Análisis Psico Jurídico Del Proceso de Vinculación y Desvinculación de Los Niños

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ANÁLISIS PSICO JURÍDICO DEL PROCESO DE VINCULACIÓN Y DESVINCULACIÓN DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO Luz Amparo Salazar Arango [email protected] Paola Enith Vásquez González [email protected] Teniendo en cuenta la situación a la que se ve enfrentada la niñez colombiana en el marco del conflicto armado interno y el interés puesto sobre el mismo por parte de algunas instituciones, reflexionamos sobre la posición que han asumido la sociedad y el Estado, frente al desarrollo del conflicto armado colombiano y la influencia en la niñez colombiana. Basados en esto, surge entonces el cuestionamiento sobre los aspectos que inciden en la vinculación y la desvinculación de los niños, niñas y jóvenes de los grupos insurgentes; convirtiéndose ésta en una fuente de interés de la psicología y en especial de la psicología jurídica, marcando las pautas para intervenir sobre un terreno más contextualizado que permita el reconocimiento de sus derechos fundamentales; por consiguiente, el siguiente documento se fundamenta en la psicología y su relación con el derecho y pretende analizar cómo la presencia de profesionales en psicología jurídica pueden dar respuesta oportuna en la atención a víctimas, agresores y que de igual forma, capaciten, asesoren y acompañen los procesos que se relacionan directamente con la atención de los niños, niñas y jóvenes de los grupos armados al margen de la ley que entran a formar parte de los procesos de desvinculación propuestos por el Estado. Al acercarnos a la definición de psicología jurídica, sus campos de su profundización y la relación de ésta con el conflicto armado colombiano, logramos develar muchos aspectos pertinentes con la

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ANLISIS PSICO JURDICO DEL PROCESO DE VINCULACIN Y DESVINCULACIN DE LOS NIOS, NIAS Y JVENES DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO

Luz Amparo Salazar Arango

[email protected]

Paola Enith Vsquez Gonzlez

[email protected]

Teniendo en cuenta la situacin a la que se ve enfrentada la niez colombiana en el marco del conflicto armado interno y el inters puesto sobre el mismo por parte de algunas instituciones, reflexionamos sobre la posicin que han asumido la sociedad y el Estado, frente al desarrollo del conflicto armado colombiano y la influencia en la niez colombiana. Basados en esto, surge entonces el cuestionamiento sobre los aspectos que inciden en la vinculacin y la desvinculacin de los nios, nias y jvenes de los grupos insurgentes; convirtindose sta en una fuente de inters de la psicologa y en especial de la psicologa jurdica, marcando las pautas para intervenir sobre un terreno ms contextualizado que permita el reconocimiento de sus derechos fundamentales; por consiguiente, el siguiente documento se fundamenta en la psicologa y su relacin con el derecho y pretende analizar cmo la presencia de profesionales en psicologa jurdica pueden dar respuesta oportuna en la atencin a vctimas, agresores y que de igual forma, capaciten, asesoren y acompaen los procesos que se relacionan directamente con la atencin de los nios, nias y jvenes de los grupos armados al margen de la ley que entran a formar parte de los procesos de desvinculacin propuestos por el Estado.

Al acercarnos a la definicin de psicologa jurdica, sus campos de su profundizacin y la relacin de sta con el conflicto armado colombiano, logramos develar muchos aspectos pertinentes con la estructura del mismo, su relacin con la ley y especialmente con el tema de la vinculacin de la poblacin civil, en particular de nios, nias y jvenes como participantes activos en las confrontaciones armadas entre gobierno e insurgencia.

