Antología de lec de reflex

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SUPLICA DE UN NIO A SU MAESTRO Maestro: tu que. has de pulimentar mi alma y modelar mi corazn compadcete de su fragilidad. No me mires con ceo adusto. si no te comprendo todava, ten paciencia. No siempre reprima tu gesto mis impulsos. No te moleste mi bulliciosa alegra. No llenes mi dbil inteligencia con nociones superfluas. Ensame lo til, lo verdadero, lo bello. Lo bello, maestro: que mis ojos aprendan a ver y mi alma a sentir. Desentraa la belleza de cuanto nos rodea y hzmela gustar. Trtame con dulzura, maestro, ahora que soy pequeo. Quien sabe los dolores que me deparara el destino, y en medio de ellos el recuerdo bienhechor estimulo. No me rias injustamente, averigua bien la causa de mi falta y veras, casi siempre, atenuada mi culpabilidad. Amame, maestro, como ama el padre a sus hijos, porque yo tambin, aunque no sepa mostrrtelo, te amare mucho, maana mas que hoy. Si tu me enseas con amor, tus lecciones sern provechosas, pero si no me amas, no podr comprenderte nunca. Cultvame, maestro, como el jardinero alas flores que le dan encanto y aroma; yo tambin perfumare tu existencia con el incienso perenne de recuerdo y la gratitud. Yo he de ser tu obra maestra: procura enorgullecerte de ella. Maestro, mi buen maestro, que has de dar luz a mis ojos, aliento a mi cerebro, bondad a mi corazn, belleza a mi alma, verdad a mis palabras, rectitud a mis actos, no desoigas mi suplica! ANONIMO de tu benevolencia bien orientada ser mi

LA FORMAClON DE LOS MAESTROS La accin de las escuelas normales no debe ya concentrarse a graduar anualmente cierto numero de alumnos para que vaguen en las antesalas de las direcciones de educacin. El verdadero concepto de la educacin normal debe ser otro. No se ensean al maestro procedimientos y mtodos como simple bagaje para facilitarle su tarea, sino como medio de llegar mas pronto a un desideratum. El maestro es el ejecutor de un mandato social porque la sociedad necesita de hombres para incorporarlos a su seno, con una personalidad bien definida, con fortaleza de carcter para resistir alas malas tendencias del medio ambiente, y con hbitos que repriman la influencia de las tareas ancestrales. La accin rutinaria y dispersa de los maestros de la actualidad no puede encaminarse a la obtencin de tales fines. Cada maestro, mas o menos bien inspirado, ejecuta su obra; es un cultivador fervoroso del alma humana, pondr todo su espritu para alcanzar los propsitos de los programas de enseanza, y cuando estos se hayan llenado debidamente, encontrara las deficiencias e imperfecciones de su obra. si es un indolente o un maestro sin vocacin, har muchisimo menos que eso. En ambos casos la personalidad del nio quedara apenas bosquejada. Los ideales actuales de la educacin se encaminan hacia la mejor preparacin del nio, para que en su vida ulterior llene sus funciones bastndose a s mismo, como base para servir a los intereses colectivos. Ya no cumplirn su misin las escuelas normales si se concretan a la enseanza de los ramos clsicos. En los tiempos actuales, el hombre debe saber y hacer mucho ms. El progreso, a medida que avanza, va creando nuevas necesidades y son mayores las dificultades que hay que vencer llenarlas. para

Consideramos la enseanza profesional como lgica derivacin de la necesidad de afrontar con xito la lucha por la existencia. Es verdad que no hemos resuelto el problema del analfabetismo, pero conjuntamente pueden hacerse ambas cosas: combatir el analfabetismo y dar orientacin profesional a la escuela.

Debe entenderse que las escuelas no van a convertirse en talleres de especializacin de artes y oficios, pero la escuela taller y la escuela granja son el verdadero modelo que corresponde a nuestras necesidades. Mas que un determinado oficio se sealara una orientacin: se despertara el espritu de iniciativa, se cultivara la responsabilidad individual del que ejecuta una obra y se crearan aptitudes y hbitos de trabajo.

Despus de la ultima guerra que ha producido tanto dolor y amargura a la humanidad, surge una nueva ideologa y es menester seguir su corriente. El cauce de las antiguas ideas educativas no puede seguirse ya porque han aparecido exigencias imperiosas que debemos llenar. La miseria se ha extendido en el mundo.

En la escuela de trabajo, bebern su inspiracin las generaciones del futuro para resolver sus problemas. El trabajo bien dirigido formar pueblos aptos. Y cuando los hombres estn habilitados para la produccin, un nuevo concepto tico se impondr.

Si hasta ahora cada cual marcha en rumbo a la conquista del capital como nica aspiracin, el trabajo dar el concepto del til empleo de las fuerzas humanas en beneficio de la colectividad. la influencia colectiva del trabajo es indiscutible; la sociedad-taller ha de contribuir poderosamente a la formacin de mejores ciudadanos. Cuando la accin de la escuela-taller y de la escuela-granja se haya extendido por todo el pas, nuestro pueblo se sentir con un nuevo espritu.

La obra de la escuela y de los maestros ser grande y de trascendencia, si han de perseguir tan nobles fines, formando aptitudes en las masas para que se basten a si mismas. Deben comenzar los maestros por adquirir la competencia necesaria para afrontar su labor en la hora de transicin que se inicia si no quieren quedar retrasados.

Educar para la paz es la consigna de los maestros en esta hora nica de la humanidad; para la paz, exaltando las virtudes del trabajo, formando generaciones fuertes, no para despedazarse entre si, sino para conquistar la felicidad humana, estabilizando la solidaridad entre los pueblos y entre las razas.

RI SA - Quiere usted que me ra? Se senta solo y enfermo en el saln vaco. Todos los dems se haban marchado ya, todos andando por encima de los durmientes del ferrocarril, riendo y jugando. Y el se senta enfermo por esta absurda idea que haba tenido la maestra. - Si. - Los labios eran severos, pero temblaban, y los ojos estaban llenos de melancola. No puedo. Todo era extrao: el mundo, el modo como se desarrollaban las cosas y como llegaban a termino. - Re. - Pero, Por qu? Por qu?. Todo estaba fuertemente atado, toda la fealdad de la tierra, el cerebro aprisionado, sin finalidad, sin significado. Como castigo. Te reste en clase y tienes que estar una hora riendo tu solo. Date prisa, porque ya has perdido cuatro minutos. Era espantoso, no resultaba muy gracioso tener que quedarse una hora despus de las clases y verse obligado a rer. La idea careca de sentido. De que iba a rerse? No poda rer sin motivo. - Siento mucho haberme redo. La flor se inclinaba, avergonzada. Era cierto: lo senta: lo senta no por el, sino por ella. Era muy joven y estaba all con carcter de suplente. Sus ojos tenan aquella tristeza tan lejana y tan difcil de comprender; la traa consigo todas las maanas y el se haba redo de ella. Algo que dijo le resulto cmico, del mismo modo que le resultaba cmico su modo de mirar y sus mismos movimientos. No tena ganas de rer, pero de pronto se haba redo. Ella lo haba mirado y el haba devuelto su mirada. Durante unos instantes ambos se comprendieron, pero despus, se abrieron paso la ira y el odio que se lea en los ojos de ella. "Te quedaras aqu despus de la clase". El no haba tenido intencin de rer. Aquello haba ocurrido accidentalmente, y en verdad lo senta, estaba avergonzado ... - Estas perdiendo el tiempo. Empieza a rer. Vuelta de espaldas, se dedicaba a borrar las palabras escritas en el pizarrn: Africa, el Cairo, las Pirmides, la Esfinge, el Nilo; y las fechas 1865 y 1914. La atmsfera segua cargada de electricidad, y ahora se notaba ms porque el aula estaba vaca. La primera vez que la vio quiso acercarse a ella. Comprendi inmediatamente lo que en ella haba de extrao y de remoto. Por qu? Por qu, pues, haba redo? Por qu todo ocurra de un modo tan imprevisto? Por qu tubo que ser l quien la hiriera, cuando en realidad quiso ser su amigo desde el primer da? - No puedo rerme. En su voz haba un temblor de obstinacin, y, a la vez, una nota de tristeza. Por qu razn tena l que destruir en s aquel que haba sido un solo impulso inocente? No haba tenido intencin de ser cruel. Empez a sentir un irrefrenable aborrecimiento hacia la terquedad de la maestra. No pienso rer, penso. Que llame al director, si quiere. No me reir, lo de la risa fue un error; lo que yo quera era llorar, en todo caso. Que lo castigaran, Qu mas le daba? Lo sentira durante das enteros, pero hicieran lo que hicieran no conseguira que riera. Lo vio sentarse ante su mesa, si dejar de mirarlo. Pareca enferma y asustada y de nuevo sinti compasin hacia ella. Se avergonz de mortificar de ese modo a una joven maestra suplente que en realidad le gustaba; no a una maestra vieja y fea, sino a una joven que estaba asustada y temblorosa. - Por favor, re. Que humillacin, no darle una orden, sino rogarle que riera cuando no poda hacerlo! Qu era, pues, lo que poda hacer? Qu poda hacer que estuviera bien hecho, por su propia voluntad, no de un modo forzado, que es como se cometen las equivocaciones? Y qu quera

