Ajuste Social y Escolar de Jovenes Victimas de Maltrato Infantil

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    anales de psicologa, 2013, vol. 29, n 1 (enero), 197-206http://dx.doi.org/10.6018/analesps.29.1.124941

    Copyright 2013: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia. Murcia (Espaa)ISSN edicin impresa: 0212-9728. ISSN edicin web (http://revistas.um.es/analesps): 1695-2294

    Ajuste social y escolar de jvenes vctimas de maltrato infantil

    en situacin de acogimiento residencialAlexander Muela1*, Nekane Balluerka2y Brbara Torres2

    1Universidad de Mondragn, Espaa2Universidad del Pas Vasco UPV/EHU, Espaa

    Resumen: El objetivo del presente trabajo consisti en examinar el ajustesocial y escolar de jvenes que haban sufrido maltrato en la infancia y seencontraban en situacin de acogimiento residencial. Adems, pretenda-mos comprobar si existan diferencias entre los sujetos sometidos a distin-tas situaciones de desproteccin infantil. En el estudio participaron 318jvenes residentes en la Comunidad Autnoma del Pas Vasco de edadescomprendidas entre los 13 y los 18 aos (M= 15.35, DT= 1.68) pertene-cientes a tres colectivos. El primero de ellos estaba constituido por 69

    jvenes (31 mujeres y 38 varones) vctimas de maltrato infantil que sehallaban bajo una medida de proteccin de acogimiento residencial. El se-gundo grupo estaba formado por 75 jvenes (29 mujeres y 46 varones)vctimas de maltrato infantil que se encontraban en situacin de riesgo dedesamparo. Por ltimo, el tercer grupo estaba constituido por 174 jvenes(95 mujeres y 79 varones) que no haban sufrido maltrato. Los resultadospusieron de manifiesto que, independientemente de la situacin de despro-teccin infantil en la que se encontrasen, los jvenes vctimas de maltratoinfantil mostraban mayores dificultades de adaptacin social y escolar quelos jvenes que no haban sufrido maltrato en la infancia.Palabras clave: Acogimiento residencial; adaptacin escolar; adaptacinsocial; maltrato infantil; adolescencia.

    Title: Social and school adjustment of adolescent victims of child mal-treatment in residential child care.Abstract:The aim of this study was to examine the social and school ad-justment of maltreated adolescents during their childhood who were in res-idential child care. In addition, it aimed at checking whether there were anydifferences between those minors who were subjected to different protec-tive measures. The study included 318 adolescents from the Basque Au-tonomous Community belonging to three groups. The first group was

    composed by 69 (31 women and 38 men) adolescent victims of seriousfamily maltreatment, who were separated from their biological families,and were in residential child care; the second group consisted of 75 (29women and 46 men) adolescent victims of moderated maltreatment, livingwith their biological families under treatment. Finally, the third group wasformed by 174 nonmaltreated adolescents (95 women and 79 men). Theage of the subjects ranged between 13 and 18 years (M = 15.35, SD =1.68). The results showed that, regardless of the child protective measure,those who had been maltreated during their childhood had greater difficul-ties in social and school adaptation.Key words: Residential child care; school adjustment; social adjustment;child maltreatment; adolescence.

    Introduccin

    En la Ley Orgnica 1/1996 de Proteccin Jurdica del Me-nor, se realiza una distincin entre dos situaciones de des-proteccin infantil, a saber, las situaciones de riesgo y dedesamparo; cada una de ellas da lugar a un grado distinto deintervencin por parte de la entidad pblica.

    Las situaciones de riesgo son aquellas en las que los cui-dadores del nio no asumen completamente sus responsabi-lidades para asegurar el normal desarrollo del nio. Esta si-tuacin no conlleva una separacin del ncleo familiar, y lasactuaciones pblicas estn orientadas a la eliminacin de losfactores de riesgo que inciden de forma negativa en el ajustepersonal y social de los nios y adolescentes y de sus fami-lias.

    En lo que respecta a las situaciones de desamparo, debi-

    do a la gravedad de la situacin de desproteccin, la adminis-tracin pblica competente asume la tutela de la personamenor de edad, adoptando las medidas de proteccin opor-tunas. En tanto se mantiene la situacin de tutela, la cobertu-ra de las necesidades del nio se garantiza bajo alguna de lassiguientes modalidades de guarda: el acogimiento familiar oel acogimiento residencial.

    El presente trabajo aborda el ajuste social y escolar dejvenes que han sufrido maltrato en la infancia y que han si-do sometidos a distintas situaciones de desproteccin infan-* Direccin para correspondencia [Correspondence address]:Alexander Muela. Departamento para el Bienestar Infantil. Facultad deHumanidades y Ciencias de la Educacin. Universidad de Mondragn.B Dorleta, s/n, 20540 Eskoriatza (Espaa).E-mail:[email protected]

    til. En este sentido, diversos autores destacan que los nios yjvenes que ingresan en acogimiento residencial, en general,traen consigo una serie de carencias, entre las que se encuen-

    tran dificultades de adaptacin escolar y de relacin social(Martn, Rodrguez y Torbay, 2007). Tales carencias se hanpuesto de manifiesto en estudios realizados recientemente ennuestro pas (Bravo y Del Valle, 2001; Lzaro y Lpez, 2010;Martn, Muoz de Bustillo, Rodrguez y Prez, 2008; More-no, Garca-Baamonde y Blzquez, 2010).

    En lo que se refiere a las investigaciones que han compa-rado el ajuste escolar de nios en situacin de acogimientoresidencial con el de nios que residen con su familia bio-lgica, los resultados obtenidos han mostrado que, en com-paracin con sus compaeros de clase, aquellos que se hallanen acogimiento residencial presentan mayores problemas deatencin y de concentracin, participan menos en las activi-

    dades escolares y tienden a implicarse en actividades alterna-tivas improductivas. Asimismo, presentan mayores proble-mas sociales, un bajo rendimiento escolar, desobediencia,una conducta agresiva y en el rea de juego, raramente inter-actan con los nios que no pertenecen al centro residencial(Simsek, Erol, ztop y Mnir, 2007; Vorria, Rutter, Pickles,Wolkind y Hobsbaum, 1998). Adems, aquellos que llevanms tiempo en acogimiento residencial muestran relacionesmenos armoniosas y de desconfianza con los iguales, y bus-can en mayor medida el afecto de los profesores (Vorria etal., 1998).

    En lo que respecta a los estudios realizados en la adoles-cencia, los menores en acogimiento residencial muestran ma-

    las relaciones con el profesorado y una conducta agresiva,baja capacidad para resolver conflictos y falta de madurez.

    mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]
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    Adems, el profesorado valora negativamente su comporta-

    miento social y su inters por aprender, y les sanciona fre-cuentemente (Martn et al., 2008). En definitiva, muestranatributos conductuales que interfieren con el correcto desa-rrollo de las actividades acadmicas.

