Algunos Conceptos Complementarios de Pierre Marty

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Algunos Conceptos Complementarios de Pierre Martypor: Lic. Leandro M. Sánchez

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  • ALGUNOS CONCEPTOS COMPLEMENTARIOS - P MARTY

    Lic. Leandro M. Snchez

    La obra de Pierre Marty se extiende a lo largo de cuarenta y cinco aos y a

    travs de un centenar de trabajos. Se inscribe en una aventura cientfica que ha

    marcado profundamente a la Sociedad Psicoanaltica de Pars, en la segunda mitad del

    siglo XX, con la creacin y el desarrollo de un nuevo campo terico-clnico, la

    psicosomtica. En cuanto a su obra escrita, se impone una aclaracin: en la primera

    mitad de su elaboracin, hasta casi la dcada de 1970, gran parte de sus trabajos

    fueron realizados conjuntamente con otros miembros de la Escuela de Pars: Michel

    Fain, Michel de M'Uzan y Christian David, en particular.

    Es til mencionar algunos de los hechos ms significativos que han marcado sus ltimos

    aos:

    + En 1972, la creacin del Instituto de Psicosomtica, con sus compaeros de

    ruta en esos momentos; Michel Fain, Michel de M'Uzan y Christian David.

    + Luego, en 1978, la inauguracin del Hospital de Psicosomtica, de la Poterne

    des Peupliers, llamado hoy Hospital Pierre Marty;

    + La elaboracin de una clasificacin psicosomtica, que significa la puesta en

    forma de la nosografa econmica y cuyo fin es servir de instrumento para trabajos de

    investigacin especfica en el campo de la psicosomtica.

    + La elaboracin de una prctica de los tratamientos psicoteraputicos de pacientes

    somticos, que representa el resultado de toda la construccin terico-clnica.

    ***** *****

    La investigacin y estudio de P. Marty sobre las enfermedades psicosomticas

    conducir a la definicin de un nuevo modelo, en el cual los dos parmetros

    fundamentales paralelos son:

    El borramiento del trabajo mental sostenido, por una desaparicin de la libido, y

    la puesta en marcha de la regresin hacia un dinamismo de las funciones somticas.

    ********

    El siguiente texto es una seleccin de algunos fragmentos de la conferencia que en el ao

    1991 presidio P. Marty en Argentina

  • Conferencia presentada en el Primer Symposium Argentino-Francs de Medicina

    Psicosomtica, Academia Nacional de Medicina, Buenos Aires (Argentina), julio de

    1991. P. Marty

    Los movimientos de nuestra vida parecen estar dominados por dos conjuntos de

    principios.

    El primer conjunto est constituido por el principio de las organizaciones

    funcionales que se efectan durante el desarrollo individual. Este principio se

    completa con el principio de las desorganizaciones funcionales que, tarde o tem-

    prano, nos conduce a la muerte.

    El segundo conjunto est constituido, a su vez, por los principios de las fijaciones

    y las regresiones. Las fijaciones otorgan valores privilegiados a ciertos sistemas

    funcionales establecidos durante el desarrollo del sujeto. Las regresiones

    consisten en el retorno posterior y tardo a los sistemas funcionales

    primeramente fijados cuando se producen movimientos de desorganizaciones

    limitados. En efecto, gracias al privilegio de las fijaciones, las desorganizaciones

    se apoyan en las regresiones que permiten as una reorganizacin vital en los

    sujetos involucrados.

    1. Organizaciones y desorganizaciones

    La organizacin individual se realiza segn cierto programa general que obedece, a la

    vez, a la evolucin de la especie humana y a los factores tnicos implicados en ella. Esto

    se realiza tambin segn un programa particular, con sus huellas hereditarias y

    genticas. Depende, adems, de las condiciones de vida intrauterina y, despus del

    nacimiento, de los primeros contactos, en primer lugar con la madre y luego con otros

    personajes del entorno. Tambin se deben tener presentes las condiciones materiales

    de la existencia.

