Antecedentes de La Psicopedagogía

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ANTECEDENTES DE LA PSICOPEDAGOGÍA Antecedentes Generales La preocupación por la educación y el estudio del comportamiento humano ha estado presente en toda la historia de la humanidad. Sin embargo, el nacimiento de las Ciencias Pedagógicas y Psicológicas como disciplinas encargadas de construir conocimiento científico es reciente. Este conocimiento se inicia, consolida y sistematiza en el entorno de la comunidad científica tras el inicio y aplicación de la experimentación y el método científico a los problemas de una y otra disciplina, a finales del siglo XIX, lo cual despliega acciones y modelos teóricos en toda Europa y América. La Psicopedagogía es una consecuencia directa del nacimiento de la pedagogía y la psicología experimental, sobre todo aplicada al ámbito de las deficiencias físicas y mentales. La preocupación que existía en ese momento por la infancia (paidología y child study) junto a la obligatoriedad de la enseñanza, y la emergencia de la experimentación aplicada al estudio de las diferencias individuales, sientan las bases científicas disciplinares y sociales del profesional actual de la psicopedagogía. Había que educar a las personas, pero para ello había que construir el conocimiento que permitiera la explicación de su comportamiento individual ante situaciones específicas de aprendizaje. De forma paralela, la predominante preocupación por la infancia estrecha lazos entre profesionales de la medicina y de la educación para dar respuesta a la educación especial, salud escolar y la pedagogía terapéutica. Las primeras referencias del término “psicopedagogía” como tal, aparecen en el ámbito francófono: psychopédagogie (Francia, Bélgica, y la Escuela de Ginebra en Suiza) en 1908, para referirse a las técnicas psicométricas destinadas a la clasificación de los escolares; así, los primeros Centros Psicopedagógicos fueron fundados en Francia, en 1946, con el objetivo de desenvolver un trabajo orientado para el alumnado con problemas escolares o de comportamiento atendidos por un equipo del área de Psicología, Psicoanálisis e Pedagogía. En Italia, también se hizo un uso temprano del término psicopedagogia (1912), para denominar a profesionales que debían hacer una evaluación de la deficiencia

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ANTECEDENTES DE LA PSICOPEDAGOGÍA

Antecedentes Generales

La preocupación por la educación y el estudio del comportamiento

humano ha estado presente en toda la historia de la humanidad. Sin

embargo, el nacimiento de las Ciencias Pedagógicas y Psicológicas

como disciplinas encargadas de construir conocimiento científico es

reciente. Este conocimiento se inicia, consolida y sistematiza en el

entorno de la comunidad científica tras el inicio y aplicación de la

experimentación y el método científico a los problemas de una y otra

disciplina, a finales del siglo XIX, lo cual despliega acciones y

modelos teóricos en toda Europa y América.

La Psicopedagogía es una consecuencia directa del nacimiento de la

pedagogía y la psicología experimental, sobre todo aplicada al ámbito

de las deficiencias físicas y mentales. La preocupación que existía en

ese momento por la infancia (paidología y child study) junto a la

obligatoriedad de la enseñanza, y la emergencia de la

experimentación aplicada al estudio de las diferencias individuales,

sientan las bases científicas disciplinares y sociales del profesional

actual de la psicopedagogía. Había que educar a las personas, pero

para ello había que construir el conocimiento que permitiera la

explicación de su comportamiento individual ante situaciones

específicas de aprendizaje. De forma paralela, la predominante

preocupación por la infancia estrecha lazos entre profesionales de la

medicina y de la educación para dar respuesta a la educación

especial, salud escolar y la pedagogía terapéutica.