    Por otra parte, tambin se ha observado que estos jve-nes son menos elegidos y ms rechazados que los demscompaeros para desarrollar actividades acadmicas, sin em-bargo, las relaciones con los compaeros parecen ser msadecuadas cuanto ms informal es el mbito en el que seproducen, es decir, en actividades de ocio fuera del aula(Bravo y Del Valle, 2003; Martn et al., 2008).

    Adems, se ha encontrado que los adolescentes acogidosen residencias disponen de una red social ms amplia (Bravoy Del Valle, 2003) aunque perciben un menor apoyo socialpor parte de su red, en especial, por parte de su familia(Lzaro y Lpez, 2010; Bravo y Del Valle, 2003). A su vez,algunos autores afirman que los jvenes en situacin de aco-gimiento residencial, en comparacin con los menores noacogidos, muestran una baja socializacin (Carrasco, Rodr-guez-Testal y Hesse, 2001; Lzaro y Lpez, 2010), junto aconductas delictivas relacionadas con esa carencia, as comoun alto retraimiento social (Carrasco et al., 2001).

    Cabe sealar que son pocos los estudios que han utiliza-do grupos de comparacin compuestos por nios o jvenesbajo distintas medidas de proteccin a la infancia, y que lamayora de estos estudios se han realizado con nios. En ta-les trabajos se constatan mayores problemas escolares en los

    menores acogidos en residencias que en los sometidos aotras medidas de proteccin. Por ejemplo, Roy, Rutter y Pic-kles (2000) compararon la adaptacin escolar de nios enacogimiento residencial con la de nios en acogimiento fami-liar, y con la de nios que no estaban bajo ninguna medidade proteccin. En los dos grupos que se encontraban bajouna medida de proteccin se observaron altos ndices de hi-peractividad y dficit de atencin, insociabilidad y problemasemocionales en el mbito escolar. Sin embargo, cabe sealarque, en comparacin con los otros grupos, se hallaron mayo-res niveles de hiperactividad y dficit de atencin en los ni-os en acogimiento residencial. En dicho trabajo se concluyeque el acogimiento residencial predispone a los nios a des-

    arrollar un patrn de hiperactividad y dficit de atencin.Por otra parte, diversos estudios han sealado que estos

    menores, a pesar de mostrar dificultades, tambin manifies-tan progresos a lo largo del tiempo (Bravo y Del Valle, 2001;2003; Little, Kohm y Thompson, 2005; Martn et al., 2007,2008; Martn, Torbay y Rodrguez, 2008). Por ejemplo, se haencontrado que el trabajo educativo desempeado en las re-sidencias promueve importantes avances en la autonoma, enel cumplimiento de las obligaciones, en el manejo de los re-cursos, as como en los cuidados personales y la adaptacinal contexto residencial. Sin embargo, en lo que respecta a lasrelaciones que el nio o el adolescente mantiene con la co-munidad (participar en actividades, salir con grupos de ami-

    gos, etc.) no se han evidenciado progresos. En lo que se re-fiere al mbito escolar, se ha encontrado que gran parte de la

    poblacin estudiada presenta retraso escolar aunque su pre-

    disposicin hacia el aprendizaje es adecuada (Bravo y DelValle, 2001; Martn et al., 2007).Por ltimo, cabe sealar que las dificultades asociadas al

    hecho de haber estado sujeto a una medida de proteccin deacogimiento residencial han sido ampliamente examinadaspor investigaciones realizadas en este campo. Segn afirmanalgunos autores (Dixon, 2008; Kendrick, 2005; Stein, 2004),tras su paso por el acogimiento residencial, en muchos de es-tos jvenes, se constatan altos niveles de marginacin e indi-gencia, una alta exposicin a situaciones de riesgo, gran de-pendencia de los servicios sociales, pobres resultados acad-micos, desempleo, dificultades para encontrar un alojamientoestable y una parentalidad precoz. Sin embargo, otros inves-tigadores sealan que la mayora de los jvenes en acogi-miento residencial no se ven afectados por tales dificultades(Fernndez, lvarez y Bravo, 2003).

    En este contexto, el objetivo del presente estudio radicaen examinar las habilidades adaptativas y el ajuste personal yescolar de jvenes que sufrieron maltrato en la infancia, quefueron separados de su familia y que actualmente se encuen-tran en acogimiento residencial. En lo que se refiere a lashabilidades adaptativas, se pretenden examinar sus habilida-des sociales para interactuar con sus iguales y con los adultosen el hogar, en la escuela y en la comunidad, as como suscompetencias asociadas al logro de metas acadmicas, socia-les o comunitarias. En lo que respecta al ajuste personal, ex-ploraremos el nivel de xito y el grado de satisfaccin que

    tiene el adolescente acogido en sus relaciones con los dems,la percepcin sobre su importancia en la familia, sobre la re-lacin con sus padres y sobre la confianza e inters por partede los padres. Asimismo, pretendemos analizar la confianzaen la propia capacidad para resolver problemas, la seguridadpara tomar decisiones y la satisfaccin del adolescente consi-go mismo, tanto respecto a sus caractersticas fsicas como aotras ms generales. Por ltimo, en cuanto al ajuste escolar,pretendemos conocer la adaptacin general del joven al co-legio y al proceso educativo. Es decir, el rendimiento acad-mico, la capacidad para el aprendizaje, y la actitud hacia elcolegio y los profesores.

    Por otra parte, tal y como se ha sealado ms arriba, en

    la actualidad son pocas las investigaciones que han tratado deestablecer comparaciones entre jvenes bajo diferentes me-didas de proteccin a la infancia. Por tal motivo, en esta in-vestigacin hemos considerado pertinente establecer unacomparacin entre las habilidades adaptativas y el ajuste per-sonal y escolar de jvenes maltratados en situacin de aco-gimiento residencial y de jvenes que fueron maltratados enla infancia pero no separados de su familia biolgica, aunqueen la actualidad se encuentren en situacin de riesgo de des-amparo y sean objeto de una intervencin familiar. Por lti-mo, hemos considerado oportuno comparar ambos gruposcon un grupo de jvenes que ni fueron objeto de maltrato enla infancia, ni se encuentran en una situacin de desprotec-

    cin infantil.

