe-ro estoy aquí con todo el pro-yecto social y no es fácil. Pero sigo al Deportivo y me alegré mucho cuando se salvó al em-patar en el Camp Nou. Estaba yo torciendo con mi familia y fuimos muy felices.

—¿Cree que el Dépor puede volver a celebrar éxitos así?—Seguro. Ahora está con pro-blemas económicos, pero con esa afición que siempre está ahí, seguro que después de unos años volverá a ganar. Porque A Coruña se lo mere-ce todo.

—¿Y con Mattheus como blanquiazul?—Ojalá. Dios lo oiga. Mattheus está trabajando. Al Deportivo le vendría muy bien, seguro. Es como Fran (se ríe).

«La Copa ganada con el Dépor fue algo especial para mí»BEBETO Ha sido uno de los mejores jugadores del Mundo y tiene un Mundial y un subcampeonato en su currículo, pero la Copa del 95 sigue siendo algo especial para el ídolo de Riazor

«Me acuerdo al final del partido abrazado a Arsenio. Y el gol de Alfredo. ¡Cómo saltó! Y nos dio el partido»

«Había grandes jugadores, como Fran. Si fuera brasileño, seguro que habría ganado el Mundial del 94»

ALEXANDRE CENTENOA CORUÑA / LA VOZ

38 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

27 de junio

El 27 de junio tocó volver al estadio Santiago Bernabéu para disputar los once minutos que restaban para la finalización de la final. Valencia y Deportivo empataban a un gol y los dos entrenadores optaron por jugar con los mismos hombres que habían finalizado el envite. Suenan los himnos por segunda vez en la final

20:30 h. 20:32Todo listo para volver a jugar tres días después de la tormenta

El partido se tiene que retrasar unos minutos porque han caído algunos objetos en la portería del fondo norte, la que ocupa el portero del Valencia Andoni Zubizarreta. Algunos operarios ayudan al meta a limpiar el área. Es lo único que falta

Comienza el partido, con un saque neutral entre Donato y el valencianista Roberto, en la zona en donde se había suspendido el duelo tres días atrás. El cuadro coruñés es el equipo que gana posesión

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Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 39

minuto 80:29

Sin que el Valencia tocase apenas el balón, el Deportivo consigue dar la puñalada definitiva para matar la final de Copa. Marca Alfredo, marca el cuadro coruñés, después de un centro sobre el área de Manjarín que cabecea anticipándose a Juan Carlos y vuelve a hacerlo ante la mala salida de Zubizarreta. 2-1 y diez minutos por jugar

¡¡¡Gooooooooooool de Alfredooo!!! Con tan solo 55 segundos de juego

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Veinte años después de aque-llos días intensos, uno de los primeros recuerdos que vie-nen a mi cabeza al rebobinar en mi memoria es el sofocante calor con que me recibió Ba-rajas nada más bajar del avión, el mismo día en que se juga-ba el partido. Con la resaca de la noche de San Juan toda-vía en mi cuerpo, arrastré la maleta desde el taxi al hotel Sanvy, donde estaba alojado el Deportivo y donde la Voz me había reservado una habi-tación para esa noche. Lo pri-mero que hice, nada más po-ner un pie en la calle, y antes de dar una vuelta por el hall para ver como le iba a al equi-po, fue irme a un Zara cerca-no para comprarme unos pan-talones cortos: yo venía uni-formado para el verano galle-go. Quién me iba a decir que pocas horas después tendría que volver para hacerme con un chubasquero y ropa de re-puesto para pasar en Madrid dos días más de los previstos.

Mantener la calmaEl día posterior a la final frus-trada el ambiente en la expe-dición deportivista era extra-ño: Arsenio intentaba mante-ner la calma entre una plan-tilla cuyo estado de ánimo se debatía entre la ansiedad y la frustración, pero el técnico de-

portivista tampoco escapaba a sus propios sentimientos. Ar-senio se encontraba incómo-do en aquella situación de es-pera y no podía evitar que por su cabeza pasasen mil y un re-cuerdos que confirmaban su teoría de que sobre el equipo ejercía su poder alguna fuer-za sobrenatural, meigas o al-go así. El lamento del entre-nador llegaba de lo más hon-do. «¡Qué fixemos para mere-cer isto!». Con el paso de las horas, Arsenio fue recuperan-do el buen humor que había perdido el sábado cuando la tromba de agua que cayo so-bre el estadio Santiago Berna-béu obligó al árbitro a suspen-der el encuentro. El entrena-dor del Deportivo se paseaba sonriente por los pasillos, re-comendándole a algún juga-dor que fuese a descansar a la habitación o recordándole a otro que ya era la hora del pa-seo. Ceñirse a la rutina era es-tos días una de las principales obsesiones de Arsenio Iglesias y en sus últimos días como en-trenador del Deportivo no iba a hacer una excepción: por la

mañana, entrenamiento en el Vicente Calderón y por la tar-de, siesta, un paseo por los jar-dines de El Retiro, donde mu-chos madrileños se acercaron a pedir autógrafos. Luego la cena y las habitaciones. Ar-senio estaba también conten-to porque veía que sus futbo-

listas habían per-dido esa extraña sensación que los invadía des-pués del encuen-tro. De hecho, en la tarde siguien-te a la del primer partido, la planti-lla se encontraba

mucho más relajada y de nue-vo convencida de que podía cantar el alirón. Aunque Ar-senio, a espaldas de ellos, se mostraba mucho más ponde-rado. «Cualquier cosa puede pasar, aunque creo que el De-portivo debe mostrar su supe-rioridad», aseguraba.

