A SOLAS CON DIOS.doc

18
A SOLAS CON DIOS 1. Introducción Quítale a un cristiano la oración y le habrás quitado la vida. Según [1] (en cursiva las citas de esta referencia, ver título al final de este escrito): << El cristiano sin oración es como un niño muy pequeño, que todavía no sabe hablar con el Padre celestial . El caso es alarmante. Cuando unos padres ven que su niño, ya crecido, no aprende a hablar, se preocupan y le llevan al médico, pues piensan que el lenguaje pertenece a la integridad de la condición humana. No es un accesorio optativo o de lujo, y por eso su carencia es una deficiencia grave. Así, de modo semejante, el cristiano sin oración es un enfermo grave : no sabe hablar con Dios, su Padre. Le falta para ello luz de fe o amor de caridad. Aunque está bautizado, y Jesús le abrió el oído y le soltó la lengua, sigue ante Dios como un sordo mudo: ni oye, ni habla. >> Pero, una vez que un cristiano echa a andar por el camino de la oración, ya no hay quien le pare; y es muy curioso que, cuando le preguntas a un hermano cómo ora, encuentras siempre maneras nuevas de orar, porque no hay dos que oren de la misma manera. “Santa Teresa no tenía en modo alguno tendencia a clasificar y encasillar la vida espiritual, y era enemiga en estos temas de «libros muy concertados». Advierte en ocasiones que ciertos aspectos de la oración quizá se den de diverso modo en otras personas. Ella, ante todo, da cuenta de su experiencia personal. Pero, por otro lado, es muy consciente de que Dios le ha dado gracias especiales para conocer y enseñar los caminos de la oración: «Parece que ha querido el Señor [a través de mí] declarar estos estados en que se ve el alma, a mi parecer, lo más que acá se puede dar a entender». Estimamos, pues, que los grandes principios de la doctrina teresiana de la oración tienen una validez objetiva y universal. Y, de hecho, han sido ampliamente reconocidos. Estas son las líneas principales en la dinámica de la oración :

Transcript of A SOLAS CON DIOS.doc

A SOLAS CON DIOS

1. IntroduccinQutale a un cristiano la oracin y le habrs quitado la vida. Segn [1] (en cursiva las citas de esta referencia, ver ttulo al final de este escrito): Pero, una vez que un cristiano echa a andar por el camino de la oracin, ya no hay quien le pare; y es muy curioso que, cuando le preguntas a un hermano cmo ora, encuentras siempre maneras nuevas de orar, porque no hay dos que oren de la misma manera.Santa Teresa no tena en modo alguno tendencia a clasificar y encasillar la vida espiritual, y era enemiga en estos temas de libros muy concertados. Advierte en ocasiones que ciertos aspectos de la oracin quiz se den de diverso modo en otras personas. Ella, ante todo, da cuenta de su experiencia personal. Pero, por otro lado, es muy consciente de que Dios le ha dado gracias especiales para conocer y ensear los caminos de la oracin: Parece que ha querido el Seor [a travs de m] declarar estos estados en que se ve el alma, a mi parecer, lo ms que ac se puede dar a entender. Estimamos, pues, que los grandes principios de la doctrina teresiana de la oracin tienen una validez objetiva y universal. Y, de hecho, han sido ampliamente reconocidos.Estas son las lneas principales en la dinmica de la oracin:1. - La oracin va pasando de formasactivas-discursivas(vida asctica de los principiantes) a modalidadespasivas-simples(vida mstica de los perfectos).2. - La oracin pasiva-mstica esdon gratuitode Dios, pero nosotrospodemos disponernosmucho, colaborando con la gracia de Dios en la oracin activa, para recibirla. Desde luego no podemos adquirirla, ha de darla Dios.3. - Lavoluntades la primera facultad que en la oracin logra fijarse establemente en Dios por el amor. Slo en las ms altas formas de oracin mstica todas las potencias se unen fijas en Dios durablemente.4. - La conciencia de lapresencia de Dioses muy pobre en la oracin activa, y viene a hacerse ms tarde la substancia misma de la oracin mstica.5. - La perfectaoracin continua,la fusin entre contemplacin y accin, slo se alcanza cuando se llega a la oracin mstica.6. - Es normalmentesimultneo el crecimientode la vida cristiana en general y de la oracin. >>Bien, siendo esta doctrina sobre la oracin tan sabrosa y provechosa para un cristiano, veamos, con la ayuda del libro "Sntesis de Espiritualidad Catlica" (ver referencia [1] al final de este escrito), qu podemos hoy aprender sobre la oracin que todava no sepamos, de acuerdo? All vamos...>2. Los grados de la oracin3. Las oraciones activasEl cristiano principiante, durante su vida asctica, caracterizada por el ejercicio predominante de las virtudes, que le hacen participar de la vida sobrenatural al modo humano,practica su oracin, con la asistencia del Espritu Santo, en formas activas, discursivas, con imgenes, conceptos y palabras, laboriosamente. Estas oraciones, como otras actividades y trabajos, producen cansancio, y no pueden prolongarse ms all de ciertos lmites, que son muy variables segn las personas. En estas oraciones, el huerto del alma va siendo regado con sacar el agua de un pozo, que es a nuestro gran trabajo.Las principales formas de oracin activa son la oracin espontnea de muchas palabras, la oracin vocal, la meditacin y la oracin de simplicidad. >>3.1. Oracin espontnea de muchas palabrasEs staunaforma de orar bsica, universal, necesaria al corazn cristiano, y que no requiere particular aprendizaje: Seor, voy a estar un rato contigo. Ya ves cmo estoy. Tengo que hablar con mi hermano, y no s cmo hacerlo. Dame tu luz y tu gracia, para que... Se trata, como se ve, de una oracinactiva,discursiva, con sucesividad de temas, conceptos, palabras, voliciones, al modo psicolgico humano; espontnea,no asistida por mtodo alguno, ni por ninguna frmula oracional, sino que brota a impulsos circunstanciales del corazn, con la ayuda del Espritu;de muchas palabras,como es propio en los principiantes, pues si aqullas terminan, cesa la oracin. 3.2. Oracin vocal3.3. Meditacin3.4. Oracin de simplicidad4. Las oraciones semipasivas>5. Las oraciones pasivas>6. Resumen y conclusionesComo resumen de lo anterior, querido lector, tendramos el siguiente cuadro de tipos de oracin:6.1. Oraciones activas:6.1.1.Oracin espontnea de muchas palabras6.1.2. Oracin vocal6.1.3. Meditacin6.1.4. Oracin de simplicidad6.2. Oraciones semipasivas:

