A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se...

25
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LAS EDUCACIÓN MÁSTER EN PSICOLOGÍA GENERAL SANITARIA Alumno: Fecha: UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación Estudio en una muestra de enfermos de Parkinson con temblor. Miriam Sicre Márquez José Antonio Muela Martínez Inmaculada Ruiz García Tutores: 6 de Marzo de 2019

Transcript of A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se...

Page 1: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

FA

CU

LT

AD

DE

HU

MA

NID

AD

ES

Y C

IEN

CIA

S D

E L

AS

ED

UC

AC

IÓN

ST

ER

EN

PS

ICO

LOG

ÍA G

EN

ER

AL

SA

NIT

AR

IA

Alumno:

Fecha:

UNIVERSIDAD DE JAÉN

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación

Estudio en una muestra de

enfermos de Parkinson con

temblor.

Miriam Sicre Márquez

José Antonio Muela Martínez

Inmaculada Ruiz García

Tutores:

6 de Marzo de 2019

Page 2: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

2

Índice

Resumen.……………………………………………………..……….... 3

Introducción………………………………………………….……….. ..4

El temblor.…………………………………………….………... 4

Enfermedad de Parkinson.…………………………….……….. .5

Temblor en la Enfermedad de Parkinson……… …….………... 6

Síntomas no-motores en la Enfermedad de Parkinson.….….…... 8

Calidad de vida en enfermos de Parkinson con temblor…….….. 9

Objetivos e hipótesis.……………………………………...….… 10

Método.……………………………………………………………….… 10

Participantes...…………………………………………………... 10

Instrumentos…………………………………………………….. 11

Procedimiento…………………………………………………… 14

Resultados………..……………………………………………………… 16

Discusión………………………………………………………………… 19

Conclusiones…...………………………………………………………… 21

Bibliografía….…………………………………………………………… 23

Page 3: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

3

Resumen El temblor es un síntoma que puede llegar a ser muy incapacitante en la vida

diaria de la persona que lo sufre. Es uno de los síntomas más característicos de la

Enfermedad de Parkinson y en la literatura se asocia a un empeoramiento en variables

psicoemocionales que disminuyen la calidad de vida de las personas afectadas. En el

presente estudio se tomó una muestra de enfermos de Parkinson y se midió el temblor

de cada uno de ellos utilizando el Tromómetro de Barra. A su vez, se administraron

diversos cuestionarios con los que se evaluaron distintas variables psicológicas y

neuropsicológicas (ansiedad, deterioro cognitivo, nivel social y emocional, entre otras).

También se recabó información sociodemográfica (edad, sexo) y clínica de los

participantes (estadío de la enfermedad, tiempo de diagnóstico). El objetivo fue analizar

la posible relación entre el temblor y las distintas variables mencionadas. Por ejemplo,

si el estadío se relaciona con la aparición o no de temblor, o si mayor nivel de temblor

se relaciona con mayor ansiedad. Los resultados muestran que mayores niveles de

temblor se relacionan con mayor tiempo de diagnóstico y pertenencia a estadíos

superiores. También que los niveles altos de temblor no se relacionan con ansiedad ni

con bajo nivel emocional o social del enfermo en la muestra del estudio. Así mismo, no

se presentan las mismas frecuencias de temblor en las diferentes tipologías del mismo.

Como conclusión, existe relación entre el temblor y variables propias de la persona

(psicológicas, neuropsicológicas, sociodemográficas o clínicas).

Abstract Tremor is a symptom that can become very disabling in daily life of the person

who suffers it. It is one of the most characteristic symptoms of Parkinson's Disease and

in the literature it is associated with a deterioration in psycho-emotional variables that

decrease the quality of life of affected people. In the present study a sample of

Parkinson's patients was taken and tremor of each of them was measured using

Tromómetro de Barra. At the same time, several questionnaires were administered with

which different psychological and neuropsychological variables were evaluated

(anxiety, cognitive deterioration, social and emotional level, among others).

Sociodemographic information (age, sex) and clinic of the participants were also

collected (stage of the disease, time of diagnosis). The objective was to analyze the

possible relationship between tremor and the different variables mentioned. For

example, if the stage is related to the appearance or not of tremor, or if higher level of

tremor is related to higher anxiety. Results show that higher levels of tremor are related

to longer time of diagnosis and belonging to higher stages. Also, high levels of tremor

are not related to anxiety or low emotional or social level of the patient in the study’s

sample. Likewise, the same tremor frequencies are not present in the different

typologies of the same. In conclusion, there is a relationship between tremor and own

variables of the person (psychological, neuropsychological, sociodemographic or

clinical).

Page 4: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

4

Introducción Comúnmente se asocia la discapacidad con alguien que va en silla de ruedas o

que está visiblemente afectado en diferentes partes del cuerpo. No se suele tener en

cuenta otro tipo de problemas que son menos apreciados a simple vista y pueden llegar

a ser muy incapacitantes en las actividades del día a día. Por ejemplo, el temblor.

Hay miles de personas que sufren temblor y se ven limitadas para realizar ciertas

actividades cotidianas, como comer, abrocharse una camisa, abrir la puerta de su casa

con la llave o encender una luz. Si la mano está temblando, es muy difícil realizar todo

este tipo de tareas.

La enfermedad de Parkinson, por ejemplo, es un trastorno que incluye el temblor

como uno de sus síntomas. Su prevalencia oscila entre el 0,3% y el 1% en personas

mayores de 60 años y llega hasta el 3% cuando la edad es más de 80 años. El total de

tasas de incidencia varía entre 0,08 y 0,18 por 1.000 personas al año (Benito-León,

2018).

El temblor Se define el temblor como una oscilación involuntaria y rítmica que puede

afectar a una o más partes del cuerpo (Deuschl et al., 1998). Se puede dar en personas

sanas, aunque hay varias enfermedades que pueden propiciar su aparición, sobre todo

las de origen neurológico (Grimaldi y Manto, 2008). Entre estas enfermedades, la

enfermedad de Parkinson es la más representativa.

Para que a una persona se le diagnostique temblor, se debe realizar una historia

completa del paciente, es decir, una anamnesis, en la cual se incluya el inicio del

temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su

ocurrencia, si el paciente toma algún tipo de medicación y si en su familia hay

miembros que lo hayan padecido (Ojeda López et al., 2009).

Así mismo, se deben registrar las características del temblor. Estas hacen

referencia al tipo de temblor, a la localización en la que tiene lugar (si es en el brazo,

mano, etc.), su amplitud (baja, moderada o alta) y el número de repeticiones de ondas

completas por segundo, o frecuencia. El temblor de baja frecuencia se puede considerar

entre 3-6 Hz; el de media frecuencia entre 7-14 Hz y de alta cuando es superior a 14 Hz

(Qayyum y Kelvin, 2015). No todas las patologías tienen la misma frecuencia de

temblor. Por ejemplo, hay estudios que muestran que el temblor fisiológico ocurre a una

frecuencia de entre 8 y 12 Hz, el temblor esencial entre 4 y 12 Hz, el temblor de la

enfermedad de Parkinson oscila entre 3 y 12 Hz (Ojeda López et al., 2009) y el temblor

propio de la Esclerosis Múltiple tiene una frecuencia entre 2,5 y 7 Hz (Bendersky, Ajler

y Yampolsky, 2014).

Si se atiende a los tipos de temblor, la clasificación más aceptada es la que se

basa en la posición que tiene la persona en el momento en que el temblor aparece y

Page 5: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

5

teniendo en cuenta el comportamiento o acción que se encuentra realizando la persona

(Crawford et al., 2018) (Tabla 1).

