Almansa en El Estado Medieval de Villena. Jornadas de Estudios Locales. Almansa 1998. Aurelio Pretel...

30
ORNADAS DE ESTUDIOS LOCALES Almansa, marzo de 1998 ALMANSA EN EL ESTADO MED IEVAL DE VILLENA .. "...... . - . " Aurelio Pretel Marín 9

description

Historia

Transcript of Almansa en El Estado Medieval de Villena. Jornadas de Estudios Locales. Almansa 1998. Aurelio Pretel...

  • ORNADAS DE ESTUDIOS LOCALES Almansa, marzo de 1998

    ALMANSA EN EL ESTADO MED IEVAL DE VILLENA

    .. "...... . -

    . "

    Aurelio Pretel Marn

    9

  • ALMANSA EN EL ESTADO MEDIEVAL DE VILLENA or Aurelio Pretel Marn

    La historia de Castilla en la Baja Edad Media est caracterizada por las continuas contiendas de los cristianos contra los moros y los enfrentamientos de las monarqulas cristianas entre si.

    Si algo caracteriza la historia de Castilla en la Baja Edad Media es, junto a la expansin del rgimen feudal (digamos seorial, para no molestar a los ms quisquillosos ortodoxos), la vida de frontera no slo con los moros (la ocupacin violenta, salpicada de treguas y de acuerdos, y a menudo movida por razones ajenas a cualquier sentimiento religioso, que tampoco me atrevo a llamar Reconquista), sino tambin con otras monarquas cristianas, como la de Aragn, que al mismo tiempo avanzan y en dura competencia establecen sus lmites y aseguran fronteras en las tierras ganadas al Islam. De ese avance espacial, y del afianzamiento de los nuevos poderes, nacern, con el tiempo, otras caractersticas: la transculturacin y la repoblacin de unos territorios a veces muy poblados, pero de musulmanes, y otras casi vacos, como ocurre en el caso de la Mancha murciana, casi desertizada tras dcadas y dcadas de lucha fronteriza, que ser repartida entre nuevos poderes seoriales (rdenes mi-litares o grandes ricos hombres servidos de una casta militar de linajes hidalgos) y concejos po-blados de hombres libres ampa-rados por fueros. Por ltimo, la crisis de finales del XIII y de todo el XIV, que deshace el utpico equilibrio del orden trinitario y obliga a la nobleza a compensar la brusca cada de sus rentas metindose en negocios o exprimiendo a las gentes del comn gracias al monopolio de la violencia armada

    1 - INTRODUCCIN

    Asedio a una ciudad cristiana. Grabado de Las Cantigas de Alfonso X el Sabio.

    11

  • Dentro del estado de Villena, prototipo de la realidad bajomedieval castellana, bien puede ser Almansa, un pueblo progresivo que consigue sortear los numerosos peligros que le atrae su situacin fronteriza con slo un castillo raquero y el control de una aduana, una pequea sntesis de ese gran seoro al que pertenece.

    (

  • Tras la conquista, la relativa debilidad demogrfica castellana impide la repoblacin de estas tierras, ...

    ... hasta que el peligro de los levantamientos mudjares de 1264 y 1265 hace que Alfonso X intente impulsar la repoblacin de Almansa, ...

    2 - LA CONQUISTA CRISTIANA

    Como hemos sealado, las tierras fronterizas entre Valencia y Murcia, de antiguo repartidas por el viejo tratado de Caza la, son de hecho ocupadas a los moros en el momento lgido del empuje cristiano de Fernando III de Castilla (aqu representado por su hijo, el infante don Alfonso) y de Jaime 1 de Aragn, que al fin superaran el peligro de guerra entre las dos coronas por el pacto de Almizra.

    La parte ms manchega de la taifa de Murcia sera conquistada por fuerza de las armas; el resto, sometido por capitulacin a un protectorado castellano que, al menos en teora, respetaba el derecho de los moros. Pero en esta comarca, una vez ocupados los castillos, los campos circundantes quedaran en manos de una dbil y escasa poblacin musulmana, pues no haba en Castilla gente con que poblar los nuevos territorios (los pocos excedentes preferan, sin duda, asentarse en las frtiles tierras de Andaluda, conquistadas por aquel entonces) .

    Eso pudo pasar en la villa de Almansa, y en no pequea parte de la Mancha oriental, o de Montaragn (la que asciende al reborde montaoso del reino de Valencia), donde habrn de pasar bastantes aos sin que los castellanos sientan necesidad de crear un

    Fernando JI! El Santo.

    13

  • ... entregndole a su concejo algunas aldeas, como Burriharn, Carceln y el Fondn del Almugrn, que pasara a manos de los moros levantiscos.

    El fracaso del proyecto alfons de dotar a una Almama realenga de un trmino extemo y un concejo fuerte pesara como una hipoteca sobre la villa en todo el medievo.

    14

    concejo y repartir las tierras a nuevos pobladores (1). Y cuando Alfonso X emprende la tarea en 1262, dotando a los cristianos moradores de Almansa del fuero y las franquezas de Requena, a fin de asegurar la guarda de la tierra, no parece tener gran xito inicial. Solamente el peligro de una rebelin de los mudjares, como la acontecida poco antes en el reino de Valencia, muy pronto superada por otra en el de Murcia, hara que el monarca redoblara su esfuerzo por poblar la comarca fronteriza otorgando ventajas, como el fuero de Cuenca -retocado enseguida con todas las franquezas que gozaba Alicante- y entregando al concejo que naca en Almansa unas cuantas aldeas de los alrededores (Burriharn con su antiguo trmino amojonado, Alpera, Carceln yel Fondn del Almugrn; ms o menos, las tierras que dependan de ella en tiempos almohades) (2). Empeo, al parecer, que ya llegaba tarde: Almansa resisti, segn parece, la rebelin mudjar, pero aquellas aldeas, con gran parte del trmino recin incorporado caeran, a buen seguro, en poder de los moros levantiscos, y habran de ser cobradas con posterioridad por tropas extranjeras (Guilln de Rocafull, a quien Jaime 1 concedera Alpera) o por otros concejos castellanos, ms fuertes y asentados, como fue el de Chinchilla, que pronto asumira el dominio de Alpera y de Bonete. Jorquera, por su parte, acabar ocupando Carceln; y es posible que Ayora se anexionara entonces la zona del Mugrn, origen de futuras controversias con Almansa y Chinchilla.

    De todos estos cambios, lo ms interesante es ver la frustracin, antes de comenzar, del proyecto alfons de una Almansa realenga dotada de un buen trmino y de un concejo fuerte, como el que por entonces se asentaba en Chinchilla. Algo que pesara como una hipoteca sobre todo el medievo de la villa. El generoso fuero, pensado para una ciudad mucho ms grande, para crear un ncleo comercial y artesano, y para proteger a sus repobladores frente a la hegemona de la nobleza y el peligro constante de la inquieta frontera, sera inaplicable en muchas de sus clusulas en tales condiciones de inseguridad y penuria de gente (el nico vecino cuyo nombre sabemos es Ciriando de Viers, el que acude a Alicante a recibir traslado del fuero concedido, sera un extranjero, a juzgar por su nombre). Con todo, es muy posible que, al menos formalmente, el concejo de Almansa fuera constituido, y anualmente elegido, con arreglo a la norma: a convenenzia de omnes buenos e vezinos de la villa,

    (1) La primera noticia, y no muy firme, de un concejo cristiano en Almansa es un documento alfons de comienzos de 1257, por el que se atienden sus quejas por los abusos que venan sufriendo. Pero hasta 1262, y sobre todo 1264-1265, coincidiendo con la gran rebelin de los mudjares murcianos, no se emprende seriamente la tarea de crear un concejo y dotar de fuero y trmino a la naciente poblacin. Vase PRETEL MARiN, A.: Conquista y primaos intmtos dl rlpoblacin dti urritorio albaclunu. lEA, Albacete, 1986. (2) PRETEL MARiN, A.: Almansa Medieval. Ayuntamiento de Almansa, Albacete, 1981, Docs. l-III. Vase tambin la opinin de PESET, M.: Los fueros de la frontera de Albacete, una interpretacin histrica, Congreso de Historia de Albacete, vol. n, lEA, Albacete, 1984, p. 40-41, sobre el significado de semejantes fueros en tierras fronterizas.

  • La debilidad del concejo de Almansa, que no puede ni mantener su trmino, menguado, entre otros, por Chinchilla, jorquera y Ayora, fue una de las razones de su pronta cada en manos de los nobles, y que viniera a manos del infante don Manuel, hermano del rey.

    sorteando los cargos de alcaldas, juzgado, alguacilazgo, almotacn y escribano entre aquellos que dixere el conreio que son omnes buenos (es decir, ciudadanos con una cierta renta, pero no caballeros de linaje). Aunque lo ms probable es que el concejo abierto, la asamblea vecinal, tuviera todava un gran protagonismo (una vieja costumbre que en lugares pequeos, como Almansa, pervivi mucho tiempo, sin perjuicio, no obstante, de que hubiera a la vez un regimien to anual).