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    Mtodo

    Participantes

    En el estudio participaron 318 jvenes residentes en laComunidad Autnoma del Pas Vasco de edades compren-didas entre los 13 y los 18 aos (M= 15.35, DT= 1.68) per-tenecientes a tres colectivos. El primero de ellos estabaconstituido por 69 jvenes (31 mujeres y 38 varones) vcti-mas de maltrato infantil que se hallaban bajo una medida deproteccin a la infancia de acogimiento residencial (M deedad = 15.72, DT= 1.64). El segundo grupo estaba formadopor 75 jvenes (29 mujeres y 46 varones) vctimas de maltra-to infantil que se encontraban en situacin de riesgo de des-amparo (Mde edad = 15.49, DT= 1.62). Por ltimo, el ter-

    cer grupo estaba constituido por 174 jvenes (95 mujeres y79 varones) que no se encontraban en situacin de despro-teccin infantil(Mde edad = 15.14, DT= 1.69).

    Instrumentos

    Sistema de Identificacin y Clasificacin del Maltrato infantil(SICMI; Muela, Balluerka y Torres, 2010). El SICMI (Vasela Tabla 1) fue creado para el presente estudio y permiteidentificar y clasificar el maltrato sufrido por los individuosen diferentes etapas evolutivas. El sistema contempla no slolos principales tipos de maltrato (Maltrato fsico, Negligen-cia, Abuso sexual y Maltrato emocional), sino tambin una

    serie de dimensiones relevantes para la identificacin y clasi-ficacin de la experiencia maltratante: el tipo de maltratopredominante, la gravedad de la experiencia maltratante, lacronicidad y frecuencia del maltrato, la identidad del maltra-tador, el estadio del desarrollo en el que ocurre el maltrato yla separacin del sujeto de sus figuras de apego. En este tra-bajo el SICMI se ha utilizado para categorizar el maltrato su-frido en la infancia por los adolescentes participantes en elestudio.

    Segn el SICMI, una conducta es codificada como mal-trato fsico cuando el cuidador o adulto responsable infligedao fsico sobre el/la nio/a o adolescente de forma no ac-cidental. Los diferentes tipos de maltrato fsico que se conci-ben son los siguientes: golpear/patear la cara, la cabeza y elcuello; golpear/patear el torso (desde el cuello hasta las pier-nas excepto las nalgas); golpear/patear las nalgas; golpe-ar/patear miembros, extremidades; el manejo violento delnio (empujar, lanzar, arrastrar); el ahogamiento/la asfixia(con almohada, tapar la boca/nariz, cortar la respiracin); lasquemaduras/el abrasamiento; y la sacudida.

    La negligencia infantil hace referencia a la incapacidad delos cuidadores para cubrir las necesidades fsicas bsicas dealimentacin, vestimenta, higiene, salud (fsica y mental) yvivienda. Este tipo de maltrato incluye tambin la incapaci-dad, por parte de los cuidadores, de proporcionar una ade-cuada supervisin de la conducta del nio/a o adolescente, lanegligencia moral-legal y la negligencia educativa-intelectual.

    En el SICMI, una conducta es codificada como abusosexual cuando se produce cualquier contacto o intento de

    contacto sexual entre un cuidador o adulto responsable y

    un/una nio/a o adolescente, con un objetivo de gratifica-cin sexual o beneficios econmicos por parte del adulto(Barnett, Manly y Cicchetti, 1993, p. 57).

    Tabla 1. Criterios para la identificacin y clasificacin del maltrato infantilincluidos en el SICMI.

    Clasificacin1.Tipo de maltrato Maltrato fsico

    NegligenciaAbuso SexualMaltrato emocional

    2.Tipo de maltratopredominante

    El tipo de maltrato predominante hace re-ferencia al tipo de maltrato de mayor gra-vedad, frecuencia y cronicidad.

    3.

    Gravedad Muy leveLeveModeradaGraveMuy grave

    4.Frecuencia BajaMediaAlta

    5.Cronicidad LeveModeradaPatrn crnico de maltrato

    6.Estadio de Desarrollo Nacimiento- 6 meses7-11 meses12-17 meses (1-1.5 aos)

    18-36 meses (1.5- 3 aos)37-71 meses (3-5 aos)72-95 meses (6-7 aos)96-131 meses (8-10 aos)132-156 meses (11-13 aos)

    7.Separacin de susfiguras de apego

    Acogimiento familiarAcogimiento residencial

    8.Identidad del maltra-tador

    Madre/Padre biolgicoMadrastra/Padrastro/CuidadoresOtros parientesAmigoPersona desconocida/No se sabe

    En lo que respecta al maltrato emocional, el presente sis-tema de clasificacin, al igual que el Sistema de Clasificacin

    del Maltrato Infantil de Barnett, Manly y Cicchetti (1993),parte del supuesto de que son tres las necesidades emociona-les bsicas a las que los cuidadores que maltratan a los ni-os/as o adolescentes no responden adecuadamente, a sa-ber, las necesidades de proteccin y seguridad psicolgica, deaceptacin y autoestima, y de autonoma personal adecuadapara la edad.

    Versin espaola del Sistema de Evaluacin de la Conducta enNios y Adolescentes (BASC, Gonzlez, Fernndez, Prez ySantamara, 2004). El BASC evala las habilidades adaptati-vas y el ajuste personal y escolar. Esta evaluacin puede rea-lizarse utilizando distintas fuentes de informacin: los padreso cuidadores (BASC-P), el personal docente (BASC-T) y el

    propio sujeto (BASC-S). En lo que se refiere a sus propieda-des psicomtricas, las tres versiones del instrumento (BASC-

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    T, BASC-P y BASC-S) han mostrado una alta consistencia

    interna (el alphade Cronbachde las escalas oscila entre .70 y.90) y una adecuada estabilidad temporal (valor promedio delas medianas = .84; .81 y .76 para el BASC-T, BASC-P yBASC-S, respectivamente) para un intervalo de tiempo detres meses. En cuanto a su dimensionalidad, el BASC-T y elBASC-S incluyen 18 dimensiones, mientras que el BASC-Pintegra 15 dimensiones. Asimismo, se han obtenido eviden-cias de validez de criterio del instrumento (Gonzlez et al.,2004).

    Las habilidades adaptativas hacen referencia a las habili-dades prosociales y organizativas, as como a otras de carc-ter adaptativo del adolescente. Fueron evaluadas a partir dela puntuacin obtenida en la dimensin global de Habilida-des adaptativas del BASC-P y del BASC-T, que se componede las escalas Habilidades sociales y Liderazgo. En la escalaHabilidades sociales destacan los aspectos interpersonales dela adaptacin social. Ejemplos de tales conductas son: admi-tir errores, felicitar a otros, animar a otros, ofrecer ayuda, ini-ciar conversaciones adecuadamente y decir por favor ygracias. La escala Liderazgo evala una serie de competen-cias relacionadas con la buena adaptacin a la comunidad y ala escuela. Algunos de los elementos de la escala estn muyrelacionados con las habilidades sociales y otros se refieren ahabilidades cognitivas implicadas en la solucin de proble-mas, tales como tener muchas ideas, hacer buenas sugeren-cias y tomar decisiones fcilmente.

