7.- La Ciencia en La Edad Media (1)

8/12/2019 7.- La Ciencia en La Edad Media (1)

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La ciencia en la Edad Media 1


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La nueva religinA pesar de las persecuciones de las

que fueron vc tim s sus culeores en losprimeros siglos del milenio, buena partede los pensadores ms educados se sumaron paulatinamente al nuevo credo ydedicaron su tiempo a abstrusas cuestiones religiosas que poco a poco constru-

En este momento, y mientras escribo esto, miro por la ventana y veo unasociedad organizada que se agita por lacalle, y cuyos valores ms o menoscomparto, y trato de imaginarme cmosera si los valores de repente tambalearan y desaparecieran: es muy difcil darse cuenta cuando uno est en medio deuna revolucin culrural.)

persando y en congeniado con las ensefianzas divinas de la nueva religin, quedistaba an de abarcar a roda Europa.

Suele suceder. Pero de todos modos,las instituciones tardan en morir, y lasculturas, aun en medio de acontecmiemos tormentosos como los que lesacabo de contar, tienen una enormeinercia. Todava, en las ciudades ricasdel Mediterrneo, o las ciudades griegascon fuerte tradicin, hubo chispazos,pequeas bengalas que iluminaron unpoco, malamente) la larga noche que seavecinara por cinco o seis siglos. Estoyseguro aunque me consta) de quehasta muy tarde se conservaron las luchas de gladiadores, por poner una delas ms repulsivas costumbres romanas.

El ocaso dellmperio as fue como termin Imperio de

Occidente, esa fabulosa construccinpoltica que domin Mediterrneodurante cinco siglos. Europa fue retrocediendo hacia un mundo rural en especial al norte), los acueductos y lasgrandes obras de infraestrucrura romanafueron abandonados, as como los mi-nos y vas de comunicacin, y la economa fue decayendo hacia la subsistencia,que caracterizara los primeros siglosmedievales. situacin que durara ms omenos hasta e l siglo Xl. Los pueblos dela Europa desestructurada y casi completamente iletrada) que sigui habrande evocar al Imperio como una pocade oro. perdida y quizs irrecuperable.

Naturalmente, los europeos de laEdad Media no saban que eran medievales, pero la idea que tiene de s mismo e l intelectual de los primeros siglosde la era cristiana es la de un mundoque h retrocedido a la barbarie desde una alta colina dorada.

S pocas que siguieron inmediatamente a la cada del Imperio Romanoestuvieron marcadas por e l miedo, aislamiento y las constantes invasionesbrbaras. En lo que hace a la ciencia, slo se puede rescatar un cierto enciclopedismo que intentaba cristalizar e l saber para preservarlo y que consistiprincipalmente en la copia de manuscritos. La problemtica intelectual se limit a encontrar la forma de rescatar conocimiento pasado que se estaba dis-onstantino Kavafis

Por qu nue st ro s d o s cnsules y lospre to res visten

s us r oja s to ga s, d e f in os b ro ca do s;y lu ce n b ra za le te s d e a m atis ta s,y ref idgen te s an ill os de e sm e rald as

esplndidas?Po r q ll o ste nt an b as to ne smaravillosamente c inceladosen oro y p la ta , si gnos de su p oder?P or qu e h oy lle ga n lo s b rb aro s;y to da s e sa s c os as d e slu mbran a los

brb aros.Por qu no acude n c om o sie mpre

nuest ro s i lu s tres oradoresa b rin darn os el chorr o fe liz de su

elo cuencia?P or qu e h oy lle ga n lo s b r ba ro sq lle o dia n la ret ric a y lo s l ar go s

d is cursos. P or q u de p ro nto e sa in qu ie tu dy m ovim iento? C u nt/l gravedad en los

rostros. Po r qu uacla la multitu d c alle s y p la za s,y so mb ra re gre sa a sus m orad as?P orq ue la noche cae y no llegan los

brbaros.g en te v en id a d es de fronteraafinna que ya no hay b rbaros. qu se r ahora de noso tro s s in

- brbaros?Q u iz s e llo sjite ra n u na s olu ci n d es pu s

d e tod o.

de un la rgo pergamino . En le sc ri ta s h ay muchas di gn idades y ti tulas.


