Antecedentes Haciendas en Mexico

28
La formación de la hacienda y la vida económica http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/estados/libros/edomex/html/ sec_17.html La economía de los pueblos de los valles de México y Toluca, que actualmente forman el Estado de México, tuvo su base en la agricultura y se organizó principalmente en unidades productivas conocidas como haciendas. Esta forma de propiedad territorial fue la riqueza más prestigiada a principios del siglo XVII. La palabra hacienda, tan usual a principios de la Colonia, significaba haber o riqueza personal en general y con el tiempo pasó a designar una propiedad territorial de importancia. Así, de ser la unidad económica por excelencia en la Nueva España se convirtió en una unidad autosuficiente; atrajo a los pueblos indios y otra población dispersa se fue asentando también en las haciendas; mantuvo servicios religiosos y aprovisionamiento seguro. Desde mediados del siglo XVI la encomienda inició su decadencia como primera institución económica. No sólo habían quedado muchos españoles desprovistos de ella, sino que el sistema de tributo y servicios resultó insuficiente para el abastecimiento de las ciudades. Muchos españoles iniciaron la explotación de empresas agrícolas y ganaderas. Por otro lado, las grandes extensiones de tierras que los indígenas dejaron vacantes permitieron su aprovechamiento para la agricultura española, que inició un franco movimiento de expansión. Muy pronto el valle de Toluca se convirtió en una zona de gran producción ganadera. Aunque se criaban caballos, bovinos y ovinos, fue esta última especie la que alcanzó mayor preponderancia, sobre todo en los pueblos de la parte norte de la región. En Toluca los ganaderos locales, agrupados en la asociación conocida como la Mesta, se reunían anualmente en agosto para sesionar. A principios del siglo XVII Toluca empezó a adquirir fama por la producción de jamones y chorizo. La vida económica se vio afectada por diversas epidemias que causaron verdaderos estragos en 1531,1545, 1564 y otros años en las zonas de mayor población. La más terrible de todas, para el valle de México y de Toluca, fue tal vez la de 1576-1577, que acabó con poblaciones enteras. En 1588 las regiones de Tlaxcala, Tepeaca y Toluca sufrieron un nuevo

description

Haciendas De Mexico

Transcript of Antecedentes Haciendas en Mexico

La formacin de la hacienda y la vida econmica http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/estados/libros/edomex/html/sec_17.html

La economa de los pueblos de los valles de Mxico y Toluca, que actualmente forman el Estado de Mxico, tuvo su base en la agricultura y se organiz principalmente en unidades productivas conocidas como haciendas. Esta forma de propiedad territorial fue la riqueza ms prestigiada a principios del siglo XVII. La palabra hacienda, tan usual a principios de la Colonia, significaba haber o riqueza personal en general y con el tiempo pas a designar una propiedad territorial de importancia. As, de ser la unidad econmica por excelencia en la Nueva Espaa se convirti en una unidad autosuficiente; atrajo a los pueblos indios y otra poblacin dispersa se fue asentando tambin en las haciendas; mantuvo servicios religiosos y aprovisionamiento seguro.

Desde mediados del siglo XVI la encomienda inici su decadencia como primera institucin econmica. No slo haban quedado muchos espaoles desprovistos de ella, sino que el sistema de tributo y servicios result insuficiente para el abastecimiento de las ciudades. Muchos espaoles iniciaron la explotacin de empresas agrcolas y ganaderas. Por otro lado, las grandes extensiones de tierras que los indgenas dejaron vacantes permitieron su aprovechamiento para la agricultura espaola, que inici un franco movimiento de expansin.

Muy pronto el valle de Toluca se convirti en una zona de gran produccin ganadera. Aunque se criaban caballos, bovinos y ovinos, fue esta ltima especie la que alcanz mayor preponderancia, sobre todo en los pueblos de la parte norte de la regin. En Toluca los ganaderos locales, agrupados en la asociacin conocida como la Mesta, se reunan anualmente en agosto para sesionar. A principios del siglo XVII Toluca empez a adquirir fama por la produccin de jamones y chorizo.

La vida econmica se vio afectada por diversas epidemias que causaron verdaderos estragos en 1531,1545, 1564 y otros aos en las zonas de mayor poblacin. La ms terrible de todas, para el valle de Mxico y de Toluca, fue tal vez la de 1576-1577, que acab con poblaciones enteras. En 1588 las regiones de Tlaxcala, Tepeaca y Toluca sufrieron un nuevo azote. Esta vez la reduccin imprudente ordenada por el virrey Conde de Monterrey agrav an ms la mortalidad entre los indgenas. Los pueblos ms afectados tuvieron que vender sus tierras para pagar los tributos reales presentes y pasados. Varios caciques aprovecharon la situacin para invadir terrenos que despus ofrecan a los espaoles, amparados con compras ficticias o asegurando que se trataba de sitios abandonados.

Deseosos de tierras, los personajes poderosos ejercieron su influencia para que las autoridades reales dieran licencia a las "pobres viudas" o a gente sin recursos para poder vender sus propiedades. Hacia 1588 el virrey Marqus de Villamanrique derog algunas de las restricciones para vender. El propietario, para ser considerado dueo, deba cultivar la tierra por un plazo de cuatro, cinco y hasta ocho aos. A pesar de estas normas, en el siglo XVII era frecuente otorgar una merced real de tierras acompaada de una licencia de venta.

El Consejo de Indias, mediante cdula de 1615, ordenaba al virrey vender en subasta pblica nuevas mercedes de tierras con la condicin de que los compradores se obligaran a reconfirmar sus ttulos ante la Corona. "A los espaoles que hubieran usurpado tierras, se les poda aceptar el pago de una composicin moderada en caso de que desearan conservarlas", si no, se venderan en subasta pblica.

El conde de Salvatierra (1642-1648) al ver que las rdenes de su antecesor, el marqus de Cadereyta, no lograron recabar el dinero esperado, despach nuevas comisiones para medir las tierras y averiguar su riego. El fruto de este trabajo empezaba a llegar a la metrpoli medio siglo despus de la orden original.

Esta poltica se sinti con ms fuerza en las zonas de mayor poblacin, como los valles de Mxico y Toluca. Los corregidores, alcaldes mayores o sus tenientes y los jueces de congregacin ejercieron la funcin de jueces demarcadores de tierras.