García ArandaEl técnico recordaba por los pasillos que García Aranda, árbitro de la final, era uno de los linieres en aquel partido de Copa que el Deportivo ha-bía jugador con el Valladolid en junio de 89. Arsenio no se acordaba de esta circunstan-

cia. A partir de aquella anéc-dota, el zorro plateado ponía en marcha la cinta de sus re-cuerdos para elaborar su tesis sobre el meigallo del Depor-tivo. «Cuando ascendimos a Primera División se nos que-mó la cubierta de Preferen-cia, luego tuvimos el partido en el que perdimos la liga ante el Valencia, y el encuentro de Dortmund... y yo que sé, aho-ra nos quitan la ilusión por un título cuando habíamos pues-to todos los medios para con-seguirlo. En ese punto de la conversación, el entrenador coruñés recapacitaba y tra-taba de limar la rotundidad

«¡Qué fixemos para merecer isto!», decía Arsenio en el hotelLAS NUBES MÁS NEGRAS, SOBRE LA CABEZA DEL TÉCNICOEl entrenador del Deportivo tuvo tiempo, entre el primer partido y la reanudación, para recordar los «meigallos» del club coruñés

El técnico se paseaba por los pasillos diciéndole a los jugadores que descansaran

JESÚS FLORESREDACCIÓN / LA VOZ

81:39

Rielo no se lo piensa más. Introduce en el campo al delantero Pepe Gálvez, que ya había estado a punto de entrar tres días atrás, ya que ya estaba junto al asistente segundos antes de que Mijatovic empatase de falta. Ahora, entra al campo en lugar del lateral izquierdo Juan Carlos, desafortunado en el gol que acababa de marcar Alfredo Santaelena

Primer cambio en el Valencia: un delantero (Gálvez) por un lateral

«Era muy difícil marcar gol en el poco tiempo que faltaba. Da rabia

por esta gente que vino a ver solo 10 minutos»

Giner, defensa del Valencia, al acabar el partido

Arriba, Arsenio Iglesias y Carlos Ballesta, durante un entrenamiento en el Vicente Calderón, horas antes de la reanudación de la final. A la derecha, paseando por Madrid.

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Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 41

en la que caían sus manifes-taciones. «Bueno, todo esto lo digo por contar algo: a lo mejor es que mi propia cabe-za me está traicionando y, en realidad, este modo de ver el asunto no es más que un me-canismo de defensa contra la adversidad que se nos ha ve-nido encima», razona. Pero Arsenio recuperaba ensegui-da el tono de su siempre inte-resante charla: «Es increíble lo que nos ha hecho este árbitro: primero, el penalti que no pi-ta sobre Manjarín que no se-ñaló, luego un gol anulado a Fran...». Pero esta vez el mei-gallo se fue por otro lado.

Solo unas horas antes de la breve reanudación de la final tuve la oportunidad de entre-vistar a Arsenio Iglesias en el hotel de concentración. Este es un extracto de aquella char-la. Genio y figura.—Su experiencia tendrá que valer de algo hoy.—En definitiva, la única ver-dad es que estamos obligados a saltar al campo como si en realidad fuésemos a jugar los noventa minutos. No pode-

mos pensar de partida en la prórroga ni amedrentarnos con la posibilidad de que el Valencia meta un gol. —¿Qué es lo que más tema de la breve cita que tienen mañana en el Bernabéu?—Imagínate, que el Valencia nos haga un gol. Es que nun-ca se sabe lo que puede pa-sar, un gol.—¿Qué es lo que más teme de la breve cita que tienen mañana en el Bernabéu?

—Imagínate, que el Valencia nos haga un gol. Es que nun-ca se sabe lo que puede pa-sar, un golpe franco, un rema-te de cabeza, ellos tienen mu-cha calidad. El Deportivo debe tener muy en cuenta esto no no perder la cabeza. Si enci-ma somos capaces de cobrar ventaja en el minuto noven-ta, mejor—Imagino que echará de menos alguno de los goles que se mereció el Deportivo

el sábado.—Claro, claro. Fíjate que la jugada de Javier Manjarín en la que el árbitro no quiso ver penalti pudo haber cambiado el signo del encuentro.—Ahora sí parece que se acer-ca su último partido como técnico blanquiazul.—Yo ya pensaba que eso iba a ser el sábado y ahora, con tan-to trajín, se me había olvida-do, porque solo puedo pensar en el partido de esta noche.

«Se me había olvidado que me voy»

84:45

El Valencia intenta llegar a la portería deportivista

en jugadas a balón parado, o bien colgando

balones para ver si el Deportivo cometía algún

fallo. En una de estas acciones, Liaño está muy

atento para salir y forzar la falta de Giner, que

ya se disponía a marcar el tanto que forzase al

menos la prórroga

82:12 84:12Giner comete falta en el salto sobre el portero Paco Liaño

El centrocampista del

Valencia Poyatos intenta

sorprender con un disparo

lejano, que toca Donato

y Liaño se estira para

evitar el córner. El portero

cántabro del Deportivo

demuestra en esta acción

su gran concentración al

luchar por evitar el peligro

Tarjeta amarilla a

Bebeto por protestar

una mano de Fran

que a su entender era

involuntaria. García

Aranda señala una

falta peligrosa para el

Valencia y el delantero

brasileño estalla de

rabia por la decisión

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42 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | Sábado, 27 de junio del 2015

85:24

Los nervios están a flor de piel. García Aranda vuelve a señalar una falta a favor del Valencia en la frontal del área y los jugadores del Deportivo protestan de forma ostensible. Entienden que Penev se cayó solo cuando se medía en la carrera con Voro. Hasta siete deportivistas rodean al árbitro, quien opta por amonestar a Manjarín