    Esa debilidad del concejo de Almansa, incapaz tan siquiera de mantener su trmino, sera la razn, o una de las razones, de su pronta cada en poder de los nobles que iban asentndose en las proximidades. Es significativo que, al otorgar el trmino y hacer repartimientos de sus caballeras y peonas entre los pobladores, veinte aos despus de la conquista, el rey deje el trabajo en manos de un seor, don Gregario Garca, que en esos mismos aos dominaba Caudete y la torre de Pechn, dos lugares mudjares, y casi despoblados, en las proximidades. De todas las maneras, pasados unos aos, Almansa se integr, definitivamente, en un gran seoro, el que estaba creando el infante Manuel, un hermano del rey, que hasta entonces haba recibido de ste un todava modesto dominio seorial en tierras levantinas: la comarca de Elche y Elda hasta Villena (esta ltima plaza prestara su nombre en el futuro a un extenso estado regido y aumentado por el mismo Manuel y por su hijo). Y, aun cuando don Manuel no parece haber sido un seor muy rapaz para con sus vasallos de

    Jaime de Aragn presidiendo Las Cortes aragonesas.

    15

  • En 1282 don Manuel ampli sus dominios a Chichilla y arquera. .Ytl slo habrla conflictos con Ayora; Almansa quedarla sellada en la Edad Media como frontera, aduana y puerto seco de Castilla y del gran seorlo manuelino.

    religin cristiana (atrajo pobladores a sus nuevos dominios, e incluso respet y acrecent, en el caso de Almansa, los fueros y franquezas que su hermano le haba concedido, muy en particular la de pasar la aduana del reino de Valencia sin pagar cosa alguna por sus mercaderas o ganados y lanas), tampoco cabe duda de que la infeudacin, en aquellos momentos, era ms un obstculo para el renacimiento de la villa, que un hecho favorable. La que entonces llamaban tierra de don Manuel tuvo serios conflictos con los concejos prximos del dominio realengo por cuestiones de trminos y de aprovechamientos; y Almansa, con su alfoz recortado hada poco por una comisin que amojon los trminos, era mucho ms dbil. Por ms que su seor fuera un buen valedor, el rey pesaba ms.

    Por suerte para Almansa, unos aos ms tarde, en 1282, don Manuel consigui ampliar sus dominios con Chinchilla y]orquera, lo que le evitara en el futuro perder nuevos pedazos de su mermado alfoz, y pacificara las antiguas rencillas con estos dos concejos. En cambio, con Ayora, cedida poco antes a la soberana de Aragn (tratado de Campillo), an se mantendran numerosos conflictos, por estar mal fijada la lnea fronteriza. Esto, y la posterior entrada aragonesa del rey Jaime II, que arrebat a Castilla medio reino de Murcia, vendra a dar a Almansa -y a todo el seoro, ahora gobernado por el joven don Juan, hijo de don Manuel- otra caracterstica que la definira el resto del medievo: el sello de frontera, aduana y puerto seco del reino de Castilla y del gran seoro manuelino (cada vez ms extenso y ms manchego) en la raya del reino de Valencia. Un sello compartido con otras poblaciones, como Yecla y Villena, aunque hay que sealar que esta ltima plaza quedara tambin, por ms de medio siglo, bajo soberana aragonesa, cosa que no ocurri en el caso de Almansa (3), y Yecla fue una isla de tierra castellana en la soberana de Aragn.

    (3) El castillo de Almansa, al igual que el de Yecla y algunos otros ms, fue entregado en rehenes a don Jaime 11, que haba de mantener su posesin hasta que se cumplieta la boda entre su hija y el seor de Villena. En 1306, desde Valencia, el tey aragons designaba su alcaide en la fortaleza de Yecla a don Jazpert, vizconde de Castellnou, y daba otra carta similar para Dalmau de Castellnou sobre la de Almansa, encargndoles de entregar ambos castillos a don Juan si la infanta muriera antes del matrimonio, o una vez hecho ste. L6PEZ SERRANO, A.: Yecfa ... doc. 4.

    16

  • '0

    donjuan mtel, hijo esor de Manuel

    _ ~l mejor de los - res de Villena, _-mansa se rehace, onstruye su -tillo, recibe

    obladores exentos lpago de puestos, a quienes reparten

    oratuitamente ~erras, que riegan ~on la acequia de Alpera, magnifica obra, fruto de la colaboracin con Chinchilla y de la proteccin del seor de Villena.

    3 - ALMANSA BAJO EL DOMINIO DE DON JUAN MANUEL

    Bajo don Juan Manuel, el ms interesante, y sin duda el mejor, de todos los seores de Villena, Almansa se rehace, construye su castillo, recibe pobladores que, exentos de pagar cualquier tipo de impuesto, levantan sus moradas y labran heredades en terrenos cedidos por el propio seor (hay repartos gratuitos de tierras y solares), y regados con agua de la Acequia de Alpera, una obra magnfica fruto de la avenencia y colaboracin con la villa vecina de Chinchilla y de la proteccin del seor de Villena, que sera en adelante la piedra angular de la riqueza, no slo agropecuaria, sino tambin textil y manufacturera de la naciente villa (4). De estos mismos aos puede datar tambin la reorganizacin de oficios del concejo, la entrega de alcaldas y regimientos a los hombres ms ricos del comn, como hizo don Juan en otras poblaciones, y la renuncia en ellos de rentas y derechos seoriales (los monopolios clsicos, el horno y los molinos, y la escribana, siguieron siendo suyos, sin em-bargo). Donjuan es un terico del orden trinitario, de la uto- f: dal b d Don Juan Manuel. pa leu asa a en la existen-

    (4) Sobre la ingente obra repobladora del seor de Villena en esta y ouas poblaciones, vase PRETEL MAR1N, A.: Don Juan Manu~l uor d~ la Llanura. lEA, Albacete, 1982. Tambin, PRETEL MARfN, A. - RODR1GUEZ LLOPIS, M.: El s~orlo d~ Vi//ena en ~l siglo XIV, lEA, Albacete, 1998.

    17

  • Para don Juan importa, sobre todo, promover la riqueza, y, para facilitar su creacin, renuncia a rentas y a algunos derechos seoriales, y ordena establecer en Almansa un gran centro paero (l mismo introduce las merinas) y una tintorerla.

    cia de clrigos (que rezan), guerreros (que defienden) y gentes que trabajan para mantenimiento de la comunidad, cada uno en su puesto y sin interferirse; una idea que ya resultaba obsoleta en el siglo XIV, si es que alguna vez tuvo alguna vigencia, pero que l convierte en norma de gobierno. Segn su concepcin, el control de las villas debe estar reservado para los hombres buenos, los hombres abonados, los comunes ms ricos, capaces de medrar y generar riqueza. Por eso se desprende de muchas propiedades en beneficio suyo, y ordena que los bienes de propiedad pechera (es decir, sometidos al rgimen comn y a pagar sus impuestos) no sean amortizables, por herencias o compras, en manos de hidalgos que puedan eximirse de tributar por ellos. Incluso excluye a stos de participacin en los cargos anuales del concejo, entendiendo que ellos tienen otra misin; y difunde en su tierra elfuero de las leyes o de Garcimuoz, acaso una versin adaptada al tamao y peculiaridades de las pequeas villas que l est poblando. Una legislacin que reivindicarn en adelante numerosos concejos, que dejar su huella en muchas ordenanzas de diferentes pueblos, y que incluye el derecho a nombrar anualmente sus propios oficiales y una importante clasula: que qualesquier personas de qualquier ley o estado o condic;:ion que sean que de presente tienen o avran daqui adelante bienes algunos que ayan seydo pecheros de veynte aos aca por conpra o por heren.

    Para don Juan importa, sobre todas las cosas, promover la riqueza, base del poblamiento y de sus propias rentas, en todos sus dominios. Por su orden se establece en la villa de Almansa un gran centro paero (l mismo se ocup de introducir las ovejas merinas) y una tintorera, que concentra la industria de todo el seoro durante algunos aos (6). Igualmente, don Juan -siempre bien secundado por su hombre de confianza, Sancho Ximnez de Lanclares, o por el buen alcaide Diego Flores de Cullar, su colaborador en la villa de Almansaprotege a sus vasallos de los actos de fuerza de las gentes de Ayora, y asegura los campos, persiguiendo las bandas de moros salteadores que sembraban el miedo en toda la frontera, disponiendo, adems, que se d subvencin para el mantenimiento en esta villa de veinte ballesteros y quince caballeros caballeros villanos, no hidalgos de linaje, aunque sabemos que stos existen en la villa) inscritos en la nmina, dispuestos a acudir a cualquier llamamiento del seor, o a defender el trmino. No es un caso especial, pues donjuan repobl, o sac

    (5) RAM!REZ, E.: Privilegio eximiendo la aldea de Belmonte de la villa de Alarc6n, Rev. Arch. Bibl. !vlus., Madrid, 1929, p. 359. Una ordenanza chinchilIana de 1441 exige todava que " ... non pueda gozar de los ofierios de alcalde nin alguazil nin regidor sy non pechare por todos los bienes que rouiere, segunt la costumbre desta eribdad ... . PRETEL, A.: Chinchilla Medieval, lEA, A1bacete, 1992, pp. 194 Y 231. (6) "Otros sabedes commo luego que mand fazer los pannos en A1mansa horden que ninguno non fuese osado de levar pannos a -(una palabra en blanco)- o a otras partes a los mos molinos". PRETEL MARN,A.: Chinchilla medieval. lEA, A1bacete, 1992, p. 515.

    lB

  • Para mantener la seguridad don Juan Manuel subvenciona el mantenimiento en la villa de veinte ballesteros y quince jinetes, dispuestos a defender el trmino.

