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Pensar el espacio: Región, paisaje, territorio, y lugar en las ciencias sociales Liliana López Levi Departamento de Política y Cultu División de Ciencias Sociales UAM-Xochimilco lanca !e"eca !amírez #el$z%uez Departamento de &eoría y An$lisi División de Ciencias y Artes para el UAM-Xochimilco Introducción (spacio) territorio) paisa*e) re+ión y lu+ar han sido conceptos %ue han tenido un presencia importante en las ciencias sociales y han sido centrales la +eo+ra,ía) la antropolo+ía) la economía y la sociolo+ía entre ot conceptos se ha en,rentado a las situaciones de su tiempo) de sus l marcos teórico-metodoló+icos del momento (l de"ate acerca de su na y ,ormas de a"ordarlo es continuo y constantemente se ve enri%uecido pornuevas aportaciones y dimensiones Las diversas acepciones %ue han tenido dichos conceptos respond periodo en el cual ,ueron usadas y al de"ate epistemoló+i +eneran De esta ,orma) lo mismo han servido para nom"rar) descri"i de la super,icie terrestre %ue se consideran e/istentes en sí misma a+ente %ue las estudia o) por otro lado) como resultantes de un pro or+anización o +estión %ue les dio ori+en A partir de las diversas ,ormaron se derivan varias posi"ilidades metodoló+icas para su estu 0ndependientemente del en,o%ue %ue se adopte) es com1n identi,i comparar) descri"ir) analizar o representar el medio +eo+r$,ico con sin+ularidades y din$micas a partir del uso indistinto de cate+oría hacerlo) si se analizan los elementos y circunstancias de donde nac características) patrones y procesos) así como a relaciones %ue no t.rminos de coe/istencia y simultaneidad

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El espacio pensado: territorios, paisajes y regiones

Pensar el espacio: Regin, paisaje, territorio, y lugar en las ciencias sociales

Liliana Lpez Levi

Departamento de Poltica y Cultura

Divisin de Ciencias Sociales

UAM-Xochimilco

Blanca Rebeca Ramrez Velzquez

Departamento de Teora y Anlisis

Divisin de Ciencias y Artes para el Diseo

UAM-Xochimilco

Introduccin

Espacio, territorio, paisaje, regin y lugar han sido conceptos que han tenido una presencia importante en las ciencias sociales y han sido centrales a lo largo de la historia de la geografa, la antropologa, la economa y la sociologa entre otras. Cada uno de los conceptos se ha enfrentado a las situaciones de su tiempo, de sus lugares de discusin y a los marcos terico-metodolgicos del momento. El debate acerca de su naturaleza, composicin y formas de abordarlo es continuo y constantemente se ve enriquecido por nuevas aportaciones y dimensiones.

Las diversas acepciones que han tenido dichos conceptos responden entonces al periodo en el cual fueron usadas y al debate epistemolgico a partir del cual stas se generan. De esta forma, lo mismo han servido para nombrar, describir y estudiar porciones de la superficie terrestre que se consideran existentes en s mismas e independientes del agente que las estudia o, por otro lado, como resultantes de un proceso de investigacin, organizacin o gestin que les dio origen. A partir de las diversas concepciones que las formaron se derivan varias posibilidades metodolgicas para su estudio y anlisis.

Independientemente del enfoque que se adopte, es comn identificar, diferenciar, comparar, describir, analizar o representar el medio geogrfico con sus fronteras, patrones, singularidades y dinmicas a partir del uso indistinto de categoras que si bien posibilitan el hacerlo, si se analizan los elementos y circunstancias de donde nacieron podran referir a caractersticas, patrones y procesos, as como a relaciones que no necesariamente remiten a trminos de coexistencia y simultaneidad.Reflexionar sobre la manera como el espacio se ha pensado en el ltimo siglo, refiere a la necesidad de analizar la manera como la actividad mental del ser humano ha desarrollado un entendimiento en relacin a la parte que ocupan los objetos y los agentes en la materia existente o en el terreno donde se ubican. Si bien podra considerarse una tarea sencilla, sta ha sido, por el contrario, materia de reflexiones profundas que han ocupado a filsofos y a cientficos tanto de las reas fsicas como sociales en discusiones amplias que a la fecha siguen siendo de vital importancia para el desarrollo y avance de los descubrimientos de las constantes innovaciones que se hacen en el mundo. A diferencia de lo que pudiera pensarse, con el desarrollo de los aos, el uso de la categora espacio ha tendido a complejizarse ya que hay poco acuerdo en relacin a su definicin y su acepcin. La diversidad de conceptualizaciones pasa por una red de interacciones que incluye tanto las diferentes reas del conocimiento en donde se usa este trmino, as como la manera como diferentes posturas tericas se han acercado a su comprensin, ambas mezcladas con la evolucin histrica que ha tenido su uso en los ltimos 100 aos y la manera como se conceptualiza el entorno social en el cual la humanidad desarrolla sus actividades. De ah que, como resultado de factores conceptuales, tericos, histricos y de las reas del conocimiento, el uso de otras categoras como las de territorio, paisaje, regiones y lugares han tratado o bien de usarse como sinnimos de espacio, o para particularizar su acepcin, para analizar los procesos que se desarrollan en la superficie terrestre o como instrumento para definir el entorno natural que los seres humanos ocupan. Ante esta diversidad de posturas y miradas frente a una categora que se ha desdoblado en otras, el objetivo del presente ensayo es el de analizar quin, cmo, y cundo se utilizan los conceptos de espacio, territorio, paisaje, regin y lugar en el mbito de las ciencias sociales, con el fin de identificar la forma diversa con la que las diferentes reas del conocimiento y los cientficos sociales se acercan al uso de categoras que tratan de entender el entorno natural o construido. Se parte de asumir que la diversidad viene principalmente del momento histrico en que se plantean los conceptos, de la disciplina que los usa y de la corriente filosfica y/o terica con la cual se vinculan. Desde esta perspectiva, se tomarn dos momentos importantes en el desarrollo del pensamiento del siglo XX para identificar los cambios que hayan dado en su uso y tratamiento terico y emprico: la modernidad y la posmodernidad como elementos contextuales de los cambios en el uso de las categoras y en su definicin y redefinicin en el tiempo. EspacioEs la nocin ms genrica y remite a la dimensin a partir de la cual se materializan los objetos, los fenmenos o los procesos. De acuerdo con la filosofa, la nocin de espacio ha dado origen a tres tipos diferentes rdenes de problemas: el que refiere a la naturaleza del espacio; el que se erige a partir de su realidad; y el que se centra en la estructura mtrica que resulta en una geometra y las diferentes propuestas que la definen (Abbagnano, 2004: 397). En relacin a la primera acepcin, se ha escrito mucho sobre el tema, sobre todo en el campo de la filosofa ya que, desde Aristteles, el espacio era un lmite inmvil que abarca un cuerpo (Ibid.) que coincida con la postura platnica quien identificaba al espacio como material (Ibid.). Esta teora prevaleci en la antigedad hasta que Descartes rescata esta nocin en los trminos de su geometra, a pesar de que lo consideraba semejante a la categora de lugar y su diferencia era nominal, ya que ste seala la situacin en forma ms expresa que el tamao o figura y, pensamos ms en estos ltimos cuando hablamos del espacio (Ibid.). Por su parte, para Newton, reflexionando sobre si el espacio era una propiedad o un atributo, concluye en que podra ser la propiedad de una sustancia. Pero Liebnitz, polemizando con el autor anterior, sugiri que el espacio era algo puramente relativo, igual que el tiempo, o sea, como un orden de las coexistencias, tal como el tiempo es un orden de las sucesiones. Esta concepcin se perpeta en otros autores y es Kant, quien en 1768 escribe Acerca del primer fundamento de la distincin de las regiones en el espacio en donde declara insuficiente la concepcin del espacio como orden de las coexistencias argumentando que: Las posiciones de las partes del espacio en relacin entre s presuponen la regin segn la cual (stas) se ordenan , y entendida del modo ms abstracto la regin no consiste en la relacin que una cosa tiene con otra en el espacio (lo que propiamente constituye el concepto de posicin), sino en la relacin del sistema de estas posiciones en el espacio csmico absoluto(ibid.). En esta primera acepcin que refiere a la naturaleza del concepto, se pueden concluir dos aspectos: primero, que a pesar de los argumentos expuestos, la visin posicional del espacio nunca se ha abandonado y parece supuesta en otras teoras adoptadas en el futuro, y segundo, que en esta necesidad de definirlo, el uso de categoras como regin y lugar aparecen como una manera de particularizar o especificar su significado, que se sigue reproduciendo hasta la actualidad. La segunda acepcin que define el concepto espacio, a partir de su realidad, tiene que ver con la nocin de recipiente o contenedor de objetos materiales, que se va a usar frecuentemente en las regionalizaciones para la planeacin. La tercera que se centra en la estructura mtrica es bastante extendida y es la que se ha difundido a partir de los escritos de Einstein de la fsica contempornea (Ibid.: 398), y en muchos otros en donde espacio y medida de una superficie o de sus contenidos se confunden. El espacio ha sido un concepto muy acuado para definir diferentes aspectos de las manifestaciones externas de la realidad humana. La modernidad capitalista se encontr con la posibilidad de acceder a espacios que se abrieron a nuevos continentes y nuevos recursos, por lo que se convierte en el objeto fundamental de estudio de la geografa desde su formacin como ciencia en la era moderna. Concretizado a partir del espacio geogrfico, para definirlo ha recibido diferentes acepciones. En el libro El espacio geogrfico de Oliver Dollfus (1982), el autor describe al espacio como escenario del conjunto de procesos y fenmenos que son susceptibles de anlisis en un ente, que debido a la combinacin de elementos durante su evolucin, se distingue como algo nico y diferenciable de aquellos otros que lo rodean. Por otro lado, cada espacio es concebido como homogneo debido a la repeticin de determinado nmero de formas, de un juego de combinaciones que se reproducen de manera parecida, aunque no perfectamente idntica, en una determinada superficie (Dollfus, 1982: 10). La modernidad y los descubrimientos con ella asociados se encarg de sistematizar los hallazgos que se encontraron en Amrica, frica y Asia tanto en el conocimiento de los continentes que requirieron ser representados en mapas, como por los recursos que en ellos se encontraban. Se adopta entonces una visin de espacio contenedor y recipiente de objetos materiales que adems necesitan ser representados con el fin de sistematizar los hallazgos encontrados.