Las primeras referencias del término “psicopedagogía” como tal,

aparecen en el ámbito francófono: psychopédagogie (Francia,

Bélgica, y la Escuela de Ginebra en Suiza) en 1908, para referirse a

las técnicas psicométricas destinadas a la clasificación de los

escolares; así, los primeros Centros Psicopedagógicos fueron

fundados en Francia, en 1946, con el objetivo de desenvolver un

trabajo orientado para el alumnado con problemas escolares o de

comportamiento atendidos por un equipo del área de Psicología,

Psicoanálisis e Pedagogía. En Italia, también se hizo un uso

temprano del término psicopedagogia (1912), para denominar a

profesionales que debían hacer una evaluación de la deficiencia

mental, que complementara el examen médico (Moreu y Bisquerra,

2002).

En el siglo XX, la Psicopedagogía comienza entonces a tener una

trayectoria significativa teniendo, inicialmente, un carácter médico-

pedagógico: en el campo de la pedagogía práctica se suscitó un

exagerado afán de experimentación y de ensayos psicológicos. Hugo

Mûnsterberg (1863-1919), psicólogo alemán, aboga por una

psicotécnica pedagógica. En la aplicación de la psicología a la

pedagogía, el material fluye. El auge de la experimentación se realiza

dentro de las escuelas. Binet (1857-1911) y H. Wallon en Francia, E.

Meumann y Lay en Alemania, E. L. Thorndike y W. James en los

Estados Unidos son los primeros investigadores, entre los más

conocidos y activos en este sector de la investigación, que dieron

origen a laboratorios establecidos en los grandes centros educativos,

gabinetes psicopedagógicos, cuya misión sería la elaboración y

aplicación de pruebas y estudios psicotécnicos, incluyendo la

orientación profesional y la colaboración médica en las tareas de la

escuela.

La instalación de estos laboratorios se extendió por Europa, Japón y

los Estados Unidos, yendo éste a la cabeza. Mientras tanto, en

América Latina, en la ciudad de México, el Instituto Nacional de

Psicopedagogía contaba con un laboratorio equipado e instalado; y no

menos importantes fueron los trabajos en esta área en países como

Perú, Argentina y Paraguay en las primeras décadas del siglo XX.

Como se puede observar, en todos los países citados, la

psicopedagogía ha tenido siempre por “hogar” el ámbito educativo:

la práctica de la misma se ha realizado siempre en el aula escolar, en

donde estudiantes y maestros, vinculados por la pedagogía, han

caracterizado los procesos de la enseñanza y el aprendizaje. Y del

estudio de los mismos, se van conformando espacios disciplinares

que contribuyen a la pedagogía, como la Psicopedagogía y la

Psicología Educativa en general. Ambas tradiciones científicas son por

tanto, casi idénticas: las escuelas y sus aulas, en los dos casos, son

su escenario; los procesos de la enseñanza y el aprendizaje nutren

sus contenidos. Sólo el matiz ideológico propio de cada una de las

tradiciones mencionadas diferencia a la Psicología Educativa de la

Psicopedagogía:

- La Psicopedagogía llega a Latino América desde Francia y España.

Su contexto destaca la palabra pedagogía que involucra toda una

cultura en la cual se refleja el influjo del catolicismo y su filosofía.

- La Psicología Educativa (Educational Psychology), domina el

contexto de los países sajones sujetos a la Reforma. En esta

tradición, el concepto de currículo reemplaza al de pedagogía en la

tradición latina. Así, la denominación Psicología Educativa llega a

Latinoamérica desde los Estados Unidos e Inglaterra.

Para concluir, los antecedentes generales citados ratifican que la

Psicopedagogía como disciplina científico-profesional, cuenta con

antecedentes históricos bien delimitados en diferentes países del

continente europeo y americano. Como complemento de esta primera

parte, a continuación se explicitan antecedentes de la

Psicopedagogía en tres países con distintas tradiciones en cuanto a

esta disciplina:

- España, como referente y modelo en lo que a educación concierne

para los países latinoamericanos.

- Brasil, país de habla portuguesa, con una reciente historia en el

ámbito de la Psicopedagogía (al igual que Chile).

- Argentina, como país pionero en la constitución de la

psicopedagogía como disciplina científico-profesional.