Tarjeta amarilla a Manjarín por protestar una falta en la frontal

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Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 43

86:46

La ocasión era ideal para el Valencia y el delantero montenegrino se marchó fuera por muy poco. Mijatovic ejecutó la acción desde prácticamente el mismo sitio en donde había anotado el 1-1, pero esta vez optó por cambiar de palo, engañando a Liaño, y el balón se marchó rozando el palo. Susto monumental para el Dépor

89:10 90:46Mijatovic roza el empate con una falta que se va fuera por poco

El lateral izquierdo valenciano Nando se anticipa a Mijatovic cuando el delantero che estaba listo para marcar el gol del empate. El montenegrino es la principal amenaza del Valencia, que busca la prórroga

Segundo cambio en el Deportivo. Se marcha del campo Manjarín, que además tenía una tarjeta amarilla, y entra en su lugar Claudio Barragán. El delantero era novedad en la convocatoria y entró por Aldana

oda España hablaba en aquellos tiempos de lo majo que era el Dé-por. Habíamos conseguido, con hu-mildad que diría Bebeto, y buen fútbol, ser un poco el equipo de todos los aficionados al fútbol. In-cluso me atrevería a decir que, en muchos casos, por encima del Real

Madrid y del Barcelona. En A Coruña, la gente es-taba loca con nosotros. La afición vivía ilusionada, pero no nos exigía.

El año anterior había sido la famosa jornada fatí-dica del penalti de Djukic y a aquel equipo tan que-rido por todos le faltaba conquistar un título. Dar un puñetazo encima de la mesa y decir: «Aquí es-tamos». Y así fue. Sabíamos que contra el Valencia no podíamos fallar otra vez. Había nervios, sí. Res-ponsabilidad, también. Pero creo que nadie duda-ba de que aquel era nuestro día (luego fueron dos) y que no podíamos dejar pasar la ocasión.

Éramos una familia. Nunca vi un vestuario tan uni-do, lo que ayudaba mucho dentro del campo. Se no-

taba esa complicidad y eso nos hizo aún más fuertes.Y así afrontamos el encuentro. Responsabilizados

y convencidos. Pero el segundo día aún nos hizo dar más de nosotros mismos. Ver cómo toda aquella gente había vuelto al Bernabéu en una jornada de trabajo nos hacía pensar que no podíamos fallarles. Recuerdo que Donato dijo que él quería disputar el bote neutral. Decía que ese balón era fundamental y que había que ganarlo y lanzarse al ataque en la primera jugada para decir: «¡Aquí estamos!». Y va-ya si estuvimos. Y logramos la recompensa.

Un equipo, una familia, una recompensaPor Fran González

T

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91:05

El tiempo se agota y el Valencia empieza a perder la fe en sus posibilidades. Y más aún cuando el lateral derecho Gaizka Mendieta tiene que abandonar el terreno de juego después de ver su segunda cartulina amarilla en el encuentro. El jugador llega tarde al cruce y arrolla por completo a un Fran que se va al suelo. Roja clara

Segunda cartulina amarilla y expulsión para Gaizka Mendieta

LLEIDA, ATHLETIC Y SPORTING, PRIMERAS VÍCTIMAS DEL DÉPOREl club coruñés inició su andadura en la Copa del Rey 94/95 en la ronda de octavos de final, gracias a su condición de equipo que jugaba competición europea. Su primer rival fue el Lleida, a quien le ganó los dos partidos; para luego eliminar al Athletic de Bilbao haciendo gala de un gran sistema defensivo; y por último al Sporting

El Dépor tuvo un camino arro-llador hacia la final del Santia-go Bernabéu. Se incorporó a la competición en la ronda de octavos de final, aprovechán-dose de su condición de cabe-za de serie. Lleida, Athletic y Sporting fueron sus tres riva-les, aunque solo los gijoneses fueron capaces de ganarle un partido (el que parecía intras-cendente de vuelta).Arsenio y sus futbolistas co-menzaron la competición el 8 de febrero de 1995, con un desplazamiento hasta Lleida, equipo que venía de eliminar al Manlleu, Cartagena y Com-postela. Los blanquiazules de-jaron encarrilada esta elimina-toria de octavos de final ya en el partido de ida al ganar por 0-3. Claudio abrió el marca-

dor con un remate en plancha; Liaño detuvo un penalti; Do-nato no perdonó el suyo; y Be-beto hizo el tercero y definiti-vo con un disparo a la media vuelta, desde dentro del área. En la vuelta, Arsenio optó pa-ra darle la oportunidad a juga-dores menos habituales y Ju-lio Salinas ofreció una exhi-bición de remate al firmar un brillante hat trick, que Djukic culminaría con un bonito tan-to de volea (4-1).El rival de cuartos sería el Ath-letic, el por entonces rey de Copas. El 8 de marzo el Dépor

encarrilaría la eliminatoria en el duelo de Riazor en un reci-tal de fútbol combinativo (3-0). Bebeto marcó el primero tras una larga jugada de toque y continuación; Donato hizo el segundo tras una gran arran-cada que le llevó hasta el área tras varias paredes; y Manja-rín culminó la noche al rema-tar una buena jugada de Be-beto. En la Vuelta en San Ma-més, el Dépor aguanto (0-0).El Sporting fue el último rival antes de la final y los coruñe-ses también impusieron su ley en la ida, esta vez en El Mo-

linón (0-2), con goles de Man-jarín de cabeza tras un saque de esquina; y de Sa-linas en una in-decisión defen-siva. En Riazor perdió 0-1.