    Una puntuacin T igual o inferior a 30 refleja muy bajas

    habilidades adaptativas, entre 31-40 se consideran bajas habi-lidades, entre 41-59 adecuadas habilidades adaptativas, entre60-69 altas habilidades adaptativas y una puntuacin igual osuperior a 70 indica unas habilidades adaptativas muy altas.

    El ajuste personal se define como el conjunto de estrate-gias de afrontamiento y de apoyo familiar y social del joven.Fue determinado a partir de la puntuacin T obtenida en ladimensin global de Ajuste personal del BASC-S que constade las escalas Relaciones interpersonales, Relaciones con lospadres, Confianza en s mismo y Autoestima. La escala Rela-ciones interpersonales mide el nivel de xito y el grado de sa-tisfaccin que tiene el adolescente en las relaciones con losdems, mientras que la escala Relaciones con los padres ex-

    amina la percepcin del individuo sobre su importancia en lafamilia, la relacin con sus padres y la confianza e inters delos padres hacia l. La escala Confianza en s mismo evala laconfianza en la propia capacidad para resolver problemas yla seguridad para tomar decisiones. Por ltimo, la escala Au-toestima evala la satisfaccin del adolescente consigo mis-mo, tanto respecto a sus caractersticas fsicas como a otrasms generales.

    Una puntuacin T igual o superior a 70 refleja un ajustepersonal muy alto, entre 60-69 se considera que posee un al-to ajuste personal, entre 41-59 un adecuado ajuste personal,entre 31-40 un bajo ajuste personal y una puntuacin igual oinferior a 30 indica un ajuste personal muy bajo

    El desajuste escolar hace referencia a la falta de adapta-cin del joven en el colegio as como a las dificultades

    acadmicas, que incluyen problemas de motivacin, aten-

    cin, aprendizaje y cognicin. El nivel de desajuste escolarfue determinado a partir de la puntuacin T obtenida en ladimensin global de Problemas escolares del BASC-T, quese compone de las escalas Problemas de atencin y Proble-mas de aprendizaje, y en la Dimensin global Desajuste es-colar del BASC-S, que se compone de las escalas Actitud ne-gativa hacia el colegio, Actitud negativa hacia los profesoresy Bsqueda de sensaciones. La escala Problemas de atencinevala la incapacidad para mantener la atencin y la tenden-cia a distraerse fcilmente. La escala Problemas de aprendiza-je recoge informacin de los profesores sobre diversos mbi-tos educativos tales como la lectura, la escritura y las ma-temticas con el objetivo de detectar dificultades de aprendi-zaje y de bajo rendimiento. La escala Actitud negativa haciala escuela refleja la opinin general que tiene el adolescentesobre la utilidad del colegio as como a su nivel de satisfac-cin en cuestiones relacionadas con el mbito escolar. La es-cala Actitud negativa hacia los profesores permite examinarsi el sujeto percibe que los profesores son injustos, no le pre-stan atencin, le exigen demasiado o estn desmotivados pa-ra ayudarle. Por ltimo, la escala Bsqueda de sensacionesevala la necesidad de sensaciones y experiencias variadas,nuevas y complejas y el deseo de asumir riesgos fsicos y so-ciales por tales experiencias.

    Una puntuacin T igual o superior a 70 refleja un des-ajuste escolar muy alto, entre 60-69 indica un alto desajusteescolar, entre 41-59 un adecuado ajuste escolar, entre 31-40

    alto ajuste escolar y una puntuacin igual o inferior a 30 re-fleja un ajuste escolar muy alto.

    Procedimiento

    La investigacin se desarroll en tres fases. La primerafase se centr en la administracin de los instrumentos y enla recogida de datos de los jvenes en situacin de acogi-miento residencial. En una segunda y tercera fase, se hizo lopropio con los adolescentes que se encontraban en situacinde riesgo y con los jvenes que no estaban en situacin dedesproteccin infantil, respectivamente.

    En la primera de ellas, tras obtener el consentimiento

    tanto por parte de los Servicios de Proteccin Infantil comopor parte de los jvenes para llevar a cabo el estudio, se tuvoacceso al archivo de expedientes del Departamento de In-fancia de las instituciones colaboradoras (Diputacin Foralde Guipzcoa, Diputacin Foral de lava y Ayuntamientode Vitoria). Una vez confirmados los criterios de inclusin(tener una edad entre 13 y 18 aos, haber sufrido maltratoantes de los 13 aos y permanecer en situacin de acogi-miento residencial) y de exclusin (ser un menor extranjerono acompaado o no tener capacidad cognitiva suficientepara poder completar los cuestionarios) que se haban esta-blecido, se llev a cabo la lectura y el anlisis de los expe-dientes abiertos de los jvenes seleccionados y se aplic el

    SICMI. Tras recoger la informacin de cada caso, se proce-

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    di a administrar las pruebas de evaluacin a los jvenes, a

    los educadores de referencia y a los tutores escolares.La segunda fase se llev a cabo mediante un procedi-miento similar, con la diferencia de que en este caso se contcon la colaboracin de los Departamentos de Infancia delAyuntamiento de Vitoria y San Sebastin y de los padres bio-lgicos. Adems, los adolescentes deban cumplir con los cri-terios de tener una edad entre 13 y 18 aos, haber sufridomaltrato antes de los 13 aos y estar en situacin de riesgode desamparo. Una vez recogida la informacin de cada ca-so, se procedi a administrar a los jvenes, a uno de sus pro-genitores y a su tutor escolar las pruebas de evaluacin co-rrespondientes.

    Por ltimo, en una tercera fase, solicitamos a dos centrosescolares pblicos su colaboracin para disponer de un gru-po de jvenes que no estuvieran en situacin de desprotec-cin como criterio de control. La seleccin de los jvenes sellev a cabo a travs de un estudio exhaustivo de cada unode ellos en el que se mantuvieron entrevistas con los orien-tadores del centro, descartndose cualquier caso sobre el queexistiera la ms mnima sospecha de haber experimentadomaltrato antes de los 13 aos. Una vez obtenido el consen-timiento de los centros escolares y de los padres de los parti-cipantes, y comprobado que los sujetos no haban sufridomaltrato, procedimos a administrar las pruebas de evaluacina los jvenes, padres y profesores, respectivamente, siguien-do el mismo procedimiento que en los casos anteriores.