Tabla 1. Clasificación del temblor

TIPO DEFINICIÓN

Temblor en reposo

La persona se encuentra recostada o sentada apoyando la parte del cuerpo en la que se da el temblor. Ni se requiere ni se intenta la activación del músculo esquelético. Su frecuencia suele ser de 3-6 Hz.

Temblor postural

Se da cuando la persona adopta cierta postura sostenida contra la fuerza de la gravedad pero sin realizar ningún movimiento. Por ejemplo, se estira el brazo o se señala algo o a alguien, y en esa parte del cuerpo es donde se produce el temblor. Su frecuencia suele ser de 4-12 Hz.

Temblor cinético o de

acción

Se da cuando la persona quiere realizar un movimiento de forma consciente y voluntaria. Por ejemplo, cuando habla, come escribe, etc. Hay una contracción voluntaria de los músculos esqueléticos. Su frecuencia suele ser de 2-7 Hz.

Temblor isométrico

Se da cuando la persona realiza una contracción muscular contra un objeto rígido e inmóvil. Por ejemplo, cuando empuja una pared o hace fuerza con la muñeca hacia la mesa.

Dentro del temblor postural se incluye el temblor fisiológico, el temblor

inducido por algunos tipos de fármacos y el temblor esencial (Ojeda López et al., 2009).

Este último es uno de los temblores patológicos más comunes, el cual afecta a entre el

0,4% y el 6% de la población general (Crawford et al., 2018).

Enfermedad de Parkinson Como se mencionó anteriormente, hay trastornos que incluyen entre sus

síntomas la presencia de temblor. Uno de ellos es la enfermedad de Parkinson (Koller y

Huber, 1989), que además es la segunda enfermedad neurodegenerativa que más afecta

a la población en grupos de mayores de 65 años, tras la enfermedad de Alzheimer

(Benito-León, 2018). Se estima que hay 10 millones de personas diagnosticadas de

enfermedad de Parkinson (Mages, 2016).

Es un trastorno neurodegenerativo en el cual se producen daños en las neuronas

dopaminérgicas de la sustancia negra. La no producción de dopamina es la que

desencadena los síntomas de la enfermedad. Afecta por igual a hombres y mujeres y el

80% de los afectados son personas mayores de 40 años. No obstante, la edad es un

factor de riesgo en la enfermedad, así tener mayor edad aumenta el riesgo de padecer

esta enfermedad. Esto podría explicarse por la pérdida de funcionalidad que genera el

propio envejecimiento en los sistemas relacionados con la enfermedad: la pérdida de

Page 6: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

6

células dopaminérgicas en la sustancia negra y una depleción de dopamina en el

complejo palioestriado (Benito-León, 2018).

Sus cuatro síntomas cardinales son el temblor, principalmente en las manos,

piernas, mandíbula y cara; la rigidez, en brazos, piernas y tronco; bradicinesia (lentitud

en movimientos); y problemas de equilibrio y coordinación (Cuenca et al., 2018).

Esta enfermedad resulta de la consecuencia de la degeneración de los ganglios

basales, que son las áreas neuronales específicas que se sitúan en la base del cerebro y

que se encargan de la coordinación de los diferentes grupos musculares, entre otras

funciones. La dopamina es el principal neurotransmisor de estas neuronas y los

enfermos de Parkinson tienen una cantidad muy deficiente de ésta (Alonso-Prieto et al.,

2003). Estudios realizados a personas fallecidas diagnosticadas de Parkinson

demuestran que a nivel cerebral se percibe pérdida neuronal en el sistema nervioso y

presencia de cuerpos de Lewy (Martínez-Fernández et. al., 2016).

Este trastorno es el resultado de una disfunción neuronal progresiva y muerte

celular neuronal que conducen a una discapacidad progresiva. Entre sus síntomas se

incluyen problemas motores, deterioro cognitivo, anomalías sistémicas y trastornos del

comportamiento. No tiene cura y va empeorando con el tiempo (Cruickshank, Reyes, y

Ziman, 2015).

El curso de la enfermedad es muy diferente en cada paciente y las

complicaciones que pueden aparecer son muy variadas entre ellos. Para clasificar a cada

paciente según su gravedad, se utilizan los estadíos de Hoehn y Yahr (1967):

Estadío I: Afectación de los síntomas de forma unilateral.

Estadío II: Afectación de forma bilateral con normalidad en el equilibrio.

Estadío III: Afectación bilateral con alteración en el equilibrio.

Estadío IV: El grado de dependencia aumenta.

Estadío V: Paciente severamente afectado y dependiente, normalmente

en silla de ruedas o cama.

A pesar de que existe tratamiento farmacológico para paliar algunos de los

síntomas de la enfermedad, también es importante realizar programas de rehabilitación

que contengan ejercicios de estimulación cognitiva, logopedia, fisioterapia, realización

de ejercicio físico de forma regular, educación sobre aspectos importantes de la

enfermedad y terapia psicológica. Todo ello ayudará a llevar un mejor control de los

síntomas y posponer la aparición o el agravamiento de alguno de ellos (Kulisevsky et.

al., 2013). Además, el tratamiento farmacológico puede tener numerosos efectos

secundarios muy severos, por ejemplo, alucinaciones (Mages, 2016).

Temblor en la Enfermedad de Parkinson La mayoría de los pacientes de Parkinson, alrededor del 70% o más, desarrollan

temblor durante el transcurso del trastorno. Hay diferentes tipos de temblores que

pueden afectar a un enfermo de Parkinson, pero el más común es el temblor en reposo.

Page 7: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

7

Se caracteriza por comenzar normalmente de forma unilateral y, conforme avanza la

enfermedad, el temblor y los demás síntomas se extienden bilateralmente. El temblor de

esta enfermedad suele aparecer después de estar unos segundos en reposo y se extingue

con el inicio de un movimiento (Bendersky, Ajler y Yampolsky, 2014).

Actualmente, los fármacos más utilizados para el temblor son levodopa,

pramipexol, selegilina, pergolida, bromocriptina, anticolinérgicos, amantadina,

cabergolina y rasagilina. El temblor en reposo en general es el que mejor responde al

tratamiento farmacológico, mientras que el temblor postural o cinético no responden tan

favorablemente. Sin embargo, es difícil predecir la respuesta del temblor a los diferentes

fármacos que se utilicen para tratarlo (Deuschl, Bain y Brin, 1998). En esta enfermedad

son característicos los períodos ON/OFF, los cuales son fluctuaciones del estado del

paciente que ocurren durante el día, correspondiéndose el período ON con el momento

en el que los síntomas están controlados gracias a la medicación y se desarrolla una

actividad motora normal. Sin embargo, el período OFF se da cuando los síntomas

reaparecen y la actividad motora se encuentra alterada (Alonso-Prieto et al., 2003).

En cuanto a la manifestación de los síntomas de la enfermedad, el temblor se

separa de la bradicinesia y la rigidez al no relacionarse su magnitud con la deficiencia

de dopamina. Cabe destacar que diferentes partes del cuerpo pueden tener frecuencias

de temblor muy similares entre ellas, pero nunca llegan a ser exactamente iguales, lo

cual sugiere que cada parte del cuerpo tiene un generador del temblor diferente y aislado

del resto. Esta capacidad de permanecer separados se puede deber a la segregación

somatotópica de los bucles de los ganglios basales. Hay datos en fase de estudio que

sugieren que son los ganglios basales los que activan un circuito cerebeloso que produce

el temblor (Hallet, 2012).