    Prcticamente la organizacin individual se produce desde cierto nmero de funciones

    dispersas, sin mayores nexos entre ellas, conjunto que he denominado: el mosaico

    original. Un ejemplo de este mosaico se puede observar en los bebs prematuros, en

    quienes los especialistas deben sostener, al mismo tiempo, una docena de diferentes

    funciones elementales hasta que la autonoma respiratoria indique la existencia de un

    nivel de mayor organizacin del beb que permita su salida de la incubadora.

    Este ejemplo ilustra el principio de la organizacin individual que se funda en el

    agrupamiento de funciones y la jerarquizacin entre esas funciones. Tales mecanismos

    operan durante todo el desarrollo.

    Los diferentes sistemas funcionales instalados sucesivamente y diferentes unos de

    otros cubren campos jerrquicos cada vez ms amplios hasta alcanzar la organizacin

  • individual final, que nos permite distinguir a los sujetos entre s, en sus diversos niveles

    tanto somticos como psquicos.

    El desarrollo individual es una mezcla de auto-organizaciones y de organizaciones en

    relacin con el medio exterior. Ya he sealado la funcin organizadora de la madre, sin

    duda la ms importante.

    Aunque cierto programa mental general parece existir desde el comienzo (me refiero

    aqu a las fantasas originarias de Freud), el desarrollo individual parte globalmente

    de lo somtico para dirigirse progresivamente hacia lo psquico. La organizacin

    psquica ocupa, pues, en fin, la cumbre de la jerarqua funcional.

    El pasaje de lo somtico a lo psquico se comprueba ejemplarmente cuando nuestras

    percepciones sensorio-motoras de cosas, luego de palabras, se almacenan bajo la forma

    de representaciones interiores que contienen cargas afectivas diversas, y luego las

    utilizamos en las asociaciones de ideas, indispensables tanto para nuestra vida mental

    como para nuestra vida social. El lugar psquico de las representaciones constituye el

    preconsciente.

    A la inversa de las organizaciones progresivas del desarrollo constituidas por

    agrupamientos y jerarquizaciones sucesivas de funciones, las desorganizaciones,

    igualmente progresivas, son ocasionadas por disociaciones y anarquizaciones funcionales

    sucesivas. Siguiendo el camino inverso, las desorganizaciones parten globalmente de lo

    psquico para alcanzar lo somtico.

    Un sistema funcional no puede soportar un exceso de excitaciones sin desorganizarse.

    Y efectivamente nos ocurre, las ms de las veces, que una enorme carga de

    excitaciones bajo la forma de un traumatismo afectivo desorganice, en primer lugar, los

    estratos ms evolucionados de nuestro aparato mental. Luego se desorganizan los

    sistemas psquicos previamente instalados durante el desarrollo; me refiero al sistema

    de representaciones del preconsciente. Por ltimo, se desorganizan los sistemas

    funcionales somticos.

    2. Fijaciones y regresiones

    Ya les he referido que, desde el comienzo del embrin hasta la organizacin final

    adulta, tanto en los niveles somticos como en los niveles psquicos, el desarrollo indi-

    vidual se realizaba con la aparicin de sistemas funcionales nuevos, partiendo de

    funciones ya establecidas. Esto ocurre dentro de una serie de agrupamientos y

    jerarquizaciones sucesivas de funciones, conforme a un programa a la vez general y, no

    obstante, particular para cada individuo.

    Ahora bien, cuando, en un momento dado del desarrollo, una funcin ya establecida no

    est lista (sea por exceso sea por falta de excitaciones operantes sobre esta funcin)

  • para participar en los sistemas funcionales nuevos, ms evolucionados, ella queda

    entonces marcada.

    Esta marca se produce por la repeticin de las tentativas de integrar los sistemas

    funcionales ms evolucionados y por los fracasos reiterados en esa participacin.

    Justamente llamamos fijaciones a estas idas y vueltas que ocasionan las marcaciones.

    Las fijaciones otorgan un doble valor a las funciones que ellas determinan:

    1. Un valor de vulnerabilidad porque, cuando el exceso de excitaciones en un alto nivel

    evolutivo provoca un movimiento de desorganizacin, estas funciones darn lugar, ms

    fcilmente que otras, a manifestaciones patolgicas que, evidentemente, producirn

    siempre los mismos sntomas.

