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  • HABA UNA VEZHERMINIO ALMENDROS

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    Agradecimientos:

    A Eduardo Sarmiento Portero y David Alfonso Surez por la cesin de derechospara la ilustracin de esta obra

    Al Instituto Superior de Diseo Industrial por los perfiles de las coleccionesrealizadas por sus alumnos:

    Alain Valladares Ulloa/ David Alfonso Surez/ Osmany Lorenzo Santana/Eduardo Sarmiento Portero/ Idania del Ro Gonzlez/ Alberto Barrios Gmez/

    Jorge Mndez Cals/ Evelin Ruiz Crego

    Tomado de la edicin de Gente Nueva, 1997

    Coleccin al cuidado de Esteban Llorach Ramos y Elizabeth DazEdicin: Mytil Font/ Direccin artstica: Adriana Vzquez Prez/Ilustracin: Eduardo Sarmiento Portero y David Alfonso Surez/

    Composicin: Diana Surez Companioni

    Herederos de Herminio Almendros, 1997 Eduardo Sarmiento Portero y David Alfonso Surez Sobre la presente edicin, Instituto Cubano del Libro,

    Editorial de Ediciones Especiales, 2002Edicin realizada para el medio educativo y cultural sin nimo

    de lucro, al amparo de la licencia No. 007/2001, otorgadapor el CENDA. Prohibida la reproduccin total o parcial de esta edicin.

    Prohibida su circulacin fuera de la Repblica de Cuba

    Biblioteca FamiliarInfantil-Juvenil

    Instituto Cubano del Libro, Editorial de Ediciones Especiales,Palacio del Segundo Cabo, O`Reilly No. 4, La Habana Vieja, Ciudad de La Habana, Cuba

    ISBN 959-7108-31-3

    Impreso en el Combinado de Peridicos Granma

    Agua, San Marcos! ......................................................................22El gato con botas ..........................................................................22Mariquita, Mara ............................................................................24Romance de Don Gato..................................................................24El soldadito de plomo ..................................................................24El soldadito de plomo (poesa) ...................................................26El mayor castigo ...........................................................................26Pulgarcito.......................................................................................27Mam ..............................................................................................29Almendrita .....................................................................................29Cancin de cuna de los elefantes ...............................................31Adivinanza .....................................................................................31Cenicienta ......................................................................................31El lagarto est llorando ................................................................33La bella durmiente ........................................................................33El burro enfermo ...........................................................................35El pescador y su mujer ................................................................36El sapito glo-glo-glo .....................................................................37Blanca Nieve ..................................................................................38La tos de la mueca......................................................................42Cancioncilla ...................................................................................42El patico feo...................................................................................42

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    Nacido en Albacete, Espaa, Herminio Al-mendros (1898-1974) lleg a ser merecidamentecubano, por su manifiesto amor a nuestro pasy por sus importantes contribuciones a la cultu-ra nacional. Entre sus aportes se destaca lacabal aprehensin del pensamiento y la obrade Jos Mart y la difusin que de ellos hizo ensu primordial condicin de educador, inclusoantes de que apareciera su importante libro Apropsito de La Edad de Oro de Jos Mart(1989). El libro Notas sobre literatura infantil (San-tiago de Cuba, 1956) muestra perceptibles afini-dades con los criterios que fundamentan laseleccin de textos en Haba una vez... (LaHabana, 1945) y con la concepcin martiana deesa tipologa literaria y de su receptor especfico.

    Obviamente los textos compilados por Al-mendros en Haba una vez... estn entre aque-llos considerados clsicos de la literatura paranios, por su apego a los convencionalismosgenricos, a lo que apunta el propio ttulo dellibro. As, los smbolos de fcil decodificacin;el amplio uso del diminutivo, aunque sin exce-siva oera; el lenguaje tampoco es de unacorreccin ramplona y por tanto inexpresivo,sino que es sencillo, preciso y gil, a la vez quesugeridor, con efectos de musicalidad (rima, rit-mo, valores fnicos de los vocablos, onomato-peyas, etc.). Tambin se distingue por imgenesvivaces y emotivas, tanto en la construccin depersonajes como de situaciones. Incluso elempleo de la tipografa tiene funcin semnti-ca y expresiva en Los tres osos. No slo seapela a la va sensorial, sino ante todo a la cor-dial. El afn didctico no va en detrimento deldisfrute artstico y ldico, admitido como propiode la naturaleza del hombre, sino que tica yesttica se manifiestan en perfecta comunin,lo que es para Almendros uno de los ms im-portantes legados del modelo martiano.

    Tanto Mart como Almendros fueron ms allde modelos literarios como Cuentos azules deLaboulaye o Cuentos maravillosos de Anderseno las colecciones de Perrault y los hermanosGrimm, al reunir en una misma publicacin tex-tos en prosa y verso. As, estructurado armo-niosamente en dos partes, Haba una vez...rene textos en prosa y verso o la combinacin

    de ambos (como se aprecia en Pollito Pito yLa Gallinita Rabona, por ejemplo), en los cua-les la fantasa resulta omnipresente. Ahora bien,ya sean textos en prosa o verso, todos soneminentemente narrativos y tienen por hroesa seres humanos, animales y objetos personi-ficados. Ellos provienen del enorme caudal dela tradicin popular: algunos todava encubier-tos por el anonimato y otros principalmentepoemas con la reconocida autora de presti-giosos literatos, como Federico Garca Lorca.De este modo, Almendros coincidi con la ten-tativa martiana de poner al pequeo lector encontacto con la tradicin cultural popular.

    Entre los cuentos de hadas y encantamientosde Haba una vez... figuran los muy conocidosAlmendrita, Cenicienta, La bella durmien-te, El pescador y su mujer y Blanca Nie-ve. En A propsito de La Edad de Oro...,Almendros diferenci la versin martiana deMeique y El camarn encantado de loscuentos del francs Laboulaye, en tanto sea-l el parentesco del primero con Pulgarcito,que es el cuento compilado por Almendros enHaba una vez..., junto con El pescador y sumujer, proveniente de la tradicin eslava. Se-gn Almendros: En los cuentos Meique yEl camarn encantado hay desorbitada fanta-sa, como ya Mart anuncia al ofrecerlos comocuentos de magia.1 El efecto desmitificador enHaba una vez... no emerge de algn textoen particular sino de la totalidad del libro, yaque las narraciones en que intervienen elemen-tos fantsticos o sobrenaturales auxiliando a losprotagonistas en la consecucin de sus finesestn acompaadas de otras en las que sepone de relieve el esfuerzo propio, el empleode la inteligencia, el conocimiento de la identi-dad y las aptitudes propias, as como la solida-ridad entre seres diferentes para alcanzar eltriunfo sobre las adversidades o las amenazasde supervivencia, eludiendo as interpretacionesincorrectas o tergiversadas de las relaciones so-ciales o de los fenmenos y procesos que ocurren

    A PROPSITO DE HABA UNA VEZ...: HERMINIO ALMENDROSCOMO COMPILADOR DE LITERATURA PARA NIOS

    1Almendros, Herminio: A propsito de La Edad de Oro: loscuentos, en Acerca de La Edad de Oro, La Habana, EditorialLetras Cubanas, Centro de Estudios Martianos, 1989, p. 121.

    NDICE

    A PROPSITO DE HABA UNA VEZ...: HERMINIO ALMENDROSCOMO COMPILADOR DE LITERATURA PARA NIOS ...............3

    PRIMERA PARTELa Gallinita Dorada ..................................................................5Ronda del po po ....................................................................5La ranita verde y el ganso..............................................................5Cuc .................................................................................................6La margarita blanca ........................................................................7Campanillitas...................................................................................7Los tres cerditos .............................................................................7El caracol .........................................................................................9La cucarachita Martina ...................................................................9Los cinco .......................................................................................10Los tres osos .................................................................................10La loba, la loba........................................................................ 11Pollito Pito .....................................................................................11Dime, ovejita negra .......................................................................12Los chivitos porfiados..................................................................12Mi perro ..........................................................................................13La Gallinita Rabona ......................................................................13Que llueva! ...................................................................................14Nana................................................................................................14El gallo de boda ............................................................................15Palomita en la playa ......................................................................16Cmo es que Ratn Prez resucita y deja de llorar Cucarachita.........................................................16Los nmeros..................................................................................17Mediopollito ...................................................................................18Adivina, adivinador.............................................................. 19

    SEGUNDA PARTECaperucita roja ..............................................................................19La nena astuta ...............................................................................21Los siete chivitos ..........................................................................21Una nia .........................................................................................22

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    cotidianamente en el mundo. En La GallinitaDorada, por ejemplo, se exalta el valor del tra-bajo. Mientras que en Cmo es que ratn Prezresucita y deja de llorar cucarachita y otros tex-tos se propende hacia la necesi-dad de hacer el bien en beneficio de la colecti-vidad y a la solidaridad que debe prevalecer enlas relaciones sociales. Los chivitos porfiadoses de los cuentos donde se demuestra que elser ms pequeo y aparentemente ms dbiles el que finalmente triunfa. La inteligencia y elvalor como vas para vencer las adversidadesy los retos que surgen en la vida y alcanzar lafelicidad se enfatizan en Los tres cerditos,La ranita verde y el ganso, Almendrita yEl patico feo estn entre las narraciones queensean la importancia del conocimiento dela identidad y las aptitudes propias, para ade-cuar a ellas las aspiraciones. La nena astu-ta desarrolla una situacin contraria a la deCaperucita roja, que como Dime, ovejitanegra, enfatiza las peligrosas consecuenciasde la irresponsabilidad. Palomita en la pla-ya, El mayor castigo, Mam, Cuandosea grande tratan del amor maternal o filial;en Pulgarcito se alude a la seguridad quebrinda el hogar paterno. Otros textos inducen ala eliminacin de cualidades negativas: Lacucarachita Martina, la gula; Mariquita, Ma-ra, decir mentiras; Cenicienta y Blanca Nie-ve, la envidia; La bella durmiente, elresentimiento y El pescador y su mujer, laavaricia. En resumen, Haba una vez... posibili-ta la comprensin de por qu la vida y el biensalen triunfantes sobre la muerte y el mal.

    Una serie de gran inters es la compuestapor cuentos y poemas que describen procesosy fenmenos que ocurren de manera naturalen los seres vivientes y su entorno: la necesi-

    dad vital del agua, los efectos de la lluvia y delsol en la germinacin y crecimiento de las plan-tas (La margarita blanca), la reproduccinovpara de las aves (Mediopollito... y Elpatico feo), la relacin entre los fenmenosde la naturaleza (Nana), la belleza de la na-turaleza (El caracol). Si en Los tres ososse muestra la invasin del territorio de los ani-males por los humanos y los daos causadospor stos en el hbitat de aqullos, en Miperro y Los chivitos porfiados se alude alas relaciones afectivas entre humanos y ani-males. Varias narraciones promueven el respetoa la diferencia tanto en lo fsico como en lo cul-tural; as en La cucarachita Martina se sub-vierte la opinin de que las cucarachas sonseres repulsivos y sucios. Determinados poe-mas y narraciones contribuyen a relativizar losconceptos de belleza y fealdad; en La loba, laloba... los artificios no mejoran la naturalezadel ser y en Una nia se manifiesta una be-lleza incompleta, ya que carece de una buenainstruccin. El soldadito de plomo demues-tra cmo un defecto fsico no implica incapaci-dad para amar y ser correspondido. Tambinse distinguen aquellos textos encaminados aestimular el razonamiento de modo ldico, es-pecialmente, Adivina, adivinador... y Adivi-nanza, as como Los nmeros y Los cinco;este ltimo es uno de los textos que desarrollala temtica ms relevante del libro: la identidady la diversidad en los seres, procesos y fenme-nos del mundo. Como Mart, Almendros fue con-trario al desarrollo de mentalidades sumisas yfaltas de originalidad.