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p lio m ovimiento a fin de comprender que todo lo que penosamente busc a e n el e x ter io r s e ha ll a encer rado e n lo s te sorosdesu a lm a. N o tardar en ver m ds claroqu e la luz del s ol aquello q ue p a re c ia ocu lt o entre l a s n i eb la s de l error.Pues de la in te lig en cia n o h a desaparecidototalmente lu z por haberaportado el cuerp o su pesada masa propicia a l olvido; quedasin n in g n g n er o de duda e n e lfo nd o d e n oso trosmismosu na sem illa d e verdad qll e b ro ta de n ue vo a l clida sop lodela invest igacin y la d oc tr in a. P or q u si n o respondis cone xac ti tu d a l s er pregtmtados? E s que en el fondo de vuestrasa lmas permanec e la te nte e lfite go d e v er da d. S i la M usa deP la t n d ic e v er tu l l o q ue aprendemos no es ot ra co saq l leuna seri ede conoc im iento o l v idados que de nuevo hacemosp re se n te s a l a m emo ri a.S i b us ca nd o e l h om br e la v er da d d es de e l fo nd o d e m cora z n n o qu ie re d e sv ia rs e del cam ino debe vo lve r sob res i m i s mo lo s o jo sd e su m en te y rep le g ars u p ro p io e sp lr it u c o n am -

La filiacin de Boecio con el pensamiento griego es evidente en toda la obra. Me interesa de todos modos que sevea esto en las teoras del conocimiento de ambos autores.Como venimos viendo desde que empezamos con estosfascculos, toda investigacin, explcita o implcitamente,viene acompafiada de una concepcin filosfica bastanteprecisa que indica para dnde se puede seguir avanzando.Creo que una de las ideas que conducen este difcil caminoes precisamente sa: roda ciencia tiene, necesariamente,una filosofa que la sostiene, lo admita o no.

oecio latn

tino, funcionario del rey ostro godo Teodorico, Boecio era probablementeconsciente del gran cambio cultural quesobrevena sobre Europa. Ultimo de losintelectuales bilinges con acceso a lasfuentes griegas, tradujo larn y coment corpus de obras de lgica, DeMa t er ia m ed ic a de Dioscrides, y algunas pocas obras de Aristteles, que fueron la fuente principal para el estudiode la lgica y las matemticas hasta elsiglo XII, y expuso tambin elementosde aritmtica, geomeula, msica y astronoma e l quadriuiumiconservandoas algo de Euclides y Pro lomeo. Mejor las artes liberales del triuium gramtica, retrica y lgica, que fueron, jun-

terminal. Aunque hubo quienes lo consideraron algo extravagante, su pensamiento fue la espina dorsal del pensamiento cristiano, al menos hasta la lleg d de Santo Toms de Aquino y sunueva sntesis.

Despus de tanta religin y sutilezasdel dogma, que poco hicieron pormantener viva la llama de la perdidacultura grecorromana, vuelvo a mi pantalla, y pienso en el ltimo gran intelectual romano, que de alguna manera fuecomo una bisagra entre los viejos tiempos ya muertos y los nuevos y desconocidos por venir: Boecio 480-524 .

As como San Agustn no me inspiraninguna simpata, me gusta Boecio. La-

de Platn ... , lo cual lo llev a un comprensible desinters por los fenmenosfsicos, que pesar durante todos los siglos medievales hasta la reaparicin deAristteles a partir del siglo XI. naturaleza queda as vaca de inters. razn misma no es la que fija que t ocual cosa sea, sino ms bien lo que ocurre es que la razn misma se encuentrasometida a leyes ms profundas que ladeterminan y que tienen que ver con elverbo divino, Crisro, quien ilumina laconciencia y establece que una verdadsea absoluta.