Si bien, el comportamiento de las vctimas, compone una de las reas de aplicacin de la psicologa jurdica, lo hace en especial la rama de la victimologa, que dentro de sus objetivos busca estudiar a las vctimas directas e indirectas de un delito, su descripcin, relaciones, y las predisposiciones personales, psicolgicas y sociales que producen los procesos de victimizacin, as como la dinmica interpersonal en el crimen, en este caso particular los nios, nias y jvenes vinculados y desvinculados al conflicto armado colombiano, quienes dentro de stos dos procesos se enmarcan como vctimas, puesto que son ellos los que padecen daos fsicos y mentales al entrar en contacto directo con las hostilidades. Bajo esta perspectiva, podramos decir que los menores vinculados al conflicto armado interno, por encontrarse en condiciones especiales, an no comprenden la ilicitud de sus actos por inmadurez psicolgica, lo que los lleva simplemente a actuar por un deseo de venganza o por la situacin vivida en sus hogares, caracterizados la mayora de veces por violencia intrafamiliar y abusos de poder por parte de padres o padrastros, factores que unidos a la situacin vivida en algunas poblaciones o el constante contacto con los insurgentes, motivan a un nio(a) o joven a pertenecer a un grupo armado al margen de la ley, donde las opciones ofrecidas empiezan a tener ms peso, como por ejemplo el dinero y el poder a travs de un arma.

Paralelo a lo anterior, encontramos que el dficit de polticas de Estado sociales y de juventud encargadas de promover el desarrollo y la potencializacin de habilidades propias de la niez y de la adolescencia, favorece la vinculacin de nios, nias y jvenes al conflicto, situacin que es aprovechada por los grupos armados al margen de la ley, ya que vinculan menores por su mpetu y por la obediencia demostrada en sus entrenamientos, adems si tenemos en cuenta que los nios (as) y jvenes, provienen de poblaciones en conflicto, que es lo que usualmente sucede, los imaginarios de guerra que traen facilitan por supuesto su adaptacin al grupo armado.

Esta situacin conlleva otro tipo de consecuencias en el mbito psicolgico puesto que los menores presentan desrdenes emocionales severos y sus proyectos de vida ya no tienen un sentido congruente con las expectativas del medio social al que pertenecan y al que en algn momento han de volver nuevamente.

La presencia de un profesional especializado en la atencin a vctimas del conflicto armado es un primer paso para la adecuada intervencin que ellas requieren en un inicial momento de encuentro con el aparato judicial al que se ven enfrentados una vez dejan sus armas y se someten a las condiciones establecidas por el Estado. La situacin de los nios (as) y jvenes que viven las circunstancias propias de la guerra en cada una de las facetas, como el uso del poder, la fuerza y la violencia como estrategia de supervivencia o de relacin, hacen que su recepcin e intervencin requiera de asesoramiento en las medidas a aplicar comprendiendo realmente la situacin de los nios y las posibilidades de atencin, tratamiento y seguimiento cuando sea necesario.

Si bien ya hablamos de vctimas como objeto de estudio de la psicologa jurdica y la victimologa, cabe anotar entonces, que los agresores, su perfilacin, alternativas de recuperacin y tratamiento constituyen de igual forma pilares de estudio de las mismas.

Al revisar la historia, observamos que en las ltimas dcadas la violencia ha enmarcado de forma significativa las memorias sobre la evolucin de nuestro pas, inicialmente fue la lucha de poder entre partidos polticos que dej miles de muertos, desplazados y viudas; y posteriormente las desigualdades sociales y la ausencia de justicia llevaron a que se gestaran organizaciones con objetivos e ideologas especficas que buscaban minar las estructuras jerrquicas que de alguna forma excluan a los menos favorecidos y los colocaban en posicin de indefensin frente a los poderosos.

Desde entonces, la poblacin civil ha estado inmersa dentro de la estructura de la guerra, apoyando o repeliendo los ataques de los diversos grupos, ya sean stos armados o no, en pro de salvaguardar sus vidas. No obstante, sabemos que es el Estado el encargado de proteger y velar por el cumplimiento de garantas y derechos como ciudadanos, pero notamos que en los inicios de la guerra civil fue el mismo Estado quien persigui, desplaz y tortur a los ciudadanos con excusas de corte poltico, convirtiendo a la poblacin civil en vctima de una guerra sin sentido.

Por lo tanto, la poblacin civil y en particular los nios, nias y jvenes han sido victimizados, revictimizados y olvidados. El proceso al que se encuentran sometidas las vctimas de los diferentes delitos se puede, contemplar en cuatro fases, en donde tambin se tiene en cuenta el conjunto de factores que acaecieron para que se presentara dicha situacin, stas etapas son la victimizacin primaria, secundaria, terciaria y en cuarto grado.