    MARIANA SERRA

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    El gato y la gallina estaban tan malcriadospor su duea, que pensaban que ellos eran lomejor del mundo. Y como eran bastante egos-tas y estaban un poco celosos del patico, nohacan ms que hacerlo sufrir.

    No eres un animal de adorno, resultasdemasiado feo. Para qu sirves t? le de-ca la gallina. Sabes poner huevos? Sa-bes cacarear?

    No contestaba el patico, bajando lacabeza.

    Sabes mover la rueca? Sabes erizarel lomo? Puedes echar chispas cuando tefrotan en la oscuridad? le preguntaba el gatomuy orgulloso.

    Tampoco deca el patico abochorna-do. Slo s volar y nadar!

    Volar! Vaya un gusto! exclamaba lagallina. No es mucho mejor correr?

    Nadar! Qu ocurrencia! deca el ga-to con desprecio. Ni que el agua fuera tanbuena!

    Todos los das el gato y la gallina discutancon el patico.

    Ya que eres tan feo y no sirves para nada,por lo menos qutate de la cabeza esas locu-ras de remontar el aire o de tirarte al agua! ledeca el gato.

    Pero si no puedo! murmuraba el patico.Un animal que no es bonito, debe ser til

    le aconsejaba la gallina. Trata de ponerhuevos como yo, o de mover la rueca, comoel gato.

    Nunca podr hacer esas cosas dijo elpatico desesperado. Creo que lo mejor esque me vaya.

    Y se fue.Todo el verano se lo pas el pato vagando

    solitario en el bosque. Ningn animal lo quera.Claro, soy tan feo! pensaba el desdi-

    chado.Pas el verano y lleg el otoo. Las hojas

    de los rboles se pusieron amarillas y secas:el viento las arranc y les hizo dar milvolteretas. Las ramas quedaron desnudas yel cielo se hizo gris.

    Apareci el invierno. Pesadas nubes se in-clinaron hacia la tierra, cargadas de granizo yde nieve. El agua de las charcas se empez ahelar y pronto no qued ms que un agujerodonde nadaba el pato. El pobre animal no te-na ms remedio que mover continuamente laspatas para no quedar prisionero en el hielo. Alfin un da no pudo ms, se detuvo y quedpreso en el agua helada.

    A la maana siguiente pas por all un le-ador y al ver el animalito casi helado se lo

    llev a su casa para que su mujer hiciera unbuen asado.

    Con el calor de la cocina el pato revivi.Oh, mam, no lo mates! dijeron los

    nios del leador. Djalo para que jueguecon nosotros.

    Estaba tan acostumbrado a los malos tra-tos el desgraciado animal, que al acercarselos nios se llen de miedo, alete y tir al sueloun caldero lleno de leche.

    La mujer del leador, al ver perdido el ali-mento de sus hijos, empez a golpearlo furio-sa, y el pato, lleno de terror, revolote por todoel fogn, rompiendo platos, jarros y cazuelas.

    Entonces s que quisieron matarlo. Llena defuria, la madre corra detrs de l queriendodarle con las tenazas. Los nios, dando gri-tos, le tiraban pedazos de lea y fue una suer-te para l que estuviera la puerta abierta,porque pudo escapar, Y esconderse entreunas ramas, con el corazn que le saltaba deangustia.

    Qu invierno tan terrible pas el pobre ani-mal! Pero, al fin, un da el sol empez a calen-tar, derriti la nieve, y las ramas de los rbolesse llenaron de millones de yemitas tiernas.

    Entonces el pato decidi marcharse paraalgn lugar donde pudiera ser menos desgra-ciado. Sus alas eran ya grandes y fuertes ypodan llevarlo muy lejos. Remont el vuelo.

    Durante varios das vol sin descanso, has-ta que decidi detenerse al fin. Haba llegadoa un jardn maravilloso donde las flores perfu-maban el aire y los pjaros cantaban entre lasramas de los rboles cargados de frutas. Jun-to a unas escaleras de mrmol vio un estan-que de aguas limpias y tranquilas dondenadaban tres magnficos cisnes de plumasblanqusimas y pico sonrosado.

    Qu aves ms hermosas! pens elpato gris.Me quedo con ellas! Tal vez mematen, por haberme atrevido a ponerme a sulado; pero, qu importa? Mi vida ha sido tantriste! Creo que vale ms morir junto a estospreciosos animales, que ser mordido porpatos, picado por gallinas, atacado por perros;despreciado por gatos, golpeado por hombres,y... pasar hambre, angustia y fro!

    Entr en el agua y fue hacia los cisnes.En cuanto estos lo vieron, nadaron hacia

    l, con las alas abiertas.

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    Y dijo la Gallinita Dorada:Yo solita lo amasar.Cuando el pan estuvo cocidito y dorado, dijo

    la gallinita:Quin quiere comerse conmigo el buen

    pan de harina de trigo?Y grit el pato:Yo, que soy tu amigo!Y grit el pavo:Yo, que siempre lo he sido!Pero la Gallinita Dorada grit:No, no y no! El pan es para mis pollitos,

    que son chiquitos, y para m. Tiii, tiii, tiiiii!

    Ronda del po po A la rueda-rueda,po... po... po...la gallina blancacon sus diez pollitosjuegan a la ronda,qu lindos, qu lindos!

    Cococococ...po po podonde va la madrevan los pequeitos,cuatro como nievey seis amarillos.

    A la rueda-rueda,po po po

    YOLANDA LLEONART

    La ranita verdey el ganso

    En una charca haba muchas ranas.Haba una ranita verde, que quera ser la

    rana mayor del mundo.Un da se acerc un ganso a beber agua.Las ranas dijeron:Mira, mira! Esa que viene a beber es la

    rana mayor que hemos visto.

    La Gallinita Dorada

    La Gallinita Dorada estaba picoteando enel patio y se encontr un grano de trigo:

    Quin quiere venir conmigo a sembrareste grano de trigo?

    Y dijo el pato:Yo no ir.Y dijo el pavo:Yo me cansar.Y dijo la Gallinita Dorada:Yo solita lo sembrar.Cuando el trigo estuvo crecido y maduro,

    dijo la Gallinita Dorada:Quin quiere venir conmigo a llevar el

    trigo al molino?Y dijo el pato:Yo no ir.Y dijo el pavo:Yo me cansar.Y dijo la Gallinita Dorada:Yo solita lo llevar.Cuando el trigo estuvo molido y hecho hari-

    na, dijo la gallinita:Quin quiere venir conmigo para hacer

    pan de la harina de trigo?Y dijo el pato:Yo no ir.Y dijo el pavo:Yo me cansar.

    PRIMERA PARTE

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    El patico gris estir el cuello. Nunca habavisto ni odo nada tan hermoso. Sinti deseosde aplaudir.

    Cui, cui!Qu mamarracho! Y se atreve a chillar

    delante de m! dijo el gallo. y le dio un tre-mendo picotazo.

    El primer da sucedi esto, pero en los si-guientes fue peor. Todos trataban mal al pobrepatico.

    Su hermanos eran crueles con l y le de-can cada dos minutos:

    Ojal te lleve el gaviln!Los patos y las gallinas lo picaban a cada

    momento. La mujer que daba de comer a losanimales lo empujaba con el pie. Hasta sumadre, el nico ser que lo quera en el mundo,exclam un da:

    Qu desgraciada soy con este hijo tanhorrible!

    El infeliz patico feo no pudo soportar estoy se escap, saltando la cerca. Los pja-ros que estaban en la enredadera que cre-ca junto al muro salieron disparados y elpobre pens:

    Debo de ser espantoso cuando todos mehuyen. Pero no soy malo y a nadie har dao.

    Cerr los ojos llenos de lgrimas y con-tinu su camino. As lleg a una gran lagu-na donde vivan los patos silvestres. Allpas la noche muy triste, muy cansado ymuy hambriento.

    Al amanecer, cuando los patos silvestres sedespertaron, vieron a su nuevo compaero.

    Quin es este espantajo? preguntaron.El patico se volvi hacia todos los patos

    silvestres, saludando muy cortsmente, peroera tan feo que los otros gritaron burlndose:

    Puedes estar orgulloso de ser el prime-ro de los feos!

    Ya lo s dijo el pobre patico a punto dellorar. Pero puedo quedarme con ustedes?

    Qudate en la laguna, si quieres; aunqueno pienses que vas a formar parte de nuestrafamilia.

    En esto se oy un ruido tremendo. Pim,pam, pum! Jau, jau!

    Eran unos cazadores que disparaban con-tra los patos silvestres, y echaron sus perrosa buscarlos.

    La bandada de patos levant el vuelo, perodos cayeron entre la yerba de la orilla. El aguase puso roja con la sangre.

    El patico feo encogi la cabeza para escon-derla debajo de las alas, cuando vio delantede l un perrazo enorme con la lengua fuera ylos ojos que echaban chispas.

    Lleno de terror cerr los ojos para no verlos dientes afilados que se iban a clavar en sucarne, pero de pronto el perro dio una vuelta yse fue sin tocarlo.

    Menos mal! murmur el patico. Soytan feo, que ni el perro ha querido morderme!

    Y se qued quietecito, mientras los tirosseguan sonando sin parar.

    Al anochecer todo qued en silencio, pe-ro el pobre patico, asustado, no se atrevi alevantarse. Era ya media noche cuando tuvovalor para volar. Cruz la laguna, atraveslos campos y sigui volando y volando sindescanso.

    De pronto empez a llover. El viento se hizotan fuerte que apenas poda mover las alas.Los truenos y los relmpagos le daban miedoy tuvo que detenerse.

    Entonces se fij en que estaba junto a unacasita tan miserable, que pareca que se iba acaer de un momento a otro.

    Quizs haya en ella buena gente! pen-s el patico, que estaba ansioso de cario. Ycomo la puerta estaba rota, decidi entrar poruna rendija.

    All viva una viejecita muy pobre, sin mscompaa que un gato y una gallina. El gatosaba impulsar la rueca de la viejita con suspatas delanteras y la gallina pona un huevotodos los das. De este modo ayudaban a suama.

    Al da siguiente, cuando amaneci, los ani-males vieron al patico. La gallina empez acacarear y el gato a maullar, porque no lesgustaba nada que otro animal llegara a la casa.

    Qu sucede? pregunt la viejecita,que no vea bien. Pero cuando distingui alpatico, se alegr mucho, y exclam:

    Ahora tendr tambin huevos de pata!y decidi quedarse con el animalito.

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  • HABA UNA VEZHERMINIO ALMENDROS

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    La ranita verde dijo:Van a ver cmo yo me hago mayor que

    ella.Y empez a comer y a comer y a beber

    mucha agua.La ranita se hinchaba como una pelota.Soy ya bastante grande? pregunt.Las ranas dijeron:No, no; es mucho mayor esa que viene a

    beber agua.La ranita verde sigui comiendo y comien-

    do y bebiendo agua.Y se hinch ms y ms, hasta que revent.Las ranitas verdes son muy lindas cuando

    son pequeitas y, nunca, por mucho que co-man, pueden llegar a ser tan grandes comolos gansos.

    CucCuc, cantaba la rana,cuc, debajo del agua;cuc, pas un caballero,cuc, vestido de negro;cuc, pas una gitana,cuc, vestida de lana,y comiendo pan;le ped un pedazo,no me quiso dar;la cog del brazoy la hice bailar.

    Si el cuc te gustavolver a empezar.

    ANNIMO

    43

    Mam Pata, seguida de sus hijitos, sali delagua.

    All en el fondo, junto al gallinero, estabanlos otros animales escarbando, comiendo, pe-lendose y haciendo ruido.

    Miren eso! grit un pato blanco y ne-gro. Qu cosa tan fea viene por all! No tequeremos aqu! Fuera! y vol hacia el paticogris, y le dio un picotazo en el pescuezo.