EL CAMINO HACIA LA FINAL

JULIO SALINAS (4), BEBETO (2), MANJARÍN (2), DONATO (2) Y DJUKIC FUERON LOS GOLEADORES EN EL CAMINO HACIA EL BERNABÉU

I. ANTELOA CORUÑA / LA VOZ

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Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 45

92:30

El balón está continuamente por el aire. El Valencia ataca y el Deportivo defiende como puede. Todos los jugadores y miembros del cuerpo técnico del conjunto blanquiazul están de pie en la banda, pidiendo insistentemente al colegiado García Aranda que decrete el final del encuentro. ¡El crono sigue corriendo!

93:09 finalTodo el banquillo del Deportivo ya está en pie pidiendo el final

Final del partido. 2 a 1. El Deportivo conquista su primer título oficial y el primero para el fútbol gallego este 27 de junio de 1995. Han valido los goles de Manjarín y Alfredo, mientras que el tanto valencianista fue de Mijatovic.

Los jugadores del Deportivo comienzan a correr como locos sobre el terreno de juego para festejar el triunfo sobre el Valencia. Mientras, desde el fondo norte, se corea el nombre del Dépor

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«¡ SÍ, SÍ, SÍ, NOS VAMOS A MADRID!»Cuatro trenes, 228 autobuses y un hormigueo constante de vehículos particulares siguieron Copa de su historia. Cerca de 25.000 deportivistas se dejaron oír en el Bernabéu a pesar de la

El 14 de junio de 1995 el Depor-tivo selló su pase a la final de la Copa del Rey a pesar de que perdió el partido de vuelta de las semifinales disputado en Riazor contra el Sporting de

Gijón (0-1). La grada aclamó entonces lo que acabó convir-tiéndose en himno: «¡Sí, sí, sí; nos vamos a Madrid!».Solo diez días más tarde, y en un tiempo récord de organiza-ción, alrededor de 25.000 de-portivistas se dieron cita en el Santiago Bernabéu en un

encuentro que acabaría pa-sando a la historia del club. Cuatro trenes, 228 autobuses y un sinfín de coches parti-culares convirtieron la anti-gua carretera Nacional VI en un interminable hormiguero blanquiazul. Cabe señalar que entonces era mucho más fati-

goso desplazarse hasta la ca-pital de España desde Galicia, pues no existía la autovía ac-tual. Nada que ver con la ca-rretera de Valencia, que ayu-dó a que 40.000 aficionados valencianistas se dieran cita en el templo del madridismo. Aún así, los blanquiazules

se dejaron oír con sus clási-cos cánticos: «De-por-ti-vo, De-por-ti-vo» o «Forza Dé-por, oé».Durante el encuentro tam-bién hubo varias fases en la que retumbaros los sonidos gallegos. El primero fue tras un caño espectacular de Be-

LA AFICIÓN

IVÁN ANTELOA CORUÑA / LA VOZ

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al Deportivo en la primera final de gran presencia valencianista

beto a Mazinho, con la guin-da de una larga posesión en la que los jugadores del Valen-cia corrían tras sombras. Los «ole, ole» evocaban a la Pla-za de las Ventas. Y el segundo fue en la segunda mitad, tras una serie de discutidas deci-siones arbitrales. «Manos arri-

ba, esto es un atraco».Estos 25.000 valientes aguan-taron además el diluvio. Mu-chos ni se movieron de sus asientos hasta que tras me-dia hora de suspensión, Gar-cía-Aranda decretaba el final definitivo y la continuación para tres días después.

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«¿Y QUÉ ME DICEN USTEDES DE ESTA AFICIÓN?»Paco Liaño no dudó en responder a la gallega, con otra pregunta, cuando desde la Televisión le requerían sus impresiones tras la final. Todos los jugadores del Deportivo se mostraron maravillados con los diez mil hinchas que acompañaron al equipo tres días después, en una jornada laboral, y con solo once minutos por jugar

Tal y como era de esperar, más de la mitad del deporti-vismo se quedó sin poder via-jar hasta Madrid para contem-plar los once minutos que res-taban para la conclusión de la final. Hay que tener en cuenta que el 27 de junio era un mar-tes, por tanto jornada laboral, y las comunicaciones no eran las que hay hoy en día, veinte años después.Aún así, diez mil valientes no dudaron en volver a recorrer los más de 600 kilómetros que tiene la carretera Nacional VI y al final tuvieron la recom-pensa de festejar en primera persona el que sería el primer título oficial en la historia del Deportivo. En inferioridad numérica, ya que del Valencia había apro-ximadamente 30.000 aficio-nados (de Valencia a Madrid apenas hay tres horas); el sec-

tor blanquiazul se dejó sentir cuando a los 55 segundos el Dépor marcó el gol de la vic-toria. «¡Alfredo, Alfredo!», ve-neraban.De ahí al final, tocó sufrir mu-cho. De pie, silbando, pidien-

do el final del encuentro a un García Aranda al que le costó señalar el final, y además pa-recía empeñado en decretar faltas peligrosas en la frontal, ideales algunas de ellas para Mijatovic.