Vemos entonces, una primera forma de victimizacin, entendida esta como la relacin entre las vctimas y los autores de los hechos punibles, en este caso los llevados a cabo en cabeza del Estado, quien como juez y parte del conflicto vulner de forma degradante derechos sustanciales de quienes formaban su estructura, permitiendo que la estigmatizacin por colores polticos y de partidos llegara a transgredir las mnimas reglas de convivencia ciudadana.

As mismo, tenemos la victimizacin a la que fue expuesta la poblacin civil, luego de la creacin de grupos irregulares alzados en armas, quienes aprovechando la situacin de vulnerabilidad de la ciudadana conformaron sus filas inicialmente en defensa de los ms dbiles, pero que con el paso del tiempo, la tecnificacin de la guerra y la prdida de ideologas claras de contienda, terminaron alzados contra los mismos ciudadanos por quienes se haca la lucha en sus inicios. De esta forma, la poblacin civil result violentada y revictimizada por los grupos al margen de la ley, que dentro de sus estrategias vinculaban personas del comn y por ende los pobladores fueron quienes comenzaron a poner los muertos de la guerra y hasta los mismos actores armados; es decir, los hombres, mujeres y nios que resultaron involucrados en la misma por la inasistencia del Estado que no logr controlar el crecimiento de dichas organizaciones insurgentes o por el reclutamiento forzoso del que fueron vctimas en razn de la lucha armada en sus poblaciones de origen.

Siguiendo este orden de ideas, los nios(as) y jvenes que se vinculan a los grupos alzados en armas son victimizados en un primer momento por dichas organizaciones, puesto que violentan sus derechos fundamentales, como la vida, la libertad, la unin familiar, etc. siendo excluidos una vez ms de la sociedad, desadaptados de su proceso de desarrollo, y utilizados como escudos humanos, informantes u objetos sexuales en el caso de las nias, segn lo reporta la Defensora del Pueblo en sus investigaciones.

Observamos en este punto que estando dentro de los grupos armados ilegales, los menores son victimizados, los reglamentos que rigen los frentes, grupos o filas son en su mayora tendente a la minimizacin de garantas y respeto por los derechos, las labores que deben llevar a cabo, las situaciones que deben solventar, la imposibilidad de ver a sus familiares y por supuesto, las infracciones cometidas al Derecho Internacional Humanitario, empezando por la vinculacin de menores de edad en los grupos alzados en armas, son slo unos pocos motivos que se encuentran para la desercin y entrega al Estado.

Con la agudizacin del conflicto armado interno aument la vinculacin de menores de edad y empez otra de las formas de victimizacin, definida esta como victimizacin secundaria, dada por la inadecuada intervencin del Estado, sus instituciones y profesionales encargados de impartir justicia. En este caso particular la victimizacin la ejerce el Estado dada la incapacidad del mismo para evitar la violacin de derechos y la prevencin de la vinculacin, a travs de estrategias contundentes de educacin, capacitacin, salud, seguridad; es decir, condiciones mnimas para lograr sobrevivir en un medio inhspito como el que se vive actualmente en Colombia.

Es interesante observar cmo el Estado ha asumido una actitud pasiva frente a la dinmica de la violencia en el transcurrir del tiempo y no se ha interesado en la preponderancia que se le debe asignar a los derechos de los menores que se encuentran inmersos en el conflicto interno, situacin que se evidencia en la parsimonia manifestada al no agilizar proyectos tan importantes como la reforma al cdigo del menor y el proyecto de Ley 180 de 2001 por el cual se dictan las normas para la proteccin y atencin integral de los nios, nias y adolescentes reclutados u obligados a participar en hostilidades o acciones del conflicto armado.

De igual forma, sucedi en el caso de las autodefensas, que hasta hace poco se les hizo el reconocimiento poltico para que sus desvinculados tambin gozaran de los beneficios que el Estado les otorga por la desmovilizacin y dejacin de armas, pues dicho grupo tambin vincula directamente dentro de sus filas a menores de edad vulnerando sus derechos.