    Djenlo en paz! dijo la madre furio-sa.No molesta a nadie y est mal que abu-sen de l!

    Es verdad. Perdone, seora dijo el pato,avergonzado. Pero es tan grande y tanridculo que me dan ganas de volverlo a picar.

    Un pato blanco, que estaba mirando lo quepasaba, dijo, con mucha amabilidad:

    Tiene usted muy lindos hijos, doa Pata!Todos son hermosos, menos ese; es una ls-tima que no pueda embellecerlo un poco.

    Ha estado muchos das en el huevo ypor eso es distinto de los otros explic lamadre y aadi: No es hermoso, tiene us-ted razn, pero nada muy bien y es obedientey bueno. Yo creo que cuando crezca se arre-glar un poco ms.

    Y mientras la madre deca esto, acariciabasuavemente las plumas del patico feo.

    Despus llam a sus nios, los presenta todos los habitantes del corral y los man-d a jugar, mientras ella conversaba con lasamigas.

    A los pocos minutos, ya los paticos esta-ban corriendo, comiendo y chillando, como sihiciera mil aos que estuvieran all.

    El patico gris encontr una lombriz gorda ycolorada y, muy contento, llam a sus herma-nos para repartirla, como le haba enseadosu mam, pero los otros se la tragaron sin de-jarle nada.

    Y mi parte? reclam el patico asom-brado.

    Cierra ese pico feo! gritaron lospaticos amarillos. Te dejamos estar connosotros y todava te quejas! Te figuras quesomos iguales? Pues ests muy equivo-cado! Y no se te ocurra irle con el cuento amam!

    El patico gris se qued muy triste, acurru-cado en un rincn.

    Poco despus pas por all un gallo. Dabagusto ver su cresta roja, el penacho azul desu cola y sus espuelas afiladas. El gallo seencaram en un palo y cant:

    Quiquiriqu!

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    La margarita blanca

    Era una vez una margarita blanca que vi-va debajo de la tierra, en una casita caliente,tranquila y oscura.

    Un da oy unos golpes muy suaves enla ventana:

    Chas, chas, chas.Quin llama?Es la lluvia.Qu quiere la lluvia?Entrar en la casa.No se pasa! No se pasa! dijo la mar-

    garita blanca, que tena mucho miedo del fro,porque era invierno.

    Pasaron muchos das y oy otrosgolpecitos en la puerta.

    Tun, tun, tun.Quin llama?Es el sol.Qu quiere el sol?Entrar en la casa.Todava no se pasa! Todava no se

    pasa! dijo la margarita blanca, y se durmitranquila.

    Despus de muchos das, volvieron a to-car a la puerta y a la ventana.

    Tun, tun, tun.Chas, chas, chas.Quin llama?Es el sol y la lluvia, la lluvia y el sol.Y qu quieren el sol y la lluvia, la lluvia y

    el sol?

    Queremos entrar, queremos entrar.Pues pasen los dos dijo la margarita

    blanca.Y abri una rendijita por donde se es-

    currieron el sol y la lluvia dentro de la casa.Entonces la lluvia la tom por la mano de-

    recha y el sol la tom por la mano izquierda ytiraron de la margarita blanca, y tiraron y tira-ron hasta arriba y dijeron:

    Margarita, Margarita, asoma tu cabecita!La margarita blanca pas su cabecita a

    travs de la tierra y se encontr en un jardnprecioso, con mariposas, pjaros y nios quejugaban a la rueda cantando:

    Ya sale Margaritavestida de percalcon sombrero amarilloy verde delantal.

    Caracol, caracol,saca los cuernos al sol.

    Con la cara empolvadaMargarita ha salidoa correr por el pradoluciendo su vestido.

    Caracol, caracol,para cada cuernote traigo una flor.

    Y la margarita se abri toda blanca con sumoito rubio. Y fue feliz.

    CampanillitasCampanillitas, campanillitas,ovejitas enanas del campo,habis visto pasar al ciempisy cerris vuestros ptalos blancos?

    Abrid, que no es l!

    MARA L. MUOZ DE BUENDA

    Los tres cerditosUna vez eran tres cerditos que vivan con-

    tentos en el bosque.El ms pequeo se construy una casita

    de paja.El otro se construy una casita con hojas y

    ramas.

    42

    La tos de la muecaComo mi linda muecatiene un poquito de tos,yo, que enseguida me aflijo,hice llamar al doctor.

    Serio y callado, a la enfermalargo tiempo examin,ya ponindole el termmetro,ya mirando su reloj.

    La mueca estaba plida,yo temblaba de emocin,y al fin el mdico dijo,bajando mucho la voz:

    Esa tos solo se curacon un caramelo o dos.

    GERMN BERDIALES

    CancioncillaAmanecaen el naranjel.Abejitas de orobuscaban la miel.

    Dnde estar la miel?

    Est en la flor azul,Isabel.En la flordel romero aquel.

    (Sillita de oropara el moroSilla de oropelpara su mujer.)

    Amanecaen el naranjel.

    FEDERICO GARCA LORCA

    El patico feoLa seora Pata llevaba tantos das echada

    sobre sus huevos, que ya haba perdido lacuenta.

    Hasta cundo tendr que estar senta-da aqu? dijo, bostezando aburrida.

    Cui, cui! se oy en ese momento.Era un patico, que comenzaba a romper el

    cascarn.En seguida que sac la cabecita, se oy el

    picar de los dems.Al poco rato ya estaban afuera. Erizados

    para secar al sol su plumn, parecan moticasamarillas.

    Qu grande es el mundo, mam! dije-ron los recin nacidos a la seora Pata, quelos contemplaba llena de orgullo.

    Ya han salido todos? pregunt la ma-dre, levantndose y mirando por todas par-tes. Ay, no! El huevo ms grande estentero todava.

    Y, muy disgustada, volvi a cubrir el huevoque faltaba.

    Qu tal va eso, compaera? le pre-gunt una vieja pata que fue a hacerle una visi-ta.

    Mire qu lindos paticos tengo. Verdadque son iguales que su pap? Pero todavano he terminado. Hay uno que no quiere rom-per el cascarn dijo la mam Pata.

    Vamos a ver ese huevito terco dijo laamiga, mirando dentro del nido. Y aadi:Ay, hija ma! La han engaado! Ese huevoes de guanajo. No se ocupe ms de l y vayaa ensear a nadar a sus chiquitos.

    No respondi la madre. Ya que meha hecho perder el tiempo, lo calentar hastaque pueda salir.

    Por fin, al cabo de dos das, empez a rom-perse el gran huevo.

    Cui, cui! y sali un pato gris y pescue-cilargo.

    Qu grande y qu feo les pareci a todos!Hasta la pata lo mir con lstima, pensando:

    Ser realmente un guanajo? Eso sesabe enseguida: si lo es, no querr entrar enel agua.

    Al da siguiente hizo un tiempo esplndido yla madre llev a todos sus hijitos al estanque.

    Al llegar al agua plaf! salt en ella y llam:Cuac, cuac!Todos los paticos se tiraron, uno despus

    de otro. Movan muy bien las patas y bucea-ban sin miedo alguno. Todos, hasta el paticogris, estaban en el agua como en su casa.

    Menos mal! No es un guanajo pen-s la madre. Debe de ser un pato, porquenada muy bien. Y para m, no es tan feo comodicen. Cuac, cuac! grit. Nios, vengantodos, que voy a presentarlos a las otras avesdel corral!

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  • HABA UNA VEZHERMINIO ALMENDROS

    8

    El mayor se construy una casita con pie-dras y ladrillos.

    Un da lleg el lobo a la casita de paja yllam a la puerta:

    Cerdito bonito, breme y djame entrar.No quiero, lobo feroz, que me vas a matar.Entonces el lobo se subi al techo de la casi-

    ta y empez a dar saltos hasta que la hundi.El cerdito sali corriendo y se meti con su

    compaero en la casita de hojas y ramas.Poco despus lleg el lobo a la puerta:Amigos cerditos, branme y djenme

    entrar.No queremos, lobo feroz, que nos vas a

    matar.El lobo se subi al techo y empez a dar

    saltos hasta que hundi la casita.Los dos cerditos salieron corriendo y se

    metieron con su otro compaero en la casitade piedras y ladrillos.

    Poco despus lleg el lobo y llam a la puerta:Amigos cerditos, branme y djenme

    entrar.No queremos, lobo feroz, que nos vas a

    matar.El lobo se subi al tejado y empez a dar

    saltos, pero la casita era muy fuerte y no sehundi.

    El lobo baj del tejado y llam al cerditomayor por la cerradura de la puerta:

    Oye, cerca del ro hay un gran campo deremolacha. Si quieres, iremos juntos maanatemprano y traeremos mucha comida.

    Bueno dijo el cerdito, a qu hora?A las seis.El cerdito fue a las cinco y recogi la remo-

    lacha. Cuando vino el lobo a buscarlo, le dijopor la cerradura:

    Ya s que me queras engaar. Por esohe ido antes que t.

    El lobo se puso furioso, pero prob otra vez:Mira, en el huerto de arriba hay hermo-

    sas manzanas maduras. Si quieres, iremos acogerlas maana a las cinco.

    El cerdito se levant a las cuatro y se fue acoger las manzanas antes que el lobo.

    Cuando coga las manzanas, subido al r-bol, vio venir al lobo.

    El lobo se plant debajo del manzano y dijo:Ya te he cogido. Cmo estn las man-

    zanas?Estn bien maduras y dulces. Toma,

    prubalas contest el cerdito. Y tir lejos unamanzana.

    Mientras el lobo iba a cogerla, el cerdito bajdel rbol y se fue corriendo a su casa.

    El lobo, furioso, subi al tejado y quiso en-trar por la chimenea, pero los tres cerditoshaban puesto una caldera de agua al fuego, yel lobo cay en el agua hirviendo.

    41

    Al momento abri los ojos la muchacha y,levantando la tapa de cristal, se sent en la caja.

    El prncipe le cont lo ocurrido y le pidi derodillas que se casara con l. Blanca Nieveacept, pues el muchacho era bueno, va-liente y buen mozo, y se celebr la boda en elpalacio del rey, con muchas flores, msica ydulces.

    A la fiesta fueron los siete enanitos, queaquel da se rizaron las barbas y estrenaronunos elegantsimos trajes nuevos, de un colordiferente cada uno.

    La madrastra de Blanca Nieve fue invitadatambin, pero no asisti. Cuando se estabaadornando con sus mejores ropas y prendas,muy segura de que era la mujer ms bella delmundo, se le ocurri preguntar al espejo maravi-lloso, y al or la respuesta:

    Todava eres hermosa, reina y seora,pero la novia del prncipe es ms linda ahora,

    dice la gente que rompi el espejo y se muri.

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  • HABA UNA VEZHERMINIO ALMENDROS

    9

    Los cerditos bailaban de contentos, porqueya podan vivir sin miedo al lobo.

    El caracol

    Aquel caracolque va por el sol,en cada ramitallevaba una flor.

    Que viva la gracia,que viva el amor,que viva la graciade aquel caracol!

    La cucarachita MartinaPues, seor, esta era una cucarachita muy

    trabajadora y muy limpia, que se llamabaMartina.

    Un da, barriendo en la puerta de su casa,se encontr un centavo.

    Qu me comprar? Qu me compra-r? Me comprar caramelos? Ay, no, no; queme dirn golosa!

    Me comprar una prenda? Ay, no, no; queme dirn vanidosa! Me comprar una caja depolvos.

    Y la cucarachita se compr polvos de olory, muy empolvadita, se sent a la puerta desu casa.

    Y pas por all un torito:Cucarachita Martina, qu linda ests!Como no soy bonita, te lo agradezco ms.Te quieres casar conmigo?