La vía cerebelotalamocortical podría estar involucrada en todos los temblores

patológicos, ya que la estimulación cerebral profunda del tálamo ventrolateral ha

resultado ser eficaz en el tratamiento de los trastornos de temblor, a pesar de que éste

tenga una amplia variedad en cuanto a patofisiología. Independientemente del origen, el

bucle talamocorticalventrolateral parece que amplifica las formas de temblor de forma

perjudicial (Elble, 2013).

Como se ha mencionado, existen diferentes formas de aparición del temblor en

un enfermo de Parkinson. Aunque el temblor en reposo sea el más común, el temblor

puede darse durante la marcha o mientras realizan alguna actividad. También puede

darse en las piernas estando de pie inmóvil. Otra forma de temblor es el temblor

postural de alta frecuencia, interpretada como temblor esencial adicional. Es una forma

de temblor que acompaña a los movimientos voluntarios y aparece de forma

relativamente frecuente. Esta forma de temblor se suele dar con una frecuencia alta,

alrededor de los 7-12Hz. Puede aparecer clínicamente como movimientos bruscos

(Deuschl y Albrechts, 2011). En referencia al temblor de las manos, éste se describe

como temblores de supinación-pronación (“pill-rolling”), que se extienden de una mano

a la otra (Jankovic, 2008).

Page 8: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

8

La forma en la que se manifiesta el temblor se puede relacionar con la historia

genética del enfermo. Diversos estudios muestran que el enfermo de Parkinson que

tenga un fenotipo de temblor predominante podría tener un pronóstico más favorable en

cuanto a mortalidad o al desarrollo de complicaciones motoras y no motoras en el

transcurso de la enfermedad (Baumann, 2011).

Los diagnósticos erróneos entre el temblor esencial y el temblor por la

enfermedad de Parkinson son muy comunes, de hecho hasta un 24% de pacientes han

sufrido un diagnóstico incorrecto. Para distinguir entre ambos, puede ser útil la

realización de exámenes de imagen electrofisiológicos y funcionales, las cuales son

técnicas muy costosas a nivel económico y de tiempo. El temblor esencial y otras

formas de temblor pueden diferenciarse del temblor en Parkinson por su frecuencia y

expresión con activación diferente (Jankovic, 2008).

Síntomas no-motores en la enfermedad de Parkinson Hay múltiples síntomas no-motores que se relacionan con esta enfermedad. La

depresión es el trastorno del ánimo más común, afectando a aproximadamente el 40-

50% de los enfermos de Parkinson (Lemke, 2008). Así mismo, otros síntomas no-

motores pueden ser el deterioro cognitivo, bradifrenia (lentitud en los procesos del

pensamiento), fenómeno de la punta de la lengua (lentitud en la búsqueda de palabras),

apatía, anhedonia, fatiga, anosmia, parestesias, disautonomía (hipotensión ortostática,

estreñimiento, disfunción urinaria y sexual, sudoración anormal, seborrea), pérdida de

peso y trastornos del sueño (trastorno del comportamiento REM, sueños vívidos,

somnolencia diurna, fragmentación del sueño, síndrome de piernas inquietas) (Jankovic,

2008).

El deterioro cognitivo en la enfermedad de Parkinson es frecuente y, aunque se

relaciona más con etapas tardías de la enfermedad, también puede darse en etapas

iniciales. La apariencia de síntomas cognitivos puede dar lugar al agravamiento de

algunos síntomas de la enfermedad (Bocanegra, Trujillo-Orrego y Pineda, 2014).

La ansiedad también es otro síntoma importante relacionado con esta

enfermedad. Ésta se caracteriza por un estado desagradable de inquietud interna,

acompañado también de un comportamiento nervioso y de sentimientos desagradables

de angustia por anticipar acontecimientos. Un estado de ansiedad haría referencia a la

situación emocional actual, mientras que el rasgo de ansiedad representa la regulación

emocional de la persona a largo plazo y su tendencia a reaccionar con altos niveles de

ansiedad ante situaciones concretas (Sumec et. al., 2016).

La ansiedad causa deterioro en el funcionamiento de la persona que lo sufre y es

posible que altos niveles de ansiedad causen un empeoramiento en los síntomas motores

de enfermos de Parkinson (Sumec et. al., 2016). Se asocia la ansiedad con la gravedad

de la enfermedad, el inicio temprano de ésta, la aparición de la depresión, problemas en

la marcha y aparición de discinesias (Siemers et. al., 1993). Hay un estudio que abordó

la relación entre las fluctuaciones en los síntomas motores y las fluctuaciones de la

Page 9: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

9

ansiedad, el cual mostró puntuaciones de ansiedad más elevados durante los periodos

considerados “OFF” de la enfermedad y durante los periodos con discinesias (Menza et.

al., 1990).

La ansiedad y el equilibrio comparten circuitos neuronales comunes (Balaban,

2002), lo cual podría dar pie al estudio de la posible relación entre otras estructuras

responsables de síntomas motores con la aparición o no aparición de síntomas no-

motores, y viceversa.

Algunos de estos síntomas pueden responder a una medicación dopaminérgica,

pero el origen de otros está implicado en otros sistemas de neurotransmisores como la

serotonina, noradrenalina y acetilcolina y requerirían de un tratamiento específico

(Martínez-Fernández et. al., 2016). Algunos de estos tratamientos harían referencia a la

estimulación cognitiva, logopedia, terapia psicológica, entre otros (Kulisevsky et. al.,

2013).

Calidad de vida en un enfermo de Parkinson con temblor La enfermedad de Parkinson influye en la vida de la persona no solo a nivel

fisiológico, también se ve afectado a nivel emocional, a nivel social y en las actividades

diarias (Chandran y Humar, 2013). Por ejemplo, el temblor de una persona puede hacer

que reduzca sus actividades sociales debido al temor o vergüenza que le produzca que

otros vean cómo tiembla o cómo derrama una bebida (Tröster et. al. 2005). Esto podría

dar lugar a la afectación de las relaciones personales del enfermo (Louis y Machado,

2015).

La vergüenza contribuye a la disminución de la calidad de vida y se da de forma

frecuente en personas que tienen un trastorno del movimiento apreciablemente visible,

tales como el temblor. Esta vergüenza no sólo se relaciona con el temblor, sino también

con el estado psicosocial de la persona. Es decir, una persona que no tenga afectado el

estado de ánimo o que posea características personales que muestren más seguridad en

sí mismo y mayor autoestima, será capaz de sentir menos vergüenza cuando tiemble

delante de otras personas (Traub, Gerbin, Mullaney y Louis, 2010).

Actividades físicas como comer, escribir, beber o incluso utilizar un teléfono,

vestirse o cepillarse los dientes, se pueden ver afectadas por el temblor, lo cual también

afectaría la calidad de vida y la realización con normalidad de las actividades diarias

que se han mencionado (Louis y Machado, 2015).

Estos hechos propician la aparición de alteraciones en el estado de ánimo, tales

como depresión, apatía, ansiedad o anhedonia. La consecuencia de ello sería una

disminución de la calidad de vida, produciéndose cambios en las actividades del día a

día y aumentándose la aparición de estados emocionales más negativos (Lemke, 2008).

En definitiva, el temblor impacta en varios ámbitos de la calidad de vida de la

persona que lo sufre, desde el físico hasta el psicosocial (Louis y Machado, 2015).

Page 10: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

10

Objetivos e hipótesis El objetivo del estudio es analizar la relación entre el temblor y distintas

variables sociodemográficas, clínicas, psicológicas y neuropsicológicas dadas en una

muestra de participantes diagnosticados de enfermedad de Parkinson y que muestren

síntomas tremóricos.

