acuaterrarios, una alternativa al acuario clasico

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www.AcuarioProfesional.com © Todos los derechos reservados. 1 ACUATERRARIOS, UNA ALTERNATIVA AL ACUARIO CLASICO Texto: Ángel Garvía (Biólogo). Fotografía: Pablo Aguado, Juan Carlos Palau Díaz, Tomás Canto, Mario Gª París y Ángel Garvía. Acuaterrario con bombinas. Foto: Pablo Aguado © Se puede definir un vivario como un habitáculo de tamaño variable destinado al mantenimiento de especies animales o vegetales. Si estas son acuáticas, se denomina acuario; si son terrestres, terrario; y, por último, si son especies anfibias, y que por tanto requieren a la vez una zona acuática y otra de tierra firme, se llama acuaterrario o paludario. Este tipo de vivario, es requerido por una amplia gama de seres vivos, más amplia de lo que se pueda pensar en principio: desde invertebrados a anfibios y reptiles, incluyendo ciertos peces. La proporción entre agua/tierra en la instalación depende de la especie que albergue. Algunas requieren prácticamente un acuario que ofrezca únicamente la posibilidad de salir fuera del agua, mediante, por ejemplo, un tronco o piedra que sobresalga de la superficie. Otras, en cambio, necesitan mayor superficie terrestre, incluso dejando en un papel secundario la zona acuática. También influye el estado fisiológico de los ejemplares; los tritones alternan a lo largo de su ciclo anual fases acuáticas y terrestres, pasando en cada una de ellas la mayoría del tiempo en una zona u otra del acuaterrario. Y un tercer tipo son aquellas especies que requieren un paludario con la "zona acuática" reducida a un simple recipiente con agua situado en una esquina del tanque; que incluso se podría considerar que este tipo de instalación es prácticamente un terrario. Ofrecemos únicamente unas pinceladas de las posibilidades, en cuanto a grandes tipos de animales se refiere, que el comercio ofrece hoy, acompañadas de una lista de referencias bibliográficas a las que acudir para profundizar, si llega el caso. Tampoco hay sitio para profundizar en aspectos técnicos. La decoración puede ser todo lo sofisticada que uno quiera. Con imaginación, ganas y medios, se pueden lograr acuaterrarios muy vistosos, con todos los elementos técnicos (termocalefactor, chimeneas, cabezas, vaporizadores, etc.) perfectamente camuflados, que simulan el hábitat del animal. Un apunte antes de comenzar, como siempre que se pretende adquirir un animal como mascota, deberemos cerciorarnos que no está incluido en ninguna lista de especies protegidas o prohibidas. Esto es especialmente aconsejable en el caso de reptiles y anfibios; de hecho algunas especies que mencionaré en el texto están incluidas en el convenio CITES, como es el caso de las rana flechas de la familia Dendrobatidae. Esto no quiere decir que su comercio esté prohibido, sino que está regulado, es decir cada país tiene un cupo de exportación y los ejemplares criados en cautividad están debidamente documentados. Es nuestra responsabilidad moral exigir factura y documentación CITES, si es el caso, en el comercio en el que adquiramos el animal. INVERTEBRADOS Algunos crustáceos, especialmente los cangrejos, son en mayor o menor medida anfibios. Posiblemente los más conocidos entre los acuariófilos sean los cangrejos del género Uca de la familia Ocypodidae, llamados vulgarmente cangrejos violinistas. Miden entre 2-5 cm. Los machos adultos se caracterizan por el desarrollo desigual de sus pinzas: una alcanza un tamaño similar al resto del cuerpo del cangrejo y la otra queda reducida a un diminuto apéndice. Las hembras y los jóvenes tienen ambas pinzas de igual tamaño. Es curioso que si la pinza hipertrofiada es amputada, por un depredador o en una lucha ritual, la pequeña crecerá hasta igualar en tamaño a la perdida. Ocasionalmente se pueden encontrar en tiendas especializadas diversas especies de cangrejo violinista, de regiones indo-pacíficas y atlánticas, como: Uca uca, U. pugilator, U. minax o U. crenulata. Aunque en ocasiones se hace extremadamente difícil, prácticamente imposible, clasificar ejemplares importados de zonas tropicales. En cautividad se adaptan fácilmente a diversas condiciones. Viven perfectamente en un acuario,

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1ACUATERRARIOS, UNA

ALTERNATIVA AL ACUARIO CLASICO

Texto: Ángel Garvía (Biólogo).