    A ver, qu haces de noche?Muuu, muuu!Ay, no, no; que me asustars!Y pas por all un perrito:Cucarachita Martina, qu linda ests!Como no soy bonita, te lo agradezco ms.Te quieres casar conmigo?A ver, qu haces de noche?Guau, guau, guau!Ay, no, no; que me asustars!Y pas por all un gallito:Cucarachita Martina, qu linda ests!Como no soy bonita, te lo agradezco ms.Te quieres casar conmigo?A ver, qu haces de noche?Quiquiriquii!Ay, no, no; que me asustars!y pas por all un chivito:Cucarachita Martina, qu linda ests!Como no soy bonita, te lo agradezco ms.Te quieres casar conmigo?A ver, qu haces de noche?Bee, beeee!Ay, no, no; que me asustars!Ya era muy tarde cuando pas el ratoncito

    Prez:Cucarachita Martina, qu linda ests! Como no soy bonita, te lo agradezco ms.Te quieres casar conmigo?A ver, qu haces de noche?Dormir y callar! Dormir y callar!Y la cucarachita Martina y el ratoncito Prez

    se casaron.Al otro da, la cucarachita, al salir para el

    mercado, le dijo a su marido:Ratoncito Prez, cuida bien la sopa de la

    olla. Pero no te la tomes hasta que yo vuelva.Espmala slo con el cucharn.

    El ratoncito Prez era muy goloso y, en se-guida que la cucarachita se fue, sinti hambre.

    ANNIMO

    40

    Entonces la reina, mirndola con ojos terri-bles y rindose como una loca, exclam:

    Maldita Blanca Nieve! Ahora s se aca-b tu belleza!

    Cuando lleg al palacio busc el espejo yal orle decir:

    Reina y seora preciosa:eres t la ms hermosa,

    qued satisfecha.

    Esa noche, cuando los enanitos regresa-ron y encontraron a Blanca Nieve tendida enel suelo, la levantaron para ver si tena algngolpe o alguna herida; le aflojaron los vestidospor si algo le apretaba; le despeinaron los ca-bellos, buscando lo que poda envenenarla; lafrotaron con alcohol y le echaron agua fra, perode nada sirvi. Estaba como muerta.

    La tendieron entonces en su cama, se co-locaron alrededor y lloraron sin cesar tres dasy tres noches.

    Cuando lleg el momento de enterrarla, to-dava sus mejillas seguan tan sonrosadas ysus labios tan rojos, que pareca viva, y losenanitos tuvieron miedo de dejarla sola.

    Fabricaron una caja de cristal, pusieron enella a Blanca Nieve y la colocaron en lo alto deuna roca. Un enanito estaba siempre de guar-dia, vigilndola.

    Un da, el hijo del rey de un pas vecino,cazando en el bosque, lleg junto a la rocay, al ver tan linda a Blanca Nieve, se prendde ella.

    Vndeme esa preciosa estatua. Te pa-gar lo que me pidas dijo el prncipe.

    No hay en el mundo un tesoro que valgatanto para comprarla contest el enanitoguardin.

    Entonces reglamela suplic el prnci-pe. Me morira de pena si tuviera que sepa-rarme de ella.

    Los enanos vieron que el prncipe deca laverdad, se compadecieron de l y al fin le en-tregaron la caja.

    Con muchsimo cuidado, el prncipe, ayu-dado por un duque, un conde y un marqus,bajaron la caja de la roca y siguieron con ellaal hombro poco a poco, como si estuvieranmarchando al comps de una msica triste.

    No haban andado mucho, cuando el prn-cipe, que ni siquiera miraba el camino, trope-z con una piedra y con el choque, salt alsuelo el pedazo de manzana envenenada queBlanca Nieve tena en la boca.

    Cuando lleg a la casita del bosque llam aBlanca Nieve por la ventana abierta dicindole:

    Hija ma, soy una pobre viuda y no tengoen el mundo nada ms que esta peineta deoro. Quieres comprrmela? Necesito much-simo el dinero y a ti te quedar mejor que a m.Prubatela!

    Para comprar la peineta no necesito abrirla puerta pens Blanca Nieve. Y le dijo a lafalsa viejecita: Djeme verla.

    Brillaba tanto la peineta, que la muchachasinti el deseo de ver cmo luca sobre su pelonegro. Pero tan pronto como se la puso, cayal suelo sin sentido.

    Ahora s que soy la ms hermosa! gri-t la madrastra. Y se march corriendo.

    Por suerte, los enanitos no demoraron mu-cho ese da y al ver la peineta relucir en elcabello de Blanca Nieve se la quitaron y al mo-mento la muchacha abri los ojos y les contlo sucedido.

    Tienes que prometernos que no compra-rs nada cuando ests sola le pidieron to-dos los enanitos.

    Y la muchacha les asegur que no lo harams.

    Entre tanto, la reina llegaba al palacio, co-rra al espejo y al saber que Blanca Nieve es-taba viva todava, jur que morira esta vez.

    Hecha una fiera, se encerr en un cuarto,fabric un veneno terrible del que nadie sesalvaba y envenen con l la mitad de unamanzana.

    Entonces se disfraz de labradora y se pusoen la cabeza un cesto de frutas.

    Cuando lleg a la casita del bosque llam aBlanca Nieve:

    Cmpreme alguna fruta, nia. Estn dul-ces y maduras. Ahora mismo las acabo decoger al pie del rbol.

    Lo siento mucho, buena mujer dijo Blan-ca Nieve, pero me han prohibido comprarnada.

    Qu vamos a hacer! dijo la falsa la-bradora. Otro da ser. .. Pero tome esta demuestra. Se la regalo y le entreg la manza-na envenenada.

    No me atrevo a comerla dijo BlancaNieve.

    Oh, nia ma! Tiene miedo? Me come-r la mitad para que vea que no puede hacerledao dijo la madrastra. Parti la manzanaen dos, se comi la mitad buena y le dio a lamuchacha la parte envenenada.

    Blanca Nieve tuvo pena de despreciar elregalo y tom la fruta. Pero apenas haba mor-dido un pedazo, cuando cay muerta.

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  • HABA UNA VEZHERMINIO ALMENDROS

    10

    Se encaram en la olla y trat de coger unacebolla doradita que asomaba en el caldo,pero, ay!, se cay dentro.

    Cuando volvi la pobre cucarachita Martina,busc al ratoncito por toda la casa y lo encon-tr completamente pelado, flotando entre losfideos.

    Sali la cucarachita a la puerta de la casa,y lloraba desconsolada:

    El ratoncito Prezse cay en la ollapor la golosinade la cebolla!

    Y la cucarachita le canta y lo llora!

    Los cincoEste es el nio chiquitoy bonito; al lado de lse encuentra el seor de anillos;luego, el mayor de los tres.

    Este es el que todo pruebay, sobre todo, la miel.Y este, ms gordo que todos?Ese el matapulgas es.

    AMADO NERVO

    Los tres ososUna vez haba una nia pequeita y rubia a

    la que todos llamaban Ricitos de Oro.Un da fue al campo a coger lea y se per-

    di en el bosque.Andando, andando, vio entre los rboles

    una casa pequea y linda.Ricitos de Oro se acerc, abri la puerta y

    entr.Encima de una mesa haba tres platos lle-

    nos de sopa con leche y miel.Como tena mucha hambre, prob la sopa

    del plato mayor, pero la encontr muy caliente.Luego prob la sopa del plato mediano, pero

    la encontr muy fra.Despus prob la sopa del plato pequeo,

    y la encontr tan rica, que se la tom toda.Haba tambin en la casa tres sillas: una si-

    lla grande, otra silla mediana y otra pequeita.Ricitos de Oro fue a sentarse en la silla

    grande, pero era muy alta.Luego fue a sentarse en la silla mediana,

    pero era muy ancha.Despus fue a sentarse en la silla peque-

    a, y la encontr a su gusto.Pero se dej caer con tanta fuerza, que la

    rompi.Ricitos de Oro entr en una habitacin don-

    de haba tres camas: una cama muy grande,otra cama mediana y otra pequeita.

    Primero se acost en la cama grande, perola encontr muy dura.

    Luego se acost en la cama mediana, perola encontr muy blanda.

    Despus se acost en la cama pe-quea, y la encontr tan a su gusto,

    que se qued dormida.

    39

    Han tocado nuestra comida! Se han acos-tado en nuestras camas! Quin habr sido?

    En esto hallaron a Blanca Nieve.Oh, si es una nia, una niita! dijeron

    ms tranquilos. Y qu linda es! Nunca vi-mos una nia de piel tan blanca, cabellos tannegros y labios tan rojos!

    Y, colocando sus siete sillitas alrededor deBlanca Nieve, se sentaron a velar su sueo.

    Al amanecer despert la muchacha y seasust muchsimo al ver aquellas extraascaritas arrugadas y aquellas barbas largu-simas, pero los enanitos fueron tan amablesentonces, que Blanca Nieve les perdi el mie-do y les cont su triste historia.

    Llenos de lstima le preguntaron losenanitos:

    Quieres quedarte con nosotros?S, s! Cmo no! contest Blanca Nie-

    ve de lo ms contenta. Pero como ustedes,por m, tendrn que trabajar ms, yo quieroayudarlos.

    Est bien dijeron los enanitos. Se-rs nuestra cocinera, arreglars nuestra ropa,tenders las camas, barrers y todo lo ten-drs bonito y en orden.

    Y as fue como Blanca Nieve se qued conlos enanitos para gobernar la casita del bosque.

    Todos los das, antes de irse para su tra-bajo, los enanitos le recomendaban a BlancaNieve:

    Cierra la puerta y no la abras a nadie.Acurdate que tu madrastra averiguar queests aqu y vendr a hacerte dao.

    La reina pensaba que Blanca Nieve estabamuerta, y ya no se ocupaba de preguntarle alespejo maravilloso. Pero un da se le ocurrihacerlo, y el espejo le respondi:

    Todava eres hermosa, reina y seora,pero Blanca Nieve es ms linda ahora.

    A la malvada mujer le dio tal ataque de fu-ria, que tir el espejo gritando:

    Mentira! No es posible! Blanca Nieveest muerta!

    Pero el espejo, que deca siempre la ver-dad, contest:

    Con siete enanitos vive en la cabaaque hay all en el bosque, junto a la montaa.Entonces la reina se dio cuenta de que el

    cazador la haba engaado y se puso a pen-sar de qu manera matara a Blanca Nieve.

    Al fin se le ocurri una idea. Llen una cajade anillos, pulseras y collares; se disfraz devendedora de tal modo que nadie la conoca,y lleg a la casita del bosque.

    Linda muchacha le dijo a Blanca Nie-ve, quieres ver las joyas que traigo?

    Blanca Nieve, que no tena prendas, esta-ba encantada mirando todos los adornos de lacaja.

    Esta mujer no puede hacerme mal pen-s. Y le abri la puerta.

    La reina sac del fondo de la caja un pre-cioso collar de perlas.

    Vers qu bonita ests con l. Djameprobrtelo.

    Y le puso el collar, pero apret tanto y tan-to, que la dej sin respiracin, hasta que caycomo muerta al suelo.

    Otra vez soy la ms hermosa! grit lareina. Y se fue bailando para su palacio.

    Afortunadamente, en ese mismo momentollegaron los enanitos, que al ver el collar locomprendieron todo. Se lo quitaron enseguiday la muchacha volvi a respirar.

    Cuando los enanitos se enteraron de lo quehaba pasado, dijeron a Blanca Nieve:

    La vendedora era tu madrastra. Ahoradebes tener ms cuidado y no dejar que entrenadie cuando ests sola.

    Entre tanto, la reina lleg a su palacio y muyalegre, fue a buscar su espejo mgico, pero alenterarse de que Blanca Nieve segua viva,decidi acabar con ella de una vez.

    Tom una peineta de oro, la envenen, searregl la cara de modo que pareca una bue-na viejecita, y se visti de negro de pies a ca-beza.