    Resultados

    Los anlisis de datos que se realizaron a fin de responder alos objetivos planteados fueron llevados a cabo con el soft-ware SPSS (V.18.0.).

    Categorizacin de la experiencia maltratante a partirdel SICMI

    La experiencia maltratante de los jvenes que se encon-traban en situacin de acogimiento residencial se caracteriza-ba por una alta coocurrencia de diferentes tipos de maltrato(88.4%), siendo el maltrato emocional (87%) y la negligencia

    infantil (82.6%) los tipos de mayor incidencia. Si tomamoscomo referencia el tipo de maltrato predominante, es decir,el maltrato de mayor gravedad, frecuencia y cronicidad, elmaltrato emocional (60.9%) se revel como el ms frecuente.Cabe sealar que en la mayora de los casos la experienciamaltratante haba sido grave (88.4%), no existiendo ningncaso considerado como leve. Adems, dicha experiencia secaracterizaba por un patrn crnico de maltrato (79.7%), unaelevada frecuencia de maltrato (95.7%), un maltrato ejercidopor los padres biolgicos (73.9%), y una victimizacin enms de una etapa del desarrollo (82.6%).

    Con respecto a los adolescentes en situacin de riesgo, lamayora tambin haba experimentado la coocurrencia de di-

    ferentes tipos de maltrato (81.3%). El maltrato emocional erael de mayor incidencia (84%), seguido de la negligencia

    (77.3%), el maltrato fsico (28%) y el abuso sexual (5.3%). El

    tipo de maltrato predominante fue, una vez ms, el maltratoemocional (62.7%), al que siguieron la negligencia (36%) y,en menor proporcin, el maltrato fsico (1.3%), no siendo enningn caso el abuso sexual el tipo de maltrato predominan-te. A diferencia de los casos que se encontraban en situacinde acogimiento residencial, la mayora de los casos en situa-cin de riesgo haban sido valorados como de gravedad leveo moderada (77.3%), aunque exista un considerable nmerode casos valorados como graves (22.7%). En lo que se refierea la cronicidad, la mayora de los casos haban sufrido unpatrn crnico de maltrato (62.7%). Adems, en el 53.3% delos casos el maltrato haba tenido lugar en la etapa infantil.En todos los casos, los padres biolgicos haban sido losmaltratadores, en el 52% de los casos el maltrato se habaproducido en ms de una etapa del desarrollo y en un 14.7%los menores haban sido objeto de separacin de los padresbiolgicos.

    Influencia de la situacin de desproteccin infantilsobre las habilidades adaptativas

    Con el objetivo de examinar si la situacin de desprotec-cin ejerca influencia sobre las habilidades adaptativas, sellev a cabo un anlisis multivariante de la varianza, en el quese tom la situacin de desproteccin como variable predic-tora y las habilidades adaptativas observadas por los profeso-res y por los padres o cuidadores, medidas a travs del

    BASC-T y BASC-P, respectivamente, como variables crite-rio.

    En la Tabla 2 se presentan las puntuaciones medias y lasdesviaciones tpicas en las habilidades adaptativas de los suje-tos observadas por los profesores y padres o cuidadores encada una de las situaciones de desproteccin infantil.

    Tabla 2. Puntuaciones medias y desviaciones tpicas de los sujetos en lashabilidades adaptativas observadas por los profesores y padres o cuidadoresen cada una de las categoras de desproteccin infantil.Habilidadesadaptativas

    Situacin dedesproteccin

    M DT

    Habilidades adaptativasobservadas por los Padres

    o cuidadores (Basc P)

    No se encuentra en situa-cin de desproteccin

    51.63 9.71

    Acogimiento residencial 38.64 10.29Situacin de riesgo 41.14 10.85

    Habilidades Adaptativasobservadas por los profe-sores (Basc T)

    No se encuentra en situa-cin de desproteccin

    53.44 10.23

    Acogimiento residencial 45.51 9.29Situacin de riesgo 44.43 8.99

    Los resultados pusieron de manifiesto que la situacin dedesproteccin ejerca una influencia estadsticamente signifi-cativa sobre las habilidades adaptativas observadas por lospadres o cuidadores, F(2,208) = 8.712;p= .0001, aunque nosobre las habilidades adaptativas observadas por los profeso-res. Tal y como se esperaba, las comparaciones mltiples aposteriori llevadas a cabo mediante la prueba de Tukey mos-

    traron que, en el caso de las habilidades adaptativas observa-das por los padres o cuidadores, existan diferencias estads-

  • 7/25/2019 Ajuste Social y Escolar de Jovenes Victimas de Maltrato Infantil

    6/11

    202 Alexander Muela et al.

    ticamente significativas entre los adolescentes que no se en-

    contraban en situacin de desproteccin y los que se encon-traban tanto en acogimiento residencial como en situacinde riesgo (p= .0001 en ambas comparaciones). A su vez, lostamaos del efecto asociados a tales diferencias de mediasfueron de gran magnitud tanto en lo que respecta a la prime-ra comparacin (gde Hedges No desproteccin-Acogimiento residencial= 1.28), como en lo referente a la segunda (gde Hedges Nodesproteccin-Riesgo= 1.04). Sin embargo, en contra de lo espe-rado, no se encontraron diferencias estadsticamente signifi-cativas entre los adolescentes que se hallaban en acogimientoresidencial y los que se encontraban en situacin de riesgo.En este caso, el tamao del efecto asociado a esa diferenciade medias fue de escasa magnitud (gde Hedges Acogimiento resi-dencial-Riesgo= 0.25).

    Por otra parte, aunque no se encontraron diferencias es-tadsticamente significativas en las habilidades adaptativasobservadas por los profesores en funcin de la situacin dedesproteccin, la reducida potencia de la prueba estadsticanos llev a tomar como referencia un ndice alternativo a laprueba de significacin, como es el tamao del efecto (Ba-lluerka, Gmez e Hidalgo, 2005; Balluerka, Vergara y Arnau,2009). El tamao del efecto asociada a la diferencia de me-dias fue de gran magnitud tanto en lo que respecta a la com-paracin entre los adolescentes que no se encontraban en si-tuacin de desproteccin y los que se hallaban en acogi-miento residencial (gde Hedges

    No desproteccin-Acogimiento residen-cial = 0.83), como a la comparacin entre los adolescentesque no se encontraban en situacin de desproteccin y losque se hallaban en situacin de riesgo (gde Hedges No despro-teccin-Riesgo= 0.94). Por otra parte, el tamao del efecto aso-ciado a la diferencia entre los adolescentes que se hallaban enacogimiento residencial y los que estaban en situacin deriesgo (g de Hedges Acogimiento residencial-Riesgo= 0.11) fue pe-queo.