Al llegar la muerte de San Agustn enel afio 430, el Imperio Romano de Occidente entraba, como vimos, en su fase

San gustn ensu gabinete deSandro Botticelli1480 .


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caciones y peregrinaciones a lugares sanros (prcticas que la medicina popularmoderna conserva a pesar de los gigantescos avances de los siglos XIX y especialmenre e l XX), los herbarios contribuyeron a introducir un poco de orden,o mejor, de ordenado desorden en lafarmacopea, a pesar del primitivismo yaderezos fantasiosos de los dibujos (quepodan llegar a impedir reconocer unaplanra dibujada segn la imaginacindel copista). Recin en l siglo XV losdibujantes de herbarios aprendieron delrealismo tridimensional del arte italianoy flamenco, cuando se alcanz gran perfeccin gracias a los dibujos de Leonardo da Vinci y de Alberto Durero.

Esta tradicin continu hasta los primeros herbarios impresos, y es ah donde se considera que empieza la botnicacientfica (lo pongo entre comillas,porque la botnica sigui siendo unaserie de constataciones empricas hastaque se produjeron los grandes ordenamientos del siglo XVIII con Linneo).Desde e l punto de vista de lo que entendemos por ciencia, sta aparece recin cuando integra un sistema ms omenos racional.

AlIado de los herbarios tambin 'seproducan bestiarios, anrquicas compilaciones que mezclaban observacionesreales de la naturaleza, comentarios zoolgicos, ilustraciones muy creativas yuna buena dosis de lecciones morales yreligiosas. Ver algunas de las figuras queconcibieron los hombres de la Edad

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su propio jardn las plantas mencionadaspor e Her bar ium del pseudo Apuleyo(de quien slo se sabe que probablemente en e afio 400 a.C. arm un compendio con un montn de recetas medicinales de origen griego), o por e otro manual conocido, que era e de Dioscrides(40 d.C,-c, 90 d.C.), un mdico y fa r-maclogo griego de los tiempos de Nern, cuyo trabajo De materia medica constituido por cinco tomos terminadoscerca del ao 77, contaba con excelentesdescripciones de aproximadamente 600plantas. Este trabajo, gracias a su vastedad, se transform en la fuenre de terminologa botnica moderna y en e l rexro numacolgico ms importante durante apenas 16 siglos.

A pesar de que no tenan e l rigor delas recopilaciones antiguas (ni siquierala de Plinio), ya pesar de estar centrolados por los fines morales, los herbarios medievales constituyeron, tambin,un muestrario (aunque completamentedesordenado) de plantas medicinales ysus usos. Junto a ellos aparecieron manuales de recetas prcticas (debidas, seguramente, a la tradicin mdica folklri ca local y subterrnea), dosificaciones e instrucciones de uso, aunque elpanorama de la farmacopea fue muy -mitado, y la tendencia general no era ala reflexin y mucho menos a la experimentacin).Dado e l hecho de que la medicina ileerada medieval iba naturalmente acompaada de los eternos conjuros, impre-

menos 75 libros. Sin embargo, su obrams recordada es la enorme His to ria N a-tu ral de 37 tomos, completada dos afiasantes de su muerte. En eUase mezclan loreal y lo fantstico: hombres con cabezade perro que se comunicaban por mediode ladridos y otros sin ninguna cabezapero con ojos en los hombros, vborasque se lanzaban hacia e l cielo para atrapar aves, la serpiente basilisco de Africa, que mara a lo s arbustos con slo rocarlos, rocas que respiran ...

Plinio intent sistematizar en estaobra todos los materiales dispersos yantiguos que pertenecan a la culturaencclica mkyk l io r pnideia en griego,origen del trmino enciclopedia). Hayal menos dos rasgos notables en la obrade Plinio: su estilo simple y directo y laconstante referencia a sus fuentes. En e llibro l por ejemplo, sistematiza los conocimientos referidos a la cosmologay la astronoma; el III yestn referidos a la geografa histrica y ffsica demundo antiguo; en los libros XII hasrae l XIX, dedicados a la botnica, fuedonde Plinio ms se acerc a hacer unacontribucin real a la ciencia, y que setom l inusual trabajo de observar demanera directa. Esta obra marc -parabien y para mal- a las similares quevendran en los aos siguientes.