Fotografía: Pablo Aguado, Juan Carlos Palau Díaz, Tomás Canto, Mario Gª París y Ángel Garvía.

Acuaterrario con bombinas. Foto: Pablo Aguado © Se puede definir un vivario como un habitáculo de tamaño variable destinado al mantenimiento de especies animales o vegetales. Si estas son acuáticas, se denomina acuario; si son terrestres, terrario; y, por último, si son especies anfibias, y que por tanto requieren a la vez una zona acuática y otra de tierra firme, se llama acuaterrario o paludario. Este tipo de vivario, es requerido por una amplia gama de seres vivos, más amplia de lo que se pueda pensar en principio: desde invertebrados a anfibios y reptiles, incluyendo ciertos peces.

La proporción entre agua/tierra en la instalación depende de la especie que albergue. Algunas requieren prácticamente un acuario que ofrezca únicamente la posibilidad de salir fuera del agua, mediante, por ejemplo, un tronco o piedra que sobresalga de la superficie. Otras, en cambio, necesitan mayor superficie terrestre, incluso dejando en un papel secundario la zona acuática. También influye el estado fisiológico de los ejemplares; los tritones alternan a lo largo de su ciclo anual fases acuáticas y terrestres, pasando en cada una de ellas la mayoría del tiempo en una zona u otra del acuaterrario. Y un tercer tipo son aquellas especies que requieren un paludario con la "zona acuática" reducida a un simple recipiente con agua situado en una esquina del tanque; que incluso se podría considerar que este tipo de instalación es prácticamente un terrario. Ofrecemos únicamente unas pinceladas de las posibilidades, en cuanto a grandes tipos de animales se refiere, que el comercio ofrece hoy, acompañadas de una lista de referencias bibliográficas a las que acudir para profundizar, si llega el caso. Tampoco hay sitio para profundizar en aspectos técnicos. La decoración puede ser todo lo sofisticada que uno quiera. Con imaginación, ganas y medios, se pueden lograr acuaterrarios muy vistosos, con todos los elementos técnicos (termocalefactor, chimeneas, cabezas, vaporizadores, etc.) perfectamente camuflados, que simulan el hábitat del animal. Un apunte antes de comenzar, como siempre que se pretende adquirir un animal como mascota, deberemos cerciorarnos que no está incluido en ninguna lista de especies protegidas o prohibidas. Esto es especialmente aconsejable en el caso de

reptiles y anfibios; de hecho algunas especies que mencionaré en el texto están incluidas en el convenio CITES, como es el caso de las rana flechas de la familia Dendrobatidae. Esto no quiere decir que su comercio esté prohibido, sino que está regulado, es decir cada país tiene un cupo de exportación y los ejemplares criados en cautividad están debidamente documentados. Es nuestra responsabilidad moral exigir factura y documentación CITES, si es el caso, en el comercio en el que adquiramos el animal. INVERTEBRADOS Algunos crustáceos, especialmente los cangrejos, son en mayor o menor medida anfibios. Posiblemente los más conocidos entre los acuariófilos sean los cangrejos del género Uca de la familia Ocypodidae, llamados vulgarmente cangrejos violinistas. Miden entre 2-5 cm. Los machos adultos se caracterizan por el desarrollo desigual de sus pinzas: una alcanza un tamaño similar al resto del cuerpo del cangrejo y la otra queda reducida a un diminuto apéndice. Las hembras y los jóvenes tienen ambas pinzas de igual tamaño. Es curioso que si la pinza hipertrofiada es amputada, por un depredador o en una lucha ritual, la pequeña crecerá hasta igualar en tamaño a la perdida. Ocasionalmente se pueden encontrar en tiendas especializadas diversas especies de cangrejo violinista, de regiones indo-pacíficas y atlánticas, como: Uca uca, U. pugilator, U. minax o U. crenulata. Aunque en ocasiones se hace extremadamente difícil, prácticamente imposible, clasificar ejemplares importados de zonas tropicales. En cautividad se adaptan fácilmente a diversas condiciones. Viven perfectamente en un acuario,