El fenmeno de la desvinculacin es relativamente nuevo, los procesos de desmovilizacin se han dado de manera grupal y en la actualidad comienzan a aparecer con mayor auge de manera individual; sin embargo, esta situacin no es del todo alentadora puesto que la existencia de programas de atencin a vctimas del conflicto armado no cuenta con especialistas en el rea y con la cobertura a escala nacional para la recepcin y atencin; por tanto, la intervencin se dirige a otro tipo de problemticas distales del impacto del conflicto armado, sobretodo en lo que se refiere a la vinculacin y desvinculacin de nios, nias y jvenes, siendo esta una de las formas de victimizacin secundaria dentro de la desvinculacin.

El proceso por el que pasan los nios, nias y jvenes desvinculados del conflicto armado est constituido por diversas momentos o etapas que en ocasiones slo complican la situacin especial por la que atraviesan dichos menores, puesto que facilitan y permiten la victimizacin de los nios(as) en casos como por ejemplo, el tiempo que debe transcurrir desde que el menor es presentado a las instituciones y funcionarios competentes en el caso de desvinculacin de grupos al margen de la ley que no puede ser superior a 36 horas; sin embargo, en las investigaciones publicadas por la Defensora del Pueblo, se encuentra que en ocasiones este tiempo no es respetado y los nios (as) son utilizados para extraer informacin retenindolos sin justa causa y privados de ser entregados inmediatamente al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, convirtindolos una vez ms en vctimas, pero esta vez en vctimas directas del Estado.

Otra forma de victimizacin secundaria presentada en el proceso de desvinculacin se relaciona con las instancias por donde deben pasar los menores antes de ingresar al programa de atencin a menores desvinculados del conflicto, pues deben rendir declaracin al juez, al defensor y por supuesto hablar de su situacin a la persona a la que se entregan o son entregados.

Se presentan casos en donde la falta de conocimiento de la legislacin que en el momento existe frente al tema lleve a que se confundan, el proceso de entrega voluntaria de menores de edad con el de personas adultas de los grupos armados ilegales; ya que para ellos hay un tratamiento muy similar al que se les est dando a los menores y en donde es clara la ley en las diferencias que se encuentran entre uno y otro proceso. Adems de esto se encuentra que los funcionarios encargados de estos procesos no conocen a ciencia claramente qu beneficios y procedimientos se deben seguir con los nios, nias y jvenes.

Es deber del Estado y como estrategia para reducir los efectos negativos de la revictimizacin, ofrecer a las vctimas el tratamiento debido estableciendo en primer lugar compromisos para que se de prioridad a la resolucin de la situacin legal, familiar y educativa de los nios, nias y jvenes; as como, el nfasis en el diseo de programas integrales donde se ofrezca una adecuada y oportuna atencin psicosociojurdica a los nios, nias y jvenes vinculados a grupos al margen de la ley.

Si hablamos de victimizacin impartida por las instituciones estatales, podramos igual hablar de pasividad de la poblacin frente al inters puesto en la planeacin y ejecucin de normatividades que protejan de manera real a la poblacin civil; la concepcin de Estado paternalista y asistencialista manejada a travs del tiempo, toma en este punto particular una connotacin diferente puesto que el cambio en los ordenamientos debe provenir primariamente de los realmente interesados; por consiguiente, la revictimizacin y la victimizacin terciaria, si ha de llamarse as, competen no slo al Estado sino a la sociedad en general como agente protector de los ms dbiles, en este caso la niez.

Vemos entonces cmo la sociedad se convierte en elemento constitutivo del crculo vicioso de victimizacin al que son expuestos los nios(as) y jvenes, porque si bien la sociedad se ha pronunciado en contra de la vinculacin, no ha hecho en realidad nada contundente para que deje de suceder; por el contrario, excluye y estigmatiza al que haya pertenecido a un grupo al margen de la ley, y por lo tanto, una vez ms los nios (as) se ven victimizados, esta vez por el sistema social por el que dicen luchar sus comandantes y lderes. Entonces, La sociedad si se encuentra preparada para recibir sin mayores pretensiones y prejuicios a aquellos que se desvinculan del conflicto, ya sean menores o no?.