    2. Un valor de defensa, porque las manifestaciones patolgicas desencadenadas

    constituirn sistemas electivos de resistencia vital que pondrn trmino al movimiento

    de desorganizacin.

    Llamamos regresiones a estos retornos a una patologa defensiva surgida de las

    fijaciones. Existen fijaciones, y posteriormente regresiones que producen afecciones

    sintomticas, en todos los niveles del desarrollo, somtico y mental. Es preciso saber

    que, efectivamente, las fijaciones se encadenan entre s durante todo el perodo de la

    organizacin evolutiva de un sistema funcional, y que cuanto ms tarde se hayan

    producido las fijaciones en la evolucin de ese sistema, ms las correspondientes

    regresiones asegurarn una slida resistencia frente a los movimientos de des-

    organizacin. Es as como, en conjunto, las regresiones mentales tienen un valor de

    resistencia mayor que las regresiones somticas.

    Debemos sealar tambin que los sistemas de fijaciones-regresiones fueron

    descubiertos por Freud durante los anlisis de las neurosis mentales.

    Para concluir este tema sobre fijaciones y regresiones, dar algunos ejemplos de

    patologas regresivas. En el nivel mental, las neurosis mentales constituidas y estables,

    demasiado estables --dicho sea de paso-- para los psicoanalistas que las tratan:

    neurosis de angustia, neurosis fbica, neurosis obsesiva, por ejemplo. En un grado

    menor de estabilidad y de resistencia vital, debo mencionar tambin los rasgos de

    carcter que corresponden a estas neurosis. Adems debo destacar, en el plano

    mental, las psicosis organizadas como otros ejemplos de resistencias regresivas.

    En el nivel somtico, numerosos trastornos son, con frecuencia, de orden regresivo.

    Citar algunos de ellos: raquialgias, colopatas, manifestaciones alrgicas, como asma o

    eczemas, hipertensin arterial esencial, lcera gastroduodenal, y tambin cefalalgias,

    jaquecas, manifestaciones comiciales. Todas estas afecciones tienen en comn que

    estn limitadas al campo funcional, no se complican espontneamente, muestran un

  • carcter repetitivo en un mismo individuo y, en fin, son clsicas tanto en su

    presentacin clnica como en su evolucin. Son las enfermedades frecuentemente

    llamadas a crisis que remiten espontneamente.

    Pero debo llamar la atencin de nuestros colegas sobre el hecho de que cualquiera de

    las afecciones precedentes, regresivas, y por lo tanto a priori resistentes, un da

    pueden ceder en su resistencia. En ese momento corren el riesgo de transformarse en

    el punto de partida de una desorganizacin progresiva o de presentarse como un

    episodio de esta.

    Estaremos preparados para abordar, en fin, el tema principal de mi exposicin despus

    que les diga que cualquier desorganizacin mental desencadenada por un traumatismo

    afectivo provoca un episodio de depresin. La depresin es de duracin breve cuando se

    detiene ante un sistema regresivo mental o somtico, y es prolongada cuando la

    desorganizacin progresa.

    ***** *****

    Piedra angular del proceso psicosomtico

    Recordemos brevemente sus principales rasgos: una falta de expresin afectiva, una ausencia

    de capacidad fantasmtica, un pensamiento calificado de operatorio por su falta de ligaduras

    estructuradas con sus fuentes inconscientes. En fin, destaco la importancia econmica de dos

    vas de descarga de las excitaciones no psquicas: el comportamiento y, por supuesto, la va

    somtica.

    Estas descripciones y anlisis llevan por una parte a elaborar nuevas nociones (como

    pensamiento operatorio), y por otra parte orientan la investigacin psicosomtica en dos

    direcciones:

    *hacia el estudio de la organizacin del inconsciente y de las vicisitudes de la libido y

    *hacia el punto de vista econmico que engloba, ms all de la actividad psquica, toda la serie de

    funciones somticas.

