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Los nuevos dueños del Perú Escribe ESTHER VARGAS
Son, definitivamente, los más ricos entre los más ricos de este país. De acuerdo
con la información proporcionada por Magali Arrellano, gerenta de proyectos de
"Peru: Top Publications S.A.C", los grupos económicos facturan entre 600 y más
de 1,600 millones de dólares anuales. Estos ricos y poderosos casi siempre evitan
que conozcamos las dimensiones de su fortuna. Son los top entre los tops y han
desplazado a las tradicionales familias que en los 80s y comienzos del 90s tenían
el poder en sus manos.
De acuerdo con el ranking de "Peru: The Top 10,000 Companies", del editor y
periodista inglés Jonathan Cavanagh y a la investigación realizada desde 1988
con Arellano, los diez grupos económicos más importantes del Perú son: Romero,
Telefónica, Repsol, Sudameris, Buenaventura, México, Backus, Wong, Brescia y
Graña Montero. Les siguen Hochschild, Gloria, Ikeda, Fierro, Ferreyros, Wiese,
Rizo Patrón, y otros, que, aún en la brega, han perdido posiciones en los últimos
cinco años.
Los diez grupos citados representan el 15% del PBI y concentran
aproximadamente el 22.47% de la facturación nacional. En opinión de Arellano,
estas cifras y posiciones dan cuenta que el poder económico ya no pertenece a
las tradicionales familias de la oligarquía peruana, sino a inversionistas extranjeros
o a grupos que no eran parte de la élite. Un ejemplo: E. Wong.
Un caso especial es el de los Romero. A la fecha, representan el grupo familiar
más exitoso y con mayor diversificación del Perú. Dionisio Romero, contra viento y
marea, ha crecido. Y aunque su trayectoria empresarial ha estado marcada por
escándalos políticos, lo cierto es que Alicorp -su compañía de bandera- ocupa el
puesto 10 en el ranking de las empresas top.
De los diez grupos económicos de poder, cuatro son extranjeros: Telefónica
(España), Repsol (España), Sudameris (Italia) y Southern (México).
Estos grupos se han empeñado en mantener sus estados financieros bajo siete
llaves. Magali Arellano cuenta que en 1988, cuando publicó con Cavanagh "Peru
The Top 1,500 Companies", ambos recibieron amenazas, juicios y cartas que
buscaban convencerlos de no publicar las cifras y los nombres de las empresas. Y
si bien ahora hay mayor apertura estadística gracias al gobierno de transición,
durante el decenio fujimorista el acceso a la información empresarial acarreó
muchas dificultades e incomprensiones.
(En la portada de aquella edición de antología aparecen los empresarios con más
poder en el régimen de Alan García Pérez: Genaro Delgado Parker, Dionisio
Romero, Juan Francisco Raffo, Alfredo Granda, Jesús Arias, David Ballón, Víctor
Miró Quesada, Alfredo Hogagen, Ricardo Vega Llona y Osvaldo Sandoval. Según
la prensa de entonces, los famosos doce apóstoles del gobierno eran Romero,
Raffo, Brescia, Nicolini, Wiese, Bunge & Born, Picasso, Rothschild, Arias, Bentín,
Ferreyros y Lanatta Piaggio).
Pero volviendo al tema queda claro que algunos de estos empresarios preferían
esconder sus cuentas por temor a la competencia, los secuestros de aquella
época y la violencia terrorista. Don Erasmo Wong, por ejemplo, ha optado por ese
estilo. En 1999 no informó a la Conasev sobre sus ventas y utilidades. Prefirió
pagar la multa de 400 dólares.
La infografía muestra la impresionante facturación de los diez más importantes
grupos económicos y las empresas que cada uno de estos ha echado a andar con
singular éxito.
LOS EMPRESARIOS Y EL PODER DE TURNO
Según Magali Arellano, los empresarios siempre han buscado relacionarse con el
poder, siempre han pedido concesiones y favores... Lo desconcertante ha sido,
reiteramos, ser testigos de esta seducción y de la forma cómo se hacía, y con
quién, y a qué precio.
En opinión del economista Enrique Vásquez, autor de "Estrategias del Poder.
Grupos económicos en el Perú" (editado por el Centro de Investigación de la
Universidad del Pacífico), los vladivideos que involucran a empresarios ha
desnudado un mercado de favores que no se conocía.
Vásquez, en su libro de reciente aparición, detalla la relación entre los
empresarios y el poder entre 1968 y comienzos del 2000. Aquí algunas sorpresas:
-Durante el gobierno de Velasco la junta militar declaró "enemigas" a las élites
empresariales; sin embargo, algunas de las familias más prominentes como los
Berckemeyer, Ferrero, Ayulo, Prado y Miró Quesada no dudaron en aproximarse,
intentar lobbies, apoyar públicamente o incluso cortejar a los militares.
-En el gobierno de Morales Bermúdez la confianza de los empresarios fue muy
frágil. La élite del sector privado tendía a usar cualquier instrumento de
supervivencia que estuviese disponible. Sólo las 120 firmas más grandes tenían
acceso a suministros importados bajo el esquema del FMI, y así podían
embarcarse en nuevos proyectos industriales.