    Influencia de la situacin de desproteccin en elajuste personal del sujeto

    A fin de examinar si la situacin de desproteccin ejercainfluencia sobre el ajuste personal, se llev a cabo un anlisisunivariante de la varianza, en el que se tom la situacin dedesproteccin como variable predictora y el ajuste personal,medido a travs del BASC-S, como variable criterio.

    En la Tabla 3 se presentan las puntuaciones medias y lasdesviaciones tpicas en el ajuste personal observado por elpropio sujeto en cada una de las situaciones de desprotec-cin infantil.

    De acuerdo con nuestras expectativas, los resultadosmostraron que existan diferencias estadsticamente significa-tivas en el ajuste personal de los sujetos en funcin de la si-tuacin de desproteccin a la que haban sido sometidos, F(2,263) = 4.355;p= .014. Tal y como caba esperar, las com-paraciones mltiples entre pares de medias llevadas a cabo

    mediante la prueba de Tukey revelaron que existan diferen-

    cias estadsticamente significativas tanto entre los sujetos queno estaban en una situacin de desproteccin y los que seencontraban bajo una medida de proteccin de acogimientoresidencial (p= .0001), como entre los sujetos que no esta-ban en una situacin de desproteccin y los que se encontra-ban en situacin de riesgo (p= .0001), siendo el ajuste per-sonal en estos dos ltimos casos menor que en el primero.Asimismo, no existan diferencias entre los dos grupos de su-jetos vctimas de maltrato infantil. De acuerdo con tales re-sultados, el tamao del efecto asociado tanto a la primera (gde Hedges No desproteccin-Acogimiento residencial= 1.21) como a lasegunda (g de Hedges No desproteccin-Riesgo= 1.11) compara-cin de medias fue de gran magnitud, mientras que el aso-

    ciado a la comparacin entre los dos grupos de sujetos quehaban sido objeto de maltrato en su infancia fue de escasamagnitud (gde Hedges Acogimiento residencial-Riesgo= 0.10).

    Tabla 3. Puntuaciones medias y desviaciones tpicas en el ajuste personalpercibido por el propio sujeto en cada una de las situaciones de desprotec-cin infantil.Ajuste personal Situacin de desproteccin M DTAjuste personal(Basc S)

    No se encuentra en situacinde desproteccin

    52.66 7.57

    Acogimiento residencial 41.25 12.53Situacin de riesgo 42.17 11.87

    Influencia de la situacin de desproteccin infantilsobre el desajuste escolar

    Con el propsito de examinar si la situacin de despro-teccin ejerca influencia sobre el desajuste escolar, se llev acabo un anlisis multivariante de la varianza, en el que setomaron la situacin de desproteccin como variable predic-tora y el desajuste escolar observado por el propio sujeto ypor los profesores, medido a travs del BASC-S y BASC-T,respectivamente, como variables criterio.

    En la Tabla 4 se presentan las puntuaciones medias y lasdesviaciones tpicas en el desajuste escolar observado por elpropio sujeto y por los profesores en cada una de las situa-ciones de desproteccin infantil.

    Tabla 4. Puntuaciones medias y desviaciones tpicas en el desajuste escolarpercibido por el propio sujeto y por los profesores en cada una de las cate-goras de desproteccin infantil.Desajuste escolar Situacin de desproteccin M DTDesajuste escolarObservado por elpropio sujeto(Basc S)

    No se encuentra en situacin dedesproteccin

    52.59 11.57

    Acogimiento residencial 53.28 13.1Situacin de riesgo 58.04 10.77

    Desajuste escolarObservado por losprofesores(Basc T)

    No se encuentra en situacin dedesproteccin

    46.23 8.94

    Acogimiento residencial 59.94 10.99Situacin de riesgo 59.30 9.97

    De acuerdo a lo esperable, los resultados revelaron que lasituacin de desproteccin ejerca una influencia estadstica-

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    7/11

    Ajuste social y escolar de jvenes vctimas de maltrato infantil en situacin de acogimiento residencial 203

    mente significativa tanto sobre el desajuste escolar observa-

    do por el propio sujeto, F(2,241) = 3.282; p= .039, comosobre el observado por los profesores, F(2,241) = 12.081;p= .0001. Las comparaciones mltiples a posteriori llevadas acabo mediante la prueba de Tukey mostraron que en el casodel desajuste escolar observado por el propio sujeto, existandiferencias estadsticamente significativas entre los adoles-centes que no se encontraban en situacin de desprotecciny los que se encontraban en situacin de riesgo (p= .009). Eltamao del efecto asociado a la diferencia de medias fue demagnitud moderada (gde Hedges No desproteccin-Riesgo= 0.47).Sin embargo, en contra de lo esperado, no se encontraron di-ferencias estadsticamente significativas entre los adolescen-tes que no se encontraban en una situacin de desproteccin

    y los que se hallaban en acogimiento residencial, ni entre losjvenes que se hallaban en acogimiento residencial y los quese encontraban en situacin de riesgo. De acuerdo con elprimer resultado, el tamao del efecto asociado a la diferen-cia de medias entre los jvenes que no se encontraban en si-tuacin de desproteccin y los que se encontraban en situa-cin de acogimiento residencial fue de escasa magnitud (gdeHedges No desproteccin-Acogimiento residencial= 0.06). No obstante,el tamao del efecto asociado a la diferencia de medias entrelos jvenes que se encontraban en situacin de acogimientoresidencial y los que se encontraban en situacin de riesgofue algo mayor (gde Hedges Acogimiento residencial-Riesgo= 0.41).

    En lo que se refiere al desajuste escolar observado por

    los profesores, las comparaciones mltiples a posteriori lle-vadas a cabo mediante la prueba de Tukey mostraron, tal ycomo caba esperar, que existan diferencias estadsticamentesignificativas entre los adolescentes que no se encontrabanen situacin de desproteccin y los que se encontraban tantoen acogimiento residencial como en situacin de riesgo (p=.0001 en ambas comparaciones). Sin embargo, en contra delo esperado, no existan diferencias estadsticamente signifi-cativas entre los dos grupos de sujetos vctimas de maltratoinfantil. De acuerdo con tales resultados, el tamao del efec-to asociado tanto a la primera (g de Hedges No desproteccin-Acogimiento residencial= 1.45) como a la segunda (gde Hedges Nodesproteccin-Riesgo= 1.38) comparacin de medias fue de gran

    magnitud, mientras que el asociado a la comparacin entrelos dos grupos de sujetos que haban sido objeto de maltratoen su infancia fue de escasa magnitud (gde Hedges Acogimientoresidencial-Riesgo= 0.07).