    La muerte de don Juan (1348) y de su heredero (1351), asl como las guerras civiles de Castilla, pusieron en peligro 6' en algunos aspectos borraron) la obra excepcional del seor de Villena.

    de la nada, a muchas otras villas, y promovi entre ellas numerosos convenios de colaboracin (tambin los hace Almansa con todos sus vecinos, incluso con Caudete, seoro aragons de los Lisn); pero pocas de ellas pudieran ufanarse de haber sido atendidas con tanto miramiento por un noble que, en esto, s es excepcional; y ms en aquel tiempo de seores rapaces. No faltaban razones a los procura-dores almanseos que, en repre-sentacin de su concejo, acudan a las juntas por l instituidas a modo de pequeo parlamento, para reconocer, con agradecimiento, que nos cri e nos pobl a todos, amndonos mucho e fazindonos muncha menred.

    Documento que establece el reparto de las aguas de Alpera, al pie aparece la firma de don Juan Manuel.

    Por desgracia, la muerte de don Juan (1348) y la de su heredero, don Fernando Manuel (1351), de inmediato seguidas por las guerras civiles de Castilla y por la gran contienda entre los Pedro (el Cruel de Castilla y el Ceremonioso de Aragn), pusieron en peligro, yen algunos aspectos borraron por completo, la obra excepcional del seor de Villena en la que fue su tierra (7). Aunque la guerra misma afect mucho menos a la zona interior del seoro, los pueblos fronterizos, que adems soportaron el envo de tropas y pertrechos a los distintos frentes, debieron padecer daos considerables. Refirindose a la campaa aragonesa de 1356 por toda esta frontera, el registro de Pedro IV, mencionado en las adiciones de Zurita a la Crnica de Lpez de Ayafa, seala que la Tierra de don Juan ... es seca manja e tal que poder del rey non y paria turar, e com hy fas entrat, no y para dar dany (8); y sabemos que, al fin de aquella guerra, Almansa

    m Sobre este periodo consltese PRETEL MA!N, A: "El cambio dinstico y la crisis de mediados del siglo XIV en el seoro de Villena. Congreso de Historia del Seforfo de Vil/ma, LEA, Albacete 1987, pp. 305-332. (8) LPEZ DE AYALA: Crnica del rey Don Pedro, En BAE. pg. 420. El mismo Zurita, en sus Anales (XI-III) traduce esta frase: " ... es de tal calidad que ejrcito de un tey poderoso no se poda all mucho tiempo entretener, y estando dentro en aquella tierra no podan hacer mucho dao en ella>,; de manera que no mereca la pena juntar una hueste importante para destruir una comarca que de por s estaba ya en tan mal estado.

    19

  • y Villena (ahora reintegrada al reino de Castilla) pedan compensacin por los robos y fuerzas de los aragoneses. Aadamos las muertes de numerosos hombres (muy en particular de la caballera) y la sangra humana que supuso la peste, por no hablar del colapso del comercio aduanero, del que antao vivan numerosos vasallos de don Juan, y tendremos un cuadro ilustrativo del estado maltrecho en que se hallaba el viejo seoro con el advenimiento de Entique de Trastmara (casado ste, por cierto, con la ltima heredera del difunto don Juan, doa Juana Manuel).

    20

  • La tierra de don Juan fue prometida por el rey don Enrique a uno de sus mejores capitanes, el noble aragons Alfonso de Aragn.

    4 - DON ALFONSO DE ARAGN, pmMERMARQUSDE~LllNA

    Durante algunos aos, la tierra de don Juan, como la denominan an los documentos, tuvo un destino incierto. Prometida primero por el rey don Enrique a uno de sus mejores capitanes, el noble aragons Alfonso de Aragn, que tomara el ttulo de Marqus de Villena, fue moneda de cambio en las negociaciones entabladas entre el Prncipe Negro, caudillo de las fuerzas mercenarias inglesas, y los dos soberanos contendientes. Al fin, tras de la guerra, casi todos los pueblos, y Almansa entre ellos, reunidos en Helln con el conde de Carrin, aceptaron la nueva dinasta con una condicin: no seran entregados a ninguna persona de linaje distinto al de don Juan Manuel (es decir, a su hija, doa Juana Manuel, la reina de Castilla, o a su hijo heredero, el infante don Juan). Con ello descartaban al llamado marqus, don Alfonso de Aragn, que en ese tiempo estaba, adems, preso de los ingleses; y al tiempo propiciaban una vinculacin a la Corona con todas las ventajas, pero sin los inconvenientes, del dominio de realengo: la reina, o su hijo, seran los seores, y no los soberanos, y estaran, por tanto, sometidos al pacto feudal.

    Sin duda, don Enrique y doa Juana vacilaron un tiempo antes de decidirse. Es cosa muy posible que tuvieran en mente ceder a su heredero, junto con sus derechos al trono de Castilla, el ttulo y la tierra

    Caballeros medievales.

    21

  • Don Alfonso de Aragn (1372-1395) organiz y sistematiz la obra de Don Juan, si bien increment la presin fiscal sobre los pecheros y fue bastante impopular entre stos. En la dcada de 1380 hay en Almansa una pequea aljama, signo de la bonanza comercial avivada por la canalizacin del trfico de lana con el reino de Valencia y el contrabando de otras mercanclas, en el que el principal implicado es el propio marqus.

    que fuera de su abuelo, como hicieron entonces con otros seoros, los de Lara y Vizcaya, que tambin procedan, de forma menos clara, de la herencia materna. Sin embargo, a la postre, el rey quiso cumplir con la palabra dada y entreg el seoro, ahora marquesado, al noble aragons, salido de prisin mediante un compromiso (el pago de una parte del enorme rescate y dejar a sus hijos en rehenes por el resto del mismo) que hipotec su hacienda para toda su vida.

    El marqus don Alfonso de Aragn (1372-1395) fue un organizador y un sistematizador de la obra de don Juan. Aunque su condicin de extranjero y su eterna avidez por el dinero le hicieron poco grato para sus nuevos sbditos, esas mismas razones, junto a su parentesco con el rey de Aragn y su vieja amistad con los Trastmara, permitieron, en cambio, una reconstruccin, y un renacimiento, del viejo seoro, bien es verdad que a costa de un endurecimiento de la presin fiscal, de la que quedan libres tan slo los hidalgos, como ya viera Peset (9). Almansa es un ejemplo: en unos pocos aos resurgen ya sus ferias, y la reanudacin del trato comercial con Valencia y su reino convierte a la villa en canalizadora del trfico de lana (de ovejas merinas, que ya don Juan Manuel introdujo en su tierra) y de otras mercancas, incluso prohibidas (siempre fue el contrabando, gracias a las antiguas exenciones de aduana, un buen medio de vida para los almanseos; y ahora era el mismo marqus el mayor implicado en esta actividad y el ms interesado en el mantenimiento de aquellos privilegios). En los aos ochenta ya encontramos judos (se habla de una multa impuesta a una mujer, manceba del rab de Almansa, indicio de existencia de una pequea aljama), que es toda una seal de cmo los negocios funcionan viento en popa. Pero es el seor el primer comerciante y el gran contrabandista de ganados y de mercaderas, apoyado en sus hombres de confianza: su alcaide en el castillo, Rodrigo de Cervera, y algunos hacendados almanseos (Alvar Ximnez de Pina) o venidos con l del reino de Aragn, como fue el hidalgo don Jaime de Ayerve, seor de la alquera de Burriharn, dotada de importantes exenciones.

    Est ms que probado que el tal Alvar Ximnez receptaba en su casa, yen grandes cantidades, moneda castellana que el marqus evada al reino de Valencia, en parte para hacer negocios no muy limpios, y en parte, segn prueban numerosos indicios, para hacerla fundir y volver a importarla con la ley rebajada (10). Casi huelga decir que Ximnez de Pina y don Jaime de Ayerve, que siempre representan al concejo de Almansa en las J untas y acuerdos de

    (9) PESET, M.: Los fUeros de la frontera t Albacete ... , p. 46. (10) Sobre esta etapa del marquesado de Villena bajo don Alfonso de Aragn, ver PRETEL MARN, A. -RODRGUEZ LLOPIS, M.: El seorfo de Vil/ena en el siglo XIV. lEA, A1bacete, 1998. Tambin HIN O] OSA M ONT AL VO, J.: El marquesado de Vil/ena, frontera con el reino de Valencia. Congreso de Historia del Selloro de Villena, lEA, A1bacete, 1987, pp. 227-233.

