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Connotación La connotación caracteriza habitualmente al lenguaje literario y en especial el lenguaje del más personal de todos los géneros literarios, la poesía lírica ; el poeta emplea palabras con sentidos subjetivamente adheridos. Así, por ejemplo, Federico García Lorca suele asociar la denotación del sustantivo metal con la connotación personal de «muerte». El segundo tipo de significado se suele contraponer al denotativo y se denomina connotación o disyuncion o significado connotativo. Es de carácter subjetivo del objeto y se da en el plano saussuriano del habla y no aparece recogido en los diccionarios. Así, por ejemplo, el significado connotativo de aurora puede llevar adheridas para un hablante concreto las significaciones subjetivas de "esperanza", "comienzo de una nueva vida", "iniciación de buena suerte, tras haber tenido mala suerte durante un plazo de tiempo", etc. Estos significados subjetivamente añadidos a la denotación constituyen la connotación del vocablo, que no es ni puede ser registrada por los diccionarios. Para los seres humanos todo es un signo o un símbolo porque se asocia a otros que son su significado. Para analizar esa relación entre significantes y significados la semiología distingue entre denotación y connotación. Los significados connotativos son todos aquellos valores significativos asociados a un término y expresan sentimientos y emociones. Puede tratarse de connotaciones con valor ideológico, afectivo, estilístico, etc. La connotación puede ser producto del hablante, en un acto de habla concreto, o puede ser de uso general en una cultura dada. El uso de las palabras en el discurso, sin embargo, produce alteraciones. Para un hablante, la palabra Navidad puede significar tristeza (melancolía, soledad, recuerdos) por sus experiencias personales, frente a la connotación positiva habitual en la sociedad (alegría, fiesta, etc.). Para Lorca verde significa tragedia, destino abocado a la frustración y la muerte, cuando socialmente se suele asociar a la esperanza La literatura permite hacer evocaciones, asociaciones personales, es decir, hace un uso connotativo del lenguaje. Lo anterior permite entender por qué algunas obras gustan a algunos lectores y a otros no. La grandeza de un autor depende en mucho del uso connotativo que haga del lenguaje, tiene que alcanzar tal profundidad que pueda “llegar” al lector de diferentes niveles lingüísticos, épocas y culturas. En el cuento La Habitación podemos decir que la realidad representada (denotada) nos remite a un nuevo sentido; los personajes y las acciones nos llevan a ver la realidad como una ficción, la posibilidad de vivir una novela o un cuento, ser personajes que viven su propia novela. Esto es una

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ConnotaciónLa connotación caracteriza habitualmente al lenguaje literario y en especial el lenguaje del más personal de todos los géneros literarios, la poesía lírica; el poeta emplea palabras con sentidos subjetivamente adheridos. Así, por ejemplo, Federico García Lorca suele asociar la denotación del sustantivo metal con la connotación personal de «muerte». El segundo tipo de significado se suele contraponer al denotativo y se denomina connotación o disyuncion o significado connotativo. Es de carácter subjetivo del objeto y se da en el plano saussuriano del habla y no aparece recogido en los diccionarios. Así, por ejemplo, el significado connotativo de aurora puede llevar adheridas para un hablante concreto las significaciones subjetivas de "esperanza", "comienzo de una nueva vida", "iniciación de buena suerte, tras haber tenido mala suerte durante un plazo de tiempo", etc. Estos significados subjetivamente añadidos a la denotación constituyen la connotación del vocablo, que no es ni puede ser registrada por los diccionarios.

Para los seres humanos todo es un signo o un símbolo porque se asocia a otros que son su significado. Para analizar esa relación entre significantes y significados la semiología distingue entre denotación y connotación.

Los significados connotativos son todos aquellos valores significativos asociados a un término y expresan sentimientos y emociones. Puede tratarse de connotaciones con valor ideológico, afectivo, estilístico, etc. La connotación puede ser producto del hablante, en un acto de habla concreto, o puede ser de uso general en una cultura dada.