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2incluso en acuarios comunitarios, pero es preferible instalar un acuaterrario con 10-15 cm de agua, decorado con arena coralina, rocas y/o esqueletos de corales y una zona de sustrato arenoso y húmedo, que sobresalga del agua con una pendiente suave, en la que puedan excavar sus escondrijos. Los machos adultos son territoriales y, aunque no se reproducen en cautividad, es aconsejable mantener el doble de hembras que de machos. Un tanque de 100 cm de largo por 40 de ancho puede albergar un grupo de 3 machos y 6 hembras.

Fotos: Tomás Canto ©

Se adaptan muy bien a los cambios de pH y de salinidad, soportando desde agua dulce a una densidad de 1.022-1.023. La temperatura depende de cada especie en particular, pero como media ronda los 23-27º C. Por sus hábitos carroñeros, su alimentación en cautividad no suele originar problemas, aceptando desde pequeñas presas vivas (gusanos, larvas, etc.) a comida seca. Los cangrejos suelen completar su dieta con algún aporte vegetal, si en la instalación no hay algas o plantas, se debe aportar algún vegetal cocido.

Las larvas de las libélulas son acuáticas, pero necesitan una zona emergida, aunque sea una simple rama, para completar su metamorfosis y permitir al adulto desprenderse de la muda, secarse y comenzar a volar. Todas las libélulas pertenecen al orden Odonatos, que comprende dos subórdenes: (1) Zigópteros, llamados caballitos del diablo, estilizados y los dos pares de alas iguales; (2) Anisópteros, verdaderas libélulas, más robustos y el par de alas trasero ensanchado en la base. Necesitan un tanque con tapa, 5-10 cm de sustrato de arena, piedras y alguna planta. Las larvas son feroces depredadores que pueden ser alimentados con pequeñas presas o trocitos de carne; los adultos son insectívoros y excelentes voladores capaces de recorrer grandes distancias. Pensamos que lo más acertado es liberar en una zona húmeda a los adultos una vez metamorfoseados. PECES La mayoría de los peces necesita, evidentemente, un acuario para su mantenimiento en cautividad; sin embargo, existen excepciones, especies que por las características de su hábitat natural están acostumbradas a permanecer periodos, más o menos prolongados, fuera del agua. En acuariofilia son bien conocidos los saltarines del fango, género Periophtalmus. Las especies más comercializadas, P. vulgaris y P. barburus, alcanzan los 10-15 cm. Estos habitantes de los manglares, capaces de almacenar agua oxigenada en la zona branquial y de "caminar" con sus modificadas aletas pectorales sobre el sustrato, necesitan un acuaterrario con unos 15 cm de agua salobre (1010-1015 de densidad); pH alrededor de 8; entre 24-28º C de temperatura, tanto del agua como del aire; una capa de unos

cuantos centímetros de material de fondo fino; decoración a base de raíces y piedras planas y una buena tapa, pues los saltarines del fango son capaces de dar grandes saltos. Se alimentan de pequeñas presas vivas (gusanos, insectos, pequeños crustáceos, etc.), aunque se pueden acostumbrar a la comida seca y trocitos de carne o pescado. No se tienen datos de su reproducción en cautividad.

Saltarín del fango. Foto: Pablo Aguado ©

ANFIBIOS Son los anfibios, como su propio nombre indica, los verdaderos "reyes" del acuaterrario, aunque ciertos grupos de anfibios son de marcadas costumbres terrestres, por lo que la zona acuática de su acuaterrario estará muy reducida, en ocasiones a un simple recipiente con agua. Ocasionalmente se pueden adquirir, en tiendas especializadas, algunas especies tropicales, especialmente ranas arborícolas de la familia de los Hílidos, muy similares a nuestras ranitas de San Antón (Hyla meriodinalis y H. arborea), que se ajustan a estas características terrestres.