ella? Qu placer poda proporcionarle el hecho de orlo rer? Que estpido es este mundo! Que extraos los sentimiento de los hombres, sus secretos, ese ocultarse, no por l sino por ella. Aunque se pusiera enfermo, se reira. Quera saber la verdad. Ella no lo obligaba ya a rerse, sino que le peda, le suplicaba, que riera. El ignoraba por que, pero quera saberlo. "A lo mejor me acuerdo de algn cuento gracioso", pense. Hizo esfuerzos por recordar todos aquellos que sabia, pero, cosa extraa, ni uno solo le vino a la memoria. Y las otras cosas; el modo de andar de Marcela, por ejemplo, perdieron tambin su significado. Ya nada tenia gracia, ni siquiera el hecho de que Carlos Mayo, burlndose de Neruda, recitara sus poemas al revs. Esto le hacia rer siempre hasta enrojecer como la grana y perder el aliento, pero ahora le pareca insustancial. No, decididamente aquello ya no le hacia rer. Bien, entonces reira a la fuerza, procurara fingir como un actor; "ja, ja, ja" Dios santo, esto era horrible! rer siempre le haba resultado la cosa mas fcil de mundo, y ahora no lo consegua de ningn modo. Sin embargo, sigui riendo en aquella forma completamente antinatural, sintindose avergonzado y asqueado. Tenia miedo de mirar a la maestra a los ojos; se limito a mirar el reloj e intento seguir riendo. Era terrible que le pidiera que riera durante una hora, sin darle razn ni motivo. Pero lo hara. Quiz no pudiera resistir una hora entera, pero lo intentara. Lo ms chocante fue que, al cabo de un rato, su propia voz empez a parecerle cmica, a hacerle verdadera gracia, y entonces se sinti feliz al rer de verdad, con todas sus fuerzas, rindose de la falsedad de la risa. Mientras tanto, su vergenza iba desapareciendo porque su risa haba dejado de ser falsa. Ahora era autentica y el aula vaca se lleno de carcajadas, haciendo que todo le pareciera magnifico y esplndido. Luego empez a pensar en las cosas verdaderamente cmicas que ocurran en la ciudad, entre la gente que caminaba por las calles, dndose aires de importancia. Pero el sabia, no poda engaarlo: no tenan nada de importancia. Penso en su modo de hablar, pomposo y falso, y esto le hizo rer. Penso despus en el predicador y en su modo de rezar. Y penso en los ricos opulentos que posean grandes automviles, con los que recorran el pas como si tuvieran la ineludible necesidad de ir de una parte a otra, todo ello falso, y en los hombres corriendo detrs de las mujeres, y en los coches circulando en todas direcciones por la ciudad, sin llevar ms que dos pasajeros. Eso si que era gracioso, aquellos coches ocupados tan solo por una seora gorda y un hombre con bigote. Ro hasta perder el resuello, consciente de que toda su turbacin haba desaparecido. Se estaba riendo de verdad, mirando a la seorita Clara cuando, de pronto, vaya!, vio que los ojos de aquella estaban llenos de lagrimas. Por el amor de dios, si no se haba redo de ella!, se haba redo de todos aquellos estpidos y de todas las estupideces que hacan da tras da, de toda aquella falsedad. Era horrible. Quera hacer siempre lo que deba, pero consegua todo lo contrario. Unicamente haba pretendido saber por que se empeaba ella en mirarle con odio, que era lo que senta en lo ms recndito de su ser, en lo ms secreto. Y haba redo por ella, no porque tuviera las ms remotas ganas. Y qu haba conseguido? All estaba, temblorosa, con los ojos hmedos, cuajados de lagrimas con la cara rea angustiada, mientras el segua riendo, a pesar de la furia, la nostalgia y la desilusion que le invadan el corazn. Se de las cosas patticas que el mundo encierra, de todo lo que hace llorar a la gente, de los perros perdidos en las calles, de los caballos que, extenuados, soportan en silencio su racin de palos, de las personas tmidas anuladas por otras, crueles y desvergonzadas; de los pjaros muertos en los caminos, de la incomprensin que reina por todas partes, de la eterna disparidad de opiniones, de la crueldad de todo aquello que convierte al hombre en un ser malvado. Y la ira comenz a anular su risa hasta que sus ojos se llenaron tambin de lagrimas. Los dos solos en el aula vaca, con el alma desnuda,como hermano y hermana, se miraron, comprendiendo que buscaban la misma limpieza y belleza de la vida, percatndose de que queran compartir su mutua verdad y que, sin embargo, estaban condenados a sentirse solos. Oy como ella reprima un sollozo; de pronto, todo comenz a da vueltas y tambin l rompi a llorar como un nio, como si hubiera ocurrido algo espantoso. Escondi la cara entre los brazos y sinti una terrible opresin en el pecho. Penso que no deseaba vivir, si el mundo era tal como l lo vea, preferira estar muerto. No supo cuanto tiempo estuvo llorando. En un momento dado advirti que ya no rea ni lloraba y que todo estaba en silencio. Todo aquello haba sido vergonzoso. No se atrevi a levantar la cabeza para mirar a la maestra. Era una situacin terrible.

- Memo... Le llamo con voz calmada, tranquila y solemne: Cmo podra mirarla a los ojos? Memo... El levanto la cabeza. Los ojos de la seorita Clara estaban secos y su cara le pareci mas bella que nunca. - Por favor, scate las lagrimas. Tienes pauelo? - Si. - Cuantos aos tienes. Memo? - Diez. - Y que piensas hacer? Quiero decir... No lo se. - T padre? - Es sastre - Te gusta vivir aqu? - Creo que si. - Tienes hermanos? - Cinco. - Se te ha ocurrido alguna vez marcharte a otra ciudad? Era extraordinario que se dirigiera a l en el tono en que se habla a una persona mayor, que hubiera adivinado su secreto. - S. - Adonde? - No lo se. Me gustara conocer el mundo... - Todo? - S. Sinti deseos de preguntarle ms, quiso hablarle tambin como a una persona mayor. Pero tuvo miedo. Sali al vestbulo y cogi su abrigo y su bolso. - Maana ya no estar aqu - Le dijo, mientras se pona el abrigola seorita Gmez se encuentra ya establecida y, por tanto, tengo que marcharme. El sinti una gran tristeza, pero no se le ocurri nada que decir. La maestra se ajusto el cinturn del abrigo y sonro. Que mujer ms extraa! Primero lo hacia rer, despus lo hacia llorar y ahora esto... - Puedes irte ya, Memo... El la miro sin desear marcharse; hubiera preferido continuar sentado contemplndola. Se levanto lentamente y sali al vestbulo. Despus se dirigi a la puerta, sintindose terriblemente desgraciado; desde all, se volvi a mirarla por ultima vez. - Adios, seorita Clara... - Adios, memo. Entonces echo a correr a travs del terreno de juego, mientras la joven maestra suplente permaneca en el umbral, siguindolo con la vista. No sabia que pensar, solo sabia que se senta muy solo y muy triste y que no se atreva a volver la cabeza para ver si ella lo estaba mirando. Penso: "Si me doy prisa, tal vez pueda alcanzar a los dems y a lo mejor llego a tiempo a ver salir el tren de la tarde". Adems nadie se enterara. Nadie se enterara de lo que haba ocurrido y de como haba redo y llorado. Sigui corriendo sin detenerse hasta llegar alas vas. Sus compaeros se haban marchado y el tren haba partido tambin. Se dejo caer sobre el eucalipto. El mundo le pareca horrible. Rompi de nuevo a llorar. LA ESCUELA DEL DIABLO ESTO ES UNA HISTORIA VERDADERA.

Un da apareci un diablo sobre la tierra, y noto con disgusto que todava se encontraban hombres que crean en el bien. Y como el diablo no carece de perspicacia, en el acto observo que sus habitantes presentaban ciertos rasgos de carcter comn. Eran buenos porque crean en el bien; felices porque eran buenos, serenos y ecunimes, porque eran felices. Segn su criterio, el demonio dedujo que no todo marcha bien en el mejor de los

mundos. Y penso en los medios para cambiarlo todo en la tierra. La infancia es el porvenir de la especie, se dijo. Comencemos por la infancia.

Y se apareci a los hombres bajo la forma de un enviado de Dios, de un reformador de la sociedad.-

Dios -declaro- reclama la mortificacin de la carne. Se trata de comenzar

con la infancia. La alegra es pecado, las risas blasfemia. Los nios no deben pues, conocer la alegra ni las risas. El amor maternal es un peligro: afemina el alma de los jvenes. Es un menester alejar al hijo de la madre a fin de que nada sirva de obstculo a su comunin con Dios. Es preciso que la juventud sepa que la vida es dolor. Abrumadle de trabajo (en latn, tripalium, tres estacas, instrumento de tortura). Abrumadle de fastidio. Desterrad todo lo que pueda provocar inters. Slo es bueno el trabajo desinteresado. El placer en la labor,

perdicin. Asi hablo Satans. La multitud se posterno hasta tocar con su frente la tierra. Queremos salvarnos, exclamo. Qu debemos hacer? Crear la escuela.

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Y de acuerdo con las indicaciones del diablo, se fundo la escuela. El nio ama la naturaleza, y se le aprisiona en salas cerradas. Gusta de jugar, y se le hace trabajar. Siente placer en emplear su actividad en algo, y se hace que esta no tenga ninguna finalidad. Goza con la movilidad, y se le obliga a estar inmvil; quiere tocar las cosas y se le pone en contacto con ideas; le agrada valerse de sus manos y se le pone un juego con su cerebro. Anhela hablar, y se le constrie con silencio. Quisiera razonar, y se le hace memorizar. Intenta investigar, y se le sirve hecha la ciencia. Le place seguir su fantasa, y se le pliega a la del adulto. Pretende regocijarse, y se inventan los castigos. Gusta de ser til libremente, y se le ensea a obedecer ciegamente.

El diablo se ro satisfecho.

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Muy pronto el rgimen rindi sus frutos. En poco tiempo los nios supieron adaptarse a sus condiciones de vida artificial. Al principio las madres lamentaron hondamente la separacion, la perdida de sus hijos. Se les dijo: "Asi es como debe ser". Los padres tambin se

dolieron de que sus hijos ya no pudiesen ayudarles en la casa o el taller, y se les persuadi a que los nios estaran mejor y haran mas en la escuela. Los nios sintieron, por su parte, la separacin de sus padres y pensaron que ya no gozaran mas de las dulzuras del hogar, porque el deber escolar ocupara todo su tiempo. No se les dio ninguna razn: se les obligo. Entonces, supieron lo que jamas hubieran aprendido sin este rgimen, supieron disimular, engaar, mentir. La escuela inscriba en el cuadro de honor al pequeo santo de valor negativo, y le hacia fuerte en temas para convertirse en funcionario de estado. La escuela se esforzaba en someter, dominar a los nios por medio de castigos, de temor. Trataba de retener con deberes suplementarios al alumno que calificaba de incorregible, porque desbordaba de alegra de vivir y de vitalidad. Atizaba de perezoso al que su temperamento impela a vagar por los floridos senderos de su imaginacin. Condenaba como pecados los sanos instintos de defensa de los espritus fuertes. Hubo un momento en que la escuela del diablo pareca que iba a dar resultado. Satn se crea victorioso. Tomndolo por un santo. Todos los maestros de la escuela le rindieron culto, y trabajaron por matar el alma de los nios, por estrangular su espontaneidad, por abrumar su memoria, por falsear su razn y por atracarlos de ciencia libresca, la ciencia intil. No olvides que el diablo exclamar: el desinters, el deber por el deber, el esfuerzo por el esfuerzo, el fastidio por el fastidio.- Vaya! Se dijeron los ms listos de los muchachos que, odo a la puerta y ojo de la

cerradura haban visto y comprendido todo. Y despus se vio esto: conforme a los deseos del diablo, una buena parte de la humanidad se marchito, degenero. Lleg a ser prudente, pasiva, desinteresada de todo. La salud no pudo resistir ms aquel rgimen de inmovilidad, de silencio, de aire encarcelado, viciado, de horas de trabajo dividido, fragmentado, de estudios sin inters, de la negacin automtica de toda espontaneidad. Con la salud, tambin la dicha. Se haca la labor cotidiana como se arrastra una cadena penitenciaria. Olvidabase el precepto de San Pablo: Sed joviales siempre. Se gema, se extenuaba en el trabajo o se busca en falsos placeres el olvido, el tedio de la vida, los placeres que consumen el espritu y que slo dejan un copo de ceniza sucia y seca.

Ms salud, ms felicidad, ms amor, ms bondad. Como el espritu, el alma llego a ser

seca y gris. En ella el odio sembr sus zarzas. Y para tales gentes, Dios no exista ms. Esto era natural, porque Dios slo mora en las almas sanas.