Las hipótesis del estudio son las siguientes:

1. Un mayor tiempo de diagnóstico de la enfermedad y pertenecer a estadíos

superiores se relacionarán de forma proporcional con una mayor frecuencia

de temblor en todos los tipos de temblor (hipótesis de asociación predictiva).

2. Altas frecuencias de temblor se asocian con un mayor nivel de ansiedad

(hipótesis de asociación predictiva).

3. Altos niveles de temblor se relacionan con tener un mayor deterioro

cognitivo (hipótesis de asociación predictiva).

4. Los enfermos de Parkinson no presentan las mismas frecuencias de temblor

en las diferentes tipologías del mismo (hipótesis de cuantificación).

5. Altos niveles de temblor se relacionan con peor calidad de vida a nivel social

y emocional (hipótesis de asociación predictiva).

Método Participantes:

La muestra de la investigación se compuso de un total de 19 participantes

diagnosticados de la enfermedad Parkinson. Estos fueron voluntarios del centro

Parkinson Sevilla. A pesar de que se presentaron más de 30 voluntarios, la muestra final

quedó en 19 participantes debido a los requisitos que se tuvieron en cuenta para

seleccionar a la muestra (Tabla 2). La muestra final estuvo compuesta por un total de

16hombres y 3 mujeres (Tabla 3).

Tabla 2. Requisitos de la muestra

CRITERIOS INCLUYENTES CRITERIOS EXCLUYENTES

Estar diagnosticado de Parkinson Estar diagnosticado de algún parkinsonismo

Pertenecer al estadío II o III Pertenecer a otro estadío

Tener entre 60-80 años Tener edad fuera de ese rango

Haber sufrido temblor alguna vez No haber sufrido temblor nunca

Page 11: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

11

Tabla 3. Participantes del estudio

SUJETO SEXO EDAD ESTADÍO FECHA DE NACIMIENTO

1 HOMBRE 61 II 14/01/1958

2 HOMBRE 80 II 15/09/1938

3 MUJER 75 II 04/07/1943

4 MUJER 70 II 24/06/1948

5 HOMBRE 70 II 29/11/1948

6 MUJER 69 III 12/05/1949

7 HOMBRE 67 II 10/02/1951

8 HOMBRE 71 II 07/12/1947

9 HOMBRE 65 II 15/03/1953

10 HOMBRE 60 II 18/03/1958

11 HOMBRE 68 III 07/05/1950

12 HOMBRE 72 II 30/04/1946

13 HOMBRE 71 II 24/10/1947

14 HOMBRE 69 II 20/03/1949

15 HOMBRE 70 III 21/01/1949

16 HOMBRE 65 II 15/12/1953

17 HOMBRE 76 III 07/09/1942

18 HOMBRE 79 III 09/11/1939

19 HOMBRE 75 III 16/01/1944

Instrumentos:

ÍNDICE DE BARTHEL (Barrero-Solís, García-Arrioja y Ojeda-Manzano, 2005):

Cuestionario utilizado para medir el grado de independencia de una persona, ya

que en él debe contestar a 10 preguntas relacionadas con actividades de la vida diaria e

indicar si es capaz de hacer sin ayuda esa tarea (10 puntos), si necesita una leve ayuda

para realizarla (5 puntos) o si necesita de ayuda total y es incapaz de realizarla por sí

mismo (0 puntos).

Las actividades por las que se pregunta son muy diversas: comer, lavarse,

vestirse, arreglarse, continencia en la micción, continencia en las deposiciones, uso del

retrete, traslado (de la silla al sofá, por ejemplo), deambular y subir escaleras.

Cuanto mayor sea la puntuación obtenida, mayor será el grado de independencia

de la persona, pudiéndose determinar con puntuaciones intermedias si el grado de

dependencia es leve, moderado, grave o total.

Se comenzó a utilizar en hospitales de enfermedades crónicas de Maryland. De

ahí que también se le conozca como “Índice de discapacidad de Maryland”.

Page 12: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

12

STATE TRAIT ANXIETY INVENTORY, STAI-E/R (Spielberger, Gorsuch y Lushene,

1986):

Es un cuestionario dividido en dos partes para evaluar el nivel de ansiedad de

una persona. Cuenta con un cuestionario llamado “estado” que evalúa la ansiedad de la

persona en el momento en el que se está pasando el cuestionario, es decir, un momento

emocional transitorio; y otro cuestionario llamado “rasgo” que informa de la ansiedad

de la persona en su vida en general, de su propensión ansiosa.

Cada uno de los dos cuestionarios que forman el STAI, está compuesto por 20

ítems. En el STAI-estado, cada uno de los ítems se responde en una escala que va del 0

(Nada) al 3 (Mucho), y en el STAI-rasgo, se responde en una escala que va del 0 (Casi

nunca) al 3 (Casi siempre).

ESCALA DE NIVEL DE AFECTACIÓN DEL TEMBLOR:

Es una escala diseñada especialmente para esta investigación. Consta de 11

ítems, en los cuales se pide al sujeto que valore cuánto le afecta el temblor en diferentes

actividades de la vida en una escala del 0 a 10. Lo que se recoge es una percepción

subjetiva del mismo y los ámbitos sobre los que se pregunta son muy diversos: ámbito

laboral, ámbito social, con la pareja, para realizar acciones como beber, comer, vestirse,

arreglarse, el aseo personal, el uso del retrete, subir o bajar una escalera y para caminar.

Cuanto mayor sea la puntuación final, mayor será el nivel subjetivo de

afectación del temblor en la vida del sujeto.

EVALUACIÓN COGNITIVA ESTÁNDAR, BAGEN (Lendínez, Zunzunegui, Inibar,

Carnero y González-Maldonado, 2000):

Batería que evalúa el deterioro cognitivo del participante en diferentes ámbitos.

Comienza con preguntas sobre los años de escolarización del sujeto, estudios que

completó, alfabetización, dominancia manual y profesión.

A continuación, se realizan una serie de pruebas de forma verbal. Éstas incluyen

pruebas de orientación, aprendizaje, atención, lenguaje (denominación, comprensión,

fluidez), abstracción y cálculo, praxias (motoras y visuoconstructivas), y prueba de

recuerdo y reconocimiento relacionada con la prueba anterior de aprendizaje.

Es una prueba de cribado que permite ver si existen déficits en muchas áreas de

forma superficial, sin indagar sobre ellos. Si se da déficit en dos o más áreas, quiere

decir que hay deterioro cognitivo.

CUESTIONARIO DE SALUD, SF-36 (Ware y Sherbourne, 1992):

Es un cuestionario que evalúa la calidad de vida del sujeto relacionada con su

salud o la percepción de la misma.

Page 13: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

13

Consta de 36 ítems agrupados en ocho dimensiones: función física, rol físico,

dolor corporal, salud general, vitalidad, función social, rol emocional y salud mental.

Cada ítem hace referencia a la salud, por ejemplo: “¿cómo diría que es su salud actual

relacionada con hace un año?”, todas con opción de respuesta en una escala de tipo

Likert.

TROMÓMETRO DE BARRA (Muela, Pérez, Ballesteros y Godoy, 2001):

El Tromómetro de Barra (Imagen 1) es un instrumento creado por miembros de

la Universidad de Jaén y la Universidad de Granada y diseñado para medir, cuantificar,

clasificar y rehabilitar los temblores que se producen en los miembros superiores. Puede

registrar el número y tipos de temblores producidos en las manos tanto en un eje

horizontal como vertical, sean éstos intencionales, en reposo, de posición o isométricos.