Psicopedagogía en España

En España, la institucionalización de los estudios psicopedagógicos se

produce de forma más tardía que en el resto de Europa. Un ejemplo

de ello es que mientras en Francia, país vecino del Estado Español, se

producía una importante reforma de la enseñanza en el año 1947

(conocida con el nombre de sus promotores Langevin-Wallon, en la

cual se fijaron las principales funciones del psicopedagogo), en

España se produce 25 años más tarde, en los años 70 con la Ley

General de Educación, tomando como referencia la francesa.

En este país, el conocimiento relativo a la psicología y pedagogía se

incluía en la licenciatura de filosofía. En 1902 se crea la primera

cátedra de Psicología Experimental y en 1904 la de Pedagogía

Experimental, ambas en La Universidad de Madrid. Mientras tanto, en

el resto de Europa y en Estados Unidos ya se institucionalizaba la

Psicopedagogía como disciplina encargada de atender las necesidades

especiales de los estudiantes. En el entorno de los años 20 y 30 el

término psicopedagógico se usaba frecuentemente para denominar

las prácticas educativas especiales, la orientación profesional que

empezaba a gestarse, las orientaciones en la reeducación de

menores, etc. Toda esta construcción y sistematización del entorno

psicopedagógico que se produce en la primera mitad del siglo XX, en

España se ve truncada por la dictadura franquista. A pesar de este

periodo de latencia de la psicopedagogía en España, en casi todas las

obras de pedagogía diferencial y educación especial se observa una

constante referencia a la psicopedagogía, y en la reeducación de

menores siempre se habla de métodos psicopedagógicos.

Las reformas educativas que se fueron produciendo en Europa a

mitad del siglo pasado, en el caso de España se concretan con la

promulgación de la Ley General de Educación (LGE) de 1970, en la

cual se reconocía el derecho del alumnado a recibir servicios de

orientación escolar, personal y profesional. Pero tal derecho se ve

implementado muchos años después, cuando en 1977 se dicta la

orden ministerial por la que se crearon los Servicios Provinciales de

Orientación Escolar y Vocacional (SPOEV), y más tarde los equipos

multiprofesionales (EM), los primeros en el ámbito de la orientación y

los segundos en el de la educación especial. En el marco social, sin

embargo, sigue imperando el término natural de psicopedagógico, y

dos años más tarde, con motivo de la instauración de los

ayuntamientos democráticos, se crean los Servicios Psicopedagógicos

Municipales (SPM), con la finalidad de atender áreas educativas no

cubiertas por la escuela.

La reforma educativa que se inicia en España en los años 80, culmina

con la promulgación en 1990 de la Ley Orgánica de Ordenación

General del Sistema Educativo (LOGSE), y la aglutinación del

conocimiento psicopedagógico que había estado diseminado y

fragmentado. Desde la LOGSE se impulsa la orientación e

intervención psicopedagógica en todos los centros de enseñanza

obligatoria, con el fin de que den apoyo y asistencia a las necesidades

de los centros, el profesorado, el alumnado y sus familias. Esta

asistencia constituye uno de los capítulos de excelencia y calidad

educativa del nuevo sistema que pretende la Ley. La LOGSE demanda

al sistema educativo: un sistema de apoyo al currículo de orientación

educativa e intervención psicopedagógica, una mayor calidad de la

enseñanza, y una personalización de los aprendizajes. Para ello, se

institucionaliza dentro del sistema educativo la figura profesional del

psicopedagogo/a, que hasta ese momento había estado diversificada,

o repartida entre dos profesionales (pedagogo/a y psicólogo/a

escolar). Sobre esta última, en el plano internacional, Moreu y

Bisquerra (2002), hacen un estudio epistemológico del término

psicopedagógico, comparando distintos escenarios y tradiciones

(anglosajona, francófona, alemana, italiana, etc.), y concluyen que

“la psicología de la educación en estas áreas ha de considerarse,

desde el punto de vista epistemológico, como una ciencia basal de la

psicopedagogía”, aportando algunos fundamentos del

comportamiento.