    22

  • Almansa crece demogrficamente y se convierte en punto esencial para el cobro de todos los derechos de almojari[azgo, del cambio de moneda y del trfico pecuario.

    importancia (y cuyos descendientes trabaran parentesco), seran los pilares de una oligarqua que consolidara en los siguientes aos su poder en la villa y que detentara enormes propiedades. No cabe duda alguna de que Jaime de Ayerve es hidalgo de casta militar; en cambio, Alvar Ximnez, por mucho que sus nietos se las dieran de hidalgos, puede no serlo tanto. Puede ser un ejemplo de aquella burguesa enriquecida al amparo del puerto y el poder seorial, que acaba equiparndose a los privilegiados y unindose con ellos en un oligopolio del poder econmico que viene a marginar al resto del comn y desnaturaliza la aplicacin del fuero, haciendo del concejo un coto reservado para sus clientelas.

    Queda fuera de duda, sin embargo, que, bajo don Alfonso, Almansa se rehace, incluso se supera y adquiere una importancia bastante superior a su demografa. Situada en frontera, y al extremo oriental del principal camino, se convierte la villa un punto esencial para el cobro de todos los derechos del almojarifago, del cambio de moneda y el trfico pecuario, que debe registrarse en ella o en Chinchilla, enclavada al principio de ese mismo camino que atraviesa el estado de Villena. Su cercana a la raya del reino de Valencia, donde el marqus pasaba bien largas temporadas, hace, por otra parte, que la escoja a menudo para su residencia, o para ser testigo de actos importantes y juntas de la tierra: por ejemplo, en abril de 1380 reune aqu las juntas y promulga con ellas una gran ordenanza que regula el derecho del almojarifazgo, las ferias, la harpillera o cambio de moneda, el trfico pecuario y de las mercancas, en todo el marquesado; y seis aos despus, en el 86, otra junta solemne, celebrada en

    Cabaiieros de la Orden de Santiago.

    23

  • En 1395 el rey don Enrique el Doliente priva al marqus de sus tierras y rentas. y los propios vasallos de ste ayudan a expulsarlo, si bien Almansa es de las ltimas en secundar al rey y, en consecuencIa, recibir menos concesIOnes.

    su iglesia de San] uan (Il), presencia el homenaje que los procuradores de todo el seoro, y todos los alcaides y cargos militares, prestan a don Enrique, el nieto del Marqus, de tenerle por nico heredero (su padre haba muerto en la batalla de Aljubarrota). En ese mismo ao, unos meses ms tarde, el hidalgo Ayerve y Alvar Ximnez de Pina, en representacin del concejo almanseo, acuden a Villena para el acto solemne de la constitucin de la Hermandad que habra de dotar al seoro de una importante fuerza policiaca para tranquilidad de los caminos y de los comerciantes (12).

    Pareca que el Marqus iba a durar un siglo, pero sus relaciones con el rey Juan 1 fueron deteriorndose, y cuando llega al trono don Enrique el Doliente, dispuesto a deshacerse de aquella oligarqua de incmodos parientes, todo se precipita. Tras algunos tanteos y amenazas (13), en los primeros meses de 1395 el marqus es privado de sus tierras y rentas, con el ftil pretexto de no haber abonado la dote que sus nueras trajeron al casarse, y sus propios vasallos ayudan a expulsarlo, pidiendo al mismo tiempo los favores del rey. Don Alfonso se vio de repente exiliado en tierras de Aragn, en Ayora y en Biar, desde donde amenaza con pasar la frontera y luchar por sus fueros. Almansa, fronteriza, y tal vez guarnecida con tropas extranjeras, tarda un tiempo en seguir a los otros concejos. Tal vez por eso mismo, cuando al fin se decide y en va procuradores (un tal Clemente Snchez y un tal Domingo Ramos, no ya Jaime de Ayerve y Ximnez de Pina, que antes ejercan la representacin de la villa de Almansa casi invariablemente), el rey se muestra menos generoso con stos que con los emisarios que otros pueblos mandaron: no concede el aumento de los maraveds destinados al pago de la caballera de la nmina, ni renuncia a las rentas del viejo monopolio seorial de hornos y molinos, ni se aviene a jurar, como le piden, que nunca entregar la villa a otro seor (14).

    (11) ARCHNO DEL REINO DE VALENCIA: Maestre Racional, 9602, fol. 115. (12) TORRES FONTES, J.: "La Hermandad del Marquesado de Villena en 1386". Revista Villena, nO 23, Alicante, 1973. MITRE FERNNDEZ, E.: "Seoro y Fronteta (El Matquesado de Villena entre 1386 y 1402)>>. Murgetanaxxx, pp.56-62. (13) El 29 Y 30 de enero de 1394, tratando de evitar lo inevitable, el marqus reuna una junta en la iglesia de Santiago de Villena (comparecen los procuradores de Almansa, Pina y Ayerve), comprometindose formalmente a pagar las doblas de la dote de sus nueras, en lo que haba sido condenado (A.R.Yalencia, Maestre Racional, 9602, fols 167-170). Pero ello no impedira que el rey siguiera adelante con su proyecto de expropiarle el marquesado. Resumimos este proceso, ya antes estudiado en sendos trabajos monogrficos, en PRETELMARN,A. - RODRGUEZ LLOPIS, M.: Elseorode Villenaen elsigloXIV, lEA, Albacete, 1998. (14) PRETEL MARiN, A.: Almansa medieval. Ayuntamiento de Almansa, Albacete, 1981, doc. XIX.

    24

  • El control real de la aduana hizo retroceder el contrabando y menn la importancia de Almansa. Pero algunas familias hidalgas locales (Ayerve o Pina) o venidas de fuera (Otazo, de Chinchilla) mejoraron su posicin; ste fund en 1419 el primer hospital de Almansa y una capellanla en la iglesia de Sta. Maria.

    A principio del siglo .xv, Almansa, ...

    5 - BREVE RETORNO A LA CORONA

    El control de la aduana por las autoridades nombradas por el rey (alcaldes de las sacas) signific6 un freno al contrabando, y un claro retroceso de importancia de Almansa (hay que aadir el recrudecimiento de las viejas pendencias con la villa de Ayora, que en 1401 motivaron reuniones, sin demasiado fruto, entre compromisarios designados por ambas monarquas) (15). Sin embargo, no todos saldran perjudicados. El propio hidalgo Ayerve, adaptndose al tiempo como un buen poltico, obtendra del rey una confirmaci6n de su gran heredad de Burjahar6n, con exenci6n incluso de todos los impuestos para cinco vecinos que all se establecieran (exenci6n respetada puntualmente en cobros de monedas y alcabalas futuras), y con derecho a hacer una dehesa propia (16). l y su amigo Pina (los descendientes de ambos acabaran trabando lazos de parentesco) fundaran los linajes ms ricos e importantes de laAlmansa del siglo que estaba por llegar (17). Junto a ellos, algn otro venido desde fuera, como fue Juan de Otazo, oriundo de Chinchilla, que comprara los bienes de un hijo de Ayerve (18) (palomar, huerto, vias y un molino harinero), y sera el fundador (1419) del primer hospital conocido en Almansa y una capellana en la iglesia mayor, la de Santa Mara, de la que fue rector.

    Las dcadas primeras del siglo XV fueron de crecimiento en todo el territorio, aunque muy estorbado por el bandolerismo (la Hermandad se

    (15) MITRE FERNNDEZ, E.: Seorfo y frontera ... , p. 61. HINOJOSA M ONTALVO , J.: "El marquesado de Villena, frontera con el reino de Valencia. Congreso de Historia del Seor/o de Vilkna, lEA, Albacete, 1987, p. 331. (16) RODRGUEZ LLOPIS, M.: "Expansin agraria y control de pastos en tierras albacetenses en el siglo XV,.. Congreso de Historia de Albacete, Vol n, lEA, Albacete, 1984, p. 177. (17) Juana de Ayerve, vecina de Villena e hija de Jaime de Ayerve, transmiti la heredad de Burjaharn, y varias propiedades ms en Almansa (un mesn, vias, casas) a su hija doa E1vira, que cas en 1419 con Alonso Ximnez de Pina, nieto de Alvar Ximnez. Ver PRETEL MARfN, A. - ROD RGUEZ LLOPIS, M.: El seor/o de Villena en el siglo XIV. (18) [bid. De este hijo, Alonso, procedera la rama que conserv el apellido, y que se estableci en Murcia, donde los hallamos en el reinado de los Reyes Catlicos, cuando se ordena abrir informacin en Almansa y Villena, solar de su linaje, sobre el derecho que dedan tener a ponar armas, incluso de las vedadas, y dos guardaespaldas armados.

    25

  • ... tras el cierre de los puertos de Yecla y Alborea, concentra el comercio del marquesado con el reino de Valencia.

    En una poca turbulenta, la derrota de los partidarios de los infantes de Aragn llev Almansa a manos del Conde de Castro.

    26

    perdi desde la muerte de Enrique el Doliente hasta que la confirma Catalina de Lancaster aos ms tarde, en el mes de marzo de 1414) (19) Y por otros achaques, como las extorsiones y severas medidas contra los comerciantes de cosas prohibidas, e incluso permitidas (20). Almansa, sin embargo, cape el temporal, pues durante unos aos se cerraron los puertos de Yecla y Alborea, de manera que aqu se concentr el comercio de todo el marquesado yel reino de Valencia.