Por eso, cuando el colegiado se-ñaló el final, hu-bo una explosión de alegría en el fondo norte del Bernabéu, mien-tras las lágrimas florecían en los aficionados va-lencianistas.«¡Arsenio, Arse-nio!», gritaban desde la grada, como agradeci-miento y despe-dida del que era su entrenador. «¡Campeones,

EL REGRESO

«SON UNOS HÉROES. YA LO DEMOSTRARON DURANTE TODO EL AÑO, PERO AHORA VINIENDO DOS VECES», EXPRESABA ARSENIO

«NECESITÁBAMOS ESTE TÍTULO PARA NUESTRA AFICIÓN, QUE VINO DESDE A CORUÑA EN UN VIAJE MUY PESADO», DECÍA BEBETO

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campeones!», añadían a con-tinuación.Todos los protagonistas que pasaron por los micrófonos o grabadoras de los medios de

comunicación no dudaron ni un segundo en mostrar su ad-miración con aquella gente. «¿Y qué me dicen ustedes de esta gente?», exclamaba Paco

Liaño. «Nosotros somos pro-fesionales y hubiéramos es-perado lo que hiciera falta pa-ra jugar esta final. ¿Pero qué me dicen ustedes de esta afi-

ción?», expresaba el cántabro. «Ahora sí que somos un Super Deportivo. Necesitábamos es-te título para nuestra afición, que vino desde A Coruña en

un viaje muy pesado y no po-díamos defraudarles», replica-ba Bebeto. «Son unos héroes y lo han demostrado vinien-do dos veces», añadía Arsenio.

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UN PALACIO BLANCO Y AZULEl deportivismo vivió con pasión este primer título dándose cita en el Palacio de los Deportes de Riazor y luego se volcó en las celebraciones en Cuatro Caminos y María Pita

No todo el mundo pudo re-petir desplazamiento a Ma-drid aquel legendario 27 de junio de 1995. Por eso, tanto la ciudad de A Coruña como sus alrededores se volcaron por completo con reuniones multitudinarias para seguir los

once minutos que restaban pa-ra alcanzar la gloria. El prin-cipal punto neurálgico fue el Palacio municipal de los De-portes de Riazor, en donde se desplegaron pantallas gigantes para animar al equipo desde la distancia.

El Palacio, acostumbrado a acoger las gestas del Liceo de hockey y el Chaston del fút-bol sala, fue una olla a presión, con el público entregado, gri-tando como si estuvieran en el propio estadio Santiago Ber-nabéu.

Al acabar, se desató la locura. Todo el deportivismo se echó a la calle, llenando el entorno de la fuente de Cuatro Cami-nos. Al día siguiente, la fiesta se trasladó a la plaza de Ma-ria Pita, en donde los jugado-res ofrecieron el título al al-

calde Paco Vázquez, y poste-riormente al estadio de Ria-zor, que se llenó como si se fuese a jugar un partido más de Primera División.Unas jornadas festivas que du-raron varios días. Había razo-nes para ello.

PASIÓN DESDE A CORUÑA

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¡HÉROES!

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Le quedó la espina clavada de no poder disputar ni un so-lo minuto del partido, pero el honor de haber sido el pri-mer deportivista en levantar un trofeo oficial. Aunque no fue el capitán en el terreno de juego, su hermano Fran le ce-dió el honor, algo que todavía le agradece.

—¿Qué se siente en ese mo-mento de subir a recibir el trofeo de manos de Su Ma-jestad El Rey?—Estás en una nube. No te das cuenta de lo que sucede. Pero para mí fue un honor. De he-cho, no pensaba recogerla yo, porque había jugado mi her-mano y estuvimos hablando de quién la recogía. Yo creía que tendría que ser él porque era el que había jugado, pero Fran me dijo: «Tú eres el capi-tán. Además, levanta tú la Co-pa que yo tendré más oportu-nidades en el futuro». La ver-dad es que lo pensé y accedí porque me di cuenta de que era cierto. A partir de ese día el Dépor estaba capacitado pa-ra ganar más títulos.

—¿Tanto supuso de cara al futuro?—Sí. Es que yo creo que si no hubiéramos ganado aquella Copa, quizá el Dépor no hu-biera llegado a ser lo que fue.

Aquel día el equipo y el club creyó en sí mismo. Veníamos de haber perdido la Liga de la temporada anterior en el úl-timo suspiro contra el Valen-cia y... Otro batacazo así, podía haber tirado por tierra la ilu-sión de todos. Teníamos mie-do a defraudar. Había muchos nervios porque pensábamos: «¿Y si volvemos a desilusio-nar a toda esta gente..?»

—Su último partido en su pri-mera etapa como deportivista y no jugó. ¿Qué sintió?—Había estado calentando mucho tiempo y veía que te-nía oportunidad de salir a ju-gar unos minutos. Me hubiera hecho mucha ilusión y admito que me fastidió un poco, pero bueno, qué le vamos a hacer. Lo importante es el equipo.

—¿Y cuando vio que era una realidad qué pensó?—Lo primero en la gente... En lo felices que íbamos a hacer a tantos deportivistas. Y luego fue una satisfacción personal de ver que el equipo había ma-durado. Es que yo vi al equi-

po crecer desde la nada. Casi en Segunda B y llegar a ganar la Copa. Luego vino la Liga y el resto, pero aquello supuso para mi el final del recorrido, de haber estado en la salida, disfrutar de la llegada.

—¿Recuerda su conversación con el Rey?—No fue muy larga. Simple-mente me felicitó y me dijo que se alegraba mucho de que hubiéramos ganado. Yo creo que como éramos un club hu-milde, aquel día él iba con no-sotros, que entonces éramos el pequeño.

—¿Qué momento guarda en la retina?—Pues quizá cuando llegamos a Riazor. Ahí fuimos conscien-tes un poco de todo. Como es lógico, habíamos pasado toda la noche de fiesta, celebrándo-lo. Mi hermano y yo nos lleva-mos la Copa a la habitación, pero no éramos muy cons-cientes de lo que suponía. Lle-gar a Riazor, y ver aquello có-mo estaba te ayuda a bajar de la nube y ver que es real, que

no fue un sueño.

—Cada vez que habla del tema, insiste en que la alegría era por el resto. Suena un poco a quedar bien.—En absoluto.