6.2.1. Recogimiento6.2.2. Quietud6.2.3. Sueo de las potencias6.3. Oraciones pasivas:6.3.1. Unin simple (noviazgo)6.3.2. Unin exttica (desposorios)6.3.3. Unin transformante (matrimonio)Que por qu me pongo a clasificar algo tan inclasificable como es la oracin? Bueno, no s, quiz porque mi mente es la de un ingeniero, analtica y estructurada; qu le vamos a hacer, nac as. Pero, ms all de la clasificacin, me quedo con la belleza y con la verdad que hay en la oracin, en este estar a solas hablando de amor con alguien que sabes que te ama.Claro que en la oracin tambin debemos ser humildes, como en todo en la vida cristiana; y, si Dios quiere que estemos en tal o cual grado de oracin, ah es donde debemos estar hasta que l quiera otra cosa, sin ambicionar nada ms que lo que tenemos. Pero tampoco nada menos, porque si el Seor quiere darnos un grado elevado de oracin, porque l considere que ha llegado el momento de que estemos donde l quiere, creo yo que tampoco debamos insistir en formas de oracin activa cuando l quiere que estemos en otras ms pasivas. De modo que qu hacer?: Pues dejarse llevar por l, dejarse guiar por el Espritu del Amor, que es nuestro Maestro interior.Importa ms - eso es lo que hoy nos ha importado ms al Espritu y a este servidor de Dios y usted - saber que todo esto es verdadero, por un lado; que es cierto que se puede experimentar en esta vida terrenal una firme unin con Dios y una percepcin igual de firme de su presencia en nosotros y junto a nosotros.Y, por otro lado, que la unin mstica elevada con Dios no es slo cosa de unos cuantos santos aristcratas del espritu, como Santa Teresa de Jess, San Juan de la Cruz, San Ignacio de Loyola y dems; sino que todos nosotros estamos llamados a experimentar esa misma unin con Dios, porque el Seor nos quiere perfectos como su Padre es perfecto.Otra cosa bien distinta es que haya un reducido nmero de nosotros, los cristianos, que lleguemos en la prctica a la unin transformante (ltimo grado de la oracin). Pero esa realidad era exactamente la misma en tiempos de Santa Teresa de Jess, San Juan de la Cruz o San Ignacio de Loyola; tambin en aquellas pocas haba pocos seres humanos que llegasen a experimentar una unin tan elevada con Dios aqu en la Tierra.Y, slo por eso, vamos nosotros a dejar de aspirar a ello? No, no seor. Sabemos que Dios nos quiere muy semejantes a l, muy santos, ya en esta vida. As que, si esa es la voluntad de Dios, seremos nosotros quienes le llevemos la contraria a Dios? Nada ms lejos de nuestro nimo: aspiremos a la mayor perfeccin, aunque debamos ser siempre humildes y quedar conformes con el tipo de morada que Dios nos tiene reservada en el Cielo desde toda la eternidad.Si a travs de la lectura del presente escrito t, mi querido lector, hubieras sentido cmo tu grado de amor por Dios se hubiera elevado, cmo tu gusto por la oracin se hubiera incrementado... misin cumplida: tanto el Espritu como yo habramos quedado satisfechos si as fuera.Jorge Viviente de Jess.13 de diciembre de 2013.