A mediados del mismo siglo, en 1643, se dispuso que todas las posesiones que no contaran con ttulos legtimos seran consideradas tierras de realengo y, por ende, puestas en subasta pblica. Para que una tierra fuera designada de realengo, se verificaba si reuna o no las caractersticas que las mercedes de poblacin estipulaban. Se investigaban las sementeras y el nmero de ganado, mediante testimonios indgenas y de cualquier otra persona interesada, presentndose tanto ttulos de propiedad como cdices que relataban la historia del lugar.

El punto de vista de los dueos era que cada propiedad tena su propia historia. Los propietarios de ttulos legtimos posean todo el derecho de disfrutarlos sin estar obligados a realizar una recomposicin; en cambio, las propiedades ilegtimas o ilegales se obligaban a la composicin o pago de acuerdo con la calidad y cantidad de las tierras y aguas. Claro que los poseedores de esas tierras tenan el derecho de ofrecer a la Corona una cantidad, a su parecer, de acuerdo con el valor real, a fin de legalizar los ttulos.

Este mecanismo, llamado composicin, lejos de lograr el xito fue rechazado por los propietarios espaoles, quienes se oponan a la investigacin cuando carecan de ttulos, como era frecuente. Asimismo, ejercan su influencia para evitar que sus terrenos fueran medidos, o si ya se haban recompuesto, de acuerdo con la ley, pedan que se anulara esa disposicin.

Pronto lograron que la Corona expidiera dos mercedes: una que exceptuaba la medicin de la tierra mediante el pago de una cuota, y otra para amparar a los dueos de haciendas de cierto prestigio en la regin, por ser descendientes de conquistadores o formar parte de la clase social alta.

A mediados del siglo XVII, las composiciones tuvieron su punto culminante cuando los poseedores de tierras recibieron mercedes definitivas de sus propiedades que haban usufructuado con ttulos irregulares o por tradicin familiar, iniciando de este modo la fijacin exacta de los linderos.

Esta recomposicin de la propiedad llev al establecimiento de las haciendas en las mejores tierras del Estado de Mxico; se ejecutaron expropiaciones parciales y, en ciertos casos, totales, de las comunidades y de otros habitantes anteriores. La tierra era frtil, el agua no escaseaba y la mano de obra, a pesar de las epidemias, abundaba. Se aunaba a esto los medios de comunicacin, que permitan la circulacin de mercancas entre la capital del virreinato y los valles de Toluca y Mxico. La tierra cobr un inters inusitado. Algunas familias aristocrticas de la regin se vieron favorecidas con la expedicin de ttulos legales. Utilizando su poder poltico y social, as como sus influencias locales, lograban adquirir terrenos por un precio muy reducido y con muchas concesiones. En cambio, los poseedores de tierras sin influencia tuvieron muchos problemas para componer su parcela.

La mayora de las propiedades, urbanas o rurales, adquiridas por las familias del valle de Toluca datan de finales del siglo XVI y principios del XVII, cuando la propiedad se adquira por gracia o por compra a espaoles que se deshacan de sus mercedes.

La hacienda comenz a ser la institucin econmica central de Mxico, pues se fue extendiendo ms y ms sobre los territorios baldos y sobre aquellos que pertenecan a las comunidades indgenas y a otras corporaciones. Los indios, cercados en sus pueblos por los ganados y los cultivos de los espaoles, se hicieron pleitistas y maliciosos; entre demandas de proteccin y amparo en las tierras de la comunidad y procesos interminables, vivan los pueblos gastando sus recursos, liquidando sus haberes. La tierra aument considerablemente de valor y lleg a ser el objeto ms importante para naturales y espaoles; los ocupantes de ella, siempre obligados a defenderla, poco a poco se fueron convirtiendo en sus poseedores reales, no siempre legales, y as surgieron los grandes seores de la tierra.

El xito econmico de la hacienda de todas maneras es inconcebible sin su articulacin con la comunidad indgena. La hacienda capt y utiliz el conocimiento milenario de los agricultores nativos en el manejo de las plantas, de la tierra y del agua, y el empleo directo e indirecto de su fuerza de trabajo de manera casi ilimitada.

Las tierras otorgadas a indios y a espaoles durante los siglos XVI y XVII mediante mercedes reales fueron adquiriendo diversos matices. Las de los indios conservaron su calidad de concesiones pblicas; en cambio, las de los espaoles se convirtieron en propiedades privadas, dando lugar a la concentracin de grandes extensiones de tierra.

Para el siglo XVIII los diversos elementos de la economa de los valles de Mxico y de Toluca, as como de las zonas aledaas y circundantes, se encuentran en pleno desarrollo despus de haber asistido a un intenso proceso de formacin y constitucin del sistema econmico general. Estos elementos se manifestaron con intensidad y dinamismo variable, aunque en realidad el sector agrario sigui siendo el dominante en el conjunto de la economa regional del centro de Mxico. Haba tomado su configuracin definitiva con base en la expansin del latifundio y la proliferacin de ranchos que se extendan entre los pueblos de indios y las tierras de comunidad, despus de ese largo proceso de despoblacin indgena que hizo posible, entre otras cosas, el acceso de espaoles y criollos a las tierras antes ocupadas por las comunidades.

Concretamente en el valle de Mxico, si bien los ttulos de las haciendas muestran que los virreyes realizaron las concesiones originales a partir de tamaos relativamente pequeos, la poblacin espaola, por su lado, empez a comprar tierras aledaas y a dar el perfil definitivo que tuvo la propiedad agraria a finales del periodo colonial. En general, se calcula que alrededor de 160 haciendas surgieron en el valle en este lapso, mientras que para el valle de Toluca se contabilizaban alrededor de 84 haciendas y ranchos, de acuerdo con la informacin de los registros del diezmo; sin embargo, para toda la Intendencia de Mxico se calcula que en 1810 existieron 821 haciendas, 864 ranchos pequeos y 57 estancias.

En el caso del valle de Mxico, las haciendas tendan a ubicarse alrededor de las laderas del valle, fuera de la regin lacustre, pues estaban distribuidas equitativamente en la zona de Chalco y en los lados este y oeste del valle, y casi no existan en la jurisdiccin de Xochimilco. Por otro lado, el nmero relativamente pequeo que se observa haca el norte de Zumpango y Xaltocan era consecuencia de la extensin considerable de las haciendas jesuitas de Xalpa, Santa Luca y San Xavier.