El uso de las palabras en el discurso, sin embargo, produce alteraciones. Para un hablante, la palabra Navidad puede significar tristeza (melancolía, soledad, recuerdos) por sus experiencias personales, frente a la connotación positiva habitual en la sociedad (alegría, fiesta, etc.). Para Lorca verde significa tragedia, destino abocado a la frustración y la muerte, cuando socialmente se suele asociar a la esperanza

La literatura permite hacer evocaciones, asociaciones personales, es decir, hace un uso connotativo del lenguaje. Lo anterior permite entender por qué algunas obras gustan a algunos lectores y a otros no. La grandeza de un autor depende en mucho del uso connotativo que haga del lenguaje, tiene que alcanzar tal profundidad que pueda “llegar” al lector de diferentes niveles lingüísticos, épocas y culturas.

En el cuento La Habitación podemos decir que la realidad representada (denotada) nos remite a un nuevo sentido; los personajes y las acciones nos llevan a ver la realidad como una ficción, la posibilidad de vivir una novela o un cuento, ser personajes que viven su propia novela. Esto es una visión de la realidad como algo en que se confunde lo concreto con lo ilusorio: María Corinto es una mujer imaginaria, el protagonista le da vida y ella le concede un nuevo sentido a su existencia, el deseo de encontrarla le hace perder el interés por morir.

Ahora veamos otro ejemplo:

TEXTO 4 La Luna 3

Es mar la noche negra, la nube es una concha, la luna es una perla...

¿Puedes identificar la denotación y connotación del texto?.

Denotación. La realidad representada:

La noche negra con nube y luna parece un mar con concha y perla.

Connotación. La realidad enriquecida:

La noche es algo tan impactante como el mar, ambos son inmensos, profundos, inquietantes.

La nube es blanca como concha, la luna es blanca y redonda como perla y ornamentan la noche.

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3 Tomado de TABLADA, José Juan. Poesía en Movimiento.

Ejm:

- ¿Dónde estás corazoncito? - Vuelve palomita a tu dulce nido - Madona sigue siendo una estrella

DenotaciónLa Denotación, es el significado básico de una palabra, constante tal como aparece definido en los diccionarios con una forma de expresión formal y objetiva.

Las palabras del lenguaje humano poseen dos tipos de significados, el denotativo o denotación y el connotativo o connotación. Se llama denotación al tipo de significado de una palabra que es objetivo y se da en el plano saussuriano de la lengua. Es el significado universal, el que una palabra tiene para todos los conocedores de una lengua, sin que exista la más mínima discrepancia entre ellos: el que tiene por ejemplo metal y recoge el Diccionario de la Real Academia. Propiamente dicho, se trata del significado tal como se presenta fuera de cualquier contexto. Por ejemplo, aurora denota la parte del día correspondiente a la salida del sol, y es así como se define en los diccionarios. En realidad todo signo tiene una dimensión denotativa que se complementa con su dimensión connotativa. Ambas dimensiones son parte de un continuo, cuando se va hacia la parte denotativa describiendo un objeto o una situación, los significados son más nítidos y pueden ser fácilmente compartidos por muchas personas dentro de un contexto amplio o universal, es lo que se pretende "objetivo"; mientras que conforme la descripción contiene aspectos inferenciales que no son tan evidentes estamos avanzando hacia la dimensión connotativa que depende más de los contextos espacio-tiempo específicos del emisor, del mensaje y del receptor del mensaje. Aquello que es más denotativo tiene escasas modificaciones por el cambio de época o cultura, mientras que lo connotativo se altera significativamente conforme se modifican las culturas o situaciones en que se inserta. Así, una imagen o un texto pueden ser denotativamente los mismos y sin embargo haber cambiado de manera esencial en su connotación. Sin embargo, aún lo denotativo implica una interpretación contextual, por lo cual toda denotación es también una connotación; la distinción entre una y otra es análoga a la diferencia entre frío y caliente, es decir, relativa.

Ejm:

- Te compraré un par de zapatos - Tienes los zapatos sucios - Los delincuentes entraron por la ventana - La ventana esta limpia

La denotación se define como el significado objetivo de un término común a todos los hablantes.