A ver. Yo me alegré más co-mo deportivista que era y soy que como jugador. Porque es un poco lo que explicaba de la nube. Un futbolista, juega el partido, lo gana, explota de alegría pero no piensa más en él. Se acuerda de su familia, de lo que habrá sufrido. De la afición... Usted eche la vis-ta atrás y mire todo lo que se movió en A Coruña en aque-llos días... Que fueron dece-nas de miles al Santiago Ber-nabéu, volvieron a Coruña y regresaron días después. Eso no lo hace cualquier afición. Por eso me acordaba de todos.

—¿Le sorprendió tanta gente el segundo día?—Sí, porque el primero ya nos lo imaginábamos. Estábamos al tanto de la que se estaba montando en A Coruña. Sin embargo, de cara a la reanu-dación, no imaginábamos que fuera así. No había Internet ni móviles como ahora y por eso no estábamos informados de cómo era. Y cuando saltamos al campo y vimos tanta gente, fue tremendo. Es que hay que pensar que ir desde Coruña a Madrid no era lo mismo que desde Valencia, pero los nues-tros hicieron un esfuerzo, al-gunos sin dormir para volver a trabajar, y estuvieron con no-sotros. Por todo eso, nunca ol-vidaremos aquello y por eso fuimos felices de hacer feliz a tanta gente.

«Fran me dijo: ‘‘Levanta tú la Copa que yo tendré más ocasiones’’»JOSE RAMÓN El primer futbolista en la historia del Deportivo que levantó un trofeo oficial recuerda la importancia que aquel título supuso de cara al futuro

«Teníamos miedo a defraudar a la gente otra vez. Había muchos nervios porque temíamos fallar»

ALEXANDRE CENTENOA CORUÑA / LA VOZ

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Aquel Dépor que enamoró al fútbol español con su fútbol y su humildad tenía una caren-cia: la falta de madurez. Así lo ve José Ramón, que recuerda los nervios de las horas pre-vias al choque.

—¿Cómo fueron los días de espera hasta la final?—Con muchos nervios. Pien-sas mucho en el partido. Qui-zá demasiado. No teníamos el control. Éramos tan inmadu-ros que teníamos miedo. Nos hacía falta madurar como fut-bolistas y quizá como perso-nas pera afrontar este tipo de compromisos.

—Pero era gente, en algunos casos, veterana.—Sí, pero nos faltaba expe-riencia en este tipo de situa-ciones. Por ejemplo, Messi disputa una final y es un par-tido más para él. Le puede sa-lir mejor o peor, pero no no-tas que en la final de la Copa o de la Champions esté ner-vioso. Nosotros sí lo estába-mos. No habíamos alcanza-do esa madurez que precisa-ba. Fuimos haciéndolo poco a poco. Y eso creo que fue lo que le sucedió al equipo años después cuando cayó con el Oporto en las semifinales de la Champions. Ya tenía madu-rez para competir en España, pero le faltaba para pasearse por Europa.

—Pero cuando se enfrenta-ron al Valencia en la final, ya habían estado peleando por la Liga y tenían experiencia en Europa.—Pero éramos tímidos. Cuan-do íbamos al Bernabéu, al

principio nos cagábamos. Lue-go poco a poco fuimos creyen-do en nosotros mismos. Pe-ro recordará que hubo parti-dos en los que jugando bien al fútbol, estábamos atenaza-dos y siempre pasaba algo que nos hacía perder. El ejemplo es la Copa del Centenariazo. Estoy seguro de que si el Dé-por hubiera llegado aquel día al Bernabéu sin haber ganado nada, hubiera perdido contra el Madrid. Pero aquel Dépor ya tenía madurez y competi-tividad frente a los grandes de España.

—Vamos la tensión provoca-ba nervios y los nervios más tensión.—Pues algo así. Tanta gen-te pendiente de nosotros nos presionaba y eso nos ponía nerviosos. Pero al final se lo-gró el éxito que era lo impor-tante. Como dicen los suda-mericanos: «Las finales no se juegan, se ganan». Y el Dépor lo ha demostrado en todas las que ha participado.

—Volvamos al presente, ¿qué guarda de aquel día y cómo presume?.—Presumir poco. Fíjese que en casa los chavales poco va-lor le dan. Yo creo que no se dan cuenta lo difícil que es ga-nar una Copa (se ríe de nue-vo). Yo guardo todo, la cami-seta, la de mi hermano... Sin embargo, no soy de los que la tienen ahí expuesta en su ca-sa. La tengo guardada... Creo que algún día debería sacar-las. No sé si hacer una peque-ña vitrina o algo, pero sí que mostrar un poco las conquis-tas. Pero eso es otra historia.

«Éramos tan inmaduros que teníamos miedo»

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TITO RAMALLO Y AQUELLOS DOCE NIÑOS DE BRUNETEEl exentrenador del Fabril, que por entonces se encargaba del equipo alevín, tuvo que sacar a hombros del Santiago Bernabéu a algunos de aquellos muchachos de 12 años por la incesante lluvia caída en Madrid

Hace veinte años, Tito Rama-llo daba sus primeros pasos como entrenador. Acababa de poner fin su etapa como eter-no capitán del Fabril y el club le había ofrecido la oportuni-dad de iniciarse en la direc-ción técnica, llevando al equi-po alevín. Aquel 24 de junio de 1995, el preparador coru-ñés se encontraba en la capi-tal de España para afrontar la segunda edición del Torneo de promesas de Brunete y, como premio, todos estaban invita-dos a ver la final en el fondo norte del Santiago Bernabéu.«Recuerdo que estábamos me-tidos con media Coruña. Mi-raras para donde miraras te encontrabas con alguien co-nocido que te saludaba», re-memora el técnico.