Ms, el aula de la escuela no estaba completa. An le faltaba el prestigio de las crceles: las grandes llaves, los pesados cerrojos, la inmoralidad, la podredumbre... pero el diablo haba formulado mal su plan. Se vio a escolares huir a los bosques, subir a los rboles y hacer muecas al enviado de Dios. Se les vio librarse del mal, llegar a ser fuertes, prcticos, ingeniosos, perseverantes. Recuperaron la salud que no teme al esfuerzo, la alegra que ensancha el pecho, la posesin en s mismo que conduce al placer de ser una personalidad propia. Entonces el diablo ces de rer. Rechinando los dientes, amenazando con los puos, vocifer : Maldita Ralea. Y desapareci. Y con l, la escuela que haba tan sabiamente imaginado. Lector: si an encuentras cabarets, segn el viejo modelo, sacude al maestro en su ctedra, despirtalo y dile que todos los tiempos nuevos han llegado, que representan un anacronismo, que abandone la escuela o se convierta. Puede ser que le hagas un servicio, pero no dudes que lo haces positivamente y ms grande a los millares de rapaces que se agitan deseosos de vivir y que exclamaran si supiesen latin: "Primum vivere, deinde philosophari". Pues bien: vivir antes que todo. Que diablo! ANONIMO

MAESTRA RURAL Qu vendrs pensando, al ver sin ver por la ventanilla del camin de siempre, el paisaje de siempre? a lo mejor en Pedro, Luisita y Anastasio, que llevan ya tres das sin asistir. O en que llevas ya doce aos continuos en este pueblo. O en como duele cada da ms pagar el pasaje. Qu vendrs pensando mientras magueyes, maz jiloteando y campesinos gachados, cruzan raudos por la ventanilla mugrienta? Qu piensas?...Qu ya echaste races en el pueblo? en que tus riones, por tanto viaje y viaje, no andan muy bien que digamos. O a lo mejor de veras vienes pensando en tus alumnos. Eso es! eso creo que es, porque tus ojos tienen esa chispa de gusto en la que se adivinan tantas cosas. Eso creo, porque se te ve que ya te anda por llegar a ese polvoriento, incomunicado, triste, analfabeto, caciquil, fantico y pobre pueblo donde trabajas. Ya te anda por llegar. Y no como en los primeros tiempos: llegar para que corran mas rpido las manecillas del reloj y los das rumbo al toque de salida y rumbo a la quincena. Eso ya paso. Ahora te urge llegar para ver ese montn de hijitos tuyos, prietitos, pobrecitos, tan ayunos de todo, que te quieren tanto... y a quienes tanto quieres tu. Llegar a ver a esos pobrecitos de carbn apagado que tu te afanas en encender. Parte pobre de la pobre patria nuestra. Manecitas callosas y pies enguarachados. Niitos de barro metidos a fuerza entre piedras, lodos, comales, fros, vientos, hambre y dolor. Por eso ya te urge llegar. Porque sabes que les eres til, que les haces falta. Porque sabes que muchos, desde la ranchera lejana y saludando con el pie caliente el temprano roco, vienen a verte. Porque sabes que esa peregrinacin viene a veces con el escaso combustible de un taco en la panza. Y sabes adems que t para ellos eres el nico contacto con el otro mundo. Eso es? , acaso vendrs pensando en como todo cambio en ti. En porque ahora piensas as. En como hubo un inolvidable, raro y lejano da en que hallaste la razn que ahora te cobija. En que hallaste que tu vida tenia una razn mas. Y... Fu ese da en que hiciste valla con ellos y que el diputado al verlos tan ridculamente ignorantes y pobres, en lugar de discursos nada mas se ri? O fue ese da en que los viste con sus harapos, rodeando al cura que se aprestaba a conducir su ultimo modelo? O fue aquel da cuando despediste en el camposanto al pobre Tereso, el chiquito, el que se dorma en el saln, envuelto en aquel petate lleno de flores del campo? Quien sabe cual da seria en que abjuraste de todo y de todos y los quisiste ms. Ese da, esa hora, en que viste que en el fondo de todo... De todo! ah estaba la patria, la tarea, la esencia, la razn. Y luego, de ah le fuiste encontrando sentido a todo. Viste las caras verdaderas de las cosas y te metiste sin querer hasta el fondo de ti: Qu mas que modelar, que mejor que ayudar, que ms importante que mostrar la luz? Y luego vino para ti el gusto incambiable que leva el cario de veras ganado. Pauste, maestra! - y el taquito de frijoles era un trofeo. O aquellos quince de mayo en que regresabas como mexicano rbol navideo: un pauelo de manta con tu nombre, pollitos, tortillas, huevos rojos... y hasta un migajonudo pan de fiesta. Todo ellos, piensas, No valdra? aunque lo dems ya lo sabes: poco paga la burocracia magisterial. Como ahoga! y, la verdad, Como agota la labor aqu! aunque tambin, quien sabe como viene a ti: Y ? lagrima ganada a ley, quien me la quita? Y el aprecio del pueblo, cuando me lo acabo? o, el temblor del pequeo labio que balbuceo por mi culpa en la cuna de la escuela el despertar: "E - SE - 0 - SO - ES - A - SI ".

RAUL LOPEZ CAMACHO

EL FORMADOR DE HOMBRES Yo no quiero responsabilizar de una manera completa a los jvenes del resultado de la adquisicin del saber, pero si quiero decir de manera clara y categrica que se puede aprender si se tiene la voluntad libre de adquirir conocimiento. No hay institutos, ni maestros, ni libros que satisfagan la necesidad de aprender, si en ese hombre no surge necesidad en lo mas profundo de su espritu. En todo adulto hay un joven que ha languidecido. En toda persona la juventud puede durar mas all de los periodos fisiolgicos. El hombre deja de ser joven cuando cancela las posibilidades futuras y se vuelve: prematuramente adulto, es decir, se entrega a una actitud de beneficio propio. Mis clases en la universidad padecen del desorden de mi alma de mi espritu. Si estoy de vena, puedo dar una clase con la que todos se sienten contentos. Pero otro da me pongo, con toda sinceridad, lamentarme y a contar por que no estoy de vena. Logro comunicar hasta en los peores momentos de mi vida. En todas mis platicas una cosa me lleva a otra. La gente vive conmigo el trance autentico de la libre asociacin. Estn ante un hombre al que se le ocurre lo que va diciendo. No creo en otra posibilidad sino ser. No es necesario el formulario por escrito, sino sencillamente preguntar: Cul fue el resultado pedaggico? y ms importante todava preguntar: Cul fue su experiencia humana con respecto al instructor? Cuales los valores de comunicacin, de afecto, de solidaridad, casi de fraternidad? La nica autoridad que podemos consentir es la que se desprende de la capacidad, de la categora intelectual, de los dones del conocimiento obtenidos a lo largo del esfuerzo, o de las cualidades, a veces innatas, que hacen del maestro tambin un artista. En el claro de la selva, trabaja un constructor de arcos: alguien aplica su espritu a la materia y la transforma con sus manos. se acerc un muchacho curioso y atento: quiere saber como se hace un arco. Es operario interrumpe su trabajo y le explica las cualidades de la madera, de la cuerda, del pedernal y las plumas. Le dice como se manejan las herramientas. Le hace comprender el fenmeno de la tensin que proyecta la flecha al espacio. Le dice que un arco solo es arco, cuando funciona como arco. En ese momento el artesano se convierte en maestro y ejerce su influjo sobre un alma, en vez de aplicarlo solamente a la materia inerte. El formador de hombres, segn Eduard Spranger, se propone la tarea ms alta que es posible imaginar: intervenir en la formacin de la conducta ajena mediante el ejemplo de la conducta propia. Y esto es mucho ms difcil que tallar maravillas tcnicas. El maestro y la maestra deben ser dichosos: han consagrado, mediante sus estudios y su titulo, la profesin que todos ejercemos en la vida: "Todos somos maestros de buena o mala conducta". Hay quienes al vernos, se apartan de la mala y siguen la buena. Otros proceden al revs. Todos enseamos a los mas jvenes a ser lo que somos o lo que deberamos ser. "Un padre educa a su hijo hasta con mal ejemplo". Palabras de Hutchins, un educador norteamericano que nos recuerda eso que nos gustara olvidar: los adultos somos maestros inconscientes; procedemos como si nadie nos viera. Impunemente

damos mal o buen ejemplo a los jvenes. Podemos exigirles que sean mejores que nosotros? JUAN JOSE ARREOLA EL REGALO Muy bien, jovencito... bienvenido a clases; por fin encontraste el camino a la escuela, con tu hipocresa ahora vas llegando abriendo la boca... bribn... sinvergenza. Que gusto de verte!... hacia mucho tiempo que aquella butaca que esta a la derecha ha estado vaca y llena de polvo esperando ansiosa a que tu vinieras. En la lista diaria ya te di de baja y ya estoy seguro que el ao no apruebas, tienes reprobadas las asignaturas; solo puros ceros van en tus materias. Acaso algn premio de la lotera te toco y por eso faltas a la escuela? pues, mira, tarugo, que solo por eso lo juro y me encargo que vas para afuera, Donde estn los libros?... Donde los trabajos? Donde los cuadernos?.., Donde las tareas? Donde el uniforme?... Donde el distintivo? Qu te da derecho a estar en la escuela? Mira esos zapatos... mira esos cabellos, esos pantalones rotos en las piernas; observa tus manos... mrate las uas; ni cierres, ni broches... tampoco agujetas. Mira ese pescuezo... observa tus fachas, mira tus rodillas... mira esas orejas... estas elegante, te miras reguapo, y... como te agracian tus gestos y muecas. no se como diablos, hoy se te ha ocurrido venir dizque a clases... llegar a la escuela. Qu dices?... responde, no le hagas al menso. Acaso pensabas que era da de fiesta?... Por qu no has venido?... responde, precioso. Por qu no has venido?...Acaso de feria tiene mas valores y mas importancia

que los ejercicios de todas las ciencias?... Mira... no te agaches, levanta la frente, no podrs fingirme que tiene tristeza. Yo ya te conozco, eres algo grande y de buena gana te daba tu felpa. No se que demonios estas escondiendo, yo no se que cosa en la mano aprietas. Que?... Quieres pegarme?... O es que te has robado alguna cosilla de la casa ajena? Presente las manos, enselas pronto, dime lo que escondes con tanta insistencia; hoy voy a golpearte por ser indeseable no vaya a ser luego que yo me arrepienta. Maestro... Maestro... pido mil perdones, debe usted escucharme con mucha paciencia. Si usted es maestro, no debe ser malo, y debe tenerme tantita querencia. Usted es muy bueno, todo el mundo dice que se carga un alma muy noble y muy buena y como es humano va considerarme cuando sepa a fondo mi grande tragedia. Yo me la parta haciendo mandados, vendiendo peridicos, haciendo faenas, Yo necesitaba ganar hartos fierros para medicinas de mi madre enferma. Hace unos diyitas, me dijo mi madre: hoy no te me sales, ni vas a la escuela; ya me estoy sintiendo mas mejoradita, hazme una tisana con menta y canela. Yo sal corriendo, tenia mucho gusto de ver aliviada a mi madre buena, pensando que todo podra subsanarse y que yo, muy pronto volvera a la escuela. Consegu unos quintos... apresure el paso, corr, yo volaba con rumbo a la tienda, compre algunos panes, un poco de azcar y unas rajas grandes de buena canela. Llegando a mi casa iba yo silbando una tonadita que aprend en la iglesia

y abriendo la puerta, mi madre con ansia, me llamo y me dijo con mucha tristeza: mi hijito... mi hijito,.. yo te quiero mucho, mas es necesario que la verdad sepas, tu vas a quedarte slito en el mundo, tu vas a quedarte slito en la tierra. yo me voy, hijito: Dios me esta llamando. Ya miro su cara, ya siento su esencia; adis, mi cario. Que Dios te bendiga, todos mis consejos no olvides, recuerda. Me abrace a su cuerpo, llorando en silencio, le grite angustiado: Mama, no te mueras! No me dejes solo: Mama! ... Mamacita! mas ya su carita estaba fra y seria. Hoy ya estoy slito, ya no tengo a nadie; ni casa, ni ropa, ni pan ni a mi viejecita. Y ahora, maestro, le pido permiso de vivir un tiempo, aqu, en esta escuela. No faltare a clases, yo se lo prometo, mi comportamiento ser de primera; aprender mucho... y a recuperarme y a llenar de dices toda mi boleta. Pero, mire, tome lo que yo esconda, es un relicario con una cadena. me dijo mi madre, que el da del maestro, yo se lo obsequiara, que yo se lo diera. Tome usted, maestro... esto es un regalo, se lo da mi madre que esta bajo tierra no me lo desprecie... porque esos deseos fueron de mi madre... son los de una muerta. Tome aquel tesoro, abrace a ese nio, sin padre, sin madre... sin nadie en la tierra, y como un regalo del da del maestro, lo adopte, como hijo, lleno de tristeza.