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3También ocurre así con los escuerzos del género Ceratophrys y los dendrobátidos o ranas flecha (Familia Dendrobatidae) y similares. En cualquier caso no hay que olvidar que aunque muy pocos anfibios son realmente venenosos, caso de las mencionadas ranas flecha, como grupo no son animales peligrosos pero es recomendable lavarse las manos después de tocar a un anfibio; pues su piel tiene un mucus que puede resultar irritante para las mucosas, como por ejemplo la de los ojos. Un esquema general de lo que podría ser un acuaterrario para anfibios podría ser el siguiente: parte terrestre, de fácil acceso, con sustrato de arena y/o piedras y cobertura vegetal (musgo, hepáticas, plantas palustres, etc.); parte acuática con plantas acuáticas y sistemas de aireación y filtración convencionales de acuariofilia. La termocalefacción es necesaria en las especies tropicales. La iluminación puede ser natural o mediante una pantalla normal de acuario. En cualquier caso, algunas especies pueden requerir iluminación especial. El tamaño del tanque, las condiciones físico-químicas y la vegetación acuática dependen evidentemente de la especie que se deseé mantener en concreto. El musgo de java (Vesiculari dubyana) y las plantas superficiales (Salvinia, Riccia, etc) suelen ser muy utilizadas, pero también según la especie de anfibio a mantener es posible colocar ciertas especies de los géneros Anubias, Crytocoryne, Echinodorus, Sagittaria, Crinium, etc. Los anfibios urodelos (Orden Caudata) comprenden a las especies que tienen cola: tritones y salamandras. Algunas especies tropicales se

importan con asiduidad. Entre los urodelos más fáciles de encontrar en tiendas especializadas están varias especies de los géneros asiáticos Paramesotriton y Cynops. Este último, conocido vulgarmente como tritón japonés, posiblemente sea el más popular y comercializado en nuestro país. La salamandra verrugosa, Tylotrotriton shanjing, también se comercializa con frecuencia.

Saltarín del fango. Foto: Pablo Aguado ©

El género Cynops se adapta perfectamente a la vida en acuaterrario, existen citas en Japón de ejemplares que han durado treinta años. Es por tanto un género adecuado para principiantes en el mantenimiento de urodelos. Es eminentemente acuático y necesita un acuaterrario en el que la zona acuática, de 10-15 cm de profundidad, sea

mucho más amplia que la terrestre. Miden entre 6-12 cm y tienen el dorso oscuro o negro y el vientre con llamativas manchas anaranjadas. Un tanque de unos 50 cm de largo, 30 de ancho y 30 de alto puede albergar 4-6 individuos. La mejor decoración es a base de piedras planas, que dejen escondrijos, y plantas acuáticas de hoja ancha, en donde puedan depositar la puesta. Soporta perfectamente temperaturas entre los 18º y 25º C. En cuanto a la alimentación, no suelen presentarse problemas: capturan lombrices pequeñas y larvas de moscas y coleópteros y aceptan trocitos de carne, pescado, mejillón, gamba, etc; si estas se muestran con unas pinzas o similar delante de su cabeza. Las dos especies más frecuentes son C. pyrrhogaster, de mayor talla y originario del archipiélago japonés, y C. orientalis, de la China oriental. Su reproducción en cautividad está al alcance de cualquier aficionado serio. Los anfibios anuros se caracterizan por la ausencia de cola, son los típicos sapos y ranas. El género Bombina es seguramente el anuro más popular como mascota y, además, bien conocido por el público en general debido a la costumbre de volverse boca arriba, mostrando los fuertes colores de su vientre, cuando se siente amenazado. Algunas especies se adaptan bien a la cautividad, como B. variegata o "sapillo de vientre amarillo", B. bombina o "sapillo de vientre naranja" y B. orientalis o "sapillo de vientre rojo o vientre de fuego". La primera es originaria de Asia y tiene el dorso verde, las dos siguientes de centroeuropa y con el dorso oscuro. Y ninguna suele superar los 5-7 cm. Algunos ejemplares han alcanzado una longevidad de una docena de años en cautividad. Un acuaterrario de 50 x 30 x 30 cm, con 2/3 de agua y 1/3 de parte terrestre, es suficiente para 4 ó 5 ejemplares. En