    Entre las condiciones preparatorias o coadyuvantes en la formacin del sntoma

    psicosomtico Pierre Marty destaca tres factores

    1.- Depresin esencial

    2.- Pensamiento operatorio

    3.- Dficit de mentalizacin

  • 1.- DEPRESION ESENCIAL

    Se trata de una depresin en el sentido etimolgico de la palabra, es decir, una baja de

    la presin del tono vital, del tono libidinal para los psicoanalistas.

    En esta depresin no se acompaa, como otras depresiones, de una sintomatologa

    positiva, neurtica o psictica por ejemplo, que permitiera reconocer fcilmente su

    naturaleza. En la depresin esencial debemos salir en busca de lo que falta, por

    ejemplo: falta de deseos, falta de inters en la vida afectiva y social; conductas

    automticas y mecnicas; ausencia de simbolismo y de metforas en el discurso.

    Es cierto que en el curso de una depresin esencial pueden presentarse angustias

    difusas, que son reliquias de los estados de desamparo del beb, pero esas

    manifestaciones son clnicamente diferentes de aquellas que provienen de las

    angustias objetales comunes.

    En las depresiones esenciales del adulto se registran, con frecuencia, antecedentes de

    depresiones de la primera infancia y de la niez, que se han prolongado en una

    depresin latente durante el curso de la vida de los individuos. Debido a una

    sobrecarga de excitaciones, en un momento de la edad adulta se desencadena una

    depresin esencial.

    Por otra parte, uno debe preguntarse si no son precisamente las depresiones

    blancas, las cuales ya carecen de sntomas en la primera infancia, las que

    obstaculizan la formacin de sistemas de fijacin durante el desarrollo individual, con

    la consecuencia de no ofrecer condiciones para las regresiones mentales o somticas.

    Para concluir este tema, debo subrayar que algunas insuficiencias de la organizacin de

    las representaciones al comienzo del desarrollo individual, como tambin ciertas

    supresiones conscientes de representaciones en la adolescencia o en la edad adulta,

    precipitan el proceso que termina en la depresin esencial.

    2. PENSAMIENTO OPERATORIO

    No posee lazos con una actividad fantasmtica de cierto nivel

    Duplica y ejemplifica la accin, dentro de un campo temporal limitado

    No es exclusivo de los psicosomticos pero tiene valor nosogrfico. Puede ser

    encontrado en cuadros clnicos muy diversos.

    El paciente relata sus trastornos como hechos aislados, sin establecer entre ellos

    ninguna relacin.

    No hay compromiso afectivo

    El paciente solo cuenta sus sntomas y espera que se los cure

  • Este concepto es afn al de Alexitmia de la escuela americana

    La palabra Alexitmia se origina en el griego significa: a=sin, lexis=palabra, timos=corazn o afecto. Lolas y Von Rad describen este concepto como la incapacidad de

    expresar sentimientos de una manera verbal, empleando un lenguaje con falta de resonancia

    afectiva y con incapacidad de usar metforas de ndole afectiva. Estas personas pueden decir

    que estn nerviosas, enojadas, o felices, pero ser incapaces de describir estas experiencias

    de su mundo interno.

    Tienden a carecer de fantasas porque le es muy difcil crearlas sino ms bien usar prolijas

    descripciones de s mismos y su medio. Su vida es pragmtica. Tambin presentan una

    inhabilidad para captar a los otros como personas diferentes, es decir percibir su

    individualidad, como por ejemplo, tienden a vivir al terapeuta como una versin de s mismos.

    La incapacidad de usar metforas, es decir, usar palabras en sentido figurado, revela una

    imposibilidad para despojar el afecto que conlleva habitualmente una palabra para cargarla

    con afecto diferente. Parker et al. aaden que a estas personas se les dificulta captar las

    expresiones emocionales faciales de los otros.

    3. MENTALIZACION

    En clnica, segn los individuos y, para algunos de ellos, de acuerdo con los

    momentos, se manifiestan diferencias marcadas en cuanto a la cantidad as

    como en cuanto a la calidad de las representaciones. A veces las representaciones parecen ausentes.