Por aquel entonces tambin cornenzaron a compilarse herbarios, que brindaban una escasa idea acerca de la distribucin geogrfica de las plantas. Muchosde los autores intentaban identificar en

El tipo de criaturas queuno se encontraba en unbestiario medieval era delo ms inslito, como seve en la reproduccin deeste bestiario publicado enlatn alrededor de 1230.


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que en medio de la ignorancia reinantetrataban de transmitir lo poco que serecordaba del conocimiento antiguo, engeneral con fines piadosos y poco ms.Aunque en algunos sitios se indula algode matemticas para resolverel eternotema de calcular la fecha de Pascua, cuya dificultad lleva plantear interesanresdesarrollosaritmticos y astronmicos, y fue uno de los contados serviciosque un problema religiosopresr a laciencia positiva.Una figura realmente simptica, porlo menos para m, es la de Beda e l Venerable 672-735), que vivi en e l monasterio de jarrow Inglaterra, que seentreg a los estudios histricos de lasescrituras, pero que adems conoci e lqu driuium estableci tablas de marcas,y algunas observacionesgeneralesmuybien hechas.

Su cosmologa muestra la visin quetena un hombre culto de su siglo: suuniverso est ordenado por causasyefectos identificables. Beda no pensabaque mundo tuviera forma de rueda,sino que laTierra era una esfera esttica. Rodeando la Tierra, se encontrabanlos siete cielos: e l aire, e l ter, e l Olimpo, e l espacio gneo, e l firmamento conlos cuerpos celestes,e l cielo de los ngelesy el cielo de laTrinidad. El mundocorpreo estaba compuesto de los cuarro elementos tierra, agua, aire, fuego),dispuestos por orden de peso y ligereza.Como haba ledo a Plinio, tena unaidea de la cosmologa griega: afirm

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Yaleshaba mencionado, hace un rato, a Casiodoro, un contemporneo deBoecio que se ocupaba de juntar y hacer copiar manuscritos en Vivarum alsur de Italia), y lo retomo ahora porquequeda volver al tema de los monasterios que empezaron a crearse despusde la fundacin de Monte Cassino porSan Benito en 529, porque all se preserv buena parte de que se preserv,y porque junto a ellosempezaron a armarse lasprimeras escuelasmedievales,

experiencia.

E nfre nta n e l a gu a fr iaD e e sa d io sa i ntr an sig en te :

D e la ciencia

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ofe necerAll uan m uchas teorasDec id idas a triunfar

Q ue es el s ab er

Pues la s ciencias son lo s rosQ ue van a dar en la m ar

so s pero me distraigo constantemente,y esque tengo que lograr que fluyanpor estaspginas miles de cosasy tendencias.

MonasteriosBueno, aparentemente me distraje unpoco con los herbarios y especialmentecon los bestiarios,que son ms curio-

donde confluan eruditos latinos, griegos, rabesy judos y florecauna cultura sincrtica.Algunas de las copiasy ampliacionesdel Physiologus que se hicieron durantela Edad Media incluan ilustraciones.Como en esa poca los zoolgicos noeran muy corrientes, prcticamente nohaba posibilidad de conseguir modelosvivosde leones, por no hablar de losunicornios o los hombres con cabezadeperro, y entonces losdibujantes debanconfiar en la descripcin del autor y ensu imaginacin. Muchas de estas figurasfueron tambin reproducidas a lo largodel primer perodo de la Edad Media,por ejemplo, en los mosaicos de iglesiasde Roma, Ravena yVenecia.Ms adelante, sobre todo a partir del sigloXllI,y como en el casode los herbarios, aumenearon constantemente las ilustraciones realis tas Esta tendencia se vio

reforzada por las representaciones deplantas y animalesque comenzaron aaparecer en las pinturas de artistas como Giorro 1276-1336).Como los herbarios, los bestiariospueden, si se quiere, ser vistos como unantecedente de la zoologla, pero sta,como la botnica, slo pudo aspirar alstatus de ciencia mucho pero muchoms tarde.