Esta forma de victimizacin ejercida por la sociedad en el proceso de desvinculacin, se caracteriza porque la asignacin de nuevos roles y responsabilidades sociales dificultaran en un principio la adaptacin por el estilo de vida que llevaban los menores dentro del grupo armado al margen de la ley y por las alternativas que encuentran al salir a la vida civil, pues si bien stas son bajas para los profesionales que abundan en la sociedad, cmo sern para los jvenes que deciden reinsertarse y slo conocen ahora los oficios aprendidos en el programa del Estado o en su grupo armado?.

As como la poblacin civil victimiza a sus miembros, tambin ella se convierte en ficha clave del proceso de victimizacin del que hemos venido hablando, encontramos la victimizacin en cuarto grado, referida a la victimizacin a la que son expuestas las personas indirectamente vctimas del delito, es decir las que rodean a la vctima; no obstante, segn la situacin de vulneracin de derechos vivida en nuestro pas, la mayora si no todos los ciudadanos padecen de una cuarta victimizacin, en lo que concierne a la vinculacin de menores al conflicto armado interno, tenemos la destruccin del tejido social que lleva consigo la situacin de desplazamiento forzoso, que a su vez integra dentro de su estructura la prdida de bienes familiares, materiales y personales. Por consiguiente, las familias se ven victimizadas; por un lado, porque viven en zonas donde los fuegos cruzados facilitan que se tome partido frente al conflicto, razn por la cual son vctimas de amenazas si deciden rebelarse contra los insurgentes; y por otro, porque sufren la partida de sus hijos, quienes son llamados, forzados, manipulados o seducidos a participar directamente de las hostilidades.

La victimizacin a la que se ven expuestos los familiares de los nios, nias y jvenes en el proceso de desvinculacin se relaciona con el hecho de que son ellos mismos los que en muchas ocasiones desean volver a tener a sus hijos cerca, pero por motivos de seguridad, los jvenes mismos y/o el Estado prefiere tenerlos bajo cuidado como medida de proteccin especial; por consiguiente, los lazos familiares se ven resquebrajados por el miedo, la amenaza o simplemente por la falta de voluntad de alguna de las partes para recuperar el vnculo. Sin embargo, el objetivo primordial del programa ofrecido por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar est dirigido a la reintegracin del menor a su medio familiar, educativo y social, objetivo compartido de igual forma por la psicologa jurdica y su relacin con el derecho de familia, al querer lograr que se acojan nuevamente las familias dentro de un proceso de adaptacin y reinsercin congruente con las necesidades especiales de los nios, nias y jvenes desvinculados del conflicto armado interno.

Si bien el psiclogo jurdico y sus actuaciones son pertinentes en el campo de la atencin a vctimas de la violencia, tambin lo es para los procesos legales que se suscitan dentro de la desvinculacin de nios del conflicto armado colombiano. En este punto no hay que olvidar que si bien el Estado ha sido de una u otra forma verdugo de sus ciudadanos, tambin es l, el que ha intentado formas de proteccin para los mismos como es su deber. Como se dijo en lneas anteriores, la parsimonia del mismo en la atencin y rehabilitacin de nios, nias y jvenes desvinculados del conflicto armado colombiano ha llevado a que se revictimicen los menores y se preste una atencin especializada de manera errada. Afortunadamente en la bsqueda de soluciones para resarcir los derechos de los nios, nias y jvenes desvinculados de los grupos ilegales al margen de la ley, el Estado cre el programa de atencin a las vctimas del conflicto armado que funciona a travs del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, dentro del que se busca reestablecer los derechos que a los menores les han sido vulnerados, brindndoles la oportunidad de crear un nuevo proyecto de vida. Por tanto, es tarea del psiclogo jurdico, asesorar y acompaar dichos procesos para que cumplan el objetivo para el que fueron creados los programas especializados.

En este sentido, el Estado lo que pretende es saldar cuentas pasadas y obtener reconocimiento por sus falencias, pero acaso un acto de justicia tarda puede resarcir los derechos que han sido violados, vulnerados y obviados dentro de una guerra como la vivida en nuestro contexto? Y en qu medida el Estado puede garantizar el restablecimiento de los derechos de los nios, nias y jvenes desvinculados de los grupos armados ilegales, si en la actualidad no se ha logrado establecer el pleno cumplimiento de los derechos de la poblacin en general?.