    Pero a la minora del rey don Juan II sucedi en poco tiempo una etapa de grandes debates e inquietudes, tradas por la gran ambicin de la nobleza, y muy en especial de los tan renombrados infantes de Aragn (21), los hijos de Fernando de Antequera, cantados por Manrique, que, uno tras el otro, y por diversas vas, vinieron a aduearse del viejo seoro de Villena, convertido en ducado. Primero, por un tiempo, fue el mayor, don Alfonso, casado con la infanta Mara de Castilla, titulada duquesa de Villena (1409-1414). Luego, su hermano Enrique, que logr apoderarse del monarca y hacerse conceder la mano de su hermana Catalina y, con ella, el ducado, del que fue despojado por fuerza de las armas poco tiempo despus (1421). Por ltimo, don Juan, rey de Navarra y regente del trono de Aragn en nombre de su hermano Alfonso el Magnnimo, quien, con sus exigencias, despertaba protestas de las juntas del viejo seoro, reunidas en Almansa hacia 1439. Con ellos, arropados desde fuera por todo el podero de Aragn, y en Castilla seguidos por numerosos nobles, no habran de faltar las guerras fronterizas ni las grandes disputas intestinas, que llegaron a hacer del viejo marquesado un complejo mosaico de pequeos estados feudales enfrentados segn los intereses de los grandes seores. Almansa, ms que otras, habra de resentirse: hacia 1429 vio su tierra estragada por tropas valencianas del seor de Mogente, Pedro Maza, y sin duda, a su vez, se vera metida irremediablemente en las operaciones militares que ocuparon Caudete durante aquellos aos; y enfrentada otra vez al concejo de Ayora (22), entregada al rebelde castellano Diego Gmez de Sandoval, conde de Castro, uno de los leales al bando aragons, que pronto acabara por detentar tambin, aunque efmeramente, el seoro de Almansa (1439-1445) (23).

    (19) PRETEL MARIN, A.: Convenios, juntas y hermandades medievales en la Mancha de Montearagn. Anales del Centro asociado de la UNED de A1bacere, 1, 1979, p. 244. (20) PRETEL MARIN, A.: Chinchilla medieval, p. 159 Y sigs. Precisamente enAlmansa, e119 de mayo de 1413, se sacaba ccaslado de una carca de Caralina de Lancasrer (1412-4-15, Cuenca) imponiendo severas penas, incluida la de muerte, para quienes sacaran a Aragn ganado y provisiones, dada la caresta que venia producindose (Arch. Hisr. Prov. A1bacere, PRIV, carp.6, nO 1). (21) Sobre es re periodo, ver PRETEL MARIN, A.: Algunas acciones militares de Albacete y su comarca en las luchas de los Infantes de Aragn (1421-1444). A1-Basir, nO 10, A1bacere, 1981, pp. 5-72. (22) En 1434, previa autorizacin del Conde de Cascco, de Juan de Navarra y de Juan II de Casrilla, A1mansa y Ayora saldaban pacficamente sus diferencias, despus de un largo periodo de mutuas amenazas y reyerras, y llegaban a un amojonamienro de mutuo acuerdo. Acra como representante y procurador sindico de A1mansa Francisco Ximnez de Pina. Ver PRETEL: Almansa medieval, pp.99. (23) ANTOLf FERNNDEZ, A.: Historia de jumilla en la Baja Edad Media, Barcelona 1991. Del mismo autor, Noticia de los seores deAlmansa a mediados del siglo xv, A1-Basir 18, A1bacere 1986, pp. 151-163.

  • La batalla de Olmedo oblig al de Castro a renunczar a

    Almansa, que pas a poder de Alonso Tlfez (J 445), de quien la heredara Juan Pacheco, el Marqus de Villena, quien en muy pocos aos lograra rehacer, e incluso ampliar, el viejo

    - , senorzo.

    6 - EN PODER DE LOS PACHECO

    La batalla de Olmedo, autntico desastre para los partidarios de los infantes, oblig al de Castro a renunciar a Almansa, que en cambio fue entregada (1445) a uno de los nobles del partido contrario, Alonso Tllez Girn, de quien la heredara su hijo, Juan Pacheco, el Marqus de Villena, quien en muy pocos aos lograra rehacer, e incluso ampliar, el viejo seoro. Fueron aos, no obstante, de luchas incesantes, rebeliones de pueblos y trasiegos de tropas entre unos y otros (hay varias referencias a tropas de Albacete y algn otro concejo que acuden en socorro de Almansa o para guarnecer esta localidad), que dejaron su huella de odios y rencillas, e hicieron germinar una lucha de bandos que habra de hacerse endmica. Aun despus de entregada al poder de Pacheco, un vecino de Almansa, llamado Juan de Iniesta, se adue del castillo por un breve perodo, lo que condenara a sufrir represalias a la familia de ste y a la de algn que otro amigo, como Juan de Alarcn, ms tarde perdonado y repuesto en el disfrute de los bienes que le haban sido embargados a l, su

    Esr::na cotidiana: la matanza del cerdo. m ujer y su suegro (24) Un pano-

    (24) PRETELMAR!N,A.:Almansa mediroal, p. 116-117. Ya en 1448,Juan de Navarra haba escrito desde Zaragoza a1luganeniente de Orihuela interesndose sobre la liberrad de la familia de Juan de Iniesta, vecino de A1mansa. (A.R. Valencia, Real, 279, fol. 30).

    27

  • Hubo graves enfrentamientos entre la poblacin y el rgimen feudal, extremadamente corrupto, impuesto por Pacheco y por sus servidores en la villa de Almansa. Puede hablarse de rgimen colonial en Almansa,a mayor beneficio de algunos forasteros, muy en particular vecinos de Chinchilla.

    rama turbio, todava empeorado por la eterna amenaza del reino de Valencia y las entradas moras, que en el caso de Almansa llegaron a exigir el envo de tropas de todo el marquesado (25), en los malos momentos en que los de Aragn haban irrumpido por el cauce del J car y los moros haban infligido una seria derrota al gobernador del marquesado en el trmino de Helln (1449).

    No eran menores los problemas causados por el enfrentamiento, cada vez ms patente, entre la poblacin y el rgimen feudal, al extremo corrupto, impuesto por Pacheco y por sus servidores en la villa de Almansa: el alcaide Gonzalo de Helln (26) (al tiempo, arrendador de la carnicera y especulador) y Gil Gmez Pinar, un hombre de negocios chinchillano, mayordomo y merino del marqus y arrendador de rentas mal dotado de escrpulos, que emparent bien pronto con la oligarqua almansea, casando a una hija suya con Alonso de Pina, el heredero de la torre y hacienda llamada Burjaharn y el mayor propietario de tierras en Almansa, a quien traspasara el cargo de merino, pues aqu los hidalgos no desdean ninguna actividad que conlleve un salario u ocasin de ganancia (un Fernando de Pina (27), por ejemplo, se adjudica la renta del estanco de aceite). Los frecuentes cohechos y negocios oscuros, agravados an por el frreo control del comercio en el puerto (que las autoridades, burlaban a su antojo), la entrega de fielato s y oficios aduaneros, incluso de las rentas de la carnicera, a personas bienquistas del poder seorial (puede hablarse en Almansa de una economa colonial a mayor beneficio de algunos forasteros, muy en particular vecinos de Chinchilla, como Miguel Soriano, o Gil Gmez Pinar, ambos arrendadores de las rentas locales), el grave incumplimiento de viejos privilegios del comn de vecinos, y las imposiciones de levas de soldados para ir a Xiquena o para defender la tierra de los moros, motivarn protestas, y frecuentes disturbios, no slo en Almansa, pero tambin en ella. En 1461 se prohbe llevar armas so pena de prisiones y destierros por quanto esta villa es mal regida e la justicia poco temida, pero el ao siguiente se reconoce an que algunas personas se atreuen a lleuar armas e bolver roydos, y se ordena expulsar a cierto Fray Ferrando, algn predicador demasiado implicado en cuestiones sociales, portavoz de las quejas del comn

    (25) PRETEL MARN, A.: Lns tierrns albacetenses en la poltica cnstellana de mediados del siglo XV (J4481453). Anales de! Centro Asociado de la UNED de A1bacete. nO 5, A1bacete. 1983. pp. 349-428. (26) De Gonzalo de Helln, o Gonzalo de Soto, trata ampliamente e! libro de PRETEL MARN, A.: Helln Medieval, lEA, A1bacete, 1998, p. 93 Y siguientes. (m Sabemos. sin embargo, que Fernando de Pina no es propiamente hidalgo, sino hijo natural de Francisco Ximnez de Pina, que lo tuvo con una mujer casada que viva con su marido, aunque lo cti en su casa y lo dej por heredero. Precisamente esta herencia traer luego un pleito entre l y su primo. e! hidalgo Alonso de Pina. Segn ste, al morir sus padres y abuelos, su to Francisco Ximnez qued por tutor suyo y administrador de su herencia, de la que no le rindi cuentas, prometindole a cambio dejarle por heredero de todos sus bienes. Pero e! to muri estando l ausente de A1mansa y dej por heredero a Fernando, su hijo natural -Alonso ni siquiera reconoce que lo sea en verdad-o Ms tarde, en 1477, reclamar los bienes que fueron de su to, diciendo ser e! nico heredero legtimo. AG.S.-R.G.S., fa\. 375, Jerez, 24 de octubre de 1477.