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  • HABA UNA VEZHERMINIO ALMENDROS

    11

    Cuando dorma Ricitos de Oro, llegaron ala casa tres osos, que all vivan. Haban sali-do a dar un paseo por el bosque, mientras seenfriaban las sopas de leche y miel.

    Uno de los osos era el padre, y era un osomuy grande.

    El otro era la madre, y era un oso mediano.El otro era el hijo, y era un osito pequeo.El oso grande dijo rugiendo con voz de trueno:ALGUIEN HA PROBADO MI SOPA!El oso mediano dijo gruendo con voz

    de mal genio:ALGUIEN HA PROBADO MI SOPA!El oso pequeito dijo llorando con voz

    de pito:ALGUIEN SE HA COMIDO MI SOPA!Los tres empezaron a buscar por la casa.Al ver las sillas, el oso grande rugi:ALGUIEN HA TOCADO MI SILLA!El oso mediano gru:ALGUIEN HA TOCADO MI SILLA!El oso pequeito chill:ALGUIEN HA ROTO MI SILLA!Siguieron buscando por la casa y entraron

    en la habitacin de dormir.El oso grande dijo:ALGUIEN SE HA ACOSTADO EN MI

    CAMA!El oso mediano dijo:ALGUIEN SE HA ACOSTADO EN MI CAMA!Al mirar la cama pequeita, vieron que esta-

    ba durmiendo en ella la nia de cabellos dora-dos, y el osito dijo:

    ALGUIEN EST DURMIENDO EN MI CAMA!En esto, se despert asustada Ricitos de

    Oro y, al ver a los tres osos tan enfadados,dio un brinco, salt por la ventana, que estabaabierta, y corri sin parar por el bosque, hastaencontrar por fin el camino de su casa.

    La loba, la loba...

    La loba, la lobale compr al lobitoun calzn de seday un gorro bonito.

    La loba, la lobase fue de paseocon su traje ricoy su hijito feo.

    Pollito Pito

    Un da Pollito Pito fue al bosque y pum! lecay una ciruela en la cabeza.

    Ay! Qu es esto? dijo muy asustado.

    El cielo se va a caery el rey lo debe saber.Voy de prisaa darle la noticia.

    Camina que te camina se encontr conGallina Fina.

    Buen da, Pollito Pito. Dnde vas tan tem-pranito?

    El cielo se va a caery el rey lo debe saber.Voy de prisaa darle la noticia.

    Pues yo voy tambina decrselo al rey.

    Y all fueron los dos, Gallina Fina y PollitoPito, camina que te camina, hasta que seencontraron con Gallo Malayo.

    Buen da, Gallina Fina y Pollito Pito. Dn-de van tan tempranito?

    El cielo se va a caery el rey lo debe saber.JUANA DE IBARBOUROU

    38

    Blanca NieveUna tarde de invierno estaba una reina sen-

    tada a la ventana de su palacio, bordando conhilos de oro y plata los pauelos de seda delrey, mientras los copos de nieve caan comoplumas y se amontonaban en el marco de laventana, que era negro y brillante.

    Como la reina se entretuvo mirndolos, sepinch un dedo con la aguja, y tres gotas desangre cayeron sobre la nieve.

    Quisiera tener una hija tan blanca comoesta nieve, con mejillas y labios tan rojos co-mo esta sangre y con cabellos tan negroscomo esta madera pulida! pens la reina.

    Poco despus le naci una nia que eracomo la reina haba deseado y le pusieron denombre Blanca Nieve. Pero la madre no pudover crecida a su hijita. La reina muri y un aoms tarde el rey volvi a casarse con unamujer lindsima, tan orgullosa de su belleza,que no poda soportar que otra fuera ms her-mosa que ella.

    La nueva reina tena un espejo mgico ycuando se miraba le preguntaba siempre:

    Dime, espejo que destellas:quin es bella entre las bellas?

    Y el espejo contestaba sin variar:

    Reina y seora preciosa:eres t la ms hermosa.

    Entonces la vanidosa mujer quedaba sa-tisfecha, porque saba que el espejo no podadecir ms que la verdad.

    La pequea Blanca Nieve fue creciendo ycada vez se pona ms linda; tanto que, cuan-do cumpli los quince aos, era ms hermosaan que su madrastra.

    Ese da, cuando la reina pregunt al espe-jo, oy que responda:

    Todava eres hermosa, reina y seora,pero la princesita es ms linda ahora.

    La reina no dijo nada a nadie, pero se pusoamarilla de envidia, y desde entonces odi aBlanca Nieve y solo pens en hacerle mal.

    Un da no pudo contenerse ms, llam a uncazador del rey y le orden:

    Llvate a la princesa y que nunca msla vuelva a ver! Mtala y treme su corazncomo prueba de su muerte.

    El cazador se llev a Blanca Nieve al bos-que, pero no tuvo el valor de matarla, y para quela reina quedara conforme, le entreg el coraznde un jabal.

    Mientras tanto, la pobre Blanca Nieve an-duvo todo el da de un lado para otro, asusta-da por los animales salvajes del bosque,aunque ninguno le hizo dao. Cuando cay lanoche se ech a llorar pensando que ni siquieratena donde dormir, pero entonces vio a lo le-jos una casita y corri hacia ella.

    Toc varias veces, y como nadie contesta-ba, empuj la puerta y entr.

    Dentro todo era tan pequeo, tan lindo ytan limpio como en una casa de muecas. Enel centro haba una mesita, con su mantelblanqusimo y siete platicos, cada uno consu cuchara, su cuchillo, su tenedor y su vaso,pequeo como un dedal. Contra la pared ha-ba siete camas, con sus sbanas muy bienalisaditas y sus almohadas del tamao dealfileteros.

    Blanca Nieve tena hambre y comi un bo-cado de cada plato, bebi un sorbo de cadavaso y cuando estuvo satisfecha, se echun rato en cada cama, hasta que se que-d dormida en la ltima.

    Era ya la media noche cuando llegaronlos dueos de la casita: siete enanitos bar-budos que trabajaban por el da en las mi-nas de las montaas, buscando oro ydiamantes para las hadas.

    Los pequeos mineros encendieron sussiete linternas, dejaron en un rincn sus picosy sus palas y entonces se dieron cuenta deque alguien haba entrado en la casita.

    Haba una vez compaginado.p65 31/01/02, 03:44 p.m.11

  • HABA UNA VEZHERMINIO ALMENDROS

    12

    Vamos de prisaa darle la noticia.

    Pues yo voy tambina decrselo al rey.

    Y all fueron los tres, Gallo Malayo, GallinaFina y Pollito Pito, camina que te camina, has-ta que se encontraron con Pato Zapato.

    Buen da, Gallo Malayo, Gallina Fina yPollito Pito. Dnde van tan tempranito?

    El cielo se va a caery el rey lo debe saber.Vamos de prisaa darle la noticia.

    Pues yo voy tambina decrselo al rey.

    Y all fueron los cuatro, Pato Zapato, GalloMalayo, Gallina Fina y Pollito Pito, camina quete camina, hasta que se encontraron con Gan-so Garbanzo.

    Buen da, Pato Zapato, Gallo Malayo, Ga-llina Fina y Pollito Pito. Dnde van tan tem-pranito?

    El cielo se va a caery el rey lo debe saber.Vamos de prisaa darle la noticia.

    Pues yo voy tambin a decrselo al rey.

    Y all fueron los cinco, Ganso Garbanzo,Pato Zapato, Gallo Malayo, Gallina Fina y Po-llito Pito, camina que te camina, hasta que seencontraron con Pavo Centavo.

    Buen da, Ganso Garbanzo, Pato Zapa-to, Gallo Malayo, Gallina Fina y Pollito Pito.Dnde van tan tempranito?

    El cielo se va a caery el rey lo debe saber.Vamos de prisaa darle la noticia.

    Pues yo voy tambina decrselo al rey.

    Y all fueron los seis, Pavo Centavo, GansoGarbanzo, Pato Zapato, Gallo Malayo, GallinaFina y Pollito Pito, camina que te camina, hastaque se encontraron con Zorra Cachorra.

    Buen da, Pavo Centavo, Ganso Garban-zo, Pato Zapato, Gallo Malayo, Gallina Fina yPollito Pito. Dnde van tan tempranito?

    El cielo se va a caery el rey lo debe saber.Vamos de prisaa darle la noticia.

    Entonces dijo la zorra relamindose los bi-gotes:

    Pues yo voy tambina decrselo al rey.Pero el camino es largo;vamos por el atajo.

    Pollito Pito y sus amigos contestaron:

    Zorra Cachorra,no te hagas la buena;sabemos que el atajolleva a tu cueva.Zorra Cachorra,no somos bobos;vamos a ver al rey,pero vamos solos.

    Y los seis salieron volando. Y volando yvolando llegaron al palacio del rey.

    Escucha, rey amado,el cielo se ha rajado.Mndalo a componerporque se va a caer.

    El rey les dio las gracias con mucha amabili-dad, y a cada uno le regal una medalla deoro, nuevecita.

    Dime, ovejita negraBee! Bee! Bee!Dime, ovejita negra, t tienes lana?Tengo tres sacos llenossobre la espalda:uno para mi dueo,otro para mi dama,y para el nio llorn y maosono tengo nada.

    ANNIMO

    Los chivitos porfiadosHaba una vez un nio que tena que cuidar

    cinco chivitos.

    37

    cha. Cuando lleg a la orilla del mar, llamcomo siempre:

    Pececito dorado,mi buen amigo,quisieras concedermelo que te pido?

    Qu es lo que quieres ahora? dijoel pez.

    Mira, perdname, pero mi mujer quiereser reina.

    Vuelve a tu casa dijo el pez.Al llegar a su casa vio a su mujer en un

    palacio, sentada en un trono de oro y rodeadade servidores y de nobles de la corte.

    Mujer, ya eres reina dijo el buen hom-bre. Supongo que ya estars contenta.

    Pues mira, mientras t regresabas, mehe cansado de ser reina y he pensado queme gustara ms ser emperatriz. Anda y pde-selo a tu prncipe encantado.

    Pero eso es imposible. Qu va a pen-sar de nosotros?

    No hables ms. Tienes que ir, porque yosoy la reina y te lo mando.

    El pobre pescador volvi a la orilla del mar yllam otra vez, con voz apagada por el miedo:

    Pececito dorado,mi buen amigo,quisieras concedermelo que te pido?

    Qu es lo que quiere ahora tu mujer?pregunt el pez.

    Ahora se le ha metido en la cabeza seremperatriz.

    Vuelve, que ya es emperatriz.Al llegar a su casa, el buen hombre vio a su

    mujer con una corona de cerca de dos metrosde alto en la cabeza.

    Ya estars contenta? le preguntS, creo que s. Ya soy emperatriz.Pero a la maana siguiente, en cuanto se

    levant, la mujer mir por la ventana llena desol, llam a su esposo y le dijo:

    Soy emperatriz, pero no puedo disponerque salga o no salga el sol. El sol sale sin mipermiso, y eso no me gusta. Ve a decirle a tuamigo que quiero mandar en el sol y en la luna.

    Pero ests loca? Eso es imposible,qu dir de nosotros?

    No hables ms y haz lo que te ordeno.El pobre pescador se sinti tan desgracia-

    do, que ech a andar casi sin darse cuenta delo que haca. Lleg a la orilla del mar y llamcon voz llorosa:

    Pececito dorado,mi buen amigo,quisieras concedermelo que te pido?

    Qu es lo que quiere ahora tu mujer?pregunt el pez.

    Ay!, amigo mo, ahora quiere ser seoradel sol y de la luna.

    Vuelve a tu casa, pobre amigo. Ya verslo que merece la soberbia de tu mujer.