Para dar una respuesta a los cuestionamientos planteados, podramos hablar entonces de una justicia restaurativa como la esbozada por el criminlogo contemporneo Beristain, A. (1998) al proclamar un innovador sistema recreativo que dentro de la dogmtica penal se debe a las vctimas, por justicia y no por caridad, una completa atencin recreadora, una reconciliacin entre la vctima y el victimario. Esta reparacin de las vctimas debe proclamarse como la primera finalidad de sta y otras sanciones penales.

Bajo este paradigma recreativo propuesto por Beristain, el deber del delincuente, pero tambin de la vctima y de la sociedad, es reconocer el dao causado por su accin y comprometerse a recrear una convivencia futura, de ah parte que el Estado colombiano haya empezado a pensar en la reparacin de su inoperancia a travs del programa de atencin a vctimas del conflicto armado interno; por tanto, el Estado como garante de derechos, viene asumiendo la responsabilidad de reparar las infamias ocurridas en el pasado, orientndose a la reconciliacin con sus vctimas y con los rebeldes que han optado por la va armada para la solucin del conflicto y lucha por la igualdad.

Es deber de la sociedad y el Estado velar porque se respeten los derechos humanos en cualquier circunstancia, as como es deber de los profesionales de las ciencias sociales entrar a formar parte del equipo que vive y recrea una justicia diferente para todos, basada en el reencuentro y por qu no, la reconciliacin. Las vctimas no pueden quedarse en el olvido.

Otro campo de actuacin de la psicologa jurdica se relaciona con los profesionales, en este caso, las intervenciones directas que se hacen a los profesionales encargados de impartir justicia, que se traducen en los funcionarios pblicos que recepcionan y atienden a los menores que se vinculan a los programas establecidos por el Estado para su intervencin en caso de desvinculacin de los grupos al margen de la ley, e igualmente, el estudio de los procedimientos judiciales que se hacen evidentes en el proceso de vinculacin y desvinculacin de niez y conflicto armado colombiano, se constituyen tambin en temas que competen a la psicologa jurdica dentro de su actuacin en el medio legal.

Destacamos la importancia de la participacin del psiclogo jurdico dentro del equipo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, en el diseo de los lineamientos tcnicos y jurdicos, como por ejemplo, la unificacin de objetivos y contenidos en los programas ofrecidos por los centros de atencin especializada, pues mientras para unos lo prioritario es la intervencin en el nivel psicolgico y emocional, para otros lo realmente importante lo constituye la capacitacin en oficios de corte tradicional de instituciones de reeducacin. La estructura de vida de estos jvenes y los imaginarios sobre los que se desarrollan dentro del grupo armado estn distantes de ser congruentes con tareas u oficios propios de un estilo de vida que no les pertenece o que dejaron atrs por diversas causas; por consiguiente, es de vital importancia encausar de manera integral la adaptacin a la vida civil a travs de intervenciones heursticas, pertinentes y dirigidas hacia un mismo objetivo, lejos de ideas guerreristas y de poder a travs de la violencia, donde haya espacio para la reflexin y conformacin de un nuevo proyecto de vida adecuado a sus capacidades y alternativas, todo con el fin de que stos se adapten mejor a la situacin dinmica del conflicto y se logre la satisfaccin de las necesidades de los nios, nias y jvenes que se encuentran dentro del proceso de desvinculacin y as lograr restituir plenamente los derechos que les han sido vulnerados en repetidas ocasiones.

El programa de atencin a nios, nias y jvenes desvinculados del conflicto armado interno consta de tres etapas, en este punto nos parece pertinente anotar que el actuar del psiclogo jurdico en la primera fase de atencin (hogar transitorio) se enmarcara en varios frentes, por un lado se dirige hacia los funcionarios encargados de recepcionar a estos nios, dndoles a conocer los procesos jurdicos que se llevan a cabo, las normas y los beneficios a los que tienen derecho, adems de hacer nfasis en la relevancia que adquiere una adecuada intervencin psicolgica de primer nivel, en donde se individualice a cada menor en su situacin particular para as estructurar adecuadamente los diferentes procesos que se llevar a cabo en las instituciones.