En la sociedad española actual, se identifican cada vez nuevas

necesidades educativas que requieren intervención o acción

psicopedagógica. Muestras de ello son el incremento de publicaciones

en ámbitos específicos de intervención, y la inserción laboral de los

licenciados en psicopedagogía. Específicamente, los ámbitos de

acción profesional objeto de la intervención psicopedagógica que se

han ampliado en los últimos años han sido:

1. EN EL ENTORNO ESCOLAR: tareas y actividades de coordinación y

asesoramiento de profe-sorado y servicios escolares, y de éstos con

otros servicios comunitarios; mediación y gestión de conflictos

interpersonales e interculturales; compensación de diferencias

educativas de origen cultural y social; gestión y fomento de la

participación de las fa-milias en el desarrollo educativo de sus hijos e

hijas; asesoramiento al profesorado en tareas de acción tutorial;

asesoramiento y coordinación en la elaboración de proyectos

curriculares de centro; intervención en programas de apoyo al

curriculum; etc.

2. EN EL ENTORNO DE LA ORIENTACIÓN PROFESIONAL: orientación

laboral a colectivos con acce-so restringido (mujeres, mayores de

cuarenta años, colectivos excluidos socialmente); información,

gestión, acompañamiento y seguimiento de las inserciones laborales

de inmigrantes; formación en estrategias de búsqueda de empleo;

orientación y ayuda al alumnado universitario de final de carrera y en

el tránsito hacia el mercado laboral; etc.

3. EN EL ENTORNO SOCIAL: menores en riesgo de desatención y

descuidado familiar; información y formación familiar y social;

acciones preventivas de carácter comunitario destinados a la infancia

y juventud; atención educativa personalizada a menores bajo tutela

administrativa; atención educativa personalizada a menores con

medidas judiciales; etc.

4. EN EL ÁMBITO DE LA ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD Y LA

EDUCACIÓN INCLUSIVA: apoyo educativo fuera del sistema educativo

a personas con necesidades especiales y sus familias; estimulación

temprana e intervención en trastornos del desarrollo; eliminación de

barreras sociales; atención educativa a personas dependientes y sus

familias; servicios de psicomotricidad; intervención con jóvenes y

adolescentes con comportamientos disruptivos y conflicto social; etc.

5. INTERVENCIÓN COMUNITARIA, EN GENERAL: asesoramiento e

intervención psicopedagógica en la edad adulta o formación a lo largo

de la vida; atención a mayores, a través de programas y acciones de

estimulación física y cognitiva; intervención hospitalaria; programas

de intervención comunitaria en todos los ámbitos de acción

psicopedagógica; etc.

La incorporación de estos nuevos ámbitos al ejercicio profesional (que

no sólo se evidencia en España sino en todos aquellos países en los

que la psicopedagogía se ha instaurado como tradición disciplinar

científico-profesional) está suponiendo un constante reto, tanto para

investigadores como para profesionales que llevan a cabo la acción

psicopedagógica. Además evidencia el arraigo y demanda social de

los profesionales de la psicopedagogía.

Psicopedagogía en el Brasil

En el Brasil, en los años 70, algunos profesionales preocupados con

los altos índices de evasión escolar y repetición, comprometidos con

el estudio de las causas y intervenciones de los problemas

educacionales relacionados al fracaso escolar, trajeron de Francia y

de Argentina las contribuciones teóricas sobre la Psicopedagogía.

Estas contribuciones fueron traídas para el Brasil, tanto por medio de

conferencistas provenientes de Francia como de la Argentina, como

también, por medio de profesores que participaban de conferencias y

cursos a respecto de la experiencia psicopedagógica orientada para la

educación.

En 1979 fue creado el primer curso en nivel de postgrado en

Psicopedagogía en la Universidad de San Pablo, indicando que el área

de psicopedagogía es bastante nueva en el Brasil.