La cultura se retrajo a los monasteriosbenedictinos italianos e irlandeses luego, ingleses de Europa Central.Durante esta poca la atencin estuvopuesta principalmente en la conservacinde los conocimientos nteriores


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Tiempo y espacioEs necesario decir aqu algo acercade la imagen del mundo medieval,aunque slo sea porque la ciencia moderna naci en gran parte del intentode superarla y porque en nuestra vidasocial pueden advertirse bastantes huellas de esa lucha. El esquema etreo ycosmolgico de Aristteles y lo s astrnomos alejandrinos se haba convenido en un rgido mundo teolgico-fsico, en un mundo de esferas u orbes.Figuraban en l las esferas del Sol y laLuna, las esferas de los planetas yporencima de roda, la gran esfera de lasestrellas fijas, sobre las cuales estabanlos cielos.Como contrapartida teolgicamentenecesaria estaba e l inframundo los cr

culos y abismos infernales tan firmemente descriptos ms tarde en la ivinaomedia 1321 de Dante Alighieri).El universo estaba ordenado por rangosy lugares.Se trataba de un compromiso

nos y pueblos bajo control del Papa ylos distintos poderes terrenales de reyesy emperadores, aunque lasCOnstantesdisputas entre el poder religiosoy el civil impidieron acuerdos mnimamenteestables. s la religin sigui ofreciendo la perspectiva desde la que se miraban la poltica y la economa, as comola cienciayel arce. Slo el desarrollo dela burguesa graciasal comercio permitira superar esta etapa paralizadoramente religiosa.

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ron la Europa moderna).La vida de Carlomagno fue tomadacomo modelo por los monarcas que losiguieron; era el ejemplo perfecto decmo deba ser un rey cristiano. Personificaba la fusin de las culturas germnica, romana y cristiana, que seconvenida posteriormente en la basede la civilizacin europea. En 788, pormedio de una clebre cana que le dict a un escriba, por supuesto), Carl -magno recomend a los abates la fundacin de escuelas.

Despus de Alcuino rigi la escuelapalatina Juan Escoto Erigena, que, como curiosidad, enseaba el sistema atribuido a HerclidesPonto en e l que Venus y Mercurio giraban alrededor delSol, e incluso lo extendi haciendo girar tambin alrededor del Sol a Marte,Jpiter y Saturno. Despus de su muerte, la escueladecay irremediablementey todo se hundi en la oscuridad.Yeso fue el renacimiento carolingio.Nada del otro mundo salvopara loscarolingios, claro).

Hasta el sigloXI, excepto por e lbreve interludio del reinado de Carlomagno, ninguna estructura polticabrindara estabilidad suficiente paraun desarrollo del inters por la naturaleza; no hablemos ya de cuestionesms esenciales.La nica fuerzacapaz de brindar alguna cohesin social y cultural era laIglesia, que in te nt con escasoxito reorganizar los restosde los antiguos rei-

cesita una burocracia mnimamente letrada, o sea, alguna poltica educativa.Para que la hubiera, Carlos llam aAlcuino de York, un importante eruditoingls que haba conocido en Roma,para que reorganizase o mejor dichofabricase) los estudios del nuevo imperio desde su capital en Aquisgrn, fundando escuelas segn la orden del emperador abrir en cada dicesis y encada monasterio escuelas en las quehabran de ser admitidos tanto los ni de condicin libre como los decondicin servil.Alcuino pretenda convertir a la capita l en la nuevaAtenas lo cual da unaidea de despistado que estaba): e l esfuerzo fue grande, pero los resultados,pobres, ya que se basaban en las tonterasde Isidoro de Sevillao sabios porel estilo, y no pasaban de estudiar problemas elemenralesde aritmtica, oacertijos Como viejo enigma del barquero que debe cruzar un lobo, unaovejay un repollo. No es gran ciencia,por cierto. Elmismo CarIomagno eraanalfabeto, aunque parece que en su vejez aprendi a leer.De todos modos, el renacimientocarolingio, que ms que un verdaderoresurgir de las ciencias fue un intenrode reconstruir un cuerpo poltico devastado, dur poco: Carlos muri en814 y el imperio dur apenas lo quevivi su hijo Ludovico Po, para despus fragmentarse en pedazos que sonlos fragmentos que, ms o menos, die-