Imagen 1. Tromómetro de barra

Es un instrumento que posee las funciones y cumple con las características que

permite investigar los diferentes objetivos del presente estudio: se puede evaluar el

temblor de una persona en diferentes posiciones (en reposo, isométrico, en posición y de

acción).

El tromómetro consta de dos partes: el módulo de registro de los temblores y el

módulo de cuantificación y monitorización. Con el primero se realizan los diferentes

ejercicios que se le pide al sujeto, que consta de una barra cilíndrica de plástico duro, a

lo largo de la cual se sitúan cuatro varillas metálicas de contacto. Esta barra contiene

unas luces led en su interior que marcan la velocidad y dirección del movimiento que se

le solicitará al participante. A través de un cable conectado a dicha barra, se encuentra la

anilla de contactos, que consta de una anilla metálica y un mango de madera no

conductor. Este mango es el que el sujeto debe sostener en su mano y con la anilla se

realizarán todos los ejercicios siguiendo las instrucciones del investigador.

La segunda parte del tromómetro, el módulo de cuantificación y monitorización,

contiene el sistema electrónico. Es un pequeño aparato conectado a la barra con una

pantalla que lleva instalado un programa en el cual se registran todos los contactos con

Page 14: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

14

la barra realizados. En dicho programa se debe configurar el participante que se va a

registrar, si la barra estará en vertical u horizontal y la forma de agarre de la anilla que

tendrá el sujeto a la hora de realizar el ejercicio.

Para realizar un proceso de evaluación con el tromómetro, el investigador debe

tener en cuenta las siguientes variables:

Posición de la barra (horizontal, vertical u oblicua).

Diámetro de la anilla que se va a utilizar (distintas medidas en 6 anillas

diferentes).

Mano con la que se realiza la tarea.

Tipo de recorrido (del comienzo al final de la barra o “ida”, y a la inversa

“vuelta”).

Tipo de temblor (estático o en movimiento).

Con este instrumento podrán medirse los temblores intencionales, pidiendo al

sujeto que pase la anilla metálica por la barra de forma horizontal o vertical; o en

reposo, pidiendo al sujeto que sostenga la anilla situándola en el centro de la barra sin

moverla. En todos se debe cuidar que la anilla no toque la barra. El tromómetro registra

cada contacto que la anilla tenga con la barra, siendo ésta la forma de medir el temblor.

Procedimiento:

En primer lugar, se localizó la muestra. En la Asociación con la que se trabajó,

se llevó una hoja donde se explicaba en qué consistía la investigación y un

consentimiento informado para que todos los voluntarios que quisieran participar

leyeran y firmaran dichos documentos. Para la selección o no de la muestra, se realizó

una entrevista inicial a cada voluntario donde estos debían contestar a preguntas

relacionadas con las variables mencionadas en el apartado de participantes, tales como

la edad, la aparición o no de temblor alguna vez, etc. En esta entrevista se incluía el

Índice de Barthel, para controlar que todos los participantes tuviesen altos niveles de

dependencia y se correspondiesen con el estadío II o III de la enfermedad. Una vez

seleccionada la muestra, se comenzó con la investigación.

Las sesiones con los sujetos tuvieron lugar entre los meses de noviembre y

diciembre en el centro Parkinson Sevilla, en una sala habilitada con una mesa de

grandes dimensiones, sillas, buena luz y aislada de ruidos (Imagen 2). Para la

investigación, se dedicaron tres sesiones con cada participante (tabla 4).

Page 15: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

15

Imagen 2. Una de las salas donde se llevó a cabo el estudio.

Tabla 4. Sesiones de la investigación con cada sujeto

PRIMERA SESIÓN DURACIÓN

Entrevista inicial: - Cumplimentación de datos sobre edad, aparición de

temblor alguna vez o no, estadío perteneciente, tiempo de diagnóstico de la enfermedad.

- Administración del índice de Barthel.

10min, aprox.

SEGUNDA SESIÓN

Pase de cuestionarios:

STAI rasgo

Escala de Nivel de Afectación del Temblor

BAGEN

SF-36

35min, aprox.

TERCERA SESIÓN DURACIÓN

Pase de cuestionario:

STAI estado

TROMÓMETRO

15 min, aprox.

Se siguió un contrabalanceo tanto para el orden de administración de

cuestionarios como en las sesiones con el tromómetro con cada sujeto.

Page 16: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

16

Los cuestionarios administrados en la segunda sesión ayudaban a recabar la

información necesaria para estudiar las diferentes hipótesis del estudio. Por ejemplo,

con el STAI rasgo se obtuvieron los niveles de ansiedad que suele presentar la persona

de forma general. El SF-36 dio información sobre la calidad de vida del enfermo a nivel

emocional y a nivel social, con preguntas como “¿ha dejado de asistir a algún evento

social por problemas físicos o emocionales?”. La administración del BAGEN pudo

determinar si había deterioro cognitivo o no en el participante. Así mismo, la Escala de

Nivel de Afectación del Temblor daba una idea sobre cómo y cuánto afectaba el temblor

en la vida de la persona para asegurar que el participante había percibido el temblor en

varias ocasiones y en varios ámbitos de la vida diaria.

El tromómetro se utilizó en la tercera sesión. En el presente estudio, cada

participante tuvo que seguir las instrucciones indicadas para completar los siguientes

registros, todos ellos realizados con la anilla de tamaño medio (anilla 3):

Agarre de la anilla en isométrico (haciendo fuerza hacia un objeto en el

cual apoyaba el brazo).

Agarre de la anilla en posición (pase de la anilla por la barra sin realizar

ningún movimiento pero sin ningún apoyo en el brazo).

Agarre de la anilla en reposo (pase de la anilla por la barra sin realizar

ningún movimiento pero con el brazo apoyado y relajado).

Agarre de la anilla para movimiento de ida y vuelta: seguimiento de la

luz led que aparece en la barra desde su inicio hasta el final (ida), y

repetición en sentido contrario (vuelta), sin apoyar el brazo.

Todos estos ejercicios se realizaron con la barra tanto en dirección vertical como

horizontal, y tanto con la mano derecha como la izquierda. Es decir, en total fueron 16

posiciones diferentes para cada participante. Cada una de las posiciones duraba 20

segundos.

Justo antes de realizar los ejercicios con el tromómetro, se administró la escala

STAI/Estado para medir el nivel de ansiedad del sujeto en el momento de la sesión y así

estudiar posteriormente una posible relación entre la ansiedad y el temblor de la

persona.

Resultados Una vez recabada la información, se extrajeron las respuestas de los

cuestionarios y los datos resultantes de las pruebas del tromómetro. Además de dichos

datos, se sumaron los temblores totales recogidos y se hizo una distribución de grupos

de temblor (mayor o menor del centil 50) para cada tipo de temblor. El paquete

estadístico utilizado para calcular los resultados fue el SPSS 23. Para analizar relaciones

entre variables categoriales se calculó la Razón de Verosimilitud y para estudiar las

diferencias entre grupos, se calcularon T-student unifactoriales para cada una de las

variables psicosociales objetivos del estudio (tiempo de diagnóstico, ansiedad, deterioro

cognitivo, nivel emocional, nivel social) para cada grupo (grupo perteneciente a un

Page 17: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

17

centil mayor de 50 en temblor y grupo perteneciente a centil menor de 50) y para cada

uno de los tipos de temblor (posición, isométrico, de acción y de reposo). Con la prueba

T-student realizada con variables continuas, se tuvieron en cuenta los valores próximos

a la significación estadística debido a que la muestra estaba compuesta por pocos

sujetos y se asume que con una mayor muestra saldrían diferencias significativas (se

aportará Tamaño del efecto). Finalmente, para estudiar las diferencias entre los distintos

tipos de temblor entre los mismos participantes, se calcularon pruebas no paramétricas

(pues no se cumple el supuesto de homoscedasticidad) para muestras relacionadas

(Friedman) y para pares de muestras relacionadas (Wilcoxon).