ABRAHAM RIVERA SANDOVAL

LA PALABRA EDUCACION El propsito de un curso es introducir y aproximar, ensear al alumno a conocerse y a juzgar las obras del espritu. Pero sobre todo, a amarlas con amor consciente y nuevo, que es el nico que puede darnos un conocimiento de ellas. As lo quera Juan Pablo Landsberg, un joven filosofo entusiasta. Un nio puede llegar a ser joven y viejo, y puede irse de este mundo sin saber lo que es un subjuntivo. La educacin de hoy esta basada en el aprendizaje de smbolos qumicos, metales y metaloides. Eso no sirve para nada. Eso esta en los libros. La vocacin autentica es radical, aquella que exige a un hombre desde nio todo lo que pude dar. En el caso genial que no reclama incitacin alguna, por el contrario, presiente y se dirige a lo que ama, y si no existe, lo inventa la vocacin genial, ya se trate de un arte o una ciencia, requiere a veces ser despertada por un hecho accidental o azaroso, una revelacin semejante al golpe de la gracia. La vocacin parcial o titubeaste debe ser fomentada en su resolucin. Esta al alcance de nuestras manos descubrir hombres que puedan dar frutos muy valiosos y frecuentes. El caso que ms interesa a la pedagoga es el de aquel que no siente atraccin hacia ninguna carrera por falta de una exposicin clara y atractiva de las distintas actividades que ocupan la mente. La vocacin falsa ocurre en el caso frecuente de quien se dirige a una carrera que no es realmente la solucin de sus afanes. Muchas personas que tocan muy bien un instrumento, no se han dedicado a la msica y la mantienen como una actividad marginal. Esto nos demuestra que hay hombres que no tienen el valor suficiente para entregarse. La vocacin seria aquello que debemos hacer, porque si no lo hacemos, seria imposible seguir viviendo. Los jvenes, a pesar de que han vivido poco todava, acarrean como por herencia una especie de cansancio y de asco al mundo convencional de los falsos. A travs del tiempo ha ido la sociedad solidificando ciertas formas de vida que se vuelven posturas casi mecnicas y rituales. Ya podemos ver el mundo como habitado por marionetas ceremoniosas o exigentes de respeto para las actitudes inautenticas. No podemos tratar a los nios como nios, ni a los jvenes dicindonos que solo hay que hablarles de determinada manera, no, el dialogo para que exista debe ser de igual a igual, sin mas frontera entre un hombre joven y un hombre adulto que aquella que establezca la vala real de la persona adulta, la capacidad que tenga para demostrar su experiencia inmediata y directa. No quiero venir aqu con la demagogia de la juventud del porvenir o el futuro de la patria, no, por que los jvenes ya son ahora testigos y jueces de lo que ocurra. Los jvenes no deben reducirse y limitarse a la critica de este mundo podrido Los maestros no somos apstoles ni sabios ni buenos; somos hombres defectuosos de quienes toca a ustedes seguir un poco de ejemplo en la voluntad, en la disciplina, en el esfuerzo de aprender y trabajar. Ustedes deberan hacer una seleccin mnima de actitudes entre el mundo que los rodea y ver en la historia un gigantesco recetario para cometer disparates. Si no tenemos todava al pedagogo consumado que puede facilitar la adquisicin de conocimiento ni sabemos acerca de la calidad moral de los que pretenden ser maestros, toca a los estudiantes provocar y propiciar las reformas que se hagan en los planes de estudio y en el equipo humano. Si todava encontraron, ustedes, muy deficientes a las personas que azarosamente fueron colocadas como instructores, dense cuenta de que la nica manera de remediar estas carencias actuales es que ustedes mismos sean capaces de suplir a todas esas personas que necesita el pueblo de Mxico en la provincia y en la capital. Nunca una organizacin poltica, ni siquiera educativa, puede modificar o hacer progresar a la humanidad en el aspecto que realmente interesa, el hombre es social, pero solo

dentro de los limites de la accin intima del rendimiento puede mejorar. JUAN

JOSE ARREOLA

LA ORACION DE LA MAESTRA Seor! tu que enseaste, perdona que yo ensee, que lleve el nombre de maestra, que tu llevaste por la tierra. Dama el amor nico de mi escuela; que ni la quemadura de la belleza sea capaz de robarle mi ternura de todos los instantes. Maestro, hazme perdurable el fervor y pasajero el desencanto. Arranca de mi este impuro deseo de justicia que aun me turba, la mezquina insinuacin de protesta que sube de mi cuando me hieren. No me duela la incomprensin ni me entristezca el olvido de los que ensee. Dame el ser mas madre que las madres. Para poder amar y defender como ellas lo que no es carne de mis carnes. Dame que alcance a hacer de una de mis nias mi verso perfecto y a dejarte en ella clavada mi mas penetrante meloda, para cuando mis labios no canten mas. Mustrame posible tu evangelio en mi tiempo, para que no renuncie a la batalla de cada da y de cada hora por el. Pon en mi escuela democrtica el resplandor que se cerna sobre el corro de nios descalzos. Hazme fuerte, aun en mi desvalimiento de mujer, y de mujer pobre; hazme despreciadora de todo poder que no sea puro, de toda presin que no sea la de tu voluntad ardiente sobre mi vida. Amigo acompame! sostnme! muchas veces no tendr sino a ti a mi lado. Cuando mi doctrina sea mas casta y mas quemante mi verdad, quedare sin los mundanos; pero tu me oprimidas entonces contra tu corazn; el que supo harto de soledad y desamparo. Yo no buscare sino en tu mirada la dulzura de las aprobaciones. Dame sencillez, dame profundidad; lbrame de ser complicada o banal en mi leccin cotidiana. Dame el levantar los ojos de mi pecho con heridas, al entrar cada maana a mi escuela. Que no lleve a mi mesa de trabajo mis pequeos afanes materiales, mis mezquinos dolores de cada hora. Aligrame la mano en el castigo y suavzamela ms en la caricia. reprenda con dolor, para saber que he corregido amando! Haz que haga de mi espritu mi escuela de ladrillos. Le envuelva la llamarada de mi entusiasmo su atrio pobre, su sala desnuda. Mi corazn le sea ms columna y mi buena voluntad mas oro que las columnas y el oro de las escuelas ricas. Y, por fin, recurdame desde la palidez del lienzo de Velzquez, que ensear y amar intensamente sobre la tierra es llegar al ltimo da con el lanzazo de longinos en el costado ardiente de amor.

GABRIELA MISTRAL

SERA MAESTRO! Quien sepa mostrar la realidad que vive la fantasa infantil; quien sepa ver en cada corazn de nio, la mies que cada da se agiganta, para convertirse maana en el granero dorado de experiencias; quien sepa ensear el camino seguro, para que la inquieta juventud conquiste maana sus ilusiones de hoy; quien sepa beber de la amargura en la que se ahoga el campesino y levantarse con ellos para luchar contra la pobreza flagelante para salvarlos de la garra del opresor; quien sea capaz de conmoverse y hablar con el espritu del obrero para acercarlo a su hogar alejndolo del vicio; quien sepa convertir en verdad la voz del poeta que se consume hoy en verso de amor o en prosa revolucionaria en su peregrinar de la tribuna hacia el recuerdo; quien sea capaz de comunicarse con todos a travs del lenguaje universal que se confecciona con paciencia, perseverancia y amor; quien sea capaz de ensear siempre la verdad y que pueda enfrentar sin temor la cruda miseria ante la fastuosa riqueza; quien sepa vivir todos los instantes de su existencia aprendiendo hasta lo mas sencillo de la vida. Quien aprenda a ser valiente, y ensee al dbil a tener armas para defenderse de la diaria acometida del poderoso; quien pueda dar luz a los ciegos para que ellos puedan contemplar la realidad de su ventura recta o perdida; quien sepa alzar su voz clara y vibrante en medio del silencio, donde hasta los sordos escuchen prevenidos, los falsos alardes de la mentira; quien sea capaz de convertir el perfume de las flores y el canto de las aves, en dulce poema de amor o en maravillosa leyenda; quien sepa penetrar en lo mas intrincado de la ciencia y en lo sublime de la moral, para convertirlos llanamente en sabios consejos; quien sea capaz de rectificar sus errores ayudando al prjimo para que reconozca los propios; quien empiece a morir hoy enseado, aprender a vivir maana y seguir enseando mas all de la muerte; quien sea capaz de hacer esto, y mas sin tener el mnimo miedo, y si el mximo esfuerzo, empezara a ser maestro... siempre maestro! "SI" Si en cada alumno ves un alma que espera tu cultivo. Si reanudas con alegra el dialogo suspendido. Si sientes huir con presteza cada hora que pasa. Si amas tu trabajo mas, a medida que pasa el tiempo. Si tu obra te parece siempre una obra incompleta. Si te sientes dbil pero es inmensa tu confianza. Si las lecciones mal aprendidas son tu examen de conciencia. Si las dificultades inevitables te encuentran siempre sonriente.

Si Si Si Si Si Si Si Si Si Si Si Si

los padres quejosos y los discpulos rudos te llaman gentil. tu justicia sabe envolverse enmaro. combates al mal, pero no al malhechor. predicas la virtud con tu palabra y tu ejemplo. sabes seguir un mtodo sin convertirte en su esclavo. en cada clase tuya tratas de renovarte. sabes instruir y, mejor todava, educar. sabiendo tantas cosas nunca te crees un sabio. en lugar de hablar sabes tambin or. en lugar de ensear sabes tambin aprender. eres intransigente delante de la verdad. tus alumnos desean parecerse a ti, entonces, tu eres maestro.

GABRIELA MISTRAL

BSCATE PROBLEMAS... ...DESARROLLA TU CREATIVIDAD Cada da da gracias a dios por los problemas que te ofrece el trabajo, pues seguramente de ellos provienen la mitad de tu sueldo y tu actual bienestar. Evidentemente, si no fuera por las cosas que salen mal, por la desconsideracin del prjimo y por las dificultades y contrariedades que suele presentarte tu trabajo, ten por cierto que no seria tarea difcil encontrar a alguien que ocupara tu puesto por la mitad de lo que a ti se te paga. Para solucionar los problemas de todo trabajo, se necesita cierto grado de paciencia, tacto, decisin, pero, ante todo y en gran medida, buena voluntad y entusiasmo. Esto explica por que ocupas tu actual posicin y puede explicar porque no ocupas otra mejor. Si todos comenzramos a buscar mas problemas y aprendiramos a resolverlos con animo levantado y criterio sano, tomndolos como oportunidades y no como contrariedades, pronto descubriremos que adelantamos con sorprendente rapidez. Porque es un hecho innegable que existen vacantes en numerosos puestos importantes, listos para ser ocupados por... Hombres que no teman ni rehuyan los problemas que tales puestos traen consigo. PENSAMIENTOS La familia sigue acusando a la escuela, pero no ha comprendido aun que para hacer una modificacin racional del sistema escolar, es preciso que empiece por modificar sus pretensiones de adquirir una "cultura general". En la mente directiva del maestro debe formarse un mtodo de enseanza que provoque la colaboracin espontanea del alumno. El objeto de la tarea educativa es ensear a los nios a evitar las infinitas tonteras que complican la vida; a simplificar esta y a encontrar su grande y verdadero valor, y en cambio nuestro sistema es inmejorable para producir aficionados intiles y pobres de espritu. La educacin debe, ante todo, formar la individualidad. La literatura biogrfica nos demuestra la necesidad de no empezar demasiado pronto la educacin deprimente de la escuela. La famosa frase de dumas caracteriza uno de los peores defectos: "como es que hay tantos nios inteligentes y tantos hombres imbciles?". Los muchachos mas formales y obedientes son los alumnos mas alabados; los de ingenio mediano e incoloro pasan por modelo y, de este modelo, desde la escuela se altera y falsea el valor personal. Solo la vida estudiada en el hombre y en la naturaleza educa para la vida. en la escuela futura no habr verdaderas "clases", sino salas numerosas y dotadas de aparatos adecuados a las diversas

materias y otras salas dedicadas al estudio, donde cada nio tendr un puesto sea lado para cuando desee estudiar: los exmenes sern siempre espontneos y voluntarios. Y solo colectivos cuando algunos alumnos soliciten ser interrogados sobre la misma materia. Cuales son en la actualidad los resultados de la escuela?: inteligencia fatigada nervios agotados o exasperados, originalidad e iniciativa empobrecidas, si no, destruidas del todo, mirada lejos de la realidad de la vida ideales sofocados por la febril preocupacin de una carrera, que hace que padres. y muchachos consideren la perdida de un curso como una desgracia irreparable. Las correcciones violentas aplicadas a los nios son tan barbaras como los palos dados a la mujer, a los criados. A los soldados y a los presos.