Al mismo tiempo, desde 1980, los psicopedagogos brasileros cuentan

con una asociación dedicada al interés de la clase y que lucha por sus

derechos. Es la Asociación Brasilera de Psicopedagogía (ABPp),

creada en 1988, que ha permitido que los psicopedagogos

estructuren un espacio de discusión sobre el cuerpo teórico de

conocimientos psicopedagógicos, a través de su amplio acervo de

trabajos científicos publicados, disertaciones de maestrías y tesis de

doctorado. Siendo así, la ABPp ha discutido y analizado ampliamente

temas como: cuál es la identidad del Psicopedagogo, cuál es la

legitimidad de la acción psicopedagógica, el campo de estudio o de

atención de la psicopedagogía, el enfoque multidisciplinar de la

psicopedagogía, entre otros estudios. Dentro de estos ámbitos, son

relevantes los estudios sobre la dimensión social de la

Psicopedagogía, es decir, la búsqueda del saber a través de una

acción socio-educativa, pues el aprendizaje acontece en la institución

sea educacional formal e informal, articulando la experiencia

acumulada con el conocimiento que se hace presente.

Psicopedagogía en Argentina

La Psicopedagogía es una disciplina surgida formalmente en

Argentina en la década de 1950. En su origen, nace como confluencia

de las disciplinas psicológicas y pedagógicas, tomando elementos de

ambas con el objeto de atender demandas sociales surgidas desde el

ámbito escolar.

Se observan dos momentos en su evolución histórica:

1º MOMENTO: inicio del surgimiento formal de Psicopedagogía.

En la ciudad de Buenos Aires, la Comunidad Jesuítica decide

organizar las primeras "Facultades Universitarias del Salvador". Se

piensa en la creación de una carrera destinada al perfeccionamiento

docente, y el sacerdote Ubén Gerardo Arancibia, lleva a cabo ese

proyecto. Hasta ese entonces, existía la palabra "psicopedagogía",

para referir a aquellas herramientas provenientes de Psicología que

facilitaban la comprensión de la Pedagogía: se consideraba que

comprendiendo la psicología del alumno-niño-escolar, el docente

podría adecuar mejor sus estrategias pedagógicas.

Es así como se organiza una carrera en donde confluyen las ciencias

psicológicas con las ciencias pedagógicas, y surge "Psicopedagogía",

el 2 de mayo de 1956, dictándose en el Instituto de Psicopedagogía

de la Universidad del Salvador. Sus alumnos eran egresados de las

denominadas "Escuelas Normales". Sus docentes eran profesionales

de ámbitos diversos tales como Neurología, Filosofía, Antropología,

Biología, Psicología, Pedagogía, Teología, Sociología, etc. Era una

época en donde predominaban las influencias de la neurología, la

psicometría y el positivismo. El aprendizaje era considerado de

manera lineal, unidireccional. Al modo "estímulo-respuesta". No se

tenía en cuenta la subjetividad. El psicopedagogo aún no tenía

definición de su campo profesional y trabajaba especialmente en

reeducación.

Luego de un tiempo, en el año 1972, la disciplina crece y obtiene la

categoría de Carrera de Grado, surgiendo la Facultad de

Psicopedagogía (también en la Universidad del Salvador). Comienzan

a surgir los primeros docentes psicopedagogos a cargo de las

cátedras. Pero, por una cuestión evolutivo-histórica, aún prevalecían

docentes de otras profesiones. A partir de este momento, comienza

una evolución y logran establecerse las "incumbencias profesionales",

regulándose el ejercicio profesional. La formación incluía influencias

de la Epistemología Genética (Jean Piaget), el Psicoanálisis (Freud y

posfreudianos) y la Psicología Social (Pichon Riviêre). Es en este

periodo en donde se observa la primera formulación de su objeto de

estudio: "Sujeto en situación de aprendizaje". Se consideraba que el

psicopedagogo trabajaba con las dificultades de aprendizaje

(especialmente escolar, sistemático), y que su función era la de

"reparar" dificultades en éste. Se tenía en cuenta al hombre como un

sujeto aprendiente. El aprendizaje se concebía como dado desde el

interjuego entre "sujeto" - "objeto". Comienza a tenerse en cuenta la

subjetividad del hombre e inician los esbozos de la clínica

psicopedagógica. No obstante, al disociarse los "aspectos

psicológicos" de los "aspectos pedagógicos", la disciplina carecía de

especificidad y método propio.