    A su regreso, el buen pescador encontr asu mujer a la puerta de la cabaa donde ha-ban vivido siempre.

    Y all continuaron viviendo.

    El sapito glo-glo-glo

    Nadie sabe dnde vive.Nadie en la casa lo vio.Pero todos escuchamosal sapito: glo... glo glo

    Vivir en la chimenea?Dnde el pillo se escondi?Dnde canta cuando llueveel sapito Glo-glo-glo?

    Vive, acaso, en la azotea?Se ha metido en un rincn?Estar bajo la cama?Vive oculto en una flor?

    Nadie sabe dnde vive.Nadie en la casa lo vio.Pero todos escuchamoscuando llueve: glo. ..glo. ..glo. ..

    JOS SEBASTIN TALLN

    Haba una vez compaginado.p65 31/01/02, 03:44 p.m.12

  • HABA UNA VEZHERMINIO ALMENDROS

    13

    Muy temprano los sacaba del corral, los lle-vaba a pacer al cerro y, al oscurecer, volvacon ellos a la casa.

    Una tarde los chivitos no quisieron irse a dormir.El muchacho trat de hacerlos andar, pero

    los chivitos no se movan.Por fin el pobre nio se sent en una piedra

    y se puso a llorar.Tena miedo de que su padre lo castigara

    por demorarse tanto.Al poco rato pas por all un conejo y le pregunt:Nio, por qu lloras?Lloro porque los chivitos no quieren an-

    dar, y si tardo mi padre me va a castigar.Pues vers como yo los hago marchar.Pero los chivitos tampoco le hicieron caso,

    y el conejo dijo:Yo tambin me pondr a llorar.Y se sent al lado del nio, llora que te llora.En esto pas una zorra:Por qu lloras, conejo?Lloro porque el nio se ha puesto a llorar

    porque sus chivitos no quieren andar, y si tar-da, su padre lo va a castigar.

    Pues vers como yo los hago marchar.Pero los chivitos porfiados siguieron pacien-

    do sin moverse, y la zorra dijo:Yo tambin me pondr a llorar.Y se sent junto al conejo, llorando sin con-

    suelo.Entonces pas un lobo:Zorra, por qu ests llorando?Lloro porque llora el conejo,y el conejo llora,porque el nio se ha puesto a llorarporque los chivitos no quieren andar,y si tarda, su padre lo va a castigar.Pues vers como yo los hago marchar.Pero los chivitos se quedaron tan tranqui-

    los, que el lobo dijo:Yo tambin me pondr a llorar.Y se sent junto a la zorra, hecho un mar

    de lgrimas.Poco despus pas por all una abejita:Por qu lloras, lobo?Lloro porque llora la zorra, y la zorra llora porque llora el conejo,y el conejo llora,porque el nio se ha puesto a llorarporque los chivitos no quieren andar,y si tarda, su padre lo va a castigar.Pues vers como yo los hago marchar.

    Entonces todos: el nio, el conejo, la zorray el lobo, se echaron a rer a carcajadas, di-ciendo:

    Ja, ja, ja! Cmo una abeja tan chiquitava a poder ms que todos nosotros?

    Pero la abejita vol hasta donde estabanpaciendo los chivitos y se puso a zumbar:

    Zzz, zzz, zzz !A los chivitos les molestaba tanto el ruido,

    que dejaron de pacer.La abejita se pos entonces en la oreja del

    chivito ms grande y zzz!, se la pic tan fuer-te, que sali disparado como un cohete.

    Detrs de l echaron a correr los demschivitos y no pararon hasta llegar al corral.

    Tanto corran, que el muchacho apenaspudo alcanzarlos.

    Y el conejo, la zorra y el lobo se quedaronall mirndose, con la boca abierta.

    Mi perroYo tengo un perritoque se llama Tom,y aunque es chiquititoes muy comiln.

    Corre, salta y juegaconmigo a la par,y nadie le pegani le ha de pegar

    Yo tengo un perritochato y gordinfln,y aunque no es bonitoes muy juguetn.Hambriento y sin ropa,pap lo encontr.y toma la sopalo mismo que yo!

    Es desde aquel dami perrito Tomla gran alegrade mi corazn.

    E. V. SILVEIRA

    La Gallinita RabonaLa Gallinita Rabona viva en su casita al pie

    de una montaa.Al otro lado de la montaa viva una zorra

    vieja y mala, que se crea muy lista.Viva con su madre en una cueva oscura,

    que las dos zorras haban cavado entre lasrocas y bajo las races de los rboles.

    36

    A mi burro, a mi burroya no le duele nada;el mdico le ha dadojarabe de manzana.

    ANNIMO

    El pescador y su mujerUna vez haba un pobre pescador, pescan-

    do con su caa a la orilla del mar.Sinti de pronto que la cuerda se hunda

    con mucha fuerza, tir de la caa y sac pren-dido del anzuelo un precioso pez dorado.

    En el momento en que el pescador coga elpez en sus manos, oy con asombro el buenhombre que el pez le deca:

    Escucha, pescador, no me mates. Yo nosoy un pez de verdad; soy un prncipe encanta-do. Djame volver al agua y algn da yo po-dr hacerte grandes favores.

    No digas ms dijo el pescador, tedejar ahora mismo. No quiero tratos con pe-ces que hablan.

    Y el pez dorado volvi al agua y desa-pareci.

    Volvi el pescador a su cabaa y le cont asu mujer todo lo que le haba pasado y laspalabras que el pez haba dicho.

    La mujer, que era bastante avariciosa, lepregunt con mal genio:

    Y t, tonto, no le pediste nada?Qu queras que le pidiera?Es que no te has dado cuenta de esta

    cabaa miserable en que vivimos? Anda, vuel-ve y dile al pez que deseamos una buena casa.

    Volvi el pescador de mala gana a la ori-lla del mar, slo por complacer a su mujer, ydirigindose al agua dijo:

    Pececito dorado,mi buen amigo,quisieras concedermelo que te pido?

    Asom el pez la cabeza al momento y pre-gunt:

    Ya ests de vuelta? Qu es lo quedeseas?

    Mira, mi mujer me ha dicho que te pidaalgo. Ella no quiere vivir en nuestra choza ydesea una casita de campo.

    Est bien. Vuelve a tu casa dijo elpez.

    Cuando el pescador lleg a su casa laencontr convertida en una preciosa finca

    con jardines y rboles frutales y toda clasede comodidades.

    El buen hombre abraz a su mujer conten-tsimo.

    Pero al cabo de unas semanas la mujer dijo:Mira, tenemos tantos animales, que ya

    esta casa y esos patios y jardines resul-tan pequeos. Sera mejor para nosotros ungran castillo. Anda y pdeselo al pez.

    El pescador se fue al mar de mal humor,slo por complacer a su mujer, y cuando llega la orilla dijo:

    Pececito dorado,mi buen amigo,quisieras concedermelo que te pido?

    Apareci el pez como la vez anterior.Ya estoy aqu. Qu es lo que quieres?

    pregunt.Mira, querido prncipe, yo lo siento mucho,

    pero mi mujer quiere vivir en un gran castillo.Vuelve a tu casa dijo el pez y tu mu-

    jer estar contenta.Cuando lleg el pescador a su casa, entr

    en un soberbio castillo de piedra con grandescampos y grandes salones y muchos criados.La mujer estaba vestida como una gran dama.

    Aquella noche se durmi tranquilo, con laseguridad de que su mujer se sentira com-pletamente feliz. Pero por la maana muy tem-prano lo despert su mujer y le dijo:

    Anda, levntate pronto. He pensado quetenemos que llegar a ser los reyes de estepas. Anda y dselo a tu amigo.

    Pero, mujer contest el pescador,no tienes bastante? A m no me gustaraser rey.

    Yo s que quiero dijo la mujer. Haz loque te digo y no seas perezoso.

    El pobre hombre se puso en camino, muytriste porque su mujer no estaba nunca satisfe-

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  • HABA UNA VEZHERMINIO ALMENDROS

    14

    Todas las maanas al levantarse, deca lazorra:

    Esa Gallinita Rabona debe de estar muysabrosa.

    Y todo el da se lo pasaba pensando encmo podra cazarla.

    Por la noche se dorma y soaba que secoma a la hermosa Gallinita Rabona.

    Una maana se levant muy temprano, co-gi un gran saco y le dijo a su madre:

    Hoy voy a traer a la Gallinita Rabona. Pre-para la olla grande, que esta noche tendremosuna sabrosa cena.

    Andando, andando, lleg a la casa de laGallinita Rabona, pero la gallina haba ido porlea y estaba la casa sola.

    Entr la zorra por la ventana y se escondidebajo de la cama, pero se le vea el hociconegro.

    Se quiso esconder debajo de la mesa, perose le vea la cola larga y pelona.

    Por fin se escondi detrs de la puerta.Cuando volvi la Gallinita Rabona, abri la

    puerta y se encontr con la zorra.Ay, mi madre, qu susto!Dej caer los palitos de lea que traa y, de un

    salto, se encaram en una de las vigas del techo.Baja! grit la zorra.No, no bajar hasta que te vayas.Que no bajas? Ahora vers.Y la zorra empez a dar vueltas de prisa,

    de prisa, como si fuese un trompo. y la colapareca un ventilador.

    La zorragiraba y giraba.La colazumbaba y zumbaba.

    La cola, la colasucia y despeinada,el hocico negro,los dientes de ncar,las patas bailandoarremolinadas.

    La cola, la cola,la cola pelada,silba que te zumba,zumba que te baila.

    Pobre Gallinita Rabona! De ver a la zorrase mare y cay al suelo aturdida.

    La zorra la meti en el saco y se fue corrien-do, muy contenta, con su saco al hombro.

    Por el camino, la Gallinita Rabona lloraba demiedo dentro del saco, pero tuvo una idea feliz.

    Busc unas tijeritas que llevaba en el bolsi-llo, abri con mucho cuidado un agujero en elsaco y sali por all. Despus meti una pie-dra grande para que la zorra no se diera cuen-ta de que no estaba.

    La gallinita volvi corriendo a su casa y lazorra sigui su camino.

    Cuando lleg a la cueva, mam zorra la es-peraba a la puerta.

    Est la olla preparada? dijo la zorra.S, ya est hirviendo el agua respondi

    la madre.Pues destpala, que all voy.Se acerc a la olla, desat el saco y dej

    caer la piedra. Pum!Qu susto! Salt el agua hirviendo y les

    cay encima a mam zorra y a la hija.Y las dos tuvieron que estar en cama mu-

    chos das para curarse las quemaduras, y seles cay el pelo, que daba lstima.

    Desde entonces ya no pens ms la zorraen cazar a la Gallinita Rabona.

    Que llueva!Que llueva, que llueva,la Virgen de la Cueva,los pajaritos cantan,las nubes se levantan.

    Que s, que no!Que llueva a chaparrn!

    ANNIMO

    Nana

    La seora Lunale pidi al naranjoun vestido verdey un velillo blanco.

    La seora Lunase quiere casarcon un pajaritode plata y coral.

    Durmete, Natacha,e irs a la bodapeinada de mooy en traje de cola.

    JUANA DE IBARBOUROU

    35

    matas grandes y pequeas entrelazaban sus ra-mas formando un bosque espeso que nadie ha-bra podido atravesar. No se vea el castillo; solode lejos se divisaban las altas torres que prote-gan a la princesa y a toda su corte dormida.

    Al cabo de cien aos, el hijo del rey que en-tonces reinaba, y que era de otra familia quela de la princesa dormida, pas cazando porlos alrededores del castillo. Pregunt qutorres eran aquellas que se vean desde lejosrodeadas del espeso bosque, y las gentes lecontaban historias diferentes. Un viejo cam-pesino le dijo:

    Hace ms de cincuenta aos o contar ami padre que una princesa muy bella est alldormida esperando al prncipe que ha de des-pertarla para casarse con ella.