De todas maneras, las haciendas de ambos valles se orientaron al abastecimiento del mercado de la ciudad de Mxico y fueron la base de la oligarqua concentrada en la capital, aunque tambin la poblacin minera y la provincial absorbi, secundariamente, una parte de la produccin hacendaria, adems de los propios trabajadores de las haciendas. En general, las haciendas de los valles centrales combinaron la produccin de cereales con la cra de ganado y la produccin de pulque, muchas veces creando complejos socioeconmicos amplios. Su funcionamiento estuvo a cargo de los mayordomos o arrendatarios, quienes tenan contacto con los indgenas y no con los hacendados que fungieron como empresarios, financieros aislados de la sociedad indgena por su riqueza, gusto, costumbres, preferencia y cultura.

En la base, en cambio, los trabajadores de la hacienda mantenan un estatus cambiante de acuerdo con la actividad productiva predominante. Por ello hubo trabajadores fijos y permanentes y otros movibles o temporales, para quienes la hacienda fue una alternativa menos coactiva en relacin con lo que haban sido o eran la esclavitud, la encomienda, el repartimiento o los obrajes. De hecho, la hacienda, segn Gibson, no tuvo necesidad de poner en prctica mecanismos de presin, pues su propia expansin y desarrollo ofreci soluciones a la incorporacin de trabajadores que eran difciles de encontrar en otras partes, ya que a fin de cuentas

la hacienda significaba una vivienda y un modo de vida. En condiciones que permitan slo pequeos mrgenes entre el ingreso y el sustento, la hacienda era una institucin de crdito que permita a los indgenas retrasarse libremente en sus obligaciones financieras sin perder su empleo ni incurrir en castigos.

Estas ventajas, por otra parte, parecen explicar el desarrollo extensivo del peonaje, la multiplicacin de rancheras e incluso de pueblos en los lmites de la hacienda y, adems, la casi total ausencia de levantamientos indgenas en contra de aqulla. A su vez, las haciendas fueron una fuente adicional de ingresos para la gente de los pueblos cercanos, dado que proporcionaban empleo temporal a trabajadores necesitados de dinero y, para muchos indgenas que haban perdido sus tierras, fue una opcin frente al hambre, el vagabundeo o el abandono de sus familias.

En general, las haciendas de los valles centrales de Mxico no estuvieron alejadas de la dinmica que present la propiedad agraria de otros espacios del pas. Segn Chevalier, es indudable que la hacienda tradicional del siglo XVII y de la primera mitad del XVIII se transform profundamente al final del periodo colonial, al menos en las partes ms ricas y pobladas, debido, particularmente, al incremento rpido de la poblacin, a la existencia de intercambios ms dinmicos y al papel desempeado por un Estado central ms fuerte. Con todo, Revillagigedo atestiguaba que la "mala reparticin de las tierras es todava un obstculo al progreso de la agricultura y del comercio en estos reinos".

En el conjunto de las haciendas que funcionaron en los valles de Mxico y Toluca se destacan las que fueron propiedad de la Compaa de Jess. Del total de haciendas que se registran como propiedad de esta orden, 50% se ubic en el territorio que actualmente corresponde al Estado de Mxico. En general, la forma en que los jesuitas adquirieron sus riquezas fue muy variada, destacndose particularmente las donaciones de tierra a travs del sistema de mercedes reales o por concesiones dadas por los cabildos; luego las donaciones que hicieron los grandes hacendados; tambin figura la adquisicin de tierras mediante el conocido sistema de las composiciones; por herencia y compra-venta o litigios y, finalmente, las donaciones que de sus tierras y sus bienes hicieron los clrigos o miembros de la Compaa.

Al momento de su expatriacin, ocurrida en 1767, la Compaa de Jess detentaba en el arzobispado de Mxico la propiedad de 40 haciendas, 53 en el obispado de Puebla, dos en el de Oaxaca, 13 en el de Valladolid (Michoacn), tres en el de Guadalajara y 10 en el de Durango. En total fueron 121 las haciendas de su propiedad, de las cuales 20 se ubicaron en los valles de Mxico y Toluca, que fueron destinadas a una serie de cultivos y producciones que, a diferencia de las otras rdenes, estuvieron orientadas al incremento de sus propios latifundios, al desarrollo de sus rentas, al incremento de sus capitales y, en general, a la multiplicacin de sus recursos con el objeto de consolidar su prestigio y sostener sus colegios y misiones.

Algunas de las haciendas jesuitas tenan grandes extensiones de terrenos, como Santa Luca, que lleg a reunir aproximadamente 150 000 hectreas y se extendi por lo que actualmente son los estados de Hidalgo, Mxico y Guerrero; en tanto, La Gavia se extenda a lo largo de 179 826 hectreas y las de Xalpa y Temoaya sobrepasaron las 14 000. Toda esta gran extensin en general estuvo sometida a un planificado y racionalizado sistema de explotacin que tom en consideracin el tipo y clima de la propiedad, el mejoramiento de tcnicas y la renovacin de los instrumentos de trabajo.

Ms all de la consolidacin y extensin del latifundio jesuita, la dinmica general que sigui la hacienda mexiquense en el siglo XVIII es de constante movimiento y penetracin en las tierras de los pueblos indgenas, a la vez que su funcionamiento induca a stos a trabajar en ella, incorporndolos como gaanes. De esta forma, en el siglo XVIII las mercedes virreinales y las disputas legales sobre la posesin de las tierras fueron las que determinaron los lmites de la mayora de la propiedad indgena privada. As, un cacique o principal que hubiera disfrutado de un ttulo virreinal formal o que poseyera una decisin a su favor por parte de la Audiencia, tena la posesin legal similar a la de cualquier propietario blanco. Consecuentemente, el origen indgena de las tierras del cacicazgo dej de tener vigencia y cayeron stas de manera directa en el mbito del derecho espaol. Al finalizar el periodo colonial, los caciques y los propietarios espaoles podan ser mestizos y sus intereses en relacin con las comunidades muy semejantes. Por ejemplo, el cacicazgo de Alva Corts en Teotihuacan y el de Pez de Mendoza en Amecameca se convirtieron en posesiones diferentes de las haciendas espaolas slo por su origen, pero eran semejantes en relacin con el acceso al mercado, en la renta de tierras a gente de otros lugares y en los pleitos con las comunidades; asimismo, heredaban sus posesiones a sus descendientes.