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4cuanto a la temperatura y decoración, es totalmente aplicable lo descrito para el género Cynops. Un dato a tener en cuenta, más que nada por la experiencia: el canto de estos sapillos puede llegar a ser realmente molesto en habitáculos cerrados donde se requiera silencio, por ejemplo la habitación donde se duerme. REPTILES Son muchas los reptiles cuyo mantenimiento implica un paludario. Posiblemente los más populares sean las tortugas, pues sin duda son estos los animales de acuaterrario más corrientes en los hogares de nuestro país, pero se pueden adquirir otros tipos de reptiles. Todos los reptiles necesitan luz solar directa o, en su defecto, prácticamente siempre en la práctica, requieren radiaciones complementarias de ultravioleta. Actualmente la gama de fluorescencia comercializada para iluminación de terrarios y acuaterrarios permite satisfacer las necesidades de cualquier especie de reptil que pensemos mantener en cautividad. La conocida tortuga de Florida, que se cría masivamente en granjas dedicadas a ello, es con mucho la tortuga acuática más fácil de comprar en los comercios de acuariofilia. Su taxonomía es enrevesada, y con frecuencia se importan mezclados ejemplares de varias especies. El comercio de la llamada vulgarmente "tortuga de orejas rojas" está actualmente limitado en nuestro país, para evitar su avance como especie invasora y que compita con los galápagos autóctonos. Su nombre científico ha variado bastante en las dos o tres últimas décadas, actualmente el más utilizado es Pseudemys scripta elegans, pero puede encontrar en algunos manuales con los nombres

genéricos de Trachemys o Occydozyga. Pero si se importan otras especies muy similares de géneros diferentes (Pseudemys, Trachemys, Trachemys, Graptemys, etc.). Necesitan un acuaterrario con 2/3 de agua de 10-20 cm de profundidad y 1/3 de tierra (temporalmente en el caso de pequeños ejemplares de tortugas de Florida esta puede estar limitada simplemente a un tronco o roca que afloren de la superficie), 20-26º de Tª y filtración potente. Para la alimentación no existe problema: aceptan prácticamente cualquier cosa y además se comercializan preparados y complejos vitamínicos específicos.

Cocodrilo. Foto: Ángel Garvía ©

Otras especies algo más diferentes, como por ejemplo la tortuga mordedora Chelidra serpentina, la tortuga de caja malaya Cuora amboinesis o la tortuga china de agua Chinemys reevesi, también se comercializan con cierta frecuencia. También son relativamente fáciles de adquirir algunos representantes de la familia de los Trioniquidos (tortugas de concha blanda), como los géneros

Lyssemis y Trionix. Son tortugas muy acuáticas, ariscas y agresivas. Lo ideal es mantenerlas en un paludario con las siguientes características: fondo desnudo o de limo muy fino, 2/3 de agua y 1/3 de tierra en rampa ascendente y 23-27º de Tª. Se alimentan de insectos, larvas, tubifex y comida liofilizada y/o congelada. Como precauciones: manejarlas con cuidado pues muerden; no mantener conjuntamente a muchos ejemplares adultos y no colocar arena en el fondo, pues al ser de caparazón blando y rozarse, enseguida se cubren de hongos. Diversas especies de cocodrilos se comercializan como animal de compañía, en especial Caimán crocodilus. Necesitan evidentemente mucho espacio, que siendo sensatos están al alcance de muy pocos aficionados, por lo que deberían ser animales mantenidos únicamente en instalaciones públicas y similares. Mucho más pequeñas, y por tanto asequibles al aficionado medio, son ciertas especies de serpientes que también tienen un marcado carácter acuático que, como norma general, necesitan un acuaterrario grande, de más de un metro de longitud, del que de 1/3 a 1/5 sería zona acuática, con el sustrato de arena de río. Su alimentación debe estar compuesta por pequeñas presas vivas, como renacuajos, gambusias y otros peces pequeños; aunque también llegan a aceptar trocitos de hígado y similares. Incluso entre los lagartos de la familia Agamidae, podemos encontrar especies que necesitan un acuaterrario en el que puedan sumergir como mínimo 2/3 de su cuerpo. Es el caso del dragón de agua chino Physignathus cocincinus. Como plantas tendremos que elegir especies más

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5robustas como drácenas, ficus, potos o philodendros.

Tortuga china de agua Chinemys revéis. Foto: J.C. Palau Díaz.

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