-Fernando Belaunde, a pesar de ser un presidente democráticamente elegido, no
logró constituir una efectiva relación empresariado-gobierno (En buena parte, los
empresarios sacaron provecho de la mala conducción de la política económica y
social).
-Alan García Pérez tuvo la decisión personal de llamar a los doce grupos
económicos más importantes del país. Llegaron a un acuerdo, pero después se
rompió la relación por su polémica determinación de estatizar la banca. García
estaba convencido de que el verdadero poder económico estaba en los líderes de
los grupos económicos. La mayor desventaja política de su decisión fue el
desgaste inmediato de la imagen política del APRA como un partido de centro
izquierda. En este caso particular, a los ojos de los partidos izquierdistas de
oposición, esto pareció ser un acuerdo con la "oligarquía financiera". En esa época
se hablaba de un "libro de oro" del APRA en el que se incluía a sus mejores
contribuyentes: Dionisio Romero, Pedro Brescia y Hugo Nicolini. Es necesario
recordar que Romero apoyó económicamente la campaña presidencial de AGP. El
libro de Vásquez cita un fragmento de unaentrevista televisiva, en la que Romero
confiesa haber invertido dinero en "su" candidato. En julio de 1987 la llamada
"concertación" con los empresarios llega a su fin. El joven mandatario había
anunciado la estatización total del sistema financiero en el Perú. Sobre esta etapa
1985-1990, Vásquez concluye que la relación entre el presidente, su equipo
tecnocrático de gerencia económica y los doce grupos económicos más
importantes del Perú fue discriminatoria, exclusiva e ignoró a los legítimos actores.
El carácter elitista de la "concertación" debilitó el rol del APRA y de los más
importantes gremios como la Confiep.
-En 1986, y de acuerdo con cifras de la Conasev citadas por Vásquez, tres grupos
económicos (Verme-Picasso, Fierro y Wiese) constituyeron más del 80% del total
de activos fijos netos en tres diferentes industrias, que a su vez representaban
aproximadamente el 10% del total de activos fijos netos de la industria peruana.
-Los más importantes grupos controlaban entre 30 y 50% de ocho industrias, entre
50% y 70% de dos industrias y más del 70% de otras cuatro. En otras palabras,
los grupos económicos tenían intereses en por lo menos la mitad del total de
industrias.
-Durante los diez años de fujimorismo, Vásquez considera que los grupos
económicos subsistieron y crecieron bajo estrés. Según dice, Alberto Fujimori
rompió esquemas al evitar un contacto directo, personal y público con el sector
empresarial, fundamentalmente agremiado. Eran inicios del régimen y la idea era
emitir una señal muy clara a los grupos de poder: ya no se podía retroceder a los
tiempos del lobby y más bien el Estado buscaría que las firmas compitieran por
clientes en el mercado de bienes, antes que por proteccionismo en el mercado de
los favores políticos. En 1995, ya en busca de la reelección, el panorama cambia.
Retornan los lobbies y las negociaciones debajo de la mesa. Los vladivideos así lo
confirman.
Esta es la radiografía del poder en el Perú. Definitivamente, los tiempos han
cambiado. Los ricos de antes ya no son tan ricos hoy.
EL GRUPO ROMERO
El primer Romero fue un inmigrante español llamado Calixto Santos Romero y
Hernandes. En 1886 inaugura una pequeña tienda de venta al por menor en el
pueblo de Catacaos, Piura. Su primer gran negocio fue "panama hats", que
durante 15 años le permitió acumular capital y reinvertir sus ganancias. Se hizo
exportador y operó simultáneamente como comerciante y financista de los
cultivadores de algodón. Otorgó préstamos a los agricultores e ingresó con fuerza
al sector algodonero. Posteriormente, y ya con el nombre C. Romero & Co. Cía.,
sus descendientes participan en el mercado de desmonte de algodón. Hacia 1951
junto a otros empresarios limeños, los Romero fundan el Banco Continental con un
capital inicial de 45 millones de soles. Establecen así una sólida relación
de negocios con la élite empresarial del Perú, formando grandes compañías. Ese
mismo año, el grupo Romero se hace del 4.4% de acciones del Banco de Crédito
(entonces conocido como Banco Italiano). Dos años después, ingresa en el sector
seguros con el 4.8% de las acciones de la firma líder: El Pacífico Compañía de
Seguros y Reaseguros.
En 1979 Dionisio Romero, líder de la tercera generación de la familia, asociado
con Verme-Picasso, Ghio, Raffo, Brescia y el grupo Nicolini, toma el control del
Banco de Crédito. En la década de los ochentas Dionisio Romero se convierte en
el más poderoso e influyente empresario en la toma de decisiones de política
económica del país. El grupo, como dice Vásquez, se acerca a las altas esferas
del poder por diferentes rutas.
En los 90s el grupo Romero alcanza posiciones de impacto.