    28

  • El poder seorial dejarla sin efecto con no poca frecuencia la eleccin por sorteo de los alcaldes y oficiales con arreglo a los usos concejiles histricos.

    Ello motivarla enfrentamientos entre familias rivales.

    de vecinos contra las corruptelas de Gil Gmez Pinar, quien sola tomar para el seor todo el pan que llegaba a la villa, e impeda a los vecinos vender sus cosechas de cebada (28).

    Para evitar querellas y escndalos de bandos, o tambin, otras veces, para beneficiar a sus parciales, el poder seorial dejara sin efecto con no poca frecuencia la eleccin por sorteo de alcaldes y oficiales con arreglo a los usos concejiles histricos, y los gobernadores o los corregidores del marqus impondran a menudo a personas nombradas a su propio criterio. Unas veces seran las familias hidalgas de Alonso de Pina o de los Alarcn, que cuentan de por s con el respaldo fiel de clientes y amigos paniaguados. Otras, por el contrario, sus rivales polticos, como Lzaro Ochoa o su pariente Pedro (29), cabecillas de un bando, al parecer, menos aristocrtico -casi se puede hablar, en un sentido lato, de cierta burguesla opuesta al privilegio que gozan los hidalgos y a la amortizacin de propiedad pechera por herencias o compras, que carga los impuestos sobre el pueblo comn-, o quizs aspirante a compartir esas mismas prebendas.

    Casi siempre ser el corregidor o justicia mayor el que nombre alcalde y alguacil, oficiales a cargo de impartir la justicia y mantener el orden, interfiriendo en temas de clara competencia concejil; y como resultado el sistema se vicia, y resurgen tensiones an ms enconadas. Para muestra, un botn: en enero de 1469, despus de varios aos sin renovar alcaldes por quanto estan puestos por el sennor Juan de Haro commo justi

  • En las dcadas de 1470 1480, corren tiempos de tensin, signo de la transformacin de las estructuras sociales, de las dificultades que halla la oligarqua para el mantenimiento de sus antiguos fueros, y del inconformismo de un grupo de comunes que busca su ocasin y su protagonismo.

    30

    competencia exclusiva del concejo y se renovar como toda la vida, el da de San Miguel, 29 de septiembre de 1470. Sin embargo, llegada esa fecha encontramos de alcaldes a Ochoa ya Ferrer, que adems se mantienen en el cargo sin discusin alguna, aunque s se renuevan regidores, jurados y escribano; y sabemos que en das anteriores (31 de agosto y 9 de septiembre), haba revocado Diego Lpez Pacheco las mercedes que haba realizado su padre a ciertos personajes de todo el seoro sobre exencin de pechos y otras obligaciones de la gente comn; yen diciembre, lavndose las manos, respondi a una consulta del concejo que l no saba muy bien si los hidalgos deban de pechar por los bienes comprados a pecheros, por lo que se abstena de innovar al respecto.

    A principios de marzo de 1471 (una fecha muy rara para hacer el relevo), el justicia mayor se presenta en Almansa y preside un concejo que elige por alcaldes, hasta que haya otros, a un Alonso Gonzlez y a un Rodrigo figuez, inditos hasta ahora en este oficio, y a cierto Juan Carrin para el alguacilazgo, que ya tuvo antes. Sin duda es un intento de pacificacin de guardar equilibrio entre ambos bandos, potenciando a un tercero: ni Ochoas ni Alarcones, ni Pinas; ni siquiera en los cargos inferiores, lo que tambin es raro, si no ha de interpretarse como la consecuencia de un apaciguamiento impuesto desde arriba. Parece que el sistema empieza a funcionar: en febrero de 1472 el honrrado Alonso de Pina y Juan de Alarcn se avienen a pechar una cuanta fija por los bienes comprados o heredados de antiguo, a cambio del respeto concejil a sus inmunidades por el resto de bienes. Pero lo que semeja un arreglo pacfico no es sino el resultado de una imposicin, del triunfo parcial del partido plebeyo, que ha perdido el miedo: el 1 de enero del mismo ao haba escrito el marqus prohibiendo los bandos que en Almansa y Villena, como en Yecla y en Sax, provocaban questiones e roydos e muertes e feridas (30). Es tiempo de tensin, signo, al cabo, del cambio de los tiempos, de la transformacin de estructuras sociales, de las dificultades que halla la oligarqua para el mantenimiento de sus antiguos fueros, y del inconformismo de un grupo de comunes que busca su ocasin y su protagonismo; aunque no siempre quepa interpretar los hechos en trminos de clases, pues en aquellos tiempos los lazos familiares, o las parcialidades de orden horizontal, pesaban tanto o ms que las meras razones econmicas. Desde luego, no cabe confundir la actitud de la gente opuesta a los hidalgos con inquietud social ni nada semejante. Si en algo estn de acuerdo hidalgos y burgueses (que compiten entre ellos por arrendar las tiendas del aceite y la carne, o las dehesas de pastos) es en poner a raya a las clases humildes, mantener en el mnimo los jornales agrcolas y controlar los precios a la menestrala.

    (30) De estas cuestiones nos hemos ocupado en el ya citado ibroAlmansa Medieval, pp. 123 Y ss., Y en un pequeo artculo: Los bandos del Matquesado en el siglo )0f, Congreso de Historia del Seoro de Villena, lEA, Albacete, 1987, pp. 333-348.

  • Lapaerla almansea, poco competitiva, atraviesa una grave crisis.

    Se imponla empezar una reconversin, y asl lo entendi Almansa, ...

    Son tiempos, adems, de cambios importantes en la base econmica. La agricultura crece, en alguna medida gracias al mal momento que atraviesa la lejana Chinchilla, que ha de vender Alpera a sus propios vecinos, lo cual permite a algunos labradores de Almansa cultivar en la aldea sus cosechas de trigo y de cebada que luego sacarn para la exportacin, y utilizar el agua que tocaba a Chinchilla segn el viejo acuerdo, a la vez que consiguen el derecho a llevar para su provisin el vino que traan desde fuera, y tal vez a meter ganados almanseos en las buenas dehesas all establecidas (3\). Sin embargo, hemos visto a Gil Gmez Pinar o Gonzalo de Helln, alcaide del castillo, aduearse a menudo de gran parte del grano para su propio uso, o para hacer negocios, pretextando el servicio del marqus, levantando protestas en muchos propietarios. La paera almansea, heredera de aquella que impulsara don Juan en el siglo anterior, atraviesa una crisis en todo el seoro: no es competitiva en calidad ni en precios, y tropieza, adems, con el grave problema de la materia prima, que los grandes seores de ganados de toda la comarca venden al por mayor a ginoveses e Ion bardos e catalanes, con lo que los vecinos de Villena, de Almansa, J umilla, Yecla y Sax, que antes se mantenan trabajando con ellas, se perdan por non fallar que fazer (32). Aunque la autoridad reaccion con presteza, prohibiendo la venta de lana a forasteros, y tenemos constancia de que Almansa sigui produciendo tejidos, prohibir el comercio era ir contra el signo de los tiempos, poner puertas al campo.

    Se impona empezar una reconversin, y as lo entendi Almansa, donde en muy pocos aos veremos asentarse una

    Los Reyes Catlicos con su hija Juana.

    (31) PRETEL MARfN, A.: Chinchilla medieval, pp. 303, 322-324. Adems, los de Almansa consiguieron afianzar su histrico derecho a su parte de las aguas de Alpera mediante un acuerdo, en 1459. Ver PEREDA HERNNDEZ, M.].: "Pugna entre los concejos de Chinchilla y Almansa por las aguas de Alpera, Congreso de Historia del Seorlo de Vil/ma, lEA, Albacete, 1987, pp. 275-282. (32) PRETEL MARfN, A.: Almansa medieval, pp. 146 Y sigs.

    31

  • ... donde, en muy pocos aos veremos asentarse una importante industria de hechura de carretas. Carreteros de Almansa prestarn sus servicios para llevar pertrechos, artiller/a y v/veres para el cerco de Baza y otros frentes de guerra.

    Isabel y Fernando escriben a los pueblos de quien es su enemigo (el marqus de Villena) prometiendo mercedes ycon}trmandojUeros y viejos privilegios largo tiempo aorados (los de Almansa lo son en abril de 1476).

    importante industria de hechura de carretas, por dems adecuada a un pueblo caminero y enclavado en frontera, que acab6 preocupando a las autoridades de Chinchilla (33), pues no teniendo Almansa demasiado arbolado, la madera a emplear en esta actividad sala casi siempre de los ya esquilmados pinares y encinares chinchillanos, a travs de sobornos y compra de licencias (tambin en este aspecto, como podemos ver, saban sortear los vecinos de Almansa la gran dificultad que supona la pequeez del trmino). En poco tiempo ms, carreteros de Almansa prestarn sus servicios a la misma Chinchilla y a otros municipios para llevar pertrechos, artillera y vveres, hasta el cerco de Baza y otros frentes de guerra. Todo ello se hizo, desde luego, a costa del esfuerzo y de las privaciones de las clases ms bajas, pues durante el gobierno de la casa Pacheco los precios de la carne, por poner un ejemplo, llegaron a doblarse, mientras que los salarios de los peones agrcolas apenas si subieron un cuarenta por ciento. Y entre tanto, a pesar de varias prohibiciones, el mismsimo alcaide y otras autoridades acaparaban trigo, como hemos sealado, y lo sacaban a vender a Arag6n, donde el pan alcanzaba precios mucho ms altos, causando caresta en Almansa y su entorno.