El espacio empez a ser el elemento de donde se obtenan los recursos necesarios para que el desarrollo capitalista se pudiera implementar, pero tambin el objeto mismo de la transformacin capitalista. Como el objetivo fundamental era esa transformacin, se asumi una concepcin en donde el espacio era fijo, pareca no cambiar ms que por los contenidos que tena. Con ello vino la necesidad de rotar en el tiempo. Con la velocidad la transformacin hacia que este ltimo elemento fuera el importante. Tiempo y espacio se analizaban como elementos separados, y este ltimo estaba supeditado al primero: el tiempo de la transformacin y el movimiento era lo importante y el espacio se supeditaba a l; as ste, ltimo perteneciente a la geografa se supedit a la naciente historia (Ramrez, 2003: 32). Bajo esas premisas, existieron dos condiciones que influyeron en una derivacin de varias formas a travs de las cuales el espacio se estudi. Por un lado, la fragmentacin del conocimiento y la aparicin de nuevas ciencias que estudiaban los recursos, los climas, los suelos y todo aquello que contena el espacio geogrfico dieron origen a una aparente prdida de identidad del objetivo mismo de conocimiento geogrfico. Esto origin que si bien partes de la geografa fueran objeto de estudio de otras ciencias, la importancia poltica que tena el conocimiento de los espacios nacionales en reciente formacin, reorienta el quehacer de la geografa como una necesidad de integrar los elementos naturales y humanos que se estaban desintegrando (Capel, 1981: 314). Asimismo, la derrota del determinismo geogrfico y la aparicin del posibilismo resultaron en la formacin de la visin regionalista de Vidal de la Blache quien, a partir de la interpretacin de los paisajes, contiende en la generacin de espacios homogneos que sintetizan la naturaleza con el quehacer social humano. En la opinin de Wallerstein, este hecho le dio un nuevo suspiro al anacronismo en que haba cado la geografa por su tendencia generalista, sintetizadora y no analtica (1996: 29) y pudo a partir del nuevo estudio de regiones en pases, ser un instrumento importante para la generacin del conocimiento de las naciones en reciente formacin en el siglo XVIII y XIX. Por el otro, la dimensin geomtrica se empez a utilizar desde finales del siglo XIX a partir del modelo generado por Vn Thnen para entender y organizar el crecimiento de las ciudades, la relacin campo-ciudad y la especializacin de la produccin a su alrededor, y posteriormente, en la primera mitad del siglo XX, los aportes de los modelos de Lsch y Christaller quienes explican como los servicios favorecen la jerarquizacin de los centros urbanos. Coinciden ambos en la adopcin de un criterio de espacio homogneo postura que se repite nuevamente a mediados del siglo XX, cuando Boudeville usa nuevamente al espacio contenedor de elementos e identifica las reas que pueden ser motivo de intervencin estatal y de dotacin de recursos, es decir, como reas de planeacin. Todas estas visiones de espacio se constituyeron como visiones importantes de espacio-regin con fines de anlisis geogrfico. Dollfus retoma a Boudeville y afirma que un espacio homogneo es un espacio continuo, cada una de cuyas partes constituyentes, o zona, presenta unas caractersticas cercanas como las del conjunto. En una determinada superficie hay, pues, una identidad pasiva o activa de los lugares y, eventualmente, de los hombres que la ocupan. La identidad puede proceder de un elemento que imprime una nota determinante al paisaje, o bien de un tipo de relaciones que queda indirectamente marcado en el paisaje (Dollfus, 1982: 20-21).