Al leer el cuento La Habitación, de Jaime Neri, captamos al narrador que relata con objetividad lo que sucede, presenta los hechos como reales e introduce al final una imagen irreal con la posibilidad de existir en la vida. El protagonista crea su propia historia; las palabras que usa sugieren intranquilidad, tristeza, desapego a la vida, primero:

“ ... Tres días antes del día que deseo morirme, dejo de comer, de bañarme ... “

Y después la introducción de lo irreal en la realidad, lo que da un nuevo sentido a su vida:

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“ ... la imagen de María Corinto, su sonrisa me inquieta y perturba mis sentidos ... “

“Me levanto ya salido el sol para ir a buscarla ... “

Cuando se lee:

“ ... camino día y noche por las calles, en el bar o en el café hago un buen amigo ... “

Nos remitimos a una persona que deambula por las calles solitario, tal cual lo dice (denotación) y no otra cosa.

Sin embargo, conforme leemos es posible agregar otro sentido.

Conclusión 1.2 LA DENOTACIÓN Y LA CONNOTACIÓN

Anteriormente has descubierto la utilidad de acercarte a los textos de carácter científico

o periodístico, ya que la información que requieres para tus trabajos escolares o en tu vida cotidiana se encuentra en gran medida en este tipo de textos, pero ¿qué sucede con el texto literario?, ¿qué utilidad puede tener una obra literaria en tu vida?.

Tal vez pienses que no es tan útil leer una novela o un poema, ¿cómo es posible que algunas personas lo hagan con gran interés y frecuencia?, ¿qué les gustará de esos libros?, ¿por qué los leen?. Quizá tú, antes de decidir la lectura de una obra literaria, le revises el tamaño de la letra o si tiene ilustraciones o no. Por estas razones a veces nos parece pesado que se nos pida leer una obra literaria, expresar nuestra opinión sobre ésta y comentarla con los demás.

De ahí lo importante que es conocer todo lo que un texto literario puede ofrecerte. Los textos literarios tienen una forma muy especial de presentarnos las vivencias y fantasías del ser humano, y esto tiene que ver con la denotación y connotación en el lenguaje , de tal forma que si manejas tus conocimientos sobre el discurso literario las obras de este tipo podrán contribuir enormemente a la formación de tus ideas o emociones como ser humano.

Cuando leas un texto literario debes tener en cuenta que el proceso de captación del mismo se produce en un orden:

1. Distinguimos los significados reales que maneja el texto (denotación). 2. Nos detenemos en la forma en que la realidad se representa en la obra. 3. Nos internamos en el análisis de su estructura y descubrimos las relaciones entre sus elementos. 4. Descubrimos el sentido, al encontrarnos con otros significados de la realidad representada, que nos revela

la intención del mensaje (connotación).

Figuras literariasLas figuras literarias son formas no convencionales de utilizar las palabras, de manera que, aunque se emplean con sus acepciones habituales (aspecto que las diferencia de los tropos), se acompañan de algunas particularidades fónicas, gramaticales o semánticas, que las alejan de ese uso habitual, por lo que terminan por resultar especialmente expresivas. Debido a esto, su uso es característico, aunque en modo alguno exclusivo, de las obras literarias.

De forma coloquial, reciben también el nombre de recursos literarios, recursos estilísticos, recursos retóricos, figuras retóricas, figuras del discurso, etc.

Las figuras, junto con los tropos, constituyen dentro del ámbito de la Retórica uno de los formantes básicos del ornatus retórico, el constituyente principal de la elocutio.

Las figuras literarias se dividen en dos grandes grupos: las figuras de dicción y las figuras de pensamiento.

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Figuras de dicción

Las figuras de dicción afectan primordialmente a la forma de las palabras, aunque en ocasiones inciden también sobre el significado. Se distinguen cuatro categorías: figuras de transformación, figuras de repetición, figuras de omisión y figuras de posición.

Figuras de transformación

Las figuras de transformación (o metaplasmos [ 1 ] ) consisten en la utilización de formas léxicas que serían, en teoría, incorrectas en la lengua ordinaria. Las más conocidas de estas figuras son las licencias métricas.

Las figuras de transformación son las siguientes: prótesis, epéntesis, parágoge, aféresis, síncopa, apócope, diástole o éctasis, sístole, diéresis, sinéresis, sinalefa, ecthlipsis y metátesis.