SEMBRADORA Ideal hecho mujer: Educadora! fuente de luz y de nobleza... la vida quiso hacerte sembradora. Dios riega la semilla redentora y el porvenir recoge la cosecha...! No solo el corazn: tu vida misma entregas con cario, jardinera, y aceptas las espinas del camino porque tu gran misin rodea al nio de una vida feliz y placentera. Ofrendas tu frescura y tu belleza dejando atrs tus ilusiones rosas... y das tu voz, tus risas, tus ternezas... y como el rbol vives dando sombra sin confesar fatigas ni tristezas... Los conoces a todos, son tu credo, has sellado sus rostros con amor y crees as feliz, mi sembradora, porque es tu gran misin de educadora buscaste al nio, y encontraste a dios... Si la maternidad es don divino, tu tienes ese don, dios lo ha querido porque siendo mujer, madre en potencia, tu ternura presiente la existencia de ese nio que en ti, llevas dormido... Por eso eres amor y das a todos tu corazn en maternal dulzura, y si en la vida tienes un calvario cada nio es la cuenta de un rosario que reanima la fe de tu alma pura... Sembradora del bien!... mi sembradora!

que en el futuro recoja la cosecha! el presente, es lo tuyo luchadora de la verdad que ves en cada aurora florecitas humanas en tu senda... Y cuando al fin, feliz de haber cumplido la sagrada misin de tu destino, cuando dices adis a los jardines, alfombran tu sendero con jazmines y adornan con guirnaldas tu camino... Nos dejas todo: no te llevas nada, solo tu alforja llena de recuerdos de la cruz que aceptaste con cario, y un rosario de tiernos corazones que formaran tu amor, con cada nio... Ese que va silencioso por el angosto sendero; ese que poquito a poco su vida dio por el pueblo; ese que marcha vencido por el trabajo y el tiempo. Ese que va fatigado porque ya no aguanta el peso que los aos ya le pesan, que le pesa el sentimiento... ese, el joven que un da se enrolo en el magisterio. Ese que arrastra los pies al caminar con esfuerzo, que luce en las sienes canas porque le llego el invierno; ese de mirada triste de ojos opacos y muertos que con labios temblorosos, tal vez musita algn rezo. Ese que va por la calle la dura cuesta subiendo... ese fue un joven que un da fue el mas querido maestro. Ese que tiene problemas por conseguir el sustento. Ese que cobra un mendrugo porque ya no cobra sueldo, que con manos temblorosas firma en el rengln ajeno porque sus ojos no miran

ESE

como vieron hace tiempo. Ese que va por la calle cargado de sufrimiento, ese fue el joven que ayer tuvo vigor y talento. Ese que va paso a paso como buscando el sendero; ese que sostn no tiene en ningn agrupamiento; ese que cierra los ojos para acariciar recuerdos y a doquiera que va recibe burla y desprecio. Ese que viene hacia ti abandonado y enfermo... ese fue lder ayer... que no le enfango el dinero. Ese que solo se alegra con el lejano recuerdo de aquellos gloriosos das que en todo era el primero, el que recibi medallas l que tuvo el primer premio. El que por su gran vala represento nuestro, suelo; ese que ayer fue un atleta gallardo y digno de aprecio. Esa vida ya se apaga como se apaga un lucero. Ese que ahora es todo sombra que va de la vida huyendo con una linda medalla de altamirano en el pecho. Mralo bien, juventud! Mrate en el, compaero! y una flor de tu cario ofrcele con un beso. Que sobre su mustia frente y sobre el blanco pelo, ser el mejor regalo, en ese da del maestro. Que maana al no existir en este mundo terreno, de este ser que supo amar no quedara ni el recuerdo. Y sobre el tosco atad

del que fuera gran maestro una flor y una medalla se perder en el tiempo. Mientras alguien como yo con su jarana de pueblo a la vida y al dolor seguir cantando versos.

EL AMOR AL OFICIO Con la asistencia del espritu no hay obra que no se convierta en noble y santa. Lo es la del caricaturista, como la del hojalatero, como la del recogedor de basura y la del que llena las fajas para mandar un peridico a los suscriptores. Hay una manera de dibujar caricaturas, de trabajar la hoja de lata y tambin la de limpiar plazas del estircol y de escribir direcciones, que significa que en la actividad se ha puesto amor, cura de perfeccin y de armona, y una pequea chispa de fuego personal, que no hay obra ni obrilla humana en que no pueda florecer. Esta manera de trabajar es la buena. La otra, la de despreciar el oficio tenindolo por vil, en lugar de redimirlo y secretamente transformarlo, es triste e inmoral... digote que todo oficio se convierte en filosofa, se convierte en arte, poesa, invencin; cuando el trabajador da por el suyo su vida, no permitiendo que esta se parta en dos mitades. La una para el ideal, la otra para el menester cotidiano, sino haciendo del cotidiano menester y del ideal una misma cosa, una cosa que sea a la vez obligacin y libertad, rutina estricta e inspiracin renovada... hijo, hay ciertos brbaros modernos que han inventado, para arma de sus luchas, estropear intencionalmente o hacer incompleta o voluntariamente inferior la obra que fabrican las propias manos... este sabotaje es una gran blasfemia, porque el hombre jamas tiene derecho a la obra que hace: esta obra es superior al hombre, y el deber del hombre que trabaja. es sacrificarse por su obra y no sacrificar esta a otros fines. EUGENIO D'ORS MAESTRO Es el hombre noble de alma gigante que sin saber del egosmo malsano, riega la semilla edificante, llevando el corazn puesto en la mano. Lleva modestia en su franca mirada con refulgente luz de sabidura, sin sentir fatiga de la jornada cambia la tristeza por alegra. Del sendero cual firme caminante ni la tormenta su ruta desva, y si llena de victoria su mente. Lleva en su voz un eco de poesa brillando su alma de hombre gigante, para ser, maestro de la sabidura.

MAESTRO... CREO EN TI... Creo en la belleza sublime de la naturaleza pura, creo en la magia infinita del amor que anida en lo mas profundo de los corazones nobles. Creo en la fuerza de la voluntad humana, lo que solo se mide con la potencia de la lucha y la grandeza de los xitos... Creo en la fuerza y el ingenio del artesano... creo en el sudor y la esperanza firme del obrero. Creo en la morena sencillez, en la clara humildad y en la blanca fuerza del hogar campesino... Creo en la profunda ciencia del saber, que celosamente se guarda en el libro de los siglos... creo en la belleza sutil que como imagen vital proyecta el alma del modesto artista. Maestro!,.. creo en ti... porque tu presencia, tiene la sencillez de los sabios y tu paso, la firmeza gallarda de los vencedores. Maestro!,..Creo en ti! ... Porque me has enseado a caminar sin temor... porque me enseaste a contemplar con espritu fuerte y sensible el error y la belleza, aprendiendo cada dia a ser sencillo y callado en la victoria, y de grande en la derrota. Maestro!,..Creo en ti! ... Porque empiezo a entender como tu, que la sonrisa y el llanto son como el rocio que a veces humedece el alma.., Maestro!... creo en ti... Porque he llegado a comprender como tu, que en el silencio de la tristeza y en el eco de la alegra aun existen maestros que tienen amor...

bondad... y ejemplo para todos los hombres.

MI MAESTRA Mi maestra... Me parece verla todava. Cierro los ojos y la veo. Pero la veo tan bien, que al evocar su imagen, dudo de que haya muerto... la pobre muri tsica. Los chicos a quienes ella idolatraba, fueron sus victimarios. Tanto la hicieron sufrir y tanto la hicieron llorar, que la infeliz no tuvo mas remedio que morir. Y muri, os lo juro, santamente. Era pequeita, rubia, suave... hablaba con los ojos. Sus ojos eran negros. Adems de negros, eran tristes, pero de una tristeza de muchachito enfermo que no tiene juguetes... pobre maestra! me dan ganas de llorar cuando me acuerdo de ella... yo la hice penar mucho, una vez lloro por mi de tal modo que, todava, despus de veinte aos, mi corazn se encoge de vergenza sin embargo, mi culpa no era grave su temperamento enfermizo y sus nervios sensibles de violn armonioso, agrandaron mi falta que le hice? fue sencillo. Aprovechando un instante en que ella sali al patio, escrib en un pizarrn, con tiza, lo siguiente: "la maestra se parece a un fideo"... cuando volvi al saln y ley esa grosera mofa a su flacura, no pudo hablar. Se puso plida. Tuvo un acceso de tos. Se fue a su mesa, y con los codos apoyados en ella y cubrindose el rostro con las manos, comenz a llorar y a toser. Lloraba de una manera tan melanclica y tan en silencio, que todos enmudecimos. Aquel llanto y aquella tos nos hicieron ver un poco mas el fondo de la vida. Por nuestras inconscientes almas infantiles paso un helado soplo de miedo. Yo tembl. Quede inmvil en mi banco, hasta que o la voz de la maestra. Habiase quitado las manos de la cara, y a travs de las lagrimas, nos dijo: - Por qu son ustedes tan crueles?... estoy flaca, es verdad, muy flaca...hace quince anos que trabajo, enseando a leer y a escribir. Hace

quince aros que sufro el placer de educar a los nios. Hace quince aos que estudio de noche y de da para sostener a mi familia y para evitar que mis pobres padres viejos mueran de hambre. De tanto trabajar me he puesto flaca... si, flaca como un fideo...- y ustedes no me tienen lastima? cuando la infeliz dejo de hablar, muchos chicos lloraban. Otros oan con la boca abierta. Los dems, temblaban -no me tienen lastima? repeta la seorita. flaca como un fideo!... quien escribi eso? Rein en el aula un silencio profundo. Nadie se atrevi a denunciarme. Pero cuando las clases terminaron y todos los alumnos se fueron, yo me quede al ultimo. Mi maestra en el zagun presenciaba el desfile. Aguarde hasta el final. Entonces me aproxime tembloroso: - seorita -le dije. - que? - me quiere hacer un favor? - con mucho gusto. Que quieres? - Deme un beso. - Tmalo. - ahora, pgueme... - Que te pegue? - Si. pgueme fuerte. Deme una cachetada. Hgame saltar los dientes. pgueme! - pero, por que? estas loco? - no, seorita. Soy un asesino. Yo fui quien escribi aquello en el pizarrn, se acuerda? - tu? - Si. Yo. Me tomo en sus brazos. yo tenia nueve aos! me beso. Me beso una vez beso. Dos veces, tres veces, muchas veces... aun me parece que me esta besando! al da siguiente, ped a mi madre una monedita para comprar bizcochos. Fui a la botica: - deme diez centavos de pastillas para la tos. Llegue a la escuela. Penetre triunfante. Y, ocultndome, sin que los dems chicos me vieran, le regale a mi maestra las pastillas. - tome, seorita. Son buenas para la tos. Me acaricio con sus manos hmedas y fras. Me beso en la frente y... Pasaron los aos. Cuando volv a mi tierra fui a visitar su tumba. No fue, sin duda, la historia de mi buena maestra la que empece a contaros. pero es tan bello remover penas viejas! Adems, no podra nunca evocar en mi memoria el recuerdo de aquella escuela, sin que se filtrara por las rendijas la imagen de quien me enseo a leer y a presagiar la vida...