Hasta aqu se podra afirmar que espacio, paisaje y hasta regin en la geografa son consideradas como categoras sinnimas que solamente definen con mayor precisin el significado que se le da a cada acepcin y en donde, a pesar de contender con la postura geomtrica, el espacio tiene una dimensin plana que se compone por dos coordenadas. Ms adelante se adentrar el estudio de la regin para ver la vinculacin que existe entre ambas.

A partir de la dcada de los aos ochenta del siglo XX, existi un cuestionamiento fuerte en relacin a la promesa de transformacin y liberacin que la modernidad capitalista prometa, por lo cual, fue altamente cuestionada. Por el contrario, la homogeneidad que prometi redund en desigualdades nacionales y regionales que se presentaban en todas las naciones, desarrolladas y subdesarrolladas. Desde esta perspectiva, si el tiempo de transformacin y movimiento no gener el desarrollo esperado, es momento de interesarse por el aqu y el ahora de los espacios y no en su cambio. Esta discusin y crtica que se inicia en la escuela de Frankfort, concluye en una readecuacin de las nociones de tiempo y espacio. Se dice que, si la modernidad no cumpli con la promesa anunciada, ahora lo importe ser solamente lo que existe y no lo que va a existir, esto es el espacio. Esta readecuacin se hace a partir de tres caractersticas fundamentales: primero, una redefinicin del espacio en donde ste ahora subordina al tiempo; segundo un anlisis del texto del espacio, es decir, lo que en l se produce o se dice de l, su simbolismo o la cultura que lo origina. Esto causa que se tienda a analizar sin contexto; y tercero, una readecuacin de escalas en donde la regional deja de ser la importante y en donde la micro del lugar es la que define los procesos de los individuos, ya no de los grupos, y a partir de dar nfasis a la identidad como punto fundamental de vinculacin entre agente y espacio, en el mejor de los caso o bien para dejar un espacio sin agente (Ramrez, 2003: 37-50). Esta readecuacin de la posmodernidad ha generado un sinfn de posturas y visiones que reorientan el anlisis del espacio tanto en visin marxista y en otras que se interesan tambin en estos estudios. Por su parte Massey genera una aportacin importante en 2005 en su texto for space que se constituye como una reflexin epistemolgica del espacio que se conoce como geometras del poder y que en su opinin se erige como una reflexin profunda sobre el espacio para enfrentar los cambios que se presentan en el siglo XXI, enfatizando el carcter social que ste tiene (Ramrez, 2010: 167). Partiendo de una necesidad de repensar el espacio junto al tiempo, se hace una vinculacin que no slo pasa por su propuesta sino por la de autores como Wallerstein y Harvey inclusive (Ramrez, 2006: 3-8). La concepcin de Massey (2005) sobre el espacio se basa en tres postulados fundamentales: primero, la vinculacin entre el espacio y el poder; segunda, el espacio integrando la posibilidad de mltiples trayectorias y tercero, el espacio como un sistema abierto en un continuo proceso de transformacin, es decir es un proceso en proceso. BBajo esta perspectiva, el espacio deja de ser esttico y se encuentra en continuo movimiento, es resultado de la conjuncin de co-presencias y co-existencias que se encuentran a partir de las mltiples trayectorias que adoptan los agentes, el multidimensional y por lo tanto mvil. Posteriormente se analizar como esta dimensin general del espacio se vincula con el concepto de lugar, como una forma especfica de materializar su devenir en el tiempo. Regin A diferencia de la categora de espacio que remite a una dimensin de la existencia, la de regin ha sido usada por filsofos para designar la superior o completa unidad de gnero a la cual pertenece un concreto o sea, la totalidad ideal de todos los individuos posibles de una esencia concreta de tal manera que permite asumir que todo objeto emprico concreto se subordina, con su esencia material, a un gnero material sumo, a una regin de objetos empricos (Abbagnano, 2004: 902). Sumndose a esta postura de Husserl, quien habla tambin de una ontologa regional o sea aqulla que concierne a las estructuras de determinada regin; Lewin entiende por regin toda cosa en la cual un objeto del espacio de vida, por ejemplo una persona, tiene su lugar o en el cual se mueve; o bien toda cosa en que puedan distinguirse diferentes posiciones o partes al mismo tiempo, o que es parte de una totalidad ms vasta (ibid.: 903) (cursivas de las autoras). Llama la atencin que bajo esta perspectiva la regin es vista como una totalidad que integra partes, o bien es vista como un cosa que permite identificar las partes que coinciden en una unidad ms amplia.

Durante la primera mitad del siglo XX, en el marco de la escuela regional francesa, se desarroll la idea de la regin como un lugar nico, una porcin especfica de la superficie terrestre que posee una individualidad geogrfica y que es diferenciable del espacio que la rodea. En este sentido, se destacaban sus particularidades y se relacionaban los elementos humanos y ambientales. Asimismo, se definan fronteras y se establecan las diferencias esenciales entre las regiones, considerando tanto las caractersticas fsicas como el entorno social.

A principios del siglo XX el concepto de regin se plantea bajo una conceptualizacin determinista, en la cual se consideraba que el medio ambiente ejerca un dominio sobre las actividades y desarrollo de la sociedad. Metodolgicamente se trataba de unir los factores locales que, a su vez, influyeran en las diferencias espaciales entre diversas sociedades. En contra de este tipo de explicaciones, L. Fbvre concibi en 1922 el trmino posibilismo que bsicamente pretenda cambiar la idea de una sociedad explicada slo a partir de leyes naturales por la idea de que estas nicamente influyen y moldean las formas de vida humanas pero que siempre hay una posibilidad de eleccin en funcin de una cultura. Desde esta perspectiva las regiones no existen como unidades morfolgica y fsicamente constituidas, sino como resultado del trabajo humano en determinado ambiente (Da Costa, 1998: 52).

El principal exponente en este periodo fue Vidal de la Blache quien en 1903 escribi su libro Tableau de la gographie de la France en el cual presentaba una divisin regional en la que se vea la influencia de los gelogos del siglo XIX. La regin, segn Vidal de la Blanche es una realidad concreta, fsica, existe como un marco de referencia para la poblacin que vive ah. Como realidad, esta regin no depende del investigador en su estatuto ontolgico; le corresponde al gegrafo develar la combinacin de factores responsables de la configuracin que asume. El mtodo recomendado es la descripcin pues slo por medio de esta es posible penetrar en la compleja dinmica que estructura este espacio (Da Costa, 1998: 51) (cursivas de las autoras).

Con base en la escuela francesa de la primera mitad del siglo XX se realizaron una serie de monografas regionales siguiendo un esquema metodolgico que parte de la descripcin de las caractersticas fsicas, complementada con la descripcin de la estructura de la poblacin y de sus actividades econmicas. A partir de ello se pretende encontrar una identidad regional, es decir, aquello que la hace diferente a las dems.