    Discusin

    El objetivo de la presente investigacin consista en exami-nar las habilidades adaptativas y el ajuste personal y escolarde los jvenes que haban sufrido maltrato en la infancia, quehaban sido separados de su familia biolgica y que actual-mente se encuentran en acogimiento residencial. Adems,

    pretendamos analizar si existan diferencias entre los sujetossometidos a distintas situaciones de desproteccin infantil,

    as como entre stos y los adolescentes que no han sido

    vctimas de maltrato en la infancia.Los resultados pusieron de manifiesto que los jvenes ensituacin de acogimiento residencial muestran dificultades deadaptacin social y escolar. Adems, en comparacin con losjvenes que no han sufrido maltrato, presentan mayores difi-cultades en dichas reas. Es decir, muestran menores estrate-gias de afrontamiento, disponen de un menor apoyo familiary social, y presentan dificultades acadmicas que incluyenproblemas de motivacin, atencin, aprendizaje y cognicin.Tambin se observaron menores habilidades prosociales yorganizativas en este colectivo. As pues, estos resultados co-inciden con los de otras investigaciones recientes que hanencontrado problemas similares tanto en nios como enadolescentes (Attar-Schwartz, 2009; Bravo y Del Valle, 2001;Lzaro y Lpez, 2010; Martn et al, 2008; Moreno et al.,2010).

    Concretamente, en lo que respecta a las habilidades adap-tativas, tanto los educadores de referencia del centro resi-dencial como los profesores consideran que los jvenes enacogimiento residencial muestran menos habilidades socialesy liderazgo para interactuar satisfactoriamente con los igualesy los adultos en los mbitos del hogar, de la escuela y de lacomunidad. Tambin, al igual que en otras investigaciones(Bravo y Del Valle, 2001; Lzaro y Lpez, 2010), se ha en-contrado que estos jvenes se perciben a s mismos con unpeor ajuste personal caracterizado por un dficit en las estra-tegias de afrontamiento y de apoyo familiar y social. El joven

    acogido percibe que tiene menos xito y muestra un menorgrado de satisfaccin en las relaciones con los dems, entrelas que se encuentran las relaciones con su familia biolgica.Adems, presenta una menor confianza en s mismo para re-solver problemas y menos seguridad para tomar decisiones,as como una menor autoestima.

    Por ltimo, en lo que se refiere al ajuste escolar, deacuerdo con los resultados obtenidos en diversos trabajosllevados a cabo con menores en situacin de acogimiento re-sidencial (Bravo y Del Valle, 2001; Martin et al., 2008; Vorriaet al., 1998), los profesores consideran que los jvenes bajoesta medida de proteccin, en comparacin con los que nose encuentran en situacin de desproteccin, presentan ma-

    yores problemas de atencin y de aprendizaje. Sin embargo,en la valoracin que el propio joven hace sobre su adapta-cin escolar, no se observan grandes diferencias entre amboscolectivos. A diferencia de lo que observaron Moreno et al.(2010), los adolescentes de nuestro estudio no presentan sen-timientos de alienacin, hostilidad e insatisfaccin respectodel colegio. Tampoco manifiestan sentimientos de resenti-miento y antipata hacia los profesores, ni consideran questos son injustos, no les prestan atencin o les exigen dema-siado. No obstante, s se ha observado que los jvenes enacogimiento residencial muestran una mayor tendencia a labsqueda de sensaciones, es decir, una tendencia a asumirriesgos, lo que puede estar relacionado con problemas de

    conducta en el colegio.

  • 7/25/2019 Ajuste Social y Escolar de Jovenes Victimas de Maltrato Infantil

    8/11

    204 Alexander Muela et al.

    Estos resultados nos llevan a concluir que los jvenes

    que se encuentran en acogimiento residencial son una pobla-cin especialmente propensa a presentar un pobre ajuste so-cial y escolar, lo que exige una atencin especializada en di-chas reas del desarrollo. Consideramos que los sistemas deproteccin a la infancia, el sistema escolar, los propios pro-gramas individualizados de los centros residenciales y la co-munidad en su conjunto deberan garantizar la adecuada in-tegracin social y escolar del joven acogido. Algunos autorescomo Martin et al. (2008) han sealado que es posible quelos sistemas de proteccin a la infancia hayan priorizado laintervencin teraputica frente a los objetivos escolares.Adems, hemos de tener en cuenta que actualmente, segndatos obtenidos en el Reino Unido, menos de un 6% de laspersonas que pasan por algn sistema de proteccin a la in-fancia llega a cursar estudios universitarios (Casas y Montse-rrat, 2009) y que, en gran medida, los jvenes que pasan porlos centros residenciales tienden a presentar dificultades deajuste psicosocial en la edad adulta (Dixon, 2008; Kendrick,2005), lo que incrementa la probabilidad de caer en la margi-nacin, la exclusin social y la dependencia de los ServiciosSociales.

    En consecuencia, las polticas sociales deberan poner adisposicin de estos jvenes recursos suficientes para preve-nir el fracaso escolar y garantizar una educacin superior, ascomo recursos personales de carcter psicosocial para que,una vez finalizada su estancia en las residencias, hayan des-arrollado estrategias sociales y personales que les permitan

    adaptarse a la sociedad. No olvidemos, adems, que la ma-yora de estos jvenes, a diferencia de sus iguales, una vez al-canzada la mayora de edad, han de hacer frente a su eman-cipacin con escasos apoyos familiares y sociales, lo que re-quiere disponer de habilidades sociales.

    Por otra parte, tal y como se ha sealado anteriormente,en el presente estudio se han examinado las diferencias exis-tentes entre el grupo de participantes que haba sido objetode maltrato en la niez y permaneca en rgimen de acogi-miento residencial y el grupo que haba sido vctima de mal-trato infantil y se encontraba en situacin de riesgo. Talcomparacin se considera de especial relevancia dado que lalegislacin actual en materia de proteccin infantil y la distri-

    bucin de competencias correspondiente en la ComunidadAutnoma del Pas Vasco entre los servicios de atencin a lainfancia municipales y forales, distinguen niveles diferentesde intervencin en funcin de la gravedad de los casos. As,la declaracin de una situacin de desamparo en los casosms graves tiene como consecuencia la asuncin de la tuteladel menor por parte de la entidad foral competente y laadopcin de una medida de proteccin que implica la sepa-racin del nio de su familia biolgica (en acogimiento resi-dencial o acogimiento familiar). En cambio, los casos demaltrato evaluados como leves o moderados, son consi-derados como casos en situacin de riesgo de desamparo y laintervencin que reciben corre a cargo de los Servicios So-

    ciales municipales, estando orientada a paliar dicho riesgo, deforma que sea posible evitar una separacin del menor de su

    familia actual. En contra de lo esperado, no se han encontra-

    do diferencias entre los dos grupos citados en las habilidadesadaptativas, ajuste personal y escolar. De este resultado pare-ce derivarse la necesidad de realizar una profunda reflexinen torno a las estrategias y recursos para la deteccin y valo-racin de las situaciones de maltrato infantil, ya que los me-nores en situacin de riesgo muestran el mismo patrn quepresenta el grupo de menores maltratados que se encuentranen rgimen de acogimiento residencial en habilidades adapta-tivas, ajuste personal y desajuste escolar, cuando, en teora,este ltimo colectivo ha sido objeto de una mayor despro-teccin y privaciones ms profundas y tempranas.