El psiclogo jurdico tambin puede actuar dentro del equipo interdisciplinario que acompaa al defensor de familia, para realizar una capacitacin especializada permanente al personal que labora en los hogares transitorios, con el fin de reducir la victimizacin secundaria de la que son vctimas los menores desvinculados y as lograr la proteccin plena de sus derechos. Como profesional que hace parte del equipo tcnico, el psiclogo jurdico puede actuar evaluando la exactitud y credibilidad del testimonio y el estado psicolgico del menor. Por ltimo; dentro de esta primera fase, el psiclogo jurdico puede intervenir realizando directamente con los nios, nias y jvenes asesoras, en donde ellos tengan conocimiento real de su situacin legal y de los beneficios que gozan por su condicin particular.

La segunda etapa del programa que ofrece el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, en su programa de atencin a menores desvinculados del conflicto armado es el Centro de Atencin Especializada, en esta etapa el psiclogo jurdico puede intervenir dentro el equipo interdisciplinario que acompaa al defensor de familia, asesorando la modificacin de medidas y el egreso del menor del centro, teniendo en cuenta los informes que suministre el equipo tcnico encargado del menor. Tambin se brinda un servicio de acompaamiento al menor en su proceso de acercamiento con el entorno y con las diversas situaciones a las que se va a enfrentar en el futuro, adems de dar a conocer en que punto se encuentra su situacin legal.

Paralelo al proceso que se desarrolla en esta primera etapa, el Comit Operativo para la dejacin de armas, debe encargarse de verificar la permanencia del nio, nia o joven en el grupo armado al margen de la ley en caso que se entregue voluntariamente; en esta instancia el psiclogo jurdico puede intervenir realizando la valoracin de las circunstancias del abandono voluntario y evaluando la voluntad de reincorporarse a la vida civil que tenga el desmovilizado.

Finalmente se encuentran las Casas Juveniles, en las que se busca que los jvenes construyan y vivencien su plan de vida, adems de favorecer la convivencia en comunidad; en esta etapa la intervencin del psiclogo jurdico no se hace tan evidente como se manifiesta en las etapas anteriores. Sin embargo, es pertinente que se haga un seguimiento a los nios (as) y jvenes para as prevenir otra forma ms de victimizacin.

El tema de la vinculacin y la desvinculacin de los nios, nias y jvenes de los grupos armados al margen de la ley, es un aspecto que a la luz de la psicologa jurdica, no ha sido trabajado; por esto y teniendo en cuenta el contexto histrico, psicosocial y jurdico de los nios, nias y jvenes vinculados y desvinculados del conflicto armado interno colombiano, encontramos pertinente anotar que una de las reas de menor inters ha sido la investigacin, siendo sta el punto de partida para evitar la vinculacin como participantes directos de los nios, nias y jvenes en el conflicto armado interno. Algunos de los puntos en los cuales se podra desarrollar investigacin desde la rama de la psicologa jurdica, sera en primer lugar, en el campo de la prevencin, indagando las causas y patrones culturales de violencia, capacitacin a la comunidad contra la vinculacin; esto con el fin de participar en la formulacin de leyes y lineamientos tcnicos para la intervencin en sta poblacin en particular. Otra de las reas de investigacin de dirige a la perfilacin y estudios de personalidad, para comprender de mejor forma el "ser" y "actuar" de los nios, nias y jvenes desmovilizados y el seguimiento que a ellos se les realiza dentro de su proceso; adems de buscar psicopatologas que coadyuven en la vinculacin directa al grupo armado al margen de ley.

Es importante resaltar que la presencia de un psiclogo jurdico dentro de la estructuracin de ordenamientos legales dirigidos al "ser" con el firme propsito de consolidar estrategias para la recuperacin y tratamiento de vctimas, sera slo una cara de la moneda en la infinita y pertinente actuacin de un profesional del rea social-humana y su vital importancia a la hora de intervenir en casos donde los ciudadanos se encuentran en conflicto con la ley penal, en realidad, se trata de estar al servicio de una mejor ley.

La actuacin de profesionales en psicologa especializados en jurdica permitir, que la humanizacin de la justicia minimice el impacto de procesos de victimizacin por parte del aparato estatal y judicial, as como una mayor participacin de familias, vctimas y ofensores dentro de un proceso que compete finalmente a toda la sociedad.--

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