El trabajo de campo es una parte esencial de esta metodologa, ya que le permita al gegrafo aproximarse a las caractersticas que hacen del lugar un espacio nico e irrepetible. Segn estos autores, para entender mejor un espacio geogrfico es necesaria una cercana con el mismo, lo cual permite un conocimiento contextualizado y particular que no pretende llegar al nivel de las teoras (Da Costa, 1998: 52-54). Este modelo de regin desarrollado por la escuela francesa tuvo una gran importancia en la primera mitad del siglo. En este periodo e inclusive despus, otras escuelas nacionales, entre las que se incluyen las de Amrica Latina, realizaron sus estudios regionales basados en l. El carcter descriptivo que tuvieron motiv una crtica seria por parte de algunos autores, no slo por su determinismo ambiental implcito, a pesar de estar basada en la postura posibilista, sino tambin porque se centraba en los elementos del paisaje sin prestar importancia en los vnculos entre ellos. El posibilismo tambin se critic con el argumento de que la descripcin de reas nicas distaba mucho de un anlisis cientfico de la realidad. En este sentido se afirmaba que la unicidad era una caracterstica de cualquier objeto y que el papel del cientfico estaba en ver ms all y encontrar los patrones generales.Como complemento de la escuela francesa surgi la escuela alemana que avanz hacia la conceptualizacin terica de la regin. En un principio, dicha escuela parti de una posicin muy semejante a la francesa. Hettner consideraba que la geografa estudiaba un paisaje terrestre que tena como caractersticas el ser nico y heterogneo. Sin embargo, deca que la geografa no debe ocuparse nicamente de la descripcin, sino tambin de una interpretacin de las formas del paisaje como resultado de una dinmica compleja (Da Costa, 1998: 54).

En 1939 Hartshorne (1961) afirma que la regin es una construccin mental para el anlisis y no una entidad natural o preestablecida. A partir de ello, este autor desat una gran polmica, y no fue sino hasta la revolucin cuantitativa que se consider de manera ms sistemtica a la regin como una base para la clasificacin del espacio geogrfico a partir de los datos que contabilizaban los elementos que la constituan y eran manejados por diferentes mtodos estadsticos.Otro trabajo importante en este sentido fue el del gegrafo alemn Christaller en 1933, quien desarrolla su teora de los lugares centrales, en la cual afirma que sobre un espacio tericamente homogneo hay ciudades de un primer nivel de especializacin que estn distribuidas uniformemente y cada una tiene su zona de influencia o hinterland en forma de hexgono, por lo que se basa en la dimensin geomtrica del espacio. En un segundo nivel, existe una jerarqua con ciudades que tienen un mayor tamao o especializacin y que por lo tanto tienen un rea de influencia mayor, que a su vez contiene en su interior a la estructura de primer nivel (vila, 1993: 14-15 y 39-52). Con ello se dio inicio a la conceptualizacin de la regin nodal, en la cual se definieron reas geogrficas con su polo de atraccin y con relaciones funcionales haca otras reas de jerarqua superior o inferior.

La teora de Christaller fue retomada posteriormente por economistas que aplicaron estos conceptos a su propia disciplina. August Lsch, por ejemplo, determinaba localizaciones ptimas con la finalidad de maximizar ganancias. En 1954 desarroll su teora, en la cual afirmaba que la regin est conformada por elementos econmicos que se articulan en un espacio tericamente homogneo para desarrollar diversas actividades productivas. Los lmites se conforman por la dinmica de fuerzas en cada una de las regiones. Por su parte, en 1960 Walter Isard relaciona localizaciones ideales con costos de transporte para llegar a un espacio econmico compuesto por una red jerarquizada de puntos con diversos niveles de influencia sobre el territorio y unidos por vas de comunicacin (vila, 1993: 14-15).

Surge as la geografa cuantitativa que utiliz la matemtica y la estadstica para explicar los fenmenos regionales. Lo que resulta interesante es que la categora regin se pudo adaptar al modelo descriptivo del paisaje, al geomtrico de Lsch y Christaller y a la informacin cuantitativa como lo trabajaba Chorley, contando con una categora que poda adaptarse a tres diferentes tipos de espacio y que en el fondo intentaba conformar reas homogneas denominadas como regin. La geografa cuantitativa, que despus se convirti en la escuela de anlisis espacial, buscaba sistematizar el conocimiento y crear un cuerpo terico al interior de la disciplina. En su relacin con las otras ciencias se intentaba coincidir en un lenguaje y mtodos comunes, lo que llev a la utilizacin de modelos desarrollados por ellas, como las matemticas, para el anlisis de fenmenos sociales.

La relacin entre las caractersticas particulares de una regin y un patrn universal deriva de una visin del objeto de estudio en la cual se hace una similitud con un problema de clasificacin o de taxonoma. Desde esta perspectiva, la regin no slo se relaciona a ciertos principios generales, sino que tambin pueden identificarse dentro de una jerarqua de regiones que van desde un mbito local a uno global (Agnew et al, 1997: 366). Desde esta perspectiva, se concibe a la regin como el producto de una clasificacin espacial. Es decir, se refiere al proceso de agrupar elementos en clases o categoras obteniendo como resultado reas. En este sentido, se puede tratar a una poblacin como una entidad que se divide en clases o como individuos que conforman clases independientes y que se unen para formar un conjunto (Robinson, 1998,: 142).Desde esta perspectiva, podemos sealar el trabajo de Haggett et al (1977:451), quien, junto con otros especialistas, conceptualizan a la construccin de regiones a partir de la teora de conjuntos. En este sentido una regin se compone al unir elementos que pertenecen a un conjunto o al identificar aquellos que no pertenecen. Desde el anlisis espacial hay tres tipos de regiones: las regiones homogneas, las regiones nodales y las regiones para la planeacin, clasificacin que coincide con la de Boudeville a mediados del siglo XX, con la diferencia de que las nodales seran las polarizadas (Avila, 1993: 67-81). Las primeras se clasifican a partir de un criterio y se caracterizan por estar conformadas de reas continuas y no se sobreponen a sus regiones vecinas. Las regiones nodales se clasifican a partir de mltiples criterios o en funcin de una jerarqua. stas se definen en funcin de las relaciones o vnculos entre pares de lugares. A diferencia de las anteriores, s se pueden sobreponer unas a otras. Las regiones de planeacin pueden definirse como reas, con o sin continuidad, delimitadas para la organizacin y administracin. Estas pueden o no sobreponerse, dependiendo de las necesidades para las cuales fueron diseadas.Aunado a lo anterior, en la dcada de los setenta, algunos autores integraron la teora general de sistemas a los estudios regionales por lo que se concibi a la regin como un sistema regulado de flujos, lo cual permiti abordar al espacio como un sistema funcional complejo que evoluciona de acuerdo con los condicionamientos internos y externos y a las influencias recprocas de componentes tanto fsicos como sociales (Ortega, 2000: 483). Con ello, la regionalizacin implica en un primer momento identificar elementos, procesos y patrones del territorio para, posteriormente, clasificarlos en un espacio determinado. Tradicionalmente se han utilizado variables fsico-ambientales, econmicas, sociales culturales o polticas, y se ha tomado como base espacial a ciertos elementos naturales, fisiografa y unidades poltico administrativas.En muchas ocasiones, tanto en la poca moderna como la posmoderna, la regionalizacin se ha confundido con el concepto de regin. Autores como Ramrez han hecho nfasis en la diferenciacin de ambas, en el sentido que la segunda refiere ms a un instrumento que permite identificar zonas homogneas naturales o de integracin natural-social-cultural mientras que la regionalizacin es un recurso tcnico usado como herramienta para hacer diferentes tipologas de regiones necesarias para trabajos de planeacin o de comprensin de diferenciaciones regionales en una zona especfica (Ramrez, 2003). Hasta aqu se puede argumentar que se cuenta con un pensamiento clsico de la regin, que en la opinin de Ramrez, se orienta alrededor de cuatro conceptos de regin que interactan en las visiones de los autores:

la dinmica cambiante del posibilismo, la de construccin mental de Hettner y Hartshorne, la mofolgica relacionada con el paisaje, todas ellas de corte humanista, y por ltimo, la espacial, de representacin o regin plan, adscritas al paradigma positivista y a la planeacin Estas ltimas han tenido un gran impacto en la geografa tanto fsica como humana de finales del siglo XX, no slo en el traslape entre modelo-regin en la importancia otorgada a la delimitacin de fronteras regionales en la prctica, de tal manera que, implcita o explcitamente, siguen siendo utilizadas a la fecha tanto en mbitos de la geografa, de la economa y del urbanismo (Ramrez, 2007: 120).

Si bien, el anlisis espacial se acerc a las ciencias bsicas para el anlisis y configuracin de regiones, el marxismo llevo la problemtica al mbito de las ciencias sociales. Existieron, entonces, dos grupos de investigadores que se enmarcaban en esta corriente: los que vivan en pases socialistas y los que vivan en pases capitalistas, principalmente anglosajones. Los primeros retomaron los conceptos de la geografa regional clsica de Vidal de la Blache y la adoptaron a un vocabulario marxista. Gegrafos fsicos y geomorflogos analizaban la regin natural, mientras que el gobierno haca la planeacin de su economa tomando a la regin geoeconmica como base territorial para la reestructuracin socialista de las naciones (Hiernaux, 1991: 5).

La escuela marxista anglosajona, a partir de identificar la necesidad de vincular las ciencias sociales con la geografa y de una crtica importante a la geografa cuantitativa y la geografa espacialista, consideraba a la regin como una respuesta local al proceso de reproduccin capitalista y en este sentido se le defina como la organizacin espacial del proceso social (o de relaciones sociales) asociado a los modos de produccin. Los anlisis se enfocaban a regionalizar variables como la divisin del trabajo, el proceso de acumulacin de capital, la reproduccin de la fuerza de trabajo, los mercados laborales y los procesos de dominacin polticos e ideolgicos utilizados para mantener las relaciones sociales de produccin (Gilbert, 1990:209). En un primer momento, se adopt una visin en donde lo importante eran ver la manera como el desarrollo del capitalismo traspasaba su impronta y condicionantes en el espacio y conformaba regiones que eran resultado del desarrollo desigual del capitalismo. En este momento, autores como Lipietz (1978) y Massey (1978) consideran a la regin como parte de una totalidad en que se adscribe la acumulacin capitalista y su reproduccin, diferencindola de las visiones neoclsicas que la consideran una unidad pre-establecida. Posteriormente, autores como Harvey (1985) y Smith (1984) ponen el nfasis en el desarrollo espacial desigual y hasta se genera la categorizacin del materialismo histrico dialctico en un intento de integrar la historia con la geografa desde el marxismo (Soja; 1989). Tratando de resumir en pocas palabras un debate que ha generado mucha tinta, se podra decir que el anlisis de las regiones en el marxismo es visto a finales del siglo XX a partir de cuatro perspectivas: la divisin espacial (regional) del trabajo; el desarrollo regional desigual; la existencia de monopolios y transnacionales y su vinculacin con la explotacin y la inversin en su localizacin y por ltimo la explicacin a la intervencin estatal y la planeacin del territorio (Carney et al. 1980: 15-27, en Ramrez, 2007: 122). Cabe mencionar que la dimensin poltica es, en casi todos los casos, un elemento fundamental para definir o modificar las tendencias del desarrollo regional en el marxismo. Este enfoque marxista implicaba que la especificidad cultural de la regin se sustentaba en la economa poltica y consideraba las implicaciones espaciales del fenmeno. Aunque se segua aceptando una cierta particularidad de la regin, la perspectiva cambi del punto de vista tradicional en el cual se haca una relacin hombre-medio a uno en el cual la sociedad es el principal agente conformador de la regin. En este sentido, podemos citar la definicin de regin de Oliveira, quien desde Amrica Latina afirmaba que:

una regin sera, en suma, el espacio donde se imbrican dialcticamente una forma especial de reproduccin del capital, y por consecuencia una forma especial de la lucha de clases; donde lo econmico y lo poltico se fusionan y asumen una forma especial de aparecer en el producto social y en los presupuestos de la reposicin (Oliveira, 1977: 31).

Es importante destacar que en la postura marxista hubo momentos en donde las categoras de espacio y regin se traslapaban y que, viniendo esta discusin sobre todo de la tradicin anglosajona, la connotacin de espacio refiere a procesos ms generales que dimensionan las relaciones que se dan en la sociedad. Posteriormente se ver que la necesidad de dar mayor especificidad a los procesos requiere del uso de la categora de lugar para redefinirlos. Paisaje

El estudio del paisaje puede remontarse a Carl Sauer y a la escuela de Berkeley, California. La conceptualizacin de aquel entonces qued reflejada en un libro publicado por dicho autor en 1925, La Morfologa del Paisaje. Ah se le define como la forma de la tierra (land shape) y se establece que, en su proceso, depende tanto de los elementos fsicos, como de los culturales. Para su estudio era de primordial importancia el trabajo de campo donde se identificaban los elementos mencionados y se hacan descripciones, tanto ambientales, como de las actividades humanas presentes en los lugares. A partir de un enfoque holsitco, se buscaba el sentido de lo observado en la forma en que se integraban los distintos elementos geolgicos, edafolgicos, geomorfolgicos, de flora y fauna con los econmicos, demogrficos, culturales y polticos. El trabajo de campo consista en observacin directa complementada con algo de investigacin documental. De acuerdo con Duncan (1990: 11-12) y Jackson (1992: 15), los mtodos de investigacin se acercaban ms a los de la geologa y las ciencias de la tierra que a la historia y las humanidades. Dicha conceptualizacin fue retomada en el esquema de la geografa regional, desarrollada principalmente en Francia, durante la primera mitad del siglo XX, pero que tuvo su eco en gran parte del desarrollo cientfico de las disciplinas asociadas en el mundo occidental.Vidal de la Blache contribuy tambin en la formacin de lo que se podra llamar la escuela del paisaje a partir de la utilizacin de sus descripciones en los estudios monogrficos que propag en Francia y que fueron ejemplo para hacer la geografa de otros lugares posteriormente. La categora de paisaje fue abandonada por muchos aos por las crticas que se le hicieron a su carcter descriptivo y poco analtico de los procesos espaciales. Sin embargo, en los ltimos aos, algunos autores la han rescatado en una doble dimensin. La primera, lo que se denomina el flaneur, consiste en la posibilidad de integrar elementos del paisaje como una forma de acercamiento inicial para el conocimiento y la percepcin de las condiciones especficas a travs de las cuales un lugar se identifica, que permita a su vez reconocer los procesos particulares que se han desarrollado en esos lugares. Esta visin ha sido usada por arquitectos y por diseadores del paisaje para transformar entornos y mejorar las condiciones a travs de las cuales los lugares se desarrollan.