Carlomagno, ninguna estructurapoltica brindara estabilidadsuficiente para un desarrollo delinters por la naturaleza

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queran los padres de la Iglesia -recuerden a Tertuliano- con Jerusaln en cenero, e l paraso terrenal a la derechay arriba, y el mar ocano que rodeabatodo, ms representaciones esquemticas de las tierras conocidas (de odas).

Los mapas, como se ve, no eran demasiado precisos: los extensos vadosque se dejaban (tal como ocurra conla filosofa, la fsica, y cualquier otradisciplina) eran completados con invemos de lo ms imaginativos. No escasual, por eso, la profusin medievalde t e rras incogni tas de lugares inventados que nunca existieron.

Los lugares inexistentes son una vieja fantasa humana, y suelen nacer deuna referencia, de un relato, una reliquia, una alusin que corre de boca enboca y luego adquiere espesor geogrfico en manos de cartgrafos propensos a la fantasa.

El ms famoso de los sitios imaginarios -y uno de los pocos sobrevivientesde una larga lista- es, al mismo tiempo, uno de los ms antiguos: la tln -cida. Esta isla, localizada supuestamente en medio del ocano Adntico, aloeste del estrecho de Gibraltar, tiene

su origen en dos dilogos de Platn:Timeo y ritiasEn este ltimo, Platnrelata cmo los sacerdotes egipcios,durante una conversacin con ate-niense Saln, describen una isla msgrande que Asia Menor y Libia juntas.Se rrataba de un lugar que unos 9000aos ames haba sido tremendamente

eogr f s im ginr isLa tradicin de la geogra fa griega co

menz su decadencia ya en ciempos romanos, y los grandes mapas trazadospor Tolomeo, rar srene s o Hiparcoquedaron en e l olvido (o bien escondidos tras la vida de algn santo en unpalimpsesto). Los mapas medievaleseran simples represenraciones de unatierra aplanada corno un disco (como

campos comunales (todava el feudalismo no haba llegado a su plenitud),donde la poblacin solfa vivir aterrorizada por las invasiones de pueblos como los hngaros o los vikingos, que enalgunos casos se extendieron hasta lossiglos IX o X. En Inglaterra y Escocia,la actividad de los piratas escandinavosera continua, y en e l siglo XI, cuandoGuillermo el Conquistador invade yconquista Inglaterra, sta haba sidoinvadida por los escandinavos ese mismo da (lo cual fue una de las causasde que Guillermo pudiera ganar la batalla de Hascings -1066- y proclamarse rey). Como ven, no slo ahora se invaden pases con pretextos variados,que van desde necesidades de proteccin hasta fannsricas mentiras.

Bueno, pero as era ms o menos laEuropa de la Alta Edad Media, aunquelas cosas, naturalmenre, eran distintasen las ciudades del Mediterrneo. Carlomagno, cuando viaj a Roma, se qued pasmado por la riqueza de las ciudades italianas.

hablaremos de eso), hadan que el hombre medieval viviera en un mundo sinlas coordenadas precisas que nos ubican(y a veces abruman) ahora. meraidea de un segundo era inconcebible,y e l hecho de que la noche y da sedividieran en doce horas iguales cadauna de ellas, generaba un tiempo elstico, en el que las duraciones eran difciles de determinar, salvo por la salida ypucsra del sol, y las campanas de lasiglesias o los monasterios llamando amaitines o al ngelus. Cuentan que elrey Alfredo de Inglaterra mandaba encender antorchas sucesivas e iguales durante sus viajes, para rener una idea dela duracin. iY esto en e l siglo IX

Estas formas de percibir el espaciotiempo se observan bien en las pinturasde las iglesias, como por ejemplo la quepueden ver arriba.