.JUAN JOSE DE SOIZA REILLY

SER REALMENTE ESTUDIANTEMuchos son los estudiantes que creen cumplir con sus deberes porque concurren siempre con regularidad a sus clases, observan irreprochable conducta dentro del plantel, ejecutan sin repugnancia, pero tambin sin entusiasmo, sus tareas, y recitan montonamente sus apuntes escolares. Estudiar no significa asistir todos los das a la escuela; escuchar distradamente las explicaciones del profesor y repetir sin impaciencia el contenido de los textos, como un reproductor mecnico repite las expresiones grabadas en un disco. Si quieres obtener de las horas dedicadas al estudio, el provecho sobre el cual debe cimentarse tu vida futura, es preciso que avives en tu mente el anhelo de descubrir nuevos e insospechados horizontes, y en tu espritu el afn de superacin, que te permita elevarte constantemente sobre tus propios mritos y posibilidades, que te obligue a ser hoy mejor que ayer y menos bueno que maana; que te invite a buscar la palabra del maestro, con la ansiedad con que busca el navegante, perdido en la espesa tiniebla de la noche, la luz del faro que seala la ruta. Aprende a estudiar, si quieres que el esfuerzo de hoy se convierta en la realidad de maana.

ANONIMO

EL PUEBLO ERA LA ESCUELA Y LA ESCUELA ERA EL PUEBLO Conozco y siento la escuela rural, no nicamente a travs del informe burocrtico sino por experiencia personal. He recorrido extensas zonas del pas visitando todas las escuelas federales con que cuenta. He visto las de Oaxaca, desde Tuxtepec y el valle nacional, escalando la sierra de Jurez por todo el laberinto montaoso de Zempoatepetl y mas all, hacia el sureste, siguiendo la cresta de la sierra hasta el mar; las he visto en regin azteca por toda la sierra de puebla, recorr tambin la llamada polvorienta de San Luis Potos para ver en contraste como la escuela rural se adaptaba alas condiciones de la vida dura del desierto; fui a Michoacan, a la regin de Tacambaro, Patzcuaro y Uruapan y las he visto tambin Guerrero, en Tlaxcala. En Hidalgo, en Morelos, en el estado de Mxico; puedo hablar de la escuela rural con un conocimiento de primera mano.

La escuela rural a la que ahora os deseo llevar es una escuela como de mosaicos; tiene los

aspectos significativos y tpicos de todas sin ser ninguna en particular. No es una escuela ideal, puesto que existen todos los elementos que la forman y existen como partculas caractersticas de toda una tendencia o una condicin.

Cuando llegamos al pueblo, todo el mundo nos dir donde esta la escuela y aun de lejos divisamos la casa blanqueada con rotulo atrevido que la anuncia como casa del pueblo o como escuela rural federal. En toda las mesa central y en el sur, por la sierra, la escuela queda cerca de la iglesia, ocupa a veces los anexos de ella, y con frecuencia en el atrio que sirve ahora de campo de juego para los nios, se encuentra la mesa de basquetbol. Ved el jardn escolar, cercado rstico, algunos microscpicos e ingenuos, nuestras flores mexicanas: la amapola, la espuela de caballero, la margarita, el cempazuchil. Antes de entrar en el saln, visitamos los otros anexos: el gallinero, la conejera, el palomar. Casi nunca falta la colmena de abejas.

IMAGEN TIPICA DE LA ESCUELA RURAL. Si algn da quisiramos adoptar un escudo para la escuela, tendramos que pintar, como smbolo, cualquiera de estas cosas, tan tpicas van llegando a ser. La parcela de la escuela, la mas de las veces distante algunos pasos; en ella se cultivan las plantas usuales de la regin: "' maz, frijol, trigo, frutales y hortalizas donde es posible. En el saln : encontramos de 50 a 30 nios y nias desde seis a los catorce anos. La mitad de estas criaturas son de raza indgena pura, los otros son mestizos; todos estn aseados y los encontramos entregados libremente a varias actividades. Hay una maestra al frente de esta escuela, pero como hay en servicio casi tantas maestras como maestros, el hecho fue de mera casualidad. La maestra tiene como 22 aos de edad, nos da a primera vista la impresin de inteligencia y de fuerza. El mobiliario es del nuevo tipo: Todava veremos algunos mesa-bancos como en la escuela de otros tiempos, pero por lo comn hallaremos mesas de trabajo. Si, como es probable,

era esperada nuestra visita o si llegamos hacia el fin de ao, encontraremos una nutrida exposicin de artculos manufacturados en el establecimiento: tejidos de hilo y en lana; bordados, pequeos muebles, artculos de jardinera, canastas, dibujos y pinturas; pan, compotas, jabn, vestidos. Los alumnos se

mueven libremente. Un grupo trabajara, tal vez, en el amplio alero. otros atendern a los animales de la granja, y algunos cavan la tierra; los del saln leen y escriben; cuando el maestro los junta, todos cantan. si interrogamos a los nios sobre la vida escolar, nos dirn muchas coas inusitadas y otras que no pensaramos encontrar en una escuela de estas: que hay cooperativas, que ellos decoran el saln, construyen el mobiliario, y los anexos, con la ayuda de los adultos, que asisten a la nocturna; que celebran una feria escolar, que tienen una orquesta y tantas cosas mas de que no saben las viejas pedagogas. Si, la escuela es de indgenas, nos dir la maestra que los del ano preparatorio forman un grupo heterogenico, a quienes esta procurando ensear el castellano. Nos interesamos por el idioma e investigando, nos damos cuenta de que segn sea la escuela rica 'en actividades constituye una verdadera sociedad. As ser la facilidad con que los escolares adquieran nuestra lengua.. A veces son tan rpidos los progresos que, a no ser por el testimonio de todos, hubiramos dicho que aquellos nios saban el castellano cuando ingresaron a la escuela, no siempre la conquista es tan fcil, y en ocasiones nos damos cuenta, con pena, de que tenemos en Mxico, efectivamente, un problema de lengua.

CONTACTO VIVO CON EL PUEBLO A medida que transcurre el da, van llegando al patio de la escuela, asomndose al saln, penetrando en el, grupos de vecinos; nos contemplan en silencio, siguen con inters los detalles de nuestra visita, espiando ansiosamente nuestros rostros con seales de aprobacin. En muchas partes no pueden hablarnos sino por medio de interpretes. Entre los vecinos que nos acompaan hay dos grupos prominentes: los representantes de la autoridad poltica, segn la categora del pueblo y el comit de educacin. Si pasamos la noche en el pueblo, veremos llegar hacia el atardecer a los alumnos de la nocturna, mozalbetes o adultos jvenes, aunque a veces vienen tambin los viejos. no siempre la clase nocturna es inspiradora, pero siempre trabajan con ahnco alumnos y maestros. Muchas veces, sin embargo, llegamos a un lugar donde el ideal se cumple y entonces la clase nocturna se convierte en una actividad eminentemente social: hay cantos y conversaciones, hay platicas serias, se discuten asuntos de inters comn, se baila, se trabaja. Esta joven maestra podra darnos sus experiencias y sus impresin acerca de la nocturna, lo mismo que lo harn otros muchos maestros.

Vienen muchos, entre hombres y mujeres. Algunas veces llega a 50 en total. No asisten con la regularidad que uno quisiera, sino lo hacen cuando sus ocupaciones se lo permiten, pero cuando vienen siempre lo hacen con gusto y gran dedicacin. Les enseamos lo que podemos, pero sobre todo, lo que ellos particularmente desean y necesitan aprender. Algunos aprenden a leer, otros a escribir; algunos solicitan la enseanza de pequeas industrias y otros que se les lea lo que dice el peridico. El maestro rural sabe sobre cultivos y enfermedades de los animales. Las mujeres piden lecciones de economa domestica, especialmente referidas a cocina y costura. Hemos formado diferentes grupos de acuerdo con sus intereses y necesidades mientras los adultos estn aprendiendo esas cosas practicas, aprenden a cantar y a tocar algunos instrumentos, pues todos ellos tienen inclinacin natural por la msica y la belleza. Les gusta que se les hable de historia y que celebremos las fiestas nacionales. Yo estoy encantada con la escuela nocturna. Desde que la tengo, los padres me apoyan mas en las campaas sociales: pro-limpieza del poblado, pro-arbol, contra la viruela, contra el alcoholismo, etc. ahora se preocupan mas por el adelanto de los nios en la escuela.

LA MAESTRA, VERDADERA TRABAJADORA SOCIAL Pero la maestra, que trabaja por la maana y la tarde con los nios y por la noche con los alumnos de la nocturna, es tambin una trabajadora social, que sabe que alrededor de su escuela hay un casero en el que muchas cosas estn mal y otras tantas faltan por hacer. Y en todo ello tiene que orientar y ayudar a los vecinos para ver que hay de mejorar o adquirir, pues sabe que tiene la obligacin de promover y trabajar con fe y entusiasmo por el bienestar y sobre la vida escolar y la vida de la comunidad en su progreso que le estn encomendados y depositan en ella su confianza. Si la comunidad careca de ejido, ella, era la nica que poda organizarla para solicitarlo al gobierno, era urgente en resumen, introducir mejoras en el pueblo, despertarlo, hacer que sirviera a estos fines con los recursos inmediatos con que contaba la comunidad misma se haba organizado, tomando como centro la escuela. Y se construyeron varios comits para llevar adelante las aspiraciones de la gente, a medida que iban surgiendo. Uno de estos comits es el de educacin, que se encargo de reunir la voluntad y la cooperacin de la gente para la construccin del edificio y ahora da a todos la oportunidad de participar en la vigilancia y cuidado del mismo, para que se conserve en buen estado. En los pueblos es bastante comn hacer esto con las capillas. El cuidado de esta, limpiarla y procurar que todo este en orden, se delega en las familias del pueblo por turno, hacindose tales tareas voluntariamente y sin

retribucin econmica, bajo la vigilancia del celador. As, todo el mundo tiene derecho, y tambin la obligacin, de compartir esa empresa. Tal vez esa experiencia les de un inters en el templo del que carecan en otro caso cosa semejante ha sucedido ahora con la escuela. En un sentido verdaderamente real, es justo lo que se ha venido diciendo: "que el maestro es la escuela en Mxico". Plenos de espritu de los cruzados, los encuentro siempre trabajando sobre un programa de realizacin. Salgo en gira para visitar las escuelas rurales y en este poblado, en el que sigue, y en ciertos de ellos, de hecho, casi en todos, encuentro siempre al maestro activo: se caracteriza por su Entrega, dedicacin, entusiasmo y la infantil confianza en la dignidad del trabajo; se caracteriza igualmente por alguna preparacin acadmica, por una actitud anloga a la del soldado en combate, por una indefinible y escondida inspiracin, por una especie de luz guiadora casi religiosa tan evidente que puede considerarse como una caracterstica objetiva, y que, sin embargo, escapa al anlisis del mas agudo observador. Y que significa todo esto? podra preguntarse. que linaje de escuela es esta en la que llegan chicos y grandes, donde los viejos cantan de noche y los nios de da, donde se oye hablar mucho de gallinas y de abonos, de cooperativas y de pequeas industrias, de recreacin y de actividades libres, de vacunas a la gente y de cortar el pelo y tan poco de aprender a leer y contar? esta es, sencillamente una nueva escuela con sentido social, que funciona en una comunidad suficientemente primitiva para que la escuela suma muchas de las funciones y responsabilidades que en grupos sociales mas diferenciados descargan otras agencias si los hogares no tienen el grado de cultura necesaria para cuidar la higiene de los nios, la escuela tendr que hacerlo. un da a la semana lavaran la ropa, irn a baarse al ro regularmente, se instalara una peluquera, se harn vestidos; con los productos de la hortaliza se confeccionaran los alimentos que sern compartidos por el vecindario mismo en un da de fiesta y as la escuela hace aqu lo que en una ciudad jamas tendra que hacer.