Sin embargo, su particular aventura comenzó cuando el

partido se suspendió por la lluvia y había que sacar a los niños del estadio. «Entre la que calló y cómo fue todo, era hasta preocupante, dentro de la normalidad, claro», explica. «Íbamos dos personas con los doce críos y el problema es-tuvo para sacarlos del estadio. La gente iba muy rápido y jus-to en la salida había una pisci-na enorme de agua», añade.

Fue entonces cuando Tito tomó medidas con algunos de aquellos jóvenes. «Recuerdo sacar a Iago Iglesias a hom-bros. Él no es muy grande y con doce años menos. Así que ni me lo pensé. Lo cogí y di-je... ¡Arriba!», relata sonrien-te. Curiosamente el destino quiso que ambos volvieran a coincidir en el Fabril.

Todo aquello quedó como una anécdota para recordar con el paso de los años. Inclu-so por encima de lo que fue aquel torneo en sí.

LA ANÉCDOTA

IVÁN ANTELO

A CORUÑA / LA VOZ

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Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 57

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GRAN DESPLIEGUELa Voz, al igual que durante toda la historia del Dépor, acompañó al equipo y hasta fletó un tren

La Voz de Galicia fue testi-go de esta gesta del depor-tivismo, desplazando a tie-rras madrileñas a tres redac-tores y tres fotógrafos para poder ofrecer la mejor in-formación posible a sus lec-tores. La crónica, las decla-raciones de los protagonis-tas, las estadísticas, la cele-bración... Un despliegue que se completó desde A Coru-ña para plasmar la intensi-dad de los festejos en Ria-zor, María Pita y la fuente de Cuatro Caminos.La implicación de La Voz fue total, ya que inclu-so fletó un tren para que se desplazara el público blanquiazul.

ASÍ LO CONTÓ LA VOZ

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REDACCIÓN / LA VOZ

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Sábado, 27 de junio del 2015 | 20 AÑOS DE LA PRIMERA COPA | 59

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En el Valencia, al que estuvo ligado durante una época muy larga, José Manuel Rielo (Xá-tiva, 1946) es una figura res-petada, el perfecto modelo de hombre de club, dispuesto a echar una mano cuando haga falta. En junio de 1995, Rielo se acababa de hacer cargo de pri-mer equipo después del em-pate frente al Albacete en el choque de ida de semifinales de Copa. Remontó en la vuel-ta y se metió en la final. Aho-ra, alejado de los banquillos de forma abrupta, rememora una cita de la que lamenta el mal inicio de la reanudación y apela a su admirado Luis Ara-gonés como la encarnación del fútbol de verdad.

—Pese a que fue su única final como protagonista no debe guardar un buen recuerdo de aquel 27 de junio de 1995.—Tengo muy presente el gol

de aquel pequeñito, de Alfre-do, claro. Fue algo inesperado, porque teníamos todo prepa-rado en la reanudación, des-de el saque neutral, pero des-pués de tres días no salió na-da. Tu propones y los jugado-res disponen...

—Usted acababa de hacerse cargo de un Valencia que era un gran equipo.—Era un momento muy con-vulso en el Valencia. Entra-ba y salía del primer equi-po. Un momento complica-do. Yo creo que entonces tan-to el Dépor como nosotros podíamos mirar de frente al Madrid y al Barcelona, inclu-so éramos superiores como equipos.

—Algo que ahora parece im-posible.—Muy difícil, imposible por las diferencias económicas. No es seria una competición en la que dos clubes tienen más de 600 millones de pre-

«Teníamos preparado hasta el saque neutral. Y no salió nada» JOSÉ MANUEL RIELO Durante años ejerció de apagafuegos cuando el Valencia no funcionaba. Hombre de club, había sustituido a Parreira después del empate con el Albacete en el partido de ida de la semifinal de la Copa del Rey

JOSÉ M. FERNÁNDEZREDACCIÓN / LA VOZ

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supuesto, veinte veces más que la mayoría. —¿Qué destaca de aquel Dépor de Arsenio?—Era muy sólido defensi-vamente. Recuerdo que nos preocupaban mucho las sa-lidas de balón de Djukic, que rompía las marcas y desequi-libraba. Arriba eran muy há-biles, con Fran, Bebeto... Te-nía mucho oficio, era un gru-po experto. Era capaz de ju-gar muy bien y de controlar los partidos. Jugadores como aquellos ya es imposible fir-marlos hoy en día. Aquel Dé-

por tocó el cielo, algo que no se puede mantener. Y quizá ahora lo paga.

—Aquella final también estaba marcada por la rivalidad tras lo de la Liga anterior.—Bueno, era mucho más im-portante ganar la Copa del Rey en sí que una rivalidad muy reciente, porque hasta entonces los dos clubes man-teníamos una relación muy fluida. En el fondo, el año an-terior, todos queríamos que el Dépor ganara la Liga.

—Poco tiempo después usted

se alejó del fútbol.

—Rompí con el fútbol des-pués de años en el Valencia para dedicarme a otras cosas. Me dije a mí mismo que aun-que me muriera de hambre no quería volver a sentarme en un banquillo. Compartí ban-quillo con grandes entrenado-res, con técnicos muy impor-tantes. Veo ahora a Simeone y me digo, mira es como Luis, vive el fútbol con tanta pasión que no aguantará mucho... y eso que Luis era un fenóme-no, irrepetible, en lo profesio-nal y en lo personal.