No es solamente que la pintura nosea realista, sino que tanto el espaciocomo el tiempo estn organizados alrededor de figuras que son icnicas;no tienen edad; no hay espacio otiempo organizado donde transcurrenlos fenmenos que el cuadro cuenta,sino que son meros telones de fondoque rodean y adornan la ancdota piadosa. Esto comenzar a cambiar slosiglos despus, cuando la realidadvuelva a Europa.

Por otra paree, durante esta primeramitad de la Edad Media, la vida se desarrollaba en e l seno de la aldea, dondese cultivaban las parcelas propias y los

minprom

Mapa Cristiano 0- T,tomado de lasediciones del siglo IXde las timologas deIsidoro de Sevilla.


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Colabor en este fascculo

in le bueno: me alegro de llegar al final

de este fascculo porque pese a todossus aspectos sugerentes y maravillosos,la Alta Edad Media europea fue un perodo terrible. no solamente porquehaya sido una poca de profunda ignorancia y de prcticamente nula contribucin a la ciencia y la filosofa, sinoporque debajo de ese manto de lo maravilloso fue una poca de pura brutalidad y violencia. En el fascculo que viene podremos respirar, con el Renacimiento europeo e l segundo, si comainos el carolingio que se dio a partirdel siglo X I.

las ms importantes, sin dudas, de laimaginera geogrfica medieval. Perocon el correr del tiempo todos estos lugares mitolgicos fueron desapareciendo no slo de la faz de la Tierra aunque, en rigor, nunca estuvieron en ella ,sino del imaginario colectivo.

ron ms ll de Persia y Armenia. Oscil indefinidamente entre Asia y Africa yperdur en algunos mapas hasta e l ao1573. El mismsimo Enrique e l Navegante 1394-1460, rey de Portugal,amante de las artes y las ciencias, queno tena nada de medieval y que fletuna expedicin para llegar a las Indiaspor e l Oeste setenta aos antes de Coln, estaba convencido de su existenciay lo busc activamente: explor el Congo, el ro Senegal, el Nger y el Gambia e incluso envi emisarios a Jerusaln preguntando por el preste. Obviamente, no tuvo xito: en Jerusaln contestaron que nunca haban odo hablarde esa persona, por preste que fuera.

el Reino del Preste Juan, finalmente y tras una agitada lucha deunos dos siglos, se esfum tristementey sin dejar rastros, salvo la legendariacarta que inspir a miles de viajeros alrededor del mundo.Las historias de fieles e infieles, demoros y cristianos, de reinos amenazantes como Gog y Magog y dominios re

Desde ya, la carta del preste Juan,que adems descenda de los Reyes Magos, no era ms que una mera falsificacin, que mezclaba los milagros de SantOToms, los viajes de Simbad el Marino y romances sobre Alejandro Magno.

Pero a los exploradores medievales lesencantaba, y no se cansaron de buscarlos dominios de ese seor: a veces loconfundieron con e l inmenso Imperio

T e n e m o s u n as a ves lla m ad as g rifo s q uep ueden tr a n s p ort a r co n fa cilid a d un bu eyo un cab a llo a l n id o p a ra a lim en ta l a su sp ollu elo s. T a m b in co n ta m os con tin a clased e p j aro s [. . .} L la m a d o s y l le r io n e s. N o h a ym m qu e d o s en to d o el m u n d o y vivenu no s sesen ta a os, al cab o d e lo s c uales sea lejan vo la nd o y se su m erg en en el m ar[. .. . E n tin a p ro vincia d e nu e stro p als h ay lyem lo y en L viven h o m bres co n u ncu ern o qu e tienen l o jo en la p arte d e-lantera d e la ca b eza y tr es C1 l la trasera.

reinas y con un ejrcito de cien milmujeres armadas.

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7.- La Ciencia en La Edad Media (1)

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