La segunda tiene un referente ms analtico que intenta rescatar un concepto tradicional de la geografa para reconocer procesos que difcilmente pueden ser identificados y en donde la dimensin cultural simblica es importante en la actualidad para la identificacin de procesos. Nogu junto con otros autores definen al paisaje como un producto social, como resultado de una transformacin colectiva de la naturaleza y como la proyeccin cultural de una sociedad en un espacio determinado (2007:12). Son resultado de la transformacin de los paisajes originales modificados por la sociedad, convirtindolos de naturales en culturales y en centros de de significacin y de smbolos que expresan pensamientos, ideas y emociones de muy diversos tipos (Ibid.). Con ello, en la actualidad se concibe al paisaje a partir de una mirada, como una manera de ver y de interpretar; mismas que son construidas y responden a una ideologa que busca transmitir una determinada forma de apropiacin del espacio (Ibid). Bajo esta concepcin, existen formas de paisaje mltiples, simultneas, diferentes y, algunas veces, hasta en competencia (Ibid.: 13), es un anlisis de smbolos, que se definen de la manera siguiente:

As, el paisaje contribuye a naturalizar y normalizar las relaciones sociales y el orden territorial establecido. Al crear y recrear los paisajes a travs de signos con mensajes ideolgicos se forman imgenes y patrones de significados que permiten ejercer el control sobre el comportamiento, dado que las personas asumen estos paisajes manufacturados de manera natural y lgica, pasando a incorporarlos a su imaginario y a consumirlos, defenderlos y legitimizarlos (Nogu, 2007: 12).

Esta nocin de paisaje tiene una dimensin cultural importante. Se trata de identificar los espacios otros, aqullos que no han sido reconocidos ni visto, los paisajes de la desolacin, los de la ciudad oculta, los que tienen localizaciones difciles como los de los grafitteros, las geografas de la noche y las de la sexualidad y sus correspondientes cartografas o descartografas, los paisajes sensoriales no visuales, de las geografas inducidas por el gusto, el tacto o el olfato, la interpretacin de lo que no se ve, las urbanizaciones de la expansin perifrica, entre otras como sera la construccin social de los paisajes a travs del conflicto social y poltico (Ibid. 16-22).

Desde un enfoque posmoderno, el paisaje se concibe como una creacin cultural del ser humano y se le asocia con el texto (Barnes & Duncan, 1992: 6). Este ltimo se entiende ms all del mbito de lo escrito e incorpora pinturas, mapas, formas urbanas e incluso instituciones sociales, vistos estos como prcticas de significacin que se van construyendo al mismo tiempo que se van leyendo. A partir de ello se identifican narraciones, discursos y metforas, que sern ledos por comunidades textuales, es decir, grupos de personas que tienen bases de entendimiento semejantes para la interpretacin.

El anlisis del paisaje cultural como un sistema significante, expuesto a un sinnmero de lecturas parte de las bases tericas y metodolgicas sugeridas por autores como Ricoeur (1974), Saussure (1984), Eco (1986), Baudrillard (1994) y Barthes (1986), quienes junto con otros crticos literarios, antroplogos culturales y gegrafos han sentado las bases para el anlisis social desde esta perspectiva.

TerritorioA diferencia de la categora de espacio o de regin, no es comn que la de territorio haya sido trabajada por la filosofa o por referencias de corte conceptual de importancia. Por el contrario, el diccionario de la lengua remite a ella como una porcin de la superficie terrestre perteneciente a una nacin, regin o provincia circuito o trmino que comprende una jurisdiccin, un cometido oficial u otra funcin anloga (Real Academia Espaola: 2001: 2165). De ser as, la categora tendra tres caractersticas: es mucho ms concreta y particular que la de espacio, refiere ya a una dimensin de la superficie terrestre, y por ltimo, alude a una adscripcin poltica que no tiene la de espacio. Esta ltima caracterstica es mucho ms explcita en la literatura anglosajona ya que, remite a una rea especfica de tierra que esta bajo alguien quien la controla o un gobierno y, especficamente, la categora de territorial refiere a una tierra que forma la divisin de un pas (Hornby, 1974: 892). Esta diferenciacin se hace pertinente para entender el por qu, sobre todo en la literatura anglosajona, no se usa ni se entiende la categora territorio en el sentido que la usamos en Amrica Latina: para dimensionar las transformaciones particulares que se desarrollan en un espacio determinado.

Pero esta diferenciacin tiene tambin una explicacin de tipo terico. En la dcada de los aos setenta del siglo pasado, cuando haba una necesidad de deslindar los estudios urbano-regionales de las teoras espacialista y la cuantitativa, la reflexin de Pradilla y de Corragio en relacin al significado que tena el hablar de espacio y la justificacin del por qu habra que hablar de territorio fue de vital importancia para la generacin de una dimensin concreta que, trabajada junto con la teora marxista, poda explicar, de manera ms concreta, los resultados manifiestos en el territorio de su uso, apropiacin y transformacin por agentes diversos. El vnculo agente-espacio, es lo que resulta en la particularidad del estudio del territorio. Pero cules fueron las caractersticas fundamentales de este debate en su poca?

Desde el urbanismo, como parte de las ciencias sociales, la crtica de Pradilla al concepto de espacio se ubica en el contexto de la discusin de cmo es utilizada para explicar las relaciones sociales que se generan en los procesos de produccin urbana (1984: 29). A partir de la forma como Castells lo integra en su discurso, Pradilla argumenta que el autor cae en una concepcin ideolgica en lugar de hacer una construccin terica de cmo entra en la categora de espacio en los proceso de produccin de relaciones concretas, (Ibid. 31-34). Como objeto ideolgico, argumenta, el espacio (entrecomillado de Pradilla) tiene varias caractersticas: es un concepto vulgarizado pues est ampliamente integrado en el lenguaje comn por lo que cuestiona la posibilidad de usarlo como concepto cientfico (Ibid. 34-35); carece de significado propio pues para usarlo hay que aadirle adjetivos: espacio arquitectnico, escultrico, econmico, geogrfico etc., por lo que no constituye un concepto general de las ciencias sociales (Ibid.: 36-37).