En resumen, toda la historia de las relaciones establecidas entre haciendas y comunidades indgenas se caracteriz por un continuo intercambio de presiones y contrapresiones, que a la larga fue ventajoso para los hacendados. Al menos en el valle de Mxico, los indgenas trataban de defender en su beneficio los lmites de sus pueblos construyendo al final o al filo de stos sus viviendas temporales, logrando el beneficio de las 500 y luego 600 varas adicionales de tierras que deban adjudicarse a partir de la ltima casa del pueblo; sin embargo, esta proteccin fue suprimida por la oposicin de los hacendados que presionaron para que las 600 varas se midieran desde el centro del pueblo. De hecho, en el siglo XVIII este territorio adicional se extingui.

As, la vida del poblador mexiquense de los valles de Mxico y de Toluca se caracteriz por una organizacin inserta en el entorno rural como soporte del abastecimiento de la capital, los centros mineros y las poblaciones menores de ambos valles. De sus tierras cualquiera que haya sido su sistema de organizacin de la propiedad salieron productos fundamentales en la dieta del hombre de la meseta central. El maz, sin duda, fue el producto ms importante de la agricultura. Por ello se deca que en verdad los "indios coman bien cuando el maz era abundante y se moran de hambre cuando el maz era escaso". Por ejemplo, la severa helada de 1785 desat una de las crisis ms desastrosas en toda la historia de la agricultura colonial, al producir una aguda escasez al ao siguiente y hacer subir los precios del maz hasta niveles nunca vistos:

el comercio indgena declin, as como la manufactura y el trabajo. La decadencia afect las ofertas y elev los precios de la carne, el trigo y los frijoles [...]. Los indios coman races y hierbas en 1786 y vendieron sus animales y otras posesiones. El hambre vino aparejada con la enfermedad. Con la agricultura en crisis, la poblacin indgena vagaba por el campo, mora en los caminos y hua a Mxico en busca de un modo de ganarse la vida y el sustento.

Pero cuando los tiempos eran buenos, la extensin de las siembras y su cosecha no era despreciable. Segn Humboldt, slo el valle de Toluca cosechaba al ao ms de 600 000 fanegas a lo largo de 30 leguas cuadradas, en una proporcin que se calculaba en 150 por uno.

Tambin fue importante la produccin de pulque en la regin de los valles de Mxico y Toluca, aunque ms en el primero que en el segundo. Los centros encargados de su elaboracin en el siglo XVII se extendan a travs de las regiones secas del norte, particularmente en Tequisquiac, Acolman, Chiconautla, Tecamac, Ecatepec, Jaltocan, Teotihuacan, Tequisistln y Tepexpan, aunque tambin se produca en las zonas frtiles alrededor de Cuautitln y Otumba, as como en las comunidades situadas haca el sur, como Chalco, Tlalmanalco, Amecameca y Xochimilco. Cuautitln, especialmente, era una de las zonas ms frtiles del valle por sus suelos ricos y por su ro, el cual, a fines del siglo XVIII, se haba convertido en uno de los pocos que se mantena con corriente y no se secaba durante el invierno. Esta caracterstica fsica determin que la produccin del pulque se haya organizado como empresa con base en sus grandes utilidades y no como fruto de la erosin y aridez del suelo que padecan otros lugares. Por esta razn los mercados de Cuautitln frecuentemente eran transitados por una gran cantidad de comerciantes, viajeros, muleros y otros agentes encargados del abastecimiento de las zonas mineras y rancheras del norte.

Por otra parte, los indgenas tambin cultivaron el frijol, la cha, el huautli (una especie de amaranto), el chile, la cebada y el tomate. Las habas se adoptaron de los espaoles, as como la col, las alcachofas, la lechuga y los rbanos. A stos se sumaron el nopal, las aceitunas y los productos no agrcolas, dada la abundancia de recursos. En el valle de Mxico la sal, la pesca, la caza y la cra de animales fueron fundamentales; asimismo el consumo de bebidas no txicas, como el cacao. La produccin de carne, en el valle de Toluca, ocup un lugar importante, y para mediados del siglo XVIII se haba intensificado, especialmente en torno a los productos que se obtenan del ganado de cerda, de los cuales se deca al terminar el perodo colonial "que eran muy estimados" y que las dos clases de cerdo que se conocan tradas de Filipinas y Europa " se han multiplicado muchsimo en el altiplano central, en donde en el valle de Toluca hacen un comercio de jamones muy lucrativo".

En general puede apuntarse que el cultivo y abastecimiento de los productos agrcolas, los usos tradicionales y las innovaciones marcaron gran parte de la relacin entre el sector espaol y el indgena. En este movimiento las instituciones espaolas se extendieron de manera dominante y absorbieron las formas de produccin indgena, cuya agricultura tradicional persisti en la medida en que las comunidades pudieron conservar sus tierras; stas, sobre todo las ms frtiles y productivas, eran precisamente las tierras que ms gustaban a los espaoles, por lo cual su ocupacin fue la que marc los cambios ms importantes que repercutieron directamente en la produccin indgena.

Pero si bien el espacio mexiquense, tan amplio y heterogneo, fue predominantemente agrcola y ganadero hasta constituirse en uno de los abastecedores ms importantes de los centros mineros del norte, tampoco careci de minas, que se ubicaron en el sur del actual Estado de Mxico, aunque en el siglo XVIII haban perdido la pujanza que originalmente tuvieron en el siglo XVI. Con todo, a fines del mismo siglo se deca que si bien la gente de Temascaltepec y Sultepec como de Metepec y Malinalco "se aplican regularmente al oficio de arrieros [...] la mayor parte son mineros de plata que producen bastante utilidad". Tal vez por esto en 1788-1789 los centros mineros mexquenses ocupaban el cuarto lugar en la produccin de plata quintada, con 1 055 000 marcos, despus de Guanajuato, que produca para entonces 2 469 000, San Luis Potos 1 515 000 y Zacatecas 1 205 000; pero siempre sobre Durango, que llegaba a 922 000; Rosario, 668 000; Guadalajara, 509 000; Pachuca, 455 000; Bolaos, 364 000; Sombrerete, 320 000, y Zimapan, 248 000.

Al despuntar el siglo XIX los centros mineros de Taxco y Temascaltepec adems de Copala no parecen atravesar por una buena situacin, al parecer no slo por el agotamiento de sus yacimientos, sino por la falta de mercurio, monopolizado por los mineros de Guanajuato y Real del Monte, al decir de Humboldt.