    Al or esto, el joven prncipe se dijo:Yo soy quien ha de despertarla.Y comenz a avanzar por el bosque. A su

    paso se separaban las ramas y los rbo-les para dejarlo pasar. Las personas que loacompaaban no podan seguirlo, porque trasl se cerraban otra vez las ramas y los rbo-les. Al final de una larga alameda vio el casti-llo, y sigui avanzando sin miedo, porque eraun prncipe valiente.

    Cuando lleg al castillo vio un espectculo sor-prendente. No se oa ni un ruido, y por todos si-tios haba hombres y animales inmviles, comomuertos. Fue observndolos bien y se diocuenta de que no estaban muertos; todos es-taban tranquilamente dormidos.

    Atraves un patio de mrmol, subi por unaancha escalera, atraves puertas guardadaspor soldados dormidos, pas por entre cria-dos, seores y damas de la corte dormidos,unos de pie y otros sentados, como los dej lavarita mgica del hada, y lleg a un hermososaln dorado.

    All, tendida en el lecho bordado de plata yoro, vio a la ms bella princesa que jams ha-ba visto. La princesa estaba tan joven, tan fres-ca y bella como sus padres la dejaron all hacacien aos.

    Aproximse el prncipe tembloroso de emo-cin, se arrodill junto al lecho y tom entresus manos la mano de la princesa. Y enton-ces abri los ojos la bella dormida y dijo:

    Eres t, prncipe mo? Cunto tiempote he estado esperando!

    El prncipe se senta conmovido y feliz.Desde el momento en que la princesa abri

    los ojos, todos los que en el castillo dormanse despertaron tambin. Las personas y losanimales continuaron sus trabajos y sus ocu-paciones y algunos terminaban los gritos y las

    palabras que no haban podido terminar cuan-do les sorprendi el sueo haca un siglo.

    Cuando todo en el castillo volvi a estararreglado y en orden, y cuando el prncipe y laprincesa se hubieron contado sus vidas, secasaron. Y hubo un gran banquete. Puede unoimaginar con qu apetito comeran aquellasgentes que no haban comido ni bebido nadadesde haca cien aos.

    El prncipe lleg a ser rey a la muerte de supadre, y la princesa fue la reina.

    Y vivieron siempre felices.

    El burro enfermo

    A mi burro, a mi burro.le duele la cabeza;el mdico le ha puestouna corbata negra.

    A mi burro, a mi burrole duele la garganta;el mdico le ha puestouna corbata blanca.

    A mi burro, a mi burrole duelen las orejas;el mdico le ha puestouna gorrita negra.

    A mi burro, a mi burrole duelen las pezuas;el mdico le ha puestoemplasto de lechugas.

    A mi burro, a mi burrole duele el corazn;el mdico le ha dadojarabe de limn.

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  • HABA UNA VEZHERMINIO ALMENDROS

    15

    El gallo de bodaPues, seor, este era un gallo que iba muy

    limpio y elegante a la boda de su to Perico.Por el camino se encontr un montn de

    basura y se apart para no ensuciarse.Pero en medio del basurero vio un grano de

    maz.El gallo se detuvo y pens:Si no picopierdo el granito,y si pico,me mancho el picoy no podr ira la boda de mi to Perico.Qu hago?Pico o no pico?

    Al fin pic, y se ensuci el pico.

    Entonces fue a pedirle a la yerba:Yerba,lmpiame el pico,que no podr ira la boda de mi to Perico.

    Pero la yerba dijo:No quiero.

    Entonces fue a pedirle a la oveja: Oveja,cmete la yerba,que no quiere limpiarme el picopara ir a la boda de mi to Perico.

    Pero la oveja dijo:No quiero.

    Entonces fue a pedirle al perro:

    Perro,muerde a la ovejaque no quiere comerse la yerba,que no quiere limpiarme el picopara ir a la boda de mi to Perico.

    Pero el perro dijo:No quiero.

    Entonces fue a pedirle al palo:Palo,pgale al perro,que no quiere morder a la oveja,que no quiere comerse la yerba,que no quiere limpiarme el picopara ir a la boda de mi to Perico.

    Pero el palo dijo:No quiero.

    Entonces fue a pedirle al fuego:Fuego,quema el palo,que no quiere pegarle al perro,que no quiere morder a la oveja,que no quiere comerse la yerba,que no quiere limpiarme el picopara ir a la boda de mi to Perico.

    Pero el fuego dijo:No quiero.

    Entonces fue a pedirle al agua:Agua,apaga el fuego,que no quiere quemar el palo,que no quiere pegarle al perro,que no quiere morder a la oveja,que no quiere comerse la yerba,que no quiere limpiarme el picopara ir a la boda de mi to Perico.

    Pero el agua dijo:No quiero.

    Entonces el gallo mir a su amigo el sol:Sol,seca el agua,que no quiere apagar el fuego,que no quiere quemar el palo,que no quiere pegarle al perro,que no quiere morder a la oveja,que no quiere comerse la yerba,que no quiere limpiarme el picopara ir a la boda de mi to Perico.

    Y el sol dijo:

    34

    La anciana le ofreci el huso y, al instante,la joven se hiri la mano y cay como muerta.

    Vinieron los criados y los reyes a los gritosde auxilio de la pobre viejecita. Todos corran,echaban agua a la cara de la princesa, le frota-ban las sienes con vinagre, todo fue en vano.

    El rey record lo que haban anunciado lashadas y pens que no haba remedio. Enton-ces hizo llevar a la princesa a la habitacinms hermosa del castillo y la acostaron all enuna cama bordada de plata y oro.

    La princesa estaba muy bella; las mejillasconservaban su color rosado, los labios conti-nuaban rojos; tena cerrados los ojos, pero sela oa respirar dulcemente.

    El hada buena que le haba salvado la vidaa la princesa anunciando que dormira duran-te cien aos, estaba entonces a mil leguas delcastillo, pero fue avisada enseguida por unenanillo que posea botas de siete leguas.

    Parti inmediatamente el hada y al cabo deuna hora llegaba al castillo en un carro de fue-go tirado por dragones.

    Fue a recibirla el rey y la condujo a la saladonde reposaba la princesa y lloraba la reina.

    Pens el hada que cuando la princesa sedespertara al cabo de cien aos se encontra-ra muy sola y desamparada en un castillo tangrande y apartado. Y entonces, sin decir nadaa nadie recorri todas las habitaciones, todoslos salones, las cocinas, las casas de los cria-dos y jardineros, las cuadrasy por dondepasaba tocaba con su varita mgica todo lo queencontraba.

    Personas, animales, todos se quedaban dor-midos en el mismo sitio donde estaban, para nodespertar hasta que la princesa despertara. As,cuando un da abriera los ojos la princesa, seencontrara rodeada de sus criadas y pajes, desus guardianes, de todos los cocineros y cria-dos dispuestos a servirla y a continuar la vidaque quedaba as suspendida durante cien aos.

    El rey y la reina abrazaron por ltima vez asu hija y salieron llorando del castillo.

    El hada hizo entonces crecer alrededor r-boles pequeos y rboles grandsimos, y las

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  • HABA UNA VEZHERMINIO ALMENDROS

    16

    Ahora mismo.

    Entonces el agua dijo:No, perdn, que yo apagar el fuego.

    Y el fuego dijo:No, perdn, que yo quemar el palo.

    Y el palo dijo:No, perdn, que yo le pegar al perro.

    Y el perro dijo:No, perdn, que yo morder a la oveja.

    Y la oveja dijo:No, perdn, que yo me comer la yerba.

    Y la yerba dijo:No, perdn, que yo le limpiar el pico.

    Y se lo limpi.Entonces el gallo dio las gracias a su ami-

    go el sol con un largo quiquiriqu.Y ech a correr para llegar a tiempo a la

    boda, y alcanzar algo de los dulces y el vinode la fiesta.

    Palomita en la playaA la orilla del marcanta una paloma;dulcemente canta,tristemente llora,dulcemente cantala blanca paloma;se van los pichonesy la dejan sola.

    ANNIMO

    Cmo es que RatnPrez resucita y deja de

    llorar CucarachitaLa pobre cucarachita Martina estaba tan tris-

    te, que se sent a llorar a la puerta de su casa.En eso pas un pajarito y le dijo:

    Cucarachita Martina, por qu lloras? La cucarachita contest suspirando:

    Porque el ratn Prezse cay en la ollapor la golosinade la cebolla.

    Pues yo, como pajarito, me cortar el piquito.

    March el pajarito y, al verlo, una paloma lepregunt:

    Pajarito, por qu te cortaste el piquito?

    Porque el ratn Prezse cay en la ollapor la golosina de la cebolla,y la cucarachita suspira y llora.

    Pues yo, como paloma,me cortar la cola.

    La paloma fue a beber a una fuente y estale pregunt:

    Paloma, por qu te cortaste la cola?

    Porque el pajaritose cort el piquito;porque el ratn Prezse cay en la ollapor la golosinade la cebolla,y la cucarachitasuspira y llora.

    Pues yo, como fuente,secar mi corriente.

    Mariquita, la criada del rey, fue por agua a lafuente y, al ver que estaba seca, le pregunt:

    Fuente, por qu has secado tu corriente?Porque la palomase cort la cola;porque el pajaritose cort el piquito;

    33

    ms bella que nunca y pocos das despusse cas con ella.

    Cenicienta, que era tan buena como linda,perdon a su madrastra lo mal que la habatratado, y perdon tambin a sus dos herma-nas, a las que cas con dos grandes seoresde la corte.

    El lagarto est llorandoEl lagarto est llorando.La lagarta est llorando.

    El lagarto y la lagartacon delantalitos blancos.

    Han perdido sin querersu anillo de desposados.

    Ay, su anillito de plomo!Ay, su anillito plomado!

    Un cielo grande y sin gentemonta en su globo a los pjaros.

    El sol, capitn redondo,lleva un chaleco de raso.

    Mirdlos qu viejos son!Qu viejos son los lagartos!

    Ay, cmo lloran y lloran;ay, ay, cmo estn llorando!

    FEDERICO GARCA LORCA

    La bella durmienteHaba una vez un rey y una reina que tu-

    vieron una hija. Y se pusieron tan contentos,que hicieron la mayor fiesta que se conoca.

    A la fiesta fueron invitadas todas las hadasque se pudo encontrar en el pas, para quefueran madrinas de la nia, y en total fueroninvitadas siete hadas.

    Cuando todos los convidados se disponana sentarse a la mesa en el gran festn que sedaba en honor de las hadas, vino tambin asentarse una vieja hada a la que no se habainvitado y que estaba por eso muy furiosa.

    Durante la comida, una joven hada que es-taba a su lado, la oy murmurar amenazascontra la princesita, y se dijo:

    Esta vieja gruona es capaz de hacer-le algn dao a nuestra ahijada cuandollegue el momento de regalarle nuestros do-nes. Tengo que vigilarla para deshacer el malque pueda hacerle y se escondi detrsde unas cortinas, cerca de la cuna de laprincesa.

    Las hadas fueron pasando al lado de la cunapara hacerle cada una su regalo a la nia.

    La ms joven de las hadas dijo:La princesa ser la ms bella de todas

    las princesas.Otra hada dijo:Ser la ms inteligente.La tercera dijo:Sabr danzar como ninguna.La cuarta dijo:Cantar mejor que los ruiseores.La quinta dijo:Ninguna como ella ser tan fina y graciosa.La sexta, que era la mejor de las hadas, dijo:Ninguna como ella ser tan buena para

    todo el mundo.Lleg entonces el turno a la vieja hada des-

    contenta, que dijo:S, tendr todas esas cualidades, pero

    un da se pinchar la mano con un huso ymorir.