A las anteriores caractersticas agrega que es un concepto indefinido o definido tautolgica o ideolgicamente, porque se define en s mismo o bien se remite al mbito de las esencias de la filosofa lo que dificulta su definicin en el mbito del materialismo histrico (Ibid.: 37-40); es un concepto traspuesto de la geometra por lo que cuestiona su validez para explicar procesos de las ciencias sociales (Ibid.: 41-42) y por ltimo es un concepto que une idealistas y materialistas, es decir, aparece en todas las investigaciones independientemente del corte y postura terica que ellos argumenten (Ibid.43). A lo anterior agrega que tampoco es aceptable trasponer la metodologa y los conceptos de las ciencias naturales para explicar los procesos sociales bajo el materialismo histrico dialctico, postura a la cual el autor se adscribe (Ibid.: 43-46). Por estas razones, cuestiona la existencia de una teora regional como instrumento que sistematice los conceptos y leyes que explican la articulacin de la naturaleza como soporte fundamental ya dado y los soportes materiales producidos por la sociedad para el funcionamiento de sta (Ibid.: 47). Es as que argumenta sobre la necesidad de desarrollar una concepcin que permita analizar la diferentes maneras como la sociedad se apropia de la naturaleza y la creacin de los soportes materiales que de ellos resultan como objetos materiales que se insertan en ella, para lo cual, en su opinin no se necesita otra teora diferente de la usada por el marxismo, sino de la aplicacin consecuente, coherente y correcta del materialismo histrico-dialctico y su mtodo al anlisis de los problemas particulares (Ibid.: 49). Al hacerlo, propone en lugar de la teora regional, el estudio del sistema de soportes materiales de la formacin social, y el uso de la categora de territorio para designar a la forma concreta como la sociedad se vincula con su entorno en una forma particular a travs de las relaciones sociales que el proceso de relacin genera (Ibid. 83-115) (cursivas de las autoras). Por su parte, el trabajo de Corragio, desde la sociologa, se enmarca en la necesidad que exista en Amrica Latina a finales de los aos setenta y los ochenta del siglo XX de contender con un conocimiento particular de la problemtica especfica de cada uno de los pases, histrica y geogrficamente, as como tambin de integrar un sistema de conceptos ordenadores que permitieran organizar las investigaciones empricas, interpretar sus resultados y reinscribirlos en una continua revisin de las concepciones tericas pertinentes (Coraggio, 1994: 25). Su crtica al concepto de espacio se basa en un trabajo publicado en 1977 en donde intent demostrar: la imposibilidad de una teora del espacio en general, y por consiguiente la necesidad de rechazar la hiptesis de que la geometra pueda constituirse en una ciencia del espacio; la necesidad de rechazar la hiptesis de que la espacialidad fsica se aplica directamente a los fenmenos sociales y la necesidad de partir de una teora de los procesos sociales para investigar la espacialidad social (1977, en 1994: 25) (Entrecomillado del autor). Argumenta que es necesario evitar el uso de categoras como estructura espacial, sistema espacial, procesos espaciales, relaciones espaciales, interaccin espacial, por lo que propone la configuracin territorial, en donde:

entendemos por territorio la usual referencia geogrfica a la superficie terrestre, con todas sus rugosidades y especificidades, incluidos sus elementos minerales, suelo, vida vegetal y animal, clima, topografa, etc. Dado que tal superficie no est internamente indiferenciada sino que est compuesta de las determinaciones especficas mencionadas, la posicin relativa de los elementos del conjunto real cuyas configuracin se estudia podrn ser referidos ahora a los diversos puntos o reas diferenciadas, as como a los dems componentes del conjunto. (Coraggio, 1994: 47) (cursivas de las autoras). Por su parte, cuando una configuracin es sostenida por un proceso social que la reorganiza, o cuando es producto de actos voluntarios en funcin de ciertos objetivos conscientes, la denomina organizacin espacial o territorial. Aunque en un principio el autor refiere a los dos trminos como sinnimos, la necesidad de deslindarse de las teoras espacialistas sobre el espacio (Lsch y Christaller con sus hexgonos, particularmente) dio lugar a que se restringiera a la categora de territorio, cuya organizacin permita la vinculacin de procesos naturales con otros de carcter social, como seran los ecolgicos, por ejemplo (Ibid.: 48). Posteriormente a esta propuesta le aade su carcter de proceso, es decir que se constituyen como secuencias de eventos que constituyen ciclos recurrentes o fases que se conectan por repeticiones que se autoregulan para dar movimiento al ciclo (Ibid.: 48). Tanto la propuesta de Pradilla como la de Coraggio tuvieron impacto en la medida que contribuyeron a extender el uso de la categora de territorio en lugar de la de espacio entre los cientistas sociales de Amrica Latina. Cabe precisar que en ambos casos refieren a una especificidad concreta en donde la integracin de las condiciones naturales y materiales de la existencia se unen con las condicionantes sociales para denominar lo que se conoce como territorio. En la medida que en la literatura anglosajona tiene una connotacin ms de corte administrativo poltico, no es usada entre los investigadores sociales interesados en procesos espaciales en este idioma, por lo que, en ocasiones, solo si y en tanto que, el autor anglosajn este tratando la dimensin natural-social y procesual de un determinado espacio, podra ser traducida esta categora como territorio al espaol. En la actualidad, con la importancia que la posmodernidad ha dado a la cultura como elemento determinante para definir la dimensin territorial, adems de las posturas antes expuesta se encuentra que si bien la conceptualizacin sobre el territorio tiene tambin su origen en los estudios sobre la conducta animal (Rif, 1988: 193) ha sido retomado desde el mbito poltico conformar territorios a partir del poder, el control y la administracin. Sin embargo, cuando se habla de apropiacin, el concepto puede ser visto tambin desde lo cultural. Por ende, desde esta perspectiva, podramos definir al territorio como una porcin de la superficie terrestre sujeta a procesos de posesin, soberana, gestin, dominio, administracin, control, utilizacin, explotacin, resistencia, aprovechamiento, apego, arraigo y apropiacin (Lpez Levi, 2008: 272). La nocin de territorio, bajo esta perspectiva, est vinculada a la de espacio vital, a la diferenciacin con respecto a lo ajeno, al sealamiento en referencia a quin pertenece y al intruso.Autores como Silva (1992:51-53) sealan que el territorio es algo fsico al mismo tiempo que mental. Las fronteras se marcan a partir de elementos fsico concretos, tales como los ros, montaas o barrancos y de otros humanos como los muros, barricadas y trincheras. Sin embargo, no siempre se trata de objetos materiales, en ocasiones son inmateriales, imprecisas, pero existentes. Son bordes sociales, muchas veces visuales y otras se expresan en el habitar, con el uso social del lugar, en donde se marca los bordes dentro de los cuales los usuarios familiarizados se auto reconocen y por fuera de los cuales se ubica al extranjero o, en otras palabras, al que no pertenece al territorio. Bajo esta perspectiva, los territorios pareceran ser hitos que demarcan la accin cotidiana de los agentes sociales independientemente de que stos sean de carcter natural o social. Por su parte, Gilberto Gimnez (2004:315), afirma que el territorio es el espacio apropiado por un grupo social para asegurar su reproduccin y la satisfaccin de sus necesidades vitales, que pueden ser materiales o simblicas. Es decir, se trata de una expresin de una identidad territorial y, por lo tanto, como una experiencia de vida para aquellos que la habitan o que guardan algn vnculo sentimental con ella.En suma, si bien las categoras de espacio, regin y paisaje al venir directamente de la tradicin geogrfica, se adscriben ms directamente a la discusin de cientistas sociales directamente involucrados con esta ciencias a diferencia de la de territorio que tiene una adscripcin ms relacionada con otras ciencias sociales de corte crtico quienes la usan para diferenciar su significado de las teoras espacialistas clsicas de la geografa. Lugar