El sector textil, por su parte, revelaba los desajustes de la presin poblacional sobre los recursos naturales y ofreca al poblador mexiquense una alternativa para su subsistencia en varios puntos o zonas de su amplio y diverso mundo, atrados principalmente por el crecimiento del gran mercado de las provincias internas y de su propio mercado.

Antes del siglo XVIII Texcoco fue uno de los centros textiles ms afamados en la produccin de tejidos de algodn y lana, primero en torno a los obrajes, que se extinguieron a principios del siglo XVIII, y luego mediante el sistema domstico.

Ms tarde, en 1740, Villaseor y Snchez adverta que "Texcoco, que antes y despus de la Conquista se mantuvo en la opulencia, hoy se halla exterminado por falta de comercio". Slo dos pueblos de su jurisdiccin trabajaban tejidos de lana: Chiconcuac y San Salvador Atenco. Para 1780 lo nico que quedaba eran tejedores de algodn que entregaban su produccin a las tiendas de la ciudad, "exigiendo un peso del tendero por su manufactura, puesto que l les suministraba el hilado", para las piezas de algodn.

Como en otros lugares del pas, la produccin estaba articulada por los comerciantes. El tendero entregaba el hilado al tejedor por peso y le pagaba el importe de la manufactura, que era por lo general de ocho reales. Una pequea parte de la produccin era vendida directamente en el tianguis por algunos tejedores, quienes para evadir el pago de la alcabala empleaban indgenas, que estaban exentos de dicho impuesto.

De esta manera, tanto el tejedor del campo como el de la ciudad se acogan a un trabajo complementario para poder subsistir cuando los ciclos agrcolas lo permitan, en el primer caso, y como un trabajo principal, y de caractersticas urbanas, en el segundo. A estas modalidades se aada la produccin obrajera ya mencionada y la originada en el interior de la comunidad indgena para su autoconsumo. Sin embargo, no slo fueron los oficios textiles los que ocuparon la atencin del mexiquense de entonces; toda una gama de artesanas caracteriz su actividad, entre la que destac el trabajo de la cermica que hasta la actualidad ha sobrevivido y se ha multiplicado.

ANTECEDENTES de las HACIENDAS http://www.ruelsa.com/gto/haciendas2.html

Como una manera de apoyar a los propietarios de algunas ex-haciendas, el gobierno del Estado de Guanajuato a travs de la SubSecretara de Turismo, se ha propuesto el rescate, restauracin y habilitacin, para fines tursticos, de las ms de 35 haciendas coloniales que existen dentro del territorio guanajuatense.El origen de estas haciendas se remonta hacia las primeras encomiendas y mercedes de tierra que, a partir del siglo XVI, la Corona Espaola otorgara a sus soldados de ms alto rango y que paulatinamente llegaron a convertirse en autnticos seoros semifeudales llegando, incluso, a consolidarse como la propiedad rural ms caracterstica del Mxico Novohispano y pilar de la economa colonial; situacin que prevaleci hasta los primeros aos del siglo XX, en los que como consecuencia del movimiento social revolucionario, promovido por lderes como Emiliano Zapata, se promulgara la Ley de la Reforma Agraria.

Esta nueva legislacin cambi radicalmente el patrn de tenencia de la tierra, dando como resultado el reparto de las tierras y propiedades de la mayora de las haciendas; distribucin que a partir de entonces, se ha visto caracterizada por una infinidad de problemas econmicos y administrativos de los entonces recin formados ejidos . Estas dificultades han sido provocadas tal vez por la ausencia de un autntico liderazgo, as como de una marcada conciencia social como las que predominaban durante el rgimen hacendario. Esta falta de concientizacin, por parte de algunos de los habitantes de los ejidos, ha sido reflejada en el vandalismo y depredacin del que han sido objeto hasta nuestros das las llamadas "casas grandes" de las haciendas.

As pues, el inters de reutilizar lo que an se conserva de estas magnficas construcciones de extraordinaria belleza, tanto arquitectnica como artstica, constituye un loable intento por parte de sus actuales propietarios por exhumar del olvido en el que se encuentra una valiosa porcin de nuestra grandeza colonial y, al mismo tiempo permitirles a presentes y futuras generaciones, el convivir con un mundo que, si bien estara adaptado a las comodidades de la vida moderna, les ofrecera la oportunidad de sumergirse en el encanto de un periodo que, como hemos visto, fue de singular importancia en el desarrollo de nuestro legendario estado.

Como primer paso para lograr este objetivo, se ha llevado a cabo un levantamiento topogrfico de cada una de las haciendas as como una exhaustiva investigacin bibliogrfica de situacin legal y del grado de deterioro de los inmuebles en cuestin a fin de promover con inversionistas nacionales y extranjeros este singular proyecto y, de esta manera, proveerse de los recursos necesarios para la realizacin de esta magna obra, cuya meta ultima es, a final de cuentas, la rehabilitacin de las mencionadas haciendas como paradores tursticos, ya sea como hoteles, balnearios, museos, o bien como proyectos tursticos mixtos.

PANORAMA HISTRICO

Como consecuencia de la conquista espaola, Mxico se vi envuelto en un sinnmero de drsticos cambios los cuales, sin lugar a dudas, vinieron a transformar, inevitablemente, el modo de vida de los habitantes del territorio recin colonizado.Uno de los cambios quiz ms significativos fue el del sistema de la tenencia de la tierra, el cual pas a ser determinado, en su totalidad, por la Corona Espaola la que, con el propsito de fomentar el poblamiento de su nueva colonia, comenz a repartir entre sus soldados de ms alto rango y entre uno que otro aventurero de la nobleza, mercedes y encomiendas de tierra para el establecimiento de estancias ganaderas y huertas, as como de casas-habitacin dichas encomiendas, que al inicio se componan de unas cuantas leguas de terreno, algunos indios y muy contados animales. Estas encomiendas llegaron a convertirse con el tiempo y por medio de la adquisicin legal en unos casos y, a travs de la apropiacin arbitraria en otros, en una poderosa unidad socio-econmica que vendra a jugar un papel de suma importancia en la historia rural del Mxico colonial: La Hacienda

Pero en realidad qu fueron las haciendas?