SENTIDO UNITARIO DE LA EDUCACION Su programa, por otra parte, es sinttico y unitario. Tiene la unidad de la vida misma, desconoce los linderos de los conocimientos y de las habilidades; sus actividades no estn departamentalizadas. Esta escuela tiene una tarea, ensear a vivir alas criaturas; un solo mtodo, abrir amplias las puertas y dejar que la vida entre y luego Que los nios la vivan el programa esta atado a tres o cuatro bases fundamentales de la civilizacin: el conocimiento y dominio de los factores que conservan la vida y promueven la buena salud; el conocimiento y dominio fisico-agricola; el conocimiento practico de todo aquello que eleva y dignifica la vida domestica; el conocimiento y ejercicio de cuanto promueve la recreacin material y espiritual.

Sencillo programa, como podr verse pero esencial, la lectura y escritura tendrn naturalmente que figurar en el, pero siempre en subordinacin a los grandes objetivos que se persiguen, porque el ideal no es ensear a leer, a escribir o a contar: es sencillamente ensear a vivir. Mas concretamente y como consecuencia de la doctrina en que se basa, esta nueva escuela tiende a la elevacin de la ocupacin habitual, a la dignificacin y enaltecimiento del medio; una escuela del campo, para las gentes del campo infundir en los nios el amor a la tierra, les enseara a extraerle mayor dulzura. centro de la pequea comunidad donde se ha enclavado, la escuela irradiara su influencia por todas partes, vas interiores de comunicacin, organizara alas gentes, les enseara la tcnica fcil de la colaboracin y la participacin; despus, pensando en la patria, ira abriendo brechas hacia el mundo exterior y se convertir en antena, sensible siempre alas influencias que de fuera lleguen, del mundo exterior que es Mxico, cuya visin en su conjunto ideal presentara siempre, simbolizndolo por el retrato del presidente de la repblica y de nuestros hroes, por el himno nacional, por la bandera de la patria. As cumple esta escuela con la obligacin que lamas excelente doctrina pudiera imponerle, socializndose y hacindose a su vez una agencia socializante. Pero entre nosotros, donde la nacin esta por hacerse, se traspasa la norma y, no ya obedeciendo a doctrina pedaggica alguna sino, hija de la revolucin, instrumento de la hora, de los anhelos nacionales y la accin del gobierno, se convirti en avanzada de la patria, en factor de integracin que principia por dar voz castellana a millones de indios puros y por presentar a todos nuestros nios dispersos el ideal de un Mxico unido y mejor.

UN MAESTRO Los ojos de nuestros hijos son nuestros jueces. Las preguntas de nuestros hijos son nuestra eterna licenciatura, por no decir nuestras oposiciones interminables. Julio Cesar Borgese, el ilustre critico italiano, me contaba un da de los problemas que le presentaba su primognito: - papa - le preguntaba una vez -por que el gas arde hacia arriba y la electricidad hacia abajo? En otra ocasin: - papa, por que le han puesto al rey el nombre de una plaza? En tales momentos la pregunta resulta disparatada, pero no por ello la respuesta menos embarazosa. Ninguna critica tan segura y rpida sobre maestros y educadores, que la de sus discpulos, desde el primer da. unos muchachos estn sentados en su banco; un desconocido profesor se presenta ante ellos y les habla. A la hora de leccin, aquellos ya le han tomado, y para siempre, la medida. una medida que, por encima de los engaos, de las ilusiones y de las farzas del momento, por encima de ttulos y gacetillas y de jerarquas oficiales, y de tablas de valores de uso, incluso por encima de las sugestiones mas apremiantes del medio, coincidir, muy probablemente con la medida de la justiciera posteridad.

Ay del maestro, ay del superior en general que cae o decae ante los ojos de los alumnos, aun mozos, aun nios! estos, en la mayor parte de los casos, no sabrn justificar su dictamen. Los ojos no fatigados son nuestros jueces. su sentencia ni siquiera tiene necesidad de formularse en palabras. La leemos, inevitablemente, para nuestra satisfaccin o nuestro despecho, para suprema justificacin o definitivo desengao. En el jardn de las miradas es donde mas frecuentemente se respira aquel perfume exquisito que se llama respeto. Hemos conocido a un maestro que con sus discpulos, que fueron nios primero, luego adolescentes y seoritas, no solo trabajo confraternalmente, sino que jugo y ro en lamas alegre y despreocupada libertad. Les cont las historias de mayor gracia o maravillas; pesco con ellos peces o ranas; anduvo por playa o montes; comi manjares, mondo espinas, sesteo el regalo de las fuentes o durmi de noche, junto al mar, al cobijo precario de una barca o de una vela. y revelo dudas confeso ignorancias y no termino de introducir a los otros en el misterio publico del propio trabajo. y no supo de teatralidades ni tampoco demasiado de disciplina. Sin embargo, aquel perfume de respeto acompao cada una de sus lecciones y toda su vida fue una leccin. La leccin fue impecablemente, infatigablemente, la de la aristocracia de la conducta. este maestro fue un caballero. No damos aqu a la palabra el sentido ordinario con que cien veces cada noche puede orse empleada, por ejemplo, en una cmara parlamentaria o en un circulo de recreo. En una asamblea hemos odo decir de un asamblesta: "si lo que se afirma de el fuese cierto, a puntapis lo sacara de aqu". Todos los que decan esto saban que era cierto lo que de aquel caballero se deca. Pero a nuestro juicio le llamamos caballero en otro sentido. Un sentido a la vez muy medioeval y muy del siglo XX. La esencia externa de cualquiera caballeresca superioridad estriba en la mxima autoexigencia, en las dificultades de la conducta. No velamos caballerescamente por lo que hacemos, sino por lo que sacrificamos. El cellini, gran productor, gran creador, no fue en su vida un caballero o, mejor, lo fue en un instante nada mas, en el instante, mas o menos legendario, de arrojar al fuego las joyas. PACO YUNQUE La clera que quiebra al hombre en nios, que quiebra al nio, en pjaros iguales, y al pjaro, despus, en huevecillos; la clera del pobre tiene un aceite contra dos vinagres. La clera que al rbol quiebra en hojas, a la hoja, en botones desiguales y al botn, en ranuras telescpicas; la clera del pobre tiene dos ros contra muchos mares. La clera que quiebra al bien en dudas, a la duda, en tres arcos semejantes y al arco, luego en tumbas imprevistas; la clera del pobre tiene un acero contra dos puales.

La clera que quiebra al alma en cuerpos, al cuerpo, en rganos desemejantes y al rgano, en octavos pensamientos; la clera del pobre tiene un fuego central contra dos crteres. Pars, 26 de octubre de 1937 Cuando Paco Yunque y su madre llegaron a la puerta del colegio, los nios estaban jugando en el patio. La madre le dejo y se fue. Paco, paso a paso, fue adelantndose al centro del patio, con su libro primero, su cuaderno y su lpiz. Paco estaba con miedo, porque era la primera vez que venia a un colegio y porque nunca haba visto nios juntos. Varios alumnos, pequeos como l, se le acercaron y Paco, cada vez mas tmido, se pego a la pared y se puso colorado. Que listos eran todos esos chicos! que desenvueltos! como si estuviesen en su casa. Gritaban. Corran. Rean hasta reventar. Saltaban. Se daban de puetazos. Eso era un enredo. Paco estaba tambin atolondrado porque en el campo no oy nunca sonar tantas voces de personas a la vez. en el campo hablaba primero uno, despus otro y despus otro; a veces oy hablar hasta a cuatro o cinco personas juntas. Era su padre, su madre, don Jose, el cojo Anselmo y la Tomasa. Con las gallinas eran mas. Y mas todava con la acequia, cuando creca... pero no, eso no era ya voz de personas, sino otro ruido, muy diferente. Y ahora si que esto del colegio era una bulla fuerte, de muchos. Paco estaba asordado. Un nio rubio y gordo, vestido de blanco, le estaba hablando. Otro nio, mas chico, medio ronco y con blusa azul, tambin le hablaba. De diversos grupos se separaban los muchachos y venan a ver a Paco, hacindole muchas preguntas. Pero Paco no poda or nada por la gritera de los dems. Un nio trigueo, cara redonda y con una chaqueta verde muy ceida en la cintura, agarro a Paco por un brazo y quiso arrastrarlo. Paco no se dejo. El trigueo volvi a agarrarlo con mas fuerza y lo jalo. Paco se pego masa la pared y se puso mas colorado. En ese momento son la campana y todos entraron a los salones de clase. Dos nios -los hermanos Zuiga- tomaron de una y otra mano a Paco y le condujeron a la sala del primer ano. Paco no quiso seguirlos al principio, pero luego obedeci, porque vio que todos hacan lo mismo. Al entrar al saln se puso plido. Todo quedo repentinamente en silencio y este silencio le dio miedo a Paco. Los Zuiga le estaban jalando, el uno para un lado y el otro para el otro lado, cuando de pronto le soltaron y le dejaron solo. El profesor entro. Todos los nios estaban de pie. Con la mano derecha levantada a la altura de la sien, saludando en silencio y muy erguidos. Paco, sin soltar su libro, su cuaderno y su lpiz, se haba quedado parado en medio del saln, entre las primeras carpetas de los alumnos y el pupitre del profesor, un remolino se le hacia la cabeza. Nios. Paredes amarillas. Grupos de nios. Vocero. Silencio. Una tracalada de sillas, el profesor. Ah, solo, parado en el saln, quera llorar. El profesor le tomo de la mano y lo llevo a instalar en una de las carpetas delanteras, junto a un nio de su mismo tamao. El profesor le pregunto: - Como se llama usted? con voz temblorosa, Paco respondi muy bajito: - Paco. - Y su apellido? diga usted todo su nombre. - Paco Yunque. - Muy bien. El profesor volvi a su pupitre y, despus de echar una mirada muy seria sobre todos los alumnos, dijo con voz de militar: - Sintense! Un traqueteo de carpetas y todos los nios ya estaban sentados. El profesor tambin se sent y durante unos momentos escribi en unos libros. Paco Yunque