    Teniendo en cuenta este resultado, cabe pensar que quizestemos asistiendo a un dficit en la atencin a casos de ries-go de desamparo que, si bien en un momento dado son va-lorados como de gravedad leve o moderada, debido a la si-tuacin de desproteccin, tienden a cronificarse y pueden su-frir un incremento en la gravedad con el paso del tiempo.Ante esta situacin, es posible que desde los Servicios Socia-les de Base se estn promoviendo intervenciones que noresponden adecuadamente a las consecuencias de la expe-riencia de desproteccin que estn experimentando estosmenores.

    Por otra parte, de los resultados tambin se puede dedu-cir que la medida de separacin y la atencin que se procuraa los menores en acogimiento residencial no es suficiente pa-ra paliar las consecuencias negativas que para el desarrollosupone la experiencia de maltrato infantil y/o la propia sepa-

    racin del menor de su entorno familiar.Asimismo, es posible concluir que, independientemente

    de la medida de proteccin adoptada, ser vctima de malostratos en la infancia tiene consecuencias muy negativas parael adecuado ajuste psicosocial. Los datos obtenidos coinci-den con los resultados de otras investigaciones en las que seha constatado que los nios que han sufrido maltrato en lainfancia muestran importantes problemas en la adolescencia,tales como consumo de drogas y alcohol, fracaso escolar, di-ficultades en la socializacin, diversos problemas de conduc-ta y un mayor riesgo de desarrollar trastornos de la persona-lidad (Evans, Hawton y Rodham, 2005; Muela, 2008; Shaf-fer, Huston y Egeland, 2008; Turner, Finkelhor y Ormrod,

    2006). Adems, de acuerdo con nuestros resultados, distintosestudios han puesto de manifiesto que los adolescentes mal-tratados, en comparacin con los no maltratados, presentanmayores dificultades en las variables citadas (Lansford et al.2002; Malinosky-Rummell y Hansen, 1993).

    Estos datos avalan el argumento de varios autores (At-tar-Schwartz, 2009; Casas y Montserrat, 2009) que afirmanque los jvenes que estn o han estado en algn sistema deproteccin a la infancia se encuentran en riesgo de exclusinsocial, situacin que, tal y como afirman Casas y Montserrat(2009), rene, en Espaa, todas las caractersticas de un pro-blema social no legitimado. En lnea con este argumento, sepodra decir que los sistemas educativos, independientemen-

    te de la medida de proteccin adoptada, no reconocen an alos jvenes vctimas de maltrato como un conjunto de la po-

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    Ajuste social y escolar de jvenes vctimas de maltrato infantil en situacin de acogimiento residencial 205

    blacin escolar con necesidades especiales. Por lo tanto, es

    necesario activar programas especializados con la poblacinmaltratada para garantizar una mejor adaptacin escolar. Porotra parte, unido a esta necesidad, consideramos tambinoportuno potenciar intervenciones dirigidas a mejorar las ca-pacidades de ajuste social de estos jvenes. El desarrollo desus capacidades resulta clave para incrementar la probabili-dad de xito social y profesional, es decir, un ajuste personalms satisfactorio y ms adaptado a su comunidad. En defini-tiva, en un sentido amplio, pensamos que el bienestar inte-gral de los menores que son objeto de la atencin de los Ser-vicios de Proteccin Infantil sigue siendo una asignaturapendiente (Sullivan y van Zyl, 2008).

    No queremos finalizar el trabajo sin sealar algunas desus limitaciones. En primer lugar, hemos de decir que los re-sultados aqu obtenidos tendran mayor validez externa si sereplicaran con muestras ms amplias de sujetos. No obstan-te, resulta muy complicado llevar a cabo un estudio de estascaractersticas con jvenes vctimas de maltrato que se en-cuentran bajo diferentes medidas protectoras. El acceso a es-tos participantes se plantea cada vez ms difcil puesto que elnivel de participacin suele ser escaso y conseguir la colabo-racin de las instituciones no est exento de dificultades.Adems, si ya es difcil obtener la cooperacin de los partici-pantes, debido a aspectos legales relacionados con la Ley deProteccin de Datos, y a pesar del escrupuloso tratamientode estos datos por parte de los investigadores, es muy com-plicado tener acceso a los expedientes de los menores en si-

    tuacin de desproteccin. Si a esto le aadimos la necesaria

    colaboracin de los educadores, el personal docente y lospadres de los menores, el estudio queda an mucho ms li-mitado pues existe un gran riesgo de mortandad experimen-tal, tal y como ha sucedido en nuestro estudio.

    En segundo lugar, sera interesante abordar este objetode estudio mediante un diseo longitudinal que permitiese elseguimiento de los mismos sujetos vctimas de maltrato des-de la infancia, pasando por la edad escolar, la adolescenciatemprana y la adolescencia tarda. Esto posibilitara obteneruna informacin precisa acerca de la evolucin en las habili-dades adaptativas, el ajuste personal y el desajuste escolar.Adems, en caso de que el menor fuera separado de su con-texto familiar, se podra obtener informacin antes de la se-paracin, despus de la misma y durante el tiempo en el quese encontrase bajo una medida de proteccin separado de sufamilia biolgica, o incluso ms all, si se diera el caso de re-torno con su familia de origen.

    Por ltimo, consideramos que para profundizar en el es-tudio de las habilidades adaptativas y el ajuste personal y es-colar en jvenes vctimas de maltrato infantil, adems de lasmuestras estudiadas, deberan examinarse otros colectivosque cumplan el criterio de haber sido vctimas de maltratoinfantil antes de los 13 aos, como, por ejemplo, adolescen-tes vctimas de maltrato infantil en rgimen de acogimientofamiliar, menores extranjeros no acompaados en situacinde acogimiento residencial y jvenes infractores con medidaprotectora.

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    (Artculo recibido: 7-4-2011, revisado: 31-08-2011, aceptado: 19-02-2012)

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  • 7/25/2019 Ajuste Social y Escolar de Jovenes Victimas de Maltrato Infantil

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