    Al or esta prediccin, el rey y la reina seecharon a llorar desconsolados. Pero enton-ces sali el hada que estaba escondida de-trs de la cortina y dijo:

    No se aflijan ustedes, buenos reyes; laprincesa no morir como ha dicho el hada, sinoque se quedar dormida por cien aos, has-ta que llegue un prncipe a despertarla.

    Para evitar que se cumpliera lo que el hadahaba anunciado, el rey prohibi a todo el mun-do en su reino el empleo del huso para hilar ymand que se destruyeran todos los husosque se encontraran.

    Pasaron quince aos y el rey y la reina fue-ron a pasar una temporada a uno de sus cas-tillos del campo.

    La joven princesa suba y bajaba, recorrien-do todas las habitaciones del castillo, y un dasubi a lo alto de un torren y encontr all uncuartico escondido. Dentro haba una viejeci-ta que hilaba en su rueca.

    Qu hace usted ah, buena mujer?pregunt la princesa.

    Estoy hilando esta lana de un corderilloblanco contest la anciana, que no conocaa la hija del rey.

    Ah, qu bonito! Cmo da vueltas!Quiere dejarme que pruebe yo a ver si lo shacer? dijo la princesa.

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  • HABA UNA VEZHERMINIO ALMENDROS

    17

    porque el ratn Prezse cay en la ollapor la golosinade la cebolla,y la cucarachitasuspira y llora.

    Pues yo como Mariquita,voy a romper mi jarrita.

    Cuando volvi al palacio, le pregunt la reina:Por qu rompiste la jarra, Mariquita?

    Porque la fuentesec la corriente;porque la palomase cort la cola;porque el pajaritose cort el piquito;porque el ratn Prezse cay en la ollapor la golosinade la cebolla,y la cucarachitasuspira y llora.

    Pues yo, como soy reina,me quitar esta tocay me pondr otra negra.

    Entonces el rey le pregunt a la reina:Por qu te has puesto una toca negra?

    Porque Mariquitarompi la jarrita;porque la fuentesec la corriente;porque la palomase cort la cola;porque el pajaritose cort el piquito;porque el ratn Prezse cay en la ollapor la golosinade la cebolla,y la cucarachitasuspira y llora.

    Pues yo, como soy rey,me quito la coronay echar a correr.

    Corriendo y volando lleg el rey a casa delmdico de palacio y le dijo:

    Doctor, hay que salvar al ratoncito Prez.El mdico cogi su maletn y en un minuto

    lleg a casa de la cucarachita Martina.

    Detrs de l iban el rey y la reina, Mariqui-ta, la paloma y el pajarito.

    Entre todos sacaron al ratn Prez de laolla, lo acostaron y le dieron un cocimiento deespinacas y unas pldoras de vitaminas querecet el doctor.

    Al poco rato el ratoncito Prez abri losojos, estornud y se sent en la cama.

    Cuando la cucarachita Martina vio que suratoncito estaba sano y salvo, corri a la coci-na y se puso a hacer engrudo para pegar elpiquito del pajarito, la cola de la paloma y lajarra de Mariquita.

    La reina, muy contenta, fue a cambiarse latoca negra por una colorada.

    El rey recogi su corona y se la coloc muyderecha en la cabeza.

    Y la fuente empez a echar agua y a cantar:Este cuento entr por un callejn dorado

    y sali por otro plateado.

    Pero el tuyo, mi nio, no est empezado.

    Los nmeros

    1

    El uno es un lunarcitoque adorna el blanco papel.

    El uno es como la Luna,una sola nada mssola, solita en la noche.Qu miedo debe tener!

    32

    La calabaza se convirti al momento en unalujosa carroza dorada. Los ratones se cam-biaron en seis hermosos caballos grises. La

    rata se convirti en un cochero gordo y elegan-te. Y los seis lagartos se volvieron lacayos concasacas verdes y sombreros colorados.

    El hada le dijo a Cenicienta:Qu te parece? No ests contenta con

    todo esto para ir al baile?S, madrina, pero no podr ir con estos

    vestidos tan viejos.El hada la toc con su varita, y al punto los

    vestidos se volvieron lujosos trajes de sedacon adornos de oro y piedras preciosas. Lospies de Cenicienta brillaban con unos lindoszapaticos de cristal.

    As adornada, subi a la carroza para ir albaile al tiempo que el hada le deca:

    No te quedes en el palacio hasta despusde las doce de la noche. Si te quedas all unminuto ms, la carroza volver a ser otra vezuna calabaza, y los caballos ratones, y el co-chero una rata, y los lacayos lagartos, y esta-rs vestida con los vestidos viejos.

    Cenicienta prometi que saldra del baile an-tes de la media noche, y se fue contenta y feliz.

    Le anunciaron al hijo del rey que acababade llegar una gran princesa desconocida, y lmismo fue a recibirla y la condujo al saln co-gida de la mano.

    Al entrar, todo el mundo dej de bailar; sehizo un gran silencio y todos miraban a Ceni-cienta y decan:

    Qu hermosa princesa!El prncipe la invit a bailar y ella bail con

    tanta gracia que causaba admiracin. Ceni-cienta se diverta mucho, pero cuando oy quedaban las doce menos cuarto, hizo una reve-rencia para saludar a todos y sali rpidamente.

    Cuando lleg a su casa le dio las gracias alhada y le pidi que le permitiera volver al bailela noche siguiente, pues el hijo del rey le habarogado que volviera.

    Al da siguiente volvi Cenicienta al baile,ms adornada y bella que la primera vez.

    El hijo del rey la acompa bailando toda lanoche, y Cenicienta se diverta tanto, que ol-vid la recomendacin del hada, de maneraque oy sonar las campanadas de la medianoche creyendo que solo eran las once.

    Cuando se dio cuenta sali rpidamente,corriendo por las escaleras del palacio. El prn-cipe la sigui, pero no pudo alcanzarla. En lasanchas escaleras recogi un zapato de cris-tal que Cenicienta haba perdido al bajar.

    Lleg Cenicienta a su casa, sofocada, sincarroza, sin lacayos y con sus viejos vesti-dos. Slo le quedaba uno de sus lindoszapaticos de cristal.

    Unos das despus, el hijo del rey anuncique se casara con la joven a quien le vinierabien un zapato de cristal que l tena.

    Es claro, todas las princesas y duquesas ydamas de la corte quisieron probarse el zapa-to, pero a ninguna le vena bien. Las herma-nas de Cenicienta hicieron tambin grandesesfuerzos por ponrselo, pero nada.

    Cenicienta, que las estaba mirando, dijo:Djenme probar a m.Las hermanas se echaron a rer y se burla-

    ron de ella, pero el noble de palacio que lleva-ba el zapato para probarlo, encontr tan bonitaa Cenicienta, que quiso hacer la prueba conella. El zapato le vena perfectamente justo.

    Grande fue la sorpresa de las dos herma-nas, pero fue mayor todava cuando vieron queCenicienta sacaba de su bolsillo el otro zapaticode cristal para su otro pie.

    En este momento se apareci su hada ma-drina, toc con su varita mgica el vestido deCenicienta y lo convirti en otro muy hermoso.

    Adornada de aquella manera, llevaron aCenicienta al palacio. El prncipe la encontr

    Haba una vez compaginado.p65 31/01/02, 03:44 p.m.17

  • HABA UNA VEZHERMINIO ALMENDROS

    18

    2El dos? Ya lo conozco: mis dos ojitos son.

    Dos son mis piececitosy mis orejitas, dos.Dos son mis piececitospara salir al campo,para salir al campoa saltar y a correr.

    3Es una familia el tres.T la quieres conocer?Es muy corta, ahora vers,son: pap, mam y nen.

    4Las dos palomas en su casita ydos pichoncitos a quien cuidar.Cuntalos: uno, dos, tres, cuatro.Ya lo aprendiste? Qu fcil es

    EMILIO BALLAGAS

    Mediopollito(El cuento del gallito de las veletas)

    La gallinita blanca se puso a incubar docehermosos huevos.

    Al cabo de veintin das comenzaron a sa-lir, uno, dos, tres, cuatro, hasta once pollitosamarillos y redondos como motas de darsepolvos de olor.

    Al romperse el ltimo huevo, sali un pollitomuy raro.

    No tena ms que un ojo, un ala y una pata.Sus hermanos le pusieron Mediopollito.Como todo el mundo le tena mucha lsti-

    ma, Mediopollito haca siempre lo que quera.Un da Mediopollito dijo a su madre: Mam, me voy a la corte a ver al rey. No

    quiero estar ms tiempo en este corral.Y, tip, tap, tip, tap, sali cojeando a travs

    del campo.Por el camino encontr un arroyo. El agua

    le dijo:Mediopollito, mira: no puedo pasar, por-

    que he tropezado con este montn de hojassecas. Si no me ayudas a quitarlas con el pico,me pudrir aqu encharcada.

    Mediopollito contest:No tengo tiempo que perder;voy a la corte a ver al rey.Y sigui, tip, tap, tip, tap, dando saltos con

    su nica patica.

    Al da siguiente encontr una lumbre quese apagaba bajo la lea verde. La lumbre dijo:

    Mediopollito, me estoy ahogando. Por fa-vor, hazme un poco de aire con tu ala.

    Mediopollito contest:No tengo tiempo que perder;voy a la corte a ver al rey.Y, tip, tap, tip, tap, sigui su camino.Poco antes de llegar a la corte pas junto a

    unas matas en las que se haba enredado elviento y no poda pasar. El viento le dijo:

    Mediopollito, estoy aqu enredado. Si quie-res apartar estas matas, yo podr seguir micamino.

    Mediopollito contest:No tengo tiempo que perder;voy a la corte a ver al rey.Y, tip, tap, tip, tap, sigui cojeando ms apri-

    sa an.Al fin lleg a la corte y march al palacio del rey.Pas, sin pedir permiso, por delante de los

    centinelas y entr en el gran patio. Pero al cru-zar bajo las ventanas de la cocina, el cocinerolo cogi por la pata diciendo:

    Precisamente me haca falta un pollitopara la comida del rey.

    Y lo meti de cabeza en una olla de aguaque se calentaba en el fuego.

    Mediopollito sinti que se ahogaba y empe-z a gritar:

    Agua, amiga ma, no subas, no subas,qudate en el fondo, que me vas a ahogar!

    T no me ayudaste a mcuando yo te lo ped.El fuego era cada vez ms fuerte, y el agua

    comenzaba a hervir.Mediopollito grit:Apgate un poquito, amigo fuego, que me

    quemo!Pero el fuego respondi:T no me ayudaste a mcuando te lo ped.En aquel momento levant el cocinero la

    tapa de la olla, mir dentro y dijo:Este pollo est casi quemado, ya no sir-

    ve para nada.Y cogindolo de la pata, lo tir por la ventana.Antes de que cayera al suelo, lo recogi el

    viento y lo remont dando vueltas por encimade los rboles.

    31

    La golondrina se llev a la nia que la habasalvado. Volaron y volaron hasta llegar a unhermossimo jardn.

    Ser el mismo de que me hablaba lamariposa? pens Almendrita.

    Pero era otro ms maravilloso an. En lu-gar de abejas, vivan en las flores hombreci-llos y mujercitas tan pequeos como ella, y nohacan otra cosa que cuidar las plantas.

    Cuando Almendrita fue mayor, el hijo del reydel jardn le pidi que se casara con l.

    Acept Almendrita muy contenta y reina-ron felices y tuvieron muchos hijos. Al nacer,todos eran del tamao de un grano de ans;pero eran tan lindos, inteligentes y simpti-cos, que fueron el orgullo de sus padres y desu reino.

    Cancin de cunade los elefantes

    El elefante llorabaporque no quera dormir...Duerme, elefantito mo,que la Luna te va a or...

    Pap elefante est cerca,se oye en el manglar mugir;Duerme, elefantito mo,que la Luna te va a or...

    El elefante lloraba(con un aire de infeliz!)y alzaba la trompa al v