Antes de corroborar las hipótesis, mencionar que todos los participantes

obtuvieron la puntuación máxima posible (100) en el nivel de independencia del Índice

de Barthel y todos resultaron ser diestros, independientes y sin diferencias de edad, sexo

o nivel educativo entre los distintos grupos de frecuencia de temblor (por encima o por

debajo del centil 50).

Para comprobar la hipótesis 1, es decir, corroborar la relación entre el tipo y

frecuencia de temblor y el estadío, se realizó una prueba de Razón de Verosimilitud.

Esta prueba muestra que hay relación entre la frecuencia del temblor total y el estadío

en el que se encuentra el enfermo (RV=10,239; p=0,001), ya que el 100% de los sujetos

que presentaron menor temblor en la suma total de temblores percibidos por el

tromómetro (pertenecientes a centil inferior a 50), se encontraban en el estadío II de la

enfermedad, mientras que el 100% de los sujetos que se encuentran en el estadío III

tienen mayor nivel de temblor (pertenecientes al centil superior a 50). Esto también se

da (y en el mismo sentido) en el temblor de acción (RV=10,239; p=0,001) y el temblor

isométrico (RV=3,557; p=0,05). La estimación de riesgo (Odds Ratio) señala que hay

27 veces más posibilidades de que coincida el estadío III con mayor temblor total y el

estadío II con menor temblor total frente a otras combinaciones.

Siguiendo con la hipótesis 1, con la prueba de T-student se encuentran

diferencias entre el tiempo de diagnóstico y la frecuencia de temblor, ya que se da

mayor tiempo (en años) de diagnóstico en el grupo de temblor por encima del centil 50

tanto en la suma total de temblor (t=-1,797; p=0,090;media (dt) de 5,18 (2,89) en alto

temblor frente a una media (dt) de 3,12 (1,89) en bajo temblor; d de Cohen= 0,83 –alto-

), como en el temblor de posición (t=-1,752; p=0,098;media (dt) de 5,3 (2,87) en alto

temblor frente a una media (dt) de 3,22 (2,05) en bajo temblor; d de Cohen= 0,84 –alto-)

y en el temblor de acción (t=-2,03; p=0,05;media (dt) de 5,4 (2,72) en alto temblor

frente a una media (dt) de 3,11 (2,15) en bajo temblor; d de Cohen= 0,93 –alto-).

Para corroborar la hipótesis 2 (mayores niveles de ansiedad entre los

participantes con mayor frecuencia de temblores), se calculó una t-student entregrupos

(temblor alto-temblor bajo) unifactorial (ansiedad) para cada tipo de temblor y el total

de temblores tanto para ansiedad estado como para ansiedad rasgo. Los resultados

indican que sólo en el temblor isométrico se encontraron diferencias significativas tanto

en ansiedad estado como en ansiedad rasgo entre alta y baja frecuencia del temblor

Page 18: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

18

(Ansiedad Estado: t=-2,06; p=0,05; media (dt) de 21,4 (13,63) en alto temblor frente a

una media (dt) de 10,6 (9,01) en bajo temblor; d de Cohen= 0,96 –alto-; Ansiedad

Rasgo: t=-2,1; p=0,05; media (dt) de 26,9 (8,45) en alto temblor frente a una media (dt)

de 19 (7,91) en bajo temblor; d de Cohen= 0,97 –alto-).

Para corroborar la hipótesis 3 (relación entre mayor deterioro cognitivo y mayor

frecuencia de temblores) se calculó una Razón de verosimilitud por cada tipo de temblor

entre deterioro (con y sin) y frecuencia de temblor (alta y baja). Se encuentra relación

entre deterioro cognitivo y frecuencia de temblor de posición (RV(1)= 3,68; p=0,05) de

tal forma que todos los integrantes del grupo de menos temblores puntúan en “sin

deterioro” mientras que todos los que tienen deterioro presentan alta frecuencia de

temblores. Lo mismo ocurre en el temblor isométrico (RV(1)= 4,36; p=0,037), es decir,

que todos los integrantes del grupo de menos temblores puntúan en “sin deterioro”

mientras que todos los que tienen deterioro presentan alta frecuencia de temblores.

Para comprobar la hipótesis 4 (no todos los tipos de temblores tienen la misma

frecuencia), se utilizó la prueba no paramétrica de Friedman para descubrir diferencias

entre las frecuencias de los distintos tipos de temblor. Se obtuvieron diferencias

significativas entre ellos (W(3)= 39,37; p<0,001). Para explorar esas diferencias, se

realizó la prueba de rangos con signo de Wilcoxon. Se obtuvo que el temblor de acción

se da con mayor frecuencia con respecto a los demás tipos de temblor (mayor que el de

posición: Z=-3,23; p<0,001; mayor que el isométrico: Z=-3,43; p<0,001 y que el de

reposo: Z=-4,11; p<0,001). No hay diferencias significativas entre el temblor de

posición y el temblor isométrico (Z=-1,438; p=0,151) (Figura 1).

Figura 1. Gráfico de frecuencias de tipo de temblor.

0

5

10

15

20

25

30

35

Temblor de acción

Temblor de posición

Temblor isométrico

Temblor de reposo

Frecuencias del tipo de temblor

Page 19: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

19

Referente a la hipótesis 5, no se encontraron diferencias significativas entre

aquellos que temblaron más y el nivel emocional o social de la persona.

Discusión En primer lugar, no encontrar diferencias significativas en variables como la

edad, el sexo o el nivel de estudios indica que los grupos fueron muy homogéneos, algo

que también se deduce al haber obtenido el mismo nivel de independencia entre todos

los sujetos. La dominancia de la mano fue una variable homogénea por azar. Todos los

sujetos resultaron ser diestros, lo cual da pie a una posible investigación futura sobre si

hay alguna relación entre esta enfermedad y la dominancia manual de la persona,

formando grupos tanto de diestros como de zurdos.

El no haber encontrado que el temblor en reposo es superior a los demás

temblores o, al menos, estar entre los más frecuentes en la muestra (que era lo esperable

en la hipótesis 4ª, según la literatura, pues este tipo de temblor es el más característico

de esta enfermedad) (Deuschl et al., 1998), no significa que la muestra de este estudio

no tuviese este tipo de temblor (fue evidente para la investigadora de este TFM que esos

temblores se producían). Lo que ocurre es que la anilla escogida fue demasiado ancha

como para captar temblores de una amplitud que fue menor de la esperada. Por ese

motivo, los temblores de reposo no fueron incluidos en los demás análisis (excepto en la

hipótesis 4ª) pues se asume que no fueron capturados con la amplitud de la anilla 3.

Sobre este punto se volverá cuando se discuta la hipótesis 4ª.

Al ser una enfermedad degenerativa, a pesar de la toma de medicamentos para

paliar el temblor u otros síntomas y el seguimiento de otros tipos de tratamiento, no se

podrá evitar que la enfermedad empeore o se acentúen sus síntomas con el paso del

tiempo (Hallet, 2012). Esto podría explicar que los sujetos con mayor tiempo de

diagnóstico y que pertenezcan a un estadío superior de la enfermedad tiemblen más a la

hora de realizar las pruebas con el tromómetro. Se cumpliría entonces la primera

hipótesis.