    En tales circunstancias, no nos puede extraar que al comenzar la dcada de los aos setenta, Almansa, Yecla, Sax, Villena y otros pueblos, se vean conmovidos por questiones e roydos e muertes e feridas, y por luchas de bandos con fuer

  • Gaspar Fabra, capitn de los Reyes Catlicos, firmar

    el escrito en el que el concejo almanseo solicita juramento de respetar fueros y conceder privilegios, pero lo hace tachando con varias rayas una parte del texto, justamente la que hacer referencia muy pormenorizada de dichos privilegios.

    Helln, bajo capitana de Alfonso de Lisn y Juan de Ayala, haban atacado los trminos de Almansa y de Villena, llevndose cautivos a algunos forasteros y haciendo otros daos (34).

    Vista panordmica del Castillo de Almansa.

    Llegado que fue Fabra, el 20 de septiembre, con gente de caballo y alguna infantera, un concejo compuesto de varios regidores de mediana fortuna (casi todos haban ocupado anteriormente el cargo) y presidido en cambio -y ello es muy importante- por personas que nunca anteriormente tuvieron relevancia (el alcalde Diego de Porras y el alguacil Juan de Huete), pretenden negociar, y le dan a firmar un escrito ya hecho en el que solicitan juramento solemne, en nombre de los reyes, de respeto a sus fueros y a unos privilegios que el marqus de Villena no haba mantenido, exagerando al tiempo, como es de rigor, el estado de ruina y de despoblacin en que se halla la villa a causa de la peste y de las muchas prdidas de vidas y de haciendas sufridos en servicio de Isabel y Fernando. Fabra lo firmar, pero no sin tachar con varias rayas una parte del texto: justamente la que hace relacin muy pormenorizada de dichos privilegios (35). Sin duda, no ha querido comprometerse mucho, y hace bien, pues los reyes, cuando pase la guerra, no sern menos duros ni ms respetuosos que el marqus despojado. Y sern justamente las fuerzas valencianas de los hermanos Fabra y Juan Ruiz de Corella las que se encargarn de meter en

    (34) PRETEL MARfN, A.: Hellin Medieval, Albacete, 1998, p. 135. (35) Lase atentamente la transcripcin del acta que ofrece en su comunicacin a estas jornadas PEREDA HERNNDEZ, M.j.: Moros, mudjates, moriscos y cristianos en Almansa. Para la comprensin de la guerra civil del marqus Diego Lpez, sigue siendo lectura indispensable el ya clsico estudio de TORRES FONTES, j.: La conquista del marquesado de Villena en el reinado de los Reyes Cat6licos. Hispania, L, 1953.

    33

  • Fabraser nombrado corregidor y guarda de toda la comarca, empezar a hacer prendas en bienes de vecinos para cobrar su salario, hasta que los reyes hubieron de llamarle la atencin.

    cintura a los pueblos del viejo marquesado cuando quieran pedir respeto a lo pactado.

    Cosa de un mes ms tarde en la junta que todos los pueblos sublevados quisieron celebrar en Corral Rubio (36), segn vieja costumbre, para hacer respetar sus derechos y fueros, hacer causa comn en momentos tan crticos y ver de negociar con los nuevos poderes para que no enviaran nuevos corregidores ni impusieran por fuerza novedades extraas, concurra por Almansa cierto Alfonso Martnez de Paterna, que en un par de ocasiones haba sido ya regidor del concejo, pero que nunca tuvo oficio de alcalda (37). Pero no estaba el tiempo para recuperar derechos medievales, y menos cuando ello pudiera suponer enfrentarse a la vez al marqus de Villena y a varios capitanes de los Reyes Catlicos, que operaban entonces en todo el Marquesado. Rendido ya el alcaide del castillo de Almansa, que perdi mujer e hijos a causa de la peste, Almansa, con Villena, Yecla y Sax, quedara sujeta a la gobernacin del capitn real, aunque ello supona una contravencin del acuerdo entre tanto negociado por los reyes Catlicos y el marqus Diego Lpez y una divisin, siquiera temporal, del viejo marquesado. Poco tiempo despus, Fabra ser nombrado corregidor y guarda de toda la comarca (estuvo segregada durante algunos aos del resto de las villas reducidas), y empezar a hacer prendas en bienes de vecinos por cobrar su salario, hasta que los monarcas hubieron de llamarle la atencin. A su muerte, su viuda, Isabel de Centelles, herederara el oficio (38), aunque no tardara en producirse la reunificacin de lo reducido del dicho marquesado (el conjunto de pueblos que los reyes haban arrebatado al marqus Diego Lpez).

    (36) Completa transctipcin del acta de esta junta en GIL PERTUSA. M. c.: Las Juntas del Marquesado de Villena en 1476. Congreso de Historia de A/bacete. vol n. p. 210-213. (m Tal vez sera padre de cierto Juan Alonso de Paterna, que unos afias ms tarde, en 1487. aparece como procurador de la universidad de esta villa (es decir. del conjunto del pueblo almanseo. sin distincin de hacienda o de linaje). Archivo Municipal de Almansa, Libro l. Fa!' 147. (38) 816 de octubre de 1486, en la fortaleza de Almansa. y ante los oficiales del concejo. comparece Isabel Centelles, viuda de Gaspar Fabra, y presenta una cana de los reyes (1486-7-23). dirigida a las villas de Villena. Almansa y Yecla. que ste haba tenido por merced real. En ella se ordena que su mujer las tenga ahora en las mismas condiciones. con los mismos alcaides. facultades de gobernacin y justicia. y que acudan a ella ya los alcaides que nombre con los mismos salarios. Las autoridades concejiles la obedecen. besando la cana y ponindola sobre sus cabezas. y juran acatar a Isabel Centelles y a su alcaide. Gaspar Trraga (Archivo Municipal de Almansa. Libro l. fa!' 142-143). Sin embargo. en 1488 ya era nombrado corregidor de todas estas villas Lope Snchez del Castillo, y unos afias despus seran reintegradas plenamente a la gobernacin del marquesado. aunque el tal Gaspar T rraga seguira de alcaide del castillo hasta fines de siglo (todava lo es en 1494). quedando a principios del siguiente un vecino llamado Francisco de Trraga que era caballero y tena acostamiento de los reyes. Ver LPEZ SERRANO: yec/a ... pp. 186 Y sigs.

    34

  • Con los Reyes Catlicos la oligarqua almansea fue en aumento gracias a la promocin de linajes menores. Aunque la poblacin creci, no se produjo un mejor reparto de la riqueza.

    7 - EL ESTADO MODERNO DE ISABEL Y FERNANDO

    De entonces adelante, la mquina implacable del Estado Moderno, que vienen a implantar Isabel y Fernando usando eficazmente de instrumentos como la Hermandad, la Inquisicin, o los corregidores de mano expeditiva, se impondra en Almansa, como en otros lugares del viejo marquesado, ahora dividido en varias subregiones. La vieja oligarqua, aunque en parte proscrita y privada de bienes, o apartada algn tiempo de su derecho a oficio, por sus vinculaciones al marqus de Villena (39), no ser debelada; ms bien, aumentar mediante promocin de linajes menores, que ahora acceden a oficios y derechos antao monopolio de los privilegiados; o ser reforzada con la incorporacin de algn notorio hidalgo trado por la guerra (40). La poblacin creca -el signo de los tiempos- pero no en la medida que hubiera permitido un reparto mejor de la riqueza rstica y una potenciacin de la manufactura con recursos locales. La concesin real de algunos privilegios, que costaba adems, mucho dinero pblico en pleitos en la audiencia y en la chancillera, no beneficiara por igual a todos los vecinos, sino a los poderosos, que consuman

    (39) Ya el21 de febrero de 1477los Reyes instan al gobernador del Marquesado para que obligue a devolver a Juan de Otazo los bienes que le haban embargado en Almansa y Villena por ser criado del marqus Diego Lpez. Y de 24 de octubre hay arra documento, fechado en Jerez de la Frontera, sobre peticin de Alonso de Pina, para que se le devuelvan los bienes que le haban sido arrebatados, y entre ellos la herencia de su to, que se haba apropiado un supuesto hijo de ste, aprovechando el tiempo en que l estuvo ausente-probablemente estaba al servicio del marqus de Villena- (RGS, fols. 337 y 177), Y sabemos que luego sera encarcelado por haber ocupado oficio de justicia sin facultad para ello (RGS, fol. 221, 16 octubre 1490). Alonso de Pina y Fernando de Alarcn se haban encargado, en 1475, de movilizar la caballera de Almansa por orden del marqus (Archivo Municipal de Almansa, LCO, fol. 121). (40) El1 de mano de 1487, ante los oficiales municipales, el procurador del concejo, Juan Carrin, yel procurador de la universidad de Almansa, comparece Luis Navarro de Navarra, diciendo "que peda vezindad libre e sin pecho, commo se la auia dado el conc;:ejo de Chinchilla, de que mostr papeles y testimonios, y fueron vistos y entendidos; y paresc;:e por ellos aver venido a esta tierra por caudillo de setenta caballeros armados al socorro de Chinchilla; y retirndose la gente del marqus, y abiendo quedado libre la tierra, se qued en Chinchilla e demando e fizo vecindad como fidalgo, e se le mand positar rreynta florines de Aragn para el procurador que fue a fazer e aueriguar su fidalgua. As demostr que era hijo mayor de un hidalgo de las familias ms famosas de Navarra, y que se haba criado en Ablitas, donde el padre tena su seoro y mariscala. En vista de ello, los oficiales le otorgan carta de vecindad, y l jura como tal. Archivo Municipal de Almansa. Libro 1, fol. 147.