    Otras veces, aunque cargadas de contenidos verbales (pero entonces las

    palabras parecen reducidas al estado de cosas), las representaciones aparecen

    limitadas y superficiales, reproduciendo directamente percepciones vividas en la realidad. Huellas mnmicas eventualmente puras, estas representaciones,

    poco numerosas, por otra parte, y poco sujetas a asociaciones de ideas, tienen

    el aspecto de meros testimonios de sucesos registrados. Es como si las

    complejidades de la vida mental no existieran en los individuos a que nos referimos, como si los afectos promovidos por el Icc, que son permanentes -o

    casi- en otros, hubieran sido apartados. La ausencia o la limitacin y la

    superficialidad de las representaciones reducidas a la representacin de las

    cosas, la reduccin de los afectos a las meras cosas en cuestin, la falta de simbolizacin del discurso, nos han llevado a circunscribir y definir las neurosis

    de comportamiento. Los sujetos en cuestin, capaces de tener una vida eficaz y

    satisfactoria, a veces enriquecida por expresiones sublimatorias, artsticas sobre todo, no encuentran, en efecto, otras posibilidades que las de traducir

    dentro de lo actual y dentro de la accin los movimientos inconscientes.

    P. Marty ha descrito dentro de esta misma perspectiva, aunque en un menor

    grado de pobreza general de las representaciones, a los sujetos del grupo de las neurosis mal mentalizadas.

    En un gran nmero de casos, desde luego, las representaciones de palabras y

    de cosas ligadas entre s se cargan y se enriquecen, durante el desarrollo, con

    mltiples afectos y valores simblicos. Las percepciones y representaciones primeras son modificadas por la evolucin mental individual, por los

    movimientos pulsionales sucesivos y por los conflictos psquicos, el Icc

  • interviene de varios modos en sus reproducciones posteriores que, surgidas de

    sistemas mnmicos complejos (nocin freudiana del aprs-coup), constituyen

    testimonios discutibles de las realidades pasadas. Esta profundidad y amplitud

    psquica de las representaciones, sujetas al menos en teora a las asociaciones de ideas por los hilos entrelazados de las palabras y los afectos, se encuentra

    por cierto en los neurticos mentales clsicos, objeto de las descripciones

    freudianas. Del mismo modo ella se presenta en los neurticos llamados bien

    mentalizados, que no por ello poseen, como los precedentes, sistemas organizados y persistentes de defensas mentales.

    Entre el conjunto formado por las neurosis de comportamiento y las

    neurosis mal mentalizadas (con representaciones ausentes o raras, super-

    ficiales y con pocas asociaciones cuando existen) y el conjunto formado por las neurosis mentales clsicas y las neurosis bien mentalizadas (con re-

    presentaciones relativamente holgadas, profundas y dentro del orden

    asociativo), aparece una tercera categora de neurosis que merece atencin por

    su importancia numrica. A saber, las posibilidades representativas y asociativas de estos sujetos varan considerablemente en el tiempo. En algunos

    casos bien mentalizados con toda certeza o relativamente, parecen ms bien

    ricos en pensamientos y, para muchos psicoanalistas, admiten la indicacin de

    un anlisis clsico; en otros casos, mal mentalizados, su pobreza y su superficialidad psquica en orden a las representaciones es desoladora. Las va-

    riaciones del funcionamiento preconsciente de estos sujetos nos han conducido

    a calificar este conjunto como neurosis de mentalizacin incierta; esta

    incertidumbre proviene tanto de la variabilidad de su condicin psquica como del sentimiento indeciso del observador.

    ***** *****

    Dos dificultades principales en la constitucin del Prcc y su funcionamiento.

    Con el propsito de explicitar las ausencias y las superficialidades de las

    representaciones, que encontramos en las neurosis de comportamiento y en las

    neurosis mal mentalizadas, as como para abordar el problema, que es ms

    complejo, de la fragilidad temporal del funcionamiento Prcc, nos interesamos

    por la perspectiva cronolgica, dejando de lado la perspectiva tpica clsica

    que da cuenta de las represiones y de las dificultades, consecuencia de

    conflictos psquicos, que encuentran las representaciones para acceder a la Cc.