tenia aun en la mano su libro, su cuaderno y su lpiz. Su compaero de carpeta le dijo: - Pon tus libros, como yo, en la carpeta. Paco Yunque segua muy aturdido y no le hizo caso. Su compaero le quito entonces sus cosas y las puso en la carpeta. despus, le dijo alegremente: Yo tambin me llamo Paco. Paco Faria. No tengas pena. Vamos a jugar con mi tablero. Tiene torres negras. Me lo ha comprado mi ta Susana, Donde esta tu familia? Paco Yunque no responda nada. Este otro Paco le molestaba. Como este, eran seguramente los dems nios: habladores, contentos y no les daba miedo el colegio. Por que eran as? Y l, Paco Yunque, Por que tenia tanto miedo? Miraba a hurtadillas al profesor, al pupitre, al muro que haba detrs del profesor y al techo. Tambin miro de reojo, a travs de la ventana al patio, que estaba ahora abandonado y en silencio. El sol brillaba afuera. De cuando en cuando, llegaban voces de otros salones de clase o ruidos de carreras que pasaban por la calle. Que cosa extraa era estar en el colegio! Paco Yunque empezaba a volver un poco de su aturdimiento. Penso en su casa y en su mama. Le pregunto a Paco Farina: - A que hora nos iremos a nuestras casas? - a las once. Donde esta tu casa? - Por all. - Esta lejos? S... no... Paco Yunque no sabia donde estaba su casa porque acababa de traerlo, hacia pocos das, del campo y no conoca la ciudad. Sonaron unos pasos de carrera en el patio y apareci a la puerta del saln Humberto, el hijo del seor Dorian Grive, un ingles, patrn de los Yunque, gerente de los ferrocarrileros de la "The Peruvian Corporation" y alcalde del pueblo. Precisamente a Paco Yunque le haban hecho venir del campo para que acompaase al colegio a Humberto y para que jugara con el, pues ambos tenan la misma edad. Solo que Humberto acostumbraba a llegar tarde al colegio y esta vez, por se la primera, la seora Grieve le haba dicho a la madre de Paco: - Lleve usted a Paco al colegio. No sirve que llegue tarde el primer da. Desde maana, esperara a que Humberto se levante y los llevara juntos a los dos. El profesor, al ver a Humberto Grive, le dijo: - Hoy otra vez tarde? Humberto, con gran desenfado, respondi: - Me he quedado dormido. - Bueno -dijo el profesor- que esta sea la ultima vez. Pase a sentarse. Humberto Grive busco con la mirada donde estaba Paco Yunque. Al dar con el, se le acerco y le dijo emperiosamente: - Ven a mi carpeta conmigo. Paco Faria le dijo a Humberto Grieve: - No porque el seor lo ha puesto aqu. - Y a ti que te importa? - le increpo Grieve violentamente arrastrando a Yunque por un brazo a su carpeta. - Seor! - grit entonces Faria - Grieve se esta llevando a Paco Yunque a su carpeta. El profesor ceso de escribir y pregunto con voz enrgica: - Vamos a ver! Silencio! Que pasa ah? Faria volvi a decir: - Grieve se ha llevado a Paco Yunque a su carpeta. Humberto Grieve, instalado ya en su carpeta con Paco Yunque le dijo al profesor:

- Si, seor. Porque Paco Yunque es mi muchacho. Por eso. El profesor lo sabia perfectamente y le dijo a Humberto Grieve: - Muy bien. Pero yo lo he colocado con Paco Faria, para que atienda mejor las explicaciones. Djalo que vuelva a su sitio. Todos los alumnos miraban en silencio al profesor, a Humberto Grieve y a Paco Yunque. Faria fue y tomo a Paco Yunque por la mano y quiso volverlo a traer a su carpeta, pero Grieve tomo a Yunque por el otro brazo y no le dejo moverse. El profesor le dijo otra vez a Grieve: - Grieve! Que es eso? Humberto Grieve, colorado de clera, dijo: - No, seor. Yo quiero que Yunque se quede conmigo. - Djelo, le he dicho! - No, seor. -Como? - no. El profesor estaba indignado y repeta, amenazador: - Grieve! iGrieve! Humberto Grieve tenia bajos los ojos y sujetaba fuertemente por el brazo a Paco Yunque, el cual estaba aturdido y se dejaba jalar como un trapo por Faria y por Grieve. Paco Yunque tenia ahora mas miedo a Humberto Grieve que al profesor, que a todos los dems nios y que al colegio entero: Por que Paco Yunque le tenia tanto miedo a Humberto Grieve? porque este Humberto Grieve sola pegarle a Paco Yunque. El profesor se acerco a Paco Yunque, le tomo por el brazo y lo condujo a la carpeta de Faria. Grieve se puso a llorar, pataleando furiosamente en su banco. De nuevo se oyeron pasos en el patio y otro alumno, Antonio Geldres - hijo de un albailapareci a la puerta del saln. el profesor le dijo: - Por que llega usted tarde? - Porque fui a comprar, un pan para el desayuno. - Y por que no fue usted mas temprano? Porque estuve alzando a mi hermanito y mama esta enferma y papa se fue a su trabajo. - Bueno - dijo el profesor, muy serio -. Prese all... y, adems, tiene usted una hora de reclusin. Le sealo un rincn, cerca de la pizarra de ejercicios. Paco Faria se levanto entonces y dijo: - Grieve tambin ha llegado tarde, seor. - Miente, seor - respondi rpidamente Humberto Grieve-. Yo no he llegado tarde. Todos los dems alumnos dijeron en coro: - Si, seor! si, seor! Grieve ha llegado tarde! - Psch! silencio! -dijo, malhumorado, el profesor y todos los nios se callaron. El profesor se paseaba pensativo. Faria le deca a yunque en secreto: - Grieve ha llegado tarde y no le castigan, porque su papa tiene plata. Todos los das llega tarde. tu vives en su casa? cierto que eres su muchacho? Yunque respondi:

mama.

Yo vivo con mi mama... En la casa de Humberto Grieve? Es una casa muy bonita. All esta la patrona y el patrn. All esta mi mama. Yo estoy con mi

Humberto Grieve, desde su banco del otro lado del saln, miraba con clera a Paco Yunque y le enseaba los puos, porque se dejo llevar a la carpeta de Paco Faria. Paco Yunque no sabia que hacer. Le pegara otra vez el nio Humberto, porque no se quedo con el, en su carpeta. Cuando saldra del colegio, el nio Humberto le dara un empujn en el pecho y una patada en la pierna, el nio Humberto era malo y 'pegaba pronto, a cada rato. En la calle, en el corredor tambin. Y en la escalera. Y tambin en la cocina, delante de su mama y delante de la patrona. Ahora le va a pegar, porque le estaba enseando los puetes y le miraba con ojos blancos. Yunque le dijo a Faria: - Me voy a la carpeta del nio Humberto. Y Paco Faria le deca: - No vayas. No seas zonzo, el seor te va a castigar. Faria volteo a ver a Grieve, le enseo tambin a el los puros, refunfuando no se que cosas a escondidas del profesor. - Seor! -grit Faria-. Ah ese Grieve me esta enseando los puetes. El profesor dijo: - Psch! ipsch! isilencio!... vamos a ver... vamos a hablar hoy de los peces, y despus, vamos hacer todos un ejercicio escrito en una hoja de los cuadernos, y despus me los dan para verlos. Quiero ver quien hace el mejor ejercicio, para que su nombre sea inscrito en el cuaderno de primer ao. Me han odo? vamos a hacer lo mismo que la semana pasada, exactamente lo mismo. Hay que atender bien a la clase. Hay que copiar bien el ejercicio que voy a escribir en la pizarra. Me han entendido bien? Los alumnos respondieron en coro: - Si, seor. - Muy bien - dijo el profesor, vamos a ver!... vamos a hablar ahora de los peces. Varios nios quisieron hablar. El profesor le dijo a uno de los Zuiga que hablase. - Seor, -dijo Zuiga- haba en la playa mucha arena, un da nos metimos entre la arena y encontramos un pez medio vivo y lo llevamos a mi casa. Pero se muri en el camino... Humberto Grieve dijo: - Seor, yo he cogido muchos peces y los he llevado a mi casa y los he soltado en mi saln y no se mueren nunca. El profesor pregunto: - Pero los deja usted en una vasija con agua? - No, seor. Estn sueltos, entre los muebles. Todos los nios se echaron a rer. Un chico, flacucho y plido, dijo: - Mentira, seor. porque un pez se muere pronto, cuando lo sacan del agua. - No seor, porque mi saln es muy elegante. Porque mi papa me dijo que trajera peces y que poda dejarlos sueltos entre las sillas. Paco Faria se mora de risa. Los Zuiga tambin. El chico gordo y rubio, de chaqueta blanca y el otro, cara redonda y chaqueta verde, se rean ruidosamente, que Grieve tan divertido! Los peces en su saln! Entre los muebles! Como si fueran pjaros! era una gran mentira lo

que contaba Grieve. Todos los chicos exclamaban a la vez, reventandose risa:. - Ja! Ja! Ja! Ja! Ja! Miente, seor! Ja! Ja! Ja! Mentira! Mentira! Humberto Grieve se enojo porque no le crean lo que contaba. Todos se burlaban de lo que haba dicho. Pero Grieve recordaba que trajo dos peces pequeos a su casa y los solt en su saln y all estuvieron varios das. Los movi y no se movan. No estaba seguro si vivieron muchos das o murieron pronto. Grieve, de todos modos, quera que le creyesen lo que deca. En medio de las risas de todos le dijo a uno de los Zuiga: - Claro! porque mi papa tiene mucha plata y me ha dicho que va hacer llevar a mi casa a todos los peces del mar. Para mi. Para que juegue con ellos en mi saln grande. El profesor dijo en voz alta: Bueno! Bueno! Silencio! Grieven no se acuerda bien, seguramente. Porque los peces mueren cuando... Los nios aadieron en coro: - ...se les saca el agua. - Eso es -dijo el profesor. El nio flacucho y plido dijo: - Porque los peces tienen su mama en el agua y sacndolos se quedan sin mama. - No! No! No! - dijo el profesor. Los peces mueren fuera del agua, porque no pueden respirar. Ellos toman el aire que hay en el agua, y cuando salen, no pueden absorber el aire que hay afuera. - Porque ya estn como muertos - dijo un nio. Humberto Grieve dijo: - Mi papa puede darles aire en mi casa porque tiene bastante plata para comprar todo. El chico de verde dijo: - Mi papa tambin tiene plata. - Mi papa tambin - dijo otro chico. Todos los nios dijeron que sus padres tenan mucho dinero. Paco Yunque no deca nada y estaba pensando en los peces que moran fuera del agua. Faria le dijo a Paco Yunque: - Y tu, tu papa no tiene plata? Paco Yunque reflexiono y se acord haberle visto una vez a su mama con unas pesetas en la mano. Yunque le dijo a Faria: - Mi mama tiene tambin mucha plata. - Cuanto? - le pregunto Faria. - Como cuatro pesetas. Paco Faria dijo al profesor en voz alta: - Paco Yunque dice que su mama tiene tambin mucha plata. - Mentira, seor! - respondi Humberto Grieve-. Paco Yunque miente, porque su mama es la sirvienta de mi mama y no tiene nada. El profesor tomo la tiza y escribi en la pizarra, dando la espalda a los nios Humberto Grieve, aprovechando de que no le vea el profesor, dio un salto y le jalo de los pelos a Yunque, volvindose a la carrera a su carpeta. Yunque se puso a llorar. - Que es eso? - dijo el profesor, volvindose a ver lo que pasaba. Paco Faria dijo: - Grieve le ha tirado de los pelos, seor.

-

Silencio! Sigui escribiendo en la pizarra y despus pregunto a Grieve: - Si se le saca del