«Entonces, tanto el Dépor como nosotros podíamos mirar de frente al Madrid y al Barcelona, incluso éramos superiores»

«El Deportivo tenía mucho oficio, era un grupo experto. Era capaz de jugar muy bien y de controlar los partidos»

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SÓLIDO ATRÁS, CON PEGADA Y EXPERTO Una combinación de experiencia, talento y ambición que explosionó al mismo tiempo

Aquel año no jugó demasia-do. Era su primera tempora-da en un Deportivo que, pe-se a jugar con tres centrales, apenas le concedió ocasio-nes. «Sí, así fue», reconoce Paco Jémez, actual entrena-dor del Rayo Vallecano, que también confiesa que para él no fue una sorpresa jugar tan poco. «Y lo sabía, era cons-ciente de que Arsenio Igle-sias tenía sus centrales y que apenas variaba. No me impor-tó, yo quería seguir crecien-do y el Dépor era un buen si-tio. Sabía que tendría mi mo-mento y que tenía que ganar-me el puesto».

El actual técnico del Rayo Vallecano se quedó fuera de la convocatoria y vio la final de Copa del Rey de 1995 desde la grada, pero insiste en que la disfrutó como el resto de sus compañeros. «Fue un primer paso para el Dépor y también para mí, que era un recién lle-gado. Te quedan un montón de recuerdos para el futuro y aunque no juegues la vives como uno más».

Ahora, desde su puesto de entrenador del Rayo Valleca-no, como uno de los técnicos emergentes del fútbol espa-ñol, analiza algunas de las cla-

DESDE SU PRESENTE COMO ENTRENADOR, PACO ANALIZA

JOSÉ. M. FERNÁNDEZREDACCIÓN / LA VOZ

ves y las virtudes de un equi-po que aquel 27 de mayo de 1995 conquistó su primer títu-lo y que tan poco tiene que ver con los planteamientos que Paco Jémez ha impuesto a lo largo de su ya importante ca-rrera como entrenador.

EXPERIENCIAAquel Dépor fue una sabia combinación de experiencia, talento y ambición. «Coinci-dió la explosión de muchos jugadores al mismo tiempo», señala Paco, para quien fue vi-tal el desembarco de jugado-res que procedían de buenos equipos, «pero que no esta-ban de vuelta ni mucho me-nos. Querían crecer y combi-naron muy bien con los Mau-ro Silva, Bebeto, Fran…». Ju-gadores con buen pasado y calidad, pero necesitados de títulos y en el mejor momento de su carrera deportiva.

SOLIDEZ Y PEGADAAquel grupo mezcló bien. La solidez defensiva apare-ce siempre asociada a un Ar-senio Iglesias que pregonaba «orden y talento», con plan-teamientos que parecen muy alejados de la osadía que pre-side la trayectoria de Paco Jé-mez. «Bueno, eran otros tiem-pos, otra época y otro fútbol», argumenta el entrenador del Rayo, que recalca que «tan vá-lidos como cualquiera, como los de ahora y como los que vengan en el futuro». El en-tonces central deportivista sí aprecia la solidez defensi-va del grupo que creó Arse-nio, pero destaca también «la enorme pegada arriba» y un

aspecto que fue válido en el pasado, lo es en el presente y lo será siempre: «El compro-miso. Era un grupo muy com-prometido con lo que quería».

SIN FISURASDesde su presente como en-trenador, Paco Jémez recono-ce que a veces realiza un ejer-cicio de imaginación y pien-sa en cómo plantearía un par-tido si enfrente se las viera con aquel Dépor. «Un equipo muy completo. No éramos dé-biles en ningún puesto». Eso sí, también insiste en que la plantilla tenía jugadores «de gran nivel». «Yo ahora lo pien-so y me costaría meter mano a ese equipo. No había fisu-ras, era un grupo muy homo-géneo, muy firme atrás, con buena salida de balón y gran-des marcadores, bandas lar-gas, centro del campo exper-to y creativo y pegada… No te-nía puntos débiles y era muy experimentado».

EL RIVALQuizá el paso del tiempo ha borrado de la memoria los protagonistas de un Valencia que por aquel entonces vivía tiempos convulsos, con con-tinuos cambios de entrenador y un Francisco Roig al fren-te que no invitaba a la tran-quilidad. Pero aquel Valencia contaba con jugadores de pe-so en el fútbol español. «Era un buen equipo» asegura Pa-co Jémez. «No se llega a una final por casualidad ni es fá-cil competir a ese nivel». Zu-bizarreta, Mendieta, Rober-to, Fernando, Mazinho, Penev, Mijatovic…

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EN LA CREACIÓN LAS VIRTUDES DE AQUEL DÉPOR

Para la historia, la final que-dará como el partido que co-menzó un sábado y acabó un martes. La lluvia torrencial y el granizo obligaron a aplazar un encuentro que se reanu-dó en el minuto 79 con em-pate a uno y sin recetas pa-ra aplicar. «Todo aquello fue

muy raro, añadió componen-tes desconocidos, porque na-die prepara algo así. Es al-go que pasa muy pocas ve-ces, excepcional. No se pue-de controlar. Así que lo único que se puede hacer es adap-tarse a lo que viene. No hay recetas para algo así».

LA SUSPENSIÓN

Reconoce Paco que el ánimo de todos estaba el título de Liga que se había escapado un año antes, pero «más por el entorno que por nosotros mismo. Había que ganar por-que delante teníamos una fi-nal, no por lo sucedido un año antes». Además, «los prime-

ros títulos siempre son más complicados, cuesta arrancar. Hasta que no ganas el prime-ro parece que no puede su-ceder». De ahí que, afirma, «aquel triunfo tuvo una enor-me importancia, para apagar lo sucedido un año antes y pa-ra coger carrerilla».

EL PRIMER TÍTULO

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