Comienzan a surgir búsquedas desde algunos profesionales, y

aparece la denominada Epistemología Convergente (Prof.Jorge Visca),

y los aportes de las psicopedagogogas Alicia Fernández y Marina

Müller. Asimismo, inician las investigaciones sobre identidad

disciplinar psicopedagógica, por parte de Estela Mora.

Hacia mediados de la década de 1990, la Psicopedagogía continuó

recibiendo influencias de los avances científicos de los campos de la

Neurología, la Genética, la Filosofía; así como influencias del

Psicodrama, el Cognitivismo, Teoría General de los Sistemas, la

Cibernética, Psiconeuroinmunoendocrinología, etc. La formación del

psicopedagogo empezó a tener en cuenta la incertidumbre vital, la

multicausalidad y la diversidad cultural. No obstante, la

Psicopedagogía aún carecía de especificad, es decir, objeto y método

propio. La disciplina había surgido desde demandas sociales pero aún

no podía atender idóneamente a las mismas. La psicopedagogía

remitía a "niños", e implementaba toda una serie de tests y técnicas

provenientes de disciplinas tales como Psicología y Neurología, a los

fines de detectar perturbaciones particularmente "cognitivas", de

"aprendizaje escolar", de "problemas de conducta/límites", etc. En

este momento, el psicopedagogo atendía, principalmente, a niños y

adolescentes con dificultades escolares.

2º MOMENTO: adquisición de Identidad Disciplinar. Definición de

Objeto y Método.

Luego de aproximadamente medio siglo de vida y de no encontrar su

especificidad, comienzan a revelarse los resultados de las

investigaciones de la Lic. Mora -iniciadas en la década de 1980-. Es

así como, al evolucionar históricamente, la Psicopedagogía se

redefine, adquiriendo especificidad en su objeto de estudio

disciplinar: el hombre como un SER que APRENDE. Este aprender se

da desde matrices anímicas. Es por ello que surge un método (aquel

que permite comprender y atender las mismas) denominado "jugar

matricero" (Mora, 2001). A partir de este momento surge la Clínica

Psicopedagógica con epistemología propia: "Psicopedagogía" supera

su inicial significación, y deja de ser una confluencia de dos diciplinas,

para encontrar su esencia disciplinar específica.

El aprender y enseñar dejan de comprenderse como fenómenos

circunscriptos al ámbito escolar (y por ende a los niños y docentes),

sino que se comprenden:

- De manera evolutiva, como una constitución y construcción social,

que inicia desde el momento de la gestación (se aprende desde el

utero materno), continúa a lo largo de las sucesivas etapas vitales y

es condicionada por los factores témporo-espaciales e histórico-

sociales.

-De manera singular, como una constitución inherente al "ser" de

cada persona, quien de manera única ha ido configurando sus

"matrices", con las cuales se relaciona con los objetos, expresando

así su esencia en las escenas de la vida cotidiana.

De este modo, Psicopedagogía atiende "matrices anímicas",

originadas desde el momento de la concepción, y que se evidencian a

lo largo de la vida, desde "estados del ánimo" que delinean cómo

cada persona piensa, acciona y siente la cotidianeidad. La Clínica

Psicopedagógica es aún una especificidad muy reciente, y es en

Argentina (país que dio nacimiento formal a la Psicopedagogía con

este enfoque) en donde se encuentra el Centro Latinoamericano de

Psicopedagogía donde se lleva a cabo su estudio e investigación.