    35

  • La mquina implacable del estado moderno de los Reyes Catlicos se emplear sobre Almansa y otros pueblos, llegando a duplicar, incluso a triplicar, las rentas que estas villas pagaban al marqus en los tiempos pasados.

    ms, y tenan el control de comercio y ganado. A las gentes modestas les quedaban sus carros, y sus pobres franquezas heredadas de antao, para mercadear, y meter contrabando, por el puerto y aduana del reino de Valencia. Puerto que, en estos aos, conocer, por cierto, bastante actividad, aunque muy controlada por las autoridades fiscales de los reyes (41).

    En los aos siguientes, la mquina implacable del Estado Moderno de los Reyes Catlicos y de sus instrumentos (Hermandad, Inquisicin, corregidores duros, oficiales de aduanas y de recaudacin) se emplearn sobre Almansa, como sobre otros pueblos, llegando a duplicar, incluso a triplicar, las rentas que estas villas pagaban al marqus en los tiempos pasados, sin contar con las levas de tropas y pertrechos que exiga la guerra de Granada; pero ello no implica que el esfuerzo fuera ms repartido. La corrupcin rampante de las autoridades y de la oligarqua compinchada con ellas, motivara protestas por parte del comn, que seran acalladas sin gran contemplacin, o atendidas en parte, lo que provocara numerosos escndalos y nuevas ocasiones para la intervencin de la real justicia en cuestiones que slo tocaban al concejo. Los viejos privilegios en materia fiscal y aduanera seran recuperados, al fin, tras muchos aos de pleitos en la corte, que Almansa promovi junto con otros pueblos del mismo marquesado; aunque ello no fue bice para su incumplimiento, antes, despus y en tanto (42).

    (41) GARcfA MORATALLA, P.J.: Iniesta Medieval, (en prensa). (42) PRETEL MARfN, A.: Almansa Medieval, doc. XXX, pp. 266-268.

    36

  • En cuanto a las libertades pblicas, las Juntas de los pueblos szguzeron perviviendo, pero muy recortadas y tenidas a raya en cuanto a atribuciones. Hubo graves incidentes en 1490, tras la organizacin de alguna comunidad, movimiento de la gente del comn, contra la corrupcin y el permanente abuso de las oligarqufas.

    8 - LA INTEGRACIN DE ALMANSA EN UNA MONARQUA AUTORITARIA

    Por lo que se refiere a libertades pblicas, las juntas de los pueblos siguieron perviviendo, pero muy recortadas y tenidas a raya en cuanto a atribuciones; yen alguna ocasin hubo gobernador que quiso suprimirlas (43). El sorteo de oficios en el ayuntamiento conforme al uso antiguo fue tambin transformado, an ms que en los tiempos del marqus de Villena, y en alguna ocasin sustituido por simple cooptacin presidida y forzada por el corregidor o por sus delegados, sobre todo en momentos de tensin, como ocurri en Almansa, y tambin en Villena y otras localidades, a raz de los graves incidentes, con heridos y muertos a mansalva, que tuvieron lugar en 1490 (44), tras la organizacin en algunas de ellas de una comunidad (movimiento de gentes del comn contra la corrupcin y el permanente abuso de las oligarquas) (45). Diego Manuel de Huete, el _Ta_,,_eos_agr_fc_ola_s_. ________________________________________ _

    (43) PRETEL MARfN, A.: Convenios, hermandades y juntos medievales ... , pp. 250-251. (44) Ya el 17 de julio de 1490 los reyes mandaban castigar los alborotos habidos en Almansa (RGS, fol. 457). (45) Hemos analizado extensamente uno de estos fenmenos en La Comunidad y Repblica de Chinchilla. Y es significativo que, junto a los almanseos encarcelados, que se quejan ms tarde del juez pesquisidor, se encuentre Juan Garela, "procurador sndico de la comunidad de Villena, lder de un movimiento semejante. (RGS, fol. 319, de fecha 11 de diciembre de 1490).

    37

  • Se acomenten nuevas roturaciones ...

    ... y se piensa construir una balsa para recoger las aguas de Alpera.

    38

    juez pesquisidor nombrado por los reyes para poner sosiego, suspendi en sus funciones a todos los alcaldes (46) y encarcel a unos cuantos vecinos de estas villas (ms tarde llegaremos a ver algn vecino muerto por el tormento); pero no por tal causa acabaron all los incidentes, que siguieron an con ms acusaciones de prevaricacin contra el pesquisidor y sus subordinados, incapaces de habrselas con los poderes fcticos, y con la peticin de un corregidor que viniera a poner justicia en la querella; comisin encargada inicialmente a un vecino de Almansa, el notario Mateo de Pealosa, que la dej en las manos de otro de Villena, lo que no impedira que ms tarde tuviera sus problemas por ello (47).

    El moderado aumento del censo demogrfico del perodo entre siglos, que viene acompaado en todo el marquesado por un claro incremento de privatizacin y puesta en cultivo de lugares baldos hasta entonces, tambin se ve en Almansa, y tambin beneficia a algn que otro vecino de las clases modestas; pero ms todava beneficia a los ricos, que consiguen mejores heredades, y a la postre podrn adquirir a los pobres las tierras desmontadas.

    En 1501 existe ya un proyecto del concejo de Almansa para hacer una balsa (48) que recoja las aguas de la acequia de Alpera, con el fin de ampliar las tierras de cultivo. No sabemos quin tiene propiedad en la zona, pero es de pensar que no seran los pobres los ms beneficiados. Eso s, imaginamos de dnde sacaran regidores y alcaldes el dinero preciso para la construccin: de los mismos bolsillos que en ese mismo ao tendran que pagar ciertos maraveds en un repartimiento para hacer una fuente en la villa.

    (46) Sobre estos incidentes, ver LOPEZ SERRANO, A.: Yecla ... pp. 189-191. El 29 de septiembre de 1490. da tradicional del sorteo de oficios. ante Alonso Prez de la Plazuela. teniente de corregidor por Diego Manuel de Huete, los regidores y jurados eligen oficiales para el afio siguiente. Designan por alcaldes a Pedro Ochoa y Fernando Guillamn. por quanto ellos eran alcaldes y entregaron las varas al sennor li

  • Se haba consumado la integracin completa de un antiguo concejo en el vasto entramado del Estado Moderno, que paulatinamente vendra a eliminar las peculiaridades y derechos histricos del viejo seoro de Villenay de los municipios que en l haban crecido.

    En resumen, se haba consumado la integracin completa de un antiguo concejo en el vasto entramado del Estado Moderno, que paulatinamente vendra a eliminar las peculiaridades y derechos histricos del viejo seoro de Villena y de los municipios que en l haban crecido. En adelante, Almansa, an habra de temer algunas agresiones de concejos vecinos, o de algn noble prximo, como el de Montealegre, un verdadero incordio para todos los pueblos del contorno; e incluso los deseos del marqus de Villena, que no haba renunciado a recobrar las plazas que los Reyes Catlicos le haban arrebatado contra la letra expresa del acuerdo de paz que dio fin a la larga Guerra del Marquesado, muy en particular de Villena y Almansa (49). Pero el mayor peligro no vena de fuera: estaba ya en la villa, y en la unin de intereses entre la oligarqua de los viejos hidalgos, ms los advenedizos que se integran con ellos y acaparan las rentas y los acostamientos (50) como una renta ms, y las autoridades mandadas por los reyes o por sus delegados. An hubo una ocasin, con las Comunidades (51), de enderezar el rumbo, pero con el fracaso de aquella rebelin, que tuvo en estos pueblos un tinte ms social que en otros de Castilla (52), puso el punto final a toda aspiracin de mejora y progreso de las clases comunes, y retras por siglos la modernizacin. Unos aos despus, en 1530, una Almansa crecida (entre unos dos mil cien y unos dos mil trescientos habitantes) si bien bastante menos que Albacete, mucho ms progresiva, padece, aunque en medida menor que aquellas villas, los males que aquejaban a Chinchilla y Helln; males que procedan de la acumulacin de toda la riqueza en manos de unos pocos (menos del diez por ciento) y de la corruptela convertida en costumbre. En Almansa -se dice- ay quinientos e quinze vezinos pecheros, en los quales ay hasta