Figuras de repetición

Las figuras de repetición consisten en el uso de elementos lingüísticos (fonemas, sílabas, morfemas, frases, oraciones...) que ya habían sido usados en el mismo texto. La repetición no tiene por qué ser necesariamente exacta, por lo que en muchas ocasiones se dan casos de semejanza.

Las figuras de repetición son las siguientes: aliteración, onomatopeya, homeotéleuton, anáfora, epífora, complexio, geminación, anadiplosis, gradación, epanadiplosis, polisíndeton, annominatio (paronomasia, derivatio, figura etimológica, diáfora, políptoton), traductio, equívoco/antanaclasis, paralelismo (isocolon, parison, correlación), quiasmo y commutatio/retruécano.

Figuras de omisión

Las figuras de omisión consisten en la supresión de un elemento lingüístico necesario, en teoría, para la construcción del texto. Su uso tiende a aligerar la expresión.

Las figuras de omisión son las siguientes: asíndeton, elipsis, zeugma, silepsis, reticencia o aposiopesis, braquilogía y paralipsis (también llamada preterición o pretermisión).

Figuras de posición

Las figuras de posición son aquellos procedimientos que se basan en la alteración del orden normal de las partes de la oración.

Las figuras de posición son las siguientes: hipérbaton, anástrofe, tmesis y synchysis/mixtura verborum.

Figuras de pensamiento

Las figuras de pensamiento afectan principalmente al significado de las palabras. Se distinguen las siguientes categorías: figuras de amplificación, figuras de acumulación, figuras lógicas, figuras de definición, figuras oblicuas, figuras de diálogo, figuras dialécticas (o de argumentación) y figuras de ficción.

Figuras de amplificación

Aunque la, en latín, amplificatio, no es tanto un desarrollo más por extenso de una idea sino más bien su realce (por un uso especial de la entonación, por ejemplo), en la práctica las figuras de amplificación incluyen técnicas de alargamiento de los contenidos de un texto.

Las figuras de amplificación son las siguientes: expolitio, interpretatio, paráfrasis, isodinamia, digresión y epifonema.

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Figuras de acumulación

Las figuras de acumulación son procedimientos que buscan la adición de elementos complementarios a las ideas expuestas.

Las figuras de acumulación son las siguientes: enumeración, distributio, epífrasis y epíteto.

Figuras lógicas

Las figuras lógicas son procedimientos que tienen que ver con las relaciones lógicas entre las ideas dentro de un texto; de forma especial, se considera la relación de contradicción o antinomia, por lo que la figura lógica por antonomasia es la antítesis. Como variantes de esta, se encuentran la cohabitación, la paradoja y el oxímoron.

Figuras de definición

Las figuras de definición (y descripción) se utilizan para reflejar lingüísticamente la esencia o apariencia de los temas tratados (personas, objetos, conceptos...).

Las figuras de definición y descripción son las siguientes: definitio, prosopografía, etopeya, pragmatografía, topografía, cronografía, retrato y evidentia / demonstratio.

Figuras oblicuas

Las figuras oblicuas designan de forma indirecta una realidad utilizando las palabras en sentido apropiado. Constituyen la frontera con los tropos.

Las figuras oblicuas son las siguientes: perífrasis o circunloquio, lítotes o atenuación, y preterición.

Figuras de diálogo o figuras patéticas

Las figuras de diálogo son las propias del estilo directo, pues subrayan el carácter comunicativo del discurso. Se denominan también figuras patéticas pues pretenden incidir afectivamente en el destinatario.

Las figuras de diálogo son las siguientes: apóstrofe / invocación, exclamación, interrogación retórica, optación y deprecación.

Figuras dialécticas

Las figuras dialécticas o de argumentación son las propias de los debates dialécticos (la disputatio, en latín); se trata de técnicas argumentativas.

Las figuras dialécticas son las siguientes: concessio, correctio, dubitatio, communicatio, conciliatio y distinctio / paradiástole; pueden, además, incluirse aquí las llamadas probationes argumentativas, o pruebas expuestas por el orador para defender su argumentación: simile, argumentum y sententia.

Figuras de ficción

Las figuras de ficción permiten presentar como reales situaciones imaginarias.

Las figuras de ficción son las siguientes: personificación / prosopopeya, sermocinatio / idolopeya y subiectio / percontatio.