A nivel legal, en varias Provincias, las respectivas Asociaciones de

Psicopedagogos lograron que se sancione la Ley de Ejercicio

Profesional de la Psicopedagogía y que se otorgue Matrícula

Profesional al Psicopedagogo. Pero aún no fue posible lograr una

Legislación Nacional que vele por el ejercicio de la Psicopedagogía con

la debida ética, permitiendo ofrecer un servicio mejor organizado a la

comunidad.

Conclusión Final

Luego de una lectura histórica reflexiva de la Psicopedagogía y de

una mirada sobre la realidad profesional actual en distintos contextos

socioculturales, se vislumbra la necesidad en nuestro país de:

1. Redefinir el rol psicopedagógico: sin perder de vista sus objetivos

y funciones, que no se agotan en la formación de un profesional en

pedagogía con una mayor orientación en aspectos teóricos que

didácticos, ni sólo en la administración de técnicas diagnósticas y

programas de rehabilitación centrados en la persona, ni en una

lectura psico-afectiva-social del ámbito educativo centrado en los

problemas de aprendizaje.

2. Sostener la praxis con una sólida formación y postura

antropológica: tratándose de un profesional que se ocupa de seres

humanos, el psicopedagogo debe conocer en profundidad su objeto

de estudio, en todas sus dimensiones. Demasiadas veces se privilegia

desmedidamente la formación científico-técnica, en desmedro de la

formación personal y humana de los futuros profesionales.

3. Ser psico-pedagogos: atender, entonces, el espacio de lo

“psicológico” en su praxis, pero además incluir el espacio de lo

“pedagógico”. Trabajar interdisciplinariamente es también aprovechar

los aportes de las Ciencias de la Educación como de las Ciencias

Psicológicas. No se puede desconocer, entonces, las características

evolutivas esperables de las personas (también en lo referente a los

aprendizajes), así como los programas curriculares de cada nivel de

enseñanza, y las metodologías pedagógicas en vigencia. Conocerlos

permitirá un mejor acercamiento a necesidades que se presenten y

un abordaje más efectivo e integral. En este sentido, cabe recordar

que “junto al espacio de aprendizaje, hay un aspecto de enseñanza, y

que ambos se refieren a unos contenidos determinados social y

culturalmente” (López Gay, 1994).

4. Considerar el “aprendizaje” como proceso que está presente desde

el útero hasta que la persona fallece; y por tanto, también presente

en distintos ámbitos y contexto: educación formal en todos sus

niveles, familia, instituciones no escolares, ámbito laboral,

comunidad. La psicopedagogía por tanto no puede sólo limitarse al

ámbito de la educación general básica y centrada sólo en los

estudiantes de estos niveles.

5. Integrar los diferentes aportes de las corrientes teóricas, pero

evitando confusas amalgamas que desvirtúan la profesión. La clínica

cotidiana abunda en ejemplos de intervenciones psicopedagógicas

armadas a partir de una yuxtaposición de elementos provenientes de

diferentes escuelas, de otras disciplinas, o de las corrientes de moda.

Esto se traduce en prácticas carentes de un fundamento sólido, poco

claras en sus objetivos y que no cumplen en definitiva con la función

psicopedagógica.

6. No limitar los aspectos “clínicos” en el consultorio y a los

problemas de aprendizaje: se hace necesario incorporar también el

concepto de salud y el de prevención primaria al proceso de detección

y orientación clínica, y no sólo buscar la patología y atender al

síntoma del presente.

7. Ser creativos y abiertos a diferentes necesidades que surgen, tanto

en el ámbito de la salud como en el educativo, y que requieren

muchas veces, de respuestas que exceden a la psicopedagogía

tradicional: la Equinoterapia, la Musicoterapia, el Arteterapia, la

Medicina Antroposófica, entre tantos otros, son intervenciones no

convencionales, desarrolladas también por psicopedagogos, y con

excelentes resultados.