Respecto a la ansiedad asociada a la mayor frecuencia de temblores (segunda

hipótesis), se ha encontrado que sólo en el tipo de temblor isométrico se cumple esta

hipótesis tanto para la ansiedad rasgo como para la ansiedad estado. Esto puede

interpretarse como que los participantes parecen aceptar tener temblores sin que esto les

produzca ansiedad siempre que esos temblores sean de posición o de acción. Pero no

ocurre así cuando se trata de temblores isométricos. Cuando la persona se mira la mano

suspendida en el aire y la ve temblar (temblor de posición) o cuando la mueve y tiemble

(temblor de acción) es posible que no vea algo deseable o positivo, pero eso no le

produce ansiedad (en el de acción quizás ni se perciba el temblor al moverse el brazo).

Sin embargo, el temblor isométrico conlleva ejercer una fuerza que, en determinados

movimientos, comporta precisión para no derramar un plato lleno de sopa (Deuschl et

al., 1998), por ejemplo, y saber que no se es capaz puede producir mucha ansiedad. Ya

no se trata de temblar en posición o en acción (algo que quizás los demás no puedan

percibir claramente), sino de ejecutar sin accidentes actos que conllevan utilizar la

Page 20: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

20

fuerza pero con la precisión suficiente como para no alertar a los demás cuando no se

ejecute la actividad limpiamente.

La tercera hipótesis se cumple para los temblores de posición e isométrico (ya

que a más frecuencia de estos temblores, más deterioro cognitivo). No obstante, dado el

pequeño número de participantes con deterioro cognitivo (sólo tres) habría que tomar

estos resultados con precaución. Aún así, hay literatura que apoya que la existencia de

deterioro cognitivo puede agravar los síntomas de la enfermedad de forma global

(Williams-Gray, Wintraub, Aarsland y Bronnick, 2010)

Respecto a la cuarta hipótesis y como ya se mencionó anteriormente, a pesar de

que la literatura dice que el temblor de reposo es el más característico de la enfermedad

de Parkinson (Ojeda-López et. al., 2009), en el presente estudio es un temblor que no

aparece registrado por el tromómetro en los participantes de la muestra. Sin embargo, el

investigador pudo comprobar que los participantes sí temblaban durante la prueba del

temblor en reposo. Esto sugiere que la amplitud del temblor de reposo no tiene el

diámetro de la anilla que se utilizó con el tromómetro. La anilla utilizada (anilla 3) mide

5,5cm de diámetro y la barra 3cm, por tanto quedarían 1,25cm por cada lado. El temblor

de reposo en un enfermo de Parkinson de esta muestra tendría una amplitud menor a ese

1,25cm y de ahí que no se produjeran contactos con la barra del tromómetro.

Al registrarse una frecuencia de temblor de reposo tan baja, no se tuvo en cuenta

este tipo de temblor a la hora de realizar los demás análisis, ya que se consideró que no

se había medido correctamente.

Que el temblor de acción sea el tipo de temblor con mayor frecuencia informa de

que al realizar un movimiento sí aparece temblor en un enfermo de Parkinson, al menos

con la muestra utilizada, pero no obstante, esto no conlleva, como ya se ha visto, una

mayor ansiedad. La literatura dice que este temblor es el menos frecuente en personas

con esta enfermedad (Ojeda-López et. al., 2009), por tanto sería interesante realizar

futuras investigaciones con anillas de menor diámetro (las nº 1 y 2). Aún así, estudios

como el que presentan Grimaldi y Manto (2008) apoyan que el temblor de acción es una

tipología de temblor que puede darse en esta enfermedad, a pesar de que sea más

frecuente su aparición en la Esclerosis Múltiple.

Los datos han mostrado que no hay diferencia entre la frecuencia de temblores

de posición e isométrico y que ambos son menores que el de reposo. Estos datos pueden

ser muy útiles si se comprueba que este patrón es típico de esta enfermedad y no se da

en otras. De esta manera se facilitaría el diagnóstico diferencial de enfermedades

neurológicas estudiando el patrón de temblores.

Como consecuencia, se cumple la cuarta hipótesis del estudio al haber

encontrado distintas frecuencias de temblor en las diferentes tipologías del mismo.

Por último, haciendo referencia al nivel emocional y social de los participantes

(quinta hipótesis), cabe destacar que en el cuestionario utilizado para medir dichas

Page 21: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

21

variables se obtuvieron, en general, puntuaciones altas en ambas escalas. Es decir, no se

percibió gran deterioro en la calidad de vida respecto a problemas emocionales y a la

función social de los participantes de la muestra. La mayoría afirmó no haber dejado de

realizar actividades ni haber dejado de asistir a eventos o reuniones a causa de la

enfermedad. Por ello, en esta muestra no se encontró relación entre la frecuencia de

temblor y la calidad de vida en ambos niveles. Con los datos obtenidos, no se cumpliría

la quinta y última hipótesis.

Conclusiones En primer lugar, el estudio revela que tener un mayor tiempo de diagnóstico y

pertenecer a un estadío superior de la enfermedad se relaciona con un mayor nivel de

temblor en el enfermo de Parkinson. La causa de esto puede ser que la enfermedad de

Parkinson sea una enfermedad degenerativa y, conforme avanza en el tiempo, sus

síntomas empeoran cada vez más, siendo el temblor un síntoma más que puede verse

afectado por el curso degenerativo de la enfermedad.

Así mismo, según esta muestra, el mayor o menor nivel temblor no está

directamente relacionado por el nivel de ansiedad mostrada por la persona en la mayoría

de los tipos de temblor. No ocurre así en el tipo isométrico, pues se han encontrado

mayores niveles de ansiedad estado y rasgo en personas que tienen mayor frecuencia de

temblor en tareas que impliquen realizar fuerza (temblor isométrico).

El deterioro cognitivo se relaciona con tener más frecuencia de temblor, pero

con la muestra del estudio no fue suficiente para investigar con mayor profundidad

sobre ello. Estudios futuros podrían explorar esta relación.

Los enfermos de Parkinson de esta muestra tuvieron una mayor frecuencia de

temblor en el temblor de acción, es decir, temblaron más cuando se les pidió realizar

una prueba que requiriese movimiento que cuando debían mantener la mano estática.

No se pudo estudiar el temblor en reposo por tener una amplitud menor de 1,25 cm (el

que tenía la anilla 3 de margen para contactar con la barra), pero este patrón puede ser

muy interesante para llegar a identificar patrones diferenciales de temblor entre distintas

patologías. Futuras investigaciones podrían corroborar estos resultados y seguir

estudiando la posible prevalencia del temblor de acción en enfermos de Parkinson. Se

propone realizar un estudio futuro que compare los datos obtenidos de esta muestra con

datos que se obtengan de otra muestra que padezca una enfermedad que también incluya

en sus síntomas el temblor, como la Esclerosis Múltiple, ya que así se podrían observar

diferencias o semejanzas en las relaciones de las variables mostradas en el presente

estudio con el temblor.

En esta muestra, los altos niveles de temblor no se relacionaron con una peor

calidad de vida a nivel social y emocional. De hecho, la mayoría de los participantes

puntuó alto tanto a nivel emocional como social. Un posible motivo sería la asistencia a

la Asociación de Parkinson, ya que allí crean fuertes vínculos que les ayuda a tener una

Page 22: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

22

mayor aceptación de la enfermedad y a sobrellevar su evolución con un estado

emocional más positivo.