La hacienda fue como ya se mencion, un complejo socioeconmico autosuficiente en la mayora de los casos que se encontraba formado por un ncleo poblacional denominado Casco o Casa Grande en la que viva el hacendado con toda su familia; adems existan otras casas ms modestas, destinadas al personal de confianza de la hacienda, tales como el administrador (o tenedor de libros), el mayordomo, y algunos capataces. Tambin exista una capilla en la que se ofrecan los servicios religiosos a todos los habitantes de la propiedad. No podan faltar obviamente, las trojes y las eras para el almacenamiento y la molienda de los granos, respectivamente as como los establos para los animales.

Dentro del esquema socio-productivo de la Nueva Espaa existieron principalmente dos tipos de Haciendas: Las de Beneficio y las Agro-ganaderas, siendo las primeras aquellas en las que, por medio del beneficio del azogue (mercurio), se extraa la plata de los minerales (de ah su nombre). Desde el momento en que se descubrieron los ricos minerales de plata en la intendencia de Guanajuato, comenz el arribo de ansiosos mineros y, con esto, la proliferacin de hermosas y productivas haciendas de Beneficio as como de innumerables propiedades agrcolas y ganaderas siendo estas ltimas, a final de cuentas, aquellas en donde se producan todos los artculos de primera necesidad y, por consecuencia, las que abastecan de insumos a las primeras.

Con el transcurso del tiempo, las Haciendas de Beneficio se fueron fraccionando, ante la baja en la produccin y la demanda creciente de vivienda, motivo por el que fueron abandonando su principal finalidad y fueron dando origen a determinadas ciudades. Tal es el caso de la ciudad de Guanajuato la cual se fue formando gracias al reparto de los grandes latifundios mineros hasta quedar asentada, casi en su totalidad dentro de los terrenos de las mencionadas haciendas, las cuales fueron dando nombre a los barrios ms antiguos de la ciudad, tales como el de San Roque, el de Pardo, y otros.

Durante su poca de esplendor, las haciendas de la regin guanajuatense llegaron a tener tal prestigio e importancia que, a finales del siglo XVIII, se le lleg a conocer como "El Granero de la Nueva Espaa" y en sus memorias de viaje, Alejandro Von Humboldt las describira como "las llanuras y campos mejor cultivados de Mxico y hacen recordar a algunos de los campos ms atractivos de Francia". Fue por esta misma poca cuando Guanajuato lleg a ocupar el segundo lugar en Densidad Poblacional con el 9.4% de los habitantes de todo el Virreinato superado nicamente por el Valle de Mxico.

El sistema hacendario virreinal logr sobrevivir con xito hasta los primeros aos del siglo XX, periodo en el que la inconformidad social se vi canalizada en el movimiento revolucionario de 1910, ao que marca la ruptura de toda una era de latifundismo y el inicio de una nueva legislacin agraria, la cual traera como consecuencia, el reparto de casi todos los bienes muebles e inmuebles de los, hasta entonces,poderosos hacendados, terminando as con un sistema semifeudal que perdur por ms de tres siglos.

Como resultado de este reparto agrario, la mayora de las haciendas de Guanajuato pasaron a convertirse en propiedades ejidales en las que, muchos de sus habitantes influenciados por odios infundados arremetieron vandlicamente en contra de las "Casas Grandes" de sus antiguos patrones, motivo por el que gran cantidad de estas construcciones se encuentran en muy mal estado fsico.

En la actualidad, muy pocas de estas haciendas han sido reincorporadas a la vida actual y funcionan como residencias particulares, o bien, como hoteles, e incluso como viviendas comunales (vecindades) pero, la verdad es que la mayora de ellas, han cado en el olvido y en la indiferencia, razn por la que se encuentran abandonadas y, muchas de ellas, a punto de derrumbarse. Sin embargo, gracias al esfuerzo de algunos de los propietarios de estas haciendas, podemos vislumbrar que se aproximan vientos favorables dentro de las perspectivas futuras de estas histricas y maravillosas edificaciones.

BIBLIOGRAFA

Brading, David A. Haciendas y Ranchos del Bajo. Ed. Enlace Grijalbo. Mxico 1988.

TIPOS DE HACIENDAS EN MEXICO

HACIENDAS DE BENEFICIO

La minera fue, durante muchos aos, el motor econmico de todas las actividades en Mxico y Espaa. La cantidad de oro y plata que sali de las minas del pas fue tan abundante que financi proyectos blicos y escandalosas fortunas dentro y fuera de la Nueva Espaa. Haciendas mineras en el pas quedan muy pocas, sobre todo si se buscan las construcciones que convirtieron a Mxico en uno de los principales productores de plata de todo el mundo.

2. HACIENDAS AZUCARERAS

Las primeras haciendas que alcanzaron notables niveles de produccin en el pas fueron las haciendas azucareras. Estas propiedades fueron impulsadas por conquistadores como Hernn Corts, quien en su extensa propiedad, el Marquesado del Valle de Oaxaca, promovi la edificacin de trapiches o molinos de azcar. Con el tiempo, las haciendas azucareras se convirtieron en las propiedades ms importantes y poderosas de todo el pas. Una historia de agravios, despojos y miseria provoc su destruccin, y hoy apenas quedan unos cuantos edificios que hablan de la riqueza que llegaron a acumular.

3. HACIENDAS HENEQUENERAS

Yucatn vivi durante ms de 200 aos del tributo indgena. Slo hasta finales del siglo XVIII los ricos comerciantes de la entidad comenzaron a dedicarse a la produccin del henequn. Hacia fines del siglo XIX, un invento en Estados Unidos transform toda la produccin en la entidad, ya que las engavilladoras empezaron a demandar miles de toneladas de la fibra. Entonces Yucatn sufri un cambio radical, dando lugar al nacimiento de un pequeo grupo, la llamada Casta Divina, que concentr tierras, poder, dinero, y fue dueo de miles de vidas en toda la entidad.

4. HACIENDAS GANADERAS

El ganado era prcticamente inexistente en tierras americanas. Slo se tenan perros para cebar, guajolotes y algunos animales silvestres que se consuman en abundancia en el norte del pas. Los espaoles trajeron caballos, cerdos, mulas, borregos, cabras, toros y bueyes. Su impacto fue determinante en todo el pas, y en unos cuantos aos dio origen a decenas de haciendas ganaderas por el centro y norte de Mxico.

