En primer lugar, es preciso aclarar que algunos términos de los que emplearé en esta exposición son meramente, “categorías de análisis” y de ningún, verdades absolutas, que fueron, han y son empleadas por teóricos sociales desde hace un par d siglos.

¿LA SOCIABILIDAD ES UNA CATEGORÍA HISTÓRICA?

El empleo del término "sociabilidad" en historia no es normal.

Observemos que el diccionario, reconocen dos definiciones.

Una, muy general: aptitud de la especie humana para vivir en sociedad, aptitud que las especies animales no poseen sino por excepción y de manerarudimentaria y no evolutiva (abejas, elefantes, hormigas, etc. )

Debemos tener en cuenta que, si partimos de esta definición entendemos que la sociabilidad contribuye, en lo esencial, a definir lo que separa al hombre del animal.

La otra definición se refiere a la aptitud del individuo de frecuentar agradablemente a sus semejantes; en tal sentido, el hombre (o el niño) sociable es lo contra del niño tímido y retraído, "salvaje", misántropo. Pero debemos tener en claro que “La sociabilidad” es entonces un rasgo del carácter, que por lo general se erige como virtud. Pero no es fácil ver que, para el historiador, la primera de esas aplicaciones del término es demasiado amplia y la otra, demasiado estrecha.

Los objetos de la historia están, precisamente, entre ambas, más allá del individuo singular y más acá de la especie

Charles Bonnet, Naturalista, y botánico. Un erudito protestante, que se esforzaba por pensar juntas la filosofía racional y la revelación cristiana, decía n el siglo XIX que "el hombre es un ser social, varias de sus principales

facultades tienen por objeto directo el Estado de Sociedad, la ciencia lo muestra primero ejemplo de la palabra como medio de comunicar), pero la doctrina de Cristo lo confirma y lo acentúa cuando hace del amor al prójimoel primer precepto: "¿Existe acaso un Principio de Sociabilidad más puro, más noble, más activo, más fecundo, que esa Benevolencia tan revelada que, en la Doctrina del Enviado (de Dios)

Lerminier, pensó que “la sociabilidad es la humanidad misma. Su virtud social esencial, sin embargo, debe desarrollarse y reafirmarse con el tiempo. Seguimos en el sentido primero de la sociabilidad aplicada a la especie humana, pero debemos retener el vínculo con la idea de progreso, que da al término una interesante connotación de izquierda.

De modo que, siendo un rasgo reconocido de la psicología colectiva,la sociabilidad se halla en la historia humana, es decir que puede apreciarse de manera diferencial en el espacio y en el tiempo.

Para retomar los ejemplos citados: en el espacio, es la sociabilidad de los franceses, de los parisinos... en el tiempo, es la sociabilidad vinculada a las Luces, al progreso de una civilización más refinada o incluso al de la democracia...

Es decir, que “la sociabilidad, pensada desde la mirada de historiador o un humanista historicista, puede hacer uso de esta categoría de análisis en el mundo real, en la praxis científica”.

La sociabilidad desde el punto de vista de algunos teóricos como, Canclini, no significa sino un espacio en que el individuo que vive en una urbe, por ejemplo, al ciudad de México, tiende a aislarse los unos a otros. Esto es, aquéllos transeúntes que leen o escuchan música en dispositivos personales en un metro, es decir, aún cuando sean un punto donde se aglomeran las masas, por ejemplo: en un estadio de futbol, en un concierto, que aunque todos llevan un objetivo en común, no comparten apenas, un poco o nada de comunicación, pues no es este el objetivo.

Para lo que nos compete, respecto a “Los salones de baile” en cuanto a espacios de sociabilidad, es un sitio donde, en palabras de Amparo Sevilla, acuden gente adicta a bailar, y por supuesto, producto de la convivencia, hay

una comunidad en la que convergen emociones donde involucran, estados de ánimo.

“La plazuela de la campana”Existe un sitio que se conoce desde hace 90 años aprox. como Plazuela de la campana. Un sitio localizado en el centro histórico de la ciudad de Veracruz, la dirección es: Callejón de la campana, entre Arista y Esteban Morales, Col. Santa Fe. Que abre de lunes a domingo, de 8:00 am a 22:00pm. La entrada es gratis y el ambiente es al aire libre. Allí hay música en vivo, y bailadores de la región, así como turistas tanto del interior como del exterior de la república, llegan cada día, y más los fines de semana, así como los días de quincena. Un detalle extra, es que hay una convivencia directa con los músicos, ya que cierran temprano, para la noche, después de las 10:00 pm, hay son jarocho, y terminan en fandangos que acaban a las 3 o 4 de la mañana. Aunque a decir verdad hay danzoneras, y sonoras, esto es, agrupaciones conformadas desde hace 20 o 30 años... así como eventuales agrupaciones musicales nuevas. La música va desde la salsa, bolero, antillana, son cubano, y son caribeño, guaracha, danzón y son jarocho. No podemos decir que la música que allí se baila no sea comercial, pues allí van tanto conocedores como amateurs, y hay radiodifusoras que, la gente de la población de Veracruz, así como de lugares aledaños, escuchan y gustan de esto.

Una diferencia grande y principal entre los salones de baile en la ciudad de México y La plazuela de la campana es que, a diferencia entre que en México se paga alquiler por el salón donde se llevan a cabo estos eventos sociales, en Veracruz, La Plazuela, un sitio público, para el público y que, no tiene ningún fin comercial, y quienes hacen negocio, son los locales de fuente de sodas, cervezas y comida.

Quiero resaltar unos puntos importantes:

1,- el estudio de Amparo Sevilla es netamente estadístico. Los datos que ella otorga, producto de su investigación, son meramente, cuantitativos, descriptivos, pero falta un poco de un análisis interpretativo.

2,- los salones de baile, son centros de recreación y esparcimiento, por ello, lo que resulta increíble, es que se mantengan a pesar de los tiempos en que todo encarece.

Agulhon, Maurice. El círculo burgués. La sociabilidad en Francia de 1810 a 1848. Edit. Siglo XXI. México2003 pp.231

Flores Martos, Juan Antonio. “Vivir, convivir y festejar en las calles” / “Los paseos en Veracruz: caminar, dar un rol” en Portales de Múcara: una etnografía del puerto de Veracruz. 1ed. Edit. U. V. Xalapa Ver. 2004. pp 76-88

García Canclini, Néstor. Imaginarios urbanos. Editorial Universitaria de Buenos Aires. Buenos Aires Argentina. 1997. pp 148.

Sevilla, Amparo. “Aditec: un lugar para los adictos al baile” en La ciudad desde sus lugares. Trece ventanas etnográficas. UAM/CONACULTA . México 2001. pp 65-130