    Dos procesos de formacin y ligazn de las representaciones parecen

    particularmente importantes durante el desarrollo. El primer proceso

    concierne a las inscripciones mnmicas de las percepciones de una misma

    poca, la formacin de las representaciones correspondientes y las relaciones

  • entre estas representaciones. La organizacin final de estos fenmenos da

    lugar a un tipo trasversal de enlaces representativos. Consideramos la acumu-

    lacin en el tiempo de las capas trasversales de representaciones (que

    progresivamente se vuelven ms complejas) como el espesor del Prcc. El segun-

    do proceso se refiere a las relaciones entre las capas de representaciones de

    pocas diferentes. Se trata de un tipo longitudinal de ligazones. La evolucin de

    las adquisiciones representativas del desarrollo admite, en mayor o menor

    medida, la acumulacin cronolgica de las capas trasversales de repre-

    sentaciones (desde aquellas que corresponden a las percepciones primeras

    hasta las que pertenecen a los pensamientos latentes), con las superposiciones

    de significaciones que descubrimos en el anlisis. Y la evolucin de los

    movimientos psquicos regredientes permite, llegado el caso (existe, en

    efecto, el fenmeno del recuerdo encubridor), reencontrar las

    representaciones de los diferentes niveles cronolgicos. Estas, sin embargo,

    slo son expresables y comunicables a los otros as corno a uno mismo a partir

    de una cierta cualidad de representaciones de palabras.

    La disponibilidad de los movimientos psquicos de asociaciones entre los

    enlaces trasversales y los enlaces longitudinales de las representaciones da

    cuenta de lo que nosotros consideramos corno la fluidez de la circulacin

    preconsciente.

    Dos dificultades principales pueden presentarse en la formacin de las capas

    representativas trasversales, as como en las comunicaciones longitudinales

    entre esas capas, dificultades que en uno y otro caso dejan lagunas de la

    organizacin preconsciente. Consideramos como lagunas fundamentales las

    insuficiencias cuantitativas y cualitativas de las representaciones psquicas,

    as como las insuficiencias de connotaciones afectivas de estas repre-

    sentaciones. Estas insuficiencias obedecen sea a las deficiencias congnitas o

    accidentales de las funciones sensorio-motoras del infante o de su madre, sea,

    las ms de las veces, a los excesos o las carencias de los acompaamientos

    afectivos de la madre. En cada nivel de organizacin, en efecto, se revelan

    imposibles en estos casos las fijaciones sobre las cuales habran podido en el

    momento mismo, o despus, descansar eventuales regresiones con ocasin de

    movimientos psquicos regredientes. Consideramos como lagunas secundarias la

    incertidumbre en el tiempo de la rememoracin de espacios ms o menos

    extensos de representaciones no reprimidas (espacios completos reaparecen

    en ocasiones) pero fcilmente sujetos a evitaciones y a supresiones. Estos

    espacios de representaciones parecen longitudinalmente ligados a las tonalida-

    des desagradables de las inscripciones que les corresponden en un perodo de

    la vida o varios perodos. Estas lagunas secundarias pueden dar lugar a

  • irregularidades graves del funcionamiento mental, cuyos riesgos conocemos en

    psicosomtica.

    Por ltimo, podramos adelantar la hiptesis de que cuanto ms rico sea el Prcc

    de un sujeto en representaciones relacionadas entre s de una manera

    permanente, ms la patologa eventual tiene probabilidades de situarse en el

    plano mental. Cuanto menos rico en representaciones sea el Prcc de un

    individuo y cuanto menos rico sea en las relaciones y permanencia de las

    representaciones existentes, ms correr el riesgo la patologa eventual de

    situarse en el plano somtico. En este sentido calificamos al Prcc como punto

    central de la economa psicosomtica.

    CLASIFICACIN NOSOGRFICA (P. Marty)

    P. Marty estableci una relacin clara entre la capacidad de mentalizacin y el riesgo de

    desorganizacin.

    Cuando se carece de capacidad de representacin mental, el traumatismo degenera en trauma

    porque los acontecimientos provocadores de tensin no pueden fantasmatizarse, quedando

    irrepresentables.

    a.- neurosis de comportamiento

    b.- neurosis mal mentalizadas

    c.- neurosis de mentalizacin incierta

    d.- neurosis bien mentalizadas