5. HACIENDAS PULQUERAS

En el centro de Mxico, particularmente en los llamados llanos de Apam, crece desde tiempos ancestrales el maguey pulquero. En estas regiones, donde no hay otra cosa, los antiguos mexicanos aprovecharon totalmente esta planta: de sus puntas sacaron agujas, las pencas sirvieron para fabricar telas y su rico aguamiel fue transformado en pulque. Hacia finales del siglo XVIII, los comerciantes de Hidalgo descubrieron el abundante consumo de la bebida y propiciaron el crecimiento de su mercado. Cien aos despus llegaron a ser tan ricos que el poltico mexicano Jos Vasconcelos los bautiz como la aristocracia pulquera.

6. HACIENDAS VITIVINCOLAS

El vino se fabric en Mxico desde que los religiosos, en su intento evangelizador, introdujeron el cultivo de la vid y la produccin del fermento. Las ms grandes haciendas vitivincolas del pas surgieron en Santa Mara de las Parras, en Coahuila, hace ms de 400 aos. Los marqueses de Aguayo, propietarios de El Rosario y otras tantas haciendas, fueron los ms grandes latifundistas de Amrica, y sus vinos, los primeros que se produjeron en Mxico. San Lorenzo y El Rosario fueron a partir del siglo XIX propiedad de Evaristo Madero, abuelo de Francisco I. Madero, por lo que mucho de nuestra historia reciente tiene sus races entre las vides que crecen en el desierto.

7. HACIENDAS CAFETALERAS

En el Soconusco, al sur de Chiapas, el ltimo territorio en anexarse a la Repblica Mexicana, hubo ms de trescientas fincas cafetaleras en los tiempos del auge del caf, a principios de siglo. El gobierno de Porfirio Daz promovi la venta de terrenos, por lo cual llegaron al territorio sur de Chiapas alemanes, franceses, espaoles, suizos y mexicanos de otras partes del pas para dedicarse al cultivo del caf. Entre la sierra sinuosa, bajo la niebla y la intensa lluvia, entre el prodigio vegetal, algunas fincas an exhalan su historia y continan activas.

8. HACIENDAS TEQUILERAS

El agave azul o tequilana Weber slo crece en algunos estados del occidente de Mxico. En Amatitn, Arenal y Tequila, en Jalisco, a los pies del volcn Tequila, surgieron las primeras haciendas tequileras, muchas de las cuales subsisten, pues se han legado de generacin en generacin. Ejemplo de esto es la hacienda de Santo Toms, que del antiguo beneficiado de metal mud a la produccin del destilado de agave; la hacienda de Don Jos del Refugio, hoy fbrica de Herradura; la Quinta del Retiro, hoy Sauza; la Rojea, que fundara la familia Cuervo en 1795, y La Providencia, una hacienda porfiriana hoy en abandono.

9. HACIENDAS CEREALERAS

La agricultura fue el motor de la economa del pas a lo largo de varios siglos. Al amparo de su rica produccin empezaron surgir haciendas en estados como Puebla y Guanajuato. Al principio, fueron modestas empresas. Pero, al igual que ocurri con todas las haciendas del pas, al llegar la industrializacin acapararon tierras, mejoraron su produccin y terminaron por convertirse en grandes centros econmicos.

10. HACIENDAS TROPICALES

Veracruz ha sido, a lo largo de su existencia, un importante centro de intercambio econmico. Por sus variadas y extensas regiones tambin ha sido un relevante centro de produccin agrcola. En la regin de Perote se presume que se levant la primera hacienda del pas y, aunque no hay datos que confirmen esta hiptesis, lo cierto es que an quedan vestigios de importantes construcciones de los siglos XVI y XVII. Ms all de esta informacin, en Veracruz existieron notables haciendas cafetaleras, cacaoteras y tropicales, como todava podemos ver en las regiones de Xalapa, Coatepec y el Valle de la Concha. Aunado a las de los estados de Tabasco y Chiapas, donde la produccin de frutas como pltano, pia, naranjas y muchas otras enriquecieron a los hacendados de esta regin tropical.

11. HACIENDAS DE LOS JESUITAS

La orden de la Compaa de Jess fue, durante el siglo XVIII, uno de los grupos religiosos ms poderosos de la Nueva Espaa. Sus propiedades se contaban por decenas y llegaron a ser tan grandes que ocuparon casi toda la regin de los actuales estados de Mxico, Hidalgo y Guerrero. Su funcin era muy sencilla: contribuir con recursos econmicos al financiamiento de las misiones, a la evangelizacin y al funcionamiento de los mltiples colegios que tenan por todo el pas.

12. HACIENDAS DE LA CIUDAD DE MXICO

Durante los siglos XVII, XVIII y buena parte del XIX, a excepcin del Centro Histrico, en lo que hoy conocemos como la ciudad de Mxico, se levantaban alrededor de cincuenta haciendas y un nmero similar de ranchos dedicados a diversos rubros de la actividad agrcola y ganadera. Aunque no sabemos con exactitud la ubicacin y los lmites de muchas de estas haciendas y las de los ranchos pertenecientes a ellas, sus nombres han perdurado y sirven hoy da para identificar infinidad de calles y colonias de la ciudad. Fuera de la ciudad, no haba rincn del territorio actual del Distrito Federal que no perteneciera a las haciendas. Ms todava, muchas de las fincas se extendan largamente en lo que hoy son los estados circunvecinos.

Hoy, de las haciendas de la ciudad de Mxico no quedan sino plidos reflejos en unos cuantos cascos que, recuperados y remodelados, se destinan a usos jams soados por los viejos hacendados. Permanecen, sin embargo, los nombres de calles y colonias, como La Condesa, Narvarte, Clavera, Santa Julia, Coapa, Anzures y Npoles; es lo nico que parece quedar de las antiguas haciendas, que alguna vez dominaron todo el horizonte de esta ciudad.

HACIENDAS: LA IMPORTANCIA DE SU ARQUITECTURA https://arkeopatias.wordpress.com/2012/01/21/haciendas-la-importancia-de-su-arquitectura/

Con las encomiendas y la reparticin de tierras, en la segunda mitad del siglo XVI; tiene sus orgenes la hacienda, que a partir del siglo XVII y hasta el Porfiriato, esta constituye una unidad productiva con una organizacin compleja; con las siguientes caractersticas: a) tena dominio sobre los recursos naturales de la zona (agua y tierra), b) dominio sobre la fuerza de trabajo y c) dominio sobre los mercados regionales y locales.