Como conclusión general, se podría afirmar que el temblor se puede relacionar

con diferentes variables propias de la persona (psicológicas, neuropsicológicas,

sociodemográficas o clínicas).

Page 23: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

23

BIBLIOGRAFÍA:

Alonso-Prieto, E., Esteban, E.M., Trujillo-Matienzo, C., Lara-Fernández, G.E., y

Roussó-Viota, T. (2003). Specific alterations in attention in the early stages

of Parkinson's disease. Revista de Neurología, 36(11),4-8.

Balaban, C.D. (2002). Neural substrates linking balance control and anxiety. Phsicology

and Behaviour, 77, 469-475.

Barrero Solís, C.L., García Arrioja, S., y Ojeda Manzano, A. (2005). Índice de Barthel

(IB): Un instrumento esencial para la evaluación funcional y la rehabilitación.

Plasticidad y Restauración Neurológica, 4, 1-2.

Baumann, C.R. (2011). Epidemiology, diagnosis and differential diagnosis in

parkinson’s disease tremor. Parkinsonism and Related Disorders, 18, 81-85.

Bendersky, D., Ajler, P., y Yampolsky, C. (2014). El uso de la neuromodulación para el

tratamiento del temblor. Surgical Neurology International, 5, 232-246.

Benito-León, J. (2018). Epidemiología de la enfermedad de Parkinson en España y su

contextualización mundial. Revista de Neurología, 66(04), 20-24.

Bocanegra, Y., Trujillo-Orrego, N. y Pineda, D. (2014). Dementia and mild cognitive

impairment in Parkinson's disease: a review. Revista de Neurología, 59(12), 555-

569.

Chandran, V. y Kumar, P. (2013). Quality of life and its determinants in essential

tremor. Parkinsonism and Related Disorders, 19, 62-65.

Cid, J. y Damián, J. (1997). Valoración de la discapacidad física: el índice de Barthel.

Revista española de salud pública,71(2), 12-15.

Crawford, P., Zimmerman, E., y O’Callaghan, M. (2018). Tremor: Sorting through the

differential diagnosis. American Family Physician,97(3),180-186.

Cruickshank, T. M., Reyes, A. R. y Ziman, M. R. (2015). A Systematic Review and

Meta-Analysis of Strength Training in Individuals With Multiple Sclerosis Or

Parkinson Disease. Medicine, 94(4), 4-11.

Cuenca, L., Gil-Martínez, A., Cano-Fernández, L., Sánchez, C., Estrada, C., Fernández-

Villalba, E., y Herrero, M.T. (2018). Parkinson´s disease: a short story of 200

years. Histology and Histopathology, 18, 3-7.

Deuschl, G., y Albrechts, C. (2011). Phenotypes of parkinsonian tremor. Parkinsonism

and Related Disorders, 18, 81.

Deuschl,G., Bain, P. y Brin, M. (1998). Consensus statement of the Movement Disorder

Society on Tremor. Journal of Movement Disorders, 13(3), 2-23.

Page 24: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

24

Elble, R.J. (2000). Diagnostic criteria for essential tremor and differential diagnosis.

Neurology, 54(11), 2-6.

Elble, R. (2013). Tremor disorders. Current Opinion in Neurology, 26(4), 413–419.

Grimaldi, G. y Manto, M. (2008). Tremor: from pathogenesis to treatment. Palermo:

Morgan & Claypool Publishers.

Hallett, M. (2012). Parkinson disease tremor: pathophysiology. Parkinsonism and

Related Disorders, 18, 81.

Hoehn, M.M. y Yahr, M.D. (1967). Parkinsonism: onset, progression and mortality.

Neurology, 17(5), 427-442.

Jankovic, J. (2008). Parkinson’s disease: clinical features and diagnosis. Journal of

Neurology, Neurosurgery and Psychiatry, 79(4), 368–376.

Koller, W.C. y Huber, S. J. (1989). Tremor disorders of aging: Diagnosis and

management. Geriatrics, 44, 33-37.

Kulisevsky, J., Luquin, M. R., Arbelo, J. M., Burguera, J. A., Carrillo, F., Castro, A. y

Yañez, R. (2013). Advanced Parkinson’s disease: Clinical characteristics and

treatment. Part II. Neurología (English Edition), 28(9), 558–583.

Lemke, M.R. (2008). Depressive symptoms in Parkinsons disease. European Journal of

Neurology, 15(1), 21–25.

Lendínez, A., Zunzunegui, M.V., Iribar, C., Carnero, C y González-Maldonado,

R.(2000). Validación de constructo de la “batería abreviada granada de

evaluación neuropsicológica”. Revista Multidisciplinar de Gerontología, 10(3),

152-157.

Mages, L. (2016). Management of levodopa for residents with Parkinson’s disease.

Nursing Older People, 28(9), 23–30.

Martínez-Fernández, R., Gasca-Salas, C., Sánchez-Ferro, A. y Obeso, J. A (2016).

Actualización en la enfermedad de Parkinson. Revista Médica Clínica Condes,

27(3), 363-379.

Menza, M. A., Sage, J., Marshall, E., Cody, R., yDuvoisin, R. (1990). Mood changes

and ”on-off” phenomena in Parkinson’s disease. MovementDisorders, 5(2),148–

151.

Muela, J. A., Pérez, M., Ballesteros, F. y Godoy, J. F. (2001). Tromómetro de barra y su

uso. Patente nº P200000080. Madrid: Oficina Española de Patentes y Marcas.

Ojeda López, M.C., Rodríguez, F. y Amaya Sánchez, L.E. (2009). Diagnóstico

diferencial del temblor. Acta médica grupo Ángeles, 7(3),143-149.

Page 25: A temblor.tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/11746/1/TRABAJO-FIN-DE...temblor, los síntomas que se asocian, qué factores pueden disminuir o exacerbar su ocurrencia, si el paciente

25

Qayyum Rana, A. y Kelvin, L (2015). Essential tremor in Clinical practice. Toronto:

Springer.

Siemers, E. R., Shekhar, A., Quaid, K., & Dickson, H. (1993). Anxiety and motor

performance in parkinson’s disease. Movement Disorders, 8(4),501–506.

Spielberger, C.D., Gorsuch, R. y Lushene, R. (1982). Manual del cuestionario de

ansiedad Estado Rasgo (STAI). Madrid: TEA Ediciones.

Sumec, R., Rektorová, I., Jech, R., Mensíková, K., Roth, J., Ruzicka, E. y Bares, M.

(2016). Motion and emotion: anxiety–axial connections in Parkinson’s disease.

Journal of Neural Transmission, 124(3),369–377.

Tröster, A.I., Pahwa, R., Fields, J.A., Tanner, C.M. y Lyons, K.E. (2005). Quality of life

in Essential Tremor Questionnaire (QUEST): Development and initial

validation. Parkinsonism and Related Disorders, 11, 367–373.

Van der Walt, A., Sung, S., Spelman, T., Marriott, M., Kolbe, S., Mitchell. P. y

Butzkueven, H. (2012). A double-blind, randomized, controlled study of

botulinum toxin type A in MS-related tremor. Neurology, 79(1),92–99.

Ware, J.E.Jr y Sherbourne, C.D. (1992). The MOS 36-item short-form health survey

(SF-36) (I). Conceptual framework and itemselection. MedecineCare, 30, 473-

83.

Williams-Gray, C., Weintraub, D., Aarsland, D. y Bronnick, K. (2010). Mild cognitive

impairment in Parkinson disease: a multicenter pooled analysis. Neurology,

75(12), 1062-1069.