El diccionario de filosofa explica que la primera concepcin de espacio es como lugar, o sea, como posicin de un cuerpo entre los dems cuerpos (Abbagnano, 2004: 397). Para hablar de lugar se utiliza tambin las categoras de locus en latn, place en ingls lieu en francs y existen dos doctrinas filosficas que explican la situacin de un cuerpo en el espacio: por un lado, la aristotlica, segn la cual el lugar es el lmite que circunda al cuerpo y es, por lo tanto, una realidad por s mismo; y la moderna, segn la cual es una determinada relacin de un cuerpo con otros (Abbagnano, 2004: 673). Es una categora que dio entre los griegos una discusin amplia que en la actualidad es retomada por la geografa humanista y por autores como Massey (2005) para apoyar posturas de identidad que generan relaciones entre los agentes que definen procesos espaciales especficos. El lugar, en trminos generales, es un punto especfico de la superficie terrestre, de dimensiones mucho menores a las de una regin. Es un espacio ms restringido y acotado, es el mbito de la vida cotidiana y por tanto, est permeado por la identidad de un individuo o comunidad. Es una localizacin provista de sentido. La utilizacin de esta categora surgi en la dcada de los aos setenta del siglo XX en el marco de la escuela humanista que se enfocaba en estudiar las relaciones culturales entre un grupo y un lugar especfico, considerando que, desde su punto de vista, la cultura es el elemento fundamental en las relaciones sociales de individuos o de grupos. De acuerdo con este enfoque, los habitantes de un cierto lugar toman conciencia de una cultura comn y de sus diferencias con respecto a otros grupos. Se trata de una apropiacin simblica de una porcin del espacio geogrfico por un grupo determinado y es un elemento constituyente de su identidad. Este punto de vista ha sido asumido tanto por gegrafos franceses, como por anglosajones. Ejemplo de ellos son Piveteau (1969), Zelinsky (1973), Tuan (1975), Bassand & Guindin (1983), entre otros (Gilbert 1988: 210).Tuan equipara el concepto de espacio al de lugar, adscribindoles dos significados: el de posicin en la sociedad entendida a partir de los usos y significados simblicos que se obtienen de localizaciones especficas, y el de localizacin espacial que se origina con el vivir en y con su asociacin en el espacio (Tuan, 1974: 223). En su opinin, el lugar tiene un espritu y personalidad que se manifiestan por las expresiones de carga emocional adquiridas por su localizacin o por su funcin de nodo; pero al mismo tiempo, se tiene un sentido del lugar cuando, a pesar de adquirir sus caras nicas, los humanos, al expresar sus discernimientos morales y estticos, dan a los sitios percepcin a travs de sus sentidos a partir de gustos, preferencias y sentimientos (Ibid. 234). Usa el trmino de lugar como sinnimo de regin sin ninguna adscripcin a una escala geogrfica en especfico: sin embargo, al menos en la tradicin anglosajona, se liga con lo de pequeo, local o micro. Otros autores ms recientes como Marc Aug caracterizan al lugar en funcin de un mbito de identidad, relacional e histrico. Se trata de un espacio vivido que refleja la historia y la memoria. El lugar contempla la posibilidad de los recorridos que en l se efectan, los discursos que ah se sostienen y el lenguaje que lo caracteriza (Aug, 2000: 87). En oposicin, el autor habla de los no lugares, producidos en el marco de la sobremodernidad, para hablar de aquellos espacios transitorios, carentes de los tres elementos mencionados. Por ltimo, y no porque con ello se agote el tema, sino porque es preciso dar dimensin a lo expresado hasta el momento, si bien Doreen Massey, en su texto habla de espacio en su condicin general, la manera a travs de la cual se pueden conjuntar proyectos o direcciones de movimiento es a travs de la posibilidad de identificarse con un lugar y a partir de ah redimensionar trayectorias que posibiliten co-presencias y co-existencias para la generacin de sus geometras del poder que son espaciales. Desde esta perspectiva, y retomando la dimensin filosfica con la que comenzamos, espacio referira a una dimensin de la existencia y lugar a la manera como dimensionamos nuestro diario quehacer en identidad con el entorno social y territorial en donde nos desarrollamos. Reflexiones finales Desde una concepcin simple de la dimensin espacial de los fenmenos sociales, tanto el espacio, como el territorio, el paisaje, la regin y los lugares han sido conceptos utilizados para localizar un problema de estudio. Sin embargo, el debate epistemolgico en torno a dichos conceptos, en las ciencias sociales, los ha llevado ms all, de manera que se les puede considerar como parte de una dimensin compleja en la cual se insertan los problemas humanos o bien que le da sentido a los mismos. Tambin puede entendrsele como el resultado de las dinmicas sociales, como la materializacin de los procesos humanos, el reflejo de la sociedad, un medio de representacin social, un medio de reproduccin y transformacin de la realidad, como instrumento que genera identidad, soporte de la vida cotidiana o como la base para la organizacin social, econmica y poltica de la sociedad. La discusin ha sido muy rica, sin embargo, es pertinente continuarla a partir de nuevas interpretaciones de la realidad social y de formas especficas del uso de las categoras que ejemplifiquen la manera como diferentes autores las manejan o bien las diversas formas como las utilizamos en las investigaciones sociales que se desarrollan en nuestro alrededor. La diversidad de conceptualizaciones es resultado de la multiplicidad de contextos desde los cuales se analiza y se ha analizado la dimensin espacial de la sociedad o bien de la amplia gama de visiones tericas con las que se pueden mirar y analizar los procesos territoriales. En este sentido, son relevantes las caractersticas de las comunidades cientficas que discuten y expresan sus ideas. Es importante el marco temporal, los enfoques terico metodolgicos y las instituciones desde donde se desarrolla la reflexin.Quedan pendientes no slo el completar esta visin con las antes expuestas, sino ampliarla con los conceptos y las miradas con las cuales se complementan cada una de las formas como se adoptan las categoras arriba analizadas. As, hablar y explicitar la manera como los posicionamientos, las distancias, las formas sean stas geomtricas o procesuales, las medidas, las escalas y la representacin de los diferentes procesos se explican a partir de la utilizacin de los diferentes conceptos o su mirada a partir de las teoras diversas, quedan como temas que es preciso seguir trabajando y explicitando en el futuro. ReferenciasAbbagnano, Cicola, 2004, Diccionario de Filosofa, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 4 edicin en espaol.

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