(cc) Hacienda de San Antonio Ometusco / Juan Tonchez

Algunas de las primeras haciendas estuvieron ubicadas principalmente en las zonas agrcolas del territorio central del virreinato, actualmente corresponde a los estados de Guerrero, Michoacn, Morelos, Puebla y Tlaxcala. Se ha hablado sobre el importante papel que tuvieron las haciendas en la economa del pas, se sabe que la actividad a la que se dedicaban estaba determinada por su entorno natural; por ejemplo hubo haciendas agrcolas, ganaderas, mineras, henequneras, azucareras y pulqueras principalmente.

Para los primeros aos del siglos XVII, las haciendas de Tlaxcala ya estaban consolidadas. Durante la colonia, Tlaxcala contaba con haciendas principalmente agrcolas, ganaderas y de produccin mixta. Entre tanto en el Porfiriato se introdujo el ferrocarril, lo que proporciono a las haciendas beneficios tales como: incremento en la venta de sus productos adems de un menor costo en el traslado.

Una de las causas de la Revolucin de 1910, fue el aumento en el proceso de concentracin de grandes extensiones de tierras, estuvieran en manos de unos pocos, por lo que se tomo en cuenta en el articulo 27 de la constitucin de 1917, estableciendo las bases para la liquidacin de las haciendas. Y de esta forma se puso fin legal al establecimiento hacendario en el pas.

Muchas de las investigaciones que se han realizado sobre las haciendas tratan los aspectos formativo y econmico dndole diferentes enfoques por ejemplo Charles Gibson, Francois Chavalier y Gissela Von Wobeser, hablan sobre los orgenes de la hacienda, Enrique Florescano y Edith Boorteir han estudiado su desarrollo, transformacin y evolucin en las diversas pocas; Jan Bazant y Enrique Semo analizaron lo referente a la produccin y los mercados de consumo. Solo por mencionar algunos.

Y aunque hay una gran cantidad de trabajos sobre este tema, son de llamar la atencin las pocas investigaciones que existen sobre su arquitectura. Tal es el ejemplo de Joaqun Garca Lazo y Gisela Von Wobeser que en su texto existe la descripcin de ciertas construcciones de este tipo, pero de manera muy general y breve, en algunas ocasiones solo mencionan los materiales con los que fueron construidos. Adems de una breve descripcin de los edificios que se podan encontrar en las haciendas tales como la capilla, la casa del hacendado, los establos, la troje, las bodegas etc. La distribucin de la arquitectura de las haciendas no es la misma para todas, ya que esta dependa del tipo de produccin.

La hacienda esta constituida por un conjunto de edificios interrelacionados en sus funciones, por lo que generalmente la disposicin de los edificios estaba relacionada a un partido arquitectnico previo, con el cual se construan los otros inmuebles contemplando el vinculo que haba con los otros espacios adems de los factores ambientales del lugar con esto se obtena un funcionamiento adecuado para las necesidades de cada hacienda.

La hacienda arquitectnicamente hablando esta formada por varios edificios, que servan para realizar una serie de actividades, espacios designados para la produccin, habitacin, administracin e instruccin, al conjunto de estos edificios se le conoce como casco, por ejemplo en Tlaxcala se presentan en tres tipos diferentes: a) aquellas en las que sus edificios forman una unidad, b) las que estn construidas por formas dispersas y c) las conformadas por una o varias unidades arquitectnicas aisladas entre si o de otras edificaciones

Un espacio arquitectnico es representativo del modo de vivir de una poca. Principalmente en el aspecto socioeconmico donde las circunstancias son muy diferentes. El ambiente rural tiene grandes modificaciones, la tecnologa representada por los procesos constructivos y los materiales usados.

El desconocimiento de los inmuebles de las haciendas y del vnculo que tienen unos con otros es posible que impida entenderla como una unidad arquitectnica al servicio de la produccin. Para lograr este propsito es necesario entender que la arquitectura es un fenmeno cultural socio-antropolgico, producido en el rea rural y que tiene connotaciones muy diferentes a las que se encuentran edificadas en la ciudad.

Los mtodos empleados en el estudio de la arquitectura generalmente se han caracterizado por juzgar solamente la cualidad esttica de determinado inmueble limitndose la mayora de los casos al anlisis formal.

La distribucin arquitectnica de las haciendas as como los sistemas constructivos que se emplearon en la edificacin de dichos inmuebles y por la estrecha relacin que hay entre estos edificios y los modos de vida de quienes trabajaron tanto en su construccin, como en la produccin. Ya que el modo de vida es de carcter central dentro de los conceptos de la Arqueologa Social y dado que es una categora mediadora entre la formacin econmica, social y cultural que integran el sistema productivo, con las relaciones que existen entre los seres sociales y las relaciones que puedan tener con el medio ambiente. Sobre todo en la obtencin de materia prima.

(cc) Detalle de la Fachada Principal / Juan Tonchez

(cc) Exteriores de la Hacienda / Juan Tonchez

(cc) Capilla de la Hacienda / Juan Tonchez

(cc) Espacios de produccin / Juan Tonchez

_____

Mnica Martha Rodrguez Martnez. Pasante en Arqueologa por la Escuela Nacional de Antropologa e Historia. Sus Principales intereses son la arquitectura y cermica colonial as como su desarrollo durante la poca del contacto./ [[email protected]]

____

ArKeopatas opera bajo una licencia Creative Commons, Atribucin-NoComercial 2.5 Mxico, por lo que agradecemos citar la fuente de este artculo como: Rodrguez Martnez, Mnica Martha. Haciendas: La importancia de su arquitectura en ArKeopatas. Mxico 2010. https://arkeopatias.wordpress.com/ en lnea (fecha de consulta).

ESPACIOS CON LOS QUE CONTABA UNA HACIENDA EN EL PORFIRIATO

Por lo general el "casco" de la hacienda constaba de: 1.- Una casa grande, donde vivia el hacendado y su familia. 2.- Las caballerizas, donde guardaban a los caballos. 3.- El corral, si tenan ganado. 4.- Las casas de los mozos, que no eran ms que un cuarto de no ms de 3 metros por lado, en el cual se acomodaba una familia. 5.- La tienda de "raya", que era propiedad del hacendado y el nico lugar donde los trabajadores gastaban su dinero. 6.- Las bodegas, donde guardaban la cosecha.

Lo dems era campo de cultivo y tierras de pastoreo.